Jacques Derrida El lenguaje y las instituciones filosóficas Introdueeidn de Cristina de Peretti I‘aidus I‘aidus I.C.K. I.C.K. | IJ.A.B.
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Pensamiento Contemporáneo 35
El lenguaje y las instituciones filosóficas
El lenguaje y las instituciones filosóficas
PENSAMIENTO CONTEMPORÁNEO Colección dirigida por Manuel Cruz L. W ittge ns tein , Conferencia sobre ética J. Derrida, L a d e s c o n s tr u c c i ó n e n la s f r o n t e r a s d e la f i l o s o f í a P.K. Feyerabend, L í m i t e s d e la c ie n c ia qué fii l o s o f a r ? J.F. Lyotard, ¿Por qué f A.C. Danto, H i s t o r i a y n a r r a c ió n revoluciones científicas? científicas? T.S. Kuhn, ¿Q ué son las revoluciones M. Foucault, Tecnologías de l yo sistema: la am bición de la la teoría teoría N. Luhmann, Socieda d y sistema: J. Rawls, Sobre las libertades G. Vattimo, L a s o c i e d a d tr a n s p a r e n t e R. Rorty, El giro lingüístico G. Colli, El libro de nuestra crisis ética del discurso discurso K .-O. A pel, Teoría de la verd ad y ética J. Elster, D o m a r l a s u e r te be lloo H.G. Gadamer, L a a c t u a l i d a d d e lo bell G.E.M. Anscombe, In I n t e n c i ó n Escritos sobre mo ralidad y eticidad eticidad J. Habermas, Escritos T.W. Adorno, A c t u a l i d a d d e la f i l o s o f í a T. Negó, Fin de siglo D. Davidson, M e n t e , m u n d o y a c c ió n I n v i t a c i ó n a la fe n o m e n o l o g í a E. Husserl, In es té tic ti c a , L. W ittgenstein , L e c c io n e s y c o n v e r s a c io n e s so b r e esté ps p s i c o l o g í a y c re e n c ia re lig li g io sa 23. R. Carnap, A u t o b i o g r a f í a i n t e le c t u a l 24. N. Bobbio, Ig I g u a l d a d y li b e r t a d 25. G.E. Moore, Ensayos éticos 26. E. Levinas, E l Tiempo Tie mpo y el Ot Otro 27. W. Benjamín, L a m e t a fí s ic a d e la j u v e n t u d 28. E. Jünger / M. Heidegger, A c e r c a d e l n ih i l i s m o igualitarismo smo político polít ico 29. R. Dworkin, Ética priva da e igualitari ti c a de la a u t e n t i c i d a d 30. C. Taylor, L a é tic 31. H. Putnam, L a s m i l c a r a s d e l re a lis li s m o allá 32. M. Blanchot, E l paso (no) m ás allá 53. P. Winch, Com prender una sociedad sociedad primitiva primitiva la ciencia ciencia 34. A. Koyré, Pe nsa r la las instit instituciones uciones filosó filosó ficas 55. J. Derrida, E l lenguaje y las
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Jacques Derrida
El lenguaje y las instituciones filosóficas
Introducción de Cristina de Peretti
Ediciones Paidós I.C.E. de la Universidad Autónoma de Barcelona Barcelona-Buenos Aires-México
Título original: Transferí ex cathedra. L e langage et les institutio ns philosophiques (Du droit a la philosophie, pags. 281-594).
Publicado en francés por Editions Galilée, París Traducción del Grupo Decontra Cubierta de Mario Eskenazi
1.a edición, 1995 Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorizació n escrita de l os titula res del “ Co py righ t” , bajo las sancion es establecidas en las leye s, la reprod ucción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo públicos.
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Impreso en España - Printed in Spain
SUMARIO
I n t r o d u c c ió n , Cristina de Peretti 9 ................................ B i b l i o g r a f í a ....................... 19 Traducciones en castellano de los textos de Derrida 19 I. Libros 19 .................................................................. n . A r t í c u l o s .............................................................. 20 III. En trevistas co n D e r r i d a ................................... 22 23 Monografías en castellano sobre Derrida ................ .................................................................. I. Libros 23 II. A r t í c u l o s .............................................................. 23 III. N úm e ro s m o no gráfic os de revistas . . . . 24 E l l e n g u a j e y l a s in s t it u c i o n e s f il o s ó f ic a s . . . . 27 Si ha lugar a traducir. I. La filosofía en su lengua na cio na l (hacia un a «licteratura en francesco») . . 29 Si ha lugar a traducir. II. Las no vela s de Descartes o la economía de las palabras ........................................ 55 Cátedra vacante: censura, maestría y magistralidad 85 ................................................111 Teología de la traducción N o t a s d e t r a d u c c io n ............................................................ 133
INTRODUCCIÓN
A primera vista podría parecer que la traducción es un p ro b lem a exte rno a la filosofía. E n la m edida en que la tra ducción se entiende básicam ente com o el paso, la transposición de u n texto de una lengu a a otra, éste pod ría cons iderarse un pr ob lem a m ás afín a la filología que a la filosofía y, sólo en un segundo m om ento, habría que preocu parse p or exigir un determinado dominio del lenguaje filosófico para traducir un texto de filosofía. De hecho, la exterioridad del problema de la traducción con respecto a la filosofía es meramente aparente. En realidad, la cuestión de la traduc ción p lantea grandes problem as del y al lenguaje y, a su vez, el lenguaje jamás ha dejado de constituir un problema para la filosofía, y no un problema entre otros. El problema del lenguaje marca el horizonte de los dem ás problem as, pues co nc iern e a la filosofía, en su totalidad desde el m om ento en q ue el lenguaje es, precisamen te, u n a de las co nd icio ne s —si no «la» c o n d ici ó n —de posibilida d de la filosofía. En este sentido, problemas como el de las relaciones generales entre una lengua (natural o nacional) y un discurso filosófico, o como el de la pretensión universitaria de dicho discurso y los distintos proyectos de e labo ración de una len gua filosófica universal, son algunas de las cuestiones que se enmarcan dentro de ese panorama problemático de la traducción. Y, sin ir más lejos, cabe d ec ir que el pro pio pr ob lem a de la ense ñan za o de la form ación filosófica, en la med ida misma en que ambas forman parte de la vasta problemática de la lectura y de la e scritura de los gran des textos de la filosofía, m antiene u na estrecha relación con tod a la cuestión de la traducción. Por eso, Derrida afirma en Lettre a un am i japo-
