Consecuencias Consecuencias de la desintegración y la exclusión social en el Perú Desde el primer grito de libertad, el Perú fue gobernado de acuerdo a intereses particulares, los cuales, no han mostrado una solidez en su organización política ni preocupación por el ciudadano común, es decir, no se hizo más que crear una sociedad desigual. Es por esto que el Perú es un país donde la desintegración se hace fuerte porque crea clases sociales, y ello, provoca discriminación y falta de identidad nacional. A raíz de esto esto,, en el paí país, s, sur surgen gen constante constantemen mente te dive diversa rsass diná dinámic micas as inte intercu rcultu lturale raless con las que no queremos tener algo en común. Con relación a esta confrontación, que provoca graves problemas sociales, en las siguientes líneas, abordaremos las consecuencias más relevantes y algunos hechos que revelan la existencia de este fenómeno en nuestra sociedad. La cercanía de mundos, tan distintos, que conviven en nuestro país -al hablar de mundos hace referencia a la gran diferencia que existe entre los ciudadanos de nuestro Perú y, por decirlo de algún modo, los que gozan de beneficios, y también de los excluidos- ahora es una mezcla. Sin embargo, autodenominarse indí in díge gena na es un una a ma mane nera ra de de desp spre reci ciar arse se.. La pr prin inci cipa pall co cons nsec ecue uenc ncia ia de es esta tass te tend nden enci cias as homogeneizadoras, con rango nacional, es que los campesinos han sido inculpados para contentar a la sociedad oficial y lavar su conciencia. "En el Estado, muchos indígenas han tenido el mismo destino por el simple delito de practicar sus costumbres". (Ossio 1991) La falta de cultura de la legalidad, el orden en el procedimiento y la normatividad, son algunas de las consecuencias que afectan el orden social. Una consecuencia real también es que el peruano no cree que la ley esta hecha para ser respetada. Esto genera un caos en la administración pública, en el comercio y demás actividades con normas establecidas. Por ello, el Perú presenta uno de los índices de inequidad más alttos del mundo en el desa al sarrro roll llo o que, sin du dud da, es signo de una soci cie edad div iviidi did da. Dentro de las consecuencias políticas y económicas, entre las cuales existe una relación muy estrecha, apreciamos claramente, como efecto de una sociedad desigual, la falta de comunicación entre los líderes políticos que están en el poder o intentan llegar a este con el fin de solucionar los graves problemas sociales soci ales,, así como seg seguir uir pertenec pertenecien iendo do a la clas clase e no exc exclui luida da o form formand ando o part parte e de ella ella.. Otra Otrass consecuencias, importantes en el ámbito económico, son los obstáculos que encuentran determinadas personas para participar plenamente en la vida social: con ingresos insuficientes, inseguridad en el empleo, falta de acceso a los recursos y exclusión del mercado de trabajo. La desint desintegraci egración ón social está condicionada, pero a la vez, también, condiciona las estructuras socioeconómicas y políticas del país, ya que está ligada a factores como la situación geográfica, la discriminación por cuestiones de género, casta o étnia. En conclusión, acercándonos a una parte del discurso del la Comisión de la Verdad y la Reconciliación CVR):”En un país en el que la exclusión social es tan absoluta que resulta posible que desaparezcan decenas de miles de ciudadanos sin que nadie en la sociedad integrada ,en la sociedad de los no excluidos, tome nota de ello”.Podemos afirmar que en el Perú de hoy, existe un amplio sector de la población históricamente ignorado por el estado y la sociedad -aquella que sí disfruta de los beneficios de la comunidad política-.Es imposible no argumentar que la sociedad en la que vivimos ,en la que intentamos desarrollarnos, no comparte un mismo interés en común, no apunta hacia un solo horizonte, e impide -como es evidente- un desarrollo en conjunto y equilibrado. A esto se suma la incapacidad del gobierno para recoger las propuestas del pueblo, así como retribuir los beneficios económicos a la población. El gobierno no puede olvidar a aquellos que forman parte de la nación-su esencia-, aunque sea una tarea ardua y difícil de cumplir, características propias de una sociedad que se sumerge en el subdesarrollo.
