Cartas del Diablo a su Sobrino
C.S.
Lewis
EL ORUGARIO es un espíritu humano, muerto y maligno, que está siendo entrenado, por un demonio angélico En este caso, cuando dicen ELLO! son los ángeles y EL E"E#IGO es $IO! %para ellos su enemigo& 'rimera carta
Mi querido Orugario, demonio humano. Un día, mientras estaba leyendo, vi que los pensamientos de aquel hombre empezaban empezaban a tomar el camino de DIOS nuestro nuestro enemigo. l nemigo nemigo estuvo a su lado al instante, por supuesto, vi que mi labor de veinte a!os empezaba a tambalearse. Dirigí mi ataque, inmediatamente, a aquella parte del hombre que había llegado a controlar me"or, y le sugerí que ya era hora de comer. #Sabes que nunca se puede oír e$actamente lo que les dice%, el nemigo, DIOS, contraatac& diciendo que aquello era mucho m's importante que la comida, cuando pude agregar, Mucho me"or volver despu(s del almuerzo, y estudiarlo a )ondo, con la mente despe"ada. *o le había inculcado la convicci&n indestructible de que, a pesar de cualquier idea rara que pudiera pas'rsele por la cabeza a un hombre encerrado a solas con sus libros, una maligna dosis de vida real con lo que se re)ería a un autob+s y al
vendedor de peri&dicos era su)iciente para demostrar que ese tipo de cosas, sobre la vida eterna y dem's boberías no pueden ser verdad. Sabía que lo había agarrado por los pelos. hora est' atormentado, en la casa de -uest -uestro ro a adr dree Sa Sata tan' n's. s. #mp #mpie ieza zass a ente entend nder er la idea idea%% /rac /racia iass a cier ciertos tos proc proces esos os que que pusi pusimo moss en marc marcha ha en su inte interi rior or hace hace sigl siglos os,, les les resu result ltaa totalmente imposible creer en lo e$traordinario mientras tienen algo conocido a la vista. -o intentes utilizar la ciencia quiero decir, las ciencias de verdad como de)ensa contra el 0ristianismo, porque, con toda seguridad, le incitar'n a pensar en realidades que no puede tocar ni ver. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Segunda carta Mi querido Orugario, demonio humano. 3eo con verdadero disgusto que tu paciente se ha hecho cristiano. 1enemos que hacer lo que podamos, en vista de la situaci&n. -o hay que desesperar, cientos de esos conversos adultos, tras una breve temporada en el campo de DIOS el nemigo, han sido reclamados y est'n ahora con nosotros, en el in)ierno. 1odos los h'bitos del paciente, tanto mental como corporal, est'n todavía de nuestra parte. n la actualidad, la misma Iglesia es uno de nuestros grandes aliados. -o me interpretes mal, no me re)iero a la Iglesia de raíces eternas, 0on)ieso que es un espe espect ct'c 'cul uloo que que llen llenaa de inqu inquie ietu tud d incl inclus usoo a nues nuestr tros os m's m's auda audace cess tentadores, tentadores, pero, por )ortuna, )ortuna, se trata de un espect'culo completamente completamente invisi4 ble para esos humanos. * cuando penetra en la iglesia tu paciente, llega a su banco, mira en torno suyo y ve precisamente a aquellos vecinos que, hasta entonces, había procurado evitar. rocura que el pensamiento de tu paciente pase r'pidamente de e$presiones como el cuerpo de 0risto a las caras de los que tiene sentados en el banco de al lado. 1u paciente, gracias a -uestro adre de las tinieblas, es un insensato, y con tal de que alguno de esos vecinos desa)ine al cantar, o lleve botas que cru"an, o tenga papada, o vista de modo e$travagante, el paciente creer' con )acilidad que, por tanto, su religi&n tiene que ser, en alg+n sentido, ridícula. n la etapa que actualmente atraviesa, tiene una idea de los cristianos que considera muy espiritual. 5asta el simple hecho de que las personas que hay en la iglesia lleven ropa moderna supone, para (l, un aut(ntico problema. -unca permitas que esto a)lore a la super)icie de su conciencia, no le permitas que llegue a peguntarse c&mo esperaba que )uese. Mant(n sus ideas vagas y con)usas, y tendr's toda la eternidad para divertirte en el in)ierno "a"a"a"a, provocando en (l esa peculiar especie de lucidez que proporciona el In)ierno. 1raba"a a )ondo, durante la etapa de decepci&n o anticlíma$ que, ha de atravesar el paciente durante sus primeras semanas como hombre religioso. DIOS el nem nemig igoo de"a de"a que que esta esta desi desilu lusi si&n &n se produz produzca ca al comi comien enzo zo de todos todos los los es)uerzos humanos. DIOS el nemigo acepta este riesgo porque tiene la curiosa ilusi&n de hacer de esos asquerosos gusanillos humanos lo que 6l llama Sus libres libres amante amantess y siervo siervos, s, hi"os. hi"os. -osotro -osotross tenemo tenemoss un incorr incorregi egible ble a)'n a)'n de
degradar el mundo espiritual entero a trav(s de relaciones contra natura con los animales bípedos. l desear desear su libert libertad, ad, DIOS DIOS el nemig nemigoo renunc renuncia, ia, consecu consecuent enteme emente nte,, a la posibilidad de guiarles, por medio de sus a)iciones y costumbres propias, a cualquiera de los ob"etivos que 6l les propone, les de"a que lo hagan por sí solos. hí est' nuestra oportunidad, pero tambi(n, nuestro peligro, una vez que superan con ($ito esta aridez inicial, los humanos se hacen menos dependientes de las emociones y, en consecuencia, resulta mucho m's di)ícil tentarles. 0uanto las personas de los bancos vecinos si dan razones y si el paciente sabe que la mu"er del sombrero ridículo es una "ugadora empedernida de bridge, o que el hombre de las botas rechinantes es un avaro y )ornicador, tu traba"o resultar' mucho m's )'cil. n tal caso, te basta con evitar que se le pase por la cabeza la pregunta, Si yo, siendo como soy, me puedo considerar un cristiano, #por qu( los di)erentes vicios de las personas que ocupan el banco vecino habrían de probar que su religi&n es pura hipocresía y puro )ormalismo% 1odavía no lleva el tiempo su)iciente con DIOS el nemigo, como para haber adquirido la m's mínima humildad aut(ntica. 1odo cuanto diga, hasta si lo dice arrodillado, acerca de sus pecados, no es m's que repetir palabras como un loro, en el )ondo, todavía piensa que ha logrado un saldo )avorable en el libro de la 3ida libro libro mayor de nuestro nemigo. S&lo por por haberse de"ado convertir, y que, adem's, est' dando prueba de una gran humildad y de magnanimidad al consentir en ir a la iglesia con unos vecinos tan engreídos y vulgares. Mantenle en ese estado de 'nimo tanto tiempo como puedas. 1e prometo q si sigues así, te divertir's mucho en el in)ierno, con nuestro padre Satan's, "a"a"a. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Tercera carta Mi querido Orugario, demonio humano. Me complace mucho todo lo que me cuentas acerca de las relaciones de este hombre con su madre.. l DIOS el enemigo debe estar traba"ando desde el centro hacia el e$terior, haciendo cada vez mayor la parte de la conducta del paciente que se rige por sus nuevos criterios cristianos, y puede llegar a su comp comport ortam amie ient ntoo para para con su madr madree en cualq cualqui uier er mome moment nto. o. 1ien 1ienes es que que adelant'rtele. Mantente en estrecho contacto con nuestro colega /luboso, que se ocupa de la madre, y construid construid entre los dos, en esa casa, en que se )astidien )astidien mutuamente, mutuamente, pinch'ndose pinch'ndose todos los días. ara ello, los siguientes siguientes m(todos son de utilidad. rim rimer ero. o. Mant Mant(n (n su aten atenci ci&n &n cent centra rada da en la vida vida inte interi rior or.. 0ree 0ree que que su conversi&n es algo que est' dentro de (l, y su atenci&n est', sobre todo hacia sus propios estados de 'nimo. 7omenta esta actitud, mant(n su pensamiento le"os de las obligaciones.
