do001
6/12/06
10:02
Página 1
DOSSIER NÚMERO 22
INMIGRANTES EL CONTINENTE MÓVIL
6 2 España y Andorra. 9,50 2 Europa.
Joaquín Arango Martin Baldwin-Edwards Philip Martin Jeffrey G. Reitz Ronald Skeldon Isabel Yépez del Castillo Víctor M. Méndez Villegas Nasra M. Shah Lorenzo Cachón Rainer Muenz Marco Martiniello Elspeth Guild Rinus Penninx
6 EUROS
Rainer Bauböck Carl-Ulrik Schierup Giuseppe Sciortino Ferruccio Pastore
ENERO/ MARZO 2007
EDITORIAL
Migración global
L
ILUSTRACIONES DE CARMEN SEGOVIA
as migraciones han sido necesarias para la humanidad desde tiempos antiguos, pero las que se registran a principios del siglo XXI no tienen precedentes. Las migraciones internacionales se han mundializado, aunque, en un planeta crecientemente globalizado, la movilidad de las personas esté severamente restringida (Arango). Este número de VANGUARDIA DOSSIER analiza las causas y características de la migración global, sus oportunidades y sus desafíos, y las respuestas que las sociedades occidentales dan a este reto. En el mundo de principios del siglo XXI hay unos 191 millones de personas que viven fuera de su país de origen, según las Naciones Unidas. Entre 1750 y 1950, unos 70 millones de personas abandonaron Europa en busca de una vida mejor (Muenz). Pero los manantiales de la emigración internacional son ahora Asia, América Latina y África, que dibujan otro mapa. África es un continente de emigración, hecho que aún no ha sido aceptado por Europa (BaldwinEdwards). América Latina y el Caribe, con el 13 por ciento de los emigrantes, es la primera región receptora de remesas (Yépez del Castillo y Méndez Villegas). En el golfo Pérsico, más de la mitad de la población activa es extranjera (Shah). Y la emigración se ha potenciado en Asia por el cambio en China (Skeldon). Las causas de la mundialización migratoria son diversas, desde la miseria y la necesidad de mano de obra hasta la globalización del transporte y de la información, que han achicado el tiempo y el espacio. Pero la economía sumergida no es el resultado de la inmigración irregular, sino su causa fundamental, el auténtico efecto llamada (Cachón). Si los emigrantes fueran a la huelga todos juntos, en todo el mundo, las economías de los países ricos se verían descalabradas y los países con más emigrantes, privados de los envíos de dinero, se arriesgarían al colapso (Pastore). La inmigración puede satisfacer las necesidades del país de origen y del país de acogida, pero en las sociedades democráticas plantea otro reto: cómo integrar a los inmigrantes como ciudadanos de pleno derecho. “Queríamos mano de obra y llegaron personas”, escribió Max Frisch. Y las respuestas de las sociedades occidentales son distintas. Estados Unidos, que es un país de inmigrantes, se siente inseguro por la cantidad de recién llegados (Martin). Una de las lecciones del modelo multicultural canadiense es que resulta esencial una política basada en los derechos humanos, la igualdad y el reconocimiento cultural (Reitz). Y el asesinato del populista Pim Fortyun ha endurecido el discurso holandés, inicialmente también multicultural (Penninx). En la Unión Europea, la inmigración es una de las fuentes de la diversificación de su diversidad, ya que introduce otras religiones y otras culturas (Martiniello) en un continente donde las fronteras internas han dejado de ser estrictas fronteras (Guild) y donde las políticas de ciudadanía pueden derivar en contenciosos entre los estados miembros (Bauböck). En Europa, donde los procesos de exclusión social del inmigrante forman parte de la crisis de la nación y del Estado de bienestar, se vive la inmigración de manera esquizofrénica, entre la oportunidad y la inseguridad, hasta el punto de que el ascenso de la nueva derecha populista puede poner en peligro el proyecto de integración (Schierup). Esta monografía pretende aportar las experiencias de otros países al debate en España, donde se está formando una nueva sociedad, mientras los inmigrantes demuestran, a nivel internacional, una comprensión de los mecanismos de las políticas migratorias superior a la de los legisladores (Sciortino). Xavier Batalla VANGUARDIA | DOSSIER
3
004 Sumario c1
7/12/06
18:56
Página 4
SUMARIO ENERO / MARZO 2007
6| Las migraciones internacionales
en un mundo globalizado
por Joaquín Arango Unos 191 millones de personas viven hoy fuera del país donde nacieron. Aunque las migraciones han sido un fenómeno permanente, las que se registran ahora son globales, tienen unas dimensiones inusitadas y presentan rasgos acusadamente distintos a los de cualquier época anterior. El mundo vive, pues, una nueva era de la historia de la movilidad humana.
16| LA INMIGRACIÓN EN EL MUNDO 18| La migración en la región del Mediterráneo por Martin Baldwin-Edwards A pesar de la importancia que la inmigración representa especialmente para España, Francia e Italia, la Unión Europea no acaba de definir una política común sobre migraciones. También en Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Turquía y Egipto se observa este mismo fenómeno de diferentes maneras.
66| LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA 68| Diez notas sobre la inmigración en España 2006 por Lorenzo Cachón La inmigración será uno de los grandes factores que configurarán las características de la nueva sociedad española, con rasgos muy distintos en el futuro. El fenómeno es importante no sólo por sus dimensiones y celeridad, sino también por los retos que plantea.
76| Europa. Entre la necesidad de emplear mano
de obra foránea y la renuncia de algunos países de la UE a admitirlo
por Rainer Muenz Europa, que en el pasado fue el principal continente generador de emigración, es hoy territorio de acogida. En un próximo futuro, los europeos habrán de rivalizar con países como Estados Unidos, Canadá y Australia para atraer mano de obra cualificada.
106| Algunos elementos para comprender
a los ‘irregulares’
por Giuseppe Sciortino Los procesos migratorios irregulares son el producto de la interacción entre la movilidad a través de los espacios sociales y la aspiración al control de estos espacios por parte de los estados.
110| El continente móvil. Migraciones
y relaciones internacionales
por Ferruccio Pastore Los inmigrantes son un continente en movimiento de casi 200 millones de personas y, en positivo o negativo, representan el principal factor de transformación social, demográfico, económico y cultural de muchos países avanzados.
115| CRONOLOGÍA. UNA HISTORIA DE LA INMIGRACIÓN 134| ÍNDICE 2006
28| Creación y recreación de Estados Unidos por Philip Martin Estados Unidos es el principal país del mundo en recepción de inmigrantes. Mientras los naturales debaten qué clase de sociedad quieren seguir construyendo, los datos sobre los efectos sociales, económicos y políticos de los recién llegados no proporcionan pautas claras para formular políticas concretas.
38| ¿Puede ofrecer lecciones a Europa la experiencia
canadiense?
por Jeffrey G. Reitz El éxito del llamado “modelo canadiense” –Canadá tiene una población extranjera que proporcionalmente es una de las más elevadas del mundo– se basa en la eficacia de sus políticas de selección y de integración de inmigrantes. El concepto de nación multicultural está recogido en la Constitución.
47| Flujos y efectos internacionales en Asia por Ronald Skeldon Las casuísticas migratorias son muy distintas en Asia. Por ejemplo, con la excepción de Hong Kong y Singapur, ninguna economía asiática persigue políticas migratorias de asentamiento permanente. El panorama puede cambiar cuando, en un futuro previsible, gigantes como China e India puedan tener déficit de mano de obra con distintos niveles de cualificación.
53| Las peculiaridades de América Latina y el Caribe por Isabel Yépez del Castillo y Víctor Manuel Méndez Villegas Los 25 millones de emigrantes latinos y caribeños representan el 13 por ciento de la población extranjera en el mundo. La compleja variedad de estos importantes flujos se resiste a generalizaciones arbitrarias y simplificadoras.
59| Políticas migratorias en el golfo Pérsico por Nasra M. Shah Algunos de los seis países del golfo Pérsico figuran entre los que registran porcentajes más elevados de población extranjera. Qatar, por ejemplo, cuenta con el 78 por ciento. Aunque los datos estadísticos son escasos y poco fiables, en la actualidad se observa una tendencia a la aplicación de políticas más activas y duraderas de ayuda a los inmigrantes.
4 VANGUARDIA | DOSSIER
78| Integración y diversidad en una Europa
multicultural
por Marco Martiniello La inmigración ha introducido en los países de la UE nuevas formas de vida, nuevas religiones y nuevas culturas. Pero las visiones que las instituciones europeas tienen sobre este proceso de ampliación de la diversidad permanecen ancladas en el pasado.
84| La Unión Europea y los límites de la soberanía por Elspeth Guild La aceptación de los límites de la soberanía es una de las reglas que tienen que reconocer todos los países socios de la UE. Sin embargo, tanto las políticas de distribución de beneficios sociales como las de seguridad y defensa son las que suscitan más controversias.
PARA SABER MÁS 123| LIBROS 126| LITERATURA 128| CINE 130| VIAJES 132| WEBS
89| Las vicisitudes de las políticas
de integración holandesas
por Rinus Penninx Desde los años 70, en los Países Bajos se han aplicado distintas políticas de integración. A partir de 2002, a raíz del asesinato del populista Pim Fortyun y la victoria del LPF, el discurso político sobre la inmigración ha cambiado de forma radical y se ha endurecido.
95| ¿Quiénes son los ciudadanos de Europa? por Rainer Bauböck Casi 15 años después de la creación de la UE, aún no se ha establecido una política común sobre ciudadanía. La explicación está quizá en que la mayoría de ciudadanos recela de cualquier pretensión de trasladar sus lealtades e identidades a un plano supranacional.
100| El atolladero europeo por Carl-Ulrik Schierup Europa no es ajena a los efectos del crecimiento económico global, incapaz de detener el avance de la pobreza y de frenar la crisis de la democracia liberal. Las políticas comunitarias para la integración de los inmigrantes conducen a un callejón sin salida inmediata.
VANGUARDIA DOSSIER www.vanguardiadossier.com Número 22 / AÑO 2007 Editor: Javier Godó, Conde de Godó Consejera editorial: Ana Godó Director: José Antich Directores adjuntos: Xavier Batalla / Alex Rodríguez Dirección de Arte: Rosa Mundet Redacción: Joaquim Coca / Alejandra Villar (diseño e infografía) Edición gráfica: Guillermina Puig Documentación: Carles Salmurri
© LA VANGUARDIA EDICIONES S.L. BARCELONA, 2005. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS. Esta publicación no puede ser reproducida; ni en todo ni en parte, ni registrada en, o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la empresa editora.
Edita La Vanguardia Ediciones S.L. Avenida Diagonal, 477, 9ª planta 08036 Barcelona
[email protected] Publicidad: Publipress Media, S.A. Av. Diagonal, 475 - 08036 Barcelona. Tel.: 93 344 31 20
[email protected] Suscripción y distribución: Pere IV, 467 - 08020 Barcelona Tel.: 93 361 36 60. Fax: 93 361 36 68
DOSSIER Patrocinado por
[email protected] Depósito Legal: B-12.026.02 ISSN: 1579-3370 Impreso en: ROTOCAYFO-QUEBECOR Distribuye: Gepesa
VANGUARDIA | DOSSIER
5
006 Arango c1
7/12/06
18:33
Página 6
Las migraciones internacionales en un mundo globalizado Joaquín Arango UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
do008_009
6/12/06
10:08
Página 8
L AS MIGR ACIONES INTERNACIONALES EN UN MUNDO GLOBALIZADO
R
ecordar, como frecuentemente se hace, que las migraciones humanas son cualquier cosa menos nuevas, es sin duda saludable. Pero conviene apresurarse a añadir que en cada época de la historia han sido diferentes: en las causas que las motivan, en las principales modalidades que revisten, en las consecuencias que entrañan, en la significación que se les atribuye, en las emociones que suscitan y en las narraciones colectivas a que dan lugar.
Las migraciones que cruzan fronteras seguramente nunca se han situado en lugar tan destacado de la atención pública como a finales del siglo XX y comienzos del XXI, y nunca han sido objeto de tan alta prioridad como la que reciben en las agendas de gobiernos y organismos internacionales, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación. Y sin duda nunca se han vivido con emociones y pasiones tan intensas, no exentas muchas veces de ansiedad y aún temor. En no pocos países, la inmigración se ha politizado fuertemente, y devenido objeto de confrontación partidaria y electoral. Cabe sostener que la extraordinaria relevancia y las grandes implicaciones que justamente se atribuyen en nuestros días a las migraciones internacionales derivan de las características que presentan y del contexto histórico en el que se producen, unas y otro marcadamente diferentes a los de cualquier época anterior, tanto que permiten hablar de una nueva era en la historia de las migraciones internacionales. En efecto, y sin que la explicación de aquella relevancia se agote aquí, el vigente orden migratorio internacional da lugar a importantes desequilibrios y conflictos: entre el volumen de emigración que necesitarían los países desfavorecidos y el que están dispuestos a admitir los 8 VANGUARDIA | DOSSIER
más desarrollados; entre el número de inmigrantes que estos últimos necesitan y el que efectivamente admiten; entre la inmigración que los países receptores desearían recibir y la que de hecho reciben, por mencionar algunos de los más formidables. En las líneas que siguen se examinarán algunos de estos conflictos y sus causas.
Un volumen creciente, pero restringido En contra de lo que frecuentemente se piensa, la explicación de la extraordinaria importancia que se atribuye a las migraciones internacionales en nuestros días no debe buscarse en la magnitud de los flujos. Conviene adelantar que si medir las migraciones, esto es, contar el número de los migrantes, es siempre tarea ardua, tanto por limitaciones estadísticas como por la complejidad conceptual del fenómeno y lo borroso de sus contornos, hacerlo para el conjunto del planeta es tarea condenada a la imprecisión. Por ello, en este terreno nos movemos en una atmósfera opaca e incierta. A pesar de esas dificultades, la División de Población de las Naciones Unidas se ha atrevido a calcular el número de los migrantes internacionales para el conjunto del planeta, entendiendo por tales las personas que viven en un país diferente del suyo. Para el año 2005, la cifra ascendía a 191 millones de personas. Seguramente por ser la única que se ha intentado, el resultado de esa estimación se repite con frecuencia. Pues bien, si por algo debiera llamar la atención tal cifra es por lo exigua que resulta para un mundo poblado por cerca de 6.500 millones de seres y caracterizado tanto por exorbitantes, e incluso crecientes, disparidades internacionales en los niveles de renta y bienestar como por la proliferación de ominosas situaciones de opresión y grave inseguridad. De aproximarse a la realidad, esa estimación implicaría que sólo uno de cada 40 habitantes del mundo menos desarrollado vive en un país diferente del suyo y tiene, por tanto, la condición de emigrante internacional. Y no puede caber duda de que la proporción que suponen los ciudadanos de esos países desfavorecidos que reúnen las condiciones que objetivamente los harían candidatos a la emigración es incomparablemente mayor, cualquiera que sea la forma en que se calcule. Este hecho contradice tanto al saber convencional como a la principal teoría explicativa
L AS MIGR ACIONES INTERNACIONALES EN UN MUNDO GLOBALIZADO
de las migraciones, la económica emanada del paradigma neoclásico. Y lo hace porque, en contra de lo que frecuentemente se piensa y se oye, para que se produzcan migraciones internacionales no basta con que existan acusadas disparidades de renta entre países. La razón de ello es que para emigrar a otro país no basta con tener motivos o con querer hacerlo: hace falta también poder. A la vista de ello no debe extrañar que alguien haya caracterizado nuestro tiempo como la era de la inmovilidad involuntaria. La primera explicación de la limitada movilidad actual –limitada, claro está, a tenor del contexto histórico en que se produce– reside en la infinidad de barreras erigidas por las políticas de inmigración de los países receptores, que por doquier restringen el acceso de inmigrantes y reducen la libre circulación de personas. Es cierto, como se repite hasta la saciedad, que el volumen de los flujos migratorios internacionales se ha incrementado en los últimos decenios, pero también lo es que lo ha hecho en forma mucho más limitada de lo que se piensa. La cifra de 191 millones de migrantes internacionales antes mencionada dobla con creces a la calculada –82 millones– para 1970. Sin embargo, esa diferencia tiene bastante de artificio estadístico: para calibrar su efectiva significación debería deflactarse por el aumento del número de países registrado en el mismo lapso de tiempo. Por poner un solo ejemplo, la desintegración de la Unión Soviética ha contribuido poderosamente a ese aumento, por el simple hecho de convertir a millones de ciudadanos que no se han movido de sus casas en migrantes internacionales, dado que el criterio utilizado para medir el número de éstos es el de vivir en país distinto del propio. Y, en todo caso, ese incremento ha sido muy inferior al del crecimiento experimentado por la población mundial en el mismo período, por lo que en términos relativos la magnitud de los flujos ha tendido más a reducirse que a aumentar. Visto en perspectiva histórica, no cabe duda de que el volumen agregado de los flujos migratorios internacionales a comienzos del siglo XXI es claramente inferior, en términos relativos, al que existía, por ejemplo, hace un siglo. El principal país receptor, Estados Unidos, recibió en el año 1907 la impresionante cifra de 1.700.000 nuevos inmigrantes, un número nunca superado, ni antes ni después. Ahora, con una
población cuatro veces mayor que entonces, es raro el año en el que supera el millón de nuevos venidos. Ciertamente, el número de países receptores es hoy mucho mayor que entonces, pero apenas ninguno muestra la capacidad de acogida que caracterizaba en el pasado a Argentina, Brasil, Canadá o Australia, o, proporcionalmente, a otros de menor tamaño.
Un nuevo mapa migratorio internacional No obstante las observaciones precedentes, la movilidad internacional de personas tiende a aumentar en los últimos decenios, aunque sea en términos absolutos y no relativos. Pero lo más influyente no es que tienda a aumentar sino que se haga cada vez más diversa, sobre todo, aunque no sólo, en términos de orígenes nacionales. Puede decirse que las migraciones internacionales se han mundializado. Ello se manifiesta en el elevado y creciente número de países sistemática y significativamente implicados en las migraciones internacionales y en la multiplicación de rutas migratorias. Hace cien años, el grueso de los migrantes internacionales, nueve de cada diez, desembarcaba en cinco grandes países: Estados Unidos, Argentina, Brasil, Canadá y Australia. Ahora, para dar cuenta de una proporción equivalente, habría que sumar los recibidos por una cuarentena de países. Ello significa que la nómina de países receptores de inmigración, entendiendo por tales los que reciben flujos de forma sostenida y sistemática, se ha multiplicado. La mayor parte de ellos se agrupan en cuatro grandes sistemas migratorios internacionales –Norteamérica, Europa occidental, la región del golfo Pérsico y la cubeta occidental del Pacífico–, que pueden calificarse de mundiales por ser destinatarios de flujos procedentes de múltiples procedencias. A ellos hay que añadir un puñado de países que no forman parte de ningún sistema reconocible, como Israel, Libia, Costa Rica o la República Sudafricana. Para complicar el cuadro, alguno antaño destacado, como Costa de Marfil, está en vías de dejar de serlo. Por el lado de las áreas de origen, los principales manantiales de la emigración internacional ya no están en Europa, sino en Asia, América Latina y África. Hace un siglo, nueve de cada diez emigrantes internacionales eran europeos. En nuestros días, el número de países
Aunque la cifra de inmigrantes, 191 millones de personas, se ha doblado respecto a la de hace 35 años, en términos relativos la magnitud de los flujos migratorios ha tendido a reducirse
VANGUARDIA | DOSSIER
9
do010_011
6/12/06
10:09
Página 10
L AS MIGR ACIONES INTERNACIONALES EN UN MUNDO GLOBALIZADO
que nutren sistemática y significativamente los flujos migratorios internacionales supera el centenar. A los más veteranos se suman constantemente otros nuevos, como Ucrania, Bolivia o Nepal. Algunos grandes países de origen, como China, India o Vietnam, muestran una decidida tendencia a aumentar su participación. En otros, desde Argentina y la República Dominicana a Malasia y Tailandia, pasando por Marruecos, Turquía y varios de Europa central, se intensifica la doble condición de inmigrantes y emigrantes. Algunos de ellos, y muchos otros más, nutren la categoría de países de tránsito, una categoría en fuerte expansión que es en sí misma reflejo de los obstáculos que se oponen a la libre circulación. Tradicionalmente, desde el punto de vista de los flujos migratorios, se tendía a clasificar los países o regiones en receptores y emisores, de destino y de origen. Ahora, razonablemente, suele añadirse una tercera categoría, la de los de tránsito, de creciente importancia. Y frecuentemente se afirma que casi todos los países son a la vez receptores, emisores y de tránsito. Ello es muy cierto, aunque no oblitera la utilidad de la vieja distinción, porque si bien todos reúnen esa triple condición, algunos países son sobre todo receptores y otros son ante todo de origen. La adición de un elevadísimo número de países, de origen, destino y tránsito, al mapa mundial de las migraciones internacionales se completa con una fuerte tendencia a la diversificación de rutas y conexiones origen-destino. Si el mapa vigente en la era precedente podía fácilmente dibujarse con unas pocas flechas de gran grosor que partían del Viejo Continente y desembocaban en los nuevos mundos, el actual, incomparablemente más complejo, aparece cruzado por infinidad de líneas más delgadas que conectan prácticamente cualquier punto del globo con cualquier otro. Algunas de estas conexiones origen-destino hubieran resultado enteramente impensables hace poco tiempo. En vano se buscará en la historia o en la geografía la explicación de muchas de ellas. Los ejemplos podrían multiplicarse hasta dar la impresión de que se paga tributo al exotismo.
La mundialización de las migraciones Este conjunto de cambios en el mapamundi de las migraciones ha supuesto la mundialización de las mismas. Y ningún otro cambio ha sido tan influyente como éste en la configuración de un nuevo orden migratorio internacio10 VANGUARDIA | DOSSIER
nal en el curso de las últimas décadas. En efecto, las migraciones internacionales se han mundializado, en el doble sentido de que la mayoría de los países del planeta participan en ellas y de que las gentes van de cualquier parte a cualquier otra. A diferencia del precedente, el vigente es un sistema global y multipolar. De hecho, el rasgo más destacado de las migraciones internacionales en nuestros días es su carácter mundial, y de él derivan múltiples implicaciones. Algunos autores han cuestionado la idea de que la globalización se haya extendido a la movilidad humana. Si por globalización entendemos el desarrollo de un escenario o espacio mundial unificado, no cabe duda de que, aunque subsistan importantes barreras y reductos proteccionistas, ésta se ha afirmado en ámbitos tales como la producción de bienes, el comercio y las finanzas, pero también las comunicaciones, los transportes y la información. En todos los terrenos mencionados, el mundo es cada vez más uno. Ello entraña la supresión de obstáculos y la liberalización de flujos y de intercambios. Ciertamente, ello no ha ocurrido en la esfera de la libertad de circulación de las personas. Algunas de sus principales modalidades están severamente restringidas, en especial las migraciones laborales y las que conducen al establecimiento indefinido, precisamente las que eran preeminentes en el período anterior. En nuestros días, la libertad de circulación es la excepción; la regulación y la restricción, la norma. La supresión de barreras y la liberalización de flujos que son consustanciales a la globalización no se han extendido a las migraciones internacionales. Ello es muy cierto. Pero también lo es que las migraciones internacionales se han mundializado, en una medida inusitada. En efecto, como ya se ha dicho, las migraciones internacionales de nuestros días tienen por escenario el planeta todo. Esta mundialización puede verse como el correlato de la globalización en el terreno de la movilidad humana, pero constituye una faceta de aquélla distinta de las restantes. Recurriendo a un neologismo, cabe calificarla de fronterizada. En efecto, se trata de una globalización erizada de fronteras y de barreras, una mundialización que se ha producido a pesar de éstas y no gracias a su eliminación; y con los costes y las implicaciones derivados de la necesidad de superar tales obstáculos. Si el orden migratorio precedente, el que tuvo como principal manifestación a las grandes migraciones transoceánicas, se desenvolvió en gran medida en un contexto de libre circulación, el actual transcurre en uno pre-
L AS MIGR ACIONES INTERNACIONALES EN UN MUNDO GLOBALIZADO
En la actualidad, las migraciones internacionales se han mundializado de una manera inusitada y, a diferencia de las anteriores, en un contexto presidido por la restricción y el control
sidido por la restricción y el control. Algunos estudiosos atribuyen esta mundialización migratoria a la globalización de la economía. Una teoría, la conocida como “teoría del sistema mundial”, sitúa la causa de de las migraciones internacionales en los desequilibrios generados por la penetración de las economías más desarrolladas en los países menos desarrollados. Sin embargo, sin descartar esa posible autoría en un cierto número de casos, más influyentes que la económica parecen ser otras facetas de la globalización, en especial la de los transportes, que ha comprimido la distancia y el tiempo, y la de las comunicaciones y la información, que han creado algo parecido a una perspectiva mundial que hace posible que cualquier país pueda constituir destino potencial para los emigrantes y que éstos tiendan a moverse, con éxito variable, por el mundo entero.
Más oferta que demanda La primera implicación de la globalización migratoria es la aparición de un gran desequilibrio entre oferta y demanda de inmigrantes, por expresarlo en términos económicos. En el pasado, la capacidad de acogida de los países receptores era capaz de absorber a todos los que lo intentaban: aunque pasaran penalidades, a los emigrantes no les faltaba adónde ir. Muchos de ellos, de hecho, fueron reclutados. Ahora los candidatos a la emigración, efectivos o potenciales, superan con mucho el número que los receptores están dispuestos a admitir. Ese número se ha multiplicado, tanto por el aumento de la nómina de países de origen como por el fenomenal crecimiento demográfico que ha tenido lugar en el último medio siglo en Asia, África y América Latina. Tomando prestado un término popularizado hace 50 años por el Nobel de Economía jamaicano W. Arthur Lewis, podemos decir que la oferta de trabajo foráneo ha devenido ilimitada. Por el otro lado de la relación, la demanda de inmigrantes ha dejado de ser ilimitada, como prácticamente lo fue durante la era de las grandes migraciones transoceánicas. No cabe duda
de que todas las economías desarrolladas o de alto nivel de renta demandan trabajadores inmigrantes, de iure o de facto. Pero la demanda de inmigrantes, entendida como lo que los economistas denominan demanda solvente –en este caso el número de inmigrantes que los países receptores están dispuestos a aceptar–, se ha reducido considerablemente en el conjunto de los países receptores. En parte ello ha resultado de la disminución relativa de la demanda de trabajo en general, tanto por procesos de mecanización e intensificación de capital y tecnología como por una nueva división internacional del trabajo que ha relegado las operaciones más intensivas en trabajo a países con niveles salariales más bajos. Sin duda hay demanda de trabajo inmigrante, pero en general se sitúa en sectores donde la tasa de beneficio depende de bajos salarios, por dificultades para aumentar la productividad, como ejemplifican diversos tipos de servicios y actividades agrícolas. Y por ello es limitada en volumen. En algunos países receptores, particularmente los del golfo Pérsico y algunos asiáticos, la demanda sigue siendo intensa, pero su magnitud no altera el desequilibrio a escala mundial. Si en el pasado era ilimitada la demanda, ahora lo es la oferta. La disminución también resulta de las fuertes y crecientes reservas que muchas sociedades receptoras muestran hacia el aumento del volumen de la población inmigrada en su seno. No pocos países receptores se muestran reticentes a admitir a los trabajadores foráneos que necesitan, por el temor a que menoscaben la homogeneidad cultural, en la medida en que exista. En tiempos no lejanos, en la literatura especializada se acuñó la expresión wanted but not welcome, queridos pero no bienvenidos, para definir los sentimientos de algunas sociedades receptoras hacia los inmigrantes. Hoy cabría sustituir el primero de los adjetivos, wanted, por needed: precisados pero no bienvenidos.
El impacto sobre la etnicidad No resulta aventurado atribuir una parte importante de esas reticencias a
otra de las grandes implicaciones de la globalización migratoria: la heterogeneidad que caracteriza la composición de los flujos migratorios y su impacto sobre la etnicidad de las sociedades receptoras. En efecto, mientras para los países de origen, tomados en su conjunto, la proporción agregada que suponen los emigrantes es exigua –uno de cada 40–, en los países receptores, debido al mucho más reducido del tamaño agregado de su población, esa proporción es mucho más elevada, uno de cada diez, aproximadamente. Y hay que tener en cuenta que cerca de seis de cada diez inmigrantes internacionales reside en países calificados como de alto nivel de renta. Por supuesto, esa proporción, muy variable entre unos y otros países, se eleva considerablemente si a los inmigrantes que tienen la condición de extranjeros se añaden los que han adquirido la nacionalidad del país receptor y sus descendientes directos. La mundialización de los flujos, con la consiguiente diversificación de orígenes, entraña una creciente heterogeneidad étnica en las sociedades receptoras. Ello está conduciendo, en un corto espacio de tiempo, a su conversión en sociedades multiculturales y pluriétnicas, una transformación histórica de profundidad sin precedentes y vastas implicaciones. El paisaje social de Londres, París, Amsterdam o Berlín, y no digamos el de New York, Sydney o Toronto, es radicalmente diferente del que existía tan sólo hace 50 años. Más de cuatro de cada diez residentes en Toronto ha nacido en países distintos de Canadá; y la proporción asciende a tres de cada cuatro si a ellos se añaden los nacidos en Canadá de un progenitor venido de fuera. En la misma vena, en el curso de la penúltima campaña electoral británica, el entonces ministro Robin Cook se vanagloriaba de que en Londres, cuando las familias se reúnen en torno a la cena, se hablan más de 300 idiomas. De Estados Unidos se ha podido decir que, por primera vez en la historia, un país tiene una población compuesta por todas las razas del mundo, todas las religiones y todas las lenguas. Trágico reflejo de ello es el hecho de VANGUARDIA | DOSSIER
11
do012_013
6/12/06
10:10
Página 12
L AS MIGR ACIONES INTERNACIONALES EN UN MUNDO GLOBALIZADO
que en los atentados del 11 de septiembre contra el World Trade Center perdieran la vida ciudadanos de 78 países. Algo parecido ocurrió, guardadas las debidas proporciones, en los sangrientos atentados contra los trenes de Atocha en el madrileño 11 de marzo de 2004.
El malestar de la multiculturalidad Tan decisiva transformación se vive, en todos los países, con sentimientos encontrados. Muchos ciudadanos ven excesiva la proporción que suponen los venidos de fuera, y expresan temores hacia la pérdida de cohesión social, cuando no abierto rechazo a la sociedad multicultural. Incluso en las tradicionales sociedades receptoras de inmigración de Norteamérica o Australasia, quizás con la excepción de Canadá, en los últimos años pueden estar cambiando significativamente, como nunca lo hicieron antes, las actitudes populares tradicionalmente comprensivas hacia los inmigrantes. En el caso de Estados Unidos, el país de inmigración por antonomasia, cada vez se manifiestan más temores a la supuesta inintegrabilidad de los nuevos inmigrantes, se oyen voces que lamentan la pérdida de calidad de la inmigración, y florecen movimientos “nativistas” y propuestas de “english only”, intentando encontrar en una lengua única que nunca ha tenido carácter oficial el elemento de cohesión que conjure los temores a una diversidad supuestamente inmanejable. Aún así, no obstante las recientes turbulencias aludidas, las reservas hacia la inmigración son mucho menores en los viejos países receptores de Norteamérica o Australasia, seguramente porque la llevan en los genes. En ellos, aunque aumentan las manifestaciones de incomodidad, la venida continuada de inmigrantes sigue siendo vista como un hecho natural cuya continuidad pocos cuestionan. Por el contrario, la conversión en multiculturales se está revelando mucho más difícil en sociedades que reúnen la doble condición de países de inmigración recientes y naciones viejas, formadas hace siglos. Ello es en primer lugar cierto de Europa, donde un largo pasado emigratorio y una tradición de concepciones exclusivistas de la nacionalidad han dejado poderosos sustratos culturales que generan recelos hacia la plena incorporación de los inmigrantes a la sociedad. El temor a la pérdida de homogeneidad o cohesión social y a la difuminación de la identidad nacional se han instalado en amplios segmentos de la sociedad europea, y dado voz a partidos que hacen del rechazo a la inmigración su principal 12 VANGUARDIA | DOSSIER
bandera. Otros países, como Japón, se muestran aún más celosos de la preservación de su homogeneidad y recelosos de la diversidad étnica. En conjunto puede decirse que las actitudes populares hacia la inmigración han cambiado acusadamente. Si bien a ésta nunca le han faltado enemigos, en el pasado tendía a prevalecer una valoración positiva de la misma. Para confirmarlo basta examinar la mitología dominante en el imaginario colectivo de las clásicas sociedades de inmigración. Por el contrario, hoy en día la inmigración es vista ante todo como un problema que hay que gestionar, mitigar o contener, cuando no combatir; como un problema y como un motivo de preocupación. En algunos sitios se desea en cierto volumen, pero como necesidad temporal y localizada, no para su asentamiento indefinido. Si a los extendidos recelos hacia la incorporación de importantes volúmenes de población foránea se une la antes aludida desproporción cuantitativa, que por sí misma haría imposible admitir a todos los candidatos, no será difícil comprender la proliferación contemporánea de políticas restrictivas de la admisión de inmigrantes y de control de flujos.
Diferentes orientaciones, diferentes políticas Prácticamente todos los países controlan y restringen los flujos migratorios, pero lo hacen en formas distintas. A pesar de que la variedad de regímenes migratorios existentes en el mundo desafía la síntesis, pueden distinguirse tres grandes tipos. El primer tipo de régimen migratorio es el practicado por los tradicionales países de inmigración ultramarinos, reducidos en nuestros días a Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Se caracterizan por admitir regularmente y por plazo indefinido a números significativos de inmigrantes, aceptando la perspectiva de su plena incorporación a la sociedad y animando su naturalización. Son los únicos vestigios del modelo clásico de inmigración. La relativa apertura de las vías de admisión legal es compatible con grados variables, a veces considerables, de dureza en las políticas de control, como atestiguan las aparatosas vallas que separan algunos trechos de la frontera mexicano-norteamericana y algunas campañas disuasorias de la inmigración irregular llevadas a cabo por el Gobierno australiano en países vecinos que utilizan tan imponentes figuras de la fauna de ese país como los cocodrilos
L AS MIGR ACIONES INTERNACIONALES EN UN MUNDO GLOBALIZADO
La bolsa de personas inmigrantes en situación irregular es especialmente elevada en Estados Unidos y Europa del sur, y reducida en Canadá y en los países nórdicos
y las serpientes y arañas venenosas; y con el enrarecimiento del clima ciudadano hacia la inmigración antes mencionado en los dos países citados. El segundo tipo es el propio de países democráticos que muestran fuertes reticencias hacia la admisión de inmigrantes, pero reconocen derechos y obligaciones a ciudadanos de otros países. La mayor parte de los países englobables en este régimen son europeos, pero en él se puede incluir también a Japón. Las políticas de admisión se caracterizan ante todo por severas restricciones, rayanas en algunos casos en la prohibición, de las entradas con propósitos laborales. En Europa es una orientación heredera del modelo conocido como inmigración cero adoptado tras la primera crisis del petróleo, a mediados de los años 70. Esta restricción contribuye a que los flujos dominantes sean los constituidos por familiares y de demandantes de asilo, que las sociedades democráticas no pueden impedir, junto con los irregulares que no consiguen evitar. En la mayoría de los países europeos predominan los dos primeros; en otros, principalmente en la Europa del sur, los segundos. En algunos la demanda de asilo se ha erigido en la preocupación preeminente, hasta el punto de haber dado lugar a lo que se conoce como la crisis europea del asilo. En los últimos años, a partir de la década de los 90, se observa una creciente preocupación por la satisfacción de necesidades laborales que no cubre la fuerza de trabajo nativa. En algunos países, como el Reino Unido e Irlanda, más pragmáticos que la mayoría de los continentales, y con mercados de trabajo más flexibles, ello ha dado lugar a la ampliación de la lista de ocupaciones para las que se admiten trabajadores foráneos. No es de extrañar, por ello, que estos dos fueran casi los únicos –junto con Suecia en tono menor– que no impusieron en 2004 una moratoria a la entrada en vigor de la libre circulación de trabajadores tras la ampliación de la Unión Europea de ese año. Otros países, como Alemania, han reverdecido esquemas de inmigración temporal de corta duración. En otros, finalmente,
persisten las fuertes reservas hacia la admisión de trabajadores. Y en varios, como es el caso de Holanda y Dinamarca, se asiste a un endurecimiento del clima político hacia la inmigración, llegando hasta la adopción de políticas que abiertamente pretenden desanimarla. El tercer tipo de régimen migratorio, tras los dos enunciados, es el que prevalece en los países productores de crudo del golfo Pérsico y en otros países asiáticos, y se caracteriza por la política de admitir sólo a trabajadores temporales, una modalidad conocida como “contract labor” que recuerda al modelo guestworker practicado en Europa occidental en el tercer cuarto del siglo XX. Pero, a diferencia de lo que ocurrió en Europa, donde una gran parte de los temporales se convirtieron en permanentes, los regímenes políticos autocráticos existentes en estos países permiten asegurar –en una medida considerable, aunque no completa– la rotación de los trabajadores foráneos, lo que hace imposible casi cualquier posibilidad de integración. Los únicos derechos que se reconocen a los inmigrantes son los muy exiguos estipulados en el contrato, y, desde luego, no incluyen la naturalización, el asilo o la reagrupación familiar. Se trata de un modelo que lleva la concepción utilitarista de la inmigración a sus últimas consecuencias. En apretada síntesis, cabría decir que el primero de los tres tipos de regímen migratorio descritos acepta todos los tipos de migración; el segundo restringe fuertemente la inmigración laboral, aceptando, a veces con reticencias, los derivados de derechos; el tercer tipo sólo acepta la inmigración temporal de trabajadores.
Eficacia y costes de las políticas restrictivas No cabe duda de que las restricciones a la libre movilidad no son nuevas. Pero en nuestros días se han generalizado y endurecido, hasta el punto de no quedar ningún país receptor que no trate de controlar y limitar la admisión de inmigrantes. A ello ha contribuido decisivamente la transformación en receptores de países con fuertes reticen-
cias a la admisión de inmigrantes y a su plena y permanente incorporación a la sociedad y a la nación. Es el caso de la mayor parte de los europeos, de los asiáticos y de los agrupados en el Consejo de Cooperación del golfo Pérsico. La eficacia de las políticas de control de flujos es por lo general limitada, y muy diversa según los países. Desde luego, yerra el dicho popular, repetido hasta la saciedad, de que no se pueden poner puertas al campo: el campo está lleno de puertas, y éstas impiden el paso a muchos y disuaden a muchos más. A pesar de que su eficacia sea sólo relativa, no cabe duda de que la generalización de las políticas restrictivas reduce considerablemente la movilidad internacional de las personas, tanto por frustrar numerosos intentos como, sobre todo, por ejercer un poderoso efecto disuasorio sobre infinidad de candidatos potenciales a la emigración. No otra cosa cabe deducir de las relativamente reducidas cifras de migración a escala mundial antes aludidas. No obstante, todas las fronteras son porosas, en mayor o menor medida. El grado depende de un cierto número de variables, que difieren de país a país. Entre ellas destacan en primer lugar los condicionantes geográficos, que determinan que el control sea más fácil en Canadá que en Estados Unidos o en Irlanda que en Italia. Pero también cuentan otros varios, alguno tan influyente como la extensión de la economía sumergida y del empleo informal. Aunque la generalización es difícil, cabe concluir que las políticas de control funcionan bien allí donde menos dificultades encuentran y mal donde se enfrentan a mayores dificultades. En todo caso, en ningún lugar son plenamente eficaces. Si su objetivo y razón de ser es evitar la inmigración irregular, no cabe duda de que en prácticamente ningún país se consigue. En todos existe alguna bolsa de inmigrantes en situación irregular, aunque la proporción que supongan del total sea muy variable de país a país. Es especialmente elevada en Estados Unidos y Europa del sur, y reducida en Canadá y los países nórdicos. Pero en todos los VANGUARDIA | DOSSIER
13
do014_015
6/12/06
10:10
Página 14
L AS MIGR ACIONES INTERNACIONALES EN UN MUNDO GLOBALIZADO
países los inmigrantes irregulares se cuentan por decenas de miles, si no por centenares de miles o millones. Además, las políticas de control generan considerables y crecientes costes, logísticos y de personal. Y, sobre todo, producen importantes consecuencias no deseadas. En primer lugar, los intentos de esquivar las barreras dan lugar a innumerables tragedias humanas. Una segunda consecuencia no querida ha sido el desarrollo de una poderosa industria de la migración clandestina, generadora de beneficios económicos astronómicos, sólo inferiores a los que depara el narcotráfico o el tráfico de armas. Una tercera es la saturación de los cauces establecidos para la demanda de asilo. Otra más, de naturaleza perversa, es su contribución a la fijación de los inmigrantes en el territorio, reduciendo su propensión a la circulación: cuanto mayores son los costes de entrada, mayor es, razonablemente, la inclinación del que ha conseguido entrar a quedarse y no arriesgarse a no poder volver a entrar si sale. Además, las políticas restrictivas frecuentemente crean dificultades para satisfacer legalmente la demanda de trabajo. Finalmente, la elevada prioridad otorgada por los gobiernos a tales políticas ha incrementado considerablemente la significación de la inmigración irregular, que en otros momentos del pasado era tratada con indiferencia. Para los estados democráticos, la inmigración irregular entraña formidables dilemas y contradicciones. Una de ellas, seguramente la principal para el Estado de derecho, es el conflicto que enfrenta al imperio de la ley la inevitable permisividad que los poderes del mismo Estado tienen que mostrar respecto de una extensa realidad ante la que las posibilidades de actuación rigurosa son inevitablemente limitadas.
Nuevos tipos de flujos Lo que antecede da testimonio de un creciente grado de complejidad y diversidad en la movilidad humana. Esa creciente diversidad se extiende al espectro de formas o tipos de migración dominantes, o a su conceptualización. 14 VANGUARDIA | DOSSIER
En el pasado, en la era de la libre circulación ampliamente entendida, en la que la inmensa mayoría de los inmigrantes eran admitidos sin necesidad de pasaportes y visados, no se precisaba aducir una razón para inmigrar. Por ello, todos podían ser vistos como trabajadores y frecuentemente como pobladores. En el pasado, aunque muchos migrantes retornaran a su país, las migraciones eran generalmente de larga duración o permanentes, y daban lugar a la plena incorporación al país receptor, del que antes o después se convertían en ciudadanos. En todo caso, los países receptores aceptaban y esperaban que los inmigrantes llegaran para quedarse. La vigencia generalizada de políticas restrictivas ha dado lugar a que el tipo único haya sido sustituido por una amplia tipología de migrantes, dado que para poder entrar legalmente en el país de destino es necesario estar comprendido en alguna de las condiciones establecidas por las políticas de admisión. Las principales suelen agruparse en tres grandes categorías –económica, familiar y humanitaria–, a las que hay que añadir una cuarta de hecho, la irregular. La primera, conocida como también como laboral, sigue siendo muy importante, como no podía ser de otro modo. Pero, a excepción de lo que ocurre en los países con regímenes políticos autocráticos, que no reconocen derechos ni los tipos de migración para los que éstos habilitan, las migraciones laborales han perdido la indiscutible preeminencia que tenían en el pasado. Lo mismo puede decirse de la inmigración permanente o para establecimiento, dado que casi todos los países manifiestan una clara preferencia, más o menos reconocida, por fórmulas de inmigración temporal. En los países con estados democráticos, las migraciones laborales comparten esa preeminencia con las que derivan de la posesión de derechos, principalmente la reagrupación familiar y el asilo. Ello es particularmente cierto de países como Canadá, Australia, y más recientemente el Reino Unido e Irlanda. En Estados Unidos tienden a au-
mentar los esquemas de inmigración económica, aunque la avenida más importante es, con mucho, la familiar. Algunos países de Europa del sur, principalmente Italia y España, mantienen cupos anuales para la admisión de trabajadores, aunque por esta vía sólo ingresa una parte reducida del número de los que efectivamente lo hacen cada año. Numerosos países europeos restringen fuertemente la inmigración económica, por lo que la mayoría de los inmigrantes que consiguen entrar lo hacen en virtud de los títulos habilitantes que derivan del derecho a vivir en familia o el derecho de asilo. Esto contribuye a que la inmigración que reciben sea percibida por amplios sectores de la sociedad como no querida. Por supuesto, junto a los mentados hay varios otros tipos de flujos. Entre ellos reciben creciente atención los protagonizados por jubilados y estudiantes. Por otra parte, los cambios en la estructura económica de los países desarrollados a los que antes se ha aludido determinan una estructura de la demanda de trabajo foránea que puede calificarse de bifronte: se dirige por un lado a niveles de cualificación elevados, desde informáticos y técnicos de las industrias de la comunicación a médicos y enfermeras, y por otro a segmentos de baja cualificación, para desarrollar empleos que desdeñan los nativos. Muchos de estos puestos son desempeñados por mujeres, lo que contribuye a la feminización de los flujos, junto a cambios culturales por el lado de la oferta.
Crecientes dificultades para la integración El hecho de que la mayoría de los países receptores de inmigración muestren fuertes reticencias hacia la inmigración –reticencias que pueden sintetizarse en la mencionada expresión wanted but not welcome, deseados pero no bienvenidos– milita decididamente en contra de la integración o plena incorporación de los inmigrantes en las sociedades receptoras. Algunas hacen todo lo posible, generalmente con éxito, para impedirlo; otras, de naturaleza democrática y por ello reconocedoras
L AS MIGR ACIONES INTERNACIONALES EN UN MUNDO GLOBALIZADO
de obligaciones morales y políticas, parecen inclinadas a restringir el número de los admitidos susceptibles de alcanzar la ciudadanía. De hecho, otra característica de la nueva era, influida por los rasgos que revisten en nuestros días las migraciones internacionales y el contexto histórico en el que se producen, es la creciente dificultad para la plena incorporación de los inmigrantes y las minorías étnicas a las sociedades receptoras. A riesgo de incurrir en generalización, puede decirse que en el pasado la integración aparecía como el desenlace natural de la inmigración, que ello se aceptaba por la sociedad receptora y que, en la mayoría de los casos, terminaba produciéndose, en moldes asimilacionistas que nadie discutía. Los inmigrantes se americanizaban o argentinizaban en un par de generaciones, y, de ese modo, la etnicidad quedaba restringida al desván del folklore, en una suerte de “crepúsculo de la etnicidad”. Y se producía espontáneamente, por la acción ordinaria de la sociedad civil y del mercado de trabajo, sin intervención específica de los poderes públicos. Hoy asistimos a una cierta crisis de la integración. En nuestros días, la integración no es el producto, esperado y visto como normal, de la inmigración. En la mayoría de los países la secuencia inmigración-integración se ha roto. No es arriesgado sostener que existen poderosos obstáculos que se oponen a la integración, tanto que los poderes públicos se sienten en la necesidad de promoverla mediante una amplia panoplia de políticas públicas. Y, a pesar de ellas, las luces constituidas por experiencias felices coexisten con extensas sombras de segregación, discriminación, exclusión social y xenofobia. A la extensión y persistencia de las sombras contribuyen las adversas condiciones en las que se desenvuelven hoy en día los procesos de integración. Entre ellas se cuentan, entre otras, el menor vigor del crecimiento económico en comparación con el de épocas anteriores; la peor calidad relativa de buena parte de los empleos ocupados por los inmigrantes; las menores oportunidades de movilidad social que de ello resultan; las fuertes reticencias de algunas sociedades receptoras, entre ellas las europeas, a la plena incorporación de los inmigrantes a la sociedad y a la comunidad política; y el clima social adverso creado por la fuerte prioridad otorgada a las políticas de control y a la lucha contra la inmigración irregular. El último giro de tuerca en esa deriva restricitiva de la integración es la reciente emer-
gencia de una nueva concepción de aquélla que podría calificarse de integración coercitiva. Más allá de sus ribetes neo-asimilacionistas, se trata de una orientación que pone el énfasis en las obligaciones de los inmigrantes y concibe la integración como un premio al que se accede tras superar algunas pruebas, más que como un proceso bidireccional que hace posible la superación de obstáculos.
En lugar de conclusión Las migraciones internacionales presentan a comienzos del siglo XXI rasgos acusadamente diferentes de los de cualquier período anterior, tanto que puede hablarse de una nueva era en la historia de la movilidad humana. Su actual fisonomía ha ido tomando forma en los últimos decenios del siglo XX, sobre todo desde los años 70, en un proceso que prosigle su curso. Tales rasgos contribuyen decisivamente a explicar la relevancia contemporánea que revisten, las intensas emociones que despiertan y la general prioridad que reciben en las agendas de numerosos gobiernos y organismos internacionales. El contexto internacional contemporáneo no resulta muy propicio para las migraciones internacionales, no obstante su tendencia a aumentar en volumen. En un mundo crecientemente globalizado, la movilidad de las personas está severamente restringida. En las mayores regiones del orbe, la falta de empleo y de oportunidades de vida para grandes segmentos de la población, junto con la proliferación de conflictos y situaciones de crisis, generan exorbitantes necesidades de emigrar. Sin embargo, para la mayoría de los que serían candidatos a la emigración, de no existir las barreras que la impiden o dificultan, esas posibilidades están gravemente cercenadas. La mayor parte de los que pueden soslayarlas o superarlas lo hacen corriendo riesgos e incurriendo en gravosos costes. Y los que emigran son en demasiadas ocasiones los que sus países más necesitarían que permanecieran. Al otro lado de la relación migratoria, los países desarrollados y de alto nivel de renta necesitan inmigrantes, por razones demográficas y laborales. Pero en muchos de ellos la lógica económica y demográfica cede ante la lógica política y securitaria que emana de la existencia de fuertes rechazos a la inmigración y a la sociedad multicultural. En consecuencia, el fuerte potencial de complementariedad inherente a la desigual distribución internacional de las personas y los recursos apenas se materializa.
En muchos países, la lógica económica y demográfica que hace necesaria la presencia de extranjeros, cede ante la lógica política que emana del fuerte rechazo que suscitan los inmigrantes y las sociedades multiculturales
VANGUARDIA | DOSSIER
15
016 UMMA Global
5/12/06
10:56
Página 16
-455.000 +1.083.000 -2.295.000 FLUJOS MIGRATORIOS Media anual 2000-2005 positivos negativos
Un total de 190.634.000 personas viven fuera de sus países de nacimiento en todo el mundo, una cifra que representa el 2,94 por ciento de la población del planeta
+103.000
LA INMIGRACIÓN EN EL MUNDO
-128.000
Los países con más población inmigrante
#17 Kazajstán 2,6%
+100.000 inmigrantes
26,8%
33,6%
9%
2.502.000 > (16,9%) 16.000 refugiados
28%
Porcentaje que representan los inmigrantes de cada continente sobre el total de la población inmigrante del mundo 64.116.000 NÚMERO TOTAL INMIGRANTES DE INMIGRANTES QUE RESIDEN 53.291.000 51.124.000 INMIGRANTES EN CADA INMIGRANTES CONTINENTE
2.225.000 > (39%) +20.000 1.778.000 refugiados
50
#20 Japón
40
5.034.000
#14 Hong Kong 2.999.000 > (42,6%) 2.000 refugiados
2.048.000 > (1,6%) 2.000 refugiados
#11 Australia
+54.000
4.097.000 > (20,3%) 63.000 refugiados Acoge el 81,4% de los inmigrantes de Oceanía
30
3,8 4,2
17.069.000
INMIGRANTES
+32.000
5.034.000
#3 Alemania 10.144.000 > (12,3%) 877.000 refugiados #4 Ucrania 6.833.000 > (14,7%) 2.000 refugiados
+60.000
5% 5,6%
10
AS I A
0
6%
+220.000
53.291.000
+190.000
INMIGRANTES
Acoge el 18,8% de los inmigrantes de Europa
6,1% AMÉRICA
EUROPA
ÁFRICA
ASIA
Acoge el 11,9% de los inmigrantes de Asia
#7 Canadá 6.106.000 inmigrantes > (18,9%) 141.000 refugiados
190.634.000
+210.000
10,7%
+50.000
-362.000
A M É R I C A 51.124.000
#6 Arabia Saudí 6.361.000 > (25,9%) 241.000 refugiados
INMIGRANTES
#1 Estados Unidos 38.355.000 inmigrantes > (12,9% de la población de EE.UU.) 421.000 refugiados +1.160.000
16 VANGUARDIA | DOSSIER
64.116.000
10,7%
INMIGRANTES
-280.000
10%
#8 India
lectura del gráfico
Posición que ocupa en el ránking de países que acogen inmigrantes
17.069.000
14
Costa de Marfil 2.371.000 inmigrantes > (13,1%) Porcentaje de población que representan sobre el total del país
Porcentaje de inmigrantes sobre el total de África
Flujo migratorio, media anual 2000-2005
#5 Francia #13
Emiratos Árabes Unidos 3.212.000 > (71,4%) 0 refugiados
-74.000 F U E NT E : International Migration 2006. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (División de Población) de las Naciones Unidas. Informe de octubre de 2006
7,5%
+60.000
#12 Pakistán 3.254.000 > (2,1%) 961.000 refugiados
INMIGRANTES
3,9 8,4%
5.700.000 > (0,5%) 163.000 refugiados
Á F R I C A
#18 Estados Unidos acoge el 75% de los inmigrantes de América
15,8%
E U R O P A
INMIGRANTES
11,9%
+80.000
-140.000
INMIGRANTES
OCEANÍA
#2 Rusia 12.080.000 > (8,4%) 2.000 refugiados
4,7
20
INMIGRANTES
Este gráfico muestra los 20 países del mundo donde viven más inmigrantes. Se detallan la cifra absoluta de personas, el porcentaje respecto a la población total del país, el número de refugiados y los flujos migratorios registrados entre los años 2000 y 2005
#15 Israel 2.661.000 > (39,6%) 1.000 refugiados
#19 Jordania 60
>> >>>
O C E A N Í A
-120.000
+120.000
137.000
6.471.000 > (10,7%) 877.000 refugiados +405.000
#9 Reino Unido 5.408.000 > (9,1%) 289.000 refugiados
#10 España 4.790.000 > (11,1%) 6.000 refugiados
#16 Italia 2.519.000 > (4,3%) 16.000 refugiados
VANGUARDIA | DOSSIER
17
do018_019
7/12/06
19:15
Página 18
Martin Baldwin-Edwards CODIRECTOR DEL OBSERVATORIO DE LAS MIGRACIONES MEDITERRÁNEAS (ATENAS)
La migración en la región del Mediterráneo
L
A EMIGRACIÓN ES, EN LA CUENCA
mediterránea, un fenómeno muy antiguo del que han surgido profundas relaciones culturales y sociales a lo largo de los siglos. Con el crecimiento de la brecha económica entre los países de la Unión Europea y los países en desarrollo del Sur, Europa se convierte en un destino cada vez más atractivo. El impacto inmediato de la emigración ilegal –también de turistas que prolongan su estancia y trabajan– se ha dejado sentir en todos los países del norte del Mediterráneo: España, Italia, Malta, Grecia y Chipre. Algunos emigrantes intentan viajar hacia el norte de Europa –sobre todo al Reino Unido–, donde las oportunidades de empleo son bastante elevadas, pero la gran mayoría de ellos parece encontrar trabajo en los países de la Europa meridional. La gran importancia de la economía informal en Grecia, Italia y España se ha convertido en una fuerza básica que impulsa la emigración hacia esos países; a ello habrá que añadir el previsible problema futuro de la escasez de mano de obra debida al cambio demográfico. En los últimos tiempos, el norte de África se ha convertido en una región de tránsito e incluso de destino para los emigrantes ilegales procedentes del África subsahariana y Asia: la meta es Europa, pero la inmensa mayoría permanece en situaciones de gran penuria en los países norteafricanos. Un importante porcentaje de quienes realizan esos arriesgados viajes a través de mares y desiertos africanos
18 VANGUARDIA | DOSSIER
muere en el camino. También Turquía se ha convertido en país de tránsito y destino para aquellos emigrantes que no son capaces de entrar en Grecia o Bulgaria.
Pautas de emigración en el Mediterráneo Hay, en líneas generales, tres pautas de emigración en la cuenca mediterránea. La primera consiste en movimientos sur-norte, desde el norte de África hasta los países del sur de Europa, sobre todo España e Italia y, en menor medida, Grecia y Francia. La segunda son los movimientos sur-este-norte, en la que participan emigrantes procedentes de países asiáticos, como Pakistán o Bangladesh, o países africanos como Nigeria y Senegal. Las migraciones cruzan muchos otros países, y los últimos por los que suelen transitar son los del norte de África o Turquía, que con el recrudecimiento de los controles europeos se han convertido en países de destino final. La tercera ruta podría describirse a grandes rasgos como de norte-este-oeste; implica a los antiguos países socialistas, como la emigración de albaneses a Grecia e Italia, de búlgaros y rumanos a Italia, España y Grecia. Esas emigraciones parecen ahora menos problemáticas debido a las inminentes adhesiones de Bulgaria y Rumanía a la Unión Europea, y también porque el número de emigrantes albaneses ha experimentado cierta estabilización. Las emigraciones sur-este-norte son movimientos escalonados complejos, terrestres y marítimos, pero que en el tramo final suelen hacerse de modo típico por mar. Aunque re-
lativamente pequeñas, estas emigraciones ilegales son las que han tenido una gran repercusión en las comunidades locales y también, en términos políticos, en el plano nacional y europeo. A lo largo de los últimos años las cifras han crecido de forma muy importante. También las rutas sufren continuos cambios en respuesta a las políticas gubernamentales. El Centro Internacional para el Desarrollo de Políticas Migratorias (ICMPD) ha identificado tres rutas ilegales de inmigración por mar al sur de Europa: la ruta africana occidental, la ruta africana oriental y septentrional, y la ruta mediterránea oriental. En la ruta africana occidental, los principales puntos de llegada son la isla de Fuerteventura, los enclaves de Ceuta y Melilla, así como la costa meridional de España situada frente a Marruecos. La mayoría de las salidas se efectúan desde este país, aunque algunas se producen en el Sáhara Occidental y, de modo más reciente, en Mauritania. En el caso de la ruta africana oriental y septentrional, los principales puntos de llegada son las islas italianas de Lampedusa, Pantelleria, Linosa, Sicilia, así como Malta. El principal punto de partida es Libia, pero también Egipto. En el caso de la ruta mediterránea occidental, el principal país de tránsito es Turquía. Desde el sur de Turquía, los barcos llegan a Italia y al norte de Chipre; desde el oeste de Turquía, a las numerosas islas griegas del mar Egeo; y, desde Estambul, franquear el río Hebros permite la entrada en territorio griego.
Los “refugiados del mar mediterráneos” Lo que en otro tiempo fue una práctica tolerada de unos pescadores españoles necesitados de ingresos que se ganaban un sobresueldo con sus pateras, se ha convertido desde mediados de la década de 1990 en un fenómeno más serio de tráfico de personas o de intentos individuales de cruzar el Mediterráneo y llegar a la “próspera Europa”. Uno de los primeros informes sobre los “refugiados del mar mediterráneos” ofreció la cifra de 1.573 inmigrantes ilegales interceptados por España en 1996, pero este número enseguida ascendió a 15.000 en 2000. En 2003 se llegó a 19.176 personas interceptadas y a 11.781 en 2005. Los datos provisionales de 2006 indican que el total del año puede superar el alcanzado en 2003. En el caso de las llegadas a Italia, en 2003 se registraron 14.017 procedentes del norte de África; en 2004, la cifra descendió a 12.737 inmigrantes ilegales en 231 embarcaciones. En 2005 VANGUARDIA | DOSSIER
19
do018_019
7/12/06
19:18
Página 20
L A MIGR ACIÓN EN L A REGIÓN DEL MEDITERR ÁNEO
se registró un fuerte aumento hasta llegar casi a las 23.000 personas, y los datos provisionales de 2006 apuntan hacia una cantidad aún mayor. Las cifras en los casos concretos de Malta y Grecia son mucho más pequeñas, pero proporcionalmente constituyen un problema. A lo largo de 2006, Malta y Grecia han sufrido incrementos de la inmigración marítima ilegal, pero no existen datos precisos. Así, para toda la región europea meridional, el año récord de 2002 ha sido superado ya en 2006, con aumentos inesperados de los refugiados del mar y con las consecuentes enormes dificultades en la acogida y la asistencia médica en las islas españolas e italianas, así como en Malta. La figura 1 muestra algunos datos oficiales de llegadas conocidas a lo largo de los últimos años. Las nacionalidades de los inmigrantes no están bien documentadas –y con frecuencia se ocultan para evitar la deportación–, pero el ICMPD calculó para 2003 que un 25 por ciento era subsahariano, un 25 por ciento procedía de otros países, sobre todo de Asia, y un 50 por ciento, del sur o el este del Mediterráneo. Los datos de 2004 muestran para Italia una creciente proporción de egipcios (60 por ciento) y un 28 por ciento de subsaharianos; en el caso de Malta, en cambio, la principal nacionalidad fue la somalí (40 por ciento), seguida de la egipcia (15 por ciento) y la
LLEGADAS DE INMIGRANTES POR MAR A EUROPA MERIDIONAL
eritrea (15 por ciento). Las interceptaciones españolas en el mar a lo largo de 2004 fueron principalmente de ciudadanos subsaharianos: los principales países de origen fueron Malí y Gambia, con cifras inferiores de Guinea, Costa de Marfil, Ghana, Sudán, Liberia, Mauritania, Nigeria y Guinea Bissau. También fueron interceptados algunos centenares de indios y bengalíes. Los datos españoles para 2005 hablan de 368 cadáveres o personas desaparecidas: 267 subsaharianos, 85 magrebíes y 16 saharianos occidentales. Los dos centros de estancia temporal de Ceuta y Melilla acogían a finales de 2005 a unas 2.000 personas. El 61 por ciento procedía de países subsaharianos –muchos de ellos de Malí (23 por ciento) y Camerún (7 por ciento)–, aunque también había cantidades más pequeñas procedentes de toda la región, como de Guinea Bissau, Guinea y Ghana. El 18 por ciento de los acogidos procedía de India y el 17 por ciento de Argelia. Según una pequeña submuestra de emigrantes subsaharianos por nivel educativo, más del 20 por ciento tenía un título universitario y otro 46 por ciento poseía un nivel de educación razonable. Un estudio de la Cruz Roja mauritana realizado en mayo y junio de 2006 sobre 667 emigrantes ilegales detenidos señaló que la gran mayoría era de Senegal (71 por ciento) y Malí (19 por ciento). El 62 por ciento tenía menos de 35
FIG.1
2003
2004
años, y el 74 por ciento declaró haber pagado el viaje con dinero propio y no con donativos familiares o préstamos. De modo similar, las investigaciones llevadas a cabo en Marruecos y Ceuta en 2005 indican que los emigrantes ilegales no son los más ricos ni los más pobres en sus países de origen. Los entrevistados en Marruecos –casi todos africanos subsaharianos– pagaron desde varias mensualidades a varias anualidades de salario medio para realizar el viaje, aunque pocos pudieron pagarlo por adelantado. En el centro de Ceuta, los bengalíes eran los más numerosos en el momento de las entrevistas. Afirmaron haber pagado 6.000-8.000 euros por un viaje en diferentes etapas: en avión hasta Dubai y luego Bamako (Malí), por tierra hasta Marruecos y luego por mar hasta Ceuta. Entre los motivos para emigrar se encontraba la pobreza autopercibida –es decir, relativa–, pero también, de modo más importante, el efecto de la inestabilidad política sobre el empleo y la seguridad económica.
Respuestas políticas del sur de Europa Los países europeos meridionales de España, Italia y Grecia reciben desde hace más de dos décadas la inmigración ilegal de –y, más recientemente, a través de– sus vecinos más pobres del norte de África y de los Balcanes. Toda la Europa meridional ha mostrado deficiencias en
EXPEDIENTES Y PUESTA EN PRÁCTICA DE DEVOLUCIONES Período de 2002 a 2004
EXPULSIONES
Período de 2002 a 2005 2002
L A MIGR ACIÓN EN L A REGIÓN DEL MEDITERR ÁNEO
EXPEDIENTES
2005
Total
Voluntarias
Forzosas
FIG.2
PORCENTAJE DE EXPEDIENTES / EXPULSIONES
429.000
110.518
33.381
77.137
26%
Islas Canarias
9.875
9.382
8.426
4.715
ALEMANIA
Estrecho de Gibraltar
6.795
9.794
7.249
7.066
ITALIA
235.462
80.600
18.445
62.155
34%
23.719
14.331
13.635
22.824
REINO UNIDO
210.000
20.893
3.975
16.918
10%
1.800
ESPAÑA
192.322
84.216
2.394
81.822
44%
3.116
PAÍSES BAJOS
186.000
62.468
8.694
53.774
34%
BÉLGICA
155.384
40.907
9.421
31.486
26%
Islas italianas Malta
1.680
Grecia
3.286
TOTALES FUENTES:
45.355
ministerios nacionales
568 2.636 36.711
1.369 3.112 33.791
39.521
155.062
36.321
2.562
33.759
23%
GRECIA
88.920
41.030
0
41.030
46%
REP. CHECA
80.179
2.288
981
1.307
3%
1.986.139
662.377
139.272
523.105
33%
FRANCIA
UE-25 FUENTES:
20 VANGUARDIA | DOSSIER
Comisión Europea, MEMO/05/288
la gestión de unas políticas migratorias organizadas y en la aplicación de leyes de empleo, hasta el punto de que la gran mayoría de inmigrantes que ha logrado regularizar su situación lo ha hecho mediante programas de legalización. En realidad, las políticas migratorias de España, Italia y Grecia han excluido la inmigración legal, pero han facilitado la regularización tras la entrada ilegal o la residencia y el trabajo ilegal. De modo que el papel económico que desempeñan los inmigrantes en las economías de esos países constituye una de las principales explicaciones de la magnitud de la inmigración ilegal en Europa meridional. En el seno de la Unión Europea se ha producido una gran presión sobre el sur de Europa para que controle de modo más agresivo el fenómeno de la inmigración ilegal. Hay una multitud de acuerdos y directrices de la Unión Europea sobre la gestión de la inmigración ilegal, pero casi nada sobre la gestión de la necesaria inmigración legal. Este déficit refleja en gran medida los intereses de los países del norte del Europa, con sus variadas historias de políticas y experiencias migratorias. Por ello existe en la actualidad una tensión entre los intereses económicos específicos del sur de Europa y las exigencias comunitarias de control de la inmigración ilegal. Los estados disponen de un número limitado opciones políticas para responder a la presencia de inmigrantes ilegales en su territorio. Dichas opciones son de tres tipos: 1. Tolerancia ante la presencia y el trabajo de los inmigrantes ilegales. 2. Regularización de la presencia de los inmigrantes ilegales –por ejemplo, mediante programas de legalización. 3. Expulsión del territorio.
nales de la década de 1980, España e Italia añadieron la legalización a sus respuestas políticas; y desde 1991 Grecia empezó a recurrir a la expulsión como política principal. A partir de su primera legalización en 1998, Grecia también empezó a recurrir de modo más serio a la política de legalización; sobre todo, tras una resolución judicial de 2001 prohibiendo la expulsión sin proceso legal. De modo más reciente, España e Italia –en particular, tras las iniciativas comunitarias– han empezado a desarrollar políticas de expulsión. Por ello, en 2006 hay un alto grado de semejanza en las políticas de los tres países en la gestión de la inmigración ilegal, con un fuerte énfasis en las medidas de legalización y expulsión, y un peso relativamente menor de la tolerancia. En 2006, las poblaciones inmigrantes en España, Italia y Grecia han crecido hasta el punto de que las proporciones se acercan a las del norte de Europa. En España y Grecia se calcula que la proporción de inmigrantes supera el 10 por ciento de la población total; en Italia, el porcentaje de inmigrantes legales es sólo del 4 por ciento, pero existe una cantidad muy grande de “inmigrantes circulares” ilegales de Rumanía y, en menor medida, de Bulgaria.
Políticas coordinadas para la gestión de los flujos migratorios ilegales La cooperación internacional o bilateral es un componente esencial de la gestión de la inmigración, ya sea legal o ilegal. En realidad, no hay mucha cooperación en el ámbito de la contratación de inmigrantes legales, y la mayor parte de la cooperación regional y bilateral se centra en detener los flujos migratorios o devolver a los inmigrantes ilegales. La política de expulsión de inmigrantes ilegales, que se ha convertido en un instrumento mucho más importante desde 2000, no se puede llevar a cabo legalmente sin la cooperación del país al cual es emigrante es expulsado. De modo ocasional, puede realizarse me-
DEVOLUCIÓN DE INMIGRANTES ILEGALES.
En la práctica, todos los países utilizan una combinación de los tres instrumentos, pero hasta muy poco con unos énfasis bastante diferentes. En los primeros tiempos de la inmigración a gran escala al sur de Europa, los tres países se inclinaron por la tolerancia. A fi-
diante un acuerdo informal entre gobiernos; por lo general, se necesitan acuerdos de readmisión bilaterales –y, de forma más reciente, multilaterales–. Lo habitual es que tales acuerdos especifiquen el modus operandi de la readmisión; en especial, en lo referente a los procedimientos y condiciones y las nacionalidades de los emigrantes cuya repatriación será aceptada. La aceptación de una devolución de ciudadanos de terceros países, que no son nacionales de ninguno de los dos países involucrados, ha resultado ser un asunto muy problemático en todas partes. Por lo que hace a la Unión Europea en el período 2002-2004, la Comisión Europea ha calculado que, a grandes rasgos, se materializó uno de cada tres expedientes de repatriación. La figura 2 proporciona datos sobre expedientes y aplicación de las expulsiones en los casos de países con cifras significativas. Como puede verse en la tabla, los países de Europa meridional aplican el mayor número de devoluciones tras Alemania y los Países Bajos. Grecia, España e Italia también presentan el mayor porcentaje de aplicación de los expedientes, junto con una mayor dependencia de las expulsiones forzosas. No cabe duda de que estas cifras reflejan la naturaleza de la inmigración ilegal a España, Italia y Grecia, en la medida en que las infracciones fronterizas no requieren un proceso legal para la repatriación, salvo cuando se solicita asilo político. Sin embargo, también pueden reflejar la frecuente negativa de las autoridades de los países del sur de Europa a aplicar el derecho de asilo. No hay datos publicados sobre la nacionalidad de los emigrantes devueltos. Según algunos cálculos realizados a partir de los datos del Centro de Información, Reflexión e Intercambio en materia de Cruce de Fronteras e Inmigración (CIREFI), en 2004 los ciudadanos marroquíes fueron objeto del 58 por ciento de las expatriaciones desde España, frente al 37 por ciento desde Francia y el 14 por ciento desde Italia. ACUERDOS DE READMISIÓN EN EL ÁREA MEDITERRÁNEA. Los acuerdos de readmisión y
VANGUARDIA | DOSSIER
21
do018_019
7/12/06
19:20
Página 22
L A MIGR ACIÓN EN L A REGIÓN DEL MEDITERR ÁNEO
de otros tipos de cooperación han resultado difíciles de negociar en la región, aunque Italia ha tenido más éxito que España –sobre todo, porque los ha vinculado a la ayuda al desarrollo y otros beneficios–. La figura 3 muestra el actual estado de la cuestión en la zona. Chipre y Malta no han firmado acuerdos válidos en el área mediterránea. Los acuerdos españoles con Marruecos sólo han permitido una cantidad muy pequeña de devoluciones de africanos subsaharianos desde 2004; por lo general, hay problemas para la devolución a Marruecos de ciudadanos de terceros países. El acuerdo con Mauritania está en vigor desde principios de 2006 e incluye la devolución de senegaleses y malienses, con algunas señales informales de que son los únicos nacionales de terceros países aceptados por Mauritania. España también tiene un acuerdo informal con Malí, y a lo largo de 2006 ha repatriado con discreción pequeñas cantidades de malienses. Los acuerdos italianos están en vigor desde hace algún tiempo, con un uso limitado. Las llegadas ilegales masivas se han realizado de forma mayoritaria en años recientes a través de Libia, por lo que Italia ha negociado con ese país diversos acuerdos para la devolución forzosa de todas las nacionalidades a Libia. Dichos acuerdos incluyen la financiación de un centro de detención en el norte de Libia y otros dos en el sur. Italia también financia vuelos de repatriación desde Libia al país de origen, incluida Eritrea. Grecia llevó a cabo sin supervisión legal su acuerdo policial sobre devoluciones con Albania entre 1991 y 2001, cuando esa política fue declara inconstitucional en los casos que no implicaran violación de fronteras. El acuerdo más reciente con Turquía ha tenido serios problemas de aplicación, puesto que este país se ha negado a aceptar la devolución de ciudadanos de terceros países. Es un caso similar a las dificultades que hay entre España y Marruecos. Hay serios problemas de traslados no autorizados de emigrantes ilegales por parte de las autoridades turcas y griegas a uno y otro lado del río Hebros 22 VANGUARDIA | DOSSIER
–una frontera natural que separa el norte de Grecia y Turquía–, y algunos emigrantes ilegales han perecido ahogados como consecuencia de esas acciones ilícitas. OTRAS INICIATIVAS BILATERALES Y MULTINACIONALES. En la región mediterránea, la
cooperación bilateral se lleva a cabo desde hace más de una década; en particular, en relación con los controles fronterizos. Uno de los primeros ejemplos tuvo lugar entre Italia y Albania; el acuerdo incluyó la cooperación policial y patrullas conjuntas a lo largo de la costa albanesa, así como el suministro de equipo técnico y la puesta en común de datos de inteligencia. Todo ello se produjo en el marco del acuerdo de readmisión entre Italia y Albania firmado en 1998 cuyo objetivo era detener el tráfico de emigrantes. Una cooperación similar se ha producido entre España y Marruecos, aunque con unas relaciones diplomáticas más difíciles. La cooperación ha incluido patrullas conjuntas a lo largo de las fronteras terrestres y marítimas, intercambio de oficiales de enlace en los puestos aduaneros de aeropuertos y fronteras, así como una considerable ayuda financiera a Marruecos para el desarrollo de los sistemas de control fronterizo. De modo más reciente, Italia ha firmado diversos acuerdos de cooperación con Libia, con el suministro de equipo técnico, cursos de formación e intercambio de oficiales de enlace para mejorar la capacidad de control fronterizo por parte libia. En 2006, Senegal aceptó la presencia de patrulleras italianas y españolas en sus aguas costeras, pero sólo para vigilancia. En septiembre de 2006 la Comisión Europea decidió financiar medidas de emergencia para controles marítimos con tres proyectos relativos a España, dos a Malta y uno a Italia. Los proyectos españoles se referían a centros de acogida y primeros auxilios en las islas Canarias, así como a la vigilancia costera destinada a impedir la inmigración ilegal desde Mauritania; los proyectos malteses, a vigilancia e instalaciones de acogida; y el italiano, a instalaciones de acogida en la isla de Lampedusa. Tam-
bién en septiembre de 2006, la Comisión anunció la concesión de ayuda económica a Libia para combatir la emigración ilegal. Se esperaba que la asignación económica de tres millones de euros garantizaría la cooperación libia en un ejercicio coordinado por la agencia europea Frontex, y en el cual participarían barcos militares de Italia, Malta, Grecia, Francia y Alemania en el Mediterráneo oriental. La posición de Libia era y sigue siendo que el énfasis principal debe realizarse en la prevención de la inmigración ilegal en la propia Libia, más que en las labores de patrulla en el Mediterráneo. El ejercicio, denominado Nautilus, se llevó a cabo sin participación ni cooperación libia.
La aparición como destino (involuntario) de los países de norte de África y Turquía El éxito relativo con que España e Italia han logrado patrullar y limitar la entrada ilegal de inmigrantes desde las costas norteafricanas se pone de manifiesto por la aparición reciente de Marruecos y otros países norteafricanos como países de inmigración. Ante las graves dificultades para acceder a la “fortaleza Europa”, los emigrantes africanos y asiáticos se acumulan en gran número en ciertos países; en particular, en Marruecos, Mauritania y Libia. Según algunos cálculos, la cifra de quienes esperan cruzar a España o Italia supera el medio millón, si bien no hay ninguna prueba fidedigna que justifique una estimación tan elevada. ve básicamente la política migratoria como una política de seguridad, puesto que no sólo es país de tránsito sino también país de destino. La ley n.º 02/2003 relativa a la entrada y estancia de extranjeros, inmigración y emigración ilegal entró en vigor en noviembre de 2003. Con ella, el tráfico de emigrantes se convirtió en delito, y también se garantizaron algunos derechos a los extranjeros. También en 2003 se crearon dos nuevas instituciones: la Dirección de Migración y Vigilancia de Fronteras (Ministerio del Interior) y el Observatorio de las Migraciones. MARRUECOS
L A MIGR ACIÓN EN L A REGIÓN DEL MEDITERR ÁNEO
Los datos sobre inmigrantes presentes legalmente sólo hacen referencia a 60.837 personas en 2002, con unas 28.000 de Europa y 25.000 de África, de las cuales 14.000 eran de Argelia y algo menos de 2.000 de Túnez. La trayectoria de Marruecos en lo referente a los refugiados y solicitantes de asilo es más bien pobre, y un detallado informe de Human Rights Watch ha denunciado hace poco malos tratos a empleados domésticos infantiles. La colaboración con España, incluidos los oficiales de enlace en diversas regiones españolas y el sistema SIVE de vigilancia naval, ha sido amplia y en apariencia ha tenido éxito a la hora de reducir la emigración y el tránsito migratorio desde Marruecos. La figura 4 muestra las cifras de emigrantes ilegales interceptados entre 2000 y 2004. De esas cifras parece desprenderse que el control de la emigración ilegal de marroquíes mejoró a partir de 2003, año del incremento de la actividad estatal en ese ámbito. Otros informes indican que a lo largo de 2004 se realizaron progresos en el desmantelamiento de las redes de tráfico y que en 2005 se produjeron nuevas reducciones de la emigración ilegal. Marruecos tiene acuerdos de readmisión con España y con Italia; asimismo, desde 2004 acepta la devolución de pequeñas cantidades de emigrantes subsaharianos ilegales procedentes de España. También ha iniciado una cooperación con Nigeria para la readmisión de inmigrantes ilegales; en 2004, Nigeria envió cinco aviones para repatriar a 1.700 nigerianos que residían ilegalmente en Marruecos. Sin embargo, la respuesta estatal más frecuente consiste en encarcelar a los refugiados o emigrantes ilegales; o, sencillamente, expulsarlos de territorio marroquí abandonándolos en el desierto de Argelia. La violencia por parte de las autoridades estatales marroquíes ha sido bien documentada por Médicos sin Fronteras y constituye una inquietud adicional al “enfoque de seguridad” cuya adopción por parte de Marruecos se ha alentado. Médicos sin Fronteras señala que de 2.193 casos de subsaharia-
nos tratados médicamente a causa de violencia física (2003-2005), en el 52 por ciento de los casos los responsables fueron los servicios de seguridad marroquíes, en el 29 por ciento las redes delictivas, y en el 15 por ciento los servicios de seguridad españoles.
les 9.612 eran argelinos, 6.363 marroquíes y 4.612 franceses. Del África subsahariana la cantidad total apenas superaba el millar de personas. LIBIA carece, en realidad, de política in-
migratoria. No hay una distinción clara entre inmigrantes legales e ilegales; no existe un procedimiento de asilo ni sistema de protección para los refugiados; el país no ha ratificado la Convención de Ginebra sobre los refugiados y no reconoce a la ACNUR. No ha participado en el Proceso de Barcelona y no tiene relaciones formales con la Unión Europea. En 2005 se crearon dos nuevos órganos institucionales: un departamento de control y pasaportes y un servicio de guardacostas. Asimismo, en 2005 se aprobó una ley contra el tráfico de personas, con una pena máxima de un año de cárcel. Libia tiene acuerdos
ARGELIA no tiene cooperación con la Unión Europea ni con Marruecos, aunque participa en la iniciativa mediterránea del Diálogo 5+5 dirigida por la Organización Internacional para las Migraciones. En los años 2003 y 2004, el número de inmigrantes ilegales detenidos fue de 4.870 y 5.680, respectivamente. Argelia ha firmado acuerdos de readmisión con España e Italia, pero no hay disponible información sobre su funcionamiento. Los datos censales de 1998 indicaban que en Argelia residían unos 72.000 extranjeros, de los cuales 58.000 procedían de estados árabes, 5.000 de Europa y 7.000 ACUERDOS CONOCIDOS DE READMISIÓN de países africanos no árabes. Y COOPERACIÓN POLICIAL EN LA REGIÓN
FIG.3
DEL MEDITERRÁNEO TÚNEZ,
como Marruecos, ha aprobado recientemente nuevas leyes relativas a la emigración ilegal. Dos leyes aprobadas a principios del año 2004 pretenden limitar la migración ilegal y las redes delictivas asociadas a ella. Una ley permite una vigilancia más estricta de los barcos, regula sus propiedad y establece leyes para el amarre en los puertos. La otra corrige una ley de 1975 sobre pasaportes y documentos de viaje, en la cual las sanciones para la ayuda directa o indirecta a la migración ilegal son punitivas y llegan hasta los 20 años de cárcel y multas de hasta 67.000 euros. Túnez tiene un acuerdo de readmisión con Italia que también cubre la admisión de no nacionales. No existen datos sobre el funcionamiento del acuerdo. Hay un reducido número de extranjeros residentes legalmente en el territorio: en 2004 ascendían a 35.192, de los cua-
ESPAÑA
ITALIA
GRECIA
1998 V
ALBANIA
1995 V
2000
ARGELIA
2004 V
BULGARIA
1997 P 1998 V
1998 V
CROACIA
1998 V
1996 V
EGIPTO
2000 V
2000 V
2006 F
GAMBIA GUINEA BISSAU
2003 P
GUINEA
2006 F 2000 F 2003 F 2006 F
LIBIA
MARRUECOS 1992 P 2000 F 1998 F MAURITANIA
2003 P
NIGERIA
2001 F
RUMANÍA
1997 V 1998 V
2000
TÚNEZ
1998 V
TURQUÍA
2001 V
1995 V 2003 F
1990 F 2002 V
V = en vigor / F = firmado / P = provisional
EMIGRANTES ILEGALES INTERCEPTADOS EN MARRUECOS Período de 2002 a 2004 2000
FIG.4
2001
2002
2003
Marroquíes
9.353
13.327
16.034
12.493
9.353
Extranjeros
15.056
13.100
15.363
23.851
17.252
24.409
26.427
31.397
36.344
26.605
TOTAL FUENTES:
2004
Mediterranean Migration report 2005, CARIM
VANGUARDIA | DOSSIER
23
7/12/06
19:22
Página 24
L A MIGR ACIÓN EN L A REGIÓN DEL MEDITERR ÁNEO
bilaterales con varios países de la Unión Europea –incluida Italia– y los emigrantes ilegales devueltos a Libia son deportados a continuación a su país de origen, sin procedimiento legal en ningún momento. El número y la proporción de inmigrantes en Libia es elevado: las estimaciones oscilan entre los 1,1-1,4 millones y los 1,8 millones, de los cuales sólo 600.000 son trabajadores legales. Con una población total registrada de 5,5 millones de habitantes, eso significa que el porcentaje de población inmigrante oscila entre el 25 y el 30 por ciento. Tra-
dicionalmente, la mayoría de los trabajadores temporales procedía de Egipto, Túnez y Marruecos; sin embargo, la reciente no exigencia de visado para los africanos ha dado lugar a una fuerte entrada de subsaharianos. En 2003 Libia expulsó a unos 43.000 inmigrantes, de los cuales el 38 por ciento eran egipcios, el 15 por ciento nigerianos y más del 33 por ciento subsaharianos. En 2004, un importante funcionario declaró a una delegación del Parlamento Europeo que el país había repatriado a 75.000 personas; entre ellas a 17.000 nigerianos, 11.000 ghaneses, 7.000 nigerianos, 5.000
L A MIGR ACIÓN EN L A REGIÓN DEL MEDITERR ÁNEO
egipcios y 3.000 sudaneses. Sin embargo, se cree que la mayoría de los inmigrantes ilegales que residen en Libia no son emigrantes en tránsito, sino que sencillamente buscan trabajo. Dada la ausencia de una infraestructura inmigratoria básica, no hay mecanismos para distinguir entre motivaciones o tipos de inmigrantes. EGIPTO carece esencialmente de una política inmigratoria: la entrada en territorio egipcio es percibida ante todo como un asunto de seguridad. La responsabilidad sobre los no nacionales y los
trabajadores extranjeros está repartida entre una gran cantidad de ministerios, con frecuentes problemas de coordinación. Egipto tiene un pequeño número de residentes extranjeros; según el censo de 1996, unos 116.000. Las cifras más elevadas son de sudaneses, palestinos y rusos. Sin embargo, se cree que hay varios millones de refugiados no reconocidos, indistinguibles en muchos aspectos de los inmigrantes ilegales. Sigue sin existir una legislación interna o una protección efectiva de los solicitantes de asilo, cuya responsabilidad se traslada a la ACNUR con el supuesto de su relocalización en un tercer país. Egipto no tiene tratados de readmisión con los países del sur de Europa, al margen de unos acuerdos de cooperación policial con Italia y Grecia. Hay una ausencia casi completa de información sobre el papel de Egipto en los movimientos migratorios ilegales, aunque según algunas informaciones el Ministerio del Interior mantiene registros de los inmigrantes irregulares y colabora de modo frecuente con la Interpol y las potencias extranjeras en este ámbito.
