James Burnham - Los maquiavelistas maquiavelistas MOSCA
1. La tradición maquiavelista El maquiavelismo se interesa en la política, esto es, la lucha por el poder. poder. Gaetano Mosca rechaza el criterio monista de la historia, que sostiene que el curso de la historia puede explicarse por las diferencias de clima o de raza o por los mtodos de la producci!n econ!mica. Mosca rechaza etas teorías porque no concuerdan con los hechos. Mosca sostiene lo que a "reves se llama teoría de la causalidad hist!rica #interdependiente#$ esto es, el criterio de que el cam"io hist!rico est% determinado por un &ran n'mero de factores sin que nin&uno de ellos pueda considerarse por sí solo decisivo, de que entre ellos se e(erce una acci!n reciproca ) que, por lo tanto, los cam"ios que so"revienen en un sector provocan otro cam"io en otros sectores.
2. La clase gobernante Mosca nota como hecho social "%sico ) universal la existencia de dos #clases políticas#, una clase &o"ernante *siempre una minoría+ ) la clase de los &o"ernados. La primera de las dos, siempre menos numerosa, n umerosa, desempea todas las funciones políticas, monopoliza el poder ) disfruta de los "enecios que se derivan de ese monopolio, en tanto que al se&undo, m%s numerosa, es diri&ida por la primera, de una manera que en ciertos casos es m%s o menos le&al, ) en otros m%s o menos ar"itraria ) violenta. La existencia de una clase &o"ernante constituida por un minoría es, ca"e destacarlo, una característica universal de toda las sociedades or&anizadas que conocemos. Mosca lle&a adem%s a la conclusi!n de que todo nos autoriza a suponer que este siempre ha sido ) si&ue siendo el caso ) que, asimismo, continuara sindolos. Mosca refuta dos errores mu) extendidos que, aunque opuestos el uno al otro, son con frecuencia, por razones difíciles de explicar, aceptados por una misma persona El primero que se maniesta en las discusiones so"re a tiranía ) la dictadura ) en las criticas que suelen hacerse a los tiranos contempor%neos, es el que consiste en creer que la sociedad puede ser &o"ernada por un solo individuo. ero, ero, o"serva Mosca, el hom"re que est% al frente del estado con
se&uridad no podría &o"ernar si no contar con el apo)o de una clase numerosa que o"li&ue a respetar ) cumplir sus !rdenes. El otro error, típico de la teoría democr%tica, es creer que las masas, es decir, la ma)oría pueden &o"ernarse a si mismas.
En la realidad el dominio de una minoría or&anizada ) que o"edece a un solo impulso so"re la ma)oría desor&anizada es inevita"le. El poder de la minoría or&anizada contra todo individuo de la ma)oría, que se encuentra solo ante ella, es irresisti"le. En las elecciones, lo mismo que en otras manifestaciones de la vida social, aquellos que tienen la voluntad ), so"re todo, los medios morales intelectuales ) materiales para imponer su voluntad a otros, se adelantan a los dem%s ) los &o"iernan. /entro de la clase &o"ernante es posi"le distin&uir dos estrato un &rupo mu ) pequeo de #diri&entes m%ximos# que se han reparti! entre ellos las posiciones m%s altas e importantes, ) un &rupo mucho m%s numeroso de &uras secundarias las cuales constitu)en al&o así como una #clase media# que vienen a ser directores activos de la vida de la comunidad día por día. 0sí como Mosca cree que el conductor individual supremo, comparado con la clase &o"ernante, no es importante para el destino de una clase &o"ernante, cuando menos con el correr del tiempo, tiene una importancia mas decisiva que la minaría &o"ernante que &ura en el lu&ar mas destacado. 1in los individuos perteneciente a ese estrato o clase nin&una forma de or&anizaci!n sería posi"le El trato m%s alto no "asta para diri&ir las actividades de las masas. or lo tanto, en 'ltima instancia, la esta"ilidad de cualquier or&anismo político depende de la capacidad moral e intelectual ) de la actividad de ese se&undo estrato. La historia política ) la ciencia política son en forma predominante la historia ) la ciencia de la clase &o"ernante ), asimismo, el estudio de su ori&en, de su desarrollo, de su composici!n, de su estructura ) de sus cam"ios. El si&nicado de las pala"ras #clase &o"ernante# parece oscilar entre un concepto estrecho de la #clase &o"ernante# ) el concepto m%s &eneral de una #elite social#, es decir la clase de todos aquellos que dentro de la sociedad se diferencian de las masas mediante la posesi!n de cierta clase de poderse o de privile&ios, muchos de los cuales pueden no &uardar relaci!n especica con el &o"ierno. El concepto &eneral de #elite# cuadra me(or con este si&nicado. La idea de la clase política se dilato ) se fundi! con la idea de elite social.
Mosca cree que la estraticaci!n de la sociedad en &o"ernantes ) &o"ernados es universal ) permanente ) que es una forma &eneral de la vida política.
