OM-08 EL PLEXO PL EXO SO SOL AR SEGÚN LAS LA S ENS ENSEÑANZAS EÑANZAS Y CO CONFERENCIA NFERENCIAS S DEL M AES AESTRO TRO
OMRAAM M I K HAË HAËL L AÏ AÏVAN VANHO HOV V En este este OM-08 irem iremos os añad añadiiendo todos los los temas que ha haga gan n referencia al PLEXO SOLAR. L os tem temas del del pl ple exo Sola Sol ar con rela relaci ción ón al al Seg Segun undo do Na Naci cim miento, se incl nclui uirán rán sol solo o en Temas se segu gund ndo o Naci cim miento Ini nici ciá átitico. co. L os que que ya sa sabé béiis lo lo que que es el el Plexo Sola Solar, aqu quíí de descu scubri briréi réiss lo lo que todavía NO SABEIS. Y lo loss que no sabéis lo que es el Ple lex xo Sola larr, ahora os brin ind damos la posibilidad de conocerlo. No os lo perdáis. Es único. Os recordamos que el Plexo Solar y el Centro Hara están polarizados. Se encuentran a la altura del Ombligo. Os deseamos una buena lectura y estudio. Centre OMRAAM
L AS RAÍ RAÍCES CES Y EL PL PLEXO EXO SO SOL AR
¿Qué es lo ¿Qué lo má más im import porta ante pa parra la vida vida de un árbol? Sus raíces. El tronco, las ramas, las flores, los frutos, son solamente las formas, los colores, los sabores y los perfumes a través de los que se mani niffiesta stan n la las raí raíce ces. s. La L as raí raíce ces s son son ne negra gras, s, fe feas, deformes, pero lo que producen es magnífico. Si no hubiera raíces, no habría tronco, ni ramas, ni flores, ni frutos. Todos los que se maravillan ante un árbol, nunca piensan en sus raíces, lo muy inteligentes y capaces capa ces que de debe ben n ser para para poder poder for orm mar semejante espl sple endor ndor.. L as raíces raíces pe perrmane necen cen en la la som sombr bra a, jam ja más se habla de ella llas s, pe pero si si se la las s estropea, se se aca cabó bó el el árbol rbol.. Mientra ntras s que que si las raí raíce ces s está están n en en buen estado, estado, aunque las ramas estén muer uertas, tas, el árbol puede renacer. He aquí una cuestión sobre la que vale la pena reflexionar. Se puede decir que en nosotros las raíces están representadas por el plexo solar. Todos lo que somos capaces de producir y manifestar proviene de estas raíces: El plexo solar. Omra raa am Mikha khaë ël A ïva vanh nhov ov
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SEGÚN LA ENS E NSEÑANZ EÑANZA A INICI I NICI ATICA DEL
MAESTRO ESPI MAESTRO ESPIRI RITUAL TUAL OMRAA MRAAM M MI M I KHAËL AÏ AÏVA VANHO NHOV V EL PAPEL DEL PLEXO SOLAR EN EL TRAB TRABAJ AJ O DE REGENERACI REGENERACI ÓN DEL CUERPO HUM HUMAN ANO O ....¿Porqué se le ha dado al Plexo solar este apelativo de "solar"? Porqué la vi vida viene de al alllí. Los L os rus usos os llaman a es esta regi región ón "J ivot ot"", palabra qu que en Búl Búlgaro si signifi fica ca "Vid "Vida". Para P ara los los rusos os,, "J "J ivot ot"" abarrca toda aba toda la la zona zona de dell vi vie entr ntre e, el estó stóm mago y el pl ple exo sol solar ar.. En el Evangelio se dice que, cuando el hombre llegue a purificarse y a conve conv erti tirrse en un hi hijjo de de Dios, en un te tem mpl plo o de del Dios vi vivi vie ente, "entonces manarán de su seno ríos de agua viva", y es allí, precisamente en esta región, donde el niño recibe la vida de la madre a través del cordón umbilical. Es allí donde fluye la vida. EL pl ple exo so sollar dir dirige tod todas as las fun funci cion one es del cuerpo fí físi sico; co; De él depende la respiración, la nutrición, la eliminación, la circulación, el crecimiento, el sistema nervioso... El plexo solar tiene una constitución mucho más antigua que el cerebro, y es él quien se ha encar ncargad gado o de for form mar el cere cerebr bro o y nu nutr triirlo. Si no se se obs obstacul taculiiza su funcionamiento, el plexo solar es infatigable y cuenta con todas las posibilidades para remediar los problemas del organismo, para curar cur arllo y ext xtiirpar de él toda cl clase ase de pl plagas agas,, etc. etc. No obstant obstante e, el el hombre ha recibido tantas nociones e ideas erróneas, que pone trabas en su vida conciente a los mecanismos subconcientes, con el resultado de que el plexo solar no puede manifestarse corrrectamente cor nte,, y a menudo se encue ncuentr ntra a bloque bloqueado, ado, impe pedi dido do en su función de suministrar las energías indispensables al cerebro, el cual se va debilitando, se vuelve conflictivo y, finalmente, cae en el embr brute uteci cim miento. Es así como el tipo de vida que llevamos va a permitir o a impedir que el plexo solar cumpla con su función de restabl stable eci cim miento total total.. Como ya ya os lo he he di dicho cho tantas vece ces, s, el el
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aumento desm desmes esur urado ado de las las enferm enfermed edades ades nervi viosas osas en la época que vivimos, se debe a un exceso de trabajo intelectual, puesto que el cerebro no está preparado para recibir esta sobrecarga y es por ello que sucu sucum mbe be.. En cambi bio, o, cuand cuando o se sabe cómo hacer hacer tr trabaj abajar ar al ple plexo so sollar ar,, el el ind ndiividu duo o llega a ser infat i nfatiiga gabl ble e. Sí Sí,, hay hay much uchas as enfer nferm medade dades s ner nervi viosas osas debi bidas das a un exce exceso so de trabaj trabajo o cere cerebr bral al y a que no se sabe nada sobre el plexo solar, ni tampoco sobre aquel centro situado un poco más abajo del ombligo, que los japoneses denominan HARA* (abordaremos el tema del HARA en otros capitulos) Estos tres centros pueden desempeñar funciones formidables, que la ciencia oficial no ha descubierto aún. Si estudiais el plexo solar y el cerebro, vereis que están hechos de la misma materia, gris y blanca, pero invertidas. No se sabe porqué están invertidas, ya que en el cerebro la materia gris está en la superficie y la materia blanca en el interior, mientras que en el plexo solar ocurre lo contrario. La materia gris está vinculada con la comprensión, mientras que la materia blanca se asocia con el sentir. Por eso, al encontrarse ésta última en su parte más externa, el plexo solar puede sentir todo lo que ocurre en el ser humano, en sus órganos y en sus células, en todos sus procesos químicos, físicos, biológicos y mágicos; Es por esto que el plexo solar trabaja la mayor parte del tiempo en remediar aquello que no funciona correctamente. En cambio el cerebro no siente mayor cosa, excepto cuando al algo va muy mal y está está muy estr estropeado, opeado, per pero o tampoco sabe como remediarlo. Esto le ocurre, por ejemplo, cuando el corazón late demasiado rápido o demasiado lento, o cuando se padece un mal de estómago: El cer cere ebr bro o no pue puede de hacer nada en en estos casos, es al algo go qu que e no de depe pend nde e de él. Por el contrar contrariio, el el pl ple exo sol solar ar pu pue ede resta stabl ble ece cerrlo todo, todo, si siempr pre e y cuan cuando do se le br briind nde en las cond condiici cione ones apropiadas para su funcionamiento normal, puesto que cuenta con un laboratorio farmacéutico formidable. En este aspecto, está mucho más pr pre epar parado ado que el ce cerrebr bro. o. El ce cerrebr bro o aún aún no acaba acaba de estar organizado del todo pero llegará el día en que lo estará, ya que su misión consiste en registrar una enorme cantidad de conocimientos, que le llevarán a realizar cosas extraordinarias.
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Los Occidentales no lo saben, pero existen métodos conocidos por la Ciencia iniciática, a través de los cuales es posible entrar en contacto con el plexo solar para darle órdenes y para pedirle que arregle tal o cual deficiencia. Cuando logramos comunicarnos con él, el plexo solar es capaz de hacer maravillas en este campo. Hé aquí toda una Ciencia que será objeto de estudio en el futuro. Por el momento, es difícil comunicarse con el plexo solar, puesto que no sabemos escucharle; El vive su vida independiente y el ser humano puede intervenir muy poco en ella, a no ser de una forma indirecta mientras llega el día en que pueda obrar más directamente. Ahora bien, ¿Cómo se puede actuar? (Os recordamos que el Plexo Solar
esta situado a la altura del ombligo.)
Cómo reforzar el plexo solar Lo que más perturba el plexo solar y, como consecuencia, a los órganos internos: el hígado, los riñones, el estómago, etc., son el miedo, la cólera, los temores, la duda, el amor desordenado, los pensamientos y sentimientos caóticos; y puesto que el plexo solar es un depósito de fuerzas, la consecuencia de este desorden es una desmagnetización total. Pero aunque el plexo solar se puede vaciar, también se puede llenar, y esto es lo que debe aprender el discípulo: cómo llenar su plexo solar.
Os daré algunos métodos: 1. Cada árbol es un depósito de fuerzas salidas del sol y de la tierra, y podemos extraer estas fuerzas. Escoged un gran árbol: un cedro, un roble, un haya o un abeto... os arrimáis a él colocando vuestra mano izquierda a vuestra espalda, con la palma apoyada en el tronco del árbol, y al mismo tiempo colocáis la palma de vuestra mano derecha sobre el plexo solar. Os concentráis en el árbol pidiéndole que os dé una parte de su fuerza; entonces se produce una especie de transfusión de energías que recibís a través de
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vuestra mano izquierda y que cedéis mediante la mano derecha al plexo solar. Luego, dais las gracias al árbol. 2. También podéis reforzar vuestro plexo solar si miráis y escucháis fluir el agua de un manantial, de una cascada, de una fuente. En apariencia se trata de un método insignificante pero que da excelentes resultados. El agua que fluye afecta al plexo solar que se pone a trabajar expulsando los materiales nocivos. Un método extraordinario es estando en la playa o en un acantilado, observar como rompen las olas, la energía que fluye de este movimiento dirigirlo con la mente a vuestro plexo Solar. 3. Cuando meditéis sobre temas elevados y divinos, podéis colocar vuestra mano sobre el plexo solar a fin de llenarlo de fuerzas y de energías que podéis utilizar más tarde. Cuando os sentís llenos de alegría o de fuerza, no los desperdiciéis inútilmente en gestos, palabras, pensamientos y sentimientos; utilizad este método: colocad vuestra mano derecha sobre el plexo solar meditando, y llenadlo silenciosamente con esta fuerza, con esta alegría. Nuestro plexo solar es el banco en el que podemos guardar el dinero que necesitaremos más tarde. Podemos experimentarlo cada día.
