Dalí y sus obsesiones matemáticas
Salvador Dalí Ese gran genio loco, con mucho de genio como persona y mucho de loco como personaje. Histriónico y excéntrico de maneras pero cabal y sabio como ninguno, y a la hora de crear en tre los grandes. Contemporneo de !orca y "u#uel, su arte uno de los más grandes entre generación engendró artistas, doctos en todos los talentos, $ue han permanecido en el tiempo por sus sensacionales creaciones. Co$ueteó con el cine, la ilustración, la escultura y la %otogra%ía, pero será recordado por su pintura, de estilo personal y ecléctico, so&re todo en su etapa surrealista. Salvador Dalí no Dalí no era un pintor al uso, ni si$uiera para la época y estilo $ue le tocó vivir. Enamorado de la ciencia, atesora&a en su &i&lioteca decenas de libros que trataban de geometría, matemática o biología. 'sistió en su vida a multitud de descu&rimientos cientí%icos como el del 'D(, la teoría cuntica, los modelos atómicos o el concepto de antimateria, y todos ellos causaron un pro%undo impacto en él, dejando una huella más o menos visible en su obra. )na de las mayores o&sesiones para Dalí a la hora de generar sus cuadros %ue la de la ra*ón urea.. Esta proporción, de historia milenaria, de%ine la relación existente entre dos urea divisiones de un segmento y la representa por medio del n+mero -letra griega fi, un valor alge&raico irracional $ue, aproximadamente, es 1,618!!. Desde la /ran 0irmide de /ui*a, /ui*a, en Egipto, hasta las estructuras %ormales en la 12uinta 12uinta Sin%onía11 de "eethoven, pasando por el 0artenón Sin%onía 0artenón de de 'tenas, la u&icación de las 3e%es4 en la construcción de violines, el 1Hom&re 1Hom&re de 5i 5itruvio truvio11 de !eonardo da 5inci o las relaciones entre altura y anchura en las o&ras de 6iguel 7ngel. 8odos ellos, y muchos ms, son ejemplos en los $ue los expertos han visto indicios o evidencias de la utili"ación de la divina proporción o proporción urea.
Dalí plasmó esta in$uietud en cuadros como #$emita"a gigante volante, con anexo inexplicable de cinco metros de longitud% -óleo so&re lien*o, 9:;;<9:;=, una pintura en la $ue los motivos ms destacados van apareciendo inscritos en la sucesión decreciente de rectngulos ureos $ue resultan al extraer, sucesivamente, un cuadrado al rectngulo anterior.
>Semita*a gigante volante, con anexo inexplica&le de cinco metros de longitud> Esta o&ra se puede considerar como un homenaje, no carente de humor, al rectngulo de oro. (o sólo se puede descomponer el cuadro en una serie de rectngulos ureos sino $ue, adems, los di&erentes elementos del dibujo son la llave que permite reconstruir estos rectángulos. ' partir del dise#o de la ta*a se o&tiene una sucesión de rectngulos ureos $ue nos conduce a una espiral urea, la cual termina en la som&ra negra de la parte alta de la pintura. 0or otro lado, ese 3anexo inexplica&le4 del título del cuadro y $ue sale del asa de la ta*a, o&ligando a prolongar el di&ujo hacia arri&a, es, en realidad, totalmente explicable? las dimensiones del cuadro -=@ A B9 centímetros están en proporción áurea, siendo tal anexo el elemento $ue justi%ica dichas dimensiones. !a pintura titulada 1!eda atómica -óleo so&re lien*o, 9:;: es otro buen ejemplo de lo anteriormente explicado. Dalí reali*ó este cuadro con ayuda del matemtico rumano 6atila /hya, $ue le ayudó a so&rellevar tres meses de complicados cálculos teóricos $ue dieron lugar a la peculiar composición del óleo. !a pintura sinteti*a siglos de tradición
matemtica y sim&ólica, especialmente pitagórica. Se trata de una &iligrana basada en la proporción áurea, pero ela&orada de tal %orma $ue el espectador no la aprecia a simple vista. En el &oceto de 9:; -lpi* y tinta so&re papel se advierte la precisión del anlisis geométrico reali*ado por Dalí basado en el pentagrama místico pitagórico, el cual es una estrella de cinco puntas di&ujada con cinco tra*os rectos.
