EL TULIPAN NEGRO La historia se desarrolla a finales del siglo XVII durante la Revolución en Holanda. Cornelius Van Baerle , un joven botánico que adora cultivar tulipanes, recibe una carta de su padrino De Willt en la que le advierte que destruya el contenido de los documentos que antes le había enviado, debido a que son comprometedores. Su padrino es un preso político acusado de traición a la Corona. Cornelius es detenido y conserva su vida gracias a la compasión de Guillermo de Orange. En la prisión conoce a la joven Rosa, hija del carcelero. Pronto forjan una gran amistad y el botánico le dice su secreto: debe terminar el cultivo de un raro y codiciado tulipán negro, por el que pagaran una fortuna a su inventor. Rosa lo ayudara a cumplir su objetivo. Boxtel, un orgulloso y avaricioso botánico, inventará artimañas para hacerse con el tulipán.
CAPÍTULO 1 Dos secretos Una noche de enero de 1672, en Dordrecht en Hollande, Corneille de Witt , el gobernador de la provincia, visita a su ahijado Cornélius Van Baerle. Cornélius es un joven tranquilo. El no se ocupa de política como su padrino. Él tiene una sola pasión: Las flores y precisamente los tulipanes. Los dos hombres charlan; Cornélius le muestra los invernaderos del laboratorio a su padrino. Los trabajos domésticos. De repente, Corneille murmura: (-Tengo que hablar contigo a solas!) Cornélius le dice entonces a su padrino: -
Señor, ¿Usted quiere visitar mi invernadero de tulipanes?
El invernadero! Aquí Cornélius se ocupa de un gran secreto de los bulbos de sus tulipanes. Incluso los tulipaneros no entran en este cuarto misterioso. -
Entonces?
-
Tengo que contarte de problemas graves… El rey de Francia…
-
Oh, la política, por supuesto! Escúchame por favor. Luis XIV, el rey sol, ocupa nuestros países… Yo soy amigo
-
de Luis XVI, pero…
-
Pero? Pero el pueblo holandés no les gusta este rey y mi enemigo, Guillermo de Orange, el hijo pequeño del rey de Inglaterra, está conspirando contra mí… Me escuchas?
-
Cómo? Si, si, escucho, es cucho… pero discúlpeme, padrino eso no me interesa mucho.
-
Lo sé, pero toma este paquete… ocúltalo! No lo abras! Es un secreto muy
importante. Cornélius recibe el paquete. Abre un cajón. -
-
Aquí! Pongo este paquete aquí en el cajón de mis bulbos ... Te lo agradezco! Y ahora háblame de tus flores. Ah, mis flores! Mis tulipanes! Son las más bellas de Holanda. Tu exageras! No, en absoluto ! Yo también tengo un secreto… ¿Un secreto? Si. La Sociedad de Horticultura de Haarlem donará cien mil florines a quien produzca el tulipán negro. ¿Un tulipán negro? Pero los tulipanes son rojos, blancos, amarillos, rosas… Un
tulipán negro! ¿Será posible? -
Si es posible! Imagina… un tulipán negro como la noche.
Del otro lado de la calle, detrás del telescopio, Isaac Boxtel, el vecino de Cornelio, observa al mismo tiempo. El reconoce a Corneille de Witt, el gobernador, y ve a Cornélius poner un paquete misterioso en un cajón. -
Aquí por fin la ocasión de eliminar a Van Baerle… Soy el mejor tulipanero de
Holanda! Y el tulipán negro será pronto mío.
CAPÍTULO 2 Las desgracias de Cornelius Unas semanas más tarde, en el invernadero, Cornelius admira tres bulbos. -
Son suaves! Son perfectos... Estoy seguro de que dará el tulipán negro.
De repente, un hombre entra. -
¿Quién está ahí? Soy Craeke, el empleado de su padrino.
Cornelius se sorprende. Deja caer dos bulbos; uno rueda debajo de la mesa; el otro en la chimenea. -
Al diablo
Cornelius se arrodilla para buscar los bulbos. -
Señor, lea este mensaje ahora! Esto es serio!
Craeke deja el mensaje de Corneille sobre la mesa y se va inmediatamente. -
Si, si! Ah! Aquí está el primer bulbo! Está intacto!
Busca el segundo bulbo en la chimenea. -
¡Qué suerte! Aquí está, está intacto también!
