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ANSIEDAD Y CONSTRUCCIÓN DE GESTALTS Jean-Marie ROBINE
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i consideramos la psicología como el estudio de la experiencia del Hombre, la psicopatología designará designará el estudio de las disfunc disfunciones iones de de su experiencia experiencia1. Si consideramos la experiencia del Hombre como fundamentalmente concreta puesto que abarca el conjunto de las operaciones de contacto que asocian al Hombre con su mundo, mundo, el estudio de las disfunciones de su experiencia pondrá en evidencia cómo esta experiencia puede dejar de ser concreta y presentar una cierta cantidad de flexiones de flexiones que van a modificar o interrumpir interrumpir el continuum de un contacto autorregulado. !as formas en que la experiencia " y sus flexiones " puede ser entendida, explicada, comprendida, clasificada, etc., están sujetas a las condiciones de observación y, entre ellas, a las premisas que determinan el punto de vista del observador. #l observador clínico tiene una perspectiva conformada conformada por el aparato teórico y metodológico que utili$a utili$a como como base y como como instrumento, permitiendo así la reorgani$ación de la experiencia concreta de %lo observado&. 'n modo de pensar psicoterap(utico, elegido por estar organi$ado en torno al concepto de experiencia, experiencia, se relaciona por tanto con una psicopatología que describe las flexiones de la experiencia por medio de conceptos forjados para permitir la reorgani$ación de esta experiencia donde y cuando quedó inmovili$ada. )tro modo de pensar organi$ado en torno al concepto de síntoma como %lo que se ve& y su referencia a una entidad designada como enfermedad conducirá a una acción terap(utica orientada *acia lo que se ve +a saber, el comportamiento, su reducción y la disolución de la enfermedad o simplemente de sus signos. 'n modo de pensar enrai$ado en lo biológico actuará de lleno dentro de un sistema causalista lineal, *eteronómico, y constituirá así el índice de una desresponsabili$ación del sujeto ante su experiencia. #n mi opinión, implica moverse dentro del ajuste conservador. 'n enfoque psicopatológico permite acercarse al *ec*o psicopatológico pero no implica, ipso facto, la elaboración de una nosografía. -uesto que la psicopatología gestáltica debe, en mi opinión, permitir la comprensión de la experiencia experiencia concreta del cliente y en base a esto proporcionar al terapeuta un aparato conceptual y metodológico específico, así como una capacidad de dialecti$ar, de confrontar su enfoque con los conocimientos clínicos desarrollados por el conjunto del campo, desde una postura co*erente +que no excluye excluye algunas algunas paradojas, me parecería totalmente inco*erente inco*erente y suicida para la erapia /estalt lo siguiente0 dotarse de una nosografía propia •
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2o sería a3n más apropiado,seg3n los 3ltimos trabajos de 4luma 5eigarnic, *ablar de pato"psicología, para designar una rama de la psicología que se interesa por la patología de la experiencia, más que de psicopatología, que designaría una rama de la medicina +patología y psiquiatría que se interesa por la patología desde un ángulo psicológico 6 omo prestado este concepto de “flexión” de la experiencia de 4ins7anger. #ste t(rmino, polis(mico, designa un tipo de deformación. #s utili$ado tambi(n en ling8ística para designar la modificación de una palabra con la ayuda de elementos que expresan determinadas relaciones gramaticales +desinencia0 declinaciones, conjugaciones, sufijos, etc
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adoptar una psicopatología9nosografía exterior y %traducirla& vagamente a un lenguaje gestáltico ignorar el avance de los conocimientos en materia clínica reducir la experiencia concreta de cada paciente a una entidad +el borderline, el psicótico, el delirante...
!a erapia /estalt abunda en conceptos que nos permiten abordar el *ec*o psicopatológico0 constitución del campo, identificación9alienación, excitación, situación de urgencia, interrupciones de la secuencia del ajuste creativo, perturbaciones y p(rdidas de las funciones del self, disfunciones en la experiencia de frontera"contacto, orientación9manipulación, insuficiencia o exceso de carácter deliberado, repetición, fijación, situación inacabada, a7areness, dominancia, construcción9destrucción de /estalts, pacificación prematura de los conflictos, autoconquista, etc. 2os toca a nosotros desarrollar estos conceptos y utili$arlos tanto en la práctica como en la teori$ación en que desembocan, en ve$ de creer y *acer creer en la insuficiencia de nuestros medios. #ste es el camino que deseo emprender aquí con algunos de nuestros conceptos familiares como los de ansiedad, excitación, situación de urgencia. Habría que emprender una profundi$ación del mismo orden con respecto a todos los conceptos mencionados más arriba, utili$ados aquí y allá por -erls y /oodman sin *aber recibido siempre la atención necesaria por parte de las generaciones de sus sucesores.
La ansiedad en la erapia /estalt a.- ansiedad y exciaci!n" #n el n3cleo de la declaración gestáltica, el t(rmino %excitación& es incluso una parte integrante del subtítulo de la obra fundadora0 %#xcitación y crecimiento de la personalidad *umana&:. ;efinida como %la evidencia de la realidad&<, puesto que %no existe realidad indiferente, neutra&, acompa=a al contacto y a la formación figura9fondo. 2ace con la emergencia de toda figura y tiende a confundirse con el %objeto& de contacto, *asta el punto de que sería tan vano locali$arla en el organismo como locali$arla en el entorno. #s %la evidencia inmediata del campo organismo9entorno&. !a excitación se mantiene y se acrecienta a lo largo de la secuencia de contacto. -ero por diferentes ra$ones, esta excitación puede ser in*ibida, es decir, bloqueada, y aparece la angustia. !a angustia es la manifestación de una excitación bloqueada, resultado de la interrupción de la excitación del crecimiento creativo. #ste enfoque de la angustia +o ansiedad, pues en el contexto propuesto, podemos integrar los dos conceptos, limitándonos a diferenciarlos 3nicamente sobre una base cuantitativa coincide además bastante bien con el que aparece en los trabajos de >reud. Se sabe que >reud elaboró sucesivamente tres teorías de la angustia, la de 1?@:"1?@A, sobre la neurosis de angustia, la de 1@B@"1@1C en la que examinó las relaciones entre angustia y libido reprimida, y la 3ltima en 1@D"1@: donde retoma sus teorías anteriores a la lu$ de su concepto de aparato psíquico. !a concepción gestáltica se parece sobre todo a las dos primeras, por supuesto con las reservas que se imponen al tener en cuenta las diferencias entre los sistemas teóricos.
