Universidad Nacional Autónoma de México Facultad de Filosofía y Letras
Colegio de Letras Clásicas
Técnicas de Investigación en Filología Clásica II
El tribunado de los Graco como como lucha de clases clases sociales en la Roma Roma republicana
Profra. Olivia Isidro Vázquez
Flores Blanco, Arnolds Deivison
No. de cuenta: 310344753 310344753
El tribunado de los Graco Graco como lucha de clases sociales sociales
INDICE Introducción……………………………………………………………………… ....3 I.
Situación político-social y crisis republicana………………………………………..4 I.I. El círculo de Escipión: Los populares…………………………………………... populares…………………………………………...6
II.
Tiberio Sempronio Graco y su política…………………………… política……………………………………………...7 ………………...7
III.
El tribunado de Cayo Sempronio Graco…………………………………………...11
IV.
Conclusiones……………………………………………………………………….14 Bibliografía…………………………………………… Bibliografía……………… ……………………………………………………… …………………………... ...18
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El tribunado de los Graco como lucha de clases sociales
INTRODUCCIÓN El presente trabajo es una exposición del tribunado de los hermanos Graco, así como un estudio de la importancia de éste en el ámbito político y social de la Roma republicana, pues, pareciera que fue la representación de una lucha de clases. Se quiere demostrar que, efectivamente, su tribunado cambió la historia y el rumbo de la civilización romana en lo que respecta a las clases aristocráticas y el proletariado. ¿Por qué? Por la simple y clara razón de que tanto historiadores antiguos como modernos permiten deducir que hubo un conflicto entre clases, sin embargo, no lo dejan claro, y, precisamente, eso motiva este estudio. De igual manera, como la cuestión graquiana de los importantes estudiosos es vista como mero conflicto político, se quiere evidenciar que no sólo fue una lucha de intereses políticos entre los aristócratas, sino, también, una conflicto social (en lo que respecta a las etnias, aliados y ciudadanos romanos), económico (en lo que respecta a las posesiones de tierras y el ámbito mercantil y comercial) y jurídico (en lo que respecta a la ciudadanía: los derechos individuales y privados). Quisiera, también, mencionar a mi lector que, para mi exposición, seguí, principalmente, a cuatro grandes estudiosos del tema, en quienes podrán reiterar y ampliar lo desarrollado por este trabajo: Roldán Hervas, Kovaliov, Theoder Mommsen y José Luis Romero. También me parece pertinente decir que, para evitar el acumulamiento de pies de páginas y una lectura cansada, la exposición, sobre la biografía y la carrera política de los hermanos Graco, fue sacada del ilustre historiador antiguo, Plutarco. Obviamente, hago las referencias pertinentes de otros autores que me parecen ampliar el estudio. Creo ser claro en la narración de la disertación, sin embargo, hago aclaraciones y puntualizaciones para aquellos términos que me parezcan que son desconocidos para el lector. Es menester decir, también, que todas las fechas que utilizo en el trabajo, pertenecen a la calendarización de antes de nuestra era. Y bueno, espero no aburrirlo a usted con esta disertación; porque pareciera que está demasiado desarrollada, pero, créame, es necesario eso para comprenderlo de la mejor manera.
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SITUACIÓN POLITICO-SOCIAL Y CRISIS REPUBLICANA Para entender mejor el carácter de la política graquiana, es necesario estudiar la situación en la que se encontraba la república y en la que se desarrollará dicha política. Roma estaba en plena expansión territorial: después de la victoria sobre la potencia cartaginesa, la derrota de Macedonia y la anexión de Siria, la ciudad latina había logrado un control directo y hegemónico en casi todo el Mediterráneo, controlaba gran parte del comercio y tenía una considerable estabilidad política. En cierto modo, Roma se encontraba en sus años dorados, no obstante, dicha situación no duraría porque los problemas sociales nunca se resolvieron, sólo se habían postergado con pequeñas reformas. Recordemos que el conflicto patricio-plebeyo casi termina en una guerra civil. Después de varios sucesos, los protagonistas de este problema, demostrando un pensamiento prudente, a través de la diplomacia, cosa que evidencia un cambio en la ideología del habitante del Mediterráneo, logran un acuerdo en el que las clases menos favorecidas (los plebeyos) tendrían injerencia en la política y adquirirían derechos como los de los patricios1. Resuelto el conflicto y, en cierta medida, lograda una igualdad desde el punto de vista de ciudadanía, surge un nuevo acontecimiento, el nacimiento de una nueva clase: la nobilitas; claramente, a partir del surgimiento de ésta, se entiende que el plebeyado no era ya la clase desfavorecida de inicios de la república y, también, es claro que el patriciado no era tampoco la masa de privilegiados, pues, esta nobilitas fue un nuevo cuerpo que surgió de aquellas dos clases. Esto se puede explicar si pensamos en la coincidencia de intereses de patricios y plebeyos, intereses que al fin y al cabo terminaron desviando la hostilidad que existía entre ellos en un principio. La nueva oligarquía de nobilitas conquistó y logró alcanzar sus propios intereses: uno de éstos fue el desarrollo económico, el cual, a la larga, escapó de su control, lo que provocó el nacimiento de un nuevo grupo financiero que aspiraba al acrecentamiento de sus riquezas (es decir, el aumento de sus tierras y el control sobre el comercio) y, después, al poder político, esto es, pertenecer al senado2. Otro cuerpo financiero que se desarrolló, de manera importante, después de terminada la segunda guerra púnica, fue el de los equites3: nuevos ricos que competían con la nobilitas, y que eran los principales usufructuarios del movimiento económico que había
