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13 ERRORES QUE NO PUEDES COMETER CON TU PERRO

Consigue la con Consi conviv ivencia encia que quieres con tu perro Carolina Rodriguez

¿Qué te vas a llev llevar ar con est estee lib librro? Te vas a llevar los 13 ERRORES más grandes que no deberías de cometer con tu perro y que son mucho más comunes de lo que te puedas imaginar. Nosotros los cometimos y no estamos orgullosos de ello, por eso queremos compatirlos contigo para que a ti no te pase lo mismo y puedas empezar con buen pie desde el principio. Son nuestros errores personales y te los contamos acompañados de nuestra historia personal.

¿Por qué lo queremos queremos hacer así? Porque es una experiencia real, la nuestra, que podría ser la tuya y queremos adelantarnos a posibles problemas que te puedan surgir. Por supuesto te pedimos que lleves todo lo que aquí contamos a tu terreno, que lo hagas tuyo y que saques las conclusiones que necesites para mejorar la convivencia con tu perro. Lo hacemos así para que lo vivas vivas y lo sientas como si fuerais tu perro y tú, para que te pongas en nuestro lugar y puedas evitar todos los fallos y errores que cometimos nosotros. Pero hay algo más: además de contarte nuestros errores te vamos a explicar brevemente lo que deberíamos haber hecho porque es ahora es cuando tenemos todos los conocimientos necesarios. 2 La Voz de tu Perro 2016 - Derechos Reservados

¿Qué te vas a llev llevar ar con est estee lib librro? Te vas a llevar los 13 ERRORES más grandes que no deberías de cometer con tu perro y que son mucho más comunes de lo que te puedas imaginar. Nosotros los cometimos y no estamos orgullosos de ello, por eso queremos compatirlos contigo para que a ti no te pase lo mismo y puedas empezar con buen pie desde el principio. Son nuestros errores personales y te los contamos acompañados de nuestra historia personal.

¿Por qué lo queremos queremos hacer así? Porque es una experiencia real, la nuestra, que podría ser la tuya y queremos adelantarnos a posibles problemas que te puedan surgir. Por supuesto te pedimos que lleves todo lo que aquí contamos a tu terreno, que lo hagas tuyo y que saques las conclusiones que necesites para mejorar la convivencia con tu perro. Lo hacemos así para que lo vivas vivas y lo sientas como si fuerais tu perro y tú, para que te pongas en nuestro lugar y puedas evitar todos los fallos y errores que cometimos nosotros. Pero hay algo más: además de contarte nuestros errores te vamos a explicar brevemente lo que deberíamos haber hecho porque es ahora es cuando tenemos todos los conocimientos necesarios. 2 La Voz de tu Perro 2016 - Derechos Reservados

Ojalá hubiésemos tenido estas páginas en nuestra manos hace cuatro años. Estoy segura de que las cosas hubiesen sido completamente diferentes y que nos hubiéramos ahorrado mucho dinero, tiempo, estrés, desesperación, disgustos y, sobre todo, le hubiésemos ahorrado a nuestro querido Zar un año de ir por el camino equivocado. Y como te queremos ahorrar todo eso a ti, que mejor que contarte nuestros errores para que los puedas evitar.

¿Estás pensando compartir tu vida con un perro? ¿Ya sois una familia pero quieres mejorar vuestra relación? ¿Las cosas no van como esperabas? ¿Te estás enfrentando a problemas que no sabes cómo gestionar?.

No te preocupes: es normal. Ni los perros ni los humanos humanos venimos con un libro de instrucciones bajo el brazo brazo y por eso te traemos este que esperamos haga las veces de guía.

3 La Voz de tu Perro 2016 - Derechos Reservados

La historia

Puede que ya conozcas un poquito de nuestra historia si has leído el post Zar el perro que cambió mi vida en nuestra página web, pero permítenos una pequeña introducción para que puedas entender nuestra historia. Zar llevaba siete años de su vida en una nave de un polígono. Tenía comida y agua pero estaba en un trozo de cemento de 20 metros cuadrados a la intemperie y totalmente solo.

No se había socializado jamás ni con perros ni con personas y no había visto ni conocido nada del mundo. Sus siete años de vida se habían convertido en siete años perdidos, tirados a la basura, sin ningún estímulo, sin ninguna curiosidad por conocer o explorar y, en definitiva, sin ninguna ilusión por vivir. Nos costó bastante que nos lo dieran pero al final conseguimos que Zar empezara a formar parte de nuestra familia. Queríamos sacarlo de allí y darle la vida que se merecía. Pensábamos que con darle una casa donde estuviera calentito, sacarle a la calle, alimentarle, darle mucho amor y cuidarle las cosas iban a ser muy fáciles pero estábamos muy equivocados.

Esta historia iba a estar llena de errores y aprendizaje y, aunque ha sido muy duro, somos felices de saber que hemos llegado a donde queríamos llegar: a ser una familia .

La Voz de tu Perro 2016 - Derechos Reservados

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ERROR NÚMERO 1

Pensar que el rescate es suficiente

Es muy común creer que cuando rescatas, adoptas, o compras un perro, ya has hecho suficiente y todo va a salir bien. La tenencia natural es pensar que si le proporcionas proporcionas una casa calentita, calentita, comida y mucho cariño ya está todo hecho pero lamentablemente no siempre es así.


¿Qué hacer? Los perros son mucho más parecidos a nosotros de lo que puedas imaginar,(en muchas cosas nos dan mil vueltas), y una de las necesidades básicas más importantes aparte de un techo y una alimentación es SENTIRSE SEGURO. La casa donde vive el perro tiene que ser su refugio, un lugar donde sienta que nada malo le puede pasar y donde pueda estar relajado y tranquilo. Cualquier cambio de entorno para el perro ya sea porque lo rescatas, lo adoptas o lo compras es un proceso traumático para él. Aunque tú sepas que ese cambio es positivo para él, tu perro no lo sabe y está en tu mano proporcionarle esa seguridad que tanto necesita. Él está en un sitio nuevo, con gente que no conoce de nada y eso genera mucha inseguridad y estrés, así que hay que tomarse las cosas con mucha calma y dejar que se haga a su nuevo sitio, sin presiones, sin agobios. Déjale que sea él el que explore con el olfato toda la casa , no intervengas, simplemente déjale estar. Abre la casa entera desde el principio y nunca le encierres en ningún sitio. Necesita tenerte a su lado así que no se te ocurra encerrarlo y mucho menos para dormir. Necesita tu contacto físico pero tiene que ser él el que lo elija y a su ritmo , así que no fuerces nada, simplemente estate ahí para cuando te necesite.


