El Aleph engordado Pablo Katchadjian O God! I could be bounded in a nutshell, and count myself a King of infinite space, were it not that I have bad dreams. Hamlet, II, 2
But they will teach us that Eternity is the standing still of the resent ime, a Nuncstans as the "chools call it# which neither they, nor any else understand, no more than they would a Hicstans
for an Infinite greatness of lace. Leviathan, IV, 46
$a ca cand nden ente te y h%me h%meda da ma ma&an &ana a de febr febrer ero o en 'ue 'ue Beat Beatri ri(( )ite )iterb rbo o finalmente muri*, despu+s de una imperiosa y etensa agon-a 'ue no se reba* ni un solo instante ni al sentimentalismo ni al miedo ni tampoco al abandono y la indiferencia, not+ 'ue las horribles carteleras de fierro y pl/stico de la(a 0onstituci*n, unto a la boca del subterr/neo, hab-an renovado no se 'u+ aviso de cigarrillos rubios mentolados# o s-, s+ o supe cu/les, pero recuerdo haberme esfor(ado esfor(ado por despreciar despreciar el sonido irri irrita tant nte e de la ma marc rca# a# el hech hecho o me doli doli*, *, pue pues co comp mpre rend nd-- 'ue 'ue el incesante y vasto universo ya se apartaba de ella, Beatri(, y 'ue ese cambio era el primero de una serie infinita de cambios 'ue acabar-an por destruirme tambi+n a m-. en-a ya, un poco debido al calor y otro poco a mi nerviosismo, el cuello de la camisa completamente h%medo# me sa'u+ la corbata y, como ofreci+ndole el gesto al fantasma de Beatri(, la tir+ a la basura# inmediatamente me arrepent- y estuve a punto de meter la mano en el cesto para rescatarla. 10ambiar/ el univ unive erso rso inf infini inito pero pero yo no2 no2, pens pens+ + co con n melanc anc*li *lica vanid anidad ad autoindulge autoindulgente, nte, una vanidad vanidad autoindulge autoindulgente nte 'ue tambi+n tambi+n me generaba una verg3en(a doble cuando la descubr-a responsable de actos como el 'ue acababa de reali(ar. 4lguna ve(, lo s+, mi vana devoci*n la hab-a easperado a Beatri( hasta el punto del vituperio# muerta, yo pod-a consagrarme a su memoria, sin esperan(a pero tambi+n sin humillaci*n. $os insultos y burlas 'ue tanto me hab-an dolido desaparec-an con ella# ustamente, la corbata preferida de Beatri( era ahora el s-mbolo del comien(o de su segunda muerte. $a interpretaci*n me anim*, aun'ue s*lo se trataba de un paliativo para no sufrir la p+rdida de una corbata tan fina. 0onsider+ 'ue el 56 de abril era su cumplea&os# visitar ese d-a la casa de la calle Garay para saludar a su padre sedado y ausente y a 0arl 0a rlos os 4rge 4rgent ntin ino o 7ane 7aneri ri,, su prim primo o herm herman ano, o, era era un ac acto to co cort rt+s +s,, irreprochable, tal ve( ineludible. 7e nuevo aguardar-a en el crep%sculo 8
de la abarrotada salita verde con paredes forradas de seda rosa, de nuevo nuevo estudi estudiarar-a a las circun circunstan stancia ciass de sus muchos muchos retrat retratos. os. Beatri Beatri(( )ite )iterb rbo, o, de perf perfil il,, en co colo lore res, s, ca cans nsad ada# a# Beat Beatri ri(, (, co con n anti antifa( fa(,, en los los carnavales de 89:8# Beatri( en los carnavales de 89:: disfra(ada de sirena, rodeada de hombres, la primera comuni*n de Beatri(. Beatri(, el d-a de su boda con ;oberto de 4lessandri, ya arrepentida aun'ue alegre. Beatri(, poco despu+s del divorcio, en un almuer(o del 0lub <-pico, rodeada de hombres y caballos# Beatri(, en l-neas duras, dibuada por 7ela=
# Beatri(, en ?uilmes, con 7elia "an @arco orcel y 0arlos 0arlos 4rgent 4rgentino ino A7aner A7aneri# i# Beatri Beatri(, (, desnud desnudada ada por un pintor pintor cubist cubista# a# Beatri(, con uno de sus supuestos novios# Beatri(, con el pe'uin+s negro 'ue le regal* it- )illegas
es autoritario y l%cido, pero tambi+n es inefica( y necio# aprovechaba, hasta hace muy poco, las noches y las fiestas para no salir de su casa. 4 dos generaciones de distancia, la ese italiana y la copiosa gesticulaci*n italiana sobreviven en +l# cuando habla mueve las manos como si 'uisiese hacer circular el aire viciado# cuando se enoa se pone colorado y sus rasgos, podr-a decirse, engordan# curiosamente, esos rasgos engordados resultan mucho m/s atractivos 'ue los finos y filosos originales. @edit+ mucho sobre esto sin llegar a conclusiones firmes hasta 'ue, medio en broma, o al menos sonriendo, hoe+ en mi biblioteca la primera y probablemente %nica edici*n Aar-s, 85 de la obra de eruchio dedicada entre otras cosas a la fisiognom-a y llegu+, por a(ar, al dibuo correspondiente al tipo del 1etravagante2 'ue si bien no se parec-a en nada a 7aneri en estado de reposo s- resultaba sorprendentemente similar al 7aneri engordado. J?u+ m/s se puede decir de +l "u actividad mental es continua, apasionada, vers/til y del todo insignificante# es capa( de resumir en pocas palabras los libros m/s compleos de un modo 'ue uno llega a preguntarse si realmente fueron alguna ve( compleos. 4 causa de este perverso eercicio suyo me vi obligado a releer libros 'ue hab-a olvidado para descubrir 'ue, parad*icamente, la compleidad segu-a ah- a la ve( 'ue el resumen de 0arlos 4rgentino era preciso. "obre esto no medit+, lo atribu- al misterio. "iempre, por lo dem/s, abunda en inservibles analog-as y en ociosos escr%pulos. iene Acomo Beatri( grandes y afiladas manos hermosas de pianista vien+s. 7urante algunos meses padeci* la obsesi*n de aul Lort, menos por sus baladas 'ue por la idea de una gloria intachable# o 'ui(/ por ambas cosas por la gloria intachable de sus baladas. 1En vano te revolver/s contra +l# no alcan(ar/, no, la m/s inficionada de tus saetas todas sus comas son perfectas.2 0uando hablaba de esta forma afectada ese italiana se transformaba en un ceceo 'ue anulaba la afectaci*n, como si +l mismo tratara de burlarse de su tono. Era, a pesar de todo, una estrategia inteligente, aun'ue ten-a consecuencias. Fn d-a, antes de despedirme hasta el a&o siguiente, maliciosamente se lo hice notar# se retir* sin saludarme. 4l a&o siguiente parec-a haber olvidado el asunto# no me sent- responsable por la agudi(aci*n del ceceo. El 56 de abril de 89H8 me permit- agregar al alfaor y al vino patero una botella de co&ac del pa-s de aul Lort. 0arlos 4rgentino lo prob*, lo u(g* interesante y emprendi*, al cabo de unas copas, una desbordada vindicaci*n del hombre moderno. M$o evoco Mdio con una animaci*n algo ineplicable aun'ue predecibleM en su gabinete de estudio, como si di+ramos en la torre albarrana de una ciudad, como la de @ontaigne, 'ui(/, pero cuadrada, provisto de tel+fonos, de tel+grafos, de fon*grafos, de banderines, de aparatos de radiotelefon-a, de bol-grafos, de cinemat*grafos, de linternas m/gicas, de luces amarillas, de glosarios, de horarios, de prontuarios, de posters coloridos, de botinesC 5