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surgido de las guerras, en otras palabras, el Estado romano se enriquecía de las conquistas pero, automáticamente, como actuaban en la guerra, los caballeros eran los principales beneficiarios, pues, el Estado empleaba aquellas riquezas en los contratistas (que eran caballeros), quienes, a su vez, adquirieron cierta individualidad en las decisiones comerciales y financieras; con esto quiero decir que decidían sobre las importaciones, exportaciones, operaciones sobre las provincias y sobre cualquier lugar donde Roma dominaba4. Esto evidentemente los hacía importantes a nivel económico y social, de ahí surge el conflicto contra la nobilitas5. A su vez, la misma republica estaba divida y se habían formado grupos de acuerdo a los intereses que se buscaban. Me detendré primero a hablar sobre el senado: el senado estaba conformado principalmente por patricios, y no es hasta el año 172 que los plebeyos logran alcanzar este cuerpo. En estos mismos años es que la nobilitas comienza a adentrarse en dicho cuerpo político6. El senado se encontraba ya divido en dos grandes grupos: los optimates, que defendían la perduración exclusivista de los privilegios y la dirección de la institución, y los populares, los que utilizaban al pueblo y a los comicios en beneficio propio y que estaban en desacuerdo con el estamento de los optimates7 . El proletariado urbano, que se encontraba furioso ante la situación y la insatisfacción, peleaba, principalmente, por el abastecimiento de trigo y exigía el aumento de empleos; porque éstos, se habían visto disminuidos por la migración a Roma del ciudadano rústico y el campesinado (varios de estos campesinos no tenían la ciudadanía romana, ergo, tampoco derechos privados, esto hace pensar que la migración podía ser un motivante para obtener algún derecho8), quienes, a su vez, se veían en la necesidad de dejar sus tierras; una, porque las habían perdido ante aquellas familias gentilicias nacidas de la nobilitas y que, ahora, pertenecían al senado; segundo, porque no podían competir con el precio de los productos, no era canjeable, y tampoco competían contra aquellas empresas latifundistas también pertenecientes a estas familias de senadores optimates y populares. Así pues, el campesinado se veía forzado a migrar a Roma para conseguir un empleo con el cual subsistir, y esto suscitó el problema de la sobrepoblación y el empleo9. Las victorias romanas y la anexión de provincias significaron el aumento de esclavos, lo que fue un gran motivante para la orientación de la agricultura de las clases altas hacia una economía de mercado mediante la extensión de latifundios. Los esclavos eran
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sinónimos de mano de obra barata que aumentaba las ganancias, mano de obra que lo que hacía era sustituir a aquellos campesinos libres ya mencionados en el párrafo anterior. Diodoro nos da a entender que esta nueva agricultura era llevada a cabo por esclavos cualificados para administrar las tierras, dice, por otro lado, que la esclavitud no sólo robó empleo a los agricultores libres, sino, también, a los libertos, al artesanado y a la orfebrería, y que se suscitó la esclavitud doméstica: porteros, músicos, cocineros, jardineros, escribas (tal es el caso del historiador esclavo griego, Polibio). Incluso hace mención de las rebeliones serviles, lo que hace pensar que el trato y la explotación eran extremos, cosa que desata, a fin de cuentas, las rebeliones posteriores en la época de Mario10 y que tendrán su fin con Sertorio y Espartaco11. Parece pertinente mencionar que la crisis no sólo se dio en la ciudad de Roma, sino, también, en las provincias aliadas. Un papel importante fue el los aliados latinos y la situación en la que se encontraban, sin embargo, creo mejor exponer este punto cuando lleguemos a la política de Cayo Graco para tener un mayor entendimiento12. La crisis itálica significó la ruptura del poder que Roma tenía sobre sus provincias, ya hablamos sobre la emigración, sobre la concentración de tierras en unas cuantas manos; podemos ver que se dio la corrupción de los magistrados (pretores, sobre todo); éstos, al tener cierta independencia en su gobierno, comenzaron a aprovecharse de las riquezas de sus provincias, incluso, en muchas ocasiones, no rendían cuentas a la ciudad de Roma. Sin mencionar también que la crisis llegó hasta el cuerpo militar, hubo una considerable defección del ejército; surgió el problema de reclutamiento entre los aliados. ¿Esto por qué? Pues, claramente, el Estado no satisfacía las exigencias del cuerpo militar 13.
EL CÍRCULO DE ESCIPIÓN: LOS POPULARES Queda entendido, pues, que había dos categorías generales: ricos y pobres, los que a su vez, estaban divididos en facciones de acuerdo a los intereses políticos: principalmente, 14 optimates y populares. A esta última facción pertenecía P. Escipión Emiliano Africano ,
quien, junto con Cayo Lelio y otros partidarios, después de tomar conciencia de la diferencia de clases y haber formulado una serie de reformas (entre las cuales tenemos las medidas agrarias y el reparto de tierras entre pobres y veteranos del ejército, parcelas
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individuales y colonias, y el suministro de grano), presentó una moción, para que se quitasen a los detentadores que los tenían, todos los terrenos comunales de Italia no enajenados por el Estado, intentando distribuirlos a varios colonos. No obstante, la moción fue rechazada y, a partir de ahí, no hubo más acciones reformistas directas por parte de Escipión y su círculo, pero lo que sí habían desatado, accidentalmente, fueron los comienzos de las hostilidades por parte de los optimates. El por qué no pudieron hacer frente a la orden optimate senatorial se responde con el hecho de que los populares no constituían una facción organizada y, sólo, adoptaban políticas que no eran del agrado de la oligarquía (recordemos que la riña, aquí, sigue siendo a nivel político), ahí la debilidad de dicho círculo15. Sin embargo, lograrán tener un líder que los organice, Tiberio, y, lograrán suscitar miedo en las oligarquías. Lástima que el círculo se romperá cuando vean que Tiberio comienza a plantear nuevas propuestas que ya no convengan y afecten al círculo de Escipión y a sus intereses individuales.
TIBERIO SEMPRONIO GRACO Y SU POLÍTICA Tiberio, que pertenecía a esta facción, lógicamente, proveniente de una familia nobilitas, que había acompañado a Escipión en la guerra y destrucción de Cartago (circa.
146), en donde había hecho notar la educación recibida en casa, la cual consistía en los principios de justicia, equidad e igualdad16, actuó como un líder militar, presentándose él primero a la batalla y escalando la muralla de la ciudad. Posteriormente, partiendo a la guerra contra los numantinos, estando en Etruria, se percata del problema de las tierras, las empresas latifundistas, la emigración, la gran cantidad de esclavos, la tirana política de la decadente república, el egoísmo y despotismo senatorial y la extrema pobreza; entonces, es cuando comienza a gestarse aquel idealismo demócrata que, resuelto el problema con los numantinos a través del pacifismo (circa. 137), desarrollará siendo tribuno de la plebe. De regreso en Roma, se le intenta condenar junto con el cónsul C. Mancino, por haber hecho la paz con los numantinos sin haber consultado al senado, empero, Escipión, gracias a sus lazos de amistad que aún tenía con varios o ptimates, logra salvar a Tiberio, siendo condenado, solamente, C. Mancino.
