AGRADECIMIENTO
Con
el
pequeño
monografía inmenso
contenido
queremos
de
demostrar
esta el
agradecimiento que sentimos
hacia esta unidad educativa, personal de profesores, quienes con su ayuda moral, saben guiarnos por el buen camino del saber. Para ellos nuestra eterna gratitud y que con sus datos morales sigan guiando a la juventud que se encamina encamina hacia el futuro.
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DEDICATORIA
Ya que este trabajo significa para nosotros un esfuerzo muy grande, el cual encierra estudio, dedicación y empeño. empeño. Se Se lo dedicamos con mucho amor y gratitud a nuestros padres. Nuestros padres que fueron los que guiaron nuestros primeros pasos y nos enseñaron el buen camino camino y la buena educación, para así poder ser útiles a la sociedad y en especial a nuestro eterno hogar, “la tierra”
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INTRODUCCIÓN
Un ecosistema puede ser definido como aquel espacio físico en donde se producen interrelaciones entre los elementos bióticos y abióticos, estas interrelaciones son de vital importancia, ya que se establece un continuo intercambio de materia y energía entre ambos factores, ya que de esta forma los seres vivos obtienen todos los medios necesarios para desarrollarse. Presentamos los principios generales de manejo de ecosistemas forestales, así como la problemática que que implica su puesta puesta en práctica, destacando aspectos aspectos diferenciales diferenciales con el manejo forestal tradicional. El manejo forestal tiende hacia el manejo de ecosistemas forestales, esto es hacia el logro y mantenimiento de las condiciones ecológicas ecológicas y forestales deseadas, dentro de las cuales se consigue el rendimiento sostenido de productos para satisfacer necesidades humanas. El desarrollo de modelos de manejo de ecosistemas es una tarea compleja que involucra la participación de diversos sectores de la sociedad, así como de equipos multidisciplinarios de profesionales para la toma de decisiones. La complejidad para valorizar la biodiversidad se deriva del constante cambio de la utilidad que prestan a la humanidad los ecosistemas, las comunidades, las especies, recursos naturales y las áreas naturales protegidas. La dinámica de este cambio se ha intensificado como consecuencia consecuencia de los avances científicos y tecnológicos de la llamada revolución de las nuevas biotecnologías. biotecnologías. Las actuales estrategias sobre ecosistemas aplicadas en Latinoamérica privilegian el manejo y, en particular, el equilibrio de las variables macroeconómicas por sobre las políticas ambientales ambientales y de conservación conservación de los los recursos naturales. naturales.
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CAPÍTULO I LOS ECOSISTEMAS
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1.1. OBJETIVOS
Conocer de manera más óptima y completa sobre el manejo de ecosistemas, buscando un desarrollo sostenible.
Lograr a través de la orientación del manejo de ecosistemas forestales la mayor interacción entre necesidades sociales, necesidades económicas y capacidades de los ecosistemas forestales.
Resaltar las potencialidades de los recursos naturales de los ecosistemas y alcanzar una visión compartida sobre el manejo de esta en cada región de Latinoamérica.
1.2. ASPECTOS GENERALES
ECOSISTEMA Un ecosistema está formado por todas las partes vivas e inertes que interactúan en un determinado sistema estableciéndose el intercambio de materia en el medio en el que se desarrolla, es decir la interacción entre los factores bióticos y abióticos presentes en el medio.Cabe recalcar que un ecosistema se encuentra formado por elementos físicos los cuales caracterizan a una determinada región; es decir , las formas de relieve , ríos , climas , suelos, incluyendo a los seres vivos que habitan en dicha región y las relaciones existentes entre ellos .
Tipos de ecosistemas Se destacan los siguientes ecosistemas 1. Ecosistemas terrestres : Los Ecosistemas terrestres son todos aquellos que se encuentran sobre el subsuelo. Aproximadamente una cuarta parte de la superficie terrestre está formada por los continentes e islas que son la porción seca del planeta. Allí tiene asiento los ecosistemas terrestres continentales, la mayoría de los cuales se localizan en el hemisferio norte. Cabe recalcar que la mayoría de los seres vivos terrestres se distribuyen en los primeros 6700 mts. División de los ecosistemas terrestres:
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a. Los bosques. Son ecosistemas formados por densas áreas superpobladas de arbustos, árboles y matorrales, caracterizados por ser húmedos y con temperaturas de 24ºC. Existen bosques diferentes en función del clima. El bosque boreal es propio de regiones frías. Ahí viven pinos, abetos y otras coníferas; y también lobos, osos o alces. En estos bosques tropicales existe una mayor diversidad de seres vivos: plantas trepadoras, plantas carnívoras, insectos, ranas, tapires, monos, pumas, serpientes. En los trópicos la diversidad de vida es mayor que en otras regiones del planeta.Los organismos existentes son muy variados y exóticos tanto en fauna como en flora.
b. EL BOSQUE TROPICAL Es típico de lugares con precipitación abundante y está formada por plantas de hoja perenne, ancha. La selva amazónica es el representante más extenso de este tipo de bioma. Es un ecosistema con una gran riqueza y variedad de especies y de gran interés porque de esta gran biodiversidad se pueden obtener muchos recursos: alimentos, medicinas, sustancias de interés industrial, etc.
El suelo
El suelo de la selva es sorprendentemente débil y pobre en comparación con la riqueza de vida que soporta. La explicación es que la mayor parte de los nutrientes se encuentran en los seres vivos y no en el suelo. Cuando este ecosistema es destruido, por la tala o los incendios, su recuperación es imposible o muy difícil, porque el suelo desnudo se hace costroso y duro con gran rapidez proceso de laterización. Por otra parte, al ser un suelo tan pobre, no es apto para la agricultura, porque en tres o cuatro cosechas pierde sus nutrientes.
Vegetación
Son típica las plantas son de hoja perenne, pero hay un bosque tropical de hoja caduca en lugares en los que las estaciones son más marcadas, por ejemplo en zonas montañosas del trópico.
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c. EL BOSQUE TROPICAL ESPINOSO O SECO Típico de zonas tropicales con poca pluviosidad (unos 400 mm). Está formado por plantas con muchas espinas que pierden la hoja en la estación seca y que se disponen en grupos rodeados por zonas carentes de arbolado.
d.- EL MANGLAR Es típico de los estuarios de los grandes ríos y de zonas costeras . La especie vegetal característica de este ecosistema es el mangle, un árbol muy singular que crece sobre el agua. Sus largas raíces se hunden en el fondo de arenas y limos y sostienen a la planta por encima del agua.
e.- LAS PRADERAS. En ellas crecen hierbas o pastos. Por eso abundan los animales capaces de alimentarse de estas hierbas, como el bisonte, las jirafas o insectos como las termitas, algunos carnívoros que cazan estos animales, como el guepardo, las hienas, los leones. f. LOS DESIERTOS. En estas regiones llueve muy poco. Existe poca vegetación y pocos animales son capaces de sobrevivir. Los seres vivos que viven en los desiertos, como el cactus, el camello o algunas serpientes, se han acostumbrado a vivir con muy poca agua. Los ecosistemas de esta clase se caracterizan por presentar: elevadas temperaturas en el día y bajas en lanoche, factores determinantes como la humedad relativamente reducida y escasa precipitación Los vegetales propios de estos ecosistemas pueden clasificarse principalmente en dos tipos: Los representados por arbustos con hojas escasas y duras como la artemisa. Los formados por vegetales con hojas carnosas como los cactus. Estos organismos fotosintéticos han desarrollado adaptaciones en las hojas para impedir la pérdida de agua. Así, las hojas reducidas y duras resisten la eliminación de agua por transpiración excesiva, mientras que los cactus con sus hojas carnosas almacenan grandes cantidades de líquido y sus espinas ofrecen resistencia a la pérdida del mismo.
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A pesar del aspecto árido de los ecosistemas desérticos, no carecen de vida animal: allí se pueden encontrar reptiles, aves, algunos mamíferos, mariposas, los cuales también presentan adaptaciones para conservar el agua.
g. TUNDRA La tundra se encuentra junto a las zonas de nieves perpetuas. La dureza del clima no permite la existencia de árboles. Su suelo -permafrost- está helado permanentemente, excepto un breve deshielo superficial en los dos meses más calurosos. Las temperaturas medias oscilan entre - 15ºC y 5ºC y las precipitaciones son escasas: unos 300 mm al año. En el ecosistema de tundra los factores limitantes son la temperatura y la escasez de agua.
El suelo
Es muy pobre y el manto vegetal es delgado, pero de los más resistentes del mundo. Está formado por líquenes, gramíneas y juncos. En pocas semanas, aprovechando el corto verano, germinan, se desarrollan y se reproducen.
Vida animal
Lavida animal presenta un gran interés. Por una parte, como se ha comentado, abundan los insectos en la época de deshielo. La unión de grandes cantidades de insectos y la proliferación de las plantas hace que sea un lugar ideal para la nidificación de un gran número de aves migratorias.
Impactos ambientales
El impacto del hombre sobre este ecosistema está muy unido, en la actualidad, a la explotación de recursos petrolíferos y minerales; e irá aumentando en los próximos años, si no se controla adecuadamente.
h. TAIGA Es un bioma caracterizado por sus formaciones boscosas de coníferas, siendo la mayor masa forestal del planeta. En la taiga, los factores limitantes son la temperatura y el agua. La temperatura media es de 19º C en verano, y -30ºC en invierno; el promedio anual de precipitaciones alcanza a 450 mm. Su temperatura media es de 19 °C en verano, y -30 °C en invierno. El promedio anual de precipitaciones alcanza los 450 mm.
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La vegetación
La vegetación dominante en la taiga es el bosque de coníferas. En las zonas de clima más duro el bosque es muy uniforme y puede estar formado exclusivamente por una sola clase de árbol. Las hojas en forma de aguja de las coníferas les permiten soportar bien las heladas y perder poca agua. Además, el ser de hoja perenne les facilita el que cuando llega el buen tiempo pueden empezar inmediatamente a hacer fotosíntesis, sin tener que esperar a formar la hoja. En las zonas de clima más suave el bosque es mixto de coníferas y árboles de hoja caduca (chopos, álamos, abedules, sauces, etc.)
Clima y suelo El clima es extremadamente frío y húmedo. La temperatura media está por debajo de 0 hasta 5 °C. Los inviernos son más cortos y fríos, pero, a menudo más riguroso que en la tundra y el suelo está cubierto de nieve. No llueve mucho -entre 160 y 320 mm anuales y además el agua permanece helada muchos meses, por lo que no está disponible para las plantas. Las temperaturas bajas o medianas durante la mayor parte del año, así como la humedad generalmente elevada dan lugar a la formación de suelos de tipo podzol, suelos ácidos que favorecen la formación de turberas.