La historia

Zar había pasado por mucho y por nada a la vez. Recuerdo como si fuera hoy el día en que le pusimos un collar y una correa compradas en un chino esa misma mañana por si acaso nos lo daban y Zar salió de ese trozo de cemento que hasta entonces había sido su único entorno conocido y empezó a vivir de otra manera. Para nosotros ya estaba, lo habíamos conseguido: Zar era libre. Lo que no nos podíamos imaginar era todo lo que se nos venía encima. Recuerda que en ese momento no teníamos ni idea de lo que es un perro, sus necesidades, su lenguaje, sus etapas de desarrollo, sus miedos. No imaginábamos como el estrés afectaba a Zar en su vida y cómo nuestra referencia, nuestra manera de ser, estar, actuar, y nuestro entendimiento marcaría el camino a seguir. Cuando llegamos a casa todo era tan nuevo para él que no quería subir las escaleras del portal. Al entrar en casa le dejamos que explorara todo e hizo lo más normal del mundo: marcar con un pis un baúl que tenemos en la entrada de la casa y nuestra reacción fue gritar un fuerte y potente “No”. Se tumbó en el suelo del salón mientras nos observaba muy atentamente. Jose se puso a hacer la cena y tenía un trozo de carne encima de la encimera. Yo estaba en el salón y de pronto Zar apareció corriendo con el trozo de carne en la boca y Jose apareció detrás de él gritando y cuando le alcanzó le cogió por el cuello así que el pobre Zar soltó el trozo de carne. En los dos casos le castigamos por hacer lo más normal del mundo para él en ese momento: hacer pis en su sitio nuevo y coger comida que está a su alcance. Le castigamos por ser perro.


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Siempre se tumbaba en el suelo a pesar de que le habíamos puesto una camita debajo de la escalera, en un sitio tranquilo y recogido pero a la vez un sitio desde donde tenia la visión de casi toda la casa. Tardó dos semanas en tumbarse allí. Eso fue algo muy significativo y que explica muy bien que fue en ese momento cuando Zar empezó a sentirse seguro en casa. Una noche Jose se levantó y se encontró a Zar subido al sofá . Él era de los que por aquel entonces pensaba que los perros no tenían que subirse al sofá (hay que ver cómo han cambiado las cosas, gracias a dios) y le dió un susto de muerte dando una palmada y diciéndole : ¡Qué haces ahí! y Zar bajó inmediatamente..


ERROR NÚMERO 2

Castigar a tu perro ¿Qué es castigar fisicamente a tu perro? Un puñetazo, correazo, un “toque” en el costado y todo el abanico de acciones posibles como tirones de correa, tumbarlo en el suelo a la fuerza, obligarle a sentarse con la mano, usar utensilios de tortura como collares de pinchos, de ahogo, collares de descarga…

¿Qué es castigar emocionalmente a tu perro? Gritarle, decirle un “no” o un “shhhh”, mandarle a su sitio cuando se porte “mal”, no dejarle oler y explorar, no dejarle socializar con otros perros, controlarle constantemente , exigirle siempre, no dejar hacer, no permitir que tenga iniciativa propia, en definitiva no dejarle ser él mismo.


¿Qué hacer? Para que un comportamiento deje de existir tienes dos opciones desde el punto de vista del conductismo: • puedes castigar ese comportamiento inadecuado • o en cambio recompensar el comportamiento adecuado. Aquí surge una duda bastante común: ¿Cúal es el comportamiento adecuado? ¿Lo decides tú?. Tienes que ir más allá y no quedarte en querer modificar conductas. Tienes que buscar la causa ¿Por qué lo hace? Solamente si entiendes a tu perro, eres consciente de sus necesidades y sabrás como ayudarle. Y recuerda que esa ayuda sólo será efectiva si tú eres su referencia de calma y consigues que tu perro confíe en ti para lo cual tú deberás confiar en él. Si alguna vez has castigado a tu perro y te ha funcionado piensa en porqué lo ha hecho. Dependiendo de la sensibilidad del perro le afectará de distinta manera ese castigo y lo llevará mejor o peor. Para un perro muy sensible un “ NO” fuerte puede conseguir que se acojone tanto que no vuelva a repetir lo que estaba haciendo, pero no te equivoques, conseguirás que tu perro entre en indefensión porque que te tendrá miedo, a ti y a tus posibles reacciones, no porque haya entendido que eso no se debe hacer. Sin embargo la opción de un perro menos sensible es aún peor ya que tendrás que castigarle una y otra vez y tendrás que aumentar la intensidad del castigo cada vez más lo que degenera en que vuestro vínculo de confianza se romperá y tendrás un perro rebelde y que no te hace caso. Esto también ocurre con los humanos. Cuando castigas a tu perro no le estás enseñando nada y tampoco tú estás entendiendo nada. Gestiona sus emociones y las tuyas, esa es la clave. 10 La Voz de tu Perro 2016 - Derechos Reservados

La historia

Al principio nuestro Zar tiraba tanto que nos fuimos enseguida a una tienda para comprar lo que fuera para que no tirara tanto . Fuimos a la más cercana y lo que nos recomendaron fue una correa muy corta y un collar para poder controlarlo porque, según ellos, con un collar se controlaba mejor que con un arnés.