Segundo. s imposible impedir que rece por su madre, pero disponemos de medios para hacer ino)ensivas estas oraciones, aseg+rate de que sean siempre muy super)iciales, de que siempre se preocupe por el estado del alma de su madre y nunca por su reuma. De ahí se derivar'n dos venta"as. n primer lugar, su atenci&n se mantendr' )i"a en lo que (l considera pecados de su madre, le resultara todo irritante. uedes seguir re)reg'ndole las heridas del día, para que se llene de rencor, rencor, incluso cuando est' postrado de rodillas. 8a operaci&n operaci&n no es nada di)ícil, y te resultar' muy divertida. Sus ideas acerca del alma de su madre han de ser equivocadas, rezar', en cierto sentido, por una persona imaginaria, y tu misi&n consistir' en hacer que esa persona imaginaria se parezca cada día menos a la madre real, a la se!ora de lengua puntiaguda con quien desayuna. 0on el tiempo, esa oraci&n ya no tendr' e)ecto. 5e tenido pacientes tan bien controlados que, en un instante, podía hacerles pasar de pedir apasionadamente por el alma de su esposa o de su hi"o a pegar o insultar a la esposa o al hi"o de verdad, sin el menor escr+pulo. 1ercero. 1ercero. s )recuente )recuente que, cuando dos seres humanos humanos han convivido durante durante muchos a!os, cada uno tenga tonos de voz o gestos que al otro le resulten insu)riblemente irritantes. $plota eso, haz que tu paciente sea muy consciente de esa )orma particular de levantar las ce"as que tiene su madre, que aprendi& a detestar desde la in)ancia, y d("ale que piense lo mucho que le desagrada. D("ale suponer que ella lo hace para )astidiarle. 0uarto. l odio )amiliar suele e$presarse diciendo cosas que, parecen totalmente ino)ensivas pero en un tono de voz o en un momento en que resultan como una bo)etada. ara mantener vivo este "uego, t+ y /luboso, el demonio, deb(is cuidaros de que cada uno de ellos tenga un doble patr&n de conducta. 1u paciente debe e$igir se "uzgue simplemente por las palabras e$actas, al mismo tiempo que "uzga cuanto dice su madre tras la m's minuciosa interpretaci&n del tono, del conte$to y de la intenci&n que (l sospecha. * a ella hay que animarla a que haga lo mismo con (l. De este modo, ambos pueden salir convencidos, despu(s de cada discusi&n, de que son totalmente inocentes. *a sabes c&mo son estas cosas, el dira a su madre, 8o +nico que hago es preguntarte a qu( hora estar' lista la cena, y te pones hecha una )iera. Una vez que este h'bito est( bien arraigado en la casa, tendr's la deliciosa situaci&n de un ser humano que dice ciertas cosas con el e$preso prop&sito de o)ender, y, sin embargo, se que"a de que se o)endan. ara terminar, cu(ntame algo acerca de la actitud religiosa de la vie"a se!ora. #1iene celos, o algo parecido, de este nuevo ingrediente de la vida de su hi"o% #Se siente pisoteada de que haya aprendido aprendido de otros su hi"o, y tan tarde, lo que ella considera considera que le dio buena ocasi&n de aprender de ni!o%
1u tío, demonio ang(lico S02U1OO
Cuarta carta Mi querido Orugario, demonio humano. 8as ine$pertas sugerencias que haces en tu +ltima carta me indican que ya es hora de que te escriba detalladament detalladamentee acerca del penoso tema de la oraci&n. 8o me"or, cuando es posible, es ale"ar totalmente al paciente de la intenci&n de rezar en serio. 0uando el paciente, es un adulto reci(n reconvertido al partido de DIOS nuestro nemigo, la me"or )orma de lograrlo consiste en incitarle a creer que las )orma de repetir las oraciones, como los loros, son las que aprendi& de ni!o. or reacci&n contra esto, se le puede convencer de que aspire a algo espont'neo, in)ormal, y no codi)icado. Uno de sus poetas, 0oleridge, escribi& que (l no rezaba moviendo los labios y arrodillado, sino que, simplemente, se ponía en situaci&n de amar y se entregaba a un sentimiento implorante. sa es, e$actamente, la clase de oraciones que nos conviene, y, como tiene cierto parecido super)icial con la oraci&n del silencio que practica los que est'n muy adelantados en el servicio de nuestro enemigo DIOS, podemos enga!ar durante bastante tiempo a los pacientes listos y perezosos. Se les puede convencer de que la posici&n corporal es irrelevante para rezar, que da lo mismos que est(n acostados o cariba"os. ero nunca de rodillas ni mostrando devoci&n. orque si esto pasa, los hombres, observaran este gesto e intentaran imitarlos. * ahí estaremos nosotros perdidos, y tu castigo ser' grande. Sí esto )alla, debes recurrir a una )orma m's sutil de desviar sus intenciones. Mientras est(n pendientes de nuestro nemigo DIOS, estamos vencidos, pero hay )ormas de evitar que se ocupen de l. 8a m's sencilla consiste en desviar su mirada de 6l hacia ellos mismos. 5az que se dediquen a contemplar sus propias mentes y que traten de suscitar en ellas, por obra de su propia voluntad, sentimientos o sensaciones. 0uando se propongan solicitar caridad del nemigo 9SUS, haz que, en vez de eso, empiecen a tratar de suscitar sentimientos caritativos hacia ellos mismos, y que no se den cuenta de que es eso lo que est'n haciendo. 0uando pretenden rezar para pedir perd&n, d("alos que traten de sentirse perdonados. 9SUS el nemigo no permanecer' ocioso entretanto, siempre que alguien reza, e$iste el peligro de que l act+e inmediatamente, y permite, de un modo real realme ment ntee imp+ imp+di dico co,, que que los los anim animal ales es huma humano noss arro arrodi dill llad ados os lleg llegue uen n a conocerse a sí mismos. ero, incluso si 6l vence tu primera tentativa de desviaci&n, todavía contamos con un arma m's sutil. 8os animales humanos no parten de una percepci&n directa 9SUS el nemigo como la que nosotros, desdichadamente, no podemos evitar. -unca han e$perimentado esa horrible lumi lumino nosi sida dad, d, ese ese bril brillo lo ab abra rasad sador or e hiri hirien ente te que que cons consti tituy tuyee el )ond )ondoo de su)rimiento permanente de nuestras vidas. orque nosotros odiamos a DIOS y a todo lo santo. -unca quisimos cambiar ni arrepentirnos, igual, no tuvimos esa oportunidad, al primer pecado )uimos e$pulsados. ero los humanos si pueden cambiar de vida mientras est(n vivos. Si contemplas la mente de tu paciente mientras reza, no ver's es, si observas las im'gen im'genes es procede procedente ntess de retratos retratos de nuestro nuestro enemig enemigoo 9S 9SUS US tal como se apareci& apareci& durante el deshonroso episodio episodio conocido conocido como la ncarnaci& ncarnaci&n, n, otras,
m's, asociadas con Sus otras dos ersonas, no me es licito nombrarlas porque ya sabes que nuestro padre Satan's nos tortura si se entera. S( de alg+n caso en el que aquello que el paciente llama su Dios estaba localizado, arriba y a la izquierda, en un rinc&n del techo de su dormitorio, o en su cabeza, o en un cruci)i"o colgado de la pared. ero, cualquiera que sea la naturaleza del ob"eto compuesto, debes hacer que el paciente siga dirigiendo a éste sus oraciones, a aquello que (l ha creado, no a la ersona que le ha creado a (l. uedes animarle, incluso, a darle mucha importancia al per)eccionamiento de su ob"eto, y a tenerlo presente en su imaginaci&n durante toda la oraci&n.
