s e p t i e m b r e
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camino al
Perdón encontacto.org | 1
El cmino del perdón Hace algunos años, me m e senté a cenar con mis dos hijos. Ya eran mayores de veinte años en ese momento, mom ento, y lo suficientemente maduros como para hablar abiertamente acerca de nuestro pasado juntos. Yo Yo quería estar seguro seg uro de que no hubiera algún conflicto sin resolver entre nosotros, ningún resentimiento por algo que yo hubiera hecho, que pudiera afectar nuestra relación o la manera como me recordarían. Mientras comíamos, pregunté pregu nté si existía algo que los había estado agobiado durante estos años, esperando que tomaran unos minutos para reflexionar al respecto. Pero cada uno tenía una respuesta preparada de inmediato. inme diato. Hablamos de lo que recordaban de mis errores y de la heh erida que les había causado, cau sado, así que algo maravilloso comenzó a suceder: mientras m ientras hablamos de ello, estábamos siendo sanados gracias al poder po der del perdón. Piense en su pasado. ¿Hay algunas heridas que ha estado llevando? ¿Le vienen a la mente ciertos nombres o caras cuando c uando piensa en los agravios que ha sufrido? No importa quién sea usted o cuánto tenga —ya sea famoso o desconocido, rico o pobre— nunca será feliz ni tendrá paz ni contentamiento si alberga un espíritu rencoroso. Aferrarse a los resentimientos es como decir “Le echo llave a mi celda de castigo, c astigo, me ato las manos y los pies y endurezco mi corazón, porque no quiero tener una vida plena”. plena”. Usted nunca vivirá libre o plenamente mientras se niegue a ocuparse de las raíces de su amargura. Efesios 4.32 dice: “Sed benignos unos con otros, misericordiosos, m isericordiosos, perdonándoos uso a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. Cristo”. Perdonar a los demás no es fácil, y hacerlo con amor es aun más difícil. Sin embargo, como creyentes, estamos llamados a recorrer re correr el camino del perdón. Contacto para ocuparnos del Por esa razón, hemos dedicado esta edición de En Contacto tema del perdón. Con las herramientas adecuadas y en el poder del Espíritu Santo, usted puede perdonar cualquier agravio que haya sido cometido en su contra. Si toma el perdón seriamente, su vida cambiará —créame. Las personas que le conocen le preguntarán qué sucedió. Usted podrá po drá decirles: “Salí de la prisión; ya no tengo cadenas. Por fin soy verdaderamente libre”.
“Nunca será feliz ni tendrá paz ni contentamiento si alberga un espíritu rencoroso.
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El cmino del perdón Hace algunos años, me m e senté a cenar con mis dos hijos. Ya eran mayores de veinte años en ese momento, mom ento, y lo suficientemente maduros como para hablar abiertamente acerca de nuestro pasado juntos. Yo Yo quería estar seguro seg uro de que no hubiera algún conflicto sin resolver entre nosotros, ningún resentimiento por algo que yo hubiera hecho, que pudiera afectar nuestra relación o la manera como me recordarían. Mientras comíamos, pregunté pregu nté si existía algo que los había estado agobiado durante estos años, esperando que tomaran unos minutos para reflexionar al respecto. Pero cada uno tenía una respuesta preparada de inmediato. inme diato. Hablamos de lo que recordaban de mis errores y de la heh erida que les había causado, cau sado, así que algo maravilloso comenzó a suceder: mientras m ientras hablamos de ello, estábamos siendo sanados gracias al poder po der del perdón. Piense en su pasado. ¿Hay algunas heridas que ha estado llevando? ¿Le vienen a la mente ciertos nombres o caras cuando c uando piensa en los agravios que ha sufrido? No importa quién sea usted o cuánto tenga —ya sea famoso o desconocido, rico o pobre— nunca será feliz ni tendrá paz ni contentamiento si alberga un espíritu rencoroso. Aferrarse a los resentimientos es como decir “Le echo llave a mi celda de castigo, c astigo, me ato las manos y los pies y endurezco mi corazón, porque no quiero tener una vida plena”. plena”. Usted nunca vivirá libre o plenamente mientras se niegue a ocuparse de las raíces de su amargura. Efesios 4.32 dice: “Sed benignos unos con otros, misericordiosos, m isericordiosos, perdonándoos uso a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”. Cristo”. Perdonar a los demás no es fácil, y hacerlo con amor es aun más difícil. Sin embargo, como creyentes, estamos llamados a recorrer re correr el camino del perdón. Contacto para ocuparnos del Por esa razón, hemos dedicado esta edición de En Contacto tema del perdón. Con las herramientas adecuadas y en el poder del Espíritu Santo, usted puede perdonar cualquier agravio que haya sido cometido en su contra. Si toma el perdón seriamente, su vida cambiará —créame. Las personas que le conocen le preguntarán qué sucedió. Usted podrá po drá decirles: “Salí de la prisión; ya no tengo cadenas. Por fin soy verdaderamente libre”.
“Nunca será feliz ni tendrá paz ni contentamiento si alberga un espíritu rencoroso.
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contenido
Esta publicación de ®
es para la Gloria de Dios
Dr. Charles F.F. Stanley
A R T Í C U L O S
PRESIDENTE Y FUNDADOR
C. Phillip Bowen DIRECTOR EJECUTIVO
John E. Courtney, Jr. VICEPRESIDENTE DESARROLLO Y MERCADEO
Albert E. Anaya DIRECTOR DE MEDIOS
Martha Alvarez Restrepo EDITORA
Nora T. Hernández COORDINADORA DE MERCADEO
Víctor M. Rodríguez Marianela Da Silva DISEÑADORES GRÁFICOS
Steve R. Lindsey DIRECTOR DE MATERIALES Y D I S T R I B U C I Ó N
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DEBEMOS PERDONARNOS
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GUÍA PARA APRENDER A PERDONAR
POR CHARLES F. SANLEY POR JAMES CAIN
Cómo ser libres de la autocondenación
Guía práctica para uno de los llamados más difíciles de la vida
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ENCUENTRO CON JESÚS
Devocionales diarios extraídos de los sermones del Dr. Stanley
David Blahnik GERENTE DE PRODUCCIÓN
O F I C I N A
EE. UU.
P.O. Box 48900 Atlanta, Georgia 30362 1-800-303-0033 770-936-6281
SECCIONES
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SOLUCIONES BÍBLICAS
Musa Musalah laha: a: Un mini ministe sterio rio de reconciliación POR ERIN GIESCHEN
L A A MISIÓN MISIÓN DE LA LA REVISTA REVISTA EN CONTACTO
es estimular a todo creyente a cultivar una relación más estrecha con el Señor Jesucristo y apoyar la labor de la iglesia local.
Lea la versión digital digital de esta revista en:
Esfuerzos de reconciliación en Tierra Santa
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PODEROSO EN ESPÍRITU
En presencia presencia de los enemigos enemigos POR GINGER GARRE
Lo que aprendemos acerca del perdón mediante la vida del primer mártir de la iglesia
PRODUCIDO POR IN TOUCH FOUNDATION, UNA ORGANIZACIÓN DE APOYO A MINISTERIOS EN CONTACTO ®
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EVANGE LI CA CA L PRESS ASS OCI ATION
Revista En Contacto©, septiembre de 2011. Tomo Tomo XI, no.12. Reservados todos los derechos. Impresa en los Estados Unidos de América. La revista En Contacto no se hace responsable de la publicación ni distribución de ediciones internacionales, ya sea en inglés o traducidas, a no ser que la edición haya sido autorizada por el personal administrativo de la revista In Touch, pu blicada en los EE.UU. A menos que se indique lo contrario, las citas bíblicas son tomadas de la versión Reina Valera de 1960, Sociedades Bíblicas Unidas.
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EN CONTACTO
cómo liberarnos de la autocondenación P O R
C H A R L E S
F.
S T A N L E Y
¿Le resulta difícil perdonar a alguien
en particular? ¿Se trata de un enemigo, o de un familiar que le hiere con frecuencia? ¿O se trata de usted mismo? He escuchado a algunos cristianos decir: “No tengo nada en contra de quienes me han agraviado, y sé que la sangre de Cristo ha cubierto todos mis pecados, pero no puedo perdonarme a mí mismo”. A veces, la persona más difícil de perdonar es uno mismo, pero el perdón nunca es pleno hasta que uno logra hacerlo. Los asuntos que nos causan vergüenza y sentimientos de culpa son diversos. Tal vez una conducta inapropiada, o las palabras hirientes contra un ser querido. Tal vez una mala decisión, como un divorcio o un aborto. O quizás el cargo de conciencia por palabras o acciones humillantes dirigidas a nuestros hijos. El apóstol Pedro debió, también, de haber lidiado con el sentimiento de autocondenación. En el momento de mayor necesidad del Señor Jesús, Pedro negó conocerle (Mt 26.69-75). Su deslealtad debió de haber sido aun más difícil de soportar por su promesa de que nunca le fallaría (Mt 26.33). La escena de su traición probablemente se repitió mil veces en su mente, haciéndole desear
poder borrar sus palabras. Pero no pudo. Luego está Pablo. Después de que “vio la luz”, lamentó su historia de persecución de la iglesia (Hch 9.1-4; 1 Ti 1.5-16.). ¿Cómo pudo alguien con un historial tan horrendo con vertirse en el mayor evangelista y plantador de iglesias de su época? Ambos descubrieron el secreto para sobreponerse al fracaso y al pecado. Comprendieron y aceptaron el perdón de Dios, eligiendo vivir en la riqueza de su gracia inmerecida. Pero no se detuvieron allí; también se perdonaron a sí mismos. Pusieron la culpa de sus pecados en la cruz, y se negaron a seguir llevándola. Es por eso que el Señor pudo usarlos tan efectivamente. Aquellos de nosotros que fuimos redimidos por fe en Cristo, hemos sido totalmente perdonados y declarados “inocentes”. Sin embargo, muchos creyentes tienen dificultades para deshacerse de sus remordimientos. La verdad es que un espíritu no perdonador dirigido hacia uno mismo, es tan perjudicial y destructivo como el rencor contra alguien más. ¿Cómo puede uno seguir manteniendo bajo la esclavitud a alguien que Dios ha perdonado? ¿Cómo es que no puedo perdonarme a mí mismo?
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¿Qué caracteriza a quienes no se perdonan a sí mismos? >> EL AUTOCASTIGO. Una
señal de un espíritu no perdonador, es el deseo de castigar quien cometió la falta. Eso es exactamente lo que nos hacemos a nosotros mismos cuando nos aferramos a la autocondenación. Cada mañana la culpa nos espera, y obedientemente la cargamos como una mochila durante todo el día. Con cada repetición mental de nuestras faltas pasadas, experimentamos de nuevo las dolorosas y humillantes emociones que acompañaban a nuestro pecado del pasado. Algunas personas incluso se abstienen de las cosas buenas que Dios quiere que disfruten,
momento tenemos que hacerle frente, o el remordimiento seguirá consumiéndonos, dañando nuestras almas (Sal 32.3, 4). >> EL DESMERECIMIENTO. Otra señal es el profundo sentimiento de desmerecimiento que afecta todos los aspectos de la vida. Si Satanás puede hacerle sentir que es indigno por sus faltas del pasado, le tendrá exactamente como él quiere que esté: paralizado espiritualmente. Su vida de oración será débil o inexistente, su relación íntima con el Señor se apagará, y su servicio se verá estorbado y será infructuoso. En realidad, ninguno de nosotros es digno. Es por eso que todos necesitamos la gracia divina, el favor inmerecido de Dios a nosotros. Aferrarse a
¡Q�é �b��r�o�es �a��igarno� � �o���ro� �i��o� cuan�o C�i��o�y� �a �aga�o �a t�a��dad �e�l� �e�a! porque piensan que esa autonegación, de sentimientos de desmerecimiento y rechazar alguna manera, pagará sus transgresiones. la gracia de Dios, es perjudicial para nuestra ¡Qué absurdo es castigarnos a nosotros mis- vida espiritual (Hch 10.15). mos cuando Cristo ya ha pagado la totalidad >> LA INCERTIDUMBRE. Recordar constande la pena! El sufrimiento autoimpuesto no temente los errores del pasado mantiene al añade nada a su completa expiación a favor cristiano en incertidumbre. A pesar de tener nuestro (Ef 2.8, 9). la seguridad de su salvación, nunca están >> LA EVASIÓN. Los seres humanos somos totalmente seguros de cómo lo ve Dios, y maestros en el arte de intentar escapar de nunca experimenta la paz que sobrepasa la culpa, para no tener que enfrentarla. Hay todo entendimiento (Fil 4.6, 7). A veces, quienes tratan de atenuar el remordimiento incluso, puede preguntarse: ¿Qué saldrá por medio del alcohol, las drogas, la comida, mal ahora? Después de todo, no soy digno las compras, el entretenimiento o las aventu- de ninguna bendición. Estoy seguro de que ras sexuales. Otros llenan sus vidas de activi- me vendrá alguna prueba, porque me la dad constante, con agendas sobrecargadas y merezco. Esta manera de pensar socava la trabajo excesivo. Pero no podemos deshacer- confianza en el Señor y, en realidad, crea nos de nuestra culpa ni ignorarla. En algún una barrera entre Dios y nosotros. Cuando 6
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mantenemos vivo el sentimiento de culpa por nuestro pecado, perdemos el contentamiento, la confianza y el gozo que da el perdón. El Señor no lleva un registro de nuestras transgresiones, y tampoco debemos hacerlo nosotros (Sal 103.12). >>UNA MANERA DE PENSAR DISTORSIO NADA. En
vez de razonar partiendo de la verdad de la Biblia, quienes están llenos de remordimiento confían en su propia lógica y en sus emociones. Los pecados del pasado se convierten en el centro de atención, y lo que Dios dice no es tenido en cuenta. Su Palabra dice que todos mis pecados han sido perdonados, pero si me aferro a ellos estoy negando su promesa y manteniendo mis propias ideas. Para decirlo sin rodeos, el problema es el egocentrismo. Si todo lo que veo es mi pecado, mis sentimientos, mi indignidad, mi culpa y mi remordimiento, estoy absorbido en mí mismo (He 12.1-3). >> LA CARENCIA DE PODER. Cristo quiere mostrar su vida en sus seguidores, pero cualquiera que tenga un espíritu no perdonador apaga la luz de Él. Aunque todos sabemos que está mal guardarle rencor a alguien, a menudo lo toleramos hacia nosotros mismos. Quienes insisten en cargar con sus sentimientos de culpa no están andando en el Espíritu, y el resultado será una vida cristiana carente de poder.