>!eda atómica> 'simismo, el pintor reali*ó varias o&ras en las $ue incluía el cuerno de rinoceronte como elemento recurrente, cuerno $ue Dalí considera&a como una curva logarítmicamente per%ecta. Ejemplos de ello son 1!a encajera de 5ermeer -óleo so&re lien*o, so&re madera, 9:==, 1Cuernos a*ules. Dise#o para un pa#uelo -'guada, 9:== o 1Figura rinoceróntica de Glisos de Fidias -óleo so&re lien*o, 9:=;. elacionada con la proporción urea, otra de las obstinaciones pictóricas de Dalí %ue la de la %igura geométrica del dodecaedro, un poliedro convexo de doce caras $ue son pentgonos regulares, esto es, de lados iguales y ngulos internos congruentes. Su o&ra maestra relacionada es 1!a +ltima cena -óleo so&re lien*o, 9:==. En este cuadro, Dalí utili"ó la proporción áurea en la ra"ón de sus dimensiones y en las dimensiones $ue %orma la línea recta de la mesa. 'dems, el dodecaedro se convierte en el escenario que envuelve la escenaI doce caras como doce eran los apóstoles. Seg+n 0latón, el dodecaedro representa la $uintaesencia, puesto $ue en él se pueden inscribir el resto de los poliedros regulares? cu&o, tetraedro, octaedro e icosaedro, $ue sim&oli*an los cuatro elementos del universo? tierra, %uego, agua y aire. 'sí mismo, si se unen los centros de las caras de un dodecaedro entre sí, se &orman tres rectángulos cuyas proporciones son las del n'mero áureo.
>!a +ltima cena> Ggualmente, la materia de las dimensiones o&sesionó no sólo a Salvador Dalí en su o&ra, sino tam&ién el resto de pintores de su época y de épocas anteriores. El hecho de poder plasmar una correcta perspectiva en tres dimensiones sobre un lien"o bidimensional,
consiguiendo una imagen realista del motivo plasmado, hacía recurrir a los artistas a tratados geométricos con asiduidad. Cé*anne, Seurat y, de hecho, casi todos los pintores $ue a %inales del siglo JGJ y principios del JJ tra&aja&an estos temas, sólo estaban interesados en el problema desde el punto de vista de la representación pictórica. Dalí $uería ir ms all. El pintor cataln se obsesionó con una cuarta dimensión geom(trica, $ue terminó por plasmar en su o&ra 1Cruci%ixión, tam&ién conocida como 1Corpus hypercu&us -óleo so&re lien*o, 9:=;. )n hipercu&o, o teseracto -del $ue se ha&ló largo y tendido ya en este &log, es una &igura geom(trica en una hipot(tica cuarta dimensión cartesiana que no podemos imaginar, pues la teoría matemtica $ue la arropa es demasiado compleja para los seres humanos $ue vivimos en sólo tres dimensiones.
>Corpus hypercu&us>
El hipercu&o tiene 9K vértices, BL aristas, L; caras y M células. Estas +ltimas ocho células se corresponden con ocho cu&os tridimensionales, que son los que &orman la cru" de la cruci&ixión de )esucristo en el cuadro. En realidad, lo $ue vemos ahí es un teseracto de la cuarta dimensión desdo&lado en el espacio tridimensional -así como un cu&o BD desdo&lado %orma una cru* latina de seis cuadrados. 0ara %ormar el hipercu&o habría que unir las caras de la &igura, retorciéndola, consiguiendo algo muy di%ícil de conce&ir en nuestra mente, por no decir imposi&le. En el óleo, el hipercu&o desdo&lado resulta ser la cru* de la muerte, y su sombra en el suelo &orma una cuadrícula bidimensional en &orma de cru" latina, lo $ue denota la %ijación $ue tenía el pintor por la transición entre dimensiones. Como se puede o&servar, al igual $ue todos los grandes genios del arte, $alvador Dalí ocultó mensajes en sus obras, en este caso de carcter matemtico. N es $ue, adems de lo expuesto, el pintor jugó tam&ién con la geometría %ractal, como en su cuadro 1El rostro de la guerra -óleo so&re lien*o, 9:;@I la geometría proyectiva, en 1!as llamas llaman -óleo so&re lien*o, 9:;LI la topología, en 1Contorsión topológica de una %igura %emenina -óleo so&re lien*o, 9:MBI o la 8eoría de las catstro%es, de ené 8hom, como en 1!a cola de la golondrina -óleo so&re lien*o, 9:MB. Dalí %alleció el LB de enero de 9:M:, dejando tras de sí una complicada y prolí%ica o&ra en la $ue %usiona&a arte y ciencia. Sin duda un loco muy cuerdo.