El plexo solar El plexo solar es un cerebro invertido: en el cerebro la materia gris está fuera y la materia blanca dentro, mientras que en el plexo solar la materia gris está dentro y la materia blanca fuera. El plexo solar ha creado el cerebro y lo alimenta, lo mantiene, es decir, lo energetiza, le da fuerza, y cuando deja de hacerlo, el hombre se duerme, se embrutece, o le duele la cabeza y no puede reflexionar. En realidad, el cerebro no está separado del plexo solar, pero es muy raro que alguien sepa cómo hacer subir las energías desde el plexo solar hasta el cerebro. El cerebro es dinámico, activo, pero se fatiga enseguida si no está sostenido por las energías del plexo solar. Por ello, antes de hacer un esfuerzo intelectual, antes de meditar, de concentraros, tenéis que actuar sobre vuestro plexo solar. Dadle masaje, por ejemplo, en
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sentido contrario a las agujas de un reloj... Después de algunos minutos sentiréis que vuestro pensamiento se libera, y que os podéis poner a trabajar. Es necesario que la actividad se reparta armónicamente entre el cerebro y el plexo solar.
Los pies y el plexo solar En ciertas circunstancias de la vida corriente, habréis observado sin duda la existencia de una relación entre los pies y el plexo solar. Cuando tenéis los pies muy fríos, sentís una contracción en el plexo solar, y si coméis en este momento, la digestión resulta difícil. Mientras que si .introducís, por ejemplo, vuestros pies en agua caliente, percibiréis una dilatación en el plexo solar, una sensación muy agradable que os produce bienestar. Por lo tanto, cuando os sintáis desmagnetizados, inquietos o contraídos, preparad agua caliente, meted en ella vuestros pies y lavadlos atentamente: con ello actuáis sobre el plexo solar dándole fuerzas, y vuestro estado de conciencia se transformará inmediatamente. Si un día, en vuestra casa, no conseguís meditar, tomad un baño de pies y veréis cómo os concentráis mucho más fácilmente. Otro ejercicio que da excelentes resultados para el caso que no podáis daros baños de agua caliente, es con un paño mojarlo bien con agua caliente y empezando por el pie izquierdo con la mano derecha frotar la palma del pies tres veces de delante hacia atrás, de la planta de los pies al tacón. Después lo mismo con el pie derecho tomando el paño bien caliente otra vez con la mano izquierda. Esto os relajará enormemente antes de ir a la cama. Centre
OMRAAM Institut Solve et Coagula Reus www.omraam.es
Conferencia del Maestro OMRAAM MIK HAËL AÏVANHOV El PLEXO SOLAR El sistema simpático se compone de centros escalonados desde el cerebro hasta la base de la médula espinal, y de una parte periférica constituida por un conjunto de nervios y de ganglios unidos entre sí por redes de filamentos nerviosos, llamados plexos. El plexo solar, situado a la altura del estómago, es uno de ellos. Los ganglios del sistema simpático se reparten así: - 3 pares de ganglios intra-craneales colocados en el trayecto del nervio trigémino. - 3 pares de ganglios cervicales en relación con el corazón. - 12 pares de ganglios dorsales en relación con los pulmones y el plexo solar. - 4 pares de ganglios lumbares es en relación con el plexo solar, y, a través de él, con el estómago, el intestino delgado, el hígado, el páncreas y los riñones. - 4 pares de ganglios sacros en relación con el recto, los órganos genital es y la vejiga. Hay, pues, 26 pares. El número 26 no se debe al azar. Un cabalista os dirá que es el número de las 4 letras del nombre de Dios: HE-VAU-HE YOD Se lee YOD,HE,VAU,HE . Y OD = 10, HE=5, VAU=6, HE=5. Es extraordinario constatar que el nombre de Dios está construido según las mismas leyes que rigen la estructura del sistema simpático. Los 2 grupos de 3 pares de ganglios intracraneales y cervicales están ligados al mundo divino; corresponden a la parte psicológica de la naturaleza. Los 12 pares de ganglios dorsales están ligados al mundo espiritual; corresponden a la parte fisiológica de la naturaleza.
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Los 2 grupos de 4 pares de ganglios lumbares y sacros están ligados al mundo físico; corresponden a la parte anatómica de la naturaleza. Estudiemos a continuación en detalle cada uno de estos grupos: 2 veces tres pares de ganglios intracraneales: el número 3 es el número de la Divinidad. Es el número de la Kabala, ya que la Kabala nos revela los factores, los principios que actúan en el universo. La Kabala responde a la pregunta « quién»: ¿quién ha creado? ¿Quién actúa? . 12 pares de ganglios dorsales: el 12 es el número de la Naturaleza regida por los astros; es el número de la astrología (las 12 constelaciones zodiacales) que estudia las influencias de los cuerpos celestes y las funciones de los órganos del cuerpo cósmico. 3 ganglios intra-craneales 3 ganglios cervicales
12 ganglios dorsales Plexo Solar Plexo mesentérico Plexo hipogástrico
4 ganglios lumbares 4 ganglios sacros
Cadena de ganglios del simpático
La astrología se relaciona con la circulación y la respiración. El punto vernal, por ejemplo, retrocede un grado cada 72 años; 72 son también los latidos por minuto del corazón. En cuanto a la respiración, lo normal son 18 movimientos por minuto, y 18 es justamente la cuarta parte de 72. La astrología responde a la pregunta «cuándo ».
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2 veces 4 pares de ganglios lumbares y sacros: el 4 es el número de la alquimia porque representa los 4 elementos: tierra, agua, aire y fuego. La alquimia responde a la pregunta «qué». Estos 26 pares de ganglios del sistema simpático están divididos en 5 grupos, que a su vez están ligados a las 5 virtudes representadas por el pentagrama: la pureza, la justicia, el amor, la sabiduría y la verdad. Verdad Sabiduría
3 KABALA Mundo divino
12 Amor
ASTROLOGÍA Mundo Espiritual
Justicia Pureza
4 ALQUIMIA Mundo físico
Cadena de ganglios, Correspondientes con las virtudes y los números
- La pureza está ligada a los 4 pares de ganglios sacros que constituyen la base de la cadena de ganglios, ya que la pureza es la base, el fundamento. - La justicia corresponde a los 4 pares de ganglios lumbares (situados en la región de los riñones, en relación con Libra: símbolo del equilibrio) y tienen que ver con los órganos de la nutrición: estómago, hígado, intestino, etc. Cuando el hombre no sabe alimentarse adecuadamente se rompe el equilibrio, se altera el equilibrio de los platillos de la balanza y los
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trastornos subsiguientes nos muestran que la justicia ha debido intervenir para restablecer el orden. - El amor, que se relaciona con los 12 pares de ganglios dorsales, es una fuerza que nos dilata - encontramos esta expansión en los movimientos de la respiración -, que nos une a todos los seres, a todo el universo condensado en las 12 constelaciones del zodíaco. - La sabiduría está ligada a los 3 pares de ganglios cervicales, que se relacionan con el corazón a través de los nervios cardíacos, ya que la verdadera sabiduría viene del corazón. - La verdad está ligada a los 3 pares de ganglios intracraneales, pues la verdad representa la cima, el objetivo a alcanzar, y está por encima de todo. La verdad, la sabiduría, el amor, la justicia y la pureza nos ponen en contacto con todas las fuerzas armónicas del universo, que nos envían sus bendiciones. Cada virtud mejora el funcionamiento de los ganglios y de los órganos a los que está ligada, de la misma manera que cada acto que cometemos contra estas virtudes trastorna este funcionamiento. Durante largo tiempo se ha creído que no existía ninguna relación entre el cerebro y el sistema simpático. Hoy día sabemos que esta relación existe e incluso que es muy estrecha. Sin embargo, el cerebro no puede actuar directamente sobre los órganos, actúa a través de un conductor, el gran simpático, del que el plexo solar es el centro más importante. Los Iniciados trabajan para llegar a ser totalmente conscientes de la relación que existe entre el plexo solar y el cerebro, ya que una vez conseguido esto, todo resulta fácil: a través del plexo solar pueden alcanzar, controlar y fortalecer los órganos de su cuerpo físico. Existe una relación entre los estados psíquicos y los estados físicos. La tristeza, por ejemplo, actúa sobre las vías del símpático, las cuales empiezan a contraer las arterias, ya que tienen un rol vaso constrictor. Esta contracción producida por la tristeza dificulta la correcta circulación de la sangre y, en consecuencia, afecta ala digestión, la respiración, etc. Nos sentimos entonces deprimidos, necesitados, abandonados. Esto no es exactamente así, pero es la sensación que experimentamos. Para que actúen los nervios dilatadores hay que sentir alegría y amor, y al levantarse, cada día, en lugar de pensar: «No tengo dinero, mi mujer me engaña, no he
