COMO HACERSE RICO J. PAUL GETTY
Titulo Original en Ingles: How to Be Rich Traducción al español: Como Hacerse Rico Copyright c 1965 por playboy Copyright c de la edici ón original en Ingles N. 1-1965 1-1965 N.2 1971
Traducción: Margarita Perez Gavilan
CONTENIDO
PREFACIO: Por J. Paul Getty PARTE UNO: Mis Primeros Mil Millones
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Mis inicios en en los campos petroleros petroleros de Oklahoma Oklahoma fueron decisivos decisivos paro convenirme en "el hombre m ás rico del mundo': Conozca la importancia de empezar con el pie derecho. PARTE DOS: Usted Puede Ganar Un Mill ón
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Reunir mi fortuna no fue obra del azar, sino resultado l ógico de tres factores: competencia, Imaginación y visión. PARTE TRES: La mentalidad Del Millonario
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Los hombres de negocios requerimos de una mentalidad especial especial para tomar las trascendentes
decisiones que a diario se nos
presentan. Usted tambi én puede aprender a pensar en grande.
PARTE CUATRO: L a Fuerza De La Costumbre
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El triunfo se construye día a día, esto es algo que aprendí en el curso de mi exitosa vida, y los h ábitos desempeñan un papel esencial para lograrlo. PART CINCO: La Importancia Del Contacto Humano 79 El hombre de negocios, quiz á más que nadie, se debe a sus empleados. No descuidar jam ás las aspiraciones e inquietudes de ellos es un punto clave para hacerse de un nombre dentro del re ñido mundo corporativo.
PARTE SEIS: Como hacer posible lo imposible 91 Todo hombre de negocios debe ser un idealista dispuesto dispuesto a hacer realidad lo que parecen utop ías. ¿Lo f órmula? Lo invito a conocerla. PARTE SIETE: EL Inversionista De Wall Street
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En el apasionante mundo de la bolsa de valores, el secreto de las ganancias se resume en conocer el c ómo y el cu ándo de la compraventa de acciones. Aqu í le transmito mis experiencias en este sentido. PARTE OCHO: La Raíz De los Bienes Ra íces
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¿Sabe reconocer si un bien raíz reportará buenos dividendos en el futuro? Las propiedades inmobiliarias constituyeron uno de los pilares de mi fortuna. PARTE NUEVE: El Arte Su Mejor Inversi In versión 139 El arte, además de su valor Intr ínseco, es una de las inversiones más redituables e Ignoradas que existen. Aqu í expongo c ómo logré
conformar una de las colecciones de arte m ás importantes del mundo y obtener de ella grandes beneficios
PARTE DIEZ: La Función Del Dinero
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Amasar una fortuna fortuna es algo relativamente relativamente f ácil en comparaci ón con el hecho de saber conservarlo. He aqu í el recuento de mis experiencias al respecto.
PARTE ONCE: El Arte De La Individualidad Individualida d
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En el mundo de los negocios, al igual que en la vida, lo importante es "ser uno mismo", no imitar a nadie. PARTE DOCE: El Millonario Y Su Escala de Valores 173 El dinero nunca fue un fin para m í. Fue sólo el colchón de seguridad que me permiti ó saltar cada vez m ás alto y lograr metas m ás elevadas. PARTE TRECE: Como empezar De Nuevo
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Es una lástima que no pueda empezar de nuevo. El mundo de hoy está lleno de atrayentes retos que me encantar ía asumir. Pero usted si puede hacerlo. Esto es lo que yo le aconsejar ía.
PREFACIO En 1960 los editores de la revista Playboy me invitaron a escribir una serie de artículos sobre el tema "Hombres, dinero y valores de la sociedad moderna". Aunque en principio principio esta proposici proposición me halag ó (i y a qui én no?), dudaba de mi capacidad para enfrentar esta tarea. Durante mucho tiempo me hab ía dedicado a organizar y dirigir diferentes negocios, por lo Cual supuse que mis conocimientos eran insuficientes para exponer diversos temas a un p úblico compuesto por millones de personas. Además mis múltiples ocupaciones me imped ían dedicarle tiempo a la redacción de textos y no estaba seguro de que a los lectores de la revista les interesaran mis puntos de vista. Sin embargo, ciertas consideraciones v álidas y bastante convincentes disiparon mis dudas. En primer lugar, durante muchos a ños, las empresas-a los hombres de negocios y todo el sector privado americano han sido el blanco de severas críticas y recriminaciones. No obstante en contadas ocasiones han pasado a conocimiento del p úblico los argumentos que han utilizado éstos para defenderse.
yo, al igual que muchos Otros hombres de empresa triunfadores, con frecuencia observo que un gran n úmero de jóvenes que incursionan en el mundo de los negocios, carecen de bases y preparación. Esto no significa que adolezcan de entrenamiento especializado especializado sino que carecen de visi ón para predecir resultados a largo plazo. No comprenden la importancia de los principios universales, de las filosof ías básicas, de las infinitas implicaciones implicaciones y ramificaciones ramificaciones —y especialmente especialmente de las innumerables responsabilidades— que en la actualidad son indispensables para incursionar con éxito en el complejo mundo de los negocios. Además —y esta consideraci ón estaba muy lejos de ser la decisiva— me percaté de que en nuestra sociedad contemporánea, se le da excesiva importancia al hecho de ser rico, a amasar fortunas incalculables. incalculables. En cambio, poca o ninguna atenci ón reciben cuestiones tales como el arte de hacer dinero y la manera de liberarse de las responsabilidades responsabilidades que ocasiona la riqueza al mismo tiempo que se disfruta de las prerrogativas privilegios que la rodean. Después de todo, la "riqueza" es una combinaci ón de carácter, filosof ía, visión y actitud y, por supuesto, bienes materiales. La "mentalidad millonaria" millonaria" no es —no Puede ser en esta época-- una simple mentalidad acumulativa. El hombre capaz y ambicioso que lucha por alcanzar la cima del éxito, debe comprehender que el Vocablo "rico" "rico" tiene diversos significados. Para que pueda pueda justificarse a sí mismo y su riqueza, es indispensable que domine el arte de hacer dinero en todas sus modalidades. Estas circunstancias —y algunas otras— influyeron en mi decisi ón final de aceptar la propuesta de los editores.