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ERROR NÚMERO 3

Cualquier consejo es válido Pedir consejo sobre lo que necesita tu perro en cualquier tienda para animales es uno de los errores más habituales y es como si vas a una tienda a comprar algo porque tu bebé llora mucho y te dicen “ ponle un chupete” ya verás como se calla. ¿Te parecería normal? ¿Te parece normal que vayas a una tienda porque tu cachorro se come todo lo que encuentra en el suelo y la persona que le atiende te diga que le pongas un bozal? Lo que está en juego es el bienestar (físico y emocional) de un miembro de tu familia.


¿Qué hacer? Quizá tu problema sea como el de cualquier otra persona. Puede ser por ejemplo que tu perro tira de la correa, que ladra, que no viene cuando le llamas, que destroza cosas en casa, que no quiere comer, que está siempre nervioso, o mil cosas más. Pero no te olvides de que tú eres tú, de que tu perro es un ser único y de que ningún perro es igual a otro. Existen cada vez más tiendas donde encontrarás cosas chulas para tu perro como por ejemplo buenos arneses y correas largas (3 /5 metros), pero en muchas de ellas se siguen vendiendo y aconsejando correas diminutas, collares de ahogo, de pinchos o de descarga, así que ten cuidado con lo que te aconsejan por ahí. Te voy a recomendar dos tiendas donde sólo encontrarás productos beneficiosos para tu perro. Aquí tienes los enlaces a sus webs: www.mrmutteducacioncanina.com www.familydogsl.blogspot.com.es


La historia

Al principio , cuando Zar estaba en casa , estaba tranquilo y se portaba muy bien , especialmente bien. No mordía ni rompía nada, de hecho estaba muy quieto. Lo que realmente le ocurría es que estaba inseguro e indefenso, aunque poco a poco se fue relajando y empezó a interactuar con nosotros. Por fin se empezaba a sentir seguro en casa pero en la calle se transformaba y los paseos se convirtieron en un suplicio. Tiraba de la correa como un loco y llegó a tirarme al suelo. Cuando veía otro perro ladraba, tiraba todavía más de la correa y se abalanzaba hacia él, lanzaba dentelladas, y si nos acercábamos al otro perro, le intentaba morder. Jose le soltaba por el campo desde el primer día y Zar se iba muy lejos aunque siempre volvía. Un día yo me atreví a soltarle y cuando estaba muy muy lejos vi como corría hacia el camino pero mucho más atrás de donde yo estaba y observé horrorizada como iba directo hacia Roco y Lucia. Roco iba atado y no podía escapar y cuando Zar llegó hasta ellos se abalanzó sobre Roco. Yo corría desesperada mientras gritaba su nombre una y otra vez. Cuando llegué hasta ellos cogí a Zar, me hice daño en la mano y sangrando empecé a llorar mientras le pedía mil perdones a Lucia. Roco estaba perfectamente, Zar no le había hecho nada, ni un rasguño. Volví a casa desde el quinto cuerno llorando y muy cabreada con Zar. No le volví a soltar.


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En otra ocasión viniendo de un paseo por el campo en el que Zar había ido suelto porque Jose estaba con nosotros pasamos por delante de un grupo de personas que estaban allí tranquilamente con sus perros. Zar tiraba y tiraba mientras ladraba y entonces Manolo, el propietario de Leo, un mastín muy grande, nos dijo con toda su buena intención “ Suéltale, que con la correa se ponen más nerviosos”. Dicho y hecho. Jose le soltó y acto seguido Zar tenía su boca en el cuello de Leo y todo el mundo estaba gritando. Conseguimos separarlos. Leo tampoco tenía absolutamente nada, al igual que Roco, y nos fuimos para casa. No entendíamos nada y no sabíamos que hacer. Zar estaba cogiendo fama en el pueblo y la gente se cruzaba de acera cuando nos veía, algo perfectamente entendible y nada agradable. Me sentía excluida y era como si mi perro fuera el único que tenía problemas en el mundo y los demás estuvieran todos “ bien”.


ERROR NÚMERO 4

Pensar que tu perro es el único con problemas ¿No te ha pasado nunca?. Tienes un problema (el que sea) y parece que nadie más lo tiene y que tu problema es infinitamente mayor que el del resto. ¡Claro! Es tu problema y lo vives solamente tú. Puede que encuentres a alguien al que le pase o haya pasado por algo parecido, pero nunca le podrá pasar lo mismo que a tí simplemente porque esa persona no eres tú.


¿Qué hacer? Con tu perro pasa exactamente lo mismo. No hay ningún otro perro en el mundo igual que tu peque y vuestra relación es única, por eso es tu problema. Aunque te parezca que tu perro es un bicho raro y que a ninguno le pasa lo que al tuyo no es así. Cada uno tiene lo suyo porque cada perro es un mundo, cada persona también lo es e imagina si ya metemos la relación entre ambos. Céntrate en vosotros y en estar bien juntos y no te fijes tanto en los demás.


La historia

Yo quería acercarme a los demás para que Zar socializara y, de paso, socializar yo también, y dejar de tener que estar sola con Zar evitando a cada persona con perro que veía por la calle. Me sentía incómoda y pensaba que a nadie le pasaba lo que a mí. Con algunos perros conseguía algún avance y Zar no reaccionaba pero fue entonces cuando todo el mundo empezó a decirme lo que tenía o no tenía que hacer. Parecía que todas las personas que tienen perro sabían mucho de todo y yo me sentía una torpe que no sabía nada de nada. La gente me daba todo tipo de consejos sobre lo que tenía o no tenía que hacer y casi siempre tenían que ver con mandar, obligar, castigar, imponer… El agobio y la desesperación eran constantes. Jose lo llevaba mejor porque él es una persona mucho más tranquila que yo, pero aún así la situación nos superaba e incluso estaba provocando riñas y enfados entre nosotros dos.


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ERROR NÚMERO 5

Creerte los consejos Y de pronto… Todo el mundo te da consejos sobre lo que tienes o no tienes que hacer. ¿Qué pasa?. ¿Todo el mundo sabe más que tú?. ¿ Todo el mundo lo hace mejor que tú?.


