RESUMEN DEL LIBRO EL PENSAMIENTO PRÁCTICO DE EDWARD DE BONO Jazmín N. Rivera M. Taller de creatividad y proceso de diseño arquitectónico El pensamiento cotidiano parte de aquellos momentos, cuando tenemos que decidir, planear, discutir, descubrir, etc. sobre las circunstancias diarias en que estemos involucrados. El saber actuar frente a asuntos importantes, se requiere cierto grado de reflexión, por tal motivo es más fácil tomar ideas de otros que ya han sido elaboradas, ya que resulta demasiado difícil elaborarlas por nosotros mismos. No se puede decir que pensar correctamente sea función de la inteligencia innata o de la instrucción recibida, las personas muy inteligentes o que han recibido una educación de alta calidad suelen ser limitadas como pensadores, de lo cual acaba resintiéndose su actividad profesional. Considerar el pensamiento como habilidad más que como un don natural es el primero de los pasos que permitirá hacer algo para mejorarlo. El pensamiento tiene lugar entre el momento en que percibimos algo y el momento en que sabemos cómo manejar con respecto a lo percibido, en pocas palabras es saber cómo reaccionar ante una situación, por lo que existen tres procedimientos básicos que son el instinto, el aprendizaje y la comprensión. El instinto conlleva a una respuesta directa, automática e inmutable que no requiere de aprendizaje alguno, aunque se limita ya que al tener respuestas fijas o se sabe que es lo que sucederá, es imposible hacer frente a nuevas situaciones. El aprendizaje en cambio implica hacer algo ante una situación y observar después qué es lo que sucede, el resultado puede ser bueno, malo o indiferente. Una ventaja que tiene sobre el instinto es que permite desarrollar respuestas para situaciones nuevas aunque requiere de cierto tiempo para tener un conocimiento en base a ensayo y error (aprendizaje de primera mano), pero también hay la posibilidad de tener las respuestas de forma rápida con el empleo del aprendizaje de segunda mano (aprendizaje transmitido) aunque siempre está condicionado a lo fidedigna que sea la fuente. La compresión es la transformación de una situación desconocida a una situación conocida, para así poder saber cómo se reaccionar ante ella sin necesidad de tener un aprendizaje directo para formular una respuesta. Existen cinco niveles de comprensión que el pensamiento cotidiano utiliza para explicar un hecho el cuál nosotros mismos no lo podemos entender. Estos son: descripción simple, términos mazamorra, démosle un nombre, funcionamiento y amplios detalles.
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El caso que cita el libro acerca del cilindro negro sobre la mesa blanca que se cae de forma inesperada, explica cómo las personas se expresan y reaccionan ante una situación desconocida para ellos. El primer nivel de comprensión es el de descripción simple que es simplemente la descripción de lo acontecido. “Se cayó”, “el cilindro negro cayó repentinamente” son afirmaciones válidas y para verificar verdaderamente estas descripciones, lo que se debe de considerar no es su contenido sino lo que excluye, lo cual se evidencia en la afirmación que existe una toma de posición con respecto a las posibilidades que quedan incluidas. El término mazamorra indican ideas definidas, pero si se examina más de cerca nos damos cuenta que no tiene ni forma ni figura y que no se puede precisar ningún sentido definido. Las afirmaciones como “el cilindro tenía un „mecanismo para derribar‟ que actuaba con retardo controlado”, en lugar de limitarse a decir una afirmación simple como “se cayó”, ofrece una explicación más concreta en vez de una respuesta vaga. El tercer nivel de compresión se denomina démosle un nombre, las expresiones como “para Dios todo es posible” o “por magia” son las conclusiones por las que algunas personas llegaron. Dar un nombre “al mecanismo” significa un gran avance que constituye decididamente una explicación. Las condiciones de designar por su nombre a un mecanismo es la primera razón que nos mueve a intentar comprender algo y por ende entender la situación que antes nos resultaba desconocida. El funcionamiento se basa en saber la descripción general del modo en que se produce, en este caso la caída del cilindro. Afirmaciones como “pérdida del equilibrio debido a un leve desplazamiento del contenido” o “modificación del equilibrio debido a que algo subió dentro del tubo” son conclusiones que no dan detalles concretos sobre el proceso ya que es mucho más fácil definir la naturaleza de un mecanismo que mostrar con exactitud cómo funciona. A diferencia del quinto nivel de compresión denominado amplios detalles, que como su nombre lo indica, es el más pormenorizado de los niveles de compresión y que normalmente se suministra como guía un dibujo o un modelo. Estos niveles de compresión nos muestran que mientras más profundo sea la explicación mejor resultado se obtendrá. Esto tiene relación con el análisis científico que existen muchos datos y poca acción mientras que el pensamiento diario hay
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mucha acción y pocos datos. Si el pensamiento cotidiano se basara solamente en normas investigativas, no sería posible el actuar en forma práctica. En un mundo moderno y globalizado, en dónde la tecnología está a nuestra disposición, se ha creado el síndrome de “cajón negro”. Sabemos que presionando un botón en un electrodoméstico, un vehículo o una computadora, éste puede ser utilizado por nosotros, pero en realidad no sabemos qué es lo que contiene este objeto y solo nos limitamos a ponerle un uso. Los cajones negros nos permiten utilizar un efecto sin conocer detalladamente el modo en que se produce. Nos facilita movernos en la práctica a pesar de desconocerlo interiormente en su totalidad y solamente presionando el botón correcto aprovechamos el efecto que nos interesa. El pensamiento nos permite comprender acerca de nuestro alrededor y cómo podemos reaccionar de manera conveniente ante las diferentes situaciones, además de modificarlas hacia nuestro favor. La sensación de inseguridad siempre va a estar latente en las decisiones que se tomen, la recompensa por estar en lo cierto trae consigo la vergüenza que se asigna a estar equivocado. Nadie comete errores en forma deliberada, se los comete porque existe la sensación de estar en lo cierto, como es el caso de la certeza emocional en el pensamiento. En cuanto a la creatividad su objetivo es el de modificar o producir nuevas ideas. A veces no es suficiente con tener una sola idea y se desea cambiarla por una mejor, tal vez esta actitud puede provenir de una serie de razones como el sentido de la elegancia o lo estético, la educación o un hábito mental deliberado o simplemente de razones emocionales. La equivocación en la creatividad constituye muchas veces en una parte esencial, ya que la idea errónea puede ser un escalón más para conseguir una idea perfectamente válida. El adoptar posturas de que lo que se piensa siempre es cierto y absoluto y el imponer sus ideas hacia los demás, encierra al individuo mentalmente y no lo permite avanzar puesto que ataca directamente la tendencia natural de la mente a mejorar sus ideas. Pero si se cree que ninguno posee el pensamiento de que está en lo cierto, entonces se tendrá la predisposición de mejorar las ideas y tener presente las ideas de los demás.
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