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a EL CAMINO NEOCATECOMUNAL AL DESCUBIERTO (LOS n i g KIKOS) á P
El “fondo” secreto neocatec!enales
de
las
co!n"dades
La opinión aproximada que, de oídas, tenía de estas comunidades era parcialmente favorable, considerando que se trat tr atab aba a de gr grup upos os be bené néc cam amen ente te ac acti tivo vos s y vo volu lunt ntar ario ioso sos, s, aunq au nque ue un unas as po poco co au autó tóno noma mas s y un po poco co ad adas as en al algu guna nas s origin ori ginali alidad dades es lit lit!r !rgic gicas" as" Per ero o el an anál álisi isis s ex ex#a #aust ustiv ivo o que #e podido reali$ar, por desgracia, me #a revelado un cuadro bien dist di stin into to y gr grav avís ísim imo o" %e po podi dido do es estu tudi diar ar at aten enta tame ment nte e un mamo ma motr treto eto de &'' pág página inas, s, que con contie tiene ne la las s ( orientaciones orientaciones) ) para los catequistas, extraídos (de grabaciones de los encuentros encuentro s con *i+o y armen para orientar a los catequistas de -adrid en febrero de 1./0)" La #istoria, nalidad, doctrina y prax pr axis is del Camino se encuentran condensadas en este mamotreto de un modo más auténtico" odas las citas entre comillas las #e copiado exactame odas exactamente nte de este es te vo volu lume men, n, pe perro si sin n in indi dica carr el n! n!me merro de pá pági gina na,, po porr tratarse de armaciones reiteradas a menudo y por no tratarse de un libr libro o 2dac 2dactilo tilogra graado ado y mim mimeogr eograa aado3 do3 normalmen normalmente te replicable" 4e trata, de #ec#o, de un texto reservado a los catequistas, que no se cede a ning!n otro" %e podido tenerlo y fotocopiarlo sólo mediante un estratagema" 5a aquí se vislumbra esta cualidad negativa de las comunidades6 el secreto, el esoterismo. esoterismo. 4e 4e lee repetidamente6 repeti damente6 (no digáis nada de estas cosas”; “lo que os digo no es para que lo digáis a la gente, sino para que vosotros lo tengáis de fondo, como base”. Pero es ustamente este fondo, esta base lo que resulta inadmisible" 7e a#í que los neocatec!menos neocatec!men os y sus superiores superiores eclesiásticos eclesiásticos 2a los cuales los cate ca tecu cume mena nale les s de demu mues estr tran an ta tant nta a ob obed edie ienc ncia ia3, 3, al no se serr iluminados acerca de tal (fondo), resultan enga8ados" 5 se trata,
#$a%lo $"&arro Moreno
como demostraré, prácticas"
de
graves 0desviaciones
doctrinales
y
a n i g á P
Tonos car"s't"cos todos fanat"&antes
9n el cuadro dolorosamente estático de ciertas parroquias los grupos catecumenales, con su actividad semanal 2reuniones bíblicas, preparadas por algunos miembros, por turnos, y una larga reunión eucarística3, con los intercambios de experiencias y el refuer$o comunitario de las reuniones de convivencia mensual, con el programático adiestramiento sobre soportar al próimo y el desprendimiento de los bienes, con la confesa perspectiva de encontrarse sólo en camino de (conversión) para proseguir en el (pre:catecumenado) y en el (catecumenado) 2camino de siete a8os: o veinte o más, en la actualidad3, tales grupos, dicen, dan una buena impresión de empe8o y fervor" Pero, en realidad, ;es fervor o fanatismo< ;9s fruto de gracia o de plagio< *i+o sigue adelante6 (No se trata, dice, de plagiar a nadie”, porque no os #acemos un lavado de cerebro a través de razonamientos”. 9n este caso tal (lavado” y el ( plagio (derivan, ustamente de la misma falta de ra$onamientos claros y de la fuer$a del bombardeo de armaciones drásticas, sugestionantes, de tono carismático" =demás de las obvias diferencias de contenido, es con tales métodos sugestionantes y con la radical imposición de una guía con fuerte autoridad, que #a sobrevenido en =mérica el plagio de masas, movimientos pseudorreligiosos subyugadores y advenedi$os movimientos pseudorreligiosos y sociales, #asta que el !ltimo de >im >ones 2el (Templo del pueblo” terminó con el trágico incidente en la ?uyana el 1@ de noviembre de 1./@" 4e trata, sin duda, de situaciones muy dispares" Pero el método sugestivo es el mismo" %e aquí *i+o6 (!l cristianismo trad"c"onal de "autismo# $rimera Comuni%n#&isa dominical#no matar, no robar# no tenía nada de cristiano, era un asco,# éramos precristianos… sin 'aber recibido un nuevo del Cielo… )'ora Dios nos ha !sp(ritu venido convocado para iniciar un Catecumenado, 'acia un renacer ” , “aunque somos pocos, estamos colocando
