Apuntes sobre Arcipreste Arcipreste de Hita. Lit. Española I. Prof.: Fernando Rocha. Año 201
El «Libro de Buen Amor», Amor», ejemplario ejemplario de fábulas a lo lo profano
Por María Jesús Lacarra (Universidad de Zaragoza)
Los cuentos en verso no tienen una amplia representación dentro de la literatura castellana medieval. Prácticamente su presencia se reduce a las obras del «mester de clerecía» con escasos testimonios en el Libro de Alexandre en el Libro de Apolonio ! !a en el siglo "#$ con los incluidos dentro del Rimado de palacio ! del Libro de buen amor amor . %in embargo los cuentos de &uan 'uiz suponen una gran innovación tanto por su abilidad al contarlos como por la ironía con la ue altera sus tradicionales lecciones. %u maestría nos devuelve las vie*as +ábulas esópicas abiertas a sugerentes lecturas. ,l tema pese a ue a sido ob*eto de numerosos traba*os a-n permite nuevas interpretaciones . /0u1 entendemos por cuento dentro del Libro de buen amor 2 /3uántos son2 /,s posible analizarlos separándolos de su conte4to2 %on algunas de las preguntas ue surgen al acercarnos a ellos. Puede parecer ocioso recordar ue el Libro de buen amor se con+igura como una +icticia autobiogra+ía amorosa iniciada a partir de la estro+a 55 ! conclu!e en la 678. Los materiales ue se acumulan al principio ! al +inal claramente paralelos en mucos casos cumplen una +unción introductoria ! epilogal aunue tambi1n est1n engarzados por un ilo conductor en primera persona. Los cuentos por emplear de momento un t1rmino com-n se insertan todos dentro de esa +icticia autobiogra+ía amorosa salvo uno «9e la disputa:ión ue los griegos e los romanos en uno ovieron» (;6<6=) 7 ue se inclu!e entre la materia prologal. %uponen una ruptura en el tiempo el espacio los persona*es (en mucas ocasiones sus protagonistas son animales) ! por supuesto en el narrador. 3orresponde al -nico momento en el ue el «!o» se oculta ba*o el ropa*e más convencional del narrador omnisciente en tercera persona pues asunto aparte sería el parcial oscurecimiento de la primera persona en el 9ebate con don 3arnal o en el episodio de do>a ,ndrina tema ue no vo! a tratar. ,n total suman == cuentos aunue la concordancia en esta «cuenta de cuentos» no sea completa entre los críticos. ?sí por e*emplo para #an @icael = autor del artículo más esclarecedor ! completo sobre el tema serían =8 !a ue computa las estro+as 78A<78B simple alusión a un te4to bíblico (## Reyes "#) sin independencia narrativa ! la «3ántica de los cl1rigos de Calavera» (6BD<5DB) ue actualmente viene considerándose por la crítica como «pieza independiente a>adid a>adidaa ! estru estructu ctural ralmen mente te desga desga*ad *adaa del del Libro de buen amor ».; Por Por el cont contra rari rio o &uan &uan 3arl 3arlos os 8 Cemprano opera sólo con 7B !a ue selecciona los ue considera «populares» para realizar un estudio mor+ológico. Proced Procedi!ie i!iento ntoss de inserc inserci"n: i"n: 9os son los mecanismos utilizados por &uan 'uiz para insertar sus cuentos. 9irigi1ndose directamente al lector u o!ente del Libro o bien indirectamente puestos en boca de un persona*e narrador uien lo re+iere a otro persona*e. ,l primer sistema sólo lo utiliza en cuatro ocasionesE «La disputa:ión ue los griegos e los romanos en uno ovieron» (;6<6=)F «,l nas:emiento del +i*o del re! ?lcarez» (7B<=B)F«9el en4ienplo del ladrón e del mastín» (5;<5A) ! «,l asno sin ore*as e sin su corazón» (AB71s al título ## del Digesto, de origine juris nG ; /A7<7862) ! la categoría social de los protagonistas del segundo los distancian de las +ábulas o cuentos +olclóricos usados por do>a Haro:a o don ?mor. ?demás los dos e*emplos como a se>alado 9e!ermond 6 son claramente introductorios ! paralelos. La inserción de la disputa entre los griegos ! los romanos en las estro+as iniciales responde a los dictados de la retórica del exordium . ,n el exemplum desconcertante para los críticos se contraponen dos