130,1
LOS PAÍSES CON LA TASA DE NATALIDAD MÁS ALTA Hijos por mujer
EL “BOOM” DEMOGRÁFICO
1 Níger 2 Guinea Bissau
Uganda, Níger, Mali, Malaui, Chad, Burundi, Liberia y Guinea Bisau triplicarán su población a mediados de siglo
7,9 7,1
3 Mali
Cifras en millones de personas
7,1
2006
4 Somalia
2050
7
5 Uganda
50,2
6,9
6 Afganistán 6,8
42
7 Angola 6,8
LA EXPLOSIÓN DEMOGRÁFICA
8 Burundi
31,5
6,8
En el año 2050 la población del planeta habrá aumentado en un 41 por ciento. África encabezará el boom demográfico, doblando con creces el número de sus habitantes
9 Liberia 6,8
10 RD Congo 6,7
14,4
11 Sierra Leona
9.243
Cómo se reparte y cómo se repartirá la población
LA EVOLUCIÓN Cifras (proyecciones) en millones de habitantes
millones de habitantes
2006
2050
GUINEA BISSAU
NÍGER
25,8
CHAD
3,4
Sierra Leona
LIBERIA
7,8
ÁFRICA
UGANDA BURUNDI
RD Congo 5 13,6% AMÉRICA
AMÉRICA
1.259
>> 13,7%
40% 35,2
países que triplicarán su población en 2050 países con 50 o más nacimientos por cada 1.000 hab. países entre 45 y 50 nacimientos por cada 1.000 hab.
898 EUROPA
>> 11,2%
7,2% EUROPA
665
732 2
ÁFRICA
>> 14,1%
21,6% ÁFRICA
1.994
924
1
ASIA
0 2006
2050
-9%
116%
Angola
MALAUI
>> 60,5%
3.968 57,1% ASIA
>>
33%
in a
POSICIÓN DEL RÁNKING QUE OCUPA EN:
>
5.277
Population Reference Bureau (PRF). 2006 World Population data sheet F UE N TE:
1. 31 1 (1. > 43 Es 1.1 7) ta 22 do ( 1 s .6 In do Uni 28) do ne Br sia s > 29 as > 9 22 il (42 5 Pa > 1 0) ( 2 8 ki 8 7 st (26 5) á 0) n Ba ng > 1 66 la (2 Ru de sh 95) si a > > 14 1 Ni ge 42 ( 7 (2 1 31 r 10 ) Ja ia > ) pó 13 n 5 ( > 12 299 RD ) 8 (10 Co 0) Et ng io o pí > 6 a > 3 (1 75 8 (14 3) 5)
3
OCEANÍA
34
2006
1
2
3
4
5
6
7
2050
2
1
3
6
7
5
8
>> 0,5%
OCEANÍA 0,5%
24 VANGUARDIA | DOSSIER
12,8
El caso africano
a
4
In di
millones de habitantes
10,7 MALI
1,4
> >>
6
6.556
44,4
4,4 VARIACIÓN DEL CRECIMIENTO
7
10 27,7
9 8
Somalia
13,9
6,5
Ch
do018_019
48
41%
PAÍSES MÁS POBLADOS En millones de personas (entre paréntesis, cifras de 2050)
8
9 4
10 9
10
TURQUÍA. La inmigración ilegal, con Turquía como país de destino y de tránsito, se ha convertido en una cuestión importante a lo largo de la última década: desde 2001 desarrolla una política activa en este terreno. Cabe identificar hoy tres tipos de inmigrantes irregulares en Turquía: los inmigrantes económicos, que permanecen un tiempo en el país antes de desplazarse a Europa occidental o septentrional, los que tienen un visado expirado y trabajan ilegalmente y los solicitantes de asilo rechazados. Sin embargo, dada la naturaleza ilegal de todos esos inmigrantes, así como la naturaleza del enfoque turco a las solicitudes de asilo, hay una gran confusión entre los tres tipos. De todas formas, las nacionalidades de esos tipos tienden a ser específicas: quienes trabajan ilegalmente con un visado expirado suelen proceder del antiguo bloque soviético (Rumanía, Moldavia, Rusia y Ucrania); los inmigrantes económicos en tránsito son de Oriente Medio (sobre todo, de Iraq e Irán), pero también de Asia (Pakistán, Bangladesh, Sri Lanka) y África (Nigeria, Somalia, República del Congo); los solicitantes de asilo proceden también, de modo predominante, de Iraq e Irán, y debido a las incertidumbres del proceso de asilo se convierten en irregulares y engrosan las filas de los inmigrantes ilegales. Si bien algunos funcionarios afirman que hay “casi un millón de trabajadores extranjeros ilegales en Turquía”, los
VANGUARDIA | DOSSIER
25
L A MIGR ACIÓN EN L A REGIÓN DEL MEDITERR ÁNEO
análisis independientes se muestran escépticos ante la magnitud de esa cifra y calculan una cantidad más realista de varios cientos de miles de inmigrantes irregulares a largo plazo. Los datos acumulados de detenciones de inmigrantes ilegales por parte de los servicios de seguridad turcos indican que durante el período 1995-2004 se produjeron medio millón de detenciones. Las principales nacionalidades fueron iraquíes, afganos, paquistaníes e iraníes, aunque hubo más detenciones de emigrantes ilegales turcos que de iraníes. Las principales regiones de origen fueron Oriente Medio, las antiguas repúblicas soviéticas y Asia. Los datos anuales muestran su máxima expresión en el año 2000, con 95.000 detenciones, y luego un descenso hasta las 56.000 en 2003: esta evolución parece reflejar un control policial más agresivo de la inmigración ilegal por parte de las autoridades turcas, y un desvío hacia otras rutas de la emigración internacional.
Políticas migratorias de la Unión Europea en el Mediterráneo A lo largo de la historia de la Unión Europea ha habido un notable énfasis unilateral en los aspectos de la seguridad y el control inmigratorio –fronteras, asilo, expulsión de inmigrantes– y una ausencia casi completa de coordinación regular de la política sobre inmigración por trabajo, los asuntos de la legalización de los inmigrantes ilegales y, hasta hace poco, sobre los derechos de los inmigrantes a largo plazo. Si nos fijamos de modo específico en tres cuestiones relevantes para Europa del sur, en 2006 no existe una política común sobre admisión de inmigrantes –más allá de las reglas Schengen para visitantes–, hay una importante política sobre expulsión de inmigrantes ilegales, aunque nada sobre legalización, y también una importante política sobre solicitud de asilo. En 2003 el Reino Unido propuso una nueva visión de la protección de refugiados que incluía la idea de “centros de tránsito”. La mayoría de esas nociones fueron retiradas en la reunión del Consejo Europeo de Tesalónica, pero en junio de 2004 la Comisión Europea afirmó su intención de proponer un nuevo régimen de políticas. El Parlamento Europeo rechazó en 2004 las propuestas del Reino Unido y de Alemania e Italia que, en esencia, consistían en mantener a la mayor parte de los refugiados fuera de Europa y, en particular, en África del Norte. Tras la oposición del Parlamento Europeo y también de muchos estados miembros, Italia es26 VANGUARDIA | DOSSIER
tableció de forma independiente acuerdos bilaterales con Marruecos, Túnez y Libia, básicamente vinculando los acuerdos de readmisión a la ayuda al desarrollo y a cuotas de inmigración a pequeña escala. En octubre de 2004 Italia expulsó, sin permitirles solicitar asilo, a mil personas a Libia, que a su vez las deportó a Egipto y Nigeria. Dado que Libia no reconoce la Convención de Ginebra ni aplica el procedimiento de asilo de la Unión Africana, eso significó en la práctica que a los inmigrantes se les negó el derecho de asilo aun cuando habían llegado a un país de la Unión Europea. El Parlamento Europeo aprobó una resolución condenando por ilegales las expulsiones italianas realizadas desde Lampedusa entre octubre de 2004 y marzo de 2005. De modo similar, la ACNUR condenó un incidente con 180 personas el 17 de marzo de 2005. A lo largo de 2005 y 2006 se llevaron a cabo nuevas expulsiones, aunque en cantidades más pequeñas. Un informe reciente de la Comisión Europea no hace mención alguna a esos serios problemas con “terceros países seguros” como Libia, al tiempo que admite que la “UE no tiene relaciones formales con Libia... Libia no es miembro del Proceso de Barcelona... y no hay posibilidad de un diálogo formal sobre la gestión de la inmigración”. El informe también señala que Túnez no tiene un sistema de asilo que funcione, pero que a pesar de eso la Unión Europea planea incluir ese país en el plan de acción de la Política Europea de Vecindad. En el caso de Marruecos, la principal preocupación de la Comisión parece ser no haber logrado concluir un acuerdo de readmisión que incluya a los no nacionales, a diferencia de España, que sí lo ha concluido. La actual agenda de la Unión Europea recicla todo ese antiguo bagaje que los analistas serios desacreditaron hace años como las “causas básicas de la inmigración”, mientras hace gala de una hermosa retórica acerca de la erradicación de la pobreza y la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. En realidad, los últimos documentos políticos se preocupan sobre todo de las medidas de seguridad –patrullas costeras, Frontex, más tecnología de detección, mejor gestión de las migraciones en los países norteafricanos, acuerdos de readmisión–, si bien, de cara a la galería, exhiben una honda inquietud por los problemas fundamentales a los que se enfrentan las economías africanas. La cuestión fundamental, el hecho de que África es hoy un continente de emigración, no ha sido aceptada aún por los países de la Unión Europea.
19:11
Página 28
997.000
Creación y recreación de Estados Unidos Estados Unidos es un país de inmigrantes que se siente inseguro por la cantidad de recién llegados y por su integración. A los estadounidenses se les recuerda a menudo que, salvo la población india original, ellos o sus antepasados abandonaron otro país para empezar de nuevo en la “tierra de las oportunidades”, con lo que se refuerza la idea de que la inmigración permite a los individuos mejorar sus condiciones de vida al tiempo que fortalece el país.
6%
Otros
11% Europeos y canadienses
640.000
16% 18%
Asiáticos
443.000
10%
Philip Martin PROFESOR EN LA UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA-DAVIS. PRESIDENTE COMPARATIVE IMMIGRATION AND INTEGRATION PROGRAM (CIIP). COAUTOR DE MANAGING LABOUR MIGRATION IN THE TWENTYFIRST CENTURY (YALE UNIVERSITY PRESS), 2006
982.000
7/12/06
365.000
do028_029
7%
13%
23%
13%
29% 32% Latinoamericanos y caribeños
37%
L
A INMIGRACIÓN TAMBIÉN COMPORTA
comporta numerosos cambios y nos plantea preguntas fundamentales a los estadounidenses. ¿Quiénes somos? ¿Qué clase de sociedad hemos construido y quién debe ser acogido en ella? ¿Qué debemos hacer para alentar la integración de los recién llegados? ¿Cómo debemos tratar a aquellos que llegan sin que nadie los haya invitado? El debate sobre la política estadounidense de inmigración se enmarca cada vez más entre los extremos del “no a la inmigración” y el “no a las fronteras”. La Federación para la Reforma Inmigratoria Estadounidense (FAIR), por ejemplo, denuncia que la inmigración a gran escala contribuye al crecimiento de la población y a la degradación del medio ambiente, desplaza la mano de obra estadounidense no cualificada y reduce sus salarios, y amenaza los vínculos culturales que unen a los estadounidenses. En consecuencia, la FAIR pide una drástica reducción de la inmigración –de un millón de personas a unas 150.000 anuales– y argumenta que “suspender la inmigración” tendría el beneficio añadido de permitir que se adaptaran mejor entre sí los recién llegados y los estadounidenses. En el otro extremo, el periódico económico más importante del país, “The Wall Street Jour-
28 VANGUARDIA | DOSSIER
nal”, ha abogado en repetidas ocasiones por una enmienda constitucional de cinco palabras: “Las fronteras se mantendrán abiertas.” La principal justificación para que no existan fronteras es económica: si hay más personas quiere decir que hay más trabajadores y consumidores, y también una economía en expansión; y “The Wall Street Journal” cree que tales beneficios compensan cualquier coste de la inmigración a gran escala. Otros defensores de una mayor inmigración argumentan que los recién llegados inyectan “sangre fresca” al espíritu empresarial de la economía estadounidense, mientras que grupos como la Organización de Chinos Estadounidenses (OCA) o el Grupo de Presión Irlandés por la Reforma Inmigratoria (ILIR) quieren más inmigración desde determinados países o regiones.
Cifras y “puertas” Entre 1990 y 2005 se admitieron en Estados Unidos 14 millones de inmigrantes legales, lo que representa un millón de inmigrantes anuales. El número de inmigrantes legales ha ido en aumento: 250.000 de promedio anual en la década de 1950, 330.000 en la década de 1960, 450.000 en la década de 1970 y 735.000 en la década de 1980. Hasta la década de 1960, la mayoría procedía de Europa, pero el origen de los
43% 10%
32%
34%
39%
40%
50%
40%
1970-79
1980-89
1990-99
2000-05
1960-69
Promedio anual de inmigrantes legales
FIG.1
Cifras por región de origen Nota: Los porcentajes pueden no sumar 100 debido al redondeo
inmigrantes se modificó después de los cambios políticos de 1965. Los inmigrantes procedentes de América Latina y Asia han constituido el 75 por ciento de los inmigrantes en Estados Unidos desde la década de 1970 [véase figura 1]. Sea cual sea el año considerado, la mayoría de inmigrantes “admitidos” ya vivían en Estados Unidos. En 2005, por ejemplo, las dos terceras partes de los inmigrantes “admitidos” según datos gubernamentales ya estaban en Estados Unidos y sólo transformaron su situación jurídica –de estudiante o extranjero ilegal, por ejemplo, a inmigrante legal. El sistema estadounidense de admisión de extranjeros se compara a menudo con una ca-
sa con diversas puertas: las puertas principales son para los inmigrantes legales permanentes; las puertas laterales son para los inmigrantes legales temporales, y las puertas traseras para los inmigrantes ilegales. Existen cuatro tipos de inmigrantes que entran a través de “puertas principales”. Casi el 65 por ciento de los inmigrantes legales permanentes son apadrinados por familiares, lo que significa que los familiares que viven en el país piden al Gobierno que permita su admisión. Existen dos amplias subcategorías de inmigrantes apadrinados por familiares: familiares directos de ciudadanos estadounidenses y otros familiares [figura 2, en la página siguiente]. No hay límite para el número de visados de inmigración que se otorgan a familiares directos de ciudadanos estadounidenses y, en 2004, se concedieron unos 406.000 a cónyuges, padres e hijos de ciudadanos estadounidenses. En cambio, existe un tope para el número de visados que pueden otorgarse a familiares de residentes permanentes en Estados Unidos y familiares más lejanos; en 2004, se concedieron unos 304.000 visados dentro de esta subcategoría. El gran número de postulantes de este tipo de visados familiares conduce a largas esperas, de manera que los cónyuges de nacionalidad mexicana de inmigrantes tienen que aguardar siete años para obtener el visado, y los
El sistema estadounidense de admisión de extranjeros se compara a una casa con cuatro puertas: los inmigrantes legales entran por la principal, los temporales por las laterales y los ilegales entran por las puertas traseras
VANGUARDIA | DOSSIER
29
028 Martin
5/12/06
13:22
Página 30
CREACIÓN Y RECREACIÓN DE ESTADOS UNIDOS
Extranjeros en Estados Unidos
FIG.2
2002
2003
2004
1.063.732
705.827
946.142
Familiares directos de ciudadanos estadounidenses
485.960
332.657
406.074
Otros inmigrantes acogidos por familiares
362.037
241.031
369.685
Por razón de trabajo
174.968
82.137
155.330
Refugiados y asilados
126.084
44.927
71.230
Inmigrantes legales permanentes
89.596
87.173
99.025
298.000
304.000
308.000
Inmigración por “diversidad” y otros inmigrantes Emigración estimada Llegada de inmigrantes temporales
27.897.734 27.849.443 30.781.330
Visitantes por turismo / negocios
19.956.230
20.142.909
22.802.907
Estudiantes extranjeros
646.016
624.917
620.210
Trabajadores extranjeros temporales
655.949
650.126
684.381
1.062.279
1.046.422
1.241.089
Inmigrantes ilegales: detenciones Traslados o deportaciones Número estimado de extranjeros no autorizados FUENTE:
178.026
150.542
189.368
8.400.000
9.250.000
10.100.000
Anuario estadístico sobre inmigración 2004
hermanos y hermanas adultos, 20 años. Muchos no esperan, sino que entran en el país con un visado de visitante y se quedan, o cruzan la frontera ilegalmente, de manera que una parte de la población extranjera ilegal consiste en familiares de residentes legales, que pueden aspirar con el tiempo a obtener la residencia. El segundo grupo en orden de magnitud de los inmigrantes que entran por una “puerta principal” lo constituyen los admitidos por razón de trabajo: 155.000 en 2004. Casi el 85 por ciento de los visados de inmigración por empleo se otorgan a extranjeros que ya están en Estados Unidos, incluidos muchos que ya están empleados por el mismo empresario que los apadrina. Sin embargo, una vez que el trabajador extranjero ha conseguido el estatuto de inmigrante legal, puede cambiar de trabajo, y muchos abandonan el empleador tan pronto lo logran. El tercer grupo lo constituyen los refugiados, tanto extranjeros reasentados en Estados Unidos que han escapado de la persecución en sus países de origen, como los cubanos, a quienes se les permite permanecer en el país si logran pisar “tierra firme”, de acuerdo con una ley de 1966. Los asilados son extranjeros llegados directamente a Estados Unidos y han pedido asilo, han sido reconocidos como refugiados y se les ha concedido el visado de inmigración, lo que incluye tanto al peticionario como a los familiares. El cuarto grupo que entra por una “puerta principal” son los inmigrantes por “diversi30 VANGUARDIA | DOSSIER
En el año 2005 la policía estadounidense detuvo a unos 12 millones de personas que pretendían cruzar ilegalmente la frontera desde México
dad”, una categoría que se creó en 1990 para compensar los flujos migratorios. La política inmigratoria estadounidense favoreció a Europa occidental hasta 1965, en que fue superada por los flujos migratorios de América Latina y Asia. En un esfuerzo por otorgar un mayor número de visados a países como Irlanda, el Gobierno estadounidense ofrece 50.000 visados anuales para inmigrantes “diversos”. Una vez llegados a Estados Unidos, los inmigrantes normalmente se quedan. La Oficina del Censo supone en sus proyecciones demográficas que anualmente emigran unos 300.000 residentes estadounidenses, lo que equivale al 30 por ciento de la inmigración estimada neta. Estados Unidos ansía atraer a la mayoría de los diversos tipos de visitantes temporales que entran por “puertas laterales”, como pone de manifiesto la publicidad de las compañías aéreas y los hoteles para turistas extranjeros. La llegada de visitantes temporales se incrementó en la década de 1990 hasta alcanzar un máximo de 34 millones en 2000 y bajó después de los ataques terroristas del 11-S, sobre todo en lo que respecta a visitantes por turismo y negocios. Dos categorías de visitantes temporales que entran por las “puertas laterales” tienen un especial interés: los estudiantes extranjeros y los trabajadores extranjeros. Las admisiones de estudiantes extranjeros se doblaron en la última década, de manera que en cualquier momento en el país hay 750.000 estudiantes extranjeros y visitantes de intercambio. Desde 2003, los estudiantes extranjeros tienen que pagar cien dólares para financiar la base de datos que los controla mientras están en el país, el Sistema de Información de Estudiantes y Visitantes de Intercambio [véase www.ice. gov/sevis/index.htm]. Uno de los efectos ha sido el descenso del número de estudiantes extranjeros, en particular los procedentes de Oriente Medio; las instituciones educativas y los dirigentes empresariales achacan este descenso a las políticas de seguridad estadounidenses. El Consejo Nacional de la Ciencia, entre otros organismos, ha advertido del riesgo de que Estados Unidos pierda su ventaja competitiva si no permite permanecer y trabajar en el país a los titulados extranjeros en ciencias o ingeniería [véase www.nsf.gov/nsb/documents/2003/nsb 0369/nsb0369.pdf]. Otros argumentan que no hay déficit de estudiantes de ciencias o ingeniería, y que los departamentos académicos sin atractivo para estudiantes estadounidenses quieren estudiantes extranjeros para cubrir
CREACIÓN Y RECREACIÓN DE ESTADOS UNIDOS
puestos académicos con salarios bajos. Muchos estudiantes extranjeros se quedan para trabajar en el país después de titularse, tal como pone de manifiesto el creciente número de trabajadores extranjeros temporales. La mayoría abandona el país tras varias semanas, meses o años de trabajo, pero a algunos se les permite permanecer hasta seis años –incluyendo quienes poseen visados H-1B, que se otorgan a extranjeros con titulaciones universitarias en puestos de trabajo estadounidenses que requieren tales titulaciones– y pueden quedarse en el país si encuentran un empleador que los apadrine para un visado de trabajo. El número de admisiones con visados H-1B se dobló en la década de 1990 y casi se dobló de nuevo a principios de la década siguiente hasta llegar a casi 400.000 en 2004. La mayor parte de titulares de visados H-1B procede de India y China, y la mayoría trabaja en el sector informático. El presidente de Intel, Craig Barrett, y otros directivos de empresas de alta tecnología afirman que el proceso para obtener la residencia en Estados Unidos debería ser más fácil; Barrett aboga por “grapar una carta verde” o visado de inmigrante a cada título universitario estadounidense en ciencias o ingeniería obtenido por un estudiante extranjero. La mayoría de estudiantes que obtiene su primer diploma universitario en ciencias o matemáticas son estadounidenses, pero la mayoría no prosigue los estudios para obtener un título avanzado, puesto que no accede a mayores ingresos y oportunidades que compensen el tiempo y el dinero necesarios. Los críticos sostienen que los empleadores deberían reestructurar los salarios y los incentivos, de tal manera que los estadounidenses consideren que es preferible obtener títulos avanzados en ciencias o ingeniería en vez de facilitar la residencia a los estudiantes extranjeros. Los extranjeros ilegales son personas que están en Estados Unidos violando las leyes de inmigración del país. Las estimaciones relativas a 2005 apuntaban la existencia de once millones de extranjeros ilegales, una cifra que aumentaría un ritmo anual de 525.000
personas. De los 37 millones de residentes en Estados Unidos nacidos fuera del país en 2005, el 31 por ciento se había naturalizado estadounidense, el 39 por ciento eran inmigrantes legales y residentes no inmigrantes tales como estudiantes extranjeros y trabajadores temporales legales, y el 30 por ciento era inmigrantes ilegales. Un poco más de la mitad de inmigrantes ilegales había entrado en Estados Unidos sin ninguna inspección, lo que significa que se habían eludido los controles fronterizos; mientras que entre un 40 y un 45 por ciento había entrado de forma legal, pero no habían abandonado el país como debían. La Patrulla de Fronteras tiene casi 12.000 agentes para impedir los intentos de entrada de extranjeros en los posibles puntos en que puedan producirse, como la frontera con México. Los agentes de la Patrulla de Fronteras detuvieron a casi 12 millones de personas en 2005, y el 90 por ciento fueron mexicanos detenidos en la frontera entre ambos países. Casi todos los mexicanos detenidos regresaron voluntariamente a México –a menos que lo hubieran sido tantas veces que se presumiera que eran contrabandistas, en cuyo caso fueron procesados por las autoridades estadounidenses–, pero casi 155.000 personas “que no eran mexicanas” –denominadas en inglés con las siglas OTM, Other than Mexicans– tuvieron el derecho de recurrir a un juez y explicar las razones por las cuales no debían ser expulsados de Estados Unidos. En la mayoría de los casos, a los OTM se los libera porque no hay espacio suficiente para alojar a los detenidos, y muchos no se presentan cuando son citados a declarar en el tribunal de inmigración. El presidente Bush prometió sustituir esta política llamada de “captura y liberación” por una política de “captura y detención” mediante el aumento del número de camas en los campos de detención. Las leyes de inmigración se cumplen bastante menos dentro de Estados Unidos. La deportación o el traslado implica que el juez de inmigración ordena al extranjero que salga del país, y en
2004 se expulsaron formalmente a casi 203.000 extranjeros –el 44 por ciento condenados por delitos de acuerdo con las leyes estadounidenses–, las tres cuartas partes de los cuales fueron mexicanos. El control en los centros de trabajo es relativamente escaso, ya que sólo existen 65 agentes para inspeccionar los ocho millones de empleadores que hay en Estados Unidos, y en 2004 sólo se citó a declarar a tres empresarios por violar las leyes contra el empleo ilegal.
La opinión pública En las encuestas de opinión, la mayoría de los estadounidenses está de acuerdo con que debe reducirse tanto la inmigración legal como la ilegal; menos de un 10 por ciento de los encuestados está de acuerdo con que la inmigración debería incrementarse. Existen diferencias entre las opiniones de la elite y del gran público, puesto que el apoyo a la inmigración crece a medida que aumentan los ingresos y el nivel educativo. Por ejemplo, en una encuesta reciente un 55 por ciento afirmaba que la inmigración legal debería reducirse, porcentaje que se reducía al 18 por ciento en los líderes de opinión. La opinión pública cambia a menudo según la coyuntura económica. A finales de la década de 1990, cuando la economía se expandía y las tasas de desempleo eran bajas, la opinión pública se volvió menos restrictiva, pero eso cambió después de los atentados del 11 de septiembre del 2001, cuando una encuesta puso de manifiesto que el 65 por ciento de los estadounidenses quería que se atajara la inmigración durante la guerra contra el terror. Sin embargo, los dirigentes políticos afirmaron con claridad que existía una gran diferencia entre inmigrantes y terroristas. Las encuestas más recientes reflejan la preocupación por la inmigración ilegal. Según una encuesta de “The Washington Post” y la cadena ABC de diciembre de 2005, el 85 por ciento de los estadounidenses pensaba que el Gobierno debía tomar más medidas para reducir la inmigración ilegal; y, en marzo de 2006, una enVANGUARDIA | DOSSIER
31
028 Martin
5/12/06
13:22
Página 32
CREACIÓN Y RECREACIÓN DE ESTADOS UNIDOS
Estado de los residentes
FIG.3
Residentes nacidos fuera del país IRREGULARES
11.100.000
CIUDADANOS NATURALIZADOS ESTADOUNIDENSES
11.500.000
32,7% 33,8%
INMIGRANTES Y NO INMIGRANTES LEGALES
33,5%
11.400.000
cuesta del Centro de Investigación Pew puso de manifiesto que el 53 por ciento de los estadounidenses quería que se expulsara a los inmigrantes ilegales, mientras que el 40 por ciento pensaba que se les debería permitir quedarse. Numerosos políticos desechan las inquietudes de la opinión pública sobre la inmigración subrayando que ya en el pasado se demostraron infundados los temores de una aceptación de inmigrantes excesiva y del tipo equivocado. Benjamin Franklin temió que los inmigrantes alemanes llegados a finales del siglo XVIII no pudieran asimilarse. “¿Por qué debe Pensilvania –se preguntó–, fundada por los ingleses, convertirse en una colonia de extranjeros, que serán en breve tiempo tan numerosos que nos germanizarán, en lugar de ser nosotros quienes los anglicisemos?” Casi dos siglos después, un descendiente de inmigrantes alemanes, Dwight Eisenhower, fue elegido presidente de Estados Unidos. Inmigrantes naturalizados, como Henry Kissinger o Arnold Schwarzenegger, han tenido importantes responsabilidades de gobierno.
La emigración de México a Estados Unidos Alemania y México constituyen casos especiales en la inmigración estadounidense. Alemania es el primer país por origen migratorio, puesto que el 10 por ciento de los inmigrantes registrados entre 1820 y 2005 han sido ale32 VANGUARDIA | DOSSIER
manes. Sin embargo, sólo un 4 por ciento de los inmigrantes llegados después de 1980 ha procedido de Alemania, mientras que el 70 por ciento ha procedido de México, lo que explica por qué México superará a Alemania como primer país por origen migratorio en dos años. Casi un 25 por ciento de los inmigrantes legales en Estados Unidos y un 55 por ciento de los ilegales son mexicanos. La historia no pronosticaba este resultado. En 1800, México y Estados Unidos tenían poblaciones aproximadamente equivalentes de seis millones de habitantes, y el PNB per cápita de México era la mitad del PIB per cápita de Estados Unidos. El norte de México –hoy sudoeste de Estados Unidos– fue transferido en 1848 por el tratado de Guadalupe Hidalgo, y un número relativamente escaso de mexicanos se convirtieron en estadounidenses. A principios del siglo XX, mientras México sufría una guerra civil, el Gobierno estadounidense aprobó la contratación de trabajadores mexicanos. Los llamados “braceros” fueron jóvenes mexicanos admitidos legalmente entre 1917 y 1921, y luego entre 1942 y 1964. El programa de braceros se amplió y duró más tiempo de lo previsto porque los granjeros estadounidenses supusieron que los braceros seguirían estando disponibles y los braceros supusieron que podrían seguir trabajando en Estados Unidos. Cuando el programa de los braceros finalizó, miles de estos trabajadores y sus familias que vivían en poblaciones mexicanas fronterizas con Estados Unidos se quedaron sin posibilidades de encontrar trabajo; entonces, los gobiernos estadounidense y mexicano modificaron sus acuerdos comerciales para impulsar las “maquiladoras”, fabricas situadas en México que importan materiales, contratan mexicanos para ensamblar mercancías –televisores, por ejemplo– y exportan los productos acabados. Las “maquiladoras” nunca proporcionaron muchos puestos de trabajo a los antiguos braceros, que eran hombres, ya que contrataron a mujeres jóvenes en su mayoría.
En la década de 1960 y principios de la década de 1970 existía relativamente poca emigración ilegal de México a Estados Unidos, pero se incrementó a principios de la década de 1980 después de varias crisis económicas y devaluaciones del peso mexicano. Los flujos migratorios no tardaron en vincular los pueblos mexicanos y los centros de trabajo de Estados Unidos; y, ante la ausencia de sanciones a los empresarios que contrataban a sabiendas inmigrantes ilegales, los mexicanos pasaron de la agricultura a la construcción, la industria y los servicios. El Congreso respondió en 1986 con la Ley de Control y Reforma de la Inmigración (IRCA), que imponía penas a los empresarios estadounidenses que contrataran a sabiendas trabajadores inmigrantes ilegales. La teoría era que “el cierre de la puerta del mercado laboral” desalentaría la entrada de mexicanos en el país. Sin embargo, la ley contenía un error fatal en sus medidas de cumplimiento. Los trabajadores recién contratados tenían que presentar los documentos que probaran que estaban legalmente autorizados a trabajar, pero los empleadores no estaban obligados a verificar tales documentos. Con la legalización de 2,7 millones de trabajadores extranjeros y la expansión de los flujos migratorios entre los trabajadores mexicanos y los centros de trabajo estadounidenses, los recién llegados empezaron a presentar documentos falsos y obtuvieron trabajo. México modificó su política económica a mediados de la década de 1989 y pasó de una política orientada al mercado interno a una política orientada a atraer inversores extranjeros para establecer fábricas que producirían para la exportación, como en las economías de los “tigres” del Sudeste Asiático –por ejemplo, Corea del Sur–. Esa nueva política fue respaldada mediante un acuerdo internacional con Canadá y Estados Unidos en 1994, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que disminuyó las barreras al comercio y los flujos inversores. Se esperaba que el incremento de las exportaciones mexicanas compor-
CREACIÓN Y RECREACIÓN DE ESTADOS UNIDOS
Mientras los alemanes son la primera comunidad por origen migratorio, los mexicanos suponen casi el 25 por ciento de los inmigrantes legales y el 55 por ciento de los irregulares
taría una menor emigración de México a Estados Unidos. El TLCAN fue un asunto polémico en Estados Unidos. En 1992 el candidato presidencial Ross Perot aseguró que se oiría un “gigantesco sonido de succión” cuando los centros de trabajo estadounidenses se desplazaran hacia el sur. Quienes apoyaban el TLCAN, por su parte, predijeron un rápido descenso de la emigración ilegal. Todos se equivocaron. La década de 1990 fue una época de crecimiento récord del empleo en Estados Unidos, y los mexicanos emigraron hacia el norte pese al récord de inversión extranjera en México. Las elecciones de 2000 llevaron al gobierno en México y Estados Unidos a nuevos presidentes que apoyaban la creación de programas de trabajadores invitados para legalizar el flujo de mexicanos hacia el norte. Pese a que Vicente Fox presionó a George W. Bush para que aprobara “toda la enchilada” –legalización de los inmigrantes ilegales mexicanos, un nuevo programa de trabajadores invitados, reducir las muertes y la violencia a lo largo de la frontera, eximir a México de los topes de visados de inmigración–, aún no se había alcanzado acuerdo alguno cuando los atentados del 11-S congelaron las negociaciones. La emigración legal e ilegal de México a Estados Unidos ha continuado, hasta el punto de que, en 2006, el 11 por ciento de las personas nacidas en México vive en Estados Unidos. Junto con los hijos nacidos en Estados Unidos, la población de origen mexicano está formada por más de 20 millones de personas, lo que explica por qué los presidentes de México afirman que son responsables de 125 millones de mexicanos: 105 que viven en México y 20 que viven en Estados Unidos.
Efectos demográficos y económicos Estados Unidos alcanzó en octubre de 2006 un hito demográfico al superar los 300 millones de residentes. La población estadounidense se incrementa a razón de tres millones de personas anuales, lo que incluye un millón de inmigrantes y un millón de niños nacidos de madres inmigrantes; estos niños son ciudadanos estadounidenses. En 2005, la mano de obra estadounidense incluía 22 millones de trabajadores nacidos fuera del país, lo que representaba el 15 por ciento del total, y había diferencias con los trabajadores nacidos el país. Era más probable que trabajaran o buscaran trabajo los hombres inmigrantes (81 por ciento) que los hombres nacidos
en Estados Unidos (72 por ciento), pero era menos probable que trabajaran las mujeres inmigrantes (54 por ciento) que las mujeres nacidas en Estados Unidos (60 por ciento). En comparación con los trabajadores nacidos en Estados Unidos, un porcentaje más alto de los trabajadores inmigrantes estaban empleados en la construcción y la agricultura; mientras que un porcentaje mucho menor tenía profesiones tales como abogados o directivos de empresa. Los trabajadores inmigrantes ganaban de promedio un 76 por ciento de lo que ganaban los trabajadores nacidos en Estados Unidos, siendo la mayor diferencia salarial para los hombres, que ganaban de promedio un 69 por ciento de lo que ganaban los nativos, mientras que las mujeres cobraban de promedio un 82 por ciento de lo que ganaban las nativas. La mayoría de inmigrantes llegan a Estados Unidos a la búsqueda de oportunidades económicas y, a medida que consiguen trabajo, inciden en la economía y el mercado de trabajo estadounidenses. La mayoría de inmigrantes en edad de trabajar encuentra trabajo, gana y gasta el respectivo salario, paga impuestos y consume servicios públicos. Al hacerlo, los inmigrantes expanden el empleo y la economía, al tiempo que provocan una ligera depresión de los salarios o de su crecimiento, en especial para los trabajadores con empleos similares a los inmigrantes. Con un mayor número de trabajadores, los beneficios crecen, y el conjunto de la economía aumenta de tamaño como resultado de la inmigración. En el estudio más exhaustivo sobre los efectos económicos de la inmigración, el Consejo Nacional de Investigación (NRC) enfatizaba en 1997 que los principales beneficiarios de la inmigración eran los mismos inmigrantes, seguidos por los empleadores estadounidenses. Los beneficios económicos netos de la inmigración legal e ilegal se estimaban entre mil millones y 10.000 millones de dólares a mediados de la década de 1990, lo que representaba un aumento del PIB estadounidense de entre un 1 y un 10 por ciento a causa de la inmigración. Los defensores de la inmigración han subrayado que el efecto de los inmigrantes fue de signo positivo, mientras que los opositores han señalado que el impacto global fue insignificante, puesto que por aquel entonces la economía de ocho billones de dólares se expandía al 3 por ciento, lo que representó un crecimiento de 240.000 millones al año o de 10.000 millones en dos semanas. ¿Tiene la inmigración efectos económicos VANGUARDIA | DOSSIER
33
028 Martin
5/12/06
13:22
Página 34
CREACIÓN Y RECREACIÓN DE ESTADOS UNIDOS
generales positivos pero menores, y convierte en distributivos los mayores interrogantes económicos sobre la inmigración, tales como quién se beneficia de ella y quién la padece? Los inmigrantes son distintos de la población nacida en Estados Unidos en cuanto al nivel educativo, lo que implica efectos desiguales en los trabajadores nativos. La mayor parte del interés investigador y la preocupación política se centra en cómo los inmigrantes afectan a quienes están peor situados en el mercado laboral, y el tipo de estudio influye en las conclusiones. Por ejemplo, los estudios de caso que analizan el impacto de la inmigración en un sector industrial u ocupacional concreto tienden a detectar depresión salarial y desplazamiento laboral, y muestran cómo la red de contratación puede ayudar a los inmigrantes a incrementar su función en determinados centros de trabajo a lo largo del tiempo. Cuando una red se encarga del reclutamiento de nuevos trabajadores, los trabajadores locales pueden carecer de información sobre los puestos vacantes, lo que explicaría cómo los propietarios de los edificios de oficinas de Los Ángeles sustituyeron a los conserjes negros sindicados por inmigrantes contratados a través de empresas de limpieza. Los estudios econométricos exa-
LAS COMUNIDADES MÁS REPRESENTATIVAS
minan cómo la inmigración, los salarios y el empleo interactúan en el mercado laboral urbano comparando ciudades con mayores y menores porcentajes de trabajadores inmigrantes. Presuponen que, si los inmigrantes deprimen los salarios o desplazan trabajadores, las ciudades con mayor porcentaje de inmigrantes tendrán salarios deprimidos o mayores tasas de desempleo, en especial entre trabajadores estadounidenses similares. Los estudios que comparan los salarios y las tasas de desempleo entre negros, hispanos y mujeres en ciudades con un menor y un mayor número de inmigrantes, como Minneapolis y Los Ángeles, esperan descubrir una mayor depresión salarial o una mayor tasa de desempleo en Los Ángeles. Sin embargo, no lo consiguen, lo que conduce al inmigrante cubano George Borjas a creer que los inmigrantes reducen los salarios de trabajadores estadounidenses similares por vías que son difíciles de medir, y al inmigrante canadiense David Card a creer que no los reducen. Una de las cuestiones más debatidas en torno a los inmigrantes es si “viven a costa ajena”. La pregunta es muy difícil de responder, puesto que requiere presuposiciones sobre la trayectoria de ingresos de los inmigrantes y sus hijos, así como sobre la forma de asignación de los costes de determina-
DE AMÉRICA…
Mexicanos Salvadoreños
Me
55%
3,5% ca
2,8%
nos
México >
3,3% AFRICANOS 1.160.000
12,6%
CENTROAMÉRICA Y CARIBE >
25,8%
Apátridas > 0,1%
28,9%
55,9%
695.000
Canadienses
674.000
Jamaicanos
607.000
Haitianos
570.000
Guatemaltecos
546.000
Colombianos
479.000
Hondureños
379.000
Brasileños
356.000
Ecuatorianos
339.000
Peruanos
330.000
Guyaneses
205.000
Venezolanos
154.000
Argentinos
145.000
Filipinos
1.530.000
Indios
1.411.000
Propuestas pendientes
Chinos
1.341.000
La inmigración ilegal es el tema más importante en la actualidad, lo que se refleja en el hecho de que la población extranjera ilegal es mayor que la de 45 de los 50 estados de la Unión. El Congreso no se pone de acuerdo en cómo tratar a los inmigrantes ilegales, y gran parte del desacuerdo se produce en el Partido Republicano. El Cámara de Representantes aprobó en diciembre de 2005 por 239 votos
Vietnamitas
996.000
Sudcoreanos
673.000
Japoneses
351.000
Iraquíes
332.000
Taiwaneses
322.000
Paquistaníes
205.000
Ingleses
589.000
Alemanes
522.000
Polacos
520.000
Rusos
520.000
Italianos
392.000
Ucranianos
279.000
Yugoslavos
183.000
Portugueses
172.000 82.000
DE ÁFRICA…
AMÉRICA DEL SUR
xi
996.000
948.000
Dominicanos
Españoles
LOS AMERICANOS NO NACIDOS EN ESTADOS UNIDOS PROCEDEN DE: Canadá >
Apátridas y otros
1.121.000
Cubanos
DE EUROPA…
En Estados Unidos viven un total de 35.157.000 personas extranjeras. Casi un tercio procede de México AMERICANOS 19.337.000
10.805.000
DE ASIA…
Los mundos de Estados Unidos
OCEÁNICOS 174.000 0,5%
dos tipos de servicios. El Consejo Nacional de Investigaciones concluía en 1997 que el Gobierno federal se beneficiaba de la inmigración, pero que quizá los gobiernos estatales y locales no se beneficiaban. La mayor parte de los impuestos que pagan los inmigrantes son impuestos a la renta de las personas retenidos por el Gobierno federal y se utilizan, entre otras cosas, para proporcionar servicios de salud y seguridad social a los ancianos estadounidenses. Los inmigrantes pagan menos impuestos locales y estatales, de manera que la mayor parte de los impuestos pagados por los inmigrantes jóvenes y con bajos salarios van al Gobierno federal, pero consumen servicios que se financian de forma desproporcionada con impuestos locales y estatales, como la educación de sus hijos.
Personas no nacidas en Estados Unidos, según su procedencia. Cifras de 2005
11,6
Nigerianos
160.000
Egipcios
131.000
Ghaneses
107.000
Etíopes
83.000
Kenianos
62.000
Sudafricanos
45.000
Marroquíes
40.000
CRECIMIENTO ACUMULADO DE LA POBLACIÓN EXTRANJERA
COMPOSICIÓN ÉTNICA
MILLONES DE PERSONAS
Blancos
35.157.000
Evolución 1980-2020
0
20
40
60
80
100%
Australianos
56,6%
32
88
Hispanos
30 Afroamericanos
FUERZA LABORAL
*previsiones
… DE LOS NACIDOS EN EE.UU.
24.557.000
Asiáticos
1995
97
99
01
03
2005
…DE LOS NACIDOS EN EL EXTRANJERO
crecimiento
En 1980
73.900.000
En 2000
103.300.000
En 2020*
116.600.000
crecimiento
%
+29.400.000 +39,8%
trabajadores 5.900.000
%
+9.300.000
+157,6%
+6.000.000
+39,5%
15.200.000 +13.300.000 +12,9%
21.300.000
20,5%
16,3%
Otros, 3,6 67.000
76,6
34
3,9%
ASIÁTICOS 9.061.000
DIFERENCIAS ENTRE LA FUERZA LABORAL NATIVA Y LA EXTRANJERA
Cifras en porcentajes
trabajadores
DE OCEANÍA…
EUROPEOS 4.429.000
a favor y 182 en contra la Ley de Protec- migrantes”. La mayor parte de los mación de Fronteras, Antiterrorismo y nifestantes apoyaban una reforma inControl de la Inmigración Ilegal (H. R. migratoria “integral”, que incluyera 4.437), que aborda la inmigración ilegal tanto nuevas medidas de cumplimiensólo desde el punto de vista del cumpli- to de la ley como la legalización y los miento de la ley y promulga la investi- programas de trabajadores invitados. El Senado aprobó en mayo de 2006 gación obligatoria de los nuevos contratados y los empleados existentes para por 62 votos a favor y 36 en contra la Ley asegurar que están legalmente autori- de Reforma Integral de la Inmigración (S2611), que contiene asizados a trabajar en Estados mismo medidas que reUnidos. También incluye al- La inmigración forzarán el control de las gunos artículos polémicos, en Estados fronteras y exige a los emcomo convertir la “presenpleadores que verifiquen cia ilegal” en territorio esta- Unidos tiene la situación legal de sus dounidense en un delito gra- hoy un futuro empleados y remitan la ve, lo que dificulta todavía incierto ya que información a una nueva más que los extranjeros ile- los éxitos de la base de datos gubernagales puedan llegar a ser in- integración mental. Sin embargo, la migrantes legales. La ley no en el pasado ley del Senado también incluye un programa de tra- no garantizan incluye programas de lebajadores invitados ni de el éxito de la galización de nuevos conlegalización, bajo la asuntratados y de trabajadores ción de que el cumplimien- integración invitados. Las disposicioto de la ley debe ser eficaz futura nes de legalización perantes de que lleguen nuevos trabajadores inmigrantes a Estados mitirán que los extranjeros ilegales con Unidos y antes de que el Gobierno se al menos cinco años en Estados Unidos ocupe de los extranjeros ilegales en se conviertan en “inmigrantes a prueba” si demuestran que han trabajado en Estados Unidos. En la primavera de 2006 se produ- Estados Unidos, pagan los impuestos jeron en ciudades a lo largo y ancho de atrasados y una tasa de 1.500 dólares, y Estados Unidos unas manifestaciones superan exámenes de inglés y cultura masivas contra la ley aprobada por la general. Después de seis años de trabaCámara que culminaron el 1 de mayo jo continuado en Estados Unidos, el pade 2006 en la protesta del “día sin in- go de impuestos y otra tasa de 1.500 dó-
2006
6,5
0,1 13,8 10,7 1967 1915
Evolución de la fuerza laboral total 1980 > 7,4% > 12,8% 2000 > 15,4% 2020*
79.800.000 trabajadores
Trabajadores nacidos en el extranjero
118.500.000 137.900.000
FUENTES: Migration Policy Institute (Informe septiembre 2006)
34 VANGUARDIA | DOSSIER
VANGUARDIA | DOSSIER
35
CREACIÓN Y RECREACIÓN DE ESTADOS UNIDOS
lares, los inmigrantes a prueba podrán recibir visados normales de inmigración. Los extranjeros ilegales que lleven de dos a cinco años en Estados Unidos tendrán que cumplir con los mismos requisitos, pero además deberán regresar a sus países de origen y volver a entrar a Estados Unidos legalmente. Los que lleven menos de dos años en el país tendrán que irse, aunque podrán regresar legalmente como trabajadores invitados. La ley del Senado contempla dos nuevos programas de trabajadores invitados. Uno permitirá a los empleadores de cualquier sector estadounidense “atestiguar” que necesitan trabajadores inmigrantes, y los extranjeros de fuera de Estados Unidos con oferta de empleo pagarían una tasa de 500 dólares y obtendrían un permiso de trabajo de seis años. Dispondrían de un visado de inmigración durante su estancia en Estados Unidos. El segundo programa permitirá que 1,5 millones de extranjeros ilegales se conviertan en inmigrantes a prueba. Podrían llegar a ser inmigrantes legales, junto con los integrantes del grupo familiar, en caso de realizar trabajos agrícolas adicionales. En el verano de 2006 se celebraron muchas audiencias en el Congreso y unas pocas el Senado sobre la reforma inmigratoria, la mayor parte con testigos que respaldaban la ley del Congreso. No se promulgó ninguna ley importante, pero el Congreso aprobó el gasto de 12.000 millones de dólares de la Ley de la Valla Segura en septiembre de 2006, que ordena la construcción de mil kilómetros más de una doble valla de unos cinco metros de altura a lo largo de la frontera con México. Los partidarios de la valla aseguran que ilustra la determinación del Congreso de frenar la inmigración ilegal; los detractores la comparan con el muro de Berlín y dicen que los inmigrantes utilizarán rutas más peligrosas para entrar en Estados Unidos.
Y después, ¿qué? Los flujos migratorios del pasado hacia Estados Unidos se asemejan a olas, con crecimientos y caídas del número de inmigrantes. La cuarta ola de inmigración estadounidense, que empezó en 1964, fue el resultado de la admisión
anual de un millón de inmigrantes legales y la llegada anual de varios centenares de miles de inmigrantes ilegales. Muchos estadounidenses desean que el gobierno federal tome medidas para reducir la inmigración en general, de manera que, desde un punto de vista histórico, el período actual representaría el punto máximo de la cuarta oleada. Otros se sienten cómodos con los actuales niveles de inmigración legal, aunque desearían que se hiciera más para reducir la inmigración ilegal. Estados Unidos es un país de inmigrantes que primero acogió a casi todos los recién llegados, luego excluyó a algunos tipos de inmigrantes y desde 1920 ha limitado el número de inmigrantes mediante un complejo sistema de cuotas. Los inmigrantes que ya están en Estados Unidos se “admiten” a través de diversas puertas principales, pero el rápido crecimiento de la inmigración se ha producido a través de las puertas laterales y traseras, en especial estudiantes, trabajadores temporales y extranjeros ilegales. La investigación sobre los efectos políticos, económicos y sociales de la inmigración no proporciona pautas claras para formular una política. En conjunto, los inmigrantes comportan efectos económicos menores –para bien o para mal– en la inmensa economía y mercado laboral de Estados Unidos. La mayoría de inmigrantes está mejor económicamente en Estados Unidos de lo que estaba en sus países de origen, aunque muchos llegan con un bajo nivel educativo y tienen dificultades para ascender en la escala laboral estadounidense. Es probable que Estados Unidos siga siendo el principal país de recepción de emigrantes del mundo. La historia y la tradición indica que, en pocas décadas, la mayor parte de los inmigrantes actuales se habrán convertido en parte integral de la comunidad estadounidense, a medida que los inmigrantes cambien y que el país cambie para acomodarlos. Sin embargo, los éxitos del pasado en la integración de la inmigración no garantizan el éxito de la integración futura, y por eso Estados Unidos, y los inmigrantes en camino, se encuentran en un viaje con destino incierto.
BIBLIOGR AFÍA
Borjas, George J., Heaven’s Door: Immigration Policy and the American Economy, Princeton University Press, 2001. Martin, Philip, Manolo Abella y Christia-
36 VANGUARDIA | DOSSIER
ne Kuptsch, Managing Labor Migration in the Twenty-First Century, Yale University Press, 2006. Smith, James y Barry Edmonston (edito-
res.), The New Americans: Economic, Demographic, and Fiscal Effects of Immigration, Washington. National Research Council, 1997.
038 Reitz
5/12/06
18:43
Página 38
¿Puede ofrecer lecciones a Europa la experiencia canadiense? Jeffrey G. Reitz PROFESOR DE SOCIOLOGÍA Y DIRECTOR DEL PROGRAMA ETHNIC, INMIGRATION AND PLURALISM STUDIES DEL CENTRO DE ESTUDIOS INTERNACIONALES DE LA UNIVERSIDAD DE TORONTO
E
razón importante por la que estos países son porta a la vez oportunidades y prósperos en el mundo moderno, y dan cuenta problemas. Cuando gran número también de la razón por la que siguen siendo de países ejercen actualmente de atractivos para las nuevas generaciones de inanfitriones de la inmigración, se migrantes. Hasta cierto punto, las consecuciones registra una mayor atención so- y ventajas son el resultado de un reconocibre sus problemas, especialmen- miento de las oportunidades que contiene y te en el terreno socioeconómico. brinda la inmigración. Hay que reconocer, por supuesto, que la inY, a la hora de afrontar estos problemas, cabe preguntarse si la prolongada experiencia de migración conlleva problemas. En este punto, países tradicionalmente de inmigración –prin- las trayectorias de los tres principales países de cipalmente Estados Unidos, Canadá y Australia– inmigración pueden ofrecer seguramente su rica experiencia a otros pacontiene lecciones útiles para íses. No estamos diciendo países de inmigración más re- El ‘modelo canadiense’, que una política o práctica ciente, incluidos numerosas nabasado en la aplicación específica referente a la inciones de Europa. ¿Pueden los europeos aprender de las polí- de políticas de selección migración o a la integración merezca ser simpleticas norteamericanas de inmi- e integración de los mente copiada. Incluso en gración y de las consiguientes inmigrantes a gran escala, se enfrenta caso de logros, y debido a prácticas de integración? circunstancias singulares y Creo que efectivamente hoy a nuevos desafíos propias de un país, es posiexisten tales lecciones, acompañadas de políticas específicas que abordaré a ble que las políticas autóctonas no sean de fácil continuación. Sin embargo, cabe afirmar que la aplicación en otras latitudes. En consecuencia, lección principal se sitúa en un plano más ge- las posibles lecciones deben considerarse a la luz neral y estriba en que los esfuerzos para afron- de las circunstancias singulares de cada país. Me basaré principalmente en la experiencia tar los problemas que acompañan a la inmigración no deberían descuidar en absoluto la canadiense. Canadá ha tenido notable éxito coparte de la ecuación relativa a las oportunidades mo país de inmigración, y es tal vez el país con que conlleva la propia inmigración. La inmi- más logros en la materia entre los tres menciogración ha producido importantes beneficios nados. Se habla de un “modelo canadiense” de –no sólo económicos, sino también sociales y política de inmigración, modelo en parte resculturales– para los tres países tradicionalmente ponsable del éxito de Canadá. Igualmente, el éxide inmigración. Los beneficios constituyen una to no se debe únicamente a estas políticas; tamL FENÓMENO DE LA INMIGRACIÓN COM-
38 VANGUARDIA | DOSSIER
5/12/06
18:44
Página 40
¿ P U E D E O F R E C E R L E C C I O N E S A E U RO PA L A E X P E R I E N C I A C A N A D I E N S E ?
bién refleja ciertas circunstancias históricas e institucionales singulares de Canadá. Estas circunstancias están cambiando, y Canadá se enfrenta a una serie creciente de nuevos problemas y desafíos. Estas nuevas circunstancias exigen que el país invente de nuevo su hasta ahora modelo propio de políticas con buenos resultados. Al considerar la experiencia canadiense, otros países deberían tener en cuenta a su vez los nuevos problemas canadienses. También es interesante considerar cómo los canadienses están respondiendo tanto a las nuevas realidades como a las lecciones obtenidas a partir de su propia experiencia pasada.
El programa de inmigración de Canadá y sus logros El enriquecimiento que representa aprender de los demás no es una dirección de sentido único: no es sólo Canadá el que ofrece lecciones al mundo. Aunque los canadienses están orgullosos de su tradición en materia de inmigración, no esconden su preocupación sobre ciertos aspectos de la misma. Cuando surgen problemas relacionados con la inmigración en otros países, como en el Reino Unido al menos desde los años 80, o en los Países Bajos más recientemente, los canadienses a menudo se preguntan si ellos –en definitiva– toparán con esos mismos problemas. En 2005, cuando fueron noticia los disturbios en Francia, los políticos canadienses estaban muy preocupados, e incluso se manifestaron públicamente sobre las posibles ramificaciones de estos acontecimientos en Canadá.
Emigrantes permanentes en Canadá
FIG.1
Período de 1971 a 2005
¿ P U E D E O F R E C E R L E C C I O N E S A E U RO PA L A E X P E R I E N C I A C A N A D I E N S E ?
En proporción al número total de habitantes, la población extranjera en Canadá es mayor que la de Estados Unidos y de la mayoría de los países europeos
Uno de los aspectos más importantes del programa de inmigración de Canadá es su gran dimensión en comparación con los programas destinados a la población en general. Es justificable, de hecho, emplear el término “inmigración a gran escala” para describir la política canadiense. Dada su proporción en el seno de la población residente, la inmigración canadiense ha sido relativamente grande e importante a lo largo de más de un siglo, y se ha perseguido una política expansionista más o menos de forma continuada desde el final de la Segunda Guerra Mundial. En los últimos 15 años, ha sido objetivo expreso la aceptación de un número de inmigrantes igual al 1 por ciento de la población total por año. La entrada real no ha alcanzado este objetivo, puesto que a razón de 200.000250.000 inmigrantes anuales casi todos los años desde 1990 [ver gráfico 1], la entrada representa el 0,75 por ciento de la población. El programa canadiense es unas tres veces más grande y ambicioso que su homólogo estadounidense –incluso si se incluye a los inmigrantes ilegales, muchos procedentes de México. Por tanto, a pesar de una cierta cantidad de emigración o migración de retorno, en Canadá tenemos una mayor proporción de residentes nacidos en el extranjero en términos de porcentaje de la población que Estados Unidos y la mayoría de los países europeos [ver figura 2]. Australia es una excepción, principalmente porque Australia tuvo asimismo en el pasado una inmigración a gran escala; sin embargo, desde mediados de los 90 ha reducido su flujo de inmigración considerablemente.
Países de inmigración
FIG.2
Porcentaje de nacidos en el extranjero, 2005
miles de inmigrantes
250 200 150 100
países europeos
susceptible de constituir el indicador más importante del éxito. Existe una aceptación y un apoyo relativamente muy extendidos de la política de inmigración en Canadá, y son relativamente escasos los debates enconados que pueden presenciarse con mayor facilidad en otras partes. Los sondeos de opinión muestran que en los últimos decenios, todos los años menos uno –1982, año de recesión–, una mayoría de la población ha apoyado los niveles de inmigración o ha mostrado su conformidad sobre su incremento [ver figura 4]. En la mayoría de países se da la situación contraria: hay menos inmigración, y una mayoría incluso desea una disminución de su proporción. Y, lo que resulta más revelador: no hay debate sobre la inmigración durante las campañas electorales canadienses. Todos los partidos políticos canadienses propugnan políticas pro inmigración; la sociedad raramente les pide que defiendan sus políticas. La palabra “inmigración” es raramente mencionada –si llega a serlo– en los debates televisados entre los líderes.
El modelo canadiense El éxito canadiense se ha reconocido internacionalmente y, como se ha dicho anteriormente, existen referencias frecuentes al “modelo canadiense” de
Evolución de la inmigración según el origen
FIG.3
En porcentajes
100%
15%
80%
10%
60%
5%
40%
50
EE.UU. Europa Asia y Oriente Medio África Caribe, América Central y del Sur
Citizenship and Inmigration Canada
40 VANGUARDIA | DOSSIER
FUENTE:
o
lia Ita
s jo
Un id R.
cia
Ba
an Fr
Naciones Unidas, UNFPA, Migración Internacional 2006
P.
ña
ia an
pa Es
ia
U.
ec
em Al
Su
da
.U EE
ia tr
an Irl
ad á
Au s
ra st 74 76 78 80 82 84 86 88 90 92 94 96 98 00 02 2005
Ca n
lia
20%
1971 FUENTE:
Desde que Canadá eliminó las barreras de origen a la inmigración en los años 60, los orígenes de los inmigrantes se han desplazado fuera de Europa [ver figura 3]. El impacto del desplazamiento a orígenes no europeos es bien conocido en ciudades canadienses tan importantes como Toronto y Vancouver. Ambas han pasado de tener poblaciones prácticamente por completo de orígenes europeos en los años 70 a tener hoy grandes minorías no europeas. Las proyecciones oficiales señalan que dentro de los próximos 10 a 12 años, de acuerdo con las pautas actuales de inmigración, la mayoría de las poblaciones en estas ciudades serán minorías raciales –término de aplicación ocasional en Canadá en el caso de personas de origen no europeo; se emplea asimismo el término “minorías visibles”– residentes en las llamadas “ciudades mayoría-minoría”. Canadá, indudablemente, ha tenido éxito en términos económicos y sociales. Su nivel de formación es elevado y se traduce en un grado considerable de éxito en el empleo. La aprobación nacional de la diversidad cultural parece indicar una plausible integración social sin problemas de las minorías dentro de las distintas comunidades y en la sociedad en su conjunto. El programa canadiense también prospera en términos políticos, factor
20%
Au
038 Reitz
antes de 1961 FUENTE:
1960-70
1971-80
Census of Canada, 2001
1981-90
1991-01
Oceanía y otros
política de inmigración y de integración de inmigrantes. Cabe inferir que el éxito canadiense se debe al modelo de política del país. Pero, ¿cuál es este modelo? Pueden mencionarse dos aspectos clave de la política canadiense: política de selección de inmigrantes y política de integración de inmigrantes. En lo referente a la selección de inmigrantes, la característica mejor conocida es el criterio de selección basado en cualificaciones, el llamado “sistema de puntos” para seleccionar inmigrantes cualificados. También se da una cierta selección a nivel de provincia –especialmente en Québec, pero ahora en cada provincia. En lo referente a la política de integración, la faceta mejor conocida es probablemente la política oficial del país de “multiculturalismo,” ahora consagrada en la Constitución. También hay un gran número de programas para animar el asentamiento y la integración efectiva en las comunidades locales, incluyendo enseñanza de idiomas, obtención rápida de la ciudadanía, garantías de derechos humanos y de igualdad, y esfuerzos para fomentar la utilización de las cualificaciones de los inmigrantes y el reconocimiento de sus titulaciones adquiridas en el extranjero en el mercado laboral canadiense. Dos de estos aspectos destacados
Opinión canadiense sobre los niveles de inmigración En porcentajes PREGUNTA: Si su tarea fuese 100% diseñar una política de inmigración en el ca- 80% so de Canadá en este momento, ¿se inclinaría a 60% aumentar la inmigración, a disminuirla o a 40% mantener los niveles de inmigración aproxi- 20% madamente al nivel actual?
AUMENTAR
ACTUAL
FIG.4
DISMINUIR
NS/NC
AÑOS > > 76 81 83 86 88 89 90 91 92 93 94 96 97 98 99 00 01 02 FUENTE:
Gallup Canada, Inc
VANGUARDIA | DOSSIER
41
038 Reitz
5/12/06
18:45
Página 42
¿ P U E D E O F R E C E R L E C C I O N E S A E U RO PA L A E X P E R I E N C I A C A N A D I E N S E ?
en el panorama canadiense de la inmigración se abordarán en estas líneas: concretamente, el sistema de puntos y el multiculturalismo. SISTEMA DE PUNTOS PARA LA SELECCIÓN DE INMIGRANTES. El sistema de puntos, en especial, ha si-
do eficaz a la hora de aumentar el potencial de empleo de los inmigrantes en Canadá, lo que ha revertido en un beneficio significativo para Canadá. Introducido en 1967, este sistema de puntos selecciona los inmigrantes sobre la base de la educación, conocimiento de una de las lenguas oficiales, experiencia de trabajo, y otros indicadores de éxito en el empleo. Fue copiado por Australia y han aparecido influyentes partidarios de su adopción en otros países. En el caso canadiense, este sistema sirve para asegurar que un gran número de inmigrantes tengan un mínimo de cualificaciones para sobrevivir en una economía moderna. Con su objetivo de inmigración a gran escala, el sistema de puntos responde al deseo de que la inmigración a gran escala contribuya al desarrollo de la economía canadiense. Sencillamente, los trabajadores cualificados son necesarios en la economía del conocimiento que Canadá aspira a desarrollar. Desde el punto de vista de la percepción pública, este sistema de selección da cuenta de una de las razones básicas por las que los canadienses apoyan la inmigración: su convencimiento de que la inmigración contribuye a la buena marcha de la economía. Los políticos dan muchas otras razones. Existe una retórica política relativa a la consolidación democrática del país y a la vulnerabilidad de Canadá como país pequeño con una baja tasa de fertilidad, situado al lado de la única superpotencia en el mundo. Algunos dicen que la inmigración refuerza el estatus de Canadá como país multicultural, factor de presunta distinción de nuestro vecino del sur. Algunos creen que la inmigración ayuda a compensar el envejecimiento de la población aunque tal punto de vista no suscita el entusiasmo de la mayoría de los demógrafos. En años recientes, sin embargo, el énfasis en los beneficios económicos inmediatos de la inmigración es probablemente el factor más importante a cuenta del apoyo popular a la inmigración. Aún así, los economistas en Canadá y en otros lugares no suscriben la visión de la inmigración como importante plus económico. El consenso en economía es que la inmigración es un plus, pero sólo un plus pequeño. Sin embargo, los políticos canadienses –y el público en general– han ignorado estos consejos. Apoyan a 42 VANGUARDIA | DOSSIER
la inmigración como un maná para la economía, no solo para cubrir el déficit de mano de obra, sino por ser una fuente de estímulo económico. Creen que los inmigrantes apoyan la economía añadiendo nuevas dimensiones, nuevas ideas, potencial creativo, conciencia internacional e interconexiones críticas en una economía global. Como prueba de ello, podría observarse que aquellas zonas del país que no son ahora zonas importantes de asentamiento de inmigrantes –lugares distintos de Toronto, Vancouver o Montreal– esperan atraer inmigrantes. Y estos sitios no son sólo lugares como Alberta, provincia donde la industria petrolera ha creado una demanda actualmente insaciable de trabajadores de todo tipo, sino también lugares como el Canadá atlántico, donde hay relativamente pocos puestos de trabajo y los inmigrantes son vistos como una forma de crearlos. El sistema de puntos contribuye a esta percepción de la inmigración como maná económico. El sistema de puntos en Canadá no satisface completamente el deseo de inmigrantes altamente cualificados porque, dado el gran número que se busca, se deben realizar compromisos y compensaciones. De hecho, el factor clave del sistema de puntos es administrar estas compensaciones. Se dan más puntos para los altos niveles de educación, pero aun sin un título universitario se pueden obtener los puntos suficientes para admisión por medio de otros indicadores de empleabilidad, tales como un trabajo concertado o la relativa juventud. Aunque la mayoría de los funcionarios de inmigración desean inmigrantes con títulos universitarios de cuatro años, en 2005, y debido a los elevados números admitidos, más del 20 por ciento de los inmigrantes seleccionados por puntos en 2005 no tenían un título universitario de cuatro años. Para admitir números más reducidos de inmigrantes cualificados, existen otras formas de administrar la selección. Por ejemplo, Estados Unidos usa un proceso de calificación de empresario con certificación gubernamental oficial al que no se ajusta ningún estadounidense de nacimiento, que, junto con un estándar mínimo de un título universitario de cuatro años, garantiza un alto nivel de cualificación. Algunos de los que adoptan el llamado “sistema de puntos” en Europa toman prestada la etiqueta canadiense pero no la política canadiense, ya que no persiguen la inmigración a gran escala. Por ejemplo, lo que en el Reino Unido ahora se llama “sistema de puntos” comporta unos criterios de selección
Los dos aspectos más destacados de las políticas de inmigración –apoyo a la diversidad cultural y el sistema de puntos– presentan ciertas limitaciones
¿ P U E D E O F R E C E R L E C C I O N E S A E U RO PA L A E X P E R I E N C I A C A N A D I E N S E ?
muy elevados, pero unos objetivos numéricos pequeños o inexistentes. El sistema en el Reino Unido está abierto a la admisión de ganadores de premios Nobel en ciencia o a individuos con logros similares. Pero es improbable que el país obtenga números demográficamente significativos a partir de este modelo. MULTICULTURALISMO.
La política multicultural también ha sido considerada como parte de la historia del éxito canadiense. Ha llegado a exportarse, como en el caso de Australia y más tarde Europa. ¿Qué es el multiculturalismo canadiense? Cuando Nathan Glazer dice, con cierto pesar, que “hoy día todos somos multiculturalistas”1, proyecta una visión particular del multiculturalismo en el discurso político norteamericano de hoy. Igualmente, en Europa, Amartya Sen ha debatido el multiculturalismo como una importación canadiense aunque con aplicaciones no pretendidas para justificar un relativismo cultural extremo, lo que él llama “monoculturalismo plural”2. No obstante, la pregunta persiste: ¿qué es exactamente el multiculturalismo canadiense? La política canadiense fue formulada por primera vez por Pierre Trudeau en 1971, en un discurso ante el Parlamento. En su declaración, equiparó el multiculturalismo a la libertad cultural y, a la vez, especificó los siguientes cuatro “apoyos” específicos que subrayan la conexión de los grupos minoritarios con el conjunto: 1) fomento del refuerzo del sistema de Canadá; 2) plena participación en las instituciones canadienses; 3) intercambio entre grupos en interés de la unidad nacional, y 4) adquisición de una lengua oficial. Todo ello deja muy claro que el multiculturalismo canadiense no equivale a un relativismo cultural extremo, o a una descentralización cultural. Pocas cosas en el discurso canadiense ejemplificarían tal interpretación. En lugar de los impactos negativos, cabría más legítimamente suscitar la cuestión, en el caso de Canadá, de hasta qué punto la política de multicultu-
ralismo ha ejercido un impacto importante en las comunidades inmigrantes o en la sociedad en su conjunto. Si es verdad que como resultado de la política canadiense, comparada con el enfoque estadounidense basado en el laissez-faire, por ejemplo, cabe apreciar diferencias entre los países en la formación de comunidades étnicas inmigrantes, en la afirmación de una cultura distinta o incluso en el grado de su aceptación en el seno de la sociedad, tales diferencias no son tampoco espectaculares. La investigación comparada muestra pocas diferencias de este tipo.3 ¿Y están los canadienses en la actualidad más fuertemente comprometidos con la idea de que los inmigrantes deberían ser alentados a conservar sus distintas culturas? No, según los datos disponibles: son en realidad los estadounidenses quienes simpatizan más con esta idea, particularmente aquellos con un perfil más individualista. Es revelador que los canadienses que apoyan el multiculturalismo son aquellos que están más interesados en afirmar una diferencia canadiense con respecto a Estados Unidos. Tal vez no sea de extrañar la ausencia de impacto de una política o programa multicultural en Canadá, dado el reducido tamaño del presupuesto oficial destinado al multiculturalismo. En realidad, lo que sería sorprendente es que un programa que cuesta unos 21 millones de dólares al año pudiera revertir en un refuerzo de la ingeniería social.
Los dos factores más conocidos y estudiados de la política canadiense –el sistema de puntos y el multiculturalismo– presentan ciertas limitaciones en cuanto a su alcance. Por lo que se refiere al sistema de puntos, debido a la gran escala de la inmigración canadiense, y
por lo que se refiere al multiculturalismo, por su fuerte carga simbólica. De hecho, el éxito del programa de inmigración canadiense se debe probablemente a circunstancias “distintas”. Por ejemplo, el contexto institucional de la sociedad canadiense –que incluye factores relativos al mercado de trabajo y orientaciones institucionales– así como determinados cambios que a su vez inducen transformaciones en la evolución de la sociedad canadiense. Ejemplo destacado como elemento favorecedor del éxito de la inmigración en el país es la propia geografía del Canadá. Su aislamiento geográfico excepto con relación a Estados Unidos ha limitado la inmigración ilegal y ha redoblado el atractivo de la inmigración legal en Canadá. No obstante, deben mencionarse asimismo otros factores –que cabría encuadrar bajo la etiqueta de la “globalización”– que ofrecen mayores oportunidades a la emigración a la par que favorecen un flujo mayor de inmigración ilegal con dirección a Canadá. En consecuencia, el programa de inmigración afronta innegablemente la presión de diversas fuerzas en el plano político. En lo concerniente con la inmigración, lo cierto es que la globalización resta ventajas ya obtenidas merced a la geografía canadiense. Se detectan también otros cambios con sus problemas asociados. La selección según la cualificación laboral no ha impedido una merma del perfil del inmigrante en el mercado laboral, su menor rendimiento y el consiguiente aumento de los niveles de pobreza de la población inmigrante. Además, se ha hecho patente una mayor desigualdad por motivos raciales: pese a su popularidad, el multiculturalismo y sus políticas asociadas no han solucionado el estatus ambiguo de las minorías raciales en Canadá. Dado que las cambiantes circunstancias afectan a la inmigración en
1 Nathan Glazer, We are all multiculturalists now, Harvard Universirty Press, 1997 2 Amartya Sen, Two confusions, and counting”, Globe and Mail 6/VIII/2006; The uses and abuses of multicul-
turalism: Chili and Liberty; The New Republic, 27/II/2006. 3 Jeffrey G. Reitz y Raymmond Breton, The illusion of difference: realities of ethnicity in Canada and the United States, Toronto: C. D. Howe Institute, 1994.
Nuevos problemas de la inmigración canadiense
VANGUARDIA | DOSSIER
43
038 Reitz
5/12/06
18:45
Página 44
¿ P U E D E O F R E C E R L E C C I O N E S A E U RO PA L A E X P E R I E N C I A C A N A D I E N S E ?
Canadá y amenazan el éxito del “modelo canadiense”, es menester que sepamos extraer las oportunas conclusiones en otros casos y ejemplos. Me propongo considerar sobre todo dos cuestiones: el declive del empleo en el caso de los nuevos grupos inmigrantes y los factores que afloran relativos a la cuestión racial.
Declive del empleo entre los inmigrantes en Canadá
1. Menores oportunidades de empleo para los in-
El reconocimiento de los problemas existentes en el empleo se produjo con cierta lentitud, pues las tendencias dominantes a lo largo de varios decenios se vieron de alguna forma enmascaradas por los ciclos económicos ascendentes y descendentes. Sin embargo, el censo de 2001 y la experiencia adquirida sobre el tema de la inmigración durante un período de sólido crecimiento arrojaron luz sobre la cuestión. Frenette y Morisette4 demostraron un declive importante en los salarios de las oleadas sucesivas de nuevos inmigrantes desde los años 60, coincidiendo prácticamente [ver figura 5] con el período de vigencia del sistema de puntos. El declive en cuestión dejó perplejos a muchos analistas ya que se presuponía que las políticas aplicadas en los años 80 y 90 atajarían el empeoramiento del problema del empleo entre la población inmigrante. Por ejemplo, se mejoró el sistema de puntos, aumentando la proporción de inmigrantes seleccionados según este sistema y limitando el porcentaje de reunificaciones familiares. Ambas medidas contribuyeron a fomentar un tipo de inmigración con mayores niveles de formación de modo que
Tendencias salariales
FIG.5
Población inmigrante masculina SALARIOS
TIEMPOS DE ESTANCIA EN EL PAÍS
0
16-20 años
-0,1 11-15 años
-0,2 6-10 años
-0,3 0-5 años
-0,4 -0,5 1980 FUENTES:
1985
1990
1995
2000
Frenette y Morissette, Statistics Canada, 2003
44 VANGUARDIA | DOSSIER
en el año 2000 el 45 por ciento de los inmigrantes que llegaban al país poseían títulos universitarios. No obstante, seguía observándose el citado problema del declive del empleo entre la población inmigrante. En consecuencia, persiste el debate sobre las causas de esta tendencia. Cabe citar algunos factores relevantes a este respecto, que se enumeran a continuación.
migrantes que acceden al mercado laboral. 2. Cambios en la procedencia de los inmigrantes –más acusados en los años 70 y principios de los 80 que en fecha reciente. 3. Creciente exigencia de referencias, factor que afecta negativamente a las oportunidades hechas realidad merced a los fondos asignados a la formación de los inmigrantes. 4. Menores rendimientos en relación con el esfuerzo económico que conlleva la formación y experiencia laboral de los inmigrantes. 5. Menores rendimientos obtenidos en relación con el esfuerzo económico que conlleva la formación y experiencia extranjera de los trabajadores inmigrantes. 6. Cambios en el terreno de la “economía del conocimiento” que implican los correspondientes efectos a la hora de transferir la pericia y preparación de los trabajadores inmigrantes. 7. Mayores desigualdades en el mercado laboral. Aunque la realidad ha confirmado en general estas explicaciones de la tendencia en cuestión, el hecho es que obedecen a causas más amplias de orden estructural e institucional, de modo que los problemas subyacentes no pueden solucionarse con meros ajustes de las políticas vigentes. Considérese, por ejemplo, uno de los factores mencionados, el relativo al menor rendimiento obtenido por el esfuerzo económico que conlleva la formación y experiencia extranjera de los trabajadores inmigrantes. En principio, no se aprecia por qué debería ser así en este caso. Algunas opiniones señalan que en un contexto de cambio tecnológico, la experiencia extranjera puede revestir menor importancia en Canadá, pero ello parece contradecirse con el hecho de que la importancia de 4 Frenette, M. y R. Morissette, Will they ever converge? Earnings of Immigrant and Canadian-born. Analytical Studies Branch, documentos de investigación. Ottawa: Oficina de Estadística, 2003. Catalogue n. 11F0019MIE2003215.
Como la integración económica no garantiza la integración social, resultan esenciales las políticas basadas en los derechos humanos, la igualdad y el reconocimiento cultural
¿ P U E D E O F R E C E R L E C C I O N E S A E U RO PA L A E X P E R I E N C I A C A N A D I E N S E ?
la formación y experiencia extranjera no presenta visos de mermar. Además, la globalización puede propiciar precisamente un tipo de experiencia y preparación diversa y variada. Naturalmente, es posible que los mayores niveles de formacción de la población autóctona limiten en la práctica las oportunidades de los inmigrantes en sectores específicos en los que poseen experiencia de modo que se vean derivados a otro tipo de ocupaciones –como el valor de la experiencia se asocia a la ocupación específica, su experiencia puede ser menos valorada–. Algunas opiniones siguen confiando en un tipo de solución basada en criterios de selección frente al mencionado problema del menor rendimiento obtenido por el esfuerzo realizado: defienden un mayor acento selectivo en la juventud de los inmigrantes y menor en la experiencia en el empleo. Sin embargo, la validez y plausibilidad de tal escenario aún no se ha podido verificar. La mayoría de respuestas al menor nivel de empleo de los inmigrantes se han centrado en la reforma del mercado de trabajo. Se ha realizado un esfuerzo tendente al reconocimiento y aprovechamiento de la experiencia adquirida en el extranjero por parte de la economía canadiense, que incluye medidas como la disminución de barreras burocráticas frente a titulaciones extranjeras, programas de formación continuada y programas de mejora de conocimientos de acuerdo con las prácticas y métodos vigentes en Canadá. Estas iniciativas y programas se hallan en fase de desarrollo. Es posible que funcionen o, por el contrario, que sean caros y difíciles de aplicar. Por otra parte, y si bien el creciente problema de la pobreza de la población inmigrante no deja de ser, si se quiere, un efecto resultante de la “economía del conocimiento” que empieza a aflorar en Canadá, cabe esperar que se produzca una situación similar en otros países. Por supuesto, existe en Estados Unidos donde trabajadores especializados perciben salarios relativamente inferiores que en Canadá y, además, siguen bajando. Pero en Estados Unidos preocupan más
otros problemas, sobre todo los relacionados con la frontera mexicana a la que, tal vez con razón, no le quitan ojo.
