Cómo dialogar argumentadamente Para que nuestras reflexiones sean cuidadosas y bien hechas, es bueno disponer siempre de algún interlocutor que las cuestione. En este sentido, el diálogo filosófico, o diálogo argumentado, es uno de los mejores métodos para pensar con rigor. Cotidianamente discutimos sobre muchas cosas. Pero una discusión filosófica no debe entenderse como una pelea. Cuando dialogando argumentadamente con otros nos podemos ver obligados a aceptar que estamos equivocados, que no hemos perdido, sino que hemos ganado, pues hemos aprendido algo nuevo.
Tipos de desacuerdo Por lo general, un debate se origina en un desacuerdo. Para desarrollar con rigor un diálogo argumentado, hay que comenzar por identificar el tipo de desacuerdo. ¿Sobre qué estamos debatiendo?, es una útil pregunta filosófica. Desacuerdos verbales. Cuando verbales. Cuando las personas no están de acuerdo en el uso de uso de una palabra. Se resuelve
haciendo precisión sobre el término, acordando nuevo uso del término o cambiándolo. Desacuerdos sobre la verdad de una creencia. creencia. Se resuelve defendiendo la creencia con argumentos que la hagan evidente, atacando la creencia con argumentos que muestren su falsedad, proponiendo un contraejemplo o sencillamente cambiando de creencia. Desacuerdos sobre la pertinencia de un argumento. Cuando argumento. Cuando las personas no están de acuerdo en que el argumento sirve sirve para sustentar la tesis en discusión. Se resuelve defendiendo el argumento con nuevos argumentos que lo hagan relevante o cambiando el argumento. argumento. Cuando las personas no están de acuerdo en que Desacuerdos con respecto al peso de un argumento. Cuando el argumento es bueno bueno.. Se resuelve defendiendo el argumento con nuevos argumentos que lo hagan más fuerte o cambiando el argumento.
Qué argumentos son mejores
¿Qué es un argumento? argumento? Algunas personas piensan que argumentar es, simplemente, exponer sus prejuicios bajo una nueva forma. Por ello, muchas personas también piensan que los argumentos son desagradables e inútiles...Esto es algo muy común. Pero no representa lo que realmente son los argumentos. Dar un argumento significa ofrecer un conjunto de razones o de pruebas en apoyo de una conclusión. Un argumento no es simplemente la afirmación de ciertas opiniones, ni se trata simplemente de una disputa. Los argumentos son intentos de apoyar ciertas opiniones con razones. En este sentido) los argumentos no son inútiles, son, en efecto, esenciales. Anthony Weston, Las claves de la argumentación
Cuando dialogamos argumentadamente debemos evaluar los argumentos propuestos. Pero ¿cómo saber si un argumento es mejor que otro? Estudiando los tipos de argumentos y sus reglas de construcción; es decir, estudiando lógica. lógica. Por el momento, podemos aprender a usar dos procedimientos elementales para poner a prueba un argumento: validez. Cada vez que alguien El test de validez. proponga un argumento, distingamos las razones o premisas ofrecidas de la tesis o conclusión que se quiere defender. Luego de ello, preguntemos: ¿la pretendida conclusión del argumento puede establecerse siempre siempre a partir de las razones ofrecidas? Si la respuesta es negativa,
rechazamos el argumento; si es afirmativa, lo podemos aceptar como un argumento válido. El test de las premisas. Si el argumento es válido, pasamos al segundo test. Esta vez preguntamos: ¿Son ciertas las premisas? Si no son ciertas, rechazamos el argumento; si son ciertas podemos concluir que el argumento es sólido o bueno.
Reglas para dialogar argumentadamente El fin de un diálogo argumentado en filosofía es llegar a una verdad, llegar a un acuerdo sobre lo que se debe hacer, o aumentar la comprensión. Si sólo persigues la victoria o la fama en una discusión, no estás filosofando. La regla básica es, por lo tanto, dialogar con el propósito de lograr una meta común, valiosa en sí misma. He aquí otras reglas: Principio
cooperativo. Coopera haciendo aportes que permitan lograr el objetivo común. Regla de cantidad. Di sólo lo necesario. Y lo suficiente. Regla de cualidad. Sé honesto. Di lo que creas que es verdad. Obvio: ¡Argumenta bien! Regla de relevancia. No cambies el tema. Regla de modo. Sé claro, preciso y ordenado. Por supuesto estas reglas suponen ciertas actitudes por parte de los interlocutores. Si eres una persona terca, obstinada, poco consecuente, pedante, dogmática o indiferente a lo que los otros piensan, es lógico que la conversación, si es que se logra hacer, no irá a ninguna parte. Tienes que tener mente abierta, ser sencillo y paciente.
La finalidad de la argumentación "La naturaleza misma de la deliberación y de la argumentación se opone a la necesidad y a la evidencia, pues uno no delibera allí donde la solución es necesaria, ni argumenta contra la evidencia. El dominio de la argumentación es el de lo verosímil, de lo plausible, de lo probable, en la medida en que este último escapa a las certezas del cálculo. [...] La idea de la evidencia como lo que caracteriza la razón es justo lo que es preciso atacar si se quiere dar lugar a la argumentación, la cual admite el uso de la razón para dirigir nuestra acción y para influir sobre la de otros. [...] La argumentación no puede desarrollarse si se la concibe como una reducción a la evidencia. Su objeto es la aplicación de las técnicas discursivas que permitan provocar o acrecentar la adhesión de los espíritus a las tesis que uno presenta a su asentimiento . Chaim Perelman , ”
Tratado de la argumentación
Pasos para dialogar argumentadamente 1. Estar dispuestos a cumplir con las reglas y tener la actitud necesaria. 2. Identificar el tipo de desacuerdo y actuar en consecuencia. 3. Evaluar cada argumento aplicando: El test de validez. El test de las premisas.
La importancia de saber argumentar Pero es útil la retórica por ser por naturaleza más fuerte la verdad y la justicia que sus contrarios, de manera que si los juicios no son conforme a lo que debe ser; es preciso que sean vencidos por tales contrarios y esto por cierto es digno de reprensión. Y también ante ciertos auditorios ni aun cuando tuviéramos la ciencia más exacta sería fácil que los persuadiéramos con ella, pues el discurso según la ciencia es cosa; de enseñanza, y ello en ese caso es imposible, sino: que es preciso que los argumentos y los razonamientos se hagan mediante nociones comunes. (...) Además es preciso ser capaz de persuadir los contrarios, lo mismo que en los silogismos, no para hacer una y otra cosa, pues no se debe persuadir lo malo, sino para que no nos pase desapercibido cómo es, y para cuando otros usen las mismas razones injustamente, podamos deshacerlas. ( .. .)No es que sean iguales los objetos contrarios de que se trata, sino que siempre lo verdadero y lo bueno son naturalmente de razonamiento mejor tramado y más persuasivo. Aristóteles. Retórica.