PRECIS RETÓRICA Fecha: 05 de febrero de 2017 Tema: Un mundo desbocado, los efectos de la Globalización en nuestras vidas. México Conceptos aportados: Globalización, riesgos. Debate del artículo: Los riesgos que acarrea la modernización, cambios en la familia, entrada de la mujer al mercado laboral, características de la sociedad industrial moderna. ¿Argumentos a favor o en contra? A favor Giddnes, A. (2000). Un mundo desbocado. Los efectos de la globalización en nuestras vidas. México. Taurus., grupo Santillana de Ediciones, S.A. Aportes del autor Precisa Giddnes: “La globalización influye en la vida diaria tanto como los acontecimientos que se suceden a escala mundial”. (Giddnes, A, p, 5). Esta frase
expresa, tanto la forma como el autor concibe con cibe la globalización, tema del estudio, como la línea orientadora del mismo, expresada, según sus palabras, “este libro incluye una extensa reflexión sobre la sexualidad, el matrimonio y la familia. En muchas zonas del mundo las mujeres están reclamando una autonomía mayor que la que han gozado hasta ahora y están entrando en el mercado laboral masivamente. Estos aspectos de la globalización son al menos tan importantes como los que se producen en el mercado global”. Cada uno de estos aspectos, a criterio del autor han recibido r ecibido un especial impacto
de la globalización, una de las principales características de la sociedad posmoderna. La globalización, como realidad social y como elemento de la cultura posmoderna, representa lo que muchos consideran como pequeñez del mundo ante los avances y alcances de la tecnología, especialmente la de la comunicación. “En un mundo globalizado, donde se transmiten rutinariamente información e imágenes a lo largo del planeta, todos estamos en contacto regular con otros que piensan diferente y viven de forma distinta que nosotros. Los cosmopolitas aceptan y abrazan esta complejidad cultural. Los fundamentalistas la encuentran perturbadora y peligrosa. Y ya sea en los ámbitos de la religión, la identidad étnica o el nacionalismo, se refugian en una tradición icada, con bastante frecuencia, en la violencia”. (Giddnes, p , 5). Como renovada y purif icada, escribió el sociólogo canadiense Marshall McLuhan: “el mundo es una aldea”. (McLuhan,
M., 1965). Su impacto es notorio en todos los aspectos de nues tra vida y quehacer; lo es tanto como para llegar a reestructurarla, a tenor de Giddnes: “La globalización está reestructurando nuestro modo de vivir, y de forma muy profunda. La globalización influye
en la vida diaria tanto como en los acontec imientos que se suceden a escala mundial”. (Giddnes, p, 5). Otro de los aspectos señalados por el autor en su tratado es el tema del lugar del ser humano en todo este proceso de desarrollo científico y tecnológico característico de la globalización, especialmente la actitud que éste debe asumir ante una realidad, a la vez tan inevitable como influyente. “Nunca seremos capaces de ser los amos de nuestra
historia, pero podemos y debemos encontrar maneras de controlar las riendas de nuestro mundo desbocado”. (Giddnes, pág. 5). En este mismo sentido se pronuncia Heidegger, hablando de la antropología de Kant y citand o a Scheler, al escribir: “Ninguna época ha sabido conquistar tantos y tan variados conocimientos sobre el hombre como la nuestra, sin embargo, ninguna época ha conocido al hombre tan poco c omo la nuestra”. (Gevaert, J., 1984, pág.13, citando a M. Scheler). Es un reto del hombre posmoderno que, si no puede intervenir su historia, encuentre la manera de controlar su mundo y los efectos de éste en su vida. “Tenemos que seguir democratizando l as instituciones existentes y hacerlo de forma que respondan a las demandas de la era global”, escribe Giddnes, con lo que se indica el
papel del ser humano en todo este proceso de crecimiento y desarrollo de la tecnología actual. Los cambios, los avances y las conquistas del mundo no pueden ser ajenas al hombre, del mismo modo, no lo pueden ser su interés por garantizar su bienestar, promoviendo todo lo que sirva para enaltecer su condición y dignidad personal. La globalización no dejará de ser un fenómeno social, tan peligroso como avanzado, si no promueve las condiciones que favorezcan la vida y condición del ser humano, tanto a nivel individual como colectivo, y al contrario, es empleado por las minorías para seguir aumentando su poder y dominio: manipulación y control sobre las mayorías, y los países poderosos imponer sus condiciones sobre los menos favorecidos. Para Giddnes, la globalización, como fenómeno social, político, cultural y económico de la época actual, comporta una serie de efectos favorables y perniciosos a los cuales debemos hacer frente. Por ejemplo, la globalización contribuye a las presiones y tensiones que afectan los modos tradicionales de vida en la mayoría de las regiones mundiales. La familia tradicional está amenazada, está cambiando y lo seguirá haciendo; también las tradiciones vinculadas a la religión, a la vida social, la vida cotidiana; las costumbres experimentan grandes transformaciones. La globalización comporta una serie de riesgos que se constituyen en una amenaza tanto para el hombre como para sus instituciones. Fundamentalismos versus tolerancia; donde se transmiten rutinariamente información e imágenes a lo largo del planeta, todos estamos en contacto regular con otros que piensan diferente y viven de forma distinta a nosotros; mientras los cosmopolitas aceptan y abrazan la complejidad cultural de la globalización y la posmodernidad, los fundamentalistas la conciben como perturbadora y peligrosa; la globalización promueve la expansión de la democracia, paradójicamente, al mismo tiempo expone sus límites. Ante toda esta situación, referida por el autor como derrumbe del mundo o “mundo desbocado”, hay una gravísima responsabilidad que no podemos o bviar. Ciertamente el