Tensiones raciales Canadá celebra su diversidad multicultural y, al propio tiempo, la composición racial del país cambia rápidamente, en especial en las principales ciudades, lo que indudablemente revierte en una espectacular transformación de la propia fisonomía de Canadá. Pese al multiculturalismo, permanece la preocupación por las persistentes actitudes racistas y el trato discriminatorio en áreas clave como son las del empleo, la vivienda y la seguridad. Aun cuando tales problemas han sido objeto de debate e investigación, la población negra y asiática sigue percibiendo diariamente su existencia. En cualquiera de los casos, es evidente que en Canadá no se ha alcanzado un consenso sobre el problema de la discriminación racial. No es de extrañar, por tanto, que la disminución de tasas de empleo entre la población inmigrante afecte a las minorías raciales en mayor medida que a otros grupos de la población, ni que en Canadá se detecten mayores niveles de pobreza entre las minorías raciales. Pero además se aprecia una creciente inquietud social a este propósito. Por ejemplo, a los canadienses les preocupa la integración social de los inmigrantes, sobre todo a la vista de los incidentes acaecidos en Francia y de las detenciones de presuntos sospechosos que planeaban perpetrar un ataque terrorista en Toronto. También preocupa la existencia de bandas violentas en partes de la comunidad negra, asimismo en Toronto, problema probablemente susceptible de influir en el enfoque político que se dé a la cuestión de la integración de las minorías raciales. Algunas conclusiones derivadas de los últimos análisis y estudios confirman efectivamente la existencia de racismo y discriminación en Canadá. La oficina de estadística canadiense realizó en 2002 un importante estudio –Ethnic Diversity Survey (EDS)– sobre la
diversidad étnica del país, realizando más de 4.000 entrevistas destinadas a dibujar un retrato de las relaciones interétnicas en Canadá. El estudio prestó especial atención a las actitudes de pertenencia y compromiso de las personas con relación a la sociedad en su conjunto, mediante indicadores relativos a tal sentido de pertenencia, sentimiento o no de ser canadiense y ciudadano en general. Asimismo preguntaba sobre la actitud general ante la vida. Por último, valoraba no sólo las actitudes, sino también los comportamientos relevantes para el caso, tales como la participación en actividades voluntarias y la participación electoral. Mi propio análisis de los datos recogidos compara la información sobre minorías raciales con la referente a la población de origen europeo. Asimismo, compara los grupos de población según su tiempo de residencia en Canadá con los de canadienses de segunda generación, factor este último de notable relevancia a la hora de valorar la integración a largo plazo. La mayoría de incidentes de violencia y protesta en el caso de las comunidades de inmigrantes –incluidas las del Reino Unido y Francia– han procedido precisamente de los nacidos en el país. Mencionaré a continuación algunas conclusiones generales del EDS. En primer lugar, las mencionadas “minorías visibles” se hallan menos integradas que sus conciudadanos de población blanca. Se identifican como canadienses un 30 por ciento menos y votan asimismo un 30 por ciento menos en las elecciones federales, más por falta de voluntad que de saber a quien elegir. Asimismo existen diferencias, menores pero importantes, en la actitud de mayor o menor satisfacción ante la vida y la confianza en los demás, cuestión que varía según el tiempo transcurrido, en el caso de las numerosas minorías raciales, desde su llegada al país. En segundo lugar, el EDS muestra la existencia de importantes diferencias que crecen con el tiempo según las distintas minorías raciales y el tiempo que han vivido en el país; los desfases son mayores en el caso de los hijos de inVANGUARDIA | DOSSIER
45
¿ P U E D E O F R E C E R L E C C I O N E S A E U RO PA L A E X P E R I E N C I A C A N A D I E N S E ?
Efecto de regresión del estatus de minoría
FIG.6
Los efectos del estatus de minoría sobre la mayoría de indicadores relativos a la integración ejercen un peso más negativo a lo largo del tiempo I
N
M
RECIENTES
I
G
R
A
PRIMEROS
N
T
E
S
SEGUNDA GENERACIÓN
0,2 Voluntariado
0
Nivel de satisfacción vital
-0,2
Confianza en los demás
-0,4
Sentimiento de pertenencia
-0,6 -0,8
Identidad canadiense
-1 FUENTE:
Statistics Canada, 2002. Encuesta sobre diversidad étnica
migrantes –nacidos en Canadá– que de sus padres, pese a los mayores niveles educativos y de oportunidades de empleo de que disfruta la segunda generación. Aunque las diferencias se aprecian en todas las minorías raciales, son más prevalentes en el caso de la minoría negra. En términos generales, cabe afirmar que persisten los problemas de integración de las minorías en Canadá, problemas cuya intensidad parece aumentar. El estudio muestra que el impacto del factor racial sobre la perspectiva y enfoque social de las minorías raciales es mayor en el caso de los hijos de los inmigrantes que sobre los propios inmigrantes [ver figura 6]. Sea cual fuere el impacto de políticas como el multiculturalismo en la integración social de los inmigrantes, es evidente que ha funcionado peor en el caso de las minorías raciales que en el de la inmigración de población blanca. Y, si hablamos de la segunda generación, los desfases y la discriminación por motivos de índole racial aumentan actualmente en Canadá.
¿Lecciones para Europa? En resumen, considero que la experiencia canadiense comporta evidentes implicaciones en el caso de otros países. Ello no significa que deban copiar nuestro sistema o enfoque multiculturalista. De hecho, es menester que los canadienses rehagan en nuevos moldes ambas políticas a la luz de las nuevas realidades. En consecuencia, ¿qué lecciones cabe aprender? 46 VANGUARDIA | DOSSIER
En primer lugar, la experiencia canadiense indica que la selección de inmigrantes de acuerdo con su grado de preparación sociolaboral puede resultar un factor eficaz para promover la integración económica de los inmigrantes, hecha la salvedad de que tal proceso no puede tener lugar ni mucho menos de forma automática. En segundo lugar, otros países deberían tomar nota de que la integración económica no garantiza la integración social. En Canadá, por ejemplo, debería prestarse más atención a la percepción del trato discriminatorio de las minorías. Los enfoques actuales del multiculturalismo no bastarán para afrontar el problema; por otra parte, la clave no radica tanto en prescindir del multiculturalismo cuanto en arbitrar políticas adecuadas que encaren directa y abiertamente los problemas planteados. Es posible que el multiculturalismo no sirva para todo el mundo; en cualquier caso, otros países pueden juzgar que los inmigrantes y sus descendientes necesitan sentir que ocupan un lugar dotado de sentido en la sociedad donde viven, son bien tratados y cuentan con el reconocimiento y el respeto debido a su esfuerzo en la comunidad. Como nunca, cabe presuponer sin más el carácter abierto de una sociedad: son esenciales una política y una realidad inequívocamente basadas en los derechos humanos, la igualdad y el reconocimiento cultural. Por añadidura, se precisan vías más eficaces de promover la igualdad no sólo respaldadas por la mayoría, sino asumidas por las minorías. Estos comentarios me retrotraen a mis consideraciones iniciales sobre la cuestión de las oportunidades, que debería preocupar por igual a la sociedad en su conjunto y a los inmigrantes en particular. Resulta crucial garantizar que la población conserve una actitud de confianza tanto sobre el valor de la inmigración como sobre la aportación de los inmigrantes a la sociedad. Como solucionar los problemas de la integración de los inmigrantes puede exigir una honda reflexión y recursos adecuados, es importante contar con ambas cosas. Hasta ahora, Canadá se las ha arreglado para avanzar por esta senda, pero quedan muchos desafíos pendientes. Desde mi punto de vista, tal es la auténtica lección que cabe extraer del caso concreto de Canadá. La inmigración puede constituir un importante factor positivo en la medida en que la población esté persuadida de que es efectivamente necesaria y positiva y se esfuerce por encontrar soluciones para los problemas que aparecen en el horizonte.
Flujos y efectos internacionales en Asia Ronald Skeldon UNIVERSIDAD DE SUSSEX
047 Skeldon
5/12/06
20:04
Página 48
FLUJOS Y EFECTOS INTERNACIONALES EN ASIA
Los asiáticos se han desplazado durante siglos. La expansión de los mongoles desde principios del siglo XIII llevó la destrucción a Asia central, gran parte del actual Oriente Medio y China, y en Europa se acercó a las puertas de Viena. interior de Asia como desde este continente al China hacia el sur y su pe- exterior cambiaron completamente. netración hacia el oeste constituyeron, a lo largo de siglos, La emigración asiática al exterior expresiones fluctuantes de poLos mayores cambios occurrieron a partir de der de sucesivas dinastías chi- los años 70, aunque las raíces de esos cambios nas. En la fase del colonialismo pueden remontarse tiempo atrás. En esa época, europeo, los chinos –como los los cambios de las políticas de immigración de indios– fueron cantera de ma- Canadá, Australia y especialmente Estados no de obra, en el ámbito y más allá del área de Unidos habían comenzado a reflejarse en las ciAsia, a disposición de las empresas occidentales. fras de inmigrantes que afluían a estos países. Así, En el último período colonial se echaron los fun- la inmigración asiática pasó de representar una damentos de las diásporas globales tanto de in- proporción de sólo un 7,8 y un 2,7 por ciento en dios como de chinos. Sin embargo, tras la los casos de Estados Unidos y Canadá, respectiSegunda Guerra Mundial la emivemente, a finales de los años 50 a Los asiáticos gración de un país a otro dentro una proporción de un 38,9 y un 36,9 de Asia y desde los diferentes paí- representan el por ciento, respectivamente, a finales ses asiáticos tuvo carácter limita- 36 por ciento de de los 70. Actualmente, los asiáticos do. Por varias razones. los inmigrantes dominan las cifras de inmigración En primer lugar, las princi- en Estados en el caso de Canadá; sólo India y pales sociedades colonizadoras China ya representaban el 29 por Unidos y en de Norteamérica y Australasia ciento en 2005. Más de la mitad de la aún no habían reabierto sus puer- Canadá sólo inmigración con destino a Canadá los chinos e tas a emigrantes procedentes de aquel año procedió de países asiáticos. Asia, especialmente a los chinos, indios suman En 2005, los asiáticos representaban el excluidos de hecho de países co- el 29 por ciento 36 por ciento de los inmigrantes a mo Estados Unidos desde finales Estados Unidos y, en 2003-2004, un 26 del siglo XIX. En segundo lugar, los países asiá- por ciento de los desplazados a Australia proceticos que habían accedido recientemente a la in- dían de Asia Oriental y suroriental1. dependencia se estaban consolidando política Estas migraciones procedentes de Asia han y económicamente y las zonas de rápido creci- obedecido a las diferencias de nivel de vida y limiento económico en Asia aún no habían emer- bertades civiles ofrecidas por los países occigido. Países de África Occidental como Ghana dentales en comparación con los asiáticos. Los y Nigeria eran, a finales de los años 50, más movimientos migratorios se han visto potenprósperos que la mayoría de los del Sudeste ciados por la apertura de China a partir de Asiático; existían, en consecuencia, pocos in- 1979, a medida que esa economía se transforcentivos para desplazarse de una zona a otra maba y accedía a la condición de protagonista dentro de Asia. En tercer lugar, China, después destacado del panorama internacional. A medel triunfo del comunismo en el año 1949, se re- dida que las economías asiáticas se desarrollaron cluyó en sí misma y su apertura al exterior se rápidamente a partir de los años 60 –China se sutornó muy difícil. Sin embargo, en poco más de mó aproximadamente al cabo de un decenio–, medio siglo, las pautas migratorias tanto en el la emigración procedente de los países asiáticos
E
L MOVIMIENTO DE LOS PUEBLOS DE
48 VANGUARDIA | DOSSIER
FLUJOS Y EFECTOS INTERNACIONALES EN ASIA
se intensificó. Como había sucedido con la experiencia histórica de países europeos, el desarrollo conllevó un aumento de la emigración. Los emigrantes que partían hacia Norteamérica y Australasia eran, en gran parte, personas muy formadas y cualificadas. Los estudiantes desbrozaron la senda de esta emigración al ir a completar su formación en universidades norteamericanas, australianas o europeas. En 20042005 había unos 565.000 estudiantes extranjeros en instituciones que otorgaban títulos en Estados Unidos2. Un 42 por ciento procedía de sólo cuatro países, India, China, Corea del Sur y Japón, y otros ocho países asiáticos figuraban en la lista de los primeros 25 países de origen de estudiantes que se desplazaban a Estados Unidos. Al principio de la emigración de los estudiantes en los años 60, muy pocos de ellos retornaban a sus países de origen y, aunque las tasas de retorno han aumentado, la mayoría de estudiantes se quedan en el extranjero. Aunque cabría sostener que esta emigración representa una pérdida para sus áreas autóctonas, dado el rápido y sostenido crecimiento económico experimentado por las economías asiáticas, es dificil atribuir a la emigración la situación de “fuga de cerebros”.
La emigración de mano de obra asiática No toda la emigración de países asiáticos se restringe al conjunto de personas de alta formación y cualificación desplazadas en dirección a las economías más desarrolladas. Desde mediados de los años 70, cientos de miles de trabajadores se han desplazado al extranjero con contratos de breve duración; los destinos más frecuentes fueron los países ricos en petróleo del Golfo y Arabia Saudí. El auge de la construcción posterior a la subida de precios en 1973
propició una demanda de mano de obra que no podía ser atendida a escala local ni regional. Al principio, este tipo de emigración afectó principalmente a los países del sur de Asia, India, Pakistán y Bangladesh y se componía esencialmente de trabajadores masculinos. Al final de la década, países del Sudeste Asiático, especialmente Filipinas y Tailandia, enviaron numerosos trabajadores a Oriente Medio, como también hicieron Taiwán y Corea del Sur. Era, fundamentalmente, trabajo temporal: los trabajadores no tenían derecho a residencia permanente en los países anfitriones y se daba por sentado que regresarían a la conclusión de sus contratos. Evidentemente, algunos contratos podían renovarse y algunos inmigrantes se quedaron ilegalmente en el país, pero el sistema era de naturaleza “circular”, basado en una familia fragmentada en varios países cuyos miembros masculinos trabajaban en Oriente Medio en tanto las esposas e hijos permanecían en el país de origen. Las zonas de origen de los trabajadores emigrantes tendían concentrarse en los países de origen. Por ejemplo, en India, el estado de Kerala es famoso por ser uno de los principales territorios que envía trabajadores a Oriente Medio. A finales de los años 90, un 40 por ciento de los hogares en aquel estado había enviado un trabajador al extranjero y las remesas llevadas a casa representaban más de una quinta parte de los ingresos del estado, de forma que repercutieron favorablemente en la reducción de la pobreza. Estudios sobre Kerala mostraron que este estado tenía 1,36 millones de trabajadores en el extranjero en 1998, cifra equivalente a los trabajadores empleados en el sector formal de la economía en el propio estado3. La migración masculina del sur y Sudeste Asiático ha proseguido aun-
1 Datos sobre inmigración de los principales países de destino migratorio de las siguientes fuentes: Australia, Department of Immigration and Multicultural Affairs, Settler Arrivals 1995-96 to 2005-06 (www.immi.gov.au); Canadá, Citzenship and Immigration Canada, Facts and Figures 2005: Immigration Overview (www.cic.gc.ca); Estados Unidos, Department of Homeland Security, Profiles on Legal Permanent Residents (www.uscic.gov). 2 Datos sobre estudiantes extranjeros: International Institute of Education, Open Doors, Report on International Educational Exchange (http://opendo
que con fluctuaciones debidas a conflictos en la región; se han registrado asimismo cambios significativos a largo plazo. Una tendencia importante ha sido el número creciente de mujeres inmigrantes, especialmente de Sri Lanka e Indonesia, hasta el punto de que la mayoría del contingente migratorio de esos países en dirección a Oriente Medio se compone actualmente de mujeres dedicadas al servicio doméstico en hogares acomodados de la región. Esta modalidad singular de empleo con un elevado número de mujeres jóvenes que trabajan aisladamente en domicilios privados se ha prestado a distintos casos y situaciones de maltrato y vejación. En consecuencia, los países de origen se han encontrado con un serio problema, especialmente grave en el caso de mujeres vulnerables4.
La migración a destinos asiáticos Sin embargo, quizás la tendencia más significativa de los últimos 10 a 15 años ha sido la aparición de destinos migratorios dentro de la propia Asia, particularmente en Asia oriental y suroriental. El desarrollo sostenido en los años 60 que presenció la aparición de los “tigres asiáticos” asociado a un marcado declive en la fertilidad creó una demanda de mano de obra que no podía ser satisfecha partiendo de fuentes locales. Economías como la de Corea del Sur pasaron de ser exportadoras netas de mano de obra en los años 70 y 80 –cuando la fertilidad era elevada y la migración interna del campo a la ciudad era pronunciada– a ser importadoras importantes de mano de obra en los años 90. Esta “transición migratoria” ha caracterizado la mayoría de las economías asiáticas orientales desarrolladas, aun teniendo en cuenta variaciones considerables entre ellas, y todas se
ors.iienetwork.org). 3 Consultar Z. C. Zachariah, E. T. Mathew y S. Irudaya Rajan, Dynamics of Migration in Kerala: Dimensions, Differentials and Consequences, Hyderabad, Orient Longman, 2003. 4 Consultar, por ejemplo, Towards a Fair Deal for Migrant Workers in the Global Economy, Geneva, International Labour Office, 2004 and Labour Migration in Asia: Trends, Challenges and Policy Responses in Countries of origin, Geneva, International Organization for Migration, 2003.
VANGUARDIA | DOSSIER
49
047 Skeldon
5/12/06
20:05
Página 50
FLUJOS Y EFECTOS INTERNACIONALES EN ASIA
caracterizan actualmente por los flujos de desplazamientos personales en ambos sentidos de salida y entrada. La emigración de trabajadores desde economías como las de Corea del Sur y Taiwán había cesado prácticamente en los años 90. La reserva de trabajadores extranjeros en Corea del Sur, sin embargo, aumentó de 285.506 a finales de 2000 a 423.597 al acabar 20045. Por otra parte, unos 400.000 coreanos fueron al extranjero como trabajadores cualificados en apoyo de compañías coreanas, como estudiantes o en calidad de emigrantes no permanentes. Más de 1,6 millones coreanos hicieron viajes de negocios al extranjero en 2003. Las pautas migratorias de Asia oriental son paralelas, al menos hasta cierto punto, a la experiencia de los países europeos. Irlanda, Italia, España y Grecia habían sido importantes países de emigración neta. Con el aumento de la prosperidad de las últimas décadas del siglo XX en conjunción con una transición a unos niveles muy bajos de fertilidad, todos estos países han pasado de ser países de emigración a países de inmigración. La transición a niveles de fertilidad muy por debajo del nivel de sustitución ha sido esencial en el marco de los cambios en el terreno migratorio tanto en Europa como en Asia oriental y suroriental. Este crecimiento en fuerza de trabajo es ahora muy bajo y, en el caso de Japón, es negativo. Evidentemente, no toda la actividad económica puede ser exportada al extranjero y las economías destacadas de Asia, como las de Europa, afrontan una tensión creciente entre una demanda creciente de mano de obra en algunos sectores de la economía y una creciente oposición de la ciudadanía a una mayor inmigración. Como los países europeos, ningún país asiático se considera país de inmigración de la misma manera y parecida escala que Estados Unidos, Canadá o Australia. Con la excepción de Hong Kong con su política de permitir diariamente la entrada de 150 personas procedentes de China para establecerse en la región administrativa especial (RAE) y, hasta cierto punto, Singapur, ninguna 50 VANGUARDIA | DOSSIER
economía asiática persigue políticas migratorias de asentamiento permanente. El flujo migratorio a Hong Kong procedente de China se compone básicamente de esposas e hijos de residentes permanentes de Hong Kong. En Asia, a diferencia de la migración a Australasia, o Norteamérica, el desplazamiento de población internacional es básicamente desplazamiento de mano de obra. Esa mano de obra es tanto cualificada como no cualificada. En la mayoría de las economías asiáticas se aplican políticas para promocionar la migración de mano de obra cualificada para atender situaciones específicas de escasez. Singapur, por ejemplo, facilita la adquisición del estatuto de residente permanente para personas altamente cualificadas, que puede convertirse en ciudadanía en una fecha posterior bajo ciertas circunstancias. Aunque también se necesitan inmigrantes no cualificados en las economías asiáticas orientales y surorientales, a los políticos les preocupa sobremanera la posibilidad de que los trabajadores temporales se conviertan en inmigrantes de mayor y más dilatada permanencia. Ciertas economías permiten la entrada de inmigrantes no cualificados según determinadas normas laborales de empleo directo –el caso de Taiwán es significativo al respecto–, o merced a programas de formación y estudio que permiten que los inmigrantes trabajen legalmente, como es el caso de Corea del Sur y Japón. La crisis económica asiática de 1997 pesó en la reducción de ciertos flujos, especialmente en Corea del Sur, Malasia e Indonesia, aunque se produjo escaso “efecto migración” en Taiwán, Hong Kong o Japón. La emigración de mano de obra a Corea de Sur se reanudó rápidamente y en 2004 el número de trabajadores extranjeros era dos veces y media más que el correspondiente a 1998. Tal vez pueda darse cuenta de cambios recientes en la materia. En Taiwán se apreció una evolución del reclutamiento de trabajadores extranjeros para el sector manufacturero al sector de servicios y, a medida que los contratos existentes expiraban, el número total de trabajadores extranjeros decli-
nó a lo largo de 2003. En 2004, sin embargo, el número de trabajadores extranjeros en Taiwán parece haber reanudado una tendencia ascendente que refleja las crecientes tasas de crecimiento económico en esta economía. En la región asiática oriental en 2004 el crecimiento económico se había reanudado y el número de trabajadores extranjeros aumentó en las principales economías de destino migratorio en Asia Oriental de Japón, Corea del Sur, Malasia, Singapur, Taiwán y también Tailandia. Sólo en Hong Kong, a pesar de su rápido crecimiento económico, disminuyó la reserva de trabajadores extranjeros, reflejando quizás la saturación de demanda de trabajadores que componen de hecho tan gran proporción de trabajadores inmigrantes de Hong Kong.
Migración irregular: los legales y los clandestinos La entera cuestión del número de trabajadores extranjeros, tanto los que trabajan en el seno de economías asiáticas como los que emigran a lugares fuera de Asia, se complica debido a la importante cifra de emigrantes indocumentados o irregulares7. Numerosos emigrantes pueden entrar, ya sea legalmente como turistas o visitantes de corta estancia con visado de breve duración, quedándose en el país una vez finalizado el período de estancia autorizado o simplemente entrando de manera ilegal. La primera estrategia es más común en las economías del este de Asia en tanto que la segunda lo es en el Sudeste Asiático y concretamente en Malasia y Tailandia. No es fácil determinar el fenómeno con cifras precisas dados los cambios y desplazamientos constantes; en cualquier caso, Tailandia y Malasia han adoptado medidas para controlarlos y reducir el volumen de inmigración ilegal. En 2001 Tailandia puso en marcha un programa para registrar a los inmigrantes irregulares que a finales de 2004 arrojó la cifra de 814.247 inmigrantes de este tipo, la mayor cifra alcanzada hasta la fecha. Pese a este programa se considera que sigue sin registrarse un gran número de trabaja-
FLUJOS Y EFECTOS INTERNACIONALES EN ASIA
dores irregulares. Estudios recientes se- los barrios chinos de Nueva York y San ñalan que en suelo tailandés había en Francisco. También Europa es punto 2003 una cifra aproximada de 2,2 mi- de destino de este tráfico humano ilellones de trabajadores extranjeros en si- gal, que penetra a través de Rusia y los tuación regular e irregular. En 2002, países de Europa del este. Los grandes Malasia introdujo cambios importantes peligros de tal tipo de desplazamientos en su programa laboral de inmigrantes: quedaron trágicamente de manifiesto durante un período especial, entre el 21 cuando, en junio de 2000, 58 cuerpos de marzo y el 31 de julio del mismo año, de trabajadores chinos asfixiados fueunos 570.000 salieron del país, sobre to- ron hallados en la parte trasera de un do en dirección a Indonesia. Aunque camión que intentaba entrar en Gran una parte de ellos pudo volver a Malasia Bretaña por el puerto de Dover. Otros 23 de manera legal, el país pudo diversifi- mariscadores chinos resultaron muercar sus fuentes de aprovisionamiento de tos al verse sorprendidos por las heladas aguas de la marea en mano de obra sin depender Morecombe Bay en febrero como anteriormente en La crisis de 2004. Se constata, pues, tanta medida de mano de económica de que no todos se benefician obra no cualificada proce- mediados de del auge económico perdente de Indonesia; alcanzó los 90 redujo ceptible en China, de moentonces acuerdos bilatera- la inmigración les con Tailandia, Camboya, a Corea del Sur, do que muchos siguen arriesgando la vida para Nepal, Birmania, Laos, Viet- Malasia e oficios que los brinam y Filipinas, como asiIndonesia, pero ejercer tánicos, franceses o espamismo con Uzbekistán, ñoles no quieren desemTurkmenistán y Kazajstán tuvo escasos peñar. Pese a tener que papara abastecerse de mano efectos en gar sumas de hasta 70.000 de obra con destino al sec- Taiwán, Hong dólares a los traficantes pitor industrial, de servicios y Kong y Japón ratas para poder acceder construcción. No se conoce con precisión el grado de éxito de tal a trabajos escasamente pagados en programa, pero el Gobierno calculó Gran Bretaña o Estados Unidos, muque en 2004 tenía 1,36 millones de tra- chos chinos siguen embarcándose en bajadores extranjeros legales y 1,2 mi- este juego peligroso en Europa o Norllones irregulares. La mano de obra ex- teamérica para enviar dinero a sus altranjera en Malasia viene a representar deas y localidades de origen9. El tráfico legal se diferencia del más de un 20 por ciento del total8. La falta de vías legales para que la clandestino por la presencia de engaño potencial inmigración acuda a los mer- y explotación en la migración. El traficados del este de Asia influye induda- cante pirata ofrece un servicio más blemente en el hecho de la inmigración rápido y barato que las engorrosas buirregular y en su importancia; el tráfico rocracias de las vías habituales y la maclandestino de personas facilita esta yoría de quienes recurren a las mafias presión sobre las fronteras internacio- de traficantes ya saben a qué se exnales. Por otra parte, la inmigración ponen. Políticos y medios de comuniirregular no se reduce a los contornos cación conocen bien el engaño y la de Asia. Un elevado número de asiáti- explotación llevada a cabo por los tracos, especialmente chinos, han entrado ficantes de seres humanos, especialilegalmente en Estados Unidos para mente de muchachas atrapadas en la trabajar en los talleres clandestinos de industria del sexo en el Sudeste Asiático, 5 Consultar Skeldon, Recent trends in migration in East and Southeast Asia: a conference report, Asian and Pacific Migration Journal, vol. 15 (2), 2006: 277-293. 6 Consultar G. Battistella and M. M. B. Asis (eds.), Unauthorized Migration in Southeast Asia, Quezon City, Scalabrini Migration Center, 2003. 7 Consultar J. W. Huguet y S. Punpuing, International Migration in Thailand, Bang-
Japón y otros países. Pero el engaño y la explotación son asimismo moneda corriente en las redes de tráfico clandestino una vez los inmigrantes optan por recurrir a sus servicios. Por ejemplo, los chinos que logran pasar clandestinamente a Estados Unidos, procedentes sobre todo de la provincia sureña de Fujian, pueden ser retenidos por los traficantes hasta la conclusión del pago, de modo que al final una parte de ellos acaba trabajando en condiciones de práctica esclavitud en el punto de destino. No obstante, la mayoría de los chinos que han entrado ilegalmente en Estados Unidos, al menos hasta mediados de los años 90, parecen haber liquidado sus deudas con bastante rapidez. Aunque indudablemente existen casos de explotación en el tráfico de mujeres en la región asiática, es posible que la mayoría no sea simplemente víctima sino que, de hecho, esté potenciando los mercados regional y global. La distinción neta entre tráfico legal y clandestino suele ser a veces difícil de establecer. Las redes son complejas, constantemente cambiantes y altamente flexibles y, aunque pueden ser obra de grupos criminales internacionales que operan a lo largo del proceso, no suelen ser organizaciones monolíticas, como también ocurre en el caso de los narcotraficantes. En general, la preocupación por la cuestión de la seguridad en la región asiática ha pesado a la hora de intentar limitar los movimientos y desplazamientos irregulares. Asimismo, se han diversificado los flujos migratorios y probablemente aumentará el fenómeno migratorio en un contexto de rápido crecimiento económico combinado con una escasez de mano de obra local. No obstante, con las excepciones de Singapur, Brunei y Malasia, la reserva migratoria en las economías asiáticas aún representa una proporción muy pequeña de la población, menos del 2 por ciento.
kok, International Organization for Migration, 2005. 8 En Skeldon, obra citada. 9 Consultar F. N. Pieke, P. Nyíri, M. Thunø and A. Ceccagno, Transnational Chinese: Fufianese Migrants in Europe, Stanford, Stanford University Press, 2004 and R. Skeldon, Myths and Realities of Chinese Irregular Migration, Geneva, IOM, 2000.
VANGUARDIA | DOSSIER
51
FLUJOS Y EFECTOS INTERNACIONALES EN ASIA
El futuro
parte de China oriental, si no a todo el país. India, también, ha presenciado una rápida La migración seguirá siendo un factor importante en Asia en el futuro próximo. Dado el inflación salarial en la zona de crecimiento alenorme peso demográfico de los países asiáticos rededor de Bangalore. No se vislumbra impor–en tanto China e India superan de largo cada tación de mano de obra en India en el futuro, ya una los mil millones de personas–, Europa, que su fertilidad sigue siendo significativaNorteamérica y Australasia pueden preguntar- mente más elevada que en Asia oriental y sus se si se verán desbordados por enormes cifras de instituciones generan 2,5 millones de licenciainmigrantes. Su estilo de vida puede cambiar dos universitarios cada año. Sin embargo, su por efecto de las distintas costumbres y menta- crecimiento proporciona crecientes oportunilidad de los recién llegados. Sin embargo, y co- dades en casa para autóctonos cualificados, mo este artículo ha tratado de indicar, el desafío tendencia que se ve aumentada por la crecienplanteado a los países occidentales puede pro- te externalización de actividades económicas venir de otro lugar. Las economías asiáticas han del mundo desarrollado. En consecuencia, es probable que el desafío mostrado el crecimiento más contundente de la historia moderna y han atravesado o están atra- en el caso de Europa y Occidente surja no tanto vesando una transición hacia unos niveles de fer- de una migración masiva procedente de Asia sitilidad muy bajos. Estas economías, como las de no de una creciente competencia en busca de Europa, experimentan una creciente demanda materia gris y fuerza física. Asiáticos formados de mano de obra de varios niveles de cualifica- y competentes que antes iban a Estados Unidos ción, desde los trabajadores más cualificados en busca de buenos empleos los están enconhasta los trabajadores de servicios y de la in- trando más cerca de casa. Centros de excelencia dustria de la construcción menos cualificados. surgirán en ciudades como Beijing, Shangai, Puede parecer sorprendente que gigantes de- Nueva Delhi y Bombai, así como Singapur y mográficos como China o India puedan nece- Hong Kong, donde puede obtenerse una forsitar mano de obra en un futuro previsible. En mación de nivel mundial. Los estudiantes de Europa y Norteamérica pueden viajar la actualidad, China precisa cualificrecientemente a Asia para seguir cación para impulsar su rápido cre- El futuro estudios avanzados, en una invercimiento y busca activamente chinos desafío en Asia sión de las tendencias actuales. competentes formados en el extran- está en saber Pero los trabajadores menos cualijero. Sin embargo, no todo es cues- cómo se hará ficados también serán necesarios a tión de cualificación. En 2004, la resu conversión medida que los países asiáticos desgión costera del sureste chino prearrollados amplíen sus campos de sentaba dos millones de puestos de en países de reclutamiento, inicialmente hacia trabajo sin cubrir y la escasez de ma- inmigración y no de obra se hacía sentir hacia el su adaptación a las partes más pobres de Asia, pero norte hasta el río Yangzé y la región nuevos modelos posteriormente más allá, para entrar nuevamente en competencia costera del norte. Aunque estas ca- de sociedad con Europa y Estados Unidos por rencias dan cuenta básicamente de cuellos de botella en el mercado laboral interno este tipo mano de obra. El desafío en el caso de los países asiáticos, dentro de China, nuevos análisis y datos indican que la escasez puede ser tanto estructural como sin embargo, estriba en cómo se realizará su concíclica. La entrada de China en la Organización versión en países de inmigración. Ellos tamMundial de Comercio y los programas para im- bién, como los países de Europa en la actualidad, pulsar el desarrollo más ampliamente hacia el habrán de adaptarse a una situación caracteriinterior han creado oportunidades más próxi- zada por la presencia de un número creciente de mas a las zonas de origen de los migrantes in- extranjeros y solicitantes de empleo, legales o ileternos. Ha faltado mano de obra en regiones cos- gales, y por los desafíos de crear modelos de soteras y los salarios básicos han subido alrededor ciedad integrados y multiculturales. Éstos son, de un 25 por ciento en Shenzhen, por ejemplo. tal vez, los auténticos pero inesperados desafíos China aún no importa trabajadores del extran- del milagro económico asiático. La migración jero, pero los tiempos de mano de obra barata en necesita urgentemente enmarcarse en el seno China ya están llegando a su fin10. La transición del horizonte político actual. y los cambios en materia de migración en Corea del Sur y Taiwán puede pronto afectar a gran 10 En Skeldon, obra citada.
52 VANGUARDIA | DOSSIER
Las peculiaridades de América Latina y el Caribe
Isabel Yépez del Castillo y Víctor Manuel Méndez Villegas UNIVERSIDAD CATÓLICA DE LOVAINA
L
A MIGRACIÓN INTERNACIONAL FUE, HA SI-
do, está siendo y será, probablemente, un rasgo permanente de la historia de América Latina y el Caribe (ALC). Desde la llegada de Colón al Nuevo Mundo hasta mediados del siglo XX, ALC acogió un gran número de inmigrantes procedentes de Europa1, África y Asia, incluido Oriente Medio. En los últimos 50 años, ALC ha ido disminuyendo su atractivo como polo de inmigración, acentuándose los flujos migratorios tan-
to en su interior como principalmente hacia Estados Unidos, Europa y Japón. Según el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía de la CEPAL2 , los emigrantes internacionales de ALC llegaban a 25 millones de personas en 2005, representando el 13 por ciento del total de emigrantes internacionales en el mundo. De estos 25 millones, los emigrantes internacionales interregionales totalizan tres millones de personas que se desplazan fundamentalmente entre países fronterizos o con proximidad geográfica, coincidiendo generalmente con espacios de integraVANGUARDIA | DOSSIER
53
053 Yepez c2
7/12/06
19:02
Página 54
L AS PECULIARIDADES DE AMÉRIC A L ATINA Y EL C ARIBE
ción subregional. Tradicionalmente, los países receptores han sido Argentina, Venezuela y Costa Rica. En los últimos años llegan a Chile numerosos inmigrantes de Perú, Ecuador y Bolivia, que se suman a la inmigración argentina de más tiempo atrás. Los procesos de migración interna dentro de cada país, crecientes e importantes desde hace décadas, especialmente a partir de las zonas rurales, no constituyen tema del presente artículo. El objetivo de estas páginas es proponer brevemente algunos de los avances de nuestras investigaciones en curso3 sobre la masificación de los flujos y la diferenciación de los destinos de los migrantes de ALC (destacado 1) cuya motivación es ahora principalmente económica habiendo antes sido marcadamente política (2). Desde una perspectiva de género, el hecho masivo de la feminización de la migración plantea interrogantes y nuevas potencialidades en las relaciones familiares (3). Asimismo, se destaca el interesante fenómeno de las prácticas transnacionales de los migrantes (4), el complejo asunto de la llamada “fuga de talentos” (5) y se concluye discutiendo algunos de desafíos que los procesos migratorios en curso plantean al análisis científico y al diseño de las políticas públicas que se proponen regularlos (6). De esta manera se podrá observar la compleja variedad que presentan las migraciones internacionales en los países de ALC y a partir de ALC. Compleja variedad que se resiste a generalizaciones arbitrarias y a concepciones simplificadoras. El hecho de adoptar aquí un enfoque fundamentalmente cuantitativo no debe hacer olvidar la importancia de los estudios cualitativos: antropológicos, culturales, históricos. A 70 años
del desencadenamiento de la guerra civil en España nos viene a la memoria la actitud generosa del país de Miguel Hidalgo y Costilla otorgando la nacionalidad a los exiliados y fundando con ellos el que es hoy “el Colegio de México”. También recordamos al joven ministro Salvador Allende acogiendo en Valparaíso a todos los republicanos que pudieron salvarse gracias al barco que el también joven cónsul Pablo Neruda fletara especialmente para ellos. Por otro lado, es tan grande dicha compleja variedad que será necesario afinar los instrumentos conceptuales de las ciencias sociales para hacerle justicia. “Herencia de palabras, herencia de ideas”, dice el refrán. El término “migrante” resulta multívoco y hasta equívoco. Por ejemplo, desde el punto de vista estadístico, limitándonos a los flujos hacia ALC de que los ibéricos son responsables, un esclavo aparece considerado como un inmigrante tal como lo es un premio Nobel. Migración, pobreza y violencia aparecen asociadas en la historia. Hay exilios voluntarios como hay violencias sufridas por las personas forzadas a desenraizarse. Hay acogidas generosas, hay inmigraciones deseadas y hay también poblaciones autóctonas febrilmente obsesionadas por su “calidad de vida” como las hay con sus vidas diezmadas por la dinámica impuesta por los colonizadores. Migración, riqueza y solidaridad aparecen también asociadas en la historia. Riqueza no exclusivamente material. Sin la contribución de los migrantes, sin sus mestizajes infinitos, ALC no aparecería hoy ante el mundo cual un diamantino mosaico multicolor de creatividades culturales. Las deficiencias de la memoria histórica dificultan asimismo las consideraciones en términos de éti-
ca, de justicia y contribuyen a la propagación de los (pre)juicios valorativos respecto a los migrantes. Dista pues mucho de haberse integrado en el sentido común la norma de que “toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado” proclamada en el artículo 13/1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
1 Solamente entre 1870 y 1930, 13 millones de inmigrantes europeos desembarcaron en ALC, y otros dos millones llegaron luego de la Segunda Guerra Mundial. 2 “Migración internacional, derechos humanos y desarrollo”, Santiago de Chile, agosto 2006. 3 Desde hace varios años, en el Groupe de Recherches Interdisciplinaires sur l’Amérique Latine (GRIAL) de la Universidad Católica de Lovaina (UCL) y dentro del
marco del Observatorio de las Relaciones Unión Europea-América Latina (OBREAL), estamos investigando sobre las migraciones internacionales de ALC, especialmente desde el punto de vista de género. En noviembre de 2006 hemos organizado en Bruselas la Conferencia Internacional: “Les migrations Amérique Latine-Europe. Quels défis pour l’analyse et les politiques?” (CIMALE). Elaborado sobre la base de estas investigaciones en curso, en el
presente artículo hemos preferido no recargar las referencias. Para mayores informaciones ver en internet: http://www.uclouvain.be/grial.html 4 “From 200 Million to 300 Million: The Numbers venid Population Growth”, 10 de octubre de 2006. 5 Población originaria de ALC y sus descendientes. 6 Cifra que no incluye a las segundas y terceras generaciones de las emigraciones española, italiana y portuguesa que disponen de la nacionalidad del
54 VANGUARDIA | DOSSIER
1. Masificacion de flujos y diferenciación de destinos Según estimaciones del centro no gubernamental de estudios demográficos Pew Hispanic Center4 (www.pe whispanic.org), entre 1966 y 2006 la población de Estados Unidos creció en cien millones de personas. Los latinos5 contribuyeron con un 36 por ciento a este crecimiento. Así, entre 1966-1967 y 2006 la población latina aumentó de 8,5 millones a 44,7 millones, convirtiéndose así en la primera minoría étnica. El incremento de la natalidad –cuya tasa es el doble de la estadounidense– y la inmigración constituyen dos factores explicativos de este crecimiento. Del total de latinos se estima que el 60 por ciento ya nació en Estados Unidos y el 40 por ciento en sus países de origen. Según esta misma fuente, el 30 por ciento de la población de origen extranjero que reside en Estados Unidos es ilegal. Calculándose en 11 millones el número de personas indocumentadas, de las cuales más de la mitad serían de origen mexicano. Si bien Estados Unidos concentra el grueso de la inmigración latina, la geografía y los destinos se han ampliado y diversificado en los últimos años, sorprendiendo la velocidad con la que se
L AS PECULIARIDADES DE AMÉRIC A L ATINA Y EL C ARIBE
En Europa occidental viven más de dos millones de inmigrantes procedentes de América Latina y el Caribe, de los cuales 1.400.000 se encuentran en España
ha producido la “nueva ola migratoria” hacia Europa. Probablemente las mayores dificultades para el ingreso a Estados Unidos y las necesidades de mano de obra en los nuevos países de destino explican en parte esta diversificación de trayectorias migratorias. Se estima que hay entre dos millones y dos millones y medio de inmigrantes latinoamericanos en Europa occidental6. Se trata de cálculos aproximativos debido a que una cantidad significativa de ellos no aparece en las estadísticas nacionales dada su situación de irregularidad. En sólo seis años, España ha multiplicado por siete el número de inmigrantes de ALC: de 200.000 en 2000 ha llegado a ser un 1.400.000 en 20067. Servicio doméstico, agricultura, construcción, hostelería constituyen algunas de las actividades en las que se insertan los migrantes económicos de más reciente llegada: ecuatorianos, colombianos, bolivianos, los que se suman a los peruanos, dominicanos, venezolanos llegados en los años 90. Puesto que existen medidas que permiten a ciertas personas recuperar la ciudadanía de origen de sus antepasados que emigraron a ALC, existen inmigrantes que practican lo que se denomina una modalidad de retorno diferido entre generaciones. Además, los latinoamericanos se han acogido, más que los otras colectividades de inmigrantes, a los diferentes procesos de regulación que se han dado en este país durante los últimos años, así como a los procedimientos para la obtención de la nacionalidad española. En Italia, en 2003 habían registrados legalmente 200.000 latinos procedentes mayoritariamente de países andinos –algunos de migración más antigua como la peruana, y otros de la más reciente como la boliviana y la colombiana–. Hasta hace poco, las mujeres eran ampliamente mayoritarias en los flujos migratorios, precediendo a sus familiares, pero los procesos de reunificación familiar estarían incidiendo en el aumento de la población masculina –esposos e hijos–. Las y los inmigrantes se ocupan principalmente del servicio doméstico, atención de niños y de personas mayores, integrando las lla-
madas cadenas globales de los cuidados –de salud, por ejemplo– características de la nueva división del trabajo entre el Norte y el Sur. Según cálculos correspondientes al año 2005, existirían en Portugal un poco más de 83.000 brasileños registrados8 con diferentes estatutos: autorización de residencia, autorización de permanencia, contrato/visado de trabajo. En Francia, Olga González calcula en 100.000 el número de latinoamericanos inmigrantes, de los que una parte importante proviene de Colombia, Perú y Ecuador9. La presencia de los caribeños es especialmente importante en Holanda y el Reino Unido, países en que dentro del total de inmigrantes los de ALC son minoritarios. En Bélgica, el número de latinoamericanos registrados oficialmente es muy reducido, sin embargo, estudios exploratorios dan cuenta de unos 30.000 inmigrantes provenientes principalmente de Ecuador, Colombia, Bolivia, Brasil y Perú. En otras latitudes como el Japón, existirían cerca de medio millón de migrantes procedentes de ALC, mayoritariamente brasileños y peruanos10. En Australia son mayoritarios los chilenos y en Israel los argentinos. En Canadá, los inmigrantes y residentes no permanentes alcanzan casi el cuarto de millón de personas, mayoritariamente mexicanos, chilenos, colombianos y salvadoreños, según la estimaciones realizadas por Luin Goldring de la Universidad de York, en base al censo de 2001.11 A pesar de la diversidad y variedad de las inserciones de los latinoamericanos en los diferentes países europeos, es posible formular dos consideraciones. Primero, que la inmigración latina se caracteriza por su gran movilidad. Está compuesta por familias que se encuentran repartidas por varios países: España, Italia, Francia o Inglaterra, por ejemplo, y que se desplazan de manera permanente por el territorio europeo, de acuerdo a las posibilidades de empleo o de regularización. Segundo, cabe observar que, en general, la pertenencia de los migrantes no es solamente a un país, sino específicamente a una región dentro de éste. Los emigrantes brasileños que trabajan en la industria de la construcción
país receptor, ni a aquellos que han adquirido la nacionalidad del país de residencia en la Unión Europea. 7 Cfr. al respecto las investigaciones de Laura Oso Casas, por ejemplo: “Prostitution et immigration des femmes latino-américaines en Espagne” en Cahiers du Genre número 40/2006. Ella y Diego López de Lera presentaron estas estimaciones en la CIMALE. 8 Estimaciones presentadas por Beatriz Padilla en la CIMALE.
9 Estimaciones presentadas en la CIMALE. 10 Inter-American Development Bank (http://www.iadb.org/) Multilateral Investment Fund, Remittances to Latin America from Japan, Okinawa, abril de 2005. 11 Luin Goldring, “Latinoamericanos en Canadá: historia migratoria, el contexto de recepción y diversidad de formas de transnacionalidad”, www.focal.ca/goldring.ppt,s/f
VANGUARDIA | DOSSIER
55
do056_057
6/12/06
10:34
Página 56
L AS PECULIARIDADES DE AMÉRIC A L ATINA Y EL C ARIBE
en Bruselas son originarios de dos regiones: Minas Gerais y Goias, zonas en las cuales las poblaciones están habituadas a desplazarse en búsqueda de mejores tierras de cultivo o de nuevas fuentes de trabajo, y que, además, han constituido redes en el exterior que les permiten acoger a nuevos migrantes. En Lisboa, las redes que reciben a los brasileños provienen del estado de Mato Grosso do Sul.12
2. Una migración principalmente económica A diferencia de la emigración de los años 60 y 70, de carácter político, en un contexto de regímenes militares autoritarios, la emigración latinoamericana de los años 90 y 2000 es de carácter laboral, formada por adultos y familias jóvenes. El deterioro de la situación económica, el aumento de la pobreza, así como la existencia y consolidación de redes que facilitan la migración constituyen algunos de los factores explicativos del aumento masivo del flujo emigratorio durante los últimos años. En este sentido, el caso ecuatoriano constituye un ejemplo típico. El fin de los años 90 marca la consolidación de la dinámica migratoria iniciada en los 80, tanto hacia Estados Unidos en que se desplazan personas provenientes de Azuay y Cañar como hacia España, desde Loja y Otavalo. La acentuación de la crisis política y económica que ha vivido este país a partir de 1998, así como la existencia de redes sociales previas, explica pues el porqué de la intensificación de los flujos migratorios a inicios del siglo XXI. El número de personas viviendo en hogares cuyo consumo era inferior al valor de la línea de pobreza aumentó del 34 por ciento en 1995 al 46 por ciento en 1998 y al 56 por ciento en 1999. La Dirección Nacional de Migración estima que, para el período 19972004, la cifra de personas que no han regresado al Ecuador es de 837.062 personas. Como lo dice la filial en este país de la Facultad Latino-
12 Beatriz Padilla, “Redes sociais e integração de facto dos Brasileiros em Portugal”. Actas do I Congresso Internacional sobre A Imigração em Portugal e na União Europeia. Associação para a Investigação e Desenvolvimiento Sócio-cultural, Póvoa de Varzim, junio de 2006. 13 Gioconda Herrera et al. (eds.), La migración ecuatoriana: transnacionalismo, redes e identidades, FLACSO, Sede Ecuador (Quito), 2006, p. 13. 14 FNUAP, “L’état de la population mon-
56 VANGUARDIA | DOSSIER
americana de Ciencias Sociales, nos encontramos frente a un cambio no solamente cuantitativo, sino ante una modificación de los perfiles migratorios: “Este éxodo se convierte en un hecho nacional, multiclasista, multigeneracional y se feminiza.” 13 Otro conjunto de factores van a incidir también en la decisión de emigrar y en la elección del lugar al cual dirigirse, entre ellos: la influencia de vínculos históricos, culturales, lingüísticos, religiosos con el país de destino –lazos que explican la migración hacia España–; asimismo, los factores de la demanda de trabajo y de las políticas de regularización; el imaginario de lo que se piensa encontrar en la sociedad de destino; last but not least, la búsqueda de mayores espacios de libertad y de autonomía, los que se encuentran negados o limitados en los países de origen –a las mujeres, por ejemplo.
3. Una migración que se feminiza aceleradamente Las mujeres representan una proporción creciente de los migrantes internacionales de ALC. En 2001 ellas constituían el 70 por ciento de las dominicanas y de las brasileñas llegadas a España14 Ello coincide con el incremento de la demanda de mano de obra doméstica debida a varios factores, especialmente a la incorporación de las mujeres al mercado de trabajo, a la falta de trabajadores en la economía de cuidados de salud (care economy), al envejecimiento de la población. Se asiste de esta manera a una perpetuación de los papeles tradicionales y al establecimiento de una suerte de cadena global de cuidados domésticos (global care chain). Se trata de vínculos personales mediante los cuales las mujeres, principalmente, encomiendan dichas labores a otra mujer, remunerándola o no, en un encadenamiento que llega, por ejemplo, hasta la hija mayor que ha quedado a cargo del hogar en ALC y que no recibe salario. Otros factores de-
diale 2006”. 15 Ver al respecto: Isabel Yépez del Castillo y Amandine Bach, “L’envoi de fonds et la féminisation des migrations internationales: quels changements dans les rapports de genre?” en el libro dirigido por Christine Verschuur y Fenneke Reysoo, Genre, nouvelle division internationale du travail et migrations, Editions l’Harmattan (París), 2005. 16 Donal Ferry, “Las remesas como instrumento de desarrollo”, comunicación
presentada en el Sommet Ibéro-américain sur migration et développement (SIAMD), Madrid, 18-19 junio 2006. 17 Fuente referida en la nota 10. 18 Alejandro Canales, “Migración, remesas y desarrollo. Mitos y realidades”, comunicación presentada en el SIAMD. 19 Ver: “Migración internacional, remesas y fuga de cerebros”, htpp://web:world bank.org/wbsite/external/bancomundial. Sitio consultado el 25/11/2006.
L AS PECULIARIDADES DE AMÉRIC A L ATINA Y EL C ARIBE
Ciertamente, emigrar rima con anhelar (una vida mejor), pero también rima con palabras como estafar, traficar, violentar... e incluso con matar
terminan también el género en las migraciones: el grado de complementariedad en el mercado de trabajo, las redes sociales y las modalidades de reunificación familiar. Mientras que antes las esposas emigraban para reunirse con sus maridos, este nuevo éxodo es frecuentemente autónomo, sin compañía conyugal ni familiar, y corresponde a una estrategia para poder solventar las necesidades de base del hogar, particularmente las de los niños, tales como los costos de educación y salud. La comunidad internacional se ha preocupado por la vulnerabilidad de estas mujeres migrantes, la que puede conducirlas a ser víctimas de discriminaciones y de violaciones de sus derechos humanos y libertades fundamentales. Es así como, en diciembre de 2005, el Comité por la igualdad de oportunidades entre mujeres y varones de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa ha publicado un informe sobre la integración de las mujeres emigrantes en este continente, documento en el que exige a los Estados reforzar la protección de los derechos humanos de dichas mujeres. Si bien es cierto que ellas sufren discriminaciones con mucha frecuencia, es importante, desde una perspectiva de género, analizar la migración en un horizonte más dilatado, puesto de la migración puede también constituir una oportunidad para fracturar los roles tradicionales de los géneros y conquistar más libertad, mayor independencia, etcétera.15
4. Migraciones y prácticas transnacionales Ya hemos señalado que la comunidad latina emigrante constituye una población heterogénea cuyos integrantes mantienen un vínculo muy fuerte con su país de origen, lazo que se expresa en el intercambio de bienes materiales y simbólicos. Entre estas prácticas transnacionales, el envío de fondos ha atraído la atención de instituciones internacionales tales como el Banco Mundial (BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).16 De 1.120 millones de dólares estadounidenses recibidos en 1980, ALC ha pasado a 54.000 millones en 2005, convirtiéndose en la primera región receptora de remesas en el mundo. España desempeña un papel clave: las remesas enviadas a ALC en 2001 se estiman en 706 millones de euros, el 50 por ciento se dirigió a Ecuador. En 2005, el monto de tales remesas representó más que la ayuda al desarrollo y la inversión extranjera juntas. En 11 de 16 países de
ALC, dichos envíos fueron mayores que el valor de las exportaciones agrícolas y, en 12, superiores a los ingresos del turismo. Según un estudio del BID de 2006, se estima que este año las remesas de los latinos desde Estados Unidos serán de unos 45.000 millones de dólares, suma correspondiente al 10 por ciento del total de sus ingresos: siete de cada diez inmigrantes de ALC enviarán, en promedio, 300 dólares cada vez. La edad media de ellos ha disminuido desde 2001, siendo los más jóvenes oriundos de México y América Central. En 2005, desde Japón, fueron enviadas remesas totalizando 2.650 millones de dólares: 82 por ciento hacia Brasil, 14 por ciento al Perú y 4 por ciento al resto de ALC. El 17 por ciento de estos inmigrantes envía remesas desde hace más de diez años –un tercio de los peruanos y 14 por ciento de los brasileños–, 25 por ciento desde hace entre cinco y diez años, 27 por ciento entre tres y cinco, 17 por ciento entre uno y tres y 14 por ciento desde hace un año o menos. Los costos de transacción por cada remesa oscilan entre 10 y 20 dólares. 17 Las remesas suscitan amplios debates sobre su uso en los hogares, su impacto en el bienestar, sus costos de transferencia, su potencial para la economía, etcétera. Y también se multiplican iniciativas, en México principalmente, para captar este potencial “no explotado” y “no productivo”. Visión a la que se oponen, especialmente desde el mundo académico, críticas que destacan el uso de las remesas como recurso para mitigar el fracaso de las políticas de ajuste estructural y de liberalización comercial en el objetivo de mejorar las condiciones de vida de la población, más aún dado que son precisamente las mismas instituciones que propiciaron tales políticas las que ahora exaltan el efecto multiplicador de las remesas. Estas constituyen, según dichas críticas, un ingreso familiar que permite compensar las devaluaciones, las reducciones del poder de compra y las crisis recurrentes en ALC.18
5. “Brain-drain” Estados Unidos atrajo en 2002 a un 60 por ciento de los profesionales de ALC altamente calificados y empresarios que se van a vivir al exterior. México destaca por tener el mayor número de graduados viviendo en Estados Unidos (14,3 %), seguido por Colombia (11 %), Ecuador (11 %), Chile (5 %), Brasil (3,3 %) y Argentina (2,5 %). Las cifras son aún más preocupantes respecto a los VANGUARDIA | DOSSIER
57
L AS PECULIARIDADES DE AMÉRIC A L ATINA Y EL C ARIBE
países mas pobres: ocho de cada diez haitianos y jamaicanos con títulos universitarios viven fuera de sus países . Los comentarios de Andrés Oppenheimer, editor y columnista de “The Miami Herald”, no dejan de hacernos reflexionar: “La emigración va a continuar, le guste o no a los países exportadores de cerebros. De manera que ALC debería empezar a sacarle provecho. En la nueva economía global, la circulación del talento puede ser una ganancia para todos.”
6. Desafíos para el análisis y el diseño de políticas públicas que regulen los procesos migratorios Gobiernos –de El Salvador y Colombia, por ejemplo–, foros intergubernamentales en ALC, el BID y la Cumbre Iberoamericana y de la OEA han debatido sobre los vínculos entre migración y desarrollo buscando identificar las prioridades y armonizar los procedimientos. Inclusive las Naciones Unidas convocaron en septiembre de 2006 un Diálogo de alto nivel sobre esta problemática. El BM asume como objetivo prioritario 2006-2008 identificar políticas que beneficien a las dos regiones y a los migrantes (winwin-win). El reciente informe de la CEPAL subraya otra cuestión, velada en los debates: la de las discriminaciones y violaciones de los derechos humanos de los emigrantes. La menor importancia atribuida a este problema se evidencia al comprobar la lentitud del proceso de ratificación de la Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migrantes y de sus familias. La migración de ALC, por su cantidad, complejidad, composición, novedad y diversidad desafía las políticas públicas y les exige una concienzuda reflexión. Es indispensable abandonar los estereotipos y las generalizaciones arbitrarias, es indispensable dejar de lado visiones simplificadoras de las migraciones y de sus protagonistas. Los elementos que estructuran el contexto no deben impedirnos percibir la capacidad de gestión de los migrantes, de sus familias y de las redes de las que forman parte; ni hacernos olvidar las múltiples diferencias y jerarquías presentes en los colectivos migratorios, diferencias que, si bien tienden a hacerse invisibles en los nuevos contextos, siguen condicionando de cierta manera las trayectorias futuras en el país de acogida. Estudios recientes llaman la atención respecto a las redes sociales y las interacciones socioculturales, demográficas, políticas, etcétera, entre los emigrantes y las 58 VANGUARDIA | DOSSIER
sociedades de acogida. Queda aún mucho por investigar sobre los efectos de las migraciones sobre las sociedades de destino, por ejemplo en los cambios demográficos y en la configuración de los mercados de trabajo. Una mirada simultánea desde los países de origen y de destino es indispensable para comprender mejor a los que emigran y a los que se quedan. En los debates sobre el Quinto Centenario, Eduardo Hughes Galeano decía que “los productos latinoamericanos se han devaluado, los latinoamericanos también”. Sólo tres lustros después, los emigrantes internacionales de ALC totalizan siete veces la población del Uruguay. Varios han retornado a los lares de sus ancestros sin por ello romper el cordón umbilical con los de sus padres, cónyuges e hijos, aunque ahora dicho cordón se nutre de cartas, remesas, regalos, llamadas telefónicas y correos electrónicos. El hecho incuestionable es que los emigrantes de ALC ya se han repartido por los cinco continentes en un proceso muy complejo en el que las redes de solidaridad coexisten con mafias que trafican con seres humanos. Migrar rima, es verdad, con anhelar una vida mejor pero también con estafar, con traficar, con violentar... hasta con matar. Los mass media alimentan esta dinámica dramatizando tanto los escenarios de partidas no siempre definitivas como los de arribos frecuentemente precarios. Ya se conocen expresiones artísticas en que experiencias de migración inspiran sagas fascinantes. Ciudadanos de más de un Estado, electores de ultramar, candidatos y autoridades elegidas por votantes de sus naciones de adopción, los avatares de los emigrantes de ALC constituyen todo un criadero de las múltiples dimensiones de la interculturalidad. ¿Ha llegado ya la hora en que la versatilidad de la ALC por los mestizajes, con sus profundos desgarramientos y sus perennes inventivas se pone a prueba a la escala de la “aldea planetaria”? “El quinto suyo” es una denominación empleada en el país de los incas para referirse a sus emigrantes. Hoy, más al norte del Chinchaysuyo, se prosigue construyendo muros. La represión ha probado no ser la mejor política pública para regular la inmigración. En un contexto diferente pero análogo, José María Arguedas decía: “Bien sabemos que los muros aislantes de las naciones no son nunca completamente aislantes.” Hoy los emigrantes latinos acogen a los “internautas” repitiendo sus palabras: “...cualquier hombre no engrilletado y embrutecido por el egoísmo, puede vivir, feliz, todas las patrias.”
Políticas migratorias en el golfo Pérsico Los países con grandes riquezas petroleras del golfo Pérsico forman una región con una elevadísima inmigración internacional procedente de un amplio abanico de países.
Nasra M. Shah CATEDRÁTICA. DEPARTAMENTO DE MEDICINA COMUNITARIA Y CIENCIAS DEL COMPORTAMIENTO KUWAIT UNIVERSITY, FACULTY OF MEDICINE
L
viendas y edificios. Los países del CCEAG regisbregión son: Arabia Saudí, Bah- tran tasas de crecimiento demográfico muy alrein, los Emiratos Árabes Unidos tas y un índice de fertilidad que supera los cua(EAU), Kuwait, Omán y Qatar, reu- tro hijos por mujer en la mayoría de países. En nidos para diversos propósitos en algunos estados, tales como los EAU, los proyecuna asociación conocida como tos de construcción también se llevan a cabo coConsejo de Cooperación de los Es- mo forma de inversión, especialmente en Dubai. Además de los trabajadores de la constructados Árabes del Golfo (CCEAG). Durante las tres últimas décadas los extranjeros ción, otra gran categoría laboral es la de los serhan superado a la población nacional en varios vicios de limpieza, cuidadores y servicio dode los países del CCEAG. En los años 70 y 80 del méstico. Entre los trabajadores domésticos, las siglo XX, la migración a gran escala de trabaja- mujeres son generalmente mayoría en los países del CCEAG. En cuanto a los dores “invitados” se inició copaíses de procedencia, los mo una respuesta a la subida El porcentaje de principales son: Sri Lanka, del precio del petróleo y los extranjeros que viven Filipinas, Indonesia e India. consecuentes planes de de- en los seis países del A lo largo de los años, el núsarrollo rápido de los países del Consejo del Golfo oscila mero de trabajadores de serCCEAG. Tales planes requerían vicio doméstico se ha ido inla importación de un gran nú- entre un 24 por ciento crementando. En Kuwait, mero de trabajadores extran- en Omán y un 78 por por ejemplo, las sirvientas jeros, porque la mano de obra ciento en Qatar constituyen el 7,1 por cienlocal era por lo general escasa y carecía de las múltiples capacidades requeri- tode la población (2,87 millones) y se cifraba en das para el desarrollo de infraestructuras y otros 203.406 personas en 2005 (APCI, 2005). La figura 1 indica la predominancia de los proyectos. En las fases iniciales, los obreros de la construcción fueron una de las principales ca- extranjeros en los países del Golfo. El porcentategorías de trabajadores importados. A pesar je de no nacionales oscilaba entre un 24 por ciende que la demanda de obreros de la construc- to en Omán y un 78 por ciento en Qatar en 2005. ción disminuyó en cierta medida con la finali- En el caso de la población activa, en todos los paízación de proyectos, sigue existiendo una de- ses más de la mitad estaba formada por extranmanda persistente de tales trabajadores, sobre jeros en los primeros años del siglo XXI. En todo porque la creciente población nacional 2005, la estimación combinada de población del precisa de la creación de nuevos complejos de vi- CCEAG era de 35,8 millones, de los cuales los OS SEIS ESTADOS QUE FORMAN ESTA SU-
VANGUARDIA | DOSSIER
59
059 Shah
5/12/06
19:01
Página 60
POLÍTICAS MIGRATORIAS EN EL GOLFO PÉRSICO
12,8 millones (35,7 por ciento) eran extranjeros. Se calculó que si la población extranjera continuaba creciendo al ritmo presente podría alcanzar los 18 millones en un plazo de diez años (“Kuwait Times”, 20-12-2004). Las previsiones de las Naciones Unidas para 2005 indican que en el país más grande del CCEAG, Arabia Saudí, los extranjeros suman 6,4 millones (el 26 por ciento) de los 24,5 millones de residentes (Naciones Unidas, 2006). Según otras fuentes el número de extranjeros alcanza los 8,8 millones. No obstante, diversas estimaciones indican que los extranjeros constituyen entre el 56 y el 70 por ciento de la población activa y el 95 por ciento de los trabajadores del sector privado. En los EAU los extranjeros constituyen un 71 por ciento de los 4,5 millones de residentes [figura 1] y ocupan el 98 por ciento de los empleos del sector privado (“Migrant News”, diciembre de 2005).
Principales políticas migratorias Las políticas migratorias en los países del CCEAG podrían agruparse en tres secciones principales: Políticas reguladoras rutinarias para el control de la emigración. 2. Políticas específicas destinadas a afrontar la migración irregular. 3. Políticas para reducir la importación 1.
POBLACIÓN EN LOS PAÍSES DEL CCEAG EN 2005 POBLACIÓN (2006) total, en miles
ARABIA SAUDÍ
futura de trabajadores extranjeros y personas a su cargo. Cada una de ellas se examina brevemente a continuación.
Políticas reguladoras rutinarias. Puesto que la migración laboral en los países del CCEAG se considera un fenómeno temporal, la mayoría de las políticas cotidianas se ocupan de la regulación de trabajadores emigrantes. Los trabajadores emigrantes no tienen derecho a la ciudadanía en virtud de la duración de su estancia en países del CCEAG. Además, los niños nacidos en el país tampoco tienen derecho a la ciudadanía. Un estudio llevado a cabo en Kuwait ha mostrado que los extranjeros con frecuencia permanecen en el país durante períodos prolongados, que en algunos casos exceden los 20 años. En la mayoría de los países del CCEAG no existen disposiciones para la situación de “residente permanente”. Sea cual sea la duración de su estancia, los extranjeros se definen como trabajadores “eventuales”, un hecho que se ve reforzado por la renovación de los contratos por períodos relativamente cortos, normalmente no superiores a los dos años. Un trabajador emigrante llega a Kuwait sobre la base de un contrato expedido a petición de un empleador. Una vez en el país anfitrión, el trabajador debe obtener un permiso de residencia (iqama), cuya validez equivale a la duración del contrato. En un apartado posterior se
FIG.1
TRABAJADORES
VALORACIÓN
25,9
7.176
55,8
ARABIA SAUDÍ
Demasiado alta
40,7
272
61,9
BAHREIN
Satisfactoria
EAU
4.496
71,4
1.356
89,8
EAU
KUWAIT (2004)
2.645
64,3
1.551
81,3
KUWAIT
(2005)
2.867
65,1
1.727
81,8
2.567
24,4
859
64,3
813
78,3
120
QATAR TOTAL CCEAG
FUENTES:
35.862
35,7 %
11.103
políticas consiste en enfrentarse al problema de los emigrantes irregulares.
FIG.2
NIVELES DE EMIGRACIÓN
POLÍTICA
VALORACIÓN
POLÍTICA
bajar
Satisfactoria
bajar
mantener
Satisfactoria
no intervención
Demasiado alta
bajar
Satisfactoria
no intervención
Demasiado alta
bajar
Demasiado baja
no intervención
OMÁN
Demasiado alta
bajar
Satisfactoria
no intervención
81,6
QATAR
Demasiado alta
bajar
Satisfactoria
no intervención
70,0 %
Nota: CCEAG, Consejo de Cooperación de los Estados Árabes del Golfo
aprox.
Naciones Unidas, APCI, Kapizewski, CESPAO
60 VANGUARDIA | DOSSIER
Políticas específicas para afrontar la migración irregular. Otro eje de las
NIVELES DE INMIGRACIÓN
extranjeros, total(2001), extranjeros, en miles en % en %
727
OMÁN
proporcionan algunos detalles relativos a la expedición de la iqama. En años recientes los EAU han introducido un cambio en su política de residencia temporal. Ha empezado a garantizarse un permiso de residencia más permanente a algunos extranjeros sobre la base de la posesión de propiedad o inversiones en negocios. Por ejemplo, se extiende un permiso de residencia de tres años a una persona que compra una propiedad. Sin embargo, esta persona no puede aceptar un empleo en el país. Además, necesita ser avalado por la compañía inmobiliaria, que actúa como garante. Los hombres de negocios pueden poseer actualmente el 49 por ciento de los activos de sus empresas, pero continúan requiriendo un patrocinador o socio de los EAU que posea el 51 por ciento de la firma. En Kuwait, una persona que ha trabajado y vivido en el país durante 20 o más años puede obtener un permiso de residencia siendo su propio empleador. No obstante, en este caso, no está autorizada a aceptar un empleo. Así pues, se están incorporando pequeños cambios, pero la idea central de la política considera a los trabajadores emigrantes como eventuales, con posibilidades muy limitadas de obtener la nacionalidad.
VALORACIÓN DE NIVELES DE MIGRACIÓN Y POLÍTICA AL RESPECTO
24.573
BAHREIN
POLÍTICAS MIGRATORIAS EN EL GOLFO PÉRSICO
Kuwait y Arabia Saudí han dado respuestas concretas a la petición de las Naciones Unidas para reducir los efectos de las medidas restrictivas sobre los inmigrantes
Un emigrante irregular o ilegal puede encontrarse en los países del CCEAG como resultado de diversas actuaciones. En primer lugar, una persona puede entrar en el país ilegalmente –o bien sin los documentos requeridos o con documentos ficticios–. Ocasionalmente, aparecen en los diarios noticias de circulación y contrabando de personas en el golfo Pérsico, pero este tipo de entrada ilegal es muy rara. En segundo lugar, el extranjero puede convertirse en ilegal por quedarse en el país después de la finalización del contrato y una vez que el período de residencia ha expirado. Se calcula que este tipo de migración ilegal es sustancial, a juzgar por los reiterados períodos de amnistía declarados por varios países para permitir que quienes se habían quedado más de la cuenta se marcharan sin pagar cuantiosas multas (Shah, 2004; Shah, 2006). El tercer tipo de estancia irregular ocurre cuando un trabajador emigrante acepta empleo de una persona distinta al empleador que lo había avalado. Este tipo de estancia irregular es una vez más muy sustancial, si bien no se dispone de datos recogidos rutinariamente ni de información sistemática y fiable al respecto. La principal razón de que se produzca este tipo de emigración irregular podría describirse de la manera siguiente: los ciudadanos de los países del CCEAG pueden obtener licencias empresariales y permisos concomitantes para importar un determinado número de trabajadores, y por consiguiente se les suministran visados de trabajo a este fin. No obstante, los empresarios podrían vender los visados a personas que buscan tales permisos en lugar de poner en funcionamiento una empresa o utilizar todos los visados para la labor aprobada. Este tipo de comercio de visados se ha convertido en algo muy extendido en los países del CCEAG. La persona que compra el visado podría encontrar un trabajo con un empleador distinto al que inicialmente le patrocinó. Esto sitúa al trabajador emigrante en una situación ilegal, puesto que legalmente no está autorizado a trabajar más que para el empleador que lo avala. Las noticias de los medios de comunicación indican que el comercio de visados constituye un problema importante para el control metódico de la migración laboral, pero sigue siendo un área en el que los datos estadísticos son muy escasos.
Políticas para reducir la inmigración futura. Los trabajadores extranjeros han contribuido a la rápida transformación de las infraestructuras, así como al desarrollo institucional en
el Golfo, y fueron generalmente bienvenidos hasta hace unos pocos años. Al mismo tiempo, estos países han reiterado durante muchos años declaraciones acerca de la necesidad de una indigenización de la población activa y de una reducción en el porcentaje de la población y los trabajadores extranjeros. No obstante, sólo durante la última década se han empezado a poner en marcha realmente políticas concretas dirigidas a potenciar la indigenización y reducir las cifras de trabajadores extranjeros. En cuanto a su posición ante futuros flujos migratorios, todos los países del Golfo desean reducir el número de extranjeros en su población. La mayoría de ellos han expresado estas posiciones en respuesta a encuestas de las Naciones Unidas que solicitaban opiniones acerca del nivel de inmigración y emigración. En 2005, cinco de los seis países ricos en petróleo del CCEAG (Arabia Saudí, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Omán y Qatar) consideraron que el nivel de inmigración en sus países era demasiado alto y manifestaron su deseo de reducirlo. El restante país, Bahrein, consideró, en cambio, que el nivel era satisfactorio. Bahrein afirmó que desarrollaba una política de mantener el nivel de inmigración [figura 2] (Naciones Unidas, 2006). Un estudio de las opiniones, posturas y políticas hacia la inmigración en la región del Golfo indica que en los seis países se ha incrementado la tendencia a restringir los flujos. Asimismo, se toman medidas destinadas a la implementación real de políticas de larga duración y se imponen de manera más activa. Kuwait y Arabia Saudí han respondido de manera más concreta a la demanda de las Naciones Unidas en relación con la inmigración y la emigración, como se muestra en la figura 3. Kuwait desarrolla una política de reducir el asentamiento permanente de inmigrantes y su política para conceder la ciudadanía es altamente restrictiva. Además de su política general para restringir la migración laboral, Kuwait pone en práctica medidas para reducir el número de personas dependientes de los trabajadores inmigrantes. Una de estas medidas consiste en establecer un mínimo salarial para autorizar a los trabajadores a traer consigo a sus familias. Además, el país no cuenta con programas de integración de emigrantes puesto que los ve como trabajadores eventuales que están en el país en virtud de contratos renovables, que normalmente se conceden por un período de dos años. En realidad, muchos de los trabajadores emigrantes de Kuwait llevan trabajando en el país VANGUARDIA | DOSSIER
61
059 Shah
5/12/06
19:02
Página 62
POLÍTICAS MIGRATORIAS EN EL GOLFO PÉRSICO
POLÍTICAS ADICIONALES ESPECÍFICAS Arabia Saudí
FIG.3
Bahrein
EAU
Bajar
Bajar
Kuwait
Omán
Bajar
Bajar
Bajar
Bajar
Qatar
POLÍTICAS DE INMIGRACIÓN
Asentamiento permanente
No int.
Trabajadores temporales
Bajar
Trabajadores altamente cualificados Bajar Reagrupación familiar
Bajar
Bajar Mantener Mantener Mantener
Bajar Mantener Bajar Mantener Mantener
Integración de foráneos
Sí
Sí
No
No
No
Bajar
POLÍTICAS DE INMIGRACIÓN
Incentivar el regreso de nativos FUENTE:
Sí
Sí
Naciones Unidas
POLÍTICAS DESTINADAS A AFECTAR:
FIG.4
REDUCCIÓN DEL SUMINISTRO DE TRABAJADORES EXTRANJEROS
DEMANDA DE TRABAJADORES NATIVOS
Impuestos directos e indirectos sobre los trabajadores emigrantes (p. ej., cuotas sanitarias)
Creación de oportunidades laborales para los nativos – Formación vocacional para los nativos – Aumento de los beneficios del sector privado
Amnistías periódicas
Incentivar la nacionalización por medio de medidas basadas en el mercado – Impuestos por emplear a extranjeros – Beneficios en efectivo por emplear a nativos
Regulación más estricta de la emisión de visados en los países de origen
Forzar la nacionalización de los trabajadores a través de medidas administrativas – Nacionalización de los trabajadores del sector público – Cuotas de extranjeros – Cuotas de nativos en el empleo – Prohibición de contratar extranjeros en determinados sectores – Endurecimiento de la legislación de inmigración
Restricciones en el comercio de visados; aplicación de leyes más estrictas
Nota: Varios de los elementos enumerados en la segunda columna están adaptados de la FIG.2 en Fasano y Goyal
DISCREPANCIAS EN LA NACIONALIDAD DE LA POBLACIÓN DE KUWAIT CENSO 2005
Kuwaití
APCI mediados de 2005
FIG.5
DIFERENCIA
880.774
973.286
-92.512
No kuwaití
1.310.067
1.893.602
-583.535
TOTAL
2.213.403
2.866.888
-653.485
diez o más años (Shah, 2004). A diferencia de Kuwait, Arabia Saudí informó de que contaba con una política de integración de los no nacionales, aunque recientemente ha sido una de los países más activos en la aplicación de medidas para restringir la inmigración. No obstante, en el último año, la prensa ha informado de la aprobación en Arabia Saudí de una ley que concede la nacionalidad a algunos extranjeros. Algunos de los requisitos para conceder la nacionalidad son la capacidad de hablar y escribir árabe de manera fluida o poseer una elevada for62 VANGUARDIA | DOSSIER
mación (“Arab News”, Arabia Saudí, 11-5-2004). En la figura 1 se muestra una lista de varias de las políticas restrictivas que los países del CCEAG han formulado y están poniendo en marcha para frenar la inmigración futura. Una discusión detallada de estas políticas puede encontrarse en Shah (2006). Una razón fundamental de las políticas restrictivas es el aumento del desempleo entre los ciudadanos nacionales, que ha planteado dificultades económicas y cuestiones políticas a los gobiernos. El desempleo en Arabia Saudí, el mayor en un país del CCEAG, se incrementado hasta situarse alrededor del 13 por ciento en hombres en 2004 y se calcula que alcanza el 35 por ciento entre los jóvenes de edades comprendidas entre los 20 y los 24 años (“Wall Street Journal”, 1-4-2004, p. A1). La tasa de desempleo masculino subió progresivamente desde el 7,6 por ciento en 1999 al 9 por ciento en 2000, 10,5 en 2001, 11,9 en 2002 y 12,5 por ciento en 2003 (“Arab News”, 15-4-2004). El país se enfrenta asimismo a una presión demográfica de ese 56 por ciento que tiene menos de 20 años y del que se espera que entre a formar parte de la población activa en las próximas dos décadas, lo que equivale a un total de alrededor de 100.000 nuevos empleos requeridos por año (“Arab News”, 5-22004). En Bahrein, el desempleo se eleva al 15 por ciento (“The Gulf News”, EAU, 11-2-2003). El desempleo ya ha desembocado en malestar político, como las sentadas en el exterior del Parlamento. En los EAU, se estima por parte del director de estudios del mercado laboral de Tanmia –la autoridad nacional en desarrollo de recursos humanos y empleo– que las cifras actuales de desempleo entre los ciudadanos de los Emiratos podría alcanzar los 40.000 (“Asian Migration News”, 1/15-6-2005). Algunos economistas han concluido que el desempleo es “el mayor desafío político al que ha de enfrentarse el CCEAG en este momento” (www.gulfbusi ness.com, 1-12-2004).
Fuentes de datos que orientan las políticas En los países del CCEAG, la información acerca de cantidad, flujos y características de los trabajadores emigrantes está potencialmente disponible en al menos tres fuentes diferentes que de manera rutinaria recopilan tales datos:
Censos periódicos de población. Censos de población y publicaciones relacionadas. Desde
POLÍTICAS MIGRATORIAS EN EL GOLFO PÉRSICO
las décadas de 1960 y 1970 se han llevado a cabo periódicamente censos en cada país. Sin embargo, la regularidad y detalle de información ha variado en los distintos países (Kapizewski, 2001). En Kuwait, el país que probablemente cuenta con mejores datos en la región, los censos se llevaron a cabo cada cinco años, a partir de 1965. Después de la primera guerra del Golfo en 1991, los censos se han realizado cada diez años, uno en 1995 y el siguiente en 2005. Los censos de población recogen la habitual información sociodemográfica en aspectos tales como edad, sexo, nacionalidad, estado civil, matriculación académica, nivel educativo y ocupación. Las tablas, normalmente divididas entre ciudadanos nacionales y foráneos, se publican en función de diversas características. Los datos normalmente no se publican según la nacionalidad específica de origen de los trabajadores emigrantes, aun cuando esta información se halla disponible en la base de datos. En el caso de Kuwait se han proporcionado algunas tablas según el continente de origen como Asia, América del Norte, Oceanía etcétera. En el caso de los censos kuwaitíes de 1995 y 2005, por razones que se discuten en un apartado posterior, sólo se publicaron informes provisionales con información muy limitada.
Datos de entradas y salidas del Ministerio del Interior. El Ministerio del Interior –u otro ministerio relacionado con la inmigración– recoge ahora información informatizada acerca de cualquier persona que entra o sale del país. En el caso de los no visitantes, esto es, residentes de cada uno de los países del Golfo, es obligatorio obtener un permiso de residencia (iqama) para la estancia legal y éste lo emite el organismo pertinente a petición del agente o persona empleadora. En todos los países del CCEAG se requiere una iqama para cada trabajador y cada persona a su cargo. La iqama se emite bajo el aval del empleador que puede ser una institución (p. ej., la Universidad de Kuwait o el Ministerio de Salud) o un empleador privado (p. ej., un concesionario de
automóviles que antes ha de haber obtenido una licencia para contratar al trabajador extranjero). En el caso de los trabajadores de servicio doméstico, la iqama se emite bajo el patrocinio del empleador privado. Para los visitantes se emite un visado de turista que normalmente no excede los tres meses. La validez de la iqama coincide con la duración del período de contrato y debe cancelarse antes de la partida final del país de una persona. Los contratos a extranjeros normalmente oscilan entre uno o dos años, como ya se ha mencionado. Sólo los trabajadores que obtienen ingresos por encima de un nivel mínimo especificado están autorizados a traer consigo a sus familias. En Kuwait, por ejemplo, aquellos que ganan un salario inferior a 250 dinares kuwaitíes (680 euros) en el sector gubernamental o 450 dinares (1.225 euros) en el sector privado no pueden traer a sus familias. Para las personas a cargo de un trabajador, éste es el avalador. En el caso de los hijos de extranjeros, los niños pueden permanecer en el país hasta que cumplen 21 años y las niñas hasta que contraen matrimonio. Por cada residente, el Ministerio del Interior recoge información sociodemográfica básica tal como edad, sexo, nacionalidad y estado civil. Esta información, no obstante, sólo se utiliza con propósitos oficiales y no existen publicaciones de rutina que proporcionen la base de tales datos. Ocasionalmente, artículos de periódico pueden mencionar las cifras de nacionales de los diferentes países.
