Manual para empresas
Guía de energía fotovoltaica: lo que debes saber sobre su origen, instalación y uso eficiente
Plan de
ahorro energético
Índice 1 Introducción 2 El Sol
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2.1. Estructura del Sol 2.2. Radiación Solar 2.3. La Tiera y el Sol 2.4. Energía aprovechable
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Efecto fotovoltaico 3.1. Estructura de la materia 3.2. La celda fotovoltaica. Unión PN
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Elementos de los sistemas fotovoltaicos 4.1 Panel fotovoltaico 4.2. Regulador 4.3. Acumuladores o baterías 4.4. Inversor 4.5. Instalación eléctrica
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Sistemas aislados
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Sistemas conectados a red
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El autoconsumo 7.1 Autoconsumo Tipo 1 7.2. Autoconsumo Tipo 2
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Eficiencia y ahorro
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Introducción El Sol, la estrella alrededor de la cual se organiza el sistema solar, es la fuente energética principal de nuestro planeta. A partir de él los distintos sistemas naturales o artificiales proporcionan la energía necesaria para que la sociedad actual pueda satisfacer sus principales necesidades. Con el uso de los sistemas de generación fotovoltaicos hemos sido capaces de aprovechar, aunque de forma muy reducida, la energía incluida en la radiación electromagnética emitida por el Sol. La capacidad de transformar esta radiación en energía eléctrica a partir del conocido efecto fotovoltaico permite contar con una fuente energética inagotable a costes reducidos. Sí hoy en día los rendimientos de los paneles solares fotovoltaicos, los sistemas en los que se realiza la conversión de la radiación electromagnética en energía eléctrica en forma de corriente continua, alcanzan el 20 o 25%, no es aventurado pronosticar que en pocos años estos ratios de eficiencia aumentarán de forma considerable. Las economías de escala, la fabricación de grandes series de equipos y componentes, reducirán los costes de fabricación de los mismos minimizando de esta forma los costes de las instalaciones por kilovatio instalado. La utilización de sistemas de generación fotovoltaica, bien de forma única o combinados con otros sistemas de generación de energía, permitirá a las empresas reducir sus costes energéticos y, por extensión, aumentar su productividad. De la misma forma los pequeños consumidores también podrán recurrir a las instalaciones solares para obtener la totalidad, o parte, de la energía necesaria para sus hogares. Está posibilidad configurará un nuevo paradigma energético en el que un mismo agente podrá ser productor y consumidor de energía eléctrica al mismo tiempo, lo que ya se ha bautizado como prosumidor. La consecuencia inmediata será la modificación de la forma actual en la que se gestionan las redes de distribución y transporte de energía eléctrica, las previsiones de la demanda y de la oferta así como los sistemas de fijación de precios de la energía.
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El Sol La estrella alrededor de la cual giran los planetas de nuestro sistema y que posibilita de manera concluyente la vida en la tierra es el Sol. Formado hace 4.5 billones de años de aire a partir de las nubes de gases interestelares compuesto principalmente por Hidrógeno y Helio tiene un radio aproximado de 695.500 kilómetros. Dista de la Tierra unos 150 millones de kilómetros. Esta mezcla de gases está a temperaturas muy elevadas y soportan grandes presiones. Por estas razones los componentes del Sol reaccionan y se fusionan provocando una reacción nuclear. Las predicciones auguran que la vida del Sol aun se prolongará unos 5 billones de años, a partir de los cuales, se reducirán las reacciones, haciéndose cada vez más grande hasta convertirse en una gigante roja. Su peso aumentará y se irá convirtiendo en una enana blanca que se enfriará a lo largo de un trillón de años terrestres, ocasionando a la vez el fin de la vida en este planeta tal y como la conocemos a día de hoy. Las reacciones que se producen en la estrella emiten cantidades ingentes de luz y calor que se lanza al exterior en forma de radiación electromagnética.