#.- ansiedad y a$%y%" :
-erls, Hefferline E /oodman +1@A10 /estalt *erapy, #xcitement and /ro7t* in t*e Human -ersonality, Fulian -ress, 2.G. +#n lo sucesivo, citado0 -H/, volumen, capítulo, párrafo < -H/, , 1, @
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Hay otras teori$aciones de la ansiedad en los escritos gestálticos. Iamos a basarnos, al *ilo de este estudio y como complemento al enfoque de -erls y /oodman, la perspectiva abierta por !aura -erlsA que articula angustia y ausencia de apoyo esencial en la experiencia de contacto. Juando en la secuencia del contacto llega a faltar un soporte esencial al despliegue *acia la etapa siguiente sobreviene la angustia. ;e la misma manera, cuando se produce una interrupción +Kaquí se trata de una interrupción no"a7are y no"deliberadaL ligada a una patologi$ación de los envites de la etapa en curso o de la etapa siguiente, sobreviene la angustia e impide al sujeto extraer, tanto de sí mismo como del entorno, los recursos necesarios para el apoyo. -or lo tanto, lo que es necesario apoyar por parte del terapeuta no es la persona +en el sentido en que se *a podido *ablar a veces de %terapia de apoyo&, sino la construcción de la /estalt. #n esta dinámica, una tarea, y no de las más fáciles, consiste en permitir la mutación de la excitación fijada en la ansiedad en excitación activa y por lo tanto en permitir el análisis de esta inmovili$ación. #ste tipo de ansiedad es el objeto este estudio, y su límite, evidentemente sin pretender en ning3n caso agotar la problemática de la ansiedad y de la angustia dentro de dic*os límites.
c.- &a ansiedad en &a c%nsr'cci!n de &a Gesa&" E(er)encia de 'na *i)'ra +s. c%n*&'encia ;urante la primera fase, llamada de precontacto, el cuerpo, la fisiología primaria y la secundaria constituyen el fondo. +Mecordemos brevemente que la terapia /estalt designa por %fisiología primaria& lo biológico del animal"*umano, y por %fisiología secundaria& su constitución progresiva, ligada al desarrollo, a la *istoria y al contexto, en inscripciones corporalesD. #n la situación en curso, sea una situación de reposo de donde nada emerge como figura o sea cualquier actividad en la que el sujeto está comprometido y de la que puede, más o menos conscientemente, aceptar dejarse distraer, %algo& surge. #ste algo, este %ello& de la situación, puede revestir diversas formas0 propiocepción de una sensación corporal, percepción de un estímulo ambiental, necesidad, deseo, apetito, atracción, pulsión, situación inacabada que cru$a el presente... #l concepto de %ello& designa a título exacto este acceso y el a7areness de este acceso, sin especulación alguna sobre su posible origen. ndisociable del a7areness C, la función"ello es una modalidad del self que, a partir de percepciones y sensaciones corporales, convierte en emergencia de una figura %la inmediate$& +next de la situación. #s cierto que en esta fase de la secuencia, el self es sobre todo una función de la fisiología y casi forma parte del organismo. #n otros momentos, como veremos, el self aparecerá muc*o más claramente como función del campo, o más exactamente como %el modo en que el campo incluye al organismo& ?. !o que se constituye en figura en esta fase, es por tanto el apetito, o la estimulación ambiental que despierta un apetito. Flexiones A
!aura -erls, %Iivre N la >rontiOre&. Hay versión espa=ola0 Iivir en los límites, #d. -romolibro, Ialencia, 1@@< D -ara un acercamiento más profundo a estos conceptos y a su relación con la confluencia, ver 4. !apeyronnie y F.P. Mobine, %!a confluence, exp(rience li(e et exp(rience ali(n(e&. Hay versión espa=ola, ;ocumentos del Jentro de erapia y -sicología C Mecordemos que el concepto de a7areness no abarca todo el de consciencia, en el sentido en que se entiende *abitualmente, sino uno de sus componentes0 el conocimiento inmediato e implícito del campo. Ier sobre este tema FP. Mobine, %!Qa7areness, connaissance imm(diate et implicite du c*amp&. ? -H/, , 1, 1.
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-ero incluso la simple emergencia de una figura de contacto, aunque sea poco clara, poco definida, se revela a veces ansiógena. #l reconocimiento de un apetito o de un deseo, el conocimiento inmediato de una sensación corporal índice de una necesidad, la irrupción de un tema, de un recuerdo, de una asociación, la constitución de una primera representación, todos ellos fenómenos que esbo$an una dirección de significado, van acompa=ados de excitación. Rsí, pueden generar una ansiedad que tendrá como efecto impedir esta emergencia. #sta interrupción de la secuencia, si se le puede llamar interrupción sabiendo que se trata fenomenológicamente más bien de una ausencia de comien$o, se produce por medio de la confluencia. !a emergencia de una figura es ruptura de la confluencia. 2o permitir esta construcción supone mantenimiento de la confluencia, o demanda de confluencia @. -ara mantener esta confluencia, las modalidades disponibles se parecen a la represión e invitamos al lector a remitirse al importante estudio que /oodman y -erls le dedicaron en el capítulo I. !a verg8en$a preco$ de los afectos constituye el origen muy frecuente de este tipo de fenómenos. 'na de las funciones del mantenimiento de esta confluencia enla$a con la ansiedad de la individuación y de la diferenciación0 *acerse consciente de su deseo es comprometerse en una expresión en primera persona. !a confluencia, al mantener una indiferenciación organismo9entorno, elimina cualquier asunción de un riesgo a este nivel. !a desensibili$ación permite no tener conciencia de nada y no tener nada que decir, la experiencia es la de la niebla o la oscuridad, a veces expresada como sensación de vacío. Juando una figura emerge, está llamada a convertirse en figura de contacto . !a creación de una /estalt constituye tambi(n ese delicado paso de lo fisiológico a lo psicológico. Pantener la confluencia permite no mutar la experiencia desde el plano fisiológico al plano psicológico, del cuerpo al contacto y por tanto *acerla quedarse dentro de lo fisiológico no" consciente. !a excitación reprimida permanece entonces como exclusivamente corporal, la sensación no puede volverse afecto y a3n menos el afecto volverse sentimiento o emoción. !a patología que puede constituirse entonces tomará fácilmente al cuerpo como objeto, puesto que, *ablando metafóricamente, la /estalt se constituirá aquí sin contacto con el entorno. !a excitación se inmovili$ará, pues, en esta fase en forma de patologías calificadas con frecuencia de psicosomáticas, o de *ipocondría, y la ansiedad quedará fijada en el cuerpo. #n un grado menor, podrán ponerse en evidencia rigideces musculares, tensiones crónicas, insensibili$aciones o anestesias locales. ;esórdenes menos severos ligados a una interrupción cronificada en esta fase podrán manifestarse igualmente bajo diversas formas de inmadure$ "o regresión" ya que la reducción o la ausencia de toma de contacto con el entorno priva al organismo del contacto con la novedad e interrumpe así el crecimiento. 2aturalmente, propongo tambi(n la *ipótesis de que la sobreimplicación del cuerpo en las prácticas intensivas de tipo deportivo, paradeportivo +body" building, gimnasias diversas, artes marciales... o artístico +diversas artes corporales, tatuajes, ornamentaciones corporales o en la vestimenta... podrían relacionarse con una cierta flexión de esta fase, en el mejor de los casos investida de sublimación.