interpretaciones con+lictivas ambas erróneas. ,l sabio griego es superado por el r-stico romano en una clara adaptación de las pare*as +olclóricas del tonto listo ! el listo tonto. Las di+icultades surgen cuando el lector se pregunta a u1 p-blico se dirige &uan 'uiz ! cuál es el tipo de lectura ue desearía ue ici1ramos de su Libro. ,n el segundo se contrastan los *uicios discrepantes de cinco sabios ue predicen el +uturo del i*o del re!F sin embargo todos los augurios resultan acertados. ?mbos giran sobre la pluralidad de de buen amor . interpretaciones tema adecuado para los inicios de un te4to tan polis1mico como el Libro de Los restantes cuentos están narrados por persona*es de la +icción. %iguiendo el orden de aparición nos encontraríamos con dos relatos contados por la «due>a cuerda» en la primera aventura amorosaF uince en 1
el debate entre don ?mor ! &uan 'uiz (de los cuales este -ltimo narra doce)F otros dos narrados por Crotaconventos en la cuarta aventura amorosa la de do>a ,ndrina ! +inalmente Crotaconventos ! Haro:a se reparten un total de diez. 9e estas ci+ras se pueden sacar algunas conclusiones iniciales. ,l principal narrador de cuentos es &uan 'uiz persona*e en sus alegatos contra don ?mor seguido por Crotaconventos uien trata así de persuadir primero a do>a ,ndrina ! luego a do>a Haro:a para ue cambien de actitud. 3omo es abitual la condición de narrador de cuentos recae sobre los persona*es más relevantes. La voz narrativa del ?rcipreste no solo es la más rica sino tambi1n la más original por la ma!or comple*idad de sus relatos. Pero como se>ala &uan 3arlos Cemprano 5 los protagonistas de sus cuentos casi nunca obtienen lo ue buscan lo ue parece re+le*ar los +racasos del protagonista del Libro. Ia! dos grandes bloues ue agrupan el ma!or n-mero de cuentosE el debate con don ?mor ! el episodio de do>a Haroza. ,l debate ue se e4tiende desde la estro+a A a la 856 se inicia con la llegada una noce a casa de &uan 'uiz de don ?mor. &uan 'uiz tras narrar dos cuentos acusa a don ?mor de arrastrar a los enamorados acia los pecados capitales. 3ada uno de los oco pecados (la ci+ra obedece al desdoblamiento en dos de la codicia al igual ue ocurre en el Libro de Alexandre) va acompa>ado de e*emplos derivados de la istoria sagrada ! pro+ana ! conclu!e con una ilustración narrativa. ,s decir se alternan las secuencias didácticas acompa>adas de alusiones bíblicas ! clásicas con las narrativas en una estructura similar a la utilizada en los tratados de vicios ! virtudes. %i en el debate &uan 'uiz parece adoptar la voz del predicador don ?mor en su respuesta muco más mesurada escoge la postura del maestro ue trata de «castigar» al *oven discípuloE «0uisiste ser maestro ante ue dis:ípulo serJ e non sabes mi manera sin la de mí aprenderFJ ó! e le!e mis castigos e sábelos bien +azerEJ recabdarás la due>a e sabrás otras traer» (;75). Cambi1n reparte su ense>anza entre discursos didácticos con el retrato de la belleza +emenina ideal la alcaueta per+ecta las propiedades del dinero... ! narrativos. Los tres cuentos ue narra don ?mor son la ilustración de sus tres mandamientosE no seas perezoso no abandones a la mu*er ! no bebas. Las dos primeras má4imas las e*empli+ica con dos cuentos cómicos el «,nsienplo de los dos perezosos» (;85<;65) ! el «,n4ienpo de lo ue conte:ió a don Pitas Pa!as pintor de Kreta>a» (;5;<;A;) mu! pró4imos a la tradición +rancesa de los fabliaux pero sin modelo e4acto. La tercera con el exemplum del ermita>o al ue volver1 más adelante. ,l «,nsienplo de los dos perezosos» sigue una clara estructura +olclórica. 9os persona*es masculinos rivalizan por la misma due>a ! 