Psicología social del conocimiento y las emociones. Profesor: Eduardo Crespo CURSO: 2013.2014
Universidad Complutense de Madrid Alumna: Diana J. Mateos Cheng Grado Sociología
ENSAYO I. PSICOSOCIOLOGÍA DE DE LAS EMOCIONES Para la elaboración de este ensayo, se ha procurado establecer, en función de un tema central: la música, qué relación posee con las emociones, y el papel de la psicología social para el estudio de esta relación. Partiendo de la idea de aportar una visión sociológica en el análisis de esta relación, se ha procurado ver la importancia de la música en lo cotidiano y en el papel que tiene como evocadora evocadora de emociones, emociones, así como el papel que las emociones tienen en la interpretación y creación musical. Delimitar las emociones ha sido objeto para la psicología social (entre otras disciplinas) y se han generado controversias debido a la multitud de respuestas fisiológicas que se asocian a una emoción y debido a la diferencia subjetiva en la expresión sobre las diferentes emociones. En este ensayo, se partirá de la base de que “las emociones y sentimientos humanos son una construcción social y resultado de las relaciones relaciones sociales” (Torregrosa, 1982). 1982 ). Con ello, se quiere reflejar cómo los estímulos no solo generan una reacción en el organismo, sino que la asociación (no por imitación) de esa respuesta a un contexto determinado, y la reproducción de la misma en diversos ámbitos diferentes, dota de simbolismo a esa respuesta, mediante procesos de carácter más cognoscitivo. Los psicólogos sociales han esbozado unos modelos para el análisis y la delimitación de las emociones. Pueden ser dimensionales (estableciendo una serie de polos opuestos) o discretos (estableciendo unas categorías, y definiendo una serie de emociones concretas y discernibles unas de otras). En este segundo tipo de modelo, encontramos, por ejemplo a Plutchick (que establece ocho emociones básicas) y a Ekman (que establece quince emociones básicas).
1
Todas estas emociones surgen en un determinado contexto socio-cultural, en el que las normas determinan que, por ejemplo, las emociones que deben manifestarse tienen que ser “alegría”, “tristeza” o “asco” (entre otras). ¿Qué ocurre con las emociones que provoca la música? Scherer y Zentner manifiestan la necesidad de crear un vocabulario emocional específico para la música. Un ejemplo de la importancia de ésta se puede observar en el uso de la misma en el cine, y en otros contextos como supermercados y centros comerciales, melodías de espera en llamadas telefónicas, la televisión, y actualmente más selectivamente en cada hogar y cada bolsillo en un “smartphone” o un mp3. Los encargados de las secuencias musicales en el cine, saben qué códigos utilizar para evocar “ternura”, “asombro”, “tranquilidad”, “alegría”, “poder”, “sensualidad”, “trascendencia”, “malestar” o “tristeza” . Por supuesto, en el caso de la música, como en cualquier acto comunicativo, (y siguiendo
el
esquema
de
Jakobson),
podemos
establecer
los
componentes
fundamentales que intervienen en las emociones que se producen al escuchar música. En el siguiente esquema de elaboración propia, a partir del texto de “La Experiencia Emocional Asociada a la Música” (Schweiger, Romero, & Larráyoz, 2010) se quiere reflejar cómo tanto el intérprete como el oyente, poseen unos códigos asociados a unas emociones que dependerán del contexto sociocultural. Durante la interpretación las experiencias emocionales son individuales pero siempre responden a unas normas culturales y entran en constante diálogo con éstas.