Sin embargo, un empleado entra en el invernadero. -
Señor, vaya vaya ahora! ¿ir? Pero ¿qué dices? Hay guardias que los están buscando. ¿Qué me están buscando? ¿Por qué? Para arrestarlo, Señor, y meterlo a prisión! ¡Vaya! ¿Arrestarme? Pero ¿Por qué?
Cornelius se levanta. -
Valla, Señor, ellos vienen!
Unos guardias entran en la sala. Un magistrado los acompaña. Cornelius toma la hoja que Craeke dejó sobre la mesa; el envuelve los tres bulbos y los pone en su pecho. El magistral llama a Cornelius: -
Señor Van Baerle, ¿Usted oculta unas cartas? ¿Unas cartas? Si, Señor! Queremos las cartas de Corneille de Witt! Pero ¿De qué está usted hablando? ¿Se niega a dárnosla? Entonces, las voy a tomar yo mismo!
El magistral abre el cajón que contiene los bulbos y encuentra las cartas. -
-
-
-
Ah! Estábamos tan bien informados! Estas son las cartas de los oficiales franceses! Usted conspira contra Holanda Señor Van Baerle! ¡Síganos! ¡Está arrestado! Pero, ese paquete no es mío! ¡Usted no tiene derecho! Mi padrino Corneille de Witt es el gobernador de Holanda, y… Su padrino Corneille de Witt está muerto! Ahora el gobernador de Holanda es el príncipe Guillermo de Orange. ¿Qué dice usted?
Cornelius sigue a los guardias…
Boxtel, oculto detrás de una pared, ve a Cornelius rodeado de guardias. Su plan fue un éxito. -
Esta noche por fin voy a poder entrar al invernadero de Cornelius y tomar los bulbos del tulipán negro.
El no sabe que Cornelius tomó su tesoro con él.
CAPÍTULO 3 Cornelius ante sus jueces El guardián de la prisión de Loewestein se llama Gryphus. Es un hombre duro y violento. El acompaña a Cornelius en su celda. De repente en las escaleras, se abre una puerta: Cornelius se da vuelta y ve a una hermosa chica con el cabello rubio. Gryphus grita: -
¡Vete a casa, niña!
La celda de Cornelius es una habitación bastante grande; en la puerta, hay una pequeña ventana, para controlar a los prisioneros. En la noche Gryphus le da comida a Cornelius. -
Aquí tiene, Señor… Sin duda, su última comida.
A los jueces no les gusta los
traidores! Cornelius empezó a pensar en el triste destino que le esperaba. De repente, alguien llama: -
Señor!
Cornelius va hacia la puerta. -
Señorita… ¿Quién es usted?
La muchacha abre la ventanilla. -
Rosa, la hija de Gryphus. No haga caso a mi padre, Señor... Usted va a vivir! Señorita, usted es buena conmigo. Pero si he de morir … le doy…
El toma el papel que contiene los bulbos. -
Pero ¿Qué es esto?
-
Aquí Rosa… Yo soy tulipanero y pude haber encontrado
-
el secreto del tulipán negro… En esta hoja hay tres bulbos… Toma, Rosa , son tuyos. Pero Señor, no sé…
-
Escucha bien, Rosa! Planta los bulbos. Protégelos del viento, del sol… y el tulipán negro florecerá en mayo… Entonces escribe a la Sociedad de Horticultura de Haarlem. Usted ganará cien mil florines! Esta será su dote, Rosa.
Oyen un grito: -
Rosa ¿Dónde estás? ¡Es mi padre! ¡Adiós, Señor!
A la mañana siguiente, Cornelius va ante los jueces. Señor Cornelius Van Baerle, ¿Usted guardaba estas cartas? -
-
Si Señores! Usted es cómplice del Señor Corneille de Witt, el traidor! Habéis conspirado con unos oficiales franceses en contra de Guillermo de Orange! No, señores. Yo solamente tome ese paquete. Yo no hago política!
-
Silencio! Usted merece la muerte, como su padrino! Por mi honor, yo no he abierto ese paquete!
-
No lo puede probar, Señor Van Baerle!
-
Cornelius tiene miedo. El juez continúa: -
Pero el Monseñor Guillermo de Orange es un príncipe generoso. Él le ha dado su gracia. Usted pasará el resto de vuestros días en la prisión de Loewestein.
CAPÍTULO 4 El plan de Cornelius Al último sonido de las nueve horas Cornelius oyó en la escalera un paso ligero. Alguien abre la ventanilla. -
Soy yo! Oh mi buena Rosa! Usted ha venido! Si! Por la noche, mi padre se va a dormir temprano; entonces… si usted está de acuerdo… yo puedo venir a hablar con usted, por un momento…
-
Oh, Se lo agradezco, querida Rosa.