1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Quinta carta Mi querido Orugario, demonio humano. Dice Dicess que que est' est'ss deli delira rant ntee de aleg alegrí ríaa porq porque ue los los huma humano noss euro europe peos os han han empezado otra de sus guerras. 3eo muy bien lo que te ha sucedido. -o est's delirante, est's s&lo borracho. 8eyendo entre las líneas de tu desequilibrado relato de la noche de insomnio de tu paciente, puedo reconstruir tu estado de 'nimo con bastante e$actitud. or primera vez en tu carrera has probado ese vino que es la recompensa de todos nuestros es)uerzos la angustia y el desconcierto de un alma humana, y se te ha subido a la cabeza. #2espondi& el paciente a alguna de tus terrorí)icas visiones del )uturo% #8e hiciste echar unas cuantas cuantas miradas autocompasivas al )eliz pasado% sí que no permitas permitas que ninguna e$citaci&n e$citaci&n temporal temporal te distraiga distraiga del verdadero verdadero asunto de minar la )e e impedir la )ormaci&n de virtudes. or supuesto, una guerra es entretenida. l temor y los su)rimientos inmediatos de los humanos son un legítimo y agradable re)resco para nuestras miradas de a)anosos traba"adores. l nemigo 9SUS, )iel a Sus b'rbaros m(todos de combate, nos permite contemplar la breve dicha de Sus )avoritos s&lo para atormentarnos... para mo)arse del hambre insaciable que, durante la )ase actual del gran con)licto, Su bloqueo nos est' imponiendo. odemos esperar una buena cantidad de crueldad y )alta de castidad. ero, si no tenemos cuidado, veremos a millares volvi(ndose, en su tribulaci&n, hacia el DIOS el nemigo. :0u' :0u'nt ntoo me"o me"orr para para noso nosotr tros os si todos los humanos humanos muriese muriesen n en costoso costososs sanatorios, entre doctores que mienten, en)ermeras que mienten, amigos que mienten, y de esta )orma evitaran ir a mia o cumplir alguna indulgencia, sin con)esarse con un sacerdote, no sea que revelase el en)ermo su verdadero estado. S( que nuestro compa!ero el demonio scar'rbol y otros han visto en las guerras una gran ocasi&n para atacar a la )e. los partidarios humanos de nuestro nemigo 9SUS, 6l mismo les ha dicho claramente que el su)rimiento es una parte esencial de lo que 6l llama 2edenci&n, así que una )e que es dest destru ruid idaa por por una una guer guerra ra o una una pest pestee no pued puedee habe haberr sido sido real realme ment ntee
mere merece cedor doraa del del es)u es)uer erzo zo de dest destrui ruirl rla. a. n el prec precis isoo mome moment ntoo de terr terror or,, a)li a)licc cci& i&n n o dolo dolorr )ísi )ísico co,, pued puedes es coge cogerr a tu homb hombre re cuan cuando do su raz& raz&n n est' est' temporalmente suspendida. ero incluso entonces, si pide ayuda al cuartel general de 9SUS nuestro nemigo, he descubierto que el puesto est' casi siempre de)endido. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Sexta carta Mi querido Orugario, demonio humano. Me encanta saber que la edad y pro)esi&n de tu cliente hacen posible, pero en modo alguno seguro, que sea llamado llamado al servicio servicio militar. -os conviene que est( en la m'$ima incertidumbre, para que su mente se llene de visiones contradicto4 rias del )uturo, cada una de las cuales suscita esperanza o temor. -o hay nada como el suspense y la ansiedad ansiedad para q se en)rente en)rente el alma de un humano contra contra el nuestro nemigo DIOS. 1u paciente habr' aceptado, la idea de que debe someterse con paciencia a la voluntad de 9SUS el nemigo. 8o que el nemigo quiere decir con esto es, que debería aceptar con paciencia la tribulaci&n que le ha caído en suerte. D("ale D("ale consid considera erarlas rlas sus cruces, cruces, puesto puesto que son incomp incompati atible bles, s, no pueden pueden sucederle sucederle todas ellas, y d("ale d("ale tratar de practicar practicar la )ortaleza )ortaleza y la paciencia paciencia ante ellas por anticipado. quí act+a una importante ley espiritual. 1e he e$plicado que puedes debilitar sus oraciones desviando su atenci&n de 9SUS el nemigo mismo a sus propios estados de 'nimo con respecto al nemigo. or otra parte, resulta m's )'cil dominar el miedo cuando la mente del paciente es desviada de la cosa temida al temor mismo, y cuando considere el miedo como la cruz que le ha sido asignada, pensar' en (l, inevitablemente, como en un estado de 'nimo. Se puede, en consecuencia, )ormular la siguiente regla general, estimula al paciente a ser inconsciente de sí mismo y a concentrarse en el ob"eto, pero en todas las actividades )avorables al nemigo haz que su mente se vuelva hacia sí mismo. De"a que un insulto o el cuerpo de una mu"er )i"en hacia )uera su atenci&n hasta el punto en que no re)le$ione, pensara este animal humano, stoy entrando ahora en el estado llamado Ira... o el estado llamado 8u"uria. or el contrario, de"a que la re)le$i&n, Mis sentimientos se est'n haciendo m's devotos, o m's caritativos, )i"e su atenci&n hacia hacia dentro hasta tal punto que ya no mire m's all' de sí mismo para ver a nuestro nemigo DIOS o a sus propios vecinos. n su angu angust stia ia,, el paci pacien ente te pued puedee ser, ser, inci incita tado do a veng vengar arse se por por algu alguno noss sentimientos vengativos dirigidos hacia los gobernantes alemanes, y eso es bueno hasta cierto punto. -unca ha conocido a estas personas en la vida real, son maniquíes modelados en lo que dicen los peri&dicos. 5agas lo que hagas, hagas, habr' cierta benevolencia, benevolencia, al igual que cierta malicia, malicia, en el alma de tu paciente. 8o bueno es dirigir la malicia a sus vecinos inmediatos, a los que ve todos los días, y proyectar su benevolencia a la gente que no conoce.