#$a%lo $"&arro Moreno
un mojón 'aciendo presente que el reino de *ios ha llegado a A a la tierra” B para la “renovaci%n i del Concilio” se necesitaba el n g “redescubrir” el “Catecumenado+; “)bra'am es la gura del á P Catecumenado), (os 'ablo en nombre de la Iglesia, en nombre de los Obispos… los catequistas catecumenales tienen un carisma conrmado por los Obispos”; “son -uan el "autista en medio de vosotros; Convert(os, porque el /eino de *ios está cerca”; “0o os esto0 dando la vida, a través de la palabra de *ios de*os"tada en "+ la e1plicaci%n de la palabra la doy yo”, “como &oisés en el desierto somos vuestra a0uda”; “los )p%stoles 'an dado testimonio de que -es2s está resucitado 0 0o también do0 testimonio# garantizándolo con mi vida”; “como )bra'am camin%# vosotros debéis caminar, seg2n la palabra se nos entregar el !spíritu "anto”; “seréis convocados en asamblea por el !spíritu "anto”…#os hablar Dios”; “ninguna comunidad fundada por nosotros 'a fracasado# os aseguro que a$uí est Dios”# La persistencia sugestionadora y fanática es continuamente refor$ada por la radicalidad y exageración de las armaciones y por las referencias integristas y dogmáticas a la Ciblia" Por eemplo, la “participaci%n” 2sobrenatural3 de la naturale$a divina se arma como un #acerse “*ios mismo”; un “tener la naturaleza divina”; el “resurgir con Cristo”, equivale a tener “la misma sangre redentora que -esucristo”, convertirnos nosotros también en “!sp(ritu vivicante”, con el deber de repetir y (manifestar a todas las generaciones aquello que sucedi% una vez en el calvario, 3 de-'ndonos atar.”B al inDuo deletéreo del pecado personal en la comunidad se lo considera “destruir la comunidad, la 4glesia”; cuando en el pre: atecumenado “se os invite a vender los bienes, se deberán vender todos… porque si no, no podréis entrar al /eino ni al Catecumenado”; nuestro cristianismo, antes de nuestra conversión catecumenal, da “asco”/ etc" odo esto, además de alear, acent!a el plagio y el fanatismo de quien se #a deado atrapar, a!n más por la perspectiva del largo camino formativo prometido 2siete a8os3"
Un 0rotesco des*rec"o de la Trad"c"1n
#$a%lo $"&arro Moreno
Pero a!n más graves se evidencian & las deciencias y lo da8ino a de estas comunidades si de estas n modalidades pasamos a los i g contenidos" Eo #ay posición doctrinal ni práctica católica que no á P #aya sido gravemente deformada" odo presentado en una forma impresionantemente grotesca y no falta la confusión teológica y bíblica, unto al ngimiento ostentoso de redescubrimiento y de recuperación de las genuinas verdades cristianas sepultadas y olvidadas por siglos" 4e sobrea8aden a esto las perspectivas sugestionantes de compromiso elitista personal y sacricio" 9l (redescubrimiento) de los valores cristianos auténticos y primitivos se presenta en forma de garantía, carismática, de fe (existencialmente) vivida" on un gran desprecio #acia los asuntos (losócos) de la Fglesia y de lo que denominan (legalismo) de la especulación (teológica), organi$ada en varios tratados6 (%an metido en una ca-a al Es*2r"t! Santo/ lo #an e%otellado 0 puesto en tratados que pod(amos dominar, en los cuales ten(amos todas las más puras 5o0as del conocimiento de *ios6 de *ios uno 0 trino, de *ios creador, etc. 0 sin darse cuenta 'an empobrecido la visi%n de *ios”. 7emuestran particular desprecio por “el inmovilismo casi total determinado por el Concilio de %rento”, que nalmente fue superado por el Gaticano FF" =l parecer toda estructura, norma, liturgia eclesiástica #abría decaído, después de la pa$ de onstantino y la irrupción en la Fglesia de grandes masas, en un (legalismo) de puros ritos e imprecaciones de favores celestiales, típicos de una pobre “religiosidad natural”, perdiendo la auténtica vitalidad de fe de la (4glesia primitiva”, que nalmente, después del Gaticano FF, es (redescubierta) y recuperada, ustamente ed"ante el Ca"no Neocatec!enal3
El 4ec4o de 5!e 4o “las naciones salgan de la 4glesia” constituye, desde este punto de vista, una 6enta-a/ neutrali$ando el efecto de aquella irrupción en masa y #aciéndonos retornar a la época preconstantiniana" ( )s( el cristianismo podrá brillar con toda su pureza 0 frescor. )s( podremos retornar a la 4glesia primitiva”.