Fauna
La vida es muy dura para los animales en invierno, por lo que las aves suelen emigrar a latitudes más cálidas, mientras que muchos de los otros animales hibernan. Los animales más característicos de la taiga son el oso pardo, lobo, zorro, comadreja, reno, ciervo, alce, búhos, halcones, etc.
i. LOS PARAMOS Estos ecosistemas son equivalentes a las tundras de otros países. Se caracterizan por presentar aire frío, suelos áridos, nieves y neblinas la mayor parte del año. La vegetación está constituida por vegetales perennes, arbustos y árboles enanos, plantas herbáceas, líquenes, musgos, y algunos pastos. Entre los animales se pueden encontrar venados, osos, palomas, patos, reptiles, anfibios, roedores y aves. Las plantas y animales que habitan este tipo de ecosistema, presentan adaptaciones para protegerse del frío, tales como: piel con bastante pelo y vello; las hojas de los vegetales están tupidas con pelusas finas y abrigadas.
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Estos ecosistemas presentan baja producción y escasa actividad humana.
c. LOS ECOSISTEMAS POLARES. Las temperaturas son bajas durante todo el año. En muchas zonas, debido al frío, la vegetación es casi inexistente. Algunos animales típicos son el zorro ártico, el oso polar y el reno en el Ártico; y los pingüinos, las focas o la ballena azul en los ecosistemas antárticos.
2.- ECOSISTEMAS ACUÁTICOS El ecosistema marino es el de mayor tamaño que existe. Los océanos cubren dos tercios de la superficie terrestre, 361 millones de km 2. Su volumen de 1.370 millones de km 3 representa el 97.6% del agua de nuestro planeta. Pueden contener agua salada o dulce.
Plancton.- Está formado por seres macro y microscópicos que flotan pasivamente en el seno del agua, pudiendo ser arrastrados por los movimientos de esta, pero realizando habitualmente amplios desplazamientos verticales. El plancton autótrofo o fitoplancton, está formado por protistas. El plancton heterótrofo o zooplancton, presenta representantes permanentes o eventuales.
Bentos.- Compuesto por organismos que, encuentran fijados en el fondo o se mueven. A su vez puede ser excavador, reptador o nadador próximo al fondo. El bentos sésil incluye: algas, esponjas, celentéreos procordados y fanerógamas marinas, los movimientos y corrientes verticales permiten el ascenso de los nutrientes depositados en el fondo.
Neutro .- Formado por el conjunto de seres microscópicos que viven en el seno del agua, desplazándose activamente. Lo integran los peces, cefalópodos, crustáceos y los mamíferos marinos.
Respecto a la fauna, es la zona más rica de especies, tanto de zooplancton como de interés industrial y alimenticio, y en donde se sitúan las grandes pesquerías. El límite de las aguas es la zona litoral. La región oceánica presenta aguas poco ricas en nutrientes, con baja productividad. Se distingue una zona superior iluminada (eufórica) o epipelágica, que llega hasta unos 200m; y otra inferior oscura (afótica) o batial, que carece de organismos fotosintéticos, sustituidos por las bacterias quimiosintéticos de los fondos. La gama de ecosistemas acuáticos es muy amplia: arrecifes de coral, manglares, ecosistemas acuáticos litorales y de aguas someras, ecosistemas de mar abierto o los ecosistemas de aguas dulces.
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Ecosistemas de litoral.- En las aguas poco profundas la luz penetra hasta el lecho marino, donde pueden crecer las algas y otros organismos que aprovechan la luz solar. Otros animales se alimentan de estos seres vivos. Algunos animales que habitan cerca de la costa son las langostas y peces como el lenguado. Pero cerca de la costa también hay animales que viven en mar abierto: ballenas, tiburones, medusas. Un tipo especial de ecosistema marino costero son los arrecifes de coral , en los que existe una gran variedad de vida: corales, tortugas, esponjas, estrellas de mar, mejillones, aves marinas, y muchos tipos de peces: pez loro, pez payaso.
Ecosistemas de mar abierto.- Como la luz no llega hasta el fondo del mar, los animales abundan más en la zona cercana a la superficie. Allí hay organismos microscópicos capaces de producir alimento a partir de la luz del Sol y animales que se alimentan, a su vez, de estos organismos microscópicos. El océano es el hogar de muchos peces, algunos mamíferos, como el delfín, y reptiles, como algunos tipos de tortuga.
Los manglares.- Estos ecosistemas son característicos de las zonas pantanosas tropicales próximas a la costa, por ejemplo en Centroamérica o Sudamérica. En ellos abundan los mangles, árboles acostumbrados a vivir en el lodo del manglar. En ellos viven numerosas aves, mamíferos, reptiles y peces.
Ecosistemas de agua dulce.- Río, charcas, lagos, marismas. En estos ecosistemas viven algas microscópicas que sirven de alimento a renacuajos y otros pequeños animales. También existen otros animales más grandes, como las ranas y otros anfibios, insectos como las libélulas, reptiles como los caimanes y las tortugas, aves como la garza real o peces, como el salmón.
A. Lagos y lagunas. Son sistemas jóvenes, a escala geológica. Las lagunas y la mayor parte de los lagos, permanecen desde pocas semanas o meses, las estacionales, a varios cientos de años, las más duraderas. Con el paso del tiempo acaban llenándose de sedimentos.
En este ecosistema las aguas suelen mezclarse produciendo explosiones de fitoplancton debido a la agitación del agua que hace aflorar nutrientes a la superficie.
La producción primaria en estos
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ecosistemas suele depender de la naturaleza química de la cuenca y de los aportes que le llegan por afluentes o desde el fondo. Los lagos someros suelen ser más fértiles, porque a más profundidad hay menos producción.
Lagos eutróficos y oligotróficos
Según la abundancia de nutrientes (fosfatos y nitratos) en el lago se distinguen dos grupos importantes:
Eutróficos.- Con las aguas ricasennutrientes lo que facilita la proliferación de las algas. Cuando las algas mueren son descompuestas por las bacterias en procesos aeróbicos que consumen el oxígeno. Al terminarse el oxígeno muchos restos orgánicos quedan depositados en el fondo sufriendo procesos anaeróbicos que desprenden H 2S (malos olores) y otros gases, dando un aspecto nauseabundo a las aguas en los casos de eutrofización extrema.
En estos lagos la luz penetra con dificultad en el agua y los seres vivos que se encuentran son los característicos de las aguas pobres en oxígeno (barbos, tencas, gusanos, etc.)
Oligotróficos.- Sus aguas son pobres en nutrientes y, por tanto, las algas no proliferan excesivamente, las aguas son claras y penetra la luz con facilidad, hay oxígeno en abundancia y la flora y la fauna es típica de aguas bien oxigenadas (truchas, larvas de libélulas, etc.)
Se debe tener en cuenta que en la actualidad muchos problemas de la eutrofización artificial, es decir les llegan muchos aportes de nutrientes procedentes de las actividades humanas, lo que origina un gran crecimiento de algas y de muchos organismos heterotróficos que hacen desaparecer el oxígeno, generándose procesos de anaerobiosis, y, por tanto, olor desagradable, desaparición de las truchas, etc.
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Embalses y lagos artificiales.
Presentan ventajas ecológicas así por ejemplo, sustituyen a muchos humedales desaparecidos en las rutas de emigración de las aves, o mejoran la calidad del agua emitida por el embalse porque muchas sustancias se han quedado en los sedimentos. Sin embargo, en muchas ocasiones sepultan bajo las aguas tierras fértiles y alteran la forma de vida de poblaciones enteras. Sin embargo también suelen causar problemas tales como peca migración de los peces, por ejemplo, al salmón que tiene que ascender por el cauce del río para desovar en el tramo alto. También los embalses grandes situados en los tramos medios del río provocan importante disminución de la diversidad biológica.
ECOSISTEMAS NATURALES
Losecosistemas, como todos los sistemas, pueden clasificarse en abiertos (intercambian materia y energía con el exterior) y cerrados (no lo hacen). Como veremos todo ecosistema necesita intercambiar energía con el exterior. Sin embargo, los intercambios de materia, aunque están presentes en casi todos los ecosistemas reales, pueden en principio ser tan reducidos como se quiera. La Biosfera, el ecosistema formado por todos los seres vivos sobre la Tierra más la materia inerte con la que interactúan, es un caso claro de ecosistema prácticamente cerrado en lo que respecta a los intercambios de materia con el exterior.
ECOSISTEMAS CERRADOS
Los sistemas ecológicos cerrados (SEC) son los ecosistemas que no intercambian la materia por cualquier parte fuera del sistema. Aunque la tierra en sí cabe claramente en esta definición, el término se utiliza más a menudo para describir ecosistemas artificiales mucho más pequeños. Tales sistemas interesan y pueden potencialmente servir como sistema de ayuda de vida durante vuelos espaciales, en las estaciones espaciales o en submarinos. En realidad no es un sistema totalmente cerrado, pues la energía (especialmente luz y calor) puede incorporar y dejar el sistema. En un sistema ecológico cerrado, cualquier residuo producido por una especie debe ser utilizado por lo menos por otra especie. Si el propósito es mantener una forma de vida más alta, por ejemplo un ratón o un ser humano, residuos tales como dióxido de carbono, las heces y la orina se deben convertir antes o después en oxígeno, alimento y agua. Un sistema ecológico cerrado debe contener por lo menos un organismo autótrofo(que produce su propio alimento como las plantas o algunas bacterias). Mientras que los organismos quimiotrofos (que obtiene su energía metabolizando los desechos de otros organismos) y fotoautótrofos (que obtiene energía de la luz) son plausibles, casi todos
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los sistemas ecológicos cerrados hasta la fecha se basan en un fotoautótrofo tal como algas verdes.
EL ECOSISTEMA ABIERTO
Los ecosistemas son considerados sistemas abiertos porque necesitan de suficiente energía proveniente del exterior para el mantenimiento de su estructura, evitando su degradación o desorden en su organización que podrían llevarlo a la muerte. Además, el intercambio con el exterior permite que el sistema se reproduzca, se transforme y evolucione. Tan importante como el propio sistema es el medio, ya que ambos son parte de un sistema aún más amplio y la transacción sistema-medio y medio-sistema es el fenómeno más importante, ya que esta relación no es una sencilla dependencia, sino que es constitutiva del sistema. Un ecosistema no depende solamente de flujos de alimentación de energía y materia, como ya hemos visto, el intercambio de informaciones también es sumamente importante. Los sistemas abiertos tienen la capacidad de aprovechar, seleccionar y procesar las informaciones recibidas del medio, evolucionando hacia sistemas aún más complejos.
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ECOSISTEMAS ARTIFICIALES
Son aquellos que se ven modificados, renovados por los humanos, ejemplo de ello: Creación de ríos, Bosques,Troncos, Raíces,árboles,Cataratas, lagos, naturaleza muerta,animales, montes, cavernas, rocas, etc.