Debo añadir que los ejecutivos de la revista Playboy me prometieron una absoluta libertad de expresi ón, independientemente de lo originales o controvertidos que pudieran resultar mis puntos de vista. Cabe aclarar que esta promesa fue cumplida cabalmente. Pero vayamos por partes. "Voy a preparar mi primer art ículo y despu és veremos", les dije. Los resultados me sorprendieron. A pesar de que mis opiniones se podían considerar iconoclastas, un sin n úmero de personas estuvieron de acuerdo con ellas y esperaban ansiosas que alguien compartiera sus mismas dudas sobre doctrinas y teor ías unánimemente aceptadas. La excelente aceptaci ón que tuvieron mis artículos en el Playboy, provocando provocando miles de comentarios favorables y cartas del auditorio y de la prensa, me animaron a escribir este libro. A partir de la publicaci ón de mi primer art ículo, han surgido tres preguntas que me gustar ía contestar aqu í de manera directa y sencilla. 1.- ¿Por qué, habiendo tantas revistas en Estados Unidos, eleg í Playboy para expresar mis opiniones? La respuesta es muy sencilla. Playboy goza de gran Popularidad entre los ejecutivos j óvenes y estudiantes universitarios, que ser án los ejecutivos y empresarios del futuro. Estas son precisamente las personas que Podr ían beneficiarse con mis experiencias en el
ámbito de los negocios. Son los j óvenes de ambos sexos quienes deben conocer ciertas ideas y opiniones que no aparecen en libros de texto ni en publicaciones publicaciones excesivamente conservadoras. El hecho de que las acepten acepten o rechacen carece de de importancia; importancia; lo trascendente es que aprovechen el est ímulo y piensen de una manera constructiva. Ellos son, en pocas palabras, los seres humanos a
quienes deseo dedicar mi "mensaje". 2. ¿Cuál fue la raz ón fundamental por la que decid í expresar mis puntos de vista? Aunque ya he hablado hablado de esto, esto, creo que sería interesante abundar en el hecho. Como ya lo se ñalé, a pesar de que los negocios son a menudo el blanco de ataques p úblicos, el n úmero de defensores es muy reducido. Cuando el ejecutivo se decide a escribir, generalmente se dirige al consejo directivo, a la asociaci ón de comerciantes, a la C ámara de Comercio o a los clientes en almuerzos y cenas de negocios. Sus escritos son propios de revistas comerciales o de asociaciones filantr ópicas. A pesar de que desea enviar un mensaje vital para todo el p úblico, rara vez tiene o acepta la oportunidad de hacerlo. En pocas palabras, he tratado de poner el ejemplo a otros hombres de negocios, para que se animen a exponer públicamente sus puntos de vista. 3. ¿Qué espero lograr con mis escritos? Además de los mencionados, tengo varios objetivos. Me gustar ía convencer a los ejecutivos j óvenes de que no existen f órmulas mágicas, rápidas y seguras para triunfar en los negocios ni para convertirse en millonario de la noche a la ma ñana. Triunfar en los negocios y amasar grandes fortunas exige ciertas cualidades, trabajo arduo e innumerables elementos. Estoy seguro de que este libro se convertirá en una importante fuente de consulta para quienes deseen triunfar en el mundo de los negocios, ya que en él se presentan los descubrimientos de importantes hombres de negocios y los míos propios. Tengo la absoluta convicci ón de que el futuro de los negocios y de los seres humanos que habitamos el mundo libre, depende de la perpetuaci ón de un sistema de empresas libres
dirigidas por hombres h ábiles, pr ósperos y con visi ón. Si mi libro cumple el prop ósito de difundir este mensaje, aunque sea entre unos cuantos, me sentiré muy satisfecho de haber contribuido modestamente a propagar y robustecer los principios que merecen toda mi confianza.
—J. Paul Getty
PARTE UNO Mis Primeros Mil Millones Aunque este libro no es una autobiograf autobiograf ía, las opiniones que incluyo en él son el resultado de mis propias experiencias. experiencias. Creo, sin embargo, que una descripci ón breve de mi carrera podría resultar interesante para el lector. Mi "filosof ía" de los negocios se fraguó en los campos petroleros y en la industria del petr óleo. Después de la b úsqueda infructuosa de petr óleo en Oklahoma, la cual se prolong ó por varios meses, logr é efectuar a principios de enero de 1916 mi primera exploraci ón de un pozo petrolero cerca de Stone Bluff. El 2 de febrero, la perforadora arroj ó a la superficie, arena mezclada con petróleo. Esta señal nos revel ó que estábamos llegando a la etapa final de la excavaci ón y que en 24 horas sabr íamos si el pozo contenía petróleo. A ún era demasiado joven e inexperto y no pude controlar mi nerviosismo, que alcanz ó dimensiones insoportables ocasionando más molestias que ayuda a mis hombres encargados de la excavación. Para liberar mis tensiones, me retir é a Tulsa, que era la ciudad más cercana, y decid í esperar ah í hasta saber los resultados de la perforaci ón. J. Carl Smith, un buen amigo bastante mayor que yo y más sereno, se ofreci ó a acudir al lugar de las maniobras y supervisar el trabajo. En los alrededores del área de exploraci ón no había teléfono y la
Única línea de comunicación entre Stone Bluff y Tulsa raras veces funcionaba, por lo que mi amigo prometi ó regresar a Tulsa en el
último tren del día siguiente para informarme sobre el curso de los acontecimientos. Así, el día convenido me presente en la estación de ferrocarril unas horas antes de que llegara el tren. Cuando al fin arribo, la imagen familiar de J. Carl Smith apareci ó en uno de los vagones. Su rostro irradiaba optimismo. — Felicidades, Paul—grito cuando me vio en la plataforma.—Tu plataforma.—Tu pozo está produciendo treinta barriles. De inmediato supuse que se refería a treinta barriles diarios y mi entusiasmo desapareci desapareci ó como por arte de magia. Treinta barriles diarios de petr óleo era una insignificancia comparada con la producci ón de otros pozos. —Si amigo —contesto sonriente—.Estamos extrayendo treinta barriles por hora... — treinta barriles por hora -Eso significaba una producci ón diaria do 720 barriles de petr óleo. -ya formaba parte parte de esa esa importante importante industriaSiendo hijo de un importante petrolero, conoc í desde mi infancia la "fiebre del petr óleo". En compa ñía de mis padres -George F. y Sarah Getty- visite en 1903, a la edad de diez a ños .lo que entonces era el territorio de Oklahoma. Mi padre, un importante abogado de Minneapolis, no pudo resistir el influjo de la "fiebre petrolera" de Oklahoma. Que estaba en pleno apogeo. Creo la Minnehoma Oil Company y comenzó a buscar petr óleo. Mi progenitor, un hombre autodidacta que en su juventud sufrió enormes carencias, tenía una capacidad ilimitada para trabajar y un extraordinario talento para encontrar petr óleo. Despu és de organizar la empresa Minnehoma O íl, supervise personalmente la
perforación de 43 pozos, de los cuales 42 fueron fueron magn magn íficos productores. Entre 1910 y 1911 adquir í una gran experiencia al desempe ñarme como peón y encargado de la maquinaria en los campos petroleros, aunque no inicie mi propio negocio sino hasta septiembre de 1914. Recién había regresado a Estados Unidos despu és de haber asistido durante dos años a la Universidad Universidad de Oxford en Inglaterra. Aunque me atraía la idea de ingresar al servicio diplom ático de Estados Unidos, decidí primero probar suerte como explorador independiente de pozos petroleros en Oklahoma. La época era favorable y cada d ía adquir ía mayor auge la industria petrolera. En los campos petroleros todo era optimismo. La guerra, que acababa de estallar en Europa, le vino a dar un impulso mayor a esta industria. La atmosfera era id éntica a la que seg ún los historiadores, prevalecía en California California en 1849 cuando se desato desato la fiebre del del oro. En Oklahoma la fiebre del petr óleo ° se convirtió en una verdadera epidemia y muy pocos resultaron inmunes al contagio. Diariamente se ganaban y perd ían enormes fortunas. Era frecuente que un petrolero sin un centavo y sin cr édito, al excavar unos metros se convirtiera de inmediato en millonario. Los contratos que el d ía anterior costaban unos cuantos miles de Dólares, a la ma ñana siguiente habían centuplicado su valor. Pero también se daba el caso que una persona persona invirtiera invirtiera todo su capital en contratos y maniobras maniobras de excavación. Y los resultados fueran solo agujeros est ériles, algunas concesiones que costaban cuantiosas sumas, de la noche a la ma ñana perdían su valor.
