El Síndrome de 1941

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El Síndrome de 1941 por coloim » 18 May 2009, 10:44

El Síndrome de 1941 coloim Mensajes: 38 Registrado: 17 Nov 2008, 19:48

22 de junio de 1941: Operación Barbarroja. El ejército alemán invadió por sorpresa la URSS con la intención

http://www.lasegundaguerra.com/viewtopic.php?f=260&t=2494[14/08/2013 08:21:32 a.m.]


de Destruir el sistema defensivo soviético: + Soldados Alemanes: 3.000.000. + Soldados Soviéticos: 4.700.000. + Carros de Combate Alemanes: + 3.500. + Carros de Combate Soviéticos: 12.000. + Aviones Alemanes: 1.600. + Aviones Soviéticos: 6.000.

Las tropas alemanas, siendo muy inferiores, estaban mejor entrenadas y mandadas que las soviéticas y tenían una importante experiencia de combate tras haber conquistado buena parte de Europa: sus tácticas eran excelentes. Así lo demuestra la “guerra relámpago”, basada en la utilización intensiva de medios acorazados, fuerzas móviles y supremacía aérea. Días en ser Derrotadas: + Polonia: 37 Meses. + Dinamarca y Noruega: 2 Meses. + Benelux y Francia: 38 Meses. + Yugoslavia y Grecia: 22 Meses.

Los alemanes no podían fallar con un avance rápido que llevara a la toma de Moscú. No obstante, no lo consiguieron hasta invierno. Siendo las Causas: Fallos de evaluación y organización o Pérdidas de tiempo fatales, Indecisión en los objetivos estratégicos globales, Insistencia de cercar grandes núcleos de tropas soviéticas, Lluvias, Carencia de carros de combate y vehículos oruga, Evaluación equivocada de las fuerzas soviéticas y Gran resistencia de los soldados rusos. El fracaso estratégico alemán en el verano de 1941 dio paso al enfrentamiento militar más cruento de la SGM, debido al choque entre totalitarismos y a que los alemanes consideraban a los eslavos Untermenschen o “subhombres”. A pesar del fracaso, se logró pulverizar en pocas semanas la mayor parte del escudo defensivo soviético, miles de carros de combate y aviones, y embolsaron decenas de miles de soldados en grandes operaciones de cerco.

Mientras tanto, el 7 de diciembre de 1941, oleadas de aviones de la Marina japonesa destruyeron el grueso de la flota norteamericana en Pearl Harbor (Hawái) Los japoneses, sin mediar declaración de guerra previa, lanzaron el ataque un domingo a las 7,55 horas. Tardaron 18 días en llegar, pero la sorpresa fue mayor que el ataque alemán contra la URSS. El ataque tuvo un impacto táctico, dejando una profunda herida psicológica en la mentalidad norteamericana. La flota estadounidense del Pacífico quedó anulada y en las horas y días siguientes los japoneses conquistaron Filipinas, Hong-Kong, Malasia, Nueva Guinea y varios archipiélagos del Pacífico, además de Singapur (británico) Entre diciembre de 1941 y mayo de 1942, los japoneses ejecutaron su propia versión de la “guerra relámpago” en Extremo Oriente y a través del Pacífico, barriendo la resistencia de norteamericanos, británicos y holandeses: conquistaron el Sudeste asiático, Insulindia y el Pacífico occidental. Los aliados perdieron 335.000 soldados a costa de sólo 15.000 japoneses, que también habían atacado en inferioridad numérica.



La Operación Barbarroja y el ataque de Pearl Harbor tenían sus propios orígenes en la dinámica de la SGM. La invasión de la URSS formaba parte de las aspiraciones hitlerianas para hacerse con un Lebensraum o “espacio vital” en el Este de Europa. El ataque del general Tojo contra norteamericanos, británicos y holandeses pretendía asegurar el acceso al petróleo de Malasia e Indonesia. Anteriormente, Roosevelt había embargado el envío de materiales estratégicos a los nipones, que andaban escasos de derivados del petróleo y metales. El éxito de Japón significó el control del 88% del caucho mundial y el 54% del estaño. La sorpresa de ambos ataques fue muy grande. Es cierto que existían indicios claros previos a la agresión, pero las desastrosas derrotas que siguieron muestran la desorganización de ambos países. Ambos ataques traumatizaron a soviéticos y norteamericanos, y condicionaron sus políticas militares y exteriores. Los EEUU y la URSS habían eludido participar en el juego diplomático internacional en correspondencia con su rango de grandes potencias, debido a la desconfianza que sentían ante los imperios británico y francés, justificado por la frustrante experiencia que había significado la paz de la PGM. De ahí que Moscú y Washington concentraran sus esfuerzos en la construcción de potentes aparatos defensivos para “mantenerse al margen” y a la medida de sus propias preocupaciones. Los norteamericanos siguieron obsesionados por la supremacía naval y la Unión Soviética optó por la creación de un extenso ejército altamente mecanizado. Ambos estados también asumieron la doctrina del poder aéreo.