#$a%lo $"&arro Moreno
In paréntesis de siglos y siglos H de vida de la Fglesia eliminados, a con el presuntuoso olvido, si i no n por otro motivo, de tantos g 4antos que la #an #ec#o resplandecer" á P
Conce*c"1n l!terana de sal6ac"1n
Eo se trata, sin embargo, de comunidades de masas, sino de élite" 9sto tiene, sobre todo, la intención de cerrarse en sí mismas" Para colmo dicen 6 “Nosotros no conquistamos a nadie, no predicamos un cristianismo proselitista”, sin embargo, es evidente que se esfuer$an por multiplicar en las parroquias sus comunidades 2que no deben superar algunas decenas de miembros3" ienen el obetivo también de constituir el 7n"co odo 6erdadero para la “salvaci%n del mundo”. =quí abordamos una perspectiva fundamental del amino, estrec#amente relacionada con una confusa e inadmisible noción de (salvaci%n”, repetida en forma continua e inorgánica" La salvación consistiría en el anuncio y en la aceptación, por fe, de la “buena noticia”, es decir del “acontecimiento” salvíco que es la resurrección de >es!s, cuya denitiva “victoria sobre la muerte” es signo por tanto del ya acaecido amoroso perdón de 7ios" Los catecumenales comunican dic#a “buena noticia” y maniestan tal (signo”, con la aceptación del (acontecimiento) y la renovación personal de la “victoria sobre la muerte”. 4obrevendrá, como fue con >es!s, “pasando a través de la muerte”, es decir ('aciéndonos matar ) por (amor) pacientemente por los otros, respondiendo con la “no violencia” a su oposici%n, “crucicados por los que nos destru0en”. on este testimonio los catecumenales salvan el mundo6 “los catec2menos son los custodios de la &alabra que es el esperma del !sp(ritu, son la *resenc"a de D"os en el mundo, son la Fglesia6 una comunidad de 'ermanos" !ste es un misterio impresionante6 un grupo de 'ombres que están dei'cados 0 forman el Cuerpo de -esucristo resucitado, el 7i5o de *ios. 8i esto se da en un lugar, all( se da la 6"ctor"a so%re la
#$a%lo $"&arro Moreno
!erte3 !sto es un anuncio constante de la "uena Noticia que J a la 9ida !terna 0a 'a llegado, que nel /eino de *ios está cerca. : i g esto salva al mundo”# á P
Eos encontramos frente a armaciones altisonantes que, aunque con alg!n vestigio de verdad, se utili$an con la nalidad de sugestionar y plagiar, además de esconder su real arbitrariedad e inco#erencia" 4e #ace rápidamente evidente que entre el calvario de >es!s y aquello que nos pueda #acer el próimo existe una gran diferencia6 que >es!s no #a vencido a la muerte sólo con el soportarla sino físicamente resucitando, y que la eemplar solidaridad y altruismo de un grupo, que podría inDuir solamente en un círculo restringido, no es por cierto suciente para la difusión universal de la fe y de la salvación" Pero, aparte de esto, el gravísimo equívoco se relaciona con la noción fundamental de la salvaci%n" 9s verdad que, en el marco de tanta confusión teológica, se registran también, al respecto, algunas armaciones correctas, no obstante son contradic#as por una innumerable cantidad de otras, que reducen las poquísimas que son exactas, vanos remiendos y articiosas coartadas defensivas contra el temor de condena" Fn!tilmente, por eemplo, se arma, incidentalmente, que es necesario también (dar los signos de la fe”. “Nosotros no somos protestantes. a fe sin obras está muerta”. 9n primer lugar las “o%ras” no son pedidas sólo como ( s"0no (sino en conformidad debida a la ley moral, seg!n la voluntad divina" Luego, y principalmente, tales armaciones se disuelven entre las innumerables repeticiones de la concepción netamente luterana sobre el tema6 ning!n esfuer$o ascético, con la ayuda de la gracia6 La salvación sólo mediante la fe6 “!l 'ombre, separado de *ios, 'a quedado rad"calente impotente para 'acer el bien, esclavo del maligno”, “el 'ombre no se salva por medio de prcticas”; “como un cristiano a la 8an uis con su6