Observ* 'ue para un hombre as- facultado el acto de viaar era in%til# nuestro siglo NN hab-a transformado la f/bula de @ahoma y de la monta&a# las monta&as, ahora, converg-an sobre el moderno @ahoma hasta aplastarlo. $o gratuito e inadvertido de su here-a me hi(o sonre-r. ero tan ineptas me parecieron, de todos modos, esas ideas, tan pomposas y tan vasta su eposici*n, 'ue las relacion+ inmediatamente con la peor literatura de la +poca# con demasiada pedanter-a, le die 'ue por 'u+ no las escrib-a y publicaba un librito. revisiblemente molesto, respondi* ceceando y con los rasgos un poco engordados 'ue ya lo hab-a hecho, 'ue esos conceptos, y otros no menos novedosos, figuraban en el 0anto=r*logo de un poema en el 'ue trabaaba desde hac-a veinte a&os, sin réclame , sin bullanga ensordecedora y barata, siempre apoyado en esos dos b/culos 'ue se llaman el trabao y la soledad, y 'ue su etensi*n le imped-a pensar en un librito ya ten-a m/s de mil p/ginas. $uego, satisfecho con la confesi*n aun'ue nervioso, me revel* su m+todo como si de un secreto se tratara primero abr-a las compuertas a la imaginaci*n# luego hac-a uso de la lima# finalmente, soplaba. El gran poema se titulaba La Tierra# trat/base de una descripci*n del planeta en la 'ue no faltaban, por cierto, la pintoresca digresi*n, el luo ling3-stico y el gallardo ap*strofe. Entusiasmado, ceceando y ya notablemente engordado, agreg* 'ue tampoco faltaba la literatura. $a palabra 'ued* resonando alrededor nuestro yo 'ued+ confundido. J?u+ 'uer-a darme a entender J"e trataba de un ata'ue personal J"u nari( hab-a tomado la forma de dos bombones pegados y semiderretidos# los p/rpados se hab-an hinchado como los de esos peces del ard-n apon+s, hasta cubrir por completo los globos oculares. Do pod-a verme, y eso lo alent* para estirar las manos, tambi+n gordas y blandas, y tocarme la cara. @e corr-, as'ueado. O- sonidos 'ue sal-an de sus labios inflamados. 1J?u+ 0arlos Do te entiendo2, le die, liviano y todav-a sobrador. ero inmediatamente sent- verg3en(a y culpa por su estado. Jor 'u+ hab-a dicho eso del librito En un intento por deshincharlo, le rogu+ 'ue me leyera un pasae, aun'ue fuera breve, brev-simo, de la gran obra. $e epli'u+ 'ue su descripci*n me hab-a entusiasmado y 'ue no me ir-a sin o-r m/s no fuera dos versos cortos. $uego de mentir as- sent- 'ue enroec-a de verg3en(a# paralelamente, 0arlos 4rgentino empe(aba a deshincharse. 0on manos todav-a gomosas abri* un ca*n del escritorio y sac* un alto legao de hoas gruesas de bloc estampadas con el membrete de la Biblioteca Puan 0ris*stomo $afinur 'ue se le cayeron y desparramaron por el suelo# me agach+ para levantarlas y, ya en el piso, descubr- mi torpe(a# +l las hab-a deado caer a prop*sito. 0uando me par+ y se las alcanc+, vi 'ue el placer de la vengan(a lo hab-a deshinchado del todo# ya era el mismo de siempre, fino y filoso. @e mir* con arrogancia y ley* con sonora satisfacci*n He visto, como el griego, las urbes de los hombres divertidos,
H
Los trabajos, los días de varia luz, el hambre y el lamido; No corrijo los hechos, no alseo los nombres, escribo, !ero el voyage "ue narro, es# autor de ma chambre, amigo.
MEstrofa a todas luces interesante Mdictamin* el pedanteM. El primer verso granea el aplauso del catedr/tico, del acad+mico, del helenista, del tratadista, cuando no de los eruditos a la violeta, sector considerable de la opini*n p%blica 'ue por esta ve( recibe mis caricias con la adetivaci*n del final# el segundo pasa de
obra para los dem/s or'ue si no, Jcre-a yo en la inspiraci*n, as-, sencillamente, y en la obetividad del trabao del cr-tico Estaba, adem/s, la forma del recitado. $a dicci*n oral de 7aneri era etravagante y por momentos ceceante# su torpe(a m+trica le ved*, salvo contadas veces, transmitir esa etravagancia al poema.8 Fna sola ve( en mi vida he tenido ocasi*n de eaminar los casi 'uince mil dodecas-labos del !olyolbion o 'ui(/ !oly-$lbion , esa epopeya topogr/fica en la 'ue @ichael 7rayton registr* la fauna, la flora, la hidrograf-a, la orograf-a, la miner-a, la historia militar y mon/stica de Inglaterra, bas/ndose, sobre todo, en la %ritannia , de Rilliam 0amden. $a primera parte se public* en 88: y la segunda unto con la primera en la edici*n completa de 8::# esa edici*n, 'ue es la 'ue pude consultar esa %nica ve( en casa de <., un coleccionista, incluye una ilustraci*n 'ue cada tanto vuelvo a ver en sue&os. Es la correspondiente a los ignotos condados de Glamorganshire y @onmouth=shire, 'ue si bien resulta similar a otras del mismo libro y de otros libros de la +poca, tiene algo 'ue ineplicablemente me perturba y me produce una alegr-a oscura. En todo caso, estoy seguro de 'ue el !oly-$lbion, es producto considerable pero sabiamente limitado a lo 'ue se propon-a Men palabras del propio 7rayton 1a chorographicall description of this renowned Isle of Great Britaine2M, es much-simo menos tedioso 'ue la vasta empresa cong+nere de 0arlos 4rgentino. Sste, m/s ambicioso e ingenuo, se propon-a versificar toda la redonde( del planeta# en 89H8 ya hab-a despachado unas hect/reas del estado de ?ueensland, m/s de un il*metro del curso del Ob, un espacio oculto e irregular dentro de un ladrillo hueco de una de las paredes de su casa, un gas*metro al norte de )eracru(, las columnas de un templo pagano de 4rmenia, las principales casas de comercio de la parro'uia de la 0oncepci*n, algunos grabados pornogr/ficos hechos por presos de la Isla del 7iablo, la 'uinta de @ariana 0ambaceres de 4lvear en la calle Once de "eptiembre, en Belgrano, el interior y eterior de una casa de masaes de Tmsterdam y un establecimiento de ba&os turcos no leos del acreditado acuario de Brighton. @e ley* ciertos laboriosos pasaes de la (ona australiana de su poema# esos largos e informes octodecas-labos con apariencia de aleandrinos estirados carec-an de la relativa agitaci*n del alarmante prefacio. 0opio una estrofa 'uerecuerdo 8
;ecuerdo, sin embargo, estas l-neas de una s/tira en 'ue fustig* con rigor a los malos poetas
4'ueste da al poema belicosa armadura blanda 7e erudici*n# estotro le da pompas y galas, guirnaldas. 4mbos baten en vano las rid-culas alas y mandanC QOlvidaron, cuitados, el factor
&e'an. ( manoderecha del 'oste rutinario "ue me gusta )*iniendo, claro est+, desde el Nornoroeste de cemento &e aburre la osamenta /olor0 %lan"uiceleste muy incierto "ue da al corral de ovejas catadura de osario y vida injusta.
