CHARLOTTE MALACHOWSKI BUHLER 1. BIOGRAFÍA :
Charlotte Malachowski nació en Berlín, primogénita de Walter y Rose Malachowski. Su padre era arquitecto y su madre un músico de éxito. Sus padres apoyaron su interés por los estudios académicos. Desde joven Charlotte se cuestionó la existencia de Dios y el e l significado de la existencia. Consideró que la psicología podía darle alguna de de estas respuestas. Era una joven precoz. Aun en la secundaria, realizó un estudio original de Los procesos del pensamiento humano. A partir de allí, estudió psicología en las universidades de Friburgo, Kiel, Berlín y Munich, y supo de un tal Dr. Karl Buhler, cuyo trabajo sobre el pensamiento humano parecía ser similar al suyo. Estaba ansiosa por conocerlo, cuando el consejero de la Universidad de Munich murió repentinamente y el Dr. Buhler fue contratado para supervisar a sus estudiantes, entre los que se encontraba Charlotte. Karl Buhler y Charlotte Malachowski se casaron en 1916 cuando Charlotte tenía 23 años. Dos años más tarde, sólo un año después de tener a su primer hijo, Charlotte obtuvo su doctorado en psicología de la Universidad de Munich en 1918. Un año más tarde, tuvieron el segundo hijo. Entre 1920 y 1922, Charlotte trabajó para el gobierno prusiano y el departamento de educación en las escuelas, como asistente en un proyecto sobre adolescencia y dio conferencias en Dresden. En 1923, la familia se mudó a Viena con el nombramiento de Karl como Presidente de la Universidad de Viena. Charlotte fue nombrada profesora auxiliar auxiliar y sólo 6 años más más tarde, en 1929, recibió recibió el cargo de profesora profesora adjunta. Durante las décadas del 20 y del 30, Charlotte y su marido estuvieron al frente de uno de los departamentos de psicología más importantes del mundo. Al mismo tiempo, Charlotte viajó para hacer cursos especializados y llevar un consultorio en varias partes de Europa y EE UU. En Viena, entre 1923 y 1938, la investigación de Charlotte se focalizó en el desarrollo psicológico a través de la infancia y la adolescencia. Trabajó en un centro de adopción con capacidad para más de 2.500 niños para estudiar el comportamiento infantil, principalmente en la mujer. Para ello usó us ó tests de inteligencia y desarrollo, interpretación de diarios y experimentó con juego libre, y se focalizó en el desarrollo cognitivo y de la personalidad. Recibió una beca de diez años años de la Fundación Rockefeller para continuar su trabajo de investigación en el Instituto de Viena, junto a los recursos del gobierno de Viena. Pero al cabo del tiempo fue obvio para ella el la que su trabajo estaba restricto a un tipo de población. En 1934 con un nuevo gobierno totalitario en Austria, los recursos se limitaron y pronto la Fundación Rockefeller también habría de retirarle el apoyo económico. Los Buhler crearon un “grupo de amigos a migos del Instituto de Psicología de Viena” y continuaron su trabajo, aunque en los años que siguieron la
dictadura fascista se volvió cada vez más opresora. La policía de seguridad allanó el
centro y encarceló a cuatro miembros del personal. En 1938, Karl fue arrestado y “despedido” por razones políticas. Poco después, Charlotte fue despedida por
razones raciales. Uno de sus padres era judío. Los cursos de psicología fueron reemplazados por cursos como “Raza y carácter”.