#$a%lo $"&arro Moreno
$adre como su 8alvador”; “el / cristianismo no es un llamado a a la conciencia 0 a la honestidad… sino la invitaci%n a acoger el n i g anuncio del perdón gratuito de á todos nuestros pecados”, “el P cristianismo no es un moralismo# -esucristo no es de 'ec'o un ideal, un modelo de vida, no ha venido a darnos el ejemplo”; “los sacramentos no constitu0en una ayuda a tal n”; “el !sp(ritu vivicante no tiene nada que ver con estimular el per(eccionismo, con las buenas obras, con la delidad a Cristo muerto”; “el cristianismo no e)ige nada de nadie, regala todo”.; al más pecador, al más vicioso se le regala una vida eterna”. “*ios es amor al enemigo#si 'emos 'ec'o cosas 'orribles; *ios nos ama, nos perdona# no se te e)ige nada”; la $alabra de salvaci%n no pide como la le0 “un es(uer*o más, un esfuerzo (ntimo, que te empe>es al má1imo”.
Ne0ac"1n de la Redenc"1n
=!n más grave, y en concordancia con la misma concepción luterana es la negación de toda conexión ontológica, sobrenatural, meritoria entre la salvación y la inmolación de >es!s" olapsa la noción fundamental de redención, de rescate6 un fundamento de la fe" on su resurrección, después de su muerte, >es!s #abría solamente noticado, a los #ombres que lo #an matado, su voluntad de perdón" on total ignorancia se osa armar que (con la renovaci%n teol%gica del Concilio no se 'a 'ablado más del dogma de la /edenci%n, sino del misterio de la $ascua de -es2s”, como si una cosa contradiera a la otra" 5 con insistencia, resaltada incluso con una vulgar ironía arman6 ( as ideas sacri'ciales 'an entrado en la !ucarist(a por condescendencia, con el reclamo del momento 'ist%rico, con la mentalidad pagana”; “en el lugar del *ios justiciero de las religiones, que apenas te mueves te dan un bastonazo en la cabeza, descubrimos al *ios de -esucristo”; “?acaso *ios necesita la sangre de su 7i5o para aplacarse@ $ero ?qué raza de *ios nos 'emos 'ec'o@ 7emos llegado a pensar que *ios
#$a%lo $"&arro Moreno
aplacaba su ira en el sacricio de su 7i5o a la manera de los @ a paganos.” n i g á P
Ne0ac"1n de la Confes"1n
omo #e dic#o, todas las verdades teológicas fundamentales se encuentran deformadas gravemente, y naturalmente también los sacramentos" -e limitaré a un relevo de estos, en particular sobre la onfesión y la 9ucaristía" La idea de fondo, en sí muy laudable, de volver a #acer las cosas en serio está continuamente envenenada por la incomprensión y el supercial y presuntuoso desprecio de todo aquello que se #a ense8ado #asta #oy" %e aquí un eemplo de cómo es tratada, por armen, la clásica y profunda distinción entre atrici%n 0 contrici%n6 “8e comenz% a dar valor a la contrición# Casi 'ace reír el pensar que s%lo 'ace falta la atrición si vas a confesarte 0 la contrición si no te conesas”. 9s de una ignorancia que da risa" Para la confesión no falta la armación, de fac#ada de obediencia eclesial6 “&antenemos la confesi%n individual porque se debe conservar 0 además porque tiene su valor”. Probablemente #abrá sido para ponerse a resguardo de cualquier reclamo explícito de la autoridad" Pero es una praxis evidentemente tolerada" 5 está en antítesis, de todos modos, con toda la ense8an$a del contexto" La noción de pecado, como violación de la ley moral y rebelión contra la voluntad divina es refutada, por ser “una concepci%n legalista del pecado, como la transgresi%n de una serie de preceptos”. 4e #ace mofa del presunto automatismo de las “e1piaciones” asignadas 2penitencia3 para el “perd%n”, olvidando su usto aspecto de reparación 2que exige, por cierto, el anterior arrepentimiento, absolutamente esencial3" 9l arrepentimiento pierde su valor6 ( a conversi%n no es arrepentirse del pasado, sino ponerse en camino 'acia el (uturo”# 2omo si la conversión pudiera mirar al futuro sin reprobar el pasado y sin tener dolor por la ofensa a 7ios, amás