3. Composición y carácter de la clase gobernante La lucha por la existencia ha sido confundida con la lucha por la preeminencia, la que es verdaderamente un fen!meno constante que se maniesta en todas las sociedades humanas. La competencia entre los individuos de toda la unidad social se lleva a ca"o para tratar de conse&uir una posici!n m%s alta, riqueza, autoridad o el control de los medios ) de los instrumentos que permiten a una persona diri&ir muchas actividades ) muchas voluntades humanas. El resultado de esa 2lucha por la preeminencia3 es la decisi!n de quienes ser%n, o continuaran siendo, miem"ros de la clase &o"ernante. 40 qu se de"e el xito en la lucha5 6omprue"a que, en todas las sociedades, es 'til la posesi!n de ciertas cualidades para entrar a formar parte de la clase &o"ernante, ) asimismo para permanecer en ella. El me(or medio para in&resar en la clase &o"ernante es el de ha"er nacido en ella. Lo mismo que Maquiavelo, Mosca a este respecto concede no poca importancia a la 2fortuna3. Esas cualidades, la capacidad d tra"a(o intenso, la am"ici!n *virtu en Maquiavelo+, cierta insensi"ilidad, la suerte en lo que respecta al nacimiento ) las circunstancias, son las condiciones que a)udan a formar parte de cu alquier clase &o"ernante en cualquier poca de la historia. Los miem"ros de una minoría &o"ernante por lo &eneral tienen al&'n atri"uto, real o aparente, mu) estimado e in7u)ente en la sociedad a la cual pertenecen. Los cam"ios en las condiciones &enerales de la vida &uardan relaci!n con los trascendentes cam"ios en la composici!n de la clase &o"ernante. Las diversas secciones de la clase &o"ernante expresan, representan, scalizan o diri&en lo que Mosca llama las fuerzas sociales, las cuales varían continuamente en n'mero e importancia. ara Mosca la fuerza social es cualquier actividad humana que tiene una in7uencia social ) política si&nicativa. 8na clase &o"ernante determinada &o"ierna a una sociedad determinada precisamente porque es capaz de mantener "a(o su dominio las principales fuerzas activas de esa sociedad.
En &eneral, el crecimiento de las nuevas fuerzas sociales ) la decadencia de las anti&uas tienen correlaci!n con el constante proceso de cam"io ) de dislocaci!n que se lleva a ca"o en la clase &o"ernante. 8na clase &o"ernante expresa el papel que desempea ) revela su posici!n mediante lo que Mosca llama una f!rmula política. Esta f!rmula explica ) (ustica su dominio así como la estructura de la sociedad que &o"ierna. La formula es indispensa"le para mantener unida toda la estru ctura social.
4. Tendencias de la clase gobernante Mosca hace notar que en todas las clases e &o"ernantes es posi"le distin&uir dos 2principios3. El principio 2autocr%tico3 puede distin&uirse del principio 2li"eral3. Esos dos principios re&ulan, en primer trmino, el mtodo mediante el cual se eli&en los funcionarios del &o"ierno ) diri&entes sociales. E n toda forma de or&anizaci!n política, la autoridad es o "ien trasmitida desde arri"a hacia a"a(o en la escala política o social *el principio autocr%tico+, o desde a"a(o hacia arri"a *el principio li"eral+. En la pr%ctica, cada principio tiene sus venta(as ) sus defectos típicos. La autocracia implica ante todo una (usticaci!n del poder que es simple, clara ) f%cilmente comprensi"le para todos. 6uando la autocracia funciona "ien, permite seleccionar a los &o"ernantes que han de desempear las tareas del estoado de entre los m%s h%"iles de todos los estratos de la sociedad. ero, en compensaci!n, la autocracia parece incapaz de permitir un li"re ) completo desarrollo de todas las actividades ) fuerzas sociales. El mtodo autocr%tico estimula la adulaci!n ) el servilismo por parte de los candidatos. 0 la inversa, el principio li"eral estimula, m%s de lo que lo hace el aristocr%tico, el desarrollo de las distintas potencialidades sociales. La distinci!n que hace Mosca entre las tendencias 2aristocr%ticas3 ) las democr%ticas3 es independiente del distin&o tam"in esta"lecido por el entre el principio autocr%tico ) el democr%tico. El trmino democr%tico parece m%s apropiado para la tendencia que trata de incorporar en la clase &o"ernante elementos derivados de las clases inferiores. Llamaríamos aristocracia a la tendencia opuesta, que trata de esta"ilizar el control social ) el poder político con%ndolos a los descendientes de la clase que se posesiono de ese poder en un momento hist!rico determinado.