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Llegado el año 133, ya con el apoyo político y como líder de la facción popular que, anteriormente, había fracasado en sus acometidos por no estar organizada, consigue, Tiberio, el tribunado y, consolidado ya su pensamiento democrático y queriendo lograr una restauración de la antigua constitución republicana, propone su reforma agraria17 ( Lex Sempronia agraria), en la que intentó, primero que nada, limitar a 500 iugeras la posesión
de tierras, lo que, efectivamente, beneficiaría a los pequeños y a los no propietarios, y, como segunda propuesta, a través de los triumviri agris dandis, iudicandis, asignandis18, repartir lotes de tierra, principalmente las del ager gallicus (las provincias galas), a los ciudadanos pobres, entre ellos, la plebs rustica (el campesinado), con el fin de que estas pequeñas parcelas sirvieran como medio de autosuficiencia; el poseedor no podría vender la tierra ni pagar algún tipo de impuestos por ella. No obstante, esto presentaría un problema, pues, según Burdese19, la reforma de Tiberio no incluía a los propietarios y aliados itálicos, viéndose forzado aquél, ante la presión de éstos, a tener que pensar en tranquilizarlos por medio de la concesión de la ciudadanía romana. También hace mención sobre un reparto del tesoro de Atalo, rey de Pérgamo, y amigo de Roma, a los ciudadanos que recibirían las parcelas. Y una consideración para mejorar, a través de una asamblea, la situación del ejército (¿podría ser esto una tentativa de Tiberio para atraerse el favor de los soldados después de haber visto su deplorable situación en Cartago e Hispania?)20. Meras suposiciones son éstas, empero, me parece interesante mencionarlas porque, como se verá, la política de Cayo fundará, prácticamente, su fuerza en el campesinado y los aliados. Ahora bien, la reforma afectaría indirectamente a la organización administrativa de los territorios sometidos, la materia económica y la constitución (que favorecía a las oligarquías, las cuales, serían las principales afectadas). Es claro, pues, que no convenía al orden senatorial dicha propuesta y a partir de estos sucesos es que la oposición optimate, en contra de Tiberio, se hace inminente; y otra cosa más, la defección del círculo de Escipión, o sea, la facción popular, en la que Escipión y Tiberio estaban aliados, se divide: los populares seguidores de Escipión, que dejan de prestar ayuda a Tiberio por verse afectados
ante la reforma, y los seguidores populares de Graco. Sin embargo, la política graquiana, que golpeaba los intereses de las oligarquías, no acabó con la reforma agraria, la cual había sido rechazada, a través del veto, por otro tribuno, Octavio21, representante de la facción optimate, quien había sido íntimo amigo de
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Tiberio. Nuevas reformas fueron propuestas, entre ellas: el suministro de grano, la disminución de precios de éste y la condonación de las deudas. Ello impulsaría el apoyo de los ciudadanos urbanos, los cuales, ellos mismos, comenzarían a hacerle propaganda a Tiberio, pintando frases, en toda Roma, a favor de él; lo que evidenciaba que las clases menos favorecidas y oprimidas llevaban mucho tiempo necesitando y esperando un líder que oyera sus exigencias y menesteres22. Tristemente, estas otras propuestas tampoco fueron llevadas a cabo, por la razón de que, Octavio, como peón de los optimates, volvió a recurrir al veto. Viéndose frustrado y superponiendo las decisiones del pueblo ante los tribunos (cosa que rompía con las normas constitucionales y con la inviolabilidad de los tribunos)23, Tiberio propone una tercera moción, la cual sí se logró, que consistía en deponer a todo tribuno que no defendiera los intereses de las masas; destruyendo así, cualquier acción que quisiera tomar Octavio en su contra, y peor aún para el tribuno optimate, su deposición y exilio24.
El senado, pues, estaba en efervescencia, ya no podía tolerar el movimiento graquiano. Surge, entonces, una conjuración, llevada a cabo por varios senadores, contra Tiberio, y lo tachan de monarca; el pueblo, tras haber malentendido ciertas señas de Tiberio (cuando éste proponía nuevas mociones), confundiéndolas con que le trajeran la corona25, no actúa contra los terratenientes que le darán muerte. Se le exige al cónsul popular Mucio Escévola (perteneciente al círculo de Escipión -cosa interesante pues uno esperaría que el cónsul hubiera actuado en contra de Tiberio26-) que tome acciones contra la falta de respeto del tribuno, pero aquél se niega. Entonces se declara la república en situación de emergencia27 y un grupo de senadores, liderados por el sumo pontífice Escipión Nasica28, junto con otros hombres armados, persiguen a Tiberio hasta el Capitolio y lo asesinan a golpes con garrotes, su cadáver es lanzado al río Tiber (aquí podemos ver cómo la constitución era ya, sólo, un mero formalismo de la república, pues, se suponía que un tribuno estaba consagrado por la divinidad y no se le podía tocar); tras estos sucesos, comienza una persecución de populares y partidarios graquianos; son asesinados, aproximadamente, 300.
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EL TRIBUNADO DE CAYO SEMPRONIO GRACO Cayo fue hermano de Tiberio, y cuando éste estaba en plena carrera política y en plena lucha contra los clasistas, aquél era aún pequeño; y, políticamente, siguió a su hermano, sólo, en sus últimos días (a partir de la ley agraria, en la cual no tuvo mucha injerencia). Hablaríamos en círculos si vemos paso por paso su vida, la cual, fue similar a la de su hermano: se crio en los mismos valores y principios familiares, su educación fue la misma. A Cayo no le interesaba la política (evidentemente, frustrado y nostálgico por la muerte injusta y traidora de su hermano), sin embargo, se ve forzado, ante las presiones de su madre y de los refugiados graquianos, a continuar los pasos de su hermano; fue motivado por un sueño, que tuvo, en donde Tiberio lo exhortaba a continuar su trabajo no finalizado (esto, claramente, es una metáfora que Plutarco nos muestra para reflejar la filosofía estoica en Cayo). Inicia, pues, su carrera como cuestor en Cerdeña, lugar en el que muestra sus habilidades: gran combatiente, fiel, prudente y sencillo. Ante el frío de la isla y la falta de víveres, y viéndose abandonado por el gobierno romano (cosa que reforzará su repudio a la putrefacta república corrupta), muestra su gran liderazgo trayendo ropas y provisiones a sus soldados. Se evidencia su gran amor a la justicia y se gana el respeto de sus compañeros, quienes lo apoyarán en su futura política (aquí podemos ver, en cierto modo, apoyo militar). De regreso, en Roma, secundado por los partidarios demócratas y populares de Tiberio, y también por gran parte de la plebe urbana y rústica, que veían en él un nuevo líder, con gran decisión, se postula para el tribunado, lo cual consigue haciendo mano de la muerte de su hermano. Propone sus primeras mociones29, en las cuales retoma las de Tiberio, las que son aceptadas instantáneamente, pues, al igual que su hermano, eran la respuesta a las exigencias de las clases menos favorecidas: Revitalizar la agricultura, el comercio marítimo y el artesanado. Limitar el acceso a las magistraturas: en donde un magistrado, que ya había finalizado su mandato, no pudiera postularse de nuevo. Acción ante el pueblo, sin juicio precedente, para desterrar a cualquier magistrado que no defendiera los intereses del proletariado (indiscutiblemente, ambas mociones eran para que no se repitiera lo sucedido con Octavio y para limitar, aún más, las decisiones del senado.
