Conclusión de los cuatro acuerdos No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges si observas tu vida encontraras muchas excusas para sufrir, pero ninguna razón válida. Lo mismo es aplicable a la felicidad, la única razón por la que eres feliz es porque tú decides ser feliz. La felicidad es una elección como también lo es el sufrimiento Todos llegamos a este mundo para transitarlo. Nacemos, crecemos nos reproducimos y morimos. Pero en ese camino cargado de sabores y sinsabores encontramos que la mejor manera de salir adelante es controlando la mente y todo lo que de ella se deriva. En este libro de los cuatro acuerdos el autor, Don Miguel Ruiz se concentra en cuatro cosas básicas para poder llegar a ser felices y vivir sin tantas amarguras. El primer acuerdo se impecable con tus palabras Tu intención se pone de manifiesto a través de tus palabras. Lo que sueñas, lo que sientes y lo que realmente eres, lo muestras por medio de las palabras. Ser impecable con tus palabras es no utilizarlas contra ti mismo. Muchas veces usamos las palabras para maldecir, para culpar, para reprochar, para destruir. En general, utilizamos las palabras para propagar nuestro veneno personal: para expresar rabia, celos, envidia y odio. Tú decides si llegas o no a establecer un acuerdo contigo mismo: soy impecable con mis palabras. Este es el primer acuerdo al que debes llegar si quieres qu ieres ser libre, ser feliz y trascender trascen der el nivel de existencia del infierno. El segundo acuerdo no te tomes nada personal te proporciona la inmunidad en la interacción con los personajes secundarios de tu historia. No tienes que preocuparte por los puntos de vista de otras personas. Una vez que comprendes que nada de lo que los demás digan o hagan tiene que ver contigo, no importa quién chismorrea sobre ti, quién te culpa, quién te rechaza, quién está en desacuerdo con tu punto de vista. Todos esos chismes no te afectan. Ni siquiera te molestas en defender tu punto de vista.
Esta conciencia lo cambia todo. Recuerda, la conciencia de la verdad constituye el primer paso para la maestría personal y eso es lo que estás haciendo ahora mismo. Te están recordando la verdad. Ahora que comprendes esta verdad, ahora que has cobrado conciencia, ¿cómo puedes seguir tomándote las cosas personalmente? Una vez que comprendes que todos los seres humanos viven en su propio mundo, en su propia película, en su propio sueño, el segundo acuerdo es puro sentido común: no te tomes nada personalmente. Tercer acuerdo no hagas suposiciones Como tenemos miedo de pedir una aclaración hacemos suposiciones y creemos que son ciertas, después las defendemos e intentamos que sea otro el que no tenga la razón. Siempre es mejor preguntar que hacer una suposición, porque las suposiciones crean sufrimiento. Sólo vemos lo que queremos ver y oímos lo que queremos oír. No percibimos las cosas tal como son. Hacemos suposiciones sobre nosotros mismos y esto crea muchos conflictos internos. Creemos algo, suponemos que tenemos la razón hasta el punto de llegar a destruir nuestras relaciones por defender nuestra posición. Cuarto acuerdo haz siempre lo máximo que puedas Bajo cualquier circunstancia, haz siempre lo máximo que puedas, ni más ni menos. Cuando te excedes agotas tu cuerpo y vas contra ti y por consiguiente te resulta más difícil alcanzar tus objetivos. Hacer lo máximo que puedas significa actuar en cada momento como un fin en sí mismo no porque esperas una recompensa. Naciste con el derecho de ser feliz. Naciste con el derecho de amar, de disfrutar y de compartir tu amor. Estás vivo, así que toma tu vida y disfrútala. no te resistas a que la vida pase por ti.