“AÑO DE LA CONSOLIDACION DEL MAR DE GRAU” UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN MARTIN – TARAPOTO FACULTAD DE ECOLOGIA ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE INGENIERIA AMBIENTAL
ASIGNATURA: EDAFOLOGIA TEMA:
CONTAMINACION DEL SUELO. COMPOSTAJE
DOCENTE:
ING. MARCOS AYALA DIAZ
INTEGRANTES: NAVARRO ROJAS JONAYKER SANCHEZ PAJUELO JOHANNA TUESTA CASIQUE BLANCA MARIA CICLO:
NIVELACION Y RECUPERACION ACADEMICA
MOYOBAMBA - PERÚ 2016
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DEDICATORIA A nuestros padres, por ser las luces de precaución en nuestras vidas, por ayudarnos y jamás darnos la espalda, son lo más valioso que tenemos A
nuestras
aquellas
amistades,
palabras
y
por esas
brindarnos ganas
de
superación y cumplir la tan ansiada meta.
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AGRADECIMIENTO A Dios, cabe recalcar que por ningún momento en nuestras vidas, dejaremos de agradecer al Señor, por la salud de toda mi familia. A nuestros padres, por las fuerzas anímicas y económicas que nos brindan día a día, con esfuerzo
y
logros
sabemos
que
los
recompensaremos. A cada uno de nuestros profesores de la Facultad, por sus sabias enseñanzas.
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INTRODUCCION El siguiente trabajo consta de dos capítulos en los cuales se ven inmersos los temas de contaminación del suelo y lo que es el compostaje. Si bien nos damos cuenta, la proximidad física del suelo hace que este sea el lugar al que con más probabilidad vayan a parar residuos originados por la actividad del hombre. Estos son rápidamente incorporados al suelo a través de procesos degradativos. En un principio eran fácilmente metabolizados y asimilados por la naturaleza pero
a
medida
que
la
sociedad
fue
creciendo
industrialmente
y
demográficamente, los residuos generados son cada vez más y más peligrosos. La época actual está muy marcado por la sociedad de consumo pero además existe otro agravante y es la cantidad diaria que en el planeta se genera de todo tipo de residuos que aunque puedan ser degradados de forma natural, el tiempo que para ello se necesitará es tan elevado que son focos potenciales de contaminación. Las consecuencia de este aumento de residuos son por una parte la disminución de las materias primas y por otra, que el abandono incontrolado de estos residuos origina serios problemas ambientales. Esto nos lleva a la conclusión de que se produce una dispersión de los contaminantes y por lo tanto la magnificación del problema. Y sabemos que el 40% de la basura que producimos en la casa se compone de materia orgánica, que al poco tiempo de ser desechada se descompone provocando mal olor y atrayendo fauna nociva como moscas, cucarachas, ratones etc. El desecho orgánico se puede definir como todo aquello que alguna vez tuvo vida. Estos materiales se pueden aprovechar para la elaboración de la composta y así evitar los problemas mencionados por contaminación además de contribuir al fortalecimiento de las plantas.
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OBJETIVOS
En este trabajo hablamos de la contaminación que es uno de los problemas que nos afectan a nosotros los ciudadanos, por ese motivo debemos saber cuidar nuestro medio ambiente y así respirar un ambiente saludable.
Como sabemos uno de los problemas que tenemos en casa esa la mala distribución de la basura, es por eso que con este trabajo queremos darles a conocer algunas pautas para generar compost que sería una buena solución.
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MARCO TEORICO CAPITULO I CONTAMINACIÓN DEL SUELO 1.1.
CONCEPTO
Un suelo se puede degradar al acumularse en él sustancias a unos niveles tales que repercuten negativamente en el comportamiento de los suelos. Las sustancias, a esos niveles de concentración, se vuelven tóxicas para los organismos del suelo. Se trata pues de una degradación química que provoca la pérdida parcial o total de la productividad del suelo. Hemos de distinguir entre contaminación natural, frecuentemente endógena, y contaminación antrópica, siempre exógeno. Los
fenómenos
naturales
pueden
ser
causas
de
importantes
contaminaciones en el suelo. Así es bien conocido el hecho de que un solo volcán activo puede aportar mayores cantidades de sustancias externas y contaminantes, como cenizas, metales pesados, H+ y SO4, que varias centrales térmicas de carbón. Pero las causas más frecuentes de contaminación son debidas a la actuación antrópica, que al desarrollarse sin la necesaria planificación producen un cambio negativo de las propiedades del suelo. En los estudios de contaminación, no basta con detectar la presencia de contaminantes sino que se han de definir los máximos niveles admisibles y además se han de analizar posibles factores que puedan influir en la respuesta del suelo a los agentes contaminantes. 1.2.
FACTORES INFLUYENTES EN LA CONTAMINACIÓN
Que pueden tomar los diferentes aspectos: 2.1.1. VULNERABILIDAD Representa el grado de sensibilidad (o debilidad) del suelo frente a la agresión de los agentes contaminantes. Este concepto está relacionado con la capacidad de amortiguación. A mayor capacidad de amortiguación, menor vulnerabilidad.
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El grado de vulnerabilidad de un suelo frente a la contaminación depende de la intensidad de afectación, del tiempo que debe transcurrir para que los efectos indeseables se manifiesten en las propiedades físicas y químicas de un suelo y de la velocidad con que se producen los cambios secuenciales en las propiedades de los suelos en respuesta al impacto de los contaminantes. 2.1.2. PODER DE AMORTIGUACIÓN El conjunto de las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo lo hacen un sistema clave, especialmente importante en los ciclos biogeoquímicos superficiales, en los que actúa como un reactor complejo, capaz de realizar funciones de filtración, descomposición, neutralización, inactivación, almacenamiento, etc. Por todo ello el suelo actúa como barrera protectora de otros medios más sensibles, como los hidrológicos y los biológicos. La mayoría de los suelos presentan una elevada capacidad de depuración. Un suelo contaminado es aquél que ha superado su capacidad de amortiguación para una o varias sustancias, y como consecuencia, pasa de actuar como un sistema protector a ser causa de problemas para el agua, la atmósfera, y los organismos. Al mismo tiempo se modifican sus equilibrios
biogeoquímicos
y
aparecen
cantidades
anómalas
de
determinados componentes que originan modificaciones importantes en las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo. 2.1.3. BIODISPONIBILIDAD Se entiende la asimilación del contaminante por los organismos, y en consecuencia la posibilidad de causar algún efecto, negativo o positivo. 2.1.4. MOVILIDAD Se regulará la distribución del contaminante y por tanto su posible transporte a otros sistemas. 2.1.5. PERSISTENCIA Se regulará el periodo de actividad de la sustancia y por tanto es otra medida de su peligrosidad.
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1.3.