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También para poder desterrar a los enemigos de Tiberio que, ahora, eran los de Cayo). Después de ello, su política se vuelve más agresiva. Comienza a proponer leyes que beneficiarían directamente al proletariado y, disminuirían, en gran medida, las posesiones de los terratenientes senatoriales: Una ley agraria que, fraccionada en dos, primero, consideraba el reparto de 30 iugeras (7 y media hectáreas), después aumentadas a 200 (algo que nunca se había visto antes en la república); una alimenticia que consistía en la baja de precios de los víveres y, sobre todo, del trigo (cosa que beneficiaría al ciudadano urbano); una ley militar (aquí es donde vemos que Cayo probablemente pudo, también, haber considerado la fuerza bruta del ejército) que consistían en dos cosas: Suministrar al cuerpo militar de vestuario para la guerra (armamento que pagarían las familias ricas y no los soldados) y la edad mínima para reclutamiento de 17 años. Para la siguiente ley, y comprender mejor su fuerza, que era la respuesta a lo que los aliados pedían, me gustaría explicar, porque lo había retrasado desde inicios de este trabajo30, la situación de los aliados latinos: La hegemonía romana abarcaba desde Hispania a Sicilia, casi toda Grecia, y desde África a Siria: en la conquista se destruyeron las unidades políticas de éstas regiones (porque eran peligrosas para Roma). ¡No se toleraban las alianzas entre territorios, la relación entre sí eran meramente jurídicas! Y, la oligarquía senatorial, separó entre sí a los pueblos dominados y los dividió en clases, creando así, grados políticos y sociales. Permitió que los súbditos gobernaran los asuntos internos (dejándoles su autonomía y derechos propios). En fin, el territorio romano estaba dividido en dos: el territorio estatal (ager Romanus, el cual, se supone que lo poseía el Estado y que lo repartía a los ciudadanos y aliados italiotas31, cosa que, como ya vimos, no era cierta. Pues de ahí surgió la base graquiana) y el territorio de los aliados (los socii). Haré mención de las provincias32 para informar a mi lector que también eran otro tipo de organismos aliados, sin embargo, no tienen mucha importancia en la época graquiana, a excepción de la provincia de Pérgamo, por la importancia de la donación, de su rey, a Roma. El ager Romanus, que abarcaba Campania, Etruria y toda la Italia, desde la Galia Narbonense al norte de la Magna Grecia, se había convertido en municipia33 y en colonias estatales que servían como punto de apoyo político y administrativo, que con el logro de los Graco, se convirtieron en colonias agrícolas que se poblaron con ciudadanos romanos tanto de la plebs urbana y rústica como de los aliados latinos (Coloniam civium Romanorum).
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Existían, también, otro tipo de comunidades aliadas que tenían plena autonomía y decisión de administración sobre su propio territorio; y la relación con Roma era a través de tratados ( foedus) que las obligaban a brindar ejército pero no a dar, directamente, prestaciones económicas34. Vemos, pues, que desde el punto de vista jurídico, estas comunidades eran soberanas, pues, se supone que los magistrados romanos perdían su poder estando allí. Sin embargo, es evidente que los aliados aceptaban por la fuerza la hegemonía romana y estaban obligados a obedecer. Las comunidades latinas “primeras” (las más cercanas a Roma y las más antiguas),
tenían un lugar especial entre los aliados, estaban equiparadas en derecho privado con Roma, podían votar en las asambleas cívicas romanas y podían adquirir la ciudadanía. Las “segundas”, con derechos de ciudadanía, funcionaban como colonias fortificadas en
territorios aún hostiles y como puntos de apoyo militar y político. Las “terceras”, colonias fundadas por romanos y aliados, tenían independencia, todos eran ciudadanos, pero no con derechos de ciudadanía romano (igual que los municipia sine suffragio); éstos eran aliados de Roma sin tratados oficiales35. En esta situación tan tensa de las relaciones de los aliados con el gobierno romano, fue que Cayo, ante todo el pueblo, dándole las espaldas al senado (cosa que era una falta de respeto a la autoridad senatorial), demostrando su dote de orador un poco agresivo pero decisivo, y ya apoyado tanto por los aliados que tenían plenos derechos de ciudadanía tanto como por los que no los tenían, propone, primeramente, la igualdad de voz y voto para los aliados itálicos como para los ciudadanos de la urbe. Después, propone una moción judicial, que consistía, en pocas palabras, en la ruina del poder senatorial optimate y 36
popular a través de la inclusión de 300 equites (que desde mucho tiempo antes habían
estado en lucha de intereses con la orden senatorial). La primera fue rechazada, pero la segunda fue aprobada. Así, Cayo, se vuelve un personaje apoyado inmensamente por el pueblo y por hombres oportunista (equites); por campesinos, agricultores, comerciantes, operarios, artistas, legados, magistrados, soldados, literatos; su popularidad aumenta en mayor medida cuando propone la creación de colonias para los itálicos y ciudadanos sin hogar; una remodelación arquitectónica, que consistía en la creación de caminos para las rutas comerciales (lo que beneficiaría a la orden ecuestre); utilizar las riquezas donadas por
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Atalo de Pergamo37 para llevar a cabo la repartición de tierras y comprar víveres que serían dados al pueblo. En 122, es reelegido tribuno e instantáneamente, tras el rechazo en su primer tribunado, vuelve a proponer la misma ley en beneficio de los aliados, sólo que ésta, les concedería la ciudadanía con plenos derechos políticos. El senado, debilitado pero furioso, se pone en su contra y lo envía, con el pretexto de erigir una colonia en África (cosa interesante que evidencia la lucha abierta de clases, de intereses y la derrumbada constitución, pues, un tribuno no tenía nada que hacer allá). No obstante, Cayo, que ya tenía gran influencia en la ciudad, deja a uno de sus seguidores a cargo del problema y del frente demócrata, Fulvio Flaco38. Pero la orden optimate también tenía a un peón y representante, el tribuno de la plebe Livio Druso39, quien comienza a persuadir al pueblo de que deje la afiliación graquiana, tachando de demagogos y manipuladores a Cayo y sus seguidores, y recomendando que no se vendan las tierras (lo que llevaría al fracaso la reforma agraria) y que mejor se funden colonias sin impuestos (podemos ver que el problema ya era directo con Cayo, una rivalidad entre dos ideologías solamente, pues, esta moción ya la había propuesto Graco, a diferencia de que las colonias de éste, sí cobraban impuestos). A finales del 122, regresa Cayo, e intenta ser reelegido tribuno por tercera vez, pero no lo logra, entonces, se apoya en Flaco, pero éste, acérrimo enemigo de la orden optimate, había sido difamado por éstos, quienes lo tachaban de incitar una rebelión. Cayo comienza a perder influencia en el pueblo, pues, creían lo que decían los oligarcas. Druso logra su acometido persuadiendo al pueblo de que los aliados les robaban, a los ciudadanos, los empleos y las tierras, y de que los equites los estafaban en la cuestión comercial. Después de varios errores, con intención de vencer el poder de los optimates, y que no fueron muy bien vistos por el pueblo, los seguidores demócratas y graquianos pierden por completo su influencia. En este tumulto, se les concede poderes extraordinarios40 a los cónsules optimates Q. Fabio Maximo y Lucio Opimio para restablecer el orden. Graco y sus seguidores son nombrados enemigos de Estado y son perseguidos. Fulvio es asesinado junto con sus hijos. Y Cayo es perseguido hasta el bosque de las Furias, lugar donde su esclavo Filócrates, siguiendo sus órdenes, le da muerte. La oligarquía optimate le corta la cabeza a Cayo y su cadáver es lanzado al río Tiber (igual que al de su hermano 10 años antes). Cerca de 3000
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demócratas y graquianos son asesinados y sus propiedades son confiscadas y robadas por sus asesinos.