Franklin D. Roosevelt

Este doble ataque sorpresa fue uno de los antecedentes de la Guerra Fría. El final de la SGM en 1945 significó el triunfo absoluto de Estados Unidos y la Unión Soviética, las dos potencias “violadas” en 1941 y que ahora quedaban frente a frente manteniendo su actitud recelosa ante el mundo exterior. A partir de 1949, año que los soviéticos desarrollaron su primera bomba atómica, las dos superpotencias erigieron con rapidez un sistema defensivo destinado a prevenir una sorpresa traumática como la de 1941. Así iniciaron una carrera de armas nucleares basada en la doctrina del primer golpe. La Guerra Fría tuvo sus orígenes en la SGM, pero ni la URSS ni los EEUU tenían una conciencia clara de que algún día pudiese tener lugar bajo la forma que adquirió. Por el contrario, los Aliados no tenían la esperanza de terminar como vencedores; así se sucedieron urgentes conferencia Ínter-Aliadas. En la Conferencia de Terranova, en agosto de 1941, Roosevelt y Churchill establecieron las bases políticas de una alianza angloamericana en función del conflicto con la guerra submarina en el Atlántico norte. También crearon la Carta Atlántica, en la que formulaban 8 principios para la paz mundial (renuncia a la agresión, derecho de los pueblos a escoger sus gobernantes, desarme de los agresores, libre acceso al comercio internacional…).



Winston Churchill

Después se sucedieron toda una serie de conferencias de coordinación militar y política que habían de clarificar los principales objetivos comunes de las potencias aliadas y cómo mejor llevarlos a buen fin. 1942 supuso un giro favorable: la victoria americana de Midway contra los japoneses en el Pacífico, el desastre alemán en Stalingrado, la liberación angloamericana del Magreb francés… Y en 1943 las relaciones interaliadas dieron paso a las cumbres entre los dirigentes de “los tres grandes”. El objetivo de estos encuentros era establecer un marco conceptual global con vistas a la reorganización del mundo de posguerra, que iba a cambiar con la derrota de Alemania y Japón. El 9 de octubre de 1944, Churchill aterrizó en Moscú y fue recibido por Stalin. El viaje tenía lugar por iniciativa del primer ministro británico, deseoso de implicar a los soviéticos en un acuerdo sobre el destino de la mitad oriental del continente europeo. Por entonces, Finlandia había salido de la guerra y los soviéticos ocupaban buena parte de Polonia. También Rumania y Bulgaria abandonaron el bando del Eje, permitiendo al Ejército Rojo trazar un enorme arco por la península balcánica hasta Belgrado. En Grecia, tropas británicas habían desembarcado el 4 de octubre.



Iósif Stalin

Hitler, a sabiendas de que en los Balcanes intervendrían las tropas soviéticas y angloamericanas, por primera vez en la guerra, se había apresurado a retirar sus tropas de ese escenario. Juzgaba un enfrentamiento EsteOeste y quería precipitarlo, en cuyo caso creía que los angloamericanos se pondrían de su parte en una nueva cruzada contra la Unión Soviética. Los británicos presionaron a los americanos para tomar Trieste, pero Roosevelt se negó, ya que tenía dudas sobre la conveniencia de implicarse en los Balcanes, que comenzaba a considerarse territorio de influencia soviético. El principal frente de fricción estaba en Polonia, donde la atención de los aliados occidentales se prolongaría en el tiempo debido a una combinación de deudas sentimentales y consideraciones políticas. Los polacos habían combatido activamente junto a los aliados pero los soviéticos desconfiaban de su gobierno en el exilio londinense. Así se inició una tensión abierta entre ambos. En el verano de 1944, los soviéticos, atrincherados en Varsovia, asistieron impertérritos a la aniquilación del clandestino Ejército Nacional polaco que se había alzado contra Alemania. Los nazis pudieron aplastarles fácilmente ante la pasividad soviética. Incluso algunos aviones británicos que pretendían abastecer a los insurrectos fueron atacados por cazas soviéticos. En el encuentro con Stalin, Churchill tuvo que sacrificar los intereses de sus aliados polacos a la necesidad de mantener satisfecho a su socio soviético. Churchill propuso un reparto proporcional de la influencia angloamericana y soviética en toda la Europa centro-oriental. Las dos grandes potencias se repartían, pues, el destino de millones de personas. A cambio creía obtener de Stalin la concesión de aceptar elecciones libres y del respeto de los derechos humanos. Las cosas se estaban complicando: Churchill, desde 1941, había mantenido más encuentros con Stalin que Roosevelt, y consideraba que algunos asuntos eran demasiado sofisticado para los norteamericanos. Churchill pretendía influir en la situación política de los Balcanes, confiando en la aparición de procesos electorales libres sobre la cerrada estructura estalinista. Pero la ocupación militar soviética dictaba y dictaría sus normas a quienes no se asimilasen a la política estalinista. Las preferencias norteamericanas pasaban por un acuerdo global y deseaban una reunión a tres. Roosevelt no iba a tolerar acuerdos porcentuales sobre esferas de influencia en Europa oriental. La reunión tripartida se celebró en febrero de 1945 en Yalta, en unas condiciones difíciles, dada la destrucción de la guerra. Los tres se ciñeron a las realidades militares: Churchill y Roosevelt a que el Ejército Rojo ocupaba ya los Balcanes, Polonia y la mitad de Hungría; y Stalin a la presencia de tropas angloamericanas en Oriente Medio y los países mediterráneos.