Afortunadamente, Afortunadamente, mi intervención en ese juego tan peligroso peligroso resulto positivo. Yo carec ía de capital propio y mis gastos personales ascendían a 100 d ólares al mes El primer primer poso fue bastante desafortunado. desafortunado. Por las constantes huelgas en el sector petrolero. Aunque otros exploradores hab ían logrado hacer interesantes descubrimientos. descubrimientos. La fortuna parecía haberme dado la espalda. En el otoño de 1915 1915 se puso puso a la venta en una Subasta p ública la concesión para para explorar explorar pozos pozos petroleros petroleros cerca de de stone Bluff, en el condado de Muskogee. Inspeccione la propiedad y Alegue a la conclusión de que en ella hab ía mochas posibilidades de encontrar petróleo. Otras Operadores Operadores independientes estaban interesadas en obtener la concesi ón circunstancia que me preocupo. El dinero que yo tenía a mi disposici ón no era suficiente para para competir competir con las ofertas que seguramente harían los petroleros Bien establecidos establecidos y con una solvencia mayor que la Mia .Decidí solicitar solicitar al banco que enviara a uno de sus sus representantes representantes a sustituir me me en la subasta, obviamente sin revelar mi identidad. Yo fui el primer primer sorprendido sorprendido de que mi plan plan diera excelentes excelentes resultados. Entre los asistentes a la subasta, que se efectu ó en la ciudad de Muskogee. Se encontraban operadores petroleros independientes independientes ansiosos ansiosos de adueñarse de la Concesión La intervención inesperada de un ejecutivo ejecutivo bancario de gran prestigio, prestigio, los desarmo porque supusieron supusieron que alguna importante empresa empresa petrolera estaba interesada en adquirir la concesi ón y superar todas las ofertas Estos exploradores exploradores independientes independientes se dieron por vencidos antes de tiempo y yo tuve la suerte de obtener el contrato por la irrisoria cantidad do 500 d ólares.
Poco después se formó una compañía que se haría cargo de financiar la excavaci ón de un pozo de prueba. Yo, como explorador sin capital propio, recib í un modesto interés de 15 por ciento. Organice un contingente de perforación y con mis hombres trabaje sin descanso pare levantar una torre de perforaci ón de madera y agilizar las operaciones. Permanecí en el área día y noche hasta que las maniobras alcanzaron alcanzaron su etapa final. Como Como mencione anteriormente, me fue imposible resistir la tensi ón nerviosa y vol é a Tulsa. Donde mi amigo Carl Smith me dio las buenas nuevas. La concesión para perforar los pozos se vend ía dos semanas después a una importante compañía y yo obtuve 12 mil dólares como " participación de las ganancias. Aunque esta cantidad no era nada del otro mundo comparada con las fant ásticas sumas que otros ganaban, ganaban, si era la la suficiente suficiente para convencerme de que debería continuar como explorador en el negocio negocio del petr óleo. Mi padre y yo hab íamos formado con anterioridad una sociedad, en la que se compromet ía a darme el apoyo financiero necesario para las maniobras de exploraci ón y perforaci ón y a hacerse cargo de la supervisión de nuestra nuestra sociedad. sociedad. El recibir recibiría el 70 por ciento de las ganancias y yo el 30 por ciento Después de mi primer éxito firmamos la escritura y en mayo de 1916 nació la Getty Oil Company: y yo recib í una participación del 30 por ciento sobre el valor de las acciones. Se han escrito escrito diversas historias, todas todas ellas Fantásticas y erróneas, sobre las relaciones comerciales que exist ían entre mi padre y yo. Me gustar ía aclarar que él jamás me entrego cuantiosas sumas de dinero en efectivo, las que. Seg ún algunos, me permitieron independizarme. independizarme. George F. Getty era de la opini ón que los hijos de ricos no deberían consentirse ni recibir dinero una vez
que. Tuvieran la edad suficiente Para valerse por ellos mismos. Si Bien es que algunos de mis primeros negocios, como ya explique estos no fueron favorables para m í, ya que yo solo recib ía el 30 por ciento de las ganancias .despu és yo me hice cargo íntegramente de la compra de contratos y de las maniobras, de exploraci ón y perforación. Mi padre se mantuvo siempre al margen de mis actividades profesionales A propósito, deseo dejar claramente establecido que mi progenitor al morir en 1930 nunca me dejo una cuantiosa Fortuna. la realidad es que en su testamento testamento me asigno le le cantidad de de 500 mil dólares. Aunque esa suma no era nada despreciabl despreciable, e, comparada con su enorme riqueza resultaba simbólica. Mi Mi padre padre pensaba pensaba que yo, gracias a mi trabajo, ya pose ía varios Millones de d ólares y por eso prefirió dejar a mi madre madre la mayor mayor parte de su Fortuna. Fortuna. Poco después de haber establecido legalmente la sociedad sociedad entre mi mi padre y yo en 1916, me dedique a la b úsqueda y excavación de pozos petroleros. El hecho: de que mi segundo pozo resultara est éril, no me desanimo en lo absoluto. Para entonces mi trabajo se me había metido en la sangre y contin úe adquiriendo y vendiendo concesiones y perforando pozos. Me convert í en mi propio ge ólogo, asesor legal, superintendente de perforación, experto en explosivos y, algunas veces hasta pe ón y mozo. Los meses que siguieron fueron extremadamente afortunados. afortunados. En la mayor ía de los casos, vend í las concesiones con una excelente utilidad y mis trabajos de exploraci ón casi siempre dieron frutos. Puedo asegurarles que detr ás de estos éxitos no hubo secretos ni f órmulas mágicas. Mi forma de trabajar era bastante parecida a la de mis colegas, con una excepción importante: en aquellos d ías el geólogo petrolero no ten ía gran aceptación y la creencia
generalizada generalizada entre el gremio era que cualquier 'rat ón de biblioteca" podría ayudar a encontrar petr óleo. Exist ía gran escepticismo en torno a la geolog ía como ciencia pr áctica. Yo era uno de los pozos pozos que tenían confianza en ella y me dedique a estudiarla con avidez siempre que se me daba la oportunidad y adem ás la aplicaba en mis negocios. El operador independiente deber ía tener un mínimo de conocimientos básicos y habilidad y adem ás de contar con un equipo de hombres hombres experimentados experimentados para llevar llevar a cabo sus exploraciones exploraciones y perforaciones. Sin embargo, yo creo que el factor más importante para determinar si el explorador tendr ía éxito 0 fracasara--Si fracasara--Si encontrara petróleo o un agujero vacío es la Suerte Algunos no creyeron creyeron en ella: entre otros T. N.Barnsdall N.Barnsdall , uno de de los grandes petroleros de Oklahoma. Este hombre multimillonario multimillonario con frecuencia hablaba de la que, seg ún él, era la causa primordial del éxito. "No es cosa de suerte", afirmaba con vehemencia. "El hombre que tiene "olfato" para el petr óleo lo huele" a grandes distancias. Aunque quizá tenga razón, yo lo pongo en duda !porque jam ás pude detectar la presencia de petr óleo subterráneo, ni mis facultades extrasensoriales extrasensoriales acudieron a mí en mi ayuda. Sigo creyendo que el encontrar el camino del éxito fue un golpe de suerte. No obstante, quiero quiero decirles a aquellos que que piensan que los exploradores exploradores petroleros no tienen nada que hacer. Excepto esperar a que la rueda rueda de la Fortuna los favorezca favorezca con sus dones, que que el negocio del petr óleo jamás ha sido f ácil; exige un constante esfuerzo y los resultados resultados financieros financieros son impredecibles impredecibles.. Ya que est án sujetos a diversas contingencias