sí, la malicia se hace totalmente real y la benevolencia en gran parte imaginaria. -o sirve de nada in)lamar su odio hacia los alemanes si, al mismo tiempo, un pernicioso h'bito de caridad est' desarroll'ndose entre (l y su ma4 dre, su patr&n, y el hombre que conoce en el tren. iensa en tu hombre como en una serie de círculos conc(ntricos, de los que el m's interior es su voluntad, despu(s su intelecto, y )inalmente su imaginaci&n. ero debes estar empu"ando consta constante ntemen mente te todas todas las virtude virtudess hacia hacia )uera, )uera, hasta hasta que est(n est(n )inalm )inalment entee situadas en el círculo de la imaginaci&n, y todas las cualidades deseables hacia dentro, hacia el círculo de la voluntad. S&lo en la medida en que alcancen la voluntad y se conviertan en costumbres no son )atales las virtudes. 1odo tipo de virtudes pintadas en la imaginaci&n o aprobadas por el intelecto, o, incluso, en cierta medida, amadas y admiradas, no de"ar'n a un hombre )uera de la casa de -uestro adre Satan's, pueden hacerle m's divertido cuando llegue a ella, ya sabe sabess en qu( qu( cons consis iste ten n las las tortu tortura ras, s, los los conv conver erti timo moss triza trizass y nunc nuncaa "am' "am'ss mueren, porque es eterno. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Séptima carta Mi querido Orugario, demonio humano. Me asombra que me preguntes si es esencial mantener al paciente ignorante de tu propia e$istencia. -uestra política, por el momento, es la de ocultarnos. or supuesto, no siempre ha sido así. -os encontramos, realmente, ante un cruel dilema. 0uando los humanos no creen en nuestra e$istencia perdemos todos los agradables resultados del terrorismo directo, y no hacemos bru"os. or otra part parte, e, cuan cuando do cree creen n en noso nosotr tros os,, no pode podemo moss hace hacerl rles es mate materi rial alis ista tass y esc(pticos. l menos, no todavía. 8a 7uerza 3ital, la adoraci&n del se$o, y algunos aspectos del sicoan'lisis pueden resultar +tiles en este sentido. Si alguna vez llegamos a producir nuestra obra per)ecta el ;ru"o Materialista, el hombre que adora, lo que vagamente llama )uerzas, al mismo tiempo que niega la e$istencia de espíritus, entonces el )in de la guerra estar' a la vista. ero, mientras tanto, debemos obedecer nuestras &rdenes. -o creo que tengas mucha di)icultad en mantener a tu paciente en la ignorancia. l hecho de que los diablos sean predominantemente )iguras cómicas en la imaginaci&n imaginaci&n moderna moderna te ayudar'. ayudar'. Si la m's leve sospecha de tu e$istencia empieza a surgir en su mente, insin+ale una imagen de algo con mallas ro"as, puesto que no puede creer en eso es un vie"o m(todo de libro de te$to de con)undirles, no puede, en consecuencia, creer en ti. 1odos los e$tremos, e$cepto la e$trema e$trema devoci&n al nemigo nemigo 9SUS, deben ser estimulados. -o siempre, pero sí en esta etapa. lgunas (pocas son templadas y complacientes, y entonces nuestra misi&n consiste en adormecerlas m's a+n. Otras (pocas, como la actual, son desequilibradas e inclinadas a dividirse en )acciones, )acciones, y nuestra tarea es in)lamarlas in)lamarlas.. 5asta cuando cuando el peque!o grupo est' originariamente al servicio de los planes del nemigo DIOS, esto es cierto.
Si tu paciente puede ser inducido a convertirse en un ob"etor de conciencia, se encontrar' un miembro de una sociedad peque!a, chillona, y el e)ecto de esto, ser' casi con toda seguridad bueno. 1u me"or plan, en ese caso, sería procurar una una repe repent ntin inaa y con) con)us usaa cris crisis is emot emotiv ivaa de la que que pudi pudier eraa sali salirr como como un inc&modo converso al patriotismo. 1ales cosas pueden conseguirse a menudo. ero si es el hombre que creo, prueba con el paci)ismo. D("ale empezar por considerar el patriotismo o el paci)ismo como parte de su religi&n. Una vez que hayas hecho del mundo un )in, y de la )e un medio, ya casi has vencido a tu hombre, e importa muy poco qu( clase de )in mundano persiga. 0on 0on tal tal de que que los los pan) pan)le leto tos, s, polí política ticas, s, movi movimi mien ento tos, s, causa causass y cruza cruzada dass le importen importen m's que las oraciones, oraciones, los sacramentos sacramentos y la caridad, ser' nuestro, nuestro, y cuanto cuanto m's apegad apegadoo este este en lo mundan mundano, o, m's seguramen seguramente te nuestro nuestro.. odría odría ense!arte un buen mont&n aquí aba"o. "a"a"a.
1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Octava carta Mi querido Orugario, demonio humano. #0on que tienes grandes esperanzas de que la etapa religiosa del paciente est( )inalizando, eh% 8os humanos son an)ibios, mitad espíritu y mitad animal. 8a decisi&n de 9SUS el nemigo de crear tan repugnante híbrido )ue una de las cosas que hicieron que -uestro adre Satan's le retirase su apoyo. 0omo espíritus, pertenecen al mund mundoo eter eterno no,, pero pero como como anim animal ales es habi habita tan n el tiemp tiempo. o. sto sto sign signi) i)ic icaa que que mientras mientras su espíritu espíritu puede estar orientado orientado hacia un ob"eto ob"eto eterno, sus cuerpos, cuerpos, pasiones y )antasías est'n cambiando constantemente, porque vivir en el tiempo equivale a cambiar. 8a ondulaci&n, el reiterado retorno a un nivel del que repetidamente vuelven a caer. Si hubieses hubieses observado a tu paciente paciente cuidadosamente, cuidadosamente, habrías habrías visto esta ondulaci&n ondulaci&n en todos los aspectos aspectos de su vida, su inter(s por su traba"o, su a)ecto hacia sus amigos, sus apetencias )ísicas, todo sube y ba"a. Mientras viva en la tier tierra ra,, perí períod odos os de riqu riquez ezaa y vita vitali lida dad d emot emotiv ivaa y corp corpor oral al alte altern rnar ar'n 'n con con períodos de pobreza. 8a sequía y monotonía que tu paciente est' atravesando ahora no son, como gustosamente supones, obra tuya, son meramente un )en&meno natural que no nos bene)iciar' a menos que hagas buen uso de (l. ara decidir decidir cu'l es su me"or uso, debes preguntarte qu( uso quiere hacer de (l el nem nemig igoo 9 9SU SUS, S, y ento entonc nces es hace hacerr lo cont contra rari rio. o. hor horaa bien bien,, pued puedee sorp sorpren rende derte rte apre aprend nder er que, que, en sus es)uer es)uerzo zoss por por cons conseg egui uirr la pose posesi si&n &n permanente de un alma, se apoya m's a+n en los ba"os que en los altos. 8a raz&n es (sta, para nosotros, un humano es, ante todo, un alimento, nuestra meta es absorber su voluntad en la nuestra. ero la obediencia que el nemigo 9SUS e$ige de los hombres es otra cuesti&n. 5ay que encararse con el hecho de que toda la palabrería palabrería acerca de Su amor a los hombres, y de que Su servicio es la libertad per)ecta, es una espantosa verdad. l quiere llenar el universo de un