Finalmente, Karl obtuvo un puesto en EE UU y al poco tiempo Charlotte también. Diez días luego de haber partido para Minnesota, las tropas nazis invadieron Noruega. Primero, tuvo un puesto de profesora de psicología en la facultad de St. Catherine en St. Paul, Minnesota. Luego se mudó a Massachussets, donde estableció y dirigió una clínica de supervisión infantil. En 1943 volvió a Minnesota y por dos años trabajó como psicóloga clínica en el Hospital General de Minneapolis. Aunque los cinco primeros años en EE UU fueron activos y marcaron el comienzo de una larga carrera en psicología clínica, ella sentía que no era bien recibida en el mundo académico masculino y observaba que muchos se sentían amenazados por sus logros. En 1945 se mudaron a California, donde Charlotte continuó trabajando como psicóloga clínica en el Hospital del Condado de Los Ángeles de 1945 a 1953. También trabajó como profesora auxiliar en psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad del Sur de California. En 1953, comenzó su consultorio privado en Los Ángeles, donde le dio forma más sólida a su psicología humanista gracias a sus conocimientos teórico y sus técnicas terapéuticas. Ya en esta época disfrutaba inmensamente de su vida profesional y sus colegas en EE UU. Aunque a menudo se dice que Abraham Maslow es el padre de la psicología humanista, una reseña del trabajo de Charlotte indica que sus ideas son anteriores. Como ella misma observa: “Las primeras investigaciones que realicé en el primer departamento de psicología
experimental de la universidad son precursoras de la psicología humanista, con el interés puesto en lo personal como un todo.” Sus estudios muestran que el recién
nacido tiene tendencias de adaptación, creatividad y coordinación, mucho antes de que la realidad y la sociedad lo fuerzan a utilizar estos elementos de su personalidad para la vida. En 1965 y 1966, Charlotte fue presidenta de la Asociación Americana de Psicología Humanista. Su teoría sobre los objetivos en la vida pone énfasis en un objetivo final para la realización personal, de acuerdo con los talentos del individuo. La intención es el desarrollo personal para controlar la realidad. Charlotte Buhler enfatizó la diferencia entre la psicología humanista y la Freudiana: “Freud y Adler querián
explicar la mente humana usando como punto de partida la enfermedad, mientras que nosotros partimos de la mente sana.”
Al final de su carrera, Charlotte observó lo que consideró la crisis de la cultura moderna occidental. Notó la abundancia de relaciones humanas falsas e hipócritas. Los abusos en la relaciones y la autoridad, los liderazgos inadecuados, la explotación, la falta de respeto y falta de oportunidades para con el individuo. “El individuo siente soledad y fracaso personal y en las relaciones.” Comentaba que sus
clientes expresaban no saber lo que querían ni en qué creían. En su opinión, la
psicología humanista ofrece una guía para que el individuo consiga definir lo que considera una vida saludable plena de sentido. Luego de una larga y productiva carrera en EE UU, regresó a Alemania en 1972, al encontrarse enferma. Quiso pasar los últimos años de su vida con su hijo, Rolf. Murió en Stuttgart donde continuó escribiendo y publicando un año antes de morir, a los ochenta años. 2. TEORÍAS DE CHARLOTTE BUHLER :
Teoría de las fases del desarrollo:
La Psicología del Desarrollo (o psicología evolutiva) es la rama de la psicología que intenta conocer el proceso normal que guía a un individuo desde el momento de su formación hasta su muerte, y las maduraciones y estados psíquicos a lo largo del proceso. El objeto de estudio de la psicología no puede eximirse del estudio de las leyes, que determinan los cambios en sus diversos períodos y procesos evolutivos considerándose sus orígenes y los progresos que ocurren desde la formación intrauterina hasta su deceso. Desde la perspectiva humanista “los seres humanos son agentes libres con capacidades
superiores para utilizar los símbolos y pensar en términos abstractos, considera que la gente es capaz de hacer elecciones inteligentes, de ser responsables de sus acciones y realizar su potencial” (Rice, 1997.pp 40)
Para Charlotte Bühler la meta de los seres humanos es tener un equilibrio biológico y psicológico liberando las tenciones, así como la autorrealización que le permitirá crecer, mejorar y alcanzar aquello que se va proponiendo en cada fase de su desarrollo. Bühler considera tres factores importantes durante el desarrollo de la persona, que son: los eventos externos que rodean la vida de la persona, las reacciones internas que tiene hacia esos eventos, y sus logros y producción. Ya que estos son los que permean el proceso de vida del individuo. Divide el desarrollo humano en cinco fases las cuales se componen de un equilibrio entre el desarrollo biológico y psicológico del individuo, con respecto a su edad. * Fase uno: 0-15 años * Fase dos: 16-27 años * Fase tres: 28-47 años * Fase cuatro: 48-62 años * Fase cinco: 63- en adelante Para llevar a cabo satisfactoriamente estas fases el ser humano debe de tener un estado físico ideal y vivir en una sociedad ideal pues en esta teoría no se tomó en cuenta los factores externos que puedan influir en el ser humano, ejemplo la situación actual en la que nos encontramos cubrir las necesidades fisiológicas es un poco más difícil y en ocasiones imposible, esto nos lleva a una incongruencia ya que si no se cuenta con un estado físico ideal no se lleva a cabo el proceso.