Esta situación era aún más crítica en los inicios de de esta industria, ya que cuando los pozos explotaban, explotaban, las ganancias ganancias y a menudo los capitales— Se extingu ían rápidamente en los costosos esfuerzos por apagar el Fuego. Entre los innumerables problemas y obst áculos que con frecuencia mermaban los recursos econ ómicos del operador independiente, independiente, estaban los pozos vac íos, descomposturas mecánicas en periodos cruciales, pleitos y litigios sobre contratos y derechos etcétera, Además, todos los operadores independientes independientes a menudo tuvimos que enfrentar la fuerte competencia y oposición de importantes empresas petroleras. Estas por, lo general, infring ían el reglamento del Marquez Marquez de QueensBerry QueensBerry cuando cuando pretendían asfixiar a aquellos exploradores exploradores que estaban creciendo con demasiada rapidez Sin embargo, nosotros desarrollamos t écnicas que nos permitieron continuar en el negocio y defender to que leg ítimamente nos correspondía. Nos volvimos flexibles y vers átiles -verdaderos maestros de la improvisaci ón Y de la innovación-, pues era la Única alternativa para sobrevivir. Por ejemplo, las grandes compa ñías contratara ron especialistas especialistas y asesores, personal administrativo administrativo y de oficina que alojaron en lujosos despachos. Nosotros, en cambio, tuvimos que conformarnos con veteranos ya cansados que hab ían Trabajado en los yacimientos de petr óleo ° y dependíamos de nuestro buen juicio y experiencia para solucionar los problemas que se nos Habían presentado. También nos hicimos Cargo de las labores administrativas administrativas y de oficina, oficina, reduciendo nuestros costos al mínimo. Improvisamos oficinas en los sucios autom óviles que nos transportaban de un lugar a otro. Como dije antes, tuve mucha, mucha suerte. Realice algunas transacciones ventajosas y descubr í varios Pozos en los meses
siguientes a mi primer éxito. La Getty Oil Company prospero. Me nombraron secretario secretario de la empresa empresa y pase a formar parte parte del grupo de directores, aunque contin úe utilizando mi ropa de Trabajo. A pesar de mis mis nombramientos, proseguí al frente de las perforaciones. perforaciones. Mi trabajo segu ía siendo el mismo: comprar y vender concesiones y explorar y perforar pozos. A medida que aumentaban las las utilidades de la Getty 0il,Company, 0il,Company, mi participaci ón del 30 por ciento en acciones de la empresa me aseguraba cuantiosos dividendos. Adem ás, inicie por cuenta propia cuenta otros prósperos negocios. Estaba Tan ocupado, que perd í la noción de mis ganancias, ganancias, hasta hasta que un día decidí revisar, mi situación financiera. De pronto advert í que no solo hab ía cumplido sino superado ampliamente las metas que me Propuse en septiembre de 1914. Hab ía colocado colocado los cimientos cimientos de mi propia propia empresa en la industria petrolera norteamericana. Aun no cumpla 24 a ños y ya me había convertido en un un operador operador independiente independiente de gran éxito! Además había ganado mi primer millón i Era millonario! Hasta entonces no hab ía hecho otra cosa que estudiar y trabajar en mis negocios. Descubr í que tenía suficiente dinero para hacer frente a mis exigencias personales actuales y futuras y tome la decisi ón de olvidarme olvidarme del Trabajo Trabajo y me dedique dedique a pasear y disfrutar de la vida. Debo señalar que en esa decisi ón influyo —al menos en parte el hecho de que Europa Europa estaba en guerra. Aun cuando cuando los Estados Unidos se manten ían a la expectativa, su participaci ón en el conflicto era inevitable inevitable hice las respectivas respectivas solicitudes solicitudes para ingresar al Servicio a éreo —mi primera elecci ón— 0 al ejercito cuando los Estados Unidos declararan la guerra. Estaba seguro de
que recibirá órdenes de un momento a otro en cualquier momento; mientras tanto, deseaba descansar y divertirme. Mis padres y yo hab íamos vivido desde 1906 en Los Á ngeles, ngeles, California, donde realice realice parte de mis mis estudios antes de de trasladarme a Oxford. Posteriormente inicie mi carrera profesional en los campos petroleros de Oklahoma. Me encantaba California California y el estilo de vida sencillo, informal y agradable de aquella época; por ello eleg í " a Los Á ngeles ngeles para derrochar el dinero que hab ía ganado Trabajando arduamente en la industria petrolera. "Ya hice mi fortuna y voy a retirarme ", les dije con firmeza a mis sorprendidos padres. A ninguno de los los dos Les agrado agrado mi decisi decisi ón. Ambos habían trabajado mucho durante su juventud. Después de casada, mi madre continúo impartiendo clases para hacer frente a los gastos de la casa y permitir que mi padre concluyera su carrera de abogado. Ambos creían que el individuo deb ía trabajar para justificar su existencia y que los empresarios ten ían la obligación de poner su dinero a producir. producir. Mi padre padre quiso impresionarme con con su convicción de que los hombres hombres de negocios deberían invertir y reinvertir su capital. Tienes la obligaci ón de emplear tu dinero en la creaci ón, administración y fomento de diversos negocios ", me dec ía con vehemencia, "Tu fortuna representa potenciales empleos para innumerables personas, personas, y puede contribuir a que ellas alcancen un mejor nivel de vida, y al mismo tiempo poder poder obtener mayores ganancias. Por desgracia no le Hice Hice caso. Con el tiempo descubr í que sus palabras estaban Llenas de sabidur ía, pero en aquel entonces lo
Único que me interesaba era hacer mi voluntad. Adquir í un lujosísimo automóvil Cadillac Último modelo y un guardarropa impresionante. Reafirme mi decisi ón de darme la gran vida. Mi fortuna se encarg ó de abrirme las puertas de los los lugares lugares de mayor mayor popularidad de California como Los Á ngeles ngeles y Hollywood. No obstante que los Estados Unidos participo en la guerra, mi llamado, se pospuso por tr ámites administrativos Y finalmente me informaron que "mis servicios servicios no eran necesarios". De esta forma Pase la primera primera guerra guerra mundial dedicado a pasear pasear y a divertirme. Me tomo alg ún tiempo darme darme cuenta de la realidad y comprender comprender que estaba desperdiciando mi tiempo, me sent ía aburrido de aquella vida de disipaci ón, y al concluir 1918 estaba harto. A principios de 1919 regrese al mundo petrolero, ante la sonrisa ir ónica de mi padre. Por ins ólito que parezca, parezca, me retire a los 24 24 a ños y deseaba, a los 26. 26. Regresar de nuevo, a los negocios. negocios. En 1919 la atenci ón de los petroleros ya se hab ía enfocado al sur de California, donde de inmediato inmediato se impulsaron nuevos nuevos yacimientos. Se gestaba una nueva era petrolera y yo me encontraba encontraba entre el grupo que deseaba participar desde el principio. Mi primera in. Intervención en California California resultaba un fracaso. Excave un pozo pozo en el rancho Didier Didier cerca de de Puente sin mostrar mostrar una sola sola gota de petróleo °. La buena suerte que me hab ía acompañado en Oklahoma parec ía haberme abandonado. abandonado. Sin embargo, no fue as í. Mis intentos subsecuentes fueron más afortunados y mis exploraciones en Santa Fe SPfings, Torrance, Long Beach y otras áreas del sur de California resultaron, resultaron, en su mayor parte un éxito. Dedicaba casi todo el tiempo a trabajar trabajar en el área de perforaci ón acompañando a mis hombres, actitud que me proporciono proporciono grandes
satisfacciones, mis trabajadores reaccionaron favorablemente al verse estimulados estimulados por mi constante constante presencia en en el sitio de trabajo, trabajo, lo cual hacia partícipes de la empresa y no simples empleados de una compañía cuyos ejecutivos les les eran desconocidos. desconocidos. Su Su estado de de
ánimo se reflej ó en una excelente producción Los intensos trabajos de perforación en todo el sur de California California ocasionaron una gran demanda de trabajadores experimentados. Los Jefes de personal de casi todas las compa ñías petroleras importantes iniciaron una búsqueda sin tregua, tregua, de personas que trabajaran en sus yacimientos. Se ofrec ían excelentes salarios y prestaciones a quienes tuvieran experiencia en instalaciones petroleras. Esta lucha tan desigual desanimo a los petroleros experimentados, experimentados, quienes prefirieron otorgar la concreci ón a exploradores exploradores que si bien no ofrec ían ganancias atractivas. Cuando menos eran conocedores y dispon ían de tiempo completo para supervisar las maniobras maniobras de sondeo. sondeo. Nunca olvidare la firma en que inicie la perforaci ón de un pozo que se encontraba cerca del lugar de maniobras de una importante empresa. En su intento intento por seguir seguir al pie de la letra su programa programa de inducción de personal, esa compa ñía había diseñado y construido lo más moderno y sofisticado en equipo de excavación, totalmente provisto de calentamiento a vapor. Un camino de grava muy bien cuidado conduc ía al lugar de maniobras, en donde se habían instalado regaderas de agua caliente y una lavander ía para la ropa de los empleados. Una tarde, poco despu és de haber escardado mi pozo llego a mi propiedad un hombre de cabello entrecano, de apariencia tosca y solicito hablar con el jefe. Cuando me acerque; a él, me dijo sin rodeos que buscaba trabajo.