CONCLUSIONES La filosofía estoica, como ya habíamos mencionado, estaba impregnada en el pensamiento de los Graco; éstos, conociendo a fondo el gobierno y la política helenística monárquica de ese entonces, vieron los mismos problemas en Roma que la Grecia había tenido durante casi 1000 años: el periodo helenístico era un retorno al yugo de la monarquía, que Grecia había logrado, en tiempos anteriores, quitarse. Grecia, primeramente, estuvo gobernada por una monarquía absoluta; después, dio paso a un gobierno oligárquico; pasados los años, tiranos se hicieron con el poder; posteriormente, llegó la democracia ateniense abarcando y dominando a todos los helenos. Cuando los gobiernos de las ciudades-estado se derrumbaron (porque ya no había lideres virtuosos que no se dejaran llevar por la corrupción) sobrevino una época de caos y barbarie, y no fue hasta con Filipo41 y su hijo Alejandro42 que hubo un retorno al equilibrio en el mundo helénico. Es importantísimo recalcar que, la muerte de Alejandro Magno, quien había unificado un imperio anteriormente, significó el desmembramiento de ese poder unificador y el nacimiento de personajes individuales que veían por sus propios intereses, es decir, de nuevo un periodo de barbarie (el de los reinos helenístico) gobernado por monarcas43 déspotas y corruptos que lo último que harían sería una unificación. Bien, pues, en cierta medida, esto era lo mismo que había sufrido Roma, y los Graco lo sabían; ellos, teniendo siempre presente que el estoicismo predicaba que la fortuna regía el universo por ciclos, comprendían que Roma estaba a merced de un ciclo y cerca del momento de la barbarie. Ellos sabían que no podían evitar el momento desastroso del conflicto social y creían que, después de eso, vendría un nuevo periodo de estabilidad. Pero que para llegar a eso, debía de haber hombres virtuosos y no egoístas, lideres natos del proletariado, por lo tanto, había que acelerar ese proceso a través de desatar el poder de las clases oprimidas para que éstas derrocaran a las oligarquías. Eso, me parece, los impulsó y mantuvo la confianza en su política, sabiendo ellos que, como todo era un ciclo, llegaría un momento de desastre en
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donde ellos terminarían asesinados. El motivo de su existencia, en Roma, de acuerdo al estoicismo, cambiaría y aceleraría el proceso del caos para llegar a una nueva estabilidad. También, interesante es ver cómo Tiberio y Cayo logran, de nuevo, que el tribunado de la plebe, el cual, se supone estaba subordinado a las decisiones de la concilium plebis44, y que, en estos momentos de corrupción, era únicamente un organismo controlado por el orden senatorial, restaure su función como organismo defensor de la plebe y como un cuerpo en contraposición a los patricios y, ahora, en contraposición del orden senatorial. Es importante ver que el tribunado de Tiberio adquirió gran fuerza, precisamente, por el apoyo que tenía del campesinado, del ciudadano rústico, de la plebe urbana, del artesanado y de los agricultores, no obstante, al no lograr que se aprobaran ninguna de sus reformas, el conflicto no salió del ámbito político: la lucha de intereses sólo se dio entre las clases altas, es decir, entre optimates y populares. A Tiberio le interesaban los problemas sociales: la pobreza del ciudadano, el aumento de esclavos, la decadencia del campesinado (que era sostén de la economía romana); él actuó como líder, pero no pasó a más. El tribunado de Tiberio no significó más que una lucha de políticos. Sin embargo, lo que sí hizo, y que cambiaría la dirección de la república, fue desatar el poder de la plebe. El que sí lograría llevar la lucha a nivel social, sería Cayo. Éste, inteligentemente, se percató de que Tiberio no había triunfado porque el apoyo venía de gente ignorante y analfabeta, que no tenía ningún poder para interferir en la política ni presupuesto para apoyar el ideal graquiano. Cuando Cayo incluyó a los aliados y a los equites, intentando, a los primeros, equipararlos en cuestión de derechos individuales y privados con los otros ciudadanos que tenían plenos derechos; y, a los segundos, facilitarles la influencia en el comercio y en el mercantilismo; y viéndose apoyado, también, por el cuerpo militar, aunque a este último no lo haya utilizado, significó no sólo votos, sino, también, presión social (por todos estos diversos cuerpos y organismos que utilizó Cayo) para con el senado. Desatando así, abiertamente, la lucha de clases. Algo importante aquí es que la lucha se volvió inminente porque los Graco ignoraron la autoridad del senado. Podemos concluir, también, que, muertos los Graco, el senado perdió, prácticamente, todo poder e influencia en Roma. Cayo, al anexionar al senado la orden ecuestre, automáticamente, lo que hizo, fue darles el poder absoluto en cuestiones judiciales, poder
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que expandirían éstos, a través del soborno, hasta controlar los tribunales. Volviéndose, así, en uno de los nuevos organismos más poderosos de la república. Evidentemente, la expulsión de los aliados significó, el nacimiento de un rencor hacia Roma, cosa que desataría defecciones, conflictos y guerras civiles en todas las comunidades aliadas. Lo que terminaría en la guerra social; cayendo, además, la estructura del Estado y concediendo la autonomía a municipios y colonias. La oligarquía, pues, al no poder contener las presiones de los ciudadanos y del campesinado, comenzaron a crear colonias para ellos y a distribuirles tierras; también se conservó la ley de los víveres y el trigo (¿serán éstas, medidas a las que las oligarquías tendrían que acceder para evitar un conflicto civil?). Vemos de nuevo, el poder de la plebe desatado. Sin embargo, la cuestión de las tierras será un problema que no se resolverá del todo, porque lo podemos ver hasta en la época de