MQ7os audacias Mgrit* con eultaci*nM rescatadas, te oigo mascullar, por el +ito! Q@/s de dos! $o admito, lo admito, son muchas. Fna, el ep-teto rutinario , 'ue certeramente denuncia, en 'assant , el inevitable tedio inherente a las faenas pastoriles y agr-colas, tedio 'ue ni las 1e2rgicas ni nuestro ya laureado 3on &egundo se atrevieron am/s a denunciar as-, al roo vivo. Otra, en el mismo verso, la confesi*n del poeta de 'ue esa rutina le gusta, de tal forma 'ue el recha(o en una primera instancia de lo buc*lico se convierte as- en una aceptaci*n plena pero subetiva, y, por lo tanto, definitivamente moderna y hasta maso'uista. Fna tercera, 'ue me hincha el orgullo, la inclusi*n sorpresiva, totalmente novedosa la mires por donde la mires, del cemento en un paisae campestre. Fna cuarta el en+rgico prosa-smo se aburre una osamenta , 'ue el melindroso amanerado 'uerr/ ecomulgar con horror pero 'ue apreciar/ m/s 'ue su vida el cr-tico de gusto viril y argentino. odo el reverso, por lo dem/s, es de muy subidos 'uilates. El segundo hemisti'uio, si puedo llamarlo as-, entabla animad-sima charla con el lector# se adelanta a su viva curiosidad, le pone una pregunta en la boca y la satisfaceC al instante, para luego al final Aincierto dudar del dato dado a'u- el maso'uista se vuelve s/dico. J por 'u+ me dices de ese halla(go, blan"uiceleste El pintoresco neologismo sugiere el cielo, 'ue es un factor important-simo del paisae australiano. "in esa evocaci*n resultar-an demasiado sombr-as las tintas del boceto y el lector se ver-a compelido a cerrar el volumen, herida en lo m/s -ntimo el alma de incurable y negra melancol-a. Eso no me impide, de todos modos incurrir en la denuncia eistencialista de la opresi*n por medio del paralelismo entre la falta de libertad en un corral y la insatisfacci*n de los hombres con sus vidas inusticia y muerte, eso es el %ltimo verso.
supongo, como un modo de tomar alguna iniciativa en ese encuentro. Dot+ enseguida, sin embargo, 'ue mi velocidad de respuesta hab-a sido prevista por 7aneri. $legu+ muy agitado al sal*n, con -mpetu estudiado, necesitado de restablecer mi figura vagamente dominante en la relaci*n. Dos fue dif-cil encontrar mesa# el 1sal*n=bar progresista2, ineorablemente moderno, era apenas un poco menos atro( 'ue mis previsiones# en las mesas vecinas, el ecitado p%blico mencionaba las sumas invertidas sin regatear por Vunino y por Vungri. ?uinientos, seiscientos, setecientosC 1
no as- cielino. 4ojo era invariablemente carmesí, bermell2n o granate , lo 'ue no estaba mal, pero J'u+ se pod-a pensar del cambio de conversi2n por convertici2n J de amigo por contertulio J la llamada por llamamiento , agua por luido , libro por vademécum JLugar por sitio J%arco por embarcaci2n J (uto por vehículo J/asa por hogar J5rialdad por gelidez J/ara por rostro JL+m'ara por Luz 4 pesar de todo, su obetivo, me dio, era sonar espont/neo. $e pregunt+ c*mo se propon-a lograr eso. Do me respondi* y se 'ued* mirando por la ventana. Insist-, un poco irritado, y lo interrogu+ acerca del cambio de silueta por igura, pero +l no se inmut* parec-a ido. "ent- 'ue 7aneri estaba perdiendo la estabilidad emocional. Eso lo hac-a m/s interesante, y not+ 'ue incluso me daba algo de envidia yo era incapa( de perderla# los poetas la perd-an. Entend- 'ue en eso consist-a su espontaneidad era capa( de hacer cual'uier cosa 'ue 'uisiera. o, por el contrario, segu-a asociando la idea de espontaneidad a cierta reminiscencia colo'uial en la sintais o a una pure(a emocional no artificiosa en la elecci*n l+ica, pura ret*rica estandari(ada de lo espont/neo. Era una estupide( la verdadera espontaneidad consist-a en armar una ret*rica propia de la espontaneidad sin pensar en los otros. "u depravado principio de ostentaci*n verbal era espont/neo# mis correcciones y observaciones, amaneradas y pretenciosas. 7e todos modos, yo no era un practicante de la espontaneidad, y no estaba seguro de 'uerer serlo. 7enost* despu+s con amargura a los cr-ticos literarios y a los periodistas culturales# luego, m/s benigno, los e'uipar* a esas personas 1'ue no disponen de metales preciosos ni tampoco de prensas de vapor, laminadoras y /cidos sulf%ricos para la acu&aci*n de tesoros, pero 'ue pueden indicar a otros el sitio de un tesoro2. $uego agreg* 1El problema es 'ue por lo general indican mal2 Dos re-mos. 4cto continuo censur* la 'rologomanía, 1de la 'ue ya hi(o mofa, en donosa prefaci*n del ?uiote, @iguel de 0ervantes "aavedra, el r-ncipe de los Ingeniosos2. 4dmiti*, sin embargo, 'ue en la portada de la nueva obra conven-a el pr*logo vistoso y derrochador, el espaldara(o firmado por el plum-fero de garra, de fuste y de banca. ;econoci* 'ue eso lo avergon(aba pero 'ue deb-a pensar en su trascendencia y olvidar su orgullo 1"i hago ahora una o dos cosas inofensivas 'ue me disgustan, 'ui(/ en el futuro pr*imo pueda disfrutar de cierta felicidad y reconocimiento, e incluso de un poco de gloria. 4cordar/s conmigo en 'ue vale la pena2. "in meditarlo, die 'ue s-. 4greg* 'ue pensaba publicar los cantos iniciales de su poema. 0omprend-, entonces, la singular invitaci*n telef*nica# el hombre iba a pedirme 'ue prologara su pedantesco f/rrago. @e incomod* el orgullo 'ue sent- y r/pidamente ehib- una negativa cort+s y epli'u+ 'ue no me consideraba merecedor ni capa(. ero mi temor result* infundado 0arlos 4rgentino observ*, con admiraci*n rencorosa y disfrutando de la humillaci*n a la 'ue me somet-a, 'ue no cre-a errar el ep-teto al calificar de s*lido el prestigio 9