—i Esta usted trabajando ahora? --le pregunte. —Si —contesto con sequedad. —donde? —insistí. —allá contesto señalando el lugar donde se encontraban encontraban las lujosas lujosas instalaciones. Yo carec ía de comodidades comodidades para mis trabajadores trabajadores y así se lo hice h ice saber. Agregue que me sorprend ía en extremo que deseara cambiar un trabajo que le ofrecía tantos beneficios por otro bastante rústico. - he estado trabajando durante cuatro meses —refunfuño—, y solo hemos perforado 1,500 1,500 metros. No pude evitar re írme. Excavar 1,500 metros en cuatro meses implicaba un ritmo de trabajo sumamente lento, si tomamos en cuenta las formaciones del terreno de esa área en especial. —cuanto tiempo cree que tardaría yo en perforar esa misma distancia? —le pregunte. —A juzgar por su apariencia —me dijo con una sonrisa—, alrededor de diez días. __por eso prefiero trabajar con usted y abandonar la sofisticada maquinaria que utilizan all á...! Este hombre hombre obtuvo el trabajo trabajo y permaneci permaneció a mí lado varios a ños. Debo decir que la perforaci perforación de mi pozo se logr ó en un tiempo record. Mientras que el de la competencia, a pesar de la maquinaria, resulto est éril y finalmente Quedo abandonado. abandonado. A continuación voy voy a referirme a otro caso caso que que ilustra como la mutua confianza y el entendimiento entre jefe y empleados empleados permiti ó solucionar problemas muy dif íciles. Mi historia se relaciona con la concesi ón para expropiar una pequeña propiedad propiedad que se encontraba en medio de un bosque bosque petrolero en Seal Beach, California. Por mera coincidencia a las compañías que operaban all í no les interesaba interesaba el contrato. contrato. Una empresa en la que yo tenía una participaci ón importante* tome la
concepción y estuvo a punto de cancelarla por por considerarla considerarla incosteable. Todos Todos estuvieron de de acuerdo en que que era imposible imposible hacer algo con esa propiedad. propiedad. En primer lugar, lugar, el terreno era muy pequeño' y en Segundo, el el acceso a la carretera carretera era una brecha de mis de medio kilometre de longitud y de aproximadamente aproximadamente un metro de ancho. Resultaba imposible transportar los implementos de trabajo y la maquinaria maquinaria por esa vereda tan estrecha estrecha y mucho menos instalar la torre y el equipo de de perforación. Las compañías que tenían la concesión de las propiedades adyacentes se negaron a conceder el derecho de paso, porque extraer petróleo de un suministro común mermar la producción de sus propios pozos. .—Olvídate del contrato contrato —me aconsejaron aconsejaron todos los socios—. Ni en un millón de años podrás perforar un pozo ah í, Con mi característica terquedad, insist í. Expuse el Problema ante las personas que mayor confianza me merec ían; es decir, los miembros de los contingentes de perforación. Después de escucharme, reaccionaron igual que yo y consideraron el problema como un reto interesante. —Vamos a estudiar la situaci ón, —contesto un trabajador—. trabajador—. Tenemos que encontrar una salida. salida. Varios hombres hombres y yo acudimos acudimos a la propiedad propiedad para ver qu é posibilidades posibilidades encontrábamos ya que el Panorama era poco alentador. —Quizá podríamos perforar el pozo con un un equipo equipo movible — sugirió un perforador despu después de pensarlo, mucho—. Tal vez alguien esté dispuesto a dise ñarlo y fabricarlo. fabricarlo. Sin embargo, no veo cómo podríamos transportarlo lo necesario. El obstáculo que nos presentaba las otra V ía de acceso parec ía insalvable .hasta que mi mente comenz ó a pensar en la posibilidad de construir un equipo perforador en miniatura. Si lo logr áramos, y también sería factible transportarlo en un tren en miniatura, i Era la soluci ón perfecta! Una v ía f érrea angosta y uno o dos vagones para transportar la torre de
perforación desarmada, así como la herramienta y el equipo, era todo lo que necesit ábamos. -demasiada obstinaci ón? Deseos de demostrar que éramos capaces de lograr algo que todos consideraban imposible? Talvez Conseguimos el perforador y el tren en miniatura. Este Este Ultimo se transporte en secciones y se ensamblo ensamblo en el el microscópico pedazo de Tierra. Perforamos el pozo, y logramos excelentes Ganancias como * premio a nuestra tenacidad. Recuerdo otros "golpes maestros" Durante los a ños veinte. En una ocasión adquirí un terreno en el suburbio llamado Athens Field. al sur de Los Á ngeles, ngeles, por el que pague algo m ás de 12 mil d ólares. Debido a que estaba financiando el total de la operaci ón con mi peculio consciente de de que antes de de concluir concluir el primer primer pozo pozo mis recursos económicos estarían prácticamente agotados, decid í convertirme en mi propio propio superintendente superintendente de perforaci perforación. Entre los hombres que contrate para formar mi cuadrilla, se encontraban tres de los mejores perforadores de la industria petrolera: Waller Phillips, Phillips, Oscar Prowell y "Spot" McMurdo. El 16 de febrero ° de 1925 terminamos la perforaci ón del primer pozo, el con tenia un rendimiento de 1,500 barriles diarios. diarios. Poco después, el segundo pozo produjo 2 mil barriles por D ía En los siguientes nueve años ambos pozos arrojaron una utilidad neta de más de 400 mil dólares. Todavía más espectacular es la historia de un terreno que adquir í en octubre de 1926 1926 en Almitos Heights por la la suma de 8 mil d ólares y que pagué con un cheque personal a un individuo que unos unos días antes lo había comprado en 4 mil dólares y que deseaba obtener una ganancia rápida. El 21 de febrero de 1927 escarb é el Pozo Número Uno y posteriormente perforé varios más en ese mismo; lugar. Todos resultaron excelentes productores con un total de 17 mil barriles diarios. De 1927 a 1939 el excedente de la recuperaci ón económica fue de casi 800 mil d ólares, o sea el 10 mil por ciento de la inversi ón original. Sin embargo, unas semanas despu és de haber perforado el
