Composición Química del Jabón
El jabón generalmente es el resultado de la reacción química entre un álcali (generalmente hidróxido de sodio o de potasio) y algún ácido graso; esta reacción se denomina saponificación. El ácido graso puede ser, por ejemplo, la manteca de cerdo o el aceite de coco. El jabón es soluble en agua y, por sus propiedades detersivas, sirve comúnmente para lavar. Ahora la elaboración doméstica es bastante más cómoda y segura, si nos limitamos a refundir un jabón a base de glicerina de coco, y lo decoramos y adornamos a nuestro gusto. En sentido estricto no estamos elaborando un jabón, solamente se está modelando mediante un fundido y moldeado a un jabón previamente elaborado.
Tradicionalmente es un material sólido, lo que hace un contraste entre ellos aunque también es habitual verlo en forma líquida o en polvo. En realidad la forma sólida es el compuesto "seco" o sin el agua que está involucrada durante la reacción mediante la cual se obtiene el jabón, y la forma líquida es el jabón "disuelto" en agua, en este caso su consistencia puede ser muy viscosa o muy fluida. El jabón está hecho con las grasas de distintos animales.
Jabón duro
El jabón es una sustancia sólida, en polvo o líquida elaborada con la finalidad de limpiar la superficie de algún material sucio, y que se fabrica haciendo cocer hasta fundirse una mezcla de grasas vegetales o animales y aceites. La preocupación del ser humano por la limpieza del cuerpo y de su entorno se conoce desde siempre, es por eso que la manufactura del jabón es una de las síntesis químicas más antiguas. Por ejemplo, las tribus germánicas de la época de César hervían sebo de cabra con potasa (hidróxido de potasio) que obtenían por lixiviación de las cenizas del fuego de leña. La química moderna ha refinado las materias primas, así como la técnica, pero la fabricación del jabón es básicamente la misma que hace dos mil años: un ácido graso (de origen vegetal o animal) se combina con una solución de agua y un álcali (hidróxido de sodio o potasio) produciendo así jabón y glicerina, ésta reacción se conoce como saponificación. Los ácidos grasos que se requieren para la fabricación del jabón se obtienen de los aceites de sebo, grasa y pescado. El jabón puede variar en su composición y en el método de su procesamiento. Jabones blandos
Los jabones blandos se obtienen por saponificación de’ las grasas y aceites con lejía de potasa en lugar de lejía de sosa. Así se forman las sales potásicas de los ácidos grasos, que no pueden salarse para separarlas de la lejía madre. Por ello, el jabón adquiere una consistencia pastosa, que en última instancia depende de la proporción de grasa. Es tanto más sólido, cuanto mayor proporción de grasas sólidas y menor de aceites se haya empleado. Como la consistencia del jabón acabado depende de la temperatura a la que se almacena y a la que se emplea, la proporción de grasas se regula según la estación del año.
Jabones antibacteriales
El jabón antibacterial es cualquier producto de limpieza al que se ha añadido ingredientes antimicrobianos. Estas sustancias químicas matan bacterias y microbios, pero no son más eficaces que otros tipos de jabón o detergente para desactivar los virus y también matan bacterias no patógenas. Según un estudio recientemente publicado por la FDA de Estados Unidos, no hay ninguna evidencia que los productos antibacteriales sean más eficaces que usar jabón normal y agua y los productos que contienen triclosán no muestran reducción en la transmisión de infecciones respiratorias o gastrointestinales dado que los virus son los causantes de estos problemas en la mayoría de los casos. La mayoría de los jabones líquidos de manos y cuerpo contienen sustancias químicas antibacteriales. Estos están presentes en niveles de conservante a no ser que el producto está marcado como antibacteriales, antiséptico, o germicida. Los principales elementos antibarerianos y de efecto desodorante son triclosan, triclocarban, y chloroxilenol. Algunos jabones contienen tetrasodio EDTA el cuál es un agente quelante que aísla los metales que las bacterias requieren para crecer. Otros microbios también requieren metales por lo que es de hecho un agente antimicrobiano que es ampliamente utilizado incluso como conservante. MEDIDAS DE SEGURIDAD QUE DEBEN IMPLEMENTARSE PARA EVITAR ACCIDENTES DURANTE LA PRODUCCION DE JABON
Lo más importante a tener en cuenta es la peligrosidad de la sosa cáustica o de la potasa cáustica. Ambos ingredientes son peligrosos y hay que mantenerlos fuera del alcance de los niños y de los animales. Cuando se mezclan con el agua se produce una lejía que, al contacto con la piel, puede producir quemaduras químicas importantes y en los ojos ya ni te cuento. Siguiendo las simples indicaciones que vienen a continuación, el riesgo es mínimo, pero aun así, no me hago responsable del mal uso que podáis dar a estas instrucciones.