¿Por qué no queremos perdonarnos a nosotros mismos?
Para vencer la autocondenación, debemos aprender a comprender por qué tenemos este problema. ¿Qué nos ha motivado a castigarnos a nosotros mismos, aferrándonos al sentimiento de culpa? >> LA INCREDULIDAD. La causa principal es la incredulidad —priorizar los sentimientos y al razonamiento humano por encima de la verdad de la Palabra de Dios. La Biblia dice que Jesús llevó el castigo por nuestros pecados (Ro 3.23-26). Pero quienes se afe-
“N o ha hecho con noso tros conf orme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conf orme a nuestros pe cados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engran deció su misericordia sobre los qu e le temen. Cuanto está le jos el ori ente del occidente, hizo ale jar d e nosotros nuestras rebeliones” . S A L M O 1 0 3 . 1 0 - 1 2
rran a la culpa están diciendo, básicamente: “No, mi pecado necesita más castigo. Tengo que sufrir por él hasta que sienta que puedo perdonarme a mí mismo”. ¿No le alegra que Dios no haya dispuesto que fuera así? Cuando Cristo murió en la cruz, dijo: “Consumado es” (Jn 19.30). No hace falta ningún otro pago. La manera como nos sintamos no tiene nada que ver con la realidad de lo que Él ha hecho por nosotros. >> EL LEGALISMO. Tal vez el no poder vivir a la altura de nuestras propias expectativas, es lo que nos hace condenarnos. Sin embargo, cuando estamos tan decepcionados que no podemos perdonarnos, hemos establecido una norma basada en el desempeño. Esto es lo que se llama legalismo. El Señor tiene solo un requisito para recibir su perdón: la fe en Cristo. Decir: “Lo que hice fue tan malo, que no puedo perdonarme”, es vivir bajo la ley, no bajo la gracia. El perdón de Dios no se da en base a un sistema de categorización de los pecados, y el nuestro no debe ser diferente. >> LA ACEPTACIÓN. Lamentablemente, después de vivir por mucho tiempo bajo la autocondenación, los creyentes pueden empezar a ver eso como un estilo de vida normal. Pero no lo es. Cristo nos prometió libertad de la culpa, juntamente con la vida abundante que acompaña a una conciencia purificada. No aceptar esto significa permanecer en una prisión creada por nosotros mismos. Las encontacto.org | 7
instituciones penitenciarias tienen una palabra para los reclusos que se han aclimatado tanto a la vida en la prisión, que tiene miedo de vivir fuera de ella: institucionalizados. Eso es exactamente lo que sucede con los creyentes que no quieren desprenderse de sus sentimientos de culpa. Se encogen en sus celdas, a pesar de que Cristo les ha abierto la puerta e invitado a salir a la libertad que Él compró para ellos.
¿Cómo puedo perdonarme? La autocondenación no es la manera en que Dios quiere que vivamos. Pero, ¿cómo se puede cambiar esta práctica? 1. Reconociéndola. El primer paso es reconocer que uno no se ha perdonado a sí mismo. Hay que encarar el hecho, y comenzar a lidiar con el problema. 2. Arrepintiéndose. Confesarle al Señor que los sentimientos de autocondenación son pecado. Luego aceptar su perdón, y darle gracias. 3. Creyéndole a Dios. Reafirmar la confianza en la verdad de la Biblia. Dios dice que Él ha alejado nuestras rebeliones, como está lejos el oriente del occidente. 4. Escogiendo el perdón. Con base en la Biblia, y por un acto de voluntad, en fe, hay que decidir perdonarse a uno mismo. Cada uno de estos pasos están basados en la verdad, no en las emociones. Dejemos de repetir la vieja grabación de nuestros pecados, y comencemos a repetir las verdades de la Palabra de Dios. La libertad de la culpa y el arrepentimiento dependen simplemente de una decisión. El Señor Jesús vino para liberar a los cautivos (Lc 4.18). El cristiano que se aferre al perdón de Cristo y renuncie a los sentimientos de culpa, saldrá de la prisión de autocondenación al gozo de la vida abundante. PREGUNTAS DE ESTUDIO
1. ¿Qué nos dice Romanos 8.1-4 acerca de la posición del creyente delante Dios? 2. Considere las preguntas de Pablo en Romanos 8.31-39. Si su actitud hacia sí mismo no coincide con la perspectiva de Dios, ¿qué puede hacer para alinearla con su Palabra? 3 ¿Qué conclusiones saca Pablo sobre la posibilidad de ser separados del amor de Cristo (vv. 35-39)? 8
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¿Conoce usted a Dios? Perdonarse a sí mismo solo es posible mediante una relación sanadora con el Señor Jesucristo. Romanos 12.1 promete que cualquier persona que recibe a Cristo como Salvador, será libre de la condenación en esta vida y en la eternidad, y será liberado de las garras del pecado para siempre. La Biblia promete que “si confesares con tu boca que Jesús es Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Ro 10.9, 10). Confiese sus pecados al Señor, y pídale humildemente que entre en su vida. Puede usar la oración que aparece a continuación o sus propias palabras: Señor Jesús, creo que eres verdaderamente el Hijo de Dios. Confieso que he pecado contra Ti en pensamiento, palabra y obra. Te ruego que perdones todos mis pecados, y que me permitas vivir en una relación contigo a partir de este momento. Te recibo como mi Salvador personal, aceptando el sacrificio que hiciste en la cruz. Gracias por salvarme. Ayúdame a tener una vida que sea agradable a Ti. Amén.
Con mucho gusto le enviaremos nuestro material gratuito “Vida nueva en Cristo” , para ayudarle a dar el siguiente paso en su relación con Dios. Póngase en contacto con nuestro departamento de atención al cliente, llamando al 800-303-0033, o visite encontacto.org para más información.
La próxima vez que le sea difícil perdonar a alguien, solo recuerde que Jesús derramó su sangre preciosa por todos los pecados de usted. Lo más triste de abrigar un espíritu rencoroso, es que la persona que resulta más herida es usted misma. El Dr. Stanley le recuerda la importancia de perdonar a los demás, perdonarse a sí mismo, evitar la amargura, ¡y muchas cosas más! La paz del perdón
Libro | SFBK $12.00 Tapa blanda, 160 páginas u
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Traición. Rechazo. Condena. Nadie pide ese trato, pero pocos están a salvo de recibir algunas heridas en la vida. Las circunstancias que requieren de perdón no están, por lo general, en nuestros planes. Pero, para obedecer fielmente a Cristo, tenemos que aprender a decir: “Te perdono”. La siguiente “guía” no es exhaustiva. Pero los consejos, las citas y los relatos recogidos aquí proporcionarán orientación en cuanto a la difícil orden del Señor de perdonar, no importa cuál sea la ofensa. P O R
J A M E S
C A I N
mÁs que palabras: la tarea del perdón Mientras observaba a mis hijos jugar en un parque cerca de nuestra casa, se desarrolló un curioso drama entre dos mujeres y sus hijos. Una mujer sostenía la mano de su hijo. La otra, más alterada, agarraba el codo del suyo. Ambos niños estaban con el ceño fruncido, con el mentón hacia fuera y las manos metidas en los bolsillos. “Él dijo que lo sentía”, dijo la segunda madre. “Ahora dile tú: ‘Te perdono’, y dense la mano”. Ninguno de los dos se miraba a los ojos. Durante el silencio, la frustrada mamá comenzó a amenazar alteradamente a su hijo hasta que éste pronunció una o dos palabras. Aliviada, esta mamá los envió de nuevo al parque, y luego se lamentó con su amiga sobre la dificultad de llegar a los corazones de sus hijos. “Sé que el necesitaba hacerlo”, suspiró, “pero si no lo hizo de corazón, ¿qué sentido tiene?” Era una pregunta válida. Después de todo, el “te perdono” que dijo su hijo era tan sincero como el “lo siento” de la respuesta del otro. Este incidente me recordó que saber que hay que perdonar no es la parte difícil; perdonar de verdad, sí que lo es. El punto, después de todo,
es la reconciliación —la comunión restaurada y la herida sanada— que resulta de la práctica de esta disciplina. Al final, el perdón cambia más a quien perdona que al perdonado. Esto es así, porque el perdón nos obliga a reconocer nuestra impotencia, y a confiar en la justicia de Dios. El niño que se resistía a perdonar sabía instintivamente que la debilidad no es, por lo general, considerada una virtud. Buscar la venganza nos hace sentir fuertes. Perdonar, por el contrario, reconoce que es posible que no recibamos la “justicia” que pensamos que merecíamos. El cambio también se debe a que el perdón crea un espacio para la comunión restaurada. Renunciar a nuestro reclamo contra el ofensor nos lleva de la debilidad a la fortaleza, ya que invitamos a la paz del Espíritu Santo a restaurar nuestra relación con Dios y el prójimo. Negar el perdón, en cambio, rompe la comunión no solo con nuestro adversario, sino también con nuestro Padre celestial (Mr 11.25). Un rato después, mientras mis hijos y yo dejábamos el parque, vi que los niños 11 eennccoonnt taacct too. .oorrgg | | 11
estaban jugando otra vez. Sonreían y reían como si nada hubiera sucedido. Aunque el proceso no siempre se vuelve tan fácil, el perdonar —y recibir perdón— había hecho un espacio para su amistad. La mayoría de las personas sufren heridas mucho más profundas que las del caso del parque. Los obstáculos para perdonar serán mucho más grandes, y el costo mucho más alto. Pero el punto sigue siendo el mismo: cuando perdonamos, hacemos posible que una relación se renueve, si no con la persona que perdonamos, entonces con la Persona que nos ha perdonado.
consejo no. 1: perdone y
recuerde Por lo general, ponemos juntas las palabras “perdonar” y “olvidar”, pero para perdonar de verdad, tenemos que recordar. El apóstol Pablo dice que nuestro deber de perdonar a los demás depende de recordar el perdón que recibimos de Dios. “De la manera que Cristo os perdonó”, escribe, “así también hacedlo vosotros” (Col 3.13). No solo debemos recordar que Dios nos perdona, sino también imitar cómo Él lo hace: con misericordia, con generosidad, y por completo. Podemos sentirnos tentados a mantener un “registro de agravios”, pero el amor impide eso (1 Co 13.5). El mundo incrédulo tiende a alimentar rencores contra quienes nos han causado algún mal, pero como 12
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seguidores de Cristo, perdonamos con generosidad sin esperar nada a cambio. AplicaciÓn: Perdone por completo, haga borrón y cuenta nueva. Perdonar no significa olvidar la ofensa. Después de todo, usted es humano, y no puede olvidar totalmente. Peor aun, pretender que nunca sucedió nada malo, impide que haya sanidad. Cuando recuerde la falta cometida contra usted, véala como una oportunidad para recordar la gracia de Dios para con usted, y por medio de usted para con el ofensor.
consejo no. 2: no se limite
a decir unas simples palabras Desde la perspectiva cristiana, el perdón requiere mucho más de nosotros que unas breves palabras. El escritor Thomas Watson dio una respuesta sorprendente a la pregunta: ¿Qué es el perdón? Él escribió: “Perdonamos cuando luchamos contra todo pensamiento de venganza; cuando no pensamos hacer ninguna mala jugada a nuestros enemigos, sino que les deseamos lo mejor, nos afligimos por sus calamidades, oramos por ellos, buscamos la reconciliación con ellos, y nos mostramos listos todo el tiempo para aliviarlos”. En otras palabras, el perdón requiere de una acción misericordiosa interior antes de que podamos llevar a cabo una acción misericordiosa exterior (véase el consejo no. 4). Gran parte de este trabajo interior puede hacerse sin el conocimiento del ofensor. La frase de Watson “luchar contra”, reconoce lo extenuante que puede llegar a ser el perdón, exigiéndonos que nos opongamos de forma activa y enérgica a la inclinación natural de agredir física o verbalmente a la otra persona, o de retirarle nuestro afecto.