5. l me!or y el peor gobierno
ara ser el me(or, un &o"ierno, en primer lu&ar, de"er% ser facti"le. Mosca no suea con un 2estado perfecto3 o con una 2(usticia a"soluta3. Las doctrinas políticas que prometen utopías ) (usticia a"soluta tienen, desde el punto de vista social, muchas m%s pro"a"ilidades de producir malos resultados que las doctrinas aparentemente menos fascinantes. 9a ha"ido, ha) ) ha"a siempre una (u sticia relativa en las sociedades "ien or&anizadas. En otras pala"ras, siempre ha"r% una suma de le)es ) costum"res varia"les se&'n las pocas ) los pue"los, esta"lecidas ) puestas en vi&or por la opini!n p'"lica ) de acuerdo con las cuales ser% re&ulado lo que hemos llamado la lucha por la preeminencia. El elemento dominante en el concepto de (usticia relativa de Mosca es la li"ertad, esta ele parece posi"le ) al mismo tiempo conveniente. :i(a límites precisos a la pala"ra li"ertad denindola en funci!n de lo que l llama defensa (urídica. 2El país m%s li"re es aquel en que los derechos de los &o"ernados sestan m%s prote&idos contra el capricho ) la tiranía de los &o"ernantes3. /e todos estos derechos, Mosca considera que el de la discusi!n p'"lica, el de la li"ertad de pala"ra, como solemos llamarlo, es el m%s importante ) la "ase mas solida de la defensa (urídica. 1e necesita una defensa (urídica rma para alcanzar ) m antener un 2nivel de civilizaci!n3 relativamente alto. Este nivel de civilizaci!n se mide, se&'n la denici!n de Mosca por el &rado de desarrollo de cierto n'mero de fuerzas sociales. En la vida social real, solo el poder puede e(erce control so"re el poder. La defensa (urídica solo puede estar se&ura cuando est%n en acci!n distintas tendencias ) fuerzas que se oponen ) restrin&en mutuamente. /esde un punto de vista, el equili"rio protector de"e esta"lecerse entre los principios autocr%ticos ) li"erales ) entre las tendencias aristocr%ticas ) democr%ticas. La li"ertad en el mundo real es, por lo tanto, el productor del con7icto ) de la diferencia, no de la unidad ) de la armonía. 2La preponderancia a"soluta de una sola fuerza política, el predominio de cualquier concepto excesivamente simplicado referente a la or&anizaci!n del estado ) la aplicaci!n estrictamente l!&ica de cualquier principio 'nico en la le) pu"lica son los elementos esenciales de toda forma de despotismo3. Lo me(or es en realidad el mal menor$ ) las naciones parlamentarias del si&lo ;<;, con todos sus defectos, eran comparativamente superiores a las que se conocieron hasta entonces.
/entro de las circunstancias especicas que impera"an en el si&lo ;<;, la civilizaci!n ) la defensa (urídica alcanzaron un nivel relativamente alto. 0 pesar de este (uicio favora"le, Mosca no lle&a a la conclusi!n de que esa forma de &o"ierno este destinada a perdurar. MICHELS
1. l problema de "ic#els El tema de Political Parties parece a primera vista estrecha ) pedestre. =odo el li"ro no es sino una an%lisis de la naturaleza de la or&anizaci!n con relaci!n a la democracia. La cuesti!n principal que Michels plantea ) contesta puede ser expresada como si&ue> 4en qu forma est% afectada la realizaci!n de la democracia por las tendencias inherentes a la or&anizaci!n social5 La or&anizaci!n en &rupos ) su"&rupos es u na característica universal de la vida humana. Las le)es &enerales o tendencias de la or&anizaci!n por lo tanto forman parte de las condiciones de la existencia. Esas le)es &enerales, o tendencias de la or&anizaci!n, es lo que Michels se propone descu"rir, en particular aquellas tendencias que se relacionan con la posi"ilidad de realizar la democracia. La sociedad actual, de"ido a las condiciones econ!micas ) sociales imperantes, dependen de muchos factores ) en consecuencia, no es posi"le implantar en ella una democracia ideal. ero se plantea la cuesti!n si&uiente> sa"er si, ) hasta qu punto, dentro del orden social contempor%neo ) entre los elementos que tratan de sustituir ese orden por otro, puede existir en &ermen ener&ías que tienden a aproximarse a la democracia ideal, a entornar una salida en esa direcci!n, o al menos a "re&ar por ella, por considerarla una soluci!n necesario. Entre esos elementos, el primer lu&ar, en la poca que Michels escri"ir%, sin duda lo ocupa"a los partidos socialistas marxistas ) las &randes uniones sindicalistas. 1i la democracia es al&o que pude convertirse en realidad, con toda raz!n de"emos esperar encontrarla en esas or&anizaciones. 1i, por el contario, descu"rimos que en esas or&anizaciones no ha) nada que se pueda llamar democracia, ni siquiera una tendencia hacia la democracia, sino oli&arquías ) tendencias poderosas hacia la oli&arquía, ello constituir% una prue"a decisiva del hecho de que la democracia, tal como se la conci"e te!ricamente, no es posi"le realizarla.