Julia Vicuña Yacarine SEMlac
“Nací cuando el choclo (maíz) estaba para cosechar. Como no lo celebraron, no sé exacto cuándo fue, pero mi mamacita decía que en ese mes es mi cumpleaños. No
tengo partida de nacimiento, no había plata para ir a inscribirme”, cuenta Dalia. Al igual que ella, un gran porcentaje de mujeres rurales de la costa, la sierra y la selva del Perú pasan su vida al margen del Estado y como herencia dejan sus hijas e hijos, muchas veces, la indocumentación. Aunque no se cuenta con datos exactos, el Plan Nacional de Restitución de la Identidad estimó que, hasta junio de 2005, había tres millones 411.113 personas indocumentadas. Un informe de la Defensoría del Pueblo señala que la indocumentación está estrechamente ligada a los problemas de la pobreza que atraviesa el país y a la violencia vivida anteriormente. “No se trata sólo de un problema de identificación, de tener o no el Documento Nacional de Identificación (DNI); se trata de un problema de exclusión de millones de personas que no existen para el estado y éste no existe para ellas”. Elena Villanueva, coordinadora del Programa de Desarrollo Rural del Centro Flora Tristán, dijo a SEMlac que, del universo de indocumentados, las mujeres de las zonas rurales, indígenas y amazónicas se encuentran en situación de mayor vulnerabilidad, por la discriminación de género. “En un estudio focalizado en seis departamentos, encontramos que más de 50 por ciento de la población femenina en zonas rurales carece de documentos de identidad”, afirma. Para algunas mujeres de la zona andina, la indocumentación es como “vivir en la oscuridad”, sostiene Tesania Velásquez, sicóloga del Estudio para la Defensa y los Derechos de la Mujer, DEMUS, en su investigación “Vivencias diferentes: la indocumentación entre las mujeres rurales del Perú”. “El DNI devuelve la luz, permite ver, devela la existencia negada. En la “ceguera” hay algo de ella que no está nombrada, que no es”, apunta. Para acceder al derecho a la identidad en Perú se requiere acumular “una cadena de documentos”, que se inicia con la inscripción en las Oficinas de Registro Civil al momento del nacimiento, hasta la obtención del DNI al cumplir los 18 años de edad. Pero la ruta de la documentación está llena de obstáculos para la población pobre y en extrema pobreza, en particular para las mujeres rurales. Los costos para obtener el DNI oscilan entre 20 y 100 nuevos soles (entre seis y 31 dólares) por el derecho a trámite, pago de fotografía y gastos de movilidad. Estos costos resultan exorbitantes para pobladores de algunas comunidades donde los jornales oscilan entre cinco y 10 nuevos soles diarios (1.58 y 3.17 dólares). La pobreza afecta a 78,4 por ciento de la población en el área rural y a 9,9 por ciento del área urbana. La pobreza extrema alcanza en las áreas rurales el 51,3 por ciento frente al 9,9 por ciento del área urbana. En la costa rural afecta a 50,8 por ciento de las mujeres, en la sierra rural a 47,2 por ciento y en la selva rural al 48,2 por ciento. A fin de plantear y ejecutar acciones concretas para sacar de las sombras de la indocumentación a mujeres de zonas rurales, indígenas y amazónicas, el Centro Flora Tristán emprendió la campaña piloto “Mujer saca tu DNI… Ahora te toca a ti”, que garantizó la gratuidad de los trámites y la presentación, únicamente, de la
partida
de
nacimiento.
“Cuando escuché en la radio que venia la campaña me alegré mucho. Mi esposo me apoyó y, con la venta de dos arrobas de papa (24 kilos), juntamos los cinco nuevos soles (dólar y medio aproximadamente) para tomarme la foto”, recuerda Eusebia, pobladora de la Asociación de Licenciados, en el Cusco, departamento situado en la región sur-oriental del Perú. Para Eusebia la vida cambió. “Ahora me siento más segura para atender a mis hijos, no tengo miedo de que, cuando vaya a alguna oficina, me rechacen por no tener DNI. Algunas mujeres se preguntan para qué sirve ese documento, que nosotras no lo necesitamos, pero yo conocí en la campaña a una viejita de 71 años que estaba contenta porque cuando le tocara morir pondrían en los papeles su nombre legal, el de su DNI, que recién había sacado”. Si bien las diferentes campañas por el derecho a la identidad han permitido avances, aún son insuficientes para atender todo el universo de personas “invisibles” para el Estado. Niños
sin
derecho
al
nombre
La falta de documentación involucra también a millones de niñas y niños que carecen de partida de nacimiento. Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el Perú nacen alrededor de 628.000 niñas y niños al año, de los cuales 15 por ciento no son inscritos. Es muy difícil determinar exactamente el número de nacimientos anuales, ya que algunos ocurren en las casas y no se registran en ningún sistema de salud, por lo que el INEI trabaja sobre estimaciones. Un obstáculo para la inscripción infantil en los registros civiles es el Código Civil, ya actualmente prohíbe a quienes acuden a formalizar el registro que declaren el nombre del progenitor ausente, afirma Maria Isabel Cedano, directora de Demus. “Esta prohibición es discriminatoria, ya que termina diferenciando entre niñas y niños nacidos dentro y fuera del matrimonio, y restringe el derecho al nombre de estos últimos. También es discriminatoria contra las madres solteras”, sostiene. Al no poder inscribir a su hija o hijo con el apellido del presunto progenitor, las mujeres desisten de su intento por temor fundado a la confusión, el estigma y la discriminación. En las zonas rurales, además de este problema, deben resolver otras barreras para registrar el nacimiento de una niña o niño. Según Amnistía Internacional (AI), los centros de salud de zonas rurales, tanto en la sierra como en la selva, estarían cobrando por la emisión del Certificado de Nacido Vivo, uno de los principales requisitos para realizar la inscripción y obtener la partida de nacimiento. De acuerdo con testimonios recogidos por AI, las mujeres que no han acudido a los controles pre y post natales, y aquellas cuyos hijos han nacido en el domicilio, deben pagar hasta 50 nuevos soles (15 dólares) por este documento. Para UNICEF, no darle a una niña o niño la posibilidad de saber quién es y de dónde viene marcará por siempre el camino que le tocará transitar en la vida. Será un fantasma de carne y hueso que no aparece en las estadísticas, pero que piensa,
siente, razona y reclama. Un ser humano que, aunque no figure en los registros, tiene el derecho de vivir con dignidad.