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EL LENGUAJE Y LAS INSTITUCIONES FILOSÓFICAS
nais que
«la deconstrucción* es, asimismo, ... la cuestión de la trad uc ción y de la lengu a de los conceptos, d el Corpus con cep tual de la m etafísica llama da "occid ental”».1 Ahora bien, lo que la prác tica d eco nstructiva de lectu ra y de escritura pone en m archa y en obra no sólo conced e una im portan cia poco f recue nte e n filosofía a la prob lem ática de la traducción , sino que, asimismo, asume la traducc ión como tare a nec esaria y a la vez imposible. En un o de los textos en donde De rrida aborda de form a más explícita esta prob lem á tica, Des to urs de Babel, el relato, perteneciente al Génesis (10, 11), de la co ns truc ció n fallida de la to rre del mism o no m bre, sirve de hilo con ducto r o, si preferim os m antener la a nti güedad del título derridiano, permite unos rodeos que vuel ven siempre a la compleja cuestión de la traducción. «Esta historia», señ ala D errida, «relata, en tre o tras cosas, el origen de la confusión de las lenguas, la multiplicidad de los idio mas, la tare a ne cesa ria e imposible de la tradu cció n, su nec e sidad como im posibilidad.»2 No obstante, si, deja ndo de lado p o r el m om ento la com plejidad que la necesidad im posible de la traducción sin duda alguna entra ña, volvemos a situarnos en ese «a prim era vista» con el que se inició esta introducción, se puede decir que existe un a relación a paren tem ente muy clara, si no muy sim ple, entre dos textos (original y traducción) y dos firm antes (autor y traductor) cuando nos enco ntram os co n el caso de la traduc ción de una lengua a otra, lo que Jakobson llam a «tra ducción interlingual», que se distingue de la traducción «intralingual» (como in terpre tació n de unos signos lingüísticos p o r m edio de otros signos de la m ism a lengua) y de la trad u c ción «intersemiótica» (com o interpretac ión, p or ejemplo, de * A unque Ediciones P aidós, po r motivos de unificación ha optado hasta la fecha por mantener, en sus publicaciones relacionadas con el tema, el térm ino «desconstrucción» para tra du cir la palabra francesa décontruction, en este con junto de textos -y po r expresa petición e insistencia de los tradu c tores- se utilizará el término «deconstrucción» (sin «s») [R.]. 1. «Lettre á un am i japonais» en Psyché. Inve ntio ns de l’autre, París, Galilée, 1987, pág. 387. 2. «Des tours de Babel», en O. c., pág. 208.
INTRODUCCIÓN
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un os signos lingüísticos po r m edio d e signos no lingüísticos). En el caso de la trad uc ció n así llam ad a «interlingual» (la ú nica de la que me ocuparé en esta introducción), parece eviden te que la con dición m ínima de la tradu cció n es la diferencia entre dos lenguas, pues de no darse dicha diferencia la traducción no sería necesaria ni posible. De acuerdo con esta diferencia, la tarea tradicional del tradu ctor ha consistido siempre en inten tar redu cir al máximo la distancia supuestamente original que existe entre los dos textos y entre las dos firmas (la del au tor y la del trad u ctor), esto es, entre dos lenguas diferentes con dos contextos culturales, sociales e ideológicos distintos. Es decir, su tarea ha consistido en realizar una traducción lo más neutra posi ble que, de alg una m anera, aplane este texto derivado y secun dario (la traduc ción) a fin de m an ten er intacto, sin rastro de huellas... de traducción, el primer texto, el así llamado «texto original». Este tipo de traducc ión p lana, n eu tra, pasiva, que a veces puede ir unida a un a serie de resistencias textuales pe ro asimism o teóricas, ideológicas, institucion ales, etc., es fruto, ante todo, de una concepción tradicional de la traducción que en tiend e que ésta es un a operación secundaria, derivada, accidental. Una cierta dimensión ontoteológica sustenta, sin duda alguna, este concep to de trad uc ción co mo un m ero sup lemento que se añade a u na sustancia plena: al texto original, referente modelo, texto cerrado sobre sí mismo, adecua do a sí mismo, a nclado en un texto determ inado y clausurado. Sin embargo, en el célebre texto titulado La tarea d e l tra d u c t o r (que constituye a su vez, dentro del ya citado texto derridiano, un nuevo rodeo a vueltas con la cuestión de la traducción), W alter Benjamín explica la deud a recípro ca que contraen el original y la traducción. El original impone a la traducción (y al traductor que la lleva a cabo) un contrato que ha de cumplir: hacer que el original sobreviva. Por su parte, en la m edida en que el orig inal depende de la trad ucción para p od er sobrevivir, éste con trae a su vez un a deuda previa con to da traducción que cum pla dicho contrato. Esta deuda recíproca complica, en bu ena medida, la concepción