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recibido las cartas que esperaba... », Hay que esforzarse en tener pensamientos positivos. Cada mañana, al levantarse, el verdadero discípulo tiene en su interior este pensamiento: « Señor, tú eres mi Creador, yo te doy gracias por haberme dado la vida y la salud, por poder respirar, andar, cantar, mirar, oír... lo que constituye un tesoro inestimable». Hemos de levantamos con este gozo dando gracias al Señor. Si las personas envejecen deprisa es por- . Que desconocen la manera de ponerse diariamente en contacto con el verdadero gozo. El plexo solar es un centro extremadamente importante y debemos evitar todo lo que puede contraerlo, ya que él, a su vez, provoca la contracción de los vasos sanguíneos y de los diferentes canales del organismo. Y cuando la sangre u otros líquidos circulan mal, se forman depósitos que, con el tiempo, acaban por provocar toda clase de trastornos. Lo que más trastorna al plexo solar son las manifestaciones desordenadas del cuerpo astral: el miedo, la cólera, la envidia y el amor pasional. Y puesto que el plexo solar es una reserva de fuerzas, la consecuencia de esta inarmonia es una des magnetización total. Cuando sentís miedo o sufrís un choc, las fuerzas os abandonan, las piernas ya no os sostienen, las manos tiemblan y sentís la cabeza vacía. Esto significa que vuestro plexo solar ha agotado sus fuerzas. Vemos pues que el plexo solar puede descargarse, pero también es cierto que puede cargarse, y esto es justamente lo que el discípulo debe aprender: cómo cargar su plexo solar. Voy a daros algunos métodos. Cada árbol es un depósito de fuerzas que fluyen del Sol y de la Tierra, y nosotros podemos extraer estas fuerzas. Escoged un árbol grande, colocaos de espaldas con la mano izquierda detrás, y la palma apoyada contra el tronco del árbol; al mismo tiempo colocad la palma de la mano derecha sobre el plexo solar. Concentraos entonces en el árbol, pidiéndole que os transfiera parte de sus energías: las recibís a través de la mano izquierda y las traspasáis al plexo solar a través de la mano derecha. Es una especie de transfusión de energías. También podéis reforzar vuestro plexo solar mirando y escuchando fluir el agua de un manantial, de una cascada o de una fuente. Son métodos aparentemente insignificantes pero que dan grandes resultados. El agua que fluye actúa sobre el plexo solar, vivificándolo, con lo cual resulta más apropiado para rechazar las materias nocivas. A veces vemos fluir el agua,
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pero de manera inconsciente, sin damos cuenta del trabajo que podríamos hacer en beneficio de nuestro progreso espiritual. Por otra parte, ¿qué sabemos de lo que puede hacerse con los elementos que nos ofrece la naturaleza?.. , Si estáis en casa, podéis estiraros en la cama, colocar las dos manos sobre el plexo solar e imaginar que extraéis energías de todo el universo. Podéis también sumergir las manos en el agua o mejor los pies, que es el método más eficaz. Cuando os sintáis desmagnetizados, trastornados o contrariados, preparad agua caliente, sumergid conscientemente los pies y comenzad a lavarlos con mucha atención. Actuaréis así sobre el plexo solar dándole fuerzas, y vuestro estado de conciencia se transformará inmediatamente. Incluso si un día, estando en casa, no conseguís meditar, tomad un baño de pies y veréis cómo mejora vuestra capacidad de concentración. Existen métodos para entrar en comunicación con el plexo solar y pedirle que remedie ciertas deficiencias dando las órdenes oportunas. Esto constituye una verdadera ciencia que se estudiará en el futuro. De momento no es tan fácil comunicarse con el plexo solar, ya que vive una vida independiente y el hombre prácticamente no puede casi actuar sobre él; sólo puede hacerlo de manera indirecta, en espera de poder actuar algún día directamente. Y, ¿cómo influir sobre él indirectamente? Esforzándose en vivir una vida pura, sensata y luminosa. Esta vida actúa sobre el plexo solar, lo desbloquea, lo libera de ciertos trabajos, y al estar libre todo se soluciona rápidamente, ya que el plexo solar es tremendamente poderoso. Encontramos tantas personas que parecen extenuadas, abrumadas, agobiadas! Se encuentran en este estado porque no saben hacer trabajar el plexo solar, lo que también se refleja en su cara, que no irradia luz alguna. Una cara triste, sombría, revela que el plexo solar no funciona correctamente. Por esta razón debéis intentar, al menos, utilizar los métodos que os doy para hacer trabajar el plexo solar, de lo contrario permaneceréis, quizás durante años, sin daros cuenta de que el plexo está ahí, despierto, vigilante y que os dilata. Todo permanecerá en el cerebro y en tanto en cuanto el plexo solar no se manifieste y os haga sentir que vuestra conciencia ha descendido por fin a vuestras entrañas, no obtendréis ningún resultado ni contemplando el Sol, ni meditando, ni haciendo
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ejercicios. Podría hablaros de esta sensación, pero, ¿de qué serviría? No lo comprenderíais, porque para comprenderlo es necesario haber pasado por esta experiencia. A través del intelecto no podemos damos cuenta de lo que esto representa. Es como querer explicar un dolor de muelas a alguien que no lo haya tenido jamás, o como hablar del amor a alguien que no haya estado nunca enamorado. No se puede comprender lo que no se ha vivido. Incluso si yo os lo explicara, no lo comprenderíais. Es necesario trabajar, trabajar para cambiar de vida, para vivir una ~ida armónica: únicamente entonces conseguiremos poner en movimiento los centros sutiles de nuestro interior, porque la ley que rige estos centros es la armonía. Es poco frecuente, por desgracia, que el hombre viva y sienta de acuerdo a la armonía que reina en el universo. Esto es grave, porque el oponerse a las leyes, a las fuerzas, a las corrientes cósmicas, el hombre se aísla, se separa del universo, se rodea de barreras impenetrables. Entonces las fuerzas benéficas que provienen del cosmos para «dar de beber» y vivificar a todas las criaturas no pueden penetrar en él para eliminar las impurezas existentes y restablecer el orden y, como consecuencia, el hombre se debilita. Sí, la enfermedad es simplemente un desorden que se instala en el hombre cuando éste corta su conexión con el cosmos y no mantiene con él correctas relaciones. El hombre está obligado a realizar continuos intercambios con el cosmos para vivir: comer, beber, respirar, absorber la luz y el calor del Sol, recibir los rayos cósmicos... No puede sobrevivir ni un instante si estas relaciones se interrumpen, pero es tan inconsciente que no se da cuenta de que su vida depende de ello; se entretiene en romper los lazos que le unen al universo, en impedir que las energías circulen correctamente en su interior, poniendo trabas a la armonía que existe normalmente entre el cosmos y él. Sin embargo, únicamente esta armonía va a permitirle vivir intensamente, expansionarse y crecer. Es por esta razón que debéis habituaros a consagrar cada día algunos minutos a restablecer esta armonía con el cosmos en vuestro interior, e intentar vibrar de acuerdo con todos los seres de la creación, diciendo: «Y o quiero estar en armonía con vosotros, yo os amo, yo os amo, benditos seáis ... » Este ejercicio restablece la correcta circulación de las energías. Incluso los más sabios, los más santos, tienen de vez en cuando momentos de turbación, de agitación, pero enseguida se dan cuenta de que sus
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vibraciones han cambiado y restablecen la armonía. Mientras que la mayoría de personas permanecen durante días, semanas, e incluso años en completo desorden, para acabar siendo totalmente aniquilados. Es necesario decidirse a comprender, de una vez por todas, las leyes de la naturaleza, aprendiendo cómo está constituido el hombre y cuáles deben ser sus relaciones con dichas leyes. Si queréis conseguir la felicidad, la expansión interior, debéis pensar en la armonía, poneros en armonía con todo el universo. Evidentemente no lo conseguiréis enseguida, pero si perseveráis, un día sentiréis que todo en vosotros, desde los pies hasta la cabeza, se comunica y vibra al unísono con la vida cósmica.
En el seno de la madre, el niño está unido a ella por el cordón umbilical que está situado en la región del plexo solar; precisamente a través del cordón umbilical la madre lo alimenta. En el momento del nacimiento se corta esta conexión, y se puede decir por ello que el nacimiento no es más que el paso de un estado de dependencia a otro de independencia, de libertad. Pero, en realidad, el hombre todavía no es totalmente independiente porque su plexo solar está unido a la Madre Naturaleza, que lo lleva en su seno, lo sostiene y lo alimenta a través de otro cordón umbilical, que es un cordón etérico. Por esta razón en Oriente se preconiza la concentración sobre el ombligo. Por supuesto los occidentales, que lo ven todo desde un prisma externo, se burlan de estas prácticas que encuentran del todo ridículas, pero se equivocan. Las personas que se concentran en su ombligo, uniéndose al cosmos y pensando que, puesto que todavía dependen de la Madre Naturaleza, deben limpiar y purificar este. Canal por donde ella les envía los elementos más preciados y que tanto necesitan, experimentan una sensación de plenitud. En la medida en que conservan todavía este lazo con la naturaleza, puede decirse que la casi totalidad de los seres humanos todavía no han nacido: no han cortado el cordón umbilical. Para nacer han de salir del vientre de la naturaleza donde están todavía durmiendo y dando patadas! El hombre nace una primera vez cuando viene al mundo a través de su madre física, pero su verdadero nacimiento, lo que se llama iniciáticamente el segundo nacimiento, sólo puede producirse cuando consigue romper sus ataduras con «la naturaleza natural », como dicen los filósofos, para entrar
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en la naturaleza divina. Entonces el hombre es verdaderamente consciente, tiene claridad interior y está iluminado.