mont&n de odiosas peque!as r(plicas de Sí mismo, criaturas cuya vida, a escala reducida, ser' cualitativamente como la Suya propia, no porque l las haya absorbido, sino porque sus voluntades se pliegan libremente a la Suya. -osotros queremos ganado, asnos, carne, que pueda )inalmente convertirse en alimento, 6l 9US quiere siervos que )inalmente puedan convertirse en hi"os. -osotros queremos matarlos, a esos animales humanos, an)ibios repelente. -osotros estamos vacíos y querríamos estar llenos, l est' lleno y rebosa. -uestro ob"etivo de guerra es un mundo en el que -uestro adre de las ro)undidades, Satan's el vie"o haya absorbido en su interior a todos los dem's seres, el nemigo DIOS desea un mundo lleno de seres unidos a 6l, pero todavía distintos. Debes haberte preguntado muchas veces por qu( el nemigo no hace m's uso de Sus poderes poderes para hacerse sensiblemente sensiblemente presente presente a las almas humanas humanas en el grado y en el momento que 8e parezca. ero ahora ves que lo Irresistible y lo Indiscutible son las dos armas que la naturaleza misma de Su plan le prohibe utilizar. utilizar. ara 6l, sería in+til in+til dominar dominar una voluntad human. -o puede seducir. seducir. S&lo puede corte"ar. 8as criaturas han de ser una con l. st' dispuesto a dominar un poco al principio. 8as pondr' en marcha con comunicaciones de Su presencia que, aunque tenues, les parecen grandes, con dulzura emotiva, y con )'ciles victorias sobre la tentaci&n. ero l nunca permite que este estado de cosas se prolongue. ntes o despu(s retira, todos esos apoyos e incentivos. De"a que la criatura se mantenga sobre sus propias piernas, para cumplir, s&lo a )uerza de voluntad, deberes que han perdido todo sabor. s en esos períodos de ba"as, mucho m's que en los períodos de altos, cuando se est' convirtiendo en el tipo de criatura que 6l quiere que sea. De ahí que las oraciones o)recidas en estado de sequía sean las que m's le agradan. -osotros podemos arrastrar a nuestros pacientes mediante continua tentaci&n, porque los destinamos tan s&lo a la mesa, y cuanto cuanto m's interven intervengam gamos os en su volunt voluntad, ad, me"or. me"or. l no puede puede tentar a la virtud como nosotros al vicio. 6l quiere que aprendan a andar, y debe, por tanto, retirar Su mano, y s&lo con que de verdad e$ista en ellos la voluntad de andar, se siente complacido hasta por sus tropezones. -o te enga!es, Orugario. -uestra causa nunca est' tan en peligro como cuando un humano, que ya no desea pero todavía se propone hacer la voluntad de nuestro nemigo 9SUS, contempla un universo del que toda toda traza traza de 6l pare parece ce habe haberr desa desapa pare reci cido do,, y se pregu pregunt ntaa por por qu( qu( ha sido sido abandonado, y todavía obedece. ero, por supuesto, los ba"os tambi(n o)recen posibilidades para nuestro lado. 8a pr&$ima semana te dar( algunas ideas acerca de c&mo e$plotarlos. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Novena carta Mi querido Orugario, demonio humano. spero que mi +ltima carta te haya convencido de que el seno de la sequía que tu paciente est' atravesando en la actualidad no te dar', por sí mismo, su alma,
sino que necesita ser adecuadamente e$plotado. hora voy a considerar qu( )ormas debería tomar esta e$plotaci&n. n primer lugar, siempre he encontrado que los períodos ba"os de la ondulaci&n huma humana na sumi sumini nist stra ran n una una e$ce e$cele lent ntee ocas ocasi& i&n n para para toda todass las las tent tentac acio ione ness sensuales, especialmente las del se$o. sto quiz' te sorprenda, porque, hay m's energía )ísica, y por tanto m's apetito potencial, en los períodos alto, pero debes recordar que entonces los poderes de resistencia est'n tambi(n en su m'$imo. l ataque tiene mucho mayores posibilidades de ($ito cuando el mundo interior del hombre es gris, )río y vacío. * hay que se!alar tambi(n que la se$ualidad de los ba"os es sutilmente distinta, cualitativamente, de la de los altos, es mucho menos probable que conduzca a ese d(bil )en&meno que los animales humanos llaman estar enamorados, mucho m's )'cil de empu"ar hacia las perversiones. 8o mismo ocurre ocurre con otros deseos deseos de la carne. carne. s mucho mucho m's probabl probablee que consigas consigas hacer de tu hombre un buen borracho borracho imponi(ndole imponi(ndole la bebida bebida cuando cuan do est' aburrido y cansado que anim'ndole a usarla como un medio de diversi&n "unto con sus amigos cuando se siente )eliz y e$pansivo. -unca olvides que cuan cuando do esta estamo moss trat tratan ando do cual cualqu quie ierr plac placer er en su )orm )ormaa sana sana,, norm normal al y satis)actoria, estamos, en el terreno del nemigo 9SUS. *a s( que hemos conquistado conquistado muchas almas por medio del placer. De todas maneras el placer es un invento Suyo, no nuestro. 6l cre& los placeres, todas nuestras investigaciones hasta ahora no nos han permitido permitido producir ni uno. 1odo lo que podemos hacer es incitar a los humanos a gozar los placeres que nuestro nemigo ha inventado, en momentos momentos,, o en )ormas, )ormas, o en grados que 6l ha prohibid prohibido, o, de esta esta )orma )orma pecarían, si se masturban solo pecarían venialmente, pero acu(rdate que si siguen con esta pr'ctica, llegaran a )ornicar o a peores cosas, y tendríamos entre nuestras manos a esas almas. 8a )&rmula es un ansia siempre creciente de un placer siempre decreciente. s m's seguro, y es de me"or estilo. 0onseguir el alma del hombre y no darle nada a cambio, eso es lo que realmente alegra el coraz&n de -uestro adre Satan's el vie"o. * los ba"os son el momento adecuado para empezar el proceso. -o le de"es sospechar la e$istencia de la ley de la ondulaci&n. 5azle suponer que los primeros ardores de su conversi&n podrían haber durado, y deberían haber durado siempre, y que su aridez actual es una situaci&n igualmente permanente. Una Una vez que que haya hayass cons conseg egui uido do )i"a )i"arr bien bien en su ment mentee este este erro error, r, puede puedess proseguir por varios medios. 1odo depende de que tu hombre sea del tipo depresivo, al que se puede tentar a la desesperaci&n, o del tipo inclinado a pensar lo que quiere, al que se le puede asegurar que todo va bien. n una una sema semana na o dos dos le esta estar' r'ss haci hacien endo do duda dudarr si los los prim primer eros os días días de su cristianism cristianismoo no serían, tal vez, un poco e$cesivos. e$cesivos. 5'blale sobre la moderaci&n en todas las cosas. Una vez que consigas hacerle pensar que la religi&n est' muy bien, pero hasta cierto punto, podr's sentirte satis)echo acerca de su alma. Una religi&n moderada es tan buena para nosotros como la )alta absoluta de religi&n y m's divertida. Otra posibilidad es la del ataque directo contra su )e. ero, como ya te di"e, es en la "erga, y no en la raz&n, en lo que debes apoyarte. 0on)ío en que le tengas bien alimentado con nebulosas ideas de rogreso y Desarrollo y el unto de 3ista 5ist&rico, y en que le des a leer montones de biogra)ías modernas, en ellas, la gente siempre est' superando )ases, #no%