2.1 Estructura del Sol En el Sol se distinguen varias regiones importantes: atmósfera, fotosfera y núcleo.
Atmósfera La atmósfera solar se divide a la vez en dos grandes zonas: la corona y la cromosfera. La corona es la parte más exterior del sol, la parte visible desde la Tierra. Con menor densidad que la atmósfera terrestre, está formada por hidrógeno y helio y tiene un espesor variable de algunos millones de kilómetros con una temperatura de 107 grados Kelvin. El plasma que se genera es retenido por los campos magnéticos creados por la radiación interna del Sol. Cuando cierta cantidad de plasma escapa a estos campos magnéticos se producen los denominados vientos solares que provocan fenómenos de interferencias y pérdidas de señal en equipos terrestres. La cromosfera tiene un espesor que oscila entre 6.000 y 14.000 kilómetros y está constituida fundamentalmente por Hidrógeno a muy baja densidad. La temperatura en esta zona varía entre los 10.000 K y los 36.000 K.
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Fotosfera La fotosfera está formada por metales en estado gaseoso junto con los ya mencionados Helio e Hidrógeno. Tiene un espesor de unos 400 kilómetros y la temperatura media de la zona es de 6.000 K. En esta capa es donde tienen lugar la erupciones, o prominencias, que alcanzan alturas de 40.000 km, junto con las conocidas llamaradas solares que son más pequeñas pero mucho más brillantes. Estos fenómenos, que son los causantes de las auroras boreales junto con otros fenómenos más peligrosos, emiten grandes cantidades de energía y partículas. Entre la fotosfera y el núcleo se distinguen otras dos áreas importantes. Una zona denominada Convectiva, en la que se transporta energía desde el interior del Sol hacia la fotosfera por convección. Y una segunda capa llamada Radiactiva en la que el transporte de energía se produce por radiación.
Núcleo El núcleo, con un diámetro de 600.000 kilómetros es la fuente de toda la energía del Sol. Aquí es donde tienen lugar los procesos de fisión nuclear, en las condiciones adecuadas de presión y temperatura. Esta reacción se produce con cierta lentitud, gracias a lo cual la estrella no explota.
2.2 Radiación Solar La radiación emitida por el Sol se corresponde con la emitida por un cuerpo negro a una temperatura de 6.000 K y está formada por radiaciones electromagnéticas que se mueven a la velocidad de la luz.
La radiación solar emite ondas de forma continua con frecuencias desde los 104 herzios hasta 1024 Hz. A la tierra llegan radiaciones desde la zona infrarroja (1012 Hz), pasando por la banda visible y llegando hasta el espectro ultravioleta (1016 Hz).
2.3 La Tierra y el Sol La Tierra completa una vuelta sobre su eje cada 24 horas y realiza un giro completo alrededor del Sol cada 365,25 días terrestres. La órbita de la Tierra es elíptica con una excentricidad muy pequeña. Esto significa que la elipse que describe es bastante similar a una circunferencia. A la distancia más corta entre el Sol y la Tierra se la denomina perihelio y a la mayor afelio. La rotación de la Tierra alrededor de su eje provoca las variaciones de la radiación solar a lo largo de un día. La posición del eje terrestre respecto al Sol causa los cambios estacionales.
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El plano de giro de la Tierra alrededor del Sol se denomina plano de la eclíptica. El eje de giro de la tierra está inclinado 23.5º respecto de la perpendicular al plano de la eclíptica, siendo éste un ángulo constante. El ángulo que forma la línea que une los centros de la Tierra y el Sol y el plano ecuatorial varía cada día y se le conoce como declinación (??). La declinación es igual a 0º en los equinoccios y a +- 23.5º en los solsticios, dependiendo del hemisferio terrestre de referencia; positivo en verano y negativo en invierno para el hemisferio norte.