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CAPÍTULO II MANEJO DE ECOSISTEMAS
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MANEJO DE ECOSISTEMAS El concepto de manejo de ecosistemas surgió de la preocupación de algunos científicos por los efectos que las actividades humanas tienen sobre los ecosistemas (Grumbine 1994, Jardel et al. 2008). Principalmente, se reconoce que la frecuencia e intensidad con que se llevan a cabo algunas actividades humanas producen cambios que afectan severamente los procesos que permiten el sano funcionamiento de los ecosistemas. Por ejemplo, la sustitución completa de un bosque por un pastizal para la cría de ganado, lleva consigo no sólo la pérdida de especies vegetales y animales, sino además se alteran procesos tales como la filtración de agua en el suelo o la disponibilidad de nutrientes en los suelos (Maass et al. 2002). Estos cambios terminan repercutiendo en cuestiones como la disponibilidad de los recursos agua y suelos fértiles para las propias comunidades humanas. Es decir, más allá de llamar la atención sobre las consecuencias en los ecosistemas de las actividades de transformación y explotación de los recursos naturales, los análisis actuales están demostrando cómo las formas en que las sociedades humanas nos con la naturaleza, afectan la provisión de bienes y servicios que los ecosistemas brindan a éstas (MEA 2003). El manejo de ecosistemas consecuentemente, nos alerta en primer lugar, sobre la necesidad de incluir una visión de sistemas en los análisis de la relación sociedadnaturaleza. Se reconoce la necesidad de aceptar que las sociedades no han estado nunca separadas de los ecosistemas; el ser humano es una especie resultado del proceso evolutivo y desde nuestra aparición, la naturaleza se ha visto transformada en diversos grados por la acción humana (Folke et al. 2003). Con base en este reconocimiento de mutua relación e interdependencia, se habla actualmente de sistemas socio-ecológicos (Berkes y Folke 1998) en los cuales los elementos naturales y sociales interactúan continuamente. De estas interacciones se producen efectos que en algunos casos son benéficos para los grupos humanos y no producen graves deterioros en el funcionamiento de los ecosistemas. Tal es el caso de los sistemas productivos diseñados, probados por períodos largos de tiempo y adaptados a los constantes cambios, de muchos grupos indígenas y campesinos alrededor del mundo (Toledo 2001, Berkes y Folke 1998). Así también, es evidente que muchas de las acciones humanas han ocasionado severos daños a los ecosistemas y algunos procesos esenciales para su sano funcionamiento están siendo afectados a un grado tal que no es posible pensar en su recuperación (Vitousek et al. 1997).
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Una segunda característica importante del manejo de ecosistemas y también relacionada con la visión sistémica, es el énfasis que pone en que los grupos humanos reconozcan que al utilizar lo que llamamos recursos naturales, estos recursos no se encuentran asilados sino forman parte de los sistemas naturales. Durante décadas, se trabajó bajo una noción del uso de recursos particulares y tanto las prácticas de aprovechamiento como la formulación de políticas públicas, se hizo considerando de forma individual a cada recurso. Un bosque, porejemplo, se pensaba en función de la extracción de madera, un lago se podía concebir como proveedor de agua para pueblos o ciudades o en las pesquerías, se consideraba la extracción de tal o cual especie. Con el enfoque de manejo de ecosistemas, en la actualidad se piensa en los bosques como proveedores de más productos que los maderables, además de reconocer su importancia para el ciclo hidrológico, la regulación climática o la prevención de inundaciones en determinados lugares (Maass 2003). En la provisión de agua y otros bienes tales como la producción pesquera, se entiende mejor la necesidad de proteger los procesos y ciclos naturales de los que depende la obtención de dichos bienes. A la vez, se reconoce que las funciones de los ecosistemas (ciclo del agua, presencia de la diversidad de especies vegetales y animales en un sitio, los ciclos de nutrientes que pasan a través del suelo y los elementos vegetales y animales) proveen una lista larga de “servicios” a las
sociedades humanas 5. Ejemplos de estos servicios son la regulación climática, el mantenimiento de la fertilidad en suelos y ecosistemas acuáticos, la prevención de la erosión o inundaciones y la provisión de espacios para la inspiración humana y la expresión cultural (Daily 1997). El manejo de ecosistemas se entiende entonces como la toma de decisiones de los grupos humanos sobre el ordenamiento de los territorios y paisajes, el aprovechamiento de los bienes y servicios que los ecosistemas ofrecen, así como sobre las necesidades de proteger sitios de interés por su biodiversidad o por los servicios que prestan a las sociedades y las acciones de restauración o recuperación de lugaresdegradados. Se le define también como la toma de decisiones guiada por metas explícitas, ejecutado mediante políticas, protocolos y prácticas específicas y adaptable a través de monitoreo e investigación científica (Christensen et al. 1996). 5 El concepto de servicios ecosistémicos es muy utilizado en la actualidad para referirse a los beneficios tangibles e intangibles que reciben las sociedades humanas de los sistemas naturales. Sobre este reconocimiento, por ejemplo, se han desarrollado políticas públicas tales como el pago por servicios ambientales.
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Se resalta la importancia de que las decisiones humanas se basen en nuestro mejor entendimiento de los procesos ecológicos (Jardel et al. 2008). Para esto, es indispensable la vinculación entre la investigación científica y los distintos actores involucrados en las decisiones que se toman sobre los ecosistemas. En este sentido, en el contexto de países como México, son los productores rurales tales como campesinos agricultores y ganaderos, extractores forestales y pescadores los principales tomadores de decisiones sobre los ecosistemas. Son aquellos individuos, familias y comunidades que utilizan directamente los recursos y que además frecuentemente utilizan estrategias múltiples de aprovechamiento (Toledo et al. 1976). Sus decisiones, no obstante, están enmarcadas en contextos económicos, políticos y culturales particulares que influyen y determinan las acciones que realizan. Finalmente y con base en el reconocimiento del constante cambio que sucede en los sistemas socio-ecológicos, el manejo de ecosistemas se propone tenga un carácter adaptativo. Esto se refiere a la necesidad de planear y diseñar las acciones humanas para ordenar, aprovechar, conservar e inclusive restaurar los ecosistemas, de forma tal que si no se obtienen los resultados esperados, se re-diseñe y realicen las acciones de forma diferente. De esta forma, se considera a las acciones humanas como experimentos. Con este enfoque se espera que aquellos grupos e instituciones responsables de la toma de decisiones trabajen de forma flexible y estén abiertos al diseño de nuevas prácticas que cumplan tanto los objetivos sociales de obtención de satisfactores para el bienestar humano, como mantener en sano funcionamiento los procesos ecosistémicos (Holling 1998).
Manejo de ecosistemas: los actores En el proceso social de toma de decisiones sobre los ecosistemas intervienen diversos actores. Para el caso de los países en desarrollo (como México), son los productores rurales los principales “manejadores” de los recursos y servicios que
brindan los ecosistemas, por medio de las actividades agrícolas, ganaderas, de extracción forestal y de productos no maderables, la cacería y la pesca; los campesinos, trabajadores forestales y pescadores son los más involucrados con la naturaleza. Dado que su supervivencia depende de esta estrecha relación con los ecosistemas, autores como Bawa y Gadgil (1997) los designan “gente del ecosistema” (ecosystem people)
para distinguirlos del resto de la sociedad, quienes desempeñan un papel de
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consumidores constituyendo lo qu e estos autores denominan “gente de la biosfera”(biosphere people).
Estos pueblos ecosistémicos (que han formado parte integral de los ecosistemas desde hace milenios), “socializan” partes de la naturaleza transformando de diversas
formas los paisajes y s istemas naturales, a la vez que “naturalizan” la sociedad al reproducir sus vínculos con la naturaleza. Esta relación recíproca entre las sociedades rurales y la naturaleza, llama a reconceptualizar la visión del mundo rural y a considerarlo en su dimensió n “ecosociológica” (Toledo et al., 2002). Esta noción permite reconocer a los productores rurales como los interlocutores principales cuando se hace referencia al manejo de ecosistemas, a la investigación ecológica y sociológica aplicadas a lo rural o cuando se trabaja en educación ambiental comunitaria. Aunque la mayoría de los seres humanos habitan en ciudades, la proporción de población rural involucrada en las actividades productivas (los pueblos ecosistémicos), es considerable. Según datos de la fao (1991), alrededor de 45% de la población mundial sigue participando de alguna forma en actividades de producción primaria. Además, cerca de 95% de esta población pertenece a países en desarrollo y sólo 5% se encuentra en los países industrializados. Asociado a esto, la apropiación de los ecosistemas se lleva a cabo en naciones caracterizadas por una alta diversidad biológica, como México, Brasil y Colombia que encabezan la lista de los llamados “países megadiversos” (Mittermeier et al., 1997).
Una situación característica del manejo de ecosistemas por los productores rurales, son las formas comunales de tenencia de la tierra.Se estima que en México, 48% del territorio nacional son “ejidos” (tierras, bosques y aguas entregadas en
usufructo a un núcleo de población a través de la Reforma Agraria) o territorios bajo el régimen de propiedad comunal de las comunidades indígenas (Morett, 1991; Cabarle et al., 1997). Aunque los cambios al artículo 27 de la Constitución Mexicana, realizados en 1992, permiten ahora que los ejidos y comunidades indígenas puedan transferir la propiedad de sus terrenos, las formas comunales de propiedad son todavía la base de cualquier estrategia de manejo de ecosistemas. Este arreglo institucional implica la existencia de normas y reglas que se determinan y comparten por los miembros de una comunidad, sustentadas en la cooperación para la apropiación de los recursos y servicios de los ecosistemas, así como para la distribución de los beneficios obtenidos (Ostrom, 2000; McKean, 2000). Además de los arreglos al interior de las organizaciones de productores rurales, las instituciones gubernamentales imponen
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también estructuras normativas para regular el uso del territorio nacional para de un beneficio social más amplio que abarca a toda una nación. Por tanto, los distintos niveles de administración gubernamental representan también actores que desempeñan papeles importantes en la toma de decisiones sobre los ecosistemas. Por medio de marcos legales y regulatorios, del establecimiento desarrollo de planes y programas de gobierno, y de acuerdo al criterio de autoridades específicas en las áreas relacionadas con cuestiones ambientales (agropecuarias, forestal, pesca, de desarrollo social y rural, y ambiental), la compleja red de instituciones gubernamentales constituye un poder relevante en la toma de decisiones. Otro sector sustantivo en el manejo de ecosistemas son las organizaciones no gubernamentales (ong), surgidas por la incapacidad de los gobiernos para atender las demandas y problemas de diversos sectores, entre ellos, el rural. Las ONG ambientalistas de todo el mundo, pero principalmente en los países en desarrollo, trabajan activamente en la búsqueda de un desarrollo más justo y equitativo. En América Latina, las ONG buscan construir un desarrollo agrícola y de manejo de recursos naturales con base en las habilidades y capacidades locales y, que a la vez que incremente la productividad, promueva la conservación de la base ecológica desde la que se utilizan los recursos y servicios de los ecosistemas (Altieri y Masera, 1993). Por último, también son actores dentro del escenario de la toma de decisiones en el manejo de ecosistemas, las instituciones de investigación en las áreas agrícola, pecuaria, forestal, pesquera, así como de disciplinas relacionadas con lo ambiental, considerando las diversas ciencias naturales y ciencias sociales. Paradójicamente, la investigación ecológica en particular, pese a la relevante información que aporta se toma poco en cuenta en las decisiones sobre el manejo de ecosistemas (Ehrlich, 1997). Aunque todos estos actores sociales desempeñan papeles fundamentales, en la práctica no se comunican y vinculan unos con otros. Esto repercute en las formas como se toman las decisiones que afectan a los ecosistemas, con sus correspondientes consecuencias en la supervivencia de la propia especie humana.