#1e das cuenta% Mant(n su mente le"os entre lo 3erdadero y lo 7also. -o olvides la bendita palabra dolescente. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Decima carta Mi querido Orugario, demonio humano. Me encant& saber por el demonio 1ripabilis que tu paciente ha hecho varios nuev nuevos os cono conoci cidos dos muy muy dese deseab able less y que que pare parece cess habe haberr apro aprove vecha chado do este este acon aconte teci cimi mien ento to de )orma )orma verda verdader deram amen ente te prom promet eted edora ora.. Supo Supong ngoo que que el matrimonio de mediana edad que visit& su o)icina es precisamente el tipo de gente gente que nos convie conviene ne que conozca conozca,, rica, rica, de buen buen tono, tono, super) super)ici icialm alment entee intelectual y brillantemente esc(ptica respecto a todo. sto es e$celente. * pareces haber hecho buen uso de toda su vanidad social, se$ual e intelectual. intelectual. 0u(ntame m's. #Se comprometi& a )ondo% -o me re)iero a verbalmente. 5ay un sutil "uego de miradas, tonos y sonrisas mediante el que un mortal puede dar a entender que es del mismo partido que aquellos con quienes est' hablando. sa es la clase de traici&n que deberías estimular de un modo especial, porque el hombre no se da cuenta de ella totalmente, y para cuando lo haga, ya habr's hecho di)ícil la retirada. Sin duda, muy pronto se dar' cuenta de que su propia )e est' en directa oposici&n a los supuestos en que se basa toda la conversaci&n de sus nuevos amigos. star' callado cuando debería hablar, y se reir' cuando debería callarse. sumir', primero s&lo por sus modales, pero luego por sus palabras, todo tipo de actitudes cínicas y esc(pticas que no son realmente suyas. 8a verdadera cuesti&n es c&mo prepararse para el contraataque del nemigo 9SUS. 8o primero es retrasar tanto como sea posible el momento en que se d( cuenta de que este nuevo nuevo placer placer es una tentaci& tentaci&n. n. 0omo 0omo los servidore servidoress del nemigo nemigo DIOS llevan predicando acerca del mundo como una de las grandes tentaciones típicas típicas dos mil a!os, esto podría parecer di)ícil de conseguir. conseguir. ero, a)ortuna4 a)ortuna4 damente, han dicho muy poco acerca de (l en las +ltimas d(cada. 3eo pocas de las las vie" vie"as as adver adverte tenc ncia iass sobre sobre las las Vanidades Mundanas la !lecci"n de #mi$os % el Valor del Tiempo. 1odo 1odo eso lo cali cali)i )ica carí ríaa tu paci pacien ente te,, probab probablem lement ente, e, de puritanismo. #uedo se!alar, de paso, que el valor que hemos dado a esa palabra es uno de los triun)os verdaderamente s&lidos de los +ltimos cien a!os% Mediante ella, los hombres no practican la templan&a templan&a la castidad % la austeridad de austeridad de vida a millares de humanos. Si es lo bastante tonto, puedes conseguir que s&lo se d( cuenta del car'cter de sus amigos cuando est'n ausentes. Si esto tiene ($ito, se le puede inducir a vivir como muchos humanos que he conocido, que han vivido, durante períodos bastante largos, dos vidas paralelas, ser', de hecho, un hombre di)erente en cada uno de los círculos que )recuente. or +ltimo, si )alla todo lo dem's, le puedes convencer, desa)iando a su conciencia, de que siga cultivando esta nueva amistad, con la e$cusa de que, de alguna manera no especi)icada, les est'
haciendo bien por el mero hecho reír sus chistes, y que de"ar de hacerlo sería mo"igato, intolerante y discriminador. rocura que este nuevo desarrollo le induzca a $astar m's de m's de lo que puede permitirse y a abandonar su traba(o y traba(o y a su madre. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Decima primera carta Mi querido Orugario, demonio humano. videntemente, todo va muy bien. Me alegra especialmente saber que sus dos nuevos amigos ya le han presentado a todo el grupo. 1odos ellos, seg+n he averiguado por el archivo, son individuos de absoluta con)ianza, )rívolos y mundanos mundanos constantes y consumados que, sin necesidad de cometer crímenes espectaculares, avanzan tranquila y c&modamente hacia la casa de -uestro adre Satan's, cuando lleguen al )inal ac' los torturaremos y para ellos ser' demasiado tarde, no podr'n salir "am's. Dices que se ríen mucho, con)ío en que eso no quiera decir que tienes la idea de que la risa, en sí misma, est( siempre de nuestra parte. *o distingo cuatro causas de la risa humana, la alegría, la diversi&n, el chiste y la ligereza. odr's ver la primera de ellas en una reuni&n en vísperas de )iesta de amigos y amantes. 0u'l pueda ser la verdadera causa es algo que ignoramos por completo. lgo parecido encuentra su e$presi&n en buena parte de ese arte detestable que los humanos llaman m+sica, y algo así ocurre en el 0ielo, una aceleraci&n insensata en el ritmo de la e$periencia celestial, que nos resulta totalmente impenetrable. 1al tipo de risa no nos bene)icia nada, y debe evitarse en todo momento. dem's, el )en&meno es, en sí, desagradable, y supone un insulto directo al realismo, la dignidad y la austeridad del In)ierno. l primer tipo de humanos bromea acerca del se$o porque da lugar a muchas incongruencias, el segundo, en cambio, cultiva las incongruencias porque dan prete$to a hablar del se$o. Si tu hombre es del primer tipo, el humor obsceno no te ser' de mucha ayuda, nunca olvidar( las horas para mí, de insoportable tedio que perdí con uno de mis primer primeros os paciente pacientes, s, en bares y salone salones, s, antes antes de aprender esa regla. verigua a qu( grupo pertenece el paciente. l humor es, para ellos, el don vital que consuela de todo y que )í"ate bien todo lo e$cusa. s, un medio inapreciable para destruir el pudor. Si un hombre de"a, simplemente, que los dem's paguen por (l, es un taca!o, si presume de ello "ocosamente, y le toma el pelo a sus amigos por permitir que se aproveche de ellos, entonces ya no es un taca!o, sino un tipo gracioso. 8a crueldad es vergonzosa, a menos que el hombre cruel consiga presentarla como c omo una broma brom a pesa pesada da.. Mil Mil chis chiste tess obsce obsceno nos, s, o incl incluso uso blas blas)e )emo mos, s, no contri contribu buye yen n a la condenaci&n de un hombre tanto como el descubrimiento de que puede hacer casi casi cual cualqu quie ierr cosa cosa que que le apet apetez ezca ca no s&lo s&lo sin sin la desa desapr prob obac aci& i&n n de sus sus seme"antes, sino incluso con su admiraci&n, simplemente con lograr que se tome como una broma. 0ualquier insinuaci&n de que puede ser demasiado humor, por e"emplo, e"emplo, se le puede presentar como puritana, puritana, o como evidencia de )alta de humor.