#$a%lo $"&arro Moreno
nombrada en esta catequesis" . La conversión sin arrepentimiento a del pasado está ligada a i la ya vista armación del n g perdón gratuito de 7ios, sin “esfuerzo (personal, con la sola á P obligación de reconocernos pecadores y aceptar tal perdón3" 4i bien en las celebraciones penitenciales se admiten las confesiones particulares con la escuc#a rápida y las absoluciones de los presbíteros, tales absoluciones son en sí repetidamente empobrecidas y también criticadas, unánimemente en el ridentino que las #a prescrito, porque dan a la confesión un carácter “mágico” 2demostrando así su total incomprensión del e1 opere operato de los sacramentos3" 9n base a unos pocos autores unilaterales, seguidos a pie y untillas, se expone una especie de #istoria de la confesión, sin referirse en absoluto a la precisa narración evangélica de su institución" Kueda descartada la maduración teológica sancionada por el ridentino, la norma de la confesión provendría de la confusamente supuesta praxis de la Fglesia primitiva" %e aquí lo que se armó en una celebración penitencial del amino Eeocatecumenal6 “o que os 'emos anunciado del amor de *ios 0 del perd%n de los pecados, a'ora se realizará, porque *ios nos da el poder no s%lo de anunciar el perd%n, sino de comunicarlo a través de un signo”, “en la 4glesia primitiva el perd%n no se daba con la absoluci%n, sino con la reconciliaci%n con toda la comunidad, mediante el signo de la readmisi%n en la asamblea, en un acto lit2rgico”, “el valor del rito no está en la absolución, porque en -esucristo ya estamos perdonados”, “es la comunidad eclesial, all( presente, signo de -esucristo para los 'ombres, que perdona concretamente”# 9stamos en la línea de la negación protestante del verdadero sacramento"
8rotescas deforac"ones
on todo ni siquiera #an comprendido mínimamente la verdadera naturale$a del sacramento católico, como resulta de esta grotesca exposición citada a continuación6 “)s( 'emos vivido nosotros la confesi%n, 0 de all( el por qué esta práctica está en crisis 'o0. !l perd%n pasa a un segundo plano, pero
#$a%lo $"&arro Moreno
permanece como esencial el ' simple confesar los pecados 0 recibir la absoluci%n. a confesi%n se transforma en algo 1 a n mágico. 8e tiene una visi%n legalista del pecado, por la cual no i g importa tanto la actitud interior á como el confesar e1ternamente P 0 detalladamente todos los pecados de todo tipo. 8e trata de una visi%n individualista, completamente privada, en la cual la 4glesia no aparece por ninguna parte 0 es un 'ombre el que te perdona los pecados.” 7emuestran una total falta de comprensión de la confesión tridentina y un impresionante ensayo sobre la ignorancia teológica del amino Eeocatecumenal" 9n el sacramento católico de la onfesión, es tan prioritario el perdón que se lo reasegura en la absoluciónB es tan poco mágica 2es decir que no recurre a falsos poderes3 que depende del divino poder de >es!sB tan poco indiferente de valores interiores que el arrepentimiento interno no condiciona su valide$B depende tan poco de un simple #ombre que obra in persona C'risti y por mandato de la Fglesia" Lutero también #i$o lo mismo para atacar las verdades católicas6 las deformó"
Ne0ac"1n del Sacr"9c"o E!car2st"co
uando tuve las primeras noticias sobre reuniones catecumenales, pensé que aquellas originalidades rituales constituían sólo libertades lit!rgicas, en parte tolerables y en parte corregibles" Eunca #ubiera imaginado que tuvieran una base tan gravemente #eterodoxa" =#ora comprendo por qué tanta resistencia a los reclamos de conformar sus ritos a las normas lit!rgicas prescriptas" ales actitudes de autonomía y disconformidad con respecto a las prácticas y normas comunes, tienen una conexión doctrinal y psicológica, a oposiciones de fondo" 4e pretende que se ad#iera a “descubrir” la verdadera 9ucaristía, ya que #emos (malinterpretado0 empobrecido todo”. La 9ucaristía no sería otra cosa que (el memorial de la $ascua de -es2s, es decir de su paso de la muerte a la vida, del mundo al $adre, en cu0o acontecimiento e1ultante