El manejo de ecosistemas (explotación, conservación y restauración ecológica) El hombre, al apropiarse de los recursos que la naturaleza le brinda, cambia el estado de algunos de los componentes del ecosistema. Dadas las relaciones funcionales que ocurren entre los diferentes componentes, al cambiar el estado de unode ellos se
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afecta, en mayor o menor grado, al resto de los componentes del sistema. Frecuentemente el impacto de las actividades humanas no se ve de manera inmediata. Más aún, algunas veces el impacto se da en lugares muy distantes al sitio en donde se efectuó la actividad humana. Esto dificulta asociar un impacto en el ambiente con su fenómeno causal. La respuesta de un ecosistema a la intervención humana varía enormemente dependiendo de la intensidad, la frecuencia y el área afectada por la perturbación (Jordan 1985). Tampoco tendrá el mismo impacto un incendio que ocurre cada 20 años que una quema año tras año. Asimismo, la respuesta del ecosistema a una transformación de unos cuantos metros cuadrados será muy diferente a la de una deforestación de cientos de hectáreas. No todos los ecosistemas tienen la misma vulnerabilidad a la intervención humana. Una misma perturbación tendrá un efecto muy diferente bajo condiciones de clima, topografía, suelo y vegetación diferentes. Así, por ejemplo, la pérdida de cobertura vegetal tendrá un impacto menor en una zona plana que en una zona con pendiente pronunciada, pues en esta última la erosión será mucho más acelerada. De igual forma, un suelo con agregados estables, resistirá mejor a la compactación por el paso de la maquinaria agrícola, que un suelo sin agregados. Es importante distinguir entre la resistencia y la resiliencia de un ecosistema (Holling 1973). La primera hace referencia a la capacidad que éste tiene para absorber los efectos de una perturbación. La resiliencia, en cambio, se refiere a la capacidad que tiene el ecosistema para regresar lo más posible a su estado previo a la perturbación. Por ejemplo, la gruesa corteza de los pinos les permite resistir al fuego, mientras que la capacidad de rebrote de algunas especies es más bien una propiedad de resiliencia. La estabilidad de un ecosistema es el resultado de estas dos propiedades. Ante perturbaciones de baja magnitud, el ecosistema generalmente se recupera sin muchos problemas. Sin embargo, ante eventos de gran magnitud, la recuperación del sistema se vuelve más difícil. En algunos casos la transformación del ecosistema es de tal severidad que, aun cesando la perturbación, éste ya no regresa a un estado similar al original. La ecología enfocada a ecosistemas está aportando herramientas conceptuales muy útiles para disminuir el impacto negativo de las actividades humanas sobre los ecosistemas naturales. Estos principios, que de manera muy resumida han sido discutidos en el presente trabajo, están ayudando a encontrar formas más sustentables de
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manejar a los ecosistemas, ya sea para explotar sus recursos y servicios, o para restaurarlos o mantenerlos como sitios de conservación. Christensen et al. (1996) definieron el manejo de ecosistemas como «el manejo guiado por metas explícitas, ejecutado mediante políticas, protocolos y prácticas específicas, y adaptable mediante un monitoreo e investigación científica basada en nuestro mejor entendimiento de las interacciones y procesos ecológicos necesarios, para mantener la composición, estructura y funcionamiento del ecosistema”.
Stanford y Poole (1996), proponen que un programa de manejo debiera comenzar con una evaluación y síntesis del conocimiento base sobre los procesos que estructuran y mantienen funcionando al ecosistema (figura 6). Esta primera fase permite definir el ecosistema, identificando claramente qué procesos ecológicos y qué componentes del ecosistema son los más relevantes en el control y/o mantenimiento de la integridad estructural y funcional del mismo. Asimismo, permite establecer las escalas espaciales y temporales en las que se dan estos procesos funcionales. La definición de objetivos permite desarrollar una estrategia de manejo para alcanzarlos, en la cual, mediante un proceso iterativo con los diferentes sectores sociales involucrados, tanto objetivos como estrategias se afinan hasta lograr un esquema consensuado con la población y, por tanto, con mayor factibilidad de implementación exitosa.
Figura 1. Pasos a seguir en el manejo de ecosistemas Las flechas gruesas marcan la secuencia, las flechas delgadas indican flujos de información Fuente: modificado de Stanford y Pool (1996).
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Es importante enfatizar que la complejidad de los ecosistemas, aunada al hecho de que aún se sabe poco sobre su funcionamiento y exacerbado todo ello con la amenaza del cambio global, hace que normalmente se trabaje bajo condiciones de alta incertidumbre. Esto es, los esquemas de manejo se elaboran sin tener plena certeza sobre los posibles impactos que éstos tendrán en el ecosistema. Es por ello que el impacto de un programa de manejo en el corto mediano y largo plazo debe ser evaluado continuamente, a fin de corregir cualquier desviación generada, ya sea por una mala implementación o por la aparición de efectos no previstos. Al incorporar un proceso de investigación y monitoreo en los esquemas de manejo de ecosistemas, se establece un mecanismo que permite retroalimentar el proceso de manejo en su fase inicial. Este mecanismo, de adaptar el esquema de manejo a las nuevas condiciones, se conoce como «manejo adaptativo» (Holling 1978, Walters 1986). Un elemento central en el proceso de manejo de ecosistemas es el de identificar claramente el objetivo de manejo. Para ello, es de suma importancia incorporar a los diferentes sectores sociales en el proceso de identificación de objetivos, en un ejercicio participativo. No sólo aquéllos que participan directamente en el programa de manejo, sino también aquéllos que tienen injerencia o que se ven afectados indirectamente por el proceso.
La educación ambiental en el manejo de ecosistemas: una propuesta en construcción En la Estrategia de Educación Ambiental para la Sustentabilidad en México publicada en 2006, como un documento clave que sirve par unificar esfuerzos y dirigir de alguna forma las múltiples actividades de educación ambiental que se realizan en el país, se define a la educación ambiental como aquella que “promue va la formación de individuos y grupos sociales con conocimientos, habilidades, sentimientos, valores y conductas favorables para la construcción de un nuevo paradigma social caracterizado por pautas de convivencia social y con la naturaleza que conduzcan a la sustentabilidad política, económica y ecológica” (SEMARNAT 2006: 36). En relación con los ecosistemas, se enfatiza la importancia de promover el uso racional de los recursos naturales (que permita a los ecosistemas su renovación y no sobrepasar su capacidad de carga como sumideros de desechos), así como formar recursos humanos capaces de generar conocimientos científicos y técnicos sobre los ecosistemas de tal forma que se respeten los dinámicos equilibrios de estos sistemas. En
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relación con el papel de la investigación científica, se identifica la necesidad de reformular las formas de conocer y analizar el mundo y se reconoce la escasa interacción entre los científicos y sus instituciones, con los educadores ambientales y el poco acceso que tienen los educadores ambientales a información científica (SEMARNAT 2006). Desde lo que nos aportan la evolución de la educación ambiental en el país y las acciones emprendidas, así como la literatura y experiencias sobre manejo de ecosistemas, nos atrevemos a formular la siguiente propuesta para la identificación y desarrollo de una vertiente dentro de la educación ambiental que se relacione directamente con el manejo de los bienes y servicios brindados por los ecosistemas. Exponemos esta propuesta, a la vez que se reportan las experiencias contenidas en estos libros con la finalidad de compartir ideas con los educadores ambientales y las comunidades de trabajo en investigación científica y las instancias gubernamentales y no gubernamentales relacionadas con el manejo de ecosistemas. Además de abrir la discusión y el intercambio de experiencias, la meta es laconstrucción de iniciativas novedosas. Una primera premisa sobre la que se basa la propuesta, es reconocer que el manejo de ecosistemas, así como la educación ambiental, son intervenciones sociales que se realizan con objetivos y fines determinados.Estas actividades comparten con el campo de la educación extensionista una característica interesante y que dificulta de alguna forma su puesta en práctica. El extensionismo se define como “un instrumento de intervención deliberada que tiene como meta lograr los objetivos del que interviene, pero reconociendo que esto sólo puede ser efectivo induciendo cambios voluntarios en las personas al satisfacer sus necesidades y expectativas” (Röling 1990: 39). En el caso de los objetivos que persigue el manejo de ecosistemas y la misma educación ambiental, es claro que son intervenciones que buscan cumplir las metas de desencadenar la toma de conciencia y empoderamiento dediversos actores sociales, así como promover la conservación y utilización sustentable de los recursos naturales y la construcción de relaciones armónicas o menos destructivas, entre los grupos humanos y los ecosistemas. El tránsito hacia estos objetivos, se torna imposible o improbable si no se toman en cuenta las visiones, intereses, necesidades, expectativas y valores culturales de aquellos actores cuya sobrevivencia cotidiana depende del uso de recursos naturales (WaltnerToews et al. 2003).
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Una siguiente premisa se refiere a la dualidad en el tipo de intervenciones que requiere el manejo de ecosistemas: intervenciones técnicas e intervenciones comunicativo-educativas (Castillo 2003, 2005). Las intervenciones técnicas son aquellas acciones dirigidas a la manipulación de los elementos de los sistemas naturales. Por ejemplo, las decisiones de qué árboles se pueden cortar en una explotación forestal, cuántas plantas se pueden extraer de un bosque (plantas alimenticias, medicinales, forrajeras o para la construcción como las palmas utilizadas en los techos de las casas) o cómo diseñar un sistema de riego a partir de la presencia de manantiales. Todas estas cuestiones se relacionan con el conocimiento sobre los ecosistemas (científico y/o tradicional generado por las comunidades rurales) y las propuestas técnicas que de éstos se puedan generar. Las intervenciones comunicativas educativas, por otro lado, son actividades concebidas para trabajar con la gente y por medio de las personas. Su intención es modificar los conocimientos sobre los fenómenos, las actitudes hacia la naturaleza; las propias relaciones sociales y/o las decisiones que se toman y las acciones que se realizan. Intentan, asimismo, promover la formación de valores positivos hacia el cuidado del ambiente y la toma de conciencia sobre la gran responsabilidad que cada individuo, grupo humano, nación y finalmente como especie, tenemos con el planeta.