2. l #ec#o de la dirección
La teoría democr%tica se "asa so"re el principio de la 2autonomía3, se&'n el cual las personas que pertenecen a un &rupo social son capaces, o de"erían serlo, de &o"ernarse a sí mismas. Empero, en cuanto el &rupo crece en n'mero, es necesario, aun conservando su intenci!n democr%tica, introducir re&las ar"itrarias que no est%n totalmente de acuerdo con la teoría democr%tica. En se&undo lu&ar, dado que en los &rupos numerosos rara vez se dan opiniones un%nimes ) a la vez expresadas con entera li"ertad, es necesario aceptar la decisi!n de una ma)oría numrica como si esta fuera la decisi!n de todo el &rupo. Esos requisitos nos demuestran sucientemente que en la pr%ctica la democracia pura no puede realizarse. En el caso de los &randes &rupos, la democracia estricta o 2directa3 es imposi"le por razones mec%nicas ) tcnicas. En lo tocante a las decisiones de los &rupos, no existen medios tcnicos para determinar directamente la voluntad del &rupo respecto al pro"lema que se trata de resolver. 6uando una or&anizaci!n lle&a a tener un n'mero considera"le de miem"ros ) cuando sus nes tienen cierto alcance e importancia, el mane(o de los asuntos atinentes a la or&anizaci!n requiere una intensa actividad. 1e necesitan cualidades especiales para llevar aca"o ecazmente esas tareas, todas ellas exi&en preparaci!n, lo cual a su vez demanda tiempo. ?a se hace sentir el principio de la divisi!n del tra"a(o. La or&anizaci!n solo podr% se&uir existiendo mediante la divisi!n del tra"a(o ) la especializaci!n. @esumiendo> por todas estas causas resulta evidente que la direcci!n es una consecuencia de la or&anizaci!n. La direcci!n, que siempre esta constituida por una minoría ) en las &randes or&anizaciones por una minoría relativamente pquela, se diferencia de la masa de la or&anizaci!n. La or&anizaci!n solo puede mantenerse viva ) activa &racias a sus conductores. La teoría demo ratica de"e irremedia"lemente adaptarse el hecho de la direcci!n. Esto lo consi&ue mediante la teoría su"sidiaria de la 2representaci!n3. La teoría de la representaci!n es de una simplicada sospechosa. En verdad, la 2representaci!n3 no de(o de pertur"ar a los te!ricos "%sicos de la moderna democracia. En efecto, la so"eranía que de"iera ser el "ien exclusivo de las masas, no puede dele&arse. 0l tomar una decisi!n, nadie puede representar al so"erano, porque ser so"erano si&nica tomar sus propias decisiones. La 'nica
coas que el so"erano no pude dele&ar es su propia so"eranía$ ello implicaría una contradicci!n ) no si&nicaría otra cosa sino que la so"eranía ha cam"iado de manos. Juan Jaco"o @ousseau puede ser considerado como el fundador de este aspecto de la crítica de la democracia. La multitud que dele&a su s o"eranía, esto es que transere su so"eranía a unos pocos individuos, renuncia a sus funciones so"eranas. Los hechos )a citados indican no solamente el hecho de que en toda or&anizaci!n necesariamente se forma una direcci!n, sino tam"in este otro> que la direcci!n est% en situaci!n mu) favora"le para proceder independientemente de la masa, ) hasta contra la voluntad de la ma)oría de sus miem"ros. M%s importante que el derecho a desempear car&os es la necesidad psicol!&ica de una direcci!n que sienten las masas. Las masas, ) aun las masas or&anizadas de los partidos o"reristas, sienten el anhelo de que al&uien las diri(a. Este anhelo esta acompaado por un culto &enuino de los lideres, que son considerados como hroes. uede aadirse que esta necesidad de una direcci!n hace que los (efes de esa clase de or&anizaciones que son los &randes partidos políticos, o el Estado, siempre estn sumamente activos. Las masas tiene un profundo sentimiento de &ratitud política hacia aquello que, aparentemente, ha"lan ) escri"en a favor de ellas, ) que en determinada ocasiones son o han sido perse&uidos o desterrados en aras de sus ideales. Existen ciertas cualidades, al&unas innatas, ) al&unas adquiridas en la educaci!n, pero nin&una de ellas mu) difundida o uniformemente distri"uida, que concurren a formar un diri&ente, ) como tales son aceptadas por las masas. El talento oratorio ) el presti&io de la cele"ridad son las mas importantes. 6ando se trata de &randes or&anizaciones que desempean actividades importantes, la masa )a considerada como un cuerpo o teniendo en cuenta la ma)oría de los individuos que la componen, no es componente para desarrollar actividades políticas. 6on respecto a los tra"a(os inherentes al a or&anizaci!n, los diri&entes poseen una autentica superioridad so"re la masa, ) de ellos e dan cuenta ca"al. En resumen, los diri&entes, no cada uno de ellos sino la direcci!n en &eneral considerada como un &rupo esta"le ) permanente, son indispensa"les para toda or&anizaci!n importante, ) su condici!n de indispensa"les es la palanca m%s fuerte para consolidar su posici!n, que les permite diri&ir los destinos de las masas ) no ser diri&idos por ellas, con lo que, como es natural, la
democracia sucum"e. El poder de la direcci!n, or&anizada como un su"&rupo independiente de la masa de los socios, es una consecuencia necesaria del hecho de que la direcci!n es indispensa"le.
3. La autocracia de la dirección 6ausas de orden cultural ) psicol!&ico se com"inan, por lo tanto, con las condiciones tcnicas de la or&anizaci!n para provocar una divisi!n entre los diri&entes, por una parte, ) el con(unto de los miem"ros de la or&anizaci!n por la otra. La direcci!n se consolida en la forma de un &rupo relativamente independiente de la masa. Los diri&entes, que se&'n la teoría democr%tica son simples representantes, e(ercen un control efectivo so"re las nanzas de la or&anizaci!n. 0 medida que la or&anizaci!n se desarrolla ) lle&a a ser poderosa, la pa&a que los diri&entes reci"en de lo or&anizaci!n su"e r%pidamente, ) so"repasa en mucho a la que reci"en los dem%s miem"ros de sus respectivos patrones. Este privile&io nanciero pone de relieve el dominio de los diri&entes so"re la or&anizaci!n. Los diri&entes poseen adem%s otro instrumento de control, resultante del hecho de que administran, en parte o del todo, el mecanismo disciplinario de la or&anizaci!n. En el estado, este instrumento permite a los diri&entes dar !rdenes a la policía, a los carceleros ) a las fuerzas armadas. La ar&umentaci!n ha demostrado que en las or&anizaciones esta"lecidas, fuere cual fuere su ma&nitud, inclu)endo al estado considerado como un or&anizaci!n social, el &o"ierno no se lleva a ca"o por el pue"lo, es decir que la m%s de sus miem"ros no tienen "a(os u control al pue"lo. Los intereses de los miem"ros considerados en con(unto ) los de los de la ma)oría considerados individualmente, est%n me(or defendidos cuando la direcci!n se hace car&o de ellos. Esta conclusi!n es la que sostienen los que deenden la democracia, pero al mismo tiempo est%n dispuestos a reconocer que en circunstancias normales la direcci!n siempre est% a car&o de diri&entes, ) tratan por lo tanto de conciliar esta parado(a con la teoría democr%tica. =odos los hechos inherentes a la or&anizaci!n que hemos descrito se unen para demostrar que donde aparece un con7icto denido entre los diri&entes ) la masa, las pro"a"ilidades est%n casi exclusivamente a favor de los diri&entes. La direcci!n existente solo puede ser derrocada mediante la intervenci!n de dos circunstancias ) a veces la direcci!n lo&ra mantenerse a un a pesar de ellos.