CAUSAS
La mayoría de los procesos de pérdida y degradación del suelo son originados por la falta de planificación y el descuido de los seres humanos. Las causas más comunes de dichos procesos son: 1.3.1. EROSIÓN La erosión corresponde al arrastre de las partículas y las formas de vida que conforman el suelo por medio del agua (erosión hídrica) y el aire (erosión eólica). Generalmente esto se produce por la intervención humana debido a las malas técnicas de riego (inundación, riego en pendiente) y la extracción descuidada y a destajo de la cubierta vegetal (sobrepastoreo, tala indiscriminada y quema de la vegetación). 1.3.2. CONTAMINACIÓN La contaminación de los suelos se produce por la depositación de sustancias químicas y basuras. Las primeras pueden ser de tipo industrial o domésticas, ya sea a través de residuos líquidos, como las aguas servidas de las viviendas, o por contaminación atmosférica, debido al material articulado que luego cae sobre el suelo. 1.3.3. COMPACTACIÓN La compactación es generada por el paso de animales, personas o vehículos, lo que hace desaparecer las pequeñas cavernas o poros donde existe abundante microfauna y microflora. 1.3.4. EXPANSIÓN URBANA El crecimiento horizontal de las ciudades es uno de los factores más importantes en la pérdida de suelos. La construcción en altura es una de las alternativas para reducir el daño. 1.4.
AGENTES
Cuando en el suelo depositamos de forma voluntaria o accidental diversos productos como papel, vidrio, plástico, materia orgánica, materia fecal, solventes, plaguicidas, residuos peligrosos o sustancias radioactivas, etc., afectamos de manera directa las características físicas, químicas de este, desencadenando con ello innumerables efectos sobre seres vivos.
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1.4.1. PLAGUICIDAS La población mundial ha crecido en forma abismante en estos últimos 40 a 50 años. Este aumento demográfico exige al hombre un gran desafío en relación con los recursos alimenticios, lo cual implica una utilización más intensiva de los suelos, con el fin de obtener un mayor rendimiento agrícola. En agricultura, la gran amenaza son las plagas, y en el intento por controlarlas se han utilizado distintos productos químicos. Son los llamados plaguicidas y que representan también el principal contaminante en este ámbito, ya que no sólo afecta a los suelos sino también, además de afectar a la plaga, incide sobre otras especies. Esto se traduce en un desequilibrio, y en contaminación de los alimentos y de los animales. A. TIPOS DE PLAGUICIDAS Existen distintos tipos de plaguicidas y se clasifican de acuerdo a su acción. 1. INSECTICIDAS Se usan para exterminar plagas de insectos. Actúan sobre larvas, huevos o insectos adultos. Uno de los insecticidas más usado es el DDT, que se caracteriza por ser muy rápido. Trabaja por contacto y es absorbido por la cutícula de los insectos, provocándoles la muerte. Este insecticida puede mantenerse por 10 años o más en los suelos y no se descompone. Se ha demostrado que los insecticidas órgano clorados, como es el caso del DDT, se introducen en las cadenas alimenticias y se concentran en el tejido graso de los animales. Cuanto más alto se encuentre en la cadena, más concentrados estará el insecticida. Hay
otros
insecticidas
que
son
usados
en
las
actividades
hortofrutícolas; son biodegradables y no se concentran, pero su acción tóxica está asociada al mecanismo de transmisión del impulso
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nervioso,
provocando
en
los
organismos
contaminados
una
descoordinación del sistema nervioso. 2. HERBICIDAS Son un tipo de compuesto químico que destruye la vegetación, ya que impiden el crecimiento de los vegetales en su etapa juvenil o bien ejercen una acción sobre el metabolismo de los vegetales adultos. 3. FUNGICIDAS Son plaguicidas que se usan para combatir el desarrollo de los hongos (fitoparásitos). Contienen azufre y cobre. 1.4.2. ACTIVIDAD MINERA La actividad minera también contamina los suelos, a través de las aguas de relave. De este modo, llegan hasta ellos ciertos elementos químicos como mercurio (Hg), cadmio (Cd), cobre (Cu), arsénico (As), plomo (Pb), etc. Por ejemplo: el mercurio que se origina en las industrias de cemento, industria del papel, plantas de cloro y soda, actividad volcánica, etcétera. Algunos de sus efectos tóxicos son: alteración en el sistema nervioso y renal. En los niños, provoca disminución del coeficiente intelectual; en los adultos, altera su carácter, poniéndolos más agresivos. Otro caso es el arsénico que se origina en la industria minera. Su existencia es natural en la II Región. Este mineral produce efectos tóxicos a nivel de la piel, pulmones, corazón y sistema nervioso. 1.4.3. BASURA La destrucción y el deterioro del suelo son muy frecuentes en las ciudades y sus alrededores, pero se presentan en cualquier parte donde se arroje basura o sustancias contaminantes al suelo mismo, al agua o al aire. Cuando amontonamos la basura al aire libre, ésta permanece en un mismo lugar durante mucho tiempo, parte de la basura orgánica se fermenta, además de dar origen a mal olor y gases tóxicos, al filtrarse a través del suelo en especial cuando éste es permeable, (deja pasar los líquidos) contamina con hongos, bacteria, y otros microorganismos patógenos (productores de enfermedades), no sólo ese suelo, sino también las aguas
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superficiales y las subterráneas que están en contacto con él, interrumpiendo los ciclos biogeoquímicos y contaminado las cadenas alimenticias. 1.5.
CONSECUENCIAS
Dada la facilidad de transmisión de contaminantes del suelo a otros medios como el agua o la atmósfera, serán estos factores los que generan efectos nocivos, aun siendo el suelo el responsable indirecto del daño. La presencia de contaminantes en un suelo supone la existencia de potenciales efectos nocivos para el hombre, la fauna en general y la vegetación. Estos efectos tóxicos dependerán de las características toxicológicas de cada contaminante y de la concentración del mismo. La enorme variedad de sustancias contaminantes existentes implica un amplio espectro de afecciones toxicológicas. De forma general, la presencia de contaminantes en el suelo se refleja de forma directa sobre la vegetación induciendo su degradación, la reducción del número de especies presentes en ese suelo, y más frecuentemente la acumulación de contaminantes en las plantas, sin generar daños notables en estas. En el hombre, los efectos se restringen a la ingestión y contacto dérmico, que en algunos casos ha desembocado en intoxicaciones por metales pesados y más fácilmente por compuestos orgánicos volátiles o semivolátiles. Indirectamente, a través de la cadena trófica, la incidencia de un suelo contaminado puede ser más relevante. Absorbidos y acumulados por la vegetación, los contaminantes del suelo pasan a la fauna en dosis muy superiores a las que podrían hacerlo por ingestión de tierra. Cuando estas sustancias son bioacumulables el riesgo se amplifica al incrementarse las concentraciones de contaminantes a medida que ascendemos en la cadena trófica, en cuya cima se encuentra el hombre. Las precipitaciones ácidas sobre determinados suelos originan, gracias a la capacidad intercambiadora del medio edáfico, la liberación del ion aluminio, desplazándose hasta ser absorbido en exceso por las raíces de las plantas, afectando a su normal desarrollo.