-
Traje sus bulbos de tulipán…
Ella le da los tres bulbos de tulipán, todavía envuelto en el mismo papel. Cornelius reflexionó: -
-
Escucha, Estos bulbos son úniques. Se debe tener mucho cuidado... Pero, ¿qué hacer? ¿Hay en la prisión algún pequeño jardín, un patio o terraza? Hay un jardín, con unos árboles. ¿Usted puede traerme la tierra de ese jardín? Por supuesto. Entonces, aquí está mi plan, Rosa. Planta el primer bulbo en el jardín. ¿Y los otros? Yo tomo el segundo para que crezca aquí, hay un poco de sol en la tarde… ¡Es posible! Y el tercero Ocúltalo en tu casa Bien! Te puedo dar un poco de tierra cada noche. Si, pero cuidado! No hable con nadie acerca de todo esto. Usted está aquí a sola con su padre? No... Un hombre se acercó el otro día, justo después de que... Él siempre está con mi padre …
-
Un hombre… ¿Quién es?
-
El se llama Jacob Gisels.
-
¿Qué es lo que quiere? No sé… Pero él me mira todo el tiempo y me sigue... Creo que está enamorado.
Rosa se sonroja. -
¿Y a usted le gusta? ¿Me gusta? Oh no, por supuesto que no!
Cornelius le toma la mano a la joven: -
Oh, querida Rosa!...
CAPÍTULO 5 El tulipán es negro Cornelius plantó el primer bulbo en la maseta; él lo esconde en su celda, pero un día Grypus lo encuentra y lo destruye. Rosa no puede plantar la segunda en el jardín porque el horrible Jacob la vigila constantemente. Entonces ella planta también el bulbo en una maceta y lo mantiene en su habitación. Una noche ella le anuncia a Cornelius: -
El tulipán ha brotado! ¿Cómo? Ah, Rosa ¿Está bien derecha? Si, está derecha ¿Es alta? Si, dos pulgadas por lo menos. Entonces, va a crecer más rápido!
Algunos días más tarde, Rosa anuncia con los ojos brillantes: -
Las hojas están abiertas! Las hojas están abiertas! ¿Cómo son? Derechas y verdes!
Una semana más tarde…
-
Está entreabierta! Entreabierta! Entonces, ¿Se puede ser el color? Si, es oscura. Marrón Oh! Más oscura! Oscura como tinta, como la noche. Ah Rosa! Mi tulipán florecerá, y será oscura, estoy seguro! Si, va a florecer mañana o pasado mañana.
Cornelius suspira: -
Mañana… y no la podré ver!
Al día siguiente…
-
Cornelius, amigo mío, ven pronto! Está abierto y es negro! ¡Aquí está! ¿Cómo que aquí está? Si, si! Aquí, mira!
Rosa le muestra el tulipán a Cornelius: -
-
Oh! Es espléndida, magnífica y su flor es de color negro y brillante. Pronto, se debe escribir a Haarlem, al presidente de la Sociedad de Horticultura. Está hecho. Puedo llevar el tulipán a mi habitación y le doy la carta a un empleado. Él está dispuesto a ir a Haarlem.
Algunos instantes más tarde. -
Cornelius! El tulipán! ¿Y bien? La han tomado! La han robado! ¿Robado? Pero ¿Cómo? ¿Cuándo? Yo salí un instante solamente, para llevar la carta al empleado. Cuando regresé a mi habitación ya no encontré el tulipán! Oh Cornelius! ¿Qué vamos a hacer?
CAPÍTULO 6 ¿Quién es el Señor Jacob? Rosa decide ir a Haarlem para encontrar el tulipán negro. Ella necesita un poco de dinero y con mucho cuidado esconde en ella el tercer bulbo. Al día siguiente, ella toca a la puerta de la Sociedad de Horticultura; un empleado le abre la puerta: -
Yo quiero hablar al Señor Presidente. Es sobre el tulipán negro.
El presidente, el Señor Van Systens, la recibe inmediatamente.
-
Y bien Señorita, ¿Usted viene por el tulipán negro? Sí Señor, me la han robado!
-
¿Se la han robado? ¿Y quién?
-
Oh, yo no puedo acusar a nadie, pero…
-
-
-
De todas formas, ha venido demasiado tarde, mi niña. Alguien ya ha presentado un tulipán negro esta mañana. ¿Quién? El Señor Isaac Boxtel. ¿Issac Boxtel? ¿Quién es? Esta es la primera vez que oigo ese nombre!