Teoría de los objetivos vitales
La motivación como orientación de la conducta humana está dirigida hacia ciertos fines u objetivos, que persiguen la satisfacción de las necesidades, las cuales se hacen complejas y jerarquizan desde las de supervivencia del individuo hasta la realización personal. Ante el hombre surgen fines que poseen suficiente valor, estos fines se convierten en impulsos de acción y motivo de sus actos (Espinoza, 1988). Según Frankl (1984) el hombre está intentando siempre encontrar sentido a las cosas, poniendo constantemente en juego su búsqueda de sentido; es decir la voluntad de sentido. Buhler introduce el concepto psicológico de dirección. Analizando la historia de doscientas personalidades destacadas, llega a la conclusión de que cada vida estaba ordenada definitivamente y dirigida hacia uno o varios objetivos. Hay en cada individuo algo por lo que vive, un propósito principal. Algunas personas se concentran en un gran objetivo único; otras, tienen una serie de propósitos definidos. Un estudio paralelo en suicidas mostró que la vida únicamente se hace intolerable a los que no encuentran ningún objetivo al cual puedan orientarla (Allport, 1986). Buhler toma como punto de partida el marco biológico para comprender y analizar las tendencias básicas de la vida, y delinea las condiciones del equipo mínimo que un organismo necesita para funcionar: debe ser capaz de satisfacer sus necesidades, ser adaptable y creativo hasta un cierto grado bajo determinadas condiciones y guardar un orden interno. Así establece que en la vida de los seres humanos se evidencian cuatro tendencias básicas u objetivos vitales. Los objetivos vitales son fines a seguir que surgen ante los individuos y que poseen suficiente valor. Una u otra de las tendencias predomina temporalmente en acciones o reacciones particulares, pero las cuatro siempre están operando (Espinoza, 1988). Para Buhler, junto a estas orientaciones de vida de naturaleza biológica con sus correlatos psicológicos intervienen la cultura y el medio como elementos de fuerte influencia en la determinación o establecimiento de fines. Los individuos de diferentes grupos o culturas ponen énfasis en perseguir determinadas finalidades; según eso se hacen valores o no (Espinoza, 1988). Estos valores están representados en una multitud de objetivos, formando un orden jerárquico cuando se presentan problemas o conflictos de dirección estos son explicados por el hecho de que el proceso de vivir parece requerir una continua activación de las cuatro tendencias básicas u objetivos vitales (Montero, 1987). Las personas tienen cada una de estas necesidades operando a un nivel de fortaleza que depende de su edad, estado de salud mental y características de personalidad. La meta da las cuatro tendencias se llama realización que se define como la experiencia de haber triunfado en 1a adecuada confusión de aquellos valores de la vida hacia los que el individuo se esfuerza por llegar en forma de autodeterminación (Buhler, 1965; cit por Montero, 1987). Es la vivencia resultante de la conciencia de una vida esencialmente lograda, cuando se ha logrado establecer, en proporción idónea la expansión, la adaptación, la satisfacción y el orden interno. La realización supone haber sido promovido en estas cuatro tendencias, aunque individualmente se puede dar preferencia a una u otra (Espinoza, 1988). Buhler (1959; cit. por Montero, 1987) considera que los objetivos vitales son necesarios para la comprensión de los procesos de autodirección en el sujeto, tales como son vistos por los psicólogos humanistas, dos procesos enfatizados pueden ser explicados como: El establecimiento de un sistema personal de valores y fines; y El proceso creativo
Los objetivos vitales planteados por la teoría de Buhler son: a) Satisfacción de necesidades. b) Adaptación autorrestrictiva. c) Expansión creadora. d) Mantenimiento del orden interno.