Entre los ingredientes del manejo de ecosistemas están Considerar las conexiones entre los diversos niveles de la biodiversidad (genes, especies, poblaciones, ecosistemas, paisajes).
Incluir una escala espacial adecuada que incluya a los procesos ecológicos relevantes, definiendo límites ecológicos en lugar de límites administrativos.
Aceptar a las sociedades humanas como parte del ecosistema y considerar las necesidades presentes manteniendo el ambiente para que pueda satisfacer a las necesidades futuras.
Imitar a los regímenes naturales de perturbación para mantener a la biodiversidad.
Mantener la integridad ecológica protegiendo poblaciones viables de todas las especies nativas, de sus patrones y procesos.
Tener en cuenta una escala temporal adecuada. Planear a largo plazo.
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Introducir experimentos de manejo con diseños experimentales, conducir monitoreo y documentar los efectos del manejo para aprender.
Promover la coordinación interinstitucional y la comunicación con la sociedad.
EL MANEJO DE ECOSISTEMAS FORESTALES El manejo de los recursos forestales tiene como base el concepto de rendimiento sostenido, que se refiere a la capacidad de las áreas boscosas de proveer de manera permanente y optima los múltiplos bienes y servicios que la sociedad demanda (schanz, 1996), la evolución de los mismos en los dos últimos siglos ha orientado principalmente a la generación de esquemas de producción sostenible de bienes tangibles o con valor de mercado, principalmente madera. El manejo forestal tradicional, entendido como una secuencia de decisiones encaminadas a proveer permanente a la sociedad de un flujo de productos, minimizando efectos ambientales diversos, ha desarrollado modelos digestión de los recursos que, si bien han elevado los niveles de producción de las áreas forestales, esto no se ha dado siempre bajo consideración del efecto de las técnicas aplicadas sobre la totalidad de los elementos del ecosistema. El modelo del bosque regular normal ilustra en buena medida el objetivo del manejo forestal tradicional y su orientación hacia la obtención de bienes. En la última década, la comunidad internacional ha establecido una serie de estrategias de manejo de recursos naturales bajo el concepto de desarrollo sustentable (earth Summit, 1992). El manejo forestal tradicional tiende hacia el manejo de ecosistemas forestales, esto es, hacia el logro y mantenimiento de las condiciones ecológicas y forestales deseadas, dentro de las cuales se consigue el rendimiento sostenido Es necesario que la autoridad forestal reconozca usos, estrategias transicionales de manejo de ecosistemas forestales a través del desarrollo de sistemas agroforestales y actividades de reforestación con fines comerciales, de conservación y/o recuperación de estos ecosistemas donde se encuentran asentados. El manejo de ecosistemas forestales debe entenderse entonces como un concepto del manejo de recursos naturales, en el cual las actividades forestales se consideran en el marco de las interacciones ecológicas, económicas y sociales dentro de un área o región determinada, a corto y a largo plazo”
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Manejo forestal tradicional El Manejo Forestal enfrenta actualmente el reto de generar esquemas que garanticen el mantenimiento de la diversidad biológica y la fertilidad del suelo, la conservación de la variabilidad genética y su dispersión, así como todas las funciones ecológicas de las áreas bajo manejo. El manejo forestal tradicional debe tender hacia el manejo de ecosistemas forestales, es decir al logro y mantenimiento de las condiciones ecológicas y forestales deseadas, dentro de las cuales se consigue el rendimiento sostenido de productos para satisfacer las necesidades humanas. El manejo de ecosistemas forestales debe entenderse entonces como un concepto del manejo de los recursos naturales, en el que las actividades forestales se consideran en el marco de las interacciones ecológicas, económicas y sociales dentro de un área y región determinada, a corto y largo plazo (Thomas, 1996). Aunque el manejo forestal tradicional aplica principios ecológicos a la gestión de los recursos, su diferencia con el manejo de ecosistemas es probablemente el enfoque desde el cual se interactúan con las áreas boscosas. Mientras que el manejo tradicional atiende básicamente la densidad de los recursos (volumen de madera, densidad de fauna, infraestructura, etc.), así como el rendimiento de los mismos; el manejo de ecosistemas enfatiza sobre la condición o estado forestal, evaluando de manera adicional con mayor detalle parámetros como: diversidad biológica tipo de paisaje, productividad del suelo, edad, estructura, vigor, composición florística, fauna, residuos maderables, etc. Desde este punto de vista, ambos procedimientos de gestión no son de ninguna manera contrapuestos, sino complementarios. El manejo de ecosistemas no excluye la producción de bienes de mercado en las áreas forestales, simplemente no permite que la obtención de un producto dado sea el único objetivo de manejo. La producción de madera, por ejemplo, debe ganar su lugar en el conjunto de bienes y servicios, justo como cualquier otro producto del bosque de uso activo o pasivo (hunter, 1990). El manejo de ecosistemas forestales contempla la toma de decisiones sobre la gestión de los recursos en dos horizontes: uno temporal y uno espacial. La finalidad es lograr la mayor interacción posible entre necesidades sociales, necesidades económicas, y capacidades ecológicas; procurando un balance entre las demandas de sus productos y servicios a corto plazo.
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Horizonte temporal. Se plantean estrategias a diferentes plazos con el objetivo de alcanzar la condición forestal deseada, esto es, se parte de una condición original o inicial y se generan los modelos de manejo para avanzar hacia la condición objetivo, o de referencia. En el horizonte espacial, se proponen básicamente a nivel de paisajes (filtro grueso o de procedimiento macro)y para rodales individuales (filtro fino o procedimiento micro).
Conviene destacar que los modelos de ecosistemas forestales tienen, como modelo del bosque normal, un importante grado de idealidad. Lo que hoy concebimos como un modelo de gestión adecuado para el largo plazo, en las próximas décadas o siglos probablemente pierda vigencia. Sin embargo, tal como el modelo de bosque normal (con sus limitaciones) han orientado las condiciones de manejo con el objetivo de conservar los recursos forestales, los nuevos procedimientos de gestión deben entenderse como la meta hacia la cual dirigir las acciones , considerando siempre que lograr la condición deseada en un paisaje forestal puede trascender varias generaciones. En este contexto, es importante considerar que el manejo de ecosistemas se debe adaptar a los nuevos paradigmas de gestión de los recursos naturales, generados por la experiencia, el avance científico y el desarrollo de la sociedad (Bormann et al., 1994). El manejo de ecosistemas no es una metodología única depurada o validada suficientemente, dada la complejidad y carácter dinámico de los ecosistemas. Consiste más bien en la aplicación de una serie de herramientas para el desarrollo de modelos capaces de determinar el impacto de diversas acciones del manejo, teniendo siempre en consideración el ingrediente estocástico, tanto por el carácter de los recursos bajo manejo, como por las necesidades de describir los valores sociales para recursos bajo manejo, como por la necesidad de describir los valores sociales para los recursos de mercado. La idea básica es entender cada acción o cambio como un efecto en un sistema complejo de procesos y evaluar tales acciones y cambios desde la perspectiva desde un todo (Schlaepfer, 1997). El apoyo importante para el manejo de ecosistemas forestales lo constituyen los planes de ordenamiento ecológico o territorial a diferente escala. Una vez definida el área bajo manejo, tales planes permiten jerarquizar las unidades de gestión (paisaje, ecosistema, comunidad, población) e identificar la vocación de las mismas para generar plan de manejo respectivo. Los sistemas de información geográfica y de recursos tienen gran
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importancia en este contexto, ya que posibilitan la evaluación de la condición original del área y el monitoreo de los resultados de las diversas acciones realizadas. La unidad de manejo de ecosistemas es el paisaje, entendido como una superficie compuesta por ecosistemas interactuantes que ocurren repetidamente con un patrón de distribución determinado por la geología, fisiografía, suelos, clima, biota e influencias antropogénicas. Tal circunstancia implica que puede abarcar diversos predios y por ende, varios propietarios o poseedores con objetivos de manejo frecuentemente distintos a los previstos en el marco de la planeación a nivel de ordenamiento ecológico o del plan de manejo o del plan de manejo de ecosistemas. La complejidad del manejo de los ecosistemas forestales obliga necesariamente a la integración de equipos multidisciplinarios y a una ampliación del enfoque reduccionista que priva aun en diversas profesiones, tanto para la generación de reconocimientos que permitan apoyar la toma de decisiones, como para el manejo de los recursos.
El bosque como ecosistema forestal Al entender a los bosques como ecosistemas forestales y no simplemente como recursos, es posible apreciar con claridad la diversidad de elementos - en cuanto a recursos, servicios, y escenarios socio ambientales - que rodean el tema. El proyecto de Ley versa sobre elementos y aspectos que en paralelo lo hacen más complejo y lo enriquecen. Ofrecen mayores opciones para generar beneficios a la sociedad, a partir del uso inteligente del patrimonio nacional forestal y de fauna silvestre, lo que incluye el aprovechamiento sostenible de sus recursos y los beneficios económicos que los servicios de los ecosistemas forestales pueden brindar.
Los
Enfoques Silvopastoriles Integrados para el Manejo de Ecosistemas sistemas
silvopastoriles
son
una
modalidad de agroforestería pecuaria que combina los pastos para ganadería con árboles y arbustos. Estos sistemas cumplen algunas funciones de los bosques naturales porque poseen vegetación permanente con
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raíces profundas y un dosel denso. Son una alternativa real al tipo de ganadería que prevalece en América Latina, generan servicios ambientales y mejoran la calidad de vida de los productores y de las familias que dependen de las fincas ganaderas para su sustento. El sistema de enfoques silvopastoriles integrados para el manejo de ecosistemas, forma parte de una serie de acciones coordinadas que países y organizaciones mundiales como las Naciones Unidas han emprendido para hacer frente a los efectos devastadores del cambio climático y sus consecuencias. Este sistema permite conocer los cambios que ocurren en los depósitos de carbono, la biodiversidad y la calidad del agua en las fincas ganaderas cuando los pastizales convencionales son transformados en sistemas silvopastoriles dentro de un manejo integrado del paisaje, buscando lograr cambios en las formas y métodos de producción convencionales de las fincas ganaderas que causan impactos ambientales negativos, si se compensa a los productores por los servicios ambientales que generan a través de estos cambios tecnológicos. Los objetivos del sistema de enfoques silvopastoriles integrados para el manejo de ecosistemas son:
Evaluar el potencial de los sistemas silvopastoriles intensivos para ofrecer servicios ambientales globales y beneficios socioeconómicos a las fincas y comunidades rurales.
Desarrollar incentivos y mecanismos que beneficien a las fincas y a las comunidades por los servicios ambientales de conservación de la biodiversidad y captura de carbono.
Preparar lineamientos de políticas para la intensificación sostenible de la producción ganadera y hacer recomendaciones concretas a políticas sectoriales y ambientales sobre el uso de la tierra y servicios ambientales.