De repente, el rostro de Rosa se ilumina:
-
El Señor Isaac Boxtel. ¿Es un hombre delgado? Si
-
Y… es calvo?
-
Si
-
Y… y camina encorvado?
-
-
Pero si! Entonces, usted lo conoce? Él es! el Señor Jacob! Él es quien me han robado mi tulipán! Señor Jacob Pero ¿Qué dices? El se llama Isaac Boxtel! Señor! Yo digo la verdad! Yo digo la verdad! Me debe creer!
De repente, se escuchan unos gritos: <>
El príncipe Guillaume de Orange entra.
-
Monseñor, esta es su casa su alteza! ¡Qué honor! Estimado señor, he oído la noticia y espero ver el tulipán negro. ¿Dónde está?
-
Su dueño lo traerá, Monseñor, pero…
-
¿Qué tiene?
-
Hay un problema. Una joven reclama el tulipán. Ella afirma que es suya…
-
está en la habitación de al lado. ¿Una joven? Y bien, ¡interrogémosla! Yo soy el primer magistrado del país, yo voy a hacer justicia!
-
Ella
CAPÍTULO 7 Cornelius encuentra a Rosa Y bien, señorita, ¿Quién es usted? -
Yo soy la hija del guardián de la prisión de Loewestein. ¿Y usted afirma haber creado el tulipán negro? Es usted entonces una científica florista!
Rosa, ríe: -
Bueno no, yo soy una joven del pueblo… Se trata de un prisionero que ha creado
-
el tulipán negro. ¿Un prisionero? ¿Y quién? Cornelius Van Baerle.
-
Cornelius Van Baerle! El ahijado de Corneille de Witt, es un traidor, es un conspirador!
Guillermo de Orange se levanta y se pone furioso: -
Y Señorita, Usted sabe que está prohibido hablar con los prisioneros de estado! Es grave lo que ust ed hizo y yo voy a…
De repente un hombre entra: el lleva el tulipán negro. Rosa lloraba: -
El es! El Señor Jacob! El tiene mi tulipán! El la robó de mi habitación!
El príncipe le pregunta -
Señor ¿Quién es usted?
-
Yo me llamo Isaac Boxtel, Monseñor. Y ¿Este tulipán es suyo?
-
Si, Monseñor.
Pero Rosa no puede evitar llorar: -
¡Miente! Monseñor, pregúntele ¿Dónde están los tres bulbos? Y bien ¿Dónde están?
-
El primero murió, el segundo dio el tulipán negro…
-
Y el tercero?
-
El tercero… Está… está en mi casa!
-
Eso no es cierto! Monseñor, aquí está el tercer bulbo! Pertenece a Cornelius Van Baerle!
Rosa saca de su vestido el bulbo envuelto con una hoja y le entrega a Guillermo de Orange. El príncipe desdobló la hoja. Un mensaje escrito a mano le llama la atención. El lee:
Querido ahijado, Quema el paquete de cartas que te di. Quémalo sin abrirlo y sin mirar! Tú llegarás a vivir y salvarás nuestras vidas. Adiós y nos vemos. Corneille de Witt El príncipe se vuelve pálido -
Cornelius Van Baerle dijo la verdad! Este papel prueba su inocencia! Retírense! En dos días se hará justicia!
Dos días más tarde, Cornelius acompañado por dos guardias llegaron a Haarlem. Todos los habitantes se reúnen en la plaza del pueblo. El príncipe Guillermo de Orange, el presidente de la Sociedad de Horticultura, Isaac Boxtel, Rosa y los guardianes que rodean el tulipán negro que está colocado sobre un trono en el centro de la plaza. El príncipe le pregunta a Rosa: -
Señorita, ¿este tulipán es de usted?
-
Si, Monseñor Bien, he aquí los cien mil florines! Señor Boxtel, no proteste! Usted es un impostor y un ladrón! Será castigado como se debe!
Guillermo de Orange toma la mano de Rosa y se van a ver a Cornelius. -
Señor, usted ha sido condenado injustamente. Usted no habéis conspirado contra mí. Usted es un hombre libre. Puede ir a casa en Dordrecht y casarse con esta chica… a quien le debe mucho!
El pone la mano de Rosa en la de Cornelius. -
El tulipán negro se llamará << Rosa Baerlensis>>, como usted, Rosa Van Baerle, ya que ahora ese es vuestro nombre.