2.4 Energía aprovechable La radiación electromagnética emitida por nuestra estrella se desplaza por el espacio hasta llegar a las inmediaciones del planeta Tierra. Para conocer la radiación solar que llega a un punto concreto de la superficie horizontal es preciso conocer ciertos parámetros. • Altura solar (h): es el ángulo, medido en un plano vertical, entre los rayos del sol y la proyección de éstos sobre un plano horizontal. • Acimut (A): es el ángulo, medido en el plano horizontal, que forman la proyección de los rayos solares con el sur. • Ángulo cenital (??): es el ángulo complementario de la altura solar. La energía aprovechable se estudia a través de la denominada Constante Solar. La Constante Solar es la cantidad de energía procedente del Sol que llega a la parte más exterior de la atmósfera terrestre por unidad de tiempo y superficie. Se representa por Isc. Isc = 1.353 W/m2 La energía que llega a la superficie terrestre es la constante solar menos las pérdidas que se producen al atravesar la atmósfera, más las radiaciones reflejada y difusa que se producen por los efectos ópticos que se producen al atravesar las distintas capas de gases. Así se pueden obtener los datos de la energía solar disponible en cualquier punto de la superficie terrestre, denominada normalmente Radiación sobre la superficie horizontal y expresada en kWh/m2 día. Como los paneles solares se suelen colocar con cierta inclinación sobre la horizontal y con desviación respecto a la dirección sur será necesario aplicar distintos coeficientes para conocer la cantidad real de energía disponible en un panel fotovoltaico concreto.
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Efecto fotovoltaico La producción de energía eléctrica a partir de la radiación procedente del Sol se fundamenta en el denominado efecto fotovoltaico. Para poder realizar un aproximación a este fenómeno es necesario recordar algunos conceptos de la estructura de la materia.
3.1 Estructura de la materia La materia está constituida por átomos que podemos considerar como las partículas básicas que conforman los distintos materiales. Los átomos tienen varias partes diferentes. La parte central se denomina núcleo, en donde se ubica la mayor parte de la masa del átomo y en el que se encuentran partículas con carga positiva denominadas protones y partículas sin carga eléctrica, llamadas neutrones. Alrededor del núcleo, en distintas órbitas, se encuentran los electrones, partículas de carga negativa que giran alrededor del núcleo del átomo. Estas órbitas son casi elípticas y alojan a distinto número de electrones en función de su proximidad al núcleo. Los átomos tienden a tener carga neutra. Esto significa que el número de electrones debe compensar exactamente el número de protones del núcleo. Debido a que las órbitas más alejadas sienten con menor intensidad la atracción del núcleo, los electrones pueden abandonar sus órbitas para alojarse en órbitas exteriores de átomos cercanos. Así es posible encontrar átomos con carga positiva y con carga negativa. En función del número de órbitas, su energía, el número de electrones de las últimas capas y de la facilidad para absorber electrones o liberarlos, los materiales se clasifican en conductores y aislantes. Los conductores serán aquellos materiales formados por átomos que facilitan el intercambio de electrones, es decir de la circulación de la corriente eléctrica. Al contrario, los aislantes se caracterizan por estructuras atómicas muy estables que no permiten el intercambio de electrones. Hay un tercer grupo de materiales, denominados semiconductores, que comparten propiedades de los aislantes y de los conductores y su comportamiento varia en función de las condiciones de trabajo. El Silicio, por ejemplo, tiene la característica que se convierte en un muy buen conductor según se incrementa la temperatura.