Datos del registro civil en algunos países (p. ej., Kuwait). Información de identificación civil. En algunos países como Kuwait ha emergido en los últimos 15 años un sistema de registro civil que recoge y publica información civil básica de cada residente, tanto nacional como foráneo. Una autoridad independiente semiautónoma conocida como Autoridad Pública de Información Civil (APCI) ha sido creada con este fin por el gobierno kuwaití. Es obligatorio solicitar una tarjeta de identificación, que se requiere para la mayoría de las
transacciones en el país, en el plazo de un mes desde la emisión de la iqama. El retraso en obtener la tarjeta de identificación civil ocasiona una multa. La base de datos del APCI, completamente informatizada, está vinculada con la base de datos del Ministerio del Interior mediante un número único. Una tarjeta de identificación civil se emite por un período máximo equivalente a la validez de la iqama, normalmente no más de dos años. El APCI ha conseguido un nivel muy bueno de sofisticación tecnológica y ahora las tarjetas de identificación pueden solicitare simplemente llamando a un número designado y marcando la información requerida. Al cabo de unos días, la tarjeta puede retirarse de una máquina APCI después de pagar una tarifa de dos dinares kuwaitíes (alrededor de 5,40 euros). Como forma de actualizar la base de datos, a los residentes se les pide que informen al APCI de cambios de domicilio. La experiencia de campo durante las inspecciones de muestreo indican, no obstante, que los ciudadanos nacionales no siempre informan de sus cambios de domicilio. La información de nacimientos y fallecimientos es proporcionada asimismo por el Ministerio de Sanidad, que está obligado por ley a enviar copia de todos los certificados de nacimiento o defunción al APCI. Los padres de un recién nacido están obligados a obtener una tarjeta de identificación civil para éste en el plazo de un mes desde el nacimiento. Por tanto, el APCI es capaz de mantener una recuento bastante preciso de la población total y un retrato razonablemente correcto de las principales características de lo residentes. Sin embargo, existen discrepancias importantes entre los datos del APCI y el censo. Como se muestra en la figura 4, el censo de población registraba alrededor de 650.000 personas menos que el APCI en el año 2005. En una población total de sólo 2,87 millones la discrepancia es, sin duda, enorme. Un tipo similar de discrepancia se presentó en 1995 cuando el censo contaba alrededor de 305.000 personas menos que el VANGUARDIA | DOSSIER
63
059 Shah
5/12/06
19:02
Página 64
POLÍTICAS MIGRATORIAS EN EL GOLFO PÉRSICO
APCI. Una consecuencia de las discrepancias observadas es que el Ministerio de Planificación, responsable de llevar a cabo el censo de población, ha publicado sólo un pequeño informe provisional de estos dos períodos y no proporciona ninguna información detallada acerca de las características de la población. El ejemplo citado muestra que en el mismo país diferentes fuentes pueden proporcionar estimaciones diferentes, incluso en el nivel del cómputo total de nacionales y no nacionales, planteando así dificultades para los analistas y los encargados de diseñar medidas políticas. A partir de 1989, el APCI ha estado publicando en Kuwait un informe anual sobre la población y estadísticas de población activa que están disponibles para uso público. Los informes anuales no se publicaron en el período 1990-1993 debido a la primera guerra del Golfo en la que Iraq ocupó Kuwait. El informe anual del APCI proporciona tablas sobre características tales como edad, sexo, estado civil, nivel educativo, ocupación, industria y sector de actividad económica de nacionales y no nacionales de Kuwait. No se han publicado tablas según la nacionalidad específica o los mayores grupos migratorios. Algunas tablas están disponibles según el continente de origen.
Fuentes de datos internacionales Son escasos los datos comparativos de los seis países del CCEAG que se han publicado. En cuanto a cantidad y flujos de emigrantes de varios países no existe publicación regular en la región que proporcione datos comparativos. A escala internacional, al menos pueden identificarse tres bases de datos que constituyen importantes fuentes de información de las cifras y flujos migratorios en la zona. En primer lugar, la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Occidental (CESPAO), que publicó información sobre características sociodemográfica fundamentales de las poblaciones de los estados miembros, clasificado por 64 VANGUARDIA | DOSSIER
ciudadanos nacionales y foráneos. En principal de recoger, compilar, publicar 2001 la CESPAO suspendió la publica- y analizar datos de la dinámica migración de esta serie de estudios, compli- toria en esta región. Algunos organismos e individuos cando todavía más el análisis de la migración a varios países del golfo Pérsico. han realizado un esfuerzo para proLa CESPAO, no obstante, no proporcio- porcionar una compilación de estadísna ninguna información sobre canti- ticas de migración, tendencias y políticas. Tres fuentes diferentes dad de emigrantes por naque han estado proporciocionalidad, ni siquiera en Los datos nando información electérminos de trasfondo áratrónica durante varios años be o no árabe, ni sobre el comparativos son las que siguen. La pripaís de origen. En segun- de los países del Consejo de mera es una compilación do lugar, la Organización de noticias del Centro de Internacional del Trabajo Cooperación Estudios de la Inmigración (OIT) proporciona, a través son escasos y en Washington DC enviada de su base de datos Migra- concretamente ción Laboral Internacional en Arabia Saudí semanalmente a los interesados. La segunda es un (http://www.ilo.org/pblic/ la cifra de boletín publicado por la english/protection/migrant Universidad de California /ilmdb/ilmdb.htm), infor- inmigrantes es un “secreto en Davis, producido bajo mación de diversos países la dirección de Philip Marsobre los flujos anuales y de Estado” tin. La tercera es el “Asian las cantidades de emigrantes, en la que constan los principales Migration News”, un boletín quincepaíses en los que residen en la actuali- nal del Centro de Migración Scalabrini dad dichos emigrantes. Sólo tres de los en las Filipinas. Todas estas fuentes proseis países del CCEAG figuran en esta ba- porcionan información muy útil de vase de datos, y sólo están disponibles da- rias partes del mundo incluidos los paítos limitados en aspectos muy generales ses del CCEAG. Esta información resulta de singular valor en términos de y amplios. Finalmente, la División de Pobla- recoger y diseminar información de inción de las Naciones Unidas publica pe- formes de medios y canales no oficiales. Los países del CCEAG difieren en riódicamente datos sobre cifras, flujos y políticas migratorias de varios países. cuanto al detalle y la regularidad con la Los datos de organismos internacio- que recopilan información y esto a su nales están basados en información vez se refleja en el detalle y la fiabilidad proporcionada por gobiernos nacio- de los datos compilados por organisnales, los cuales normalmente obtie- mos internacionales. En Arabia Saudí, el mayor país renen dicha información de sus ministerios de Trabajo o Recursos Humanos, o ceptor de extranjeros en el mundo árabien a través de entes estadísticos es- be, la cifra de población actual es un pecíficos en el seno de determinados “secreto de Estado” según Courbage (1999). La falta de información publiministerios. Los estudios internacionales sobre cada sobre la composición nacional de migración son escasos. Campañas pe- los residentes en Arabia Saudí dificulriódicas realizadas por instituciones ta dar plena credibilidad a los datos disacadémicas y otros organismos han re- ponibles. Entre los países del CCEAG, sultado en la publicación de libros que Kuwait ofrece una gran cantidad de permiten estructurar una imagen de datos publicados con regularidad. No modelos de migración en los países del obstante, también presenta un proCCEAG (p. ej., Arnold y Shah, 1986; blema en términos de análisis más allá Birks y Sinclair, 1980; Serow y otros, de las categorías amplias, puesto que 1990; Longva, 1997; Kapiszewski, 2001). no publica ningún dato según el país Sin embargo, no existe ningún orga- de origen, como ya se ha mencionado. nismo internacional con el objetivo Además, la definición de quién consti-
POLÍTICAS MIGRATORIAS EN EL GOLFO PÉRSICO
tuye un nacional kuwaití se ha visto sometida a cambio durante las últimas dos décadas con la exclusión de los apátridas de la categoría kuwaití, ocasionando por consiguiente cierta confusión. Un examen cuidadoso de las fuentes y la calidad de los datos de varios países del CCEAG condujo a Evans y Papps (1999) a concluir que, con la excepción de Kuwait, “las fuentes oficiales de datos de población nacional y foránea de países del CCEAG proporcionan información fragmentaria, intermitente y con frecuencia no fiable”. Las conclusiones sobre la situación actual de la cantidad de emigrantes y flujos, o de características de emigrantes debe por consiguiente estructurarse a partir de fuentes diversas, entre ellas informes de periódicos que en ocasiones pueden carecer de la precisión deseada. La carencia de datos disponibles a tiempo y de manera rutinaria sobre el tema hacen especialmente difícil el análisis de tendencias. Además, una discrepancia entre diferentes fuentes de datos complica la tarea de trazar cualquier conclusión final acerca de la preponderancia de trabajadores emigrantes y de sus personas dependientes en el Golfo. Los informes de los medios de comunicación no siempre son coherentes respecto al número total de extranjeros en la población total de la fuerza de trabajo. En Arabia Saudí, por ejemplo, el número de extranjeros del que se tiene constancia varía entre 6,4 (Naciones Unidas; 2006), 7 millones (“Migrant News”, diciembre de 200) y los 8,8 millones estimados por el ministro saudí de trabajo, doctor Ghazi al-Gosaibi, en mayo de 2004. Además, existe una discrepancia ente diferentes fuentes en cuanto a qué proporción de la población activa representan los extranjeros en Arabia Saudí. Los datos de la CESPAO, mostrados en la figura 1, proporcionan una cifra de alrededor del 56 por ciento de extranjeros en la población activa saudí en 2000 frente a una estima-
ción del 70 por ciento según el “Migrant News” (diciembre 2005). Las fuentes de datos también difieren entre el 5 y el 13 por ciento en cuanto al porcentaje que los ciudadanos saudíes representan en el sector privado. Por la tanto, permanecen varias cuestiones abiertas acerca de la fiabilidad de los datos presentados por varias fuentes. Así pues, la escasez de información publicada es un grave inconveniente para analizar las tendencias y modelos en relación con las cifras y flujos de emigrantes en el Golfo. Cuando se revisan las estimaciones proporcionadas por diferentes autores, uno se enfrenta con inconsistencias que resultan difíciles de explicar. No existe ninguna fuente de datos disponible para un análisis consistente de tendencias y composición. En los esfuerzos de una mejor cooperación de los países del CCEAG, el desarrollo de una base de datos comparativa sobre estadísticas migratorias que podría guiar la política no parece constituir una prioridad. Los esfuerzos fundamentales en cooperación normalmente se limitan a la mejora de los controles fronterizos. Los países del CCEAG tienen los recursos económicos y técnicos para desarrollar una buena base de datos. También cuentan con capacidad y experiencia informática. Se requiere movilizar la voluntad política y crear los mecanismos administrativos necesarios que puedan capacitar una mejora en las estadísticas migratorias, tanto en el seño de cada país como de manera comparativa. Los organismos de las Naciones Unidas en la zona, como la CESPAO, podrían ser requeridos para proporcionar el necesario apoyo técnico en caso de que se precisara. Si se desarrolla una base de datos de estas características y se pone a disposición del público, los investigadores interesados podrían llevar a cabo los estudios necesarios que podrían proporcionar el análisis de una política más objetiva y basada en las pruebas en el futuro.
REFERENCIAS
APCI [PACI, Public Authority for Civil Information], Directory on Population and Labor Force, Gobierno de Kuwait, 2004 y 2005. Arnold, F. y N. M. Shah (eds.), Asian Labor Migration: Pipeline to the Middle East, Westview Press, Boulder (Colorado, Estados Unidos), 1986. Birks, J. S. y C. A. Sinclair, Arab Manpower: The crisis of development, Croom Helm ( Londres), 1980. Courbage, Y., Nouveaux horizons démographiques en Méditerranée, PUF, París, 1999. Versión inglesa en Internet (noviembre de 2002): http://www.ined.fr/englishversion/publica tions/collections/courbage/chapter1.pdf. CESPAO [ESCWA] Demographic and Related Socio-economic Data Sheets for member countries of Economic and Social Commission for Western Asia as assessed in 2000, 2001. Evans, L. e I. Papps, “Migration dynamics in the GCC countries”, en R. Appleyard, Emigration Dynamics in Developing Countries, vol. IV: The Arab Region, Aldershot, Ashgate Publishers, 1999. Fasano, U. y R. Goyal, “Emerging Strains in GCC Labor Markets”, estudio presentado en la XXIV reunión anual del MEEA en conjunción con la Allied Social Sciences Association, en San Diego, Estados Unidos, 3/5-1-2004. Kapiszewski, A., Nationals and expatriates: population and labor dilemmas of the Gulf Cooperation Council States, Ithaca Press (Líbano), 2001. Longva, A. N., Walls Built on Sand. Migration, Exclusion and Society in Kuwait, Westview Press, (Boulder, Colorado), 1997. Naciones Unidas, “International Migration in the Arab Region”, estudio presentado en la Reunión del Grupo de Expertos de las Naciones Unidas sobre Migración Internacional y Desarrollo en la Región Árabe: Desafíos y oportunidades, Beirut, 15/17-5-2006. Naciones Unidas, “Trends in Total Migrant Stock: The 2005 Revision”, UN Population Division, POP/DB/MIG/Rev.2005, 2006a Naciones Unidas, World Population Policies 2005, Departamento de Asuntos Económicos y Sociales, División de Población de las Naciones Unidas (versión electrónica), 2006b. Serow, W. J., C. B. Nam, D. F. Sly y R. H. Weller (eds.), Handbook on International Migration, Greenwood Press (Nueva York), 1990. Shah, N. M. “Arab Migration Patterns in the Gulf”, en Arab Migration in a Globalized World, International Organization for Migration, pp. 91113, 2004. Shah, N. M., “Restrictive Labour Immigration Policies in the Oil-rich Gulf: Effectiveness and Implications for Sending Countries”, estudio presentado en la Reunión del Grupo de Expertos de las Naciones Unidas sobre Migración Internacional y Desarrollo en la Región Árabe: Desafíos y oportunidades, Beirut, 15/175-2006. Skeldon, R. “Linkages between migration and poverty: The Millenium development goals and population mobility», en United Nations (UN) International Migration and the Millenium Development Goals: Selected Papers of the UNFPA Expert Group Meeting, 2005.
VANGUARDIA | DOSSIER
65
Página 66
LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA
Según el último avance del Padrón, España cuenta con 44.395.286 de habitantes, de los cuales 40.510.713 poseen la nacionalidad española y 3.884.573 son extranjeros, que suponen el 8,74% de la población
Quién tiene papeles y qué papeles tiene Extranjeros con permiso de residencia que están afiliados a la Seguridad Social, en números absolutos y porcentajes
27,8%
EXTRANJEROS AFILIADOS A LA SEGURIDAD SOCIAL
DE DÓNDE VIENEN LOS EXTRANJEROS
Cifras de 31 de julio de 2006
Números absolutos y porcentaje sobre el total de la población inmigrante
Régimen general
Autónomos
CON PERMISO DE RESIDENCIA
Agrario
L CIA
Mar
Afiliados
%
1.331.547
71,27 12,12 8,46 7,86 0,26 0,03
225.852 160.420 144.977 4.949 614
SO
Minería y carbón
1.085.783 222.198 76.738 134.194 3.697 46
D
I
A LA SEG
5 1.868.4
1.522.656
>> 21.124
ASTURIAS 0,7%
CANTABRIA PAÍS VASCO 0,6% 2,1%
LA RIOJA 0,8%
965.364
628.311
1.388.752
La 20 comunidades más numerosas en números absolutos y porcentaje de mujeres
1.409.876
192.323
686.319
2.380
EUROPEOS
AMERICANOS
AFRICANOS
OCEÁNICOS
ASIÁTICOS
NAVARRA 1,4%
16,6%
3 Rumanos 370.182
85,7%
BALEARES 4,8%
Ingleses
CASTILLALA MANCHA 3,4%
EXTREMADURA 0,5%
COM. VALENCIANA 12,1%
Colombianos
Argentinos 4,5%
35
AMÉRICA 36,3%
129.956
5%
9,9%
Marroquíes 113.867
Colombianos 96.424
6,7%
0,1%
M
UNNO IT 16 ARIOS ,3%
COM
U
T NI
A
R
Alemanes 3,6%
OCEANÍA
Rumanos 51.716
9,5%
EUROPEOS FU ENTES:
97 99 00 01 02 03 04 2005
AMERICANOS
97 99 00 01 02 03 04 2005
AFRICANOS
97 99 00 01 02 03 04 2005
ASIÁTICOS
Instituto Nacional de Estadística. Avance del Padrón a 1 de enero de 2006 (publicado el 25 de julio de 2006); Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
50%
Portugueses 71.217
39,9% 62,2%
Brasileños 68.913
50,3%
Ucranianos 61.802 Dominicanos 55.400 Italianos 54.793
61,6% 36,4% 48,8%
Uruguayos 50.779
Chinos 25.397 97 99 00 01 02 03 04 2005
52,6%
Franceses 74.457
Ingleses
S Rumanos 141.811
43,8% 89.355
Peruanos
IO
C
O
Búlgaros 2,4%
91.509 Chinos
Chinos 2,3%
41% EUROPA
164.830
45,1%
Búlgaros
ASIA
17,6% ÁFRICA
Ecuatorianos
231.678
56,6%
Bolivianos
87.359
EVOLUCIÓN DE LOS PERMISOS DE TRABAJO
Ecuatorianos 205.169
49,5% 138.363
MA 13,9 GR % EB
,8%
IC
N
OS
ER
CEUTA 0,1% MELILLA 0,2%
6,1%
AM
CANARIAS 5%
LATINO
Colombianos
Alemanes
S
ANDALUCÍA 10,3%
48%
12,5%
ÍE
AFILIADOS A LA SEGURIDAD SOCIAL porcentaje sobre el número de inmigrantes con permiso de residencia
57,1%
175.489
Marroquíes
Bolivianos 3,3%
MURCIA 5,3%
475.602
49,2%
Argentinos
SUBSAHARIANOS 3,1%
Peruanos 2,2%
339.618
50,4%
46,6%
5 Colombianos 237.265
Canadienses y estadounidenses 0,5%
ARAGÓN 3,2%
MADRID 22%
339.618
50,4%
Rumanos
CATALUNYA 23,1%
A
Ecuatorianos
86,9%
83,4%
339.618
16,6%
51,4%
4 Ingleses 260.630
CASTILLA Y LEÓN 2,8%
339.618
32,7%
1 Marroquíes 487.091 2 Ecuatorianos 385.837
GALICIA 1,8%
12,2%
Porcentaje de mujeres: 46,54 %
RÁNKING POR COMUNIDADES
541.727
Extranjeros con permiso de residencia
16,6%
3.884.573
Chinos >> 89.355
LAT I NO AMERI C ANO S
DISTRIBUCIÓN DE LOS AFILIADOS A LA S.S. POR COMUNIDADES AUTÓNOMAS
(y porcentaje que representan los sin papeles sobre el total de cada comunidad)
CON PERMISO DE RESIDENCIA
Marroquíes
(Senegal, Nigeria, Gambia, Mali, Ghana, Guinea Ecuatorial, Guinea, Guinea Bisau, Camerún)
1.593.675
9
LAS CINCO COMUNIDADES PRINCIPALES
50,4%
ESTADOUNIDENSES Y C ANAD I ENSES
1.868.459
Media en porcentajes
503.966
>> 123.401
D
SIN PAPELES
13,1%
EURO P EO S C O MUNI T ARI O S
SUB SAHA RIA N OS
,7%
OS
I UR
MAGREB Í ES ( Marruecos, Argelia, Túnez y Mauritania)
24
AD
345.703
TOTAL
A
AF
LI
EURO P EO S NO C O MUNI T ARI O S
>>
2.804.303
245.764 3.654 83.682 10.783 1.252 568
>> > >
72,2%
Resto países
>> > >
Hogar
UE
TOTAL EXTRANJEROS
TOTAL
>>>
EXTRANJEROS
>
3.884.573
1.080.270
>>>
SIN PERMISO DE RESIDENCIA
>
19:07
>>>
5/12/06
>
066 UMMA España c5
Extranjeros de los cinco continentes Más de las tres cuartas partes de los extranjeros proceden de países europeos y americanos. Marroquíes, ecuatorianos, rumanos y colombianos suman más del 40 % del total de inmigrantes
56,6%
Venezolanos 48.547 Argelinos 43.719
24,8%
Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración. Informe julio 2006
66 VANGUARDIA | DOSSIER
VANGUARDIA | DOSSIER
67
074 Cachon
5/12/06
19:20
Página 68
Diez notas sobre la inmigración en España 2006
FIG.1 Evolución de los permisos Período de 1975 a 2006 de residencia
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
S
E PUEDE DECIR QUE CON LA INMI-
gración se está formando una “nueva sociedad española” que tendrá algunos rasgos muy distintos de lo que ha sido nuestra sociedad en las últimas décadas. Si España ha llamado la atención de los estudiosos por la velocidad en que se han producido los cambios sociales desde el inicio de la transición democrática, especialmente desde mediados de la década de los 80, en esas fechas pasó casi inadvertido el inicio de nuestra conversión en un país de inmigración. Pero desde finales del siglo XX aquel suave despegue, aquella “inmigración inesperada” (Izquierdo 1996), ha dado paso a un crecimiento del fenómeno con una rapidez no conocida en nuestro entorno. Hay muchas perspectivas para abordar un fenómeno social tan complejo porque confluyen en él numerosas problemáticas de nuestra sociedad y de las sociedades de origen de los inmigrantes en estos tiempos marcados por la globalización de las relaciones económicas, sociales y políticas. En este breve texto ofrecemos una lectura de diez aspectos –dobles– de ese fenómeno que no lo agotan pero que quieren ayudar a interpretarlo.
1. Una inmigración reciente (y muy rápida desde el año 2000) Como ha ocurrido en otros países del sur de Europa, la inmigración en España es un fenómeno reciente; somos de los lastcomers a esta situación de países de inmigración. Pero, además, el fenómeno se ha producido con vertigi68 VANGUARDIA | DOSSIER
nosa rapidez en la última década (Arango 2004). Si entre mediados de los 70 y mediados de los 80 el número de inmigrantes en España se multiplicó por dos, lo mismo ocurrió entre esa fecha y mediados de los 90. Pero en la última década se ha multiplicado casi por seis, pasando del medio millón de extranjeros con tarjeta o autorización de residencia en 1995-1996 a los 2.800.000 en junio de 2006, que rondarán los 3.000.000 a finales de año. Esto supondrá casi el 7 por ciento de la población total en España [véase figura 1]. Esta conversión de España en un país de inmigración se ha producido en tres etapas: la primera transcurre hasta 1985. La incipiente “España inmigrante” es sobre todo europea o latinoamericana. Menos de un 10 por ciento provenía de África o Asia. Los europeos provenían de países más desarrollados que el nuestro y los latinoamericanos llegaban a España por razones políticas huyendo de las dictaduras latinoamericanas. En esta fase de la inmigración los factores determinantes de la inmigración de los primeros eran la incipiente residencia en las costas españolas de jubilados y los desplazamientos de trabajadores ligados a empresas de sus países de origen y en el caso de los no europeos la expulsión –en muchos casos por motivos políticos– de sus países de origen [figura 1]. La segunda etapa se puede situar entre 1986 y 1999. España pasó a mediados de los 80, de ser un país de emigración a tener un saldo positivo en el flujo migratorio. Algo cambia en España a mediados de los 80 que hace aparecer una “nueva inmigración”: nueva por sus zonas de origen y el nivel de desarrollo de estas zonas –empezando por África y especialmente Marruecos–; nueva por sus culturas y sus reli-
2
MILLONES DE PERMISOS
1,5
La inmigración y los inmigrantes están siendo uno de los grandes factores, si no el mayor, de transformación de la sociedad española en esta primera década del siglo XXI. Más de lo que fueron las migraciones interiores en los años 60 y la incorporación de la mujer al mercado de trabajo y a la vida social en condiciones –formales– de igualdad en los años 80. Y es más no sólo por las dimensiones que está adquiriendo, sino por algunas de sus características y por los retos y desafíos que plantea.
Lorenzo Cachón
2,5
1
0,5
1975 FUENTE:Secretaría
giones no cristianas –por ejemplo, el islam–; nueva por sus rasgos fenotípicos –árabes, negros y asiáticos– que los hacen fácilmente identificables entre la población; nueva por las motivaciones económicas de la inmigración y por la existencia de un efecto llamada desde el mercado de trabajo español, y nueva por ser –inicialmente– individual –de varones o de mujeres–. Esta “nueva inmigración” producirá efectos importantes en la estructura social y en las actitudes de los españoles que van a descubrir el –nuevo– fenómeno. En esta etapa comienzan también procesos de reagrupación familiar y una incipiente segunda generación. En el año 2000 se puede situar el arranque de una tercera etapa, no sólo porque las cifras de inmigrantes se aceleren sino, sobre todo, por el cambio cualitativo que produce la “institucionalización” de la inmigración en España como un “hecho social” (Cachón, 2002): se producen transformaciones que afectan a la vida cotidiana de los individuos como consecuencia de los cambios del entorno como los producidos en el mercado laboral. A ello hay que añadir un proceso de “formulación pública” de este “hecho social”. De ahí que haya que tomar en cuenta los procesos de “evocación” –a través de la aparición de la inmigración, desde distintos planteamientos, en los medios de comunicación–, de “imposición” –en los debates públicos, donde las agencias intermedias que trabajan con los inmigrantes han jugado un papel fundamental– y de “legitimación” –con su reconocimiento por las instancias oficiales– que se refleja, por ejemplo, en la creación de foros de inmigrantes en diferentes niveles administrativos, en la aprobación de “planes para la integración de los inmi-
78
80
82
84
86
88
90
92
94
96
98
00
02
04 2006
de Estado de Inmigración y Emigración
grantes” en muchas comunidades autónomas, en la creación de instancias administrativas especializadas o con la proliferación de estudios sobre la inmigración. La culminación del proceso y el inicio de una “reproducción ampliada” de esta constitución de la inmigración como un “problema social” ha tenido lugar en los últimos meses de 1999 y en 2000: la discusión de dos leyes de extranjería –la 4/2000 y la 8/2000–, varios procesos de regularización en 2000 y 2001, los sucesos racistas de El Ejido (febrero 2000), el accidente de una furgoneta en Lorca en el que murieron 12 ecuatorianos (enero 2001) y que dio origen a un proceso que permitió la regularización de unos 25.000 ecuatorianos, las –numerosas– declaraciones de diferentes “responsables” políticos, sindicales y sociales, las reiteradas reclamaciones de mayores contingentes de trabajadores extranjeros por parte de sectores cada vez mas diversos y numerosos de organizaciones empresariales, la discusión en los medios sobre la “aportación” de los inmigrantes al Estado de bienestar y su relación con los cambios demográficos, las noticias sobre llegadas o naufragios de pateras o cayucos, etcétera, produjeron un salto definitivo al “problema social” de la inmigración en España. Y el círculo se reproduce ahora ampliadamente, reconsolidando lo que a la entrada del año 2000 ya se ha constituido: la “institucionalización” del desafío de la ciudadanía desde la cuestión migratoria.
La inmigración, que ha tenido un crecimiento vertiginoso en el último decenio y que configura una nueva sociedad española, reclama políticas fuertes de integración
2. Una inmigración demandada desde los desajustes del mercado de trabajo en España (y mal gestionada desde las políticas de inmigración) Aunque las causas de inicio de un proceso VANGUARDIA | DOSSIER
69
074 Cachon
5/12/06
19:21
Página 70
D I E Z N O T A S S O B R E L A I N M I G R AC I Ó N E N E S PA Ñ A 2 0 0 6
Evolución de la población extranjera
FIG.2
Evolución de los residentes en situación legal y de la población extranjera irregular estimada en España (1 de enero: 2001/2006) regulares
miles de inmigrantes
599
3.000
1.098
2.500
1.001 1.029
2.000 691
1.500 1.000 500
irregulares
388
896
1.109
1.324
1.647
1.978
2.739
2001
2002
2003
2004
2005
2006
FUENTE: Secretaría de Estado de Inmigraión y Emigración, para la población extranjera residente; estimación propia para los irregulares
migratorio son variadas, el arranque de la formación de la “España inmigrante”, lo ha puesto a España en el mapa migratorio mundial y en el imaginario del emigrante como un posible país de destino, hay que buscarlo en el desarrollo económico y del Estado de bienestar, especialmente de la educación, y otros cambios sociales que se han producido desde mediados de los años 80 y que llevaron a un desajuste entre la oferta y la demanda en el mercado laboral: se ha ido produciendo un incremento del “nivel de aceptabilidad” de los trabajadores españoles mientras el sistema productivo no ha elevado la calidad de los empleos en la misma medida. Desajuste y no déficit, ya que el gran volumen de inmigrantes era compatible –y convive sin conflicto– con alto nivel de paro que, sin embargo, se ha descendido aceleradamente en paralelo a un incremento muy notable de la inmigración. Los efectos de aquel desajuste se han visto acentuados por el efecto demográfico: en 1992 comenzaron a llegar al mercado de trabajo los integrantes de la generación de 1976 –nacieron cerca de 700.000 personas– y continuará hasta 2012 con cohorte 1996, que sólo son 350.000. Pero las “necesidades” de mano de obra en el mercado de trabajo en España hay que gestionarlas desde las políticas y, al menos hasta el nuevo Reglamento de la Ley de Extranjería que se pone en marcha en 2005, no se puede decir que lograran satisfacer aquellas necesidades. La mejor prueba es el millón de irregulares que había en España en esos años [figura 2]. Hay que huir de la tentación de la “ilusión 70 VANGUARDIA | DOSSIER
económica” que nos promete cuantificar con precisión aquellas “necesidades” –en el presente y en el futuro– y de la “ilusión política” que quiere hacernos creer que, luego, pueden ser perfectamente gestionadas desde políticas de inmigración. Pero aún conscientes de esos dos peligros “ilusionantes”, las políticas de inmigración deben tender a satisfacer aquellas necesidades. Esa política de inmigración debería desarrollar una “gestión cooperativa”: una gestión eficaz de los imperativos económicos que exige una mejora sustancial de los sistemas de gestión actuales. Lo peor que le puede ocurrir a una política de inmigración que esté bien diseñada es que fracase por una mala gestión administrativa. Porque los obstáculos y rutinas burocráticas podrían hacer pensar que el remedio es cambiar la política, cuando de lo que se trata es de mejorar su gestión. Esta gestión debe ser “cooperativa”, es decir, hacerla en cooperación con los países de origen: no puede ser que intentemos satisfacer nuestras “necesidades” a base de esquilmar el capital humano que ellos necesitan también para desarrollarse. Pero las “necesidades” del mercado de trabajo no pueden ser la única vía de entrada legal en España –ni en Europa–; necesitamos un buen sistema de asilo –y razones humanitarias– y una política generosa de reagrupación familiar. También esto es una “necesidad” de nuestro sistema –democrático– de bienestar aunque no sea una necesidad desde el punto de vista económico en el corto plazo.
3. Una inmigración con una visibilidad engañosa (y los riesgos de una opinión pública mal informada) La llamada “crisis de los cayucos” del verano de 2006 en Canarias, que más bien deberíamos conocer como “crisis del miedo a los cayucos”, han dado a la inmigración una visibilidad muy engañosa. No porque la tragedia de los subsaharianos que desembarcaban en las “Islas afortunadas” no fuera real, sino porque la inmigración que llega España es algo muy distinto a esas imágenes servidas por los telediarios de todas las cadenas mañana, tarde y noche. Esas imágenes y las reiteradas declaraciones de algunos políticos, canarios y peninsulares, llevaron la inmigración a la primera preocupación en la “agenda pública” de los españoles en el mes de septiembre. No es de extrañar. La inmigración ha ido escalando puestos en ese ranking en los últimos años y, ayudado por el descenso del paro y de la preocupación por el terrorismo,
D I E Z N O T A S S O B R E L A I N M I G R AC I Ó N E N E S PA Ñ A 2 0 0 6
La “crisis de los cayucos” –es mejor hablar de la “crisis del miedo a los cayucos”– de verano de 2006 ha propiciado una imagen muy engañosa de la inmigración
era fácil ver que acabaría FIG.3 Pirámides de población empadronada en España en esa posición. 1 enero de 2006 A su vez, esto no tenPOBLACIÓN AGREGADA ESPAÑOLA Y POBLACIÓN EXTRANJERA NO COMUNITARIA dría que ser “preocupanEXTRANJERA COMUNITARIA te” porque depende de lo VARONES MUJERES edad VARONES MUJERES que lleve a los ciudadanos 80-84 a “pensar” la inmigración 70-74 como “el primer proble60-64 ma”. No lo será si llegan a 50-54 esa conclusión porque con40-44 sideran que es el desafío 30-34 más grande al que deben 20-24 responder ahora las admi10-14 nistraciones públicas y la 0-4 sociedad española y por5 4 3 2 1 0 1 2 3 4 5 10 8 6 4 2 0 2 4 6 8 10 que creen que es una oportunidad de establecer disFUENTE: INE, Padrón municipal y elaboración propia positivos de integración de/con los inmigrantes que pueden redundar en una “suma posi- dos años de duración para cualquier bién dentro de estas comunidades hay tiva” de la que todos nos beneficiemos. sector y en todo el territorio–, un 21 por diferencias importantes, tanto por las Sí lo es, sin embargo, si lo hacen porque ciento están ya en la segunda renova- provincias, comarcas y barrios donde se dan rienda suelta a algunos estereotipos ción –dura otros dos años– y un 25 por ubican los inmigrantes, como por sus sobre la inmigración y los inmigrantes ciento tienen ya un permiso de resi- orígenes nacionales y las actividades y creen que “vienen a quitarnos el em- dencia permanente, porque llevan ya económicas a que se dedican. El mosaipleo”, “acaparan las ayudas sociales” o más de cinco años con autorizaciones co multiplica sus colores. Pero se puede decir que la inmigración en España se “ponen en peligro nuestra identidad”. de trabajo y residencia. Otra dimensión de ese mosaico es la concentra en las regiones del arco meMáxime si piensan, como las encuestas señalan, que hay un 20 por ciento de diversidad de sus orígenes: un tercio (34 diterráneo, las islas, Madrid y el corredor extranjeros en España, cuando en rea- por ciento) son europeos (22 % de la UE del Ebro hasta Navarra y La Rioja. y un 12 % de países no comunitarios); lidad son menos de la mitad. otro tercio (35 %) son latinoamerica- 5. Una inmigración muy joven (y 4. Una inmigración heterogé- nos; una cuarta parte (24 %) son africa- con gran peso de mujeres con nea (y desigualmente repartida nos, y el 7 por ciento restante de otras proyecto migratorio propio) por el territorio) partes del mundo. Las nacionalidades Un rasgo fundamental de la inmiNo existe “la inmigración” como con mayor presencia en España son gración no comunitaria en España es la un hecho singular. La imagen es más marroquíes (suponen el 18 por ciento diferente estructura de edad que tiene bien la de un mosaico cambiante con el del total), ecuatorianos (12 %), colombia- en relación con la española –y la cotiempo. De los 2,8 millones de extran- nos (8 %), rumanos (7 %), británicos (6 %) munitaria que habita en España–, cojeros en situación regular en España en y chinos (3 %). Los subsaharianos repre- mo muestran las pirámides de poblajunio de 2006, cerca de 900.000 tienen sentan un 5 por ciento del total de ex- ción de la figura 3. El 57 por ciento de los no comuni“régimen comunitario” –es decir, son tranjeros residentes en España. La “uniciudadanos de la UE o están emparen- dad” del origen nacional esconde una tarios se concentran entre 20 y 40 años, tados en primer grado con un ciuda- gran variedad de características relevan- es decir, en las edades más activas y dano comunitario– y 1,9 millones tie- tes de los inmigrantes: origen rural o ur- más reproductivas. En esos grupos de nen régimen no comunitario. Esta pri- bano, rasgos étnicos, idiomas, culturas, edad sólo están el 30 por ciento de los españoles y comunitarios que viven en mera diferencia es fundamental porque religiones, etcétera [ver págs. 64 y 65]. Esta población se distribuye, ade- España. Esta concentración de los no cocambia el estatuto jurídico por el que se rigen. Los no comunitarios están divi- más, de modo desigual por el territorio munitarios en esas edades explica buedidos en cuatro partes casi iguales: un español. Catalunya concentra el mayor na parte de sus mayores tasas de activi28 por ciento tienen un permiso inicial número de extranjeros residentes le- dad y parte del hecho de que casi uno –de un año de duración y permiso de galmente en España (con el 21 por cien- de cada cinco nacidos en España sea hitrabajo para un sector y una provincia to), seguida de Madrid (20 %), Andalucía jo de madre o padre extranjeros. Otro rasgo relevante es la propordeterminada–, un 25 por ciento están (13 %), Comunidad Valenciana (13 %), en la primera renovación –permiso de Canarias (6 %) y Murcia (5 %). Pero tam- ción de mujeres, que suponen el 46 VANGUARDIA | DOSSIER
71
074 Cachon
5/12/06
19:22
Página 72
D I E Z N O T A S S O B R E L A I N M I G R AC I Ó N E N E S PA Ñ A 2 0 0 6
IMPACTO DE LA POBLACIÓN INMIGRANTE EN LA COMUNIDADES AUTÓNOMAS
Población extranjera por comunidades autónomas
PROVINCIAS CON MÁS DEL 10% DE INMIGRANTES
Cifras en números absolutos
Cifras en números absolutos
Cifras en porcentajes
ASTURIAS 2,8%
CANTABRIA 4,3%
PAÍS VASCO 3,9%
LA RIOJA 11,3%
NAVARRA 9,1%
GALICIA 2,6%
CASTILLA Y LEÓN 4%
ARAGÓN 7,8% BALEARES 15,6%
MADRID 11,8% EXTREMADURA 2,5%
CASTILLALA MANCHA 6,6% COMUNIDAD VALENCIANA 13,4%
ANDALUCÍA 5,8%
CEUTA 3,9% MELILLA 5,8%
MURCIA 13,3% CANARIAS 11,4%
por ciento del total de extranjeros residentes. En muchos casos, ellas han sido las pioneras del grupo familiar y de la reagrupación. Esta feminización de la inmigración es muy diferente según países de origen. Es mayor entre los originarios de Latinoamérica (el 54 por ciento son mujeres) y de Europa, tanto la comunitaria (47 %) como la no comunitaria (46 %). Y es mucho menor entre los originarios de África (33 %). Se puede decir que hay nacionalidades de claro predominio de mujeres, como República Dominicana, con un 60 por ciento de mujeres; otras que están equilibradas por sexo, como Ecuador, con un 51 % de mujeres, y otras con claro predominio de varones, como Marruecos, que tiene un 35 % de mujeres.
6. Una inmigración bien formada (y con necesidades formativas y de adaptación a su nueva sociedad) La inmigración que llega a España tiene, como media, un buen nivel educativo. Distintas fuentes muestran, incluso, que, en su conjunto, los extran72 VANGUARDIA | DOSSIER
INMIGRANTES
Población total
Empadronados (1)
ANDALUCÍA
7.935.074
462.697
ARAGÓN
1.269.927
98.867
ASTURIAS CATALUNYA 12,2%
D I E Z N O T A S S O B R E L A I N M I G R AC I Ó N E N E S PA Ñ A 2 0 0 6
Con permiso residencia (2)
PRINCIPALES COMUNIDADES primera
segunda
tercera
355.769
marroquíes
ingleses
rumanos
78.700
76.600
38.000
79.953
rumanos
marroquíes
ecuatorianos
27.500
11.150
10.800
1.075.279
29.656
BALEARES
986.333
153.744
110.084
ingleses
17.600
15.900
10.100
CANARIAS
1.984.672
225.692
168.323
ingleses
italianos
colombianos
29.800
18.100
17.600
17.536
colombianos
rumanos
ecuatorianos
3.400
2.200
2.000
rumanos
marroquíes
colombianos
10.700
10.300
9.200
91.625
rumanos
marroquíes
ecuatorianos
43.200
18.800
12.700
ecuatorianos
rumanos
CANTABRIA
566.678
22.779
22.791 ecuatorianos colombianos portugueses 4.350 2.650 2.200 marroquíes
italianos
CASTILLA Y LEÓN
2.514.362
CASTILLALA MANCHA
1.924.200
CATALUNYA
7.083.618
866.814
587.616
marroquíes
181.500
81.900
49.200
COMUNIDAD VALENCIANA
4.772.403
640.981
355.380
ingleses
rumanos
ecuatorianos
105.700
72.900
51.900
EXTREMADURA
1.084.599
25.462
marroquíes
rumanos
portugueses
9.700
3.200
2.900
57.704
portugueses
colombianos
brasileños
13.200
7.800
6.200
rumanos
marroquíes
103.400
62.000
ecuatorianos
ingleses
GALICIA
2.764.250
101.783 126.521
26.578 71.796
COMUNIDAD DE MADRID
5.891.905
MURCIA
1.362.546
181.773
600.231
54.412
NAVARRA PAÍS VASCO LA RIOJA CEUTA MELILLA
ESPAÑA
2.131.148 305.355 75.726 66.980
44.395.286
695.609
83.547 34.500 2.958 3.866
3.884.573
jeros tienen una estructura educativa de mayor nivel que los españoles. En el caso de los comunitarios, este mayor nivel educativo se produce, a grandes rasgos, sobre estructuras demográficas parecidas. Pero no ocurre así con los no comunitarios porque la clave del mayor nivel educativo hay que buscarla en un factor composición por su concentración en el grupo 20-40 años. Si comparamos estructuras de edades similares veremos que tienen niveles educativos algo menores como media que los españoles. Pero el hecho migratorio dificulta la valorización en el mercado de este
85.840
569.797 ecuatorianos 113.700 142.587
marroquíes
52.000
38.376 ecuatorianos 13.400 57.990
49.300
13.900
marroquíes
colombianos
5.800
4.900
colombianos ecuatorianos
marroquíes
10.900
7.500
7.400
rumanos
marroquíes
colombianos
6.500
5.800
3.200
3.147
marroquíes
chinos
ingleses
2.600
34
25
4.860
marroquíes
noruegos
italianos
3.300
44
24
23.925
2.804.303
buen, aunque desigual, nivel educativo. En parte por unos procesos ligados a la devaluación de sus títulos, en parte por procesos de discriminación en el mercado, en parte por la dificultades de reconocimiento formal –y real– de los mismos en España, en parte por necesidades de adaptación de sus conocimientos y experiencia a la realidad de su nueva sociedad.
7. Una inmigración laboral muy activa (y con una cruz: la discriminación) La inmigración de países no comu-
Población total
Almería Málaga Baleares* Las Palmas Santa Cruz de Tenerife Barcelona Girona Lleida Tarragona
INMIGRANTES Empadronados (1)
629.358
104.932
1.476.152
191.978
Con permiso residencia (2)
primera
segunda
tercera
84.291
marroquíes
rumanos
ingleses
33.000
14.700
12.400
134.426
ingleses
marroquíes
argentinos
51.000
17.800
13.300
ingleses
marroquíes
italianos
17.600
15.900
986.333
153.744
110.084
1.018.456
109.209
96.446
966.216
116.483
71.877
5.269.884 681.911 404.716
608.156 111.699 50.262
PRINCIPALES COMUNIDADES
398.124
colombianos marroquíes
12.200
10.500
10.400
ingleses
italianos
colombianos
19.400
11.500
5.400
marroquíes ecuatorianos
73.500
29.000
marroquíes
gambianos
rumanos
29.900
7.200
6.500
44.888
marroquíes
rumanos
colombianos
11.400
9.700
2.500
rumanos
colombianos
13.700
5.400
79.180
727.107
96.697
65.424
marroquíes
1.772.270
350.746
187.993
ingleses
Castellón Madrid* Murcia*
555.679 5.891.905 1.362.546
75.410 695.609 181.773
95.200 rumanos
34.000
12.100
3.900
569.797
ecuatorianos
rumanos
marroquíes
113.700
103.400
62.000
La Rioja*
305.355
34.500
23.925
rumanos
6.500
La Rioja* 11,3%
Lleida 12,4%
Madrid* 11,8% Tarragona 13,3% Castellón 13,6%
E S P A Ñ A
Baleares* 15,6%
Murcia* 13,3%
marroquíes colombianos
marroquíes ecuatorianos
52.000
Barcelona 11,6%
23.000
45.260
142.587
Cifras en porcentajes
marroquíes ecuatorianos
23.200
49.300
Girona 16,4%
bolivianos
114.200
26.000 Alicante
10.100 ingleses
IMPACTO DE LA POBLACIÓN INMIGRANTE EN PROVINCIAS
ingleses
Málaga 13%
Almería 16,7%
Alicante 19,8%
Santa Cruz de Tenerife 12,1%
Las Palmas 10,8%
13.900
marroquíes colombianos
5.800
3.200 * Comunidad autónoma
(1) Personas nacidas fuera de España no nacionalizadas inscritas en el Padrón (1-1-2006, datos provisionales). (2) Personas con tarjeta o autorización de residencia en vigor a 30 de junio de 2006. Instituto Nacional de Estadística. Avance del Padrón a 1 de enero de 2006 (publicado el 25 de julio de 2006) y Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración. Boletín mensual (septiembre 2006)
FUENTES:
nitarios en España es, sobre todo, una inmigración de trabajadores. Vivimos hoy una situación excepcional tanto en términos comparativos, porque lo que ocurre en España y el resto de países comunitarios del sur de Europa no acontece en el centro y norte de la UE, y temporales, porque la situación actual tenderá a ir evolucionando con el tiempo a medida que los inmigrantes actuales vayan envejeciendo y el ciclo migratorio se vaya completando. En la situación actual la cara la ponen los trabajadores inmigrantes y ellos son los que padecen la cruz. La primera son sus elevadas tasas de actividad que oscilan, según diferentes colectivos, entre 20 y 25 puntos por encima del 56 por ciento de los españoles. Con
ello van otros efectos positivos como el trabajo de los inmigrantes en las empresas y sus aportaciones a la Seguridad Social y la mayor movilidad geográfica que tienen y que favorece el ajuste del mercado de trabajo. La cruz de esta situación es la gran concentración en determinados sectores económicos, como agricultura, servicio doméstico, construcción y hostelería, que no es incompatible con la aparición de un número significativo de inmigrantes en muchas ramas de actividad; la caracterización de muchos de los empleos que ocupan los inmigrantes como empleos “3P”: más penosos, más peligrosos y más precarios y el hecho de que padezcan mayores tasas de paro, de temporalidad y de accidentabilidad. Ca-
pítulo aparte merecen las situaciones de discriminación a que se ven sometidos, sobre todo algunos colectivos de inmigrantes como los marroquíes.
8. Una inmigración con un peso importante de irregularidad (y el imán de la economía sumergida) La economía sumergida precede a la inmigración y no es el resultado de la inmigración irregular sino su causa fundamental, el auténtico “efecto llamada” de la inmigración irregular. En el mercado de trabajo hay colectivos frágiles o desaventajados que son más proclives a tener que verse sometidos a la economía sumergida. Señalan Castells y Portes (1990) que la economía sumergida “evoluciona en las fronteras de las luchas sociales incorporando a los que son demasiado débiles para defenderse, rechazando a los que provocan conflictos y propulsando a quienes tienen la viVANGUARDIA | DOSSIER
73
D I E Z N O T A S S O B R E L A I N M I G R AC I Ó N E N E S PA Ñ A 2 0 0 6
talidad y los recursos para convertirse en empresarios”. Y es ahí donde entran los inmigrantes, especialmente si están en una situación de irregularidad, que no crean la economía sumergida, pero sí la re-crean porque “los inmigrantes sí tienen buena predisposición para aceptar trabajos no registrados, contribuyendo a su continuación” (Baganha y Reyneri 2001). El foco de la lucha contra la migración irregular está puesto en el control de fronteras y habría que apuntar más a terminar con sus raíces, dedicando más esfuerzos a evitar la degradación del mercado laboral. Combatir la economía sumergida es la mejor arma contra la inmigración irregular porque sirve para descargar el imán que la atrae con fuerza.
9. Una inmigración que impacta en toda la estructura social (y que plantea retos en las escuelas, los barrios y las servicios públicos) La inmigración impacta en toda la estructura social, pero como son sobre todo una “nueva clase trabajadora” (Arango 2004), lo hace de un modo específico y en algunos espacios sociales concretos. Que sean trabajadores significa que alimentan la pirámide social por su base produciendo una sensación de movilidad ascendente en el resto de la población y que compiten con los segmentos de los trabajadores autóctonos que están en su misma situación y que desempeñan empleos similares. Su presencia se produce muy desigualmente en los barrios –sobre todo en los obreros–, en las escuelas –sobre todo en las públicas de determinados barrios–, en los centros de salud o en los espacios de ocio. Ni todos los barrios ni escuelas reciben por igual el peso de la inmigración y, por tanto, no todas han de responder a desafíos similares. La acción pública debe tener muy presente este impacto desigual de la inmigración.
10. Una inmigración que viene para quedarse (y los retos políticos de la integración de/con los inmigrantes) No sólo la inmigración será un fenómeno
permanente en nuestra sociedad de ahora en adelante, sino que la mayoría de los actuales inmigrantes está aquí para quedarse durante muchos años. Es posible que no sea lo que ellos mismos creen ahora porque, como ocurre con los proyectos migratorios, la mayoría son pensados como temporales pero acaban “mitificando el retorno” y asentándose en su nuevo país. Este es un hecho fundamental para entender la necesidad que tenemos de políticas fuertes de integración de y con los inmigrantes. Porque como señaló Max Frisch, “queríamos mano de obra y llegaron personas”, y hemos de diseñar una sociedad donde todas esas personas puedan vivir en condiciones de igualdad. La inmigración nos ofrece grandes oportunidades porque, si se hace de modo ordenado y cooperativo, satisface necesidades tanto del país de origen como del país de acogida. Pero plantea un gran reto a las sociedades democráticas: cómo integrar a los inmigrantes en condiciones de igualdad, como ciudadanos de pleno derecho. Las respuestas que las sociedades occidentales han ido dando a este reto a lo largo del tiempo tienen puntos en común a pesar de que insistamos mucho en hablar de modelos distintos. En la España actual, una política de integración de/con los inmigrantes debe basarse en tres grandes principios: igualdad, ciudadanía e interculturalidad, como se señala en el Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración. Y en la España plural, dicho plan debe ser entendido como un elemento de cooperación del Gobierno de la nación con las comunidades autónomas, los ayuntamientos y la sociedad civil para avanzar en ese camino de la integración con los nuevos vecinos. Pero el Plan Estratégico de Ciudadanía e Integración debería ser no solamente un instrumento para desarrollar políticas que permitan adaptar nuestras estructuras administrativas a los retos cuantitativos y cualitativos que plantea la inmigración, sino también un instrumento de pedagogía que ayude a comprender a la sociedad este complejo fenómeno de la inmigración.
BIBLIOGRAFÍA Arango, J. (2004): “La inmigración en España a comienzos del siglo XXI”, en AA. VV., Informe sobre la situación demográfica en España 2004, Madrid, Fundación Fernando Abril: 161-186 Baganha, M. y Reyneri, E. (2001): La inmigración en los países del sur de Europa y su in-
74 VANGUARDIA | DOSSIER
serción en la economía informal, en C. Solé (coord.), El impacto de la inmigración en la economía y la sociedad receptora, Barcelona, Anthropos: 53-211. Cachón. L. (2002): La formación de la ‘España inmigrante’: mercado y ciudadanía, “Revista Española de Investigaciones Socio-
lógica”, nº 97, enero-marzo: 95-126. Castells, M. y Portes, A. (1990) en A. Portes (ed.), La economía informal: Estudios en países avanzados y menos desarrollados, Buenos Aires, Planeta. Izquierdo, A. (1996): La inmigración inesperada, Madrid, Trotta.
076 Muenz
5/12/06
15:22
Página 76
E U R O PA
Entre la necesidad de emplear mano de obra foránea y la renuncia de algunos países de la UE a admitirlo Desde los años 60, Europa se ha convertido en uno de los destinos principales de la emigración mundial. Desde una perspectiva histórica, se trata de un fenómeno relativamente reciente. En el pasado, Europa fue la principal generadora de emigración del mundo. Entre 1750 y 1950, aproximadamente 70 millones de personas abandonaron nuestro continente –que se solía denominar entonces el “Viejo Mundo”– en busca de una vida mejor. Rainer Muenz EXPERTO EN ENVEJECIMIENTO DEMOGRÁFICO E INMIGRACIÓN INTERNACIONAL. DIRECTOR DE I+D DEL ERSTE BANK (VIENA) Y MIEMBRO DE LA JUNTA DIRECTIVA DEL HAMBURG INSTITUTE OF INTERNATIONAL ECONOMICS (HWWI)
76 VANGUARDIA | DOSSIER
A
LO LARGO DE LOS ÚLTIMOS 50
años, muchas partes de Europa se han ido convirtiendo en destino de inmigración que afluye desde todos los rincones del mundo. Como consecuencia de ello, en el curso de los últimos decenios ha ido aumentando el número de países europeos de saldo positivo migratorio; en primer lugar, en el nordeste de Europa, posteriormente en el sudeste de Europa y más recientemente en zonas del centro y este de Europa. En muchos casos, el volumen de la migración neta determina si un país sigue experimentando un crecimiento demográfico o pasa a una fase de declive demográfico. Actualmente –en fuerte contraste con los períodos anteriores a los años 60 y 70– todos los países de Europa occidental y algunos miembros recientes de la UE en Europa central presentan un saldo migratorio positivo. Resulta muy probable que, tarde o temprano, este panorama caracterice también a la mayoría de los restantes países europeos. En 2005, Europa occidental y central –es decir, la Europa de los 25, Noruega y Suiza– experimentó un considerable incremento de población. El crecimiento total superó las 2.100.000 personas. Tal incremento en la población total se basó en una ganancia neta atribuible a la inmigración internacional –más de 1.800.000 personas– combinada con un pequeño exceso de nacimientos sobre muertes –crecimiento natural cifrado en 300.000 personas–. La comparación entre estos dos factores que contribuyeron al aumento total de población muestra lo siguiente: el 85 por ciento del reciente crecimiento demográfico de Europa resulta de la inmigración internacional. En 2005 y en cifras absolutas, los primeros
puestos de la lista del saldo migratorio neto fueron ocupados por España (652.000 personas) e Italia (338.000), seguidas de Gran Bretaña (196.000), Francia (103.000), Alemania (99.000), Portugal (64.000) y Austria (61.000). En años recientes, los principales países generadores de migraciones intraeuropeas e inmigración con destino a Europa fueron Rumanía, Polonia, Marruecos, Bulgaria, Turquía y Ucrania. La emigración alemana adquirió asimismo mayor importancia. Un total de 42 millones de personas residentes en Europa occidental y central son inmigrantes internacionales. Representan el 9 por ciento de la población total. Alrededor de un tercio de estos 42 millones corresponde a emigrantes/inmigrantes entre países miembros de la Unión Europea. Los restantes 28 millones provenían de otras partes de Europa y otras regiones del mundo. Si no contamos la movilidad entre países de la Unión, la población inmigrante en Europa sigue siendo inferior al número de inmigrantes residentes en Estados Unidos. En términos absolutos, Alemania posee el mayor número de población nacida en el extranjero (10.100.000), seguida de Francia (6.500.000), Gran Bretaña (5.400.000), España (4.800.000) e Italia (2.500.000). Poco atentos tal vez a las realidades demográficas, numerosos europeos siguen sin considerar sus respectivos países como países de inmigración. No comprenden tampoco que la inmigración podría convertirse en un proceso permanente y acaso incluso necesario que debe afrontarse. Se trata, no obstante, de una postura muy poco práctica dada la situación demográfica de Europa, caracterizada por la longevidad y baja fertilidad, factores que abocan inevitablemente al envejecimiento de la población y, en suma, a la disminución de población y mano de obra local. Dados los elevados niveles de empleo ya alcanzados por los ciudadanos europeos cualificados, parece que la única manera de cubrir la posible escasez de mano de obra y la creciente demanda de empleo cualificado y altamente cualificado estriba en el reclutamiento de inmigrantes de terceros países. Al propio tiempo, Europa experimenta una demanda continua de mano de obra poco
cualificada. Debido a estas razones demográficas y económicas, durante el siglo XXI los actuales países miembros de la Unión Europea, los países candidatos a la adhesión y los países con acuerdo de asociación seguirán siendo o serán países de inmigración. Los potenciales inmigrantes provendrán probablemente de otras regiones del mundo. En este marco, Europa habrá de rivalizar con países de inmigración tradicional –en especial, Estados Unidos, Canadá o Australia– para conseguir mano de obra cualificada. El desafío principal estribará en lograr mano de obra inmigrante susceptible de cubrir las necesidades del mercado de trabajo y capaz de mantener el crecimiento económico de modo puedan atenderse las pensiones en el futuro. En este contexto, un enfoque dotado de la necesaria iniciativa e imaginación podría desempeñar una función esencial a la hora de atajar eficazmente la escasez de mano de obra y su insuficiente cualificación, siempre y cuando los inmigrantes posean la adecuada cualificación laboral. Este tipo de inmigración puede ayudar a remediar estos problemas y deficiencias si sabe acomodarse a unas características cambiantes del mercado y de la economía en general merced a su cualificación, experiencia y pericia. Los mecanismos de una futura política de seleccción de inmigrantes deberían, en consecuencia, evaluar tanto el nivel de cualificación como el grado de adaptabilidad de los inmigrantes potenciales. En razón de la actual competencia mundial por la preparación y capacidad de la mano de obra inmigrada, la Unión Europea y los países europeos en su conjunto deberán no sólo instaurar los mecanismos oportunos de selección y admisión de inmigrantes, sino ofrecerles asimismo condiciones suficientemente atractivas. Al propio tiempo, y dada la sensibilidad política sobre la cuestión, es posible que a los europeos les cueste aplicar este tipo de programas debido a la oposición interna en el seno de cada país hacia las iniciativas de contratación y admisión de mano de obra inmigrada. Y es posible que muchos deploren las dificultades y problemas de integración de inmigrantes de distinta procedencia étnica y religiosa. VANGUARDIA | DOSSIER
77
078 Martinello
5/12/06
13:28
Página 78
Integración y diversidad en una Europa multicultural Marco Martiniello DIRECTOR DE INVESTIGACIONES EN EL FONDO NACIONAL PARA LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA (FNRS) Y DIRECTOR DEL CENTRO PARA LOS ESTUDIOS ÉTNICOS Y SOBRE EMIGRACIÓN (CEDEM) DE LA UNIVERSIDAD DE LIEJA.
L
a Unión Europea presenta una amplia variedad de filiaciones e identidades etnoculturales y nacionales. Dicha diversidad no va a desaparecer bajo la presión de la globalización. No cabe negar la tendencia hacia la uniformidad de la cultura de masas; pero, al mismo tiempo, diversas formas de identidades culturales, étnicas, religiosas, nacionales y posnacionales aparecen en el ámbito público y se reconstruyen en respuesta a la uniformidad. En cierto sentido, la Unión Europea ha entrado en un proceso de diversificación de su diversidad que sigue ciertas pautas y que pide de algún modo un debate europeo específico sobre las formas europeas de diversidad o sobre las diversidades europeas en plural
78 VANGUARDIA | DOSSIER
E
N LA UNIÓN EUROPEA, LA DIVERSIFI-
cación de la diversidad tiene varias fuentes. En primer lugar, desde mayo de 2004, la Unión está compuesta por 25 estados, vinculado cada uno de ellos a una historia particular de construcción nacional y a identidades nacionales propias. Estos estados poseen puntos en común, pero también alimentan su especificidad en lo referente a la lengua, los sistemas políticos, los sistemas legales, etcétera. En el futuro, el proceso de la ampliación europea incrementará la diversidad de las identidades nacionales. Es evidente que los nuevos estados miembros desean unirse a la experiencia comunitaria, pero no quieren asimilarse del todo en el proyecto europeo hasta el punto de perder su identidad distintiva. En ese sentido, las futuras ampliaciones de la Unión volverán a incrementar su diversidad en lo relativo a las identidades nacionales. En segundo lugar, en cierto número de estados miembros y de países candidatos, la movilización política subnacional promueve identidades etnorregionales, ya que hay grupos que piden el reconocimiento como minorías nacionales o grupos étnicos y a veces reclaman incluso la plena independencia. En este contexto, cabe mencionar los casos vasco y catalán en España, las regiones corsa y bretona en Francia, la histórica división etnolingüística en Bélgica o el auge italiano de la Liga Norte, cuyo programa consiste en crear una nación y un Estado padanos separados de Italia. También en Europa central y oriental las cuestiones de las minorías nacionales están a la orden del día. En todos esos casos, se reivindica el reconocimiento y la protección de culturas e identidades distintivas en virtud de la historia específica de las minorías en cuestión, de su lengua o de otros rasgos culturales. El resultado político de esa dinámica es la federalización o la regionalización, a veces la concesión de derechos cul-
turales a las minorías nacionales o a veces la aplicación de políticas más o menos encubiertas de asimilación. En tercer lugar, la Unión Europea es y seguirá siendo una región de inmigración. A ella acuden emigrantes de todas partes del mundo siguiendo nuevas pautas migratorias. Algunos se establecen y adaptan culturalmente en el nuevo entorno al tiempo que enriquecen la cultura local y la diversidad de identidades etnoculturales. Otros mantienen vínculos y actividades transnacionales. Se puede decir que todo el planeta está hoy representado en la Unión Europea. Se trata a todas luces de una situación estructural, puesto que la inmigración no cesará, y tarde o temprano será objeto de legislación en su apoyo en el plano europeo y nacional. Es indudable que los inmigrantes y las poblaciones de origen inmigrante seguirán creciendo en las ciudades europeas en el futuro. Como resultado de ello, continuarán introduciéndose sin cesar en el tejido social europeo nuevas formas de vida, nuevas religiones, nuevas visiones del mundo, nuevas culturas. En cuarto lugar, en comparación con otras partes del mundo, en la Unión Europea son mucho menos relevantes las cuestiones de las minorías indígenas y las minorías postesclavas, como los afroamericanos. En cambio, es mucho más aguda la cuestión de las poblaciones gitanas o romaníes. Los gitanos están presentes en muchos estados de la Unión Europea. En todas partes padecen un elevado nivel de discriminación y racismo, aunque a un tiempo su cultura es a menudo celebrada –por ejemplo, la música–. Su posición es particular, puesto que, con frecuencia, son olvidados en los debates sobre inmigración y minorías nacionales. En quinto lugar, en varios estados de la Unión viven comunidades judías de importancia variable, cuya identidad a menudo es objeto de discusión interna, aunque también lo es fuera de su comunidad. Además, la situación en Oriente Medio tiene repercusión en la Unión
Europea, y el antisemitismo continúa siendo un asunto en discusión. Más allá de estas líneas de diversificación nacionales, culturales y étnicas, la Unión Europea está también diversificada de muchas otras formas. Europa se enfrenta a un problema fundamental, al menos para quienes lo padecen, a saber, la desigualdad social, económica y política entre estados, entre regiones y ciudades en el seno de cada Estado, y entre individuos y grupos. La penuria económica, social y política aumenta en muchas ciudades europeas con el auge del desempleo, la ausencia de techo, la pequeña delincuencia urbana, la vuelta de enfermedades consideradas erradicadas, etcétera. Da la impresión de que hay dos procesos simultáneos. Por un lado, los procesos de exclusión/inclusión explican la apariencia de una sociedad diferenciada fuera de la corriente dominante. Así, los moralistas conservadores subrayan los rasgos distintivos –culturales, mentales, etcétera– de esta “clase marginada permanente europea”. Los pensadores progresistas prefieren subrayar los procesos macroeconómicos y sociales que conducen a la formación de una categoría de seudociudadanos excluidos. Por otro lado, también pueden observarse nuevas configuraciones de pautas de desigualdad, incluso dentro de las capas sociales dominantes. El capitalismo global ha remodelado la estructura de clases mediante la flexibilidad, los trabajos precarios y mal pagados, etcétera. No todos los ciudadanos comunitarios son igual de comunitarios: existe una enorme diferencia entre el alto ejecutivo de una gran compañía y el trabajador a tiempo parcial de un restaurante, por más que los dos formen parte de los “incluidos” en tanto que opuestos a los “excluidos”. Es evidente que esas formas de desigualdad y desequilibrio también dan forma a otras dimensiones de la diversidad de la UE que es necesario abordar en relación con la diversidad etnocultural. Además de la diversidad social y económica, es posible mencionar además la diversidad po-
Aparte de las diferencias nacionales, culturales y étnicas, el problema fundamental de la Unión Europea surge de las desigualdades sociales, económicas y políticas entre sus estados, regiones y ciudades
VANGUARDIA | DOSSIER
79
078 Martinello
5/12/06
13:29
Página 80
I N T E G R AC I Ó N Y D I V E R S I DA D E N U N A E U RO PA M U LT I C U LT U R A L
lítica, de orientación sexual, la dimensión de género de la diversidad y tantas otras fuentes de diversidad que moldean cualquier sociedad compleja.
El problema: integración y diversidades En una sociedad europea diversificada, las relaciones entre los estados, las organizaciones supranacionales y la población constituye una preocupación importante en la necesaria reflexión sobre el tema de la consolidación política. Se plantean varias preguntas. ¿Qué decisiones políticas afloran en respuesta a las reivindicaciones y demandas identitarias en favor de la conservación de la especificidad cultural? ¿Cómo pueden intervenir los estadosnación y la Unión Europea en la gestión de la especificidad cultural? ¿Cómo puede tratar la Unión Europea lo que es de facto su carácter multicultural, multirreligioso, multiétnico, sin dejar de reafirmar al mismo tiempo sus requisitos democráticos y enfrentándose a la creciente desigualdad y exclusión social y económica? La preocupación a principios del tercer milenio no es elegir entre la construcción de una sociedad europea multicultural y la construcción de una sociedad homogénea en términos culturales. Más bien, cada sociedad, incluida la Unión Europea, se enfrenta al desafío de dar forma a una variedad de multiculturalismo adaptada a su población y su historia con el fin de reconciliar la diversidad cultural e identitaria observable con la necesaria cohesión social, económica y política. En otras palabras, ¿cómo puede la Unión Europea combinar la búsqueda de una sociedad más unida e integrada sacando al mismo tiempo el mayor partido de las diversas facetas de su diversidad y alentando una mayor igualdad social y económica? Éste es el reto de la ciudadanía multicultural de la Unión Europea. Si bien la necesidad de un acomodo dinámico de las identidades etnoculturales y nacionales en la Unión Europea parece clara, se plantean algunas preguntas difíciles. ¿Hay que dar prioridad a la construcción de un nuevo 80 VANGUARDIA | DOSSIER
modelo normativo de gestión de la diversidad comunitaria? ¿O darla a la construcción, desde abajo, de una ciudadanía comunitaria y a un enfoque más pragmático en lo referente a la formulación de políticas en el ámbito de la integración y la diversidad a partir de las bases legales y normativas existentes en la Unión Europea? En lo que queda del presente artículo se abogará por esto último presentando cinco elementos relacionados con la utopía de una ciudadanía multicultural de la Europa comunitaria.
Diversidad cultural y justicia social Los procesos de formación y afirmación de identidad etnocultural y los de exclusión y explotación socioeconómica están íntimamente relacionados. Los excluidos del mercado de trabajo o explotados en su extremo inferior son a menudo los mismos cuya identidad y cultura no es considerada como legítima o incluso es temida en Europa. La discriminación étnica, racial y religiosa y la discriminación socioeconómica a menudo coinciden, como pone de manifiesto el ejemplo de los inmigrantes procedentes de países musulmanes. Por lo tanto, el reconocimiento y la promoción de culturas e identidades étnicas y la lucha contra la explotación y la exclusión socioeconómica deberían correr parejas. En otras palabras, la política de reconocimiento, antidiscriminación y antirracismo están conectadas, aunque sean analíticamente diferentes. No tiene sentido separar las cuestiones relacionadas con la diversidad cultural y las cuestiones relacionadas con la justicia social. Dicho de otro modo, podría ser contraproducente promover una forma de ciudadanía cultural mediante, por ejemplo, derechos culturales especiales para las minorías sin concederles una plena ciudadanía socioeconómica y un acceso igual al mercado de trabajo, la educación, la salud y la vivienda. Cabría sostenerse que una mayor igualdad social y económica da lugar al desarrollo económico o a unas identidades etnoculturales más abiertas, mientras que una
mayor desigualdad y exclusión social y económica favorece el desarrollo de identidades etnoculturales más cerradas y exclusivas que sirven para compensar la frustración ante el hecho de hallarse en los estratos desaventajados de la sociedad. De forma más sencilla, la “balcanización” social y económica constituye sin duda una mayor amenaza para la democracia de la Unión que la diversificación cultural.
Igualdad de derechos y deberes básicos El eje central de cualquier avance hacia la ciudadanía multicultural comunitaria es la noción de una igualdad de derechos y deberes básicos para todos los residentes legales en la Unión Europea. La introducción de la ciudadanía comunitaria hace más de diez años confirmó y legalizó tres niveles principales de ciudadanía, tres tipos de ciudadanos comunitarios en función de los derechos civiles, socioeconómicos y políticos gozados. Sólo los ciudadanos de un Estado miembro residentes dentro de las fronteras de su propio Estado disfrutan de unos derechos civiles, socioeconómicos y políticos plenos, es decir, de una ciudadanía plena. Por lo que hace al conjunto de derechos disfrutados, se trata de la única categoría de ciudadanos con toda la gama de derechos. Es así a pesar incluso de que un creciente número de ellos se ve excluido en la práctica del proceso de redistribución de los recursos económicos, sociales y políticos. Por debajo de esta categoría, los ciudadanos de un Estado miembro de la Unión Europa que viven en otro Estado miembro tienen sólo unos derechos limitados –en esencia, el derecho de votar y ser votado en las elecciones locales y europeas. La tercera categoría de ciudadanos que viven en la Unión Europea se divide en realidad en dos subcategorías. Los “residentes”, es decir, ciudadanos de un tercer Estado legalmente establecidos en Europa, forman parte, hasta cierto punto, del tejido civil y socioeconómico de la sociedad. En tanto que personas y trabajadores disponen de
I N T E G R AC I Ó N Y D I V E R S I DA D E N U N A E U RO PA M U LT I C U LT U R A L
algunos derechos civiles y socioeconómicos. Sin embargo, no poseen por lo general unos derechos políticos importantes en la Unión Europea. La segunda subcategoría, que llamo los “marginentes”, disfrutan sólo de unos derechos civiles, socioeconómicos y políticos muy limitados. En muchos casos, carecen por completo de derechos porque viven de forma ilegal en un Estado miembro. Entre los residentes y los “marginentes”, podría mencionarse también una creciente categoría de trabajadores o residentes temporales, algunos de los cuales se encuentran en posiciones muy favorables mientras que otros sufren una fuerte marginación. Esta estructura triangular de la ciudadanía en la Unión Europea es más compleja de lo que indica la descripción que se acaba de esbozar. También aquí es de lo más relevante el hecho de que la Unión Europea es una democracia de muchos niveles. Por ejemplo, los ciudadanos turcos disfrutan de derechos similares según la legislación comunitaria, pero los turcos que viven en Francia y en los Países Bajos tienen derechos diferentes según las leyes francesas y holandesas. En el primer caso, los turcos no tienen derecho de voto, mientras que en los Países Bajos gozan de ese derecho desde 1985. Desde una perspectiva comunitaria, el caso podría leerse como un trato discriminatorio contrario a la idea de una democracia multicultural. La solución a este tipo de problema no es fácil de encontrar y el camino hacia una total igualdad de derechos para todos los residentes legales es aún largo. Sin embargo, con el fin de dirigirnos en esa dirección, es posible que la ciudadanía europea tal como existe hoy pudiera extenderse a todos los residentes legales y permanentes de terceros países. En lo referente a deberes y obligaciones, el principio de igualdad entre todos los ciudadanos residentes significa que los nacionales de un tercer país deben respetar la ley y la constitución del país en el que viven. También deben, como cualquier otro ciudadano de la Unión Europea, respetar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la legislación europea, la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea y quizá en un futuro próximo una constitución europea en la forma en que pueda surgir. Dichos documentos reflejan el conjunto de valores básicos –democracia, derechos humanos, no discriminación, igualdad de género, respeto por la integridad física y psicológica de la persona, respeto por la diversidad y las identidades culturales– que no son negociables y que
deben ser compartidos por todos los ciudadanos comunitarios, cualquiera que sea su identidad nacional y religión. Quienes no estén de acuerdo con este núcleo no negociable de valores deben tener el derecho de expresar su desacuerdo dentro de los límites de las leyes relativas a la libertad de expresión. También deben tener el derecho de movilizarse políticamente para alterar el equilibrio de poder y promover valores básicos alternativos. Mientras eso ocurre, sin embargo, deben obedecer la ley y respetar los valores legalmente reconocidos.
El reconocimiento simbólico de la diversidad
Mientras en la práctica Europa suma cada vez más culturas e identidades diversas, las visiones que las instituciones tienen de estos patrimonios sociales parecen enraizadas en el pasado
Las ideas dominantes sobre la cultura y la identidad europeas suelen estar arraigadas en una visión algo mística de la historia del continente europeo y ello conlleva una exclusión potencial del sentimiento de pertenecer plenamente a dicha sociedad de muchos ciudadanos no comunitarios, así como de muchos ciudadanos no comunitarios de un origen minoritario étnico o racial. Las visiones institucionales del multiculturalismo europeo que nutren los debates y las ideas sobre la cultura, la identidad y la ciudadanía europeas –y son nutridos por ellas– pueden interpretarse en realidad como elementos de una preocupación generalizada. Esa preocupación se traduce en un discurso sobre el óptimo grado de diversidad de la cultura y la identidad que no sólo es aceptable en el contexto de la Unión Europea, sino que define el núcleo de un modelo europeo de convivencia como estados miembros. Parece haber una distancia considerable entre las visiones institucionales del multiculturalismo europeo y los procesos reales de multiculturalismo, construcción identitaria y construcción cultural que se observan con frecuencia, sobre todo en la Europa urbana. Individuos y grupos que se consideran a sí mismos fundamentalmente europeos –también pueden abrazar otras identidades–, que sitúan su acción social en Europa, no son reconocidos como ciudadanos europeos “auténticos” debido a su supuesta falta de conformidad con una norma cultural europea definida en relación con el pasado. Dicho con sencillez, mientras Europa es en la práctica cada vez más multicultural y sus ciudadanos tienen identidades múltiples, las visiones institucionales del multiculturalismo, la identidad y la cultura en Europa permanecen enraizadas en el pasado. El razonamiento subVANGUARDIA | DOSSIER
81
078 Martinello
5/12/06
13:29
Página 82
I N T E G R AC I Ó N Y D I V E R S I DA D E N U N A E U RO PA M U LT I C U LT U R A L
yacente es que supuestamente esa historia ha forjado la cultura y las identidades nacionales de los Estados miembros de la Unión Europea. Sin embargo, el multiculturalismo institucional europeo descansa en un enfoque de la cultura y la identidad que condiciona en una importante medida las oportunidades de incorporación en el seno de una ciudadanía europea general. Como hemos observado, la Unión Europea y la mayoría de sus estados miembros son cada vez más multiétnicos, multiculturales y multirraciales. El reconocimiento simbólico de la polifacética diversidad de la Unión Europea constituye un paso en la dirección adecuada. Por lo tanto, sería contradictorio y discriminatorio en el contexto de una Europa multicultural mencionar valores cristianos en tanto que un valor europeo básico en una constitución europea. Si históricamente la herencia religiosa de la identidad europea es indiscutible, los no cristianos, ya sean ateos, musulmanes, hindúes o sijs, también han contribuido al desarrollo de Europa y seguirán haciéndolo en el futuro. Así, pedir a los ciudadanos que respalden una constitución que excluye su identidad religiosa o filosófica estimularía su separación en lugar de la unidad.
Algunas pautas para las políticas públicas en el ámbito de la integración y la diversidad ¿Debe el Estado y las instituciones supranacionales comunitarias intervenir en la gestión de la diversidad cultural y en los asuntos de la integración? Se trata de una cuestión polémica en la Unión Europea. Por un lado, en un enfoque más orientado al libremercado, algunos defienden el repliegue del Estado y la no intervención de la Unión Europea en el ámbito de la integración y la diversidad cultural. En su opinión, hay que dejar esas cuestiones actúen solas a lo largo del tiempo, regidas por el mercado o por la autoorganización de las minorías que piden el reconocimiento. Por otro lado, otros, siguiendo un enfoque más activo, apoyan una presencia del Estado y las instituciones europeas en los asuntos culturales y de la diversidad por medio de una política de intervención. Esta última posición parece estar más en línea con la experiencia de construcción nacional en Europa y con el proceso europeo de integración. Por supuesto, la articulación entre las intervenciones de los estados miembros y el proceso político comunitario debe ser pensada con todo cuidado. Aquí también el principio de subsidiaridad podría ser útil a la hora de combinar 82 VANGUARDIA | DOSSIER
de modo provechoso la acción estatal y la acción supranacional para promocionar la democracia multinacional comunitaria. Además, en cuanto se acepta el principio de intervención pública por parte de los estados miembros, las instituciones comunitarias o ambos con el fin de reforzar una ciudadanía y una democracia multicultural, surgen muchas otras cuestiones sensibles que necesitan no sólo un tratamiento normativo abstracto, sino también una formulación concreta de políticas. ¿Qué tipo de política pública debe desarrollarse con el fin de combinar el respeto por la diversidad y la lucha contra las desigualdades y la exclusión social y económica? ¿Deben reconocerse legalmente los grupos minoritarios? ¿Deben gozar algunos grupos de derechos especiales y, de ser así, cuáles? ¿Qué tipos de políticas de integración deben aplicarse? ¿Cómo debe definirse el acceso a la ciudadanía en las sociedades multiculturales europeas? De nuevo, no existe para esas preguntas una respuesta política sencilla y general. Sería tentador adoptar un “modelo” de políticas multiculturales desarrollado en otras partes –por ejemplo, en Canadá o Australia–, pero semejantes trasplantes no siempre soportan bien el viaje. Una política multicultural adaptada a un contexto nacional donde promueve la integración efectiva puede tener el efecto contrario cuando se aplica en otro marco nacional. Por lo tanto, las políticas deberían tener en cuenta el contexto político y social local, así como las características sociológicas de la población y las peticiones de los grupos minoritarios y mayoritarios en el ámbito de la diversidad cultural. Además, hay que dar preferencia al reconocimiento de las diversas facetas de la diversidad como tal, más que a los grupos cuya identidad podría evolucionar con el tiempo. Ahora bien, también los grupos necesitan reconocimiento, y una democracia multicultural necesita escuchar las peticiones de reconocimiento de la identidad. Las políticas y el apoyo son formas importantes de reconocimiento que deberían reservarse siempre para los grupos que respetan los valores básicos mencionados más arriba y para no aquellos cuya agenda política es contraria al sistema democrático. No hay razón alguna para que una democracia subvencione a grupos que quieren destruir la democracia, por más que, en algunos países, los partidos de extrema derecha tengan acceso al dinero público. Por las mismas razones, los grupos que oprimen a sus miembros y no respetan
I N T E G R AC I Ó N Y D I V E R S I DA D E N U N A E U RO PA M U LT I C U LT U R A L
No existe una manera sencilla y única de superar los obstáculos que plantea la construcción de una ciudadanía multicultural, que no puede ser de otra forma en una Europa unida y democrática
las libertades individuales tampoco deberían recibir apoyo. Un tema importante y actual en nuestro contexto político es el acuerdo acerca de la diversidad religiosa. En primer lugar —y, en especial, tras los atentados del 11-S—, los debates sobre la diversidad religiosa e incluso, de modo más general, el diálogo sobre la diversidad han tendido a centrarse explícita o implícitamente en la posición del islam y los musulmanes. Esta situación podría tener justificación ya que el islam se ha convertido en la segunda religión en muchos países comunitarios. Sin embargo, la cuestión de la adaptación de la diversidad religiosa afecta a todas las religiones representadas en Europa, así como a las creencias no religiosas. Por lo tanto, el debate tiene que ampliarse con vistas a dar cabida a las nuevas religiones y creencias que puedan parecer en el futuro en la Unión Europea. Los estados miembros de la Unión Europea difieren muchísimo en sus tratos con la religión. En algunos estados, hay una fuerte separación teórica entre la iglesia y el Estado. En otros, hay una religión establecida con una posición privilegiada. Otros, por último, han desarrollado un sistema de concordato que define las relaciones entre la iglesia católica y el Estado mediante un acuerdo con el Vaticano. Pueden hacerse dos observaciones. Primero, el tratado de Amsterdam establece que la Unión Europea respeta la legislación religiosa específica de cada Estado miembro. Segundo, por razones históricas, el islam no ha sido tenido en cuenta hasta ahora en tales acuerdos. Por lo tanto, la cuestión es cómo garantizar una igualdad en el trato para todas las religiones y creencias no religiosas por parte de los estados de Europa. Igualdad en el trato significa específicamente que si las escuelas católicas o protestantes son aceptadas y reciben ayudas públicas, también las escuelas musulmanas y budistas deberían recibir en principio el mismo trato. Si se aceptan o rechazan en el ámbito público códigos indumentarios religiosos, tales medidas deberían afectar a to-
dos los símbolos religiosos. Si se acepta el principio de las fiestas religiosas, todas las religiones deberían tener derecho a las mismas facilidades, etcétera. ¿Es posible lograrlo y al mismo tiempo respetar la legislación nacional sobre religión? Parece claro que un régimen de separación del Estado y la religión ofrece las mejores perspectivas para un mismo trato por parte del Estado de todas las religiones y creencias no religiosas. El enfoque alemán de los “impuestos religiosos” podría ser un punto de partida en los debates sobre cómo recaudar dinero público para respaldar equitativamente a todas las religiones y creencias no religiosas.