logrado en todos los c-rculos por Tlvaro @eli/n $afinur, hombre de letras, 'ue, si yo me empe&aba como correspond-a, prologar-a con embeleso y brillo el poema. )i 'ue hab-a ca-do en una trampa +l hab-a esperado a 'ue yo me ecusara como prologuista para luego pedirme un favor 'ue, en falta, sin fuer(as y avergon(ado, no podr-a sino aceptar. 7ie 'ue s-, 'ue lo har-a. ara evitar el m/s imperdonable de los fracasos, continu*, yo ten-a 'ue hacerme portavo( de dos m+ritos inconcusos# la perfecci*n formal y el rigor cient-fico, 1por'ue ese dilatado ard-n de tropos, de figuras, de galanuras, no tolera un solo detalle 'ue no confirme la severa verdad2. 4greg* 'ue Beatri( siempre se hab-a distra-do con Tlvaro. 1J3istraído 2, pregunt+, ya convertido en trapo vieo. 1J)amos2, me respondi* con una sonrisa, mientras se paraba. estaba sacando dinero de mibolsillo cuando agreg* 1o invito2. 4sent-, profusamente asent-, como un loco. 7espu+s aclar+, mayor verosimilitud e intentando recuperar un poco de dignidad, 'ue no hablar-a el lunes con Tlvaro, sino el ueves# en la pe'ue&a cena 'ue suele coronar toda reuni*n del digno 0lub de Escritores. ADo hay tales cenas ni podr-a haberlas, pero es irrefutable 'ue las reuniones tienen lugar los ueves, hecho 'ue 0arlos 4rgentino 7aneri podr-a comprobar en los diarios y 'ue dotaba de cierta realidad a la frase. @entirle, adem/s, me devolv-a valor y humanidad. 7ie, entre adivinatorio y saga( y liviano, 'ue antes de abordar el tema del pr*logo, describir-a el curiosa plan de la gran obra, y remar'u+ la palabra gran para 'ue +l notara 'ue me estaba burlando. Sl lo not* y yo vi c*mo se hinchaban un poco la nari( y el cuello. Do pude ver m/s por'ue nos despedimos# al doblar por Bernardo de Irigoyen, encar+ con toda imparcialidad los porvenires 'ue me 'uedaban a hablar con Tlvaro y decirle 'ue el primo hermano a'uel de Beatri( Aese eufemismo eplicativo me permitir-a nombrarla, hacerla aparecer ante +l, entre nosotros, con familiaridad hab-a elaborado un poema 'ue parec-a dilatar hasta lo infinito las posibilidades de la cacofon-a y del caos, ambos ya de por s- infinitos# b no hablar nada con Tlvaro y hacerme el tonto con 0arlos 4rgentino# c escribir un pr*logo ambiguo y sutilmente cr-tico, y yo mismo entreg/rselo a 7aneri con la firma falsa de Tlvaro, 'ue yo sab-a hacer# d pedirle al hermano de Tlvaro, 4ndr+s @eli/n $afinur, un oscuro contador no muy l%cido, 'ue hiciera un pr*logo y lo firmara 14. @eli/n $afinur2# e escribir a d%o con Tlvaro un teto 'ue destruyera las pretensiones de 0arlos 4rgentino con la esperan(a de disuadirlo de la publicaci*n# f decirle a 7aneri 'ue Tlvaro espera el manuscrito, retenerlo una semana y luego devolv+rselo dici+ndole 'ue Tlvaro lo consider* de un realismo de mal gusto y, en tanto ensayo de duplicaci*n del universo, fr-volo y naif, ya 'ue lo real no nos es dado ni resulta nunca del todo nombrable. rev-, l%cidamente, 'ue mi desidia optar-a por b. $o acept+ y opt+ entonces yo tambi+n por b con la alegr-a de 'uien es'uiva una decisi*n inc*moda. 86
4 partir del viernes a primera hora, empe(* a in'uietarme el tel+fono. Esa in'uietud no la hab-a previsto Jc*mo eplicar-a mi desidia @e indignaba, tambi+n, 'ue ese instrumento, 'ue alg%n d-a produo la irrecuperable vo( de Beatri(, pudiera rebaarse a recept/culo de las in%tiles y 'ui(/ col+ricas 'ueas de ese enga&ado 0arlos 4rgentino 7aneri. $uego record+ 'ue el tel+fono 'ue hab-a reproducido a Beatri( no hab-a sido este, 'ue era nuevo y claro, sino uno anterior, de ba'uelita negra, 'ue hab-a deado caer al piso poco despu+s de su muerte. Este recuerdo me perturb*. J$o hab-a hecho a prop*sito @e hab-a llevado mucho tiempo animarme a comprar uno nuevo, y ahora me daba cuenta de 'ue para m- los tel+fonos no s*lo estaban asociados a la vo( femenina sino espec-ficamente a la vo( de Beatri(, y 'ue si eso no pod-a volver a ocurrir, Jdeb-a entonces abandonar la idea de usar normalmente un tel+fono J deb-a resignarme a 'ue este tel+fono 'uedara identificado con la filosa vo( de 0arlos 4rgentino 7ecid- lo siguiente si +l volv-a a llamarme, destruir-a este tel+fono con decisi*n, tal ve( con un martillo. Leli(mente, nada ocurri* Msalvo mi decepci*n de 'ue nada ocurrieraM# luego la sigui* el rencor inevitable 'ue me inspir* a'uel hombre 'ue me hab-a impuesto una delicada gesti*n y luego me olvidaba. El tel+fono perdi* sus terrores, y logr+ incluso 'ue una amiga de mi hermana con una vo( similar a la de Beatri( me llamara regularmente para hablar de cual'uier cosa. $as charlas duraban pocos minutos, pero el efecto era ben+fico. todo marchaba adecuadamente cuando, a fines de octubre, 0arlos 4rgentino me habl*. Estaba agitad-simo# no identifi'u+ su vo(, al principio todo se o-a engomado. ens+ inicialmente 'ue se deb-a a un desperfecto t+cnico y golpe+ suavemente el tel+fono# luego entend- la frase 1indignante cosmogon-a adocenada2. $e die 'ue se calmara y volviera a llamarme en die( minutos. 0uando lo hi(o su vo( hab-a meorado considerablemente, no as- su agitaci*n. 0on triste(a y con ira balbuce* 'ue esos ya ilimitados Vunino y Vungri, progresistas baratos y usureros, so preteto de ampliar su desaforada confiter-a y su cuenta bancaria, iban a demoler su casa. MJ?u+ casa, 0arlosM pregunt+, tratando 'ui(/ de mostrarle 'ue esa casa era para m- de Beatri(. MQ$a casa de mis padres, ay mi casa, la viea casa inveterada de la calle Garay! Mrepiti*, 'ui(/ olvidando su pesar en la melod-aM. Esto pasa por ser in'uilino. Es ineplicable 'ue nunca nadie haya pensado en comprar. $a familia tuvo buenos momentos, pudo haberse hechoC Luimos la decadencia, mis padres vivieron en la actancia. Do s*lo pude evitar re-rme sino 'ue, de hecho, no me result* muy dif-cil compartir su congoa. a cumplidos los cuarenta a&os, todo cambio es un s-mbolo detestable del pasae del tiempo y de su inc*moda finitud# adem/s se trataba de una casa 'ue, para m-, alud-a infinitamente a 88
