DESTRUCCIÓN DE LA CAPA DE OZONO, CAUSAS Y CONSECUENCIAS
La destrucción de la capa de ozono es uno de los problemas ambientales más
graves que debemos enfrentar hoy día. Esta es responsable de muchos
problemas de salud a nivel mundial y de perjudicar la producción agrícola.
Durante los últimos años, la capa de ozono, se ha debilitado formando un
verdadero agujero, que en algunos sectores ha producido disminuciones de
hasta el 60% en la cantidad de ozono estratosférico. Ha quedado demostrado
que el responsable número uno de este desgaste es el uso de diferentes
componentes químicos producidos por el hombre, los clorofluorocarburos
(CFC) de productos, como los aerosoles, disolventes, propelentes (gas
utilizado para impulsar las sustancias contenidas en los aerosoles) y
refrigerantes. La acción de estos gases en la Estratosfera libera átomos de
cloro (Cl) a través de la radiación UV sobre sus enlaces moleculares; cada
átomo de Cl destruye miles de moléculas de Ozono transformándolas en
moléculas de dioxígeno. Otros compuestos que afectan la capa de ozono por
contener cloro (Cl) son el metilcloroformo (solvente), el tetracloruro de
carbono (un químico industrial) y sustancias que contengan bromo (Br), como
los halones, utilizados para extinguir el fuego.
El ozono, ubicado en la Estratosfera como capa entre 15 y 30 km. de altura,
se acumula en la atmósfera en grandes cantidades, y se convierte en un
escudo que nos protege de la radiación ultravioleta que proviene del sol
haciendo posible la vida en la Tierra.
El nivel excesivo de la radiación UV que llegue a la superficie de la
Tierra puede perjudicar la salud de las personas, presentando enfermedades
como: aparición de cáncer de piel; lesiones en los ojos que producen:
cataratas, la deformación del cristalino o la presbicia (vista cansada) y
deterioro del sistema inmunológico (defensas naturales del cuerpo),
influyendo de forma negativa sobre la molécula de ADN donde se ven
afectadas las defensas del cuerpo, las cuales generan un aumento en las
enfermedades infecciosas, que pueden aumentar tanto en frecuencia como en
severidad, tales como: sarampión, herpes, malaria, lepra, varicela.
Cualquier aumento de la radiación UV que llegue hasta la superficie de la
Tierra tiene el potencial para provocar daños al medio ambiente y a la vida
terrestre. Los óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre y fosfatos son los
principales causantes de las alteraciones atmosféricas, entre las que el
agujero de ozono y el efecto invernadero son importantísimos. La lluvia
ácida ha aniquilado el 50% de los árboles de extensas regiones de Europa,
el smog y la eutrofización (enriquecimiento en nutrientes de un ecosistema)
han asesinado la diversidad biológica de ríos, lagos y mares interiores.
El aumento de la radiación UVB además provocaría cambios en la composición
química de varias especies de plantas, cuyo resultado sería una disminución
de las cosechas y perjuicios a los bosques. Dos tercios de las plantas de
cultivo y otras sometidas a pruebas de tolerancia de la luz ultravioleta
demostraron ser sensibles a ella. Entre las más vulnerables se incluyeron
las de la familia de los guisantes y las habichuelas, los melones, la
mostaza y las coles; se determinó también que el aumento de la radiación
UVB disminuye la calidad de ciertas variedades del tomate, la patata, la
remolacha azucarera y la soja.
Casi la mitad de las jóvenes plantas de las variedades de coníferas con las
que se experimentó fue perjudicada por la limitando el crecimiento de
algunas plantas (por ejemplo el centeno, el maíz y el girasol). Sin
embargo, es difícil hacer predicciones cuantitativas ya que otros factores
ambientales entran en juego.
De igual manera, la radiación UVB afecta la vida submarina y provoca daños
hasta 20 metros de profundidad, en aguas claras. Es muy perjudicial para
las pequeñas criaturas del plancton, las larvas de peces, los cangrejos,
los camarones y similares, al igual que para las plantas acuáticas. Puesto
que todos estos organismos forman parte de la cadena alimenticia marina,
una disminución de sus números puede provocar asimismo una reducción de los
peces. La investigación ya ha demostrado que en algunas zonas el ecosistema
acuático está sometido a ataque por la radiación UVB cuyo aumento podría
tener graves efectos perjudiciales.