En cuanto a la cuestión de la representación, parece evidente que las instituciones políticas elegidas deberían reflejar la composición social de la ciudadanía. En muchos países de la Unión Europea, las mujeres, los grupos étnicos e inmigrantes, siguen estando muy infrarrepresentados en la política formal. Por ejemplo, en un país de inmigración como Francia, prácticamente no hay nadie de origen norteafricano en el Parlamento. Podría debatirse la discriminación positiva como forma de alentar a las minorías para que opten por una carrera política. Además, los partidos políticos deberían mostrarse más receptivos con los miembros de las minorías étnicas.
Participación y representación política
Conclusión
Por último, las cuestiones de la participación y la representación política son también de central importancia en cualquier democracia multicultural. En términos de participación política, el sufragio activo y pasivo es ya una realidad en las elecciones locales de varios estados miembros de la Unión Europea. A pesar de las resistencias de algunos socios comunitarios, la tendencia se desplaza en esa dirección. De nuevo, el derecho al sufragio local tiene un valor simbólico, pero también proporciona un instrumento para la participación de los residentes en la gestión de sus ciudades. Habría que considerar las formas de consulta con objeto de promover la participación de todos los residentes en la política local y de los ciudadanos de origen inmigrante en particular. En ese sentido, el convenio sobre la participación de los extranjeros en la vida pública local aprobado el 5 de febrero de 1992 por el Consejo de Europa constituye sin lugar a dudas un documento que podría ser beneficiosamente ratificado al menos por los estados miembros de la Unión Europea y del Consejo de Europa. De modo más general, el fomento de diferentes clases de ámbitos en los que pueda darse el diálogo y el debate entre ciudadanos y residentes no ciudadanos constituye una atractiva forma de consolidar la democracia comunitaria.
En resumen, la idea de una democracia multicultural y de una ciudadanía comunitaria multicultural defendida en este artículo debería entenderse como una forma de estimular el debate y no como un programa definitivo. Supone la evolución hacia un cuerpo político compuesto por ciudadanos activos que comparten los mismos derechos y deberes, el mismo espacio público, que respaldan el proyecto democrático y el respeto a la ley y los procedimientos legales y políticos. Esos ciudadanos pueden exhibir múltiples y variadas identidades y tener diferentes prácticas culturales, tanto en lo privado como en lo público. Sus elecciones identitarias y culturales no afectan a su posición en el orden social, económico y político. Una Unión Europea democrática, integrada y unida sólo puede ser diversa y multicultural. Sin embargo, la construcción de una ciudadanía comunitaria multicultural se enfrenta a muchos obstáculos. No hay una forma sencilla y única de superarlos. El objetivo de este artículo es abogar tan convincentemente como sea posible a favor del objetivo último de una ciudadanía multicultural europea en un contexto que, al contrario, se caracteriza por la vuelta al asimilacionismo y el neoasimilacionismo en los programas políticos, sobre todo tras el 11-S. VANGUARDIA | DOSSIER
83
084 Guild
5/12/06
19:32
Página 84
La Unión Europea y los límites de la soberanía Elspeth Guild PROFESORA DE DERECHO MIGRATORIO EUROPEO DE LA UNIVERSIDAD RADBOUD (PAÍSES BAJOS) Y ABOGADA DEL BUFETE KINGSLEY NAPLEY (LONDRES).
C
UÁL ES LA NATURALEZA DE LA SO-
beranía? La pregunta puede responderse de muchas maneras. Los juristas internacionales tienden a adoptar un enfoque institucional: un territorio es un Estado soberano cuando es reconocido como tal por la comunidad internacional. Otros adoptan enfoques sustancialmente diferentes, por ejemplo, un enfoque sociológico: ¿ha tenido éxito alguna autoridad en la reivindicación del monopolio sobre el uso legítimo de la violencia? Esta definición, cuyo primer desarrollo se debe a Max Weber, el padre de la sociología moderna, proporciona un útil punto de partida para la discusión de la soberanía en la Unión Europea abordada en estas páginas. La pretensión al monopolio sobre el uso legítimo de la violencia tiene lugar, según Weber, dentro de un territorio definido, con respecto a una población específica, y es el cometido de una burocracia. Esos elementos definen el Estado; y, con la creación con éxito de un Estado, viene la soberanía. Los estados controlan la definición de quiénes son sus ciudadanos; es decir, las personas con derecho a vivir en el territorio. También controlan la definición de sus fronteras: la negociación de mapas y las disputas fronterizas constituyen manifestaciones de la soberanía y también desafíos a ella. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando, como ahora en Europa, los estados renuncian al derecho a reservar sólo a sus ciudadanos el acceso a la ciudadanía? ¿Qué ocurre cuando las fronteras se convierten en simbólicas de resultas de un acuerdo estatal para no controlarlas en relación con la circulación de mercancías, personas, servicios o capitales con la mayoría de sus vecinos o porque se acepta llevar a cabo el control siguiendo instrucciones de otros? En la actualidad existe en la Unión Europea un gran debate sobre el significado de la soberanía y sobre el lugar en que reside. Si bien se
84 VANGUARDIA | DOSSIER
acepta que sólo los estados soberanos pueden convertirse en estados miembros de la Unión Europea, no está tan claro lo que sucede con esa soberanía tras la adhesión. ¿Sigue inalterada o queda transformada tras ella? Por supuesto, los estados se integran en la Unión Europea porque desean hacerlo, y muchos sólo lo hacen si su población ha indicado su deseo en ese sentido. Sin embargo, al entrar en la Unión Europea, los estados miembros se comprometen a acatar las reglas, aun cuando éstas sean incómodas. Por ejemplo, en el caso de los derechos de pesca; o cuando el Tribunal de Justicia Europeo falla que no se puede iniciar un proceso penal en un importante caso de aceite adulterado porque otros estados miembros ya han tratado el asunto. No obstante, la Unión Europea sigue gozando de una elevada popularidad, no sólo entre los ciudadanos de los estados miembros –a pesar incluso de los gruñones electores franceses y holandeses que dieron un portazo a la Constitución europea–, sino –sobre todo– entre los ciudadanos de los estados que aspiran al ingreso. Bulgaria y Rumanía se adherirán el 1 de enero de 2007, y búlgaros y rumanos arden en deseos de ser ciudadanos de la Unión. Croacia y Turquía son estados aspirantes que desean adherirse a ella. Ucrania y los Balcanes occidentales tienen muchas ganas de alcanzar la categoría de estados candidatos. A todas luces, las quejas expresadas de vez en cuando por ciertos ministros comunitarios acerca de la pérdida de soberanía no son compartidas de modo muy general en la Unión Europea o en la región. Sin embargo, ¿qué significa la pérdida de soberanía? Deseo analizar aquí la soberanía en la Unión Europea desde la perspectiva de las prácticas más que desde la teoría. ¿Cómo se hace operativa la soberanía en los estados miembros de la Unión Europea? ¿Ha habido un cambio en las prácticas al modificarse la importancia de las fronteras y no estar centrado ya en la ciudadanía el derecho de control de la población? Desde es-
El ingreso en la Unión Europea compromete al acatamiento de una serie de reglas, algunas de ellas incómodas como la aceptación de un concepto distinto de la soberanía
tas dos perspectivas, me gustaría examinar la cambiante naturaleza de la soberanía y el lugar en que se inserta en las prácticas de los estados miembros. En primer lugar, la frontera: ¿qué sucede con las fronteras de la soberanía de los estados miembros? Si bien en cualquier mapa de Europa vemos con claridad las líneas que dividen los estados soberanos de sus vecinos y no vemos ninguna línea que indique la frontera de la Unión Europea –por más que un creciente número de mapas muestren de un mismo color el territorio de los estados miembros–, desde la eliminación de los controles fronterizos internos sobre la circulación de las personas el 25 de marzo de 1995 las fronteras entre los estados miembros han dejado de ser las estrictas fronteras de la soberanía bajo estrecho control y supervisión estatal. Por supuesto, el experimento de 1995 se llevó a cabo entre un número limitado de estados miembros, y fuera de la legislación europea –bajo la forma del convenio de aplicación del acuerdo de Schengen–; no obstante, constituye un cambio fundamental de la práctica y el pensamiento fronterizos. El experimento se incluyó en la legislación de la Unión Europea en 1999 y las fronteras sin controles se extendieron a 13 de los 25 estados miembros. Los diez estados miembros posteriores a 2004 se han comprometido a unirse a la zona sin control fronterizo en cuanto sea posible. En un principio la idea era que lo hicieran en 2007, pero hay indicios de que aún no están operativas las disposiciones técnicas del nuevo sistema de información de Schengen. La presión para eliminar los controles fronterizos sobre la circulación de los ciudadanos de los estados miembros posteriores a 2004 parte de esos mismos estados. Son ellos los más deseosos de abandonar la soberanía expresada en el derecho de llevar a cabo las comprobaciones fronterizas de las personas. Los estados miembros anteriores a 2004 que están fuera del sistema son el Reino Unido e Irlanda. Irlanda ya ha indicado su voluntad de unirse a la zona sin control fronterizo, pero ha decidido no hacerlo puesto que com-
parte con Londres una zona sin fronteras que peligraría de entrar en una zona más grande sin el Reino Unido. El Reino Unido constituye un caso más interesante, puesto que representa un tipo de pensamiento que se considera cada vez más desfasado y anticuado. Hay en el Reino Unido una serie de actores políticos ferozmente opuestos a la abolición de los controles fronterizos con el resto de la Unión Europea, puesto que consideran que tales controles son un elemento central de la soberanía nacional. La perspectiva de este grupo de actores es que el control fronterizo constituye el corazón de la soberanía. Según ellos, un Estado pierde una parte muy importante de la soberanía en el momento en que deja de controlar quién entra y sale de su territorio. Este control, según ellos, no puede ser compartido con otros estados. Constituye un elemento esencial de la soberanía. A cualquiera que viaje con regularidad por la Europa continental este punto de vista le resulta algo pintoresco. La idea de que la presentación o no de un pasaporte en un punto específico determinado en relación con cierta idea histórica sea un elemento constitutivo de la soberanía no se corresponde con la actual realidad continental. Viajar en tren por una Europa sin controles fronterizos no sorprende a nadie en tanto que prueba de la pérdida de soberanía de los estados que se recorren. El paisaje parece el mismo, pero las personas siguen hablando lenguas muy diferentes y miran en diferentes direcciones en busca de sus centros políticos. Hay, de todos modos, otra frontera en la Unión Europea: la frontera exterior. Dicha frontera es un lugar muy diverso respecto al cual las prácticas de control varían muchísimo. El turista que sube a un avión en México con la intención de visitar Madrid durante un fin de semana se encuentra la frontera de la Unión Europea en forma de un control de entrada a su llegada a España. Por supuesto, su pasaporte habrá sido comprobado por la línea aérea antes de la partida, probablemente más de una vez, pero la comprobación oficial tiene lugar cuando llega a la Unión
Europea. En el caso de que ese turista decida visitar también Portugal o Alemania, disfrutará entonces de la zona sin control fronterizo de la Unión Europea. Las cosas son muy diferentes en el caso de una persona procedente de Malí que desea entrar en las islas Canarias. Ahí la frontera es muy estricta: no sólo necesita un pasaporte, sino también un visado. Las oportunidades de conseguir un visado son bastante limitadas: sólo se emite en el consulado español en Bamako. Si la persona lo intenta de todos modos y pretende llegar a las Canarias en un cayuco, lo más probable es que se encuentre con una frontera muy estricta. No sólo está controlada por las autoridades españolas, sino que también está presente la Agencia de Fronteras de la Unión Europea (Frontex), que opera en aguas internacionales para, según su director, intentar persuadir a las personas de que no continúen con su viaje a las Canarias y regresen a la costa africana.
E
N TALES PRÁCTICAS, HAY UNOS CUANTOS
elementos sorprendentes. Ante todo, ¿quién es el responsable del control fronterizo? En ambos casos, parecen ser las autoridades españolas. Sin embargo, en el caso del mexicano, las autoridades españolas también están ejerciendo el derecho soberano de admisión al territorio de un extranjero no sólo a España, sino también a Portugal, Alemania y los demás países. Y esos países hacen lo mismo con España. ¿Cabe considerar todo esto como un ejercicio de la soberanía nacional o como algo diferente y más ambiguo? En el segundo caso, por lo que hace al maliense que se embarca en un cayuco hacia las Canarias, de nuevo están en primera instancia las autoridades españolas, pero también puede estar Frontex, no ejerciendo poderes fronterizos, sino haciendo algo diferente: intentar disuadir a las personas para que no lleguen a la frontera de la soberanía. Está por ver durante cuánto tiempo seguirá teniendo Frontex un simple papel disuasorio. Además, lo que le suceda a la persona, sea mexicana o maliense, cuando llegue a la frontera, ya no está deterVANGUARDIA | DOSSIER
85
5/12/06
19:34
Página 86
LA UNIÓN EUROPEA Y LOS LÍMITES DE SOBER ANÍA
DINAMARCA 7,2%
Los extranjeros en Europa
SUECIA 12,4%
LUXEMBURGO 37,4%
Impacto en %
0-5%
LETONIA 19,5% IRLANDA 14,1%
LITUANIA 4,8% ALEMANIA 12,3%
PORTUGAL 7,3%
REPÚBLICA CHECA 4,4% ESLOVAQUIA 2,3%
E U R O P A FRANCIA 10,7%
HUNGRÍA 3,1%
RUMANÍA 0,6%
BULGARIA 1,3%
ESPAÑA 8,7%
minado por la legislación española, sino por la europea: el reglamento 562/2006, el código de fronteras europeo que entró en vigor el 13 de octubre de 2006. A partir de esa fecha, cualquier decisión relativa a la admisión o el rechazo de una persona debe hacerse de acuerdo con dicho reglamento, que incluye en relación con el rechazo del permiso de entrada la expedición de un documento detallando las razones por las que se niega a la persona el derecho de admisión. La persona debe recibir también información sobre su derecho a apelar contra el rechazo a su entrada. Cabe preguntarse si a todos los malienses que han llegado a las Canarias desde el 13 de octubre de 2006 y que han visto rechazada su entrada de acuerdo con la vinculante legislación de la Unión Europea se les ha entregado una comunicación escrita de la negativa con vistas a la posibilidad de recurrir a esa decisión. Ya se trate de una frontera comunitaria interna o externa, lo que sucede 86 VANGUARDIA | DOSSIER
POLONIA 1,8%
TURQUÍA 1,8% SUIZA 22,9%
ITALIA 4,3%
AUSTRIA 15,1%
MALTA 2,7%
ESLOVENIA 8,5%
en ella en relación con la circulación de las personas es cada vez menos una cuestión de soberanía nacional. O bien el control fronterizo ya no existe, como ocurre con la frontera interna, o bien las prácticas de controles fronterizos han sido colonizadas por Europa –o están en proceso de serlo–, puesto que el modo en que tiene lugar el control está determinado por la legislación comunitaria y no por la nacional. Además, un organismo europeo se encuentra involucrado en un espacio situado entre las soberanías de diferentes estados –literalmente, en el caso de las islas Canarias en aguas internacionales– intentando incidir sobre la decisión de las personas acerca de llegar o no a la frontera europea. En segundo lugar, el ciudadano: la
GRECIA 8,8%
CHIPRE 13,9%
soberanía se ha imaginado como un vínculo inextricable entre el ciudadano y el concepto de ciudadanía. ¿Cómo conecta la Unión Europea con nuestras ideas de ciudadanía y cuáles son las consecuencias de esa intersección para la soberanía? Fue el Gobierno español el que hizo campaña en favor de la creación de la ciudadanía europea, que se incluyó en el tratado de la Comunidad Europea en 1993. Todos los ciudadanos de los estados miembros son ciudadanos de la Unión. Esta creación de una ciudadanía supraestatal fue polémica. El primer referéndum danés de 1992 rechazó el tratado que creaba la ciudadanía de la Unión. Sólo el compromiso que reforzó la existencia continuada de la ciudadanía nacional convenció a los votantes daneses para que
tercera
2005
Cifras en números absolutos
28.915
turcos
balcánicos (2)
italianos
3.300.000 personas
6.471.000
42.580
portugueses
marroquíes
argelinos
5.000.000 a 6.000.000
60.354.000
5.408.000
30.840
indios
irlandeses
pakistaníes
ITALIA *
58.772.000
2.519.000
9.345
albaneses
marroquíes
rumanos
1.000.000 (5)
ESPAÑA *
44.395.000
3.884.573(4)
5.505
rumanos
700.000 a 1.500.000 (6)
POLONIA
38.148.000
703.000
5.240
PAÍSES BAJOS *
16.338.000
1.638.000
12.345
GRECIA *
11.112.000
974.000
9.050
PORTUGAL *
10.579.000
764.000
BÉLGICA *
10.494.000
719.000
REP. CHECA
10.251.000
453.000
HUNGRÍA
10.076.000
316.000
SUECIA *
9.040.000
1.117.000
17.575
350.000
AUSTRIA *
8.270.000
1.234.000
22.460
345.000
DINAMARCA *
5.428.000
388.000
210.000
ESLOVAQUIA
5.390.000
124.000
300 a 3.000
FINLANDIA *
5.255.000
156.000
IRLANDA
4.193.000
585.000
LITUANIA
3.401.000
165.000
2.700
LETONIA
2.294.000
449.000
400
ESLOVENIA
2.004.000
167.000
47.500
ESTONIA
1.343.000
202.000
CHIPRE(3)
773.000
116.000
LUXEMBURGO *
458.000
177.000
9.000
MALTA
406.000
11.000
3.000
TURQUÍA
70.400.000
1.328.000
RUMANÍA
22.300.000
133.000
BULGARIA
7.385.000
104.000
NORUEGA *
4.645.000
334.000
SUIZA *
7.460.000
1.660.000
294.000
23.000
REINO UNIDO
+25%
segunda
60.892.000
10-15%
20-25%
ESTONIA 15,2%
primera
FRANCIA *
5-10%
ALEMANIA *
15-20% REINO UNIDO 9,1%
Peticiones
Extranjeros de asilo en
LA COMUNIDAD MUSULMANA
82.456.000 0 10.144.000
2 5
FINLANDIA 3%
Porcentaje de extranjeros sobre el total de la población
Curiosamente, en algunos países de la UE los ciudadanos de la Unión gozan de derechos más amplios que los propios naturales del país de acogida
Población (1)
-
IMPACTO DEMOGRÁFICO DE LA POBLACIÓN INMIGRANTE
NORUEGA 7,4%
PAÍSES BAJOS 10,1%
PRINCIPALES COMUNIDADES
Cifras en números absolutos
E U R O P E A
BÉLGICA 6,9%
ISLANDIA 7,3%
U N I Ó N
084 Guild
ISLANDIA *
marroquíes
ecuatorianos
1.600.000
5.500 turcos
surinameses marroquíes
950.000 98.000 a 140.000 35.000
12.575
* ESPACIO SCHENGEN: Acuerdo
italianos
franceses
holandeses
400.000
firmado en 1985 para la supresión del control fronterizo, facilitando la libre circulación de personas, mercancías y servicios. Países miembros: UE15 (excepto el Reino Unido e Irlanda), Suiza (2005), Noruega (1996) e Islandia (1956)
10.000 s.d.
20.000
4.305
ingleses
nigerianos
alemanes
20.000
6.000
7.715
5.400
aceptaran el acuerdo cuando se les pidió votarlo por segunda vez. Frente a eso, el control sobre la adquisición de la ciudadanía de la Unión descansa en los estados miembros, que son los únicos que deciden de acuerdo con sus leyes de nacionalidad quién se convierte en ciudadano y quién no. De todos modos, la mayor creación de nuevos ciudadanos europeos no se ha producido mediante este sistema, sino mediante la ampliación de la Unión. En 2004, cuando diez estados se adhirieron a la UE, el número de ciudadanos comunitarios sumó en un día 71,4 millones más. Los ciudadanos comunitarios tie-
248.000
nen derecho a desplazarse y residir en cualquier lugar de la Unión y participar en las actividades económicas de cualquier tipo permitidas a los ciudadanos nacionales del Estado. Existe una moratoria temporal de 2004 sobre los trabajadores de ocho de los diez estados que no se aplica en el Reino Unido o España. La entrada de Bulgaria y Rumanía el 1 de enero de 2007 creará más ciudadanos de la Unión y sobre ellos se aplicará una moratoria en España y el Reino Unido, aunque la República Checa, Estonia, Finlandia, Lituania, Polonia y casi con seguridad Suecia les concederán de forma inmediata la carta de trabajo. Los ciudadanos de la Unión tienen derecho a recibir el mismo trato que los ciudadanos nacionales cuando se desplazan a otro Estado miembro. Sin embargo, también gozan de derechos importantes: los derechos a la reunifica-
(1) Estimaciones enero 2006 (2) Serbios, bosnios, croatas, eslovenos y macedonios en especial (3) Zona griega (4) Datos Avance Padrón 2006 (5) Sobre 2.900.000 inmigrantes legalizados (6) Más de 1 millón según la Comunidad Islámica en España Migration Information Source (MIS) Feature Story (junio 2006); OCDE Database; UN Migration Database, 2005 Departamento de Estado de EE.UU. Internacional Religious Freedom Report 2006. Book of the Year 2006. Enciclopedia Británica
FUENTES:
ción familiar, por ejemplo, que son a veces más amplios que los concedidos a los nacionales del Estado anfitrión. Así, por ejemplo, un ciudadano español residente en el Reino Unido tiene un derecho de reunificación familiar más amplio y fuerte en relación con sus familiares extranjeros que un ciudadano británico residente en el Reino Unido, porque la ley británica de reunificación familiar es más restrictiva que la legislación de la Unión Europea. Para la teoría de la ciudadanía, resulta difícil de imaginar que los ciudadanos extranjeros no sólo accedan a todos los beneficios de la ciudadanía, sino que también gocen de más derechos que los propios ciudadanos nacionales. Sin embargo, ésa es la situación en la Unión. Los estados miembros han cedido su derecho de soberanía a retener los privilegios de entrada, residencia y VANGUARDIA | DOSSIER
87
LA UNIÓN EUROPEA Y LOS LÍMITES DE SOBER ANÍA
trabajo para sus propios nacionales y a controlar y limitar sobre una base individual la llegada, entrada, residencia y actividad económica de los extranjeros.
Q
UÉ NOS DICE ESTO DE LA NATURALEZA DE LA SO-
beranía en los estados miembros? Sin lugar a dudas, indica que el control sobre las personas con derecho a entrar y residir en el territorio o llevar a cabo actividades económicas ya no es una cuestión de la soberanía nacional. Si los ciudadanos de la Unión desearan ir todos a vivir y trabajar un mismo Estado miembro tendrían el derecho de hacerlo. Eso, por supuesto, no ocurre. A pesar de que, según el organismo estadístico europeo, Eurostat, el PIB por habitante varía a lo largo de la Unión Europea según una proporción de 1 a 5 y de que los salarios mínimos varían según una proporción de 1 a 11, sólo el 5,5 por ciento de la población total de la Unión está formada por ciudadanos no nacionales del Estado en el que viven. Además, en ese 5,5 por ciento, la mayoría son ciudadanos de estados no pertenecientes a la Unión Europea. De modo que el movimiento de las personas no parece estar determinado por las diferencias en los niveles de vida o los cambios económicos, ni siquiera allí donde las diferencias se acompañan del derecho de la ciudadanía de viajar desde un Estado con un PIB y unos salarios inferiores hasta otro con un PIB y unos salarios superiores. Si bien el porcentaje de no nacionales que viven en España ha cambiado del 1 por ciento de 1990 al 6,6 por ciento de 2004, ese porcentaje empequeñece con la situación de Luxemburgo, donde el porcentaje de residentes no nacionales ha pasado del 28,7 por ciento de 1990 al 38,6 por ciento de 2004. ¿Qué ocurre entonces con las prácticas de la soberanía en la Unión Europea? A todas luces, ya no se producen en los lugares donde tradicionalmente las hemos buscado: la frontera, la definición del derecho de entrada y residencia en el territorio. De hecho, nuestra interpretación del significado del territorio en el contexto de la soberanía ha sufrido un cambio sustancial pero sutil y se ha alejado de una conceptualización de continente y contenidos en dirección a algo más parecido a una red de relaciones que trascienden las fronteras nacionales y abarcan a las personas según modos no necesariamente orientados a la ciudadanía. Hay dos aspectos en donde podemos ver un resurgimiento de la retención de la soberanía en los estados miembros: la asignación de benefi88 VANGUARDIA | DOSSIER
cios sociales y la política exterior y de seguridad. El punto común de ambos es la relación con los ciudadanos “de verdad” más que con el ciudadano de la Unión que puede tener derecho a un mismo trato pero que es percibido como perteneciente a otro Estado miembro, que debe responsabilizarse de él. La defensa es y sigue siendo una cuestión sensible en la que los estados se apropian fuertemente de la soberanía. No me extenderé sobre la cuestión. En lo que hace a los beneficios sociales, se ha producido un creciente número de casos presentados por ciudadanos de la Unión ante el Tribunal de Justicia Europeo en relación con peticiones de acceso a beneficios sociales en estados que no son los de su nacionalidad. Los beneficios sociales se presentan a menudo como fruto de las contribuciones de los miembros de una comunidad al Estado con el fin de que éste proporcione seguridad económica al conjunto. Algunos incluso sostienen que semejante solidaridad social sólo puede sobrevivir en comunidades homogéneas donde las personas perciben un vínculo de unión real con los vecinos de manera que acabe surgiendo un sentimiento de responsabilidad social. Cabe dudar de que sea posible semejante análisis a la luz de la experiencia de muchos estados de la Unión Europea con poblaciones diversas y minorías muy diferentes, pero capaces de mantener y extender sistemas de seguridad social. Los intentos por parte de algunos estados miembros de excluir a ciudadanos comunitarios de los beneficios sociales del Estado anfitrión indica una retención de la soberanía en la atención de los ciudadanos “de verdad” en tanto que opuestos a los ciudadanos de la Unión. Parece haber una percepción de que la relación del Estado miembro con sus propios ciudadanos nacionales queda fortalecida por la asignación por parte del Estado de beneficios sociales a ellos con exclusión de los otros, que no son objeto del acto de soberanía. Queda por ver si ese intento de excluir a los ciudadanos comunitarios de los beneficios sociales constituirá o no una característica a largo plazo de la Unión Europea. Sin lugar a dudas, las decisiones del Tribunal de Justicia Europeo en este ámbito indican un punto de vista bastante sólido acerca del igual trato de todos los ciudadanos de la Unión a la hora de ejercer los derechos recogidos en la legislación comunitaria. La definición de la pertenencia y la exclusión mediante la asignación de bienes sociales en el seno de una comunidad es ahora un ámbito de las reivindicaciones de la soberanía entre los estados miembros de la Unión Europea.
Las vicisitudes de las políticas de integración holandesas Rinus Penninx ANTROPÓLOGO. DIRECTOR DEL INSTITUTO DE MIGRACIÓN Y ESTUDIOS ÉTNICOS DE LA UNIVERSIDAD DE AMSTERDAM
L
as políticas holandesas de integración, así como su formulación, han mostrado notables cambios y desplazamientos en sus 25 años de existencia. La política de minorías étnicas empezó –en gran medida como en Suecia– como una política del Estado de bienestar para estimular la igualdad y la equidad de los grupos sociales vulnerables durante la década de 1980. Se desarrolló en un contexto político relativamente despolitizado y quedó establecida en una serie de documentos gubernamentales (Ministerie, 1980, 1981, 1983). En la fase de aplicación, condujo a una importante actividad política en muchos ámbitos durante la década de 1980.
Hacia el final del decenio, el discurso público y político empezó a considerar de forma crítica la política de minorías étnicas. Se consideró que había “fracasado en los importantes terrenos del trabajo y la educación” y se criticó su carácter colectivo –los grupos objetivos y su emancipación–, así como el “énfasis excesivo en los aspectos culturales”. Ello condujo a nuevas políticas de integración más “republicanistas” –o ciudadanistas– en la década de 1990. El nuevo documento político (Contourennota, Ministerie, 1994) hizo hincapié en el individuo sobre el grupo, acentuó los aspectos socioeconómicos de la integración sobre los culturales-religiosos y subrayó más que antes las responsabilidades ciudadanas de los individuos en los procesos de integración. Todo ello llevó a nuevas orientaciones de la aplicación de la política durante la década de 1990; entre otras cosas, a una política nacional de cursos introductorios a la sociedad neerlandesa para los recién llegados por un lado y, por otro, a políticas basadas en el territorio –políticas urbanas. El inicio del nuevo siglo preparó un nuevo
cambio en la orientación política, inserida ya en ese momento en una politización plena de los temas de la inmigración y la integración. Se hizo dominante la percepción de que los procesos y las políticas de integración habían fracasado de modo fundamental y de que se encontraba en peligro la cohesión social de la sociedad neerlandesa. Ese marco de los temas se explotó con éxito en la campaña de las elecciones nacionales de 2002, lo cual reforzó la politización de las cuestiones. Una carta del Ministerio de Asuntos de Extranjeros e Integración formuló una nueva política llamada Política de Integración Nuevo Estilo (TK 2003-2004, 29203, n. 1). El diagnóstico de ese documento era que la política de integración de la década de 1990 ya no encajaba con los avances de la sociedad. Que no ofrecía suficientes respuestas a la continuada inmigración. Y que una parte demasiado grande de las minorías étnicas se encontraba ya a una distancia demasiado grande de la sociedad neerlandesa y sin suficientes incentivos para la participación social (Ministerie, 2004a, 6). Desde entonces han surgido una serie de propuestas y medidas que han disminuido de modo significativo las cifras de la inmigración –los Países Bajos tienen un balance migratorio neto negativo desde 2003– y que han establecido formas obligatorias de integración para los recién llegados y los ya residentes consideradas como neoasimilacionistas por los observadores. ¿Cómo pudo llevarse a cabo semejante cambio? En el siguiente apartado analizaré con más detalle lo implicado por cambios y desplazamientos, por qué han tenido lugar y qué agentes se han visto involucrados en ellos. Dado que dichos procesos de cambio son graduales, utilizaré los períodos por decenios. Como he indicado más arriba, los documentos políticos que plasman semejantes cambios surgen un poco más tarde: 1983 para la política minorías étnicas (Ministerie, 1983); 1994 para la política de integración (Ministerie, 1994), y 2003 para la política de integración Nuevo Estilo. VANGUARDIA | DOSSIER
89
089 Pennix
5/12/06
13:34
Página 90
L AS VICISITUDES DE L AS POLÍTIC AS DE INTEGR ACIÓN HOL ANDESAS
Las políticas de la década de 1970 y antes Durante el período de la posguerra, los Países Bajos no se consideraron a sí mismos como un país de inmigración. Se suponía que quienes estaban en el país, como los “trabajadores invitados”, regresarían a su tierra de origen. En consecuencia, las medidas ad hoc orientadas a su acomodo fueron la norma, y los servicios de recepción fueron escasos y se orientaron a corto plazo (Penninx, 1996). La única excepción a esa regla fue la política de asimilación para los repatriados de las antiguas Indias Orientales Holandesas. Por consiguiente, los dos principales objetivos políticos fueron la remigración y el acomodo de los “trabajadores invitados” en la sociedad neerlandesa mientras permanecieran en el país. Así, el mantenimiento de identidad de los inmigrantes se consideró importante, pero como parte del esquema mental de unos emigrantes que iban a regresar a su país. En la década de 1970, se desarrolló –sobre todo, en el seno del Ministerio de Cultura, Esparcimiento y Trabajo Social (CRM)– una política asistencial para responder a las necesidades de algunos grupos vulnerables, como los “trabajadores invitados”, los solicitantes de asilo, los inmigrantes procedentes de Surinam y las Antillas Holandesas, los molucanos y “viajeros” (woonwagenbewoners). Dentro de esta política se alentó, y subvencionó, a muchas instituciones privadas para que proporcionaran servicios asistenciales a cada uno de esos grupos por separado (Molleman, 2004; Comisión Blok, 2004; Penninx, 1979). Además, se suponía que muchos servicios para los “trabajadores invitados” tenían que ser ofrecidos por las compañías que los empleaban. Con el tiempo, la reunificación familiar y la concentración de “trabajadores invitados” en zonas urbanas específicas llevó a la implicación de las autoridades locales. Los municipios tomaron a menudo sus propias iniciativas en los ámbitos de la vivienda, la enseñanza, los servicios sanitarios y asistenciales, y presionaron a las autoridades nacionales para que las reconocieran y fi90 VANGUARDIA | DOSSIER
nanciaran. El caso es que, contra todos los pronósticos, los “trabajadores invitados” no volvieron a sus países de origen con el final de las contrataciones y la crisis económica que se produjo a finales de la década de 1970. Por el contrario, las comunidades de inmigrantes, sobre todo del norte de África y Turquía, crecieron de modo significativo por razones familiares y de asilo. El crecimiento del desempleo y la llegada de las familias introdujeron en la agenda política exigencias de medidas específicas. El diseño administrativo de las políticas descritas más arriba resultaba problemático. Participaban diferentes ministerios y los grupos objetivos eran diferentes, como también los ámbitos políticos. Por ejemplo, el Ministerio de Asuntos Sociales y Empleo, responsable del mercado laboral y los permisos de trabajo, tendía a seguir con la idea de la temporalidad de la inmigración. El Ministerio de Cultura, Esparcimiento y Trabajo Social, responsable de la asistencia en general, se enfrentaba directamente a las crecientes tensiones y pedía un cambio. Por ello, surgieron dificultades entre ministerios para coordinar las medidas e incluso se dio cierta rivalidad (Hoppe, 1987; Comisión Blok, 2004; Penninx, 1979; Scholten y Timmermans, 2004). Fue también durante la década de 1970 cuando empezaron a participar los científicos. Uno de los primeros fue Entzinger (1975), que llamó la atención sobre la distancia existente entre el permanente asentamiento de facto de los inmigrantes y el punto de vista de los encargados de formular políticas centrados en la temporalidad de la inmigración. Entzinger hizo hincapié en el riesgo que suponía no reconocer el problema. En 1976, el Ministerio de Cultura, Esparcimiento y Trabajo Social creó el Comité Asesor para la Investigación sobre Minorías (ACOM), que reunió a investigadores académicos de ese ámbito en un marco político. Se produjo, pues, una combinación de presiones en favor del cambio político por parte de la opinión pública y los medios de comunicación –sobre todo, debido al secuestro de trenes por grupos
de jóvenes molucanos–, las autoridades locales, los investigadores académicos y los funcionarios. El informe Minorías étnicas del Consejo Científico para la Política de Gobierno (1979) actuó como catalizador: pidió el reconocimiento pleno de que una serie de grupos inmigrantes se habían instalado de forma permanente en los Países Bajos y el inicio de una política activa orientada a la integración de lo que llamaba “minorías étnicas” en la sociedad. En una primera reacción al informe (Ministerie, 1980), el Gobierno aceptó el consejo, decidió desarrollar una política de minorías étnicas y crear una fuerte estructura coordinadora de semejante política en el seno del Ministerio de Asuntos Interiores. La nueva orientación de las políticas obtuvo un pleno apoyo parlamentario, simbolizado en el hecho de que la coalición gubernamental de democristianos y liberales nombró a un político de la oposición laborista (Henk Molleman) como director del departamento de coordinación dentro del Ministerio del Interior.
L AS VICISITUIDES DE L AS POLÍTIC AS DE INTEGR ACIÓN HOL ANDESAS
2. SE DIRIGÍA A GRUPOS ESPECÍFICOS CONSI-
derados en peligro de convertirse en minorías diferenciadas por la combinación de su baja situación socioeconómica y el hecho de ser percibidos como diferentes en términos culturales por los sectores mayoritarios de la sociedad: “trabajadores invitados”, molucanos, surinameses y antillanos, refugiados, gitanos y “viajeros”. Una presuposición importante era que el desarrollo de la identidad –grupal– estimularía la emancipación del grupo dentro de la comunidad y tendría una influencia positiva sobre la integración en el seno de la sociedad en general. 3. LA POLÍTICA DE MINORÍAS ÉTNICAS DEBÍA
1. LA POLÍTICA PRETENDÍA ALCANZAR LA
abarcar todos los ministerios y ámbitos relevantes, y estar bien arraigada en la organización gubernamental. En consecuencia, se creó un departamento para la coordinación de las minorías (DCIM), dentro de la dirección general de “políticas interiores” y no de la de “seguridad y orden” (Molleman, 2004). La idea subyacente al hecho de colocar la unidad coordinadora dentro del Ministerio de Asuntos Interiores era que se trataba de una política para ciudadanos nuevos y que, por lo tanto, a cargo de ella debía estar el ministerio responsable de las ciudades y provincias. La década de 1980 supuso el apogeo de la política de minorías étnicas. Al margen de la evaluación de los resultados, el abanico de iniciativas políticas resulta impresionante en comparación con otros países europeos en ese mismo período. En el ámbito político-legal, por ejemplo, se examinó toda la legislación neerlandesa en busca de elementos discriminatorios en razón de la nacionalidad, la raza y la religión (Beune y Hessels, 1983) y se realizaron muchos cambios. Se reforzó la legislación antidiscriminatoria y se creó una estructura para los informes y las consultas relacionados con la discriminación.
igualdad de las minorías étnicas en el ámbito socioeconómico, la inclusión y la participación en el ámbito político y la equidad en el ámbito de la cultura y la religión en el marco de condiciones constitucionales.
1 En 1985, se creó un Órgano Nacional Asesor y Consultivo (LAO), donde estaban representadas las más importantes organizaciones de las minorías. El LAO debía asesorar al Gobierno sobre las cuestiones relativas a la integración de los inmigrantes y ser con-
La política de minorías en la década de 1980 La justificación básica de la política de minorías étnicas era que algunos grupos específicos de la sociedad neerlandesa que combinaban un bajo nivel socioeconómico con el hecho de ser percibidos étnica o culturalmente diferentes corrían el riesgo de convertirse en grupos marginados de forma permanente. Así, los grupos de inmigrantes de bajo nivel económico –no todos– se convirtieron en grupos objetivos de esa política, al igual que algunos grupos autóctonos, como los “viajeros” y los gitanos muy arraigados. Los principios más importantes de la nueva política de minorías étnicas pueden resumirse en tres puntos:
En el ámbito socioeconómico, fueron claves tres temas: mercado laboral/desempleo, educación y vivienda. En el marco de la política de minorías étnicas se tomaron diversas medidas para combatir el elevado desempleo, incluidas una ley inspirada en la ley canadiense de Equidad en el Empleo y también la discriminación positiva para funcionarios locales y nacionales en el período 1986-1993. No obstante, el efecto de tales medidas fue débil. Las medidas en el ámbito de la educación supusieron desde el principio una parte importante de la política de minorías étnicas. En realidad, la mayor parte –con creces– de los recursos financieros específicos de la política de minorías étnicas se gastó en ese ámbito, sobre todo en medidas para combatir el atraso de los hijos de inmigrantes en el sistema escolar general. Ello se realizó mediante un sistema de puntos en el que las escuelas recibían mucho más dinero por los niños de origen inmigrante que por los alumnos autóctonos de clase media. Los hijos de inmigrantes y mi-
norías representaban 1,9 puntos, mientras que los niños autóctonos con un origen socioeconómico bajo suponían 1,25 y lo habitual era un 1. Además de esa ayuda financiera general a las escuelas, una parte relativamente pequeña se dedicaba también a medidas específicas, como la educación en la lengua y cultura de los inmigrantes. En el ámbito de la vivienda, se introdujo en 1981 un cambio fundamental para permitir el pleno acceso a las viviendas sociales a los extranjeros con residencia legal, un acceso que les había sido vedado hasta entonces. Teniendo en cuenta que las viviendas sociales forman una parte importante del parque de viviendas de las grandes ciudades de los Países Bajos, esa medida tuvo efectos muy positivos para la posición de los inmigrantes extranjeros. En el ámbito de la cultura, la lengua y la religión, la política de minorías étnicas puede calificarse de “multicultural” ante litteram.2 En la filosofía de esa política, el desarrollo de la cultura de los emigrantes se dejó en principio a los grupos y sus organizaciones, y sus límites fueron los establecidos por la aceptación de las leyes generales de los Países Bajos. El papel del Gobierno se definió como el de facilitar, es decir, crear oportunidades para las minorías, como los programas especiales en las lenguas de los inmigrantes en los medios de comunicación. En cuanto a la religión, las “nuevas religiones” pudieron reclamar legalmente prestaciones, como escuelas confesionales e instalaciones para la emisión de programas en las mismas condiciones que las religiones establecidas. El resultado fue una rápida institucionalización del islam (Rath et al., 2001). A finales de la década de 1980 creció el descontento en relación con la política de minorías étnicas, pero no fue hasta principios de la década de 1990 cuando se convirtió en objeto de in-
sultado en el contexto de temas administrativos relacionados con la política de integración. En 1997, el LAO fue sustituido por el Órgano Nacional de Consulta para las Minorías (LOM), una institución con un mandato más débil.
2 En los documentos políticos de 1981 y 1983 no se utilizó el término multiculturalismo. El calificativo multiculturalista aplicado a las políticas de minorías étnicas se introdujo más tarde, sobre todo por parte de sus detractores.
Además, en 1985 se introdujo el derecho de voto activo y pasivo para los residentes extranjeros. En 1986 se modificó la ley de la nacionalidad neerlandesa para que incluyera más elementos del ius soli, facilitando en gran medida a los inmigrantes extranjeros y a sus hijos el trámite de convertirse en ciudadanos neerlandeses. Un tiempo después se crearía una estructura consultiva para los grupos objetivos de la política de minorías étnicas que los dotaría a todos ellos de una voz en las cuestiones relacionadas con su posición en la sociedad.1 Las subvenciones a las organizaciones de las minorías étnicas, en el plano local y nacional, y el intento de comprometerlas en los esfuerzos de integración se convirtieron en un aspecto estratégico importante de la aplicación de esa política.
VANGUARDIA | DOSSIER
91
089 Pennix
5/12/06
13:34
Página 92
L AS VICISITUDES DE L AS POLÍTIC AS DE INTEGR ACIÓN HOL ANDESAS
La política no cambió de forma inmediata como consecuencia de esa críticas, pero las semillas para una concepción diferente quedaron sembradas y crecerían más tarde. Un primer cambio claro en el foco político se vio en un nuevo documento político, la Contourennota de 1994 (Ministerie, 1994). En dicho documento, se adoptó una “política de integración” renovada con un carácter más “republicanista” o ciudadanista, centrado en la “buena ciudadanía” y la “responsabilidad individual”
como conceptos rectores. El razonamiento era que la ciudadanía comporta no sólo derechos sino también deberes, y que cada ciudadano debe ser activo y responsable de sí mismo. Siguiendo los sugerencias del informe de 1989 del Consejo Científico para la Política de Gobierno, esa nueva “política de integración” reflejó tres cambios principales en relación con la política de minorías étnicas: 1) un alejamiento desde los grupos objetivos hasta los individuos en posición desventajosa; 2) un fuerte hincapié en la incorporación socioeconómica por medio de medidas en el mercado laboral y la educación; 3) un abandono de las políticas (multi)culturales y una fuerte confianza en las organizaciones de inmigrantes. La victoria socialdemócrata en las elecciones nacionales de 1994 condujo a la llamada coalición púrpura: el Partido Laborista (PvdA) junto con los liberales conservadores (VVD) y los liberales de izquierda (D66). El énfasis en la integración económica de los inmigrantes individuales recomendado por el informe del Consejo Científico de 1989 encajó muy bien con la línea política general del Gobierno, cuyo lema era “trabajo, trabajo y más trabajo”. De resultas, se abandonaron las medidas específicas para las minorías étnicas. Un nuevo instrumento político que encajó con la nueva filosofía fueron los cursos de integración cívica3 destinados a facilitar la integración inicial de los recién llegados. Ese instrumento integrador se desarrolló en el plano local en una serie de ciudades neerlandesas desde principios de la década de 1990: cursos de recepción para los recién llegados, que recibían material para aprender neerlandés e información sobre el funcionamiento de las instituciones sociales importantes. Los encargados de formular las políticas locales sintieron el apremio de proporcionar esos materiales a todos los recién llegados que los
necesitaran, y los desarrollaron sistemáticamente en sus ciudades. Ese instrumento fue retomado más tarde por la política nacional y, por medio de la ley WIN de 1998, se convirtió en política nacional de recepción. Otra forma de transformar las políticas según la nueva filosofía fue enmarcar gran parte de los servicios de integración en políticas basadas en zonas urbanas más que en grupos. En 1994 el Ministerio de Asuntos Interiores empezó a crear una política para las zonas deprimidas de las grandes ciudades neerlandesas. La medida puede verse como una sustitución de las políticas de integración, si tenemos en cuenta que las áreas objetivos tienen una mayoría demográfica compuesta por minorías étnicas. La “zona” fue elegida como categoría primaria de la política en lugar de los grupos en el seno de la sociedad. A partir de 1998 hubo asimismo un reflejo institucional: en el seno del Ministerio del Interior se nombró a un nuevo ministro de Políticas Urbanas e Integración. Aunque las políticas basadas en la zona han sido una forma de abandonar las políticas orientadas a los grupos, las políticas destinadas a grupos específicos aún sobreviven en el plano político local. En torno al cambio de milenio una serie de acontecimientos dieron un nuevo giro al discurso público y político sobre inmigración e integración que conduciría más tarde a una revisión política. De nuevo se introdujo en la agenda la dimensión social y cultural de la integración, pero con una perspectiva diferente a la anterior. Ya no se buscaban “compatibilidades” sino más bien “comunalidades” que ayudaran a preservar las normas y los valores nacionales y, con ello, restaurar y reforzar la cohesión social (Entzinger, 2003). La cuestión de la integración se colocó cada vez más en la perspectiva percibida de un “choque de civilizaciones” (Snel, 2003).
3 En neerlandés se llaman Inburgeringscursussen. La palabra inburgering contiene burger (ciudadano), pero es diferente de la naturalización (convertirse en ciudadano nacional). Para evitar semejante confusión, preferimos el término “cursos de integración
cívica” en lugar de “programas de ciudadanía”. 4 Según la traducción que se dé a la palabra neerlandesa drama en el título: “Het multiculturele drama.” 5 Entrevista con De Volkskrant, 2 noviembre 2001. 6 TK, 6 abril 2004, 63-4112.
7 El gabinete ministerial Balkenende I fue una breve coalición de democristianos, liberales y la extrema derecha del LPF; en 2003 le siguió Balkanende II, una coalición en que el LPF fue sustituido por los liberales progresistas (D66).
tensos debates públicos y críticas. La primera gran crítica se formuló en 1989 en un informe del Consejo Científico para la Política de Gobierno (1989). En pocas palabras, el mensaje era que se habían hecho muy pocos progresos en dos ámbitos cruciales: el mercado laboral y la enseñanza. A ello se añadió una interpretación: se prestaba demasiada atención a los aspectos (multi)culturales y a la subvención de las organizaciones, y se sugería que eso podía obstaculizar la participación individual en la educación y el mercado laboral más que alentarla. Por consiguiente, el consejo era que debían hacerse más esfuerzos en las áreas claves mencionadas, y de un modo más obligatorio. “Las obligaciones de los emigrantes deberían equilibrarse más con la extensión de derechos”, y las políticas deberían centrarse menos en derechos culturales y prestaciones. Asimismo se añadieron otros elementos de crítica. Por ejemplo, Frits Bolkestein, jefe del Partido Liberal y de la oposición parlamentaria en ese momento, afirmó en un discurso público en 1991 que el islam constituía una amenaza para la democracia liberal y un obstáculo para la integración de los inmigrantes, y que esa integración debía manejarse con más valor.
La política de integración en la década de 1990
92 VANGUARDIA | DOSSIER
L AS VICISITUDES DE L AS POLÍTIC AS DE INTEGR ACIÓN HOL ANDESAS
El asesinato del líder populista Pim Fortyun y la histórica victoria del LPF cambiaron radicalmente los discursos a favor de una mayor dureza en las políticas de inmigración e integración
Un primer desencadenante de ese desarrollo fue el nuevo debate nacional que siguió a la publicación de un artículo periodístico de Scheffer (2000) en el que tildaba la sociedad multicultural neerlandesa de “tragedia” o “desastre”.4 En dicho artículo se declaraba que la política de integración era un fracaso y se hacía un llamamiento a una política más asimilacionista que revitalizara la historia, las normas y los valores neerlandeses. Como ocurrió en el primer debate nacional sobre las minorías de 1992, se definían sobre todo como problemáticos el islam y la integración de los inmigrantes musulmanes. Este último factor se vio reforzado por algunos acontecimientos internacionales, como los atentados del 11-S en Estados Unidos, que desencadenaron respuestas particularmente feroces en los medios de comunicación neerlandeses e internacionales, y llevaron a varios incidentes de violencia étnica y religiosa. Mientras tanto, la escena política holandesa vio el auge del político populista Pim Fortuyn. En tanto que auténtico populista, Fortuyn se caracterizó por unas duras declaraciones sobre la delincuencia, la democracia directa, la inmigración y la integración. Abogó por una “inmigración cero”, sostuvo que “los Países Bajos ya están llenos” y defendió una “guerra fría contra el islam”.5 A esos argumentos que no eran del todo nuevos, añadió dos elementos: primero, la acusación de que la elite política había aumentado en el pasado el fracaso de la integración al “ocultar los problemas reales tras la cortina de un discurso políticamente correcto”; y, segundo, la opinión de que la víctima de todo ello era el votante común –autóctono– neerlandés. Su campaña populista utilizó con gran éxito ese discurso. El partido obtuvo una gran victoria en las elecciones de marzo de 2002 en Rotterdam. Pocas semanas más tarde, Fortuyn fue asesinado, justo antes de las elecciones nacionales de mayo de 2002. A pesar del crimen, o gracias a él, su recién creado partido LPF obtuvo una histórica victoria con 26 de los 150 escaños parlamentarios, con lo que entró en el Parlamento como el segundo mayor partido. Ese éxito cambió de forma radical el discurso político sobre inmigración e integración. En realidad, la mayoría de los partidos adaptaron sus discursos a esas cuestiones tras la victoria de Fortuyn. Se produjeron otros nuevos acontecimientos, pero después de 2002 no está claro si dichos acontecimientos atraen de verdad la atención sobre las cuestiones de la inmigración y la integración o si la alta prioridad acordada en la
agenda política a esas cuestiones los convierten en acontecimientos desencadenantes (Snel y Scholten, 2005). El punto álgido se alcanzó en el 2004 a raíz del asesinato del cineasta Van Gogh por un joven neerlandés-marroquí afiliado a una red islamista radical en los Países Bajos. Todos esos acontecimientos tuvieron dos efectos importantes. Primero, contribuyeron a la imagen del fracaso político. Ello condujo al Parlamento a crear un Comité de Investigación sobre la Política de Integración con el encargo de examinar “por qué las políticas habían producido hasta ahora unos éxitos tan limitados”. Sin embargo, cuando ese comité concluyó que la integración había tenido éxito en términos relativos (Comisión Blok, 2004), esa conclusión fue ampliamente tachada de ingenua. En realidad, algunos observadores se quejaron de la aparición de una nueva corrección política que convertía en tabú las declaraciones positivas sobre la política de integración y el multiculturalismo.6 En segundo lugar, los acontecimientos reforzaron un nuevo modo de discurso político, descrito por Prins como “hiperrealismo” (Prins, 2002): el paso del tipo de discurso radical y “realista” de la década de 1990 que pedía un enfoque “duro” a la integración a un tipo de discurso en que “ser duro” se convertía en sí mismo en un objetivo.
La política de integración Nuevo Estilo desde 2002 De modo que a partir de 2002 la política ha sufrido otro giro, con una nueva mayoría política en el poder7 y un renovado marco institucional que hacía prever cambios: la coordinación de las políticas de integración se trasladó del Ministerio del Interior, donde llevaba 22 años, al Ministerio de Justicia bajo un nuevo ministro para Asuntos de Extranjeros e Integración. La política de integración Nuevo Estilo, formulada en una carta por ese nuevo ministro sigue en gran medida el paradigma de la década de 1990, basado en los conceptos rectores de la “ciudadanía” y la “responsabilidad individual”, pero hay un énfasis mucho mayor en la adaptación cultural de los inmigrantes en la sociedad neerlandesa. La noción de integración se reduce de modo considerable. Además, la política de integración se vincula claramente a la política de inmigración hasta el punto de convertirse incluso en su instrumento, facilitando la selección de inmigrantes y restringiendo nuevos flujos, sobre todo, en los casos de las solicitudes de asilo, la reunificación familiar y la inmigración matrimonial. La medida estrella de la nueva política es la VANGUARDIA | DOSSIER
93
L AS VICISITUDES DE L AS POLÍTIC AS DE INTEGR ACIÓN HOL ANDESAS
recepción de nuevos inmigrantes, que se reformula para que contribuya a los propósitos de la integración y el control inmigratorio. Los recién llegados tienen la obligación de pasar un examen, demostrar capacidades lingüísticas y conocimientos acerca de la cultura y la sociedad neerlandesas, antes de entrar en el país. Tras la admisión tienen que hacer los cursos de integración cívica. La concesión de la renovación de los permisos temporales estará sometida a la aprobación de los cursos. De modo que la política de recepción “nuevo estilo” incluye importantes modificaciones en comparación con la década anterior. Por un lado, introduce una nueva distribución de responsabilidades entre los diferentes agentes implicados, y el punto de partida más importante es la propia responsabilidad de los inmigrantes. A partir del 2007, los recién llegados tendrán que encontrar y pagar por su cuenta los cursos de integración cívica;8 y sólo en el caso de que aprueben el examen tendrán derecho a una devolución de hasta el 70 por ciento de los gastos de formación. Las autoridades locales pierden gran parte de sus responsabilidades en el programa. La ministra de Asuntos de Extranjeros e Integración, Rita Verdonk, pretendía ampliar la población objetivo de la nueva política de recepción. En su primera propuesta incluyó en su grupo objetivo para los cursos obligatorios de integración cívica a todos los inmigrantes entre 16 y 65 años, al margen del tiempo pasado en el país y de que ya se hubieran naturalizado. Cuando se vio que la medida no era aceptable, una propuesta revisada consideró ampliar la obligación a todo el que no hubiera cursado menos de ocho años de enseñanza obligatoria en el país. Ello habría incluido en el objetivo no sólo a quienes no eran recién llegados, sino también a los inmigrantes naturalizados y a los neerlandeses nativos que hubieran estado en el extranjero. La ministra intentó también extender la obligación de modo específico a los inmigrantes de las Antillas Holandesas, con la justificación del carácter problemático de esa minoría. Sin embargo, el Parlamento rechazó la propuesta por inconstitucional y discriminatoria, puesto que los antillanos tienen la nacionalidad neerlandesa. Una última propuesta acabó por aprobarse justo al final del período legislativo del gabinete ministerial (julio 2006), eliminando la obligación para 8 Se ha introducido, sin demasiado debate, otro elemento: todos los costes estatales de la admisión y la inmigración deberán
94 VANGUARDIA | DOSSIER
ciudadanos holandeses naturalizados y posponiendo su aplicación real hasta la próxima legislatura y, por lo tanto, haciéndola depender de la siguiente mayoría en el poder.
Conclusión El caso neerlandés ha puesto de manifiesto una secuencia desde las respuestas políticas ad hoc en la década de 1970 pasando por un Estado de bienestar con una política de minorías étnicas en la década de 1980, hasta las más “republicanistas” políticas de integración de la década de 1990 y, por último, las políticas más simbólicas a partir de 2002. Esta evolución ha ido acompañada de un desarrollo desde un contexto despolitizado, con una formulación y aplicación tecnocráticas de las políticas a principios de la década de 1980, hasta la fuerte politización del final de la década de 1990. Una politización sin precedentes tuvo lugar en los años que siguieron al auge de Pim Fortuyn, lo que condujo a la articulación de ideas y sentimientos populares relacionados con la inmigración y la integración. De resultas, los ámbitos de las políticas de inmigración e integración, que solían estar separados, se han integrado cada vez más de un modo muy específico: las políticas de inmigración restrictivas no sólo cumplen el objetivo de facilitar la integración, sino también el de desalentar la inmigración. Esa nueva política es dirigista en su creación y muestra una fuerte tendencia a la recentralización en su puesta en práctica. La distancia entre tales políticas simbólicas en el plano nacional y un enfoque más pragmático a la solución de problemas en el plano local conduce al incremento de las tensiones. Una pregunta crucial es qué magnitud alcanzará esta tensión en un futuro próximo. La crítica y la resistencia proceden de diferentes sitios: las organizaciones de la sociedad civil (iglesias, patronos, sindicatos y organizaciones de inmigrantes, entre otros), instituciones europeas e internacionales, pero también –y en particular– del gobierno local, que presiona a favor de unos enfoques a la inmigración y la integración menos simbólicos y más orientados a los problemas. Este artículo se basa en un análisis de la formulación de políticas en el ámbito de la inmigración y la integración en los Países Bajos realizado por María Bruquetas-Callejo, Blanca GarcésMascareñas, Rinus Penninx y Peter Scholten. Se publicará como documento de trabajo de IMISCOE en www.imiscoe.org.
ser abonados por los inmigrantes. La solicitud de un permiso temporal de residencial cuesta 430 euros; una renovación,
285 euros por miembro de la familia; un permiso definitivo de residencia, 890. (VluchtelingenWerk Nederland, 2004).
¿Quiénes son los ciudadanos de Europa? Rainer Bauböck POLITÓLOGO EN LA ACADEMIA DE CIENCIAS AUSTRÍACA Y, DESDE ENERO DE 2007, PROFESOR DE TEORÍA POLÍTICA EN EL INSTITUTO DE LA UNIVERSIDAD EUROPEA DE FLORENCIA. PREMIO LATZIS 2006 DE LA FUNDACIÓN EUROPEA DE LA CIENCIA
Circula el rumor de que a finales de 1991, durante las negociaciones finales del tratado de Maastricht, el presidente del Gobierno español, Felipe González, convenció a los demás jefes de gobierno para que introdujeran la ciudadanía de la Unión Europea. Según se dice, González señaló que los ambiciosos objetivos de la unión económica y monetaria no podrían ofrecerse a los electores a menos que éstos se percibieran como ciudadanos de Europa.
E
N TANTO QUE EJERCICIO DE RELACIO-
nes públicas, la ciudadanía europea ha sido un completo fracaso. No sólo los daneses rechazaron en un principio el tratado de Maastricht en referéndum, sino que 13 años más tarde franceses y holandeses dijeron no el intento de consolidar la integración política por medio de un tratado constitucional. Parece que Felipe González se equivocó: la mayoría de ciudadanos de Europa no arden en deseos de convertirse en ciudadanos europeos y miran con recelo cualquier demanda de trasladar sus lealtades y sus identidades políticas desde el plano nacional al supranacional. Los encargados europeos de formular políticas son bien conscientes de ello. En el tratado de Amsterdam de 1997, afirmaron que “la ciudadanía de la Unión será complementaria y no sustitutiva de la ciudadanía nacional” y que “la Unión respetará las identidades nacionales de sus estados miembros”. Por lo tanto, la legislación europea no re-
conoce ninguna competencia comunitaria de la Unión para determinar sus propios ciudadanos. En lugar de eso, la ciudadanía de la Unión Europea se deriva sencillamente de la ciudadanía del Estado miembro. La ciudadanía democrática busca dotar a los ciudadanos de poder para que exijan cuentas a sus gobernantes. En este sentido, la ciudadanía de la Unión apenas satisface las aspiraciones democráticas. Su derecho más importante es el derecho a votar al Parlamento Europeo, pero dicho parlamento no es un órgano legislativo soberano. El verdadero valor de ser ciudadano de la Unión no reside en los derechos que uno tiene ante las instituciones comunitarias, sino en los derechos ante otros estados miembros. La ciudadanía de la Unión prohíbe taxativamente a los gobiernos nacionales la discriminación de los ciudadanos de otros estados comunitarios. Así, la consecuencia verdaderamente poderosa de la ciudadanía europea es su contribución al establecimiento de un espacio común de libre circulación en el que los ciudadanos no pierdan sus VANGUARDIA | DOSSIER
95
095 Bauböck
5/12/06
13:39
Página 96
¿ Q U I É N E S S O N L O S C I U DA DA N O S D E E U RO PA ?
derechos cuando cruzan fronteras interiores. La decisión de 12 gobiernos en 2004 de no abrir sus mercados laborales a los nuevos estados miembros y luego la iniciativa de Austria, Alemania y Dinamarca en mayo del 2006 de mantener plenamente esas restricciones constituyen una seria violación de un principio básico de la ciudadanía europea. La presente construcción de la ciudadanía comunitaria combina, pues, dos rasgos principales. Se deriva de la ciudadanía del Estado miembro y proporciona libre acceso a los otros socios comunitarios. Los redactores de los tratados europeos no fueron conscientes de la existencia de una tensión inherente entre los dos aspectos. He aquí cuatro ejemplos. En la década de 1990 Italia empezó a ofrecer su ciudadanía a una gran cantidad de personas de ascendencia italiana que vivían en Suramérica sin exigirles que establecieran primero la residencia en el país. Ahora bien, muchos argentinos y brasileños que entonces descubrieron sus raíces italianas estaban más interesados en un pasaporte europeo que en la ciudadanía italiana y la utilizaron para emigrar a España, Gran Bretaña o incluso a Estados Unidos. De todos modos, Italia no es el único Estado que proporciona acceso extraterritorial a la ciudadanía de la Unión. Siete de los antiguos estados miembros y todos los nuevos permiten a sus emigrantes transferir la ciudadanía por descendencia de generación en generación sin la exigencia de una residencia en el país de origen. En 2004 el Tribunal de Justicia Europeo confirmó la petición de residencia en Gran Bretaña de Man Levette Chen, una madre china. Chen había vivido en Inglaterra sin un permiso de residencia en regla. Al quedarse embarazada por segunda vez, viajó a Belfast para dar a luz, porque en ese momento la legislación de la República de Irlanda concedía de forma automática la ciudadanía a todos los nacidos en la isla, incluida Irlanda del Norte. Así, la hija de Chen se convirtió en ciudadana irlandesa y europea, y la madre obtuvo el derecho a permanecer en Inglaterra en tanto que cuidadora principal de un ciudadano de la Unión Europea. Con posterioridad, un referéndum abolió en Irlanda la ciudadanía automática por nacimiento en el territorio. El electorado se asustó ante la posibilidad de un “turismo natal” por parte de ciuda-
1 Rainer Bauböck, Eva Ersbøll, Kees Groenendijk y Harald Waldrauch (eds.), Ac-
96 VANGUARDIA | DOSSIER
danos de terceros países. No obstante, el actual régimen no sólo crea la posibilidad de una “compra de pasaporte europeo” en los estados que ofrecen un acceso más fácil; también genera desigualdad y exclusión. Pensemos en el caso de una familia turca cuyos miembros se establecen en diferentes estados europeos. Un hermano que emigra a Bélgica tiene la posibilidad de naturalizarse tras tres años de residencia. En tanto que ciudadano europeo, puede reunirse con su hermana en Austria y, nada más llegar, podrá votar allí en las elecciones locales y europeas. Su hermana, en cambio, que ha vivido todo ese tiempo en una ciudad austríaca, permanecerá excluida de la participación democrática. Tiene que esperar diez años para poder solicitar la naturalización en Austria. La tensión entre libertad de circulación y autodeterminación nacional de la ciudadanía se pone también de manifiesto en el hecho paradójico de que la movilidad dentro de Europa puede llegar a convertirse en un obstáculo para el acceso a la ciudadanía europea. Los emigrantes que se desplazan con frecuencia entre diferentes países de la Unión quizá no tengan nunca la oportunidad de convertirse en ciudadanos comunitarios, puesto que casi todos los estados exigen un período de residencia continuada en su territorio como condición para la naturalización. Existen diversos modos de responder a esos problemas. Una solución radical sería invertir la relación entre la ciudadanía nacional y supranacional, de modo que la segunda determine la primera. Eso transformaría la Unión Europea en una federación del mismo tipo que Alemania o Estados Unidos. La Unión tendría su propia ley de adquisición de la ciudadanía europea por nacimiento y naturalización, y cualquier ciudadano comunitario que se estableciera en alguno de sus países miembro se convertiría automáticamente en ciudadano de ese país con derecho a votar no sólo en las elecciones locales y europeas, sino también en las nacionales. Apenas hay apoyo político entre los ciudadanos y los gobiernos europeos para la construcción de semejante federación. La alternativa parece ser esperar una convergencia espontánea desde abajo de las políticas de ciudadanía. Si bien se han producido
quisition and Loss of Nationality. Policies and Trends in 15 European states, 2 volúmenes,
Amsterdam University Press, septiembre 2006. www.imiscoe.org/natac.
¿ Q U I É N E S S O N L O S C I U DA DA N O S D E E U RO PA ?
muchas reformas nacionales en esa dirección a lo largo de las últimas décadas, sería bastante optimista creer que los estados miembros están también dispuestos a reformar sus leyes para evitar cargar a otros estados con problemas de inmigración o para asegurar cierta igualdad en las condiciones de acceso a la ciudadanía en toda Europa.
Liberalización y reacción Examinemos las pruebas empíricas proporcionadas por un reciente estudio general sobre las reglas para la adquisición y la pérdida de la ciudadanía en los estados de la UE-15.1 Un cambio notable producido durante las décadas recientes es el ritmo del propio cambio. Las leyes de ciudadanía solían ser bastante estables. Raras veces estaban en los primeros puestos de las prioridades políticas y no era frecuente que se anularan al llegar al poder los partidos de la oposición. La ciudadanía también se percibía como muy relacionada con arraigadas tradiciones históricas de construcción estatal e identidad nacional. En 1992, el sociólogo estadounidense Rogers Brubaker explicó las diferentes actitudes de Alemania y Francia por sus conceptos de nación, que se basaban en la descendencia étnica o el acuerdo republicano, respectivamente. En 1999 Alemania adoptó una nueva ley que introdujo el ius soli y otorgaba la ciudadanía al nacer a cualquier niño nacido en territorio alemán de un progenitor con ocho años de residencia legal. Esta disposición es formalmente más inclusiva que la ley francesa, que da la ciudadanía automática al nacer sólo a los hijos de padres ya nacidos en Francia y la ciudadanía opcional en la mayoría de edad a los nacidos en Francia de padres nacidos en el extranjero. Hoy la ciudadanía se ha desplazado en muchos países hasta el primer plano de los debates de política interior y se ha convertido en un ámbito político inestable donde es posible que un cambio en el gobierno desencadene una reforma legislativa. Tras la reforma alemana, se produjeron grandes reformas liberales en 2000 en Bélgica, en Luxemburgo y Suecia en 2001, en Finlandia en
2003 y en Portugal en 2006. Esas libe- líticas griegas de ciudadanía se enralizaciones han reforzado el ius soli, cuentran entre las más restrictivas de reducido la exigencia de residencia y Europa y no parece probable que vayan otros requisitos para la naturalización a cambiar. Está por ver si el Gobierno eso permitido a los solicitantes conservar pañol, que ha fomentado una legislación integradora para los inmigrantes la nacionalidad anterior. La reforma portuguesa aprobada en otras áreas, acabará por seguir los en febrero de 2006 es un caso particu- ejemplos portugués e italiano. En los países de “inmigración vieja” larmente interesante. Todos los estados mediterráneos de la Unión Europea de Europa occidental, septentrional y han aprobado leyes de ciudadanía bas- central, los períodos de espera para la tante exclusivas hacia otros grupos re- naturalización varían entre los tres y cién llegados, pero generosas para los cuatro años de Bélgica e Irlanda y los emigrantes y para aquellos inmigrantes diez años de Austria. La tendencia a la considerados como parientes lingüísti- tolerancia de la doble nacionalidad no cos o étnicos. Esta actitud puede expli- deja de tener excepciones y revocaciocarse en parte por una historia de cons- nes. Cinco estados –Austria, Dinamarca, trucción nacional moldeada por emi- Alemania, Países Bajos y Luxemburgo– graciones masivas. Como en los países siguen exigiendo en las naturalizaciooccidentales y septentrionales de nes la renuncia a la nacionalidad anteEuropa que desarrollaron políticas de rior, aunque existen muchas excepcio“trabajadores invitados” en las décadas nes en Alemania y los Países Bajos, y de 1960 y 1970, los inmigrantes que Luxemburgo está considerando abolir esa condición. En no encajan en la concepAlemania, la coalición roción cultural de la identi- El derecho jiverde fracasó en 1999 en dad nacional no han sido de circulación su intento de incluir la doconsiderados como futu- dentro de las ble ciudadanía en su reros ciudadanos. Sin em- fronteras forma de la naturalizabargo, la nueva ley portucomunitarias ción. Alemania posee ahoguesa introduce la ciudara un régimen peculiar, y danía automática al nacer puede llegar probablemente insostenipara la tercera generación, a convertirse, es decir, para los hijos cu- paradójicamente, ble, con tres categorías diferentes. Quienes han heyos padres ya han nacido en un obstáculo en Portugal, y la adquisi- para la obtención redado la doble ciudadanía de padres de diferente ción mediante una sim- de la ciudadanía nacionalidad pueden conple declaración para la se- europea servarla para siempre. gunda generación si un progenitor ha residido legalmente cin- Quienes la han adquirido por nacer en co años en el país. Asimismo, crea el de- Alemania de padres extranjeros tienen recho a la naturalización para la pri- hasta los 23 años para elegir entre una mera generación si los solicitantes sa- de ellas. Y quienes desean naturalizarse ben hablar portugués y carecen de puede conservar su ciudadanía anteantecedentes penales. La naturaliza- rior sólo si el Estado de origen rechaza ción ya no requiere unos ingresos sufi- cederla o hace difícil la renuncia, lo cientes ni otras pruebas de integración. que tiene el efecto perverso de recomPor último, al reducir el requisito gene- pensar las políticas de ciudadanía inral de residencia a seis años, la ley lleva tolerantes, en especial en los países áraa cabo la abolición de un antiguo privi- bes de origen. La tendencia liberal más pronunlegio para los ciudadanos lusófonos al ciada se refiere a la introducción del ius extenderlo a todos los inmigrantes. Poco después de su toma de pose- soli. Tradicionalmente, casi todas las lesión, el Gobierno italiano de Romano yes de ciudadanía en Europa contiProdi también anunció una amplia re- nental se han basado de modo exclusiforma de la ciudadanía italiana. Las po- vo en el ius sanguinis, es decir, en la ciuVANGUARDIA | DOSSIER
97
095 Bauböck
5/12/06
13:39
Página 98
¿ Q U I É N E S S O N L O S C I U DA DA N O S D E E U RO PA ?
Las nuevas políticas de naturalización definen la integración como un logro y un esfuerzo individual más que como una situación de igualdad de derechos y oportunidades
98 VANGUARDIA | DOSSIER
dadanía heredada de los padres. En los países de inmigración, un régimen puro de ius sanguinis significa que las segundas y terceras generaciones de inmigrantes crecerán como ciudadanos extranjeros en su país de nacimiento y que pueden incluso ser deportados al país de origen de sus progenitores. Actualmente, la mayoría de los países de la UE-15 combina el ius sanguinis con derechos condicionales derivados del nacimiento en el territorio. A diferencia de la legislación irlandesa anterior a 2005, el ius soli no es incondicional en ninguna parte. Por lo habitual, un progenitor tiene que haber sido residente legal durante cierto tiempo o debe haber nacido en el país. En algunos casos, la ciudadanía adquirida mediante ius soli no puede reclamarse al nacer, sino un tiempo después. Una cuestión interesante es si el ius soli es el principio más adecuado para los países de inmigración. Por un lado, el nacimiento en un territorio particular puede ser resultado de un accidente biográfico o, como en el caso Chen, de una elección estratégica que no refleja un auténtico vínculo con el país en cuestión. Por otro, el ius soli no incluye la llamada “generación 1,5”, es decir, los hijos nacidos en el extranjero que emigran junto con sus padres o que los siguen a una edad temprana. ¿No debería complementarse el ius soli y el ius sanguinis con un derecho a la ciudadanía en la propia patria, que es el país en el que una persona ha crecido? Un buen ejemplo es Suecia, donde los padres de hijos menores que han vivido en el país durante cinco años sólo tienen que comunicar a las autoridades si quieren que sus hijos se conviertan en ciudadanos suecos. Desviándose de la tendencia del pasado hacia la liberalización, encontramos a una serie de países, como Austria, Dinamarca y Grecia, donde unas leyes de ciudadanía muy restrictivas se han conservado o se han endurecido aún más a pesar del creciente número de inmigrantes establecidos. Los Países Bajos constituyen el ejemplo más espectacular de un giro con respecto a una política de naturalización que había sido liberal. Estas tendencias divergentes de liberalización y restricción en Europa tienen poca relación con el tamaño y la composición de la población de inmigrantes y mucho que ver con los sistemas de los partidos políticos y la repercusión de la agitación populista antiinmigratoria en la política en general. De especial interés resulta una nueva tendencia para añadir pruebas de ciudadanía al ya generalizado requisito de aprender la lengua do-
minante. Semejantes pruebas se han introducido de forma reciente en Austria, Dinamarca, Alemania, Grecia, Países Bajos y Reino Unido. Incluyen preguntas sobre la historia, la constitución y la cultura del país. Existe el peligro de que unas pruebas difíciles hagan que los inmigrantes sin estudios secundarios o universitarios tengan aún más complicado convertirse en ciudadanos. Si bien no cabe duda de la utilidad de las habilidades lingüísticas para la integración social y política, en absoluto no puede decirse lo mismo de las extravagantes preguntas que a menudo se incluyen en las pruebas de ciudadanía. Este nuevo enfoque a la naturalización no señala necesariamente un regreso a la excluyente concepción étnica de la ciudadanía; indica más bien un cambio en las filosofías públicas de integración. Los gobiernos de países con comunidades inmigrantes establecidas se inquietan acerca de los “enclaves étnicos” (Gran Bretaña), el “comunitarismo” (Francia) o las “sociedades paralelas” (Alemania). Y esas inquietudes se asocian hoy con fuerza a los inmigrantes de origen musulmán. Los peligros percibidos van desde el desempleo estructural y la pobreza urbana segregada, pasando por los choques de valores culturales, hasta los disturbios urbanos y la violencia terrorista. Las nuevas políticas de naturalización subrayan la integración como condición previa para el acceso a la ciudadanía y definen la integración como un logro y un esfuerzo individual más que como una situación estructural de igualdad de derechos y oportunidades. La ciudadanía ya no está adscrita a un origen o una identidad étnica, pero tampoco es aceptada como un derecho individual y un instrumento para integrar sociedades de origen heterogéneo. En vez de eso, la ciudadanía se convierte en una recompensa para quienes no plantean una amenaza para la sociedad en general, porque tienen unos ingresos suficientes, pueden comunicarse en la lengua dominante, se identifican con la historia de la sociedad que los alberga y suscriben sus valores públicos. La pregunta que sigue sin responder es por qué la negativa de la ciudadanía a los emigrantes a largo plazo que no cumplen con esos criterios va a disminuir las presuntas amenazas. ¿No es probable que la frustración y la alienación se refuercen cuando un grupo socialmente marginado permanece excluido de la participación y representación política? Sin embargo, estas cuestiones acerca de la correcta interpretación de la integración resul-
¿ Q U I É N E S S O N L O S C I U DA DA N O S D E E U RO PA ?
tan inevitablemente apartadas cuando el acceso a la ciudadanía se define como un asunto de seguridad estatal, algo similar a la actual “secularización” del asilo y la emigración ilegal. En la lucha contra el terrorismo globalizado, los gobiernos consideran hoy cómo privar de su ciudadanía a los sospechosos con el fin de poder deportarlos. La doble ciudadanía había sido una gran ventaja para los emigrantes que mantenían fuertes vínculos con los países de origen y de acogida. Ahora esta condición puede convertirse en una trampa para algunos de ellos. En caso de revocarse su ciudadanía en el país de residencia, el país de la segunda ciudadanía estará obligado a aceptarlos.
Conflictos de la ciudadanía en los nuevos estados miembros El panorama de la ciudadanía es muy diferente en los nuevos estados miembros que ingresaron en mayo de 2004. En contraste con casi todos los países de la UE-15, ninguno de los nuevos ha existido de forma continuada en sus actuales límites desde principios del siglo XX. Hungría y Polonia experimentaron espectaculares cambios de sus fronteras tras la Primera y la Segunda Guerra Mundial, respectivamente; Chipre y Malta obtuvieron la independencia en la década de 1960; los tres estados bálticos se restauraron tras el fin en 1991 de la anexión por parte de la Unión Soviética, y Eslovenia, la República Checa y Eslovaquia se establecieron como nuevos estados independientes cuando se desintegraron las federaciones socialistas en los años 1991 y 1992. Esos cambios espectaculares de la continuidad estatal han planteado un problema que, en gran medida, es desconocido o se ha olvidado en los países más antiguos: ¿quién debe ser incluido o excluido cuando se determina la población inicial de ciudadanos del país? En Lituania y Estonia, la restauración de la ciudadanía a partir de 1940 significó que una gran cantidad de rusos establecidos en el país durante la anexión soviética se convirtieron de pronto en apátridas y tuvieron que solicitar la naturalización en unas condiciones en las que resultaba muy difícil adquirir la ciudadanía. De modo similar, en Eslovenia los obstáculos burocráticos a la adquisición de ciudadanía por parte de personas originarias de otras repúblicas yugoslavas crearon al menos 18.000 “borrados”, que se transfirieron del registro de residentes permanentes al de extranjeros. Otro problema específico en los nuevos es-
tados miembros son las relaciones transfronterizas entre estados-pariente y poblaciones externas que son consideradas como parte de una nación cultural más amplia. Las más de las veces, esas minorías externas ha aparecido porque las fronteras se han movido sobre las personas y no porque las personas se hayan movido sobre las fronteras. Los llamamientos para la protección externa de minorías por parte de estados-parientes han reforzado los miedos históricos en los países en los que viven esas minorías. Desde 2001, Hungría, Eslovenia y Eslovaquia han introducido las llamadas “leyes de estatus”, que crean un estatus de cuasi ciudadanía para las minorías externas que son consideradas como pertenecientes a una nación cultural más amplia. En diciembre de 2004, fue derrotado a causa de la baja participación un referéndum sobre la introducción de una doble ciudadanía a la que habrían podido optar hasta tres millones de húngaros étnicos de Rumanía, Eslovaquia y Serbia. De haber salido adelante, la iniciativa no sólo habría exacerbado las tensiones internacionales, sino que también habría conducido a unos derechos de voto externos y a una mayoría permanente para los partidos nacionalistas en las elecciones húngaras.
Casi 15 años después de la creación formal de la Unión Europea, todavía no se han establecido unos necesarios parámetros comunes en el ámbito de las leyes de ciudadanía
La necesidad de unos parámetros europeos comunes Lo que podemos aprender de este breve análisis es que las políticas de la ciudadanía en la Unión Europea son cada vez más impugnadas en la política interior y pueden convertirse en una fuente de conflictos entre estados miembros. La convergencia espontánea hacia normas liberales ha dejado de ser una expectativa verosímil. Catorce años después de la creación formal de una ciudadanía de la Unión Europea es hora ya de que los encargados de formular políticas tomen la iniciativa de introducir unos parámetros europeos comunes en el ámbito de las leyes de ciudadanía de los estados miembros. No hace falta imponer una única ley europea de ciudadanía. El proceso podría empezar como método abierto de coordinación y podría resultar en una competencia por parte de la legislación de la Unión Europea para regular esos aspectos de la legislación nacional que violan los principios de la solidaridad europea o que constituyen una discriminación y exclusión arbitraria de ciudadanos de terceros países. Tomarse la ciudadanía europea en serio pide cierta interpretación compartida acerca quiénes tienen que ser los futuros ciudadanos de Europa. VANGUARDIA | DOSSIER
99
100 Ulrick
5/12/06
19:38
Página 100
El atolladero europeo En una época denominada “global”, el crecimiento económico ya no promueve la inclusión social, el consenso político o la adhesión a los valores y principios de la democracia liberal. En el cambio de milenio, las economías avanzadas noratlánticas se han comportado con una notable eficacia desde el punto de vista de los negocios de las grandes empresas. Sin embargo, no se ha detenido el crecimiento de la pobreza ni la desigualdad social, ni tampoco se ha frenado la crisis de la democracia liberal y los derechos de ciudadanía. Semejante situación difiere con crudeza de las “tres décadas gloriosas” de Europa tras la Segunda Guerra Mundial, cuando el crecimiento económico sostenido estuvo asociado con el desarrollo del Estado de bienestar y el reforzamiento de la ciudadanía social.