La disciplina perdida En el Padrenuestro, como se conoce popularmente Mateo 6.9-13, Jesús presenta al perdón como elemento esencial de la vida cristiana: “Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores” (v. 12) revela que el perdón que Dios nos da depende de nuestra actitud perdonadora (véase también Mr 11.25). Este versículo nos hace sentir incómodos, como debe ser. Aunque esto no determina nuestra salvación, sí nos dice que nuestra capacidad de recibir el perdón de Dios y la capacidad de perdonar a otras personas están estrechamente relacionadas.
Consejo no.4: EVITE
guardar REncor Podríamos tener la tentación de no hacer caso a la falta cometida contra
nosotros, asumiendo la responsabilidad total o parcial. Frases como: “probablemente me lo merecía”, o “tiene que haber sido cosa de los dos”, puede ocultar los sentimientos reales. Este falso proceder parece ser sabio, pero sepultar el dolor planta semillas que producen después un fruto amargo.
AplicaciÓn: Evite atacar a los demás o
AplicaciÓn: Cuando usted recba un
apartarse de ellos, y busque oportunidades
aravo, busque la oportundad de hacer alo en ben del ofensor. Orar por el ofensor es un buen coenzo. Hacer esta obra de aor y sercorda hará ás fácl desarraar el resentento.
para celebrar los triunfos de su ofensor. No se alegre cuando esta persona sufra, sino acompáñela en su aflicción. Trate de “aliviar” sinceramente a esa persona, y busque el momento adecuado para la reconciliación. Todo este trabajo del corazón le permitirá a usted, cuando llegue el momento, ofrecer un perdón auténtico.
Consejo no. 5: BUSQUE
MISERICORDIA MÁs que justicia
En nuestra cultura, que aplaude la venganza antes que la misericordia, la Consejo no. 3: Comience con idea de la justicia poco Practique el perdonar a otros bíblica se les por sus pequeñas faltas a lo largo de escapa a muchos, cada día, tales como que otro conductor incluyendo a los se le adelante en el tráfico quitándole cristianos. Algunas su derecho en la vía, o que reciba una personas utilizan ofensa no intencional. Si lo hace, eso frases como: transformará poco a poco su corazón “el castigo debe con el tiempo, haciendo posible que perdone a otros cuando surjan conflictos ser proporcional al delito”, y concluyen falsamente que la justicia y la misericordia más grandes y más serios. no pueden coexistir. Estas personas eennccoonnt taacct too. .oorrgg | | 13 13
ignoran la estrecha conexión que debe hombre”. Roberts se había quitado la vida haber entre ambas, como lo ilustra la Biblia durante la crisis, y en los días que siguieron, mediante expresiones de profundo perdón la comunidad trató con misericordia y cuando pudo haberse hecho “justicia” perdón a su familia, asombrando al mundo mediante la violencia. por su benignidad. La respuesta Amish de misericordia Pensemos en José (véase Gn 37, 39–47). y perdón fue extraordinaria por su Imaginemos su historia contada dentro de las normas culturales de hoy. En vez singularidad en un mundo fascinado por de perdonar a sus hermanos, José habría la justicia. Uno de los autores del libro ejecutado su Amish Grace (La misericordia de los Amish), Donald Kraybill, descubrió que la largamente esperada respuesta no era sorprendente sino natural. venganza por Dice que el perdón está entretejido en la medio de una cultura Amish. Su vida comunitaria exige un espíritu de perdón, y por eso lo practican cruel venganza como un estilo de vida, cultivándolo, como o de una larga batalla legal. lo requiere la Biblia. Esto puede sonar ridículo a nuestros oídos, No todas las pero las películas y los libros (las “biblias” personas tienen un enemigo, es decir, del mundo de hoy) cuentan historias a alguien que las semejantes todo el tiempo. ¡Cuánto más grande y más conmovedora es la historia del haya agraviado José real! Él prefirió perdonar cuando nadie continuamente, con le habría negado su derecho de vengarse. malicia, sin pensar en el bienestar de ellas. Si AplicaciÓn: ¿No le ofrece su vda usted tiene un enemigo, la obra del perdón oportundades seejantes para perdonar? Un comienza con una oración para recordar copañero de trabajo exaera sus loros, y la gracia de Dios hacia usted. Una de las recbe un ascenso que debó haber sdo de usted. tareas del Espíritu Santo es “convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio” Aluen tracona su confanza, y le hace perder (Jn 16.8). Solo Él puede producir el cambio a un ao. Un cónyue ente, ponendo en de corazón necesario para que podamos pelro el atrono y la fala. No porta qué tan probleátco pueda ser el caso, deje que ver nuestro pecado, reconocer la justicia de Cristo, y ver que el juicio le pertenece a Dos le revele la anera de cóo la sercorda Dios. y la justca pueden cobnarse. Consejo no. 6: perdone a sus
enemigos En la mañana del 2 de octubre de 2006, Charles Roberts entró en una escuela Amish de Nickel Mines, Pensilvania. Un poco más de media hora después, cinco niñas estaban muertas, cinco más heridas, y la paz de la comunidad hecha añicos para siempre. Sin embargo, el mismo día, mientras que los cuerpos seguían sin enterrar, se escuchó decir a un abuelo Amish a sus parientes jóvenes: “No debemos pensar mal de este
AplicaciÓn: La mayoría de nosotros no tenemos enemigos, pero debemos preparar nuestros corazones para el duro trabajo de perdonar. Pídale a Dios que le muestre su propio pecado, y le recuerde su gracia. Y así, el día que sea lastimado, busque a su ofensor y, con la conciencia de sus propias fallas, le pida perdón. Ore por el bienestar de esa persona, no solo para que vea el error que cometió, sino también para que Dios la proteja y prospere. Apresúrese a brindar misericordia, deje la justicia en manos de Dios, y asegúrese de no permitir que el resentimiento halle terreno fértil en usted.
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EN CONTACTO
¿debo perdonar? ¿Qué hace a prójo erecedor de perdón? A veces, pensaos que para perdonar necestaos que la otra persona ofrezca una dsculpa. Pero Jesús enseñó otra cosa. Coo se lustra en este ráfco, debeos perdonar ncondconalente —orando por quenes nos tratan al— no porta quén sea el ofensor, n cuántas veces nos ofenda (Lc 17.4).
15 eennccoonnt taacct too. .oorrgg | | 15
solucionesbíblicas
Musalaha un ministerio de reconcili ación LA mANERA EN QUE CRiSTiANOS PALESTiNOS Y
JUDíOS
PARA
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DE
LOgRAR
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TiERRA LA
EN CONTACTO
SANTA
UNiDAD
TRABAJAN EN
CRiSTO
Dr. Salim Munayer y Evan Thomas descubrieron que compartían la misma pasión: el amor por el Medio Oriente y la unidad en Cristo.
Evan Thomas inclinaba su cabeza mientras requisaba a los hombres
palestinos que pasaban por el puesto de control de la ciudad de Gaza, donde él estaba apostado. La fila se extendía largamente en ambas direcciones. Todos, al parecer, necesitaban un permiso para visitar a familiares en la Cisjordania amurallada, el otro territorio palestino a unos 105 kilómetros al noreste. La tensión era alta, y el día transcurría lentamente. Era 1988, y Thomas había sido llamado de la reserva a las filas. Habían transcurrido cinco años desde que había terminado el período de servicio exigido por el gobierno, pero su entrenamiento comenzó de inmediato en el puesto de control — no mirar los rostros de quienes eran requisados, no familiarizar con nadie, no responder si alguien trataba de ser amable.
Él sabía que su superior podía estar observando, pero aun así, levantó la mirada. Un joven lo estaba mirando fijamente. Y para su sorpresa, se reconocieron mutuamente porque se habían visto en una reunión de oración a la que habían asistido. Esa reunión fue una de las primeras experiencias que Thomas, un judío mesiánico y pastor, tuvo con la comunidad cristiana palestina. En realidad, la mayor parte de su contacto con los palestinos había sido dentro de un contexto militar. “Mi percepción, como soldado, era verlos como hostiles. Debido a mi formación, los veía como enemigos de mi pueblo”, dijo. Pero allí, en ese punto de control de Gaza, el “enemigo” ya no era alguien sin rostro: Thomas se dio cuenta de que estaba mirando a los ojos de su hermano en Cristo. “Creo que el Señor dispuso esta experiencia con el propósito de suavizar mi corazón”, dice al reflexionar en el asunto. Thomas comenzó a pensar seriamente en las implicaciones personales de su fe en el conflicto. Primera de Juan 4.20, en particular, impactó profundamente su perspectiva: “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso: Pues el que no ama a su hermano, a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”. Esta verdad se alojó en el corazón de Thomas, y lo obligó a recapacitar. Quizás el Señor lo estaba preparando para algo más allá del ministerio con su propia congregación. Meses más tarde, Thomas asistía a una clase para preparar a líderes judíos y palestinos para servir a sus iglesias. Cuando conoció al Dr. Salim Munayer, Thomas descubrió que ambos tenían amor por su tierra, y la misma pasión por la unidad en Cristo. Munayer, un palestino con ciudadanía israelí, nació en un hogar cristiano, y su familia P O R
E R I N
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Munayer compartió con Thomas su visión había vivido en la ciudad de Lod durante de una organización que reuniera a los crissiglos. Alrededor de 200 cristianos de Lod sobrevivieron a la guerra de 1948 refugián- tianos de ambas comunidades, y le preguntó a su nuevo amigo si estaría dispuesto a dose en su iglesia, y así pudieron permaayudarlo a comenzar una. Juntos, fundaron necer en la ciudad después de que Israel Musalaha (musalaha.org) en 1990, decidiense convirtiera en estado. Transcultural por necesidad, Munayer estaba en una posición do escoger la palabra árabe para “reconciliación” como su nombre. Ambos sabían que única. Conocía personalmente el sufriel camino por delante sería difícil. El mucho miento del pueblo palestino, pero también entendía el punto de vista israelí. Poco des- dolor, la ira y la falta de comprensión habían divido a sus comunidades. Pero el llamado pués de recibir a Cristo, el joven Munayer a ser “ministros de la reconciliación” (2 Co sintió el llamado al ministerio. Obedeció 5.18) era claro: si el reino de Dios iba a mani yendo a la universidad, y a Seminarios festarse en su tierra, el cuerpo local de Cristo Teológicos en EE.UU. e Inglaterra, y, finalmente, enseñando en la Universidad Bíblica no podía mantenerse fracturado. de Belén en Cisjordania. Hay algo en el desierto que ha atraído En 1987, cuando se intensificó el cona los buscadores espirituales durante miles flicto palestino-israelí, líderes cristianos de años. A primera vista, no parece ofrecer de ambos lados le pidieron a Munayer que
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QUE AmBO S LADOS SE ENT iENDAN ES EL DESEO DE DiOS.