1sta decide escoger al «más perezoso» (;8Bb). ,l inicio parece pues una versión paródica ! degradada de las pruebas impuestas a los aspirantes a la mano de la princesa como encontramos en tantos cuentos tradicionales. Los aspirantes «mu! bien apuestos e verás uán +ermososEJJ el uno era tuerto del su o*o derecoJ ronco era el otro de la pierna contreco» (;85dF ;8Aab). La prueba impuesta por la due>a no consiste en demostrar la má4ima valentía o ingenio sino en superar al contrario en pereza. %in embargo el lector !a advierte cuál será el +inal cuando lee ue «esto dezi1 la due>a ueri1ndolos abeitar» (;8Bc). Las istorias de los pretendientes suponen una e4plicación del origen de sus de+ectos +ísicos e4ibidos triun+almente como demostración palpable de su perezaF los grotescos detalles permiten asociar sus discursos a los de los contadores de mentiras A. @ás pró4imo al aut1ntico debate me parece el episodio de do>a Haro:a cuando siguiendo los buenos conse*os de Crotaconventos &uan 'uiz decide corte*ar a alguna mon*a (entre las venta*as se>aladas por la alcaueta están ue «non se casará luego nin saldrá a con:e*o»(==7c) ! podrá comer buenos dulces). Los recelos de do>a Haro:a para de*arse tentar ! los es+uerzos de Crotaconventos +uncionan tambi1n como un d1bil marco narrativo ue encierra en sí un total de diez cuentos repartidos a lo largo de dos días (cuatro ! seis) lo ue supone las tres partes de la narración. ,sto a eco ue algunos críticos como H!bbon< @on!penn!B se planteen si los cuentos en sí mismos no son más importantes en este episodio ue la aventura con la mon*a. 3onviene tambi1n tener en cuenta como subra!ó @aría 'osa Lida ue las características de la amada acían di+ícil ue la acción discurriera por espacios abiertos. #ipolo$%a de los cuentos del Arcipreste: ,l eco de argumentar ! e*empli+icar por medio de cuentos así como las an1cdotas escogidas por &uan 'uiz no supone en sí mismo una gran novedad. Un ombre ilustrado del primer tercio del siglo "#$ conocería un amplio caudal de cuentos recibidos tanto por cauces orales como escritos sin ue mucas veces las procedencias o vías de di+usión sirvieran para establecer !a ninguna clara distinción. Por un lado la peculiar situación istórica de la península abía eco ue desde +ecas mu! tempranas circularan una gran variedad de relatos orientales como lo muestran la Disciplina Clericalis obra escrita en latín por el converso Pedro ?l+onso en el siglo "## o las traducciones al castellano del Calila e Dimna ! del endebar . La ma!or novedad de estas colecciones residía en sus aspectos +ormales en la peculiar manera de subordinar los cuentos a unidades ma!ores. tras obras surgidas en la península en ambientes ispanoebreos o ispanoárabes
delicias o !l collar de la paloma < prueban cómo la integración de elementos narrativos ! didácticos +ue en
su momento característica de la literatura oriental. ?ora bien /podemos e4trapolar ue &uan 'uiz seguía claros modelos orientales al incluir dentro de su obra un amplio n-mero de cuentos2 9esde ue ?m1rico 3astro D analizó la singular estructura del Libro de buen amor a la luz del tras+ondo árabe de la civilización espa>ola medieval mucos críticos siguieron viendo rasgos orientalizantes en 1l conectándolo tanto con obras ispanoárabes como ispanoebreas. Para @aría 'osa Lida parecía no aber dudasE «9entro del debate la variante +avorita de &uan 'uiz es la de la didáctica popular oriental donde el diálogo no procede por argumentos abstractos sino por +ábulas ! apólogos». Pero de*ando a un lado los procedimientos de inserción sorprende descubrir la escasez de +uentes claramente orientales entre los cuentos del Libro de buen amor . La istoria del «Mas:emiento del +i*o del re! ?lcarez» (7B<=B) uizá sea de procedencia oriental ! en todo caso el padre «era un re! de moros» (7Ba) aunue tambi1n se a!an se>alado paralelismos en la tradición occidental 7F 9on "imio (=7<=5) es «alcalde de Kugía» (entre ?rgel ! C-nez) en un relato sin claras +uentes conocidas. La +ábula del alano ! la sombra (776<77B) se alla tambi1n incluida en el Calila e Dimna sin ue sea 1sta su -nica vía de di+usión. ,n cuanto al «,n4ienplo de la raposa ue comi1 las gallinas en la aldea» (;7<;7D) pertenece a la variedad oriental de los iete abios aunue no +igura en su versión castellana =. ,n conclusión parece más bien ue &uan 'uiz no e4tra*o sus materiales narrativos directamente de +uentes árabes siendo mucas veces el orientalismo algo reducido a un nivel super+icial casi decorativo. 