Carl-Ulrik Schierup PROFESOR DEL INSTITUTO NACIONAL PARA LA VIDA LABORAL Y DE LA UNIVERSIDAD DE LINKÖPING (SUECIA). C/E.:
[email protected]
U
NO DE LOS PRINCIPALES SÍNTOMAS
de este atolladero es la prolongada crisis y reestructuración del Estado de bienestar moderno, puesta de manifiesto a mediados de la década de 1970 e intensificada durante las décadas de 1980 y 1990. Tales procesos conllevaron una creciente exclusión permanente de grupos considerables de población de los derechos sociales establecidos en los estados liberales democráticos. Ello implica, como expresó Ralf Darhendorf hace ya 20 años, que la ciudadanía nacional está convirtiéndose de forma gradual en un estatuto más exclusivo que inclusivo; los procesos de erosión de los derechos civiles, políticos y sociales siguen avanzando, muy a menudo de forma encubierta e irregular, como ha argumentado Saskia Sassen en su reciente libro Territory, Authority, Rights (2006). De hecho, la noción de “exclusión social” es problemática y ambigua. Sin embargo, si se entiende en su sentido original transnacional acuñado en el Programa de la Pobreza de la Unión Europea a principios de la década de 1990, denotaría “la negación de la ciudadanía”, esto es, la negación sustancial del derecho y la capacidad normal de participar con plenitud en la so-
100 VANGUARDIA | DOSSIER
ciedad, tal como sancionó la edificación la ciudadanía y el tipo de contrato social sobre el que se han asentado típicamente los estados de bienestar nacionales de las democracias liberales. Así pues, la idea de exclusión social ha adoptado una plétora de nuevas formas en respuesta a la globalización, las nuevas tecnologías, la reestructuración económica, así como al surgimiento de nuevas demandas y regímenes de flexibilización de la vida laboral. Las crecientes dificultades para hacer frente al sector de desempleados permanentes de la población debido a la disminución de los planes de subsidio de desempleo y la reducción de la asistencia social, la categoría en aumento de los sin techo, la feminización de la pobreza, la concentración de los desempleados y los pobres entre los jóvenes, la concentración de los desfavorecidos en barrios segregados o la expansión de trabajos con bajos salarios, es decir, de los llamados trabajos atípicos propios de los sectores liberalizados y no regulados del mercado laboral, son sólo algunos de los múltiples problemas de la denominada “nueva pobreza”, que no ha dejado de crecer en lugar de retroceder en este último cuarto de siglo en uno de los bloques económicos más poderosos del mundo. Tal como se describe mediante el término político oficial “exclusión social”, esta multiforme misére du monde
100 Ulrick
5/12/06
19:39
Página 102
EL ATOLLADERO EUROPEO
es una preocupación contemporánea compartida de la Unión Europea. Ha surgido con el crecimiento de los bajos salarios y las economías informales propias de enclaves urbanos, así como de la proliferación de “guetos ocupacionales” al margen de las regulaciones de los mercados laborales nacionales y los sistemas de seguridad social. Ha ido acompañada de malestar social en ciudades segmentadas y polarizadas.
La ‘racialización’ de la exclusion social Es indudable que la mayoría de las prácticas contemporáneas de exclusión social están teñidas de “racialización” –de raza– o “identidad étnica”, de prácticas y formas de exclusión que afectan a los inmigrantes y las nuevas minorías étnicas, originarias de países no pertenecientes a la OCDE, y que tienden asimismo a “racializarse” y legitimarse de manera pública en términos culturales, raciales y étnicos. Ello contribuye, en la práctica, a engendrar y solidificar una jerarquía social renegociada, común a todos los países de la Unión Europea, basada en una combinación de raza, clase y género que constituye una forma de estratificación social de creciente importancia. Nos referimos aquí a toda la población inmigrante o con orígenes étnicos minoritarios que se ha visto atrapada en los fragmentados guetos ocupacionales de trabajo precario propios del sector de servicios posfordistas y los servicios locales liberalizados. Existen asimismo los miles de “otros europeos”, ciudadanos de origen inmigrante que subsisten con una ínfima asistencia social en los barrios segregados de las grandes ciudades, mientras los estados de bienestar europeos atraviesan profundos procesos de cambio y desmantelamiento de las instituciones que se habían diseñado para sostener las normas y las prácticas de ciudadanía. Existen numerosas categorías de “pobres ocupados”, desde los que dependen del “trabajo a cambio de beneficios sociales” a los que trabajan a destajo en los nuevos “talleres” étnicos creados a partir de las estrategias de reducir la mano de obra y externalizar la producción propias de la “sociedad en red”. Gracias al impulso de políticas diseñadas para combatir el desempleo y aligerar la carga del sistema público de bienestar, ha surgido la nueva categoría de “empresarios étnicos”, aclamada por doquier, con negocios caracterizados por largas jornadas laborales y bajas remuneraciones, sin una protección social adecuada y gestionados con trabajo familiar no retribuido. Existen los 102 VANGUARDIA | DOSSIER
ejércitos de trabajadores inmigrantes sin papeles, mal pagados y desprotegidos de los sectores de la construcción y la agricultura, privados de los derechos civiles, políticos y sociales básicos, a los que se unen, por así decirlo, las criadas “negras” procedentes del “sur” global que sirven en los hogares de la clase media y las trabajadoras del sexo víctimas del tráfico humano que se exhiben en las áreas de prostitución de las metrópolis. Existen los nuevos “trabajadores contratados”, que sustituyen a los antiguos “trabajadores invitados”, siempre mantenidos a prudente distancia de la inclusión en el marco nacional de ciudadanía. Existen los “solicitantes de asilo” de época reciente, recluidos en campos de detención o forzados al trabajo clandestino a medida que se han ido deteriorando las condiciones de protección y recepción de los llamados “países anfitriones”. Semejantes categorías de excluidos sociales se encuentran en distintos grados en los diferentes estados miembros de la Unión Europea. Sin embargo, estos ciudadanos se han convertido en todas partes en una preocupación política común y se cuentan entre las manifestaciones más notorias de la crisis del Estado de bienestar en Europa occidental.
El recrudecimiento del populismo Hay una segunda dimensión de la gran transformación actual estrechamente vinculada con la crisis del Estado de bienestar y las múltiples formas de exclusión racial: la crisis y la transformación política y cultural de la nación y de las identidades nacionales establecidas. Este fenómeno confiere a casi todos los conflictos sociales existentes un indiscutible sesgo cultural, expresado a través de términos como “raza”, “identidad étnica” o “diferencia religiosa”. La manifestación más evidente de esta crisis de la nación ha sido el ascenso de movimientos nacionalistas y racial-populistas que se centran en el “problema de la inmigración”. La crisis social y la descomposición de las identidades y las solidaridades establecidas, centrada en los derechos sociales de ciudadanía, ha sido explotada por el populismo nostálgico que propone la “diferencia cultural” como base para excluir a los que no pertenecen a “la nación”. El denominado “nuevo racismo”, que se argumenta en términos culturales, ha sido instrumentalizado de manera tácita por el pragmatismo político e institucional. El miedo a la “invasión musulmana” se ha fundido en el seno de los movimientos nacional-populistas con la percepción
EL ATOLLADERO EUROPEO
Los excluidos sociales, en sus múltiples facetas, son una de las manifestaciones más notorias de la crisis del Estado de bienestar de la Europa próspera
de amenaza a las identidades nacionales establecidas que representan los actuales procesos supranacionales de integración dentro de la Unión Europea y, por consiguiente, se ha exacerbado. En el cambio de milenio, la alianza entre la clase dirigente conservadora austríaca y el posfascista Partido de la Libertad de Jörg Haider provocó conmoción en toda Europa. Sin embargo, coaliciones semejantes han pasado a formar parte de la normalidad. En 2001, el Partido del Pueblo Danés (Dansk Folkeparti) de Pia Kjærsgård, abiertamente racista, obtuvo un pasmoso éxito electoral y respaldó con condiciones una coalición gubernamental xenófoba de conservadores y liberales. En Italia, el Gobierno neoliberal de Berlusconi llegó el mismo año al poder en coalición con la racial-populista Liga Norte y la posfascista Alianza Nacional. En Francia, Jean-Marie Le Pen se convirtió en una amenaza para la clase política tradicional en la campaña presidencial de 2002, pese al hecho –o quizá a causa– de que los principales partidos políticos habían adoptado ya ingredientes esenciales del programa populista de su desacreditado partido, el Frente Nacional. Pueden reconocerse tendencias similares más o menos explícitas en toda la Unión, incluyendo países como los Países Bajos, el Reino Unido y Suecia, donde se han promovido políticas de “multiculturalismo” o “diversidad” durante décadas de forma más consistente que en otras partes, y que se han distinguido por legislaciones, instituciones nacionales y prácticas reales orientadas a combatir el racismo y la discriminación. También en estos países los principales partidos políticos han adoptado algunos de los mensajes más electoralistas inventados por la nueva derecha populista, con ideas que hace unos años se consideraban intolerables. Sin embargo, visto desde una perspectiva más amplia, es una estrategia basada en una visión a corto plazo, puesto que el crecimiento de la nueva derecha populista puede llegar a poner en peligro el proyecto de integración europea en su conjunto.
El fantasma de Europa La desregulación de los mercados laborales y la progresiva transformación de los pactos de ciudadanía comportan en todas partes la atenuación o el abandono de los derechos sociales establecidos. Los actuales cambios están impulsados tanto por agendas ideológicas y estrategias políticas como por exigencias económicas. Con todo, es difícil que estos cambios se orienten en una dirección uniforme y constante hacia el neoliberalismo o la “neoamericanización”. La transformación social y económica se moldea y arraiga a través de prácticas cuyo camino pasa por las instituciones y está delimitada por configuraciones específicas de poder y conflictos políticos en el contexto de las cuales la inmigración, el asilo y la exclusión o inclusión de nuevas minorías étnicas se han convertido, de hecho, en un atolladero cada vez mayor. Por consiguiente, el cambio de los marcos institucionales nacionales de inmigración y la incorporación de los inmigrantes y las minorías étnicas constituyen factores de primer orden en la conformación de regímenes “racializados” de trabajo y bienestar social. Sin embargo, si bien la mayoría de estados miembros de la Unión Europea experimentan problemas semejantes de exclusión y al mismo tiempo el desafío a menudo pujante de unos movimientos populistas, tales cuestiones todavía dependen en gran parte de la idiosincrasia nacional. Lo mismo puede afirmarse de las preferencias en cuanto a soluciones políticas, lo que convierte la selección de políticas europeas comunes en un ejercicio de suma complejidad. Hay varias configuraciones regionales o nacionales específicas. El Reino Unido constituye desde hace mucho tiempo un “caso especial” dentro de Europa, dado que su sistema institucional ha incitado y facilitado las desregulaciones neoliberales más que el de ningún otro Estado miembro de la Unión Europea. Como resultado, se observa una polarización de las rentas altas y una persistente pobreza entre los grupos de población de las grandes áreas urbanas. El giro neoliberal britá-
nico incluye formas muy poco liberales de tratar problemas como el desempleo, la dependencia de la asistencia social, las desventajas sociales –incluidas las étnico-raciales–, así como el malestar y la delincuencia urbana que se deriva de todo ello: programas disciplinarios de trabajo social, criminalización basada en el principio de tolerancia cero y creación de un complejo carcelario-industrial, algo en lo que el Reino Unido aventaja a toda Europa. En consonancia con la desregulación –y gracias a la disciplina impuesta al movimiento sindical por el tatcherismo–, el Reino Unido está también en primera línea europea en cuanto a “precarización” del trabajo. Las minorías étnicas están presentes en una alta proporción en los trabajos carentes de protección social y seguridad económica. El surgimiento de un impresionante sector de nuevos pequeños negocios ha traído consigo un mercado laboral informal en expansión, con condiciones de trabajo lamentables y provisto de mano de obra procedente en gran parte de las minorías étnicas. La imposición de disciplina al segmento marginal de trabajadores a través del trabajo precario ha tenido menos “éxito” en el Reino Unido que en Estados Unidos. Sin embargo, esta situación puede cambiar a medida que el creciente número de inmigrantes sin papeles y solicitantes de asilo, obligados a trabajar en la clandestinidad, adquiera mayor importancia económica. Ello puede alimentar las tensiones latentes entre los segmentos más desprotegidos de la clase trabajadora británica blanca y los grupos étnicos minoritarios y, en consecuencia, poner en peligro el consenso antirracista, cuyo centro son las minorías de origen poscolonial presentes desde hace tiempo en el país. Los estados de bienestar “socialdemócratas” escandinavos, con su alto nivel de universalidad, constituyen desde hace tiempo un evidente contraste con la universalidad de las necesidades mínimas característica del modelo “neoestadounidense” del Reino Unido. Los países escandinavos representan un caso diferenciado desde la perspectiva de los actuales modelos de sacrificio entre VANGUARDIA | DOSSIER
103
100 Ulrick
5/12/06
19:39
Página 104
EL ATOLLADERO EUROPEO
la Escila de un extenso desempleo y la Caribdis de un extenso sector laboral de bajos salarios. Tanto el desempleo como la dependencia de la asistencia social siguen siendo en este caso preocupaciones fundamentales. El ejemplo que mejor lo ilustra es el sueco, donde un Gobierno socialdemócrata ha seguido una estrategia modificada de “tercera vía” para afrontar la crisis desde principios de la década de 1990 hasta que perdió el poder en las elecciones del otoño de 2006 frente a una alianza de liberales, centristas y conservadores. La nueva pobreza asociada con los regímenes de flexibilización neoliberal y la conversión de los trabajos con bajos salarios en trabajos precarios ha sido mucho más limitada que en el Reino Unido, aunque ha aumentado. Un creciente número de personas se ha encontrado tanto fuera del sistema de compensación por desempleo como del sistema de formación profesional para el mercado laboral. A medida que el sistema de asistencia social residual se ha vuelto más restrictivo, un mayor número de inmigrantes y personas de minorías étnicas se ha visto obligado a subsistir a través de una combinación de ayudas sociales marginales e ingresos procedentes de la nueva economía marginal oculta, a menudo “negocios étnicos” gestionados por pequeños empresarios inmigrantes o de minorías étnicas. Ahora bien, la cohesión social de estas sociedades las hace particularmente sensibles a las desventajas sociales y al alejamiento del estado de bienestar en términos de raza o pertenencia étnica. A diferencia de la política contra la inmigración que se lleva a cabo en Dinamarca, el ejemplo sueco ha seguido representando un caso donde la amenaza al pacto sobre la universalidad del Estado de bienestar se combate mediante políticas oficiales de “diversidad” y “antidiscriminación”, combinadas con programas relativamente extensos de inclusión social de los grupos marginados. No obstante, pese a la firme retórica política sobre el compromiso de preservar un modelo universal, la tendencia a la “racialización” y la etnización ha debilitado la solidaridad. A 104 VANGUARDIA | DOSSIER
ello se le añade una explotación todavía limitada, pero en aumento, de inmigrantes sin papeles como medio de flexibilización laboral en un creciente número de actividades, una nueva situación para la que no existe respuesta institucional. En la actualidad, con el vuelco político a la derecha de 2006, este “equilibrio inestable” del “neoliberalismo implícito” sueco, caracterizado todavía por altos niveles de protección social y laboral, está cambiando de forma radical. Cabe suponer que la nueva legislación laboral y sobre el desempleo generará un rápido crecimiento de las demandas de asignaciones de asistencia pública en los municipios. Una parte considerable de los solicitantes será de origen inmigrante, dada la posición marginal de los inmigrantes en el mercado laboral. A juzgar por la experiencia en otros países europeos, un escenario probable puede ser el ascenso del populismo xenófobo, hasta la fecha ausente de Suecia. Con todo, el actual estado de cosas en Suecia está todavía muy lejos de la situación italiana, donde el trabajo en el sector informal de la economía sigue siendo la característica dominante del mercado laboral inmigrante. Debido a un sistema de bienestar basado en la familia y al escaso desarrollo de la asistencia pública a la infancia y los ancianos, la movilización de la reserva laboral constituida por las mujeres italianas –nativas– hacia los puestos de trabajo de clase media en una economía dinámica se ha vuelto dependiente de un numeroso ejército de desfavorecidos empleados domésticos procedentes del sistema migratorio global. Cabe suponer que los estados de bienestar conservadores y corporativos son, en general, más tolerantes con la exclusión continuada de la plena ciudadanía nacional de los inmigrantes y grupos étnicos “no nacionales” que el Reino Unido y los países escandinavos. Lo subraya la mayor necesidad de compensar la marcada falta de flexibilidad del sistema de bienestar privilegiado que en parte persiste por medio de un sector liberalizado de la economía provisto de mano de obra inmigrante, mano de
EL ATOLLADERO EUROPEO
obra que está excluida casi por completo de la ciudadanía. El considerable desempleo registrado todavía se concentra entre los jóvenes nativos que subsisten gracias al régimen de bienestar familiar, mientras que los inmigrantes están casi excluidos del marco institucional del Estado de bienestar. Surge entonces un sistema de bienestar dual en correspondencia con el mercado laboral dual –regulado y desregulado–, donde la divisoria entre incluidos y excluidos separa con claridad a los nacionales de los que no lo son. Mientras que el empleo clandestino ha sido una parte integrante de las actuales estrategias de reestructuración empresarial, los trabajadores inmigrantes que forman parte de una boyante economía sumergida también se han convertido en chivos expiatorios de la crisis del Estado de bienestar y en el principal objeto del discurso exclusivista del populismo de derechas. Por otra parte, mientras que algunos grupos de inmigrantes tienden a estabilizarse gracias a la demanda de mano de obra estable por parte de un creciente número de empleadores, se contempla un sistema formalizado de trabajadores invitados basado en contratos de corta duración como solución al sistema de trabajo e inmigración irregular, cada vez más insostenible. Alemania acogió el mayor sistema de “trabajadores invitados” de Europa de la década de 1950 a la de 1970 y ha desarrollado en la actualidad a regañadientes una denostada política de integración de la población cada vez más numerosa de inmigrantes residentes en el país desde hace tiempo y de sus descendientes. En este caso, tanto el régimen de bienestar como las características de las relaciones industriales constituyen un fuerte contrapeso de la precarización del mercado laboral y la reducción de beneficios sociales. Sin embargo, la reacción populista parece impedir la inmigración y el asentamiento continuados, y favorece nuevos sistemas de contratación precaria, lo que constituye de hecho una puesta al día del sistema de trabajadores invitados. Tal como ha ocurrido en otros países europeos, ello ha contribuido al
Las políticas para la incorporación de inmigrantes y minorías étnicas que se aplican en los países de la Unión Europea conducen a un callejón sin salida inmediata
colapso de la tradicional política liberal alemana de acogida de refugiados, reemplazada por prácticas de “protección temporal”. Esta política mantiene a extensos grupos de refugiados y solicitantes de asilo en un estado de permanente flujo y, a menudo, de dependencia forzada de fuentes más o menos clandestinas de subsistencia. Al mismo tiempo, los inmigrantes irregulares siguen constituyendo una parte considerable de la mano de obra precarizada de algunos sectores de la economía. Son un segmento de la población menos integrado y todavía más criminalizado que en la Europa del sur, donde los sindicatos y las ONG están fuertemente comprometidos con la reivindicación de los derechos de los trabajadores clandestinos.
Un dilema europeo Las formas institucionalizadas de incorporación de inmigrantes y minorías étnicas en cada Estado miembro de la Unión Europea llevan, con diversas variantes, a un callejón del que no parece haber salida inmediata. Al mismo tiempo, los estados miembros parecen haberse quedado atrapados en un dilema común. El “dilema europeo” –como argumento con Peo Hansen y Stephen Castles en un libro reciente, Migration, Citizenship and the European Welfare State, 2006– tiene importantes semejanzas con el “dilema estadounidense” de raza, clase y democracia descrito por el economista sueco Gunnar Myrdal hacia fines de la Segunda Guerra Mundial (1944). Por un lado, el futuro del proyecto de integración europea depende del éxito de un marco con nuevas modalidades inclusivas de ciudadanía y extensas formas de solidaridad social. En consecuencia, en la actual batalla por la integración europea, la retórica oficial aún imperante sobre la ciudadanía y la solidaridad se enfrenta con los múltiples procesos “racializados” de exclusión social, de los cuales son muy conscientes los grupos políticos dirigentes. Enfrentadas al creciente tamaño de las poblaciones inmigrantes y su descendencia, a las crecientes tensiones sociales vinculadas con la “racialización” de los mercados laborales, y a la aparente probabilidad de una persistente inmigración a gran escala por motivos económicos procedente de terceros países, la sociedad y la política pasan ahora a primer plano cuestiones como las relacionadas con la discriminación y la diversidad étnica. Por otro lado, tomarse tales desafíos en serio implica de manera inevitable enfrentarse a poderosos intereses políticos y económicos. Estos
intereses están implícitos en los procesos de estructuración, las relaciones de poder y la vida cultural y social propia de la gran transformación que representan los nuevos tiempos, aquello a lo que nos referimos habitualmente con el tópico de la “globalización”. Un rasgo cada vez más esencial de esta transformación global del capitalismo contemporáneo es el crecimiento de las migraciones globales. Para caracterizar este dilema, pues, podemos concluir con Manuel Castells que la Unión Europea debe “cumplir con su nuevo papel económico mundial al tiempo que se acomoda a una sociedad multiétnica que surge de las mismas raíces que sostienen la economía global”. Este atolladero no puede ya abordarse recurriendo al tipo de estrategias defensivas por medio de las cuales los gobiernos europeos han intentado apaciguar los movimientos y partidos populistas, es decir, recurriendo a políticas de inmigración y asilo cada vez más restrictivas en un aparente desplazamiento desde las políticas del multiculturalismo hacia las modernizadas políticas y prácticas asimilacionistas de algunos países o recurriendo a la creación de nuevos sistemas de “trabajadores invitados” diseñados para mantener el “problema” fuera de las instituciones centrales de la sociedad. La razón por la cual la inmigración y la exclusión social constituye un dilema común no es la simple aparición y persistencia de formas de nuevas exclusión racial. Más bien al contrario, las contingencias comunes de tales procesos de exclusión forman parte de la crisis europea dual de la nación y del Estado de bienestar. Sin embargo, la crisis tomará distintas formas concretas según el carácter del régimen de bienestar y de las políticas de inmigración y sobre minorías étnicas de cada Estado miembro; asimismo, las diferencias institucionales establecidas históricamente harán que cada Estado busque sus propias soluciones idiosincrásicas. Ello complica enormemente la definición de unas políticas comunes en una época donde el empleo, la política social, la inmigración, el asilo, la “diversidad” y la discriminación están convirtiéndose en ámbitos para la formación de políticas a largo plazo a escala de la Unión Europea.
BIBLIOGR AFÍA
Schierup, Carl-Ulrik, Peo Hansen and Stephen Castles, Migration, Citizenship and the European Welfare State. A European Dilemma, Oxford University Press (Oxford), 2006.
VANGUARDIA | DOSSIER
105
106 Sciortino
5/12/06
19:43
Página 106
Algunos elementos para comprender a los ‘irregulares’ Giuseppe Sciortino DOCTOR EN SOCIOLOGÍA. IMPARTE CLASES EN LA UNIVERSIDAD DE TRENTO (ITALIA). SUS PRINCIPALES CAMPOS DE INVESTIGACIÓN SON LAS MIGRACIONES INTERNACIONALES Y LA TEORÍA SOCIOLÓGICA
L
OS PROCESOS MIGRATORIOS IRREGULARES SON
el producto de la interacción de dos procesos sociales distintos: la movilidad humana a través de los espacios sociales y la aspiración al control de tales espacios por parte de los estados. La irregularidad migratoria es un estatus jurídico, que describe la relación social del inmigrante con uno o más estados: la relevancia empírica de dicho estatus varía notablemente en los distintos períodos y en referencia a distintos contextos. El hecho de que un extranjero sea clandestino es sin duda alguna importante para el policía del departamento de extranjería. Es bastante importante para los empresarios y propietarios de viviendas. Importa muy poco a los propietarios de bares y potenciales amigos. Es meramente una cuestión de procedimiento para los muchos trabajadores sanitarios italianos o españoles, que sólo tienen el problema de entender a quién imputar los costes. Es del todo insignificante para las empleadas de supermercado y los estancos. Cada una de estas interacciones podría ser distinta. En Alemania, la irregularidad jurídica del paciente puede ser un terrible problema de conciencia para los trabajadores sanitarios, que deben decidir si respetar o no la obligación de notificar a la policía al extranjero atendido. En Estados Unidos, el propietario de una vivienda que insistiera en controlar la regularidad del permiso de estancia del arrendatario lo hace por su cuenta y riesgo. En la buena y vieja Unión Soviética, la empleada del supermercado tenía el derecho, y en muchos casos el deber, de verificar la identidad del comprador de unos pepinos. En Italia, para dormir en un hotel es necesario mostrar un documento. En el Reino Unido, legiones de “señores y señoras Smith” duermen todas las noches en los hoteles de la isla.
106 VANGUARDIA | DOSSIER
A esto se puede añadir una consideración dinámica. Los estados son capaces de, con un solo trazo de bolígrafo, transformar cientos de miles de inmigrantes clandestinos en extranjeros residentes. Ha ocurrido en casi todos los países europeos y es un fenómeno que tiene lugar con particular frecuencia en la Europa meridional. Del mismo modo, los cambios constitucionales o legislativos pueden transformar de un día para otro a individuos presentes de manera legal o semilegal en extranjeros irregulares. Compliquemos el panorama aún un poco más. La diferencia entre sistemas migratorios legales e irregulares no deriva del tipo de flujos en tanto que tales. Deriva de la existencia de una tensión estructural entre las precondiciones sociales y políticas de los flujos migratorios. Las políticas migratorias muy liberales no producen flujos migratorios relevantes en ausencia de una demanda de entradas por parte de potenciales inmigrantes y de una demanda de trabajo estructural en el país de inserción. Las políticas fuertemente restrictivas pueden, por el contrario, coexistir con flujos migratorios relevantes si en las sociedades de llegada existe una constelación de condiciones que permita el ingreso y la permanencia aun a pesar de dichas políticas. Respecto a la complejidad del fenómeno de la inmigración irregular, el debate civil y político tiende a simplificarse excesivamente. Se buscan soluciones simples a problemas complejos, culpables únicos para culpas múltiples. Quizá sea conveniente tomarse un poco de tiempo para examinar brevemente las condiciones estructurales de los flujos irregulares, su anatomía, sus canales de entrada. Obtendremos un cuadro menos pintoresco, pero puede que más útil, de todos los que circulan actualmente entre la opinión pública y los políticos.
Por qué impedir la inmigración irregular es difícil Todos los estados contemporáneos reivindican el derecho a decidir sobre la composición de su población. Es más, el control de la movilidad espacial a través de las propias fronteras es una de las prerrogativas –y de las expectativas– más importantes que acompañan a la reivindicación de una soberanía sobre un territorio.
Aun así, como se ha visto antes, eso no quiere decir que los estados tengan efectivamente un control absoluto sobre las entradas y salidas. Aún menos, que la vida social que tiene lugar en su territorio sea transparente. Por contra, los estados modernos varían mucho en la capacidad de controlar y sancionar las transacciones sociales que tienen lugar en su territorio. En términos migratorios esto quiere decir que el significado social de la irregularidad depende de dos cosas: 1) de la cantidad y calidad de las transacciones sociales que están jurídicamente vinculadas a la disponibilidad de una identidad certificada; 2) del grado efectivo de implementación de dichas normas en la vida social concreta. Una hipotética sociedad donde todas las transacciones sociales estuvieran vinculadas a la posesión de una identidad legítima y donde la transparencia fuera completa no sería una sociedad particularmente agradable en la que vivir, pero se puede estar razonablemente seguro de que no poseería una inmigración irregular notable. Existen, además, dos dimensiones específicas que no deben descuidarse, en tanto que imponen límites a la capacidad efectiva de los estados para conseguir un control sobre la composición de su población. La primera tiene que ver con el hecho de que los estados liberales contemporáneos respetan normas que –dado que extienden a los extranjeros protecciones importantes tanto relativas a la investigación como a la sanción– limitan en gran medida el propio grado de control. Los estados occidentales, por ejemplo, han renunciado intencionadamente a los instrumentos de control, ampliamente practicados en otros países, como torturar al sospechoso irregular hasta que éste entregue su documento de identidad, empujar a aquellos que intentan atravesar la frontera hacia un campo minado, o expulsar coercitivamente y de un día para otro a decenas de miles de personas basándose sólo en una simple decisión administrativa. Además, los mismos estados han suscrito libremente acuerdos internacionales –el primero
de ellos la Convención de Ginebra– que limitan aún más lo que un Estado puede hacer con los extranjeros irregulares. En este sentido, y por suerte, muchas de las dificultades para impedir la inmigración irregular no representan una señal de la crisis de Occidente sino, más bien al contrario, la prueba de que la tradición liberal sigue vivita y coleando. El segundo motivo es en cambio de orden práctico. Reprimir un flujo irregular –manteniendo los vínculos jurídicos antes mencionados– es cosa compleja. Requiere hombres preparados, procedimientos racionales, tiempo y recursos de investigación adecuados. Requiere bases de datos operativas, instrumentos dactiloscópicos con márgenes de error aceptables, interconexiones entre sistemas informáticos, intérpretes, centros de detención fiables y que funcionen, y una representación diplomática que no se limite a una sinecura. Se trata de recursos escasos en todos los estados democráticos. Y requiere, y no es cuestión baladí, un presupuesto adecuado: controlar, identificar y expulsar son todas operaciones más bien costosas. Por último, existe un problema de consenso. Existen pocas dudas de que, como demuestran los sondeos, la opinión pública está regularmente cansada de la inmigración irregular. En los distintos países europeos se proporcionan motivos diversos para temer la inmigración irregular, pero se coincide en el hecho de temerla. Con todo, esto no significa asustarse de nuestra señora de la limpieza o del muchacho que nos trae la cerveza en el bar. Si la policía expulsase a la primera, supondría un buen problema para nuestra familia, y si lo hiciese con el segundo, muchos de los parroquianos insistirían en que la policía “lo persigue”. Aún se apreciarían menos los retrasos que la introducción de controles aleatorios de documentos comportaría en nuestra vida cotidiana o la “demasiada” burocracia que un programa de represión del trabajo irregular impondría a los empresarios. Y los operadores turísticos no entienden por qué las embajadas irritan tanto antes de conceder un visado. Las sociedades con-
temporáneas son sociedades complejas donde a menudo lo que declaramos que queremos –impedir la inmigración irregular– se opone a lo que estamos dispuestos a aceptar –la ingerencia de la policía, la burocracia, la violación de la intimidad.
Los inmigrantes irregulares no son todos iguales Una segunda consideración que hay que desarrollar es que los inmigrantes irregulares son todo menos una categoría homogénea. El mundo de la inmigración irregular está de hecho compuesto por un mosaico de categorías muy distintas. A nivel europeo se prefiere no dar relevancia a la existencia de un problema que no se puede dejar de lado: no existe una definición unívoca de inmigrante irregular válida en todos los estados de la Unión Europea. A decir verdad, los países miembros ni siquiera consiguen ponerse de acuerdo sobre la nomenclatura mínima necesaria para publicar tablas estadísticas sobre la inmigración irregular basadas en datos de significado homogéneo. Dada esta situación, lo que podemos hacer es identificar algunos segmentos –caracterizados por relaciones específicas de protección respecto a las intenciones restrictivas de los estados de Europa occidental– y analizar sus lógicas de funcionamiento. Partamos del segmento favorito: los inmigrantes irregulares que resultan protegidos de la acción represiva del Estado gracias a las reglas, constitucionales o de derecho internacional, reconocidas por el propio Estado. Tomemos el caso de los potenciales peticionarios de asilo. Estos peticionarios no pueden ser considerados culpables por un eventual ingreso clandestino, y su entrada no está sometida a cuotas o limitaciones. La entidad de este segmento es despreciable en muchos países mediterráneos, donde una mezcla de negligencia administrativa y discrecionalidad en las decisiones convierte el canal del asilo en poco utilizado. Pero es bastante relevante en Alemania, y en menor medida en Francia y el Reino Unido. Por lo VANGUARDIA | DOSSIER
107
106 Sciortino
5/12/06
19:43
Página 108
A L G U N O S E L E M E N T O S PA R A C O M P R E N D E R A L O S ‘ I R R E G U L A R E S ’
tanto, no resulta sorprendente cómo, a plos de esto podrían ser los casados con partir de principios de los 90, una am- personas que prácticamente no han visplia parte de las reformas migratorias to nunca, los trabajadores que pagan en estos países se han concentrado casi con regularidad las contribuciones de exclusivamente en la reducción del nú- un contrato de trabajo ficticio, los tramero de peticiones de asilo potenciales. bajadores autónomos que declaran un A pesar de dichas reformas, un número volumen de negocio superior al real parelevante de las nuevas peticiones de ra justificar la petición de reunificaasilo en Alemania es presentado por ex- ción familiar, etcétera. Para todos éstos, tranjeros en condición irregular des- la regularidad de su propia posición depués de que éstos hayan sido debida- pende sustancialmente del hecho de mente identificados por la policía. Se que los controles exhaustivos de la dopuede incluso sostener que el sistema cumentación son poco habituales. Están también los extranjeros que de asilo en Alemania desempeña un papel equivalente al de las legalizacio- disponen de documentos perfectanes generales en los países de la Europa mente regulares en lo que respecta al ingreso en el país pero que violan las conmediterránea. Un segundo segmento con caracte- diciones en los que éstos han sido conrísticas parcialmente similares está cedidos. Constituyen los casos más compuesto por los inmigrantes irregu- conocidos los inmigrantes irregulares que han entrado lelares que, aunque no galmente pero perpueden ser reconoci- El extraordinario manecen en el país dos como asilados, incremento de tampoco pueden ser inmigrantes ucranianos tras el período de validez del visado conexpulsados coercitivaen Italia y España es cedido –los llamados mente. La Convención visa overstayers–, y de Ginebra –cosa que una consecuencia aquellos que utilizan agradecemos a sus re- de la política liberal sobre el visado que los visados turísticos dactores– prohíbe a para desempeñar los estados firmantes se aplica en Alemania una actividad laboexpulsar extranjeros a países donde éstos se encontrarían en ral, los llamados working tourists. Estas peligro, es la llamada cláusula de non re- dos categorías representan con toda foulement. Cada Estado, tiene, natural- probabilidad los segmentos más numente, una notable autonomía para merosos de la inmigración irregular reconocer la existencia de dichos peli- en Europa occidental. La distribución gros en el país de origen. A pesar de ello, de estas dos categorías, sin embargo, no en cada país firmante existe un cierto es homogénea entre los distintos países segmento de inmigrantes que, inde- europeos. En los países dotados de fuerpendientemente de cumplir o no los re- tes controles internos, los working tourists quisitos para una permanencia legal, constituyen una presencia numerosa, y no pueden ser expulsados sin violar dan lugar al desarrollo de sistemas milas leyes. Como para los peticionarios de gratorios circulares, organizados en asilo, este segmento es más bien rele- una secuencia de estancias –todas equivante en los países de la Europa sep- valentes a la duración máxima del vitentrional y sustancialmente marginal sado– intercaladas con un regreso al país de origen. En algunos casos, hasta se en Italia y España. Existen además algunas categorías registra un modelo de secuencia más de inmigrantes que pueden ser defi- complejo, donde dos o más individuos nidas como semilegales. Un gran seg- se alternan en el mismo puesto de tramento está constituido por aquellos bajo. Contrariamente, en los países caque tienen un permiso de residencia rentes de fuertes controles internos, legalmente válido, pero que se basa en como Italia y España, la exigencia de supuestos que, de ser verificados, com- respetar la duración del visado es meportarían la pérdida del mismo. Ejem- nor. Los irregulares que entran utili108 VANGUARDIA | DOSSIER
zando un visado turístico prolongan su presencia, convirtiéndose en inmigrantes irregulares. En lo que respecta a Italia, basta recordar que casi tres cuartas partes de los regularizados en 2002 entraron en el país utilizando un visado turístico. Porcentajes sólo ligeramente menores se revelan, en función de las nacionalidades, en las estadísticas de la última regularización española. Mientras los estados mediterráneos reforzaban el control de sus fronteras para prevenir los ingresos clandestinos, cientos de miles de entradas legales desde Europa del este daban vida a nuevos y potentes sistemas migratorios irregulares. El amplio uso de los visados turísticos pone de manifiesto un problema delicado: con las actuales reglas, un visado Schengen expedido por un país miembro consiente el ingreso en todo el territorio de la Unión Europea. El extraordinario aumento de los trabajadores ucranianos en Italia y España es, por ejemplo, consecuencia de la liberal política de visados alemana. Pero lo mismo podría decirse del crecimiento notable de los trabajadores ecuatorianos en Italia, la mayoría de los cuales procede de España en el período en el que las políticas de visados hacia aquel país eran particularmente liberales. Estos tres segmentos de la inmigración irregular tienen en común estar protegidos principalmente por el cálculo de las probabilidades: aunque una investigación profunda podría revelar rápidamente su condición irregular, la probabilidad de que esta investigación tenga lugar es muy limitada, y disminuye a medida que aumenta el número de individuos en esta situación. Otro estrato más de inmigrantes irregulares está compuesto por individuos fáciles de identificar pero difíciles de sancionar. En todos los estados democráticos, existe una capa más o menos numerosa de inmigrantes irregulares que no son expulsados a pesar de que las fuerzas del orden están al tanto de su existencia. Se trata de individuos cuya expulsión comporta costes –financieros, diplomáticos, de organización– que se juzgan excesivos. En parte,
A L G U N O S E L E M E N T O S PA R A C O M P R E N D E R A L O S ‘ I R R E G U L A R E S ’
esto tiene que ver con las tácticas de resistencia de los propios inmigrantes, basadas en la destrucción de los documentos de identidad, en el uso de identidades múltiples, en la amenaza de violencia en el curso del viaje –y por lo tanto en el aumento del número de personal de escolta considerado necesario–. Estas tácticas no son decisivas en tanto que tales –si se quiere de verdad identificar a toda costa a un individuo, generalmente se puede hacer–, pero contribuyen a convertir la expulsión en aún más laboriosa. La razón crucial suele tener que ver, más bien, con el mismo mecanismo de las expulsiones. Éste se presenta como el apogeo de la discrecionalidad soberana de los estados, Westfalia casi en estado puro. En realidad, una orden de expulsión es prácticamente imposible de implementar sin el consenso del país que debe aceptar al extranjero expulsado. Y no hay ningún buen motivo para dar dicha cooperación por descontada. Algunos datos italianos permiten hacerse una idea del problema. En 2004, sólo el 43 por ciento de los 81.000 extranjeros identificados fue alejado efectivamente. Lo que cuenta sigue siendo la existencia de notables diferencias entre los países de origen: casi en 90 por ciento de las expulsiones a Albania pudieron llevarse a cabo, mientras que sólo sucedió así con el 46 por ciento de las expulsiones a Marruecos, el 42 por ciento de las expulsiones a Ucrania, y el 39 por ciento de las expulsiones a Moldavia. ¿Una situación italiana? Se diría que no. Los pocos datos disponibles a nivel europeo indican que el problema afecta a todos los países europeos, no se excluye ninguno. En la base de la pirámide de la inmigración irregular se encuentra el magma de inmigrantes que participa en el proceso migratorio irregular en condiciones de bajo capital, tanto económico como social. Son los inmigrantes que se desplazan sin tener miembros de su familia en el país de llegada, que disponen de información menos precisa o menos actualizada, que no pueden permitirse adquirir servicios de mediadores fiables, que colapsan los centros asistenciales. Se tra-
ta de un segmento relativamente poco numeroso pero también altamente visible. De manera no sorprendente, constituyen buena parte de los individuos interceptados en las operaciones de bloqueo, rechazados en el momento de cruzar las fronteras terrestres, identificados en el territorio, expulsados coercitivamente. De manera igualmente poco sorprendente es este segmento –reflejado en eventos pintorescos y capaces de focalizar la atención de los trabajadores del tercer sector– el que acaba por definir la percepción pública del inmigrante irregular como un marginado social a merced de los acontecimientos y los engaños.
La perspectiva del inmigrante irregular ¿Por qué un individuo elige emigrar hacia un destino donde, además de las ya de por sí notables dificultades que aguardan a cada emigrante, deberá enfrentarse a las dificultades asociadas con el hecho de ser irregular? ¿Qué tipo de ilusiones, si no auténticos engaños, pueden convencerlo para enfrentarse a los riesgos y peligros asociados con una vida de ilegal? Conviene comprender que, desde el punto de vista de los inmigrantes, la diferencia entre sistemas migratorios legales e ilegales es a menudo menos relevante de cuanto pueda parecerlo desde el exterior. En la organización del viaje y el asentamiento, lo que cuenta es conseguir el objetivo dentro de los vínculos económicos y sociales existentes. Desde esta perspectiva, el derecho de los estados de seleccionar las entradas se convierte simplemente en parte del conjunto de obstáculos e inconvenientes que hay que gestionar para alcanzar el objetivo: es decir, es tratado como un problema práctico, frente al cual es normal utilizar los instrumentos más eficaces disponibles y accesibles. Cuáles de estos instrumentos son legales, cuáles semilegales y cuáles completamente ilegales es a menudo algo de lo que los propios inmigrantes no están seguros: ¿cómo saber si parte del dinero desembolsado a la agencia que hace de intermediaria en el viaje acaba
en los bolsillos de un funcionario de la embajada? Se puede objetar que en muchos casos el inmigrante es perfectamente consciente de que subirse a una barca o meterse en un escondite de un medio de transporte es igual a un ingreso clandestino. Aun así, no será infrecuente, desde su punto de vista, que esta acción sea descrita por quien la ha llevado a cabo como perfectamente lícita y normal, como el modo en que se hacen estas cosas, inscrita en una narrativa más vasta que comprende a todos los que han hecho lo mismo en el pasado –y han conseguido instalarse con éxito–, y los que la harán en el futuro. En pocas palabras, llevar a cabo un proceso migratorio más o menos irregular es, desde el punto de vista de muchos inmigrantes, un problema práctico que comporta costes, riesgos y posibilidades, no un problema moral. En este proceso, se registran, naturalmente, muchísimos errores, informaciones equívocas, engaños. Los sistemas migratorios irregulares no son una cena de gala: a menudo los costes humanos son muy altos. Pero hay que admitir que el saber migratorio transmitido por las redes de inmigrantes ofrece a menudo una descripción realista de las políticas migratorias. Este saber migratorio dice que si los inmigrantes perfectamente instalados hoy en Italia y España hubiesen esperado la política activa de entradas anunciada por los respectivos gobiernos, aún estarían esperando. Dice que si los inmigrantes perfectamente instalados hoy en estos países hubiesen creído de verdad que aquella regularización masiva iba a ser la última, habrían negado a familiares y amigos la posibilidad de legalizarse cuando, pocos años después, iba a resultar que la regularización era la penúltima. Subraya que en estos países un trabajo sin documentos se encuentra sin demasiados problemas, y que basta con respetar algunas normas simples para reducir el riesgo de ser identificado por la policía. Hasta ahora, los inmigrantes han demostrado una comprensión de los mecanismos reales de las políticas migratorias superior a la demostrada por los legisladores. VANGUARDIA | DOSSIER
109
110 Pastore
5/12/06
13:42
Página 110
El continente móvil migraciones y relaciones internacionales Ferruccio Pastore VICEDIRECTOR DEL CENTRO STUDI DI POLITICA INTERNAZIONALE (CESPI), DE ROMA. (
[email protected])
C
ADA INTENTO DE EMIGRACIÓN ES EL
Los casi 200 millones de inmigrantes del planeta representan hoy el principal factor de transformación social, cultural y demográfico de muchos países ricos
110 VANGUARDIA | DOSSIER
fruto de una elección dura, a menudo trágica, basada en la percepción de una desigualdad y en la valoración de una oportunidad. En una minoría de los casos se trata de la simple oportunidad de sobrevivir; en la mayoría, de la oportunidad de vivir mejor y de que vivan mejor tus seres queridos. Para miles y miles de personas en el mundo, lo que llamamos “globalización” ha cambiado y continúa cambiando los términos esenciales de esta decisión crucial: quedarse donde el destino te ha hecho nacer o emigrar. Los factores de transformación son esencialmente tres: las desigualdades internacionales e internas en los países crecen; la percepción de estas desigualdades –y de las oportunidades de reducirlas a través de la movilidad– se vuelve más aguda e inmediata por la penetración de los medios de comunicación globales; el desplazamiento físico se ha visto materialmente facilitado por el progreso en los transportes internacionales. Una aplastante mayoría de los habitantes del planeta, incluso sólo de los del mundo en vías de desarrollo, decide quedarse. O más bien, aunque cultive un sueño de emigración, no se decide a traducirlo en acciones concretas. Para moverse, de hecho, se precisan conocimientos –saber a dónde dirigirse y a quién–, recursos financieros –para pagar los billetes, documentos, visados, funcionarios corruptos o traficantes– y, no menos importantes, psicológicos –el valor de arriesgarse y la fuerza para separarse de los afectos originarios– y físicos –sobre todo en el caso de la emigración no autorizada, que requiere superar barreras de todo tipo. Son minoría, por lo tanto, los que deciden intentar, cada día, la vía de la emigración. Pero es una minoría creciente, que hoy en día ha dado vida a un stock de emigrantes –personas residentes desde hace más de un año en un país distinto a aquel en que nacieron, según la definición de las
Naciones Unidas– estimado en 191 millones, frente a los 150 millones de hace sólo seis años. El crecimiento es notable y rápido, sobre todo si se tienen en cuenta también los componentes ocultos de la movilidad internacional, los que las estadísticas muestran con mayor dificultad: los flujos irregulares, los movimientos estacionales y de breve duración, los regresos. Obviamente, desde nuestro punto de vista tiene particular relevancia el hecho de que este arrebato de la presencia extranjera esté especialmente concentrado en las zonas más ricas del planeta –41 millones más, entre 1990 y 2005–, con Europa en primera fila. Si observamos con más detalle, vemos que Italia y España están hoy, a escala mundial, entre los países con la tasa más elevada de crecimiento anual de presencia extranjera. Es una supremacía que pocos envidian y que tiene implicaciones importantísimas, en las que empezamos a reparar ahora.
Una vanguardia incómoda Volveremos más adelante a los aspectos concretos del “modelo migratorio mediterráneo”, pero observemos una vez más el cuadro global. Casi 200 millones de inmigrantes: hablamos, por tanto, de un continente en movimiento, equiparable al 3 por ciento de la población mundial. Es un continente de personas más o menos pobres –aunque se trate de pobreza relativa, ya hemos dicho que los más pobres no pueden “permitirse” siquiera la emigración–, personas, por lo común, sin voz ni poder. Con todo, los inmigrantes, por el solo hecho de representar la vanguardia móvil de la humanidad, cuentan cada vez más y más. En positivo y en negativo representan hoy el principal factor de transformación social, cultural y demográfica en muchos países avanzados. Si desaparecieran o fueran a la huelga todos juntos, en todo el mundo, el mismo día, las sociedades y las economías de los países ricos se verían descalabradas: cultivos que se pudrirían en los campos, ciudades congestionadas por las basuras, talleres cerrados, ancianos no autosuficientes abando-
nados solos, oleadas enteras de padres obligados a ausentarse del trabajo para atender a sus hijos, y descensos de la productividad en todos los sectores. En el lado opuesto, los países y las regiones con mayores tasas de emigración, privados de la crucial amortización social que suponen los envíos de dinero, se arriesgarían al colapso. Aun así, los inmigrantes, esa minoría tan seleccionada y esencial para el funcionamiento del planeta, no son generalmente bienvenidos. En los países de llegada, a pesar del coro de economistas que los alaban, con pocas excepciones, y el aporte positivo general, tendemos a centrarnos en los problemas de integración y seguridad relacionados con su presencia. Las consecuencias indirectas pero problemáticas de la inmigración son innegables, pero marginales. Dejar que nos condicionaran excesivamente sería como pedir la supresión del tráfico sobre ruedas para prevenir los accidentes de carretera. Incluso en los contextos de procedencia, la imagen y la condición de los emigrantes tampoco es ideal. Desde hace mucho, no sólo en el bloque socialista sino también en el mundo poscolonial, quien se marchaba era a veces objeto de envidias silenciosas, pero sobre todo de desconfianza y desaprobación. En el mejor de los casos, era una vaca que muñir y una fuente, por lo general mítica, de herencias principescas; en el peor de los casos, se tachaba al inmigrante de traidor a la revolución, a la patria, a la religión o a la familia, según los casos. Si además se trataba de una mujer, el estigma era –y sigue siendo, por lo general– aún más pesado. Y sólo en los últimos 10 o 20 años, por lo menos en los países de emigración más importantes y avanzados, la consideración de los emigrantes –para los que hoy se usa cada vez más a menudo la denominación colectiva “diáspora”, privada de la tradicional connotación religiosa, política y humanitaria– ha aumentado. Sólo desde hace algunas décadas los grandes países de emigración, muy distintos entre sí, como India, Turquía, México y Marruecos, han empezado a ver a sus ciudadanos en el ex-
tranjero como una entidad autónoma con la que dialogar, y un recurso que hay que valorar, y no sólo como una potencial cuenca de disentimiento político o como una propiedad que explotar.
Cómo ha cambiado la política migratoria La movilidad humana ha sido siempre un asunto político de valor ambiguo: en función de las fases históricas y de los contextos, la inmigración ha sido concebida y tratada como un maná, o justo al contrario, como una amenaza letal; la emigración, por otro lado, ha sido considerada un peligroso empobrecimiento de la nación o un desahogo vital en situaciones de superpoblación relativa. Hoy más que nunca, las migraciones internacionales son un terreno políticamente resbaladizo, donde no existen valores unívocos y recetas simples. En Occidente vivimos el fenómeno de manera esquizofrénica, como necesario y al mismo tiempo indeseado; en muchos países en vías de desarrollo y en transición, se oscila entre la fe salvadora en el impacto de las remesas y el temor exagerado del espectro de la fuga de cerebros. Obligada a encontrar el centro justo entre estas percepciones opuestas y a mediar entre opiniones públicas polarizadas y oscilantes, la política migratoria es un sector dinámico, a menudo confuso y en rápida evolución, tanto en los países de origen como en los de destino. En parte, se trata de adaptaciones accidentales, que convierten la política migratoria en un ámbito de experimentación continua, donde con cada cambio de la mayoría política se aprueba una ley nueva, para intentar mantener el paso con una realidad harto cambiante, pero también para distinguirse en un campo ideológicamente muy caracterizado. Sin embargo, dentro de este flujo de cambios continuos surgen dos tendencias de larga duración, que marcan los últimos decenios de políticas migratorias, especialmente en Europa. La gestión y el control de los movimientos internacionales de personas que, hasta los años 70 del siglo pasado
era un policy field de escaso relieve político, sólo exigido a los aparatos administrativos, ha adquirido importancia, visibilidad y complejidad. La política migratoria, al mismo tiempo que se convertía en más controvertida ha pasado de las cocinas a los pisos superiores del sistema político: “from low politics to high politics”, que dicen los anglosajones. En el caso europeo, el proceso ha tenido un desarrollo en espiral: en la raíz se encuentran las primeras sacudidas de la fase actual de globalización, la crisis petrolera de 1973-74, las reestructuraciones y los recortes de personal que siguieron; eso trajo a la mesa de discusión los enfoques consolidados de política migratoria y prendió la mecha, en este campo, de la tendencia a una fuerte politización; ésta, a su vez, generó una creciente atención mediática, que a su vez sensibilizó –a menudo en formas extremas y distorsionadas– a la opinión pública, lo que produjo una mayor politización aún. Y así sucesivamente. Una segunda tendencia evolutiva de las políticas migratorias en Europa sobre las que vale la pena detenerse es la que amplía el círculo de actores y el número de niveles institucionales implicados. Durante décadas, la Europa continental ha recurrido de manera masiva a la mano de obra inmigrante para alimentar la reconstrucción y el sucesivo boom. Invertir esta línea fundamental de política económica ha supuesto un paso trascendental de difícil gestión. Para millones de trabajadores inmigrantes y para sus familias, que se convirtieron en económicamente superfluos –o se percibían como tales–, han surgido problemas de “integración”. Por otra parte, las cadenas migratorias que se habían ido consolidando durante décadas, siguieron funcionando, produciendo flujos imponentes de migraciones familiares, irregulares, de refugiados y peticiones de asilo. Los estados, por sí solos, se han demostrado incapaces de afrontar los nuevos desafíos, y han pedido refuerzos. A las entidades subnacionales en lo que respecta a la integración, y a otros estados, u organizaciones supranacionales, para el control de los flujos migratorios. VANGUARDIA | DOSSIER
111
110 Pastore c1
7/12/06
18:40
Página 112
EL CONTINENTE MÓVIL. MIGR ACIONES Y REL ACIONES INTERNACIONALES
Migraciones e integración europea El proceso de integración europea tiene mucho que ver con las migraciones, desde distintos puntos de vista. La desintegración de la Europa producida por la Segunda Guerra Mundial había generado inmensos movimientos forzados de población, estimados en 50-60 millones de refugiados, expulsados y deportados, una cifra que se acerca al 10 por ciento de toda la población del continente, incluida la Rusia europea. La conquista de la paz marcó, por lo tanto, también la posibilidad del retorno para millones de supervivientes. Esta “amalgama demográfica” forzada del continente prosiguió, en los años siguientes, a medida que el proceso de descolonización empujaba a regresar a las viejas metrópolis a millones de ex colonos europeos, pertenecientes a la clase dirigente colonial depuesta, de manera más o menos precipitada. Sólo de Argelia, tras la firma del tratado de Evian, llegaron a Francia más de un millón de pieds noirs. Al mismo tiempo, comenzó la importación de mano de obra extranjera a gran escala, al principio en países no afectados directamente por el conflicto –Suecia y Suiza–, después en parte del Reino Unido, Francia y Bélgica. Algún año más tarde, se añadió Alemania, pa-
ra quien la imponente afluencia de aussiedler –refugiados de etnia alemana de la Europa central y oriental– no saciaba su hambre de brazos en el sector de la construcción, y antes y después en el industrial. Durante el primer decenio posbélico, la necesidad de inmigración de la Europa continental se satisfizo con métodos intervencionistas, estipulando acuerdos bilaterales y a menudo organizando directamente los desplazamientos de trabajadores. Con el tratado de Roma (1957), a este método se le unió uno distinto, de carácter liberal. El objetivo estratégico del mercado interno preveía la libre circulación de todos los factores de la producción, incluido el trabajo. Italia, el único país de emigración entre los seis fundadores, obtuvo la libertad de circulación para sus trabajadores en el espacio común, si bien sólo tras finalizar un período de transición de 12 años. Desde entonces, el espacio de libre circulación de trabajadores se ha ampliado enormemente, en oleadas sucesivas con cada nueva fase de expansión de la Comunidad. En cada ocasión, las previsiones catastróficas sobre el impacto migratorio de la ampliación se han revelado infundadas. En cada ocasión, la incorporación en el mercado común ha mantenido sus promesas, generando un crecimiento tal que ha ab-
EL CONTINENTE MÓVIL. MIGR ACIONES Y REL ACIONES INTERNACIONALES
sorbido rápidamente los empujes migratorios más sólidos, siempre antes de que terminaran los períodos de transición pactados. El ingreso de Rumanía, en 2007, será sin duda un banco de pruebas difícil, aunque –como sabemos bien en España e Italia– buena parte del potencial migratorio rumano se expresó ya a partir de 2002, cuando se abolió la obligación de visado a los ciudadanos de aquel país. La Europa unida nace y crece, por lo tanto, como un espacio de libertad migratoria. Pero también existe otro aspecto, en muchos sentidos opuesto, en el que el proceso de integración europea se conecta a las migraciones internacionales. Hemos visto cómo, tras la adopción de políticas de freno a principios de los años 70, los gobiernos encontraron enormes dificultades para mantener las incautas promesas de cierre de fronteras hechas a los electores. Estos fracasos a nivel individual han empujado a los estados a experimentar formas nuevas de colaboración. Al principio se trataba de intercambios informales de información entre las policías, después la cooperación en materia de controles migratorios se ha ido institucionalizando progresivamente, comprometiendo el nivel político. Los acuerdos de Schengen –dos tratados sucesivos, firmados respectivamente en 1985
Las remesas Cifras del año 2004
RÁNKING DE PAÍSES SEGÚN REMESAS EN MILLONES DE DÓLARES Países que reciben más de 2.000 millones de dólares por parte de los nacionales que trabajan en el extranjero MILLONES PORCENTAJE DE $ SOBRE EL PIB
(11.634)
RÁNKING DE PAÍSES SEGÚN REMESAS EN % DE SU PIB Países en los cuales las remesas que reciben los trabajadores nacionales que trabajan en el extranjero superan el 10 por ciento del PIB (año 2004). Se incluyen también seis países con importantes comunidades en España (no UE) 30
33,5%
porcentaje sobre el PIB
27,1%
25,9% 22,1%
21,1%
18% (2.287)
16,5
16,4
(876)
Tonga
15
(2.700)
13,5%
(2.471)
13,2 %
12,1
11,8
(1.142) (785)
(692)
(355)
(66)
¿Cómo se explica y qué nos señala esta –aparente– paradoja? Sobre todo, es evidente que la emergencia de los desembarcos se explica en parte por lo trágico del fenómeno, con sus elevados costes humanos –según una fuente, 5.544 fallecidos documentados desde 1988; según otras, más de 7.000 muertos desde 1993– y por lo intensamente espectaculares. Pero eso no basta: hay muchas otras emergencias humanitarias bajo nuestros ojos que ignoramos, o casi. El hecho es que la emergencia de los desembarcos desvela problemas más generales. El primero, como hemos apuntado, es el de la postura de fondo de la cooperación europea en materia de política migratoria. Los desequilibrios entre costes soportados por los estados miembros por el control de las fronteras comunes hace tiempo que son una cuestión en el orden del día en las cumbres de la Unión Europea. La necesidad de aplicar un principio de solidaridad en este campo difícilmente encuentra opositores; de hecho, hasta se ha formalizado dicho principio en el tratado constitucional hoy vigente. También se han obtenido algunos resultados concretos, entre los que destaca el nacimiento de la agencia europea para el control de las fronteras (Frontex), aunque posee medios escasos para competencias extendidas a todo el ilimitado perímetro de la Unión.
(4.218)
15,5 13,5%
(1.398) (703)
Desembarcos clandestinos y gobernanza global
(3.190)
(1.824)
5
% % % % % % % % % % % % % % % % % % % % % % % % % % %
no autorizados de inmigrantes procedentes de África en los márgenes más extremos del territorio europeo: las Canarias, Malta y Lampedusa.
(2.564)
20,2%
15
10
3,2 1,3 2,7 0,6 13,5 0,7 1,9 0,2 0,3 8,5 18,0 4,2 0,6 5,5 3,8 7,0 3,3 0,0 3,6 0,4 1,1 20,2 0,5 0,8 10,4 3,0 21,1 0,1
F U E NT E : Informe sobre la Migración Internacional 2006. Departamento de Asuntos Económicos y Sociales (División de Población) de las Naciones Unidas. Octubre 2006
(4.129)
23,1%
21.727 21.283 18.143 12.650 11.634 6.859 6.840 6.497 6.350 4.218 4.129 3.945 3.575 3.372 3.341 3.200 3.190 3.038 2.751 2.744 2.709 2.700 2.668 2.475 2.471 2.460 2.287 2.172
(entre paréntesis, cantidades que reciben en millones de $)
25
20
India China México Francia Filipinas España Bélgica Alemania Reino Unido Marruecos Serbia y Montenegro Pakistán Brasil Bangladesh Egipto Vietnam Colombia EE.UU. Nigeria Australia Polonia Palestina Rusia Austria R. Dominicana Argelia Jordania Italia
y 1990– señalaron un paso fundamental y definieron una postura estratégica y una arquitectura normativa, que en parte aún siguen operativas. El concepto fundamental sobre el que se fundaban es que mientras se abolían los controles sistemáticos en las fronteras internas comunes, era necesario reforzar y armonizar los controles en las fronteras externas, los anteriores al momento del ingreso –visados– y los mecanismos de alejamiento de los indeseables. Los acuerdos de Schengen nacen de una fuerte convergencia de ideas y de intereses en el interior del restringido y compacto núcleo de los países fundadores: Francia y Alemania, más el Benelux. El club de Schengen ejerce una atracción muy fuerte, que, en pocos años, lleva a que se adhieran a él todos los estados miembros de la Unión, excepto las islas Británicas. Pero pronto resulta evidente que la lógica de los acuerdos penaliza a los estados periféricos, ocupados en controlar las fronteras externas del espacio común en interés de todos, pero sin dividir de ningún modo los elevados costes –“burden sharing” en la jerga burocrática– ligados a esta actividad. Y llegamos así a hoy. La población extranjera dentro de la Unión Europea crece sobre todo a causa de las ampliaciones y la apertura al este, o de antiguas relaciones económicas, culturales y políticas, como en el caso de los flujos de América Latina hacia España y, en menor medida, pero creciente, a Italia. Sin embargo, paradójicamente, el debate y los esfuerzos políticos se concentran en un fenómeno cuantitativamente marginal: algunas docenas de miles de desembarcos
(252)
11,2
10 10,4
(889)
8,5%
(1.604)
5
(519)
5,3% 3,3%
0 Moldavia
112 VANGUARDIA | DOSSIER
Leshoto
Bosnia y Herzegovina
Haití
Jordania
Palestina
Serbia y Montenegro
El Salvador
Jamaica
Honduras
Filipinas
Líbano
Tayikistán
Nepal
Nicaragua
Albania
República Dominicana
Marruecos
Ecuador
Colombia
1,9% (158)
Bolivia
(288)
0,2%
0,2% (132)
Argentina
Rumanía
PAÍSES CON MAYORES COMUNIDADES EN ESPAÑA (NO UE)
VANGUARDIA | DOSSIER
113
EL CONTINENTE MÓVIL. MIGR ACIONES Y REL ACIONES INTERNACIONALES
La insuficiencia de las medidas adoptadas hasta ahora ha resultado evidente este verano. Tras una multiplicación de las llegadas a las Canarias y Lampedusa, los gobiernos mediterráneos, con Madrid en primera línea, han vuelto a invocar una implicación aún más fuerte por parte de Europa. Una primera respuesta, claramente negativa, se cristalizaba en las palabras del ministro del Interior alemán, Wolfgang Schäuble, que declaró que “quien de verdad pretenda resolver el problema, no debe empezar pidiendo dinero a otros”. Otras voces oficiales se han alzado, por parte francesa, austríaca y holandesa, denunciando las imponentes regularizaciones realizadas en los últimos años en España e Italia, pero también en Grecia y Portugal, como el factor de atracción decisivo. Estos rifirrafes políticos recientes no sólo tienen relevancia en las cuotas, porque señalan divergencias profundas entre las políticas migratorias nacionales y una contradicción, igualmente profunda, en el modo en que hasta ahora se ha desarrollado la política de la Unión en este sector. Ahora, del problema de los desembarcos se encarga el Consejo Europeo. Los jefes de Estado y de gobierno deberán proporcionar respuestas innovadoras y concretas, para evitar que la fractura que se ha producido en las últimas semanas se convierta en crónica, y que ponga en riesgo la agenda completa de la política migratoria común. Pero la emergencia de los desembarcos no sólo señala las divergencias y los desequilibrios internos en Europa. Pone en evidencia aún más clamorosamente los límites insuperables de una política migratoria esencialmente unilateral y fundamentalmente represiva. El año pasado nos llegó una señal terrible, con las muertes por arma de fuego de inmigrantes cerca de Ceuta y Melilla. Era la primera vez desde 1945 que se volvía a matar para defender la frontera europea; pero en este caso, el “enemigo” no llevaba armas. En África la conmoción fue grande, pero también en Europa tuvieron un impacto esos muertos. De un año a esta parte, la política migratoria hacia África se ha convertido –para sorpresa de quien se ha quedado anclado en los viejos esquemas de política internacional– en una prioridad máxima para la política europea. En diciembre de 2005, el Consejo Europeo adoptó un Global Approach to Migration (Enfoque Global hacia la Migración) centrado en África y el Mediterráneo como prioridades absolutas. Pocos meses después, tuvo lugar en Rabat la Primera Conferencia ministerial euroafricana sobre migraciones y desarrollo (10-11 julio de 2006). Más tarde, a principios de oc114 VANGUARDIA | DOSSIER
tubre, una numerosa delegación de la Comisión Europea se acercó a Addis Abeba para una cumbre con la Unión Africana y planificar, entre otras cosas, una segunda EU-Africa Conference sobre las migraciones, prevista para noviembre en Libia. Pero tras las fanfarrias de las cumbres y el humo de las declaraciones, ¿qué se ha concretado? En el plano de los controles migratorios y de las medidas de seguridad la evolución es continua: entre las novedades en el horizonte destacan, por ejemplo, los Rapid Border Intervention Teams (Equipos de Intervención Rápida en Fronteras, RABIT), que podrían representar la primera fuerza de policía europea dotada de poderes efectivos sobre el territorio comunitario. En el terreno de la política exterior y de cooperación, en cambio, los progresos son más limitados. La Conferencia euroafricana de Rabat ha producido resultados modestos, principalmente a causa de las divisiones internas en Europa –diversos estados miembros, por ejemplo, han protestado por la excesiva concentración en la “emergencia Canarias”– y la misma África, donde las tensiones de décadas entre Marruecos y Argelia representan un obstáculo muy serio en cualquier enfoque regional. Retóricamente, todos están de acuerdo en que la “solución” reside en el desarrollo de África. Los responsables más conscientes saben que no hay desarrollo sin movilidad humana, y se dan cuenta de que el desarrollo, a corto y medio plazo, aumenta la tasa de movilidad, no la reduce. Lentamente, también las organizaciones internacionales adquieren conciencia de la importancia crucial del nexo migración-desarrollo: desmintiendo a muchos agoreros, el diálogo de alto nivel de las Naciones Unidas en septiembre deliberó sobre la creación de un organismo permanente llamado Global Forum on Migration and Development (Foro Global de Migración y Desarrollo). Incluso las agencias europeas de cooperación se están convirtiendo gradualmente a considerar las migraciones como una de las variables centrales para los fines del desarrollo, superando dogmas ideológicos y perezas intelectuales. Este nuevo clima cultural ha dado lugar, aquí y allí, a proyectos piloto y experimentos legislativos quizá interesantes, pero no siempre traducido en políticas orgánicas, ni a nivel de la Unión ni de los estados miembros. No hay más que mirar las proyecciones demográficas para comprender lo urgente que es proceder en esta dirección, para ir más allá de la estrategia de la mera contención y para intentar alejar un futuro en el que el conflicto asimétrico podría enfrentar a dos continentes completos.
1
UNA HISTORIA DE LA INMIGRACIÓN La historia de la humanidad es también la historia de la inmigración. Para empezar, el homo sapiens apareció en África, por lo que el resto de la población mundial es descendiente de emigrantes.
H
ACIA EL AÑO 700.000 AC, EL HOMO
1 La representación del
paso del hombre asiático a América, en un mural de Iker Larrauri que se encuentra en el Museo Nacional de Antropología de Ciudad de México.
erectus emigró al sur de Europa, donde los flujos migratorios comenzaron a ser una constante. Y hacia el año 80.000 aC ya existían agrupamientos humanos desde Gibraltar hasta Bélgica y desde Francia hasta Crimea. En la antigüedad, Cartago, Grecia y Roma organizaron flujos emigratorios para exportar el excedente social dentro de sus fronteras. “En casa de los inmigrantes admitidos, la situación se deterioraba, sobre todo a causa de las insuficiencias de las estructuras de acogida. Los campos de refugiados estaban superpoblados, las condiciones higiénicas eran desastrosas y las raciones distribuidas por el ejército sólo eran suficientes para no morir de hambre.” ¿Pertenece este texto a una crónica recientemente fechada en un país del
sur de Europa? Éste es el escrito de un medievalista italiano, Alessandro Barbero, que nos habla de las condiciones en las que vivían los godos en el imperio romano de Oriente, en el siglo IV (Le Jour des Barbares, Flammarion, 2006). Teodosio no sólo impuso el cristianismo como religión del imperio en el año 380 de nuestra era, sino que también introdujo el control de los inmigrantes. A hunos y godos, por ejemplo, los alistó en el ejército. “El godo se convirtió en un soldado romano, juró fidelidad al emperador, se convirtió al catolicismo y aprendió disciplina y a apreciar el salario y el retiro al final de su carrera”, ha escrito Barbero. La ironía es que fue un general romano de origen godo, Alarico, quien dirigió el saqueo de Roma en el año 410. Las migraciones han sido una necesidad para la humanidad desde la más remota antigüedad, cuando el hombre se desplazaba de un lugar a otro en busca de medios de subsistencia o para eludir a enemigos humanos o naturales. La emigración es una fuerza de la historia que ha cambiado el aspecto de los países, influyendo en su composición racial, lingüística y cultural. A principios del siglo XVII, por ejemplo, cuando los Países Bajos conocieron su edad de oro, uno de cada VANGUARDIA | DOSSIER
115
115 Cronologia
5/12/06
12:09
Página 116
2 Relieve en mármol del
Arco de Tito (81-97), en Roma. La escena conmemora la toma de Jerusalén por el general romano en el año 70. 3 Miniatura del siglo XII del códice Boturini. Este documento de la cultura náhuatl, pintado sobre piel de venado, justifica el asentamiento del pueblo mexica en el Valle de México. Se conoce también como Tira de la peregrinación. 4 Pilgrims at Plymouth:
The First Sermon Ashore, 1621, cuadro del pintor estadounidense Jean L. Gerome Ferris (18631930), que refleja la ceremonia de acción de gracias en el primer año (1621) de la fundación de la colonia inglesa en América.
2
3
4
5 Pintura del siglo XIX con una escena de esclavos negros lavando diamantes bajo estrecha vigilancia en un lugar no identificado de África del sur. 6 Emigrantes irlandeses esperan en el puerto de Cork para embarcar hacia distintos puntos de América. Dibujo de la revista “Ilustration” publicado en 1851. 6
7 En el camino. Muerte
del emigrante, óleo sobre lienzo pintado en 1889 por Sergei Vasielievich Ivanov (1864-1910). Se encuentra en la Galería Tretiakov de Moscú. 8 Les émigrants italiens à
la gare de Saint Lazaire. Dibujo de H. Mayer publicado en el suplemento ilustrado de la revista francesa “Petit Journal”, a caballo entre los siglos XIX y XX.
5
116 VANGUARDIA | DOSSIER
7
8
VANGUARDIA | DOSSIER
117
115 Cronologia
5/12/06
12:10
Página 118
10
9
11
12
9 Fotografía (año 1900) de un grupo de emi-
grantes europeos a su llegada a la isla neoyorquina de Ellis. 10 Emigrantes españoles suben a un tren que les llevará a trabajar a Alemania. La foto está tomada en los años 50 en la estación de Francia de Barcelona. 11 Una mujer turca nacionalizada alemana vota en un colegio de Berlín en las elecciones parlamentarias de 2002. Unos 900.000 extranjeros disponen del derecho al voto en Alemania. 12 Ciudadanos mexicanos tras una valla en la frontera entre México y Estados Unidos. En 2005, cuando fue tomada la foto, la policía fronteriza estadounidense detuvo a más de 1.100.000 inmigrantes indocumentados.
118 VANGUARDIA | DOSSIER
VANGUARDIA | DOSSIER
119
115 Cronologia
5/12/06
12:11
Página 120
UNA HISTORIA DE L A INMIGR ACIÓN
diez habitantes de la actual Holanda había nacido en el extranjero. En Amsterdam, la relación llegó a ser de uno a cuatro. En la era del absolutismo, entre 1450 y 1800, el flujo migratorio internacional tuvo como origen el continente europeo, donde se multiplicó por distintas razones. Primero, por las persecuciones y las guerras religiosas, que se prolongaron hasta 1750; después, por las dificultades económicas, y, finalmente, por la misma expansión colonial de los estados europeos. En el siglo XIX un puñado de países europeos comenzaron la conquista de buena parte del planeta. Exportaron personas y negocios, cambiando los sistemas sociales y económicos de las zonas donde se establecían. De esta forma, Europa podía corregir problemas como el exceso de población o de pobreza y se enriquecía a costa de los países que colonizaba. Los grandes flujos de inmigrantes europeos hicieron que países americanos se convirtieran en prósperos y activos. Estados Unidos es el que tradicionalmente recibió –y sigue recibiendo– a inmigrantes de todas partes del mundo, y también otros países latinoamericanos, como Argentina, Brasil, Chile y Uruguay, cuyas poblaciones –en mayor o menor medida– descienden de inmigrantes europeos. En América, los indígenas originarios fueron desplazados o exterminados por los europeos y otra gran parte terminó mezclándose con ellos, dando origen al mestizaje, que en América Latina representa la mayor parte de la población actual, en especial en México y América Central, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia. Entre los pueblos europeos que participaron activamente en estas emigraciones masivas hacia América, además de los españoles, se cuentan los ingleses, portugueses, franceses y holandeses. Y, debido a la escasez de mano de obra, sobre todo en el trabajo de las llamadas plantaciones, se importaron esclavos africanos, en especial de los países del golfo de Guinea. Esta inmigración forzada cambió la composición de la población y creó nuevas mezclas raciales. Los descendientes de los antiguos esclavos, cada vez más mezclados con los otros grupos étnicos, predominaron en las regiones de clima cálido próximas a la costa, donde constituían la mano de obra de las principales haciendas o plantaciones de caña de azúcar, cacao y algodón. En las islas del Caribe, donde el impacto de la conquista española diezmó a la población indígena, los europeos sustituyeron el trabajo de los indígenas con el de los esclavos. También el sureste de Estados Unidos recibió una gran cantidad de esclavos como mano de obra para trabajar en las plantaciones de algodón. La costa del golfo de México –en México y Nicaragua– recibió cierta cantidad de inmigrantes africanos como esclavos. Lo mismo sucedió en las costas de Colombia y Venezuela y, sobre todo, en Brasil, donde la población indígena, como sucedía en Argentina, era
más bien escasa, especialmente en comparación con México y los países andinos. La emigración procedente de Europa se intensificó entre 1750 y 1945 debido a la revolución industrial, que exigía materias primas, y, posteriormente, a las dos guerras mundiales que destrozaron el continente europeo. Los grandes beneficiados de estos flujos volvieron a ser América del Norte y América Latina. A partir de 1945, sin embargo, el mundo cambió y la descolonización posterior también provocó, entre otras cosas, que la emigración comenzara a seguir un sentido contrario al conocido hasta entonces. Los flujos migratorios, pues, no pueden ser considerados a estas alturas de la historia como un fenómeno reciente. Sin embargo, sí parece claro que los actuales movimientos migratorios son de características bien distintas a los registrados en el período comprendido entre los siglos XVI y XX. Los ingenieros ingleses que emigraron hacia las colonias en el siglo XIX, cuando Gran Bretaña era la reina de los mares, expandieron el fútbol por todos los continentes. Ahora, los habitantes de las antiguas colonias, acogotados por los conflictos armados y la pobreza, miran hacia Estados Unidos y Europa con el afán de labrarse un futuro esperanzador. Algunos economistas afirman que un mercado laboral libre a nivel mundial, sin restricciones a la inmigración, contribuiría, a largo plazo, a impulsar la prosperidad general, teniendo un efecto más beneficioso que la libre circulación de bienes y capitales. Otros economistas están en desacuerdo, señalando que esa situación afectaría negativamente a los salarios y a la sindicalización de los trabajadores, y dispararía la población a niveles insostenibles. Entre 1850 y 1914 unos diez millones de europeos se desplazaron en busca de trabajo dentro de Europa y a ultramar. Años después, al terminar la Segunda Guerra Mundial, los países de Europa central y occidental se vieron en la necesidad de reclutar mano de obra extranjera. De la Europa del sur –Italia, España, Grecia, Chipre, Portugal– partieron miles de hombres y mujeres que, con su esfuerzo, contribuyeron a la reconstrucción de los países devastados por la guerra. A principios del siglo XXI, la situación es bien distinta. Países que, como España e Italia, eran el punto de partida de emigrantes, ahora son escenario de un aluvión de inmigrantes, legales e ilegales, que no tienen futuro en sus países, en buena parte pertenecientes a lo que durante la guerra fría se denominó el Tercer Mundo. La emigración que desde Europa se expandió por todo el planeta, regresa, en el siglo XXI, a Europa procedente de las regiones que fueron colonizadas por el hombre blanco. 13 Un cayuco con 86 inmigrantes ilegales procedentes de la costa africana
son conducidos al Puerto de los Cristianos, en Tenerife, por una patrullera de la Guardia Civil. La imagen es de mayo de 2006.
120 VANGUARDIA | DOSSIER 13
para saber más. literatura cine viajes webs libros EXISTE UN AMPLIO ABANICO DE PUBLICACIONES EN TORNO AL QUE SE HA CONVERTIDO EN UNO DE LOS PRINCIPALES FENÓMENOS GLOBALES: LA MIGRACIÓN. LA SELECCIÓN DE LIBROS E INFORMES QUE AQUÍ SE PRESENTAN TRATA DE RECOGER UNA EXTENSA PLURALIDAD DE OBRAS DE CARÁCTER GLOBAL Y MULTIDISCIPLINAR, AUNQUE NO DEJA DE SER UNA PEQUEÑA MUESTRA DE UNA DILATADA COLECCIÓN.
La era de la migración Movimientos internacionales de población en el mundo moderno S. CASTLES Y M. J. MILLER (3.ª EDICIÓN). UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE ZACATECAS (MÉXICO), 2004.
La obra de Stephen Castles y Mark J. Miller se publicó por primera vez en 1993 como introducción multidisciplinar a la migración en un mundo global. Desde entonces se ha convertido en un texto esencial para todos los especialistas en migraciones. El libro combina el conocimiento teórico con una información empírica actualizada de los flujos migratorios internacionales y sus efectos en la sociedad, en la economía y en las políticas públicas, tanto en los países emisores como en los receptores. Incluye múltiples aspectos de los movimientos de población, enfatizando en los efectos sobre las estructuras del sistema internacional. En su tercera edición presenta un nuevo capítulo en el que examina la trascendencia de la migración para el Estado y su repercusión sobre la seguridad y la soberanía. VANGUARDIA | DOSSIER
123
123 s+ Libros
5/12/06
12:18
Página 124
para saber más. libros Elena Sánchez. Doctoranda e investigadora FPI del Ministerio de Educación y Ciencia, Grup de Recerca sobre Immigració i Innovació Política (GRIIP), Departamento de Ciencias Políticas de la Universitat Pompeu Fabra
Worlds in Motion
Understanding International Migration at the End of the Millenium D. MASSEY, J. ARANGO, G. HUGO, A. KOUAOUCHI, A. PELLEGRINO Y J. E. TAYLOR. CLARENDON PRESS (OXFORD), 2005.
Worlds in Motion es uno de los intentos actuales de teorizar la migración internacional. Los seis autores que participan en el libro son de reconocido prestigio y viene auspiciado por la Unión Internacional para el Estudio Científico de la Población (IUSSP) El libro parte de la discusión de cuatro tradiciones teóricas relacionadas con la aparición de los flujos migratorios –la economía clásica, las “nuevas economías” de los migrantes económicos, la teoría del sistema mundial y la segmentación del mercado laboral–, las cuales son aplicadas a cinco regiones diferentes del mundo –Norteamérica, la Unión Europea, los estados del golfo Pérsico, Asia, Pacífico y Sudamérica–. El tratamiento analítico de las regiones seleccionadas es útil y realza la comprensión de la estructura y de la organización que ha sufrido la migración.
Migration Mediterranean Report 2005 FARGUES, P. EURO-MEDITERRANEAN CONSORTIUM FOR APPLIED RESEARCH ON INTERNATIONAL MIGRATION (CARIM), 2005.
El informe Migration Mediterranean presentado por el Centro de
Investigación Aplicada sobre la Migración Internacional (CARIM), surgido del Proceso de Barcelona, ofrece un interesante análisis de la migración en el Mediterráneo. El estudio contiene una descripción regional de todo el Mediterráneo, así como una sección para cada uno de los diez países de la cuenca sur: Turquía, Egipto, Israel, Jordania, Marruecos, Líbano, Palestina, Argelia, Siria y Túnez. Cada capítulo incluye dimensiones demográficas, económicas, legales y políticas de la migración. En el proyecto han trabajado diversos autores de los diferentes países que se analizan bajo la dirección de Philippe Fargues, director del CARIM y profesor del Instituto Europeo de Florencia.
la historia, la demografía, la economía, la sociología, la antropología, la ciencia política y el derecho. Esta colección de artículos supone un intento más que destacable de construir una teoría de la migración internacional común entre los diferentes campos de investigación, a través de un trabajo multidisciplinar y comparativo, y de un intento de identificar las semejanzas y diferencias entre un campo académico y el siguiente.
T. HAMMAR, G. BROCHMANN,
Migration Theory
K. TAMAS Y T. FAIST (EDS.) BERG
Talking across disciplines
(OXFORD, NUEVA YORK), 1997.
ROUTLEDGE (NUEVA YORK, LONDRES), 2000.
Esta obra trata de tender un puente entre las diferentes disciplinas de las ciencias sociales que analizan la migración internacional. Cada uno de los ensayos que aquí se presenta se centra en los conceptos dominantes, las preguntas, y las perspectivas teóricas, desde
común. El informe propone un marco global, coherente y mundial, basado en seis amplios principios para la acción, y en varias recomendaciones, relacionadas con el papel de los migrantes en un mercado de trabajo mundial, el desarrollo, las migraciones irregulares, los migrantes en la sociedad, los derechos humanos y la gobernabilidad.
migrantes y su adaptación. Los autores demuestran la interrelación entre la evolución de la política y el desarrollo cambiante de los flujos migratorios, la dependencia de ésta y la relación entre los niveles de decisión europeo y nacional.
Nuevas ideas para gestionar las migraciones VV. AA. IEMED, SECRETARIA PER A LA IMMIGRACIÓ, FUNDACIÓ FÒRUM (BARCELONA), 2004.