Los países que dependen del pescado como una importante fuente alimenticia
podrían sufrir consecuencias graves. Al mismo tiempo, una disminución en el
número de las pequeñas criaturas del fitoplancton marino despojaría a los
océanos de su potencial como colectores de dióxido de carbono,
contribuyendo así a un aumento del gas en la atmósfera y al calentamiento
global consecuente.
Esta destrucción constituye la prueba más clara y contundente de que el
nivel de civilización de la humanidad ha llegado ya a un punto en que es
capaz de influir sobre la naturaleza de una manera global, por encima de
mares, ríos y fronteras. La Tierra y sus habitantes tienen mucho en juego
en la preservación del frágil escudo de la capa de ozono. Pero
inconscientemente hemos venido sometiendo a la capa de ozono a ataques
escondidos y constantes. Sin embargo podemos cobrar ánimos, ya que ha
motivado a la comunidad internacional a acordar medidas prácticas para
protegerse de una amenaza común. Entre las medidas de conservación
preventivas que podremos tomar, podemos mencionar las siguientes: no quemar
basura ni desperdicio, arborizar las laderas de las sierras y terrenos
baldíos, afinación periódica de vehículos automotores, formación de una
conciencia ecológica, desarrollo de nuevos procesos industriales y fuentes
de energía no contaminantes.
FUENTES
http://es.encarta.msn.com/encyclopedia_761555692/capa_de_ozono.html
CAPA DE OZONO
Zona de la atmósfera que abarca entre los 20 y 40 km por encima de la
superficie de la Tierra, en la que se concentra casi todo el ozono
atmosférico. En ella se producen concentraciones de ozono de hasta 10
partes por millón (ppm).
El ozono se forma por acción de la luz solar sobre el oxígeno. Esto lleva
ocurriendo muchos millones de años, pero los compuestos naturales de
nitrógeno presentes en la atmósfera parecen ser responsables de que la
concentración de ozono haya permanecido a un nivel razonablemente estable.
A nivel del suelo, unas concentraciones tan elevadas son peligrosas para la
salud, pero dado que la capa de ozono protege a la vida del planeta de la
radiación ultravioleta cancerígena, su importancia es inestimable. Por
ello, los científicos se preocuparon al descubrir, en la década de 1970,
que ciertos productos químicos llamados clorofluorocarbonos, o CFC
(compuestos del flúor), usados durante largo tiempo como refrigerantes y
como propelentes en los aerosoles, representaban una posible amenaza para
la capa de ozono. Al ser liberados en la atmósfera, estos productos
químicos, que contienen cloro, ascienden y se descomponen por acción de la
luz solar, liberando átomos de cloro que reaccionan fuertemente con las
moléculas de ozono; el monóxido de cloro resultante puede, a su vez,
reaccionar con un átomo de oxígeno, liberando otro átomo de cloro que puede
iniciar de nuevo el ciclo. Otros productos químicos, como los halocarbonos
de bromo, y los óxidos de nitrógeno de los fertilizantes, son también
lesivos para la capa de ozono.
Las primeras evidencias sobre la destrucción del ozono debida a los CFC se
remontan a la década de 1970 y llevaron a la firma, en 1985, del Convenio
de Viena para la Protección de la Capa de Ozono, cuyo principal cometido
era fomentar la investigación y la cooperación entre los distintos países.
En mayo de ese mismo año, varios científicos británicos publicaron un
documento que revelaba y confirmaba la disminución espectacular de la capa
de ozono sobre la Antártida. El llamado agujero de la capa de ozono aparece
durante la primavera antártica, y dura varios meses antes de cerrarse de
nuevo. Otros estudios, realizados mediante globos de gran altura y
satélites meteorológicos, indicaban que el porcentaje global de ozono en la
capa de ozono de la Antártida estaba descendiendo. Vuelos realizados sobre
las regiones del Ártico, descubrieron que en ellas se gestaba un problema
similar. Estas pruebas llevaron a que, el 16 de septiembre de 1987, varios
países firmaran el Protocolo de Montreal sobre las sustancias que agotan la
capa de ozono con el fin de intentar reducir, escalonadamente, la
producción de CFCs y otras sustancias químicas que destruyen el ozono. En
1989 la Comunidad Europea (hoy Unión Europea) propuso la prohibición total
del uso de CFC durante la década de 1990. En 1991, con el fin de estudiar
la pérdida de ozono global, la NASA lanzó el Satélite de Investigación de
la Atmósfera Superior, de 7 toneladas. En órbita sobre la Tierra a una
altitud de 600 km, la nave mide las variaciones en las concentraciones de
ozono a diferentes altitudes, y suministra datos completos sobre la química
de la atmósfera superior.