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En otros casos, se produce una disminución de la presencia de las sustancias químicas en el estado favorables para la asimilación por las plantas. Así pues, al modificarse el pH del suelo, pasando de básico a ácido, el ion manganeso que está disuelto en el medio acuoso del suelo se oxida, volviéndose insoluble e inmovilizándose. A este hecho hay que añadir que cuando el pH es bajo las partículas coloidales como los óxidos de hierro, titanio, cinc, etc., que pueden estar presentes en el medio hídrico, favorecen la oxidación del ion manganeso. Esta oxidación se favorece aún más en suelos acidificados bajo las incidencias de la luz solar en las capas superficiales de los mismos, produciéndose una actividad fotoquímica de las partículas coloidales anteriormente citadas, ya que tienen propiedades semiconductoras. Otro proceso es el de la biometilización, que es un proceso por el cual reaccionan los iones metálicos y determinadas sustancias orgánicas naturales, cambiando radicalmente las propiedades físico-químicas del metal. Es el principal mecanismo de movilización natural de los cationes de metales pesados. Los metales que ofrecen más afinidad para este proceso son: mercurio, plomo, arsénico y cromo. Los compuestos argometálicos así formados suelen ser muy liposolubles y salvo casos muy puntuales, las consecuencias de la biometilización natural son irrelevantes, cuando los mentales son añadidos externamente en forma de vertidos incontrolados, convirtiéndose realmente en un problema. Aparte de los anteriores efectos comentados de forma general, hay otros efectos inducidos por un suelo contaminado: Degradación paisajística: la presencia de vertidos y acumulación de residuos en lugares no acondicionados, generan una pérdida de calidad del paisaje, a la que se añadiría en los casos más graves el deterioro de la vegetación, el abandono de la actividad agropecuaria y la desaparición de la fauna.
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Pérdida de valor del suelo: económicamente, y sin considerar los costes de la recuperación de un suelo, la presencia de contaminantes en un área supone la desvalorización de la misma, derivada de las restricciones de usos que se impongan a este suelo, y por tanto, una pérdida económica para sus propietarios. 1.6.
CONTROL
Se puede definir el tratamiento y recuperación de suelos contaminados como un conjunto de operaciones que se deben realizar con el objetivo de controlar, disminuir o eliminar los contaminantes y sus efectos. Una de las posibles divisiones de los sistemas de tratamiento se establece en función de tres categorías de actuación: 1.6.1. NO RECUPERACIÓN Cuando se opta por la medida de no recuperación del espacio, se debe tener en cuenta que se parte de un espacio contaminado, aunque el estudio de viabilidad determine esa opción. Así pues, se tiene que registrar la localización real del espacio. Esta sencilla solución evita una gama de problemas importantes generados a posterior, por un uso del suelo para el que ya no es adecuado (agricultura, residencial, espacios de ocio, etc.). 1.6.2. CONTENCIÓN O AISLAMIENTO Consiste en establecer medidas correctas de seguridad que puedan controlar la situación presente, impidiendo la progresión de la contaminación en el medio y mitigando riesgos relacionados con esta dispersión de contaminantes. Aislamiento: Consiste en aislar el foco emisor de la contaminación, limitando el potencial de migración y difusión de los contaminantes mediante la construcción de barreras superficiales y/o subterráneas, de forma que se impida la movilización horizontal de los contaminantes. Esta tecnología suele usarse como medida temporal para evitar la generación de lixiviados, la entrada de los contaminantes en los cursos de agua o la infiltración en las aguas subterráneas.
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Reducción de las volatilizaciones: Pretende suprimir las corrientes de aire, para evitar la volatilización de compuestos orgánicos. Los métodos incluyen la reducción del volumen de poros del suelo, mediante la adición de agua, o por compactación o el sellado de la capa superficial del suelo mediante coberturas (con membranas sintéticas, arcillas, asfalto, cemento,etc.). Control de lixiviados: El objeto es impedir la dispersión de contaminantes a través de las aguas recogiendo los lixiviados procedentes del suelo contaminado en aquellas situaciones en que ello sea posible, como en vertederos controlados de residuos sólidos urbanos. Otro sistema de control consiste en el bombeo de las aguas subterráneas afectadas por la lixiviación de los contaminantes. 1.6.3. RECUPERACIÓN La elaboración de un plan de saneamiento precisa una cierta delimitación del resultado mínimo a alcanzar. Se dividen en dos tipos de tratamiento y/o recuperación de suelos en dos grandes grupos: A. Tratamiento IN SITU Que implican la eliminación de los contaminantes sobre el propio terreno, sin remoción del mismo. El tratamiento de un suelo contaminado sin necesidad de modificar su situación presenta múltiples ventajas sobre el caso contrario. Lógicamente, el impacto ambiental inducido es bajo, pues el tratamiento solo implica la instalación del equipo adecuado, los costes económicos suelen ser muy competitivos y en principio son métodos fácilmente aplicables a diversas situaciones. Los inconvenientes se centran en la incertidumbre sobre los resultados reales. a. Biodegradación in situ Persigue la transformación de sustancias potencialmente peligrosas en productos inocuos por activación de los procesos biológicos naturales
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o mediante microorganismos específicos para cada contaminante. Las dificultades estriban en: o Adaptar especies no nativas o Insuficiente nivel de oxígeno disuelto (incrementable mediante bombeo). o Humedad y permeabilidad del suelo suficientes para permitir la movilidad de los microorganismos. o Temperatura. o Déficits de nutrientes (adicionables en caso de deficiencias). o pH del suelo (>5,5). o Factores de inhibición del crecimiento. o Productos secundarios de la biodegradación. b. Vitrificación La vitrificación es un proceso donde el suelo y los contaminantes se funden en una matriz vítrea mediante la creación de un campo eléctrico entre dos electrodos enterrados. La resistencia del terreno al paso de la corriente genera temperaturas suficientes para fundir el suelo. Los componentes no volátiles se integran en la matriz vítrea, mientras que los constituyentes orgánicos son destruidos en un proceso parecido a la pirólisis. Los gases que evaporan pueden ser recogidos en una campana instalada en la superficie del terreno. El proceso se favorece con bajos contenidos de humedad, pudiendo utilizarse en suelos saturados, pero con un alto coste, siendo necesaria una disponibilidad de electricidad suficientemente alta y un equipo técnico adecuado. c. Degradación química Consiste en la adición de una sustancia química para inducir la degradación química. Existen tres tipos de degradación: o Oxidación mediante aireación o adición de agentes oxidantes. o Reducción por adición de agentes reductores.
