Tema 2.3.2: El Hombre Y La Cultura
El hombre es el único ser que posee cultura: la cultura manifiesta e identifica al hombre, pues no es algo "sobreañadido" a la condición humana, sino consecuencia de su inteligencia y libertad. Ningún animal posee historia o es capaz de cambiar la naturaleza y adecuarla a sus necesidades, sino que, por el contrario, se adapta al medio. Así pues, mientras que la naturaleza significa lo que es innato en el hombre y lo que existe fuera de él sin su intervención, la cultura abarca todo aquello que debe su origen a la intervención humana consciente y libre. La cultura surge a partir de la libertad del hombre, sin embargo, no debemos entender "naturaleza" y "cultura" como realidades opuestas, ya que ambas se interrelacionan y complementan sus orígenes y fines en el hombre: Es propio de la naturaleza o esencia del hombre la creación cultural, al tiempo que la actividad creadora de la cultura se orienta al perfeccionamiento del hombre en cuanto tal (de su inteligencia, sensibilidad,...) y de su marco natural. Gracias a la cultura, el hombre mejora la naturaleza externa y a sí mismo. Si la cultura propiciase la destrucción de la naturaleza, entonces no serviría verdaderamente a los intereses humanos. En este sentido, la cultura debe ser continuación de la naturaleza, es decir, debe perfeccionarla, de manera que se acomode al modo de ser y a las necesidades del hombre. El termino cultura engloba además modos de vida, ceremonias, arte, invenciones, tecnología, sistema de valores, derechos fundamentales del ser humano, tradiciones y creencias. A través de la cultura el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, cuestiona sus realizaciones, busca nuevos significados y crea obras que le transcienden. Al paso de los siglos en las diversas áreas geográficas se han ido desarrollando diferentes culturas dependiendo de los hábitos, actitudes y conductas de los pueblos. La cultura representa una experiencia social que, a su vez, se transmite de unos individuos a otros a través del llamado proceso de socialización uno según el cual individuos y grupos entran simultáneamente en contacto con cada persona y la instruyen en las técnicas que le permitirán relacionarse en el mundo externo
Hay cultura donde hay hombre, y viceversa. Sólo se puede decir que lo que entendemos por cultura cuando es cuando nos referimos a lo humano. El hombre es al mismo tiempo el resultado de la evolución biológica y de la cultura que él genera. El hombre ha salido de la naturaleza sin dejar de pertenecer a ella. El "salto" a la cultura no hay que entenderlo como una brecha total ya que el hombre nunca abandona la naturaleza. Cultura es el modo común de pensar organizado de los individuos de una sociedad con el propósito de producir actividades sociales coherentes, tanto de acción material como de acción individual. La cultura es producto del aprendizaje y no de la herencia. El pensar organizado se refiere al modo conocido de transmitirse ideas unas personas a otras en forma inteligible, y asimismo, al modo social también reconocido de realizar éstas su comportamiento, para lo cual el lenguaje viene a ser el vehículo básico de la relación humana culturalmente organizada. Esto quiere decir que la cultura toma sentido a partir del lenguaje, pues éste representa no sólo un modo específico de introducir al ser humano con medios simbólicos de relación y comprensión de la realidad, sino que también hace obtener un conocimiento preciso de la cultura por el hecho de que en él se incluyen formas de designar las cosas y el comportamiento de los miembros de una sociedad. Sin embargo, además de los conceptos y productos que forman la cultura de una sociedad, "cultura" abarca los modos de acción que refieren a los modos de vivir de los hombres en una sociedad, que se explican en función de las relaciones sociales integradas en el espacio y en el tiempo. El grado de interacción cultural de las sociedades modernas es menor que el de las primitivas. Así, la afirmación de Durkheim (1928, 157) de que a mayor primitivismo social, mayor es el número de semejanzas que pueden advertirse en los miembros de una sociedad. Esa semejanza los hace ser, social y culturalmente, más homogéneos, haciendo que el sistema cultural total sea casi universal a los efectos de la frecuencia de participación de sus individuos en el mismo a través de grupos sociales y de subsistemas culturales que son básicamente comunes. Cuantos menos subsistemas culturales existen en una sociedad, mayor será su integración cultural. En una sociedad urbana, los límites de desviación del comportamiento individual son, en comparación con las sociedades primitivas entonces, muy amplios.