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3.2 La celda fotovoltaica. Unión PN. Aprovechando las particularidades de los materiales semiconductores y de la capacidad de estos para acoger impurezas de otros materiales se desarrollaron los semiconductores tipo P y los tipo N. Un semiconductor tipo N no es más que un material semiconductor al que se le introduce artificialmente cierta cantidad de un material que al recombinarse con el semiconductor deja un electrón libre, dando carga negativa al conjunto. Es típica la adición de antimonio al silicio para obtener este tipo de semiconductor. Por el contrario un semiconductor P, se forma añadiendo cierta cantidad de materia con exceso de cargas positivas que configura un semiconductor con carga positiva, o con exceso de huecos. La unión de semiconductores de ambos tipos provoca una recombinación de electrones y huecos que genera una unión estable, la denominada unión PN. En esta célula formada por la unión PN de semiconductores es en la que, al recibir la radiación procedente del Sol, se rompen los enlaces entre electrones y huecos, generándose una diferencia de potencial entre sus extremos que al conectarse a un circuito externo posibilita la circulación de una corriente eléctrica.
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Elementos de los sistemas fotovoltaicos Para poder aprovechar la radiación electromagnética y convertirla en energía eléctrica aprovechable es preciso contar con una serie de equipos que permiten la captación de la radiación, la generación de la energía eléctrica en forma de corriente continua, su regulación y consumo, y, en algunos casos, su almacenamiento o su conversión a corriente alterna.
4.1 Panel Fotovoltaico El panel o colector fotovoltaico es el dispositivo que capta la radiación solar incidente en la ubicación elegida, que puede ser la cubierta de una nave industrial o de una zona de aparcamiento, un edificio o cualquier superficie exenta de sombras y que permita una adecuada orientación de los paneles. Los paneles tienen una estructura, normalmente metálica, que envuelve el conjunto, lo aisla del exterior y de las inclemencias meteorológicas y permite su fijación a soportes, estructuras o su integración en cualquier otro elemento constructivo. En su interior se alojan las células solares, o células fotovoltaicas, fabricadas generalmente mediante distintas cristalizaciones de silicio. Se usan generalmente tres tipos de silicio: silicio monocristalino, silicio policristalino y silicio amorfo. Se distinguen en la forma de cristalización, desde un solo cristal en el monocristalino hasta la ausencia de red cristalina del amorfo. La eficiencia y el precio varían ostensiblemente entre unos y otros. El uso, la ubicación y el grado de eficiencia requerido por la instalación, condicionarán la elección de uno u otro. Cada una de las células produce unos 0,4 voltios. La tensión final suministrada por el panel se consigue mediante conexiones en serie de células básicas. Para conseguir una potencia determinada también se realizan conexiones en paralelo. La parte posterior de la células aloja el cableado necesario para la interconexión de todos los elementos. La parte superior del panel cuenta con un recubrimiento transparente, normalmente de vidrio, que facilita la captación de la radiación solar y protege las celdas fotovoltaicas.
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Caracterización eléctrica El comportamiento eléctrico de cada panel se caracteriza mediante la gráfica Tensión - Intensidad. Para construir esta curva se realizan distintos ensayos en condiciones estándar de medida: con una radiación de 1.000 W/m2, temperatura de 25ºC, incidencia normal de los rayos y espectro radiante AM 1.5, que tiene en cuenta las pérdidas que ocasionan las capas de la atmósfera en el aprovechamiento de la energía. También son de interés los parámetros: • Intensidad de cortocircuito: Es la máxima intensidad que se puede obtener del panel cuando la tensión entre sus bornes se acerca a cero, o sea, cuando se produce un cortocircuito. • Tensión nominal: Es la tensión de diseño a la que trabaja el panel solar. Lo más habitual es encontrar equipos de 12 o 24 V. • Tensión a circuito abierto: Máxima diferencia de potencial que se podría obtener de un panel solar si la intensidad de corriente es cero. • Potencia máxima: Es la mayor potencia que puede suministrar el panel solar. También se denomina Potencia pico. • Eficiencia del módulo: Es el cociente entre la potencia eléctrica generada por el panel y la potencia radiante incidente sobre el mismo. La eficiencia típica de los modelos básicos varía desde el 15 o 20% de los fabricados con silicio cristalino hasta el 6-8% de los que tienen silicio amorfo. Es preciso tener en cuenta que el comportamiento del panel fotovoltaico se ve alterado por distintos condicionantes. Las temperaturas elevadas producen una disminución de la tensión a circuito abierto y, en consecuencia, una reducción de la potencia. Por cada grado superior a los 25ºC a los que se realizan los ensayos normalizados se reduce un 0.5% la potencia del panel. Así se puede dar la curiosa circunstancia de que un mismo panel fotovoltaico genere más energía eléctrica colocado en un pueblo alemán que instalado en una localidad de la costa mediterránea española.