¿Qué hacer? ¡Que fácil es dar consejos gratuitos así porque sí cuando en el fondo no tienes ni idea de lo que estás diciendo!. Seguramente quien te lo está diciendo está plenamente convencido de que lo que dice es cierto. Quizá lo ha visto en la tele en algún programa o porque escuchó a alguien que lo solucionó así. Nada de lo que alguien diga o escuche son verdades absolutas, sea lo que sea. Puede que el consejo sea bueno y, por supuesto, es genial aprender de todo cuanto la gente pueda aportar para la felicidad de nuestros perros y en consecuencia la nuestra propia ( de hecho este libro no existiría si no fuese así) y hay consejos que tienen que ver con entendimiento, comunicación, empatía, observación, premiar, paciencia, calma…que son estupendos pero hay que saber filtrar porque también puede que sean malos y lo serán cuando tengan que ver con castigar, someter, intimidar, dominancias, líderes de la manada, controlar, obediencia constante y cosas similares. Usa el sentido común y nunca hagas nada que rompa el vínculo con tu perro ni que le haga daño de ningún tipo.


La historia

La situación con Zar y la incomodidad a la hora de salir a la calle nos hizo llegar a una conclusión ineludible. Necesitábamos ayuda. Decidimos hacer lo que hacía todo el mundo y llamamos a un adiestrador. Al día siguiente me acerqué al veterinario y cogí una tarjeta que tenían encima del mostrador. "Adiestramiento canino, Modificación de conductas" ¡Justo lo que necesitábamos!. Le llamamos en cuanto llegué a casa y concertamos la primera visita a los pocos días. Me resultó curioso que no me preguntara en ese momento cual era el motivo de nuestra llamada ni qué nos pasaba con Zar, pero aún así yo estaba muy contenta a la vez que expectante porque todo se iba a solucionar y Zar iba a dejar de hacer las cosas que hacía. Nos cobraba 35 euros por sesión y nos pareció un precio más que razonable. Nos dijo que necesitaríamos 10 sesiones y que daríamos una sesión por semana. Nos íbamos a gastar 350 euros pero aceptamos sin dilación e incluso con ilusión. Ahora lo pienso y me planteo cómo era capaz de saber cuantas sesiones necesitaríamos sin saber siquiera qué le pasaba a Zar ni cómo evolucionaría.


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ERROR NÚMERO 6

Contratar a una persona sin informarte antes ¿Sabes qué corrientes de trabajo existen?. ¿Cómo trabaja esa persona?. ¿Cómo te va a ayudar a identificar y solucionar problemas?. Y sobre todo… ¿Qué es adiestrar?


¿Qué hacer? Hasta hace muy poco, todo lo relacionado con los perros llevaba una palabra adherida: “adiestramiento” que por de fini ció n es ens eña r a un ani mal a e jec uta r determinados movimientos o habilidades siguiendo las órdenes de una persona. ¿Eso es lo que necesita tu perro para estar bien, ser feliz, tener confianza en sí mismo, tener buenas habilidades sociales, tener un buen vínculo contigo, ser y estar tranquilo ante la vida?. Un perro es mucho más que un ser que ejecuta órdenes del tipo sienta, tumba, junto y aquí. Un perro es un ser vivo con unas necesidades exactamente igual que las tuyas y con todas tus emociones incluido el miedo. Su cuerpo responde al estrés exactamente igual que el tuyo y los procesos de aprendizaje en su cerebro son exactamente iguales que los tuyos. Recuerda que un perro no necesita sentarse, tumbarse o caminar pegado a ti. ¿Crees que si tu perro está nervioso por algo, incómodo por una situación o tiene miedo a algo va a ayudarle en algo que le obligues a sentarse?. Piénsalo bien porque no tiene ningún sentido. He visto miles de veces a personas obligar a su perro a sentarse, incluso empujándole con la mano cuando está ladrando o tirando de la correa y eso denota una falta total de entendimiento por nuestra parte. No necesitáis que vuestra relación se base en que el perro obedecezca tus órdenes. Lo que necesitáis es entenderos mutuamente, vivir en un entorno donde os sintáis seguros.


¿Qué hacer? Que pueda explorar y conocer el mundo para poder asimilarlo. Que pueda experimentar que tú estás ahí para acompañarle y ayudarle a que las experiencias vividas sumen en vez de restar.

“ NO TIENES QUE ADIESTRAR A TU PERRO” Ese adiestramiento hasta hace muy poco tiempo estaba basado en castigar al perro para que ejecutara sin rechistar nuestras órdenes. ¿Porqué se conseguía que lo hicieran? Para evitar las consecuencias de no hacerlo. Afortunadamente esto está cambiando. Ha nacido el adiestramiento en positivo , es decir, que no se castiga al perro sino que se obtienen las conductas reforzando con un premio la conducta deseada en vez de castigar la no deseada. Pero seguimos hablando de conductas y seguimos hablando de adiestrar. Sigue muy de moda el concepto de “obediencia básica” . Es un gran paso que muchos profesionales hayan pasado del castigo al refuerzo pero no es suficiente. No pienses que tu perro estará genial porque se siente a tu orden y luego le des un premio. Eres su compañero de vida, no eres su sargento.


¿Qué hacer? Poco a poco se sigue avanzando y conceptos que antes eran impensables de nombrar cuando se hablaba de nuestros perros ahora empiezan a ser la base para lograr la convivencia humanocanina que todos deseamos (tanto los perros como los humanos).

Y esos conceptos son cosas como el estrés y sus consecuencias, las emociones y su gestión, los procesos traumáticos, la asimilación de estímulos y los procesos de aprendizaje. Hay que dejar de enfocarse en las conductas y en querer cambiarlas y hay que ir mucho más allá. No dejes de preguntarte ¿por qué? Y, si lo necesitas busca a alguien que te guíe por el buen camino.