Beatri(, como el tel+fono de ba'uelita negra. ?uise aclarar ese delicad-simo rasgo# mi interlocutor no me oy*. Insist-. @e respondi* 'ue no pod-a en ese momento pensar en la ba'uelita. 7io luego 'ue si Vunino y Vungri persist-an en ese prop*sito absurdo y capitalista, el doctor Tlvaro Vunni, su abogado, los demandar-a ipso facto por da&os y peruicios y los obligar-a a abonar cien mil nacionales o m/s, 'ui(/ incluso tanto como para comprarles la casa de una ve(. 4greg* 'ue pod-a resultar incluso 'ue acabara 'ued/ndose tambi+n con el sal*n= bar. El nombre de Vunni me impresion*# su bufete, en 0aseros y acuar-, es de una seriedad proverbial, aun'ue tambi+n se sab-a de casos dudosos y de criminales 'ue gracias a +l segu-an en el oficio. 4 la ve( me asust* por imposible 'ue pareciera, ya la idea de 'ue 0arlos 4rgentino comprara la casa me produc-a una envidia negra, y si hab-a alguien capa( de concretar el milagro, +se era Vunni. Interrogu+, con tono calmo, si +ste se hab-a encargado ya del asunto. 7aneri dio 'ue le hablar-a esa misma tarde por tel+fono. $a palabra tel+fono me hi(o temblar. $uego 7aneri agreg*, con malicia, 'ue Vunni siempre se hab-a entendido con Beatri(. Estuve a punto de cortar, pero en lugar de eso habl+ MJ?u+ significa entendido Vunni debe andar por los noventa a&osC MJ"ignificar Bueno, pienso posibles estrategias. Decesito a Vunni comprometido en esto como sea. QDo recono(co l-mites en esta batalla! MJero 'u+ se sabe de Vunni con Beatri( Dunca o- nada sobre esoC
M"-, seguro est/ en alg%n lugar de tu cabe(a. Es 8, 8, :, 5, >, X, 85, :8, 5H, >>, X9, 8HHC M4h, s-, s-, claro, Qla de los p+talos! "e me hab-a me(clado con otra. )isualic+ el gr/fico inmediatamente MEst/ bien, s-, la recuerdo Mdie, molestoM J el 4leph MBueno, eso es m/s interesante, es un mihrabC MC MEs el lugar donde est/n, sin confundirse, todos los lugares del orbe, vistos desde todos los /ngulos. MQ0*mo en tu poema!M eclam+, y lo espont/neo de mi entusiasmo me avergon(*. MQEacto! 4 nadie revel+ mi descubrimiento, pero volv-. QEl ni&o no pod-a comprender 'ue le fuera deparado ese privilegio para 'ue el hombre burilara el poema. Q el adulto no puede soportar 'ue el mercantilismo universal inunde de piedra molida el pantano luminoso de la poes-a! Do me despoar/n esas ratas de Vunino y Vungri, no, no y mil veces no. QDo! 0*digo en mano, el gran doctor Vunni probar/ 'ue es inajenable mi 4leph. Estoy dispuesto, incluso, a 'uedarme con un s*tano debao de la confiter-a. Q$a casa no me importa! aun'ue te ofendas, Qtampoco me importa la memoria de Beatri(! @e pareci* loco y lo o- engorado, nuevamente gomoso. rat+ de ra(onar. Mero, Jno es muy oscuro el s*tano ese, 7aneri M$a verdad no penetra en un entendimiento solemne, pero tampoco en uno rebelde. "i todos los lugares de la tierra est/n en el 4leph, ahestar/n todas las luminarias, las l/mparas, todos los veneros de lu(. ah- est/ tu l+m'ara y tu luz , untas, pueden convivir m/s all/ de tus uicios e interpretaciones. o no reem'lazo propongo, amontono, apilo. $o m-o es moderno# tu interpretaci*n anacr*nica se esfuer(a en verme anterior a s- misma. @e pareci*, ahora s-, loco, pero su locura l%cida me irritaba no pod-a discutirle cuando hablaba desde ese lugar. ?uise decir algo, pero +l lo hi(o primero. MJ)endr/s a verlo o no MJ?u+ cosa MEl 4leph, por supuestoC JEn 'u+ pensabas MEn nada. Ir+ a verlo inmediatamente, si eso te place. MDo es por m- creo 'ue es tu deseo. MDo, no es mi deseo. MBuenos, est/ bien, no vengas. 0ortamos. $os 'uince minutos siguientes los pas+ lament/ndome. Jor 'u+ hab-a dicho eso Do hab-a nada 'ue deseara m/s 'ue ver el 4leph. @e esfor(aba en pensar 'ue era una mentira, 'ue 7aneri estaba loco, etc. ero otra vo( me dec-a 'ue no pod-a dear pasar esta oportunidad solamente por orgullo. 85
$o llamar-a 7aneri y le dir-a, con tono distante, 'ue pasar-a a tomar algo# una ve( ah- sacar-a nuevamente el tema del 4leph y comentar-a, con una sonrisa, 'ue verlo no me vendr-a mal. Estaba por llamar cuando me sorprendi* el timbre del tel+fono. 4tend- inmediatamente. 7aneri me dio 'ue no me preocupara, 'ue +l sab-a 'ue yo 'uer-a verlo y 'ue se permit-a llamarme para agili(ar mis 1tr/mites con el orgullo2. $e die 'ue estaba e'uivocado, pero 'ue no me molestar-a pasar a tomar algo, y 'ue iba para all/. @e desped- y cort+ r/pido, antes de 'ue +l pudiera emitir una prohibici*n y antes, sobre todo, de 'ue mi orgullo contraatacara. Basta el conocimiento de un hecho para percibir en el acto una serie de rasgos confirmatorios, antes insospechados# me asombr* no haber comprendido hasta ese momento 'ue 0arlos 4rgentino era un loco brillante. odos esos )iterbo, por lo dem/sC Beatri( Ayo mismo suelo repetirlo era una muer hermosa, una ni&a de una clarividencia casi implacable, pero hab-a en ella negligencias, distracciones co'uetas, desdenes sensuales, verdaderas crueldades de la ehibici*n, 'ue tal