DANZA AUTÓCTONA “WAKA TINKI” 1. TRADICIÓN E HISTORIA. Es una presentación del juego de los toros. Luego fue introducido en América los aymara fueron representado como "waka-tinki" representación de la siembre. Su origen de la corrida de los toros se remonta a la Grecia antigua con el nombre de Tauromaquia. Es posible que hubiese llevado a España donde llegó a América, traída por los hispanos durante la conquista. Esta danza simboliza las labores con estos animales, sin embargo no bailan las vacas, danzan lecheritas con sus polleras multicolores, interviene también un personaje denominado kusillo o markusalla y otros personajes personaje s que portan la vaca y el toro. Según los historiadores, el impacto psicológico psicológic o de las culturas nativas tras la llegada del ganado vacuno a tierras americanas american as derivó en coreografías como com o la waka wakas o waka tinki (siembra de la papa), "waka tokoris" (toros bailarines) y tinti kauallu (toreo con picadores). Desde su concepción, los waka tinkis representaban la cotidianidad agraria, pastoreo de ganado, la faena de las lecheras y corridas de toros con el fondo musical de pinkillos y wancaras. Observar una corrida de toros fue una verdadera novedad para los indígenas. Por ello, el correteo del animal los hizo imaginar y crear la danza del waka tinki o toro bailarín añadiendo aires de banda. Pensando ridiculizar la actividad taurina, los indígenas incorporan a los wakas (hombres ataviados con khawas de plata y plumas de loro), al markusalla. Como ocurre con la mayoría de las danzas, la "evolución" llegó a los toros bailarines. Con la masificación de las wakas, las capas y khawas de plata y la gran cantidad de polleras de las mama th’allas, que inicialmente eran señal de buen augurio para la
siembra, pasaron al olvido. Inicialmente fue una danza rural, pero rápidamente fue introducida en la cultura de pueblos grandes y de la ciudad de La Paz mediante las fiestas que los indios y mestizos celebraban en honor de un santo o una virgen.
En síntesis, resume en su coreografía la benéfica introducción del ganado vacuno a los Andes, acontecimiento importantísimo para la producción agrícola que inició a varias familias aymaras y mestizas en la cría de reces y la comercialización de su leche, carne y cuero. De inmediato la vaca y el toro pasaron a formar parte de los rituales aymaras. Y en algún momento entre la Colonia y la República los varones se pusieron monteras de cuero, en forma de toro o vaca, mientras las lecheras y carniceras vestían sus mejores polleras para bailar al son de una música casi marcial. Por su importancia, la introducción del caballo por los españoles también mereció una danza denominada los cawallos, que luego perdió su fuerza. Por ser mestiza, la waka waka tiene desde émulos de toreros, pasando por matarifes, hasta saltarines kusillos, algo así como bufones andinos, que portan en la mano una especie de báculo emplumado. Estos personales hacen de figuras. Otra particularidad son las innumerables polleras que las lecheras y carniceras visten, la mantilla de alpaca que cubre hasta la cabeza y el jubón aflecado y bordado. La música de los waka tinki es también el huayño que al igual que la llamerada, por su uso y forma adquiere su propia forma. Ritmo de 2/4, dos partes cada una de ellas con 10 compases. No es ajena cierta influencia de paso doble o redoble característico de las corridas de toros de antaño. Finalmente se manifiesta que por estudios de algunos historiadores que en tierras españolas, también bailan con el armazón de cuero vacuno en la cintura, durante la época previa de su carnaval; es decir en el mes de septiembre, en honor a la buena producción lechera, a su baile le decían el de las vaquillas, así se le conocía especialmente en los pueblos de Castilla, pero desde luego nada comparado con el Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad.
2. LA DANZA Y LA SIEMBRA DE LA PAPA La siembra de la papa se efectúa a fines del tiempo seco y principios de la época lluviosa, época que varía considerablemente según el lugar — en algunas
localidades se siembra ya a fines de agosto, en otras recién en noviembre. Hay una “familia” de danzas que antic ipa la siembra en el mencionado sentido icónico; se
trata de los Wakas.