2
¿Cuál es el papel de la música en la manifestación de estas emociones? Para responder esta pregunta, se ha lanzado la siguiente cuestión a raíz de la planteada en la asignatura, en la que se pretende averiguar el papel de la música en la gestión de las emociones ante una situación, o de la gestión de una situación en función de las emociones: Podrías describir una situación en la que la música ha servido para modificar "el ambiente" (véase las emociones y sentimientos de los demás y que modificara por tanto la acción de los mismos) en tanto en cuanto tú has sido el “productor de la música”; o bien, describir una situación en la que la música, producida por otros, ha modificado (o ayudado a modificar) tus sentimientos/emociones. ¿Qué significó en ese momento la música para ti? De esta pregunta, respondieron lo siguiente (la negrita y el subrayado son míos): “Diría que la música alegra el cuerpo y el ambiente. Intensifica las emociones tanto en la alegría como en la tristeza . Cuando estuve en las fallas, por ejemplo, me parecía encantador ver a la gente bailando música ecuatoriana, y daba igual el origen y si sabías bailar o no. Simplemente la disfrutabas” (Mujer, 21 años. Estudiante). 3
Esta estudiante refleja cómo el contexto social (y sus conocimientos sobre un tipo de música determinado), evoca en ella una emoción de alegría y disfrute, cuando su ambiente se alegra y disfruta con ese mismo tipo de música, dándose así un sentimiento de empatía y refuerzo para la propia emoción de alegría. Otra entrevistada contestó: “Este invierno me operaron de la pierna, nada grave pero si doloroso. Tenia que intentar tomar la menor cantidad de medicamentos posible sin sufrir dolor claro está, y creo que mi mp4 y mis cascos fue una ayuda crucial para los dos primeros días. Est á claro que la música te relaja, te calma y te hace sentirte mejor. Pero también está claro que alguna sustancia libera en el cerebro para ser capaz de evadirte del dolor o malestar. Básicamente me proporcionaba felicidad y ese pequeño gusanillo... Estilo mariposas en el estómago. Era música celta o con mucha melodía y de temas alegres. Me gusta toda la música muy instrumentada, también escuché piezas clásicas. He estudiado música y siempre disfruto más de lo que es un pelín más complejo o tiene más instrumentos. La música celta suele repetirse bastante y eso causa tranquilidad al cerebro en esas ocasiones” (Mujer, 20años. Estudiante). Esta estudiante aporta un análisis de sus propias experiencias en las que la música – a su juicio- tiene un papel en las reacciones ante la música que realiza su cuerpo. Proporciona explicaciones de carácter más psicofisiológica. Hay sensaciones que no logra definir con exactitud, asociándolas a la felicidad, aunque diferenciándolas de ésta y que logra explicar mediante metáforas con un claro carácter simbólico-social como es “ pequeño gusanillo” y “mariposas en el estómago”. Es capaz de asociar un tipo de música (la clasificada como celta) a una emoción: alegría, contraponiéndose así al estado de ánimo que le producía el dolor. “De la primera posibilidad, me ha pasado que tocando en un concierto una de mis mejores amigas, dijo que cuando me escuchó tocar por primera vez, el sonido la envolvía, y que por un momento el tiempo se paró y que ella solo sentía la música y el resto de cosas que pasaban alrededor no la afectaban, es decir como si por un momento se olvidara de los problemas. Y la segunda posibilidad me paso a mí, escuchando a Mischa Maisky (famoso cellista e ídolo mío) en Valladolid, desde la primera nota que tocó hasta la última, se respiraba un ambiente diferente, y la gente
4
cuando acabó la pieza, se quedo callada y tardaron en aplaudir, supongo que, porque al igual que yo, estaban sumergidos en la música, y en el momento del aplauso se me pusieron los pelos de punta, y fue como que pude respirar de nuevo... También, en general, cuando escucho a este músico, me sucede que me abstraigo y mi cuerpo se pone como en tensión ”. (Varón, 21 años. Estudiante). Es cierto que las experiencias emocionales que describe, al menos en la segunda pregunta, son experiencias intra-individuales aunque en una relación constante con lo intra-cultural. Define su acción sobre lo que debería hacerse (aplaudir en un momento dado) y justifica la acción de los demás (el no aplaudir) en función de sus emociones, y el resultado final (cuando el resto del público comienza a aplaudir) como intensificador