Gérard aborda una fase sensible de la terapia pero nada emerge . Viene puntualmente a las sesiones para decir, sin animosidad aparente, que no tiene nada que decir. Busca su comodidad: desde entonces se coloca de lado, medio tumbado, utilizando los brazos del sillón como respaldo y sostén de las rodillas, tirado y tan tranquilo, y mantendrá esta postura durante varias sesiones. odas mis solicitudes, invitaciones, focalizaciones, caen en saco roto: no capta nada, nada moviliza la menor ansiedad ni la @
Ier %!a confluence, exp(rience li(e et exp(rience alien(e& de 4rigitte !apeyronnie y del autor. Hay versión espa=ola, ;ocumentos del Jentro de erapia y -sicología.
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menor e!citación. "arece decir: #$%é&ame, por favor, no me 'agas consciente de lo que sea(). %emanda de confluencia, y sin embargo viene con regularidad y su mirada a veces de&a escapar furtivamente una especie de llamada. *asta el d+a en que desde el principio de la sesión, le propongo una e!perimentación. e propongo que 'oy e!perimentemos vivir la sesión sentados en otro tipo de asientos, e introduzco dos sillas basta nte rectas, sin brazos. -asi inmediatamente, e!citación y ansiedad retornan: 'ay muc'o que decir, la agresividad llega. uzanne 'a venido por problemas de somatizaciones m/ltiples. "ractica danza y dep orte de forma intensiva y con frecuencia está accidentada e imposibilitada para participar en competiciones o espectácul os. u vida es gris, se que&a. 0s muy pasiva y dependiente, inteligente pero muy silenciosa, no e!presa ning/n sentimiento. 1uc'as veces tengo la impresión de que espera que yo tome todas las iniciativas, que pregunte, que ponga tema a la sesión. -uando algo emerge muy sucintamente y podr+a anunciar la construcción de una figura, se pone ro&a, le aparecen placas ro&as en la part e alta del pec'o, evoca ten siones en diversas part es de su cuerpo, acorta la respiración, y dice qu e todo se nubla, que se siente envuelta por una niebla 2por supuesto sin que esto genere ansiedad alguna3. i le invito a ello, acepta describir sus sensaciones pero no pued e ir más allá: no les asocia ning/n sentido, ninguna dirección. 4 menudo me puede el aburrimiento y tengo la tentación de luc'ar contra este aburrimiento con alg/n #encarnizamiento terapéutico)... 1ic'5le tiene alrededor de 67 a8os, más o menos la edad de mi 'i&a, lo que 'a sabido por un tercero. Vivió su adole sce ncia, sola con su padre, en una relación incestuosa. 9nviste con muc'a fuerza y rapidez nuestra relación 'asta tal punto qu e, tras algunas sesiones y para declararme su dese o de entrar en una relación amorosa conmigo, utiliza la fórmula: #uisiera ser para t+ más que tu 'i&a.) -onfluencia con la e!periencia vivida, 'asta el punto que la relación padre;'i&a se plantea como evidencia y como esquem a fundador de la relación amorosa.