primer pozo no s ólo estuve a punto de perder una fortuna. Sino también la propiedad. Detr ás de esta aparente paradoja se encuentran dos anécdotas. Una ilustra los malos ratos que pasan los perforadores independientes cuando se enfrentan a ciertos consorcios petroleros y la otra pone de manifiesto que mientras algunas firmas importantes no tuvieron reparo en asfixiar al operador independiente, otras quisieron ayudarlo. Tan pronto como oper é mi Pozo Número Uno en cleaver el cual produjo la impresionante cifra de 5.100 barriles diarios, me dispuse a buscar un comprador para mi producci ón de crudo. Grande fue mi desconsuelo cuando las compa ñías a las que visit é se negaron tratar conmigo. Las razones de este boicot tan evidentemente salieron a la luz unos días después, cuando recib í varias llamadas de agentes, que se negaron a revelar los nombres de sus escotados. Ofreciéndome comprar Cleayer Lease A un precio rid ículamente bajo. Para entonces, yo ya ten ía suficiente experiencia en la industria petrolera, por lo que de inmediato me percat é de que se trataba de un plan bien organizado para arruinarme. Ciertas personas se interesaban por mi concesi ón y la única alternativa para vender mi petr óleo era pr ácticamente regalarlo si no quer ía cerrarme las puertas del mercado. Ante la imposibilidad imposibilidad de vender mi petr óleo, tuve que encontrar la forma de almacenarlo. Las únicas facilidades en el área de Los ngeles se encontraban en una refinería que hab ía dejado de operar Á ngeles como tal y que me alquil ó de inmediato dos tanques de almacenamiento con una capacidad total de 155 mil barriles. Mientras tanto continué la búsqueda de un comprador para los 5,100 barriles de crudo que cada 24 horas estaba produciendo mi Pozo Número Uno. Adem ás, el Pozo N úmero Dos arrojó una producción diaria de 5 mil barriles y posteriormente el Pozo Número Tres, el m ás pequeño de todos suministr ó 2300 barriles al día. Con este ritmo de producci ón los dos tanques llegarían rápidamente a su máxima capacidad y entonces mi única
alternativa seria cerrar el negocio. Además no tenía ninguna posibilidad posibilidad de encontrar un comprador. Era obvio que los cuatro pozos no me reportaban ingreso alguno. Mis posibilidades econ ómicas —ya bastante mermadas por los costos de perforaci ón— se recortaron rápidamente debido al alquiler de los los tanques y al alto costo costo de la transportaci transportaci ón del petróleo desde los pozos hasta el lugar de almacenamiento. Todo indicaba que la situaci ón desembocaría en un desastre financiero, por lo cual consider é la posibilidad de ofrecer mi producci ón a una de las m ás grandes compa ñías petroleras, la Shell Oil. Debido Debido a una afortunada coincidencia, el se ñor George Legh-jones, a la Saz ón presidente de de esa importante firma, firma, se encontraba encontraba de visita en Los ngeles. En mi desesperación, decidí jugarme el todo por el todo y Á ngeles. solicité una entre-vista con él, la cual me fue concedida. Se trataba de un hombre agradable y cordial que me escuch ó con atención sin interrumpirme. La expresi ón de su rostro me indic ó que su empresa no formaba parte del boicot y que adem ás estaba en contra de esa manera de proceder. Cuando termin é de hablar, sonrió y me dijo: "Relá jese, nosotros le le ayudaremos". Me aseguró que en principio su firma me comprar ía los barriles de crudo y que construirían un oleoducto para enlazar mis pozos con la red de la Shell O íl Company. Los trabajos se iniciaron inmediatamente. Tanto el señor Legh Jones como su empresa cumplieron su palabra. Al día siguiente técnicos de esa compa ñía se presentaron muy temprano en mis yacimientos y comenzaron a construir el oleoducto. El boicot termin ó; Cleaver L éase estaba a salvo y me pertenecía totalmente. A finales de de la década de 1920 la industria petrolera norteamericana enfrentó cambios radicales. Se hizo m ás compleja Y los costos de exploraci ón y perforaci ón se incrementaron drásticamente. Fue necesario disponer de mayor capital para adquirir terrenos, maquinaria y equipo y financiar los gastos. Casi todos los Yacimientos superficiales de petr óleo de zonas conocidas
se estaban explotando, por lo cual se hac ía necesario perforar a mayor profundidad para localizar el Petr óleo. Las grandes empresas se fusionaron en perjuicio de los operadores independientes, independientes, quienes optaron por vender su petr óleo a importantes consorcios además, comenzaron a correr rumores sobre el inminente desplome de la econom ía norteamericana. Aunque en el mercado de valores las acciones se cotizaban a precios extraordinarios, extraordinarios, se avecinaba la tragedia. Era un periodo crítico para todos los exploradores y especialmente para mí, porque tenía la obligaci ón de velar por mis propios intereses —propiedades, —propiedades, pozos petroleros y empresas—. Con el tiempo también adquirí un número considerable de acciones en los negocios de mi padre. Su salud hab ía comenzado a declinar y me sentí obligado a tomar parte activa en sus empresas. El mercado de valores se desplom ó en 1929. Al a ño siguiente mi padre sufrió un ataque cardiaco, y a pesar de sus 75 a ños luchó entre la vida y la muerte durante varias semanas, hasta que falleci ó el 31 de mayo de 1930. Mi madre y yo nos pusimos de inmediato al frente de sus negocios. El gobierno nos presionó para que pag áramos cuanto antes los impuestos de herencia. h erencia. Sin embargo,
éstos y otros asuntos que requerían pronta atenci ón, se vieron obstaculizados obstaculizados por el fantasma de la inminente Depresi ón Varias personas me aconsejaron que vendiera no s ólo las propiedades que habían sido de mi padre, sino tambi én las mías. "La situación de los negocios se agrava cada vez m ás", solían decirme. "De un momento a otro la econom ía va a desmoronarse por completo." De alguna manera, mi visi ón de las cosas era distinta Estaba convencido de que la econom ía de nuestro pa ís era, en esencia,
sólida, y que a pesar de los Augurios, resurgir ía más fuerte que nunca. Pensé que era el momento de comprar, no de vender. Las acciones del petr óleo sufrieron una baja espectacular. Comenc é a imaginar la organizaci ón de un negocio petrolero aut ónomo y que abarcara no s ólo explotaci ón y producción hasta ese momento —, sino transporte, refinado e incluso ventas de menudeo. En los negocios, como en la pol ítica, no es f ácil actuar en contra de las actitudes y creencias de las mayor ías. El hombre de negocios que se atreve a desafiar la opini ón general, sufre desilusiones y obstáculos ilimitados. Eso fue precisamente lo que me ocurri ó cuando en el momento culminante de la depresión de 1930, resolv í hacer compras masivas y sentar las bases de un imperio petrolero. Mis amigos y conocidos por no citar a mis competidores— ten ían la absoluta certeza de que los resultados de mi ímpetu serían desastrosos. Y cuando anuncie mi decisi ón de comprar una de las siete mis grandes compa ñías petroleras de California. California. Hasta aquellos que hab ían sido mis aliados en otra época, supusieron que había perdido el juicio. Era frecuente que las grandes empresas petroleras compraran los negocios de los operadores independientes. Pero a- c ómo podía un operador independiente independiente adquirir una firma importante? Intentar cambiar el orden establecido... era una herej ía! A pesar de lo adverso de de las circunstancias. circunstancias. decid í Seguir adelante con mis proyectos. Las compa ñías petroleras que yo controlaba o las que tenía una poblaci ón Importante, se dedicaron exclusivamente a buscar petróleo y a extraerlo del subsuelo. Con el fin de asegurar el mercado de este petr óleo y el que se extrajera despu és de otros pozos. Me Pareci ó Sensato invertir en una compañía que requiriera para desarrollar sus actividades actividades del crudo y que contara tambi én