de las emociones que sentía. Hace un gran uso de metáforas, que, como ya se ha señalado, son un claro ejemplo del uso de los símbolos en el lenguaje, símbolos como construcción social resultado de una serie de relaciones. “La primera situación que se me ha venido a mí a la cabeza es una situación sexual, porque más de un grupo/album/canción puede llegar a excitarme en ese sentido jaja y desde luego más de una vez he notado la diferencia de un día estar pues sin más, sin demasiadas ganas, ponerme un disco y... bueno, eso, a saco jajaja Luego también se me ocurre otra situación, que es la de estar tr iste/depri mida o lo que sea y, curiosamente, y creo que esto le pasa a mucha gente, tener la necesidad de escuchar música triste, acorde con el estado de ánimo. No siempre me pasa, pero sí me ha pasado muchas veces. Y en el segundo... Me ha pasado más bien al revés, estar tr iste
o apática y que venga alguien de muy buen r ollo a poner una música que a mí me resulte motivante o que relacione con determinada situación feliz o de fiesta y
animarme un montón. La música triste estando triste sólo me la pongo yo, vaya jaja”. (Mujer, 23 años. Estudiante) Esta estudiante de 23 años, comenta una situación en la que la música le evoca una emoción de “sensualidad” lo que hace que aumente su apetito sexual , modificando con ello su estado anímico y sus relaciones con su pareja. Comenta además la situación de estar triste o apática y que, mediante la música, cambiar su estado anímico a uno más
5
activo. Resulta curiosa la diferencia que hace entre la música que reproducen los demás (cuando ella está triste) y la que reproduce ella en la misma situación. El último de los entrevistados es otro estudiante de 22 años que relata lo siguiente: “Voy a contar la crónica de un concierto a principios de 2013 donde yo tocaba con mi grupo, en las fiestas de nuestro barrio. El público, como es lógico, estaba mayoritariamente compuesto por amigos. El ambiente era muy festivo y, debido a que fuimos los últimos en tocar, la gente estaba bastante bebida. Creo que el alcohol, al igual que muchas otras drogas, modifican las percepciones (visuales, auditivas,...), y esto tuvo mucho que ver cuando al final del concierto un amigo se había roto un diente y otro estaba amoratadísimo porque la valla de seguridad cedió y se le cayeron encima varias personas, aparte de otros incidentes menos serios que seguramente tuvieran lugar, aunque no llamaron mi atención. Sin embargo, claro está que los incidentes ocurrieron mientras estábamos tocando, por lo que apunto a la música y el espectáculo como la gran causa de la " locura " que se vivió aquel día”. (Varón, 22 años. Estudiante). Los incidentes que describe, los asocia, aparte de a otros factores contextuales, a la música y el espectáculo, quizás, en el caso de este estudiante, podría ser la emoción de “poder” la que primase en sus amigos, según las emociones propuestas por Scherer y Zentner. Aunque como ya se ha comentado, el estudio de las emociones desde la psicología social, no ha podido delimitar (por el momento) unas emociones que se hayan consensuado. Es la apertura a nuevas categorías o modelos de análisis de las emociones la que podría aportar (manteniendo el enfoque psicosociológico) una más clara forma de clasificación de las mismas. Con las entrevistas presentadas, se pretende dar una visualización del papel que juega la música como provocadora de ciertas emociones; cómo éstas pueden ser gestionadas mediante la música, entendiéndola como producto cultural en la que ciertos sonidos, escalas o ritmos, que dan las diferencias entre estilos, se asocian a emociones que, pudiendo asemejarse al condicionamiento clásico de Pavlov, se producen al escucharla. Se diferencia del conductismo clásico en que los seres humanos tenemos la capacidad autoreflexiva, normas interiorizadas, y la capacidad de vernos desde la perspectiva de los otros.
6
Bibliografía
Hochschild, A. (1979). Emotion work, feeling rules and social structure. American journal os Sociology , 551-575. Schweiger, I., Romero, E., & Larráyoz, A. (2010). La experiencia emocional asociada a la música. En J. Noya, F. del Val, & M. Pérez Colman, MUSYCA. música, sociedad y creatividad artística (págs. 130-142). Madrid: Biblioteca Nueva. Torregrosa, J. (1982). Emociones, sentimientos y estructura social. En J. R. Torregrosa, & E. Crespo, Estudios básicos de psicología social (págs. 185-199). Barcelona: Hora.
7