Se dice a menudo que entendemos con el corazón; se habla de la inteligencia del corazón. Incluso los Evangelios aluden al corazón como órgano de la comprensión. Pero, ¿de qué corazón se trata? No se trata, evidentemente, del corazón físico, del órgano que impulsa la sangre. No; el verdadero corazón, el corazón iniciático es el plexo solar; él siente, comprende y capta las grandes verdades cósmicas. El cerebro únicamente sabe estudiar, escribir y hablar un poco; sobre todo sabe presumir, incluso sin tener una idea muy clara de las cuestiones. Observad cómo suceden las cosas en el mundo actual: la gente discute, escribe, pero en realidad no ha comprendido nada, porque es imposible comprender correctamente con el cerebro. Para comprender las cosas hay que vivirlas, vivirlas con toda el alma. Cuando experimentáis un sentimiento, cuando sentís temor, angustia o amor, no lo sentís con el cerebro, ni con el corazón físico, sino que lo sentís con el plexo solar. Así pues, al situar el corazón en el plexo solar, los Iniciados demostraban conocer mucho mejor que los biólogos - que no ven más allá de lo físico y material -, la verdadera anatomía y fisiología humanas. Los biólogos han suprimido la auténtica realidad del ser humano. Los Iniciados, por el contrario, se interesan ante todo por el lado invisible y sutil. Poseen una ciencia prodigiosa, pero guardan en gran parte el secreto, porque su revelación sería peligrosa; de manera que solamente nos revelan algunas cosas, y el resto tenemos que descubrirlo nosotros mismos. Deberíais saber que el plexo solar controla la mayoría de las funciones del cuerpo físico, y, lo que es más importante, que ha creado y alimenta al cerebro. Sí, el cerebro es una creación del plexo solar, es su hijo; por esta razón el plexo solar lo alimenta, le envía refuerzos, y cuando deja de enviárselos el hombre pierde sus recursos, se torna somnoliento o tiene dolor de cabeza y no puede pensar. El cerebro no está separado del plexo solar, pero la causa de que no pueda beneficiarse siempre de su ayuda está en que no ha aprendido todavía a comunicarse con él. Así pues, como os decía, el plexo solar es un cerebro, pero un cerebro invertido. Efectivamente, en el cerebro la materia
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gris constituye la parte externa y la blanca la interna, mientras que en el caso del plexo solar sucede al revés. La materia gris - constituida por células nerviosas nos permite pensar, mientras que la blanca - constituida por fibras nerviosas, prolongación de las células - nos permite sentir. Así pues, gracias a la materia blanca situada en el exterior, el plexo solar percibe todo lo que ocurre en el organismo, en todas las células, lo cual le permite restablecer el equilibrio constantemente. El cerebro no percibe nada, excepto en casos de gran emergencia y, aún entonces, no sabe cómo solucionarlo. Si vuestro corazón late demasiado deprisa o demasiado despacio, o tenéis dolor de estómago, el cerebro es incapaz de actuar, lo cual es lógico, porque no le incumbe. Sin embargo, si creáis unas condiciones apropiadas para que vuestro plexo solar funcione correctamente, el equilibrio se restablecerá. El plexo solar posee una farmacopea formidable que no podéis ni siquiera imaginar y, por estar en relación con todos los órganos y con todas las células del cuerpo, puede fácilmente intervenir. Está, pues, mejor equipado que el cerebro, pero ésta es una cuestión que nadie explica correctamente, ni tan siquiera la ciencia médica. Con el desarrollo del cerebro, el hombre ha adquirido conciencia de sí mismo, gracias a lo cual se ha individualizado. El plexo solar, por el contrario, al ser la sede del subconsciente, pone al hombre en contacto con el océano de la vida universal, uniéndolo al cosmos, lo cual no sucede con el cerebro. En realidad, podría establecer esta comunicación pero no está todavía suficientemente desarrollado para ello, ya que es de formación reciente; por el contrario, la formación del plexo solar data de más antiguo. El cerebro se ha desarrollado muy tarde en los animales y en los hombres, de aquí que el cerebro de las hormigas, por ejemplo, esté mejor organizado que el del hombre, debido a que las hormigas son más viejas que él. El cerebro humano no está todavía perfectamente organizado; lo estará en el futuro, ya que su misión consiste en registrar la totalidad de conocimientos y concebir ideas, de momento, insospechadas. Pero, lo repito, el que dirige, el que da las órdenes y del que depende todo, es el plexo solar, junto con el centro Hara, situado un poco más abajo, ya que los dos están comunicados.
La humanidad contemporánea está a punto de autodestruirse porque lo esencial de sus actividades está situado en el cerebro: los estudios, los
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cálculos, las preocupaciones, etc .. , y puesto que el cerebro no está suficientemente preparado para resistir grandes tensiones, muchas enfermedades nerviosas proceden, en la actualidad, de una sobrecarga de este órgano. Debéis aprender, en consecuencia, a repartir vuestro trabajo entre los dos centros: el que está abajo, en el vientre, y el que está arriba, en la cabeza. Solamente encontraréis el equilibrio cuando lo consigáis. Es una ley mecánica: para obtener el equilibrio es necesario llenar no sólo un platillo, sino los dos platillos de la balanza. El cerebro no es más que un instrumento y no tiene vida propia. Para tener un buen instrumento hay que saber mantenerlo en buen estado. Tomad cualquier máquina o simplemente una lámpara: si disminuís o cortáis la corriente, su rendimiento no será el mismo. El cerebro humano es como una lámpara que ilumina y, al mismo tiempo, razona y ve. Pero en la mayoría de los casos no es una buena lámpara sino una sencilla bujía que no ilumina demasiado. Es necesario conectarla a una fuente inagotable que le permita acceder a todos sus recursos, y esta fuente es el plexo solar. ¿Por qué se le llamó « solar» en la antigüedad? Porque está ligado al sol, y el sol es el centro del universo. ¿Qué relación existe entre el cerebro y el plexo solar? Representan dos polos: uno masculino, emisor, y el otro femenino, receptor. Esta polaridad se encuentra en toda la naturaleza. Mirad lo que ocurre en una pareja: el marido se ocupa casi únicamente de ganar dinero para proporcionar a su mujer los medios necesarios para vestirse, perfumarse y cubrirse de joyas, y ahí la tenéis: elegante, suntuosa y atrayente, mientras que el pobre marido, vestido negligentemente, trabaja para poderle dar todo lo que ella necesita. Por supuesto que puede ser a la inversa: hablo en sentido figurado. El plexo solar y el cerebro están tan ligados el uno con el otro que pueden ayudarse mutuamente o por el contrario, obstaculizarse. Dios no ha concedido todo el poder a uno solo. Lo mismo ocurre para el hombre y la mujer: ha concedido poderes a la mujer y poderes al hombre, pero son poderes tan diferentes, que no pueden manifestarse plenamente si los dos principios no actúan unidos y trabajan en armonía para conseguir el mismo objetivo. Lo que el hombre puede dar, la mujer no puede dado, y lo que la mujer puede dar, el hombre no puede dado: pero si unen sus poderes, los resultados pueden ser fantásticos. En el caso de los dos cerebros, el plexo solar y el cerebro propiamente dicho, es importante comprender que actúan
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según la polaridad de los principios masculino y femenino, que se influyen mutuamente y que hay que conocer cuáles son sus respectivos poderes sobre la materia. Conocéis la experiencia del tubo de Crookes ...
El cátodo emite un flujo de electrones en dirección al ánodo: él permanece oscuro y la luminosidad aparece en la región del ánodo. Este experimento no es más que una ilustración de las relaciones que existen entre el principio masculino y el principio femenino. En toda la naturaleza veréis que estos dos principios trabajan juntos. Esta ciencia de los dos principios es la que Melquisedek reveló a Abraham, la ciencia que enseña de qué manera los dos principios masculino y femenino se encuentran en todo el Universo bajo formas distintas, trabajando simultáneamente. El cerebro se expresa, habla, ordena, organiza, se agita, grita y gesticula, pero, ¿quién le da la oportunidad de hacerlo? Es el plexo solar el que le envía las energías necesarias. Sin embargo el plexo solar no actúa visiblemente, sino a escondidas, en silencio; no se le ve y nadie sospecha siquiera que existe. Es el humilde marido, si queréis..., aunque en realidad tiene una función femenina, ya que es la nodriza, la riqueza infinita, la reserva inagotable de la naturaleza. En cuanto al cerebro, ya que ha sido formado por el plexo solar, en cierta medida es su hijo ... y puede considerarse también que es el marido, el que habla, discute y se impone, mientras su mujer, silenciosa, realiza la parte oscura del trabajo. Hay que comprender estos cambios de polaridad. El cerebro es activo, dinámico, pero se fatiga pronto si el plexo solar no le envía refuerzos. Por esta razón, antes de emprender una actividad intelectual importante, el discípulo debe trabajar su plexo solar. El cerebro es capaz de grandes cosas a condición de que el plexo solar le envíe suficiente energía. Así pues el origen, la fuente es el plexo solar, y el cerebro es la pantalla que ha de manifestar, expresar y presentar las cosas en la medida en que el plexo solar le dé la oportunidad de hacerlo. Las