a) Satisfacción de necesidades
Está referido a las necesidades de supervivencia del individuo así como sus capacidades de amor y placer, estas juegan un papel muy importante a lo largo de toda la vida del sujeto, siendo la tendencia particularmente primordial en el lactante y en el niño pequeño (Montero, 1987). Las necesidades son estados específicos del organismo producidos por la carencia o privación de algo, estas necesidades orientan y determinan la conducta y la actividad de manera predecible hacia la satisfacción de las mismas. La satisfacción de necesidades se da en una relación funcional con el ambiente y consiste en la recuperación del equilibrio orgánico y de las energías. El logro de esta satisfacción es fundamental para la supervivencia del individuo (Espinoza, 1988). Freud en su teoría de los instintos señala que el verdadero propósito de la vida de un organismo individual es la satisfacción de las necesidades, y concibe al niño como un ser básicamente instintivo. En la posición conductista, Skinner prefiere hablar de privación y saciedad para explicar la conducta orientada hacia la satisfacción de necesidades (Montero, 1978). Para Buhler, abarca las necesidades de supervivencia del individuo, así como sus necesidades de placer y amor. En el sujeto normal operan de una manera constante desde el comienzo hasta el final de la vida. En los recién nacidos desempeña un papel decisivo en la docilidad con la que el bebe acepta la rutina diaria de la comida, limpieza, períodos de sueño, etc. dispuestos por la madre, mostrando desde temprano su capacidad de adaptación. Esta tendencia mantiene su poder a lo largo de la vida pero suele ceder su lugar prominente durante la adolescencia, la juventud y la adultez, a otras. En los años posteriores de la vida, por lo general los malestares propios de esta etapa y la disminución de las funciones pueden determinar un regreso donde nuevamente la satisfacción de necesidades sea primordial. Aún así son múltiples los casos en los que personas de edad avanzada siguen actuando de manera creativa en campos tan diferentes que requieren actividad (Montero, 1987). b) Adaptación autorrestrictiva
E1 individuo se adapta restringiéndose, es decir acepta ciertas limitaciones para su propia satisfacción y extensión. Los motivos pueden ser muy diferentes, en ellos se pueden incluir la sumisión a circunstancias u otras personas, pueden ser la precaución, la evitación de penalidades y la evaluación de la realidad tal cual es. Además, las personas que se limitan a sí mismas, pueden ser modestas, buscando dar a los demás y deseando adhesión mediante la entrega de sí mismas (Buhler, 1965; cit. por Montero, 1987). Buhler considera la adaptación autorrestrictiva como probablemente la característica más notable de la vida; ninguna de las grandes fuerzas de la materia son tan eficaces para la conservación de la independencia e individualidad de las unidades naturales, como la vigilancia y la adaptabilidad a los cambios que designamos como vida y cuya perdida constituye la muerte, ciertamente hay un cierto paralelismo entre el grado de vitalidad y el alcance de la adaptabilidad en cada animal y en cada hombre (Espinoza, 1988). Visto así este proceso; se puede pensar que la adaptación constituye un mecanismo básico vital de todo ser vivo y hacia el cual se tiende de manera natural con la finalidad de conservar
la vida, y consiste en las modificaciones y acomodaciones que realiza un ser vivo para ser más apto para la existencia, para las vicisitudes de su ambiente (Espinoza, 1988). La adaptación de un organismo en una entidad completamente automática que mediante sus procesos conductuales automáticos consigue una adaptación exitosa en el ambiente para lograr sobrevivir (Espinoza, 1988). Esta tendencia cobra mayor valor en el adulto y junto con la expansión creadora es decisiva para los objetivos de un individuo y su logro se vive como cumplimiento realizante (Montero, 1987). c) Expansión creadora