nada, excepto a sí mismo —una vasta superayudara a facilitar ficie y condiciones difíciles—, pero es por un mejor eso que Munayer, director de Musalaha, se dio cuenta de que ello serviría el paisaje perentendifecto para unir a los creyentes. miento En 1990, después de quedarse sin ideas entre ellos. “Yo iba a cada comunidad traen cuanto a un lugar neutral para reunirtando de explicar lo que pensaba el otro, y se, él y Thomas llevaron a un grupo de 30 veía tantas diferencias en la lengua, la culpersonas al desierto. Les presentaron la tura, la teología y la realidad”, dijo. “Ser un oportunidad de aceptar un desafío del que puente significaba muchos retos”. sus comunidades no se habían ocupado. Munayer entendía que el Señor quería Los hombres y mujeres jóvenes de dife ver a los dos “lados” unidos, y que él tenía rentes comunidades tenían que trabajar en que ser un catalizador para la reconciliación. “Yo sabía que haber sido afectado por equipo, aprender a maniobrar camellos o a armar carpas de beduinos. Antes de aborel conflicto desde niño, y haber estado en dar temas que les impidieran ser un cuerpo tres escuelas diferentes y entre culturas y religiones diferentes, era parte de la manera unido de creyentes, los líderes buscaban una sola cosa: que hubiera una relación como Dios me había preparado para este trabajo”, dijo. “Pero había también una parte verdadera. Y eso fue lo que surgió. Alejados de mí que no quería hacerlo, pues sabía que de su contexto cotidiano, comenzaron a encontrar un terreno común. sería difícil”. 18
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“El desierto como sala de clases es un “pro-palestinos” o bien “pro-israelíes”. gran nivelador”, dijo Thomas, quien ahora “Musalaha no toma la posición de juzgar preside la junta formada por igual número de qué lado está la razón”, dijo el palestino de israelíes y palestinos cristianos. Durante Pierre Tannous. “Solo trata de lograr que las últimas dos décadas, los ministerios de ambos lados se abran uno al otro”. Muchos Musalaha han ido más allá de ese primer de estos creyentes han llegado a reconocer encuentro en el desierto, para incluir capaci- que su identidad en Cristo debe estar por tación para el liderazgo, campamentos para encima del nacionalismo. niños, conferencias para mujeres y familias, Munayer cree que cuando la iglesia da grupos pequeños, talleres transculturales más prioridad a la política que a la misión y de reconciliación, proyectos de servicio de Jesús, su identidad como el cuerpo de comunitario, y, más recientemente, prograCristo se ve comprometida. Hacer esto mas de alcance de las comunidades judía y “divide a la iglesia y causa daño al mensaje musulmana. del evangelio en el Medio Oriente”, dijo. Rittie Katz, una judía mesiánica, asistió “Pero esto ocurre porque hemos descuidaa uno de los primeros grupos pequeños de do la enseñanza de Jesús sobre el carácter mujeres de Musalaha, y ahora enseña en una esencial del reino de Dios, y nos hemos escuela palestina. Sus hijos han crecido con alineado con los reyes políticos. Nos hemos los de Munayer, y han desafiado estereotiolvidado de nuestra identidad como hijos pos por medio de su amistad. “Que ambos del reino de Dios, donde Él es el Rey”. lados se entiendan es el deseo de Dios”, dice En los retiros que hace Musalaha, los ella, “y ese debe ser también mi deseo”. Sin participantes siempre realizan una Santa embargo, Katz reconoce que, a pesar de los Cena o Comunión unida. Es un momento logros y del gozo del compañerismo que ha en que la intención de Jesús para su pueblo experimentado, trabajar en favor de la unidad es un trabajo difícil. “A veces, no parece se hace clara. Estos creyentes, muchos de haber dónde ir cuando cada lado está consu- ellos descendientes biológicos de los primemido en su propio dolor. Pero, no podemos ros creyentes de la iglesia primitiva, están reconciliarnos a menos que enfrentemos los viviendo el cumplimiento de la oración de asuntos y los problemas juntos. Tenemos Cristo por sus seguidores: “Que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí y yo en ti… que conocernos unos a otros y vernos unos para que sean perfectos en unidad, para a otros como personas. Si desatendemos que el mundo conozca que tú me enviaste” las cosas, en vez de desenterrarlas y discu(Jn 17.21-23). tirlas, todo el proceso perderá el equilibrio. En un mundo de conflicto constante, es Desenterrar es doloroso porque nos hace vernos a nosotros mismos, pero no podemos imposible no reconocer que algo extraordinario está sucediendo por medio de esperar que el otro dé el primer paso”. Musalaha: pueblos enemigos vienen a la Dentro de este cuerpo de creyentes, hay un amplio espectro de creencias y opiniones misma mesa, no para impresionar a los demás ni para hablar de política, sino para —tanto políticas como teológicas. Pero está claro que la reconciliación no significa estar compartir como una familia. “Las familias siempre pelean”, dijo Munayer. “Pero siguen de acuerdo en todo. Significa ponerse bajo el pendón del amor de Cristo para partir el siendo familia, pues hay un amor que los pan e involucrarse unos con otros. Aun así, mantiene unidos”.Y ese es el llamado al que el ministerio ha sido acusado por las comuMusalaha, y cada creyente comprometido con la reconciliación, debe responder. nidades a las que pertenecen, de ser o bien e n c o n t a c t o . o r g | 19
programación de radio y TV
RADIO 09/01/11 09/02/11 09/05/11 09/06/11 09/07/11 09/08/11 09/09/11 09/12/11 09/13/11 09/14/11 09/15/11 09/16/11 09/19/11 09/20/11 09/21/11 09/22/11 09/23/11 09/26/11 09/27/11 09/28/11 09/29/11 09/30/11 TV 09/04/11 09/11/11 09/18/11 09/25/11
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CEPCD: Cómo experimentar el perdón (3 CDs) ¿Puedes ser perdonado? I ¿Puedes ser perdonado? II PDV6CD: Principios de vida - Vol. 6 (6 CDs) Compartamos las bendiciones de Dios I Compartamos las bendiciones de Dios II CEPCD: Cómo experimentar el perdón (3 CDs) Cómo perdonar heridas injustas I Cómo perdonar heridas injustas II Cómo perdonarnos a nosotros mismos PDV6CD: Principios de vida - Vol. 6 (6 CDs) Nuestras experiencias en el valle de lágrimas I Nuestras experiencias en el valle de lágrimas II HUCD: La humildad en la vida del creyente (4 CDs) El modelo II El obstáculo II La búsqueda II La clave para que nuestra oración sea contestada I La clave para que nuestra oración sea contestada II PDV6CD: Principios de vida - Vol. 6 (6 CDs) La oración: el mejor uso de nuestro tiempo I La oración: el mejor uso de nuestro tiempo II Unidos en la vida cristiana II La disciplina determina nuestro destino I La disciplina determina nuestro destino II PDV6CD: Principios de vida - Vol. 6 (6 CDs) A la expectativa de la venida del Señor I A la expectativa de la venida del Señor II La promesa de la venida de Cristo
Aunque alunas personas crean que tener una actud susa y hulde revela debldad o nferordad, tener un esprtu hulde snca realente entender que todo lo que uno ene: capacdades, benes, e ncluso cada respro, es un realo de Dos. uSere en 4 CDs
HUCD $14.00
Compartamos las bendiciones de Dios Nuestras experiencias en el valle de lágrimas La clave para que nuestra oración sea contestada La disciplina determina nuestro destino
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La programación está sujeta a modificaciones 20
Huldd e l vd del creyete
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El llamad al perdón verdader
LEa MATEo 18:21-35
El perdón está en el corazón del evangelio, como lo revela la parábola de Mateo 18, y, como creyentes, hemos recibido la orden de practicarlo diariamente. Sin embargo, perdonar a otros es un llamado que a menudo nos resulta difícil cumplir. La buena noticia es que cuando el Señor nos ordena hacer una tarea que está más allá de nuestra capacidad natural, nos da los medios para realizarla por medio del poder del Espíritu Santo. Bien entendido, el perdón que damos a las personas que nos han agraviado, fluye de un corazón agradecido por el perdón que Dios ha derramado sobre nosotros. Básicamente, es por permitir que su amor impregne nuestras vidas, que somos capaces de ofrecer misericordia a los demás. ExaminE
Profundice en los siguientes pasajes de las Sagradas Escrituras: u1 Juan 2.9-11. La falta de perdón nos impide ver la perspectiva de Dios, y perju-
dica la comunión con Él. 1 Juan 4.7-21. La falta de disposición de amar a los demás nos impide amar al
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Señor con todo nuestro ser. Marcos 11.25; Mateo 5:23, 24. Guardar rencores y evitar la reconciliación nos
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impide adorar libremente a Dios. Efesios 4.30–5.2. La fuente de la compasión y el perdón verdaderos es sobrena-
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tural. Mateo 5.38-42. Ofrecer el perdón de Dios a los demás hace que llamemos la
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atención en el mundo, para la gloria de Él. 2 Corintios 5.16-21. Cuando actuamos como agentes del perdón de Dios, pone-
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mos de manifiesto, de manera admirable, la verdad del evangelio. REfLExionE
1. ¿Se dentfca usted con el servo de la parábola de Jesús en cuanto a la deuda perdonada? ¿Trata de cobrar “deudas” a los deás? 2. ¿Cóo afecta la falta de perdón su relacón con el Señor? S está tenendo dfcultad para dejar lbre a otra persona de la falta que coetó contra usted, ¿hay alún aspecto de su vda en la que todava neceste recbr la plentud del perdón de Dos? 3. ¿Qué snfca ser “ebajadores de Crsto” a quenes se les ha sdo confado “el nstero de la reconclacón” (2 Co 5.18-20)? Encuentre más estudios bíblicos en línea visitando encontacto.org.
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pdersenespírtu
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presencia
�e�lo� enemigos Lo que aprendemos acerca del perdón mediante la vida del primer mártir de la iglesia P O R
G I N G E R
G A R R E T T
El 9 de abril de 1945, un hombre pacífico prevalecido, al menos por el momento. Pero sufrió una muerte violenta. El médico sabemos que el legado de Bonhoeffer será que presidió el ahorcamiento de Dietrich recordado por la eternidad, al igual que Bonheoffer escribió más tarde: “En los casi las muertes de otros mártires cristianos a cincuenta años que llevo trabajando como lo largo de los siglos. El testimonio de su médico, no había visto morir a un hombre valiente y firme fidelidad al evangelio, nos tan sumiso completamente a la voluntad recuerda que lo más importante no es la vida de Dios”. Bonhoeffer, teólogo y pastor terrenal, sino la eternidad en la presencia alemán, había censurado abiertamente al de Dios. Esa paz frente a la muerte puede régimen nazi y participado secretamente ser desconocida para alguien que nunca ha en el movimiento de resistencia. Habló la leído el relato del primer mártir de la iglesia, verdad en una época de mentiras, y fue Esteban, un hombre lleno de fe, gracia y condenado a muerte. poder del Espíritu Santo (Hch 6.5, 8). El martirio de Bonhoeffer sigue siendo un Por su carácter tan semejante al de momento agridulce en el gradual desenvolCristo, los apóstoles convirtieron a Esteban vimiento de la historia de Dios en el mundo, en el primer diácono de la iglesia, con otro ejemplo en el que el mal parece haber el trabajo de manejar la distribución de 22
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comida entre los creyentes necesitados. cielo, no en el odio de sus perseguidores. (Los convertidos, especialmente los judíos Esteban pudo mostrar el perdón del Señor que habían creído en Jesús, eran a menudo en la muerte, solo porque había cultivado rechazados por sus familias, un hecho que un corazón que reflejaba el del Salvador en obligaba a muchos a depender de la iglesia su vida. Recordemos las palabras de Jesús: para su supervivencia diaria). La Biblia nos “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, dice que Esteban también hacía prodigios y y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: señales entre el pueblo (v. 8). Amad a vuestros enemigos, bendecid a los Su arduo trabajo y su gran fe le ganaron que os maldicen, haced bien a los que os el respeto de sus hermanos en el evangelio, aborrecen, y orad por los que os ultrajan y pero también la ira de los enemigos de la os persiguen; para que seáis hijos de vuestro iglesia. La vida de Esteban fue una demosPadre que está en los cielos” (Mt 5.43-45). tración indiscutible del carácter y el poder Jesús no nos ordena simplemente liberar a de Cristo, y las autoridades religiosas que los demás de sus ofensas contra nosotros, habían condenado al Señor estaban ansiosas por condenarlo a él también. Incitaron a testigos falsos para que lo acusaran de blasfemia. Y, al igual que Jesús, estuvo delante de ellos y eligiendo no defenderse a sí mismo. En vez de eso, con gran sabiduría y gracia, defendió el evangelio. En un discurso elocuente y poderoso, Esteban reprendió al sanedrín por su rebelión contra Dios y por su negativa a aceptar a Jesús como el Mesías. Enfurecidos por sus palabras, los líderes religiosos tomaron piedras del suelo, y apedrearon a Esteban hasta darle muerte en las calles de Jerusalén, sin haberle hecho un jui- nos llama también a hacer algo que es más cio. Las últimas palabras de Esteban revelan grande y más costoso: amar como Él nos la condición de su corazón: “Señor, no les ama a nosotros (Ro 5.8-10). Aquí, Él revela tomes en cuenta este pecado” (Hch 7.60). En la conexión entre el perdón y el amor verese momento, imitó las palabras del Salvador dadero; como seguidor de Cristo, usted no dichas desde la cruz: “Padre, perdónalos, puede tener uno sin el otro. La medida de porque no saben lo que hacen (Lc 23.34). cómo hemos llegado a ser como Él, se revela Esteban había seguido a su Señor con fideli- por la manera como nos relacionamos con dad, tanto en la vida como en la muerte. nuestros enemigos. ¿Cómo encontró este santo creyente la El perdón a los enemigos puede manidisposición de perdonar a sus asesinos, festarse en actos externos, pero comienza mientras los veía lanzar piedras a su cuerpo? dentro de nosotros. Necesitamos centrarnos Hechos 7.55 dice: “lleno del Espíritu Santo, en nuestra relación con el Señor, dejando puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de que Él nos moldee continuamente a su imaDios, y a Jesús que estaba a la diestra de gen. Así pues, cuando surjan persecuciones Dios”. Rodeado de enemigos, Esteban desvió u otras dificultades, podremos proclamar el la mirada hacia arriba y recibió una increíble evangelio de manera compasiva y abnegada, visión de la Divinidad. Su atención se centró perdonando en todo momento, siguiendo la en el gozo de ver a Dios Padre y al Hijo en el senda de Esteban y de Jesucristo mismo.