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imágenes que se proyectan sobre la pantalla del cerebro provienen del plexo solar. Estas imágenes son proyectadas tanto si son buenas como si son malas. El mismo fenómeno ocurre en el cine. Sin embargo, en el cine, el principio masculino es el operador o el aparato que proyecta las imágenes sobre la pantalla, y la pantalla es el principio femenino, la materia sobre la que el espíritu proyecta sus fuerzas y sus energías; nuevamente un cambio de polaridad. Cuando tengáis que meditar o realizar un trabajo intelectual intenso, no empecéis por concentraros bruscamente en el tema de la meditación o del trabajo, ya que podéis bloquear vuestro cerebro y no conseguiréis nada. Empezad por concentraros sobre el plexo solar, y cuando sintáis que habéis encontrado un estado de paz y de dilatación, realizad vuestro trabajo: el cerebro estará entonces alimentado y sostenido por las energías que provienen del plexo solar. Y si en el transcurso de vuestro trabajo sentís que vuestro cerebro empieza a bloquearse, masajead vuestro plexo solar en sentido inverso a las agujas del reloj: pasados algunos minutos sentiréis que vuestra cabeza se ha despejado y podréis reemprender el trabajo. Hay que aprender a repartir la actividad entre el cerebro y el plexo solar, a semejanza del verdadero matrimonio, en el que el hombre y la mujer viven en armonía y comparten el trabajo; de esta manera el cerebro podrá manifestar todos los recursos que encierra el plexo solar. El plexo solar contiene en sus archivos todos los conocimientos del pasado más remoto y la función del cerebro consiste en hacerlos aflorar y expresarlos. El cerebro no es más que un instrumento encargado de sacar a la luz las riquezas enterradas en las profundidades de nuestro ser. Así pues el plexo solar también es un cerebro, pero invertido. La substancia blanca del plexo solar, situada en su parte externa, se comunica con la substancia blanca del cerebro situado en su interior, y la materia gris del plexo solar situada en su parte interna, con la materia gris del cerebro situado en el exterior. He aquí, de nuevo, una inversión, un cruce; y este cruce pasa por el cuello. Por esta razón, cuando sintáis que la comunicación no se realiza correctamente, tenéis que masajear el cuello en la región de las vértebras cervicales, para restablecer las corrientes que circulan desde el plexo solar al cerebro. El cuello es una vía de paso de gran importancia. Cuando se comprime con demasiada violencia el cuello de una persona, ésta muere, porque la vida que el plexo solar envía no puede llegar hasta el
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cerebro. Esto os hará comprender la importancia que tienen estos centros nerviosos; sin embargo la ciencia médica no toma en consideración todavía estos cruces que tienen lugar a nivel del cuello (el hemisferio derecho del cerebro rige la parte izquierda del cuerpo y el hemisferio izquierdo la parte derecha), para poder profundizar en ellos desde el punto de vista de las correspondencias cósmicas. Si aprendéis a concentraros con mucho amor en el plexo solar, llegaréis a disponer de todas sus energías para enviarlas al cerebro. Puesto que el cerebro es como una pantalla, cuanto más correctamente proyecte el cerebro del vientre - si se le puede llamar así -, imágenes sobre la pantalla del otro cerebro, mayor capacidad tendrá el hombre para actuar con energía. He aquí, una vez más, un fenómeno que se da en todos los órdenes de la existencia. Hace ya tiempo os hablé del «sol negro », del que nuestro sol recibe su energía. Este sol negro que da continuamente es el principio masculino, y nuestro sol que recibe las energías y que resplandece, es el principio femenino. No os diré que yo lo haya visto en realidad, pero ciertamente lo he visto en mi interior; existe, está ?allí, y sin él no existiría el sol que resplandece. Una vez más el cátodo y el ánodo, he aquí el tubo de Crooks aumentado a la dimensión del universo. ¡Qué claro y qué sencillo es! Por todas partes, por todas partes, encontramos los dos principios. ¿Queréis que os dé aún otro ejemplo? Tomemos un árbol: un árbol posee raíces, tronco y ramas. Las raíces envían la energía necesaria para que broten las hojas, las flores y los frutos. No se ven, pero quitadlas, y todo lo que es visible perecerá. Lo visible es siempre el resultado de algo invisible que está profundamente escondido. Las raíces del árbol representan el plexo solar, el tronco y las ramas representan nuestro tronco y nuestras extremidades. El hombre es como un árbol: tiene raíces, tronco, ramas y, en el cerebro, flores y frutos. El plexo solar corresponde a las raíces del cerebro, y es lo más importante, ya que las raíces son siempre lo más importante, pues si algo les ocurre a las raíces, el resto se marchita. Ved pues, una vez más, un argumento que nadie puede refutar: si cortáis las raíces del árbol, éste muere. Cuando queréis meditar, escogéis un tema espiritual en el que os concentráis; entonces podéis seguir el curso de vuestros pensamientos, su
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encadenamiento, discernir casi sus contornos, sus colores: es el cerebro el que trabaja. Pero si conseguís subir más alto en esta meditación, sentís que vuestro cerebro deja de funcionar, y entonces es el plexo solar el que entra en actividad: ya no comprendéis las cosas con el intelecto, analíticamente, sino que tenéis una comprensión sintética, vibráis en armonía con ellas, os invade una sensación de plenitud y la meditación se convierte en contemplación; ya no pensáis sino que contempláis algo esplendido, maravilloso y vivís intensamente. Entonces comprendéis las cosas mejor que con el pensamiento, pero no sabéis de qué manera las comprendéis. Se trata, sencillamente, de una evidencia absoluta: sí, porque habéis conseguido contactar con el corazón del universo. Estudiar, calibrar, comprender las cosas, no significa que ya hayamos contactado con el corazón del universo; son únicamente las condiciones previas. Sólo podréis conectar con el corazón del universo a través de vuestro propio corazón. Cuando vuestro corazón - el plexo solar -, empiece a sentir, a amar, a vivir con gran intensidad, podréis realmente tocar, «remover» el corazón universal, el corazón de Dios, y de este corazón llegarán hasta vosotros energías, fuerzas y corrientes que os vivificarán y os iluminarán: sí, cuando consigáis proyectar desde vuestro corazón una inmensa energía de amor, el otro corazón os responderá: son las leyes de la afinidad y del eco. Tomar contacto con el corazón del universo es conocer, sentir, penetrar en los proyectos y los planes del Eterno, el Alma universal. Pero esto no lo conseguiréis a través de la ciencia, ni a través de los conocimientos que os aportan los libros, ni a través de discursos, por muy elocuentes que sean. Para conectar con el corazón del universo hay que vibrar con la misma longitud de onda que él, es decir, emanar el mismo amor desinteresado. Cuando lo que pedís, lo que anheláis, lo que deseáis, no está relacionado exclusivamente con vuestro interés personal sino con el bien de la humanidad y de todo el universo, entonces vuestro deseo vibra con la misma longitud de onda que el corazón del universo. y puesto que el corazón del universo es la fuente de la vida, la fuente de la felicidad, la fuente de la bondad, de la poesía, de la música, la fuente de todo lo que es espléndido y divino, entonces recibís esta vida, esta felicidad, este esplendor ... Saboreáis la plenitud.
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En el momento en que tomáis contacto con el corazón de alguien, obtenéis de él todo lo que pedís. Aquél con cuyo corazón habéis conectado os abre las puertas y os lo da todo. Algunos días platicáis con el Cielo para que se apiade de vosotros e intentáis conmoverlo, pero no sirve de nada. El os responde: «No comprendo lo que me dices », y os da con la puerta en las narices. Otros días no decís nada, os limitáis a observar, y os dice: «Ven, entra y toma esto» ¿Cómo es posible que esto ocurra? Es necesario descubrir el secreto. Un día os hablé de la radio de galena. Hace algunas decenas de años, cuando los aparatos de radio no estaban tan perfeccionados y difundidos, mucha gente se fabricaba radios de galena. Para captar las emisoras de radio había que desplazar una pequeña aguja sobre un cristal de galena con el fin de establecer contacto. Cuando la aguja tocaba ciertos puntos, se oían inmediatamente palabras y música, mientras que en otros puntos no se oía nada. Este fenómeno me ha dado mucho que pensar... Paseáis de derecha a izquierda la aguja sobre la piedra y no oís nada. Sin embargo, la estáis tocando. Sí, pero no « tocáis» su corazón... y es que esta piedra tiene también un corazón. En el momento en que « tocáis» su corazón, oís enseguida música. Existe también un corazón en el universo, pero no conocemos sus leyes, por lo que no conseguimos establecer contacto para captar sus ondas y recibir sus revelaciones. Para poder conectar con el corazón del universo, debéis intensificar vuestro amor. Es un trabajo que se realiza con el plexo solar. En ese momento, ya os lo he dicho, proyectáis, sin pensarlo, un poder, una gran energía de amor, y la dirigís libremente, mientras que vuestro cerebro reposa. Comprendéis, sois conscientes y dirigís vuestra energía sin que vuestro cerebro esté tenso o en actividad. ¿Cómo explicarlo? : existe otra forma de pensamiento, otra forma de comprensión que hay que llegar a descubrir.
Centre OMRAAM
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Importancia del plexo solar EJ ERCICIOS Según el Maestro OMRAAM MIK HAËL AÏVANHOV
El plexo solar dirige todas las funciones del cuerpo físico; de él dependen la respiración, la eliminación, la nutrición, el crecimiento, la circulación, el sistema nervioso... A través del plexo solar el hombre comunica realmente con el universo, porque el plexo solar está unido a todo el cosmos. Por lo tanto es un centro extremadamente importante para nosotros y debemos evitar todo aquello que lo pueda contraer, porque gobierna a su vez la contracción de los vasos sanguíneos y de los diferentes canales del organismo, y cuando la sangre o los demás líquidos circulan mal, se forman depósitos que, con el tiempo, acaban por producir toda clase de molestias. Cómo reforzar el plexo solar Lo que más perturba el plexo solar y, como consecuencia, a los órganos internos: el hígado, los riñones, el estómago, etc., son el miedo, la cólera, los temores, la duda, el amor desordenado, los pensamientos y sentimientos caóticos; y puesto que el plexo solar es un depósito de fuerzas, la consecuencia de este desorden es una des magnetización total. Pero aunque el plexo solar se puede vaciar, también se puede llenar, y esto es lo que debe aprender el discípulo: cómo llenar su plexo solar. Os daré algunos métodos:
1. Cada árbol es un depósito de fuerzas salidas del sol y de la tierra, y podemos extraer estas fuerzas. Escoged un gran árbol: un cedro, un roble, un haya o un abeto... os arrimáis a él colocando vuestra mano izquierda a vuestra espalda, con la palma apoyada en el tronco del árbol, y al mismo tiempo colocáis la palma de vuestra mano derecha sobre el plexo solar. Os concentráis en el árbol pidiéndole que os dé una parte de su fuerza; entonces se produce una especie de transfusión de energías que recibís a través de vuestra mano izquierda y que cedéis mediante la mano derecha al plexo solar. Luego, dais las gracias al árbol.
2. También podéis reforzar vuestro plexo solar si miráis y escucháis fluir el agua de un manantial, de una cascada, de una fuente. En apariencia se trata de un método insignificante pero que da excelentes resultados. El agua que fluye afecta al plexo solar que se pone a trabajar expulsando los materiales nocivos.