Representa una tendencia opuesta a la adaptación autorrestrictiva. Bajo este nombre se designa a los impulsos hacia realizaciones que efectúan cambios deseados en el mundo qua rodea al individuo (Bühler, 1965; cit. por Montero, 1987). Esta tendencia básica vital se manifiesta a través del crecimiento definido como la serie compleja de cambios anatómicos y fisiológicos que tienen lugar desde el comienzo de la vida uterina hasta el final de la senilidad y corresponden a un proceso natural regido por leyes y principios biológicos; y en una evidente tendencia hacia la cual se orientan todos los seres vivos (Espinoza, 1988). Lo realmente importante es que se llevan a cabo ciertos cambios en el mundo que representan una expansión del individuo más allá de los límites de su propia existencia. Esta tendencia goza de predominio en la adolescencia y adultez en donde prevalecen la expansibilidad y la creatividad (Montero, 1987). Landau (cit. por Matussek, 1984) describe la creatividad como la capacidad de descubrir relaciones entre experiencias antes no relacionadas que se manifiestan en forma de nuevos esquemas mentales, como experiencias, ideas y procesos nuevos. También puede ser definida como la capacidad que tienen las personas para producir composiciones, generar productos o ideas de cualquier tipo que sean nuevas o novedosas y no conocieran productor. Puede incluir la formación de nuevos patrones y combinaciones de informaciones derivadas de experiencias anteriores, el transplante de las relaciones antiguas a nuevas situaciones y la generación de nuevas correlaciones. Puede tener un fin o una meta, aún cuando no requiere una aplicación práctica inmediata ni tampoco ser un producto perfecto y completo (Drevabl, 1956; cit. por Yarleque, 2002). En relación a la creatividad humana, Buhler plantea su teoría del placer a la que denomina Reacción hedonálgica. Distingue tres tipos de placer (Espinoza, 1988). El Placer de Saciedad, en el que la satisfacción viene junto con el discurso, el sujeto encuentra que hay una tensión de placer en el juego así como en la creación. El Placer Funcional, que es el goce o satisfacción que se obtiene por la actividad misma sin considerar los posibles resultados de esta actividad, este tipo de placer el niño lo mantiene constante, sin descanso y sin bajar la tensión que lo acompaña; la tensión esta sostenida en un nivel que el niño parece disfrutar, y obviamente al niño no le interesa que mientras juega desarrolla habilidades y adquiere conocimientos. Para que la actividad posea el carácter de juego y produzca placer, debe permitir al individuo algo de deseada autoexpresión. La actividad del jugar y el placer que causa son considerados por Buhler como precursores de la actividad productiva y el placer de crear. El placer de crear, hay un aumento de tensión mientras uno crea; hay la alegría del dominio sobre la materia en el trabajo creativo, la sensación de habilidad que vence dificultades que ejecuta cosas. Por ejemplo, el niño que primero goza embarrando en la arena, va un poco más adelante, dibujando una cosa o construyendo una carretera o una montaña y goza así no sólo en el funcionamiento, sino también en el dominio sobre la materia. El placer de crear propone un fin que encierra el dominio de las dificultades y de la materia por tanto se da el goce