César. Claramente, el ideal graquiano se arraigará en la mente de muchos desfavorecidos; eso lo constatamos en las acciones tomadas por Apuleyo Saturnino45 en el año 100 y por el mismo César en 45. La defección del círculo popular de Escipión me hace pensar que los populares de Graco, a la larga, fueron corrompidos, sobornados y comprados por las élites oligarcas. Pienso que los Graco fracasaron porque a pesar de que tenían todo el apoyo popular, les faltó el apoyo de esclavos y libertos, los cuales conformaban más de la mitad de la población italiota. Algo interesante, desde mi punto de vista, es que los Graco intentaron cambiar el sistema constitucional por la vía legal, es decir, a través de la política. Serían de los pocos y últimos personajes que lo intentarían de ese modo. De igual manera, me parece que consideraron ellos utilizar la fuerza del ejército, el cual, gran parte de él, los apoyaba, pero eso hubiera significado romper con la legalidad, o sea, destruir sus propios principios. Es evidente, también, que, en época posterior, hubo una defección del ejército, quienes tuvieron a Cayo, como su defensor; porque recordemos que gran parte del cuerpo militar estaba conformado por los aliados, éstos, al ser rechazados junto con la ley de Cayo, comenzaron a romper relaciones con Roma y a negarse a ser reclutados, pues, no se les había concedido la ciudadanía ni los derechos de un ciudadano; lo que, a la larga, inevitablemente los llevaría a integrarse al cuerpo militar a la fuerza, como sucedió en conflictos posteriores como las guerras contra Yugurta46, cimbros y teutones, en donde participará Mario47, desatándose así el caudillismo y el mercenariado. Lo que me hace creer
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que el gobierno romano quería desviar la atención con conflictos exteriores (guerras) y que este mercenariado sería la pantalla perfecta para ocultar los problemas políticos y económicos internos, no obstante, este nuevo cuerpo militar terminaría afectando la misma política de la ciudad. Incluso, también, deduzco que los ciudadanos romanos que pertenecían al ejército, al ver ignoradas sus exigencias, las cuales consistían en el cese de las guerras porque ya no podían trabajar sus tierras en época de conflictos bélicos y trabajar en sus labores, se negaron a ser reclutados. Cosa que no se verá resuelta hasta que se proletarice el ejército con Mario. Parece evidenciarse que, como las asambleas populares ya no apoyaban a los tribunos de la plebe (vemos esto cuando se cometió el asesinato de Tiberio y Cayo), se transformaron en marionetas del nuevo senado, perdiendo su función de organización política, sumando a este problema, además, que los campesinos y la plebe rústica ya no participarían en las asambleas. Por último, concluyo que el tribunado de los Graco significará y permitirá el nacimiento de personajes individualistas, ambiciosos y oportunistas que escalarán en la política a través del pueblo y las mismas oligarquías, lo que terminará de corromper las mores romanas, desatar una periodo de caos (la guerra civil) y de destruir la república.
Personajes que intentarán cambiar la constitución de manera ilegal: con golpes de Estado y restableciendo la constitución aristócrata (L. Cornelio Sila48), con riquezas (M. Licinio Craso49), con el ideal del primer ciudadano (C. Pompeyo50) o con dictaduras y autocracia (J. César 51). Sin embargo, la filosofía estoica graquiana no se verá realizada hasta que se logre un poder centralizado que unifique, de nuevo, a la comunidad y restablezca el equilibrio: un poder de un líder virtuoso, hábil político, gran estratega militar y buen administrador; el poder de un princeps, de un Octaviano52. El único obstáculo, ahora, será vencer a las últimas cabecillas militares, al tabú republicano y a la nueva burguesía (que teme al imperio).
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BIBLIOGRAFÍA GENERAL BRAVO, Gonzalo, Poder político y desarrollo social en Roma antigua, Madrid, Taurus, 1989, 296 pp. BURDESE, Alberto, Manual de derecho público romano, intr., y trad., Ángel Martínez Sarrion, Barcelona, BOSCH, 1972, 450 pp. CROIX, G. E. M DE. Ste, La lucha de clases en el mundo antiguo griego, trad. Teófilo de Lozoy, Barcelona, Crítica, 1988, 851 pp. FRANCISCI, Pietro de, Síntesis histórica del derecho romano, Madrid, Editorial Revista de Derecho Privado, 1954, 817 pp. K OVALIOV, S. I., Historia de Roma, trad. Marcelo Ravoni, Madrid, Akal, 1979, 886 pp. K UNKEL, Wolfgang, Historia del derecho romano, trad. Jan Miquel, Barcelona, Ariel S.A., 2003, 252 pp. LE GLAY, Marcel, Grandeza y decadencia de la republica romana. De la oligarquía al imperio, Madrid, Cátedra, 1999, 440 pp. LOPEZ BARJA DE QUIROGA, Pedro y Francisco Javier Lomas Salmonte, Historia de Roma, Madrid, Akal, 1984, 704 pp. MOMMSEN, Theodor, Historia de Roma, vol. V, México, Helios Ediciones, 1986, 400 pp. R OLDÁN HÉRVAS, Juan M., Historia de Roma. La república romana, tomo I, Madrid, Cátedra, 1987, 781 pp. R OMERO, José L., Estado y sociedad en el mundo antiguo, FCE, México, 2012, 367 pp. R OSTOVTZEFF, M., Roma. De lo orígenes a la última crisis, trad., Tula Nuñez Latorre, Argentina, Universidad de Buenos Aires, 1993, 291 pp.
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Entiéndase la creación de la edilidad plebeya, cuya principal función era la administración de los templos y, posterior a la leyes Liciniae-Sextiae, asumía funciones similares a la edilidad curul, es decir, la organización de juegos o la supervisión de los mercados, y la creación del tribunado de la plebe, que tenía como objetivo proteger a los plebeyos de los abusos de las oligarquías. 2 Para el conflicto patricio-plebeyo y el nacimiento de la nobilitas sigo principalmente a Roldán, quien en su Historia de Roma. La república romana., explica a grandes rasgos el origen y el desarrollo de esos sucesos. vid. 67-88 y 128-131.