Exciaci!n de& dese% $r%$i% +s. inr%yecci!n. Juando una figura *a podido emerger del fondo, extraída y energeti$ada por los elementos del fondo que se *an constituido en segundo plano para el %ello& de la situación, llega el primer momento de la secuencia de contacto en que aparece una relación dinámica entre la figura y el fondo. %!a sensación de la formación figura9fondo en las situaciones de contacto es la excitación&1B, recordábamos más arriba. ;esde luego, cada uno de los momentos de la secuencia requiere una excitación específica, pero lo que tiene de particular la de esta fase es que *ace pasar al organismo del estado de %nada&, de reposo, de silencio, a un despertar del deseo. Se trata exactamente de %mi& deseo, y este %mi& da acceso a todos los fenómenos de identificación que van a caracteri$ar la fase de toma de contacto0 convertirse plenamente en su 1B
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deseo, proceder a las identificaciones y alienaciones de las posibilidades del entorno susceptibles de ser contactadas, volverse acto... #ste apetito naciente precisa un %objeto&. Tuien dice %ob"jeto& dice %puesto delante&, es decir, algo del mundo a contactar, a tomar en cuenta en base a una apropiación, a una asimilación, a un encuentro. radicionalmente y, sin duda de forma un poco apresurada, la erapia /estalt *a conservado una indiferenciación relativa de los conceptos que sirven para designar el conjunto de los procesos de internali$ación, usando "y abusando" del concepto de introyección. !os trabajos posteriores, Uleinianos y post"ferenc$ianos en concreto, incitarían a una mayor discriminación y diferenciación11. !a ruptura personal del fundador con >reud, articulada sobre un desacuerdo a propósito de la importancia que convenía conceder a la introyección, sin duda contribuyó masivamente al apego inmoderado de la comunidad gestáltica a la palabra %introyección& más que a su concepto. ;esde su primer libro1, -erls limitaba el uso de la palabra introyección a un proceso %patológico& cuyo equivalente sano era calificado entonces como %asimilación&. Hoy se tiende a calificar como introyección al fenómeno, sano y no"sano, de tomar del entorno y de apropiarse que dan paso a la asimilación +proceso sano, y por tanto a la construcción de sentido, o a la constitución de un introyecto +proceso disfuncional. #l introyecto designa el resultado de la interrupción y de la fijación en forma de %cuerpo extra=o& de la experiencia en proceso de internali$ación. Subrayemos de paso la distinción indispensable entre %introyección& e %introyecto& que acabamos de esbo$ar y que desgraciadamente no conservan todos los gestaltistas. #sto lleva a una confusión entre proceso y contenido0 la introyección es un proceso, una modalidad de contacto, el introyecto es un contenido que se manifiesta a lo largo de otras modalidades tales como la confluencia +indistinción entre uno mismo y el introyecto, la proyección +de la que el introyecto constituye con facilidad el contenido, la retroflexión +que extraerá de (l sus justificaciones. 2o es en esta fase de la secuencia de construcción de la /estalt donde intervienen los famosos %tienes que"no tienes que&, residuos normativos y comportamentales de introyecciones inacabadas. Rquí es donde se construyen, para ser proyectados o para alimentar retroflexiones ulteriormente. !a introyección sana +conservemos provisionalmente este concepto, aunque cuestionemos su uso en otra parte se produce fuera de todo contexto coercitivo0 adopción de convenciones, de reglas socioculturales, del lenguaje, etc. #sta apropiación, producida en tales condiciones, sin p(rdida del funcionamiento del modo yo del self, puede ser %una reali$ación espectacularmente creativa&1:.
Flexiones ;esde el momento en que interviene una coerción cualquiera por parte del entorno, en que %la coerción es incompatible con la excitación&, y en que el self ya no está en condiciones de funcionar en modo yo en el contacto en curso, la excitación ligada a la insurgencia del deseo se inmovili$a. #l a7areness de esta excitación es generador de ansiedad. #l deseo propio no puede ser reconocido, asumido, desplegado. !a introyección consiste en %despla$ar el deseo o el apetito potenciales&1< y en adoptar el deseo del otro, dotando a la experiencia del sentido dado por ese otro en sustitución de la construcción del propio. #l afecto es trastocado incluso antes de ser reconocido y, por tanto, experimentado. !a introyección producida entonces no podrá proseguirse *asta la asimilación. -ara utili$ar conceptos propuestos por 11
R propósito de esto ver la 3ltima parte de %!Qinsu port( dans la relation&. Hay versión espa=ola, ;ocumentos del Jentro de erapia y -sicología. 1 !e moi, la faim et lVagressivit(. Hay versión espa=ola %Go, *ambre y agresión&, #d. >.;.J.#., P(jico, 1@CA 1: -H/, , 1A, A 1< -H/, , 1A, A
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-iaget, se podría decir que el sujeto utili$a la acomodación allí donde la situación requeriría la asimilación. !a adopción por el ni=o del deseo del padre es semejante a la adopción por el cliente del deseo del terapeuta. !a ausencia de vigilancia por parte del terapeuta, incluyendo aquí los niveles contratransferenciales, abre las puertas de par en par a una posible introyección sin que pueda restaurarse nada parecido a un funcionamiento yo apoyado sobre el ello. !as flexiones de la experiencia ligadas a la interrupción de la construcción de la /estalt por una introyección pueden ser de varios tipos. !a aparición más frecuente en la psicoterapia contemporánea concierne probablemente a los pacientes con perturbaciones de su experiencia narcisista. !a coerción a sustituir su propio deseo por el del progenitor significativo para poder sobrevivir afectivamente, situación en la que se encontraron preco$mente, les llevó a un %*ábito& de ignorar su propio deseo +*asta el punto de confundirlo a veces con un vacío en ese tema y de estar en demanda repetida de introyección. Se *aga referencia al famoso concepto de %falsa identidad& en Winnicott, o de %personalidad como si& citado por Helena ;eutsc*, el fenómeno es id(ntico, al menos en determinadas fases del proceso terap(utico0 los introyectos toman el lugar de la identidad y se contin3a buscando la introyección en los contactos en curso. #stas personalidades tienen por lo demás un indudable talento, intuición y empatía, para identificar el deseo del otro incluso sin necesidad de que (ste lo manifieste abiertamente y para ajustarse a (l con mayor o menor pertinencia. Habría lugar tambi(n para examinar, a la lu$ de la idea de introyección, toda la problemática de las perversiones. Jómo puede tomarse y retorcerse el deseo del otro para disfrutar del placer... y por tanto, en otro nivel, la experiencia masoquista +masoquismo secundario o mortífero y otras sumisiones que encuentran su reali$ación en el aniquilamiento de las necesidades propias con la aprobación de las falsas identificaciones&1A. G por supuesto, deberíamos prestar una atención especial a los síndromes cuya expresión se da por medio de las perturbaciones de la conducta alimentaria. #sta equivalencia física de la introyección será, evidentemente, una modalidad prioritaria de un estar"en"el" mundo fijado seg3n esas modalidades.
Bruno viene a psicoterapia des de 'ace varios mese s. 1e pide con regularidad qu e le diga lo que pienso de tal o cual situación evocada. 4l cabo de alg/n tiempo, toma conciencia de que los conse&os de sus amigos ya no le parecen tan fiables teniendo en cuenta su evolución. $?ada( o que creo sentir no me pertenece, no es m+o, no soy yo... ólo produzco lo que se espera de m+ en la situación.) e abre entonces una fase depresiva severa, ligada a un sentimiento de vac+o emocional, y un inicio de consciencia y de identificación de afectos con los qu e poco a poco podrá construir sentimientos. a evolución de las modalidades de introyección de @ulien se puede seguir a lo largo de los meses a través de la referencia a sus elecciones en el campo del automóvil. 1A
ibid.