hombre ha provocado toda esta situación, evidentemente en benef icio del mismo hombre y de la sociedad: promoción del desarrollo; pero se le ha “salido de las manos” a c ausa de la ambición y de las ansias de poder y de dominio que caracteriza al ser humano. Si el mundo se “desboca”, ahí está el hombre para re peler, para frenar su estampida. Para ello cuenta con su inteligencia y voluntad, la educación, se capacidad resiliente, su sentido de la responsabilidad y su necesidad de preservar la vida y todo lo que la rodeé: bienestar, armonía, paz. Como reseña Giddnes, podemos confiar en que triunfe una actitud cosmopolita. La tolerancia de la diversidad cultural y la democracia están estrechamente ligadas, y la democracia se está extendiendo por el mundo. El apoyo de su planteamiento lo realiza Argumentando que la globalización está ligada a una serie de aspectos favorables y desfavorables; posibilidades y riesgos que la convierten en un reto para la sociedad del siglo XXI. Ar guye también que la globalización “no es sólo cuestión de que la gente añada parafernalia moderna a sus vidas: vídeos, aparatos de televisión, ordenadores personales; vivimos en un mundo de transformaciones que afectan casi a cualquier aspecto de lo que hacemos. Para bien o para mal nos vemos propulsados a un orden global que nadie comprende del todo, pero que hace que todos sintamos sus efectos. Puede que globalización no sea una palabra particularmente atractiva o elegante, pero absolutamente nadie que quiera entender nuestras perspectivas puede ignorarla. No hay un solo país en el que la globalización no esté siendo exhaustivamente discutida”. (Giddnes, p, 6). El propósito del autor es: Mostrar, mediante su discurso sobre la globalización que ésta forma parte de un período crucial de transición histórica, cuyos cambios no hacen acepción de culturas. Precisar que la era de la globalización es un tiempo de cambios que no se limitan a una zona concreta del plante, sino que se extienden prácticamente a todos los lugares a través de su proceso e impacto de la ciencia, la tecnología y el pensamiento racional. Hace un llamado de atención para que, así como todos nos servimos de los beneficios y aporte de la globalización, también aprendamos que hay una serie de efectos perniciosos que afectan la estabilidad de diversas instituciones humanas que necesitan ser sometidas a un proceso de reingeniería. “La impotencia que experimentemos no es señal de
deficiencias de nuestras instituciones. Necesitamos reconstruir las que tenemos o crear otras nuevas. Pues la globalización hoy no es acc esoria en nuestras vidas”. (Giddnes, p , 11).
Su mensaje está dirigido a: Giddnes emplea un lenguaje universal para que lo entienda todo lector interesado en conocer qué es la globalización, cuáles son sus implicaciones, límites y alcances. Por otro lado, es una invitación a posar nuestra mira en la globalización con optimismo y compromiso, porque, así como hay muchos factores favorables, hay otros que necesitan ser replanteados y recompuestos. La globalización es un giro en las propias circunstancias de nuestra vida. Es la manera en que vivimos ahora (Giddnes, p, 1). Preguntas que surgen al respecto de la investigación 1.
¿Cómo entiende Giddnes la globalización?
2.
Como una serie completa de procesos, y no uno sólo. Sostiene el autor que la globalización está reestructurando, de forma profunda, nuestros modos de vivir. Ésta lleva la impronta del poder político y económico estadounidense y es altamente desigual en sus consecuencias, afectando, inclusive a la sociedad estadounidense, su principal mentor. ¿Cuáles son los riesgos de la globalización?
3.
Así como ofrece importantes aportes a la sociedad posmoderna, trae consigo una serie de riesgos e incertidumbre, especialmente las relativas a la economía electrónica globalizada. En el caso de la ciencia, aquí el riesgo tiene doble filo. Está estrechamente ligado a la innovación. La adopción activa de riesgos económicos y empresariales es la fuerza motriz de la economía globalizada. (Giddnes, p, 10). ¿Cuál es la relación existente entre Globalización, ciencia y tecnología?
Globalización, ciencia y tecnología son los elementos de un triángulo que representa avance, desarrollo, progreso y destrucción para la sociedad posmoderna. Algunas de las tendencias que se suponía harían la vida más segura y predecible para el ser humano, incluido el progreso de la ciencia y la tecnología, tienen a menudo el efecto contrario. Ejemplo de ello es el cambio climático global y sus riesgos inherentes, que resultan probablemente de nuestra intervención sobre el medio ambiente. Sus reacciones no son fenómenos naturales. Ciencia y tecnología están inevitablemente implicadas en nuestros intentos por contrarrestar tales riesgos, pero han contribuido también y, en primer lugar, a crearlos. (Giddnes, p.14).
Bibliografía Giddens, Anthony (2007). Un mundo desbocado, los efectos de la globalización en nuestras vidas. México. Taurus. Gevaert, J. (1984). El problema del hombre. España: Salamanca, Sígueme.