con instalaciones para refinarlo y una oficina de mercadotecnia. Sólo existían en California siete compa ñías con esas caracter ísticas, y todas ellas importantes. Encabezaban la lista la Standard O íl Company de California y la Shell Oil Company —evidentemente ambas fuera del alcance de cualquier inversionista in-dependiente. La siguiente posibilidad era la Unión Oil Company, aunque exist ía el inconveniente de que esta firma contaba con sus propias fuentes de suministro de crudo. En la misma situación se encontraba la Ceneca Petroleum ComPany, con el agravante que sus acciones no estaban a la venta. S ólo quedaban tres empresas: Richfield Richfield Oil. Oil. que enfrentaba enfrentaba un serio conflicto conflicto laboral y por tanto quedaba descartada; la Texas Oil Company, que tenía su propio sistema de abastecimiento de crudo. y la Tide Water Associaied Oil Oil Company. Esta última parecía la elecci ón lógica. Dicha empresa obten ía de sus propias reservas s ólo la mitad del crudo que requer ía y el resto lo compraba a otros Pro' doctores. Adem ás, Tide Water contaba con una Organizada área de mercadotecnia y sus productos gozaban de amplio prestigio entre el p úblico consumidor. Asociarme con Tide Water me reportar reportaría grandes ventajas, que serían compartidas con todos los Representantes y especialmente con los gerentes y 34,668 accionistas accionistas 'y los los consumidores de de sus productos. En marzo de 1932 inicié mi campa ña para controlar la Tide Water adquiriendo adquiriendo 1200 acciones acciones comunes a 2.50 d ólares cada una; seis semanas despu és el numero acciones había aumentado a 41 no obstante, tuvieron que Pasar casi veinte a ños para que pudiera controlar la empresa. Para entonces ya hab ía adquirido millones de
acciones de diversas empresas, Comprar durante la depresi ón fue un gran acierto. En cinco a ños las acciones de Tide Water val ían más de 16 d ólares, y con el tiempo su valor aument ó considerablemente. No era f ácil controlar la Tide Water Associated Oil Company, toda vez que implicaba correr muchos riesgos, enfrentar oposiciones y librar batallas de índole legal. Surgieron innumerables problemas cuyo desenlace era a menudo impredecible. Mi primer intento por participar en la administraci ón de la empresa ocurrió en mayo de 1932. Me present é en la junta de accionistas acompa ñado de mis 41 mil acciones, m ás un documento que me daba prioridad para adquirir 126 mil acciones m ás. En el último momento, no se reconoció esa prioridad y todos esfuerzos resultaron inútiles. Adquirí más acciones e intenté vender mis ideas a los directores de Tide Water. Sin embargo, sus puntos de vista difer ían de los míos. lo que suscit ó una desagradable querella, ¿Por qu é? Supongo que por diversas razones. En primer lugar, YO era un un advenedizo con poca o ninguna experiencia en salas de juntas. "Paul Getty deber ía estar en el lugar al que pertenece: los campos petroleros", dijo airado uno de los directivos de la Tide Water cuando les particip é mi devoci ón de adquirir todas las las acciones de la compañía. Supongo que otros miembros del consejo pensaban igual o peor sobre mis sueños de grandeza. Estudié a fondo la organizaci ón y las operaciones que realizaba la compañía y sugerí algunos cambios. Estas recomendaciones eran, aparentemente, demasiado radicales para para agradar a directores
bastante conservadores. Por lo que ocasionaron ciertos resentimientos. Asimismo, me hab había percatado de que gran parte de la planta refinadora estaba demasiado atrofiada pronto quedar íamos fuera de circulación. Pensé que la compa ñía tomaría las medidas necesarias para remodelar remodelar esa planta, pero pero la gerencia se mostr ó renuente a realizar cualquier desembolso durante la Depresi ón. Los directores tomaron esta medida como "precaución necesaria"; yo la califiqu é de "tacañería peligrosa". En 1933 yo era el propietario de casi 260 mil acciones —cantidad muy elevada como para pasar desapercibida. Al fin me eligieron miembro del consejo. Pero fue en vano. Todos estaban contra mi y mis sugerencias; no obstante, continu é adquiriendo m ás Y más acciones. Surgieron múltiples pleitos judiciales, demandas y contra. Demandas, así como mandatos judiciales, impedimentos y citatorios. A fines de 1937 1937 Getty era propietario de un gran n úmero de acciones y obtuvo voz y voto en la administraci ón. Tres años: después tenía 1,734,577 acciones esta ves si se introdujeron varios cambios que yo suger í, para 1951 mi participaci ón en Tide water me permitió ejercer control num érico, Para entonces. la palabra "Asociados" se hab ía eliminado eliminado de la raz raz ón social y Tide Water se redujo a un vocablo.Dos a ños después, y con un solo director al frente, la campa ña finalmente hab ía terminado. En la actualidad el activo de Tide water es superior a 800 millones de dotares. En 1938 me alej é momentáneamente del negocio del petróleo y compr é el Hotel Pierre, en la ciudad de Nueva York, en 2,350,000 d ólares, es decir, en menos de la cuarta parte de su valor original {1929-1930). Despu és adquirí varios cientos de
hectáreas de terreno en la playa Revolcadero Revolcadero en Acapulco M éxico, donde casi por casualidad constru í el hotel Pierre Marqu és. Aunque se me considera el propietario de una cadena de hoteles, en realidad esos dos son los únicos que poseo. En 1937, como parte de mi campa ña por apropiarme de Tide Water, ejercí el control de una empresa llamada Mission Corporation. Entre las posesiones de Mission se encontraba el 57 por ciento de las acciones de Skelly Oil Company, una importante i mportante firma petrolera petrolera con sede en Tulsa . Oklahoma. As í cómo caída del cielo, logr é la participación mayoritaria de Una corporaci ón que en 1937 arrojaba una utilidad neta do 6 millones 400 mil d ólares. Y cuyo acuso actual es de 330 millones de d ólares. Pero ahí no termina la historia. historia. Entre las subsidiarias de Skelly Oil Oil se encontraba la Spartan Aircraft Aircraft Corporation, ubicada ubicada en Tulsa. Tulsa. la cual desde 1928 se hab ía dedicado a la fabricaci ón de aeronaves y al entrenamiento de pilotos y navegantes a éreos. El 7 de diciembre de 1939 visit é su Planta Por vez Primera. Sus operaciones de manufactura con bastante limitadas, pues s ólo contaban con alrededor de sesenta obreros en la f ábrica, La escuela /de entrenamiento de pilotos se manten ía bastante más activa y, de hecho. Era la escuela privada de este tipo m ás grande de los Estados Unidos. Yo acababa de regresar de Europa, en donde donde se hab ía desatado la guerra. Tenía la seguridad de que eventualmente los Estados Unidos tendrían que declararles la guerra a los pa íses del Eje. Por tanto, Spartan Aircraft desempeñaría un papel muy importante en este programa de defensa de la naci ón, aunque entonces la magnitud de éste me era desconocida. desconocida. Dos años después de mi primera visita visita a la apartan los japoneses japoneses