4.2 Regulador El regulador es el equipo que recibe la energía eléctrica generada por los paneles solares y la gestiona de forma adecuada bien dirigiéndola a las baterías o acumuladores, en su caso, o bien a los puntos de consumo, o a la conversión en corriente alterna. Controla los procesos de carga evitando que cuando la batería está a plena carga se siga inyectando corriente a la misma, de forma que se protegen el dispositivo y se alarga su vida útil. También impide que se realice una descarga completa de los acumuladores desconectando el parque de acumulación de los circuitos de consumo. El regulador proporciona también la información de los principales parámetros eléctricos de la instalación permitiendo una adecuada gestión y control del conjunto de equipos. La mayoría de los reguladores realizan labores de ajuste de niveles de tensión, protección contra sobretensiones o contra sobreintensidades.
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4.3 Acumuladores o baterías Si se quiere disponer de energía eléctrica de origen fotovoltaico cuando no exista radiación solar es necesario contar con un dispositivo que permita el almacenamiento de la energía para ser utilizada cuando sea necesario. Los acumuladores o baterías son los equipos que permiten almacenar la energía eléctrica generada por los paneles fotovoltaicos. Las baterías utilizadas en los sistemas fotovoltaicos suelen estar fabricadas por sistemas plomo ácido o por sistemas de ión litio.
Se caracterizan, en primer lugar, por su capacidad, es decir, por la cantidad de energía que pueden suministrar en determinadas condiciones de trabajo. Se expresa en amperios - Hora. (Ah). La capacidad varía con la temperatura: aumenta la capacidad si aumenta la temperatura y viceversa. La tensión de las baterías suele rondar entre 2 y 12 voltios. Si se trabaja con otros valores de tensión será necesario realizar las interconexiones serie-paralelo oportunas. Para conseguir una vida útil adecuada las baterias no deben descargarse totalmente. A la cantidad, en porcentaje, que se ha descargado se le denomina profundidad de descarga. Cuanto menos profundos sean los procesos de descarga mayor será la vida útil del acumulador. Al ser dispositivos fabricados con metales y/o componentes ácidos es necesario elegir ubicaciones ventiladas para asegurar la no formación de atmósferas peligrosas. La instalación de salas de baterías debe realizarse con precaución ya que, en función de los modelos utilizados, pueden generarse atmósferas explosivas por lo que será necesario adecuar las instalaciones eléctricas y de ventilación a estas circunstancias especiales
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4.4 Inversor El inversor es un dispositivo que es capaz de convertir la energía eléctrica en forma de corriente continua generada por los paneles fotovoltaicos en corriente alterna de frecuencia comercial que es la que utilizan la mayoría de las cargas de uso común. De forma general va conectado después del regulador y antes de los puntos de consumo. Esta disposición puede alterarse ya que existen en el mercado inversores que también realizan la función de regulación. Los parámetros fundamentales del inversor son: • Tensión nominal: Es la tensión de entrada de los bornes de conexión del inversor. • Potencia nominal: Se refiere a la potencia eléctrica que puede suministrar el inversor. • Capacidad de sobrecarga: Es la capacidad de suministrar una potencia superior a la nominal durante un tiempo determinado. • Eficiencia: Da idea de las pérdidas que se producen en la transformación. Se calcula como el cociente entre la potencia eléctrica que entrega el inversor y la potencia eléctrica que consume del generador fotovoltaico o de las baterías. • Forma de onda: Dependiendo de la calidad del equipo la forma de la señal suministrada por el inversor tendrá una forma senoidal pura, para equipos de alta gama, hasta formas de onda cuadrangulares, para equipos más básicos.