ero la ligereza es la me"or de todas estas causas. n primer lugar, resulta muy econ&mica, econ&mica, a cualquiera cualquiera le podemos podemos ense!ar a hablar hablar como si la virtud )uese algo algo c&mico c&mico.. 8as person personas as ligera ligerass supone suponen n siempre siempre que son chistos chistosas, as, en realidad, realidad, nadie hace chistes, chistes, pero cualquier cualquier tema serio se trata de un modo que implica que ya le han encontrado un lado ridículo. Si se prolonga, el )'bito de la li$e li$ere re&a &a cons constr tru% u%e e en torn torno o al )omb )ombre re la me(o me(orr cora cora&a &a *ue *ue cono&co cono&co +rente al !nemi$o !nemi$o ,!S-S y carece, adem's, de los riesgos inhe inheren rente tess a otra otrass causa causass de risa risa.. !st' a mil il"metros de la ale$r/a embota, embota, en lugar de agudizarlo, el intelecto, % intelecto, % no +omenta el a+ecto entre a*uellos a*uell os *ue la prac pr actican. tican. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Decima se$unda carta Mi querido Orugario, demonio humano. videntemente, est's haciendo espl(ndidos progresos. Mi +nico temor es que, al intentar meter prisa al paciente, le despiertes y se d( cuenta de su verdadera situa situaci ci&n &n.. -oso -osotr tros os sabe sabemos mos que que hemo hemoss intro introdu duci cido do en su tray trayec ecto tori riaa un cambio cambio de direcci&n direcci&n que le est' ale"ando ale"ando ya de su &rbita alrededor alrededor del nemigo nemigo 9SUS, pero hay que hacer que (l se imagine que todas las decisiones que han producido este cambio de trayectoria son triviales y revocables. -o se le debe permitir sospechar que ahora est', por lentamente que sea, ale"'ndose del sol en una direcci&n que le conducir' al )río y a las tinieblas del vacío absoluto. or este motivo, casi celebro saber que todavía va a misa y comulga. S( que esto tiene, pero cualquier cosa es buena con tal de que no llegue a darse cuenta de hasta qu( punto ha roto con los primeros meses de su vida cristiana, mientras conserve e$ternamente los h'bitos de un cristiano, se le podr' hacer pensar que ha adoptado algunos amigos y diversiones nuevos, pero que su estado espiritual es muy muy seme seme"a "ant ntee al de seis seis sema semana nass ante antes, s, y, mien mientr tras as pien piense se eso, eso, no tendre tendremos mos que luchar luchar con el arrepentimiento expl/cito por un pecado de+inido % plenamente reconocido. umenta la resistencia del paciente a pensar en el nemigo 9SUS. 1odos los humanos, en casi cualquier momento, sienten en cierta medida esta resticencia, pero pero cuando cuando pensar pensar en 6l, supone supone encara encararse rse intens intensi)i i)ic'n c'ndol dolaa con una vaga vaga nube de culpabilida culpabilidad d s&lo a medias consciente, consciente, tal resistencia resistencia se multiplica multiplica por diez. Odian cualquier cosa que les recuerde al nemigo, al igual que los hombres en di)icultades econ&micas detestan la simple visi&n de un talonario. n tal esta estado do,, tu paci pacien ente te no s&lo s&lo omit omitir ir'' sus sus debe debere ress reli religi gios osos os,, sino sino que que le desagradar'n cada vez m's. Se olvidar' de ellos, una vez cumplidos, tan pronto como pueda. tentarle al irrealismo y a la )alta de atenci&n 5ace unas semanas semanas necesitabas necesitabas tentarle cuando rezaba, pero ahora te encontrar's con que te recibe con los brazos abiertos y casi te implora que le desvíes de su prop&sito y que adormezcas su coraz&n. Querrá que sus oraciones sean irreales, pues nada le producir' tanto terror como el contacto e)ectivo con el nemigo. l irse estableciendo m's completamente esta situaci&n, te ir's librando, paulatinamente, del )atigoso traba"o de o)recer placeres como tentaciones. l
irle separando cada vez m's de toda aut(ntica )elicidad esa incomodidad, y su resistencia a en)rentarse con ella, y como la costumbre va haciendo al mismo tiempo menos agradables y menos )'cilmente, los placeres de la vanidad, de la e$citaci&n y de la ligereza, descubrir's que cualquier cosa, es su)iciente para atraer su atenci&n errante. *a no necesitas un buen libro, que le guste de verdad, para mantenerle ale(ado ale(ad o de sus oracio o raciones nes de su traba(o o de su reposo te reposo te bastar' con una columna de anuncios por palabras en el peri&dico de ayer ayer.. ued uedes es logr lograr ar que no haga absolutamente nada durante períodos prolongados. uedes )acerle trasnoc)ar, trasnoc)ar, contemplando un )uego apagado en un cuarto )río. 1odas esas actividades sanas y e$trovertidas que queremos evitarle pueden impedírsele sin darle nada, a cambio, de tal )orma que pueda acabar diciendo, como di"o al llegar aquí aba"o uno de mis pacientes, hora veo que he de"ado pasar la mayor parte de mi vida sin hacer ni lo que debía ni lo que me apetecía. 8os cristianos describen al nemigo 9SUS como aqu(l sin quien nada es )uerte. Dir's que son pecadillos, y, sin duda, como todos los tentadores "&venes, est's deseando deseando poder dar cuenta de maldades espectaculares. espectaculares. ero, recu(rdalo recu(rdalo bien, lo +nico que de verdad importa es en qu( medida apartas al hombre del nemigo DIOS. -o importa lo leves que puedan ser sus )altas, con tal de que su e)ecto acumulativo sea empu"ar al hombre le"os de la 8uz y hacia el interior de la -ada. De hecho, el camino camino m's seguro hacia el In)ierno In)ierno es el gradual= la suave ladera, blanda ba"o el pie, sin giros bruscos, sin mo"ones, sin se!alizaciones. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Decima tercera carta Mi querido Orugario, demonio humano. Un arrepentimiento y una renovaci&n de lo que el otro llama gracia de la magn magnit itud ud que que t+ mism mismoo descr describ ibes es,, supo supone ne una una derr derrota ota de prim primer er orden orden.. quivale a una segunda conversi&n... y, probablemente, m's pro)unda que la primera. primera. 0omo debieras debieras saber, la nube as+ixiante que as+ixiante que te impidi& atacar al paciente durante el paseo de regreso del vie"o molino es un )en&meno muy conoci conocido. do. !s el arma m's brutal del !nemi$o ,!S-S y generalmente aparec aparece e cuando cuando !l se )ace )ace directa directamente mente presente presen te al paciente, ba"o ciertas ciertas )ormas )ormas a+n no completamente completamente clasi)icadas. clasi)icadas. #l$unos #l$unos )umanos est'n permane per manente ntemen mente te envu envuelt eltos os en ella ella % nos nos resu result ltan an por por tant tanto o totalmente inaccesibles. * ahora, veamos tus errores. 8e permitiste dos aut(nticos placeres positivos. #7uiste tan ignorante que no viste el peligro que entra!aba esto% ero estabas inte intent ntan ando do hace hacerr que que tu paci pacien ente te se cond conden enas asee por por el Mund Mundo, o, esto esto es, es, haci(ndole haci(ndole aceptar como placeres la vanidad, la ironía y el tedio costoso. 0omo un paso previo para separarle del nemigo, querías apartarle de sí mismo, y habías hecho algunos progresos en esa direcci&n. hora, todo eso est' perdido. S(, naturalmente, que el nemigo tambi(n quiere apartar de sí mismos a los hombres, pero en otro sentido. 2ecuerda siempre que a 6l le gustan realmente
esos gusanillos, y que da un absurdo valor a la individualidad de cada uno de ellos. Cuando 0l )abla de *ue pierdan su %o Se re+iere tan s"lo a *ue abandonen el clamor de su propia voluntad. -na ve& )ec)o esto !l les devuelve realmente toda su personalidad % pretende pretende *ue cuando sean completamente Su%os ser'n m's ellos mismos *ue nunca. 1or tanto mientras *ue Le encanta ver *ue sacri+ican a Su voluntad )asta sus deseos m's inocentes detesta ver *ue se ale(en ale (en de su propio car'cter por cual*uier otra ra&"n. * nosotros debemos inducirlos siempre a que hagan eso. 8os gustos y las inclinaciones m's pro)undas de un hombre constituyen la materia prima, el punto de partida que el nemigo 9SUS le ha proporcionado. *o llevaría esto muy le"os, haría una norma erradicar de mi paciente cualquier gusto personal inte intens nsoo que que no cons consti titu tuya ya real realme ment ntee un peca pecado do,, incl inclus usoo si es algo algo tan tan completamen completamente te trivial como la a)ici&n a coleccionar coleccionar sellos, o a beber batidos batidos de cacao. stas cosas, te lo aseguro, de virtudes no tienen nada. Debes tratar de hacer siempre *ue el paciente abandone la $ente la comida o los libros *ue le $ustan de verdad y verdad y que los sustituya por la gente, la comida o los libr libros os impo importa rtant ntes es.. 0ono 0onocí cí a un huma humano no que que se vio vio de)en de)endi dido do de )uer )uerte tess tentaciones de ambici&n social por una a)ici&n, m's )uerte todavía. 7alta considerar de qu( )orma podemos solucionar este desastre. 8o me"or es impedir impedir que haga cualquier cualquier cosa. Mientras no lo ponga en pr'ctica, pr'ctica, no importa importa cu'nto piense en este nuevo arrepentimiento. De"a que el animalillo humano se revue revuelq lque ue en su arrepentimiento. D("ale, si tiene alguna inclinaci&n en ese senti sentido do,, que que escr escrib ibaa un libr libroo sobr sobree (l, (l, suele suele ser ser una una mane manera ra e$cel e$celen ente te de esterilizar las semillas que el nemigo planta en el alma humana. D("ale hacer lo que sea, menos actuar. Nin$una cantidad, Nin$una cantidad, por grande que sea, de piedad en su ima$ ima$in inaci aci"n "n y en sus a)ectos nos per(ud per(udica icar' r',, si logr logram amos os mantenerla )uera de su voluntad.