3omo es bien sabido tambi1n la #glesia venía recurriendo desde siglos atrás a la vía del exemplum como apo!o a su labor edi+icante. ? partir del #$ 3oncilio de Letrán (78) +ranciscanos ! dominicos emprendieron la recopilación de mucos de estos exempla en colecciones escritas los llamados e*emplarios con lo ue +acilitaban su di+usión ! su mane*o. Un autor coetáneo de &uan 'uiz como es don &uan @anuel muestra su +amiliaridad con esta tradición cuando recrea artísticamente mucos de estos materiales en !l conde Lucanor . %in embargo tampoco los cuentos del Libro de buen amor se identi+ican ineuívocamente con los exempla salvo alguna e4cepción pese a ue la condición eclesiástica de su autor así lo iciera esperar. La más evidente la encontramos en las coplas 87B<8; con el «ensienplo estra>o» (87Bd) del ermita>o bebedor como el mismo te4to lo cali+ica ;. ,l argumento se a*usta desde el principio a uno de los asuntos más +recuentes en las "idas de los antos #adres E el del buen religioso aislado totalmente de la civilización ue tentado por el demonio se a+iciona al vino ! cae +inalmente en los peores vicios (Cubac nG A6F motivo & ;A8E Los tres pecados del ermita>o). ,l relato como a mostrado I. . Kizzarri8 aparece en diversos e*emplarios siempre para amonestar contra los e+ectos perniciosos de la bebida ! contra las tentaciones del demonio. La sorpresa surge en el Libro de buen amor cuando descubrimos ue este e*emplo lo cuenta don ?mor para advertir al protagonistaE «si amar uieres due>a el vino non te incala» (8;8d). ,l nuevo conte4to en el ue se inserta anza ue su narrador uiere e4traer de 1l< con+ieren a este exemplum una apariencia «a lo pro+ano» del mismo modo ue algunos incluidos en el $arlaam o el "L$### de !l Conde Lucanor resultan ser versiones «a lo divino» de cuentos orientales. La gran ma!oría de los relatos están protagonizados por animales. Los modelos +ueron en parte desvelados por tto CacNe en B ! de un modo casi de+initivo por la magna tesis de Oeli4 Leco! en B=A a lo ue a venido a sumarse más recientemente O. 'odríguez ?drados 6. 9e estos traba*os se conclu!e ue &uan 'uiz conocía la tradición +abulística clásica tal ! como circulaba ampliamente en la ,dad @edia. 9e las numerosas colecciones medievales de +ábulas la más conocida es el Romulus códice en el ue se traducen ! prosi+ican +ábulas procedentes de Oedro *unto a otras sin identi+icar. ,l nombre alude a un tal 'ómulo i*o de Ciberino ue seg-n el prólogo las abría retomado del griego. 9e estas colecciones salieron a su vez otrasF versiones latinas ! metri+icadas como la de alter el #ngl1s (capellán de ,nriue ## de #nglaterra en el siglo "##) o +rancesas como la de @aría de Orancia. ,l ma!or n-mero de concordancias se da con la versión metri+icada de alter el #ngl1s ! en menor medida con el RomulusF por -ltimo algunas +ábulas sin identi+icar por O. Leco! parecen derivar seg-n O. 'odríguez ?drados de otras +ábulas latinas sin localizar pero no de recreaciones castellanas ni orientales. ,n un principio una clasi+icación tipológica no se ale*aría muco de la trazada por Oeli4 Leco!. 9e los == cuentos incluidos en el Libro de buen amor 78 responden claramente a las consideraciones de +ábulas de los cuales se an localizado 7 en la tradición esópica (o me*or «+edriana» en palabras de Orancisco 'odríguez ?drados). Cres conectan con la tradición +olclórica de cuentos cómicos pró4imos a los populares fabliaux sin ue tengan e4actos modelos conocidos. @e re+iero al «,nsienpro del gar:ón ue uería casar con tres mugeres»(AB<B6) ue O. Leco! incluía en el apartado de los «cuentos morales ! exempla» el «,nsienplo de los dos perezosos ue uerían casar con una due>a» (;85<;65) !