En primer lu&ar, si se produce una divisi!n entre los diri&entes, una secci!n o am"as se ven en la necesidad de pedir a)uda a la masa de los miem"ros, ) es capaz de or&anizar la fuerza de estos. La direcci!n de la oposici!n al&unas veces lo&ra eliminar ala anti&ua direcci!n. 1e&undo, pueden sur&ir de las masas nuevos diri&entes ), al parecer, sur&en 2espont%neamente3. 1i la direcci!n existente no es capaz de derrotar o se muestra remisa a similar a esos diri&entes de afuera, entonces quiz% ser% derrocada. La oposici!n, mientras si&ue siendo oposici!n, ) sean cuales fue ren sus teorías, seta o"li&ada, hasta cierto punto, a apo)arse en una "ase democr%tica ) a defender practicas democr%ticas. La oposici!n es el freno m%s se&uro, ) el 'nico, para las tendencias autocr%ticas de los diri&entes.
4. La ley de #ierro de la oligarqu$a Las tendencias autocr%ticas de la or&anizaci!n no han pasado inadvertidas para aquellos proponentes de la democracia que han sido a la vez perspicaces ) sinceros. 0l recocerlas, propusieron una serie de medidas con o"(eto de frustrar esas tendencias ) prote&er la democracia. Michels examina los resultados o"tenidos mediante la aplicaci!n de las principales medidas en cuesti!n, a sa"er> el ple"iscito, la 2renunciaci!n3, el sindicalismo ) el anarquismo. El procedimiento del ple"iscito sirve para someter las decisiones de orden político a todos los miem"ros del &rupo ), por lo tanto, para operar de acuerdo con el principio estrictamente democr%tico. En la pr%ctica, descu"rimos que este procedimiento no da resultados. Generalmente solo un porcenta(e reducido de los miem"ros participa en el ple"iscito. or 2renunciaci!n3, Michels se reere a un procedimiento aconse(ado con frecuencia las or&anizaciones de la clase tra"a(adora ) al&unas veces a puesto en vi&or por ellas. /educiendo que los h%"itos antidemocr%ticos de los diri&entes se derivan del hecho que poseen mas privile&ios materiales que los dem%s miem"ros de la or&anizaci!n, se sostiene que esas tendencias desaparecer%n si los privile&ios lle&an a ser inaccesi"les. Empero, el procedimiento de renunciaci!n falla en la pr%ctica. En primer lu&ar, los diri&entes (am%s renuncian a sus privile&ios. 0un donde lo h acen, la renunciaci!n o produce autnticos dem!cratas sino fan%ticos a menudo mas tir%nicos que aquellos diri&entes a veces un tanto atemperados por esos mismo privile&ios. =ercero, la política 2sindicalista3 trata de defender la democracia. Les dice a sus tra"a(adores que se aparten de la política ) consa&ren sus esfuerzos ) capacidades a sus propias or&anizaciones, los sindicatos ) las sociedades cooperativas de tra"a(adores. =anto los sindicatos como las cooperativas no
est%n li"res de las tendencias autocr%ticas de otras or&anizaciones$ hasta podría decirse que es allí donde esas tendencias se ori&inan. :inalmente, de"emos considerar el anarquismo. /esde que toda or&anizaci!n lleva la autocracia, entonces, para que pueda lo&rarse la democracia no de"er% existir nin&una clase de or&anizaci!n, )a sea estado, partido o uni!n. Este punto de vista, esta totalmente divorciado de la realidad de la sociedad humana, que necesariamente inclu)e a las or&anizaciones. El anarquismo por lo tanto nunca podr% ser otra cosa que una forma de fe, una fe totalmente irreal por aadidura, pero nunca un movimiento político serio. Las tendencias autocr%ticas no son ar"itrarias, accidentales o temporales, sino inherentes a la naturaleza de la or&anizaci!n. Michels resume la conclusi!n &eneral de todo su estudio en lo que l llama la le) de hierro de la oli&arquía, le) que, so"re la "ase de las prue"as que tenemos a nuestra disposici!n, parece re&ir en todos los movimientos sociales ) en todas las formas de sociedad. La le) muestra que el ideal democr%tico de la autonomía es imposi"le. La or&anizaci!n su"sistir% ) mediante la or&anizaci!n se perpetuara la autoridad oli&%rquica. La sociedad no puede existir sin una clase 2dominante3 s 2política3 ) que la clase &o"ernante, empero, constitu)e el 'nico factor de ecacia sucientemente dura"le en la historia de la evoluci!n humana. /e acuerdo con este criterio, el &o"ierno, o si se preere decir, el estado, no puede ser otra cosa que la or&anizaci!n de una minoría. El prop!sito de usa minoría es imponer al resto de la sociedad un 2orden le&al3, que es el resultado de las exi&encias de dominio ) de la explotaci!n de las multitudes de ilotas impuesta por la minoría &o"ernante, que nunca puede representar verdaderamente a la ma)oría. La ma)oría por lo tanto es permanentemente incapaz de &o"ernarse a sí misma. 0 pesar de reconocer la le) de hierro de la oli&arquía Miches d nin&una manera lle&a a la conclusi!n que de"emos a"andonar la lucha por la democracia o, ha"lando con m%s exactitud, la lucha por reducir al mínimo las tendencias autocr%ticas que fatalmente su"sistir%n. La cuesti!n no consiste en sa"er si la democracia ideal puede realizarse, sino mas "ien hasta que punto ) en qu &rado, en un momento dado, es la democracia conveniente, posi"le ) realiza"les. La oli&arquía siempre su"sistir%, pero es posi"le limitarla ) restrin&irla. 6omo forma de vida de"emos ele&ir la democracia como el mal menor. PARETO