Los tres líderes aliados: Stalin, Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill reunidos en la Conferencia de Teherán

Los británicos intentaron asegurar elecciones libres y democráticas para los países ocupados por los soviéticos, en especial Polonia. Pero la delegación norteamericana tenía en mente otros escenarios, como los antiguos territorios coloniales. Al final acabaron contentándose con las vagas garantías de Stalin. La principal prioridad para Roosevelt era asegurarse la contribución soviética a la derrota del Japón y a la construcción de las Naciones Unidas. Y todos estuvieron de acuerdo en los planes para desarmar y ocupar la Gran Alemania creada por Hitler. En resumen, existía un consenso interaliado para reconstruir el sistema de estados europeo más o menos como había sido antes de la expansión nazi comenzada en 1938, acompañado de algún tipo de acuerdo sobre sus formas de organización política. Yalta fue una conferencia intermedia más que debía zanjar muchos puntos en otra reunión tras derrotar militarmente a Alemania. Pero cobró más relevancia porque fue en la que participaron por última vez juntos los tres grandes líderes de la SGM: Roosevelt moriría poco después, Churchill perdería las elecciones y sólo Stalin permanecería en la siguiente reunión. Ésta se celebró en Potsdam en julio de 1945, y reunió a Truman, Attlee y Stalin. Se trataron las reparticiones a pagar por Alemania, de sus nuevas fronteras orientales y de la forma de aplicar la desnazificación. Pero también terminó sin grandes resultados globales: nunca se redactó ni se firmó ningún tratado de paz con la vencida Alemania ni con Japón. Diplomáticamente, la SGM nunca terminó: quedó congelada por la Guerra Fría.

Winston Churchill, Franklin D. Roosevelt y Iósif Stalin en Yalta, Febrero de 1945



Crear un organismo interestatal, multilateral y respetuoso con los intereses de los “cinco Grandes” (Estados Unidos, Reino Unido y Unión Soviética, más Francia y China) no fue difícil. De agosto a octubre de 1944 todo fueron revisiones y modificaciones de la cumbre de Yalta. Y el 25 de abril de 1945 se organizó la Conferencia de San Francisco, que redactó la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que representaba a los 20 países firmantes de la Declaración de las Naciones Unidas de 1942, más los 20 países que habían declarado la guerra a las potencias del Eje antes de marzo de 1945. Polonia fue admitida como Estado fundador. Los alemanes deseaban un enfrentamiento entre las dos grandes potencias, pero esto sólo sería posible tras la destrucción del nazismo. Y la Guerra del Pacífico era un asunto exclusivo de los angloamericanos, ya que la URSS había mantenido su propia contienda armada con el Japón en 1939 en la frontera entre Mongolia y Manchuria, y los agresores japoneses quedaron sin ganas de repetir la experiencia. Fuente Texto y Fotos:

http://es.wikipedia.org http://commons.wikimedia.org http://www.buenastareas.com http://www.emagister.com Saludos Derramo sangre por gente que la derramaría por mi. Lema de mi antigua Unidad. COPE Ejército Argentino.

Re: El Síndrome de 1941 por cocinilla » 18 Sep 2011, 08:30

Tema Revisado y Corregido Grande Ammiraglio cocinilla

Unidad: Decima Flottiglia MAS Medallas: 31 Victorias: 72 País 2GM: Italia Zona/Región: Mediterráneo Mensajes: 4907 Registrado: 17 Sep 2009, 12:58 País: Cocinando unos Frutti di Mare y Orata al Finocchio con una buena copa de Vernaccia di San Gimignano

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