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o Polimerización de ciertas sustancias orgánicas mediante la adición de hierro y sulfatos. Los factores que controlan la eficacia del sistema son: el tipo de contaminante, las características del suelo (permeabilidad para la inyección de aditivo, arenas o materiales no finos para facilitar su mezclado in situ, la presencia de obstáculos subterráneos que impidan el mezclado superficial, profundidad de la contaminación del suelo y la posible generación de contaminantes más tóxicos que los originales. d. Estabilización / solidificación Consiste en mezclar el suelo contaminado con un medio de fijación conformando una masa endurecida y poco permeable en la que se inmovilizan los contaminantes. Puede realizarse in situ o en suelos extraídos. Los factores que controlan la eficacia de estos tratamientos son: el tipo se duelo y distribución del tamaño de las partículas, el alto contenido en materia orgánica, aceites y grasas en cantidades superiores al 1%, el uso potencial de materiales estabilizantes / solidificantes, la aceptación legislativa, el impacto generable a largo plazo, así como la presencia de cromo, mercurio, plomo, plata u otras sustancias transformables por oxidación en formas más tóxicas y/o móviles. e. Lavado del suelo Consiste en la adición de agua, por inyección superficial o subsuperficial con un aditivo químico que favorezca la disolubilidad de los contaminantes movilizándose éstos en el medio de extracción. El líquido resultante es recogido mediante sistemas de drenajes o por pozos de bombeo, pudiendo en algunos casos recuperarse los aditivos empleados. La eficacia estará determinada por la presencia de otros contaminantes no considerados, de la variabilidad de las concentraciones en el espacio y del conocimiento de la dinámica de flujo de la mezcla de lavado.
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f. Aireación del suelo. Este es un método de extracción basado en el movimiento de los vapores a través del suelo mediante una diferencia de presión generadas por bombeo de aire desde el exterior que tras circular a través del espacio contaminado, es evacuado por el poza de extracción para su liberación o tratamiento. Los factores clave a considerar e la aplicación de esta técnica son las propiedades fisicoquímicas del contaminante (presión de vapor, solubilidad, densidad, etc.) las características del suelo y las condiciones particulares del lugar de vertido. Se trata de una técnica de muy amplias posibilidades dadas sus características de facilidad de instalación y operación, bajos costes y mínimo impacto. B. Tratamiento EX SITU En los que se produce la movilización y traslado del suelo a instalaciones de tratamiento o confinación. Entre las ventajas de estas técnicas destaca su efectividad, en cuanto que el suelo contaminado es físicamente eliminado y se optimiza el proceso de tratamiento al homogeneizarse el suelo tras su excavación. Además, se puede controlar el proceso y la bondad del tratamiento por sus resultados y actuar con independencia de factores externos (clima, hidrología, etc.). Sin embargo, se plantean también inconvenientes, especialmente de tipo económico que limita la posibilidad de tratamiento de grandes volúmenes. Son métodos más experimentados que lo in situ aunque todavía sujetos a un continuo proceso de desarrollo y mejora de resultados. a. Tratamiento químicos Consisten en tratamientos similares a los explicados en el apartado de degradación in situ, pero que en este caso presentan mejores eficiencias de tratamiento al homogeneizarse el suelo con el reactivo controlándose el proceso.
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b. Degradación biológica (compostaje) Este
sistema
de
tratamiento
persigue
la
transformación
de
contaminantes altamente tóxicos en sustancias asimilables por la naturaleza mediante procesos metabólicos de microorganismos específicos para los diferentes tipos de contaminación. El suelo contaminado se extiende en capas finas para optimizar la admisión de oxígeno, o se emplean sistemas más sofisticados que implican un control de parámetros como humedad, temperatura y contenido de oxigeno (compostaje). Para la efectiva metabolización de los contaminantes se requiere que estos
sean
susceptibles
de
su
biodegradados,
aerobia
o
anaerobicamente y unas instalaciones que posibiliten controlar las condiciones del suelo (contenido en humedad, permeabilidad, temperatura, nutrientes, pH,…), obteniéndose buenos resultados con suelos arenosos, arcillosos y turbosos. Debe existir un control y medidas de seguridad para evitar una potencial migración de los contaminantes hacia aguas subterráneas y una posible emisión aérea. c. Destrucción térmica El principio de la destrucción térmica o incineración es someter el suelo contaminado a altas temperaturas para que los contaminantes se evaporen y sean destruidos por combustión en un postquemador. El método requiere la depuración de los gases y el depósito de los productos sólidos residuales. Este sistema es aplicable para muchos contaminantes, aceites y petróleo, por ejemplo, disolventes clorados y no clorados, PAM y cianuros. d. Extracción o lavado del suelo Es un sistema de tratamiento en el que se trasladan los contaminantes del suelo a un líquido, movilizándose así los contaminantes absorbidos en las partículas de suelo. Los factores a considerar para la utilización de este sistema de tratamiento son: las características de los contaminantes, las
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características del suelo, la cantidad de suelo a tratar, las variaciones en la concentración del contaminante, el uso previsto para el suelo tratado y el tratamiento y la eliminación de las aguas residuales. e. Depósito de seguridad Supone el confinamiento de los residuos en un ambiente subterráneo seguro, previsto de algún tipo de sistema de impermeabilización y de sistemas de recolección de lixiviados y escorrientias superficiales. Este tratamiento consiste en la consideración del suelo contaminado como un residuo tóxico y peligroso con destino en vertedero de seguridad. Las condiciones de tratamiento serán: tipo de contaminante (problemas con sustancias reactivas, corrosivas, etc., que cambian a lo largo del tiempo) disponibilidad de emplazamiento adecuado, diseño del sistema de impermeabilización y aceptación pública y administrativa.
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CAPITULO II COMPOSTAJE 2.1.
QUE ES EL COMPOSTAJE
Es una técnica que imita a la naturaleza para trasformar (de forma más acelerada) todo tipo de restos orgánicos, en lo que se denomina compost o mantillo, que tras su aplicación en la superficie de nuestra tierra se ira asociando al humus, que es la esencia del buen vivir de un suelo saludable, fértil y equilibrado en la naturaleza. Esta técnica se basa en un proceso biológico, que se realiza en condiciones de fermentación aerobia (con aire), con suficiente humedad y que asegura una transformación higiénica de los restos orgánicos en un alimento homogéneo y altamente asimilable por nuestros suelos. En este proceso biológico intervienen la población microbiana como son las Bacterias, Actomicetos, y Hongos que son los responsables del 95% de la actividad del compostaje y también las algas, protozoos y cianofíceas. Además en la fase final de este proceso intervienen también macroorganismos como colémbolos, ácaros, lombrices y otros de otras muchas especies. El compostaje se ha efectuado desde tiempos remotos y se conoce con diferentes nombres. Hay muchas formas de desarrollarlo. En la actualidad existen grandes plantas industriales de compostaje que se nutren de los residuos de ciudades o zonas altamente pobladas donde se comienza a organizar la recogida selectiva de basuras. En estas grandes plantas de compostaje industrial se utilizan tanto los residuos orgánicos de alimentos, agrícolas, ganaderos, forestales y lodos extraídos de las depuradoras de aguas residuales. Pero también se está extendiendo en zonas rurales el compostaje doméstico y el colectivo. En nuestras zonas rurales, a pesar del retroceso de la ganadería, de la agricultura y de la selvicultura, se está produciendo una gran expansión de zonas urbanizadas de viviendas unifamiliares con jardines y huertos. En ellas se generan importantes cantidades de variados restos vegetales que junto a
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los restos orgánicos de alimentos o de cría de animales son un gran recurso que podríamos aprovechar tanto en cada vivienda como colectivamente con las técnicas de compostaje. 2.2.