La historia

Juan (nombre ficticio del adiestrador que contratamos ) entró por la puerta con un chaleco lleno de bolsillos, pantalones de treckking y una riñonera de donde luego saldrían muchos trocitos de salchichas. Mi primera impresión fue pensar que habíamos acertado porque parecía el típico adiestrador y eso me gustó. Para empezar nos entregó unos papeles donde aparecían las directrices de cómo debíamos comportarnos con Zar. El primer párrafo y la base de nuestra relación hacia referencia a un código de comunicación basado en 5 COMANDOS entre los que estaban por supuesto el denominado “Comando de castigo jerárquico: MAL”. Según Juan el punto numero uno de la educación de Zar tenía que estar basado en la jerarquía y el liderazgo y nos daba pautas como estas: 1#-Nos pondremos a comer en una mesita baja o en el suelo. Cuando éste se acerque intentando robar algo le empujamos diciendo un MAL seco pero sin prestarle atención al perro y siguiendo centrados en nuestra comida. Si vuelve a insistir repetiremos la operación hasta que no moleste. En caso de perros de fuerte carácter que no se afecten por esta acción, podemos ser más contundentes asiéndole de la piel del cuello y zamarrearle”. 2#- Siempre iniciaremos y terminaremos nosotros el juego. Si

nos exige jugar poniéndose pesado actuaremos del mismo modo. Daremos un MAL seco y empujaremos al perro . Para terminar el juego igualmente pararemos nosotros y le diremos BASTA y, si insiste, actuaremos como se ha dicho anteriormente.


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3#- Para calmar al perro siempre lo sentaremos a nuestro

lado con las manos, una en el collar y otra en su grupa ejerciendo una ligera presión hacia abajo e induciremos a la calma con un ¡Shhhh! Si el perro se quiere liberar no lo permitiremos y le informaremos con un NO NO y le volveremos a sentar con las manos y empezaremos de nuevo. Cuando se haya calmado podemos liberar con un VALE. 4#- Durante la marcha en el momento en el que el perro

avance y tense la correa daremos un ligero tirón seco de llamada de atención.

Estas son algunas pinceladas de las normas a seguir y a continuación ya venía el ADIESTRAMIENTO que consistía en enseñarle cuatro ordenes que debía realizar a la perfección: Sentado/ Tumbado/ Junto/ Llamada La comunicación con Zar se basaba en tres palabras: • • •

Concentración: “Nombre del perro” y “Eh” Confirmación: “ Muy bien” Liberación: “ Vale”

Me podría extender mucho más pero creo que estas pinceladas son más que suficientes para que te hagas una idea de por donde iban los tiros.


ERROR NÚMERO 7

Creerte todo lo que diga un profesional Con todo lo que ya te he explicado en los anteriores errores y lo que has leído ahora mismo no hay mucho más que añadir.


¿Qué hacer? NO ADIESTRES A TU PERRO. Aprende a convivir con él respetando su esencia y compartiendo la tuya. Una vez que tengas claro lo que necesitas guíate por tu sentido común. Deben explicarte bien todo: manera de enfocar el problema, las sesiones, lo que está incluido en sus servicios, si se centran solo en el perro, lo que se busca al final del camino… Muchas veces nos inclinamos por lo más barato y al final nos sale más caro porque no acabamos de solucionar el problema y sobre todo porque el camino elegido no es el adecuado. Si eliges bien, esto no te pasará. Desconfía de los duros a pesetas. Si buscas ayuda de un profesional te encontrarás con un abanico tan amplio de precios que te puede llevar a no saber qué hacer ni a quién elegir y es normal pero sigue tu instinto y recuerda en todo momento lo que quieres conseguir.

Necesitamos urgentemente cambiar de perspectiva. Lo que solemos hacer los humanos es justificarnos a nosotros mismos nuestras acciones constantemente. No justifiques tus acciones si están basadas en conceptos de este tipo porque lo que estás haciendo es

engañarte a ti mismo.


¿Qué hacer? Además seguramente no te funcionan tus tácticas, así que te pregunto: • ¿Por qué sigues actuando igual? • ¿Te has planteado que quizá el camino que has elegido es el equivocado y que puede existir otra manera de relacionarte con quien te rodea, incluido tu perro? Hay que evolucionar y olvidar a los antiguos “ profesionales” que condenan la relación con un miembro de tu familia a unas jerarquías que no deben existir. Encuentra dentro de ti lo que necesitáis tu perro y tú para estar bien y disfrutar juntos.


La historia

El primer contacto de Zar con el adiestrador fue horrible . Juan se levantó, puso un puñado de salchichas entre sus pies y en cuestión de segundos Zar fue hacia allí para comérselas.

En ese momento le gritó un ¡MAL! que todavía me retumba en los oídos y después le dio un empujón hacia atrás. Nosotros fuimos capaces de no ver, de creer todo lo que Juan nos decía, cualquier persona puede volverse ciega. Y es mucho más fácil de lo que puedas pensar. ¿Cómo es posible que no pudiéramos ver más allá y darnos cuenta de que esa no era la forma de conseguir que los tres estuviéramos bien?. ¿Cómo nos dejamos convencer de que había que adiestrar a Zar en obediencia?. ¿Cómo pudimos tratarle así? . ¿Cómo fuimos capaces de estar tan ciegos? . Todavía me duele acordarme y sé que me dolerá siempre.


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ERROR NÚMERO 8

La desesperación te vuelve ciego En muchas ocasiones en la vida no sabemos cómo actuar y nos dejamos llevar por gente que supuestamente sabe más que nosotros.

Hay veces que estamos tan desesperados que nos volvemos ciegos y no somos capaces de pensar con claridad y no solo le damos el poder a otros de que le hagan cosas así a tu perro sino que también eres capaz de hacérselas tú.


¿Qué hacer? Mantén la calma. Transmite a tu perro tranquilidad y busca con esa tranquilidad y constancia la mejor solución para vuestros problemas. Recuerda que tu perro es un miembro más de tu familia y que él lo haría por ti.