International Migration, Immobility and Development Multidisciplinary Perspectives
BRETELL, C. B. Y HOLLIFIELD, J.
de la migración del norte, los cuales tratan de proporcionar las herramientas analíticas necesarias para llevar a cabo la formulación de correctas hipótesis empíricas. Su lectura pasa a ser muy recomendable para interesados en el estudio de la migración puesto que proporciona un buen punto de partida para la discusión futura y para el análisis.
El libro editado por Hammar es un importante esfuerzo multidisciplinar que recoge el pensamiento de sociólogos, demógrafos, economistas, politólogos, antropólogos y geógrafos. Los textos que en él se recogen suponen una excelente revisión de teorías y de debates que tratan de definir la migración. En su conjunto ofrece diversas perspectivas e interesantes datos empíricos
Las migraciones en un mundo interdependiente: nuevas orientaciones para actuar
Toward assimilation and citizenship Immigrants in liberal nation-states JOPPKE, C. Y MORAWSKA, M. PALGRAVE MACMILLAN
COMISIÓN MUNDIAL SOBRE LAS
(HOUNDMILLS), 2003.
MIGRACIONES (CGMI), 2005).
La Comisión Mundial sobre Migraciones Internacionales ha tratado durante sus años de actuación situar las migraciones internacionales en la Agenda Mundial. Las migraciones en un mundo interdependiente supone su informe final y, en éste, se presenta un análisis en torno a las cuestiones migratorias dominantes. El informe subraya que las cuestiones migratorias no pueden abordarse correctamente de modo aislado y mediante políticas migratorias, sino que debe basarse en objetivos compartidos y en una visión
Este libro, editado por Christian Joppke y Ewa Morawska, forma parte de una serie estudios que tratan de renovar las ya tratadas perspectivas del multiculturalismo y el postnacionalismo, dando un renovado énfasis a los enfoques de la asimilación y la ciudadanía a partir de la ampliación europea. El libro rompe la ortodoxia a través de una doble discusión. En primer lugar debate acerca de los cambios en las políticas estatales, en particular en el énfasis dado al concepto de ciudadanía, y, en segundo lugar, analiza las prácticas de los
El resultado del Congreso celebrado en el Fòrum de Barcelona en 2004, Movimientos humanos y la Inmigración, ha dado como resultado la publicación de este libro. La obra reúne una gran cantidad y variedad de representantes de instituciones y de expertos en el ámbito de las migraciones internacionales que debaten en torno a dos grandes ámbitos: los retos a asumir en la cuestión de las migraciones y las propuestas de actuación que han de dar solución a esos retos. En su parte final recoge las aportaciones del equipo organizador del Congreso. Este compendio trata de aportar ideas para el debate en torno a la gestión de las migraciones.
Inmigración y procesos de cambio Europa y el Mediterráneo en el contexto global AUBARELL, G. Y ZAPATA-BARRERO, R. (EDS.) ICARIA DL (BARCELONA), 2004.
El libro que Gemma Aubarell y Ricard Zapata nos
presentan es el resultado de un simposio organizado por el IEMed y la Universitat Pompeu Fabra. El interés de esta obra de carácter colectivo no sólo se encuentra en los expertos que la firman –Castles, Bauböck o Carens, entre otros– sino también en la actualidad de los diferentes temas que analiza. Supone una respuesta básica a las preguntas en torno a las políticas migratorias y el debate de las migraciones internacionales, las políticas de admisión y el debate sobre las fronteras, las políticas de coexistencia y el debate de la acomodación del pluralismo. En definitiva, desentraña los argumentos que describen los procesos originados por la inmigración y sus principales conceptos.
aproximación, formulada a través de once artículos, a la migración global y a diferentes recomendaciones en torno a la gestión de los refugiados. De acuerdo con los autores, la migración es un desafío manejable y hay maneras de controlarlo si sociedades más prósperas deciden ayudar a las menos prósperas. Cuestiones como la democratización o el crecimiento económico pueden frenar el incremento de los flujos, y en especial el de los migrantes forzosos.
Un mundo sin desarraigo El Derecho internacional de las migraciones MARIÑO, F. (COORD.) CATARATA (MADRID), 2006.
Global Migrants, Global Refugees Problems and solutions ZOLBERG, A. Y BENDA, P. M. (EDS.) BERGHAHN BOOKS (NUEVA YORK, OXFORD), 2001.
Se trata de un libro muy recomendado para todos aquellos que analicen los flujos migratorios internacionales ya que se trata de un estudio de amplia rigurosidad científica. Supone una
La regulación internacional de las migraciones es dispersa e insuficiente, carece del espíritu de solidaridad global y solamente aparece recogida en la Convención sobre los derechos de los trabajadores migratorios y de sus familiares aprobada en el año 1999. Bajo estas ideas se expresan los textos que recoge esta obra de carácter colectivo de reciente aparición. Supone una contribución enriquecedora a las necesidades de un “derecho” humano a emigrar y a los intentos de regulación jurídica de las migraciones. Es una reflexión sobre la creación de un cuerpo de medidas que normalice el fenómeno desde la perspectiva internacional.
124 VANGUARDIA | DOSSIER VANGUARDIA | DOSSIER
125
126 s+ Literatura
5/12/06
12:22
Página 126
para saber más literatura Mauricio Bach. Editor
Llámalo sueño HENRY ROTH. EDITORIAL ALFAGUARA (MADRID), 2004. TRADUCCIÓN DE MIGUEL SÁENZ. 552 PÁGINAS.
Lo mismo que otros grandes escritores como Joseph Roth, Isaac Bashevis Singer –que llegaría a Estados Unidos en 1935– o Manès Sperber, el novelista norteamericano Henry Roth (Tysmenitz, 1906-Albuquerque, 1995) nació en una pequeña aldea judía –los llamados shtetl, microcosmos ya desaparecidos, cuyo vehículo de comunicación era el yidish– de la Galitzia polaca, entonces aún perteneciente al imperio austrohúngaro. Un mundo e identidad especial, así como un sistema de vida y cultura, propia de los judíos orientales, en trance de disolución en los días de la Segunda Guerra Mundial, bien por la última y gran diáspora de comienzos del siglo, bien por la aniquilación fríamente programada por los nazis durante el Holocausto. Uno de los más geniales escritores del siglo XX, Henry Roth, llegaría como otros muchos a Estados Unidos en un barco de emigrantes y, en su caso, en brazos de su madre, cuando sólo era
Lo es FRANK MCCOURT. EDITORIAL MAEVA (MADRID), 2004. TRADUCCIÓN DE ALEJANDRO PAREJA. 412 PÁGINAS.
En 1996, Frank McCourt, un desconocido autor estadounidense de ascendencia irlandesa, a los 65 años se convirtió, con un primer tomo de sus memorias titulado Las cenizas de Angela, en un encantador de serpientes global que cautivó a todo un planeta 126 VANGUARDIA | DOSSIER
sediento de historias, pero sobre todo sediento de lucha por la sobrevivencia y autenticidad. Lo es, la continuación de aquel primer éxito, sería el libro de los dilemas de la edad adulta, de la conquista por fin del sueño americano, tanto tiempo acariciado en su miserable callejón de Limerick. El joven Frank se encontrará con un Nueva York nada complaciente con los recién llegados. Pero sobre todo se encontrará con la América multirracial, de la diversidad multisegmentada y cargada de prejuicios de unos acerca de los otros. Una América implacable con todo aquel que no sea “uno de los nuestros”: irlandeses que desprecian a los lavaplatos puertorriqueños, italianos que montan broncas continuas con los irlandeses, judíos que van por su lado, negros que comen aparte del
gueto italiano del Downtown neoyorquino tras la fortuna. un niño. En 1934 publicaría su obra maestra, Llámalo sueño, por la que sería muchas veces clasificado como “hijo natural de Joyce en América”. Una obra, símbolo de la epopeya de la emigración y el mestizaje en Nueva York, rebosante de voces y acentos dispares, de miedos religiosos y, sobre todo, de pasión y loco furor por la vida, en las condiciones más penosas y difíciles. En ella, Roth, joven y convencido socialista que creció en los años de la Gran Depresión, contaba su infancia hasta los 8 años en el Lower East Side neoyorquino –“un mini-Estado judío virtual”, como lo llamaría en la novela– de Manhattan, donde se había instalado un gran número de familias judías emigradas desde principios de siglo de la Europa central y oriental, con sus propios teatros yidish, sus tiendas kosher y sus escuelas o yeshivas. A este primer libro autobiográfico continuarían otros más: Una estrella brilla sobre Mount Morris Park, Un trampolín de piedra sobre el Hudson, Réquiem por Harlem y Redención, todos publicados en nuestro país por Alfaguara.
resto de los obreros y, por encima de todos, protestantes y americanos “puros”, los famosos WASP “de dentadura perfecta”, que no necesitan de ningún fatídico guión –como el de americanoirlandés– para definirse…
Vita MELANIA G. MAZZUCCO. EDITORIAL ANAGRAMA (BARCELONA), 2004. TRADUCCIÓN DE XAVIER GONZÁLEZ ROVIRA. 541 PÁGINAS.
A lo largo del siglo XIX y a comienzos del XX, huyendo
de la miseria, la opresión y, más que nada, de una falta radical de futuro con el que poder soñar e ilusionarse por las noches, millones de hombres y mujeres abandonaron la vieja Europa y emprendieron el costoso camino del Nuevo Mundo, símbolo por excelencia del éxito y de la libertad. Ingleses, irlandeses, escandinavos, alemanes, italianos, griegos, judíos, rusos, polacos o asiáticos irían desembarcando por oleadas en la frontera de aquel sueño: Ellis Island. Esto es lo que narra la apasionante novela Vita, de una de las más brillantes escritoras italianas actuales, Melania G. Mazzucco (Roma, 1966), descendiente directa de aquellos locos pioneros que tuvieron que atravesar un rosario inimaginable de inclemencias y humillaciones y que se instalaron en el
El Ministerio del Dolor DUBRAVKA UGRESIC. EDITORIAL ANAGRAMA (BARCELONA), 2006. TRADUCCIÓN DE LUISA F. GARRIDO RAMOS Y TIHOMIR PISTELEK. 300 PÁGINAS.
Una de las mejores escritoras europeas de la actualidad, la croata Dubravka Ugresic (Zagreb, 1949) pertenece a la desgarradora diáspora surgida a raíz de la guerra de los Balcanes. En su anterior obra, El Museo de la Rendición Incondicional (Alfaguara), Berlín era el cruce de caminos elegido por esta escritora especializada en narrar la provisionalidad continua y fantasmal en la que se ven inmersos a diario los numerosos refugiados y emigrados, sobre todo de la Europa del Este que, por distintas causas, se vieron forzados a abandonar sus países. En su nueva y magnífica novela El Ministerio del Dolor, Holanda, otro país recurrente del exilio europeo, y el suyo propio en la actualidad, será el centro de reunión de un grupo de refugiados balcánicos de la desaparecida ex Yugoslavia.
La república de los sueños
escritoras de nuestros días, galardonada en el año 2005 con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Su gran saga La república de los sueños, a través de cuatro generaciones, narra la historia del emigrante Madruga, embarcado un día, a los 13 años, desde su pequeño pueblo de Galicia, y convertido con el tiempo en un magnate de la industria. El pueblo gallego de Sobreira a principios de siglo, el Brasil de los años 30 con la dictadura populista de Getulio Vargas, la Brasilia de Kubitschek o el Brasil de los años 80 son el telón de fondo de la tumultuosa historia de esta familia divida entre la nostalgia al país natal y el profundo amor a la nueva patria de acogida, afectuosa y hostil a un mismo tiempo.
GONZÁLEZ CORUJEDO. 216 PÁGINAS.
TRADUCCIÓN DE PATRICIA ORTS. 372 PÁGINAS.
GUTENBERG (BARCELONA), 1999. TRADUCCIÓN DE ANDREA MORALES
ALFAGUARA (MADRID), 2005.
VIDAL. 154 PÁGINAS.
TRADUCCIÓN DE ELKIN OBREGÓN
Nacida en Río de Janeiro en 1936, hija de emigrantes gallegos a Brasil, mujer crecida en la doble y escindida cultura de los que tuvieron siempre dos patrias, la de la vida diaria y la de la ausencia y el corazón, Nélida Piñon es una de las grandes
TRADUCCIÓN DE FERNANDO
TEXTOS (VALENCIA), 2006.
KADER ABDOLAH. GALAXIA
Hossein Sadjadi Ghaemmadami Farahani (1954) es el verdadero nombre de Kader Abdolah, el autor del bellísimo libro El viaje de las botellas vacías, que lo adoptaría como homenaje a un amigo y compañero de la resistencia que fue asesinado en el Teherán de la dictadura de los ayatolás.
Mi oído en su corazón ANAGRAMA (BARCELONA), 2005.
LAURA PARIANI. EDITORIAL PRE-
El viaje de las botellas vacías
breves episodios chilenos– atraviesa los acontecimientos de todo un siglo: las huelgas en Patagonia de los años 20, la matanza de los indios, la muerte de Evita, el terror durante la junta militar, los mundiales de 1978, o el crac económico de 2001 que significó el regreso a la tierra italiana de origen de los nietos o bisnietos de muchos de aquellos emigrantes…
HANIF KUREISHI. EDITORIAL
Cuando Dios bailaba el tango
NÉLIDA PIÑON. EDITORIAL
SANDÍN. 768 PÁGINAS.
Actualmente Kader Abdolah vive en Holanda exiliado y se ha convertido en uno de los principales escritores en lengua neerlandesa. En este libro (al que seguiría otro más de inspiración autobiográfica, El reflejo de las palabras, Salamandra) relataría, con una maravillosa concentración poética, la conquista de un mundo extraño, para el que el protagonista tiene que adoptar y traducir día a día y cotidianamente un nuevo vocabulario.
La escritora italiana Laura Pariani creció en Magnano, un pueblo pobre de la zona de Lombardía. Desde su juventud mantuvo una estrecha relación con Argentina, donde sus abuelos debieron refugiarse para escapar del régimen fascista de Mussolini. Esa relación con el país suramericano se refleja en toda su obra, pero en especial en la novela Cuando Dios bailaba el tango, construida a través de los relatos sucesivos de distintas mujeres de varias familias de emigrantes, a la manera de un gran fresco coral o retrato argentino que –con dos
Uno de los principales escritores británicos de la actualidad, y uno de los que mejor han tratado el tema del multiculturalismo en las comunidades de origen asiático, y cuestiones como identidad, inmigración, racismo y religión en esa sociedad, el guionista y novelista Hanif Kureishi, autor de obras tan conocidas como El Buda de los suburbios, Intimidad o Mi hermosa lavandería –todas ellas en Anagrama– es hijo de padre paquistaní y de madre británica. En su estupendo libro Mi oído en su corazón ahonda en la memoria familiar y en concreto en la figura de su padre, que fue el único de su familia que un día se fue desde India a Inglaterra, al contrario que los demás que emigraron a Pakistán después de la partición. Un padre, educado en la cultura occidental, que sufrió el trauma de ser inmigrante y que siempre soñó con convertirse en escritor, pero que no lo logró, permaneciendo inédito de por vida.
VANGUARDIA | DOSSIER
127
128 s+ Cine
5/12/06
12:24
Página 128
para saber más cine ÀNGEL QUINTANA.
Profesor de Historia y Teoría del Cine en la Universitat de Girona
Después de la patera
Amar al árabe
Poniente plantea los conflictos de los emigrantes que regresan a su tierra. / OLMO FILMS/AMBOTO AUDIOVISUAL PONIENTE. ESPAÑA, 2002. DIRECTORA: CHUS GUTIÉRREZ. INTÉRPRETES: CUCA ESCRIBANO, JOSÉ CORONADO Y MARIOLA FUENTES.
A principios de los 90 Montxo Armendáriz realizó una de las primeras películas sobre la llegada de subsaharianos a las costas españolas. Las cartas de Alou (1990) refleja la experiencia de un emigrante senegalés que quiere integrarse en la sociedad española trabajando en los invernaderos de Almería, en la venta ilegal por las calles de Madrid y en la recolecta de manzana en el Segrià leridano. La fuerza de la película reside en que el director da voz “al otro” a
partir de las cartas que envía a su familia y que reflejan sus crisis. Imanol Uribe ganó una discutida Concha de Oro en San Sebastián con Bwana (1995), una parábola tragicómica sobre un taxista madrileño que se encuentra un emigrante africano en una playa andaluza. El filme cuestiona la preparación de la clase media para acoger “al otro”. La respuesta es pesimista porque en una situación extrema siempre surge el racismo latente. En Saïd (1998), Llorenç Soler también cuestiona la preparación de la sociedad, en este caso de la Barcelona postolímpica, frente a los flujos migratorios. La mejor película sobre la emi-
gración africana en España es, sin embargo, Poniente (2002), de Chus Gutiérrez. La acción transcurre en un pueblo andaluz donde los campos se han convertido en un universo de plástico. Lucía regresa al pueblo y se encuentra en que está poblado por un mundo multiétnico. Por un lado están los que se fueron en los años 60 como Curro, que partió a Suiza, y, por otra, los recién llegados de las costas africanas. La película recuerda que la emigración no es sólo un fenómeno del siglo XXI y que muchos de aquellos que ahora miran con recelo a los emigrantes, son hijos de aquellos que también partieron a la búsqueda del bienestar europeo.
Inspirándose en los melodramas de Douglas Sirk de los años 50, el cineasta alemán Rainer W. Fassbinder rodó en 1974 una película premonitoria: Todos nos llamamos Alí. El filme es un melodrama centrado en la historia de amor que vive Emmi, una viuda, con un emigrado marroquí, Alí, 15 años más joven. La situación sirve a Fassbinder para hacer una radiografía del racismo latente en una sociedad alemana que a pesar de haber conjurado el fantasma del nazismo sigue temiendo la presencia del extranjero. Emmi ve cómo su boda con Alí es objeto de las miradas inquisidoras de sus vecinas, provoca el reproche de sus hijos y le genera graves problemas de convivencia con su entorno social. El tono antimaniqueo con que el cineasta plantea el tema lo lleva incluso a realizar un retrato cruel del emigrante, explorando las contradicciones que genera la relación materno-filial frente al deseo sexual o la creación de mundos paralelos a la emigración.
Emigrantes del sexo TRANSE. PORTUGAL, 2006. DIRECTORA: TERESA VILLAVERDE. INTÉRPRETES: ANA MOREIRA, VÍKTOR HARKOV Y ROBINSON STÉVENIN.
Los viajes hacia los nuevos paraísos del bienestar suelen adquirir muchas veces la forma de una pesadilla, sobre todo cuando las condiciones de precariedad obligan a vender el cuerpo o cuando las mujeres acaban con128 VANGUARDIA | DOSSIER
troladas por las redes de la prostitución clandestina. Sonia, la protagonista de Transe, de Teresa Villaverde, es una chica rusa, nacida en San Petesburgo, que viaja hacia Europa y se encuentra sometida a un proxeneta en Alemania, convertida en mercancía de las nuevas redes de trata de blancas y condenada a todo tipo de vejaciones. El cruel destino de Sonia, que en la película acaba adqui-
riendo connotaciones oníricas, podría ser paralelo al de Lilja, la protagonista de Lilja-4ever (2002), de Lukas Moodyson, que siguiendo los pasos de su novio emigra a Suecia y una vez allí advierte que éste le ha tendido una trampa. La chica de 16 años que soñaba con la felicidad se convierte en víctima de una red de trata de blancas que la obliga a convertirse en prostituta a domicilio.
Heridas morales en la Europa multiétnica
De Andalucía a Catalunya Josep Maria Forn cuenta que un día al pasar por Lloret de Mar quedó sorprendido al ver los cuerpos de las extranjeras bronceándose al sol en contraste con las espaldas quemadas de los albañiles trabajando en las obras. Esta imagen fue la base de La piel quemada, donde abordó la cuestión de la inmigración en la España del desarrollo. El filme se centra en un albañil andaluz que intenta quemar su última noche de soltero con las extranjeras de Lloret, mientras su mujer y sus hijos viajan de Granada a Barcelona. Forn construye un relato preciso del flujo andaluz en Catalunya y de la constitución de lo que Paco Candel bautizó como “els altres catalans”. A pesar de la fuerza del tema, el problema de la migración desapareció de las pantallas hasta que en 2003 Jesús Garay dirigió para televisión La Mari, una crónica de la integración andaluza en Catalunya.
LA PIEL QUEMADA. ESPAÑA, 1966. DIRECTOR: JOSEP MARIA FORN. INTÉRPRETES: ANTONIO IRANZO Y MARTA MAY.
LA PROMESA. BÉLGICA, 1997. DIRECTORES: LUC Y JEAN-PIERRE DARDENNE. INTÉRPRETES: JEREMIE REÑIRÉ, OLIVIER GOURMET, ASSITA OUEADROGO.
Los cineastas belgas Luc y Jean-Pierre Dardenne nos mostraron en La promesa (1997) cómo en el corazón de Europa el trabajo clandestino y la explotación de los emigrantes no sólo generan conflictos sociales, sino también nuevos conflictos morales. El punto de partida es la muerte accidental de un obrero de Burkina Faso que trabaja ilegalmente en la construcción y el proceso de transformación del hijo del hombre que controla la red de empleo ilegal, hasta tomar conciencia del sufrimiento de la viuda del obrero que sobrevive en la gran ciudad con sus hijos. Las heridas morales a que son sometidos los emigrantes que sobreviven en Europa es el epicentro de una de las más impresionantes películas sobre el tema: La blessure (2004), de Nicolas Klotz, inspirada en un texto filosófico de JeanLuc Nancy. La película muestra la vejación a la que es sometida una mujer africana que llega a París para reunirse con su marido. Acusada de no tener la documentación en regla es conducida a una estancia del aeropuerto donde deberá sobrevivir con otros emigrantes sin comida, agua, ni las mínimas condiciones higiénicas. Para Nicolas Klötz, la emigración genera una herida moral en la sociedad europea de consecuencias graves. Esta reflexión no se encuentra demasiado alejada de la articulada por Michael Haneke en Código desconocido, donde a partir de la situación generada por un personaje que desprecia a una mendiga en un bulevar parisino se retrata un calidoscopio de personajes que buscan un lugar en sus vidas. Haneke nos recuerda que Europa ha creado sus códigos y barreras para impedir el fácil acceso de “los otros” al pastel del bienestar.
Antonio Iranzo, protagonista de La piel quemada
La diáspora del Este LAMERICA. ITALIA, 1994. DIRECTOR: GIANNI AMELIO. INTÉRPRETES: ENRICO LO VERSO Y MICHELE PLACIDO.
La emigración de los antiguos países comunistas hacia Europa ya fue abordada en el cine por Jerzy Skolimowski en Trabajo Clandestino (1982), donde dibujó el drama de un grupo de trabajadores polacos que sobreviven en Londres sin conocer la lengua inglesa. En 2000, otro cineasta polaco, Pawel Pawlinovski, relató en Last resort (2000) el drama de una mujer rusa que emigraba a la nueva sociedad inglesa sin disponer de los elementos necesarios para moverse en el nuevo territorio.
La caída del muro de Berlín trazó una nueva Europa en la que la que Occidente se convertía en la tierra prometida de unos países que debían empezar a aprender a navegar en la nueva economía de mercado. El sueño de la quimera de Occidente en el Este europeo quedó admirablemente reflejada en Lamerica de Gianni Amelio, una fábula que nos muestra un país depauperado –Albania– que después de la caída del régimen comunista de Enver Hoxha se siente desprotegido, por lo que sus habitantes sueñan con partir hacia una nueva América instalada en las costas italianas. Amelio muestra el viaje de los albaneses hacia Occidente a partir de la perspectiva de un empresario italiano que pierde su documentación y se convierte en un sin papeles entre una En Lamerica, los albaneses huyen del hambre hacia Italia masa de emigrantes.
VANGUARDIA | DOSSIER
129
130 s+ Viajes
5/12/06
12:26
Página 130
para saber más. viajes Josep M. Palau Riberaygua. Periodista especializado en viajes, profesor de la UPF de Barcelona, de la Escuela Universitaria de Turismo de Bellaterra y de la Escola Internacional de Protocol de Catalunya
BUENOS AIRES
BOSTON
Sorprendente y apresurada
Historia, diversidad y escala humana B Para visitar…
La casa de Paul Revere. Construida en 1680 es la más antigua del downtown de Boston y todo un icono de la independencia estadounidense. Un paseo en Swan Boat o bote-cisne por el lago del Boston Public Garden. Salir de compras o de copas alrededor del mercado de Faneuil Hall, con su epicentro en un edificio de inspiración helénica. Recorrer el conjunto de nueve parques o Lazo Esmeralda de Boston, diseñado en el siglo XIX por el paisajista Frederick Law Olmsted. Navegar por las islas del puerto de Boston.
oston, capital del estado de Massachussets, recibe 12 millones de visitantes al año según datos oficiales, un puñado de los cuales se convierte en “inmigrantes prófugos” perseguidos por la policía de Inmigración y Aduanas en operaciones denominadas Return to sender, devuelto al remitente. Estas acciones se dirigen en especial contra pandillas violentas como la Mara Salvatrucha o la MS-13, pero lo cierto es que afectan a cualquier latinoamericano por igual. Cuando uno se identifica como “hispano de Europa” al preguntarle de donde procede, la actitud del interlocutor puede cambiar radicalmente, según corrobora cualquiera que haya viajado a Boston para seguir cursos en prestigiosas instituciones como la Universidad de Harvard o el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT). La explicación hay que
Faneuil Hall y el edificio del Quincy Market. Kevin Fleming / CORBIS
buscarla en la fuerte presión migratoria y en lo que los sociólogos del Wellesley College de Boston denominan ciudadanos transnacionales, residentes que mantienen lazos familiares y políticos con su pa-
ís de origen como si aún vivieran allí. Y es que Boston se enorgullece de su antigüedad y de ser un referente de la guerra de la independencia, tal y como puede comprobarse en el Freedom Trail.
MARSELLA
La avenida 9 de Julio, uno de los ejemplos de que la capital argentina vive de espaldas al peatón. Natacha Pisarenko / AP Photo
B
uenos Aires vive de espaldas al peatón. El semáforo nunca dura lo suficiente como para cruzar sin correr avenidas como la 9 de Julio y los parques de Palermo o de Retiro implican larguísimas caminatas a través del bosque. Por cansancio o por gusto, allí resulta fácil encontrar una pareja tomando el sol junto a un belén de tamaño real durante el verano canicular de diciembre. Y es que en Buenos Aires todo es sorpresa y exageración, aunque el carácter de los porteños lo disfrace de aparente facilidad, sobre todo si se compara con otras capitales de América Latina. Incluso durante la reciente etapa del “corralito”, cuando las autoridades fletaban autobuses que trasladaban hasta el centro a los habitantes del Gran Buenos Aires, el desmesurado cinturón que rodea el corazón capitalino, para que pudieran rebuscar sustento entre los desperdicios. Por suerte, la situación va mejorando y las muchachas superproducidas, es decir, vestidas para matar, vuelven a taconear con firmeza por las zonas comerciales de Florida y Lavalle. Por su parte, el distrito federal
130 VANGUARDIA | DOSSIER
ejerce de nuevo su hechizo sobre riadas de inmigrantes que se arriman a la metrópoli buscando suerte. Para comprobarlo, basta acercarse a la terminal de autobuses de largo recorrido de Retiro y observar la llegada de viajeros venidos del fin del mundo. Literalmente. Uno de los espejismos de prosperidad más renombrados es Puerto Madero, donde de las desvencijadas atarazanas junto al Río de la Plata han surgido apartamentos de lujo, oficinas de diseño y restaurantes inasequibles. Quien prefiera lo tradicional, tiene a disposición el recurso de Caminito, la cuna del tango, inalterable al paso del tiempo con su disfraz de pintura multicolor. Pero tanto aquí como en los locales más modernos del barrio de Palermo los camareros alardean de recordar el menú ordenado sin tomar nota. Claro que lo máximo en materia de encanto y bohemia sigue atrapado en los bares y anticuarios de San Telmo, donde se convierte en realidad la máxima de que en Buenos Aires todo el mundo canta por la calle, por magro que sea el asado que espera en el hogar.
Para visitar… La catedral Metropolitana y el mausoleo de José de San Martín, héroe de la independencia en la lucha contra el imperio español. Asistir a una función de ópera o danza en el afamado Teatro Colón. Disfrutar de una noche de tango en Caminito, en el barrio de La Boca. Peregrinar hasta la tumba de Evita Perón, en el cementerio del barrio de La Recoleta. Ir de compras en el eje delimitado por Florida y Lavalle.
Poco provenzal y muy cosmopolita E l aeropuerto de Marsella es una verdadera orgía para los cazadores de vuelos baratos a países exóticos, sobre todo a los francófonos. La historia colonial sigue teniendo su peso, como no podría ser menos en una ciudad que creció alrededor de un Vieux Port abierto al Mediterráneo, al comercio y a la inmigración proveniente de Argelia, levante y el lejano oriente. Como consecuencia, la segunda ciudad de Francia es la ciudad menos provenzal de la Provenza y la más cosmopolita, aunque para algunos este vocablo sólo significa inseguridad, xenofobia o un entorno proletario muy cercano al descrito por Robert Guédiguian en su película Marius y Jeannette (Un amor en Marsella). Pero las cosas han evolucionado desde que el TGV conecta Marsella con París en apenas tres horas, cosa que ha convertido este destino en lo más branché, lo que marca tendencia, según el gusto de los capitalinos en escapada de fin de semana. Para certificarlo, diseñadores de moda como Fred Sathal y marcas punteras en el país vecino como Le temps des cerises tienen su sede en la capital que concibió la sopa bullabesa y La Marsellesa, algunos de los referentes locales que han per-
manecido inalterables en el tiempo, aunque en el caso del himno francés los temas de la autoría y el origen resulten más inciertos.
El Puerto Viejo concentra la animación de la ciudad.
Para visitar… Desplazarse hasta la basílica de Nôtre-Dame-dela-Garde, de inmejorable emplazamiento Pasear por el bulevard de La Canebière, junto al Vieux Port, donde se concentran la animación diurna y nocturna. Visitar la Vieille Charité, gran hospicio del siglo XVII, hoy museo de Arqueología Mediterránea. La Ciudad Radiante de Le Corbusier, bloque de apartamentos modelo de arquitectura funcionalista. Tomar un barco hasta el castillo de If, la mazmorra del conde de Montecristo de Alejandro Dumas
VANGUARDIA | DOSSIER
131
para saber más webs
Gemma Pinyol. Politóloga. Coordinadora del Programa Migraciones, Fundación CIDOB (http://www.cidob.org/es/programas/migraciones)
ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LAS MIGRACIONES
http://www.iom.int/jahi a/Jahia/lang/es/pid/1 Página en español de la OIM, una institución intergubernamental creada en 1951 y que trabaja bajo la premisa de que las migraciones ordenadas benefician a todos. La OIM funciona en estrecho contacto con los 118 países y las distintas organizaciones que la conforman. Se pueden conocer múltiples iniciativas como el Diálogo de alto nivel sobre migraciones y desarrollo o los Procesos consultivos regionales sobre migraciones, así como consultar sus publicaciones e investigaciones y acceder al Departamento de Derecho Internacional sobre Migración, un buscador sobre temas legislativos. Incluye otros instrumentos, con un glosario. Algunos contenidos no están aún en español.
MIGRATION INFORMATION SOURCE
http://www.migrationinf ormation.org/ Migration Information Source es una herramienta 132 VANGUARDIA | DOSSIER
imprescindible creada por el Migration Policy Institute (http://www.migrationpolicy.o rg/). De carácter mensual, se trata de una publicación on line que recoge los principales debates sobre cuestiones migratorias y ofrece análisis y datos estadísticos de la mayoría de países del mundo. La página, en inglés, ofrece también un potente paquete de herramientas para obtener más información: la sección Global Data incluye mapas, cuadros y datos estadísticos, mientras que la sección Country Resources ofrece análisis, artículos de fondo y recursos sobre migraciones para cada país. Cuenta además con un glosario y una sección dedicada a los refugiados.
publicaciones centradas en el fenómeno migratorio. Cabe destacar el Internacional Migration Outlook –antes Trends in International Migration–, un excelente informe que ofrece exhaustivos datos estadísticos sobre los flujos migratorios y la población extranjera en los distintos países de la OCDE. El informe también analiza los instrumentos para combatir la inmigración irregular, las políticas de integración y la participación de la inmigración en la economía. En el ámbito internacional, el informe investiga los vínculos entre migraciones, desarrollo y cooperación.
http://www.oecd.org/to pic/0,2686,en_2649_37 415_1_1_1_1_37415,00 .html Completa página fruto del seguimiento que la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) hace de los flujos migratorios que afectan a sus países miembros, y de los análisis en profundidad que elabora sobre las políticas y los efectos económicos y sociales de las migraciones. La página permite acceder a las completas estadísticas de la OCDE, así como a documentos de trabajo y
http://www.gcim.org/es/ La Comisión Mundial sobre Migraciones Internacionales presentó en 2005 el informe Las migraciones en un mundo interconectado, que puede descargarse en la página y aboga por articular un marco global para gestionar las migraciones. http://www.international.metropolis.net/ Metropolis Internacional es un foro abierto a los investigadores, gestores y expertos que trabajan en temas de inmigración y diversidad. La página recoge sus publicaciones y conferencias y permite enlazar con los socios internacionales del proyecto.
http://www.migpolgroup.com/
MIGRACIÓN LABORAL INTERNACIONAL INTERNATIONAL MIGRATION
otras webs
http://www.ilo.org/publi c/spanish/protection/mi grant/index.htm Página de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que proporciona información sobre la gestión de los flujos migratorios de carácter laboral. Buena parte de la página sólo está disponible en inglés, pero en español puede consultarse la base de datos sobre migraciones laborales internacionales, que permite cruzar información sobre trabajadores extranjeros, sectores de ocupación, sexo y nacionalidad en diferentes países. Asimismo, ofrece una selección muy completa de enlaces de interés.
Migration Policy Group es un think tank cuyo interés son las respuestas políticas que se articulan sobre inmigración y diversidad. Se puede acceder a sus publicaciones y estudios comparados, así como conocer iniciativas como la red European Migration Dialogue.
http://www.imiscoe.org/ La red IMISCOE reúne a cerca de 400 investigadores y 22 centros de investigación especializados en migraciones, integración y cohesión social, básicamente en Europa. Sus publicaciones son de gran interés y, aunque breve, su sección de enlaces merece una visita.
http://www.acnur.org/ La página en español del ACNUR proporciona datos, estadísticas, análisis y noticias de interés relacionadas con la población refugiada, que también participa de los efectos de las políticas migratorias.
134 Index2007
14/12/06
02:54
Página 134
Í N D I C E
NÚMERO 1 ABRIL / JUNIO 2002
NÚMERO 2 JULIO / SEPTIEMBRE 2002
NÚMERO 3 OCTUBRE / DICIEMBRE 2002
NÚMERO 4 ENERO/MARZO 2003
NÚMERO 5. ESPECIAL MARZO 2003
NÚMERO 6 ABRIL/JUNIO 2003
NÚMERO 7 JULIO/SEPTIEMBRE 2003
NÚMERO 8 OCTUBRE / DICIEMBRE 2003
¿Hacia dónde va el islam?
China, superpotencia emergente
Imperio o gobierno mundial
América Latina. Democracia, neoliberalismo, populismo
Iraq: objetivo Saddam
Qué quiere ser Europa
Estados Unidos. Imperio o poder hegemónico
Los palestinos
VANGUARDIA DOSSIER, UN FORO DE
UNA CHINA EN EL ZAPATO
REFLEXIÓN SOBRE EL MUNDO ACTUAL
OCCIDENTAL
Xavier Batalla. Pág. 3 LA REVUELTA DEL ISLAM Bernard Lewis. Pág. 6 UNA FALSA DICOTOMÍA: CIVILIZACIÓN
Xavier Batalla. Pág. 3 MODERNIZACIÓN AL ESTILO CHINO Lucien Bianco. Pág. 6 EL IMPERIO DEL CENTRO Taciana Fisac. Pág. 23 DE LA GUERRA FRÍA AL 11-S.
LAS LECCIONES DEL 11-3 José Antich. Pág. 3 ¿HACIA EL IMPERIO O HACIA EL ORDEN MUNDIAL? Gabriel Jackson. Pág. 6 EL ESTADO DE LAS COSAS Stanley Hoffmann. Pág. 20 EL MUNDO EN 2005 Robert D. Kaplan. Pág. 31 LA GOBERNABILIDAD DEL
EL MALESTAR DE AMÉRICA LATINA Xavier Batalla. Pág. 3 LA FRAGILIDAD DE LAS DEMOCRACIAS DE AMÉRICA LATINA Torcuato S. Di Tella. Pág. 6 POPULISMO Y CAUDILLAJE, UNA VIEJA
UN CONFLICTO CRUCIAL Xavier Batalla. Pág. 3 ACTUALIDAD DE LA CUESTIÓN IRAQUÍ Pierre-Jean Luizard. Pág. 6 SADDAM HUSSEIN. MÉTODO, ASTUCIA, CODICIA Y CRUELDAD Said K. Aburish. Pág. 17 LOS SECRETOS DE LA SUPERVIVENCIA DE SADDAM Amatzia Baram. Pág. 24 PALABRAS QUE MATAN. EL DISCURSO
UNA EUROPA, MUCHAS DUDAS Xavier Batalla. Pág. 3 ¿QUÉ QUIERE SER EUROPA? LA PARADOJA DE LA FUERZA
DIOS, FUERZA Y DEBILIDAD Alex Rodríguez. Pág. 3 VIRTUDES Y PELIGROS DEL SISTEMA
EL PUEBLO PALESTINO Xavier Batalla. Pág. 3 LOS PALESTINOS: UN PUEBLO MARTIRIZADO POR LA HISTORIA Bichara Khader. Pág. 6 LA CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD Rashid Khalidi. Pág. 18 LA SOCIEDAD CIVIL: UNA CULTURA
OCCIDENTAL Y CIVILIZACIÓN ISLÁMICA
María Jesús Rubiera Mata. Pág. 26 EL CORÁN DE MAÑANA Y DE SIEMPRE
Mikel de Epalza. Pág. 29 JUDAÍSMO, CRISTIANISMO, ISLAM. LOS
CAMBIOS EN LAS RELACIONES INTERNACIONALES EN ASIA ORIENTAL
Chen Jian. Pág. 29 ¿SERÁ CHINA UNA SUPERPOTENCIA MILITAR? David Shambaugh. Pág. 34 REFORMA Y REACCIÓN DESPUÉS DE MAO. DE LA REVOLUCIÓN CULTURAL A LA MATANZA DE TIANANMEN Richard Baum. Pág. 40 LA CUARTA GENERACIÓN
GLOBALISMO
Ali M. Ansari. Pág. 39 LOS DERECHOS HUMANOS Y LA MUJER MUSULMANA. UN PROYECTO PARA EL SIGLO XXI Janet Afary. Pág. 44 ¿ES VIABLE SECULARIZAR EL ISLAM? Azzam Tamimi. Pág. 56 ¿SE PUEDE LAICIZAR EL ISLAM EN ARABIA SAUDÍ? NO SERÁ PRONTO,
DE DIRIGENTES
EL MUNDO
Cheng Li. Pág. 46 LA VIGENCIA DEL PCCH Xulio Ríos. Pág. 51 LA VÍA CAPITALISTA ‘DE FACTO’ DE CHINA. UN NUEVO TIPO DE
Yossi Beilin. Pág. 54 EL 11 DE SEPTIEMBRE AL CABO
PERO EL PUNTO DE PARTIDA ES LA ESCUELA PÚBLICA
Y DEMOCRACIA
ENGAÑOS DE LA ANALOGÍA ENTRE LOS “TRES INTEGRISMOS”
François Burgat. Pág. 32 LOS PALESTINOS Y EL CAMBIO Pedro Martínez Montávez. Pág. 35 LOS FUTUROS ALTERNATIVOS DEL ISLAM
Eleanor Abdella Doumato. Pág. 61 ESTADOS UNIDOS Y EL ISLAM POLÍTICO
Fawaz A. Gerges. Pág. 64 EL MUNDO ÁRABE: ESPERANDO A BISMARCK Nur Yalman. Pág. 74 ASIA: PODER Y DESAFÍO Kenneth Weisbrode. Pág. 80 MAGREB: LA RELIGIÓN EN EL JUEGO POLÍTICO
Laura Feliu. Pág. 83 DE LA ESPAÑA MUSULMANA AL ISLAM ESPAÑOL
Jordi Moreras. Pág. 85
DESARROLLO ECONÓMICO
Leila Fernández-Stembridge. Pág. 55 CORRUPCIÓN, PROTESTA Lianjiang Li. Pág. 66 EL FACTOR RELIGIOSO Dolors Folch. Pág. 71 CHINA Y SU PERIFERIA. SU POLÍTICA HACIA TAIWÁN, TÍBET Y ASIA CENTRAL Steve Tsang. Pág. 74 NACIONALISMO POLÍTICO Y NACIONALISMO CULTURAL ENTRE LAS MINORÍAS ÉTNICAS
Mario Esteban Rodríguez. Pág. 78 LA DIÁSPORA CHINA Y LA GLOBALIZACIÓN
Joaquín Beltrán. Pág. 82 LAS MUJERES EN LA FAMILIA CHINA. DE LA REVOLUCIÓN POLÍTICA A LA REVOLUCIÓN ECONÓMICA
Amelia Sáiz López. Pág. 85
Joseph S. Nye y Alexandra Scacco. Pág. 35 EL TERRORISMO Y EL IMPERIO Michel Wieviorka. Pág. 41 LA CONVULSIÓN ISLÁMICA Francis Fukuyama y Nadav Samin. Pág. 44 EL CONFLICTO DE ORIENTE MEDIO Y
DE UN AÑO
Fred Halliday. Pág. 58 LA ONU DESPUÉS DE LA GUERRA FRÍA. DE LA EUFORIA AL PESIMISMO Mats Berdal. Pág. 62 LAS RELACIONES ENTRE ESTADOS UNIDOS Y EUROPA Walter Laqueur. Pág. 70 EL FUTURO DE LA OTAN Pascal Boniface. Pág. 74 EN LA LINDE DE EUROPA Y ASIA. UN TERRITORIO QUE DESAPARECE
Carlos Taibo. Pág. 79 GEOESTRATEGIA, PETRÓLEO Y GAS NATURAL
Antoni Segura i Mas. Pág. 84
HISTORIA
Adrián Bonilla y Alexei Páez. Pág. 18 LOS INDICADORES ECONÓMICOS Y EL BIENESTAR SOCIAL
Antonio Ortiz Mena. Pág. 25 LA LEY DE LA POBREZA Hernando de Soto. Pág. 32 LAS RELACIONES CON ESTADOS UNIDOS, TIEMPO TORMENTOSO
Juan Gabriel Tokatlian. Pág. 34 CONTIGO EN LA DISTANCIA. LOS LAZOS CON LA UE TRAS LA CUMBRE DE MADRID José Antonio Sanahuja. Pág. 37 LAS INVERSIONES ESPAÑOLAS, ¿UNA APUESTA ARRIESGADA? Álvaro Calderón. Pág. 41 CIUDADES PARANOICAS, MIRADAS DESDE AMÉRICA LATINA Néstor García Canclini. Pág. 46 LAS POBLACIONES INDÍGENAS, UN VIEJO FANTASMA RECORRE AMÉRICA LATINA Arturo Arias. Pág. 53 BRASIL. DE CARDOSO A LULA: ¿MÁS SEMEJANZAS QUE DIFERENCIAS? / Bolívar Lamounier y Carlos Pío. Pág. 59 MÉXICO. LOS DESAFÍOS DE UNA DEMOCRACIA SIN TRADICIÓN / Lorenzo Meyer Cossío. Pág. 64 ARGENTINA. EL CONTEXTO DE LA CRISIS / Roberto Gargarella. Pág. 67 VENEZUELA. FORTUNAS Y PENAS DE UN PAÍS PETROLERO / Luis E. Lander y Margarita López Maya. Pág. 72 CHILE. LA DEMOCRATIZACIÓN INCOMPLETA Y LOS DESAFÍOS DEL FUTURO / M. A. Garretón M. Pág. 75 COLOMBIA. ¿GUERRA CIVIL, CONTRA LA SOCIEDAD, GUERRA AMBIGUA O ANTITERRORISTA? / Eduardo Pizarro y
Ana María Bejarano. Pág. 78 PERÚ. “RAZA” Y DEMOCRACIA EN LOS PAÍSES ANDINOS / Aníbal Quijano. Pág. 81 CUBA. EL POSTCOMUNISMO Y EL HOMBRE / Rafael Rojas. Pág. 84
POLÍTICO DEL RÉGIMEN
Ofra Bengio. Pág. 30 EL ISLAMISMO POLÍTICO EN IRAQ Charles Tripp. Pág. 36 EL CONFLICTO CON ESTADOS UNIDOS: UN MACABRO ENTRAMADO DE INCERTIDUMBRES
Faleh A. Jabar. Pág. 46 IRAQ, HISTORIA Y PETRÓLEO Antoni Segura i Mas. Pág. 53 EL GRAN DEBATE Michael Barnett. Pág. 63 EL DILEMA DE LA POLÍTICA IRAQUÍ DE WASHINGTON Graham F. Fuller. Pág. 71 EL CRECIENTE DESCONTENTO ÁRABE-ESTADOUNIDENSE Edmund Ghareeb. Pág. 74 IRAQ DESPUÉS DEL BAAS Peter Sluglett. Pág. 80 ESCENARIOS EN UN IRAQ SIN SADDAM Ahmed S. Hashim. Pág. 87
Y LA DEBILIDAD EUROPEAS
Wolfgang Wessels y Udo Diedrichs. Pág. 6 ¿QUÉ CONSTITUCIÓN PARA LA UE AMPLIADA? Kirsty Hughes. Pág. 20 ¿QUÉ GOBIERNO PARA EUROPA? Dimitris Triantafyllou. Pág. 29 FEDERALISMO Y CONSTITUCIÓN Carlos Closa. Pág. 31 EL TRIÁNGULO DE WEIMAR Y LA AMPLIACIÓN
Franciszek Draus. Pág. 33 DECISIONES Y CONSECUENCIAS Miguel Poiares Maduro. Pág. 36 ESTADOS Y REGIONES Francesc Morata. Pág. 41 ESPAÑA EN EUROPA. DE BUEN ALUMNO A REBELDE SIN CAUSA
Esther Barbé. Pág. 44 LA POLÍTICA ECONÓMICA EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA EUROPA
Iain Begg. Pág. 49 POLÍTICA EXTERIOR Y DE DEFENSA. HACIA EL FIN DE LA AMBIGÜEDAD
Pascal Boniface. Pág. 55 BERLÍN: LA NUEVA IDENTIDAD Pág. 62 LOS OTROS EUROPEOS Cristina J. Gortázar Rotaeche. Pág. 68 LAS FRONTERAS DE LA GRAN EUROPA. ¿TURQUÍA Y QUIÉN MÁS? Heinrich August Winkler. Pág. 73 LA UE Y TURQUÍA. AMBIGÜEDADES Y OMISIONES
Semih Vaner. Pág. 78 RUSIA-EUROPA. ¿EL FINAL DEL CISMA? Arnaud Dubien. Pág. 81 UN DESTINO COMÚN Sami Naïr. Pág. 83 ESTADO Y RELIGIÓN Francis Messner. Pág. 86
POLÍTICO ESTADOUNIDENSE
William R. Polk. Pág. 6 LA NUEVA ‘PAX AMERICANA’ Y LA TRADICIONAL POLÍTICA EXTERIOR
Benjamin R. Barber. Pág. 20 LOS LÍMITES DEL PODER Y EL MITO IMPERIAL
Joseph S. Nye. Pág. 23 LA HEGEMONÍA MUNDIAL: UN PROTAGONISMO POR DEFINIR
Walter Laqueur. Pág. 35 ESTADOS UNIDOS Y EL MUNDO: LA VENGANZA DE COPÉRNICO Kenneth Weisbrode. Pág. 38 EL EXCEPCIONALISMO ESTADOUNIDENSE: UNA ESPADA DE DOBLE FILO
Seymour Martin Lipset. Pág. 42 CLAVES PARA ENTENDER ESTADOS UNIDOS Manuel Castells. Pág. 48 LOS VALORES DE ESTADOS UNIDOS Michael Allen. Pág. 54 UNA REPÚBLICA DE CONSUMIDORES Lizabeth Cohen. Pág. 66 ¿QUÉ ES REALMENTE EL MODELO ESTADOUNIDENSE? PRESUPUESTOS
FORJADA POR LA ADVERSIDAD
Gema Martín Muñoz. Pág. 22 LAS PERSPECTIVAS DE LA DEMOCRACIA
Glenn E. Robinson. Pág. 32 HAMAS Y LA CONSPIRACIÓN CONTRA LA JUSTICIA
Dr. Azzam Tamimi. Pág. 39 EL “ENEMIGO INTERIOR” DE ISRAEL Marwan Bishara. Pág. 45 LOS REFUGIADOS Karma Nabulsi. Pág. 49 LA IMPORTANCIA HISTÓRICA DE LA COMUNIDAD PALESTINA EN LÍBANO Nur Masalha. Pág. 55 EL CASO PALESTINO. GÉNERO EN LOS CONFLICTOS Y EL DESPLAZAMIENTO
Rosemary Sayigh. Pág. 61 EL PAPEL POLÍTICO Y SOCIAL DE LA MUJER
Islah Jad. Pág. 67 LA ECONOMÍA. LOS RASGOS
MODERADOS Y DEVOLUCIÓN KEYNESIANA
PRINCIPALES DE UNA CRISIS INTERMINABLE
James K. Galbraith. Pág. 72 EL PODER BLANDO: UNA ESTRATEGIA
Sara Roy. Pág. 73 LA CULTURA PALESTINA Pedro Martínez Montávez. Pág. 85 LA RELIGIÓN Y SU POSICIÓN Jean-François Legrain. Pág. 96 EL PEQUEÑO CONTINENTE. RITUALES Y RELIGIÓN Salim Tamari. Pág. 102
DESESTIMADA
Todd Gitlin. Pág. 79 LA INMIGRACIÓN: CAMBIOS DEL SIGLO XX Y RETOS DEL XXI Audrey Singer. Pág. 82 LA DIVERSIDAD Y LA DEVOCIÓN RELIGIOSA
Claude Fischer y Michael Hout. Pág. 89 ¿ES ESTADOS UNIDOS UNA TEOCRACIA? Norman Birnbaum. Pág. 96 LA DERIVA DE LOS CONTINENTES Michel Wieviorka. Pág. 97
134 Index2007
5/12/06
12:35
Página 136
Í N D I C E
NÚMERO 9 ENERO / MARZO 2004
NÚMERO 10. ESPECIAL AÑO 2004
NÚMERO 11 ABRIL / JUNIO 2004
NÚMERO 12 JULIO / SEPTIEMBRE 2004
NÚMERO 13 OCTUBRE / DICIEMBRE 2004
NÚMERO 14 ENERO / MARZO 2005
NÚMERO 15 ABRIL / JUNIO 2005
NÚMERO 16 JULIO / SEPTIEMBRE 2005
Rusia. Democracia y autocracia
Terror global. Del 11-S al 11-M
La otra Europa
Potencias emergentes. China, India, Brasil y Sudáfrica
Los hispanos en Estados Unidos
¿Quién manda en el mundo?
Oriente Medio. Democracia o geoestrategia
Asia. ¿El poder del siglo XXI?
AUTÓCRATAS, OLIGARCAS Y
EL TERRORISMO GLOBAL José Antich. Pág. 3 REFLEXIONES SOBRE EL TERRORISMO DESPUÉS DE MADRID Walter Laqueur. Pág. 6 TERRORISMO Y PERSPECTIVAS HISTÓRICAS: COMPRENDER Y EVITAR
LOS OTROS EUROPEOS Xavier Batalla. Pág. 3 LA AMPLIACIÓN Y LA UNIDAD DE EUROPA Bronislaw Geremek. Pág. 8 LA DEMOCRACIA EN LOS NUEVOS
GIGANTES MENORES Xavier Batalla. Pág. 3 CUATRO PODERES EMERGENTES Felipe Fernández-Armesto. Pág. 8 LA ONU Y EL NUEVO MUNDO DE LAS
DEMOGRAFÍA, CULTURA, DÓLARES,
Alejandro Portes. Pág. 6 UN RETRATO DE LA PRESENCIA HISPANA
RESPONSABILIDADES
Rubén G. Rumbaut. Pág. 18 ESTADOS UNIDOS: LA ESENCIA
Robert O. Keohane. Pág. 27 LA SINGULAR HISTORIA DE LAS
DE PRODUCTORA A CONSUMIDORA
Y EL MITO
ALIANZAS
Leila Fernández-Stembridge. Pág. 40 INDIA ¿UNA CARRERA CON CHINA? Arvinder Singh. Pág. 52 LA IMPORTANCIA DE SER LA INDIA Stephen P. Cohen. Pág. 58 UN MODELO DE DEMOCRACIA PARA
Felipe Fernández-Armesto. Pág. 28 POR QUÉ LOS HISPANOS
Kenneth Weisbrode. Pág. 36 EL IMPERIO DE LOS EJÉRCITOS Thomas Withington. Pág. 41 TERRORISMO: FORMAS Y MANERAS Walter Laqueur. Pág. 47 LA FUERZA, LA REFORMA Y EL FUTURO DE LAS NACIONES UNIDAS Edward C. Luck. Pág. 51 EL FUTURO DEL COMERCIO:
DEMOCRACIA O GEOESTRATEGIA Xavier Batalla. Pág. 3 EL RETO DE LA DEMOCRACIA EN ORIENTE MEDIO John L. Esposito. Pág. 6 LA DEMOCRACIA EN EL MUNDO DEL ISLAM: MITO Y REALIDAD Fawaz A. Gerges. Pág. 22 ¿FIGURA LA DEMOCRACIA EN EL MENÚ? Kenneth W. Stein. Pág. 32 LA PERSISTENCIA DEL AUTORITARISMO Raymond Hinnebusch. Pág. 38 EL ISLAM, LA DEMOCRACIA Y LA ESPADA DE WASHINGTON Graham E. Fuller. Pág. 44 SOCIEDAD CIVIL Y POLÍTICA TRANSNACIONAL: ¿REALIDAD O ESPEJISMO? Fred Halliday. Pág. 50 PRAGMATISMO O RESISTENCIA DE SIRIA Ammar Abdulhamid. Pág. 67 UN MOMENTO CRUCIAL PARA LÍBANO Gamal A. G. Soltan. Pág. 70 LAS CONSECUENCIAS DE LA DEMOCRACIA LIBANESA PARA SIRIA, LA PAZ Y EL PRESIDENTE BUSH Edward S. Walker, Jr. Pág. 74 IRÁN, ISLAM Y DEMOCRACIA: A LA SOMBRA DEL 11-S Ali Ansari. Pág. 80 UNA VICTORIA PÍRRICA DE CHIÍES
DEL SOL PONIENTE AL SOL NACIENTE Xavier Batalla. Pág. 3 LA TRANSFORMACIÓN DE ASIA Kenneth Weisbrode. Pág. 6 LA MARAÑA DE INTERESES EN ASIA
REGIONES
COERCIÓN, DINERO Y PERSUASIÓN Xavier Batalla. Pág. 3 ¿QUIÉN GOBIERNA EL MUNDO? William R. Polk. Pág. 6 ¿QUÉ ES EL PODER? Niall Ferguson. Pág. 18 LOS GOBERNANTES DEL MUNDO Y SUS
PETRÓLEO
Xavier Batalla. Pág. 3 LA TRANSFORMACIÓN RUSA EN SU CONTEXTO HISTÓRICO
Eric Lohr. Pág. 6 LA ERA PUTIN: ¿RETORNO A LA ESTABILIDAD O ANTESALA DE UNA NUEVA CRISIS?
Boris Kagarlitski. Pág. 16 LA RUSIA DE PUTIN: ENTRE LA DEMOCRACIA Y EL AUTORITARISMO
Lilia Shevtsova. Pág. 24 PARTIDOS POLÍTICOS Y PERSPECTIVAS DE LA DEMOCRACIA
Nikolai Petrov. Pág. 31 EL CAPITALISMO RUSO Wladimir Andreff. Pág. 38 EL ‘CASO YUKOS’: LA OLIGARQUÍA HA MUERTO, ¿LARGA VIDA A LA OLIGARQUÍA?
Jonas Bernstein. Pág. 44 PETRÓLEO Y GAS: UNA INMENSA RIQUEZA POR EXPLOTAR
Mariano Marzo. Pág. 50 ¿UNAS NUEVAS FUERZAS ARMADAS RUSAS? Stephen Blank. Pág. 57 CAMBIOS SOCIALES: UNA REVOLUCIÓN CULTURAL SILENCIOSA
Carmen Claudín. Pág. 62. CONTINUIDAD Y CAMBIOS DEMOGRÁFICOS: POBLACIÓN Y CENSO EN RUSIA Y LA CEI Alain Blum y Catherine Gousseff. Pág. 70 RUSIA-CEI: ¿DEL DOMINIO A LA INFLUENCIA? Arnaud Dubien. Pág. 85 LA CUESTIÓN CHECHENA: ¿QUÉ SUCEDE EN LA ZONA DE LA “OPERACIÓN TERRORISTA” Y POR QUÉ? Anna Politkovskaia. Pág. 89 LA POLÍTICA EXTERIOR: ENTRE EL PRAGMATISMO Y LA NOSTALGIA
Walter Laqueur. Pág. 84
EL PASADO
Fred Halliday. Pág. 14 LAS ENTRAÑAS DE AL QAEDA: LA RED TERRORISTA DE BIN LADEN, CÓMO SOBREVIVE ESTA ORGANIZACIÓN, ¿ES ESPAÑA UNO DE SUS CENTROS? Rohan Gunaratna. Pág. 33 ¿LOCOS POR DIOS? DE LA RETÓRICA RELIGIOSA A LA REIVINDICACIÓN POLÍTICA
François Burgat. Pág. 50 LA EXÉGESIS WAHABÍ DEL CORÁN Mourad Faher. Pág. 54 EN EL LUGAR DE LOS ATENTADOS DE CASABLANCA Tahar Ben Jelloun. Pág. 57 TERRORISMO MUNDIAL William R. Polk. Pág. 70 CÓMO PIENSAN LOS TERRORISTAS Martha Crenshaw. Pág. 77 DOS AÑOS DESPUÉS DEL 11-S Michel Wieviorka. Pág. 80 AL QAEDA: ¿UNA IMPORTANTE VICTORIA EN EUROPA? Graham E. Fuller. Pág. 85 LAS CONSECUENCIAS DEL 11-M Jonathan Stevenson. Pág. 97
SOCIOS
Jan Zielonka. Pág. 20 DE LA TRANSFORMACIÓN AL INGRESO András Inotai. Pág. 30 LA AMPLIACIÓN SOCIAL DE LA UE: LAS FAMILIAS Y EL BIENESTAR
Dagmar Kutsar y Kati Karelson. Pág. 36 LA PARADOJA ESTRATÉGICA EUROPEA Pascal Boniface. Pág. 50 REFLEXIONES EN TORNO A LA MESA FAMILIAR
Gabriella Ilonszki. Pág. 53 POLONIA: LA TERCERA TRANSFORMACIÓN
Lena Kolarska-Bobinska. Pág. 70 LA MUTACIÓN DE LA SOCIEDAD HÚNGARA
Attila Ágh. Pág. 75 REPÚBLICA CHECA Y ESLOVAQUIA: INTEGRACIÓN CON RECORRIDOS DIFERENCIADOS
Aude Hapiot. Pág. 78 ESLOVENIA: BALANCE DE LOS CAMBIOS SOCIOECONÓMICOS
Liliane Petrovic. Pág. 82 ESTONIA, LETONIA Y LITUANIA: DE LA URSS A LA UE EN MENOS DE 15 AÑOS Emmanuel Mathias. Pág. 87 LA SOCIEDAD CHIPRIOTA Savvas Katsikides. Pág. 90 MALTA, UNA ISLA TENAZ Roderick Pace. Pág. 94
Kenneth Weisbrode. Pág. 18 ¿EXPANSIÓN TERRITORIAL, OTRA VEZ? Paul Kennedy. Pág. 24 CHINA
EL MUNDO EN VÍAS DE DESARROLLO
Brahma Chellaney. Pág. 63 BR ASIL UNA POTENCIA REGIONAL Paulo Fagundes Vizentini. Pág. 68 LA LECCIÓN CHINA A BRASIL Jeffrey D. Sachs. Pág. 74 EL RETO DE LA INCLUSIÓN SOCIAL Sonia Fleury. Pág. 78 S U DÁ F R I C A ¿UN MODELO PARA ÁFRICA O UN MODELO AFRICANO? Greg Mills. Pág. 82 TIERRA DE PARADOJAS Robert Mattes. Pág. 89 UN ESTADO PIVOTE: BUENAS
VOTOS
Xavier Batalla. Pág. 3 LA NUEVA NACIÓN LATINA: INMIGRACIÓN Y POBLACIÓN
SON DISTINTOS
Jorge Ramos. Pág. 35 LOS LATINOS Y LA POLÍTICA ESTADOUNIDENSE CONTEMPORÁNEA
Rodolfo O. de la Garza. Pág. 49 LA NUEVA GEOGRAFÍA METROPOLITANA DE LOS LATINOS
Audrey Singer. Pág. 56 EL PODER ADQUISITIVO Jeffrey M. Humphreys. Pág. 64 EL MERCADO LABORAL: EDUCACIÓN, GENERACIONES Y CRECIMIENTO
B. Lindsay Lowell. Pág. 68 REMESAS ECONÓMICAS Y MIGRACIÓN: CUESTIONES Y PERSPECTIVAS SOBRE EL DESARROLLO
Manuel Orozco. Pág. 75 ESCENARIOS Y TENDENCIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA
María Jesús Criado. Pág. 87 LA CONSOLIDACIÓN
GOBERNANZA MUNDIAL Y ESTADOS
Sylvie Matelly. Pág. 56 EL PODER BLANDO Y LAS RELACIONES ENTRE ESTADOS UNIDOS Y EUROPA Joseph S. Nye, Jr. Pág. 64 COMPAÑÍAS MULTINACIONALES, ¿GOBIERNO MUNDIAL? Bruce Mazlish. Pág. 75 LA INFLUENCIA DE LAS ONG: CAMBIANDO LA AGENDA
Ignasi Carreras y Adela Farré. Pág. 81 EL PAPEL DE LA RELIGIÓN EN EL NUEVO ORDEN
PALABRAS Y MANO FIRME
DE LA EDUCACIÓN DE LAS FAMILIAS
Mark Juergensmeyer. Pág. 88 ACTORES RELIGIOSOS DE LA POLÍTICA
Chris Landsberg. Pág. 93 RECONCILIACIÓN Y REPARACIÓN Nahla Valji. Pág. 100
Concha Delgado Gaitán. Pág. 94
MUNDIAL EN UNA ÉPOCA GLOBAL
Scott M. Thomas. Pág. 94 POLÍTICA, MEDIOS Y OPINIÓN PÚBLICA Pascal Boniface. Pág. 108
Y KURDOS
Pierre-Jean Luizard. Pág. 85 ¿TIENE FUTURO LA REFORMA EN ARABIA SAUDÍ? Eleanor Abdella Doumato. Pág. 90 EGIPTO Y DEMOCRACIA Abdel Monem Said Aly. Pág. 96 LAS CRISIS DEL MOVIMIENTO NACIONAL Y LA LUCHA POR UN
ESTADO PALESTINO Graham Usher. Pág. 106 DEMOCRACIA ISRAELÍ Yossi Beilin. Pág. 110
ORIENTAL
Robyn Lim. Pág. 18 LAS GRANDES POTENCIAS Y LA SEGURIDAD EN EL SUDESTE ASIÁTICO Tim Huxley. Pág. 24 TERRITORIO, SOBERANÍA, ENERGÍA Y DESARROLLO NUCLEAR
Brahma Chellaney. Pág. 35 INDIA Y CHINA: LA GRAN PARTIDA DE LA ENERGÍA
Rajeev Srinivasan. Pág. 42 CHINA Y EL SIGLO ASIÁTICO David Shambaugh. Pág. 49 EL PODER ECONÓMICO Kimio Kase, Jaume Ribera, Rama Velamuri, Pedro Videla. Pág. 56 CHINA SALE DE CASA Leila Fernández-Stembridge. Pág. 64 REFLEXIONES SOBRE EL NUEVO CONTINENTE
Arvinder Singh. Pág. 76 UN JAPÓN EN CAMBIO BUSCA SU LUGAR EN EL MUNDO
Brad Glosserman. Pág. 82 PODER Y POBLACIÓN Nicholas Eberstadt. Pág. 98
134 Index2007
5/12/06
12:35
Página 138
Í N D I C E
TEMAS ÁFRICA DOS DESAFÍOS POLÍTICOS: LOS TRASPASOS DE JUGADORES [DE FÚTBOL] Y LA DESCOLONIZACIÓN DEPORTIVA /
Paul Dietschy. N.º 20. Pág. 78. ELEMENTOS DE GEOPOLÍTICVA FUTBOLÍSTICA EN ÁFRICA / Jean-Pierre Augustin. N.º 20. Pág. 90. AGUA
(Ver temario del número 21.) AMÉRICA LATINA
NÚMERO 17 OCTUBRE / DICIEMBRE 2005
NÚMERO 18 ENERO / MARZO 2006
NÚMERO 19 ABRIL / JUNIO 2006
NÚMERO 20 JULIO / SEPTIEMBRE 2006
NÚMERO 21 OCTUBRE / DICIEMBRE 2006
Mediterráneo, el mar que une y separa
¿Un mundo sin petróleo?
Israel
El poder del fútbol
Agua. El desafío del siglo XXI
ASOCIACIÓN O LÍNEA DE FRACTURA Xavier Batalla. Pág. 3 2005, AÑO DEL MEDITERRÁNEO Paul Balta. Pág. 8 EL PROCESO DE BARCELONA 19952005: EL TEXTO Y EL CONTEXTO Bichara Khader. Pág. 16 MEDITERRÁNEO Tahar Ben Jelloun. Pág. 28 UNA VISIÓN TURCA Semih Vaner. Pág. 32 UNA VISIÓN ISRAELÍ Samuel Hadas. Pág. 40 LOS INTERESES DE ESTADOS UNIDOS C. Edward Dillery. Pág. 44 LOS DISTINTOS MODELOS POLÍTICOS
INSEGURIDAD ENERGÉTICA Xavier Batalla. Pág. 3 ¿ESTAMOS ANTE UNA INMINENTE ESCASEZ MUNDIAL DE PETRÓLEO? Michael J. Economides. Pág. 6 SANGRE Y PETRÓLEO. LAS
UN PODER REDONDO Xavier Batalla. Pág. 3 EL FÚTBOL, FENÓMENO GLOBAL POR
EL ESTRÉS HÍDRICO Xavier Batalla. Pág. 3 EL CICLO DEL AGUA: LA CORRIENTE
Roland Dannreuther. Pág. 43 LOS EMBROLLOS DEL MAR CASPIO:
LA BATALLA POR EL FUTURO Xavier Batalla. Pág. 3 ISRAEL 2006: UN ESTADO-NACIÓN ATÍPICO Natan Lerner. Pág. 6 UNA HISTORIA DE ISRAEL Kenneth W. Stein. Pág. 19 EL AUGE Y EL DECLIVE DEL SIONISMO Walter Laqueur. Pág. 28 EN LA JUNGLA DE LAS IDENTIDADES Shalom Rosenberg. Pág. 30 ENTRE EL MITO Y LA HISTORIA Abraham B. Yehoshua. Pág. 34 57 AÑOS ESPERANDO UNA CONSTITUCIÓN Yossi Beilin. Pág. 36 RELIGIÓN, ETNIAS Y POLÍTICA Samuel Hadas. Pág. 46 LA RELIGIÓN Y EL ESTADO Aviad Hacohen. Pág. 50
HURGANDO EN EL AVISPERO
LOS PROBLEMAS DE LA SOCIEDAD ISRAELÍ
CONTINUIDAD Y CAMBIO
Fred Halliday. Pág. 58 MÉXICO Y VENEZUELA Y SUS
Yaakop Kop. Pág. 54 PERSPECTIVAS DEMOGRÁFICAS EN LOS ALBORES DEL SIGLO XXI Sergio DellaPergola. Pág. 61 CIUDADANOS ÁRABES Y PALESTINOS: LA
H. F. Moorhouse. Pág. 51 SUDAMÉRICA: DE LA GLORIA A CANTERA DE EUROPA Ezequiel Fernández Moores. Pág. 67 CÓMO LOS ESTADOUNIDENSES ESTÁN
PETRÓLEO
LUCHA POR LA IGUALDAD
Kenneth Weisbrode. Pág. 65 ¿SE PUEDE QUEDAR EL MUNDO SIN PETRÓLEO? Matthew R. Simmons. Pág. 71 UN MUNDO SIN PETRÓLEO Ibrahim M. Oweiss. Pág. 77 ¡QUE VIENEN LAS NACIONALES! Valerie Marcel. Pág. 81 LA OPEP EN EL SIGLO XXI. CAPACIDAD DE RESPUESTA ANTE LOS
Mohammad Darawshe. Pág. 68 DESTINO E INTERÉS COMÚN. LAS RELACIONES ENTRE ISRAEL Y LA DIÁSPORA Avi Beker. Pág. 74 VIVIR EN LA DIÁSPORA Esther Bendahan. Pág. 81 VEINTE AÑOS DESPUÉS: ESPAÑA, LOS JUDÍOS ESPAÑOLES E ISRAEL Jacobo Israel Garzón. Pág. 84 PREPARADOS PARA LA GLOBALIZACIÓN Alfred Tovias. Pág. 90 REGRESO AL FUTURO Yivsam Azgad. Pág. 94 LAS FUERZAS DE DEFENSA DE ISRAEL
APRENDIENDO A APRECIAR EL DEPORTE GLOBAL
ECOSISTEMAS DE AGUA DULCE Y SU BIODIVERSIDAD?
Stefan Szymanski. Pág. 73 DOS DESAFÍOS POLÍTICOS: LOS
Carmen Revenga. Pág. 80 AGUA Y SALUD: UNA RELACIÓN
TRASPASOS DE JUGADORES Y LA DESCOLONIZACIÓN DEPORTIVA DE ÁFRICA
María Neira y Robert Bos. Pág. 91 LOS BENEFICIOS DE LA
DE LA RIBERA SUR
Georges Corm. Pág. 56 ISLAM Y DEMOCRACIA Joseph Maïla. Pág. 64 EN BUSCA DEL DESARROLLO. MODELOS ECONÓMICOS EN LOS PAÍSES ÁRABES
Iván Martín. Pág. 72 LOS MARCOS DE COOPERACIÓN Erwan Lannon. Pág. 79 MARRUECOS: 50 AÑOS DESPUÉS DE LA DESCOLONIZACIÓN
Mohamed Tozy. Pág. 86 EGIPTO: CAMBIOS ECONÓMICOS DESDE LA INDEPENDENCIA
Zeinab Ali. Pág. 89 TÚNEZ: LOS MECANISMOS DE LA DICTADURA
Sadri Khiari. Pág. 92 LA INMIGRACIÓN EN LA CUENCA MEDITERRÁNEA
Catherine Wihtol de Wenden. Pág. 100
IMPLICACIONES DE LA POLÍTICA EXTERIOR Y MILITAR DEL PLAN ENERGÉTICO BUSH-CHENEY
Michael T. Klare. Pág. 18 CÓMO EVITAR LAS GUERRAS DEL PETRÓLEO, EL TERRORISMO Y EL COLAPSO ECONÓMICO
Richard Heinberg. Pág. 34 SEGURIDAD ASIÁTICA Y NECESIDADES ENERGÉTICAS CHINAS
HIDROCARBUROS
Mariano E. Gurfinkel C. Pág. 62 PLANIFICAR ANTE UN MUNDO SIN
CAMBIOS REGISTRADOS EN EL MERCADO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS
Pedro Antonio Merino García. Pág. 84 EL FINAL DE LA PRIMERA PARTE DE LA ERA DEL PETRÓLEO Colin J. Campbell. Pág. 98 POR QUÉ LOS COMBUSTIBLES DE CARBONO DOMINARÁN LA ECONOMÍA ENERGÉTICA EN EL SIGLO XXI
Peter R. Odell. Pág. 104 PETRÓLEO Y NATURALEZA EN EL ÁRTICO: LA BATALLA DE ALASKA Mariano Marzo. Pág. 111
COMO EJÉRCITO DE CIUDADANOS
Yoram Peri. Pág. 100 LA FAMILIA: UN MOSAICO DE CULTURAS Ethel Katz de Barylka. Pág. 105 TEXTOS Y CELEBRACIONES JUDÍAS Daniel ben Itzjak. Pág. 109 LA CULTURA EN 2006: NOSTALGIA DEL FUTURO
Avirama Golan. Pág. 114 UNA REALIDAD ÚNICA Y SINGULAR Naomi Ackerman. Pág. 118
EXCELENCIA
SANGUÍNEA DE LA HUMANIDAD
Pascal Boniface. Pág. 6 LOS CLUBS, UNA RELACIÓN HISTÓRICA
Malin Falkenmark. Pág. 6 SED Y ABUNDANCIA EN EL SIGLO XXI Sandra Postel. Pág. 20 LAS POLÍTICAS TRANSNACIONALES Ken Conca. Pág. 30 LA CRISIS DE GOBERNABILIDAD Carlos Fernández-Jáuregui. Pág. 38 LAS ‘GUERRAS’ Y OTROS CUENTOS
E ÍNTIMA CON LAS EMPRESAS
Michel Desbordes. Pág. 19 DERECHOS TELEVISIVOS DESIGUALES Y DESEQUILIBRIO COMPETITIVO EN
EUROPA Wladimir Andreff. Pág. 30 DEPORTE, POPULARIDAD Y POLÍTICA Patrick Mignon. Pág. 40 IDENTIDADES NACIONALES Y GLOBALIZACIÓN
Raffaele Poli. Pág. 47 IDENTIDAD REGIONAL EN EUROPA:
Paul Dietschy. Pág. 78 ELEMENTOS DE GEOPOLÍTICA FUTBOLÍSTICA EN ÁFRICA Jean-Pierre Augustin. Pág. 90 ASIA: ¿LA EMERGENCIA DE LOS TIGRES DE PAPEL? Pascal Gillon. Pág. 106 IRÁN, EL BALÓN Y EL TURBANTE Christian Bromberger. Pág. 112
HIDROMITOLÓGICOS
Aaron T. Wolf. Pág. 43 LAS POLÍTICAS DE PRECIOS Daniel Prager. Pág. 52 POLÍTICA DE PRESAS Y EL PAPEL DEL MERCADO
Jamie Skinner. Pág. 60 PRIORIDADES HÍDRICAS, ALIMENTACIÓN Y MEDIO AMBIENTE
Frank Rijsberman y Nadia Manning. Pág. 67 ¿POR QUÉ DEBEN PREOCUPARNOS LOS
CRUCIAL
PLANIFICACIÓN INTEGRADA EN AGUA Y ENERGÍA
Michael Totten y Patricia Zurita. Pág. 98 LA GESTIÓN DEL AGUA EN ESPAÑA, ¿DE DÓNDE VENIMOS Y ADÓNDE VAMOS? Pedro Arrojo Agudo. Pág. 108
(Ver temario del número 4.) MÉXICO Y VENEZUELA Y SUS HIDROCARBUROS / Mariano E. Gurfinkel. N.º 19. C. Pág. 62. SUDAMÉRICA: DE LA GLORIA A CANTERA DE EUROPA [FÚTBOL] / Ezequiel Fernández Moores. N.º 20. Pág. 67. ARABIA SAUDÍ ¿SE PUEDE LAICIZAR EL ISLAM EN ARABIA SAUDÍ? NO SERÁ PRONTO, PERO EL PUNTO DE PARTIDA ES LA ESCUELA PÚBLICA / Eleanor Abdella Dou-
mato. N.º 1. Pág. 61. LAS RELACIONES [CON ESTADOS UNIDOS]. TIEMPO TORMENTOSO / Juan Gabriel Tokatlian. N.º 4. Pág. 34. ¿TIENE FUTURO LA REFORMA EN ARABIA SAUDÍ? / Eleanor Abdella Doumato. N.º 15. Pág. 90. ASIA
(Ver temario del número 16.) ASIA: PODER Y DESAFÍO / Kenneth Weisbrode. N.º 1. Pág. 80. EN LA LINDE DE EUROPA Y ASIA. UN TERRITORIO QUE DESAPARECE / Carlos Taibo. N.º 3. Pág. 79. REFLEXIONES SOBRE EL NUEVO CONTINENTE / Arvinder Singh. N.º 16. Pág. 76. SEGURIDAD ASIÁTICA Y NECESIDADES ENERGÉTICAS CHINAS / Roland Dannreuther. N.º 19. Pág. 43. LOS EMBROLLOS DEL MAR CASPIO: HURGANDO EN EL AVISPERO / Fred Halliday. N.º 19. Pág. 58. ASIA: ¿LA EMERGENCIA [EN FÚTBOL] DE LOS TIGRES DE PAPEL? / Pascal Gillon. N.º 20. Pág. 106 BRASIL BRASIL: UNA POTENCIA REGIONAL /
Paulo Fagundes Vizentini. N.º 12. Pág. 68. LA LECCIÓN CHINA A BRASIL / Jeffrey D. Sachs. N.º 12. Pág. 74 BRASIL, ¿UNA CARRERA CON CHINA? / Arvinder Singh. N.º 12. Pág. 52. EL RETO DE LA INCLUSIÓN SOCIAL / Sonia Fleury. N.º 12. Pág. 78. CHINA
(Ver temarios de los números 2, 12 y 19.) MODERNIZACIÓN AL ESTILO CHINO / Lucien Bianco. N.º 2. Pág. 6.
EL IMPERIO DEL CENTRO / Taciana Fisac. N.º 2. Pág. 23. ¿SERÁ CHINA UNA SUPERPOTENCIA MILITAR? / David Shambaugh. N.º 2. Pág. 34. LA CUARTA GENERACIÓN DE DIRIGENTES CHINOS / Cheng Li. N.º 2. Pág. 46. LA VIGENCIA DEL PCCH / Xulio Ríos. N.º 2. Pág. 51. CORRUPCIÓN, PROTESTA Y DEMOCRACIA EN CHINA / Lianjiang Li. N.º 2. Pág. 66. CHINA Y SU PERIFERIA / Steve Tsang. N.º 2. Pág. 74. DE PRODUCTORA A CONSUMIDORA / Leila Fernández-Stembridge. N.º 12. Pág. 40. LA LECCIÓN CHINA A BRASIL / Jeffrey D. Sachs. N.º 12. Pág. 74 BRASIL, ¿UNA CARRERA CON CHINA? / Arvinder Singh. N.º 12. Pág. 52. INDIA Y CHINA: LA GRAN PARTIDA DE LA ENERGÍA / Rajeev Srinivasan. N.º 16. Pág. 42. CHINA Y EL SIGLO ASIÁTICO / David Shambaugh. N.º 16. Pág. 49. CHINA SALE DE CASA / Leila Fernández-Stembridge. N.º 16. Pág. 64. SEGURIDAD ASIÁTICA Y NECESIDADES ENERGÉTICAS CHINAS / Roland Dannreuther. N.º 19. Pág. 43. CHIPRE LA SOCIEDAD CHIPRIOTA / Savvas Kat-
sikides. N.º 11. Pág. 90. CIUDADES CIUDADES PARANOICAS, MIRADAS DESDE AMÉRICA LATINA / Néstor Gar-
cía Canclini. N.º 4. Pág. 46. VIVIR EN BAGDAD / N.º 5. Pág. 38. BERLÍN: LA NUEVA IDENTIDAD / N.º 6. Pág. 62. NUEVA YORK (11-S) / N.º 10. Pág. 20 VILNIUS / N.º 11. Pág. 58. RIGA / N.º 11. Pág. 62. TALLINN / N.º 11. Pág. 66. EL GRAN SHANGHAI / N.º 12. Pág. 44. BOMBAY / N.º 12. Pág. 64. SAO PAULO / N.º 12. Pág. 74. JOHANNESBURGO Y CIUDAD DEL CABO / N.º 12. Pág. 97. EL HARLEM HISPANO DE NUEVA YORK / N.º 13. Pág. 35. ECOLOGÍA ¿POR QUÉ DEBEN PREOCUPARNOS LOS ECOSISTEMAS DE AGUA DULCE Y SU BIODIVERSIDAD? / Carmen Reven-
ga. N.º 21. Pág. 80. ECONOMÍA LA VÍA CAPITALISTA ‘DE FACTO’ DE CHINA / Leila Fernández-Stembridge.