Su atención se centró en el gozo de ver a Dios Padre y al Hijo en el cielo, no en el odio de sus perseguidores.
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jueves
Estorbos a la voluntad de Dios
LEER
| GÉNESIS 16.1-6
V
Como creyentes, se nos ha perdonado mucho. Nuestro Padre celestial quiere que, a cambio de eso, seamos generosos perdonadores de los demás.
ivimos en una cultura acelerada, y acostumbrados a los resultados rápidos. Esperar parece ser cosa del pasado. No nos sorprende, entonces, que pasemos apuros si Dios no da respuesta a una oración de inmediato. Sin embargo, cuando nos negamos a ser pacientes, nuestra única opción es apartarnos de su plan. El pasaje de hoy dice cómo Abram y Sarai (luego Abraham y Sara) decidieron tomar un asunto en sus propias manos porque no les gustó la agenda del Señor. Habían pasado diez años desde que Dios les prometió un hijo, y Sara estaba envejeciendo. Así que ella y Abram decidieron de jar que su criada Agar tuviera un hijo para ellos. Sara finalmente dio a luz en su vejez, pero esa impaciencia dio como resultado un gran conflicto —para su familia y para nosotros, hoy. Gran parte de la tensión en el Medio Oriente se remonta a dos pueblos: los descendientes de Agar y los de Sara. ¿Por qué esta pareja eligió el camino de la autosuficiencia? Primero, porque el intenso deseo de Sarai nubló su pensamiento. Quería con desesperación darle un hijo a su esposo, pues era una de las bases del valor de la mujer en esa cultura. Luego, sucumbió a una forma de pensar incorrecta. Después de años sin tener un hijo, empezó a pensar que el Señor necesitaba ayuda. Por último, llevó a Abram a creer este errado razonamiento, y ambos cedieron a la impaciencia.
R E F L E X I Ó N
R E F L E X I Ó N
Te apostle Paul understood what it meant to carry the light of the gospel to others. He dedicated himself to sharing the good news with those who did not believe and to nurturing the faith of other Christians. Like Paul, we are called to be light bearers to those around us.
Estas trampas siguen siendo un peligro hoy. Debido a que somos impacientes por naturaleza, podemos fácilmente justificar una acción. El mejor consejo es escuchar, obedecer y esperar. El tiempo de Dios es perfecto, y no tenemos que perder lo mejor que Él tiene para nosotros.
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EN CONTACTO
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viernes
Fin de semana del D í a d e l Tr a b a j a d o r
Cómo esperar en Dios
LEER
| ISAÍAS 30.21
E
Cómo rendir al máximo en el trabajo LEER
¿S
| COLOSENSES 3.22–4.1
l Todopoderoso le formó. Él conoce sus capacidades y debilidades, como también todos los detalles de su situación y los resultados potenciales de cualquier decisión que usted pueda tomar. Su Creador sabe lo que es mejor para su vida. Su plan para usted, motivado por su sabiduría y su amor, se ejecuta con sincronización perfecta. Esta última parte puede ser difícil de aceptar por nosotros, especialmente cuando se trata de esperar. Pero la paciencia es a menudo parte del plan. En algunas circunstancias de la vida, Dios nos enseña a confiar y a renunciar a nuestro anhelo de gratificación inmediata. Demostramos entrega y humildad ante Él cuando nos sometemos a su agenda. Hay, por supuesto, otra opción. Dios nos dio libre albedrío para aceptar su plan o apartarnos de él. Cuando la vida no sigue el camino deseado, podemos tratar de hacer que las cosas se hagan como queremos, pero esto no funciona. De hecho, siempre lleva al desengaño y a las dificultades, haciendo que perdamos lo que Dios tiene para nuestras vidas. Aunque esta opción es tentadora, los resultados no son deseables. La Biblia contiene ricas promesas que podemos reclamar, y Dios cumple siempre su Palabra. Como sus seguidores, debemos creer con fe y esperar con tranquilidad y paciencia (Ro 12.12). Mientras tanto, escuchemos y obedezcamos.
e despierta usted cada día temiéndole a su trabajo? Si es así, es posible que tenga un concepto equivocado del mismo. La Biblia nos enseña a vernos como siervos que trabajamos para el Señor, no importa quién sea nuestro patrón. Jesucristo mismo dio el ejemplo. En Mateo 20.28, Él dice que no vino para ser servido, sino para servir. Si usted desea tener éxito en su trabajo, debe tener la actitud de Cristo, que era la de un siervo. En vez de limitarse simplemente a trabajar para recibir algo a cambio, invierta de usted mismo en los demás, y sea un buen trabajador en equipo. Si alguien le pide que camine le acompañe una milla, camine dos (Mt 5.41). Su actitud honrará a Dios y transformará la calidad de su trabajo. Cuando yo estaba en la universidad, trabajaba en una fábrica de tejidos que era insoportablemente calurosa, y un lugar terrible para trabajar. No me gustaba estar allí, pero entendía que tenía que cambiar mi actitud, por lo que le dije a Dios: “Voy a hacer esto como si ú fueras mi jefe”. Eso lo cambió todo. Ya no me importaba el calor, y podía testificar de mi fe a seis personas a la vez. A mi jefe no le gustaba que hablara de Cristo, pero volvió a contratarme el año siguiente. Si mi actitud hubiera sido negativa, nadie me habría escuchado, y no habría tenido un empleo.
R E F L E X I Ó N
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Acepte cualquier “circunstancia” en la que Dios le tenga en este momento. Si es un tiempo de espera, elija tener paciencia. Andar en la voluntad del Señor nos obliga a seguir siendo sensibles a su voz. Nuestro Padre celestial nos protege de cometer errores cuando estamos dispuestos a escucharle.
Si usted está trabajando simplemente para gana dinero, tiene una visión limitada de lo que es el trabajo. No hay nada malo en querer ganar dinero para que usted y su familia vivan bien, pero como cristiano usted sirve al Señor, y eso debe ser evidente en el trabajo que haga en este mundo. e n c o n t a c t o . o r g | 25
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martes
El mensaje que envían los padres
LEER
| 1 SAMUEL 20.30-34
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miércoles
La responsabilidad de los padres
LEER
| LUCAS 3.22
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uando alguien pregunta: “¿Qué hace usted?”, la respuesta incluye a menudo el título de un cargo. Pero cualquiera que esté criando niños o interactuando con ellos tiene un plapel mucho más importante que las obligaciones de cualquier profesión. Los padres son comunicadores. Pero, a diferencia de los conferencistas, los padres no tienen preparados sus mensajes. Todo lo que hacemos y decimos enseña a nuestros niños. Piense en los días de su infancia. ¿Cómo lo que hacían sus padres revelaban sus prioridades, creencias y pasiones? Aun sin hablar, enviamos mensajes por medio de nuestro lenguaje corporal, intereses, actos de bondad, silencio, etc. Añadamos palabras a la mezcla, y tendremos una receta poderosa para influenciar a nuestros hijos, ya sea positiva o negativamente. Inevitablemente, nuestros niños se verán afectados por lo que comunicamos y la manera como lo interpretan. Sea consciente de la manera en que cada niño procesa la información; a veces, el mensaje que tratamos de dar no es bien interpretado. ¡Qué responsabilidad tan grande se nos ha dado! Con razón los padres sabios confían en la ayuda de Dios. Solo padres como el colérico y celoso rey Saúl en el pasaje de hoy, estarían dispuestos a hacer daño a sus hijos. Pero por nuestro ajetreo, o por heridas del pasado, también podemos enviar mensajes perjudiciales.
omo vimos ayer, las palabras son solo una pequeña parte de la comunicación de los padres. Veamos ahora dos tipos de mensajes en los que debemos ser modelos para nuestros hijos. Primero, los niños necesitan saber que son amados, aceptados y capaces. En el pasaje de hoy, Dios Padre dijo estas cosas a su Hijo. Es esencial que nuestros hijos logren una sensación de seguridad y de pertenencia en el hogar, para que no busquen aceptación en otras partes. Y la manera como les amemos y proveamos para ellos les ayudará a llegar a entender el amor del Padre celestial. Segundo, los padres somos responsables de enseñar los principios necesarios para vivir una vida agradable a Dios. Una forma de hacerlo es mediante la lectura de la Biblia en voz alta, y compartir historias de cómo el Señor estuvo involucrado en nuestras vidas. Pero las acciones deben concordar con lo que decimos. Por ejemplo, no podemos esperar que nuestros hijos entiendan realmente la regla de oro si actuamos con egoísmo, arrogancia o insensibilidad. Modelar la vida cristiana debe ser intencional, como el leer la Biblia o servir en la iglesia como familia. Pero tenga en cuenta que las acciones y las palabras no siempre se perciben correctamente. Asegúrese de que la comprensión de sus hijos concuerde con el mensaje que espera comunicar.
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R E F L E X I Ó N
¿Qué le está comunicando a sus hijos? Pregúntese: ¿Qué señalan mis acciones como las prioridades de mi vida? ¿Perciben mis hijos que tengo un corazón hambriento de dirección, consejo y sostén divinos? Por encima de todo, ¿saben ellos cómo crecer en su relación con Jesucristo al observar mi vida?
Sus palabras y sus acciones enseñan. ¿Saben sus hijos, más allá de toda duda, que son valorados y capaces? ¿Les está dando las herramientas que necesitan para seguir a Cristo? Recuerde que Dios no espera perfección. Él guiará al corazón dispuesto y cubrirá los errores con su gracia.
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EN CONTACTO
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jueves
Un cimiento firme
LEER
| ROMANOS 8.35-37
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uestro mundo es un lugar cambiante e incierto. Mucha gente busca seguridad en el dinero, las personas y el poder. Estas cosas, sin embargo, no están garantizadas de un día para otro. Los noticiarios son prueba suficiente de que éstas pueden desaparecer en cualquier momento. No es extraño que haya desesperación y temor. Para los creyentes, por fortuna, la realidad no está basada en lo que vemos, ni nuestro cimiento se encuentra en este mundo. Construimos nuestra esperanza y confianza sobre el Señor, y creemos la verdad que hay en su Palabra. Aun en tiempos de caos, nuestra seguridad se encuentra en la relación de amor de Dios con nosotros, sus hijos. El pasaje de hoy nos dice que nada puede separarnos de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, en medio de la agitación y los problemas, tenemos la seguridad de que nuestras vidas están en las manos del Todopoderoso. Podemos confiar no solo en su amor y su presencia, sino también en su atención, fidelidad y cuidado eterno. Cuando surja la dificultad y las circunstancias luzcan abrumadoras, podemos responder con confianza y fortaleza gracias a Jesús. Junto con el salmista, quien también vivió en tiempos de guerra y de acontecimientos estresantes, podemos llamar al Señor “Esperanza mía, y castillo mío; mi Dios, en quien confiaré” (Sal 91.2). R E F L E X I Ó N
¿Están los cimientos de su vida construidos sobre la roca sólida de Jesús? ¿O están plantados en algo tan inestable como la arena — el dinero o el prestigio? Poner la esperanza y la confianza en cualquier cosa que no sea el Señor, al final le hará sentirse deshecho y derrotado.