Como consecuencia de los acuerdos alcanzados en el Protocolo de Montreal,
la producción de CFCs en los países desarrollados cesó casi por completo a
finales de 1995. En los países en vías de desarrollo los CFCs se van a ir
retirando progresivamente hasta eliminarse por completo en el año 2010. En
la Enmienda de Londres (1990) se añadieron, a los calendarios de
eliminación, otras sustancias destructoras del ozono, como el
metilcloroformo y el tetracloruro de carbono. Los hidroclorofluorocarbonos
(HCFCs), menos destructivos que los CFCs aunque también pueden contribuir
al agotamiento del ozono, se están usando como sustitutos de los CFCs hasta
el año 2030 en que deberán eliminarse por completo en los países
desarrollados; en los países en desarrollo la eliminación debe producirse
en el año 2040, como se adoptó en la segunda Enmienda al Protocolo de
Montreal (Copenhague, 1992). En la Enmienda de Beijing (1999), se hizo
hincapié en la necesidad de reforzar los controles, no sólo de la
producción de los compuestos que afectan a la capa de ozono, sino a su
comercialización. También se incidió en la necesidad de adoptar medidas
suplementarias para controlar la producción de los hidroclorofluorocarbonos
y de otras sustancias nuevas.
Los CFCs y otras sustancias químicas que destruyen el ozono pueden
permanecer en la atmósfera durante décadas, por lo que a pesar del progreso
que se ha logrado para eliminar gradualmente estos productos, la
destrucción del ozono estratosférico continuará en los próximos años. Así,
en septiembre de 2003, el agujero en la capa de ozono sobre la Antártica
alcanzó una superficie de unos 28 millones de kilómetros cuadrados,
inferior al récord registrado en el año 2000, cuando alcanzó 29,78 millones
de kilómetros cuadrados. A pesar de las dimensiones del agujero de ozono,
los científicos prevén que, si las medidas del Protocolo de Montreal se
siguen aplicando, la capa de ozono comenzará a restablecerse en un futuro
próximo y llegará a recuperarse por completo a mediados del siglo XXI. De
hecho, científicos del Instituto Max Planck (Alemania) prevén que el
agujero de la capa de ozono desaparecerá en 30 o 40 años. Esta misma
consideración se hace desde la Organización Mundial de la Meteorología, que
estiman que la recuperación de la capa de ozono se producirá hacia el año
2050.
TODO SOBRE EL OZONO
GreenPeace Argentinawww.greenpeace.org.ar
12-01-04, Por Greenpeace *
¿Qué es el ozono y cuál es su importancia para la vida en la Tierra?¿Cuál
es el estado actual de la capa de ozono?¿Cuáles son las consecuencias de la
disminución del ozono? Efectos en la salud humana. Ecosistemas Acuáticos.
Ecosistemas errestres. Contaminación del aire.
Entre los 19 y los 23 kilómetros por sobre la superficie terrestre, en la
estratósfera, un delgado escudo de gas, la capa de ozono, rodea a la Tierra
y la protege de los peligrosos rayos del sol. El ozono se produce mediante
el efecto de la luz solar sobre el oxígeno y es la única sustancia en la
atmósfera que puede absorber la dañina radiación ultravioleta (UV-B)
proveniente del sol. Este delgado escudo hace posible la vida en la tierra.
Desde 1974, los científicos nos han advertido acerca de una potencial
crisis global como resultado de la progresiva destrucción de la capa de
ozono causada por sustancias químicas hechas por el hombre, tales como los
clorofluorocarbonos (CFCs). Le tomó al mundo demasiado tiempo entender
estas advertencias tempranas. Hoy, la comunidad internacional es tan sólo
un mero espectador que año a año ve desaparecer la capa de ozono a través
de los informes sobre su disminución y sobre los comprometedores
incrementos de radiación ultravioleta y los daños acumulados en diversos
organismos vivos.
Según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente
(PNUMA) de 1994, la tasa de crecimiento en la producción de sustancias que
agotan el ozono (SAO), por ejemplo los CFCs, ha decrecido como resultado
directo de las reducciones de emisiones globales de estas sustancias. El
lado negativo es que existe un crecimiento constante de sustancias que
destruyen el ozono en la estratósfera, provenientes de fuentes
industriales.
Bibliografía disponible en nuestra sede: Estado Actual de la Capa de Ozono
(Greenpeace - marzo de 1995) - Impactos de la disminución del ozono (ídem)
- Lleno de agujeros (Greenpeace con contribuciones de Ozone Action -
septiembre de 1995) - Nuestro Planeta Radiante (Greenpeace, noviembre de
1995).