Waka Tinti o los toros danzantes Existe toda una “familia” de danz as que tienen que ver con el personaje central del
waka, por ejemplo: Waka Thuquri, Waka Waka, Waka Tintis y Waka Tinkis. Pareciera que la palabra waka se ref iere al término español ‘vaca’, pero explícitamente denomina a la personificación del toro puesto delante del arado egipcio, que se transformó en bailarín (aymara: thuquri). El traje consiste en un marco alargado cubierto de cuero y cuernos de vaca. En el medio hay una abertura para el bailarín, quien al caminar rítmicamente agita el traje de un lado al otro (y a veces también hacia arriba y abajo). A pesar de que algunas fuentes relacionan las danzas Waka con la mofa del dominio español, de las corridas de toros y del ganado que se llevó a Bolivia (Paredes, 1913: 19), en las áreas rurales otros elementos parecen estar en el centro de la representación: la siembra con el arado y la ofrenda (ch’alla) (Cavour, 2005: 86 y ss.; CDIMA, 2003: 55, 58 y ss., 84; Comisión de
Cultura, 2005: 23, 41). Para una mejor comprensión voy a introducir también los otros actores retratados en los Waka Tinki Aparte de las autoridades indígenas, que bailan con su bastón de mando, existe el k’usillo o markusalla, descrito muchas veces de manera errónea como un tipo de payaso o hazmerreir, pero que podría ser considerado como un personaje transgresor quien establece muchas conexiones con la cosmovisión andina (Osuna, 1998: 68 y ss.) y quien se ocupa de “amansar” y manejar los toros . Con frecuencia hay varios markusallas que actúan de manera independiente, bailando con herramientas de trabajo agrícola como el arado, el yugo y el hacha. Son ellos lo s que eligen de su “rebaño” dos wakas, quienes simulan mucha resistencia bajo el yugo. Esta representación simbólica de la siembra con la yunta de toros no carece de un carácter jocoso y supuestamente anticipa una siembra exitosa y, por lo tanto, también una buena cosecha.
Tanto en la siembra real como en su anticipación escénica, las mujeres cumplen con varias funciones: desmenuzan terrones y ponen la semilla y el abono (excremento de llama) a la tierra. En todas las variantes de las danzas Waka, las mujeres denominadas lecheras se caracterizan por ponerse una gran cantidad de polleras. Don Andrés Cuaquira Quispe da la siguiente explicación, otro ejemplo de la mencionada anticipación icónica del futur o: “Se ponen muchas polleras para que, de igual forma, haya mucha producción de papas; si no se ponen muchas polleras podría haber pocas papas”.
Otro elemento clave de las danzas W aka es la libación (ch’alla) de la tierra, efectuada por las autoridades indígenas que, al igual que las escenificaciones, apunta a maximizar la producción agrícola. Es un pequeño ritual durante el cual se extiende un tejido en el suelo, donde se colocan hojas de coca que son salpicadas con alcohol. Luego los participantes brindan y como ofrenda para la Pachamama echan al suelo un poco del contenido de sus vasos. A veces también se quema incienso o una “mesa” ritual que contiene tabletas de azúcar, grasa o fetos de llama (considerados una “delicia” para la Madre Tierra) o se degolla un animal (llama u
oveja) para ofrendar la sangre a los seres sobrenaturales.
3. VESTIMENTA Y PERSONAJES Los toros son danzarines se colocan sobre su cuerpo un armazón hecho de cuero de vaca, imitando el cuerpo de un toro, con agudos cuernos en la cabeza, armazón que tiene un hueco en el lomo para que pueda ser cargado por el danzante, pies disimulados por un pollerón acomodado en la parte inferior del armazón sujetado y dirigido por ambos brazos de el quien baila en la cabeza un sombrero de forma triangular y sobre la espalda una pequeña capa.
Las mujeres vestidas de lecheras que muestran un colorido hermoso, con una auténtica blusa bordada, sombrero de oveja y en mano una jarra de latón, típicas de las vendedoras de leche. También llevan unos exquisitos bordados y delicados encajes, con una ropa interior.
El k’usillo o markusalla lleva una máscara de tela que cubre toda la cabeza y que
siempre está dividida en dos partes de diferentes colores; cada markusalla tiene una nariz grande y cuernos flexibles que brotan de su cabeza. En muchos casos viste un tapado gris cubierto de coloridos parches redondos, se pone una tela blanca a modo de faja y porta animales disecados que cuelgan de su hombro. La cara partida podría ser un símbolo de la dualidad andina, la nariz larga frecuentemente es interpretada como un símbolo fálico de fertilidad, los cuernos representan el brote de los tubérculos sembrados.
5. COREOGRAFÍA Se trata de una danza de ritmo rápido y pasos cortos y su parte los varones, limitan a los en actitud de cornear: el torero, a su vez limita pases del matador. En las mujeres avanzan meciendo sus caderas con ritmo igualmente rápido en los pasos, lanzando de tanto en tanto gritos