3. Cuando meditéis sobre temas elevados y divinos, podéis colocar vuestra mano sobre el plexo solar a fin de llenarlo de fuerzas y de energías que podéis utilizar más tarde. Cuando os sentís llenos de alegría o de fuerza, no los desperdiciéis inútilmente en gestos, palabras, pensamientos y sentimientos; utilizad este método: colocad vuestra mano derecha sobre el plexo solar meditando, y llenadlo silenciosamente con esta fuerza, con esta alegría. Nuestro plexo solar es el banco en el que podemos guardar el dinero que necesitaremos más tarde. Podemos experimentado cada día. El plexo solar es un cerebro invertido: en el cerebro la materia gris está fuera y la materia blanca dentro, mientras que en el plexo solar la materia gris está dentro y la materia blanca fuera. El plexo
solar ha creado el cerebro y lo alimenta, lo mantiene, es decir, lo energetiza, le da fuerza, y cuando deja de hacerlo, el hombre se duerme, se embrutece, o le duele la cabeza y no puede reflexionar. En realidad, el cerebro no está separado del plexo solar, pero es muy raro que alguien sepa cómo hacer subir las energías desde el plexo solar hasta el cerebro. El cerebro es dinámico, activo, pero se fatiga enseguida si no está sostenido por las energías del plexo solar. Por ello, antes de hacer un esfuerzo intelectual, antes de meditar, de concentraros, tenéis que actuar sobre vuestro plexo solar. Dadle masaje, por ejemplo, en sentido contrario a las agujas de un reloj... Después de algunos minutos sentiréis que vuestro pensamiento se libera, y que os podéis poner a trabajar. Es necesario que la actividad se reparta armónicamente entre el cerebro y el plexo solar. En ciertas circunstancias de la vida corriente, habréis observado sin duda la existencia de una relación entre los pies y el plexo solar. Cuando tenéis los pies muy fríos, sentís una contracción en el plexo solar, y si coméis en este momento, la digestión resulta difícil. Mientras que si .introducís, por ejemplo, vuestros pies en agua caliente, percibiréis una dilatación en el plexo solar, una sensación muy agradable que os produce bienestar. Por lo tanto, cuando os sintáis desmagnetizados, inquietos o contraídos, preparad agua caliente, meted en ella vuestros pies y lavadlos atentamente: con ello actuáis sobre el plexo solar dándole fuerzas, y vuestro estado de conciencia se transformará inmediatamente. Si un día, en vuestra casa, no conseguís meditar, tomad un baño de pies y veréis cómo os concentráis mucho más fácilmente. *******
CONFERENCIA DEL MAESTRO
OMRAAM M IK HAËL AÏVANHIV Bonfin 9 de Agosto de 1970
OM-08
El plexo solar y el cerebro Algunos de vosotros quizás se asombran de que yo diga, a veces, que Dios está tan lejano y es tan inaccesible que resulta imposible comunicar con El, y otras, por el contrario, que es tan accesible y está tan próximo, que podemos casi tocarle. ¿Dónde está la verdad? ¿Acaso yo me contradigo? No, en realidad no hay ninguna contradicción. Por una parte, es verdad que Dios es tan poderoso que aquel que accediera directamente a El sin estar preparado, sin ser tan puro como un Querubín, como un Serafín, sería pulverizado y desaparecería. Podéis daros una idea a través de la electricidad. Tocad un hilo eléctrico de alta tensión y moriréis. Y , ¿qué es la electricidad al lado de Dios? Como veis, la electricidad es algo que puede hacemos reflexionar. .. SÍ, pero aunque Dios sea inaccesible para nosotros, aunque seamos demasiado débiles e imperfectos para soportar Su presencia, podemos, sin embargo, comunicar con El. ¿Cómo? Toda una jerarquía angélica une la tierra al cielo y nada puede impedir que la vida que Dios envía llegue hasta nosotros e incluso hasta el centro de la tierra o las profundidades de los océanos. Pero esto se hace a través de intermediarios, de mensajeros, y a medida que se aleja de la fuente, esta vida se condensa, se contrae hasta volverse casi tangible. La luz, el calor y la vida que conocemos no son más que un aspecto inferior de la verdadera luz, del verdadero calor y de la verdadera vida. Todo lo que viene hacia nosotros, esta luz del sol, este calor del sol, esta vitalidad del sol, no son más que una condensación de algo más sutil. Detrás de la luz del sol está la luz de Dios, pero no podemos conocerla como tampoco podemos conocer su calor, su amor o su vida, es decir, el grado más intenso de la vida. Entonces, como veis, no hay contradicción.
Dios es irreconocible, inasequible, y al mismo tiempo casi nos toca, pero bajo una forma muy lejana, muy imperfecta. He ahí la verdadera ciencia. No hay que imaginarse que la luz del sol es la verdadera luz de Dios. Es un reflejo de la verdadera luz, y un reflejo muy pálido. La otra luz, no podemos conocerla ni comprenderla; es tan sumamente sutil y poderosa, que no es más que tinieblas para nosotros, e incluso para otros espíritus más evolucionados que nosotros. En la Ciencia iniciática se ha dicho que las tinieblas han producido la luz, que en el origen existía el caos, la materia inorganizada... «hilé», como lo llaman los Griegos. Este caos está simbolizado por un círculo, el cero. Simbólicamente, el círculo es el infinito, la materia inanimada. Pero es muy difícil entender tales nociones. Hay que estar muy evolucionado para comprender. .. O mejor dicho, no tratar de comprender mediante el cerebro, porque hay otros centros, otros órganos en el hombre que están por encima del cerebro. El cerebro, el pobre, no puede hacer gran cosa. Por eso los filósofos y los sabios que quieren comprenderlo todo intelectualmente no lo logran. Teóricamente, sí, el cerebro es capaz. Pero comprender verdaderamente las cosas, sentirlas, saborearlas y vividas, no corresponde al cerebro, sino al corazón. Por otra parte frecuentemente se dice que es el corazón el que comprende, y se habla de la inteligencia del corazón... Los Evangelios aluden al corazón como órgano de comprensión. Pero, ¿de qué corazón se trata? Creemos que se trata del corazón físico, del órgano que hace circular la sangre. No. El verdadero corazón, el corazón iniciático, es el plexo solar; es él el que siente, el que comprende, el que entiende las grandes verdades cósmicas. El cerebro solamente sabe discutir un poco, escribir, hablar sin tener verdaderamente una idea clara de las cosas. Mirad lo que ocurre en el mundo de la quinta raza: se explica, se habla y se escribe, pero en realidad no se comprende nada. Porque a través del cerebro es imposible comprender correctamente. Hay que vivir las cosas para comprenderlas, hay que vivirlas con todo nuestro ser. El plexo solar dirige todas las funciones del cuerpo físico; de él dependen la respiración, la eliminación, la nutrición, el crecimiento, la circulación, el sistema nervioso... Y es él quien ha creado y quien alimenta el cerebro. Sí, el cerebro es un producto del plexo solar, es su hijo. El plexo solar envía ayuda al cerebro, es decir energías y fuerzas, y cuando deja de
enviarlas el hombre se duerme, se embrutece, le duele la cabeza y no puede reflexionar. El cerebro no está separado del plexo solar, pero aún no sabe entrar en comunicación con él. Y a os he explicado que el plexo solar es un cerebro invertido porque en éste, la materia gris está en el exterior y la materia blanca en el interior, mientras que en el plexo solar es al revés. Os he dicho también que la materia gris permite pensar, mientras que la materia blanca permite sentir. Por tanto, gracias a la materia blanca que está en la parte externa, el plexo solar siente todo lo que ocurre en el ser humano, en todas sus células; por eso continuamente trata de restablecer el equilibrio. Mientras que el cerebro no siente nada, salvo cuando todo va muy mal y todo está atascado. Pero no sabe cómo remediarlo. Por ejemplo, cuando el corazón late demasiado rápido o demasiado lento, o tenemos dolores de estómago, el cerebro es incapaz de hacer algo. Por otra parte esto no depende de él. Mientras que si le proporcionamos las condiciones adecuadas para funcionar normalmente, el plexo solar lo restablece todo. Posee una farmacia formidable que no podéis ni siquiera imaginaros; al estar en comunicación con todos los órganos, con todas las células, sabe lo que pasa y puede remediado. Así pues, está mejor equipado que el cerebro. Pero todo esto no está bien explicado, ni siquiera en la ciencia médica.
El hombre puede comunicar realmente con el universo a través del plexo solar, porque éste comunica con el cosmos, sin embargo el cerebro no puede. En realidad se podría establecer esta comunicación, pero el cerebro no está todavía suficientemente desarrollado porque su formación es muy reciente, mientras que el plexo solar existe desde tiempos inmemoriales. El cerebro se desarrolló muy tarde en los animales y en los hombres. Así, el cerebro de las hormigas, por ejemplo, está mejor organizado que el del hombre porque las hormigas existen desde antes. Si se compara el cerebro de las hormigas con el del hombre es asombroso ver de qué manera aquéllas han logrado organizar un cerebro tan minúsculo... Nos preguntamos cuál es ese misterio: un cerebro tan pequeño capaz de hacer cosas más extraordinarias que el del hombre. El cerebro humano no está todavía bien organizado, pero lo estará más adelante porque su misión consiste en registrar la totalidad de conocimientos y concebir realizaciones fantásticas. Pero, repito, el que dirige, el que manda y del que todo
depende, es el plexo solar, con el Centro Hara situado un poco más bajo; ambos están en comunicación. Los sabios orientales son los únicos que conocen bien el centro Hara, que se encuentra exactamente cuatro centímetros debajo del ombligo. Los Occidentales están a punto de destruirse porque han concentrado toda su actividad en el cerebro: los estudios, los cálculos, los problemas, etc. ... Y como el cerebro no está preparado para resistir una gran tensión, muchas de las enfermedades nerviosas vienen actualmente del hecho de haberlo sobrecargado. Si los Occidentales supieran cómo repartir el trabajo entre el plexo solar y el cerebro, no se cansarían nunca. ¿Por qué? Porque el plexo solar no se cansa jamás, es un depósito casi inagotable. Pero los humanos viven una vida estúpida, alterando al plexo solar en sus funciones, con lo cual entonces se sienten bloqueados, oprimidos, con los nervios deshechos. Cuántos hermanos y hermanas vienen a quejarse: «Maestro, siento aquí algo que me oprime ... » Evidentemente se trata de su plexo solar que se ha contraído. Al no vivir correctamente, pueden destruir el factor más importante del que depende todo su organismo. Hay métodos para entrar en comunicación con el plexo solar y darle la orden o instarle a que remedie ciertas deficiencias. Si llegamos a entrar en comunicación con el plexo solar, podemos verdaderamente hacer maravillas. Es toda una ciencia que se estudiará en el futuro. De momento no es posible entrar en comunicación con el plexo solar; vive su vida independientemente y el hombre no puede casi nada sobre él, excepto actuar indirectamente esperando poder hacerla un día directamente. Y , ¿cómo actuar indirectamente? Esforzándose en vivir una vida pura, sensata, luminosa, una vida en armonía con todo el universo. Esta vida actúa sobre el plexo solar, lo distiende, lo libera de ciertos obstáculos. Y cuando se libera, remedia rápidamente todo porque es extremadamente poderoso y capaz hasta de cambiar la forma del cuerpo. ¡Cuántas veces os he dicho que sólo hay que confiar en la propia manera de vivir! Sí, porque no hay nada tan importante; siempre será ésta la clave de todo. Pero por el momento rechazamos la manera de vivir como algo ineficaz, mientras que lo que comemos, lo que bebemos y todo lo externo, los vestidos, el alojamiento y los electrodomésticos, adquieren una importancia incalculable. Evidentemente, el café, el vino, las drogas, los excitantes o los tranquilizantes, la compañía de una joven bonita, los viajes,
etc... son cosas formidables, poderosas, no hay duda. Mientras que vivir, cambiar de vida... j Dios mío, qué decepcionante es! No se obtienen resultados, no se ve nada. Estas son conclusiones de personas que no han vivido lo bastante para poder verificar todas estas leyes. Pero hubo en el pasado seres que vivieron durante siglos y que tuvieron todas las posibilidades de observar, de anotar, de clasificar lo que veían, y sacaron la conclusión de que a la larga, lo más importante y lo más eficaz es la manera de vivir. Los medios externos aparentemente son eficaces y rápidos; pero lo cierto es que producen estragos, daños, y aparecen deudas que hay que pagar… ¡Es complicado! ¿Dónde encontraréis a alguien que os hable de la manera de vivir? En todo caso no serán ni los sabios, ni los médicos, ni los farmacéuticos. Os aconsejarán: «Tornad esto ... tragadlo y os sentiréis bien». La manera de vivir no la predica nadie excepto los grandes Iniciados, porque ellos han vivido, han sufrido y han comprendido. Pero, ¿quién les escucha? Nos basamos en las sensaciones momentáneas, sin pensar en las consecuencias. Yo insisto, y aunque no me creáis, seguiré diciéndolo: «Queridos hermanos y hermanas, la manera de vivir está por encima de todo». Y o no cuento más que con mi manera de vivir. Si me ocurren cosas desagradables, entonces me digo: «Es porque no he llegado todavía a vivir en la divinidad; he ahí por qué estoy en este estado». Yo no acuso jamás a nada ni a nadie en el mundo. Mientras que los humanos acusan siempre a su mujer, a sus hijos, a los vecinos, a las circunstancias o al Estado... y sobre todo a Dios. Nunca se les ocurre pensar que su manera de vivir es posiblemente la causa esencial de sus dificultades y de sus desgracias. Sé muy bien que lo que os digo no va a ser aceptado. ¡Está tan lejano! No se parece en nada a lo que la gente hace! Pero debo decírselo. Le guste o no, debo decÍrselo. Cada vez que os ocurran cosas desagradables, buscad la explicación y encontraréis que la verdadera causa está en que no vivís como es debido, es decir que no pensáis correctamente, que no sentís correctamente, que no os comportáis correctamente. De lo contrario no tendríais todas esas dificultades ni sufriríais esos estados de conciencia deplorables. Porque imaginarse que uno es perfecto cuando todo le va mal en la vida, es simplemente no razonar. Desde hoy decidíos a tomar como punto de referencia la manera de vivir y veréis como todo resulta sencillo para vosotros.