1. Conducta lógica y conducta no lógica
1olo intenta descri"ir lo que es la sociedad ) descu"rir al&unas de las le)es &enerales a(ust%ndose a las cuales lleva a ca"o la sociedad sus operaciones. /e"emos perci"ir claramente el distin&o que esta"lece ent re la 2conducta l!&ica3 ) la 2conducta no l!&ica3. La conducta de un hom"re *es decir, la actuaci!n humana+ es 2l!&ica3 en estas circunstancias> cuando su acci!n es motivada por un prop!sito o n deli"eradamente determinado, cuando ese o"(etivo puede alcanzarse, cuando los pasos que da o las medidas que toma son apropiadas para alcanzar ese n. M%s si lle&an a faltar una o m%s de las condiciones requeridas para que la conducta sea l!&ica, entonces las acciones son no l!&icas. =odos sa"en que en parte la conducta humana es no l!&ica. areto no solo muestra que la conducta no l!&ica es la que predomina$ su armaci!n mas importantes es la si&uiente> la conducta que in 7u)e en la estructura social ) política, lo que l llama el 2equili"rio social3, depende, so"re todo, de lo no l!&ico. Los ta"'s, la ma&ia, la superstici!n los mitos, los dioses ) los ver"alismos vacuos de todas las culturas ) de todos los periodos de la historia expresan los impulsos no l!&icos del hom"re. Las formas cam"ian pero los fundamentos su"sisten. 8n o"st%culo para el conocimiento aun ma)or se deriva de este hecho> que de"ido a la acci!n de un poderoso impulso no l!&ico siempre tratamos de que las acciones humanas ) las nuestras propias parezcan l!&icas. Aunca somos capaces de aceptar las acciones no l!&icas tales como son ), por lo tanto, tratamos de explicarlas racionalmente. "ien se rechazan los principios de la conducta no l!&ica porque se da por sentado que carecen de importancia, considerando que no son sino pre(uicios, a"surdidades, excepciones o artimaas empleadas por los (efes o los sacerdotes para en&aas ) &o"ernar a sus &rupos respectivos. Este tendencia de reducir lo no l!&ico a lo l!&ico nos lleva al an%lisis m%s &eneral que hace areto de los 2residuos ) de las 2derivaciones3.
2. %esiduos y derivaciones La pala"ra es quiz% el ras&o m%s distintivo de los seres humanos. areto circunscri"e su examen a aquellas acciones no l!&icas que inclu)en o est%n asociadas con las pala"ras. Los pro"lemas peculiares ) en&aosos aparecen relacionados con la conducta ver"al que al mismo tempo es no l!&ica.
En dicha conducta pueden descu"rirse dos fases completamente distintas. Existe, nos dice, un pequeo n'mero de factores relativamente constantes *o n'cleos+ que cam"ian poco o nada en el tr%nsito de una cultura a otra. Llama 2residuos3 a esos factores constantes. Junto con estos existen otros factores de car%cter varia"le que cam"ian r%pidamente ) son diferentes en pocas ) en naciones distintas. 0 estos factores varia"les los llama 2derivaciones3. Empero en todas las variantes existe un n' cleo com'n, el sentimiento de que por medio de una manio"ra u otra ser% posi"le e(ercer un control so"re el tiempo. Este n'cleo, com'n a toda esta dilatada %rea de acciones, es el 2residuo3$ en este caso, lo que areto llama el @esiduo de las com"inaciones. 0dem%s encontramos en todas las pocas una &ran variedad de actividades, acompaadas por su expresi!n ver"al, relacionadas con el impulso sexual. Este n'cleo cam"ia de estilo ) de moda, pero siempre aparece en la&una expresi!n nuca cuando al anti&ua desaparece o es suprimida. Este n'cleo sexual com'n es tam"in, por lo tanto, un residuo. m%s aun> compro"amos que en todas partes ) en todas las pocas los hom"res creen en la realidad o"(etiva ) en la persistencia de entidades tales como los dioses, los espíritus. 1iempre encontraremos expresada de al&'n modo esta creencia com'n en la realidad de esas entidades, de manera que aquí tam"in nos encontramos con un residuo, el residuo de la 2persistencia de las a"stracciones3. or lo tanto, el trmino 2residuo3 solo si&nica el elemento esta"le ) com'n que podemos descu"rir en las acciones sociales, el n'cleo que su"siste cuando se despo(a a las acciones de sus elementos varia"les. Es de suponer que los residuos corresponden a impulsos o instintos denidos o como areto lo llama con mas frecuencia, a un sentimiento3. 1e&'n areto, el an%lisis puede demostrar que ha) muchos residuos que operan en la acci!n social or conveniencia los divide en seis cases principales> C. Clase 1: Instituto para las combinaciones. 9a) una tendencia que lleva a los hom"res a com"inar o manipular varios elementos tomados ar"itrariamente de la experiencia. 1E esta"lecen conexiones posi"les entre ciertos sucesos, formulas, ple&arias o pala"ras, ) entre la "uena o la mala suerte, la felicidad o la tristeza o el terror. D. Clase 2: Persistencia de grupo. 6uando se ha formado una com"inaci!n entran en (ue&o fuerzas que permitan sostener ) hacer que perdura esa com"inaci!n. Esas son, podría decirse, fuerzas 2conservadoras3 que act'an entre los animales así como entre los seres humanos ) a las cuales al&unas veces se denomina 2inercia social3. . Clase 3: Necesidad de expresar los sentimientos mediante actos externos – residuos de autoexpresión y de actividad. La ma)oría de los