el «,n4ienplo de lo ue conte:ió a 9on Pitas Pa!as pintor de Kreta>a» (;5;<;A;). tros tres «9e la disputa:ión ue los griegos e los romanos en uno ovieron» (;;<6=) «9el *uizio ue los :inco sabios naturales dieron en el nas:emiento del +i*o del re! ?lcarez» (7B<=B) ! la istoria de «$irgilio el nigromante» (76<76A) corresponden a lo ue O. Leco! llama «cuentos eruditos» por estar más pró4imos a una tradición escrita. Oinalmente dos «,l ermita>o borraco» (87B<8;=) ! el «,n4ienplo del ladrón ue +izo carta al diablo de su ánima» (;8;<;58) conectan con la literatura religiosa ! e*emplar con algunas salvedades. Para un lector de principios del siglo "$ ! más si pertenecía al ámbito eclesiástico la gran ma!oría de estos cuentos podían englobarse ba*o un mismo t1rminoE «en4ienplo» (o con su variante ortográ+ica «ensienplo»). ,sto es lo ue ace el salmantino ?l+onso de Paradinas cuando al copiar acia ;8 el Libro de buen amor (en el llamado por la crítica manuscrito %) a>ade unos epígra+es para +acilitar la lectura. Las e4cepciones son escasas 5E «9e la disputa:ión ue los griegos e los romanos en uno ovieron» (;;<6=) ! «9el *uizio ue los :inco sabios naturales dieron en el nas:emiento del +i*o del re! ?lcarez» (7B<=B) ambos con modelo escrito e insertados directamente ! «9el pleito uQel lobo e la raposa ovieron ante 9on "imio alcalde de Kugía» (=7<=5) del ue seguidamente tratar1. Los t1rminos «disputa» «*uicio» «pleito» parecen indicar ue para el copista del "$ no se trata de e*emplos verosímiles sino de casos reales parodia de los debates teológicos o de las prácticas *urídicas. ,l propio autor nos de*a pocas apro4imaciones terminológicas ! 1stas a mi *uicio de controvertido valor tipológico. ,l persona*e de &uan 'uiz en su e4tenso debate contra don ?mor presenta sus tres -ltimas +ábulas con +órmulas retóricas ue encarecen su utilidadE «9ezirte e el en4ienplo s1ate provecoso» (=a)F «Ró! +abla provecosaS» (=7Dd) ! «entiende bien la +abla e por u1 te lo digo» (;D5d). La utilización de «en4ienplo» en el primer caso +rente a «+abla» en los otros dos no parece responder a ninguna razón especí+ica !a ue a continuación se inserta «La muerte del león» +ábula de tradición esópicaA. 9on ?mor en su respuesta anuncia sus dos primeros cuentos cómicos de la siguiente +ormaE «9ezirte e la +aza>a e los dos perezosos» (;85a) ! «9el ue olvidó la muger te dir1 la +aza>a» (;5;a). ,l t1rmino «+aza>a» solía emplearse para re+erirse a an1cdotas o istorias reales ue se aportaban para ilustrar alg-n caso *urídico como se re+le*a en los +ueros. %in embargo ninguno de estos dos cuentos se conserva en un te4to legal por lo ue no tengo claro ue la utilización de esta voz est1 conectada con estas prácticas B. Pudiera pensarse sin embargo en una distinción fabla %s& fa'a(a en la ue este -ltimo t1rmino aludiría a sus protagonistas umanos +rente a los animales. Pero esta impresión no se con+irma en el debate entre la mon*a Haro:a ! CrotaconventosE 9o>a Haro:a anuncia la «+aza>a» (=6Bd) del «@ur de @on+errado e del mur de HuaTdal+a*ara» (=5D<=A=) a lo ue la vie*a responde con la «+abla» (=A6d) «9el gallo ue +alló el :a+ir en el muladar» (=A5<=AA). Los distintos persona*es narradores &uan 'uiz don ?mor do>a Haro:a o la vie*a Crotaconventos emplean las voces «en4iemplo» «+abla» o «+aza>a» como t1rminos intercambiables para anunciar sus relatos en estro+as ue a modo de breves prólogos inclu!en distintas +órmulas de «captatio benevolentiae» ! «attentum parare». ,n estos momentos de comunicación entre el narrador ! el o!ente el cuento puede ser aludido ! cali+icado de diversas maneras en +unción siempre de las e4pectativas ue el narrador uiera despertar en su receptor. 