N.º 2. Pág. 54. L A GOBERNABILIDAD DEL GLO BALISMO / Joseph S. Nye y Alexandra Scacco. N.º 3. Pág. 35. GEOESTRATEGIA, PETRÓLEO Y GAS
NATURAL / Antoni Segura i Mas. N.º 3. Pág. 84. LOS INDICADORES ECONÓMICOS Y EL BIENESTAR SOCIAL [EN AMÉRICA LATINA] / Antonio Ortiz
Mena. N.º 4. Pág. 25. LA LEY DE LA POBREZA [EN AMÉRICA LATINA] / Hernando de Soto. N.º 4. Pág. 32. LAS INVERSIONES ESPAÑOLAS [EN AMÉRICA LATINA], ¿UNA APUESTA ARRIESGADA? / Álvaro Calderón. N.º 4. Pág. 41. L A POLÍTICA ECONÓMICA EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA EUROPA / Iain Begg. N.º 6. Pág. 49. UNA REPÚBLICA DE CONSUMIDORES [EE. UU.] / Lizabeth Cohens. N.º 7. Pág. 66. ¿QUÉ ES REALMENTE EL MODELO ESTADOUNIDENSE? PRESUPUESTOS MODERADOS Y DEVOLUCIÓN KEYNESIANA / James K. Galbraith. N.º 7. Pág. 72. LA ECONOMÍA [PALESTINA]. LOS RASGOS PRINCIPALES DE UNA CRISIS INTERMINABLE / Sara Roy. N.º 8. Pág. 73. EL CAPITALISMO RUSO / Wladimir Andreff. N.º 9. Pág. 38. CHINA: DE PRODUCTORA A CONSUMIDORA / Leila Fernández-Stembridge. N.º 12. Pág. 40. REMESAS ECONÓMICAS Y MIGRACIÓN [EE. UU]: CUESTIONES Y PERSPECTIVAS SOBRE EL DESARROLLO / Manuel Orozco. N.º 13. Pág. 75. EL PODER ADQUISITIVO [DE LOS HISPANOS EN EE. UU.] / Jeffrey M. Humphreys. N.º 13. Pág. 64. EL MERCADO LABORAL [DE LOS HISPANOS EN EE. UU.]: EDUCACIÓN, GENERACIONES Y CRECIMIENTO / B. Lindsay Lowell. N.º 13. Pág. 68. EL FUTURO DEL COMERCIO: GOBERNANZA MUNDIAL Y ESTADOS / Sylvie Matelly. N.º 14. Pág. 56. COMPAÑÍAS MULTINACIONALES, ¿GOBIERNO MUNDIAL? / Bruce Mazlish. N.º 14. Pág. 75. EL PODER ECONÓMICO [EN ASIA] / Kimio Kase, Jaume Ribera, Rama Velamuri y Pedro Videla. N.º 16. Pág. 56. CAMBIOS ECONÓMICOS [EN EGIPTO] DESDE LA INDEPENDENCIA / Zeinab Ali. N.º 17. Pág. 89 EN BUSCA DEL DESARROLLO. MODELOS ECONÓMICOS EN LOS PAÍSES ÁRABES / Iván Martín. N.º 17. Pág. 72. CÓMO EVITAR LAS GUERRAS DEL PETRÓLEO, EL TERRORISMO Y EL COLAPSO ECONÓMICO / Richard Heinberg. N.º 19. Pág. 34. LOS CLUBS [DE FÚTBOL], UNA RELACIÓN HISTÓRICA E ÍNTIMA CON LAS EMPRESAS / Michael Desbordes. N.º
20. Pág. 19. LAS POLÍTICAS DE PRECIOS [DEL AGUA] / Daniel Prager. N.º 21. Pág. 52. POLÍTICA DE PRESAS Y EL PAPEL DEL
134 Index2007
5/12/06
12:36
Página 140
MERCADO [DEL AGUA] / Jamie
Skinnerk. N.º 21. Pág. 60. LOS BENEFICIOS DE LA PLANIFICACIÓN INTEGRADA EN AGUA Y ENERGÍA / Michael Totten / Patricia
Zurita. N.º 21. Pág. 98. DEPORTE
(Ver temario del número 20.) EJÉRCITO ¿SERÁ CHINA UNA SUPERPOTENCIA MILITAR? / David Shambaugh.
N.º 2. Pág. 34. EL FUTURO DE LA OTAN / Pascal Boniface. N.º 3. Pág. 74. ¿UNAS NUEVAS FUERZAS ARMADAS RUSAS? / Stephen Blank. N.º 9. Pág. 57. EL IMPERIO DE LOS EJÉRCITOS / Thomas Withington. N.º 14. Pág. 41. LAS FUERZAS DE DEFENSA DE ISRAEL COMO EJÉRCITO DE CIUDADANOS / Yoram Peri. N.º 19. Pág. 100. ENERGÍA TERRITORIO, SOBERANÍA, ENERGÍA Y DESARROLLO NUCLEAR /
Brahma Chellaney. N.º 16. Pág. 35. ¿ESTAMOS ANTE UNA INMINENTE ESCASEZ MUNDIAL DE PETRÓLEO? / Michael J. Economides. N.º 19. Pág. 6. LOS EMBROLLOS DEL MAR CASPIO: HURGANDO EN EL AVISPERO / Fred Halliday. N.º 19. Pág. 58. PLANIFICAR ANTE UN MUNDO SIN PETRÓLEO / N.º 19. Kenneth Weisbrode. Pág. 65. ¿SE PUEDE QUEDAR EL MUNDO SIN PETRÓLEO? / Matthew R. Simmons. N.º 19. Pág. 71. UN MUNDO SIN PETRÓLEO / Ibrahim M. Oweiss. N.º 19. Pág. 77. EL FINAL DE LA PRIMERA PARTE DE LA ERA DEL PETRÓLEO / Colin J. Campbell. N.º 19. Pág. 98. POR QUÉ LOS COMBUSTIBLES DE CARBONO DOMINARÁN LA ECONOMÍA ENERGÉTICA EN EL SIGLO
XXI / Peter R. Odell. N.º 19. Pág. 104. ESLOVAQUIA REPÚBLICA CHECA Y ESLOVAQUIA: INTEGRACIÓN CON RECORRIDOS DIFERENCIADOS / Aude
Hapiot. N.º 11. Pág. 78. ESLOVENIA ESLOVENIA: BALANCE DE LOS CAMBIOS SOCIOECONÓMICOS /
Liliane Petrovic. N.º 11. Pág. 82. ESPAÑA DE LA ESPAÑA MUSULMANA AL ISLAM ESPAÑOL / Jordi Moreras.
N.º 1. Pág. 83. REFLEXIONES SOBRE EL TERRORISMO DESPUÉS DE MADRID / Walter Laqueur. N.º 10. Pág. 6. LAS ENTRAÑAS DE AL QAEDA: LA RED TERRORISTA DE BIN LADEN, CÓMO SOBREVIVE ESTA ORGANIZACIÓN, ¿ES ESPAÑA UNO DE SUS CENTROS? / Rohan Gunaratna. N.º 10. Pág. 33. VEINTE AÑOS DESPUÉS: ESPAÑA, LOS JUDÍOS E ISRAEL / Jacobo Israel Garzón. N.º 19. Pág. 84. ESTADOS UNIDOS
(Ver temarios de los números 3 y 11.) LA REVUELTA DEL ISLAM / Bernard Lewis. N.º 1. Pág. 6. ESTADOS UNIDOS Y EL ISLAM POLÍTICO / Fawaz A. Gerges. N.º 1. Pág. 64. DE LA GUERRA FRÍA AL 11-S / Chen Jian. N.º 2. Pág. 28. LAS RELACIONES ENTRE EE.UU. Y EUROPA / Walter Laqueur. N.º 3. Pág. 70. LAS RELACIONES [CON AMÉRICA LATINA]. TIEMPO TORMENTOSO / Juan Gabriel Tokatlian. N.º 4. Pág. 34. EL CONFLICTO [CON IRAQ]: UN MACABRO ENTRAMADO DE INCERTIDUMBRES / Faleh A. Jabar. N.º 5. Pág. 46. EL DILEMA DE LA POLÍTICA IRAQUÍ DE WASHINGTON / Graham E. Fuller. N.º 5. Pág. 71. EL CRECIENTE DESCONTENTO ÁRABE-ESTADOUNIDENSE / Edmund Ghareeb. N.º 5. Pág. 74. LOS VALORES DE ESTADOS UNIDOS / Michael Allen. N.º 7. Pág. 54. EL PODER BLANDO [EN EE. UU.]: UNA ESTRATEGIA DESESTIMADA / Todd Gitlin. N.º 7. Pág. 79. LA INMIGRACIÓN [EN EE. UU.]: CAMBIOS DEL SIGLO XX Y RETOS DEL XXI / Audrey Singer. N.º 7. Pág. 82. DOS AÑOS DESPUÉS DEL 11-S / Michel Wieviorka. N.º 10. Pág. 80. LA NUEVA NACIÓN LATINA: INMIGRACIÓN Y POBLACIÓN / Alejandro Portes. N.º 13. Pág. 6. UN RETRATO DE LA PRESENCIA HISPANA / Rubén G. Rumbaut. N.º 13. Pág. 18. LA ESENCIA Y EL MITO [DE LOS HISPANOS] / Felipe Fernández-Armesto. N.º 13. Pág. 28. POR QUÉ LOS HISPANOS SON DISTINTOS / Jorge Ramos. N.º 13. Pág. 35. LOS LATINOS Y LA POLÍTICA ESTADOUNIDENSE CONTEMPORÁNEA / Rodolfo O. de la Garza. N.º 13. Pág. 49. LA NUEVA GEOGRAFÍA METROPOLITANA DE LOS LATINOS / Au-
drey Singer. N.º 13. Pág. 56. EL PODER ADQUISITIVO [DE LOS HISPANOS] / Jeffrey M. Humphreys. N.º 13. Pág. 64. EL MERCADO LABORAL [DE HISPANOS]: EDUCACIÓN, GENERACIONES Y CRECIMIENTO / B. Lindsay Lowell. N.º 13. Pág. 68. REMESAS ECONÓMICAS Y MIGRACIÓN [DE LOS HISPANOS]: CUESTIONES Y PERSPECTIVAS SOBRE EL DESARROLLO / Manuel Orozco. N.º 13. Pág. 75. ESCENARIOS Y TENDENCIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA [DE LOS HISPANOS] / María Jesús Criado. N.º 13. Pág. 87. LA CONSOLIDACIÓN DE LA EDUCACIÓN DE LAS FAMILIAS HISPANAS / Concha Delgado Gaitán. N.º 13. Pág. 94. EL PODER BLANDO Y LAS RELACIONES ENTRE EE. UU. Y EUROPA / Joseph S. Nye, Jr. Pág. 64. EL ISLAM, LA DEMOCRACIA Y LA ESPADA DE WASHINGTON / Graham E. Fuller. N.º 15. Pág. 44. LAS CONSECUENCIAS DE LA DEMOCRACIA LIBANESA PARA SIRIA, LA PAZ Y EL PRESIDENTE BUSH / Edward S. Walker, Jr. N.º 15. Pág. 74. EL PODER BLANDO Y LAS RELACIONES ENTRE ESTADOS UNIDOS Y EUROPA / Joseph S. Nye, Jr. Pág. 64. LOS INTERESES DE ESTADOS UNIDOS [EN EL MEDITERRÁNEO] / C. Edward Dillery. N.º 17. Pág. 44. SANGRE Y PETRÓLEO. LAS IMPLICACIONES DE LA POLÍTICA EXTERIOR Y MILITAR DEL PLAN ENERGÉTICO BUSH-CHENEY / Michael T. Klare. N.º 19. Pág. 18. PETRÓLEO Y NATURALEZA EN EL ÁRTICO: LA BATALLA DE ALASKA / Mariano Marzo. N.º 19. Pág. 111. CÓMO LOS ESTADOUNIDENSES ESTÁN APRENDIENDO A APRECIAR EL DEPORTE GLOBAL / Stefan Szymanski. N.º 20. Pág. 73. ESTONIA ESTONIA, LETONIA Y LITUANIA: DE LA URSS A LA UE EN MENOS DE 15 AÑOS / Emmanuel Mathias.
N.º 11. Pág. 87. EUROPA
(Ver temarios de los números 6 y 11.) LAS RELACIONES ENTRE ESTADOS UNIDOS Y EUROPA / Walter Laqueur. N.º 3. Pág. 70. EN LA LINDE DE EUROPA Y ASIA. UN TERRITORIO QUE DESAPARECE
/ Carlos Taibo. N.º 3. Pág. 79. CONTIGO EN LA DISTANCIA. LOS LAZOS [DE AMÉRICA L ATINA]
CON LA UNIÓN EUROPEA TRAS LA CUMBRE DE MADRID / José An-
niface. N.º 6. Pág. 55. LA DERIVA DE LOS CONTINENTES / Michel Wieviorka. N.º 7. Pág. 97. LA AMPLIACIÓN Y LA UNIDAD DE EUROPA / Bronislaw Geremek. N.º 10. Pág. 8 AL QAEDA: ¿UNA IMPORTANTE VICTORIA EN EUROPA? / Graham E. Fuller. N.º 10. Pág. 85. LA DEMOCRACIA EN LOS NUEVOS SOCIOS DE LA UE / Jan Zielonka. N.º 11. Pág. 20. DE LA TRANSFORMACIÓN AL INGRESO [UE] / András Inotai. N.º 11. Pág. 30. LA AMPLIACIÓN SOCIAL DE LA UNIÓN EUROPEA: LAS FAMILIAS Y EL BIENESTAR / Dagmar Kutsar y Kati Karelson. N.º 11. Pág. 36. LA PARADOJA ESTRATÉGICA EUROPEA / Pascal Boniface. N.º 11. Pág. 50. REFLEXIONES EN TORNO A LA MESA FAMILIAR [UE] / Gabriella Ilonszki. N.º 11. Pág. 53. EL PODER BLANDO Y LAS RELACIONES ENTRE ESTADOS UNIDOS Y EUROPA / Joseph S. Nye, Jr. N.º 14. Pág. 64. LOS INTERESES DE EE. UU. [EN EL MEDITERRÁNEO] / C. Edward Dillery. N.º 17. Pág. 44. IDENTIDAD REGIONAL EN EUROPA: CONTINUIDAD Y CAMBIO / H. F. Moorhouse. N.º 20. DERECHOS TELEVISIVOS [DE FÚTBOL] DESIGUALES Y DESEQUILIBRIO COMPETITIVO EN EUROPA / Wladimir Andreff. N.º 20. Pág. 30. SUDAMÉRICA: DE LA GLORIA A CANTERA DE EUROPA [DE FÚTBOL] / Ezequiel Fernández Moores. N.º 20. Pág. 67
EL ESTADO DE LAS COSAS / Stanley Hoffmann. N.º 3. Pág. 20. EL MUNDO EN 2005 / Robert D. Kaplan. N.º 3. Pág. 31. LA GOBERNABILIDAD DEL GLOBALISMO / Joseph S. Nye y Alexandra Scacco. N.º 3. Pág. 35. EL 11 DE SEPTIEMBRE AL CABO DE UN AÑO / Fred Halliday. N.º 3. Pág. 58. TERRORISMO Y PERSPECTIVAS HISTÓRICAS: COMPRENDER Y EVITAR EL PASADO / Fred Halliday. Nº 10. Pág. 14. TERRORISMO MUNDIAL / William R. Polk. N.º 10. Pág. 70. LAS CONSECUENCIAS DEL 11-M / Jonathan Stevenson. N.º 10. Pág. 97. TERRORISMO: FORMAS Y MANERAS / Walter Laqueur. N.º 14. Pág. 47. CUATRO PODERES EMERGENTES / Felipe Fernández-Armesto. N.º 12. Pág. 8. LA ONU Y EL NUEVO MUNDO DE LAS REGIONES / Kenneth Weisbrode. N.º 12. Pág. 18. ¿EXPANSIÓN TERRITORIAL, OTRA VEZ? / Paul Kennedy. N.º 12. Pág. 24. PREPARADOS PARA LA GLOBALIZACIÓN [ISRAEL] / Alfred Tovias. N.º 19. Pág. 90. EL FÚTBOL, FENÓMENO GLOBAL POR EXCELENCIA / Pascal Boniface. N.º 20. Pág. 6. IDENTIDADES NACIONALES Y GLOBALIZACIÓN / Raffaele Poli. N.º 20. Pág. 47. E L CICLO DEL AGUA : LA CO RRIENTE SANGUÍNEA DE LA HUMANIDAD / Malin Falkenmark. N.º 21. Pág. 6. SED Y ABUNDANCIA EN EL SIGLO XXI / Sandra Postel. N.º 21. Pág. 20. LAS POLÍTICAS [DE AGUA] TRANSNACIONALES / Ken Conca. N.º 21. Pág. 30. LAS ‘GUERRAS’ Y OTROS CUENTOS HIDROMITOLÓGICOS / Aaron T. Wolf. N.º 21. Pág. 43.
EGIPTO EGIPTO Y DEMOCRACIA / Abdel M.
GOBERNANZA ¿QUIÉN GOBIERNA EL MUNDO? /
Said Aly. N.º 15. Pág. 96. CAMBIOS ECONÓMICOS DESDE LA INDEPENDENCIA / Zeinab Ali. N.º 17. Pág. 89
William R. Polk. N.º 14. Pág. 6. ¿QUÉ ES EL PODER? / Niall Ferguson. N.º 14. Pág. 18. LOS GOBERNANTES DEL MUNDO Y SUS RESPONSABILIDADES / Robert O. Keoane. N.º 14. Pág. 27. LA SINGULAR HISTORIA DE LAS ALIANZAS / Kenneth Weisbrode. N.º 14. Pág. 36. TERRITORIO, SOBERANÍA, ENERGÍA Y DESARROLLO NUCLEAR / Brahma Chellaney. N.º 16. Pág. 35. LA CRISIS DE GOBERNABILIDAD
tonio Sanahuja. N.º 4. Pág. 37. LA POLÍTICA ECONÓMICA EN LA CONSTRUCCIÓN DE UNA NUEVA EUROPA/Iain Begg. N.º 6. Pág. 49. POLÍTICA EXTERIOR Y DE DEFENSA [DE EUROPA]. HACIA EL FIN DE LA AMBIGÜEDAD / Pascal Bo-
FÚTBOL
(Ver temario del número 20.) GLOBALIZACIÓN
(Ver temarios de los números 3, 7, 14 y 21.) ¿HACIA EL IMPERIO O HACIA EL ORDEN MUNDIAL? / Gabriel Jackson. N.º 3. Pág. 6.
[EN AGUA] / Carlos Fernández-Jáuregui. N.º 21. Pág. 38.
UN JAPÓN EN CAMBIO BUSCA SU LUGAR EN EL MUNDO / Brad Glosserman. N.º 16. Pág. 82.
HISPANIDAD
(Ver temario del número 13.) HUNGRÍA LA MUTACIÓN DE LA SOCIEDAD HÚNGARA / Attila Ágh. N.º 11.
Pág. 75. INDIA ¿UNA CARRERA CON CHINA? /
Arvinder Singh. N.º 12. Pág. 52. LA IMPORTANCIA DE SER LA INDIA / Stephen P. Cohen. N.º 12. Pág. 58. UN MODELO DE DEMOCRACIA PARA EL MUNDO EN VÍAS DE DESARROLLO / Brahma Chellaney. N.º 12. Pág. 63. INDIA Y CHINA: LA GRAN PARTIDA DE LA ENERGÍA / Rajeev Srinivasan. N.º 16. Pág. 42 IRAQ
(Ver temario del número 5.) UNA VICTORIA PÍRRICA DE CHIÍES Y KURDOS / Pierre-Jean Luizard. N.º 15. Pág. 85 IRÁN IRÁN, ISLAM Y DEMOCRACIA: A LA SOMBRA DEL 11-S / Ali Ansari.
N.º 15. Pág. 80 IRÁN, EL BALÓN Y EL TURBANTE / Christian Bromberger. N.º 20. Pág. 112 ISLAM
(Ver temario del número 1.) LA DEMOCRACIA EN EL MUNDO DEL ISLAM: MITO Y REALIDAD / Fawaz A. Gerges. N.º 15. Pág. 22 EL ISLAM, LA DEMOCRACIA Y LA ESPADA DE WASHINGTON / Graham E. Fuller. N.º 15. Pág. 44. IRÁN, ISLAM Y DEMOCRACIA: A LA SOMBRA DEL 11-S / Ali Ansari. N.º 15. Pág. 80. ISLAM Y DEMOCRACIA [EN EL MEDITERRÁNEO] / Joseph Maïla. N.º 17. Pág. 64. LA EXÉGESIS WAHABÍ DEL CORÁN / Mourad Faher. N.º 10 Pág. 54. ISRAEL
(Ver temario del número 19.) EL “ENEMIGO INTERIOR” DE ISRAEL / Marwan Bishara. N.º 8. Pág. 45. DEMOCRACIA ISRAELÍ / Yossi Beilin. N.º 15. Pág. 110. UNA VISIÓN ISRAELÍ [DEL MEDITERRÁNEO] / Samuel Hadas. N.º 17. Pág. 40. JAPÓN
LÍBANO LA IMPORTANCIA HISTÓRICA DE LA COMUNIDAD PALESTINA EN LÍBANO / Nur Masalha. N.º 8. Pág.
55. LAS CONSECUENCIAS DE LA DEMOCRACIA LIBANESA PARA SIRIA, LA PAZ Y EL PRESIDENTE BUSH / Edward S. Walker, Jr. N.º 15. Pág. 74. UN MOMENTO CRUCIAL PARA LÍBANO / Gamal A. G. Soltan. N.º 15. Pág. 70. LETONIA ESTONIA, LETONIA Y LITUANIA: DE LA URSS A LA UE EN MENOS DE 15 AÑOS / Emmanuel Mathias.
LA MUJER [PALESTINA] / Islah Jad. N.º 8. Pág. 67. UNA REALIDAD ÚNICA Y SINGULAR [ISRAEL] / Naomi Ackerman. N.º 19. Pág. 118. IRÁN, EL BALÓN Y EL TURBANTE / Christian Bromberger. N.º 20. Pág. 112
ONU LA FUERZA, LA REFORMA Y EL FUTURO DE LAS NACIONES UNIDAS / Edward C. Luck. N.º 14. Pág.
51. OPEP LA OPEP EN EL SIGLO XXI. CAPACIDAD DE RESPUESTA ANTE LOS CAMBIOS REGISTRADOS EN EL MERCADO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS / Pedro Antonio Merino Gar-
cía. N.º 19. Pág. 84.
N.º 11. Pág. 87. ORIENTE MEDIO LITUANIA ESTONIA, LETONIA Y LITUANIA: DE LA URSS A LA UE EN MENOS DE 15 AÑOS / Emmanuel Mathias.
N.º 11. Pág. 87. MAGREB MAGREB: LA RELIGIÓN EN EL JUEGO POLÍTICO / Laura Feliu. N.º 1.
Pág. 80. DE LA ESPAÑA MUSULMANA AL ISLAM ESPAÑOL / Jordi Moreras. N.º 1. Pág. 83. MALTA MALTA, UNA ISLA TENAZ / Rode-
rick Pace. N.º 11. Pág. 94. MARRUECOS EN EL LUGAR DE LOS ATENTADOS DE CASABLANCA / Tahar Ben
Jelloun. N.º 10. Pág. 57. 50 AÑOS DESPUÉS DE LA DESCOLONIZACIÓN / Mohamed Tozy. N.º 17. Pág. 86. MEDITERRÁNEO
(Ver temario del número 17.) MÉXICO MÉXICO Y VENEZUELA Y SUS HIDROCARBUROS / Mariano E. Gur-
finkel C. N.º 19. Pág. 62. MUJER LOS DERECHOS HUMANOS Y LA MUJER MUSULMANA / Janet Afary.
N.º 1. Pág. 44. LAS MUJERES EN LA FAMILIA CHINA / Amelia Sáiz López. N.º 2. Pág. 85. EL CASO PALESTINO. GÉNERO EN LOS CONFLICTOS Y EL DESPLAZAMIENTO / Rosemary Sayigh. N.º 8. Pág. 61. EL PAPEL POLÍTICO Y SOCIAL DE
(Ver temarios de los números 1, 5, 8, 15 y 19.) LOS PALESTINOS Y EL CAMBIO / Pedro Martínez Montávez. N.º 1. Pág. 35. JUDAÍSMO, CRISTIANISMO, ISLAM. LOS ENGAÑOS DE LA ANALOGÍA ENTRE LOS “TRES INTEGRISMOS”
/ François Burgat. N.º 1. Pág. 32. EL CONFLICTO DE ORIENTE MEDIO Y EL MUNDO / Yossi Beilin. N.º 3. Pág. 54. EL CONFLICTO [CON IRAQ]: UN MACABRO ENTRAMADO DE INCERTIDUMBRES / Faleh A. Jabar. N.º 5. Pág. 46. EL DILEMA DE LA POLÍTICA IRAQUÍ DE WASHINGTON / Graham E. Fuller. N.º 5. Pág. 71. PALESTINOS: UN PUEBLO MARTIRIZADO POR LA HISTORIA / Bichara Khader. N.º 8. Pág. 6. LAS PERSPECTIVAS DE LA DEMOCRACIA [EN PALESTINA] / Glenn E. Robinson. N.º 8. Pág. 32. HAMAS Y LA CONSPIRACIÓN CONTRA LA JUSTICIA / Dr. Azzam Tamimi. N.º 8. Pág. 39. PALESTINA
(Ver temario de los números 8 y 19.) LOS PALESTINOS Y EL CAMBIO / Pedro Martínez Montávez. N.º 1. Pág. 35. LAS CRISIS DEL MOVIMIENTO NACIONAL Y LA LUCHA POR UN ESTADO PALESTINO / Graham Usher. N.º 15. Pág. 106. PETRÓLEO
(Ver temario del número 19.) IRAQ, HISTORIA Y PETRÓLEO / Antoni Segura i Mas. N.º 5. Pág. 53. PETRÓLEO Y GAS [EN RUSIA]: UNA
INMENSA RIQUEZA POR EXPLOTAR
RRIDOS DIFERENCIADOS / Aude
/ Mariano Marzo. N.º 9. Pág. 50.
Hapiot. N.º 11. Pág. 78.
POLONIA POLONIA: LA TERCERA TRANSFORMACIÓN / Lena Kolarska-Bo-
RUSIA
binska. N.º 11. Pág. 70. RELIGIÓN MAGREB: LA RELIGIÓN EN EL JUEGO POLÍTICO / Laura Feliu. N.º 1.
Pág. 80. LA CONVULSIÓN ISLÁMICA / Francis Fukuyama y Nadav Samin. N.º 3. Pág. 44. EL CORÁN DE MAÑANA Y DE SIEMPRE / Mikel de Epalza. N.º 1. Pág. 29. JUDAÍSMO, CRISTIANISMO, ISLAM. LOS ENGAÑOS DE LA ANALOGÍA ENTRE LOS “TRES INTEGRISMOS”
/ François Burgat. N.º 1. Pág. 32. ¿ES VIABLE SECULARIZAR EL ISLAM? / Azzam Tamimi. N.º 1. Pág. 56. ¿SE PUEDE LAICIZAR EL ISLAM EN ARABIA SAUDÍ? / Eleanor Abdella Doumato. N.º 1. Pág. 61. EL FACTOR RELIGIOSO EN CHINA / Dolors Folch. N.º 2. Pág. 71. EL ISLAMISMO POLÍTICO EN IRAQ / Charles Tripp. N.º 5. Pág. 36. ESTADO Y RELIGIÓN [EN EUROPA] / Francis Messner. N.º 6. Pág. 86. LA DIVERSIDAD Y LA DEVOCIÓN RELIGIOSA [EN EE. UU.] / Claude Fischer y Michael Hout. N.º 7. Pág. 89. ¿ES EE. UU. UNA TEOCRACIA? / Norman Birnbaum. N.º 7. Pág. 96. LA RELIGIÓN Y SU POSICIÓN [EN PALESTINA] / Jean-François Legrain. N.º 8. Pág. 96. EL PEQUEÑO CONTINENTE [PALESTINA]. RITUALES Y RELIGIÓN / Salim Tamari. N.º 8. Pág. 102. ¿LOCOS POR DIOS? DE LA RETÓRICA RELIGIOSA A LA REIVINDICACIÓN POLÍTICA / François Burgat. N.º 10. Pág. 50. EL PAPEL DE LA RELIGIÓN EN EL NUEVO ORDEN / Mark Juergensmeyer. N.º 14. Pág. 88. ACTORES RELIGIOSOS DE LA POLÍTICA MUNDIAL EN UNA ÉPOCA GLOBAL / Scott M. Thomas. N.º 14.
Pág. 94. RELIGIÓN, ETNIAS Y POLÍTICA [ISRAEL] / Samuel Hadas. N.º 19. Pág. 46. LA RELIGIÓN Y EL ESTADO [ISRAEL] / Aviad Hacohen. N.º 19. Pág. 50. TEXTOS Y CELEBRACIONES JUDÍAS / Daniel ben Itzjak. N.º 19. Pág. 109. REPÚBLICA CHECA REPÚBLICA CHECA Y ESLOVAQUIA: INTEGRACIÓN CON RECO-
(Ver temario del número 9.) LA TRANSFORMACIÓN RUSA EN SU CONTEXTO HISTÓRICO / Eric Lohr. N.º 9. Pág. 6. LA ERA PUTIN: ¿RETORNO A LA ESTABILIDAD O ANTESALA DE LA CRISIS? / Boris Kagarlitski. N.º 9.
Pág. 16. PARTIDOS POLÍTICOS Y PERSPECTIVAS DE LA DEMOCRACIA / Nikolai Petrov. N.º 9. Pág. 31. EL CAPITALISMO RUSO / Wladimir Andreff. N.º 9. Pág. 38. EL ‘CASO YUKOS’: LA OLIGARQUÍA HA MUERTO, ¿LARGA VIDA A LA OLIGARQUÍA? / Jonas Bernstein. N.º 9. Pág. 44. ¿UNAS FUERZAS ARMADAS RUSAS? / Stephen Blank. N.º 9. Pág. 57. CONTINUIDAD Y CAMBIOS DEMOGRÁFICOS: POBLACIÓN Y CENSO EN RUSIA Y LA CEI / Alain Blum y Catherine Gousseff. N.º 9. Pág. 70. RUSIA-CEI: ¿DEL DOMINIO A LA INFLUENCIA / Arnaud Dubien. N.º 9. Pág. 85. LA CUESTIÓN CHECHENA: ¿QUÉ SUCEDE EN LA ZONA DE LA “OPERACIÓN TERRORISTA” Y POR QUÉ? / Anna Politkovskaia. N.º 9. Pág. 89. LA POLÍTICA EXTERIOR: ENTRE EL PRAGMATISMO Y LA NOSTALGIA / Walter Laqueur. N.º 9. Pág. 84. SIONISMO EL AUGE Y EL DECLIVE DEL SIONISMO / Walter Laqueur. N.º 19.
Pág. 28. SIRIA PRAGMATISMO O RESISTENCIA DE SIRIA / Ammar Abdulhamid.
N.º 15. Pág. 67. LAS CONSECUENCIAS DE LA DEMOCRACIA LIBANESA PARA SIRIA, LA PAZ Y EL PRESIDENTE BUSH / Edward S. Walker, Jr. N.º 15. Pág. 74 SOCIEDAD UNA FALSA DICOTOMÍA: CIVILIZACIÓN OCCIDENTAL Y CIVILIZACIÓN ISLÁMICA / M. J. Rubiera
Mata. N.º 1. Pág. 26. LAS POBLACIONES INDÍGENAS, UN VIEJO FANTASMA RECORRE AMÉRICA LATINA / Arturo Arias.
N.º 4. Pág. 53. LOS OTROS EUROPEOS / Cristina J. Gortázar Rotaeche. N.º 6. Pág. 68. LOS VALORES DE ESTADOS UNIDOS / Michael Allen. N.º 7. Pág. 54.
134 Index2007
5/12/06
12:37
Página 142
AUTORES L A CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD [PALESTINA] / Rashid Khalidi. N.º 8. Pág. 18. LA SOCIEDAD CIVIL [PALESTINA]: UNA CULTURA FORJADA POR LA ADVERSIDAD / Gema Martín Muñoz. N.º 8. Pág. 22. LOS REFUGIADOS [PALESTINOS] / Karma Nabulsi. N.º 8. Pág. 49. LA CULTURA PALESTINA / Pedro Martínez Montávez. N.º 8. Pág. 85. CAMBIOS SOCIALES [EN RUSIA]: UNA REVOLUCIÓN CULTURAL SILENCIOSA / Carmen Claudín.
N.º 9. Pág. 62. LAS CONSECUENCIAS DEL 11-M / Jonathan Stevenson. N.º 10. Pág. 97. LA AMPLIACIÓN SOCIAL DE LA UE: LAS FAMILIAS Y EL BIENESTAR / Dagmar Kutsar y Kati Karelson. N.º 11. Pág. 36. REFLEXIONES EN TORNO A LA MESA FAMILIAR [DE LA UE] / Gabriella Ilonszki. N.º 11. Pág. 53. LA MUTACIÓN DE LA SOCIEDAD HÚNGARA / Attila Ágh. N.º 11. Pág. 75. LA SOCIEDAD CHIPRIOTA / Savvas Katsikides. N.º 11. Pág. 90. SUDÁFRICA: RECONCILIACIÓN Y REPARACIÓN / Nahla Valji. N.º 12. Pág. 100. TIERRA DE PARADOJAS [SUDÁFRICA] / Robert Mattes. N.º 12. Pág. 89. LA NUEVA NACIÓN LATINA [EN EE. UU.]: INMIGRACIÓN Y POBLACIÓN / Alejandro Portes. N.º 13. Pág. 6. ESCENARIOS Y TENDENCIAS [EN EE.UU.] DE LA LENGUA ESPAÑOLA / María Jesús Criado. N.º 13. Pág. 87. L A CONSOLIDACIÓN DE LA
SOCIEDAD ISRAELÍ / Yaakop
Kop. N.º 19. Pág. 54. PERSPECTIVAS DEMOGRÁFICAS EN LOS ALBORES DEL SIGLO
XXI [ISRAEL] / Sergio DellaPergola. N.º 19. Pág. 61. CIUDADANOS ÁRABES Y PALESTINOS: LA LUCHA POR LA IGUALDAD / Mohammad Darawshe. N.º 19. Pág. 61. DESTINO E INTERÉS COMÚN. L AS RELACIONES ENTRE ISRAEL Y LA DÁSPORA / Avi Beker. N.º 19. Pág. 74. VIVIR EN LA DIÁSPORA [ISRAEL] / Esther Bendahan. N.º 19. Pág. 81. LA FAMILIA: UN MOSAICO DE CULTURAS [ISRAEL] / Ethel Katz de Barylka. N.º 19. Pág. 105. DEPORTE, POPULARIDAD Y POLÍTICA / Patrick Mignon. N.º 20. Pág. 40. IDENTIDADES NACIONALES Y GLOBALIZACIÓN / Raffaele Poli. N.º 20. Pág. 47 IDENTIDAD REGIONAL EN EUROPA: CONTINUIDAD Y CAMBIO / H. F. Moorhouse. N.º 20. Pág. 51. AGUA Y SALUD: UNA RELACIÓN CRUCIAL / María Neira / Roberto Bos. N.º 21. Pág. 91. SUDÁFRICA
(Ver temario del número 12.) SUDESTE ASIÁTICO LAS GRANDES POTENCIAS Y LA SEGURIDAD EN EL SUDESTE ASIÁTICO / Tim Huxley. N.º 16.
Pág. 24. TELEVISIÓN DERECHOS TELEVISIVOS [DE FÚTBOL] DESIGUALES Y DESEQUILIBRIO COMPETITIVO EN EUROPA / Wladimir Andreff.
EDUCACIÓN DE LAS FAMILIAS [HISPANAS EN EE.UU.] / Con-
N.º 20. Pág. 30
cha Delgado Gaitán. N.º 13. Pág. 94. LA INFLUENCIA DE LAS ONG: CAMBIANDO LA AGENDA / Ignasi Carreras, Adela Farré. N.º 14. Pág. 81. SOCIEDAD CIVIL Y POLÍTICA TRANSNACIONAL [EN ORIENTE MEDIO]: ¿REALIDAD O ESPEJISMO? / Fred Halliday. N.º 15. Pág. 50. LA INMIGRACIÓN EN LA CUENCA MEDITERRÁNEA / Catherine Wihtol de Wenden. N.º 17. Pág. 100. EN LA JUNGLA DE LAS IDENTIDADES [ISRAEL] / Shalom Rosenberg. N.º 19. Pág. 30. DIVISIÓN DENTRO DE LA UNIDAD: LOS PROBLEMAS DE LA
TERRORISMO
(Ver temario del número 10.) TERRORISMO: FORMAS Y MANERAS / Walter Laqueur. N.º 14. Pág. 47. TURQUÍA UNA VISIÓN TURCA [DEL MEDITERRÁNEO] / Semih Vaner.
Nº 17. Pág. 32. TÚNEZ LOS MECANISMOS DE LA DICTADURA / Sadri Khiari. N.º 17.
Pág. 92. VENEZUELA MÉXICO Y VENEZUELA Y SUS HIDROCARBUROS / Mariano E.
Gurfinkel C. N.º 19. Pág. 62.
Abdella Doumato, Eleanor. Miembro invitado del claustro del Instituto Watson de Estudios Internacionales de la Universidad de Brown (Providence, Estados Unidos). Abdulhamid, Ammar. Novelista y sociólogo. Coordinador del Proyecto Tharwa. Aburish, Said K. Escritor. Biógrafo de Saddam Hussein. Afary, Janet. Profesora asociada de Historia y de Estudios sobre la Mujer de la Universidad de Purdue (Indiana). Presidenta del Consejo Coordinador de las Mujeres en la Historia, de la Asociación Histórica Americana. Ágh, Attila. Director del Departamento de Ciencia Política de la Universidad de Tecnología y Ciencias Económicas de Budapest. Ali, Zeinab. Universidad de Georgetown (Washington, DF). Allen, Michael. Profesor visitante de la Fundación Nacional para la Democracia, en Washington DC. Andreff, Wladimir. Profesor de la Universidad de París 1, Panthéon Sorbonne. Vicepresidente de la Asociación Francesa de Ciencias Económicas. Ansari, Ali M. Universidad de Saint Andrews (Escocia). Antich, José. Director de “La Vanguardia” y de VANGUARDIA DOSSIER. Arias, Arturo. Director del Departamento de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Redlands (California). Arrojo Agudo, Pedro. Departamento de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza. Augustin, Jean-Pierre. Profesor en la Universidad de Burdeos. Azgad, Yivsam. Portavoz del Weizmann Institute of Sciencie de Israel. Balta, Paul. Escritor y director emérito del Centro de Estudios del Oriente Contemporáneo. Universidad de la Sorbona Nueva (París). Baram, Amatzia. Jefe del Departamento de Historia
Moderna del Oriente Medio de la Universidad de Haifa (Israel). Asesor del Gabinete de Simon Peres sobre temas de Iraq. Barber, Benjamin R. Titular de la Cátedra Kekst de Sociedad Civil en la Universidad de Maryland y director de la oficina en Nueva York de Democracy Collaborative. Barnett, Michael. Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Wisconsin. Batalla, Xavier. Corresponsal diplomático de “La Vanguardia” y director adjunto de VANGUARDIA DOSSIER. Baum, Richard. Profesor de Ciencia Política y director del Centro de Estudios Chinos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Begg, Iain. Profesor visitante del Instituto Europeo y de la Escuela de Ciencias Políticas y Económicas de Londres. Beilin, Yossi. Presidente del partido Israel Democrático y Social. Ministro de Justicia en el Gobierno de Ehud Barak en1999 y 2000 y uno de los impulsores de los procesos de paz de Oslo y Ginebra. Bejarano, Ana María. Profesora visitante de la Universidad de Princenton. Beker, Avi. Ex secretario general del Congreso Judío Mundial. Profesor de Relaciones Internacionales y director del Programa de Política Judía en la Universidad de Tel Aviv. Beltrán, Joaquín. Antropólogo social. Director de la Biblioteca China Contemporánea de Edicions Bellaterra. Bendahan, Esther. Escritora. Subdirectora del programa de TV2 Shalom. Ben Itzjak, Daniel. Rabino. Director del Club Hebreo del Libro y de la Universidad Virtual del Judaísmo. Ben Jelloun, Tahar. Escritor. Premio Goncourt 1987. Bengio, Ofra. Investigadora del Centro Moshe Dayan de Estudios sobre
Oriente Medio y del Departamento de Oriente Medio de la Universidad de Tel Aviv. Berdal, Mats. Director de Estudios de The International Institute of Strategic Studies (IISS). Bernstein, Jonas. Periodista. Director de “Russia Reform Monitor”. Bianco, Lucien. Profesor emérito y ex director de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, donde dirigió el Centro de Investigación y Documentación sobre China Contemporánea. Birnbaum, Norman. Catedrático emérito de Ciencias Sociales de la Universidad de Georgetown. Asesor del Caucus Progresista del Congreso de Estados Unidos Bishara, Marwan. Profesor en la Universidad Estadounidense de París e investigador de la Escuela de Altos Estudios Sociales de París. Blank, Stephen. Profesor del Instituto de Estudios Estratégicos del US Army War College (Pennsylvania). Blum, Alain. Investigador del Instituto Nacional de Estudios Demográficos (INED) de París. Boniface, Pascal. Director del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) de París. Bonilla, Adrián. Profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) de Ecuador. Bos, Robert. Científico del Programa de Agua, Sanidad y Salud del Departamento de Salud Pública y Medioambiente de la Organización Mundial de la Salud (Ginebra). Bromberger, Christian. Profesor de Antropología en la Universidad de Provenza (Aix-Marsella) y director del Instituto Francés de Investigación en Irán (Teherán). Burgat, François. Director del Centro Francés de Arqueología y Ciencias Sociales de Saana (Yemen). Calderón, Álvaro. Oficial de Asuntos Económicos. Unidad de Inversiones y
Estrategias Empresariales de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, Naciones Unidas). Campbell, Colin J. Geólogo. Ex directivo del sector del petróleo. Presidente de la Association for the Study of Peak Oil & Gas (ASPO). Carreras, Ignasi. Director general de Intermón Oxfam. Castells, Manuel. Catedrático emérito de la Universidad de California, en Berkeley. Chellaney, Brahma. Profesor de Estudios Estratégicos del Centro de Investigación en Ciencia Política de Nueva Delhi. Claudín, Carmen. Directora adjunta de la Fundación CIDOB (Barcelona). Closa, Carlos. Profesor de Ciencia Política en la Universidad de Zaragoza. Ha sido Jean Monnet fellow en el IUE (Florencia) y visitting scholar en el Center for European Studies, Universidad de Harvard (Cambridge, Massachusetts). Cohen, Lizabeth. Titular de la Cátedra Howard Mumford Jones de Estudios Americanos. Departamento de Historia, Universidad de Harvard (Cambridge, Massachusetts). Conca, Ken. Profesor asociado de Ciencia Política en la Universidad de Maryland (Estados Unidos), donde dirige el Programa Harrison sobre la Agenda Global. Corm, Georges. Consultor económico. Profesor de la Universidad Saint Joseph de Beirut. Ex ministro de Finanzas de Líbano. Crenshaw, Martha. Titular de la Cátedra Colin y Nancy Campbell de Temas Globales y Pensamiento Democrático de la Wesleyan University de Connecticut. Criado, María Jesús. Real Instituto Elcano e Instituto Universitario Ortega y Gasset. Dannreuther, Roland. Senior lecturer de relaciones Internacionales en The School of Social and Political Studies de la Universidad de Edimburgo (Escocia). Darawshe, Mohammad. Analista político. De Epalza, Mikel. Catedrático de la Universidad de Alicante y traductor del Corán Delgado Gaitán, Concha. Profesora, etnógrafa e investigadora en antropología, edu-
cación y adaptación sociocultural. De la Garza, Rodolfo. Profesor Eaton de Legislación Administrativa y Ciencia Municipal en el Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Columbia. Vicepresidente del Instituto de Política Tomás Rivera. DellaPergola, Sergio. Universidad Hebrea de Jerusalén. Desbordes, Michael. Profesor en el Institut Supérieur de Commerce (París) y en la Universidad de Estrasburgo. De Soto, Hernando. Presidente del Instituto Libertad y Democracia (Lima). Diedrichs, Udo. Profesor de la Cátedra Jean Monnet del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Colonia. Dietschy, Paul. Maître de conferencias en la Universidad de Franco-Condado (Besançon, Francia) e investigador en el Centro de Historia de Ciencias Políticas (París). Di Tella, Torcuato S. Sociólogo y profesor de la Universidad de Buenos Aires. Director del Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas (2001). Dillery, C. Edward. Ex funcionario del Servicio Diplomático estadounidense. Ex director de la Oficina de Asuntos Griegos, Turcos y Chipriotas del Departamento de Estado. Draus, Franciszek. Especialista en Política Europea y profesor del Instituto de Estudios Políticos de París. Dubien, Arnaud. Investigador del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) de París. Eberstadt, Nicholas. Titular de la Cátedra Henry Wendt de Economía Política del American Enterprise Institute. Economides, Michael J. Profesor en la Escuela Cullen de Ingeniería de la Universidad de Houston. Socio ejecutivo de una empresa consultora en temas de ingeniería y estrategia del petróleo. Redactor jefe de “World Energy Monthly Review”. Esposito, John L. Profesor de Asuntos Religiosos, Política Internacional y Estudios Islámicos en la Universidad de Georgetown (Washington, DC). Esteban Rodríguez, Mario. Miembro de la escuela de Estudios Orientales y Africanos
de la Universidad de Londres. Fagundes Vizentini, Paulo. profesor de la Universidad Federal de Río Grande del Sur (Porto Alegre). Coordinador del Núcleo de Estrategia y Relaciones Internacionales. Falkenmark, Malin. Profesora del Stockholm International Water Institute (Estocolmo). Farré, Adela. Periodista. Feliu, Laura. Profesora de Relaciones Internacionales de la Universitat Autònoma de Barcelona. Ferguson, Niall. Profesor de Historia de la Universidad de Harvard (Cambridge). Miembro de la Institución Hoover (Stanford) e investigador del Jesus College de Oxford. Fernández-Armesto, Felipe. Profesor de Historia Moderna en la Universidad de Oxford. Fernández-Jáuregui, Carlos. Doctor ingeniero especializado en hidráulica e hidrología. Coordinador adjunto del Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos (WWAP) de la ONU. Fernández Moores, Ezequiel. Periodista. Fernández-Stembridge, Leila. Profesora del Centro de Estudios de Asia Oriental en la Universidad Autónoma de Madrid. Fisac, Taciana. Profesosa de Lengua y Cultura China y directora del Centro de Estudios de Asia Oriental de la Universidad Autónoma de Madrid. Fisher, Claude. Profesor de Sociología en la Universidad de California (Berkeley). Fleury, Sonia. Profesora de la Fundación Getúlio Vargas y miembro del Consejo para el Desarrollo Económico y Social del Gobierno Lula. Folch, Dolors. Profesora de Historia de China y directora de la Escuela de Estudios de Asia Oriental de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Fukuyama, Francis. Catedrático de Economía Política Internacional en la John Hopkins School of Advanced International Studies (SAIS). Fuller, Graham E. Ex vicepresidente del Consejo de Inteligencia Nacional de la CIA. Galbraith, James K. Profesor de la Cátedra Lloyd M. Bentsen jr. de Administración y Ciencias Empresariales de la Escuela Lyndon B. Johnson de
Administración Pública (Universidad de Texas, Austin) y especialista del Levy Economics Institute. Dirige el Programa sobre Desigualdad de la Universidad de Texas y preside Economists Allied for Arms Reduction. García Clanclini, Néstor. Profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa (México, DC). Gargarella, Roberto. Profesor de Teoría Constitucional y profesor e investigador de Filosofía Política en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Torcuato di Tella (Buenos Aires). Garretón M., Manuel Antonio. Sociólogo. Profesor en la Universidad de Chile. Garzón, Jacobo Israel. Presidente de la Federación de Comunidades Judías en España. Geremek, Bronislaw. Historiador. Fue ministro de Asuntos Exteriores de Polonia entre 1997 y 2000. Gerges, Fawaz A. Titular de la Cátedra Christian A. Johnson de Estudios sobre Oriente Medio y Asuntos Internacionales en la Sarah Lawrence College de Nueva York. Ghareeb, Edmund. Especialista en temas de Oriente Medio, relaciones árabe-estadounidenses y medios de comunicación. Gillon, Pascal. Profesor de Geografía, Cerso-Théma (Universidad del Franco-Condado (Besançon, Francia). Gitlin, Todd. Profesor de Periodismo y Sociología en la Universidad de Columbia (Nueva York). Glosserman, Brad. Director de Investigación de Pacific Forum CSIS. Gortázar Rotaeche, Cristina J. Profesora de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales. Vicerrectora de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid y catedrática de la Jean Monnet. Gousseff, Catherine. Investigadora del Centro de Estudios del Mundo Ruso, Soviético y Postsoviético, CNRES. Gunaratna, Rohan. Jefe del Departamento de Investigación sobre el Terrorismo del Instituto de Estudios Estratégicos de Singapur. Gurfinkel C., Mariano E. Investigador del Centro para la
Economía de la Energía. Universidad de Texas. Hacohen, Aviad. Shaarei Mishpat College. Facultat de Derecho de la Universidad hebrea de Jerusalén Hadas, Samuel. Analista diplomático. Primer embajador de Israel en España y ante la Santa Sede. Halliday, Fred. Profesor de Relaciones Internacionales en la London School of Economics. Hapiot, Aude. Miembro del Centro de Investigación sobre Economías de Transición (ROSES) y del CEMI/EHESS de la Universidad de París. Hashim, Ahmed S. Profesor asociado de Estudios Estratégicos en la Escuela de Guerra Naval de Newport (Estados Unidos). Especialista en temas estratégicos y de seguridad en Oriente Medio. Heinberg, Richard. Profesor de New College (California). Hinnebusch, Raymond. Universidad de St. Andrews (Escocia). Hoffmann, Stanley. Especialista en Ciencia Política y titular de la Cátedra Paul and Catherine Buttenwieser de la Universidad de Harvard (Cambridge, Massachusetts). Hout, Michael. Profesor de Sociología en la Universidad de California (Berkeley). Hughes, Kirsty. Especialista en Asuntos Europeos. Miembro del Centro de Estudios Políticos Europeos de Bruselas. Humphreys, Jeffrey M. Director del Centro Selig para el Crecimiento Económico. Escuela de Empresariales Terry de la Universidad de Georgia (Athens, EE. UU.) Huxley, Tim. Miembro de la junta del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres para temas de seguridad de Asia y el Pacífico. Director del IISS en Singapur. Illonszki, Gabriella. Profesora de Ciencia Política en la Universidad de Budapest. Inotai, András. Director general del Institute for World Economy en Budapest. Profesor del Colegio de Europa en Brujas y Varsovia. Jabar, Faleh A. Investigador del Birbeck College de la Universidad de Londres. Jad, Islah. Profesora de Política y Género en la Universidad de Birzeit (Palestina).
134 Index2007
5/12/06
12:38
Página 144
INFOGR AFÍAS Jackson, Gabriel. Historiador. Profesor emérito de la Universidad de California (San Diego). Jian, Chen. Profesor C. K. Yen de Relaciones Chino-Americanas y profesor de Historia de la Universidad de Virginia (Charlottesville). Juergensmeyer, Mark. Profesor de Sociología y director de Estudios Globales e Internacionales en la Universidad de California (Santa Bárbara). Kagarlitski, Boris. Director del Institute of Globalisation Studies (IPROG) en Moscú y colaborador de “The Moscow Times”. Kaplan, Robert. Corresponsal internacional de “The Atlantic Monthly”. Karelson, Kati. Investigadora del Departamento de Sociología y Política Social de la Universidad de Tartu (Estonia). Kase, Kimio. Profesor del IESE, Universidad de Navarra. Katsikides, Savvas. Profesor de la Universidad de Chipre (Nicosia). Katz de Barylka, Ethel. Graduada en Judaísmo Contemporáneo. Especialista en justicia de familia en tribunales rabínicos. Kennedy, Paul. Profesor de Historia y director del Área de Estudios sobre Seguridad Mundial de la Universidad de Yale. Escritor. Keoane, Robert O. Profesor James B. Burke de Ciencias Sociales de la Universidad de Duke (Carolina del Norte). Khader, Bichara. Director del Centro de Estudios e Investigaciones sobre el Mundo Árabe Contemporáneo (CERMAC). Universidad Católica de Lovaina. Khalidi, Rashid. Titular de la Cátedra Edward Said de Estudios Árabes del Instituto de Oriente Medio de la Universidad de Columbia. Khiari, Sadri. Escritor. Klare, Michael T. Profesor de Estudios sobre la Paz y la Seguridad Mundial en el Hampshire College (Amherst, Massachusetts). Kolarska-Bobinska, Lena. Escritoria y profesora de Sociología. Kop, Yaakov. Centro Taub de Estudios sobre Política Social en Israel. Kutsar, Dagmar. Profesor de Política Social del Departa-
mento de Sociología y Política Social de la Universidad de Tartu (Estonia). Lamounier, Bolívar. Director del Instituto de Investigación y Estudios Políticos, Económicos y Sociales de Sao Paulo. Lander, Luis E. Docente e investigador de la Universidad Central de Venezuela. Landsberg, Chris. Director del Centro de Estudios Políticos de Johannesburgo. Lannon, Erwan. Profesor de la Universidad de Gante y del Colegio de Europa. Laqueur, Walter. Director del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Washington. Legrain, Jean-François. Investigador del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (Maison de l’Orient et de la Méditerranée), en Lyon. Lerner, Natan. Profesor de Derecho Internacional en el centro Herzliya y en la Universidad de Tel Aviv. Lewis, Bernard. Profesor visitante del Instituto Watson de Estudios Internacionales de la Brown University, Providence (Rhode Island). Li, Cheng. Profesor de Ciencia Política del Hamilton College de Nueva York. Li, Lianjiang. Profesor del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Universidad Baptista de Hong Kong. Lim, Robyn. Profesora de Relaciones Internacionales, Universidad de Nanzan (Nagoya, Japón) Lipset, Seymour Martin. Miembro de la Hoover Institution y profesor de Política pública en la Universidad George Mason (Fairfax, Virginia). Lohr, Eric. Profesor de Historia en la American University y autor de Nationalizing the Russian Empire. López Maya, Margarita. Docente e investigadora de la Universidad Central de Venezuela. Lowell, B. Lindsay. Director de Estudios Políticos del Instituto para el Estudio de la Emigración Internacional (ISIM), Universidad de Georgetown (Washington DC). Luck, Edward C. Director del Centro de Organización Internacional de la Universidad de Columbia. Colaborador en
la reforma de las Naciones Unidas entre 1995 y 1997. Luizard, Pierre-Jean. Investigador del grupo de Sociología de las Religiones y el Laicismo del Consejo Nacional de Investigación Científica (CNRS/EPHE, París). Maïla, Joseph. Politólogo. Rector del Instituto Católico de París y director del Centro de Investigación sobre la Paz. Manning, Nadia. Investigadora y coordinadora de Medios de Vida y de Comunicaciones, Instituto Internacional para la Gestión del Agua (Colombo, Sri Lanka). Marcel, Valerie. Investigador en temas energéticos y desarrollo sostenible. The Royal Institute of International Affairs (Londres). Martín, Iván. Profesor de Economía en la Universidad Carlos III de Madrid. Martín Muñoz, Gema. Profesora de Sociología del mundo árabe e islámico de la Universidad Autónoma de Madrid. Martínez Montávez, Pedro. Arabista. Catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid. Marzo, Mariano. Catedrático de Recursos Energéticos de la Universitat de Barcelona. Massala, Nur. Profesor y director de estudios sobre Tierra Santa en el St. Mary’s College de la Universidad de Surrey e investigador de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos (SOAS) en la Universidad de Londres. Mathias, Emmanuel. Economista. Universidad de París 1-Panthéon Sorbonne. Matelly, Sylvie. Economista del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) de París. Mattes, Robert. Profesor asociado del Departamento de Estudios Políticos y director de la Unidad de Investigación sobre Democracia en África Central de Estudios Sociales de la Universidad de Ciudad del Cabo. Codirector del Afrobarometer. Mazlish, Bruce. Profesor de Historia en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Merino García, Pedro Antonio. Director del Servicio de Estudios de Repsol YPF. Messner, Francis. Director de Investigación en el CNRS. Director de Sociedad, Derecho
y Religión en Europa. Universidad Robert Schuman/CNRS (Estrasburgo). Meyer Cossío, Lorenzo. Historiador especializado en Ciencias Políticas y doctor en Relaciones Internacionales. Mignon, Patrick. Responsable del Laboratoirio de Sociología del Instituto Nacional de Deportes y Educación Física de París (INSEP). Mills, Greg. Director del Instituto de Asuntos Internacionales de la Universidad de Wits de Johannesburgo. Moorhouse, H. F. Director de la Unidad de Investigación de Estudios sobre Fútbol (Universidad de Glasgow, Escocia). Morata, Francesc. Catedrático de Ciencia Política en la Universitat Autònoma de Barcelona. Nabulsi, Karma. Investigadora en Ciencia Política del Nuffield College, Oxford (Reino Unido). Naïr, Sami. Diputado europeo y profesor invitado en la Universidad Carlos III de Madrid. Neira, María. Directora del Departamento de Salud Pública y Medioambiente de la Organización Mundial de la Salud (Ginebra). Entre 2002 y 2005 fue presidenta de AESA, con rango de subsecretaria de Sanidad. Nye, Joseph S. Profesor distinguido de la Universidad de Harvard (Cambridge, Massachusetts). Odell, Peter R. catedrático emérito de estudios Internacionales sobre la Energía de la Universidad Erasmo (Rotterdam). Orozco, Manuel. Investigador del Institute for the Study of International Migration de la Universidad de Georgetown (Washington DC). Ortiz Mena, Antonio. Sociólogo y especialista en Relaciones Internacionales. Profesor e investigador del Centro de Investigaciones y Docencias Económicas (CIDE), en México DF. Oweiss, Ibrahim M. Economista. Ha sido profesor de las universidades de Georgetown y Harvard. Artífice del término “petrodólares” y creador de la “curva de Oweiss” para explicar las fluctuaciones del precio del petróleo. Pace, Roderick. Director del Centro de Documentación e
Investigación Europea de la Universidad de Malta. Páez, Alexei. Profesor de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en Ecuador. Peri, Yoram. Director del Instituto Herzog sobre Medios de Comunicación, Sociedad y Política de la Universidad de Tel Aviv. Petrov, Nikolai. Director del Centro de Investigaciones Geopolíticas e investigador jefe del Instituto de Geografía de la Academia de Ciencias Rusa. Petrovic, Liliane. Centro de Estudios sobre los Procesos de Industrialización (EHESS) de París. Pío, Carlos. Profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Brasilia. Pizarro, Eduardo. Profesor visitante de la Universidad de Princenton (New Jersey). Poiares Maduro, Miguel. Profesor de Derecho Europeo. Universidad de Lisboa, Instituto Ortega y Gasset y Colegio de Europa. Poli, Raffaele. Colaborador científico del Centro Internacional para el Estudio del Deporte (CIES), Instituto de Geografía de la Universidad de Neuchâtel (Suiza). Politkovskaia, Anna. Periodista. Comentarista de “Novaia Gazeta”. Fue asesinada en Moscú el día 7 de octubre de 2006. Polk, William R. Director de la Fundación W. P. Carey. Ex presidente del Instituto Adlai Stevenson. Portes, Alejandro. Profesor del Departamento de Sociología de la Universidad de Princeton y director del Center for Migration and Development. Postel, Sandra. Directora del Global Water Policy Project (Amherst, Massachussetts). Investigadora del Worldwatch Institute. Prager, Daniel. World Resources Institute (WRI). Quijano, Aníbal. Director del Centro de Investigaciones Sociales (CEIS) en Lima. Ramos, Jorge. Periodista. Presentador del programa informativo Univisión para Estados Unidos y América Latina. Revenga, Carmen. Especialista en ecosistemas de agua dulce del equipo de Evaluación de Ecosistemas, The Nature Conservancy, Fairfax Dri-
ve, Arlington (Virginia). Ribera, Jaume. Profesor del IESE, Universidad de Navarra. Rijsberman, Krank. Director general del Instituto Internacional para la Gestión del Agua (Colombo, Sri Lanka). Ríos, Xulio. Director del Instituto Gallego de Análisis y Documentación Internacional (IGADI). Robinson, Glenn E. Profesor asociado del Departamento de Análisis de Defensa de la Escuela de Posgrado Naval de Monterrey (California). Rodríguez, Alex. Subdirector de “La Vanguardia” y director adjunto de VANGUARDIA DOSSIER. Rojas, Rafael. Historiador y ensayista. Profesor e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), México DF. Director de Encuentro de la cultura cubana. Rosenberg, Shalom. Profesor de Filosofía en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Roy, Sara. Investigadora del Centro de Estudios sobre Oriente Medio de la Universidad Harvard (Cambridge, Massachusetts). Rubiera Mata, María Jesús. Profesora de la Universidad de Alicante. Rumbaut, Rubén G. Profesor titular de Sociología en la Universidad de California (Irvine). Sachs, Jeffrey D. Director del Earth Institute de la Universidad de Columbia (Nueva York). Said Aly, Abdel Monem. Director del Centro Al Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos y consejero de la Fundación Al Ahram (El Cairo). Sáiz López, Amelia. Socióloga. Colaboradora del Centro de Estudios Internacionales e Interculturales de la Universitat Autònoma de Barcelona. Samin, Nadav. Licenciado en la School of Avanced International Studies (SAIS), Washington DC, especialista en estudios de Oriente Medio. Sanahuja, José Antonio. Profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid e investigador asociado del Departamento de Estudios de Intermón Oxfam. Sayigh, Rosemary. Antropóloga e historiadora, doctorada en la Hull University (Reino Unido). Especializada en el movimiento de mujeres palestinas y de refugiados en Líbano. Scacco, Alexandra. Investigadora asociada y profesora en Harvard (Cambridge, Massachusetts). Scott M., Thomas. Miembro del Departamento de Economía y Desarrollo Internacional de la Universidad de Bath (Reino Unido). Segura i Mas, Antoni. Catedrático de Historia Contemporánea y vicedirector del Centro de Estudios His-
tóricos Internacionales de la Universitat de Barcelona. Shambaugh, David. Profesor de Ciencias Políticas y Asuntos Internacionales. Director del China Policy Program en la Escuela de Asuntos Internacionales de la Universidad George Washington (Washington DC). Shevtsova, Lilia. Asociada senior del Carnegie Endowment for International Peace (Washington DC). Simmons, Matthew R. Presidente de Simmons & Company International. Singer, Audrey. De The Brookings Institution. Investigadora sobre inmigración. Singh, Arvider. Miembro del Centro para el Estudio de las Sociedades en Desarrollo (CSDS), Nueva Delhi. Skinner, Jamie. Director del Centro de Cooperación del Mediterráneo de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN). Sluglett, Peter. Profesor de Historia de Oriente Medio en la Universidad de Utah (Salk Lake City). Soltan, Gamal A. G. Investigador del Centro Al Ahram de Estudios Políticos y Estratégicos (ACPSS) de El Cairo. Director de “Strategics Papers”, del ACPSS. Srinivasan, Rajeev. Asesor empresarial de altas tecnologías. Profesor invitado del Indian Institute of Management ( Ahmedabad). Stein, Kenneth W. Profesor de Historia de Oriente Medio y de Ciencia Política en la Universidad de Emory (Atlanta). Stevenson, Jonathan. Miembro de la junta directiva del Instituto de Estudios Estratégicos de Londres. Szymanski, Stefan. Profesor de Economía en la Tanaka Bussines School, Imperial College (Londres). Taibo, Carlos. Profesor de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid. Tamari, Salim. Profesor del Institute of Jerusalem Studies, en Ramallah (Palestina). Tamimi, Azzam. Director del Instituto de Pensamiento Político Islámico de Londres. Tokatlian, Juan Gabriel. Director de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés (Argentina). Totten, Michael. Conservation International. Tovias, Alfred. Director del Instituto Leonard Davis de Relaciones Internacionales. profesor Walter Rathenau de Economía Europea, Cátedra Jean Monnet (Universidad Hebrea de Jerusalén). Tozy, Mohammed. Politólogo. Profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Hassan II de Casablanca.
Triantafyllou, Dimitris. Profesor de Derecho Europeo en las universidades de Estrasburgo y de Würzburg. Tripp, Charles. Profesor en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres. Tsang, Steve. Director de Estudios Asiáticos del St. Anthony College de la Universidad de Oxford. Usher, Graham. Periodista. Valji, Nahla. Investigadora del Programa de Transición y Reconciliación del Centro para el Estudio de la Violencia y la Reconciliación (Johannesburgo). Vaner, Semih. Director de investigación en el Centro de Estudios e Investigaciones sobre Política Internacional (París) y director de “Cahiers d’Études sur la Mediterranée Oriental et le Monde Turco-iranien” (CEMOTI). Miembro del Consejo de Orientación del Institut Europeu de la Mediterrània. Velamuri, Rama. Profesor del IESE, Universidad de Navarra. Videla, Pedro. Profesor del IESE, Universidad de Navarra. Walker Jr., Edward S. Presidente del Instituto de Oriente Medio (Washington, DC). Ex embajador de Estados Unidos en Israel, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos. Ex vicesecretario de Estado para Asuntos de Oriente Medio ante las Naciones Unidas (1992-93). Weisbrode, Kenneth. Miembro del Consejo Atlántico de Estados Unidos. Wessels, Wolfgang. Profesor de la Cátedra Jean Monnet de Ciencias Políticas de la Universidad de Colonia. Wieviorka, Michel. Sociólogo y profesor de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París. Winkler, Heinrich August. Profesor de la Universidad Humboldt de Berlín e historiador de la denominada República de Berlín. Wihtol de Wenden, Catherine. Directora de Investigación en el Consejo Nacional de Investigación Científica (CNRS/CERI), París. Withington, Thomas. Analista de temas de Defensa del King’s College de Londres. Wolf, Aaron T. Departamento de Geociencias de la Universidad Estatal de Oregón. Yalman, Nur. Catedrático de Estudios sobre Oriente Medio. Universidad de Harvard (Cambridge, Massachusetts). Yehosua, Abraham B. Escritor israelí. Inspirador del movimiento Paz Ahora. Zielonka, Jan. Universidad de Oxford. Zurita, Patricia. Conservation International.
MAPAS NÚMERO 1 LA UMMA. COMUNIDAD ISLÁMICA EN EL MUNDO / Pág. 16 EL CONFLICTO ISRAELO - PALESTINO / Pág. 37. EL DOMINIO EUROPEO EN EL NORTE DE ÁFRICA Y ORIENTE MEDIO / Pág. 41. NÚMERO 2 EL CONTINENTE CHINO / Pág.
26. NÚMERO 3 EL ESTADO DEL MUNDO / Pág.
18. NÚMERO 4 EL SUBCONTINENTE AMERICANO / Pág. 16. NÚMERO 5 EL IRAQ DE SADDAM / Pág. 29. LAS INDEPENDENCIAS ÁRABES
/ Pág. 72 NÚMERO 6 LA EUROPA UNIDA / Pág. 18. NÚMERO 7 ESTADOS UNIDOS: EL REPARTO DEL PODER / Pág.18. NÚMER0 9 ISRAEL Y PALESTINA, DOS DESARROLLOS / Pág. 16. LOS REFUGIADOS PALESTINOS Y SUS CAMPOS / Pág. 50. JERUSALÉN. LOS LÍMITES METROPOLITANOS / Pág. 98. NÚMERO 9 LA FEDERACIÓN DE RUSIA /
Pág. 14. RUSIA, POTENCIA ENERGÉTICA / Pág. 52. EL IMPERIO RUSO / Pág. 22. LOS RUSOS EN ASIA CENTRAL / Pág. 84. NÚMERO 10 AL QAEDA EN EL MUNDO / Pág.
36. MADRID 11-M: TERRORISMO APOCALÍPTICO / Pág. 81. NÚMERO 11 LOS 10 NUEVOS SOCIOS DE LA UE / Pág. 18. ATLAS HISTÓRICO DE EUROPA
(1648-2004) / Pág. 44. NÚMERO 12 CHINA, INDIA, BRASIL Y SUDÁFRICA: PODERES PERIFÉRICOS / Pág. 16. CHINA, INDIA, BRASIL Y SUDÁFRICA: CUATRO MERCADOS / Pág. 22. EL DESPERTAR CHINO / Pág.
48. EL COLOSO INDIO / Pág. 57. INDIA: EL TERRITORIO DE LAS RELIGIONES / Pág. 59. EXPORTACIONES INDIAS DE SOFTWARE / Pág. 60. BRASIL: LA LOCOMOTORA DEL SUR / Pág. 72. SUDÁFRICA: LA ESPERANZA AFRICANA / Pág. 87.
NÚMERO 13 EL NUEVO MUNDO HISPANO /
Pág. 16. EL MUNDO SEGÚN HUNTINGTON / Pág. 28. NÚMERO 14 CENTROS DE PODER / Pág. 16. EL MUNDO MILITAR / Pág. 4. LOS 100 EMPRESARIOS MÁS RICOS DEL MUNDO / Pág. 70. NÚMERO 15 EL ATLAS DEL GRAN ORIENTE MEDIO / Pág. 15. NÚMERO 16 ASIA, SIGLO XXI / Pág. 16. MAPA DE LOS CONFLICTOS [EN ASIA] / Pág. 38. GRANDES IMPERIOS / Pág. 80. NÚMERO 17 CUENCA MEDITERRÁNEA / Pág.
14. MEDIOAMBIENTE MEDITERRÁNEO / Págs. 20, 21 y 23. ATLAS POLÍTICO DEL MEDITERRÁNEO / Pág. 50. NÚMERO 18 PETRÓLEO Y PODER / Pág. 16. P ETRÓLEO : LA BATALLA DE ALASKA / Pág. 111. NÚMERO 19 EL ESTADO DE ISRAEL / Pág.
16. ISRAEL. UN MAPA POLÍTICO ATOMIZADO / Pág. 42. LOS JUDÍOS EN EL MUNDO / Pág. 76. NÚMERO 20 EL IMPERIO DEL FÚTBOL / Pág.
16.
NÚMERO 21 EL MAPA DEL AGUA / Pág. 18. NILO, PRESENTE Y FUTURO /
Pág. 25. EL MAPA DEL AGUA / Pág. 18. LAS CRISIS DEL AGUA / Pág. 48. SANTUARIOS DEL AGUA / Pág. 78. PRESAS EN PROYECTO O CONSTRUCCIÓN / Pág. 84. LAS MAYORES CUENCAS / Pág. 88. TRES GARGANTAS, EL GIGANTE / Pág. 103. CRONOLOGÍAS NÚMERO 1 DINASTÍAS E IMPERIOS ISLÁMICOS EN ÁFRICA, ORIENTE MEDIO, ASIA CENTRAL Y ESPAÑA /
Pág. 75.
NÚMERO 2 REINOS DEL CENTRO. LAS DINASTÍAS CHINAS / Pág. 64. NÚMERO 3 DE WESTFALIA AL 11-S / Pág.
52.
NÚMERO 4 LÍDERES, CAUDILLOS Y TÍTERES DE AMÉRICA L ATINA (1946-
2002) / Pág. 70.
NÚMERO 5 IRAQ: DE LA MONARQUÍA AL “EJE DEL MAL” / Pág. 78. NÚMERO 6 LA CONSTRUCCIÓN DE EUROPA (1951-2002) / Pág. 76. NÚMERO 7 ESTADOS UNIDOS: DEL “MOTÍN DEL TÉ” A IRAQ / Pág. 58. NÚMERO 8 PALESTINA EN LA BIBLIA. DE ABRAHAM A LA CONQUISTA ROMANA / Pág. 90. NÚMERO 9 DEL IMPERIO ROMANOV A LA ERA PUTIN / Pág. 78. NÚMERO 10 TERRORISMO GLOBAL (1970-
2004) / Pág. 60.
NÚMERO 11 DE LA EUROPA IMPERIAL A LA DE LOS PUEBLOS (1898-1989) /
Pág. 98.
NÚMERO 13 HISPANOS EN EL CONGRESO DE ESTADOS UNIDOS / Pág. 54. DE PONCE DE LEÓN A LOS “ESPALDAS MOJADAS” / Pág. 82. NÚMERO 14 DEL IMPERIO ESPAÑOL AL MUNDO GLOBAL / Pág. 101. NÚMERO 15 UN SIGLO DE ORIENTE MEDIO /
Pág. 57.
NÚMERO 17 DE NAPOLEÓN AL DRAMA DE LOS BALCANES (1878-1999) /
Pág. 104.
NÚMERO 19 LOS SEÑORES DEL PETRÓLEO /
Pág. 90.
NÚMERO 21 EL AGUA EN LA HISTORIA / Pág.
112.
GRÁFICOS Y TABLAS NÚMERO 2 EL CRECIMIENTO ECONÓMICO EN CHINA / Pág. 57. REFORMA DE LAS EMPRESAS ESTATALES EN CHINA / Pág. 61. NÚMERO 3 POTENCIAS Y LÍDERES. DIRIGENTES DE ESTADOS UNIDOS, REINO UNIDO, FRANCIA, ITALIA, ALEMANIA, URSS / RUSIA, CHINA Y LA ONU DESDE 1950
/ Pág. 83. PETRÓLEO Y GAS NATURAL NO LICUADO. PRODUCCIÓN Y PRECIOS / Págs. 86 y 87.
NÚMERO 4 LA INTEGRACIÓN ECONÓMICA EN AMÉRICA LATINA / Pág. 29. GRUPOS ÉTNICOS DE AMÉRICA LATINA / Pág. 54. NÚMERO 5 LAS DINASTÍAS HACHEMÍES /
Pág. 1.1 LA OPOSICIÓN [EN IRAQ] / Pá-
gina 49. PRODUCCIÓN Y RESERVAS DE PETRÓLEO / Págs. 56 y 6. GUERRA Y EMBARGO [IRAQ] (1989-2000) / Pág. 58. NÚMERO 6 LOS PAÍSES DE LA UE-25 /
Págs. 56 a 61. LA EUROPA DE LOS PENSADORES / Pág. 28. NÚMERO 7 LOS “THINK TANKS”, FABRICANTES DE IDEAS / Pág. 30. LA POBLACIÓN EXTRANJERA EN ESTADOS UNIDOS / Pág. 84. EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN EN ESTADOS UNIDOS (1970-
2000) / Pág. 85. LAS ETNIAS EN ESTADOS UNIDOS / Pág. 88. ESTADOS UNIDOS: CHOQUE DE VALORES / Pág. 93. NÚMERO 8 LA DIVISIÓN POLÍTICA DE LOS PALESTINOS / Pág. 40. NÚMERO 9 LOS OLIGARCAS RUSOS/Pág. 45 LOS DIEZ GRANDES DE LA ENERGÍA NUCLEAR / Pág. 54. COMPOSICIÓN DE LA DUMA DE RUSIa / Pág. 32. NÚMERO 10 BIN L ADEN Y SUS LUGARTENIENTES / Pág. 40. CASI 20.000 MUERTOS EN 35 AÑOS DE TERROR / Pág. 58. NÚMERO 11 LA DEMOCRACIA EN EUROPA DEL ESTE / Pág. 26. RELIGIONES EN LOS DIEZ NUEVOS SOCIOS DE LA UE / Pág. 54 LAS LENGUAS EN LOS DIEZ NUEVOS SOCIOS DE LA UE / Pág.
56. D IRIGENTES DE P OLONIA (1989-2004) / Pág. 72. D IRIGENTES DE H UNGRÍA (1988-2004) / Pág. 76. DIRIGENTES DE LA REPÚBLICA CHECA (1988-2004) / Pág. 78. DIRIGENTES DE ESLOVAQUIA (1989-2004) / Pág. 80. DIRIGENTES DE ESLOVENIA (1990-2004) / Pág. 84. DIRIGENTES DE ESTONIA, LETONIA Y LITUANIA (1990-2004) / Pág. 88. DIRIGENTES DE CHIPRE (19882004) / Pág. 90. DIRIGENTES DE LA REPÚBLICA TURCA DE CHIPRE (1975-2004) / Pág. 92. DIRIGENTES DE MALTA (19872004) / Pág. 94. NÚMERO 12 ETNIAS DEL BRASIL / Pág. 78. ETNIAS DE SUDÁFRICA / Pág.
85. EL SIDA EN EL MUNDO / Pág. 93.
NÚMERO 13
LOS HISPANOS EN ESTADOS UNIDOS [DEMOGRAFÍA, LENGUA, EDUCACIÓN, TRABAJO] / Págs. 21, 22, 25, 26, 39. HISPANOS EN ESTADOS UNIDOS [VOTO, AFINIDADES POLÍTICAS] / Págs. 50, 51, 52. HISPANOS EN ESTADOS UNIDOS [DISTRIBUCIÓN POBLACIONAL] / Págs. 58, 59, 60. HISPANOS EN ESTADOS UNIDOS [PODER ADQUISITIVO, EMPLEO, REMESAS ECONÓMICAS] / Págs. 65, 66, 67, 70, 74,76, 77, 78, 80, 81. HISPANOS EN ESTADOS UNIDOS [POBLACIÓN, IDIOMA] / Páginas 88, 89, 93. NÚMERO 14 ORGANIZACIONES, INSTITUCIONES Y GRUPOS INTERNACIONALES / Pág. 60. EMPRESAS LÍDERES EN EL MUNDO / Pág. 78. NÚMERO 15 ISLAM: TENDENCIA HISTÓRICAS (SUNISMO Y CHIÍSMO) / Pág. 34 DIRIGENTES DE SIRIA (1943-
2005) / Pág. 69. DIRIGENTES DE LÍBANO (19432005) / Pág. 70. DIRIGENTES DE IRÁN (19412005) / Pág. 80. DIRIGENTES DE IRAQ (19212005) / Pág. 86. DIRIGENTES DE ARABIA SAUDÍ (1932-2005) / Pág. 92. DIRIGENTES DE EGIPTO (19222005) / Pág. 104. D IRIGENTES DE PALESTINA (1988-2005) / Pág. 108. DIRIGENTES DE ISRAEL (19482005) / Pág. 110. EL MUNDO DE HEZBOLLAH / Pág. 75. LAS FORMAS DE LA INTRANSIGENCIA / Pág. 78. NÚMERO 16 DIRIGENTES DE CHINA (1935-
2005) / Pág. 28. DIRIGENTES DE INDIA (19472005) / Pág. 30. EL PANORAMA ENERGÉTICO [EN ASIA] / Pág. 43. EL PODER NUCLEAR / Pág. 44. CAPACIDAD MILITAR ATÓMICA EN ASIA / Pág. 45. INVERSIONES EXTRANJERAS DE CHINA E INDIA / Pág. 46. CHINA, EE. UU. Y LAS RELACIONES GEOESTRATÉGICAS EN ASIA / Pág. 53. LOS GRANDES CONSUMIDORES DE MATERIAS PRIMAS / Pág. 70. LA DEMOGRAFÍA EN ASIA / Pág.
100.
NÚMERO 17 TERRORISMO Y ANTITERRORISMO / Pág. 62. ATLAS ECONÓMICO MEDITE-
RRÁNEO / Pág. 68. ACUERDOS Y COOPERACIÓN FINANCIERA EUROMEDITERRÁNEAS / Pág. 80. LOS RECURSOS HÍDRICOS DE LA CUENCA MEDITERRÁNEA / Pág.
84. NÚMERO 18 P RODUCCIÓN PETROLER A ANUAL DE EE. UU. / Pág. 10. EL FUTURO DE LAS RESERVAS ENERGÉTICAS MUNDIALES /
Pág. 11. SED DE PETRÓLEO DE EE. UU. Y CHINA / Pág. 52. PETRÓLEO: PRECIOS E IMPUESTOS / Pág. 75. C APACIDAD OCIOSA DE LA OPEP / Pág. 87. PERFILES DE AGOTAMIENTO DEL PETRÓLEO Y GAS / Pág. 102. ENERGÍA Y DESARROLLO ECONÓMICO DEL MUNDO / Pág. 106. EVOLUCIÓN Y ACUMULACIÓN DE LOS SUMINISTROS ENERGÉTICOS / Pág. 109. NÚMERO 19 POBLACIÓN PALESTINA Y JUDÍA EN ISRAEL / Pág. 68. EL PRECIO DEL PETRÓLEO / Pág.
72.
NÚMERO 20 HITOS HISTÓRICOS DEL FÚTBOL
/ Pág. 22. LOS CLUBS DE FÚTBOL MÁS RICOS DEL MUNDO / Pág. 36. POTENCIALES ECONÓMICOS EN EL FÚTBOL EUROPEO / Pág. 38 LA MODA DEL FÚTBOL, DEL SIGLO XIX AL XXI / Pág. 49. EL BALÓN EN LA COPA DEL MUNDO DE FÚTBOL / Pág. 54. CÓMO SE HACE UNA BOTA DE FÚTBOL / Pág. 55. FORMAS DE GOLPEAR EL BALÓN [FÚTBOL AMERICANO] / Pág. 74. EL CONTINENTE FIFA / Pág. 83. NÚMERO 21 EL CICLO DEL AGUA / Pág. 9. APROVECHAMIENTO DEL AGUA
/ Pág. 10. DIFERENCIAS REGIONALES [EN AGUA] BÁSICAS / Pág. 12. RELACIÓN ENTRE DISPONIBILIDAD DE AGUA Y POBLACIÓN / Pág. 38. CONSUMO MUNDIAL DE CARNE Y NECESIDADES HÍDRICAS DE DISTINTOS ALIMENTOS /
Pág. 70. ESPECIES DE DELFINES Y FOCAS DE AGUA DULCE Y ESTADO DE CONSERVACIÓN / Pág. 83.
PAG 132 TELEFONICA
9/3/06
16:59
Página 1