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viernes
Cuando los cimientos se estremecen
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| HEBREOS 12.25-2 9
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ace una década, Estados Unidos de América experimentó un ataque terrorista muy grande. El país fue sacudido por la conciencia de que no estaba tan libre de riesgos como pensaba. Me afligió, por supuesto, enterarme de lo sucedido, y el hecho de que muchas personas perdieron trágicamente sus vidas. Pero, al mismo tiempo, la horrible situación condujo a algunos resultados positivos. Por ejemplo, la nación se unió, y la gente sirvió con valentía y altruismo. Creo que uno de los mayores beneficios fue que muchos nos dimos cuenta de nuestra gran dependencia de Dios. La seguridad en este mundo es una ilusión. Lamentablemente, la paz y la bendición que hemos experimentado han llevado a mucha autosatisfacción y autodependencia. A veces, necesitamos ser sacudidos de nuestro olvido para que pongamos nuestra confianza en Jesucristo. Escuchar las noticias puede sacudir nuestra sensación de bienestar. Siempre se está produciendo algo inquietante. Sin embargo, como creyentes, debemos mirar la vida desde una perspectiva bíblica. Somos hijos del Dios viviente, no personas que buscan su seguridad en el mundo. Nuestra esperanza y refugio están firmes: nuestra relación con el Señor es eterna por medio de Jesucristo. Todo lo demás que tenemos puede ser destruido en un instante. R E F L E X I Ó N
Aunque los desastres naturales, las guerras y las crisis pueden afectar a las personas, no pueden tomar control del corazón del cre yente. Que su esperanza descanse en Cristo solamente. Buscar la seguridad en los brazos del Todopoderoso es lo único que podrá mantenerle firme en tiempos de incertidumbre. e n c o n t a c t o . o r g | 27
fin de semana del 11 de septiembre
Ministros para consolar LEER
| SALMO 72.12-14
“Porque él librará al menesteroso que clamare, y al afligido que no tuviere quien le socorra. endrá misericordia del pobre y del menesteroso, y salvará la vida de los pobres. De engaño y de violencia redimirá sus almas, y la sangre de ellos será preciosa ante sus ojos”. ¿Qué lecciones podemos aprender al reflexionar en los ataques del 11 de septiembre de 2001? Al pensar en cómo respondieron los estadounidenses, recuerdo la extraordinaria abnegación y compasión que demostraron. Muchos bomberos y policías de Nueva York arriesgaron —y sacrificaron— sus vidas en las labores de rescate. En todo el país, la gente trató de ayudar a las víctimas y a sus familiares de cualquier manera posible. Algunos donaron sangre, y otros, dinero. Al recordar estos actos altruistas, debemos sentirnos inspirados a demostrar bondad en tiempos de desastres, ya sean naturales o provocados por el hombre, nacionales o locales. Como vimos hace una década, la verdadera compasión no solo trata de comprender el dolor de los demás, sino también proporciona ayuda práctica. A la luz de las recientes desastres que han ocurrido a nivel mundial, pensemos en cómo podemos expresar interés y preocupación por los afectados. Primero, recuerde que usted y yo tenemos un privilegio maravilloso: la capacidad de tocar a cualquier persona en el mundo por medio de la oración. No importa cuán lejos estén las víctimas, pueden ser consoladas por Dios al Él responder a nuestro clamor sincero. Así que, tan pronto como se entere de una tragedia, comience a orar por las víctimas, los rescatistas, y los encargados de manejar la crisis. Deje que el Espíritu Santo le guíe al pedir la protección, la provisión, el consuelo y la conciencia de la presencia de Dios, y de cualquier otra cosa que Él considere conveniente (Ro 8.26). Segundo, las donaciones (de dinero, alimentos, ropa, artículos para el hogar) y muchas clases de ayudas suelen ser de alta prioridad. Es prudente asociarse con organizaciones de ayuda confiables, y preguntar a fuentes de confianza qué se necesita. Las limitaciones para viajar pueden reducir sus opciones, pero en las situaciones locales usted puede expresar su compasión con palabras de consuelo, un cálido abrazo, o simplemente un oído atento. Mediante este tipo de amor, el mundo reconocerá su Luz verdadera: Jesucristo, quien fue ungido para dar buenas nuevas a los abatidos, vendar a los quebrantados de corazón, y a consolar a todos los enlutados (Is 61.1, 2). R E F L E X I Ó N
En este sombrío aniversario, recuerde algunos de los actos de bondad generalizados que hubo después de la tragedia. Que esos recuerdos le motiven a darse cuenta de las necesidades a su alrededor, y a suplirlas con el amor de Cristo. Además, piense en algún desastre en las noticias de este año, y pídale al Espíritu Santo que le revele las maneras de orar por las familias que siguen sufriendo. Su preocupación puede tener un impacto profundo.
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| SEPTIEMBRE 2011
EN CONTACTO
12
lunes
El amor incondicional de Dios
LEER
| 1 JUAN 4.7-10
U
13
martes
El amor de Dios y su justicia
LEER
| SALMO 33.4, 5
A
na de las mayores luchas que enfrentan algunas personas, es el sentimiento de no poder ser amadas por Cristo. Pero la Biblia nos dice claramente que sí lo son. Lejos de decirlo simplemente con palabras, Dios también nos ha dado muchas pruebas de que es así. La creación misma es una expresión de su amoroso cuidado por nosotros. Él creó esta Tierra como la habitación perfecta para la humanidad, y nos provee las cosas que necesitamos para vivir. Pero la más alta expresión de su amor se manifiesta en su provisión para nuestras necesidades eternas. Envió a su Hijo para redimirnos del pecado, poder ser perdonados y reconciliados con Dios, y para luego vivir con Él para siempre en el cielo. ¿Por qué, entonces, con todas estas evidencias, seguimos dudando de su amor? Tal vez sea porque estamos viendo al amor desde nuestra perspectiva limitada: puesto que nosotros no podemos amar a otros incondicionalmente, dudamos de que el Señor pueda hacerlo. Después de todo, el razonamiento humano considera lógico ser amorosos con quienes están a la altura de nuestras normas, y distantes de quienes no. O quizás simplemente nos sentimos indignos del amor de Dios. Bueno, le tengo una noticia: nadie es digno. El amor de Dios no se basa en si lo merecemos o no. Su amor es una demostración del compromiso que Él tiene de bendecirnos al máximo.
lgunas personas rechazan el mensaje de salvación porque se sienten ofendidas por lo que dice la Biblia sobre la ira de Dios. Incluso hay creyentes que tienen problemas para reconciliar el amor del Señor con su justicia. ¿Cómo puede Él ser, al mismo tiempo, perfectamente misericordioso y perfectamente justo? En un intento por conciliar este dilema, a menudo tratamos de suavizar el mensaje de juicio, y subrayar más bien el amor de Dios. Pero el amor y la justicia no son términos contradictorios. En realidad, no se puede tener uno sin el otro. El amor de Dios trae bien a nuestra vida. Pero si no hay justicia, el pecado se vuelve incontrolable, y causa dolor y sufrimiento. Nadie piensa que un juez es amoroso cuando se niega a castigar a un criminal. Dejarlo libre no es saludable para el culpable ni para la comunidad. De la misma manera, nuestro Padre celestial no puede permitir que el pecado quede sin castigo. Pero esto presenta un dilema aun mayor para la humanidad. Todos somos culpables delante del Dios santo. Es por eso que Cristo vino a la Tierra. Él llevó sobre sí la ira divina por todos nuestros pecados, para que el Padre pudiera ser justo y al mismo tiempo perdonador. Su justicia fue satisfecha por el mayor acto de amor: la muerte de Cristo en la cruz. Así que, quienes aceptan por fe la oferta de salvación del Señor, nunca experimentarán el castigo eterno.
R E F L E X I Ó N
R E F L E X I Ó N
El amor divino no está condicionado por nuestro desempeño, sino por la naturaleza de Dios. Es como la marea del mar. Usted puede estar en la orilla y decir: “No creo en las olas”, pero eso no les impedirá tocarle. Asimismo, nada de lo que usted haga o sienta evitará que sea amado por Dios.
Aunque en el cielo todos los creyentes compareceremos ante el tribunal de Cristo, no habrá razón para temer. Nuestro juicio tendrá el propósito de determinar las recompensas, no de recibir castigo. Por gratitud, debemos prepararnos ahora para ese momento, viviendo para el Señor cada día. e n c o n t a c t o . o r g | 29
14
miércoles
Las riquezas de la gracia de Dios
LEER
¿S
| EFESIOS 1.1-14
e considera usted rico? No importa cuánto dinero tenga, si es un seguidor de Cristo, es muy rico porque Dios ha prodigado sobre usted las riquezas de su gracia. En el momento de su salvación, Él depositó en su cuenta “toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo” (v. 3). ¿Por qué, entonces, tantos creyentes viven en la pobreza espiritual? 1. La ignorancia. Algunos cristianos no conocen esta “cuenta bancaria” espiritual sin límites y, por tanto, nunca hacen uso de ella. 2. La confusión. Muchos creyentes no saben cómo tener acceso a los tesoros de la gracia de Dios. Como resultado, se angustian y se quejan por sus necesidades y problemas, o vienen al Señor desesperados implorando y mendigando ayuda, sin darse cuenta de la abundante provisión que Él ya ha depositado en su cuenta. 3. Los intereses opuestos. La distracción por las cosas de este mundo puede ser la razón más común. Los cristianos en esta categoría se centran en las posesiones, las responsabilidades urgentes y su progreso material, pero no tienen interés por las cosas espirituales de Dios. Las riquezas de la gracia de Dios superan cualquier riqueza terrenal. Ellas dan la paz y la satisfacción que el dinero no puede comprar, y sus beneficios son para toda la eternidad.
15
jueves
La verdad sobre la salvación
LEER
¿S
| HECHOS 16.31
e ha preguntado usted alguna vez si la fe en Jesús es realmente la única manera para ser salvo? Satanás es un astuto mentiroso que distorsionará la Palabra de Dios para evitar que las personas sigan a Cristo, creando la impresión de que al final todo el mundo irá al cielo. Pero eso no es lo que enseña la Biblia. La verdad es que podemos elegir rechazar la salvación que Cristo ofrece gratuitamente. El Evangelio de Juan nos dice: “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (3.17, 18). Dios dice claramente que todo aquel que cree en Jesucristo será salvo (v. 16). Y la Biblia hace hincapié en que tenemos solo esta vida en la ierra para tomar una decisión; no hay una segunda oportunidad después de la muerte. Así que, si usted desea estar seguro de su salvación, puede hacerlo invitando a Jesús a ser su Salvador personal hoy. Dios, que desea que usted pase la eternidad con Él, le ofrece razones de peso para tomar esta decisión tan importante: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo… la ira de Dios está sobre él” (v. 36).
R E F L E X I Ó N
R E F L E X I Ó N
La única manera de tener acceso a las riquezas espirituales de Dios es por la fe. No tenemos que mendigar o convencer al Señor para que nos dé lo que ya ha puesto a nuestra disposición. En vez de eso, aceptemos que somos quienes Él dice que somos, y hagamos lo que nos ha llamado a lograr.
La posibilidad de una segunda oportunidad es tentadora, pero no se deje engañar. No hay más oportunidad para ser salvo después de la muerte. El regalo de la salvación solo se encuentra disponible en esta vida, y es solo por medio del Señor Jesús (14.6). ¡Reciba al Salvador ahora mismo!