#$a%lo $"&arro Moreno
nosotros e)perimentamos la 1 resurrecci%n de la muerte”, es *roclaado *erd1n 0 decir “nuestro 1 a n nuestra sal6ac"1n”/ es “el carro de fuego que viene a i g á esencia transportarnos a la gloria.” La de la -isa, como P sacricio, es decididamente negada, al modo luterano6 (as ideas sacri'ciales 'an entrado en la !ucarist(a *or condescendenc"a con la ental"dad *a0ana”: “la masa de gente pagana Aque irrumpe después de ConstantinoB ve(a la liturgia cristiana con sus o5os religiosos, de cara a la idea del sacri'cio”; en el edicio que *ios constru0%, las "deas sacr"9c"ales/ que #abía tenido Fsrael y que ya el mismo Fsrael #abía superado en su liturgia pascual, eran los cimientos6 a'ora que se 'a construido el edicio se 'a retornado a tales cimientos, es decir a las ideas sacr"9c"ales 0 sacerdotales del paganismo”; “ las discusiones medievales sobre el sacr"9c"o introduc(an cosas $ue no e)istían en la !ucarist(a primitiva, no 'ab(a en ella ning2n sacricio cruento, es decir alguien que se sacrica, Cristo, el sacricio de la cruz, el Calvario, sino sólo un sacri'cio de alaban*a, para unirse a la $ascua del 8e>or, es decir a su pasa5e de la muerte Den la especie del pan a la resurrecci%n Dcáliz”. on estas !ltimas armaciones, al excluir del altar el sacricio cruento, se excluye también el sacricio incruento de >es!s sacramentalmente presente, y por ende se excluye la realidad sacricial de la -isa" 9sta exclusión, por otra parte, es totalmente co#erente con la exclusión ya vista de la inmolación cruenta y salvíca de >es!s por nuestra proclamada salvación" =l excluir los méritos redentores del alvario, no tendría sentido, para los catecumenales, su aplicación mediante el alvario místico del altar" 5 es también penosamente co#erente la #ostilidad que demuestran a las muc#as repeticiones de la -isa, ignorando 2igual que Lutero3 el fruto impetratorio" ambién #ay una total oposición a toda la parte del ofertorio" 4i es 7ios quien #ace todo, quien da el gran anuncio de la salvación, quien “pasa como un carro de fuego que arrastra a toda la 'umanidad” , ;para qué las ofrendas< Efrecer las cosas a *ios para 'acerlo propicio6 qué le5os estamos de la $ascuaF”; “es la idea pagana de llevar ofrendas para aplacar a *ios” “8e
#$a%lo $"&arro Moreno
a>ade a la enormidad de decir6 G Con la 'ostia pura, santa e 0 inmaculada te ofreces t2, tu traba5o 1 0 el d(a que comienzaF; en a n la !ucarist(a no o(reces nada6 es i *ios absolutamente presente g á quien da lo más grande6 la victoria de -esucristo sobre la P muerte”; “procesiones, bas(licas grandiosas#ofertorios# llenan la liturgia de ideas ligadas a una mentalidad pagana”# 4on todas armaciones penosamente co#erentes con la negación de que >es!s se inmole y ofre$ca sacramentalmente6 2no es concebible ninguna otra ofrenda más que participar de la suya3" Kueda eliminado así todo movimiento ascendente a 7ios y todo íntimo coloquio con >es!s 4acramentado, como si esto no fuese otra cosa que un abaamiento ( estático) de la 9ucaristía, no debería ser otra cosa que una (e1ultaci%n) por el (descendimiento ) de la intervención divina y más a!n la proclamación de la victoria ya obtenida6 “7emos transformado la !ucarist(a que era un canto a Cristo resucitado en el divino prisionero del %abernculo” B #emos #ablado como en las (primeras omuniones) de un “ni>o -es2s que nos ponemos en el pec'o cuando queremos# sin embargo la !ucarist(a es todo lo contrario… es *ios que pasa 0 arrastra a la 'umanidad”.