LAS VENTAJAS DEL COMPOSTAJE
1. Ahorraremos en abonos. Haciendo compost con nuestros restos no necesitaremos comprar abonos ni sustratos, ya que los tendremos en casa gratis y de gran calidad. 2. Ahorraremos en recogida de basuras. Se estima que entre el 40 y el 50% de una bolsa de basura doméstica está formada por desechos orgánicos. Es un gasto absurdo pagar porque se recojan, trasladen y amontonen para que se pudran o ardan estos restos y los de las podas y siegas del césped pudiéndolos transformar en un rico abono en nuestra propia casa o entorno inmediato con el consiguiente ahorro. 3. Contribuiremos a reducir la contaminación. Cuanto más cerca aprovechemos los restos orgánicos más se reducirá el consumo de combustibles para el transporte, habrá menos acumulación de desechos en vertederos y contribuiremos a una notable reducción de sustancias tóxicas y gases nocivos en los mismos, puesto que en los vertederos los restos orgánicos se pudren (sistema anaerobio), envueltos con todo tipo de materiales inorgánicos. Por supuesto que también evitaremos la contaminación producida al quemarlos. 4. Mejoraremos la salud de la tierra y de las plantas. El compost obtenido de nuestros desechos orgánicos se pude emplear para mejorar y fortalecer el suelo del césped, de los arbustos, de los árboles y del huerto, con una calidad de asimilación incomparablemente superior a la de sustancias químicas o sustratos de origen desconocido que compramos, ya que el compost vigoriza la tierra y favorece la actividad de
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la vida microbiana, evita la erosión y el lixiliviado de los nutrientes y en general potencia y favorece toda la actividad biológica de los suelos, que es la mejor garantía para prevenir plagas y enfermedades en los vegetales. 2.3.
QUE RESTOS ORGANICOS PODEMOS COMPOSTAR
Todo lo que empleemos influirá de una u otra forma a lo largo de todos los procesos que se irán produciendo. Por eso hemos de adoptar la precaución de no incluir nunca en el compostaje elementos tóxicos o nocivos. El siguiente listado facilitará la selección. Materiales orgánicos compostables sin problemas
Plantas del huerto o jardín
Hierbas adventicias o mal llamadas "malas hierbas", (mejor antes de que hagan semillas)
Estiércol y camas de corral
Ramas trituradas o troceadas procedentes de podas (hasta unos 3 centímetros de grosor)
Matas y matorrales
Plantas medicinales
Hojas caídas de árboles y arbustos (evitando las de nogal y laurel real)
Heno y hierba segada
Césped (en capas muy finas y previamente desecado)
Mondas y restos de frutas y hortalizas
Restos orgánicos de comida en general
Alimentos estropeados o caducados
Cáscaras de huevo (mejor trituradas)
Posos de café (se pueden incluir los filtros de papel)
Restos de infusiones (las que va en sobre si él)
Servilletas y pañuelos de papel (no impresos ni coloreados); mejor reciclarlos
Cortes de pelo (no teñido)
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Lana en bruto o de viejos colchones (en pequeñas capas y mezclado)
Restos de vino, vinagre, cerveza o licores
Aceites y grasas comestibles (muy esparcidos y en pequeña cantidad)
Cáscaras de frutos secos
Materiales compostables con reservas o limitaciones
Pieles de naranja, cítricos o piña (pocos y troceados)
Restos de carnes, pescados, mariscos, sus estructuras óseas y caparazones
Patatas estropeadas, podridas o germinadas
Cenizas (espolvoreadas y prehumedecidas)
Virutas de serrín (en capas finas)
Papel y cartón (sin impresión de tintas en colores); mejor reciclarlos
Trapos y tejidos de fibra natural (sin mezclar ni tintes acrílicos)
Ramas y hojas de tuya y ciprés (muy pocas, troceadas y prehumedecidas)
No añadir nunca al compost
Materiales químicos-sintéticos
Materiales no degradables (vidrio, metales, plásticos)
Aglomerados o contrachapados de madera (ni sus virutas o serrín)
Tabaco (cigarros, puros, picadura), ya que contiene un biocida potente como la nicotina y diversos tóxicos
Detergentes, productos clorados, antibióticos
Para quienes se interesen por un compostaje ecológico además deberán evitar materiales que puedan contener fungicidas, herbicidas y cualquier tipo de pesticidas porque siempre dejan algún rastro.
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2.4.
COMO ELABORAR EL COMPOST
Hay diferentes técnicas para compostar. Cada cual debe elegirla según el tipo de restos orgánicos de los que dispone, de la cantidad y de la relación entre esta y el tiempo que tarda en producirse. El procedimiento a seguir es el que nos enseñan los diferentes ecosistemas naturales. Para ello recordemos siempre como funciona la vida del suelo viendo el siguiente perfil:
Proceso de formación de los suelos. 1. Roca Madre; 2. Influencia sobre la roca de los cambios de temperatura, viento; 3. Acción del agua y de sus sales minerales; 4. Acción de los seres vivos; 5. Acción conjunta de todas las materias orgánicas e inorgánicas.
Como se puede apreciar en esta imagen un suelo fértil y el más lleno de vida (5) es el ejemplo a seguir en las técnicas de compostaje. Los elementos orgánicos que han acabado su ciclo de vida caen en la superficie del suelo. Entre la capa más superficial y la más profunda de este perfil y cercano a la más superficial podemos encontrar el humus que es el almacén de las sustancias nutritivas para las plantas en el subsuelo. El humus es el resultado final y permanentemente cambiante de la compostación de todos los materiales orgánicos y vegetales que se van depositando en la superficie de nuestros suelos. En palabras de Mariano Bueno "El humus es la clave de la fertilidad, es el estado intermedio entre vida orgánica y minerales inertes". El compostaje que nos proponemos hacer consiste en crear una serie de condiciones para que en el lugar donde elijamos actúen los microorganismos
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y los macroorganismos a sus anchas y de la forma más cómoda y apetecible posible. En todas las técnicas de compostaje hay una serie de elementos invariables a tener en cuenta, que son: la relación C/N, el pH, la humedad, el aire y la temperatura. 2.4.1. La relación entre carbono y nitrógeno C/N. En el compost conviene incluir y mezclar restos orgánicos y vegetales muy diversos y diferentes. Para su activación y para conseguir una composición equilibrada hemos de atender la relación de dos elementos que contienen todos ellos: el carbono (C) y el nitrógeno (N) y la relación se expresará en C/N. Hay quienes plantean que la relación más apropiada para un compost equilibrado se establece en torno a un 25/1 o 35/1 y hay quienes la elevan a 45/1 y 60/1. La relación C/N original varía con respecto a la final en función de diferentes factores. A continuación se plantea una lista de estas relaciones de diferentes restos orgánicos y vegetales. Niveles altos de Nitrógeno
Orines: 1/1
Estiércol de aves y deyecciones frescas de animales: 5-15/1
Purín de ortigas y ortigas frescas: 3-15/1
Césped recién cortado: 10-20/1
Plantas leguminosas recién cortadas: 10-20/1
Abonos verdes antes de la floración y maduración de semillas: 1020/1
Restos vegetales frescos:10-20/1
Posos de café:20/1
Restos de cocina: 15-25/1
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Equilibrados en C y N
Consuelda, ortigas: 15-30/1
Estiércol de oveja o caballo con cama de paja: 20-30/1
Hierbas al final del ciclo vegetativo: 20-30/1
Hojas de árboles frutales y arbustos: 20-35/1
Estiércol de caballo con cama de paja: 20-40/1
Ramas de poda primaveral, trituradas finas o medianas: 25-40/1
Residuos de cultivo de champiñón: 30-40/1
Niveles altos de Carbono
Serrín: 500-1000/1
Papel y cartón: 150-300/1
Cañas de maíz secas: 100-150/1
Paja de trigo: 100-130/1
Sarmientos: 85/1
Turbas: 40-100/1
Agujas de pino: frescas 30/1, secas 150/1
Ramas de poda otoñal y las muy gruesas: 30-80/1
Paja de avena, centeno y cebada: 50-60/1
Hojas de haya, roble y frondosas: 50-60/1
Es importante que el compost contenga una considerable cantidad de materiales con alto contenido en celulosa y lignina (paja, ramas, hojas…), pues aunque su descomposición es más lenta también son mejores precursores del humus. 2.4.2. El pH (acidez y alcalinidad). La expresión numérica del pH del agua pura es de 7 en una escala de 0 a 14; por encima de esta cifra se consideran soluciones alcalinas o básicas y por debajo soluciones ácidas. Elementos ácidos en el compostaje son las hojas de arbustos de tierras ácidas, las agujas de pino, las cortezas de cítricos; ante estos restos las bacterias y lombrices apenas actúan y son los hongos los que más intervienen.