30
| SEPTIEMBRE 2011
EN CONTACTO
16
viernes
fin de semana
El momento supremo de la historia
El príncipe de este mundo es echado fuera
LEER
| JUAN 12.27-32
C
LEER
| 1 PEDRO 2.21-24
E
uando Cristo colgaba en la cruz, Satanás estaba celebrando. Pensó que le había ganado a Dios. Pero el Enemigo había sido derrotado de manera contundente. Sin embargo, no siempre sentimos que Satanás ha sido vencido. Esto se debe a que aún luchamos contra los principados y las potestades de este mundo. Es que el Enemigo no fue aniquilado en la cruz; eso sucederá después (Ap 20.2, 10). Por ahora, sigue reinando sobre quienes están sin Cristo. Pero su poder sobre los creyentes fue destruido en el Calvario. Como cristianos, no somos de este mundo, sino parte del reino de Dios (Jn 17.16). Por tanto, el Señor tiene el control exclusivo de nuestro destino. Pero recuerde que Satanás es un farsante. Quiere que las personas crean que él manda en la Tierra, y que se desanimen cuando vean a su alrededor los estragos que él causa. Es cierto que Jesús lo llama “el príncipe de este mundo” (Jn 12.31). Pero ponga cuidado al resto del versículo, que dice: “será echado fuera”. El diablo no puede hacer que el creyente peque. Puede tentar y ridiculizar, pero no tiene poder para obligar a la desobediencia (Ro 6.14). Además, Satanás no puede condenar a los seguidores de Cristo (Ro 8.1). Instigará la culpa en su corazón si se lo permite, pero eso no cambia el hecho de que usted es un hijo de Dios salvado, amado y en camino al cielo.
l pecado es tan atroz a los ojos del Señor, que cuesta una vida. Sin el derramamiento de sangre, no hay perdón ni remisión del pecado (He 9.22). Dios creó un sistema de sacrificio de animales como una solución temporal al problema. El israelita llevaba un cordero sin defecto al sacerdote, ponía las manos sobre su cabeza, y confesaba su pecado. El sacerdote sacrificaba al animal, y rociaba su sangre en el altar. El israelita se marchaba purificado. A lo largo de la historia fueron sacrificados innumerable cantidad de animales, lo que parece un gran desperdicio desde una perspectiva humana. Pero el Señor estaba dando una enseñanza eterna: Él no puede aceptar el pecado. El Señor se opone con vehemencia al pecado por el devastador poder de éste. Basta con ver las noticias para apreciar el resultado del pecado en las personas. Trae daño y ruina. Nuestro Padre celestial no quiere que suframos esas consecuencias destructivas. Por eso, Él hizo un sacrificio definitivo al poner a Cristo en la cruz para que muriera como nuestro sustituto. Ese día, Dios condenó al pecado. Puso el peso de los pecados de la humanidad sobre los hombros del Señor Jesús, y demandó la pena de muerte de su Hijo unigénito. El sacrificio de animales caducó de inmediato, porque el Cordero de Dios tomo sobre sí mismo los pecados del mundo (Jn 1.29).
R E F L E X I Ó N
R E F L E X I Ó N
Cuando Jesús estuvo en este mundo, Satanás intentó destruir el plan y el poder de Dios en la Tierra, pero fracasó miserablemente. El Enemigo fue derrotado cuando el Señor pagó el precio de la deuda del pecado de la humanidad, y resucitó venciendo a la muerte. Los creyentes participamos de esa victoria.
Dios consideraba tan horrible y destructivo al pecado, que para destruir su poder dio voluntariamente muerte a su propio Hijo. Por su parte, el Señor Jesús se ofreció como sustituto. Compró la victoria sobre el pecado para quienes crean en Él. Ese fue el momento supremo de la historia de la humanidad. e n c o n t a c t o . o r g | 31
19
lunes
Pruebas y gozo
LEER
| SANTIAGO 1.2-4, 12
“T
ened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas” (Stg 1.2) –¡qué declaración tan extraña! ¿Cómo puede eso tener sentido, si las pruebas y el gozo no encajan entre sí? Pero Santiago está presentado la perspectiva divina, no la humana. Hay ciertos beneficios sorprendentes en el sufrimiento que no son fáciles de distinguir por la mayoría de las personas. Ante todo, necesitamos entender que este pasaje no dice que debemos estar felices por el dolor, sino que nos regocijemos por las bendiciones que acompañan al sufrimiento. La frase “tened por” significa “evaluar”. Cuando evaluamos las adversidades desde la perspectiva de Dios, podemos regocijarnos por su resultado provechoso, aun cuando nos produzcan dolor. Humanamente hablando, las pruebas duelen; pero desde el punto de vista del Señor, ayudan. Para gozarse en las pruebas, es necesario entender el propósito para el cual Dios las creó. No importa cuál sea el origen de ellas, podemos saber que el Señor quiere usarlas para poner a prueba nuestra fe y producir así paciencia y madurez espiritual. Dios ha ocultado en cada prueba una gema preciosa para mejorar nuestro carácter, pero dependerá de nuestra respuesta el recibirla o no. Quienes desean realmente ser transformados a la imagen de Cristo, pueden regocijarse por los muchos beneficios que acompañan al sufrimiento. R E F L E X I Ó N
¿Qué me dice de usted? ¿Su hambre de conocer al Señor y de ser transformado por Él supera su temor al sufrimiento? Ninguno de nosotros quiere experimentar dolor, pero ya que es una realidad inevitable, ¿por qué no responder de una manera que produzca beneficios eternos? 32
| SEPTIEMBRE 2011
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martes
EN CONTACTO
Sabiduría para las pruebas de la vida
LEER
| SANTIAGO 1.5-8
A
primera vista, el pasaje de hoy sobre la sabiduría no parece estar relacionado con el tema de las pruebas, pero Santiago está, en realidad, siguiendo su pensamiento contenido en los tres versículos anteriores. Necesitamos sabiduría para saber cómo responder al sufrimiento. Esto significa que debemos ver las pruebas desde la perspectiva del Señor, y entender sus propósitos al permitirlas en nuestras vidas. Si usted quiere sacarle provecho a las luchas, ser sostenido en ellas, y salir adelante con gozo y con victoria, debe estar convencido de las siguientes verdades: 1. Dios tiene control del tiempo y de la intensidad de su prueba, y no permitirá que vaya más allá del límite que Él le ha fijado. 2. Él tiene un propósito para su sufrimiento, que usted no entenderá hasta que termine. 3. Esta prueba será provechosa si se somete a Dios y confía en Él mientras pasa por ella. 4. Las situaciones difíciles son oportunidades para probar si la fe es genuina, y para que ella se fortalezca. 5. Si usted soporta la presión extrema con paz y gozo, el Señor le mostrará al mundo que nos rodea su poder para sostenernos. 6. Las dificultades son usadas por Dios para producir en usted el carácter de Cristo. 7. Dios caminará con usted en todas las pruebas. 8. El Espíritu Santo le capacitará para soportar cada prueba y salir vencedor. R E F L E X I Ó N
El recordar estos principios, le ayudará a responder a las dificultades. Esta perspectiva eliminará las reacciones negativas normalmente provocadas por las pruebas, y hará posible una respuesta sobrenatural. En vez de sentirse desdichado y sin esperanzas, experimentará una paz y un gozo asombrosos.
21
miércoles
La excelente práctica del ayuno
LEER
| NEHEMÍAS 1.1-11
E
l hermano de Nehemías llegó de Judá con malas noticias: los israelitas que vivían en Jerusalén estaban angustiados. Al enterarse de su sufrimiento, Nehemías ayunó y oró al Señor durante varios días. Durante ese tiempo, descubrió que Dios quería que pidiera ayuda al rey de Persia. Ayunar es una disciplina espiritual que nos ayuda a centrar nuestra atención en el Señor y descubrir su voluntad, para que podamos actuar de acuerdo a ella. Las personas ayunan de diversas maneras: algunas evitan los alimentos, mientras que otras se abstienen de varias actividades. El periodo de tiempo puede variar también. Pero el enfoque en cada caso debe ser el mismo: buscar a Dios, y descubrir su voluntad. Cuando nos negamos a nosotros mismos suceden varias cosas. Primero, el Espíritu Santo nos ayuda a dejar de lado los asuntos terrenales. Las relaciones, el trabajo y el placer ocupan un lugar secundario al concentramos en Dios y sus propósitos. Segundo, nuestra atención se desplaza de nosotros al Señor. Nuestra manera de pensar se vuelve más clara, y nuestra capacidad para entender los planes de Dios se agudiza, porque no estamos distraídos en otras cosas. Tercero, el Señor nos limpia espiritualmente. Su Espíritu nos convence de alguna actitud o conducta pecaminosas. Después de confesar nuestro pecado, somos perdonados y limpiados (1 Jn 1.9). R E F L E X I Ó N
Cuando nos lleguen noticias inesperadas, como a Nehemías, es posible que nos preocupemos. Él sabiamente buscó al Señor mediante el ayuno y la oración. Esta excelente práctica puede ayudarnos a nosotros también a escuchar con claridad a nuestro Padre celestial y a enfrentar cada situación.
22
jueves
La disciplina espiritual del ayuno
LEER
| HECHOS 13.1-3
E
l ayuno tiene dos componentes importantes. Uno es la abstención de alimentos o actividades, lo que elimina las distracciones. El otro es la atención total a Dios, que permite la conexión con Él a un nivel más profundo. Daniel vivía bajo cautiverio en Babilonia cuando leyó la promesa de Dios de liberar a los israelitas después de un cierto período de tiempo. Entonces buscó sinceramente al Señor mediante la oración y el ayuno (Dn 9.2, 3). Luego, por medio del ángel Gabriel, Dios dio a este joven una mayor comprensión de lo que había prometido antes. La Biblia tiene también otros ejemplos. Cuando el rey Josafat se enteró de que un poderoso ejército venía a atacarlo, llamó a toda Judá a reunirse y a ayunar (2 Cr 20.1-4). Dios le dio aliento y fuerzas para el futuro. Ayunar fue también parte de la preparación de la iglesia primitiva para elegir a sus primeros misioneros. El Espíritu Santo dirigió el envío de Bernabé y Saulo a la obra (Hch 13.2). Ayunar no nos da una respuesta más rápida de Dios, ni tampoco es para con vencerlo de que siga nuestro plan. Lo que hace es ayudarnos a ver nuestra situación a través de sus ojos, y a obedecer lo que discernimos. A veces, yo he buscado al Señor para tener su opinión de lo que estoy haciendo. Ayunar me ha ayudado a tener su perspectiva en mi vida y en mi trabajo. R E F L E X I Ó N
Ayunar implica el deseo intenso de escuchar a Dios, un período de tiempo para conectarse con Él, y la disposición de abstenernos de comida o alguna actividad. Si esta idea le intimida, recuerde que el propósito del ayuno es prepararle para que pueda acercarse más a Dios y recibir su aliento y dirección. e n c o n t a c t o . o r g | 33
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fin de semana
viernes
Adore solamente a Dios
LEER
| SANTIAGO 4.4-8
C
Una vida de integridad LEER
| SALMO 15.1-5
E
elar es un rasgo negativo en las personas, pero para el Todopoderoso es un atributo sagrado. Dios quiere ser nuestra principal prioridad —el amor de nuestras vidas—, y se entristece cuando adoramos a alguien además de Él, ya que solo el Señor merece nuestra alabanza. Cuando leemos el Antiguo Testamento, es posible que no entendamos el porqué la gente se postraba delante de ídolos que habían hecho con sus propias manos. ¡De seguro que no pensaban que estaban vivos y que eran poderosos! Pero nosotros cometemos un error parecido cuando valoramos a “ídolos” como el dinero, personas, apariencia, y poder. Aunque no son malos, pueden convertirse en objetos de adoración si dejamos que tengan demasiada importancia. Es por eso que Dios es celoso de nuestros corazones. Por dos razones nuestro Padre celestial no permite que la devoción de sus hijos se desvíe. Primero, Él merece la gloria. Segundo, su amor por nosotros es tan grande que quiere lo mejor de nuestras vidas. En realidad, alabarle por encima de todo, es lo mejor para nosotros. Por tanto, cuando nuestros corazones no pertenecen exclusivamente a Cristo, Dios nos disciplina. Muchas veces esto significa dejar que los problemas en nuestras vidas maduren nuestra fe y nos recuerden quién es el único y solo Dios.
n el libro de Salmos, el Rey David describe la vida de integridad que deben cultivar los creyentes. Dios quiere que busquemos cada vez más la autenticidad, la rectitud y la honestidad. Para desarrollar y mantener un estilo de vida de integridad, necesitamos:
R E F L E X I Ó N
R E F L E X I Ó N
Piense en qué invierte su tiempo y su dinero, y qué domina sus pensamientos. Aunque sus intereses parezcan buenos en la superficie, pídale al Señor que le revele todo lo que se ha convertido en un ídolo en su vida. Confíesele su pecado y pida al Señor su ayuda para hacerlo el objeto de su devoción. 34
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EN CONTACTO
Basar nuestra fe en lo que enseña la Biblia . Las verdades fundamentales sobre
las cuales debemos construir nuestra vida son: la necesidad que tiene la humanidad de un Salvador; nuestra incapacidad de salvarnos a nosotros mismos; la muerte de Cristo a nuestro favor; la salvación por fe solamente; y el don gratuito del Padre de la vida eterna. Nuestra identidad y prioridades deben fluir de nuestra posición de hijos adoptados por Dios. Someternos al señorío de Cristo . El Señor Jesús nos manda a negarnos a nosotros mismos y a seguirlo (Mr 8.34). El compromiso sincero con Él nos ayudará a enfrentar las tentaciones y a elegir lo recto. Establecer relaciones con personas que valoren la vida cristiana . La
influencia de los creyentes maduros nos fortalece en nuestra dedicación y obediencia al Señor. Reconocer nuestros errores . Todo el mundo falla, pero como creyentes debemos confesar a Dios cualquier pecado conocido y evitar hacer lo incorrecto (1 Jn 1.9). También será necesario pedir perdón a los demás.