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Fases del Manejo de Ecosistemas con un Enfoque orientado a Silvopastoriles 1. Capacitación a los comuneros
o
Entrenamiento y asistencia técnica a las personas aledañas a las comunidades.
o
Fortalecimiento de la capacidad técnica de las organizaciones locales
o
Elaboración de comunicaciones sobre manejo integrado de ecosistemas y desarrollo de sistemas sostenibles de producción ganadera
2. Monitoreo de servicios ambientales
o
Mejoramiento de la información sobre el potencial de los sistemas silvopastoriles para proporcionar servicios ambientales y beneficios económicos
3. De políticas y apoyo a la toma de decisiones
o
Diseño de lineamientos de políticas ambientales sobre agroecosistemas
o
Apoyo técnico para el diseño de reglamentos específicos que limiten los impactos negativos de la ganadería convencional y estimulen el cambio hacia la ganadería sostenible
SERVICIOS AMBIENTALES
Se promueve la recuperación de la biodiversidad y su monitoreo permanente
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Biodigestor de flujo continuo que genera fertilizante y combustible renovables a partir del estiércol. Este tipo de manejo de ecosistemas busca el cuidado del agua en fincas y microcuencas.
Se mide la captura de carbono en paisajes rurales que incrementan la cobertura vegetal
BENEFICIARIOS
Los beneficiarios directos de este tipo de manejo vienen a ser los mismos comuneros, ya que ofrece capacitación y asistencia técnica a los pequeños y medianos productores. Pero de forma indirecta todas las personas resultan beneficiarias porque a través de este sistema se hace frente a los problemas del cambio climático.
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CAPÍTULO III MANEJO DE ECOSISTEMAS EN LATINOAMERICA
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DIVERSIDAD EN AMERICA LATINA La diversidaddeAméricaLatinayelCaribe eslamásricadel mundoy expresatantoensus distintosecosistemas comoensus múltiples especies.
se
Diversidad deEcosistemas Laclasificación utilizadaparareferirsealosecosistemasoa distintasunidades ambientales esmuy diferente entrelos países delaregióny ello complicalas comparaciones. Según PNUMA – CEPAL (2001), todos los biomas del planeta están representadosenla regiónexcepto los más extremos fríosrepresentados porlas tundrasytaigas. losbosques húmedos El44%delasuperficieoriginaldelaregiónpertenecea latifoliadostropicales; el16.4% son pastizales,sabanasy matorralestropicalesysubtropicales;el11.3%desiertosymatorralesxéricos;el8.8%bosques secos latifoliadostropicales y subtropicales;el7.9%pastizales, sabanasymatorralestemplados,entreotros.
PÉRDIDA DE LA BIODIVERSIDAD Es resultado de la deforestación y la contaminación de las aguas, es hoy la principal amenaza ambiental de la Región. Entre los mayores problemas se mencionan la fragmentación y la destrucción de ecosistemas, el creciente número de especies amenazadas y la erosión genética en las zonas naturales y en los agroecosistemas.
Las Causas de las Pérdidas de la Biodiversidad La causa estructural básica de la pérdida de la biodiversidad en América Latina y el Caribe ha sido la predominancia de una modalidad de desarrollo en el sector agrícola y en las áreas rurales que se manifiesta a través de la influencia de la llamada "revolución verde" (Gligo, 1993).
Un primer: significativo factor de pérdida de la biodiversidad se ha derivado de las consecuencias de la expansión de la frontera agropecuaria generada en la región por cuatro procesos: La expulsión del campesinado por la desestructuración del complejo latifundio minifundio. La expulsión de la población de pueblos rurales en áreas en crisis. La ocupación de nuevos espacios para ser incorporados a la explotación agropecuaria, como consecuencia de estímulos económicos generados por la ganaderización de estos espacios o determinados cultivos. La pérdida de la biodiversidad biológica, como resultado de la deforestación para uso ganadero, estimándose que de 500 especies de plantas por hectárea en los bosques, sólo quedaron menos de 30 especies.
Por último, cabe mencionar los planes y programas de colonización dirigida o inducida en función de la construcción de carreteras de penetración (Andrade y Etter, 1987, citado por la Comisión Amazónica de Desarrollo y Medio Ambiente, 1992). 35
Un Segundo Factor: Que influyó en pérdida de la biodiversidad fue la irrupción de un paquete tecnológico dirigido a especializar y a homogeneizar las especies y variedades, como asimismo, los ecosistemas mediante un alto grado de artificialización. El Tercer Factor: Se debe a la sobreexplotación de muchos predios de productores, especialmente campesinos, que frente a las consecuencias de la modernización, no emigraron sino que permanecieron en sus tierras. Un Cuarto Factor: Es el referido a la caza y la recolección selectiva. La caza de especies de la fauna terrestre ha significado la eliminación de éstas o su evidente amenaza de extinción. Las causas se deben a la caza para alimentación del campesino y la extracción comercial de explotación de pieles y carne. También aquí se incluye la cosecha extractiva de vegetales, ya se trate de árboles que prosperan por su alto valor comercial, o plantas medicinales. Un Quinto Factor: De presión sobre la biodiversidad, que ha adquirido mucha fuerza en los últimos años por su capacidad de cosecha, es la utilización de los bosques nativos del continente por parte de la industria forestal. Existen pocas técnicas eficaces de manejo forestal sustentable. La gran mayoría de las veces las técnicas más complejas se utilizan para tener mayor eficiencia en la corta. Al eliminar los árboles, se elimina la gran mayoría de la biota de los ecosistemas. El Sexto Factor: Es la afectación de las sabanas, las tundras y los bosques en función de las cosechas para producir combustibles. Es normal escuchar que los habitantes de hogares pobres campesinos cortan árboles, arbustos, yaretales y túrbales para su consumo. Además de este factor, en América Latina, se cosechan muchos bosques para proveer energía a la industria. Ello es más notorio en Haití y El Salvador, como asimismo, en regiones específicas del Nordeste del Brasil, el Altiplano Andino y mexicano, donde la escasez de leña es un factor importante de degradación ambiental (Altieri y Masera, 1993, citado por el Grupo Interamericano para el Desarrollo Sostenible de la Agricultura y los Recursos Naturales, 1995). Algunos de estos factores pueden ocurrir simultáneamente, en especial los que inciden en la deforestación. No puede dejar de destacarse lo que sucede con los productos de mar que son extraídos para su explotación comercial. Por último, es necesario hacer mención general a la afectación y reducción de los ecosistemas derivados de actividades productivas, industriales mineras y de expansión urbana.
Estrategias para Revertir las Tendencias de la Biodiversidad Hay ciertos principios generales a que han adherido muchos países. En la Estrategia Global para la Conservación de la Biodiversidad se establecen los principios que se sintetizan a continuación:
Establecer un marco de política nacional. Reformar las políticas públicas mediante nuevos métodos contables que consideren el patrimonio y la reducción de las demandas.
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Crear un entorno político internacional que refuerce el marco jurídico como complemento de la Convención sobre Biodiversidad Biológica y que incremente el financiamiento.
Crear incentivos a escala local.
Administrar la biodiversidad en la totalidad del entorno.
Reforzar las áreas protegidas.
Afianzar la capacidad de conservación de los centros ex-situ.
Ampliar la capacitación y el conocimiento sobre este tipo de problemas.
Grupos de Ecosistemas Propensos a la Desertificación Los procesos de desertificación ocurren como consecuencia de la acción antrópica en distintos tipos de ecosistemas caracterizados por la aridez. En Consecuencia, la dinámica de la desertificación depende tanto de las Características de los ecosistemas como de las formas de intervención humana. Entre los principales grupos de ecosistemas latinoamericanos en los que se presentan procesos de desertificación se pueden mencionar: Ecosistemas Hiperáridos Corresponden a los desiertos propiamente tales, como los de la costa peruana, el norte chileno y el norte mexicano. En ellos generalmente es tan escasa la biomasa y casi nula la precipitación que prácticamente no hay acción antrópica. Por lo tanto, la evolución de este fenómeno está vinculada con la etapa geoclimática en que están en la actualidad. Es un territorio que generalmente no tiene población y si la tiene, ésta vive de la actividad minera, por lo que no debería constituirse en objeto de preocupación. Sin embargo, en determinados desiertos, cuando existe algún recurso vivo de alto interés comercial o científico, puede producirse su expoliación. No hay que olvidar que los ecosistemas hiperáridos tienen cadenas tróficas muy simples, lo que les confiere un atributo de muy baja resistencia.
Ecosistemas Áridos y Semiáridos no Montañosos Aquí se agrupan todos los ecosistemas áridos existentes en llanuras o lomajes situados por debajo de 500 metros sobre el nivel del mar. Entre los más destacados están la Catinga brasileña, los desiertos mexicanos, los ecosistemas de los llanos del Orinoco y de la Guajira (ambos en Venezuela y Colombia) y los ecosistemas argentinos del Chaco árido y del Monte. La más significativa actividad está centrada en la ganadería extensiva, muchas veces ocasional, y en la recolección de leña proveniente de arbustos. Muchos de estos ecosistemas registran graves procesos de desertificación.
Ecosistemas Áridos, Semiáridos y Subhúmedos SecosMontañosos Son los que están por sobre los 500 metros de altitud. Los más notables son los ecosistemas de la Puna, la Prepuna de Bolivia y Perú, los ecosistemas de montaña de México y determinados ecosistemas de países centroamericanos. Los factores
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condicionantes climáticos, sobre todo la relación entre precipitación y evapotranspiración, los hace frágiles y de muy baja resiliencia. El desarrollo de importantes imperios agrarios precolombinos ha contribuido a hacer que estos ecosistemas tengan una densidad poblacional relativamente alta.
Ecosistemas Subhúmedos Secos no Montañosos Es ésta la gama más amplia de ecosistemas. En Latinoamérica se destacan la meseta central mexicana, el Cerrado brasileño, el Chaco subhúmedo, el Espinal argentino y la Patagonia argentino-chilena, además de algunos ecosistemas del denominado Del Pacífico en Ecuador y en Colombia. Existen numerosos ecosistemas de menor tamaño en todos los países de la región, en sus zonas de transición a los ecosistemas húmedos o en gradientes cordilleranas. Las condiciones de estos ecosistemas son más variables; así los del Pacífico tienen la capacidad de producir un nivel medio de biomasa, son diversificados y resilientes. La Patagonia, por sus limitantes derivadas de las bajas temperaturas tiene poca biomasa, y por sus vientos, es fácilmente erosionable.
CONSERVACIÓN DE LA BIODIVERSIDAD EN ECOSISTEMA INUNDABLES La diversidad biológica en los ecosistemas inundables de la amazonia es alta, en relación a otros ecosistemas inundables de otras partes del hemisferio. Las zonas inundables cuentan con especies de flora y de fauna de importancia socioeconómica para el poblador rural como para el mercado internacional, razón por la cual ha sufrido mucha extracción de especies maderables quedando algunas especies en situación vulnerable como el caso de la caoba. Como consecuencia de esta sobre explotación tanto de plantas como de animales de caza los ecosistemas inundables no pueden cumplir sus funciones ecológicas en su plenitud afectando a especies acuáticas ya los procesos ecológicos de la cuenca, al clima y finalmente al ser humano.