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En un compostaje variado y bien mezclado, con una relación C/N equilibrada, no hay porqué preocuparse del pH. 2.4.3. La humedad. El grado de humedad aconsejable de los materiales que comienzan el proceso del compost está entre el 30 y el 80%. Hay que tener en cuenta que cada material que forma parte del compost tiene un grado de humedad inicial diferente y que según se vaya descomponiendo también se irá homogeneizando. Los niveles de humedad óptimos para un compost en su fase de maduración se suele situar entre el 40 y el 60%. El exceso de humedad produce compactación de los materiales, falta de aireación y por lo tanto putrefacción y lixiliviados (líquidos). Está situación impide la acción de los microorganismos aeróbios. La falta de humedad ralentiza el proceso de descomposición y también puede producir compactación. 2.4.4. La aireación. La garantía de un buen compost está en que se produzca en condiciones aerobias, en presencia de aire, es decir oxígeno. Una aireación excesiva desecará los restos y una insuficiente producirá putrefacción y elementos tóxicos, lixiliviados y malos olores. La cantidad de oxígeno también varía en función de los materiales a compostar y del momento de la descomposición. En el momento inicial sería conveniente mantener espacios aireados en relación al volumen de entre el 50 y el 60%. Con la descomposición esta relación irá disminuyendo hasta relaciones menores del 10% de aire en el volumen total de lo que se composta. 2.4.5. La temperatura. Con los niveles de humedad y aireación señalados y si el volumen de restos es suficientemente grande comenzará una elevación de temperaturas al
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cabo de algunos días. Esta variación de temperaturas también dependerá de la temperatura ambiente y de la forma del compostaje. Las temperaturas del compostaje pueden elevarse hasta los 70º aunque no es recomendable pues superando los 65º comienzan a morir gran cantidad de bacterias y microorganismos beneficiosos para el proceso. En cada rango de temperatura intervienen diferentes poblaciones microbianas y son muy pocas las que intervienen en casi todos ellos.
2.5.
TECNICAS DE COMPOSTAJE
Las técnicas de compostaje las podríamos dividir en tres grupos principales: En superficie, en montón y en silos-compostadores. a. Compost en superficie.
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Consiste en esparcir sobre el terreno (nunca enterrar, ni envolver), una delgada capa de material orgánico (de menos de 10 cm.), dejándolo descomponerse y penetrar poco a poco en el suelo. Según se va dando el proceso natural de incorporación al suelo se esparcen nuevos restos en un proceso continuo. Cuanto más desmenuzado esté más rápida será la absorción pero también más rápidamente se perderán algunos nutrientes. En zonas como las nuestra y en épocas no muy calurosas se puede depositar sin ningún tipo de protección. En situaciones de menor humedad ambiental y precipitaciones o altas temperaturas es mejor cubrirlos con una delgada capa de paja picada, hierba, coníferas, etc. Este compostaje se emplea fundamentalmente en los huertos y sirve de acolchado de la tierra que a su vez impide la evaporación de humedad y el nacimiento de hierbas no deseadas e incluso protege de heladas en épocas frías. Los organismos vivos del suelo son los que irán dando buena cuenta de los restos esparcidos y se encargarán de incorporarlos en los diferentes niveles del suelo. El compostaje en superficie tiene sus limitaciones de uso en huertos, pues algunos cultivos como las judías y las zanahorias no admiten bien este tipo de fermentación. Aún así esta dificultad se puede superar con una adecuada distribución de las plantas y de este tipo de compostaje en el huerto. Otra forma de compostaje en superficie consiste en sembrar leguminosas y otras especies (algunas crucíferas como las mostazas), para luego segarlas o triturarlas dejándolas sobre la superficie. b. Compost en montón. Cuando hay una cantidad abundante y variada de residuos vegetales y orgánicos (sobre 1m3 o superiores), se puede llevar a cabo este tipo de
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compostaje que a su vez tiene una gran cantidad de variantes y de las que proponemos algunas. >
Compostaje de podas vegetales
Después de acumular restos vegetales de todo tipo, se trituran estos y se mantienen sumergidos en agua en alguna alberca o bidón, durante 24 o 48 horas –según grosor- Después se agrupan en montón de 2x2x1,5 m. y se mantiene durante 21 días. Posteriormente se deshace este montón y se vuelve a rehacer en forma piramidal de 2,2m de base por 1,6m de altura y la longitud que nos imponga la cantidad de residuos, y se cubre con 2 ó 3 cm. de tierra o arena y a su vez protegido por ramas o pinocha, durante al menos 90 días. >
Compostaje residuos vegetales y estiércol
Se trituran los residuos y se remojan durante 3 días. Se recolectan hierbas aromáticas en toda la variedad posible y se remojan a su vez durante 24 horas. Después se hace un montón de capas alternas de 15 cm de residuos vegetales, otra de estiércol de oveja o caballo y una tercera de las hierbas aromáticas. Se suceden esta serie de capas hasta alcanzar una altura de unos dos metros y se deja durante 21 días. Después se deshace y se vuelve a rehacer en forma piramidal de 2,2 m de base por 1,6 m de altura y se deja 90 días. >
Compostaje de coníferas
Se trituran las ramas y junto a las hojas se ponen a remojo durante siete días. Se sacan y se amontonan durante 21 días. Se deshace el montón y se vuelve a rehacer con forma trapezoidal de 2,2 m de base por 1,6 m de alto y 1,1 m de anchura menor, se cubre con una capa fina de tierra y otra superior de ramas y se mantiene durante 90 días. Resulta muy aconsejable regar periódicamente con purín de ortigas para activar la lenta descomposición.