¿Cuáles son las consecuencias de la disminución del ozono?
El efecto de la disminución del ozono sobre la superficie terrestre es el
aumento de los niveles de radiación ultravioleta-B. Este tipo de radiación
UV-B daña a los seres humanos, animales y plantas. Los incrementos en la
radiación UV-B han sido observados no sólo bajo el agujero de ozono en la
Antártida sino en otros sitios como los Alpes (Europa) y Canadá (América
del Norte).
Efectos en la salud humana.
Cáncer de piel: Hoy se estima que los índices de cáncer de piel aumentaron
debido a la disminución del ozono estratosférico. El tipo más común de
cáncer de piel, el denominado no-melanoma, es causa de las exposiciones a
la radiación UV-B durante varios años. Existen ya personas que han
recibido la dosis de UV-B que puede provocar este tipo de cáncer. Se
calcula que entre 1979 y 1993 este tipo de dosis de UV-B se incrementó en
un 8,9 por ciento en los 55° latitud Norte (aproximadamente a la altura de
Copenhague y Moscú); 11,1 por ciento a los 45° latitud Norte (Venecia y
Montreal); y 9,8 por ciento a los 35° latitud Norte (Chipre, Tokio y
Menphis). El promedio entre los 55° y los 35° latitud Norte fue del 10 por
ciento y se estima que los incrementos fueron mayores en el hemisferio sur.
El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) pronostica
que a una tasa anual de 10 por ciento de pérdida de ozono durante varias
décadas, el aumento en casos de cáncer de piel rondará los 250.000 por año.
Incluso teniendo en cuenta los acuerdos actuales para la eliminación de
sustancias que agotan la capa de ozono (SAO), un modelo realista indicaría
que el cáncer de piel aumentaría a un 25 por ciento por encima del nivel de
1980 para el año 2050, a lo largo de los 50° latitud Norte. El cáncer de
piel más letal, denominado melanoma, también podría incrementar su
frecuencia.
El Sistema Inmunológico: Las defensas de una persona para combatir las
infecciones depende de la fortaleza de su sistema inmunológico. Se sabe que
la exposición a la luz ultravioleta reduce la efectividad del sistema
inmunológico, no sólo relacionándose con las infecciones a la piel sino
también con aquellas verificables en otros partes del organismo. PNUMA
destaca que los efectos sobre el sistema inmunológico encierra uno de los
interrogantes de mayor preocupación y A sugiere que la exposición a la
radiación UV-B podría influenciar adversamente la inmunidad contra
enfermedades infecciosas. Por ejemplo: leishmaniasis y malaria, e
infecciones micóticas como la cándida. La exposición a la radiación UV-B
bien puede hacer que el sistema inmunológico tolere la enfermedad en lugar
de combatirla. Esto podría significar la inutilidad de los programas de
vacunación tanto en países industrializados como en vías de desarrollo.
Ecosistemas Acuáticos: La pérdida del fitoplancton, base de la cadena
alimentaria marina, ha sido observada como causa del aumento de la
radiación ultravioleta. Bajo el agujero de ozono en la Antártida la
productividad del fitoplancton decreció entre el 6 y el 12 por ciento.
PNUMA indica que un 16 por ciento de disminución de ozono podría resultar
en un 5 por ciento de pérdida de fitoplancton, lo cual significaría una
pérdida de 7 millones de toneladas de pescado por año -alrededor del 7 por
ciento de la producción pesquera mundial. El 30 por ciento del consumo
humano de proteínas proviene del mar, esta proporción aumenta aún más en
los países en vías de desarrollo.
Ecosistemas Terrestres: Animales: Para algunas especies, un aumento de
radiación UV-B implica la formación de cáncer de piel. Esto se ha estudiado
en cabras, vacas, gatos, perros, ovejas y animales de laboratorio y
probablemente esté señalando que que se trata de una característica común a
varias especies. Las infecciones en bovinos pueden agravarse con un aumento
de la radiación UV-B.
Plantas: En muchas plantas la radiación UV-B puede tener los siguientes
efectos adversos: alterar su forma y dañar crecimiento de plantas; reducir
el crecimiento de los árboles; cambiar los tiempos de florecimiento; hacer
que las plantas sean más vulnerables a las enfermedades y que produzcan
sustancias tóxicas. Incluso podría haber pérdidas de biodiversidad y
especies. Entre los cultivos en los que se registraron efectos negativos
debido a la incidencia de la radiación UV-B figuran la soja y el arroz.