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Mejor conocidos como: los caballeros o la orden ecuestre (aquellos que podían pagarse un caballo para la guerra). Fue una organización centuriada creada en el 242. 4 Societates publicanorum: Corporaciones financieras en que estaban organizados los miembros de la clase ecuestre para la recaudación de impuestos en las provincias, lugares donde eran recurrente las estafas y negocios turbios por parte de éstos. 5 Romero, José L., Estado y sociedad en el mundo antiguo , México, FCE, 2012, pp. 62- 71. Romero hace un estudio amplio sobre el ascenso de los caballeros co mo clase influyente y dominante en Roma. 6 Ibidem. Esta propuesta hecha por Roldán es interesante porque la historiografía no aclara a partir de cuándo hay una influencia directa de la nobilitas en el senado. 7 _____, Historia de Roma. La republica romana. op. cit. 201-214. 8 Kunkel, Wolfgang, Historia del derecho romano, trad. Jan Miquel, Barcelona, Ariel S.A., 2003, p. 44. 9
Ib.
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Muy conocidos son los enfrentamientos que tuvo Mario (el famoso militar, vid. infra nota 47) contra las rebeliones de teutones y cimbros, quienes fueron apoyados por esclavos. 11 Quinto Sertorio: General rebelde romano que incitó una de las más grandes rebeliones en Hispania y que fue asesinado por sus lugartenientes sobornados. Espartaco: Gladiador esclavo tracio que también incitó una de las más grandes rebeliones en la Roma antigua; fue apoyado por esclavos, gladiadores, germanos, itálicos, sicilianos, turenses. Vencido por el cónsul M. Licinio Craso. Vid . Diodoro cap. XXXIV y XXXV. Livio cap. LX. Mommsen, Thoedor, Historia de Roma. pp. 119-128. Roldán, Historia de Roma. La republica romana , pp. 346-370 12 Vid ., infra., sobre esta cuestión, pp. 11 y 12 del presente trabajo. 13 Ib., Historia de Roma. La republica romana . Para las exigencias de los soldados, ver el apartado de las Conclusiones del presente trabajo, p. 16 y 17. 14 Hijo de Paulo Emilio y nieto adoptivo del gran Escipión el Africano. 15 Croix, G. E. M DE. Ste, La lucha de clases en el mundo antiguo griego . p. 412. 16 Principios que había heredado de sus padres Tiberio Graco y Cornelia, la hija de Escipión el Africano, y que había terminado de constituir a través de la filosofía estoica proveniente de su educador filósofo C. Blosio de Cumas y del magnánimo rétor, Diófanes de Mitilene, quien, también, le había transmitido el arte de la oratoria y le hizo comprender la política y los problemas de la monarquía proveniente de Alejandro Magno y la administración de los reinos helenísticos. Es importante hacer hincapié en que la ideología helenística y, en especial, la filosofía estoica (en breves palabras, ésta define que la túkhe (la fortuna) gobierna sobre los hechos y que no hay por qué preocuparse de esos hechos que ya están establecidos, pues, lo único que se puede hacer es recibirlos tal y como son) influenciaron en gran medida el pensamiento y la política de Tiberio. Como nota complementaria, de ahí que Rostovtzeff piense también en la afiliación de la política graquiana a la democracia ateniense, vid. p. 92, de su obra: Roma. De los orígenes a la última crisis. 17 Anteriormente, en el 367, la leges Licinio-Sextiae limitaron, como máxima posesión de tierras, a 500 iugeras, que equivalía a 1.25 km ²; y excepcionalmente, aquellos padres que tuvieran dos hijos, podían poseer 1000 iugeras (250 hectáreas), 500 para cada hijo. Empero, estas leyes nunca funcionaron, pues, bajo nombres supuestos conseguían y traspasaban la tierra. Habría que hacer mención también que, de nuevo, vemos la influencia de Grecia en Tiberio, pues, según Rostovtzeff, la reforma se inspira en los repartos de tierra que Esparta había hecho a sus ciudadanos recientemente. Para esto. vid. p. 82. 18 Una comisión que sería integrada por el mismo Tiberio, su hermano Cayo y su suegro Apio Claudio. 19 En su Manual de derecho público romano. pp. 150-151. Una idea no tan descabellada que reforzaría la propuesta de la lucha de clases que el presente trabajo intenta constatar. 20 _____, Roma. De los orígenes a la última crisis . pp. 84-85 y Kovaliov, S. I., Historia de Roma, p. 388. Aunque esto es muy dudoso porque de acuerdo a la filosofía que predicaba Tiberio, el utilizar a los soldados como fuerza para imponer sus mociones, contradiría su pensamiento de política legal, no obstante, la deposición de Octavio rompía el estatuto de la legalidad ( vid . p. 8 de este trabajo). Así que el utilizar la fuerza militar pudo haber sido considerado por Tiberio como último recurso, pero lo dudo mucho. 21 Octavio: De familia aristócrata, proveniente de la nobilitas, tribuno de la plebe en 133 junto con Tiberio. 22 _____, La lucha de clases en el mundo griego antiguo , pp. 412-413.