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Compostaje de hojas
Se hace un montón con series de capas que comienzan con de 25 cm. de hojas, otra de dos dedos de ramas trituradas, se le monta otra de residuos de cocina o cortes de césped y después otra de hojas. Siempre la última capa será de hojas. Se cubre el montón con tierra para evitar que se vuelen las hojas y al cabo de un mes lo mezclaremos y airearemos. c. Compost en cajoneras o silos. Muy indicado para cantidades domésticas de residuos orgánicos de alimentos, jardín y pequeños huertos. Se pueden emplear compostadores comercializados de todos los tamaños y materiales o construirlos respetando unas sencillas indicaciones. Hay una variante de este compostaje (lombricultura o vermicompostaje), que se desarrolla con la ayuda de una especie de lombriz denominada roja de California (Eisenia foetida), que es muy voraz, pero que no vamos a tratar en este manual. La cajonera o silo es muy sencilla de preparar. Un cajón hecho de cualquier tipo de material con un volumen suficiente como para contener todos los residuos orgánicos que vayamos produciendo durante al menos cuatro meses. No tiene fondo ya que es fundamental el contacto directo entre la tierra y los restos; deberá tener orificios de ventilación por todos sus caras. La parte superior la cubriremos para controlar mejor la humedad aunque también conviene que tenga pequeños orificios de ventilación y entrada de algo de humedad ambiental; Por esta parte se verterán los residuos. Una de sus caras laterales estará preparada para abrirse y poder acceder mejor al montón. En la parte inferior de este lateral incorporaremos una pequeña trampilla por donde poder sacar el compost ya preparado. El compostaje en estas cajoneras o silos puede funcionar de forma continua respetando las condiciones de humedad y aireación que indicábamos más arriba.
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El funcionamiento es muy simple. El olor desagradable (no confundirlo con el olor habitual de cada tipo de los restos orgánicos), nos indicará compactación, exceso o falta de humedad y falta de aireación que se resolverá volteando los residuos. Si observamos que comienzan a aparecer una coloración excesivamente blanquecina (presencia de gran cantidad de hongos filamentosos), estaremos ante un defecto de humedad que se resolverá remojando los residuos. Si tenemos cuidado de ir mezclando los residuos más acuosos con los menos acuosos y los más nitrogenados con los menos, nunca nos dará problemas. Es conveniente que antes de asentar el compostador descastemos la vegetación de la base que vaya a ocupar. También al inicio de la actividad es conveniente que pongamos sobre el suelo que previamente hemos desnudado de vegetación, unas ramas de arbustos delgadas para facilitar la aireación inicial y algo de compost maduro para acelerar la activación de la descomposición. Hay otro tipo de compostaje en cajonera o silo basada en sucesivos volteos de los residuos. En alguno de ellos se utilizan dos o tres espacios en los que se van volteando y rehaciendo los montones de forma progresiva. En este sistema se necesitan residuos de mayor contenido en nitrógeno pues se va perdiendo en los sucesivos volteos. 2.6.
COMO EMPLEAR EL COMPOST
El compost se puede utilizar en cualquier momento de su elaboración. Otra cuestión es qué aporta a la tierra en cada fase de su proceso de descomposición y dónde y cómo aportárselo. Para dosificar su distribución además de diferenciar entre su uso en huertos, árboles o arbustos y césped, hemos de conocer un poco la salud y el vigor del suelo y fundamentalmente su estado de actividad biológica y su contenido en materia orgánica y por tanto en humus. Los materiales sin fermentar, recién amontonados, no están en condiciones de incorporarse al ciclo de nutrientes de la tierra o las plantas. Pero pueden
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servir como acolchado de la tierra o del propio compost maduro, y con el tiempo y la actividad de los microorganismos se irá incorporando al proceso de humidificación. Es el momento de mayor presencia de nutrientes y también el de menor asimilación de los nutrientes para los suelos y las plantas. El compost fresco puede tener algunas semanas o varios meses pero en él se puede apreciar la actividad de macroorganismos como lombrices, cochinillas y otras especies. También se pueden reconocer aún algunos restos porque sólo están parcialmente descompuestos. Este compost joven no tiene por qué desprender malos olores.
Puede ser parcialmente
aprovechado por las raíces pero hemos de evitar que sus partes no descompuestas entren en contacto con las raíces pues contienen aún sustancias inhibidoras y además si se entierran pueden producir putrefacciones y elementos tóxicos por falta de oxígeno. Debe ser utilizado exclusivamente en superficie, tiene un valor fertilizante elevado y favorece a los microorganismos del suelo. Nunca se debe enterrar y según las condiciones ambientales conviene protegerlo con un acolchado en su uso en huertos. El compost maduro. Puede tener de entre varios meses a un par de años. Apenas se apreciará presencia de lombrices y los restos orgánicos ya no son reconocibles porque están perfectamente descompuestos. Tiene una estructura homogénea, un olor agradable y un color prácticamente negro. Se puede utilizar en cualquier tipo de planta sin riesgo a producir inhibiciones u otro tipo de efectos negativos en su crecimiento. Su poder fertilizante es inferior con respecto a un compost joven puesto que muchos de sus elementos han desaparecido en el proceso de descomposición. Su uso es muy adecuado en tierras arcillosas y pude emplearse en cobertura o ligeramente mezclado con las capas más superficiales de la tierra. El compost viejo. También se le denomina mantillo. Siempre tiene más de un año y está en la fase de mineralización. Se puede mezclar con la tierra e incluso enterrar y su acción es más eficaz en tierras pesadas.
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El purín de compost. Para usos puntuales de fertilización de algunas plantas o activación del propio compost, se puede utilizar el purín de compost que es simplemente la extracción líquida de muchos de los componentes sólidos del compost. Para hacerlo se comienza por poner a macerar una proporción de compost maduro y agua en relación de peso y volumen de compost y agua de 1/10 o de 3/10, dependiendo de la fuerza que pretendamos obtener. Se deja macerar durante un mínimo de una semana, revolviendo al menos una vez al día. Después se filtra y el agua con los nutrientes su utiliza en forma de riego en la base de las plantas cuidando de no mojar las hojas ni los tallos. Los sólidos sobrantes se pueden echar al compostaje o distribuirlos en cobertura. Uso en semilleros y en macetas. Para preparar este tipo de sustrato conviene mezclar una parte de compost maduro y tres de tierra. Para evitar inhibiciones en la germinación o en desarrollo de las raíces de las plantas, el compost debe ser maduro. 2.7.