La historia

Nos pusimos las pilas y empezamos a decir a Zar muchas veces, “Mal” , a pegar tirones de correa, a intentar conseguir que en los paseos Zar fuera el perfecto “ soldado”, que fuera pegado a mi sin rechistar y que siempre caminara a mi lado izquierdo. Practicábamos diariamente 10 minutos de órdenes esperando la perfecta ejecución de posiciones corporales : ¡sienta!, ¡tumba!, ¡sienta!, ¡tumba!, pero eso si… Haciendo una perfecta combinación entre ¡Mal! y la entrega de salchichas cuando la ejecución de las órdenes era perfecta. Yo era la que estaba más entregada con el adiestramiento , soy bastante perfeccionista y quería ser la mejor alumna, pero en cambio le tenía que recordar a Jose que practicara en casa las órdenes y que hiciera las cosas como nos había dicho Juan porque no se involucraba tanto como yo. Él era menos constante y se tomaba las cosas con más calma y además ya estaba empezando a dudar de este tipo de técnicas.


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ERROR NÚMERO 9

No ser consciente de que tu perro tiene emociones Tu perro es un ser vivo, exactamente igual que tú. Tiene tus mismas emociones: miedo tristeza ira asco y felicidad

y no es un robot al que se manda y tiene que obedecer.


¿Qué hacer? Si tu estás muy contento cuando te encuentras con alguien a quien quieres y ese alguien te ignora porque eres muy efusivo, te da la espalda , te empuja o te dice un NO rotundo y fuerte.

¿Cómo te sentirías?. Si algo te da miedo , lo estás viendo venir, ves que no puedes escapar porque te llevan cogido de la mano, cada vez lo tienes mas cerca y el estrés se apodera de ti, entonces tiras para soltarte de la mano pero no puedes, te haces daño, más estrés, no tienes escapatoria, tienes que actuar, eso que te da miedo tiene que irse porque tu no puedes huir, gritas, te riñen y empujan, más estrés, ¡Cállate! te dicen, más estrés, eso que te daba miedo ahora te aterroriza , se acerca, no hay escapatoria, tienes que atacar, tu vida está en juego, te tumban en el suelo, te inmovilizan mientras te gritan NO?.

¿Cómo te sentirías?. Si quieres experimentar por ti mismo para conocer y aprender y no te dejan. ¿Cómo te sentirías? Si a cada paso que das te corrigen y no te dejan hacer nada. ¿Cómo te sentirías?.


La historia

Zar seguía reaccionando cuando veía un perro.

Si iba con la correa tiraba como un loco y yo no podía controlarlo y si iba suelto no hacía caso a la llamada que tanto practicábamos y se iba directo hacia el perro. Juan nos aconsejó un collar de ahogo para que cuando reaccionara al ver un perro y tirara hacia él se ahogara y dejara de tirar y un collar de descargas eléctricas para tenerle controlado cuando estuviera suelto.

Y eso hicimos, comprar las dos cosas, un collar de ahogo y un collar de descarga que nos costó 150 euros.


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ERROR NÚMERO 10

Pensar sólo en tí -Mi perro tira mucho de la correa,

ponle un collar de pinchos ya verás como no tira, o ponle un collar de ahogo y verás como no tira. - Pues mi perro se come todo lo que se encuentra por el suelo, ponle un bozal, así no se podrá comer nada. - Pues mi perro se escapa cuando le suelto, ponle un collar de descargas, una buena descarga y verás como vuelve - Al mío lo que le pasa es que ladra mucho, eso tiene fácil solución: un collar antiladridos y cada vez que ladre le dará una descarga y ya verás como no vuelve a ladrar. - También gruñe, pues para eso túmbale boca arriba e inmovilízalo mientras le gritas NO. - Mi perro se hace pis en casa, restriégale el hocico en su pis mientras le gritas NO. ¿Te suenan estos consejos? Estos son

el tipo de consejos a los que me refería en el error numero 5. Esto es una solución fácil de persona egoísta que no quiere el bienestar de su perro sino simplemente que no dé problemas.


¿Qué hacer? Existen muchas formas de intimidar, hacer daño, castigar y llevar a la indefensión a un perro. Los utensilios de tortura como por ejemplo el collar de descarga, un collar de ahogo y un collar de pinchos son los más visibles y su uso es lo opuesto a tener sentido común y a querer a tu perro. Da exactamente igual que alguien diga que si lo usas bien no haces daño al perro porque miente . Otra vez lo de justificarse a si mismo por no saber hacer las cosas de otra manera. Los gritos, tonos autoritarios, tirones de correa, golpes y toques también lo conseguirán. Una correa corta que no permita la exploración del perro con la excusa de que tiene que aprender a ir caminando pegado a ti es un castigo para el perro. No tiene que aprender a ir pegado a ti, tiene que ir tranquilo y para eso tiene que poder explorar y tener su espacio.

Las correas flexi son un castigo para el perro. Siempre están en tensión y para sacar al perro de un situación lo tienes que hacer a base de tirones hacia atrás. Además son muy peligrosas porque cortan y si se te sueltan puedes hacer mucho daño a tu perro o a otra persona. Los collares normales hacen daño. El cuello de tu perro es como el tuyo. Está la laringe y la faringe, está la glándula tiroides y las vértebras. No hay necesidad de hacerle daño a tu perro. Quien te diga que con un arnés tu perro va a tirar más de la correa miente. Si tira de la correa puede ser por mil razones y entre ellas la más común es porque lo llevas con una correa demasiado corta. Otra vez la argumentación de que con el collar se ahoga y entonces dejará de tirar. Es mentira y le estás haciendo mucho daño a tu perro. PONLE UNA CORREA LARGA Y UN BUEN ARNÉS. 39 La Voz de tu Perro 2016 - Derechos Reservados

La historia

Al mes de empezar con el adiestramiento de Juan, Jose se tenía que ausentar de casa durante quince días y como yo soy azafata de vuelo y duermo mucho fuera de casa teníamos que dejar a Zar en una residencia. Le preguntamos a Juan si conocía alguna y nos recomendó una de un amigo suyo que también era adiestrador canino.

