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Capìtulo 12: Diagnóstico: la necesidad de la consejería
Diagnóstico: la necesidad de la consejería
E
l abordaje inicial que debe tener una persona portadora del VIH debe ser holístico e integrado, en un modelo de atención sanitaria en los que los procesos sicológicos y sociales son reconocidos como parte integral del manejo de los pacientes con el VIH/SIDA. Este manejo debería ser realizado por personal acreditado, con profundos conocimientos de sicología, sociología y medicina, que le permitirá un adecuado ejercicio profesional que cumpla con dos objetivos: un apoyo integrado a las personas afectadas directa o indirectamente por la infección VIH y la prevención de la transmisión de la enfermeenfer medad. Los consejeros consejeros deben tener un entrenamiento formal en el campo del VIH/SIDA y recibir supervisión clínica regular, como parte del cumplimiento de buenos estándares de práctica clínica.
Consejería Pre-prueba Cuando una persona, desea realizarse, de manera voluntaria, una prueba para el diagnóstico de la Infección VIH/SIDA, esta debe tener un asesoramiento o consejería previa a la
realización de este examen. Se debe dialogar con la persona, acerca del significado de un resultado positivo de la misma, de la existencia de un período de ventana, de los mecanismos de transmisión y prevención de la infección VIH. La presencia de comportamientos de riesgo de transmisión del VIH es una circunstancia que permite permite al consejero una excelente oportunidad oportunidad para educación educación en salud y comportamientos de sexo seguro, que puedan tener un gran impacto en la conducta del entrevistado. Las personas indicadas para para recibir este tipo de consejería son aquellas que tiene actividad sexual en áreas de alta prevalencia del VIH, hombres que tiene sexo con hombres, parejas de personas portadoras del VIH, personas con síntomas de la infección VIH, personas con conductas sexuales de alto riesgo y adictos a drogas intravenosas. No debemos olvidar que la prueba debe tener un consentimiento informado.
Consejería Post-prueba El resultado de la prueba del VIH debe ser entregado de manera personal y en un lenguaje si m ple, asegurando que la misma debe tener un alto grado de confidencialidad. Cuando la prueba resulta ser negativa, existe una excelente oportunidad para reforzar las propuestas educativas educativas en relación a la disminución de las conductas de riesgo sin olvidar que dependiendo de cada paciente se debe analizar la posibilidad de la existencia de un período de ventana y la posibilidad de realización re alización de un nuevo examen dentro de de un período período de doce semanas. Cuando la prueba resulta ser positiva, se deben tomar actitudes muy equilibradas en relación a la res puesta inmediata que que demuestre la persona diagnosticada de la
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infección, sin que el consejero demuestre ansiedad o falta de equilibrio en esta circunstancia. De manera inmediata se debe aconsejar a la persona persona para una cita con un médico especialista que inicie las pruebas para un diagnóstico confirmatorio, evaluación clínica, de laboratorio y tratamiento respectivo.
no es portadora del VIH (seronegativa) se deben tomar acciones cuidadosas en relación a las consecuencias sexuales y emocionales de la relación de pareja y por último, se debe entender que que la repuesta sicológica a la enfermedad puede ser asumida desde una perspectiva mucho más manejable cuando es compartida en pareja.
Respuestas sicológicas ante un resultado positivo del VIH
¿Puedo decirlo a otros que soy VIH positivo?
La respuesta sicológica a la presencia de un resultado positivo del VIH se enmarca en el contexto de las enfermedades crónicas que potencialmente amenazan la vida del enfermo. La mayor parte de los enfermos afrontan el problema de manera equilibrada y en las que se necesitan pocas intervenciones de carácter sicológico, en tanto que una minoría, evidencian períodos prolongados de tensión emocional, hostilidad y otros comportamientos que requieren evaluación y tratamiento psicológico y psiquiátrico, ya que el conocimiento de ser portador de la infección VIH puede desencadenar en el paciente un estado de shock, temor, angustia, ansiedad, depresión, ira, frustración y culpa bilidad. No debe olvidarse que que las personas con reacciones depresivas profundas deben ser manejadas cuidadosamente por el riesgo de suicidio.
En el entorno latinoamericano donde persisten serios prejuicios y discriminación en relación al VIH/SIDA, contarle a otra persona que uno es portador del virus resulta ser una decisión muy difícil, por las connotaciones sociales que pueda acarrear este hecho, ya que hay personas a quienes se les hará difícil aceptar su condición de seropositivo y hasta se puede ser rechazado en situaciones sociales, laborales o afectivas. Cuando una PVVS desee contarle de su condición a otra persona digna de confianza, debería saber que de ella podría sentir apoyo y cariño para sobrellevar su enfermedad; podría mantenerle informado acerca de los asuntos que afectan a su salud, familia y trabajo; y, y, pueda disminuir la posibilidad de transmitir la enfermedad a otros. Se debe recordar que cuando alguien se entere que usted es portador del VIH/SIDA, no se olvidará de que usted es VIH positivo.
Asesoría a la pareja: ¡Juntos es mejor! Esta debe ser realizada exclusivamente con el consentimiento explícito del paciente. En este tipo de consejería se pueden hacer valiosas recomendaciones en relación al ajuste del comportamiento sexual y estilos de vida que puedan abordar como pareja; interpretaciones erradas acerca de la transmisión deben ser puntualizadas, así como hábitos de sexo seguro; si la pareja
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