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"rimer periodo, tras un a8o o dos de terapia: #-reo que voy a cambiar de coc'e. 0l que tengo a'ora es para vacilar. o 'ab+a escogido para impresionar a mi entorno. *oy no corresponde a lo que soy ni a lo que quiero... pero, por cierto, =qué coc'e tienes t/>...) egundo periodo, unos seis meses más tarde: #-ambié el coc'e 'ace unos meses por un 6A diessel. 0s fuerte, no llama la atención, es fiable, r/stico, simpleC $supongo que debe ser el tipo de cac'arro qu e tienes t/(... pero, por cierto, =qué coc'e tienes t/>...) ercer periodo, algunos meses más tarde: #*e tenido un sue8o, estaba con mi mecánico y ve+a al fondo del gara&e mi antiguo G9 que a/n no 'ab+a vendido, y me invad+a una especie de nostalgia. abes, me arrepiento un poco, porque el que tengo no va conmigo en absoluto. Voy a cambiarlo. "or cierto, =qué coc'e tienes t/>...) =0sto pued e ayudarme a cambiar>).
,erce$ci! de& en%rn% +s. $r%yecci!n Si la excitación del deseo no *a sido interrumpida con una introyección pasiva que implique un abandono del funcionamiento en modo yo, el deseo podrá pasar a un segundo plano, excitar el fondo en tanto que detentador de recursos para la construcción de la /estalt en curso. Sobre todo en este momento de la secuencia, la formación de la figura requiere ser investida de energía por los dos polos del campo0 el organismo y el entorno. !a excitación del deseo que era figura en la fase precedente cede el sitio al %objeto&, o a la serie de posibles objetos. #s un momento especialmente sensible ya que la figura permuta de un polo del campo +el organismo al otro +el entorno, se despla$a del %interior& al %exterior&. %;espla$arse al exterior& evoca inmediatamente el equivalente latino0 ex"movere, emoción. #ste momento es efectivamente la fase especial de la emoción. !a erapia /estalt aborda la emoción como una especie de c*oque producido por el encuentro del estado del organismo con el estado del entorno0 %#s el conocimiento inmediato e integrador de una relación entre el organismo y el entorno. #s la figura en primer plano de las diferentes
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combinaciones de las propriocepciones y de las percepciones. Jomo tal, es una función del campo&1D. #n otros t(rminos, para que *aya emoción, es necesario que %la excitación sea aceptada y el entorno afrontado&, es decir, que *aya %unión del apetito u otro deseo al objeto vagamente percibido& 1C. #n esta operación de encuentro y ajuste al entorno, los tanteos, las acomodaciones sucesivas *acen uso *abitualmente de la proyección como instrumento ordinario de orientación en el campo. #ste factor %alucinatorio& normal, de intuición, de presentimiento, o sencillamente esta capacidad de imputar a la experiencia en curso determinados conocimientos ligados a la experiencia adquirida con anterioridad, revelan, en efecto, una proyección entendida en sentido amplio. Flexiones -ero el uso ampliado y generali$ado de tal concepto, como en el caso de muc*os otros, lo vacía de su especificidad y de su substancia. Si proyección se convierte en sinónimo de toda forma de exteriori$ación o designa el proceso por el cual un sujeto se *ace una idea del campo, del otro o del entorno, a partir de su subjetividad, nos veremos obligados a convenir que la proyección es permanente. !a perspectiva constructivista contemporánea no cubriría más que un %principio de proyección generali$ada&. -ara conservar la faceta operativa de este concepto me parece 3til definirlo de manera más restringida. #n la proyección, tal y como se define en erapia /estalt, se trata muc*o más de un rec*a$o no"consciente +denegado, imposibilitado... a apropiarse del afecto, de la emoción, del sentimiento y de las representaciones que les acompa=an.
En el ejemplo banal del paciente que expresa a su terapeuta algo como: “Usted me hace pensar en mi madre”, no es en la irrupción de la madre plenamente consciente donde reside la pro!ección, sino en la atribución al terapeuta de aquello que en realidad le pertenece a "l: el “Usted me hace pensar###” que sustitu!e al “$o pienso###”# %sadore &rom, miembro del grupo fundador de la 'erapia (estalt, estaba extremadamente atento al manejo del lenguaje en su cliente, espec)ficamente para hacerle notar los indicios de pro!ecciones de la experiencia: no es cuestión, por ejemplo, de dejar al paciente subra!ar sus frases con peque*os giros rituali+ados del tipo: “$a sabe###”, “i quieres##”, sin marcarlas con un “-.o, no lo s"/”, “01u" cree que querr)a2” u otras interpelaciones a posibles pro!ecciones # 3ichael 4# 3ill er 56 recuerda una an"cdota acaecida en el transcurso de un grupo de formación ! !o mismo he sido testigo de m7ltiples intervenciones similares de %sadore &rom: “01u" prefer)s que os digan: 8'e quiero9 o 8'e quiero de verdad9 2 a segunda proposición debe incitaros a estar un poco en guardia, pues el que habla puede estar pro!ectando que no será cre)do, lo cual hace pensar que hasta "l mismo duda” -or la proyección, el sujeto se construye una pantalla al mirar el campo. !os afectos no apropiados se imputan al otro, las características del entorno no son percibidas puesto que el entorno está restringido a imágenes virtuales cuyo fabricante es el mismo sujeto. !a paranoia y sus derivaciones *acia formas sensitivas o interpretativas constituyen claramente un modo de contacto que *ace referencia de manera privilegiada a la proyección persecutoria, pero otros estilos psicopatológicos tambi(n utili$an abiertamente la proyección. 1D
-H/, , 1,D -H/,, 1A, D 1? P.I. Piller0 %M(flexions (l(giaques sur sadore >rom&, /estalt nX@, nvierno @A. Hay versión espa=ola, ;ocumentos del Jentro de erapia y -sicología. 1C
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oda forma de negación va acompa=ada de proyección, por ejemplo la negación de la diferencia sexual en las perversionesY las posturas generali$adoras +sexismo, racismo, *omofobia, fascismos..., las certe$as rígidas, la constitución del objeto fóbico, la contribución a la elaboración de rituales compulsivos y formaciones reactivas, la culpabilidad neurótica, las supersticiones y creencias, mitologías y mitomanías, los celos, los delirios... ambi(n se podría aventurar la *ipótesis de que el proceso de la conversión *ist(rica se parecería muc*o más a la proyección que a la retroflexión, aunque el sujeto se tome a sí mismo como %entorno& para expulsar sus afectos.