9estaca entre todas por su e4presividad la siguiente presentaciónE )e(ora*, di' la %ieja, )dir+%os un juguete no-m cunta conbusco como al asno con el blanc.ete /ue +l %io con su se(ora jugar en el tapete0 dir+%os la fablilla7D si me dades un risete&
Crotaconventos acaba de lamentarse de ue do>a Haro:a siempre se encuentra ocupada en oscuros ! serios menesteres «negra ledanía» «cantando» «le!endo» «contendiendo» «re>iendo» ! pretende cambiar la actividad cotidiana de la mon*a pues «nunca vos e +allado *ugando nin re!endo» (=B5c). ,l sentido erótico de estos verbos acentuado por lo ue se lee en la estro+a =BB encuadra aora los t1rminos «*uguete» «+ablilla» ! «risete» ue la vie*a usa para anunciar su istoria. Los cambios ue los estudiosos an encontrado en esta nueva versión de la vie*a +ábula esópica van en esa misma línea. ,l amo es sustituido por una «se>ora» ! coerente con esta modi+icación el catulus de los te4tos latinos es suplantado por un «blancete» ue «*ugava besava +alagava ! amava» a su due>a 7. ,n resumen la utilización de las voces «en4ienplo» «+abla» o «+aza>a» dentro del Libro de buen amor no parece regirse por claros principios +uncionales. La escasa precisión con la ue el autor utiliza la terminología gen1rica indica ue no percibía grandes di+erencias entre sus relatos breves. Unos ! otros procedían de la tradición escolar ! son los críticos actuales uienes en su a+anosa b-sueda de +uentes ! &
paralelos trazan las distinciones. ,stas obras se estudiaban ineludiblemente en clase ! los alumnos medievales se e*ercitaban con ellas para aprender las materias del tri%ium siguiendo una costumbre ue se abía iniciado !a en el siglo ##. La ense>anza medieval de la retórica tenía una vertiente práctica en la ue los escolares ampliaban abreviaban o dramatizaban te4tos breves como las +ábulas. ,sto e4plica la enorme popularidad de esta tradición ! a su vez la escasa +i*eza de unos te4tos ue se guardarían en la memoria. ?sí por e*emplo la +ábula ue narra el pleito del lobo ! la raposa ante el alcalde de Kugía (=7< =5) se e4tiende en largos pormenores *urídicos. ,l lobo en compa>ía de un abogado «ligero e sotil» (=7;c) el galgo se presenta ante don "imio alcalde de Kugía culpando a la raposa de robarF 1sta recurre a un buen abogado un mastín ove*ero uien se de+iende acusando al lobo de seguir id1nticas costumbres. La sentencia del alcalde considerada por los estudiosos como un modelo de práctica *urídica per+ectamente a*ustada al dereco romano ! al canónico puede tambi1n e4plicarse como un e*ercicio retórico77. ,l debate sobre casos imaginarios +ormaba parte de la instrucción legal ! así a partir de una vie*a +ábula ( Lupus et %ulpis, judice simio) pudo traba*ar &uan 'uiz. Posiblemente otras mucas +ábulas del Libro del ?rcipreste re+le*en las prácticas escolares de su autor ! pudieran incluso aberse compuesto en una etapa previa ! despu1s pasar a