ve( reclamaban una eplicaci*n patol*gicaC 0ierta ve(, el doctor "igui me hab-a sugerido 'ue Beatri( padec-a una desorden seual. $uego se neg* a eplicarme a 'u+ se refer-a, pero no dud* en aconsearme 'ue me aleara de ella. ahora segu-a 7aneriC ero por alg%n motivo la locura de 0arlos 4rgentino me colm* de maligna felicidad# aun'ue -ntimamente siempre, siempre nos hab-amos detestado, a la ve( me alegraba tener a alguien como +l en mi vida. Do era Beatri( lo 'ue me acercaba a 7aneri sino mi fascinaci*n por la locura lo 'ue me atra-a hacia ambos. En la calle Garay, la sirvienta me dio 'ue tuviera la bondad de esperar. El ni&o estaba, como siempre, en el s*tano, revelando fotograf-as, ordenando papeles, limpiando cosas con un cepillo. Punto al arr*n sin una flor, en el piano in%til, me(clando entre otros, sonre-a Am/s intemporal 'ue anacr*nico el gran retrato de Beatri(, en torpes colores. 1anto tiempo revelando fotograf-as para estos logros2, pens+ despreciativo. ero a pesar del revelado y de los colores, la imagen era cautivante. J"er-a el revelado as- a prop*sito Jendr-a 'ue aceptar la hip*tesis de la genialidad de 7aneri Do pod-a vernos nadie# en una desesperaci*n de ternura me aproim+ al retrato y, empa&ando el vidrio, le die MBeatri(, Beatri( Elena, Beatri( Elena )iterbo, Beatri( Elena )iterbo 'uerida, Beatri( )iterbo perdida, malograda para siempre, soy yo, soy Borges, tu propio Borges. om+ otro retrato e hice lo mismo. $uego tom+ otro, y otro. 0arlos 4rgentino entr* poco despu+s. )io el desorden de retratos sobre el piano pero no pareci* importarle.
Mero no es seudo, o al menos no del todo aul Lort era 0hamagne y este es cognac, como te die, es de su tierra. MQ4h Msonri*M eso ya es bastante! ero s*lo era una bromaC MC MBueno, vamos a lo nuestro ya sab+s, el dec%bito dorsal es indispensable. ambi+n lo son la oscuridad, la inmovilidad, cierta acomodaci*n ocular. e acuestas en el piso de baldosas floas y fias los oos en el decimonono escal*n de la pertinente escalera chueca y sucia. @e voy, bao la trampa y te 'uedas solo. 4lg%n roedor te mete miedo Qf/cil empresa! Do podr-a asegurarte 'ue no haya otros animales. QPa! "oportas eso y listo, a los pocos minutos ves el 4leph. QEl microcosmo de al'uimistas y cabalistas, nuestro concreto amigo proverbial, el multum in 'arvo! @e tom* de la mano y dimos unos pasos. a en el comedor, me solt*, fi* sus oos en los m-os y agreg* M0laro est/ 'ue si no lo ves, tu incapacidad no invalida mi testimonioC ?uiero decir 'ue si no lo ves el problema ser/ tu incapacidad, no mi testimonioC J"e entiende Baa, Porge $uis# muy en breve podr/s entablar un di/logo con todas las im/genes de Beatri(. M J?u+ significa todas "olt* una carcaada MJ"ignificar Bueno, es un 4lephC M0laro, el multum in 'arvo M die con un temblor en la vo( 'ue anul* la iron-a. M)amos, Qsin temor! Ba+ con rapide(, harto de sus palabras insustanciales y de su valent-a de verdugo. El s*tano, apenas m/s ancho 'ue la escalera, ten-a mucho de ma(morra, mucho de po(o. 0on la mirada bus'u+ en vano el ba%l de 'ue 0arlos 4rgentino me habl*. "ent- 'ue estaba siendo enga&ado. Fnos caones con botellas y unas bolsas de lona y de arpillera entorpec-an un /ngulo. ate+ sin 'uerer, aun'ue con mucha fuer(a, su aparato de revelado. 0arlos, sin mirarme ni inmutarse por eso, tom* una bolsa, la dobl* y la acomod* en un sitio preciso, luego en otro, luego en otro. @ientras lo hac-a, gem-a, saltaba y repet-a 1ac/, ac/, ac/2. $uego, de repente, se calm*. M$a almohada es humildosa Meplic*M, pero si la levanto un solo cent-metro, incluso un solo mil-metro, no ver/s ni una pi(ca y te 'uedas corrido y avergon(ado ante m-. Do es lo 'ue 'uiero, as- 'ue repantiga en el suelo ese corpach*n tuyo y cuenta diecinueve escalones. QDo saltees los rotos! Qampoco los doblados! 0umpl- con sus rid-culos re'uisitos# al fin se fue, no sin antes gritar un 1empie(a la funci*n2 'ue me hi(o apretar los dientes. 0err* cautelosamente la trampa# la oscuridad, pese a una hendia 'ue despu+s distingu-, pudo parecerme total. Ese hecho me perturb*, y 'ui(/ por eso 8>
s%bitamente comprend- mi peligro me hab-a deado soterrar por un loco, luego de tomar un veneno 'ue +l h/bilmente hab-a colocado en mi co&ac. $as bravatas de 0arlos transparentaban el -ntimo terror de 'ue yo no viera el prodigio# 0arlos, para defender su delirio, para no saber 'ue estaba loco, tenía "ue matarme . Es decir estar-a loco por matarme, pero no por haber visto un 4leph ineistente. "ent- un confuso malestar, 'ue trat+ de atribuir a la rigide(, y no a la operaci*n del narc*tico. $uego pens+ 'ue 'ui(/ no hab-a sido envenenado sino drogado. Esa opci*n me reconfort* un poco 0arlos, para no saber 'ue estaba loco, tenía "ue drogarme . ;ecord+ haber le-do sobre ciertos compuestos naturales con los 'ue ignotas tribus selv/ticas aprend-an a imaginar el universo. El medioevo no hab-a escatimado tampoco en el uso de ra-ces. ;ecord+ un pasae de la 6nvestigaci2n sobre las 'lantas de eofrasto, el disc-pulo de lat*n y amigo de 4rist*teles, 'ue siempre me hab-a intrigado 1"e administra una dracma si el paciente debe tan solo animarse y pensar bien de s- mismo# el doble si debe delirar y sufrir alucinaciones# el triple si ha de 'uedar permanentemente loco# se administrar/ una dosis cu/druple si debe morir2. AIN, 88, . ;ecord+ 'ue 4rist*teles le hab-a deado a eofrasto no s*lo su biblioteca entera sino tambi+n su finca de 4tenas el famoso $iceo. J?u+ dear-a yo, ahora J cu/ntas dracmas me habr-a administrado 7aneri ;ecord+ la definici*n 'ue eofrasto da del desconfiado en sus /aracteres 1sospecha de maldad en todos los seres humanos2 AN)III, :. JEra 0arlos 4rgentino 7aneri una mala persona uve 'ue responderme 'ue no, y 'ue de hecho estaba muy leos de serlo, y 'ue en ese caso s- era yo un desconfiado. 