Educación Escolástica. El sistema escolástico se conforma plenamente en e l siglo XIII. Principios de autoridad y razón. El estudio de un texto de la sagrada escritura, se iniciaba con la lectura comentada del maestro en su perspectiva filológica, gramatical, semántica, etc. Se fijaba en la letra y en el sentido que los Santos Padres habían expresado. A la lección seguía la Cuest ión y la Disputación. La Cuestión consistía en preguntas y respuestas de los alumnos y de l maestro sobre el texto, tenía un doble o bjetivo, la comprensión de los núcleos claves y e l ejercicio en la discusión o contrastes de pareceres (método d ialéctico). La Disputación consistía en ordenar todas las razones en pro de una tesis y argumentarlas para la defensa de aque lla o para la refutación de la contraria. Todo lo anterior se sintetizaba en el Artículo: -Se propone la cuestión a investigar. investigar. -Se agudiza la dubitativo, aludiendo a razones en contra o a favor de la alternativa. -Una vez definidas las posiciones, el maestro respondía, explicaba y determinaba. -Una vez adoptada una solución, se resolvían las objeciones contrarias a las do ctrinas opuestas. Sumas: Intento de ordenar el saber con esquemas racionales. Saber uno y total. Causas del esplendor de la Escolástica: -Aún no existe una sistematización del saber filosófico. filosófico. Las universidades compiten entre ellas y, a su vez, se radicalizan ciertas posturas y también entran en un enfrentamiento el realismo realismo con co n el no-realismo, el conceptualism conceptua lismo o y el e l nominalismo. nominalismo. -Conocimiento literal de Aristóteles, es decir, que se conocen las traducciones textuales y no las provenientes de judíos o musulmanes, que podían conllevar herejías consigo. -Ingreso de ordenes mendicantes en las universidades. u niversidades. Fundamentos Filosóficos y Antropológicos de su Teoría Educativa: - La La ciencia. ciencia. Resultado de abstraer y ordenar los conceptos producidos por el entendimiento. Relación entre el mundo de d e la mente y el real. La ciencia también es llevada a lo divino: La razón ayuda a la fe y la fe ilumina a la razón. - Pr incipios incipios Metafísicos. Metafísicos. Diferentes modos de ser. Ser no es unívoco, sino análogo, encierra y comprende muchas significaciones de modos de ser. Dios es el ser por sí mismo. Los modos de ser son de dos clases: los modos de ser generales, que son la unidad, entidad, la verdad y el bien; y los modos de ser especiales, que son la sustancia y los accidentes. El hombre es un ser sustancial y la educación es accidente. Influencias de Santo Tomás de Aquino: Aristóteles, San Agustín, neoplatónicos y filosofía musulmana. un a sustancia completa e -C oncepción oncepción de hombr e. Para Tomás de Aquino, el hombre es una
individual, compuesta de alma racional y cuerpo material. El alma ha sido creada por Dios, sacada de la nada de sí y del sujeto, es espiritual, inmortal y libre. Entre el cuerpo y el alma existe una interacción sustancial. El hombre esta sujeto al conocimiento, sensible e intelectual, a sus tendencias innatas y adquiridas (de apetito), al sentimiento, lo ético y lo político. Virtud = Hábito bueno. Vicio = Hábito malo. Educación: Acción de conducir y promover a la prole al estado de perfección del hombre, en cuanto al hombre, que es el estado de virtud. Para Tomás de Aquino es un proceso dinámico, que tiende al estado de perfección del hombre, mediante la posesión de virtudes.
B. Padres de la Iglesia. N ombr e
dado por la Iglesia católica a los autor es que establecier on la doct ri na cr istiana antes del siglo VIII. Los escr itos de los P ad re s, o liter atur a Patrística , sintetizar on la doct ri na cr istiana tal y como se encuent ra en la Biblia, especialmente en el Evangelio, los escr itos de los P ad re s Apostólicos, las máximas eclesiásticas y las decisiones de los concilios de la Iglesia. Facilitar on un conjunto doct ri nal ar ticulado de la enseñanza cr istiana par a su t ra nsmisión por todos los r incones del Imper io r omano.