CONSEJOS VARIOS
2.7.1. Tamaño de los restos. Los restos de podas de arbustos y ramas conviene triturarlos en trozos lo más pequeños posibles. La razón es acelerar su descomposición. Aunque no los troceemos también se descompondrán pero más lentamente y además puede ser que entre ellos se creen huecos demasiado grandes donde se produzca una excesiva aireación y paralización de la actividad de los microorganismos por falta de humedad. La falta de trituradoras podemos compensarla con el uso de motosierra, segadora, desbrozadora, motocultor o simplemente herramientas manuales. 2.7.2. Acelerantes de la descomposición. Los materiales con un alto contenido en nitrógeno son buenos acelerantes del compost y ya os hemos facilitado una tabla donde se pueden apreciar mejor cuales son. Aún así hay ocasiones en que podemos incorporar otros
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activadores como compost maduro, un manojo de ortigas o en purín, o simplemente orines, suena feo pero son efectivos y no crean ningún problema higiénico ni sanitario en el compost. Para preparar el purín de ortigas se introducen en un recipiente de cristal, de madera o de hierro, entre ochocientos gramos y kilo de las partes aéreas de las ortigas (nunca rizomas), con 10 litros de agua, o una proporción similar. Se cubre la boca del recipiente con algún material que le deje respirar y se revuelve todos los días y a ser posible varias veces al día. Irá produciéndose una fuerte espuma que irá disminuyendo y a partir de ocho o diez días casi ya no la producirá. Eso depende de la temperatura ambiental, de la cantidad de volteos y de las propias ortigas. Después de eso se cuela el purín y se guarda en un recipiente como los indicados. Para activar el compostaje se emplea en forma de riego, diluido al 10%. 2.7.3. Restos de comidas. Para manejar más cómodamente los residuos es aconsejable tener en la cocina un pequeño recipiente con tapa donde los vamos guardando y cuando llenamos el recipiente lo vaciamos en el compostador o en el montón de compostaje. Depende de nuestra dieta podemos producir más o menos restos de carne, pescado o salsas. Conviene que este tipo de restos los desperdiguemos en el sistema de compostaje que empleemos y que además los cubramos siempre con una fina capa de cenizas de leña, serrín, restos vegetales o un poco de tierra para neutralizar su fuerte olor. Hemos de saber que las encargadas de descomponer inicialmente estos restos son larvas de moscas, que desaparecen en muy pocos días, por lo que no nos asustaremos al verlas. Los restos de peladuras de verduras o frutas se pueden añadir al compost sin triturar pues con ello se favorece una mejor aireación. El agua de cocción de cualquier producto que no vayáis a utilizar también se puede echar al compost.
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También se pueden compostar cualquier comida preparada o envasada que se haya deteriorado. Vigilar esas pequeñas pegatinas que ahora ponen a cada pieza de fruta, verdura e incluso fruto seco pues no es recomendable que vayan al compostaje. El aceite de freír se puede incorporar pero en muy pequeñas cantidades y siempre esparcido por la mayor superficie posible. Si tenemos papel de cocina o servilletas de papel (no tintadas) inservibles, u otro tipo de papel o cartón acanalado (en pedazos pequeños), pueden servirnos para absorber el aceite sobrante que queramos compostar. Su descomposición es extremadamente lenta y recomendamos su reciclaje por otros medios como la recogida selectiva. Se pueden compostar espinas, huesos, caparazones, corchos, huesos de fruta y cáscaras de frutos secos, pero si no los trituramos les costará mucho descomponerse. Si los echamos sin trocear cada vez que cribemos el compost terminado, podemos devolver estos restos a compostador pues activarán a los otros más frescos. 2.7.4.
Césped.
Los restos de siega de hierba contienen una gran cantidad de humedad y ello propicia su compactación. Para emplearlos hemos de tener cuidado en mezclarlos con otros restos más secos como paja, hojas, triturado de podas, cartón o papel (no tintados), o también extenderlos para que se oreen y después se podrán emplear con los restos de comida o vegetales más frescos. En todo caso hemos de emplearlos en el compost en capas delgadas o bien mezclados con otros restos.
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CONCLUSIONES
La contaminación es una de los problemas que nos aqueja, como sabemos hay factores, causas que influyen pero por ese motivo debemos recapacitar y cuidar nuestro medio ambiente para así dejar un ambiente libre de contaminación.
Cuidemos nuestro medio ambiente y así podremos respirar un ambiente libre de tanta contaminación.
Esperemos que con este trabajo les hayamos ayudado para la buena distribución y organización de los residuos sólidos, en especial de la materia orgánica que como ya les explicamos es muy buena para elaborar compost.
nos damos cuenta que el compost es un buen abono para las plantas, es así que podemos darle un uso adecuado a nuestra materia orgánica y beneficiarse con el producto de ello (compost).
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REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
http://html.rincondelvago.com/composta.html
http://www3.uclm.es/profesorado/giq/contenido/dis_procesos/tema8.pdf
http://html.rincondelvago.com/suelo_contaminacion-y-tratamiento.html
http://www.monografias.com/trabajos31/contaminacionsuelo/contaminacion-suelo.shtml
https://es.wikipedia.org/wiki/Contaminaci%C3%B3n_del_suelo
https://www.inspiraction.org/cambioclimatico/contaminacion/contaminacion-del-suelo
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ANEXOS CAPITULO I. CONTAMINACION DEL SUELO
IMAGEN 1. ACUMULACION DE RESIDUOS SOLIDOS
IMAGEN 2. CONTAMINACION POR MINERIA
IMAGEN 3. CONTAMINACION POR PESTICIDAS
IMAGEN 4. CRECIMIENTO DEMOGRAFICO
IMAGEN 5. RESIDUOS TOXICOS
IMAGEN 7. CONTAMIACION POR INDUSTRIAS
IMAGEN 6. TALA Y QUEMA DE BOSQUES
IMAGEN 8. SOBREPASTOREO
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CAPITULO II. COMPOSTAJE
IMAGEN 9. COMPOSTAJE EN MONTÓN. EL COMPOST YA SE ENCUENTRA MADURO.
IMAGEN 10. SILO-COMPOSTADOR, CONSTRUIDO CON PALETS RECICLADOS.
TABLA 1. COMPOSTAJE Estado de la materia orgánica Peso aproximado (Ejemplo 10kg) Proporción de agua Relación C/N
Materia orgánica fresca
Inicio de la descomposici ón
Semidescompuesta Compost fresco (23meses)
Descompuesta Compost maduro (6-9meses)
Mineralización Compost viejo de un año)
10kg
8kg
6kg
4kg
2kg
70-85%
40-50%
30-40%
20-30%
<20%
80/1 (muy variable)
30-45/1
30-45/1
15-20/1
Muy variable
(más
Estado, forma o presentación
Usos recomendables
Como acolchado en capas de unos 10cm. No enterrar. Aún no alimenta a los cultivos.
Sobre la tierra, protegido con paja o hierba. No enterrar.
Sobre la tierra o ligeramente mezclado. Aún no alimenta los cultivos.
Se puede mezclar con la tierra o enterrar. Ya alimenta directamente a los cultivos.
Usos en función del tipo de suelo
Tierras pedregosas o muy arenosas
Tierras francas
Tierras arcillosas
Tierras pesadas
Tierras calcáreas, calientes y bien aireadas
IMAGEN 10. LOMBRICULTURA
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