Una vez que la lejía cáustica entra en contacto con las grasas, se disocia el álcali y se asocia el sodio o el potasio produciéndose el jabón, que bien elaborado ya no es un componente peligroso para la piel. El cálculo correcto de la lejía necesaria para saponificar las grasas también es un factor importante ya que un exceso de lejía supondría un residuo cáustico en el jabón resultante. Debemos protegernos mientras manipulamos los álcalis con unas gafas para evitar salpicaduras en los ojos y con unos guantes para evitar el contacto con las manos. Es conveniente proteger la ropa con un delantal ya que las salpicaduras de la lejía cáustica la estropean. Es muy recomendable mezclar el agua con el álcali en un lugar a aire libre o en su defecto bajo una campana extractora. Una mascarilla también impedirá que respiremos los gases que emana el calor de la reacción. Además, al mezclarse con el agua, los álcalis hacen subir considerablemente la temperatura, por lo que el recipiente debe ser apto para hacerlo. ¿Cómo funciona el jabón?
Seguramente te habrás preguntado por que el jabón sirve para limpiar, ¿Cómo funciona el jabón? Cuando te ensucias las manos tienes generalmente grasa sobre tu piel. Las grasas y el agua no se mezclan entre sí debido diferencias en sus propiedades. El agua por sí sola no puede remover la suciedad (grasas) por que no es "capaz" de unirse a las moléculas de grasa. Existen sustancias que se unen al agua, es decir son afines al agua. Hay otras sustancias que son afines a las grasas y por ello pueden mezclarse con las grasas. Pero agua y grasa no pueden mezclarse entre sí. La superficie entre el agua y el aceite se compone de moléculas de agua que ejerce fuerza sobre otras moléculas de agua y las mantiene fuertemente unidas. A esto se le llama tensión superficial. Si se puede reducir esta tensión de alguna manera entonces ser más fácil mezclar agua y grasa. Las moléculas del jabón son muy especiales: tienen una parte de la estructura que es afín al agua (hidrofílica) y otra que es afín a las grasas (hidrofóbica). Por ello, las moléculas de jabón pueden unirse a la vez a una molécula de agua y a una molécula de grasa. Las moléculas de jabón pueden ubicarse en la interface agua-grasa (la superficie donde se tocan el agua y la grasa) y al unirse a ambas (grasas y a las moléculas de agua) reducen la tensión superficial.
Esa reducción de la tensión superficial hace que agua y grasa se puedan mezclar fácilmente. Cuando te lavas las manos haces que lo que antes era insoluble en agua (la grasa) se vuelva más soluble. En realidad se forman pequeñas estructuras (llamadas micelas) cuando te frotas las manos sucias con jabón. Estas micelas son pequeñas y más "solubles" al agua. Ahora al agregar agua a tus manos enjabonadas es posible remover esas micelas (que contienen la suciedad-grasasque tenías en las manos).
Diferencia desde el punto de vista químico entre un jabón y un detergente
El jabón es una sustancia con dos partes, una de ellas llamada lipófila (o hidrófoba), que se une a las gotitas de grasa y la otra, denominada hidrófila, se une al agua. De esta manera se consigue disolver la grasa en agua. Químicamente es una sal alcalina de un ácido graso de cadena larga. El detergente es una mezcla de muchas sustancias. El componente activo de un detergente es similar al de un jabón, su molécula tiene también una larga cadena lipófila y una terminación hidrófila. Suele ser un producto sintético normalmente derivado del petróleo. Una de las razonas por las que los detergentes han desplazado a los jabones es que se comportan mejor que estos en aguas duras. Los jabones y geles antibacterianos se han convertido en un producto muy necesario en cuanto a higiene, ya que tienen la capacidad de eliminar al máximo aquellos microorganismos que están presentes en cualquier lado y que pueden llegar a causar diferentes enfermedades por el simple contacto con nuestras manos.