H ay
que tomar en cuenta que al pr incipio la Iglesia no quer ía saber nada de la filosofía , ya que estaban bajo la impr esión de la nueva vivencia de su fe. Gr acias a San Agustín, se puso un sí positivo a la filosofía. N osot ro s quer emos dice San Agustín, hablar no solo con la autor idad de las sag ra sal r azón das escr itur as, sino también basados en la univer humana (Ratio: r elación ent re dos cantidades). Si los filósofos han dicho algo que exacto ¿por qué no lo hemos de aceptar? , al fin de cuentas puede incluso ser vir par a r azonar la fe y par a compr ender la mejor . En el siglo IV, la P at rí stica alcanza su plena madur ez. Es el momento en que los her ejías han alcanzado su mayor agudeza y el g ra n movimiento maniqueo, que se extiende de or iente a occidente, amenazan a la Iglesia. P or ot ra par te el pensamiento cr istiano ha adquir ido pr ofundidad y clar idad, y al mismo tiempo vigencia social en el Imper io Romano. El mundo antiguo esta en su última etapa. Los bár bar os están llamando desde hace tiempo a todas las puestas del Imper io; a lo lar go de sus f ro nter as se hace sentir la pr esencia de los pueblos ger mánicos, que se van infilt ra ndo lentamente, antes de r ealizar la g ra n irr upción del siglo V. Y sobr e todo el paganismo ha dejado de existir ; la cultur a r omana se agota en el comentar io y sigue nut ri éndose, al cabo de los siglos de una filosofía l a griega que no es capaz de r enovar . En este momento apar ece San Agustín, la plenitud de la P at rí stica, que r esume en su per sonalidad inmensa el mundo antiguo, al que todavía per tenece, y la época moder na, que anuncia, y cuyo punto de arr anque es él mismo. En la obr a agustiniana se cif ra este paso decisivo de un mundo a ot ro . y y
San Agustín (354 ± 430).
Es una de las figur as más emblemáticas de su tiempo, del cr istianismo y de la filosofía. Su per sonalidad tan or iginal y abundante deja una huella pr ofunda en todas las cosas donde pone su mano. La filosofía y la teología medievales, es decir , lo que se ha llamado la Escolástica, toda la dogmática cr istiana, disciplinas enter as como la filosofía del espí ri tu y la filosofía de la histor ia , ostentan la mar ca inconfundible que les impr imió. Más aun: el espí ri tu cr istiano y el de la moder nidad están influidos decisivamente por San Agustín; y tanto la Refor ma como la C ont ra rr efor ma han r ecurr ido de un modo especial a las fuentes agustinianas. a. Ver dad b. Dios Tesis filosóficas de San Agustín: c. C re ación. d. Alma. e. El Bien. f. La C iudad de Dios. a. b.
en encendidas cont ro sias con los escépticos hizo t ri unfar San Agustín la ver posibilidad de conocer la ver dad. Los escépticos dicen "no existe la ver dad; de todo se puede dudar "; a lo que San Agustín r eplica "se pod rá dudar todo lo que se quier e; de lo que no se puede dudar es de la misma duda". Existe pues la ver dad con lo cual queda r efutado el escepticismo. San Agustín busca el pr ototipo de la ver dad en las ver dades matemáticas , cuando dice, por ejemplo, que la pr oposición 7+3=10, es una pr oposición de vigencia univer sal par a cualquier a que tenga r azón. Aquí donde se ve que 7+3 tiene que ser igual a 10, halla San Agustín lo que también en ot ro , las s casos debe ser ver dad par a todo espí ri tu r acional, a saber reg la s , ideas y normas confor me a las cuales r egist ra mos y leemos lo sensible y al mismo tiempo lo estimamos y r ectificamos. Estas r eglas son algo apr ior ístico, en lo cual el hombr e , f re nte al mundo y su exper iencia, se demuest ra , libr e y super ior autónomo. c. Dios: el mismo San Agustín que busca la ver dad en el inter ior del hombr e , dice a la vez con no menor énfasis: Dios es la ver dad. San Agustín se eleva de lo ver dader o singular a la ver dad una g ra cias a la que todo lo ver dader o es ver dader o par a tener par ticipación en ella. C onsider a esta ascensión como pr ueba de que existe Dios y el mismo tiempo de lo que Dios mismo es: el todo de lo ver dader o, el ser bueno de todo lo bueno, el ser de todo ser . Así Dios es todo, per o a la vez no es nada de todo, pues sobr e puja a todo, ninguna categor ía se le puede aplicar . d. C reación: este concepto no es filosófico sino teológico. P or tanto, cuando San Agustín t ra ta de pensar lo, se le of re cen inmediatamente dificultades filosóficas. En este caso, habr ía que admitir también en Dios lo mutable. P or ot ra par te, la cr eación pr oviene de un acto libr e de la voluntad de Dios, y no es por tanto, una pr ocesión necesar ia, como con f re cuencia sé r epitió cont ra la teor ía de la V erdad:
emanación. San Agustín deja por fin la cuestión en suspenso. Ve que no se puede r esolver con nuest ro s conceptos espaciales y tempor ales. e. Al ma: lo que San Agustín escr ibe sobr e el alma, su fina intuición, su ar te de ver y dominar las cosas, su penet ra sas cualidades lo r evelan nte análisis y ot ra s diver como sicólogo de pr imer or den. El alma tenía par a él especial inter és. "A Dios y al alma deseo conocer ". El alma tiene un efecto el pr imado f re nte al cuer po. C ier to que San Agustín no es ya pesimista acer ca del cuer po: el espí ri tu del cr istianismo y su doct ri na de la cr eación no lo per miten. N o obstante, par a San Agustín el hombr e es pr opiamente el alma. Y así, seguir á pensándose, aun después de que en la alta edad media pr osper e la for mula ar istotélica de la unidad del cuer po y el alma. f. El Bien: cuando San Agustín habla en lenguaje r eligioso, el bien no es par a él ot ra cosa más que la voluntad de Dios. P er o cuando t ra ta de descubr ir los fundamentos más pr ofundos, dice: "El bien se da con la ley eter na". Son las ideas eter nas en la mente de Dios que, como par a los platónicos, también aquí constituyen el fundamento de conocer , del ser y del bien. Son un or den eter no. N o solo el hombr e es bueno, también los ser es son buenos y el conocimiento es ver dader o, con tal que se or ienten confor me a este or den eter no. g. La C iudad de Dios: siempr e tend rá lugar en la histor ia del mundo la lucha ent re la luz y las tinieblas, ent re lo eter no y lo tempor al, ent re lo supr a sensible y lo sensible, ent re lo devino y lo antidivino. En su g ra n obr a la C iudad de Dios San Agustín, muest ra cómo los poder es del bien tienen que luchar constantemente con los poder es del mal. Su sentido definitivo es el t ri unfo del bien sobr e el mal. A. B. El Escolasticismo. Movimiento filosófico y teológico que intentó utilizar la r azón natur al humana, en par ticular la filosofía y la ciencia de Ar istóteles , par a compr ender el contenido sobr enatur al de la r evelación cr istiana. Pr incipal movimiento en las escuelas y univer sidades medievales de Eur opa , desde mediados del siglo XI hasta mediados del siglo XV, su ideal último fue integ ra r en un sistema or denado tanto el saber natur al de Gr ecia y Roma como el saber r eligioso del cr istianismo. El tér mino escolástica también se utiliza en un sentido más amplio par a expr esar el espí ri tu y métodos car acter ísticos de ese momento de la histor ia de la filosofía o cualquier ot ro espí ri tu o actitud similar hacia el saber encont ra dos en ot ra s épocas. El tér mino escolástica, que en su or igen designaba a los maest ro gier on las s de las escuelas monásticas o cated ra licias medievales, de las que sur univer sidades, acabó por aplicar se a cualquier a que enseñar a filosofía o teología en dichas escuelas o univer sidades. y
C aracterísticas
Principa l es.
Los pensador es escolásticos sostuvier on una amplia var iedad de ideas tanto en filosofía como en teología. Lo que da unidad a todo el movimiento escolástico son las metas comunes, las actitudes y los métodos aceptados de un modo gener al por todos sus miembr os. La pr incipal pr eocupación de los escolásticos no fue conocer nuevos hechos sino integ ra r el conocimiento ya adquir ido de for ma separ ada por el r azonamiento g ri ego
y la r evelación cr istiana. Este inter és es una de las difer encias más car acter ísticas ent r e la escolástica y el pensamiento moder no desde el r enacimiento. El objetivo esencial de los escolásticos deter minó algunas actitudes comunes, de las que la más impor tante fue su convicción de la ar monía fundamental ent re r azón y r evelación. Los escolásticos afir maban que el mismo Dios er a la fuente de ambos tipos de conocimiento y la ver dad er a uno de Sus pr incipales at ri butos. N o podía cont ra se a Sí mismo en estos decir dos caminos de expr esión. C ualquier oposición apar ente ent re r evelación y r azón podía deber se o a un uso incorr ecto de la r azón o a una err ónea inter pr etación de las palabr as de la r evelación. C omo los escolásticos cr eían que la r evelación er a la enseñanza dir ecta de Dios, ésta tenía par a ellos un mayor g ra do de ver dad y cer teza que la r azón natur al. En los conflictos ent re fe r eligiosa y r azonamiento filosófico, la fe er a siempr e el ár bit ro supr emo, la decisión de los teólogos pr evalecía sobr e la de los filósofos. Después de pr incipios del siglo XIII, el pensamiento escolástico puso mayor énfasis en la independencia de la filosofía en su campo pr opio. A pesar de todo, dur ante el per iodo escolástico la filosofía estuvo al ser vicio de la teología, no sólo por que la ver dad de la filosofía estaba subor dinada a la de la teología, sino también por que los teólogos utilizaban la filosofía par a compr ender y explicar la r evelación. Esta postur a de la escolástica chocó con la llamada teor ía de la doble ver dad del filósofo y físico hispano-ár abe Averr oes. Su teor ía mantenía que la ver dad er a accesible tanto a la teología como a la filosofía islámica per o que tan sólo la filosofía podía alcanzar la en su totalidad. P or lo tanto, las llamadas ver dades de la teología ser vían, par a la gente común, de expr esiones imaginativas imper fectas de la ver dad auténtica, sólo accesible por la filosofía. Averr oes sostenía que la ver dad filosófica podía incluso cont ra , al menos de decir una for ma ver bal, las enseñanzas de la teología islámica. C omo r esultado