Ne0ac"1n de la $resenc"a Real
=quí ya se delinea un oscurecimiento de la verdad fundamental de la presencia real, que de ser admitida debería expresarse en lo precioso del abernáculo y de la presencia del que se comunica y del íntimo coloquio" Pero muc#o más grave y directamente aparece tal oscurecimiento en otras armacionesB oscurecimiento que se reDea obviamente y sobre el #ec#o de la consagración y sobre la naturale$a y el valor de los poderes sacerdotales6 (!l sacramento es el pan, el vino 0 la asamblea; 0 de la asamblea surge la !ucarist(a”. 9stas palabras se adecuan a un rito puramente conmemorativo, pero no al sacramento eucarístico y al eercicio de los poderes sacerdotales" 5, con presuntuosa ostentación de superioridad sobre toda la teología y la praxis católica, expresan con ironía6 “a 4glesia Cat%lica se 'a obsesionado con la presencia real, tanto que, para ella, todo es presencia real” 2falso6 no la
#$a%lo $"&arro Moreno
considera todo sino fundamento A de todo3B (las discusiones teol%gicas obsesivas sobre 1 el 'ec'o de que Cristo está a n risa”; “en cierto momento presente en el pan 0 en el vino i dan g á insistir ms” 2con el actual fue necesario pero no hace (alta P desorden teológico y lit!rgico es, sin embargo, más necesario que antes36 (eran in2tiles las tentativas los%cas de e1plicar cómo está presente, con o sin o5os, (ísicamente, etc. o a través de la transnalizaci%n 'olandesa# se 'a pretendido e1plicar el misterio con la transustanciación” 2 no (e1plicarlo) sino precisarlo esencialmente, determinarlo, como #a #ec#o, con gran esfuer$o, el ridentino y todo el -agisterio sucesivo, despreciado por los catecumenalesB el descuido acerca de la presencia (física), igual que con la antitética transnali$ación #olandesa, devela, por lo menos, la incomprensión sobre la verdadera presencia3" 9xcluido todo aspecto de sacricio todo se reduce a un (banquete) de exultación 2concepción, esta sí obsesiva, de los catecumenales, expresada #asta en el recibir la omunión sentados y en considerar (inconcebible el no comulgar de todos, porque a la cena pascual se va 5ustamente a comer”, “todo valor de adoraci%n 0 contemplaci%n a5enos a la celebraci%n del banquete quedan eliminados”; “el pan 0 el vino no se 'icieron para ser e)puestos, porque se descomponen AFB”; la preocupaci%n por las “part(culas”, características de quien cree en la presencia real, se ridiculi$a6 “no es cuesti%n de migas, sino del sacramento de la asamblea ”; “Tabernáculo, Corpus C'risti, e1posiciones solemnes, procesiones, adoraciones, genuHe1iones, elevaciones, visitas al sant(simo, todas las devociones eucar(sticas, ir a &isa para tomar la Comuni%n 0 llevarse a -es2s en el coraz%n, la acci%n de gracias después de la Comuni%n, &isas privadas#minimizan la !ucarist(a# están mu0 le5os del sentido de la $ascua”. tras continuas armaciones intentan menospreciar el problema de la presencia, que constituye sin embargo, el fundamento de todo el resto6 “o importante no está en la presencia de -esucristo en la !ucarist(a# sino en su n, en la !ucarist(a como misterio de $ascua”. 5 se multiplican armaciones sin fundamento6 “Como *ios estaba presente en la $ascua, es decir en la liberaci%n de !gipto, as( -es2s está presente con su espíritu, resucitado de la muerte” 2;una presencia de acción, no de una persona
#$a%lo $"&arro Moreno
una realidad viviente que 'ace & $ascua 0 arrastra a la 4glesia”; “la presencia de Cristo es otra 1 cosa. !s el carro de fuego que a n viene a transportarnos a la gloria, a 'acernos pasar de la i g á muerte a la resurrecci%n”. P
Ne0ac"1n de la Res!rrecc"1n
7esafortunadamente esta misma inconsistencia, usto sobre los puntos que exigirían la máxima determinación, aparece también respecto de la resurrección de >es!s6 (!l memorial que nos de5a es su espíritu resucitado de la muerte”; “?c%mo 'an visto los ap%stoles a Cristo resucitado@ ?C%mo un fantasma@ No, lo 'an visto en sí mismos… constituido !spíritu vivicante”. 9sta !ltima expresión se repite a menudo" 9s cierto que >es!s #a mandado su 9spíritu, pero la resurrección concierne también al cuerpo real de risto"