integrarse en el con*unto de la obra 7=. V aí es precisamente dónde reside la ma!or novedad de la obra. Mo tanto en los argumentos de sus cuentos sino en la +orma de narrarlos ! de subordinarlos a una estructura superior mucas veces alterando la morale*a tradicional para dar un vuelco irónico al relato. &uan 'uiz como todos los narradores de su tiempo busca una aplicación moral a la an1cdota pero la necesidad de a*ustar la lección al conte4to en el ue se inserta provoca a veces situaciones ambiguas o claramente irónicas. ,l mismo don ?mor narrador del e*emplo del ermita>o bebedor cuenta la aventura de don Pitas Pa!as (;5;<;A5). Pese a ue la +uente resulte incierta !a @aría 'osa Lida destacó su correspondencia en estructura ! tono con la tradición +rancesa de los fabliaux7;. ?l igual ue ocurre en mucos de estos cuentos cómicos el marido se comporta como un bobo a*eno al adulterio de su esposa ! contento con la sorprendente respuesta de 1sta. %in embargo los posibles modelos siempre destacan la lu*uria de la mu*er ! su capacidad para enga>ar al marido. Pero aora narrado por don ?mor debe invertirse la morale*a. ,l cuento es una clara advertencia contra los maridos ue olvidan a la mu*er ! la de*an pronto sola. 3omo se>aló P. 9unn 78 mucas veces las verdades ue enuncian los persona*es narradores son intacables pero los motivos ue les llevan a enunciarlas son inmorales. ,l análisis de una sola parcela
París 9roz B=A (reeditado con material suplementario de ?. 9. 9e!ermond en estmead Hregg #nternational B5;) ue debe complementarse con el artículo de #an @icael «Ce Ounction o+ te Popular Cale in te Libro de buen amor de Juan Rui' » en Libro de buen amor tudies ed. H. K. H!bbon<@on!penn! Londres Cámesis B5D pp. 55<7A. Para completar las re+erencias bibliográ+icas imposibles de recoger en un artículo cons-ltese aora de Hermán rduna Heorgina livetto ! Iugo W. Kizzarri «,l Libro de $uen Amor . Kibliogra+ía» 3uaderno Kibliográ+ico nG B en el $oletín $ibliogr3fico de la Asociaci4n 2isp3nica de Literatura Medie%al A (BB;) 7=<=56. 2(. Citulo los cuentos siguiendo los epígra+es de % -tiles aunue no sean del autor. Codas mis citas remiten a la edición de ?lberto Klecua @adrid 3átedra (Letras Iispánicas 5D) BB7. (. #an @icael art.cit. pág. 55. &(. &acues &oset 5ue%as in%estigaciones sobre el Libro de buen amor @adrid 3átedra BAA pág. 7. )(. &uan 3arlos Cemprano «Iacia una mor+ología de los cuentos populares en el Libro de buen amor*, 6exto Crítico == (BA8) 5A
ovieron ante 9on "imio alcalde de Kugía» (=7<=5) por no conocer ninguna otra versión del mismo además de presentar graves di+icultades de adaptación al marco general. *(. ?. 9. 9e!ermond «Ce HreeNs te 'omans te ?strologers and te @eaning o+ te Libro de buen amor*, Romance 5otes 8 (B6=<B6;) AAola B68 pp. AA<7D destacó cómo en @onmout el 1n+asis recae en los poderes de @erlín mientras ue en &uan 'uiz por vez primera dentro de la tradición la pro+ecía se basa en las estrellas. 1(. Hermán 3olón «La +ábula Y$ulpesY del yntipas griego el ?rcipreste ! don &uan @anuel» en !studios de Literatura y Ling8ística !spa(olas en .onor de L4pe' Molina Lausanne Iispania Ielvetica BB7 pp. A<B=. 