seres humanos sienten contantemente la necesidad de 2hacer al&o3 independientemente de que se sal&o pueda realizar o no un prop!sito deseado. F. Clase : !esiduos relacionados con la sociabilidad . En la clase F areto re'ne los factores que expresan la necesidad sentida por el individuo de conse&uir la conformidad del &rupo ) el esfuerzo para imponer esa conformidad a los dem%s. . Clase ": Integridad del individuo y de sus pertenencias . Gracias a estos sentimientos hom"res conservan su inte&ridad personal, ) se mantienen a si mismos ) las condiciones de su existencia, (unto con lo que identican con ellos mismos ) esas condiciones de existencia. H. Clase #: $l residuo sexual. El impuso sexual puramente "iol!&ico no es, ha"lando con exactitud, un residuo. El residuo sexual solo act'a allí donde su expresi!n, cuando menos en parte, es ver"al. Estas seis clases pues, u otras del mismo &nero, son los n'cleos principales ) relativamente esta"les de la conducto no l!&ica, la conducta que constitu)e la parte m%s &rande de la acci!n humana ) en particular de aquellas acciones que afectan el curso del &o"ierno ) de la hist!rica. Junto con esos residuos m%s o menos constantes, que operan en todas las pocas ) en todas las culturas, se encuentran los elementos varia"les, las manifestaciones de los residuos, las formas exteriores, que areto llama derivaciones. Los residuos con manifestaciones de los sentimientos. Las derivaciones comprenden razonamientos l!&icos, razonamientos falsos ) manifestaciones de sentimientos empleados con nes de derivaci!n> son manifestaciones del deseo de pensar que siente el ser humano. 1on divididos por areto en cuatro clases principales> C. Clase 1: %a aserción. 6on frecuencia, toman forma de m%ximas ) de aforismos. D. Clase 2: &utoridad. Esa &ran variedad de derivaciones refuerza sus pretensiones apelando a al&una autoridad. . Clase 3: &cuerdos con el sentimiento o con los principios. 6on la a)uda de los residuos de la clase D los hom"res convierten los sentimientos en a"stracciones, en realidades persistentes ) en principios eternos. F. Clase : Pruebas verbales. 1on estas las familiares derivaciones que dependen de confusiones ) falacias ver"ales, de trminos am"i&uos, de la intrusi!n de expresiones emotivas en lu&ar de la denici!n de los hechos, de las met%foras ) ale&orías que se toman como prue"as, todas las cuales han sido recientemente discutidas por los escritores que escri"en so"re 2sem%ntica3.
areto cree que las derivaciones tienen poco efecto en la determinaci!n de los cam"ios sociales. El factor perdura"le, si&nicativo e in7u)ente son los residuos. Las derivaciones, su importancia no radica tanto en sí mismas sino en que son la expresi!n de los residuos. En el me(or de los casos las derivaciones fortalecen los residuos )a existentes. or lo dem%s, las derivaciones solo operan indirectamente. La in7uencia aparente de la derivaci!n es, en realidad, la in7uencia de los residuos que expresa. . 8tilidad social Las disputas respecto a la me(or forma de &o"ierno ) sociedad pueden ser interpretadas en funci!n de la noci!n de la 2utilidad social3, es decir, si las manifestaciones contri"uir%n al "ienestar o la utilidad de la comunidad. @especto a la idea de la utilidad social, areto hace ciertas distinciones que a)udan a aclarar lo que si&nica esta clase de pro"lema. ara comenzar, podr% o"servarse en se&uid que una comunidad no es hetero&nea. or lo tanto, es de esperar, ) así ocurre &eneralmente, que una propuesta determinada ha de ser 'til para al&unos su"&rupos de la comunidad ) per(udicial para otros. ero ni siquiera un an%lisis "ien hecho considerando los su"&rupos ) las clases aclara sucientemente el si&nicado de la utilidad. /e"emos, empleando el len&ua(e de arteo, esta"lecer un distin&o entre la utilidad 2de una comunidad3 ) la utilidad 2para una comunidad3. or utilidad de una comunidad areto entiendo lo que podría llamarse el calor de supervivencia de la comunidad, su fuerza ) poder de resistencia contra otras comunidades. 6on la utilidad para una comunidad areto quiere si&nicar su "ienestar interno, la felicidad ) la satisfacci!n de sus miem"ros. La primera de esas clases de utilidad puede ser estudiada o"(etivamente. La se&unda utilidad, empero, es puramente su "(etiva o relativa. 6a"e entonces pre&untarse, 4Iu es me(or> una vida hist!rica m%s corta para la comunidad, pero con m%s satisfacciones, o una vida mu) lar&a con menos satisfacciones5 La respuesta, huel&a decirlo, nunca es el resultado de una decisi!n deli"erada en que imperan los ar&umentos l!&icos. ? tam"in es mu) posi"le que esta cuesti!n no pueda ser contestada o"(etivamente. 6onsideremos ahora otra cuesti!n fundamental planteada por el pro"lema de la utilidad social. 6omo es en &eneral, a os hom"res no les "asta que la conformidad reine entre ellos. Aecesitan una teoría que explique porque el individuo de"e conformarse, es decir, de"e intervenir una derivaci!n.