iempre me 'a impresionado la postura de -at'erine: todav+a no tiene 6 a8os y está encorvada, la cabeza 'undida entre los 'ombros. ras alg/n tiempo de terapia pued e e! presar un sentimiento de amenaza cuando se trata de arriesgarse en una interacción directa conmigo: la postura se cierra, la cabeza se 'unde un poco más y la espalda amplifica su curvatura. a seguridad progresiva encontrada en la terapia le permite abordar las violencias f+sicas sufridas en su familia cuando pretend+a decir algo de ella. oma conciencia poco a poco de que el miedo que se 'ab+a instaurado en la relación con su padre se 'a gen eralizado y cronificado en su relación con los demás. #$-omo si el mundo entero fuera mi padre..., y tuviera qu e protegerm e de él(), dirá un d+a. "onerse a traba&ar con este mapa del mundo, inclu+do en la elucidación de la transferencia constru+da sobre esta proyección, tendrá como consecu encia el enderez amiento f+sico 2...$y no sólo f+sico(3 progresivo de -at'erine, 'asta tal punto que al final de la terapia, su postura corporal será radicalm ente diferente, por supuesto sin 'aber recurrido a ning/n tipo de manipulaciones corporales ni posturales. 0tienne y op'ie están en terapia de pare&a 'ace algunas sesiones. 0l diálogo se reanuda y op'ie, que manten+a una gran distancia con 0tienne 'asta el punto de plantearse abandonarle 2después de veinte a8os de vida en com/n3, vuelve a intimar un poco con él. -onmovido por este acercamiento, 0tienne le conf+a algo que siempre 'ab+a tenido en secreto, a saber, que siendo ni8o 'ab+a sufrido abu sos se!uales por parte de su padre. ?o 'a lugar comentar qué &uegos de poder y de control utiliza al 'acer esta revelación, puesto que la consecuencia inmediata es que, 'umillada, op'ie se pone a reconstruir, a partir de este 'ec'o, su 'istoria conyugal pasada con muc'a violencia: #$e casaste con una enfermera( $1e elegiste sólo para que te sacara de tu familia( $@amás 'as tenido confianza en m+( 0tc.) 0l contacto se 'a interrumpido momentáneamente .
Ir acia +s rer%*&exi!n
R partir del momento en que el entorno *a podido ser percibido y construído, la excitación se podrá comprometer plenamente con la situación0 ir *acia y contactar plenamente. !as identificaciones y alienaciones restringen progresivamente el campo de las posibilidades,
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pero este ir *acia puede despertar ansiedad o angustia y esta función %inicialmente orientada *acia el mundo por el individuo, modifica su dirección y vuelve *acia su creador& 1@. #l ir *acia, en latín ad gressere, corresponde a la concepción gestáltica de la agresividad0 %-oder ben(fico de expresión personal y de creación del que dispone el ser *umano para *acer algo o *acer que se produ$ca algo, para estar dispuesto a reubicar su persona en el mundo tanto como a recibir de (ste& B. #sta concepción de la agresividad se distingue pues de %el ejercicio *ostil del poder combativo contra los otros, concepto que se tiene generalmente *oy en día sobre la agresión& 1. !a retroflexión es, en este estadio, la modalidad del contacto que permite evitar la ansiedad de la agresión. !a acción revierte entonces sobre %los 3nicos objetos disponibles e inofensivos0 la personalidad y el cuerpo propios& . #n el enfoque *abitual, la retroflexión permite retrasar el compromiso, permitiendo el reajuste de la emoción, la corrección de los fondos y por tanto la reconsideración de la emoción. #s lo que se llama el control de sí mismo, ligado a la intervención de la voluntad. 'nas veces los miedos pueden engendrar esta retroflexión, otras tambi(n estos miedos resultan ser ellos mismos proyecciones. -uede revelarse pertinente para el sujeto retrasar o no emprender la acción agresiva, teniendo en cuenta el contexto y el ajuste que (ste requiere. 'na retroflexión podrá entonces ser considerada, a título exacto, como ajuste creador. -ensar +re"flexionar es una forma de retroflexión, es *ablarse a sí mismo. #s uno mismo el interlocutor apropiado6 %Pe pregunto...& se suele decir. #s acaso uno mismo la persona apropiada a quien dirigir esta pregunta6 -ensar para preparar el ponerse en relación no equivale a pensar en ve$ de actuar. Flexiones Jomo para los fenómenos que *emos citado más arriba, la retroflexión puede intervenir como modalidad de interrupción de la /estalt en curso, con o sin intervención de la función ego, con o sin consciencia inmediata, y esto es lo que constituirá la diferencia. Juando la agresión, en el sentido en que la citábamos más arriba, no *a podido ser manifestada, puede convertirse en *ostilidad o ser dirigida sobre uno mismo. #l miedo a destruir *a despertado la angustia, y la destrucción va a volverse entonces sobre los 3nicos objetos disponibles0 el cuerpo y la personalidad propios. #sta retroflexión se manifestará a lo largo de las conductas de autoagresión, desde la automutilación *asta la masturbación, desde las obsesiones *asta las enfermedades calificadas como psicosomáticas, desde el suicidio *asta ciertas formas de masoquismo, desde la compulsión al fracaso *asta los remordimientos, desde la resignación *asta la autoconquista. Ga en su primer libro, -erls subraya bien la diferencia entre la represión y la retroflexión. #n (sta 3ltima %se pierde muy poco material +y sólo se tra ta de reorientación, puesto que los conflictos que *an provocado la retroflexión están cerca de la superficie&:. He esbo$ado en otra parte< algunas pistas mostrando cómo el destinatario supuestamente abstraído del contacto generalmente no estaba totalmente excluido y cómo la retroflexión podía alcan$arle por efecto indirecto. !a tentativa de suicidio de alguien, por ejemplo, afectará fácilmente al entorno que no podía ser agredido directamente.