4.5 Instalación eléctrica La instalación fotovoltaica tiene otro tipo de elementos que permiten la transmisión de la corriente, protegen a los usuarios o conectan los distintos componentes. Los componentes que conforman la instalación generadora deben interconectarse mediante conductores eléctricos. Las secciones de los conductores utilizados deben ser calculados en función de las tensiones de operación y las intensidades que circulen. Es preciso identificar claramente, en la parte de instalación en corriente continua, la polaridad de los conductores, así como las fases y neutro de la parte de alterna, siguiendo las indicaciones del Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión. Las conexiones de los distintos componentes deben realizarse en cajas adecuadas y con los grados de protección necesarios, teniendo en cuenta que muchas de éstas se encuentran a la intemperie o expuestas a la radiación ultravioleta lo que acelera los procesos de degradación natural. No se deben olvidar los elementos de protección, tanto los enfocados a la protección de los equipos como los que protegen a los usuarios de la instalación. La instalación de corriente continua contará con protecciones adecuadas para los valores de corriente y tensión utilizados. Se debe tener en cuenta que determinados dispositivos como los interruptores diferenciales no pueden conectarse en la instalación de corriente continua.
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Sistemas Aislados Por sistemas aislados nos referimos a aquellas instalaciones fotovoltaicas que suministran energía eléctrica a determinadas cargas y que no tiene interconexión con el sistema eléctrico de potencia, es decir, no cuenta con conexión eléctrica con una compañía comercializadora de energía eléctrica de red. Los consumos se podrán realizar tanto en forma de corriente continua como en corriente alterna, según las características de los receptores utilizados. Esto condicionará la necesidad de contar con un inversor o no. La energía podrá consumirse cuando la generen los paneles solares fotovoltaicos. Si se desea contar con suministro eléctrico en horas en las que no se produce electricidad se deberá contar con una instalación adecuada de almacenamiento, que almacene electricidad cuando se genera y no se consume, para cuando se desee consumir y no pueda producirse.
Son instalaciones típicas en viviendas aisladas en las que una conexión a compañía eléctrica sería demasiado cara, en alimentación de sistemas de comunicaciones en zonas remotas, como suministro a antenas de telefonía móvil, bombeos en parcelas agrícolas para instalaciones de riego, etc. Para que una instalación de este tipo sea viable es fundamental que se realice una adecuada previsión de cargas, estableciendo las potencias de los receptores que es preciso alimentar así como el tiempo de utilización con el objetivo de calcular la energía que debe suministrar el generador fotovoltaico. De la misma forma, es necesario que el usuario conozca el funcionamiento de la instalación y haga un uso consciente de la misma.
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Sistemas conectados a red Los sistemas conectados a red son aquellos que cuentan con una conexión eléctrica al sistema de potencia. En este tipo de instalaciones se pueden encontrar dos grandes tipos: las instalaciones fotovoltaicas cuyo único objetivo es la producción de electricidad y su venta al mercado o a una compañía distribuidora; y aquellas que abastecen a una instalación particular pero que también cuenta con conexión eléctrica a una compañía comercializadora. Las grandes plantas fotovoltaicas, con paneles fijos o colocados en estructuras dotadas de seguidores solares que mantienen en todo momento la orientación más eficiente, tienen como finalidad generar la máxima cantidad de energía eléctrica posible. Suelen ocupar grandes extensiones de terreno, o cubiertas planas de naves industriales o marquesinas de aparcamientos. Están dotadas de inversores que acondicionan la corriente continua generada en los paneles a corriente alterna y transformadores que elevan el nivel de la tensión hasta la tensión nominal de la línea en la que se realiza el vertido de la energía eléctrica producida. Por otro lado se pueden considerar las instalaciones eléctricas de generación fotovoltaica que coexisten con una conexión a compañía suministradora. En teoría se podría consumir la energía eléctrica producida por el parque de generación solar, consumir energía de la compañía cuando no existiese producción solar o se hubiera agotado el posible almacenamiento o parque de baterías, e , incluso, vender los excedentes de energía producidos por la instalación solar cuando fuera posible. Decimos, en teoría, porque estas posibilidades se ven limitadas en algunos aspectos por la normativa vigente actual en algunos países, como es el caso de España. Profundizaremos en estos aspectos en el capítulo de autoconsumo.