conciente del propio poder y de la habilidad personal. El individuo que busca satisfacer sus necesidades o apetencias de calidad y de novedad aumenta las zonas de estimulación y, por lo tanto, su nivel de activación, el que puede ser canalizado hacia el área de la creatividad (Novaes, 1973). Sintetizando, sobre la expansión creadora, podemos decir que el individuo expresa su autoextensión en el trabajo y experimenta el goce del poder y dominio sobre la materia. d) Mantenimiento del orden interno
Este objetivo vital representa el principio de integración (Búhler, l965; cit. por Montero, 1987). Se hace evidente en la organización que el individuo trata de establecer en sus actos de índole perceptiva y de pensamiento, en su selección de objetivos y en su evolución. Se refleja también en la necesidad humana de establecer una relación entre su orden interno y el orden del ambiente exterior del mundo y del universo según lo entiende, de esta manera guarda relación con lo valorativo de cada sujeto. Todo organismo vivo presenta una tendencia natural hacia la conservación del orden interno, es decir, hacia la obtención de un adecuado funcionamiento y equilibrio de todas las partes que lo componen (Espinoza, 1988). El enunciado de este principio natural de los organismos vivos fue hecho por Canonn y lo denominó homeostasis. La idea de una tendencia natural al equilibrio o de una búsqueda de equilibrio se encuentra notada y descrita en los escritos de filosofía y de física, o por biólogos y sociólogos; el mismo Cannon encuentra la idea en Hipócrates y otros han encontrado su similitud en la idea de Spencer del equilibrio como una meta evolutiva; el concepto de estabilidad de Fechner y en especial la concepción de equilibrio de Bernard, fisiólogo francés, quien a mediados del siglo XIX declaró que todos los mecanismos vitales, no importa cuan variados pueden ser, solo tienen un objetivo: conservar constantes las condiciones de la vida en el ambiente interno (Espinoza, 1988). El concepto de medio interno fue propuesto por Bernard y utilizado por Cannon para referirse a las condiciones internas del organismo, de carácter químico y térmico que constituyen un verdadero ambiente para los órganos. Cannon tomó las ideas de Bernard sobre el medio interno y las desarrolló ampliamente. Postuló el concepto de homeostasis para explicar la regulación de ese medio interno. (Ardila, 1981) Por tanto, el concepto de homeostasis señala un sistema biológico abierto en contacto con su ambiente externo, pero que mantiene estados relativamente estables y en equilibrio dentro del ambiente interno. Puede mantener tales estados por medio de una compleja cooperación de la mayoría de los órganos internos, el sistema nervioso y el sistema endocrino (Espinoza, 1988). Coldstein y Buhler (1960; cit. por Montero, 1987) han criticado el concepto psicológico de homeostasis cómo meta a la cual se dirige toda conducta. Coldstein afirma que la homeostasis se convierte en meta final solo en casos psicopatológicos y Buhler concibe al estado de la homeostasis como aquel desde el cual el ser humano saludable inicia un movimiento destinado hacia la plenitud. El principio homeostático afirma que un organismo tiende a reducir las tensiones motivadas por sus necesidades y propende a una situación de equilibrio. Este modelo explica una serie de necesidades primarias que aparecen en una situación de carencia. No obstante reducir la tensión no es lo único hacia lo que el organismo tiende, también lo hace a explorarse a sí mismo y al entorno, alcanzar conocimientos, y desplegar sus capacidades creativas. La psicología humanista considera el anhelo de autorrealización como una pulsión básica, como una tendencia del organismo encaminada al objetivo de la conservación y desarrollo personal y a la independencia respecto a controles externos (Auer, 1990).