1&(. Cambi1n circuló dentro de la tradición e*emplar el «,n4ienplo del ladrón ue +izo carta al diablo en su ánima» (;8;<;58). Pese a ue el tema del «pacto con el diablo» reaparezca con +recuencia en las colecciones religiosas (Cubac nG 67A) su presencia en el Romulus ! en @aría de Orancia prueba su di+usión entre el corpus +abulístico desde donde pudo llegar asta &uan 'uiz. %u narradora la mon*a do>a Haro:a no duda en cali+icarlo de «+abla» (;8=d). 1)(. Iugo Wscar Kizzarri «9os versiones manuscritas in1ditas del en4iemplo del ermita>o bebedor» 9ncipit 8(BA8) 8<7=. ,n la literatura espa>ola medieval se conserva otra versión en cuaderna vía dentro del Libro de Apolonio :;;o borraco insertado dentro del epígra+eE «9e cómo el ?mor castiga al ?r:ipreste ue a!a en sí buenas costunbres e sobrTe todo ue se guarde de bever muco vino blanco e tinto». Cambi1n carece de r-brica la +ábula de «,l estornudo del lobo» (566<55B) por un de+ecto en la *
transmisión te4tual. Por -ltimo la +ábula de «,l león el asno ! el lobo» (AB=as e de los nonbres del alca!ueta». 1,(. 9el mismo modo do>a Haro:a cali+ica de «en4ienplo» (;c) la +ábula de «La raposa ! las gallinas» (;7< ;7D). 1-(. Para Oernando Hómez 'edondo «H1neros literarios en don &uan @anuel» Ca.iers de linguisti/ue .ispani/ue m+di+%ale 5 (BB7) A5<78 la «+aza>a» tiene siempre ue aludir a unos ecos istóricos ! verosímiles (pág. 8). $1ase tambi1n &. L. Kerme*o «Oaza>as e istoriogra+ía» 2ispania =7 (B57) 6<56. 20(. ,l t1rmino «+ablilla» es utilizado por don &uan @anuel en el prólogo al Libro del ca%allero e del escudero . Para Oernando Hómez 'edondo art.cit. pág. 7 signi+icaría «narración breve de intención umorística». 21(. Husta+ Iolm1r «LQ,n4ienplo del asno e del blancete. 0uelues r1+le4ions sur le g1nie po1tiue de LQ?rcipr]tre de Iita» Moderna pra> L"#$ (B5D) 8B<5F Linda 9avidson «Ce Use o+ $lanc.ete in &uan 'uizQs Oable o+ te ?ss and te Lap<9og» Romance #.ilology """### (B5B) 8;<6D. 22(. %teven 9. [irb! «&uan 'uiz and 9on "imioE Ce ?rcpriestQs ?rt o+ 9eclamation» $ulletin of 2ispanic tudies 88 (B5A) 7A=<7A5 conecta esta +ábula con los e*ercicios retóricos de la controversia. Por su parte &os1 Luis Kerme*o 3abrero «,l saber *urídico del ?rcipreste» en !l Arcipreste de 2ita& !l libro, el autor, la tierra, la +poca& Actas del 9 Congreso internacional sobre el Arcipreste ?@B ed. @. 3riado de $al Karcelona %,',%? B5= pp. ;DB<;8 estudia la utilización de la +ábula como modelo de caso *urídico seg-n el dereco romano. Un pormenorizado análisis en esta dirección se encontrará en el libro de Ienr! ?nsgar [ell! Canon LaE and t.e Arc.priest of 2ita Kingampton MeX VorN @edieval and 'enaissance Ce4ts and %tudies BA; pp. AB<7. 2(. %ugerencia de &oan 3orominas en su edición crítica del Libro de buen amor @adrid Hredos (Kiblioteca 'ománica Iispánica Ce4tos ;) B65 pp. 87<8=. 2&(. La crítica se reparte entre uienes apo!an la cone4ión con los fabliaux ! uienes buscan modelos en los cuentos orientales latinos o +olclóricos siempre sin muco 14ito. 9onald @cHrad! en «Ce %tor! o+ te Painter and is Little Lamb» 6.esaurus == (B5A) =85<;D6 traza un panorama mu! completo con todas las ipótesis así como una relación de las numerosas versiones posteriores a &uan 'uiz. 2)(. Peter 9unn «9e las +iguras del ar:ipreste» en Libro de buen amor tudies ed. H. K. H!bbon<@on!penn! Londres Cámesis B5D pp.5B
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