4cept+, tambi+n, 'ue tampoco estaba loco# a lo sumo pod-a adudic/rsele una leve ecentricidad. 4dmit- una ve( m/s mi envidia. ens+ en mi admiraci*n por ciertos ingleses. ;ecord+ luego una torta austr-aca 'ue una empleada de mi familia sab-a preparar. $a empleada era chilena, de antepasados mapuches. Fn d-a a mis 'uince a&os, ella me hab-a confesado su conocimiento de la bruer-a ind-gena. 0ierta ve( nos entregamos untos a los misterios de un humo curioso 'ue no logr* darme mucho m/s 'ue un fuerte dolor de cabe(a. Imagin+ a la embriague( como una virgen curadora y la sent- leana. ens+ en todos los escritores 'ue admiraba y los imagin+ untos fumando opio en un bodeg*n. "e re-an, festeaban, se revoleaban mueres e improvisaban poemas perfectos. 0err+ los oos, los abr-. Entonces vi el 4leph. 4rribo, ahora, al inefable centro de mi relato# empie(a, a'u-, mi desesperaci*n de escritor, mi temor de no poder estar a la altura de las circunstancias. odo lenguae es un alfabeto de s-mbolos cuyo eercicio presupone un pasado 'ue los interlocutores comparten con otros interlocutores 'ue a su ve( comparten un pasado con otros, etc.# Jc*mo transmitir a los otros el infinito 4leph, 'ue mi temerosa memoria apenas abarca @emoria e infinito, los dos polos de la historia, se refutan el uno 8
al otro. $os m-sticos, en an/logo trance, prodigan los emblemas sagrados para significar la divinidad, 'ue es el rostro de todos los dioses, un persa habla de un p/aro 'ue de alg%n modo es todos los p/aros, de su pico, sus alas, sus incontables plumas# 4lanus de Insulis, de una esfera cuyo centro est/ en todas partes y la circunferencia en ninguna# mi madre, de las brasas encendidas ocultas por otras brasas encendidas, de las ceni(as dispersas y de la fuer(a centr-fuga del agua hirviendo# E(e'uiel, de un /ngel de cuatro caras 'ue a un tiempo se dirige al Oriente y al Occidente, al Dorte y al "ur es el /ngel de la epansi*n, del estiramiento, incluso del engordamiento. ADo en vano rememoro esas inconcebibles analog-as# alguna relaci*n tienen con el 4leph, aun'ue no discutir-a mucho si alguien afirmara 'ue no. ?ui(/ los dioses no me negar-an el halla(go de una imagen e'uivalente, pero este informe 'uedar-a contaminando de literatura, de falsedad. J?u+ son las met/foras @et/foras. or lo dem/s, el problema central es irresoluble la enumeraci*n, si'uiera parcial, de un conunto infinito. a la ve(, no es irresoluble esa enumeraci*n ser-a precisamente la enumeraci*n parcial de un conunto infinito. El problema es 'uerer 'ue esa enumeraci*n sea otra cosa. or otra parte, J'u+ decir de la posibilidad del narc*tico J7eber-a acaso, para esta descripci*n, caer en el onirismo or'ue en ese instante gigantesco, tumbado en el s*tano, he visto millones de actos deleitables yYo atroces# ninguno me asombr* como el hecho de 'ue todos ocuparan el mismo punto de escalera, sin superposici*n y sin transparencia. $o 'ue vieron mis oos fue simult/neo lo 'ue transcribir+, sucesivo, por'ue el lenguae lo es. 4lgo, sin embargo, recoger+ no 'uiero ser acusado de ego-sta. aun'ue lo m/s sincero e inteligente ser-a optar por el silencio, accedo por'ue, aun as-, sigue siendo meor escribir. En la parte inferior del escal*n, hacia la derecha, vi una pe'ue&a esfera, y entonces pens+ 1Esto es simplemente una esfera tornasolada, aun'ue de casi intolerable fulgor, como una bola de espeos fundida en plomo2. $uego me distrae, un poco decepcionado, hasta 'ue un fulgor mayor, viol/ceo, como un estallido detenido en el tiempo, me hi(o volver a la esfera. 4trapado por la lu( como un insecto, comenc+ a mirarla con fie(a hasta 'ue +sta empe(* a moverse sin salir de su lugar. 4l principio la cre- giratoria# luego pens+ 'ue el 'ue giraba era yo# finalmente comprend- 'ue ese movimiento era una ilusi*n producida por los vertiginosos espect/culos 'ue encerraba. El di/metro del 4leph ser-a de dos o tres cent-metros, 'ui(/ cuatro o hasta cinco, no m/s, pero el infinito espacio c*smico estaba ah-, sin disminuci*n de tama&o. 4s-, cada cosa Ala luna del espeo, digamos, por eemplo eran infinitas cosas, por'ue yo claramente la ve-a desde todos los puntos del universo, y como los puntos de vista son infinitos, cada obeto de los infinitos obetos del universo era en s- mismo infinito. 4 la ve(, cada obeto est/ conformado por infinitos puntosC cada uno de los puntos es infinito en s- mismoC Eso, insisto, no se puede describir. ero como toda 8W