COLOMBIA Es unogunodelospaísescon megadiversidadbiológica,menciona queen un estudiorealizadopor “Biocolombia2000”,sobrela valoración dela representatividad de los Distritos Biogeográficos, evaluando tanto la extensión de superficieprotegida porlasdiferentesANP,comoelgrado deintangibilidad establecidoporlacategoríademanejorespectiva,concluyóqueúnicamenteel30.5%delosdis tritostienenunarepresentatividadentremuybuenayaceptable, mientrasque el63.9%tieneuna representatividadentredeficienteynula.
Conservación y Protección de los Recursos Forestales Incrementar la recuperación de la cobertura forestal protectora a través de programas de fomento con participación de las comunidades y de los diferentes sectores de la economía nacional. Participar directamente en la regulación y orientación de los procesos de la colonización del país. Propender por la satisfacción de las necesidades de la comunidad en cuanto a suministro de agua, adecuada en cantidad y calidad, a través de la declaratoria y manejo técnico de las áreas de reserva forestal protectora. Restituir el bosque que es utilizado por las comunidades rurales para atender sus necesidades de consumo de leña y otros productos forestales a través del fomento de la
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reforestación y el mantenimiento de los bosques naturales. Desarrollar programas continuos de instrucción y educación de la población rural.
Aprovechamiento Forestal Evaluar las condiciones cualitativas y cuantitativas de los recursos forestales para definir la planificación y manejo en términos de producción de bienes y servicios y protección del bosque. Promover el desarrollo social en las áreas objeto de aprovechamientos forestales. Contribuir a la generación de empleo y a la productividad en beneficio de la comunidad, para disminuir los problemas y tensiones de orden social que acontecen en donde el bosque es un medio importante para el sustento de las comunidades.
BRASIL Parque Nacional de Jau El PNJ está ubicado en el estado de Amazonas, en los municipios de Novo Airao y Barcelos. Con unaextensión de 2.272.000 ha., es el Parque Nacional más grande de Brasil, y el más grande del mundo ubicado en la selva tropical. La creación de este parque se dio con el objetivo de conservar la cuenca hidrográfica de aguas negras, desde la naciente hasta la vertiente y de interfluvio a interfluvio. Al igual que en el resto de las áreas que han sido decretadas protegidas en Brasil, en la creación del PNJ no se tuvo en cuenta la presencia de los habitantes que residían en el Parque. La legislación actual no permite la presencia de habitantes en las áreas protegidas. La regla general consiste en que el estado expropia e indemniza a los habitantes para así intentar consolidar la conservación del área. En los límites del 86% de las áreas protegidas de América del Sur existen habitantes que ocupan el lugar desde décadas atrás, y utilizan los recursos naturales disponibles.
VENEZUELA Los Ecosistemas Áridos y Semiáridos de Venezuela Los ecosistemas de las zonas secas de Venezuela(41023 km 2) se ubican en cuatro regiones geográficas: a lo largo de la costa, desde la Goajira hasta el Golfo de Cariaco; en la altiplanicie de Barquisimeto; en las mesas áridas de Los Andes y en las islas caribeñas. El clima es tropical estacional, con una o dos estaciones secas. Los suelos son de poca profundidad, pedregosos y líticos (litosoles) o con escaso desarrollo (entisoles), pobres en materia orgánica y en fósforo. La vegetación va desde tipos contraídos en las zonas litorales hasta bosques y matorrales densos en las vegas de los ríos. Predominan los arbustales y matorrales espinosos. Existen áreas hortícolas en los alrededores de Coro (capital de Falcón) y en el valle de Quibor (Estado Lara), donde se ha producido la sobreexplotación de los acuíferos y se ha perdido la capacidad productiva por la salinización y alcalinización de los suelos (Matteucci, 1986).
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Las propiedades descriptas de los ecosistemas secos, con el consiguiente riesgo para su explotación, así como su escasa importancia en extensión (4,6% de la superficie de Venezuela) parecen justificativos suficientes para desalentar todo intento de manejo. Sin embargo, existen dos razones de peso para intensificar la investigación y la implantación de proyectos de desarrollo basados sobre una política de 'menor riesgo': el servicio ecológico de la franja semiárida hacia el entorno y la existencia de una población pauperizada marginal que no puede ser ignorada. La vegetación de la franja costera semiárida brinda un importante servicio ecológico como barrera protectora contra la gran tensión climática originada en la alta radiación solar y los vientos alisios cálidos y secos. Un suelo desnudo potencia el impacto de estos factores climáticos, alterando el balance hidrológico local y en las zonas vecinas (incremento de las tasas de evapotranspiración, de escorrentía y de erosión). Por otra parte, los fragmentos de vegetación natural constituyen fuentes de reposición de especies para la recuperación de sitios vecinos degradados. Ante el actual grado de deterioro, el proceso podría tomarse irreversible sin un manejo adecuado. Las propuestas de manejo productivo de los organismos gubernamentales han estado basadas sobre la importación de agua para crear "microambientes aptos para las prácticas agrícola tradicionales de zonas templadas. Se ha ocasionado así un aumento de la salinización de los suelos y se han acelerado los procesos de desertificación. Es necesario adoptar un nuevo marco de referencia para el manejo de las zonas secas, aplicando criterios particulares para la toma de decisiones y estimulando la formulación de nuevos conceptos y prácticas agrícolas que, con un enfoque sistémico, aprovechen la oferta del ecosistema. Se requiere una política ambiental que estimule el aprovechamiento óptimo de los recursos existentes con un mínimo de disturbio ecológico. Esto se puede lograr con proyectos de desarrollo a pequeña escala, que sean fácilmente aprehendidos por los pobladores y cuyos efectos puedan ser absorbidos por el ecosistema. La participación activa de los actores sociales involucrados garantiza el compromiso de los pobladores y facilita tanto la búsqueda de información como la transferencia de los resultados y propuestas. El compromiso de los beneficiarios del proyecto constituye la garantía de la conservación de los ecosistemas (Matteucci y Colma, 1983).
Manejo de los Ecosistemas de Zonas Secas en Venezuela La escasez de recursos hídricos y de cultivos adaptados a las condiciones agroclimáticas de estas zonas ha traído como consecuencia la escasez de alimentos, tanto para el consumo humano como animal con la consiguiente intensificación de la presión sobre la vegetación seminatural. La sobreexplotación de la biomasa vegetal provoca un déficit estacional creciente de la oferta forrajera y el deterioro del suelo, haciendo peligrar la estructura del sistema (Matteucci et al., 1977; Guichard, 1985). En las zonas áridas y semiáridas de Venezuela, los estudios de uso y manejo de las pasturas han sido escasos. El PIDZAR (1) investigó el comportamiento de especies forrajeras y el establecimiento de especies resistentes y adaptadas a las condiciones ambientales imperantes. Algunas especies forrajeras promisorias, tales como alfalfita maracaibera (Stylosanthes hamata (L.) Taub.); leucaena (Leucaena leucocephala (Lamp.) de Wit); flor de sangre (Macroptilium lathyroides (D.C.) Urb.); millo perla
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(Pennisetum typhoides Hitch.); quinchoncho forrajero (Cajanus cajan (L.) Mills P.) Y asociaciones de pasto buffel (Cenchrus ciliaris L.) con alfalfita maracaibera fueron evaluadas cuantitativamente (Zamora et al., 1987). En el marco del mismo proyecto se evaluó la adaptabilidad del pasto buffel a las condiciones de sequía. Esta especie puede ser pastoreada o usada como forraje de corte y heno. En el primer caso, soporta una carga animal de 10 a 15 caprinos/ha/año en las zonas áridas; evitando el sobrepastoreo de la vegetación seminatural; o puede ser cortada 2 o 3 veces en la época de lluvia a intervalo de 35 días y altura de corte 20 cm. Con 2 ha de pasto buffel se suplementa la alimentación de 100 cabras en el período crítico (Durand, 1987). Otro uso importante de esta especie deriva de la facilidad con que constituye bandas antierosivas. Si se destina una pequeña parcela a la producción de semillas, cada productor puede garantizar su propio germoplasma. La complementación de la alimentación de los caprinos con residuos de cultivos está generalizada entre los criadores propietarios de conucos, parcelas de 1 a 2 ha de maíz o sorgo forrajero a secano. La práctica de la henificación, es muy limitada, aunque ha despertado interés en criadores con rebaños de más de 150 cabezas, estimulados por los resultados de la introducción de C. ciliaris, que dio un rendimiento de 3 ton/ha en la zona piloto del PIDZAR. Si bien no se ha cuantificado la productividad primaria neta de los ecosistemas de las zonas secas de Venezuela, González (1981) aseveraba que mediante el uso complementario de follaje, flores y frutos de la vegetación leñosa se han mantenido durante años cargas de una cabeza/ha. Las observaciones realizadas en el área del PIDZAR coinciden con este dato, aun con métodos de pastoreo extensivo poco adecuado.
ARGENTINA El territorio argentino se incluye dentro de la Región Neotropical, y sobre la base del Proyecto Flora Patagónica Argentina (INTA) abarca las Provincias de Neuquén, Rio Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego y las Islas del Atlántico Sur. Esta Flora tiene como límites:
Norte: El río Colorado Sur : Los canales Beagle y Moat Oeste: La Cordillera de los Andes Este: El Océano Atlántico y las Islas del Atlántico Sur con una extensión de aprox. 787.292 km2, es decir el29% del total del país. Con esta propuesta orística, si bien hay un predomino de zona árida también están representados el bosque y el monte. De acuerdo al relevamiento fitosociológico se puede dividir a la región en dos grandes círculos:
Neotropical: irradia desde un centro chaqueño y otro andino los distintos grupos que conforman la vegetación que han ido ocupando y penetrando el territorio hacia el S.
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Antártico : vegetación de origen austral que ha migrado en sentido opuesto. En esta región se observan:
Endémicos restringido de la comunidad, mientras que aumenta la proporción de biomasa subterránea. La diversidad de formas de vida es frecuentemente mayor que en bosques húmedos, lo que se revela en una variedad de características estructurales y fisiológicas relacionadas con la tolerancia al estrés hídrico y radiacional. Entre las especies leñosas se destaca el alto grado de plasticidad en su desarrollo estructural, que permite contrarrestar los efectos del estrés hídrico mediante reducción de la superficie transpiratoria. En este trabajo discutirélas propiedades fisionómicas y estructurales de estas comunidades en conjunción con las propiedades ecofisiológicas de las formas de vida predominantes. Es estatus de conservación de estos sistemas en el norte de Suramérica es crítico debido a la presión poblacional que se expresa en la extracción de leña y la cría extensiva de caprinos.