%urante una sesión d e psicoterapia de grupo surge un traba&o con %aniel. 0stamos los dos sentados en el suelo, cara a cara. 1@
>.S.-erls +1@A, #go, Hunger and Rgression, Iintage 4ooUs, 2.G., 1@D@ +Z parte, cap. :. Hay versión espa=ola, %Go, *ambre y agresión&, #d. >.;.J.#., P(jico, 1@CA B P.I. Piller0 op.cit. 1 ibid -H/, , 1A, C : -erls, #go, Hunger and Rgression, , ? < Ier %!Qinsu port( dans la relation&.
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4borda diferentes cosas que, progresivamente, se re/nen en una figura que construye en la relación conmigo. e anuncian sentimientos ambivalentes, 'ec'os de demanda de reconocimiento y de afecto por una parte, y de resentimiento y miedo por otra. 0n un momento dado de nuestra interacción, en el momento en que se dispone a dirigirme lo que acaba de actualizar, se instaura un silencio. ?oto una sutil modificación de su respiración: antes de e!pirar, un breve instante de bloqueo, de apnea obstru+da por un pequ e8o ruido que introduzco en su campo de consciencia. 4 propósito de esta respiración se abre una especie de paréntesis en la construcción de la Gestalt en curso, 'asta el punto d e proponerle una e!p erimentación. e propongo una e!p eriencia, en silencio, de #dar y recibir). %irigir su e!piración 'acia m+, enviármela mientras yo inspiro, acoger la e!piración que yo le env+e cuando él esté en fase de inspiración. Iespiraciones alternas. ras alguno s #intercambios ), e!plota en sollozos, invadido de emociones, invadido de recuerdos, invadido de imágenes. Iecupera recuerdos muy escondidos: cuando ten+a F; J a8os, su madre se volvió a casar y su padrastro le aterrorizaba. 0l mensa&e que recib+a permanente men te, tanto verbal como no verbalmente, lo pone en palabras de la manera siguiente: #odo lo que sale de tu boca es malo, es veneno, es tó!ico. 0n t+ no 'ay más qu e mierda y venen o). 0n el marco de un enfoque unitario como la terapia Gestalt, no puede e!tra8arme que su respiración e!prese la misma dinámica: antes de e!pirar 2e!;presar, e!; pulsar...3, bloqu ea, retiene por miedo a las represalias o a la 'umillación. %esde 'ace alg/n tiempo, 1onique pasa la mayor parte de las sesiones con la mano sobre los o&os. raba&amos este gesto de diversas maneras, pero el tema que se 'abla a partir de aqu+ permanece centrado en la visión: =qué es lo que no quiere #ver), no quiere ver que es mirada, etc.> 4unque se puedan traba&ar varias cosas a partir de aqu+, el gesto se mantiene, lo que me indica que a/n lo necesita y que todo lo que 'ayamos podido evocar a partir de este gesto no 'a tenido auténtico sentido para ella. ) #0stán cerrados). $-laro( $i no puedo ver, basta con cerrar los o&os( #9ma gin em os qué podr+as 'acer con la mano si no te la pusieras delante de los o&os) e quita la mano de delante de los o&os 2que mantiene cerrados3 y me contesta: #$?o veo() 2sic3, acariciándose tiernamente el brazo con la mano disponible de a'ora en adelante. %emanda retrofle!ionada. 4 partir de aqu+ se abrió una nueva fase de la terapia, a lo largo de la cual se podrán empe zar a traba&ar dem an da, transferencia y relación, en directo.
A#and%narse +s e)%is(% ntroducido por /oodman en la erapia /estalt, el concepto de egotismo no *a tenido fortuna entre los terapeutas gestálticos. )lvidado en la mayoría de los textos teóricos y
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clínicos, a veces solamente esbo$ado, sólo *a tenido derec*o, que yo sepa, a dos estudios, uno de M. 4urn*amA, el otro de ;. ;avidoveD. #n /oodman este concepto puede parecer un poco paradójico, ya que lo evoca al abordar las p(rdidas de la función"ego, mientras que, como bien indica la misma palabra, designa %exceso& de ego. #xceso o p(rdida6 -ara alcan$ar el contacto final, la espontaneidad debe poder suceder al carácter deliberado +deliberateness que suele prevalecer en la fase de toma de contactoY perder el control, abandonarse, tener el valor de terminar la acción emprendida, abrir las fronteras al encuentro del objeto contactado, permitir al Go"3 volverse momentáneamente un 2osotros. #l problema de este control, que convierte la frontera en algo impermeable y cerrado a un verdadero contacto pleno, es que (l mismo no es controlado. #xceso de ego comprometido en esta fase del self, ciertamente, pero sin que el ego est( en condiciones de elegir abandonar su control. #l control está fuera de control. #xceso G p(rdida de la función ego. Rsimilo a propósito el egotismo a una forma concreta de retroflexión, en la medida en que aqu(l responde plenamente a una de las definiciones de retroflexión dadas por -erls y /oodman cuando dicen0 %odo acto de autocontrol deliberado a raí$ de un compromiso difícil es una retroflexión&C. Juando el sujeto encuentra una ansiedad de amplitud ra$onable en ese momento de su experiencia, el egotismo se limita a un enlentecimiento %para asegurarse de que las posibilidades del fondo están verdaderamente agotadas " de que no *ay peligro o sorpresa" antes de emprender algo&?. Se manifiesta como falta de seguridad, escepticismo, lentitud. Flexiones -ero en ciertas situaciones, la cercanía del contacto final es tan ansiógena que se utili$a el egotismo como 3ltimo freno para evitarlo. !o encontraremos más fácilmente al final de la terapia cuando %la introspección& se *aya convertido en una especie de segunda naturale$a en el cliente. Se *ará muy manifiesto y de gran amplitud en los individuos con perturbaciones narcisistas de su experiencia. Rnsiosos frente al abandonarse, ansiosos ante la p(rdida de control, ansiosos ante la apertura al otro, ansiosos ante un posible engullimiento en el 2osotros del encuentro, o ansiosos ante un posible abandono ulterior, se aíslan del entorno y reducen (ste a conocimientos aptos para ampliar su control y su poder.