Contaminación del aire: Las pérdidas de ozono en la alta atmósfera hacen
que los rayos UV-B incrementen los niveles de ozono en la superficie
terrestre, sobre todo en áreas urbanas y suburbanas, alcanzando
concentraciones potencialmente nocivas durante las primeras horas del día.
El ozono de baja altura puede causar problemas respiratorios y agravar el
asma, así como también dañar a los árboles y a algunos cereales. Además,
los bajos niveles de ozono contribuyen con el incremento de los problemas
causados por la lluvia ácida.
LA CAPA DE OZONO
La destrucción de la Capa de Ozono no es un fenómeno local exclusivo de la
Antártida. Si no lo remediamos la situación de la capa de ozono será un
dato frecuente y necesario en los partes del tiempo del siglo XXI
20-Octubre-2006 www.asturiasverde.com
Malas noticias para la capa de Ozono, el llamado agujero del ozono (en
realidad se trata de una adelgazamiento de la capa) ha batido el récord
histórico de tamaño y profundidad, según informó la NASA y la Agencia para
el Océano y la Atmósfera (NOAA) estadounidenses. Entre el 21 y el 30 de
septiembre pasados, el área media del agujero del ozono fue la mayor jamás
observada, con 27,5 millones de kilómetros cuadrados.
Pero la destrucción de la capa de Ozono no es un fenómeno local exclusivo
de la Antártida. En 1991 se calculó que la destrucción de la capa de Ozono
en las latitudes medias (entre 38º y 50º de latitud norte) había sido del
8% en 10 años, según un estudio de la EASOE (Científicos del Experimento de
Ozono Estratosférico).
Asturias se encuentra entre los 43'40º y los 42'50º de latitud norte y,
junto con el resto de comunidades del norte de la península Ibérica, es la
primera afectada del territorio del Estado Español por la reducción de la
capa de Ozono, y por los efectos de los miniagujeros.
Los miniagujeros son mínimos de la capa de Ozono de pequeñas dimensiones
que se desplazan y tienen un corto periodo de vida, a lo sumo 3 días. Se
crean debido a la erosión que sufre la capa y a especiales condiciones
climatológicas. A pesar de su corto periodo de existencia, suponen un
riesgo para la salud humana, ya que inciden en el aumento de los casos de
cáncer de piel y de afecciones oculares. Los efectos de la destrucción de
la capa de Ozono serían catastróficos para la vida. Según los informes de
la Unión Europea el debilitamiento de la capa de Ozono puede causar un
aumento de 700.000 cánceres de piel y 1,6 millones de cataratas. Londres
Moscú y Amsterdam están entre las ciudades directamente afectadas. Una
mayor erosión de la capa de Ozono afectaría al sur de Francia y a los
pueblos del Cantábrico. No sería extraño ver en el futuro informativos del
tiempo sobre el estado de la capa de Ozono, circunstancia que ya ocurre en
Australia y Nueva Zelanda.
¿Qué es la Capa de Ozono?
La molécula de ozono (O3) está compuesta por 3 átomos de oxigeno O3. La
molécula de oxígeno está compuesta por 2 átomos de oxígeno. La radiación
ultravioleta separa los 2 átomos de la molécula de oxígeno (O2). Los átomos
de oxígeno libres tienen un gran poder reactivo y al no poder permanecer en
solitario se unen a otras moléculas de oxígeno formando entonces el Ozono
(O3). Los rayos ultravioleta también pueden romper las moléculas de ozono;
así por cada 2 moléculas de ozono se pueden formar otras 3 de oxígeno. Todo
este proceso se genera restando energía a la radiación ultravioleta,
logrando de esta forma debilitar esta radiación que si llegara a la Tierra
sería muy dañina para todos los seres vivos. Gracias a este mecanismo
autoregulador disponemos de una capa protectora de ozono y de oxigeno
esencial para la vida.
El ozono es uno de los ejemplos más claros de que en la Naturaleza nada es
bueno ni malo, todo depende de sí está en su lugar natural o no. El ozono
es en realidad un gas venenoso y peligroso para los seres vivos, si se
encuentra a nivel del suelo, es decir si lo respiramos; pero si ocupa su
lugar natural en la estratosfera, entre los 14 y 25 km de altura, forma una
capa protectora que protege la vida del Planeta de la dañina radiación
ultravioleta. Por suerte la estratosfera contiene todavía el 90% de todo el
ozono del Planeta.