ECUADOR El bosque de manglar de ecuador La biota del manglar presente en la costa ecuatoriana esta representa por 5 familias, 6 géneros y 7 especies de árboles; 45 especies de aves, 15 especies de reptiles, 17 especies de crustáceos, 70 especies de moluscos, alrededor de 100 especies de peces, y más de 17 especies de epifitas entre orquídeas y bromelias. El valor e importancia de los manglar está relacionado con medios de subsistencia para los moradores costeños; manutención las pesquerías comerciales;: producción de materia orgánica y detritus para su exportación al estuario; reciclaje de nutrientes; retención y acumulación de sedimentos en suspensión ; habitad de especies de fauna asociada al manglar preservación y mejoramiento de la calidad de agua; protección de la calidad del habitad; preservación de la biodiversidad; producción de la madera para combustible como la leña y carbón; producción de madera para construcción de viviendas, puentes, embarcaciones; etc. Los manglares del norte de la provincia de esmeraldas en ecuador como sitios de biodiversidad sobresaliente con la presencia de árboles de mangle extremadamente altos y los del golfo de Guayaquil en la provincia de guayas como sitios de refugio de aves, limite meridional de la distribución de cocodrilos y sitios para la anidación de tortugas marinas. El clima de la zona del mangle en el ecuador es tropical y va desde muy lluvioso al norte del país, húmedo de zona central y seco en la zona sur. La temperatura es muy estable durante todo el año, la media mensual fluctúa entre 24.5 y 27.5 Cº, presentándose mayor fluctuación durante los meses lluviosos. Los suelos del área del manglar son pantanosos, saturados de humedad, ligeramente ácidos.
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EXPERIENCIAS PARA EL MANEJO DE ECOSISTEMAN EN CHILE De acuerdo al Convenio sobre manejo de ecosistemas, suscrito y ratificado por Chile, la biodiversidad se refiere a la cantidad y variedad de los organismos vivos que hay en el planeta. Se define en términos de genes, especies y ecosistema. La presente Estrategia reconoce la importancia de la biodiversidad como eje de la vida sobre la tierra y concentra sus esfuerzos en su conservación, incluyendo el uso sustentable de sus componentes. Este compromiso reconoce además que la conservación de la biodiversidad es de interés común para toda la sociedad, así como una parte integrante del proceso de desarrollo. Todos los ecosistemas tienen un valor intrínseco: las praderas, los bosques, la flora y la fauna, no sólo existen para servir a los humanos. Aun así, la presente Estrategia examina la conservación de la diversidad biológica desde la perspectiva humana, en otras palabras, la biodiversidad comprende ecosistemas, comunidades de especies animales y vegetales, las propias especies y sus interrelaciones y sus recursos genéticos. Toda la diversidad de vida que existe en los mares, agua dulce y ambientes terrestres participa de múltiples procesos que inciden sobre el equilibrio del clima, de los ciclos del agua, de la evolución de los suelos. La biodiversidad cumple funciones ecológicas vitales para todo el sistema. Los habitantes del suelo contribuyen a hacer posible el crecimiento de las plantas, incluidos los cultivos, descomponen los residuos orgánicos y varios inorgánicos; las plantas, en todos sus hábitats (desde las montañas hasta el fondo del mar) sostienen el suelo o substrato, son alimento de animales, regulan el ciclo del agua para beber o para la agricultura. En este sentido, los ecosistemas nos dan servicios directos e indirectos. Los beneficios directos se extraen principalmente de las plantas y animales de un ecosistema en forma de alimentos y materias primas. Los recursos genéticos también proporcionan beneficios directos en la medida de que aportan los genes que pueden mejorar el rendimiento de un cultivo o hacerlo resistente a las enfermedades, o con los cuales es posible desarrollar medicamentos y otros productos. Los beneficios indirectos surgen de las interacciones y retroalimentaciones entre los organismos que viven en un ecosistema. Estos servicios son tales como el control de la erosión, purificación y almacenamiento de agua por parte de plantas y microorganismos del suelo en una cuenca, o polinización y dispersión de semillas vía insectos, aves y mamíferos. Aunque menos tangibles, hay otros beneficios que también poseen un alto valor: la belleza escénica, el disfrute de un paisaje, el significado espiritual de un bosque. En su calidad de manifestaciones de la naturaleza, la biodiversidad contribuye con un marco psicológico y espiritual para nuestra existencia. Como fuente de riqueza y bienestar, la diversidad biológica resulta indispensable para el bienestar humano, la integridad cultural, los medios de vida de la población y la supervivencia de las generaciones actuales y venideras. Ella desempeña una función decisiva en el desarrollo del país y es una pieza fundamental para la erradicación de la pobreza. Chile ha tenido un notable crecimiento económico en las dos últimas décadas, lo que ha producido una fuerte presión al patrimonio natural del país. En materia de conservación,
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Chile ha implementado una Ley de Caza y Ley de Pesca y Acuicultura, ambas con importantes consideraciones de preservación de especies y ecosistemas. Adicionalmente existen los Santuarios de la Naturaleza, las Areas con Prohibición de Caza, SitiosRAMSAR, Reservas de la Biosfera y Areas Protegidas Marinas entre otros. En cuanto a la conservación de la biodiversidad, el país realizó en el pasado grandes esfuerzos por expandir las áreas protegidas y por mejorar su manejo, siendo destacable que estas áreas alcanzan a un 18,6% de la superficie nacional. Pese a ello no ha contado con una estrategia nacional efectiva de conservación de la biodiversidad, faltando investigación sistemática y dirigida, lo que hace difícil conocer con exactitud el patrimonio que se pierde, aumenta o se mantiene. Las características que acentúan la importancia para Chile de la diversidad biológica están dadas por la existencia de especies, ecosistemas y territorios de gran singularidad y elevado valor ecológico global (endemismo); la presencia de hotspots de biodiversidad reconocidos mundialmente, los servicios ambientales que proporciona, la alta productividad biológica y el significativo valor económico de sus recursos naturales por ser la base del crecimiento del país. El considerar la vulnerabilidad de este patrimonio frente a las presiones antrópicas y a los fenómenos catastróficos previsibles, como terremotos, cambios climáticos, la destrucción de la capa de ozono y los efectos de la corriente del Niño y otros ha sido parte de la preocupación de la Política Ambiental del país, planteada como uno de los grandes temas ambientales, al incluir la necesidad de proteger efectivamente los principales componentes del patrimonio natural.
EN TÉRMINOS DE RESULTADOS ESPERADOS: Establece que se habrá:
Mantenidos y restaurados los hábitats y ecosistemas naturales, y protegidos aquellos ecosistemas que han sido modificados en entornos productivos y urbanos, cuando la tecnología y los ecosistemas lo permitan. Propuesto e implementado acciones que apunten a la supervivencia en el largo plazo de la diversidad biológica representativa en el ámbito de los ecosistemas, especies y genes del país, comenzando con el establecimiento, al menos, de la protección del 10% de la superficie de cada uno de los ecosistemas relevantes. Establecido las condiciones y fortalecido las líneas de acción que aseguren el mantenimiento de las poblaciones de flora y fauna viables en entornos naturales así como las acciones que permitan la conservación ex situ. Propuesto e implementado métodos de extracción que aseguren la sustentabilidad de la actividad productiva y promuevan alternativas de usos no extractivos de la diversidad biológica que sean sostenibles y económicamente rentables.
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Fortalecido y mejorado la coordinación del actual sistema de gestión pública sobre la diversidad biológica, perfeccionando el marco jurídico e institucional y desarrollando nuevos instrumentos de gestión para el manejo y uso sostenible de la diversidad biológica. Reforzado las acciones de investigación requeridas para la generación de conocimiento sobre conservación y uso sostenible de la diversidad biológica en el país. Fortalecido, armonizado e integrado los sistemas de información y los programas de educación actualmente disponibles para lograr:
a. La participación informada y oportuna de los diversos actores interesados; b. Una conciencia ciudadana sobre los atributos y funciones de la diversidad biológica y las prácticas de uso sostenible del patrimonio natural; y c. Una toma de decisión con consideraciones relevantes sobre la diversidad biológica y sus sustentabilidad por parte de los actores económicos que están directamente relacionados con el uso de la diversidad biológica. En este contexto, las principales presiones humanas que se asocian históricamente a la pérdida de especies y el deterioro de ecosistemas en Chile se relacionan con:
La expansión de las ciudades con la consecuente pérdida o fragmentación de ecosistemas relevantes y el desplazamiento de especies, así como la generación de focos de contaminación por un manejo inadecuado de residuos sólidos urbanos y la descarga de residuos líquidos industriales y domiciliarios. La explotación irracional de ciertas especies de flora y fauna de interés comercial para consumo humano, fuertemente arraigados en las conductas y hábitos de algunas comunidades locales, como la elaboración de carbón vegetal. Asimismo, se reconocen presiones por la extracción de recursos hidrobiológicos, lo cual ha implicado establecer vedas. Los cultivos agrícolas que se han extendido hacia suelos frágiles, desplazando a la fauna nativa de sus hábitats originales, y la intensificación en el uso de plaguicidas. La rápida expansión de las plantaciones forestales, lo cual implicó un reemplazo de bosques nativos y el confinamiento y reducción de ciertos ambientes. El vertido y emisión de contaminantes a ambientes frágiles por parte de industrias de diferentes rubros, como la minería, hidrocarburos y químicas, así como uso inadecuado del recurso agua.
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ECOSISTEMAS QUE NOSECONSIDERAN ADECUADAMENTE REPRESENTADOS PAÍS México
ECOSISTEMA Bosque secotropical ypastizales
Ecuador
Bosques secos
Perú
Lomas;bosquesdelavertienteoccidental reservasmarinas
Brasil
Caatinga,Pantanal,Cerrado,CamposSulinosZonaCosteraMarina
Bolivia
Sabanasdel DepartamentodeBeni y vallessecos
Uruguay
Serranía:monteserranoymontequebrado
Panamá
Bosque secotropical
Honduras
Bosque secotropical ysabana
Cuba
Pinarescon Pinuscaribeaymatorral esclerófilosubcostero
Bahamas
Océanos profundos; lagunas saladas;hoyos oceánicos;pastizales marinos
Nicaragua
Asociacióndepinosysabanas;bosquesde pinoylatifoliadas;subpáramobajo.
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delosAndes;
páramos;
CONCLUSIONES
Un ecosistema es un sistema natural y o artificial, cuyas características son muy peculiares, como resultado con interacción con el medio.
Se ha logrado conocer los diferentes recursos y el manejo de ecosistemas dentro de los países más resaltantes de Latinoamérica.
El manejo de los ecosistemas forestales implica una serie de factores para llegar a un logro y mantenimiento de las condiciones ecológicas y forestales deseadas de las cuales se consigue el rendimiento sostenido de productos para satisfacer necesidades humanas.
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