Fuimos a verlo con Zar y nos pareció un sitio que estaba bien, parecía que sabían mucho de lo que hablaban, los cheniles estaban dentro de una nave así que no pasaría frío y le sacaban tres veces al día. Nos dijeron que a Zar le soltarían sólo por ser un perro conflictivo y con problemas. 12 euros por día pero tenían un servicio en el que aparte de estar en la residencia podían adiestrarlo mientras estaba allí que nos costaría 15 euros por día. ¡Genial! Asímatábamos dos pájaros de un tiro. Fui yo la que tuve que llevar a Zar a la residencia. Me fui llorando en el coche todo el camino de vuelta a casa de la pena que me daba dejarle allí. El primer día que libré me fui a verle . Tenia muchísimas ganas de abrazarlo y darle mimos pero cuando llegué allí el chico le estaba dando una clase a Zar de adiestramiento. Estaba con una correa de ahogo y le estaba enseñando a caminar en “ junto” a base de tirones. No me dejó saludarle ni darle ningún cariño, me dijo que lo ignorara y caminara junto a ellos.


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Cuando Zar me vio y quiso acercarse para saludarme él le dio su correspondiente tirón de correa , me pasó la correa y me dijo como tenía que manejar yo al perro.

Cuando llevamos a Zar al chenil y le pude dar mimos me di cuenta de que tosía sin parar. Me dijo que le había visto el veterinario del pueblo y que tenía tos de la perrera por no estar acostumbrado a estar con más perros, que no era el único de la residencia y que le estaban dando la medicación que necesitaba. Ahora sé a ciencia cierta que Zar tenía esa tos debido a los tirones horribles que le daban con el collar de ahogo.


ERROR NÚMERO 11

Dejar a tu perro en la residencia menos adecuada Es un error provocado, como la mayoría de los anteriores, por la confianza depositada en alguien que pensamos que sabe lo que hace. Llevar a nuestro perro a un lugar inadecuado es algo que nos pesará.


¿Qué hacer? Intenta no dejar a tu perro en ningún sitio a no ser que sea imprescindible. TU PERRO ES PARTE DE TU FAMILIA así que organiza tus vacaciones de forma que pueda ir contigo. Cada vez hay más sitios donde podréis disfrutar de estar juntos. Si lo tienes que dejar si o si, busca un sitio donde vaya a estar bien. Intenta que no esté en un chenil. Hay canguros caninos que cuidan perros en sus casas (así estará acompañado. Y, por supuesto también hay residencias donde están muy bien cuidados , acompañados y donde las personas que los cuidan son profesionales que saben muy bien lo que hacen y miran por el bienestar de tu perro. Nosotros conocemos varias así que si tienes dudas no dudes en preguntarnos.


La historia

Esa noche no pude dormir , no podía parar de llorar. Jose estaba muy lejos y yo no podía dejar de pensar en Zar y en lo mal que lo estaba pasando.

Llamé a Juan desesperada para contarle lo que pasaba y decirle que mientras Zar estuviera en la residencia no quería que le adiestraran más porque le estaban haciendo daño, pero me convenció de que siguiéramos. “No te preocupes, él es muy buen adiestrador y sabe lo que hace, además en algún momento hay que enfrentarse al perro” Yo no estaba convencida y no lo tenía nada claro, pero como me lo decía la persona que se suponía que sabía de esto le hice caso. Fui a ver a Zar un par de veces más y siempre volvía llorando a casa, pero por fin llegó el día en que le sacamos de allí.


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ERROR NÚMERO 12

Dejar que hagan algo con tu perro sin estar tú presente Si hay personas que se dedican a “ adiestrar” a tu perro con estos métodos contigo delante, imagínate lo que le harán a tu perro cuando no estés presente. No me lo quiero ni imaginar. Huye de quien te diga que le dejes a tu perro y que te lo devolverá como nuevo. Es una aberración.


¿Qué hacer? Aquí no voy a andarme por las ramas. Jamás permitas a nadie que haga nada con tu perro sin estar tú presente.


La historia

Ese fue el punto de inflexión. Cuando le conté todo esto a Jose empezamos a dudar de las técnicas utilizadas por Juan y menos mal que ese día llegó tanto por el bien de Zar como por el nuestro.

Seguro que si Zar pudiera hablar nos hubiera dicho que estaba mucho mejor en la nave en la que había estado siete años que en esa residencia o con Juan cerca de él. En la nave estaba sólo y a la intemperie pero por lo menos nadie le gritaba ni le daba tirones y ordenes constantemente. Aún así dimos alguna sesión más pero nosotros ya no utilizábamos los utensilios de tortura ni le dábamos continuos tirones y gritos a Zar. Empecé a leer mucho, muchísimo, sobre educación canina y a buscar toda la información posible. Tenía que haber otra manera de ayudar a nuestro perro, tenía que haberla. Mientras leía y buscaba llegó el día de dar la ultima sesión y de saber si Zar superaba el examen. Fueron dos pruebas: LA PRIMERA era poner un puñado de salchichas en el suelo y que Zar pasara por al lado de ellas sin ni siquiera mirarlas. La primera vez que pasó por delante tiró para cogerlas y Juan le dio un tirón increíble de la correa y le gritó un “ MAL” con un tono amenazante y tan alto que me dio miedo a mi también. Las siguientes veces que pasó por delante de las salchichas el pobre Zar ni miraba para ellas. LA SEGUNDA fue pasar por delante de un grupo de perros y que ni los mirara. Pasó exactamente lo mismo, la primera vez Zar quería ir hacia allí y recibió el mismo tirón y el mismo grito. Las siguientes veces ni les miró.

Nos quedamos anonadados porque eso ya era el no va más y nos fuimos a casa tristes a la vez que cabreados con nosotros mismos por haber permitido todo esto.


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ERROR NÚMERO 13

Dejarte llevar Es muy común perder por completo el sentido común debido a la desesperación llegando a castigar e intimidar a tu perro pensando que es lo que hay que hacer porque te lo dice el adiestrador al que has contratado. Este fue el punto de inflexión. Nos costó pero por fin llegamos. Hay poco más que añadir. La frase de arriba lo resume todo.