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Francisci, Pietro de, Síntesis histórica del derecho romano , p. 227. Los libertos (aquellos esclavos que habían sido liberados o que habían comprado su libertad) se afiliaron a Tiberio y actuaron como ministros. Una de sus funciones fue encargarse del exilio de Octavio. Es interesante esto, pues, podemos ver cómo, Tiberio, anexiona a los libertos al conflicto político, intentando llevarlo a nivel social, empero, no lo logra. 25 El ciudadano romano repudiaba la monarquía. Recordemos el desastre de los Tarquinios y el fin de la monarquía romana en 509. Por esa razón, también, al recaer el poder en uno solo, la magistratura del dictador no era muy bien vista en la república. 26 Ello hace pensar que, a pesar de que los populares de Escipión ya no apoyaban a Tiberio, y que, la mayoría, se habían aliado con los optimates, no todos los populares de Escipión apoyaban el orden senatorial. 27 Senatus consultum ultimum : Es, en general, una especie de decreto senatorial en el que se aprueban poderes dictatoriales para los magistrados con la finalidad de que, éstos, preserven la estabilidad de la república. Usualmente, estos decretos se llevaban a cabo cuando surgían situaciones que amenazaran la constitución romana. 28 Escipión Nasica: Importante personaje representante de la facción optimate, fue acérrimo opositor de los 24
populares y de Tiberio. Famosa es la frase que dice cuando se lanza el decreto: “El cónsul traiciona al Estado, los que deseen obedecer las leyes. ¡Seguidme!”. Es oportuno mencionar que siendo pontífice máximo,
cometió uno de los más grandes sacrilegios al haber participado en el asesinato de Tiberio. 29 Fueron muchas más las leyes que propuso Cayo, sin embargo, no las mencionaré pues no tienen la suficiente relevancia para este trabajo. Pero el interesado por ellas puede verlas en Roldán, Historia de Roma. La república romana, pp. 411-417., Rostovtzeff, Roma. Desde sus orígenes a la última crisis , p. 85., Kovaliov, Historia de Roma, p. 395 y Apiano I-XIX. 30 Vid ., supra., p. 6 del presente trabajo. 31 Atención, no confundir los aliados italiotas con los aliados socci (pertenecientes a la Campania, el Samnium y la Italia meridional) y los de provincias como Hispania, África, Grecia y Siria. 32 Las provincias eran sistemas que no tenían municipios (lugares donde, en la época de Mario, se fundarán colonias) y donde todos su pobladores estaban sometidos sin condición a Roma. La mayoría de las tierras de las provincias las poseían los aristócratas del Estado (el senado y élites). 33 Los municipios eran ciudades que se dividían en dos clases: los municipia cum suffragio , que tenían administración propia bajo el control de los cónsules romanos y que disfrutaban de la ciudadanía completa y del voto; y los municipia sine suffragio, que tenían derechos civiles, pero no políticos ni de votos. 34 Es pertinente aclarar aquí que según así estaba establecido en la constitución, no obstante, las oligarquías romanas estafaban a estas comunidades aliadas, es decir, en la política real, casi eran obligatorias esas “donaciones”, lo que, a la larga, suscitó el enfado de los aliados y su interv ención en Roma, apoyando a Cayo. 35 Esta es sólo una simple y somerísima disertación sobre la situación de todos los aliados. No obstante, el lector puede acudir, para una mayor comprensión, al libro: Historia del derecho romano de Kunkel, vid. pp. 43-49. 36 Plutarco nos da esa cantidad. Livio (LX) afirma que el aumento fue de 600. Apiano (IV-XXII), Diodoro (IIIXVI) y Cicerón (I-XXVI) concuerdan en que, en principio, fueron 300 y que después se aumentó el número. 37 Atalo, rey de la provincia romana de Pérgamo, fue un íntimo amigo de la potencia que, al no tener herederos, legó el reino y todas sus riquezas a Roma. 38 Fulvio Flaco: perteneciente a familia aristócrata popular . Aliado de Cayo. Presentó un proyecto de conquista para que las tierras obtenidas se repartieran entre los ciudadanos. Es nombrado cónsul en 125 para llevar la guerra contra los galos, viéndose ayudado por la ciudad de Fragellas, la cual fue destruida. Al obtener gran poder e influencia a través de la ayuda de demócratas y graquianos, comienza a llevar una política más agresiva que afectaba los intereses de las oligarquías. Fue difamado por incitar una supuesta sublevación y asesinado junto a sus hijos. Se le decapitó. 39 Livio Druso: Demagogo senatorial que desacreditó la política graquiana y fue causante de que el pueblo perdiera la fe en Cayo. Curiosamente, tuvo un hijo que, en época posterior, retomaría la política graquiana.
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De nuevo, el senatus consultum ultimum. Filipo II: Rey bárbaro macedonio que, tras las guerras del Peloponeso y el descenso de Esparta y Tebas como potencias, creó una alianza de las ciudades de Grecia (la liga de Corinto) en donde él era el líder. 42 Alejandro de Macedonia: Rey macedonio, hijo de Filipo II, que conquistó Asia, todo Oriente, Egipto y parte de la India; destruyó el Imperio persa y unificó un super imperio helénico. También logró la unión y fusión de las culturas helénicas y orientales centralizando el poder en él mismo. 43 Reyes como Lisímaco, Casandro, Antíoco y Ptolomeo Soter. Entiéndase los diadocos y epígonos: La dinastía antigónica, la seleucida y la lágida. 44 Concilium plebis: Era una de las cuatro asambleas romanas. Integrada por plebeyos que tenían como principal función la elección de los tribunos de la plebe, quienes eran sus representantes (en cantidad de 10 ) y, a su vez, habían surgido del conflicto patricio-plebeyo como contraposición del poder de los cónsules y como defensores del pueblo. 45 Apuleyo Saturnino: “El nuevo Graco”, político popular que retomó la política graquiana. Seguidor de Mario y opositor de Sila. Fue asesinado en el año 100, tras ser dictaminado un senatus consultum ultimum . 46 Rebelde númida que se adueñó del trono de África; principal conjurador de la guerra contra Mario. Sila lo capturó. 47 Político y militar popular de familia nobilitas que es conocido por proletarizar y homogeneizar el ejército. Creó una reforma militar en la que el ejército sería pagado por el Estado, los soldados serían entrenados todos por igual y tendrían la mismas armas. Logró ser el hombre con más consulados en la historia de Roma. Acérrimo opositor de Sila. Muere en 86. 48 Lucio Cornelio Sila: Militar y político extremista que marchó, con su ejército, contra Roma en 82, convirtiéndose en dictador e instaurando una nueva constitución que beneficiaba a las élites y oligarquías. 49 Marco Licinio Craso: Personaje de la alta nobleza y con muchas riquezas que, a través de una alianza con César y Pompeyo, gobernó prácticamente Roma en 60. Murió, en el 53, llevando la guerra contra el imperio parto, en la batalla de Carras. 50 Cneo Pompeyo Magno: Militar popular que gobernó Roma junto con Craso. Concibió la reconstrucción de la república a través de una especie de principado, lo que no logró. Después de muerto Craso, le declaró la guerra a César. Murió, en Egipto, traicionado por mercenarios del rey Ptolomeo XII en el año 48. 51 Cayo Julio César: Sobrino de Mario que pertenecía a la familia de los Julios. Importante general romano que rindió a todos los Galos, parte de los britanos y germanos. Creador del primer triunvirato junto con Pompeyo y Craso. Tras la muerte de su hija Julia, esposa de Pompeyo, y después de morir Craso, luchó contra Pompeyo y sus partidarios. Siendo dictador de Roma y después de vencer a todos sus enemigos, intentó restablecer la república poniendo fin a la opresión aristócrata. Empero, fue asesinado por un grupo de senadores en 44. 52 Cayo Octavio Turino: Sobrino adoptivo de César que, tras la muerte de éste, adquirió todas sus riquezas. Después de vencer a Marco Antonio y Cleopatra en la batalla de Accio, el senado le concedió el título de Emperador y Augusto. Instauró un nuevo régimen en 27 que concentraría el poder político-administrativo en él: el principado. Muere en el año 14 d. N. E. 41
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