Y si me preguntáis: «y usted, ¿vive correctamente?» Os responderé sinceramente: «En comparación a muchos que he observado, sí, vivo una vida magnífica. Pero si me comparo a las divinidades, pienso que debo todavía trabajar mucho para alcanzarles». Porque la vida, la manera de vivir admite grados. Supongamos que pensáis correctamente, luminosamente, que amáis al mundo entero, que trabajáis para el bien, etc. ; un buen día, cuando vayáis más lejos, aparecerán ante vosotros otras actividades y otros trabajos de un esplendor que no podíais ni imaginar. Lo que hacíais antes, estaba bien; en comparación con lo que se hace en el mundo, estaba bien. Pero un día descubriréis que existen formas todavía más perfectas. Esta es la verdad y el deciros esto no me rebaja. Si me comparo con las hormigas, evidentemente, soy un elefante; pero si me comparo con los Querubines y los Serafines, soy una hormiga, o tal vez aún menos, una pulga ... i Y aunque esapulga os moleste, no queméis la manta!
Le Bonfin, 9 de Agosto de 1970
Centre OMRAAM
Institut Solve et Coagula Reus
CONFERENCIA DEL MAESTRO
OMRAAM M IK HAËL AÏVANHIV Bonfin 19 de Septiembre de 1970
PARA OM-08
EL PLEXO SOL AR Y EL CEREBRO Hoy diré algunas palabras sobre el plexo solar y el cerebro para mostraros cuán vasta, rica e importante es esta cuestión. ¿Qué son el plexo solar y el cerebro? Representan dos principios, dos polos: el uno masculino, emisivo, y el otro femenino, receptivo. Encontramos estos dos principios en toda la naturaleza. Mirad lo que ocurre en una familia: el marido trabaja y gana mucho dinero para proporcionar a su mujer los medios para vestirse; y ella se pone elegante, suntuosa, atractiva, y el pobre marido, con ropas desaliñadas, trabaja para poder dárselo todo. Conocéis, sin duda, el experimento del tubo de Crooks... ¿Qué hay en ese tubo? Un ánodo y un cátodo. Cuando la corriente circula, el cátodo emite una corriente de electrones en dirección al ánodo, pero el cátodo queda oscuro y es en la región del ánodo donde aparece una luminiscencia. Este experimento no es más que un ejemplo de la relación que existe entre el principio masculino y el principio femenino. En toda la naturaleza encontraréis siempre lo mismo. Como ya os he dicho, Melquisedec reveló a Abrahamesta El plexo solar y el cerebro ciencia iniciática de los dos principios: cómo los dos principios, masculino y femenino, se encuentran en el universo bajo formas diferentes y cómo trabajan juntos.
Cátodo -
+Anodo
Experimento de Crooks
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Ciencia iniciática de los dos principios: cómo los dos principios, masculino y femenino, se encuentran en el universo bajo formas diferentes y cómo trabajan juntos. El cerebro se manifiesta, ordena, trastorna, chilla y gesticula. Pero, ¿cuál es la causa? Es el plexo solar. El envía las energías. Pero sucede que al plexo solar no lo vemos; está ahí, escondido, silencioso, no se manifiesta, nadie sospecha su existencia. Es el humilde marido, si queréis... Pero en realidad, aquí, es el contrario. El plexo solar es la mujer, la madre nodriza, la riqueza infinita, el depósito inagotable de la naturaleza. El plexo solar, es el principio femenino; y el cerebro es una formación del plexo solar, es su hijo... O es el marido, si lo preferís, el marido que se manifiesta siempre, que habla, discute y se impone. Aquí ocurre lo contrario. ¿Por qué los hindús han puesto a Shiva en el cerebro, cuando Shiva es el principio dinámico, masculino, destructivo? ¿Y por qué dicen también que el cerebro, es decir el intelecto, la mente, es el destructor de lo real? El cerebro es activo, dinámico, pero se cansa rápidamente si el plexo solar no lo sustenta. Por eso, antes de activar su cerebro, antes de meditar, de concentrarse, el discípulo tiene que hacer un trabajo en el plexo solar. El cerebro es capaz de muchas cosas, pero a condición de que el plexo solar le envíe fuerzas y energías. Hay días, que a pesar de vuestros esfuerzo el cerebro está somnoliento; se debe a que el plexo solar no ha podido enviar todos los elementos necesarios. Pero otros días, al contrario, os sentís inspirados, trabajáis y creáis con la imaginación cosas extraordinarias porque el plexo solar ha dado todos los elementos. Así pues, la causa, la fuente es el plexo solar, y el cerebro es la pantalla que tiene que manifestar, expresar y presentar las cosas tanto como se lo permita el plexo solar. Lo mismo ocurre en el cine, en el que el principio masculino es el operador o el aparato que proyecta las imágenes y ·la pantalla representa aquí el principio femenino, la materia sobre la cual el espíritu proyecta sus fuerzas y sus energías. Se trata de otro cambio de polaridad. Cuando miráis un objeto, la imagen que se forma en el ojo está invertida; después, cuando es transmitida al cerebro, hay otra inversión y veis el objeto exactamente como es. Hay pues, inversiones y cruces. En otras conferencias ya os he hablado de estos cruces, explicándoos cómo lo que está a la izquierda pasa a la derecha y lo que está a la derecha, a la izquierda; cómo lo que está
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arriba pasa abajo, etc... Este cruce, esta inversión es uno de los misterios más grandes de la creación. Lo encontramos en la filosofía hindú: la fuerza Kundalini, que representa el principio femenino, es activa, dinámica, cuando la mujer en la realidad debe de ser pasiva porque corresponde a la materia. Pero aquí, Shiva, el principio masculino, queda inmóvil en el cerebro y el principio femenino, Kundalini, tiene que alcanzado para unirse a él. ¿Por qué esta inversión en la actividad de los dos principios? He ahí uno de los misterios más grandes que los humanos jamás han elucidado. A menudo os he explicado que en el plano físico, la mujer permanece inmóvil mientras que el hombre es activo, emprendedor. Pero en el plano astral, es todo lo contrario; allí el hombre se vuelve mujer, receptivo, mientras que la mujer se vuelve hombre, activa, dinámica. Todavía más arriba , en el plano mental, el hombre vuelve a ser activo y la mujer receptiva. Y así sucesivamente... De un plano a otro cada vez hay una inversión, un cruce. El símbolo de la cruz expresa también esta inversión de procesos y de actividades en la naturaleza. Pero los cristianos no han comprendido la profundidad de este símbolo ni la ciencia escondida en la cruz. Hace cincuenta mil años, cien mil años que se conoce la cruz y que se trabaja con la cruz. No es el Cristianismo el que la ha traído. En las religiones del mundo entero, entre los mayas, los aztecas, los japoneses, los tibetanos, los hindús, los Caldeos, los egipcios, encontraréis la cruz bajo todas las formas, porque hay una ciencia inmensa detrás de ese símbolo. Cuando os hablo de la cruz, sobreentiendo la cruz de tres dimensiones hecha de veintidós superficies, a las cuales corresponden las veintidós letras del alfabeto hebraico. SÍ, veintidós superficies porque hay cinco cubos que tenemos que poner de cierta manera: uno al centro y luego otros dos, arriba y abajo, más uno a la derecha y otro a la izquierda; esto da veintidós superficies. Estos cinco cubos son como cinco elementos, aunque no se habla nunca del quinto elemento. ¿Qué es la quintaesencia? Es, precisamente, la quinta esencia. La quintaesencia de una cosa, es su quinta esencia, es decir el
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quinto elemento, un elemento sutil, que vive en los cuatro restantes, impregnándolos. Y los otros cuatro son la tierra, el agua, el aire y el fuego. El discípulo que practica la meditación tiene que saber que su cerebro no puede asumir solo todas las cargas, porque se agota; y como consecuencia sufre tensiones y enfermedades nerviosas. Por otra parte, en este terreno casi todo el mundo se encuentra mal, porque trabaja solamente con el cerebro. Si os acordáis, en otras conferencias, os di un ejercicio que podéis hacer cuando sentís que el cerebro no funciona muy bien, que está bloqueado: daros masajes en el plexo solar en el sentido inverso de las agujas de un reloj... Después de algunos minutos sentiréis que el pensamiento está despejado y que podéis trabajar de nuevo. Hace falta que de ahora en adelante se reparta la actividad entre el cerebro y el plexo solar como en el verdadero matrimonio, donde el hombre y la mujer viven en armonía, repartiéndose el trabajo. Entonces el cerebro podrá expresar todas las riquezas y los poderes acumulados en el plexo solar. El plexo solar contiene en su memoria, en sus archivos, todos los conocimientos del pasado más remoto, y es el cerebro el que debe ahora expresarlos. Por lo tanto, el cerebro no es más que un instrumento encargado de expresar lo que está escondido en la profundidad de nuestro ser; por eso el plexo solar está situado debajo del cerebro. Los Iniciados de la India, los Rishis, que poseían esta sabiduría, han puesto al Dios creador, Brahma, en las entrañas del ser humano, en el plexo solar. En apariencia no es muy respetuoso. Puesto que el Creador es el más poderoso, el mas glorioso y todos los demás dependen de EL.. ¿ Por qué Le habrán puesto tan bajo? ¿No habrá una razón que se nos escapa? ¿Y por qué pusieron a Visnú en los pulmones y en el corazón? ¿Y por qué a Shiva en el cerebro?.. Como si fuera Shiva el más inteligente y el más sabio... Ahí hay un gran secreto, una gran ciencia que los antiguos hindús conocían. Evidentemente, Brahma no es exactamente el principio femenino, pero aquí representa al mismo tiempo el espíritu y la Materia, el Creador y la Madre Divina, el Ser primordial de quien todo procede. Hoy, quisiera simplemente deciros algunas palabras para mostraros cómo estos dos principios masculino y femenino se encuentran en todas partes, en el trigo y en las uvas, en la cara. En la religión hindú están representados por el símbolo del lingam, y en el alfabeto hebraico por la letra SHIN * que está dibujado como una barca con su mástil, o como una golondrina que sólo tiene