Actualmente en el mercado existen diferentes tipos de jabones y geles antibacterianos, los cuales pueden ser muy efectivos para mantener alejados los virus y bacterias que pueden afectar la salud. Sin embargo, si eres de los que prefieren alternativas ecológicas de un bajo costo y con la facilidad de elaborarlos en casa, no te pierdas las siguientes formas de preparar tu propio jabón y gel antibacteriano caseros. Jabón líquido antibacteriano 1
Este jabón líquido antibacteriano casero es una alternativa muy económica y amigable con el ambiente, ya que consiste en reciclar restos de jabón que casi siembre tiramos a la basura. A partir de ahora no vas a querer dejar perder esos restos que antes creías que no servían para nada, ¡toma nota! Ingredientes
1 litro de aguas destilada 1 taza de restos de jabón de tocador 1 cucharada de glicerina pura (10 ml.) Fragancia y colorante (opcional)
¿Qué debes hacer?
Vierte el agua en un recipiente apropiado y luego agrégale los restos de jabón rallado. Colócalos a hervir a baño María, revolviéndolos constantemente para que se diluyan completamente. Cuando ya estén bien diluidos, retíralo del fuego y agrégale la glicerina, la fragancia y el colorante. Mezcla todo, déjalo enfriar y guárdalo en una botella en un lugar fresco. Jabón líquido antibacteriano 2
Este jabón líquido casero combina las propiedades antibióticas y antibacterianas de varios ingredientes naturales para hacer un buen aliado para eliminar virus, bacterias y otros microorganismos que se acumulan en las manos por su constante contacto con diferentes superficies. Ingredientes
1 litro de agua 25 g de sosa cáustica 125 ml de aceite de oliva I pizca de sal
¿Qué debes hacer?
Agrega el agua en una botella apropiada para guardar tu jabón. Luego añade, con mucho cuidado la sosa caustica y revuelve para que se disuelva completamente. A continuación, echa el aceite de oliva y la sal, cierra la botella y agítala para que todo se integre completamente. Mantén la botella en un lugar fresco para su uso diario. Gel antibacteriano casero 1
Este Gel antibacteriano casero es muy económico, fácil de preparar y tiene un efecto antiséptico que te ayudará a eliminar las bacterias y gérmenes de tus manos cuando no puedas lavártelas con agua y jabón. Ingredientes
700 ml de alcohol etílico (etanol al 72%) 20 ml de agua de hamamelis ¼ de cucharadita de glicerina Aceites esenciales con cualidades antibacterianas, como los de lavanda, romero, eucalipto, limón, clavo de olor y árbol de té (Elige uno o dos y usa 20 gotas)
¿Qué debes hacer?
Combina todos los ingredientes y almacena el gel en un recipiente con tapa. Agítalos bien hasta lograr una mezcla homogénea y guárdalo, preferiblemente en un lugar oscuro y fresco (puedes llevarlo en tu bolso de mano). Antes de utilizarlo, agítalo un poco y luego aplícate una cantidad generosa en las manos, frotándolas durante 30 segundos. Gel antibacteriano casero 2
Este Gel antibacteriano casero utiliza ingredientes completamente naturales que puedes conseguir fácilmente en tiendas herbolarias, así como en farmacias. Es muy económico, saludable y sus propiedades antibacterianas, antimocrobianas y antivirales, ayudan a eliminar rápidamente todos los virus, bacterias y gérmenes que pueden afectar tu salud. Ingredientes
10 cucharadas soperas de estracto de aloe vera (50 g) 15 gotas de aceite esencial de lavanda 20 gotas de aceite del árbol del té
8 gotas de aceite esencial de eucalipto
¿Cómo prepararlo?
Extrae la pulpa de aloe vera y colócala en un recipiente hermético. Agrégale los aceites esenciales, de a uno, y mezcla bien todos los ingredientes hasta conseguir una consistencia más o menos líquida. Reserva el gel en un recipiente y aplícalo en tus manos con suaves masajes cada vez que lo consideres necesario. Una buena idea es llevar siempre una pequeña porción de tu gel antibacteriano casero para usarlo en esos momentos en los que no puedes lavarte las manos con agua y jabón.