descripci*n recorta sobre lo infinito un capricho, la lista siguiente es lo 'ue la literatura me permite en este momento, por lo dem/s hist*rico. 4s- 'ue vi el populoso mar con sus barcos hundidos, vi el alba y la tarde en Budapest, vi un serrucho, vi las muchedumbres ind-genas de 4m+rica sometidas a la eplotaci*n y el hambre, vi una plateada telara&a en el centro de una negra pir/mide 'ue no pude identificar, vi un laberinto roto a martilla(os Asupe 'ue era $ondres, vi interminables oos inmediatos escrut/ndose en m- como en un espeo deformante y multiplicador, vi en un po(o los restos de la corbata favorita de Beatri( rodeados de miles de bolsas de basura negras, vi en un traspatio de la calle "oler casi es'uina 0oronel 7-a( las mismas baldosas 'ue hace treinta a&os vi en el (agu/n de una casa en Lray Bentos, vi mos'uitos portadores de enfermedades cru(ando el oc+ano en el fondo de un barco, vi racimos de uva todav-a verdes, nieve manchada con petr*leo, tabaco, ron, vetas de metal y aluminio, vapor de agua concentr/ndose en la tapa de una olla cerrada, vi conveos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi la siguiente p/gina del tratado 3e Humana !hysiognomia de Giovanni Battista della orta, vi el gas*metro al norte de )eracru( 'ue 7aneri describ-a en sus poemas y comprob+ 'ue la descripci*n era ineacta, vi en Inverness a una muer 'ue no olvidar+ por'ue era incre-blemente hermosa y eactamente coincidente con mi imagen interna de la felicidad, vi la violenta cabellera de una muer duch/ndose, el altivo cuerpo de un hombre ca(ando patos, vi un c/ncer en el pecho de un oven de no m/s de veinticinco a&os, vi un c-rculo de tierra seca en una vereda donde antes hubo un /rbol, vi una 'uinta venida debao de 4drogu+, un eemplar de la primera versi*n inglesa de linio, la de hilemon
y vi microbios saltando de un cuerpo a otro, vi un crimen, vi supuestos tatuaes de prostitutas en una l/mina de un libro de $ombroso editado en ar-s en 89X, La emme criminalle et la 'rostituée, vi las sombras oblicuas de unos helechos amarronados en el suelo de un invern/culo, vi en una l-nea de montae a un obrero deando pasar una cuchara deforme, vi tigres blancos, +mbolos, bisontes, mareadas, l/pices y e+rcitos de langostas, vi un sapo aplastado por un eep, vi todas las hormigas 'ue hay en la tierra, vi inmediatamente despu+s miles de eemplares distintos de escarabaos y record+ a P.B.".
energ-a, a discutir el 4leph# me negu+, tambi+n, a discutir su reciente charla telef*nica con Vunni# lo abrac+, al despedirme, y le repet- 'ue el campo y la serenidad son dos grandes m+dicos. Eso lo hi(o reaccionar# repentinamente muy hinchado, 7aneri grit* MQero yo no estoy enfermo! )olv- a sonre-r con benevolencia. $e die 'ue no, 'ue por supuesto 'ue no, pero 'ue de todos modos conven-a curarse, ya 'ue no pod-a saberse 'u+ enfermedades estaban en nuestros cuerpos escondidas, al acecho, esperando un momento de debilidad. MQDo estoy enfermo!M volvi* a decir con una pronunciaci*n no del todo comprensible y los oos ya un poco cubiertos por los p/rpados# yo le sonre- y le hice un gesto a la sirvienta para 'ue me escoltara hasta la puerta. 7esde el marco agit+ la mano para despedirme# por alg%n motivo, la sirvienta me sonri* con gesto c*mplice. En la calle, en las escaleras de 0onstituci*n, en el subterr/neo, me parecieron familiares todas las caras# a la ve(, me parecieron todas iguales, o al menos clasificables en tres o cuatro tipos generales. )arias veces cre- ver a la muer de Inverness y me apen+ por su imposibilidad. em- 'ue no 'uedara una sola cosa capa( de sorprenderme o interesarme, tem- 'ue no me abandonar/ am/s la impresi*n nauseosa de volver, girar y repetir. Leli(mente, al cabo de unas noches de insomnio, me traba* otra ve( el olvido, aun'ue no del todo. Posdata del 1º de marzo de 1943
4 los seis meses de la demolici*n del inmueble de la calle Garay, la Editorial rocusto no se de* arrendar por la longitud del considerable poema y lan(* al mercado una selecci*n de 1tro(os argentinos2.
1;ecib- tu apenada congratulaci*n2, me escribi*, 1Bufas, mi lamentable
amigo, de envidia, pero confesar/s M Qaun'ue te ahogue! M 'ue esta ve( pude coronar mi bonete con la m/s roa de las plumas# mi turbante, con el m/s califa de los rub-es. 2 :6
ilimitada y pura divinidad# tambi+n se dio 'ue tiene forma de un hombre 'ue se&ala el cielo y la tierra, para indicar 'ue el mundo inferior es el espeo y es el mapa del superior# para la 7engenlehre, es el s-mbolo de los n%meros transfinitos, en los 'ue el todo no es mayor 'ue alguna de las partes. o 'uerr-a saber JEligi* 0arlos 4rgentino ese nombre, o lo ley*, a'licando a otro 'unto donde convergen todos los 'untos, en alguno de los tetos innumerables 'ue el 4leph de su casa le revel* or incre-ble 'ue pare(ca, yo creo 'ue hay Ao 'ue hubo otro 4leph, yo creo 'ue el 4leph de la calle Garay era un falso 4leph. 7oy mis ra(ones.
JEiste ese 4leph en lo -ntimo de una piedra J$o he visto cuando vi todas las cosas y lo he olvidado Duestra mente es porosa para el olvido# yo mismo estoy falseando y perdiendo, bao la tr/gica erosi*n de los a&os, los rasgos de Beatri(. ( 9stela /anto. !osdata del <= de noviembre de >??@.
$a posdata del 8[ de mar(o de 89H5 no figura en el manuscrito original de 1El 4leph2# posterior a la escritura del cuento, es el primer agregado y la primera lectura de Borges. Esa posdata es la %nica parte 'ue 'ued* intacta en este engordamiento. El resto, de aproimadamente H666 palabras lleg* a tener m/s de 966. El trabao de engordamiento tuvo una sola regla no 'uitar ni alterar nada del teto original, ni palabras, ni comas, ni puntos, ni el orden. Eso significa 'ue el teto de Borges est/ :8
intacto pero totalmente cru(ado por el m-o, de modo 'ue, si alguien 'uisiera, podr-a volver al teto de Borges desde +ste. 0on respecto a mi escritura, si bien no intent+ ocultarme en el estilo de Borges tampoco escrib- con la idea de hacerme demasiado visible los meores momentos, me parece, son esos en los 'ue no se puede saber con certe(a 'u+ es de 'ui+n. A Jacqui Behrend. __
"aludos de P
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