NUESTRA HISTORIA NUESTRA SOLUCIÓN A partir de ese momento nos pusimos las pilas para buscar otra manera de ayudar a Zar. Jose estaba centrado en el desarrollo personal y fui yo la que empecé a buscar y buscar porque sabía que tenía que haber otra forma de hacer las cosas. Me apun té a u n c urs o de “ adiestrador canino” en una de las escuelas más conocidas de España pero asistí un fin de semana y no volví. No era lo que buscaba. Otra vez lo mismo: sienta, tumba y querer modificar modificar conductas especificas de una manera u otra.

Me inicié con el adiestramiento con “cliker”, incluso me examiné de ello para tener la calificación. Se basaba en “clicar” la conducta deseada y premiarla, pero seguíamos con obediencia y con bu sc ar un a de te rm in ad a conducta. Mi intervención seguía siendo constante. Al final encontré el camino. ¿Que era lo que realmente necesitábamos? ¿Necesitábamos que Zar hiciera esto o lo otro? ¿Necesitábamos que Zar dejara de hacer esto y lo otro?

Empecé a asistir a seminarios.

Lo que necesitábamos era estar TRANQUILOS.

Algunos me aportaban muchas cosas y otros en cambio me ayudaban a tener cada vez más claro el camino por el que no quería ir.

El 100% de las personas lo que buscan es TRANQUILIDAD, en su vida , su entorno y su familia y, recordemos que el perro forma parte de esa familia.

Empezaba a tener conciencia.

¿SABES LO MEJOR DE TODO? Que todos los perros del mundo también buscan estar tranquilos.

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NUESTRA HISTORIA NUESTRA SOLUCIÓN Lo más importante para un perro es evitar cualquier conflicto y te aseguro que lo intentan constantemente pero nosotros no solemos ver nada, estamos completamente ciegos y encima lo que solemos hacer es enfrentarles a constantes conflictos que tienen que ir solventando diariamente. No fue fácil, tuve que estudiar mucho porque quería ir más allá. Pedagogía, neurociencia, psicología, procesos de estrés, comunicación corporal, las etapas de desarrollo de los perros, sus necesidades…pero lo más importante fue ser consciente de que somos NOSOTROS, las personas las que tenemos mirarnos al espejo y sé que no es fácil pero es necesario. Y así fue como se formó La voz de tu perro. Al principio lo llamamos “ Educación canina” porque es lo normal y lo más común pero no hacía referencia a nuestra manera de trabajar. La “ Educación canina” como su nombre indica solamente implica al perro. Fíjate bien en las dos palabras, “ educar al perro”.

¿Qué es educar? Esta es la gran pregunta. ¿Que tu perro haga lo que tú dices o quieres? ¿Qué es lo que realmente quieres y necesitas?. El 100% de nuestros clientes contestan TRANQUILIDAD cuando les formulamos esta pregunta. ¿Crees que para que todos estéis tranquilos tú tienes que hacer algo o solamente nos tenemos que centrar en el perro? Ya te doy yo la respuesta, no te preocupes. Para conseguir estar todos tranquilos y vivir en armonía hay que ver la familia como un TODO. Para ayudar a tu perro a estar bien el que vas a generar los cambios eres tú, el trabajo lo vas a hacer tú y para eso primero alguien te tiene que explicar el porqué de las cosas, la mejor manera de actuar para solucionarlas, las necesidades de tu perro, cómo comunicarte con él para que os podáis entender, y cómo actuar en cada situación.

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NUESTRA HISTORIA NUESTRA SOLUCIÓN Entonces, ¿hay que centrarse en el perro o hay que centrarse en el conjunto familiar? Depende de como seas tú, de cómo gestiones las situaciones, de tus miedos, de tus inseguridades, de tus creencias de cómo convivir con un perro, de tu resiliencia, de tu necesidad de control, de tu capacidad para dejar hacer, de tu forma de ser y estar, y de todo lo que te engloba a ti como persona. De todo esto depende que podáis estar todos tranquilos y felices juntos y va a ser lo realmente importante a la hora de solucionar las cosas.

Por esto en La voz de tu perro hemos juntado el Desarrollo Personal con la Educación Canina y nos ha dado como resultado la CONVIVENCIA HUMANOCANINA. ¿Te has parado a pensar alguna vez cómo eres? ¿Te has planteado que quizá tus valores o tus creencias adquiridas a lo largo de los años puede que no sean las que te ayuden a estar tranquilo? ¿Te has planteado en algún momento dejar de darle tanta importancia a las cosas y tener un poco de paciencia?

¿Has dejado de exigir y has probado a pedir? ¿Has dejado de ordenar y has probado a proponer? ¿Te has puesto alguna vez en el lugar de tu perro?.

Te hablo de EMPATIA. No hay nada como ponerse en el lugar del otro para entender cómo se siente y lo que no nos gustaría que nos hicieran a nosotros mismos. Cuando se trata de nuestros perros nos centramos en hacer y hacer. Adiestrar, entrenar, hacer tal cosa cuando el perro haga la otra. No paramos de intervenir constantemente. ¿Has probado alguna vez a NO HACER NADA? ¿A simplemente estar y dejar que la vida misma sea un aprendizaje? ¿A estar ahí por si tu perro te necesita siendo su referencia de calma y seguridad? ¿Has probado a DEJAR HACER?. Esto es lo que normalmente nos cuesta más y te aseguro que es la clave para estar tranquilo, pero no solamente en lo que a tu perro se refiere sino en todos los aspectos de tu vida. 51 46


NO COMETAS NUESTROS ERRORES

Consejos Piensa, analiza los porqués de las cosas y deja de centrarte en los “ problemas de tu perro” y en querer cambiar sus conductas por otras que sean de tu agrado a base de tu control e intervención. Relájate, ten calma y paciencia. Observa, entiende a tu perro y guíale hacia esa calma y tranquilidad que tanto anheláis los dos.

ERES EL ESPEJO DE TU PERRRO

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