S!*er9c"al"dad/ *res!nc"1n ast!c"a3
La inconsistencia está en armonía con la gran confusión teológica y escriturística y con la supercialidad, unto con la presunción de agude$a y de profundi$ación crítica, sin #ablar de la presunción carismática" omo ya #e dic#o, no existe verdad teológica o bíblica que no esté deformada, y para peor estos catequistas laicos que carecen de una sólida formación teológica y bíblica de base, dependen de pocos textos, elegidos entre los menos seguros y los más atrevidos 2por eemplo, la revista Concilium. 9sta evanescencia y confusión se encuadra después en la doctrina catecumenal fundamental, vista al inicio, del anuncio pascual de salvación, presentado con poca claridad, sin precisión alguna, e inconsistente en cuanto al dogma de la redención" 9l método, simplista y astuto, de estos maestros improvisados y sin preparación, para eludir toda investigación seria y discusión
#$a%lo $"&arro Moreno
teológica, consiste en desvalori$arla en su punto de partida y H sustituirla con armaciones categóricas" 9l método para evitar 1 a n condenas y fracturas con los superiores es la recomendación del i g secreto, la inexactitud de ciertas á expresiones 2cortinas de #umo3 P y las armaciones en conformidad con el -agisterio insertadas por aquí y por allá, que empa8an la visión, siendo continuamente contradic#as en el contexto"
Concl!s"1n
9n conclusión, nos encontramos frente a un penoso y da8osísimo lavado de cerebro, de tipo fanati$ante, en el plano doctrinal, práctico, lit!rgico, sobre grupos de eles, algunos animados, probablemente, de óptimas intenciones, pero enga8ados y desviados de la usta vía de la ascética segura, del eemplo de los 4antos y, sobre todo, de la ortodoxia" 9stos grupos suscitan la admiración de gente simple, en contraste con ciertos ambientes tan mediocres y apáticos, porque se presentan voluntariosos y aplicados" Parecen ofrecer lo auténtico, lo diferente, lo me5or, en comparación con tanta tibie$a" Pero esta novedad desafortunadamente tiene la intención de rec#a$ar la maduración doctrinal y práctica de la Fglesia desde onstantino en adelante 2interpretada de manera inexacta3, con aversión a las (estructuras) eclesiásticas, autonomía laica con respecto al lero y a la >erarquía 2en las reuniones la presidencia dada al párroco es cticia6 la guía efectiva es la de los catequistas, a!n en las reuniones bíblicas3" Las interpretaciones integristas y que no resisten una crítica de la 9scritura, como lo de vender todos los bienes, la absoluta pasividad no violenta, la misma disposición a morir por los otros, pueden dar la impresión de un fervor grande y admirable" =un cuando esto se pueda equilibrar y ser verdad en algunos suetos, en su totalidad reDea un proceso de fanati$ación y una construcción enga8osa y precaria, con el gran da8o de la desviación doctrinal y disciplinaria" ambién Galdo 2salvando las distancias3 se lan$ó y lan$ó a sus catequistas, partiendo del total (vende todo lo que tienes), suscitando fervorosos seguidores y terminando en la rebelión y la #ereía"
#$a%lo $"&arro Moreno
La frecuente referencia que J los neocatecumenales #acen al Gaticano FF Mcasi podr(a ser 1 posible interpretarlo como un a n quiebre con la Tradici%n 0 en particular con el Tridentino , es i g á desleal y absolutamente falsa, pues fue un concilio P simplemente pastoral" 9s la mentira difundida #oy por todos los modernistas" Los neoatecumenales ad#ieren y se acogen al Gaticano FF, como si su línea se identicase con la neocatecumenal y sólo con ella" %e aquí un eemplo de esta desleal identicación y de las clamorosas perspectivas fanati$antes6 (Es aseguro que la renovaci%n del Concilio 9aticano 44 seg2n el itinerario neocatecumenal llevará a la 4glesia a una gloria indescriptible 0 llenará de estupor 0 admiraci%n a los orientales 0 a los protestantes, por ser un Concilio ecuménico”. Puede esto servirnos de síntesis conclusiva"
#$a%lo $"&arro Moreno