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cabeza y alas. Y cuando el hombre reza con los brazos levantados, conforma la imagen de la letra Shin, del lingam, de los dos principios masculino y femenino. En la conferencia anterior os he dicho que el plexo solar también es un cerebro, pero invertido. La sustancia blanca del plexo solar comunica con la materia blanca del cerebro, y la materia gris del plexo solar con la materia gris del cerebro. He ahí otra vez una inversión, un cruce, y este cruce pasa por el cuello. Por eso, cuando las comunicaciones no funcionan muy bien, hay que darle masaje al cuello, en la región de las vértebras cervicales, para poder restablecer las corrientes que van del plexo solar hasta el cerebro. He ahí la importancia del cuello... Cuando apretamos violentamente el cuello de alguien, muere porque la vida que el plexo solar envía no puede llegar al cerebro. Entonces, como veis, estos centros nerviosos son muy importantes. Pero la ciencia médica no se ha fijado en estos cruces que se producen a la altura del cuello (el hemisferio derecho del cerebro gobierna la parte izquierda del cuerpo, y el hemisferio izquierdo la parte derecha) y no ha profundizado esta cuestión desde el punto de vista de las correspondencias cósmicas. En sus meditaciones, el discípulo debe unirse al plexo solar para que la actividad se reparta armónicamente entre este centro y el cerebro. Así pues tiene que comenzar por concentrarse en el plexo solar con mucho amor para llegar a disponer de todas sus posibilidades y enviarlas hacia el cerebro. Quizás ya os he contado que un día reprendí a un conocido escritor; en uno de sus libros había ridiculizado una enseñanza esotérica que preconizaba la concentración en el ombligo. I Le di una buena lección! Le dije: « ¿Ha estudiado usted esta cuestión? No. Usted es el más grande de los ignorantes. Usted se ríe de la gente que se concentra en el ombligo porque no sabe lo que hay de esencial en esa región, ni de dónde viene esa tradición, ni quién ha encontrado esas grandes verdades». Le mostré que no conocía nada y lo mejor que podía hacer era no ocuparse más de esas cuestiones, para no ser humillado un día por otros más instruidos que él. ¿Por qué se entromete la gente cuando no sabe nada? Esta práctica de concentrarse en la región del ombligo, donde se encuentran el plexo solar y el centro Hara, viene de un pasado muy lejano, porque los clarividentes y los Iniciados conocían la estructura del ser humano, cómo Dios lo ha formado en Sus talleres celestes, y sabían lo que había puesto en esta
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región del ombligo. También os puedo citar a autores cristianos muy conocidos que han dejado en sus obras indicaciones sobre la práctica de concentrarse sobre el centro Hara y las sensaciones y revelaciones que ello produce. Así pues, hace siglos, ciertos cristianos ya conocían estas prácticas ... Naturalmente, sé que hay toda clase de supersticiones añadidas y que muchas prácticas han sido inventadas por ignorantes, pero no es una razón para rechazado todo a la ligera. Esta práctica de concentrarse sobre el centro Hara tiene un sentido muy profundo. Para que el hombre pueda trabajar hace falta que las comunicaciones entre el cerebro y el plexo solar se hagan correctamente. El cerebro no es más que una pantalla en la que todo se proyecta. Por eso cuanto más correctamente se proyecta el cerebro del vientre, por llamarlo así, tanto más activo puede volverse el hombre... Es un fenómeno que encontramos en la existencia muy a menudo. Hay alguien, por ejemplo, que se ocupa de un joven; le proporciona medios, dinero, y él termina sus estudios en la Universidad o en la Academia, y llega a ser un gran sabio o un gran artista. Si no hubiese encontrado quien se ocupara de él, habría seguido siendo un pobre desgraciado porque no tenía ni dinero ni posibilidades. Hay así mucha gente con gran talento que han sucumbido y desaparecido porque no han encontrado ayuda. Cuando se estudia la vida de los grandes conquistadores o los grandes inventores, se ve que, muy a menudo, había a su lado, en la sombra, una mujer, una mujer abnegada que era la causa de sus éxitos, porque era ella quien les animaba, les consolaba, les inspiraba. Pero nunca se ha dicho que existiera esa mujer, ni tampoco que si habían llegado a ser algo, era justamente gracias a este centro oscuro. En política, a un gran ministro, a un jefe de Estado, no sabemos quien le sostiene. Pero si no hay nadie en la sombra que le sostenga, al día siguiente, estará acabado. Hay siempre alguien que mueve los hilos, no se sabe quién es, es un misterio. Si tal ministro es poderoso hoy, es porque otros, detrás, le han promocionado, por medio de los periódicos o la propaganda ... Y luego, si quieren hacerle caer, en veinticuatro horas lo logran. Siempre ocurre así: una cosa que es oscura y otra que brilla gracias a ese lado oscuro. Ya os hablé hace tiempo del sol negro que da su energía a nuestro sol. El sol negro, que da y da sin cesar, es el principio masculino, y nuestro sol que recibe las energías, es el principio femenino... Y no sólo brilla sino que
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siempre sonríe. Mirad cómo los niños lo pintan: j Con una sonrisa de oreja a oreja! El sol siempre está sonriendo. No os diré que haya visto realmente ese sol negro, pero sí lo he visto interiormente; está ahí, existe, y sin él no existiría el sol radiante. He ahí El cátodo y el ánodo, el tubo de Crooks agrandado a las dimensiones del universo. ¿Veis lo claro, lo sencillo que es? Por todos lados, en cualquier parte, encontramos los dos principios. Y , ¿queréis que os dé todavía otro ejemplo? ¿Qué representan las raíces de un árbol? El plexo solar. Son las raíces las que envían todas las energías para que veamos las flores, las hojas y los frutos. Quitad las raíces, y ya no existirá nada. Por lo tanto si es visible, es como resultado de algo invisible y que se esconde profundamente. El plexo solar representa la raíz; el tronco y los miembros, corresponden al tronco y a las ramas del árbol El hombre es como el árbol: tiene raíces, un tronco, ramas y en el cerebro, flores y frutos. El plexo solar es la raíz del cerebro, lo más importante; lo más importante siempre es la raíz, porque si algo funciona mal en ella, todo el resto se muere. Ved que se trata de un argumento fantástico que nadie puede rebatir. Si cortáis las raíces del árbol, éste muere. Las imágenes que son proyectadas hacia arriba, en la pantalla del cerebro, provienen del plexo solar. Bien o mal, pero son proyectadas. Y si queréis, os daré todavía otro argumento de talla. ¿Qué es el hombre? El que proyecta las imágenes, la película. ¿Qué es la mujer? Es la pantalla. ¿Y el hijo? Es la película, la imagen. La mujer es una extraña pantalla: condensa tan bien las imágenes, que éstas llegan a concretarse y a vivir independientemente. Pero para comprender este tema hacen falta otras explicaciones; lo dejaremos para otra vez. Ved que se trata siempre de la misma ley: el plexo solar y e cerebro, el hombre y la mujer. Y el hijo, que es la imagen proyectada. Solamente la mujer concreta estas imágenes, la~ endurece, las vuelve tangibles; primeramente no eran más: que una materia sutil, una quintaesencia... De estas pocas palabras, lo que debéis retener esencial mente es que trabajando sólo con el cerebro, os vais a agotar rápidamente. Hay que repartir el trabajo entre los dos centros: entre el que está abajo, en el vientre, y el que está arriba, en la cabeza. Solamente entonces encontraréis el equilibrio. Es una ley mecánica: para obtener el equilibrio, no hay que cargar un solo platillo, sino los dos platillos de la balanza. Le Bonfin, 19 de Septiembre de 1970
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LETRA Shin
Centre OMRAAM
Institut Solve et Coagula Reus