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El autoconsumo El 10 de octubre del año pasado el Boletín Oficial del Estado publicó el Real Decreto 900/2015, de 9 de octubre, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas de las modalidades de suministro de energía eléctrica con autoconsumo y de producción con autoconsumo. El real decreto afecta a las instalaciones de generación eléctrica con fuentes renovables conectadas en el interior de una red, aun cuando no viertan energía eléctrica a las redes de transporte y distribución en ningún instante. Estas instalaciones son las que tienen una conexión a compañía suministradora y también tienen una instalación solar fotovoltaica. A tenor de esta declaración parece que ya no es viable la legalización de instalaciones según algunos procedimientos establecidos por ciertas comunidades autónomas que permitían la legalización de las mismas siempre y cuando se certificara que la instalación contaba con un dispositivo de inyección cero. Estos equipos impiden que haya cualquier inyección de energía eléctrica a la red incluso cuando resulten excedentes de la instalación generadora. El procedimiento establecido por el Real Decreto 900/2015 establece diferentes itinerarios en función de dos modalidades de autoconsumo.
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7.1 Autoconsumo Tipo 1 Esta modalidad se aplica a las instalaciones en las que existe un único consumidor, con solo un punto de suministro y con una o varias instalaciones generadoras en el interior de su red. En este caso, la instalación no tiene que estar inscrita en el registro de instalaciones de producción eléctrica, aunque sí se le exige inscribirse en el registro administrativo de instalaciones de autoconsumo. El consumidor no puede tener contratada una potencia superior a 100 kW y la potencia máxima de la instalación generadora no podrá superar a la potencia contratada. Así que tampoco podrá ser superior a 100 kW. El titular del punto de suministro debe ser el mismo que el titular de las instalaciones de generación. Este requisito parece que imposibilitaría la opción de tener una instalación de autoconsumo en una comunidad de propietarios que alimentase a las viviendas de todos los vecinos, aún cuando sí podría servir para el suministro de los servicios comunes de dicha comunidad de propietarios. El procedimiento administrativo se inicia solicitando a la compañía suministradora un punto de conexión. Esta petición debe realizarse aun cuando no se vaya a verter excedente alguno de energía eléctrica a la red. En el caso de que la potencia contratada sea igual o inferior a 10 kW y se acredite la instalación de un dispositivo de inyección cero la compañía eléctrica no podrá cobrar tasa alguna por el estudio del punto de conexión. Es necesario instalar un equipo de medida homologado que mida la energía eléctrica generada por la instalación renovable y otro contador independiente que mida la energía consumida de la red de distribución de la compañía. Para este tipo de consumidores los posibles excedentes de energía eléctrica generados y no consumidos no podrán ser remunerados.
7.2 Autoconsumo Tipo 2 Aquí se incluyen los consumidores únicos con un único punto de suministro, con una o varias instalaciones de producción conectadas en su red interior, o que compartan infraestructura de conexión con el consumidor a través de una linea directa. Estas instalaciones de generación si tienen que estar dadas de alta en el registro de instalaciones de producción eléctrica. Esto implica que supone que se debe estar de alta en el CAE (Código de Actividad y Establecimiento) y tributar el IVA trimestralmente. Además, le será de aplicación el impuesto del 7% sobre la generación que afectará al beneficio obtenido de la venta de excedentes. No existe limitación en cuanto a la potencia contratada por el consumidor pero se sigue manteniendo que la potencia del parque de generación no debe superar la potencia contratada.