Iobert utiliza cada vez más e!presiones como: #lanzarse, tomar una decisión, atre verse, arriesgars e, saltar al vac+o) para 'abl ar de él. ?o siem pre es fácil saber si 'abla de lo qu e vive o de lo que querr+a vivir. 4 lo largo d e una sesión donde vuelven a su boca las mismas e!presione s en el preciso momen to en que la ge st alt en curso podr+a alcanzar el contacto final, bloqu ea todo y no 'ay más que palabras, balabras #acerca de), como 'abr+a dic'o "erls. e invito a que e!perimente poniendo a actuar las e!presiones metafóricas que utiliza. 0n mi despac'o tengo un taburete de quince cent+metros d e alto. e propongo subirse al borde y, cuando sienta que es el momento, saltar al suelo. Iobert es deportista y sabe 'acer el salto mortal, pero desde lo alto de estos quince cent+metros, bloquea todo, le da vérti go, no pued e saltar, $es pantado, declara, por el abandonarse que ello implicar+a mientras dura su #ca+da)( A
4urn*am, F.Mandolf +1@?0 #gotism in /estalt *erapy0 *e next boundary, Ioices 1? + ;ouglas ;avidove+1@@B0 )n #gotism and #t*ics in /estalt *erapy +umpublis*ed. trad. nstitut de /estalt" t*(rapie, 4ordeaux. Hay versión espa=ola, ;ocumentos del Jentro de erapia y -sicología. C -H/, , 1A, C ? -H/, , 1A, ? D
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9sadore Lrom insist+a en la ansiedad que podr+a ser movilizada por una forma cualquiera del #nosotros), incluyendo el simple nivel del lengua&e, en las personalidades que presentan perturbaciones serias de su e! periencia narcisista. "'ilippe no sólo no pod+a 'acer uso del #?osotros) cuando me 'ablaba de su pare&a, no sólo no pod+a decir #19 mu&er) o #19 esposa) para nombrarla, sino qu e llegaba a utilizar sistemáticamente per+frasis como: #la mu&er con la qu e vivo en este momento), #Bernardette, que es la mu&er con la que me casé 'ac e diez a8os) ... uce, en todas sus relaciones, incluso conmigo, s e retira manifiestamente antes del contacto final: en la sesión es el momento en que todo se nubla, en que se pone a pensar en otra cosa, etc. 0n sus relaciones amorosas, m/ltiples y sin futuro, en los mome ntos de encuentro se!ual, sue8a despierta con todos los 'ombres que le gustar+a conquistar.
;onclusión
La $sic%era$ia como situación de urgencia Rnte una situación nueva de desequilibrio, de peligro, de amena$a, de supervivencia, circunstancia que los autores del %enfoque unitario& designan bajo el t(rmino gen(rico de %situación de urgencia& +emergency, el organismo elabora una repuesta global y adaptada0 global, porque pone en juego las percepciones, las propriocepciones, las r epresentaciones y el pensamiento, la actividad motora, etc.Y adaptada porque la posibilidad en la frontera"contacto que se actuali$a así permite la gestión del acontecimiento de manera espontánea y creativa. !as capacidades de orientación y de manipulación en el campo se despliegan al máximo y resisten a la desorgani$ación del campo. -ero como resultado de las repeticiones y del fracaso en restablecer el equilibrio, o del %refugio en la represión o la alucinación&@, se va a producir una cronificación en baja intensidad del desequilibrio y de la /estalt adaptativa. !a tensión será entonces doble0 peligro G frustración, que se potencian mutuamente *asta la neurosis. #s lo que -erls y /oodman llaman %situación de urgencia crónica de baja intensidad&, propuesta como una de las definiciones de la neurosis. #n esta situación, la frontera"contacto tiende a simplificar el campo gracias a la puesta en juego de dos funciones de urgencia0 la represión :B deliberada y la *iperactividad no deliberada. %#n una reacción diferente de la que se produce en la situación de urgencia aguda, se retira la atención de las demandas proprioceptivas y disminuye la sensación del cuerpo"en" tanto"que"parte" del"self. G esto es así porque las excitaciones proprioceptivas son las amena$as más controlables de los dos desórdenes que se ag
@
-H/, , :, @ #l t(rmino utili$ado por los autores es %blotting#out &, es decir %borradura&
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subconsciencia de la propriocepción ! de la percepción, e hiperton)a de la actividad deliberada ! muscular &:1. #sta perturbación corresponde igualmente a lo que, en otro lugar, los autores llaman una perturbación de %la orientación& +percepción y propiocepción, y que conlleva una perturbación de la %manipulación& +actividad psicomotora. %Si el estado neurótico es la respuesta a una situación de urgencia crónica de intensidad d(bil que no existe, caracteri$ada por un tono muscular medio, vigilancia imprecisa y fija, en ve$ de relajación o tonicidad elevada y vigilancia flexible y aguda, entonces la meta terap(utica consiste en concentrarse en una situación de urgencia existente, de fuerte intensidad, a la que el paciente pueda *acer frente y así desarrollarse&:. #s en la utili$ación de la situación de urgencia actual, por ejemplo en la creación in situ de una situación de urgencia experimental de alta intensidad, donde adquiere sentido plenamente el concepto de experimentación, n3cleo del m(todo gestáltico. 2o susceptible de ser reducida a un ejercicio comportamental, la experimentación gestáltica, inteligentemente propuesta, es la metonimia de la experiencia del sujeto, tal y como la situación de urgencia experimental de alta intensidad estará metonímicamente articulada con la situación de urgencia crónica de baja intensidad0 identidad en la estructura, identidad en la /estalt, identidad en la función. %-ero el problema es que el paciente viva su comportamiento en su verdadera función de urgencia y que al mismo tiempo se sienta seguro porque puede *acer frente a la situación& ::. !a erapia /estalt, por la misma ra$ón que los otros enfoques psicoterap(uticos, no sabría disociar su instrumento diagnóstico de su instrumento de intervención, igual que el diagnóstico mismo tampoco es disociable de la relación terap(utica específica y del campo en general. #ste artículo *a sido traducido en el Jentro de erapia y -sicología de Padrid por Rlicia !ópe$ 4ermejo en 1@@D, del original %Rnxi(t( et construction des /estalts& extraído de %!e contact,pli et d(pli du self&. G corregido por el nuevo original del autor en 1@@C.
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ibid -H/, , :, @ :: -H/, , <, 1 :