Vivimos en una cultura que aplaude los valores y las actitudes pecaminosas. Dios conoce nuestra lucha por resistir la tentación y elegir hacer lo recto, y por eso envió a su Espíritu Santo para que nos enseñe a vivir con integridad. Pídale a Él que le ayude a ser más como la persona descrita en el Salmo 15.
perdon
so br e el
“Ante todo, confío en los méritos de Jesucristo para el perdón de todos mis pecados”. —Samuel Adams “Dos obras de misericordia hacen libre al hombre: perdona, y serás perdonado, y dad y recibirás”. —Agustín de Hipona “Creo que si Dios nos perdona, también nosotros debemos perdonarnos a nosotros mismos”. —C. S. Lewis “Si Dios no estuviera dispuesto a perdonar el pecado, el cielo estaría vacío”. —Proverbio alemán “Perdonar es la orden de Dios”. —Martín Lutero “Dios ha lanzado nuestros pecados confesados a las profundidades del mar, y ha puesto el aviso: ‘No pescar’”. —D. L. Moody “Dios perdonará al pecador, porque Él no perdonó a su Hijo. Dios puede pasar por alto tus transgresiones, porque Él las puso sobre su Hijo unigénito hace dos mil años”. —C. H. Spurgeon “La falta de perdón dice: ‘Me ofendiste, y tienes que pagármelo’. El perdón dice:‘No tendré más en cuenta lo que me hiciste’”. —Charles Stanley
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lunes
Cuando no actuamos con sinceridad
LEER
| 2 SAMUEL 11.1-27
E
l rey David fue desde su juventud un fiel seguidor de Dios. Pero hubo un momento en que cedió a la tentación y cometió adulterio con la esposa de Urías. Su vida de integridad se vio gravemente comprometida. Las fallas éticas y morales han asediado a los cristianos en todos los siglos. Cuando un creyente decide pecar para obtener lo que desea, el egoísmo o la codicia es la causa fundamental. En otras ocasiones, el deseo de aceptación puede tentarnos a manipular a las personas y las circunstancias, o a inventar mentiras para parecer más atractivos. Y el temor a un conflicto puede dar lugar a claudicaciones. Al comienzo, es posible que aun las personas cercanas a nosotros no noten nuestra falta de sinceridad. Pero Dios la ve. Él usará nuestra conciencia para producir sentimientos de culpa, de modo que podamos confesar nuestro pecado y apartarnos del mismo. La autoprotección tomará las riendas si seguimos actuando mal; trataremos de acallar nuestra conciencia justificando la conducta. Con el tiempo, nos alejaremos de ciertas personas, para que no descubran nuestra conducta pecaminosa. Al mantenerlas a distancia, tenemos la esperanza de evitar su escrutinio. Pero el pecado habitual puede resultar en oportunidades de trabajo perdidas, amistades dañadas y familias destruidas. R E F L E X I Ó N
Cuando fue confrontado por Natán, el rey David reconoció su pecado y recibió perdón (2 S 12.13). ¿Cómo responde usted cuando el Espíritu Santo le convence de pecado? ¿Ve la realidad de su conducta y se arrepiente? ¿O trata de justificar y persistir en su conducta? e n c o n t a c t o . o r g | 35
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martes
Simples actos de obediencia
LEER
| LUCAS 5.1-7
O
bedecer a Dios en las cosas pequeñas puede traer bendición a muchos. El pasaje de hoy ilustra este principio. Simón Pedro, un pescador experimentado, había trabajado toda la noche sin pescar nada. Estaba en la playa terminando su trabajo cuando Jesús se le acercó. El Señor quería hablar desde su barca a la multitud que estaba en la orilla de la playa. A pesar de una larga e infructuosa noche de trabajo, Pedro aceptó que Jesús utilizara la embarcación. La multitud fue bendecida por ver y escuchar predicar a Cristo. Las peticiones que Dios nos hace pueden llegarnos en momentos no oportunos o inesperados. Podemos sentirnos tentados a dejar que otra persona responda a su llamado, pensando que no importa quién sea el que obedezca. Pero recuerde que los planes de Dios son para nuestro bien (Jer 29.11). Más tarde, Jesús hizo una segunda petición a Pedro: que dirigiera la barca a aguas más profundas, y que echara las redes. El pescador expresó las pocas probabilidades de pescar algo, pero hizo lo que Cristo le pidió. La obediencia de Pedro dio como resultado abundancia para la multitud, los demás pescadores, sus familias, y él mismo. Pedro no obedeció para ser recompensado, pero eso es precisamente lo que sucedió. Sus simples actos de obediencia llevaron a mayores oportunidades de servicio y a ocasiones de bendición abundante. R E F L E X I Ó N
Algunos actuamos como si la obediencia en las cosas pequeñas carecieran de importancia, pero la historia de Pedro nos enseña lo contrario. Comprometámonos a obedecer las instrucciones del Señor en todo, confiando en que toda obediencia será para nuestro bien. 36
| SEPTIEMBRE 2011
EN CONTACTO
28
miércoles
El valor de la obediencia
LEER
| PROVERBIOS 2.1-6
A
pesar de vasta experiencia de Pedro como pescador, regresó de una noche de trabajo sin nada que mostrar por sus esfuerzos. Es muy posible que la petición del Señor de que echara las redes una vez más le pareciera poco razonable; después de todo, Pedro y sus compañeros eran los profesionales. No obstante, el pescador obedeció, y su obediencia bendijo a muchos. La Biblia demuestra que los planes divinos a menudo desafían la lógica humana. Por ejemplo, ¿quién haría un plan de batalla que implicara solo marchar y gritar? Dios le dijo a Josué que conquistara Jericó de esa manera, y al hacerlo tuvo éxito (Jos 6.1-5). Moisés es otro ejemplo. Cuando se sintió inseguro de su potencial como líder, el Señor lo tranquilizó de una manera insólita, diciéndole que arroja su vara al suelo. Cuando Moisés obedeció, Dios confirmó de una manera admirable que lo había escogido como líder (Éx 4.1-3). Nuestro Padre celestial puede pedirnos que hagamos algo que parece ilógico, como tal vez aceptar una mayor responsabilidad cuando teníamos la esperanza de reducir nuestra cantidad de trabajo; o dejar una posición que Él nos había dado recientemente; o asumir una tarea para la que nos sentimos mal equipados. Pero debemos seguir adelante con obediencia, sin importar cuán ilógica pueda parecer su petición. R E F L E X I Ó N
Para comprender la importancia de obedecer, piense en los niños que reciben instrucciones de sus padres o maestros. Es necesario que los escuchen con atención para hacer correctamente la tarea. Algunos pasos pueden parecer sin sentido, pero su justificación se hace clara después.
29 LEER
jueves
Ninguna condenación en Cristo
| MARCOS 16.5-7
P
edro quedó desolado cuando se dio cuenta de que había negado a Cristo, no una, sino tres veces, como Jesús había predicho (Lc 22.61-62). Este era el hombre que apenas unas horas antes había prometido valientemente morir por su Señor (v. 33). Dudo que alguna vez haya olvidado lo espantoso de ese total fracaso. Probablemente pasó los días siguientes bajo un asfixiante peso de culpa. al vez usted sabe exactamente lo pesada que se siente una carga así. El peso de su pecado le acompaña a todas partes, llevando su corazón al pozo de la desesperación. La desaprobación de Dios parece aplastarle, se siente condenado. Sin embargo, para todos los que han depositado su confianza en la muerte expiatoria del Señor Jesús a su favor, el sentimiento de condenación es solo eso: un sentimiento. No es la verdad. La verdad es que los creyentes no son condenados por su iniquidad, no importa cuán terrible o habitual pueda ser su transgresión (Ro 8.1). Podemos juzgarnos severamente porque nuestras acciones y móviles no están a la altura de la norma sagrada. Pero Dios ve solo la justicia de Cristo, que nos cubre en el momento que decimos sí a su sacrificio a favor nuestro. Nadie puede hacer suficiente bien para merecer su sal vación. Solamente Jesús quita el pecado del creyente y el veredicto de “culpable”. R E F L E X I Ó N
Dios comprende nuestras cargas, incluso las que nos imponemos a nosotros mismos. Por eso el Señor envió a Pedro un mensaje para hacerle saber que no estaba condenado, y que el Mesías que lo amaba lo esperaba en Galilea. Todos los creyentes aceptar que ninguna condenación hay en Cristo.
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viernes
Una herencia imperecedera
LEER
| 1 PEDRO 1.3-5
T
odos tenemos las necesidad fundamental de sentirnos seguros y protegidos. Pero cuando basamos nuestro sentido de seguridad en las cosas de este mundo, podemos esperar desilusión. Esto es particularmente cierto cuando se trata de nuestras finanzas. Estamos viviendo en tiempos muy inciertos de alto desempleo y de pensiones que se reducen cada vez más. Nuestro dinero puede escaparse rápidamente, no importa qué tan cuidadosamente lo protejamos. En tiempos así, necesitamos recordar el futuro que tenemos en la eternidad. ¿No es maravilloso saber que los cristianos tenemos una herencia en el cielo, que nunca se deprecia y que no puede ser robada? Nos fue dada cuando pusimos nuestra esperanza en Cristo, y nunca se nos quitará, porque está reservada y protegida para nosotros en el cielo. Algún día, cuando veamos a Jesús cara a cara, disfrutaremos de todas las riquezas de la gracia divina, y recibiremos nuestra plena herencia. Pero, ¿sabía usted que cada día que vivimos en esta tierra tenemos la oportunidad de acrecentar esa herencia, invirtiendo en las cosas que el Señor valora y acredita a nuestra cuenta? A eso se refería el Señor Jesús cuando dijo: “Haceos tesoros en el cielo” (Mt 6.20). Cuando vivimos rectamente en obediencia a Dios, estamos acumulando buenas obras y aumentando nuestra herencia. R E F L E X I Ó N
¿Está usted más preocupado por invertir en esta vida que en las riquezas eternas? Es fácil dejar que las exigencias y responsabilidades de cada día eclipsen la importancia de nuestra herencia eterna. Aparte tiempo cada día para reorientar su mente y su corazón, y comience así a guardar tesoros en el cielo. e n c o n t a c t o . o r g | 37
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Serie “Principios de Vid” Volumen 6
5 Discos Compactos más un DVD adicional En esta úla coleccón de ensajes de la sere “Prncpos de Vda”, el Dr. Stanley nos habla acerca de las experencas del creyente en el valle de láras, y nos recuerda coo Dos nos bendce para ser de bendcón para otros, la oracón es una nversón necesara para hacerle frente a las pruebas de la vda. Sere en 5 CDs | PDV6CD $20.00 � Sere en 5 DVDs | PDV6DVD $24.00 �
aquí estoy Natalie Billini “Aqu estoy” es el tulo de esta produccón cuyo propósto nos recuerda que ante las crcunstancas dcles de la vda el Señor nunca nos abandona. Alunas de sus teas uscales son los suentes: A lado, Dno y Santo, Hosanna, entre otros. El eslo de esta produccón está cateorzado coo balada pop. �
CD | AECD $14.00
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PUEDE HaCERE NSU PEDiDo PoR La inTERnET: ectct.rg CONTACTO
| SEPTIEMBRE 2011
Grndes venturs de l Bibli Las hstoras de la Bbla son un ananal de enseñanza y dversón para los pequeñnes de la casa. “Así que la fe es pr el ír, y el ír, pr la palabra de Dis” (Roanos 10.17). Estas hstoras conenen bellas lustracones a todo color y son deales para los nños que están ncando la lectura. Lbro | gABBK $14.00 Tapa dura, 47 pánas. �
fe inquebrntble en empos de incerdumbre Esta sere del Dr. Stanley nos recuerda que Dos ene el control en todas las torentas de la vda. Los ensajes que la conforan son los suentes: • Consuelo en edo de la traeda • El propósto de Dos en la torenta • Conanza en epos concvos • Cuando todo parece posble • La clave para sobrevvr los contraepos de la vda • Las convccones que ren nuestra vda • Nveles de fe en la vda del creyente • Fundaentos de la fe nconovble �
Sere en 8 CDs | FiETiCD $26.00
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