atacaron Pearl Harbor y Estados Unidos se encontraba en guerra. Mi madre murió en ese mismo mes. Fue un golpe tremendo para mí! A pesar de que que yo tenía casi 50 a ños, sentí su partida como si hubiera sido un jovencito. Noticias sobre la guerra guerra llenaron todos los peri ódicos. No fui enrolado durante la primera guerra mundial y ahora esperaba la oportunidad de poder ayudar en esta segunda conflagraci ón. Había estudiado navegaci ón astronómica y en distintas ocasiones fui propietario de tres yates; el m ás grande tenía una tripulaci ón de 45 personas. Basado en esta experiencia ofrec í mis servicios voluntarios en la Marina de los Estados Unidos. Por desgracia, me informaron de manera cortes, pero rotunda, que no necesitaban los servicios de un empresario maduro, a menos que estuviera dispuesto a aceptar un trabajo administrativo y rutinario en tierra. Después de agotar todas las posibilidades, expuse ml caso al secretario de Marina, Frank Knox, e !insist í en mis pretensiones de salir al mar. —Podemos ofrecerle un puesto administrativo —se ñaló el secretario-, pero es imposible aceptar sus servicios como navegante. Hizo una pausa y me mir ó fijamente. —Entiendo que usted es socio mayoritario de la Spartan Aircraft Corporation. En estos momentos el servicio m ás importante que puede prestar a la naci ón, es hacer a un lado todos sus negocios y encargarse de la administraci ón del personal de Spartan. Regresé a Tulsa en febrero de 1942 para asumir el cargo de presidente de Spartan. Disponíamos de poco tiempo para desarrollar múltiples actividades. La producci ón debía duplicarse, era necesario adquirir maquinaria y herramienta, reclutar ingenieros y técnicos así como contratar y entrenar miles de
obreros. A pesar de los obst áculos que se nos presentaron, en menos de 18 meses est ábamos trabajando a nuestra m áxima capacidad. Durante el tiempo que dur ó la guerra, permanec í al frente de las operaciones de Spartan. Antes de que finalizara, la escuela de pilotos estaba entrenando a mis de 1,700 j óvenes aviadores y la planta manufacturera de aviones y refacciones contaba con mis de 5,500 trabajadores. La empresa empresa Spartan obtuvo el reconocimiento reconocimiento de las fuerzas armadas por la eficiencia y lealtad de los hombres y mujeres que dedicaron sus esfuerzos a ayudar a que Estados Unidos ganara la Guerra Permanecí en Spartan hasta 1946 con el fin de normalizar la producción de tráileres domésticos y despu és regresé a mi negocio favorito: el petr óleo. Mis empresas petroleras prosperaban cada d ía más. por lo que se hizo necesaria una expansión. La guerra hab ía agotado prácticamente todas las reservas y durante la posguerra el consumo mundial de Petróleo irradiaba día a día. Los exploradores se movilizaron O (l a Canad á, Centro y Suda Am érica, Africa y Medio Medio Oriente en busca de nuevos yacimientos. Mi instinto, corazonada, suerte — llámelo como quiera—, me Llamo al Medio Oriente por considerarlo el lugar ideal para la exploraci ón petrolera. En 1930 estuve a punto de tener una concesión en aquel lugar, pero dejé pasarla Oportunidad. Sin embargo, muy pronto decidí recuperar el tiempo perdido. En febrero de 1949 las empresas Getty Obtuvieron una concesión por sesenta a ños en la llamada zona neutral, una región
árida, inexplorada y despoblada en el Golfo P érsico, entre Arabia Saudita y Kuwait.
La concesión me la otorg ó Su Majestad, Ibn Saud, rey de Arabia Saudita, y su gobierno recibi ó 12 millones y medio de d ólares por concepto de derechos para explorar y perforar esa zona en busca de petróleo. La operaci ón implicaba un riesgo enorme y nuevamente los industriales del petr óleo predijeron la ruina de mis negocios y la mía propia. Después de cuatro a ños y de un desembolso de I8 millones de dólares, se logr ó encontrar el primer pozo petrolero en la zona neutral. No obstante, hasta 1954 pude disfrutar de mi triunfo y reírme una vez m ás de aquellos que hab ían augurado mi ruina. La zona neutral resultó uno de los más grandes yacimientos petroleros del mundo. los geólogos calcularon conservadoramente conservadoramente que las reservas en esa regi ón excedían la suma de 13 mil millones de barriles. Estas reservas y otras que sumaban millones de barriles de crudo al año, me obligaron a extenderme en otras direcciones. Las empresas construyeron y adquirieron refiner ías adicionales para manejar la enorme producción de crudo. Se han construido, o se est án construyendo oleoductos, bodegas y viviendas para beneficio de los trabajadores. En Wilmington se concluyó la construcción de la refiner ía de Tidewater Oil Company. Costo de 200 millones de d ólares. As í mismo la modernizaci ón de la que se encuentra cerca de san francisco signific ó un desembolso de 60 millones de d ólares. En Gaeta. Italia, opera una refiner ía nueva con una capacidad de 40 mil barriles diarios, y en Dinamarca otra con una producci ón de 20 mil barriles diarios. Entre 1954 Y 1955 se inici ó la construcción de las primeras unidades de una flota de de grandes grandes barcos barcos Petroleros. Petroleros. Varios de ellos ellos
ya fueron puestos en operaci ón. Las empresas Getty recientemente construyeron nuevas e impresionantes oficinas en Los Á ngeles. ngeles. California; Tuba, Oklahoma, y en la ciudad de Nueva York, a un costo cercano a los 40 millones de d ólares. Independientemente de su giro, las f ábricas y negocios propiedad de la organizaci ón Getty están en constante crecimiento. La administración siempre busca la forma de incrementar la producción y con frecuencia estudia proyectos de nuevos productos y aplicaciones y usos diversos para las ya existentes. Las exploraciones petroleras y minerales contin úan activas en los los cuatro continentes. Esta es la historia de c ómo aproveché las oportunidades que tuve para triunfar desde mis inicios como explorador petrolero en Oklahoma hasta que me convert í en un magnate muy rico. rico. , Finalmente me gustaría hacer un comentario breve muy personal y muy breve y algo triste. Durante a ños traté de evitar la publicidad o, más bien, la publicidad me evito a m í, este anonimato termin ó de pronto y para siempre en octubre de 1957, cuando la revista Fortune publicó un artículo sobre las personas m ás ricas de los Estados Unidos. Mi nombre encabez ó la lista y se me dio el t ítulo de "El hombre más rico de Am érica". Posteriormente otras publicaciones publicaciones me bautizaron como "El hombre m ás rico del mundo". Desde entonces, no han cesado cesado las las peticiones para que revele revele exactamente cuánto dinero tengo. Casi nadie me cree cuando digo que me es imposible saber a cu ánto asciende mi capital. La mayor parte de mi riqueza la tengo invertida en negocios de mi propiedad o bajo mi control; jam ás reclamo asuntos de dinero y en realidad no me importa qu é tan rico soy.
En la actualidad las compa ñías de mi propiedad est án poniendo en práctica ambiciosos planes de expansi ón. Me interesa sobremanera enfatizar el hecho de que estas compañías, debido a su constante crecimiento están en posibilidades de ofrecer trabajo y producir productos y servicios para beneficio de todos mis socios y yo estamos convencidos de que a pesar de los temores te mores propios de nuestra era, el mundo está en el umbral de la época más próspera de todos los tiempos.