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El titular de todas las instalaciones de generación debe ser el mismo, pero podrá no coincidir con el titular de la instalación de consumo. Se abre la puerta de esta manera a la entrada de empresas de servicios energéticos. El trámite de legalización se inicia con la petición del punto de conexión a la compañía distribuidora. Cuando el titular de la instalación de consumo y de las instalaciones de generación coincida , siempre y cuando la potencia sea inferior a 100 kW, se deberá instalar un contador homologado bidireccional. Cuando la potencia sea mayor de 100 kW se instalará un contador bidireccional en la parte de generación y un contador total en la instalación de consumo. En esta modalidad sí podrán venderse a la compañía los excedentes de energía producidos. El decreto establece una serie de tasas o peajes de respaldo que se deben satisfacer por los titulares de las instalaciones. Una parte se calcula en función del autoconsumo horario, es decir por la energía generada y autoconsumida y otra cantidad se calcula en función de las diferencias entre la potencia de aplicación de cargos y la potencia a facturar. Se exceptúan, en el pago de estos peajes de respaldo, las instalaciones de menos de 10 kW y, de manera transitoria, a las localizadas en los sistemas extrapeninsulares (Ceuta, Melilla, Islas Canarias, Ibiza y Formentera, quedando reducidos en el resto de las Islas Baleares).
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Eficiencia y Ahorro. La posibilidad de generar energía eléctrica era una exclusiva, hasta hace poco tiempo, de grandes compañías y corporaciones. Desde hace unas décadas particulares y pequeñas y medianas empresas tienen la posibilidad de contar con una instalación de generación de energía a partir de la radiación electromagnética del Sol, una instalación Solar Fotovoltaica. Esta posibilidad permite contar con una instalación que, una vez contabilizados los costes de instalación, puede generar energía eléctrica con mantenimientos casi nulos y con vidas útiles superiores a los 25 años. Las instalaciones aisladas permiten contar con un suministro energético a costes razonables en zonas en las que contar con un sistema conectado a red sería inasumible desde un punto de vista económico o, incluso, técnico. Sistemas de bombeo en parcelas alejadas de las redes de distribución o instalación de sistemas de monitorización y control de cultivos, son hoy posibles gracias a los sistemas fotovoltaicos, incrementando la productividad de sectores y actividades, o ahorrando costes energéticos importantes. Las plantas de generación fotovoltaica pueden contribuir también a rebajar la factura energética de las empresas, bien como un input financiero más o como una reducción de costes de energía. El aprovechamiento de la cubierta plana de las naves industriales o de las marquesinas de las zonas de aparcamiento se puede convertir en una actividad secundaria de las organizaciones con unos ingresos cuantificables. Además hay que tener en cuenta que la generación fotovoltaica, exenta de cualquier emisión a la atmósfera una vez construidos los equipos que la integran, contribuye de manera importante a la reducción de emisiones contaminantes y de gases de efecto invernadero. La implicación de los países en estos objetivos se ha materializado en multitud de normativas y disposiciones. En este sentido el Código Técnico de la Edificación, por ejemplo, en su documento HE 5 Contribución fotovoltaica mínima de energía eléctrica especifica la obligatoriedad de contar con instalaciones fotovoltaicas de generación de energía eléctrica en las edificaciones de más de 5.000 m2 construidos. La utilización de sistemas de generación fotovoltaica contribuirá de manera efectiva a reducir las emisiones de efecto invernadero y al cumplimiento de los objetivos marcados por los distintos organismos supranacionales. El aumento de este tipo de instalaciones provocará un aumento de los puntos de generación que requerirá de un control más eficiente de un gran sistema distribuido.
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