0l&unas veces el individuo lo&ra ase&urar me(or su felicidad aceptando las normas del &rupo, ) otras veces pasando por alto o violando esas normas. =odo depende del individuo en cuesti!n ) de las circunstancias. 0l&unas veces la verdad a)uda a la sociedad. ero a menudo un &ran conocimiento de la verdad puede de"ilitar o destruir los sentimientos, los h%"itos ) las actitudes de las cuales puede depender la inte&ridad de la vida social, so"re todo en tiempos de crisis. Las creencias falsas producen a veces malos resultados$ pero a menudo tam"in "enecian a la comunidad. 6iertas derivaciones o mitos en ciertas circunstancias son socialmente 'tiles, ) en otras per(udiciales$ cuando las circunstancias cam"ian tam"in pueden cam"iar los efectos de los mitos. F. La circulaci!n de las elites 6uando emplea la expresi!n 2equili"rio social3, areto quiere si&nicar el estado &eneral ) la estructura social, en un momento dado, considerada desde un punto de vista din%mico. arteo cree que las principales fuerzas que determinan el equili"rio social son> el am"iente físico, los residuos que e(ercen &ran in7uencia, los factores econ!micos, las derivaciones *que tienen poca in7uencia+ ) las funciones de lo que areto llama la 2circulaci!n de las elites3. La elite siempre es una pequea minoría. /entro de la elite podremos lue&o distin&uir una elite &o"ernante de una elite no &o"ernante. 1ostiene areto que el car%cter de una sociedad es ante todo el car%cter de su lite, lo que lleva a ca"io esa sociedad es lo que su elite puede llevar a ca"o, etc. Las conclusiones que areto saca a este respecto coinciden con los an%lisis que hace Mosca del concepto m%s limitado pero similar de la clase &o"ernante. La elite de una sociedad nunca es est%tica. 1u estructura, su composici!n ) la manera en que se relaciona con el resto de la sociedad cam"ian constantemente. Lo que in7u)e so"re el desarrollo social no es el simple desplazamiento de los individuos sino en cam"io en los tipos de individuos ) en las relaciones de los diferentes tipos de entre si ) con el resto de la sociedad. 1iempre ha) o"st%culos o tra"as que o"staculizan la li"re circulaci!n de los individuos hacia arri"a o hacia a"a(o en la escala social. El mas notorio ) universal de los o"st%culos para lo&rar la li"re circulaci!n de las elites lo constitu)e el principio aristocr%tico. Los hi(os de los miem"ros del a elite reci"en toda clase de a)uda para ocupar una posici!n en la elite sin tener en cuenta sus capacidades, e impidiendo, por lo tanto, que otros individuos m%s capacitados de la 2no elite3 ocupen eso puestos. 1i este principio se acent'a, si la elite se convierte en un círculo cerrado o al&o por el estilo, nada podr% impedir que de&enere.
1e desprende de esta consideraci!n que una circulaci!n relativamente li"re de las elites, tanto hacia arri"a como hacia de"a(o de la escala social, es uno de los requisitos indispensa"les para conservar fuerte ) sana la sociedad. Los residuos que al circular e(ercen una &ran in7uencia en el equili"rio social son los que pertenecen a la clase < ) a la clase <. En verdad, al comentar la circulaci!n de las elites, areto dilata la denici!n de esas dos clases, de modo que todo el pro"lema pueda ser resumido &rosso modo en funci!n de las mismas. Los individuos caracterizados por los residuos de la clase < *6om"inaciones+ son los zorros de Maquiavelo, viven recurriendo a su in&enio. Los individuos caracterizados por los residuos de la clase << *persistencia de &rupos+ son los leones de Maquiavelo, son capaces ) est%n dispuestos a emplear la fuerza. Mientras la elite &o"ernante quiere ) puede destruir o asimilar a esos individuos no tiene por qu temer la revoluci!n interna. 1i la revoluci!n tiene lu&ar, solo encontramos una nueva elite en el mando. Empero, el cam"io es posi"le que "enecie a toda la comunidad ), en particular, a las masas. Estas, que siempre son &o"ernadas ) nunca &o"iernan, pueden sin em"ar&o resultar &anando en el cam"io. La teoría de areto de la circulaci!n de las elites es una teoría del cam"io social. /el a revoluci!n, del desarrollo social ) de la de&eneraci!n.