de su cr eencia en la ar monía ent re fe y r azón, los escolásticos intentar on deter minar el ámbito pr eciso y las competencias de cada una de estas facultades. Muchos de los pr imer os escolásticos, como el eclesiástico y filósofo italiano san Anselmo, no lo consiguier on y estuvier on convencidos de que la r azón podía pr obar algunas doct ri nas pr ocedentes de la r evelación divina. Más tar de, en el momento de esplendor de la escolástica, el teólogo y filósofo italiano santo Tomás de Aquino estableció un equilibr io ent re r azón y r evelación. Sin embar go, los escolásticos poster ior es a santo Tomás, empezando por el teólogo y filósofo escocés Duns Escoto, limitar on cada vez más el campo de las ver dades capaces de ser pr obadas a t ra vés de la r azón e insistier on en que muchas doct ri nas anter ior es que se pensaba habían sido pr obadas por la filosofía tenían que ser aceptadas sobr e la base única de la fe. Una de las r azones de esta limitación fue que los escolásticos aplicar on los r equisitos par a la demost ra ción científica, r ecogidos al pr incipio en el Or ganon de Ar istóteles, de una maner a mucho más r igur osa que lo había hecho cualquier a de los filósofos anter ior es. Esos r equisitos er an tan est ri ctos que el pr opio Ar istóteles r ar a vez fue capaz de aplicar los en detalle más allá del campo de las matemáticas. Esta tendencia desembocó de for ma teór ica en la pér dida de confianza en la r azón natur al humana y en la filosofía, como quedó car acter izada la pr imer a época del r enacimiento, y así lo asumier on los pr imer os r efor mador es r eligiosos pr otestantes, como Mar tín Luter o.
Ot ra actitud común ent re los escolásticos fue su sometimiento a las llamadas autor idades, tanto en filosofía como en teología. Esas autor idades er an los g ra ndes maest ro s del pensamiento de Gr ecia y Roma y los pr imer os P ad re s de la Iglesia. Los escolásticos medievales se impusier on a sí mismos pensar y escr ibir mediante el estudio único e intensivo de los autor es clásicos, a cuya cultur a y saber at ri buían cer tezas inmutables. T ra s alcanzar su plena madur ez de pensamiento y pr oducir los pr imer os t ra bajos or iginales de filosofía, siguier on citando a las autor idades par a dar peso a sus pr opias opiniones, aunque a estas últimas llegaban en muchos casos de maner a independiente. C rí ticas poster ior es concluyer on de esta pr áctica que los escolásticos er an mer os compilador es o r epetidor es de sus maest ro s. En r ealidad, los escolásticos madur os, como santo Tomás de Aquino o Duns Escoto, fuer on muy flexibles e independientes en su utilización de los textos de los clásicos; a menudo con el fin de ar monizar los textos con sus pr opias posiciones, of re cier on inter pr etaciones que er an difíciles de conciliar con las intenciones y motivos inspir ador es en los clásicos. El r ecur so a la cita de los clásicos fue, en muchos casos, poco más que un or namento estilístico par a empezar o finalizar la exposición de las pr opias opiniones e intentaba demost r ar que las ideas del exegeta er an continuidad del pasado y no simples novedades. N ovedad y or iginalidad de pensamiento no er an per seguidos de for ma deliber ada por ninguno de los escolásticos sino más bien minimizadas lo más posible. Los escolásticos consider ar on a Ar istóteles la máxima autor idad filosófica, llamándole de modo habitual "el filósofo". El pr imer pr elado y teólogo cr istiano san Agustín fue su pr incipal autor idad en teología, tan sólo subor dinado a la Biblia y a los concilios oficiales de la Iglesia. Los escolásticos se adhir ier on con mayor intensidad y sin ninguna cr ítica a las doct ri nas emitidas por la jer ar quía eclesial al admitir las opiniones de Ar istóteles en mater ia de ciencias empí ri cas, como la física , la ast ro nomía y la biología. Su aceptación sin cr ítica debilitó a la escolástica y fue una de las pr incipales r azones de su desdeñoso r echazo por par te de los investigador es y sabios del r enacimiento e incluso de mucho tiempo después.