Suposiciones acerca de las tendencias básicas Las principales hipótesis y suposiciones sobre estas cuatro tendencias básicas son (Espinoza, 1988): 1. Todo ser humano dentro del campo de la normalidad, está en todo momento motivado por cuatro direcciones u objetivos vitales. 2. Los individuos varían de acuerdo con el grado en que una u otra tendencia predomina. 3. El grado de predominancia discrimina al sano del neurótico, que puede poner un énfasis excesivo en una tendencia y descuidar completamente otra. En los psicóticos puede darse una tendencia con exclusión de las otras. 4. Aparte de las variaciones de preferencias individuales se dan también predominancias determinadas por la edad. Mientras que el niño pequeño se preocupa por sus necesidades, el niño mayor cede cada vez más a la adaptación autorrestrictiva. El adolescente y el joven a la expansión creadora, y en la edad del climaterio se tiende al orden interno. En el adulto pueden ser diferentes actitudes dependiendo de su salud y motivación. 5. Las cuatro tendencias básicas operan en todos los niveles de la escala psicosomática del individuo. Son tan evidentes en los procesos de crecimiento y declive biológico, como en la autodirección consciente o inconsciente de la personalidad. 6. Bajo condiciones internas o externas desfavorables, cualquiera de las cuatro tendencias puede convertirse en su contrario dialéctico; puede haber una voluntaria o involuntaria tendencia hacia la frustración, inadaptación, improductividad o desarreglo interno. En conclusión, en el plano de la interpretación psicológica, teniendo como punto de partida el aspecto biológico, se puede evidenciar la existencia de determinadas orientaciones o tendencias vitales en todos los seres humanos y que comprende a: la satisfacción de necesidades, la adaptación autorrestrictiva, la expansión creadora y el mantenimiento del orden interno.
3. APORTES: La contribución de Charlotte Malachowski Bühler al campo de la psicología fue inmensa, sobre todo en las áreas del desarrollo de la vida útil y la psicología humanista. También contribuyó de manera profunda en la educación y los estudios de la familia, la psicología infantil, los tests psicológicos, la psicología clínica, la psicoterapia, y los valores y objetivos de vida, entre otras áreas. No fue sólo teórica e investigadora, sino que practicó la terapia humanista. Completó su doctorado en la Universidad de Munich y a través de su trabajo obtuvo reconocimiento internacional. Su trabajo se publicó en 16 idiomas. -
La motivación como orientación de la conducta humana está dirigida hacia ciertos fines u objetivos, que persiguen la satisfacción de las necesidades, las cuales se hacen complejas y jerarquizan desde las de supervivencia del individuo hasta la realización personal. Ante el hombre surgen fines que poseen suficiente valor, estos fines se convierten en impulsos de acción y motivo de sus actos (Espinoza, 1988). Bühler toma como punto de partida el marco biológico para comprender y analizar las tendencias básicas de la vida, y delinea las condiciones del equipo mínimo que un organismo necesita para funcionar: debe ser capaz de satisfacer sus necesidades, ser adaptable y creativo hasta un cierto grado bajo determinadas condiciones y guardar un orden interno. Así establece que en la vida de los seres humanos se evidencian cuatro tendencias básicas u objetivos vitales. Para Bühler, junto a
estas orientaciones de vida de naturaleza biológica con sus correlatos psicológicos intervienen la cultura y el medio como elementos de fuerte influencia en la determinación o establecimiento de fines. Las personas tienen cada una de estas necesidades operando a un nivel de fortaleza que depende de su edad, estado de salud mental y características de personalidad. La meta da las cuatro tendencias se llama realización que se define como la experiencia de haber triunfado en 1a adecuada confusión de aquellos valores de la vida hacia los que el individuo se esfuerza por llegar en forma de autodeterminación (Buhler, 1965; cit por Montero, 1987).
WEBGRAFÍA: -
http://www.buenastareas.com/ensayos/Charlotte-B%C3%BChler/4974454.html http://apuntesenpsicologia.blogspot.com/2009/08/teoria-de-los-objetivos-vitalesde.html http://www.slideshare.net/marcela-reyes/charlotte-buhler http://desarrollohumanoperspectivapsicolgica.blogspot.com/2009/09/buhler-teoriade-las-fases-del.html http://mujeresparapensar.wordpress.com/2007/11/06/charlotte-buhler/