1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Decimocuarta carta Mi querido Orugario, demonio humano. 8o m's alarmante de tu +ltimo in)orme sobre el paciente es que no est' toma tomand ndoo ning ningun unaa de aq aque uell llas as con) con)ia iada dass reso resoluc lucio ione ness que que se!a se!ala laro ron n su conversi&n original. *a no hay espl(ndidas promesas de perpetua virtud. S&lo veo una cosa que hacer, por el momento. 1u paciente se ha hecho humilde, #le has llamado la atenci&n sobre este hecho% 1odas las virtudes son menos )ormidables para nosotros una vez que el hombre es consciente de que las tiene, pero esto es particularmente cierto de la humildad. 0&gele en el momento en que sea realmente pobre de espíritu, y métele de contrabando en la cabe&a la $rati+icadora re+lexi"n 2Caramba esto% siendo )umilde3 % casi inmediatamente el or$ullo or$ullo or$ullo de su )umildad aparec aparecer' er'.. Si se
percata de este peli$ro % trata de a)o$ar esta nueva +orma de or$ullo )a&le )a&le sentir sentirse se or$ull or$ulloso oso de su intent intento o % as/ tantas tantas veces veces como te plazca. ero hay otras )ormas aprovechables de )i"ar su atenci&n en la virtud de la humildad. 0on esta virtud, como con todas las dem's, nuestro nemigo 9SUS quiere apartar la atenci&n del hombre de sí mismo y dirigirla hacia l, y hacia los vecinos del hombre. 1odo el abatimiento, sobre todo, su autodesprecio puede convertirse convertirse en el punto de partida partida del desprecio a los dem's y, por tanto, del pesimismo, del cinismo y de la crueldad. Debes ocultarle al paciente la verdadera )inalidad de la humildad. miles de humanos se les ha hecho pensar que la humildad signi)ica mu"eres bonitas tratando de creer que son )eas y hombres inteligentes tratando de creer que son tontos. ara anti antici cipa parn rnos os a la estr estrat ate$ e$ia ia del nemigo 9SUS, debemos considerar sus prop"sitos. l nemigo quiere conducir al hombre a un estado de 'nimo en el que podría dise!ar la me"or catedral del mundo, y saber que es la me"or, y alegrarse de ello, sin estar m's o menos o de otra manera cont conten ento to de habe haberl rloo hech hechoo (l que que si lo hubi hubies esee hech hechoo otro otro.. !l !nemi$o !nemi$o *uiere +inalmente *ue esté tan libre de cual*uier pre(uicio a su propio propio +avor +avor *ue pueda ale$rarse de sus propios propios talentos talentos tan +ranca % a$radecidamente como de los talentos de su pr"(imo. pr"(imo.
1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Decimoquinta carta
Mi querido Orugario, demonio humano. 8os humanos viven en el tiempo, pero nuestro nemigo 9SUS les destina a la ternidad. 6l quiere, por tanto, creo yo, que atiendan principalmente a dos cosas, a la eternidad misma y a ese punto del tiempo que llaman el presente. orq orque ue el presen te es el punto en el *ue el tiempo tiempo coincide coincide con la eterni ete rnidad dad.. Del momento presente, y s&lo de (l, los humanos tienen una e$periencia an'loga a la que nuestro nemigo tiene de la realidad como un todo, s&lo en el presente la libertad y la realidad les son o)recidas. n consecuencia, 6l les tendría continuamente preocupados por la eternidad o meditando acerca de su perpetua uni&n con l o su condenaci&n si mueren en pecado mortal, sepa separa raci ci&n &n de 6l, 6l, o si no obed obedec ecie iend ndoo la pres presen ente te voz voz de la conc concie ienc ncia ia,, soportando la cruz presente, recibiendo la gracia presente, dando gracias por el placer presente. Nuestra tarea consiste en ale(arles de lo eterno % del presente. presente. 0on esto esto en mente, mente, a vece vecess tent tentam amos os a un anim animal al huma humano no.. !s muc)o me(or )acerles vivir en el +uturo. +uturo. 8a necesidad biol&gica hace que todas sus pasiones apunten ya en esa direcci&n, así que pensar en el )uturo enciende la esperanza esperanza y el temor. #dem's temor. #dem's les es desconocido, desconocido, de )orma que al hacerles pensar pensar en el )uturo les )acemos pensar en cosas irreales. irreales. n una palabra, el +uturo es de todas las cosas la menos parecida a la eternidad . s la part partee m's m's comp comple leta tame ment ntee tempo tempora rall del del tiemp tiempo, o, porq porque ue el pa pasa sado do est' est' petri+icado % %a no +lu%e, +lu%e, y el presente est' totalmente iluminado por los ra%os eternos. eternos. De ahí el impulso que hemos dado a esquemas mentales como la voluci&n 0reativa, el 5umanismo 0ientí)ico, o el 0omunismo, que )i"a )i"an n los los a)ec a)ecto toss del del homb hombre re en el )utu )uturo ro,, en el cora coraz& z&n n mism mismoo de la temporalida temporalidad. d. De ahí que casi todos los vicios tengan sus raíces en el )uturo. )uturo. l miedo, la avaricia, avaricia, la lu"uria lu"uria y la ambici&n miran hacia hacia delante. -o creas que la lu"uria es una e$cepci&n. 0uando llega el placer presente, el pecado, que es lo +nico que nos interesa ya ha pasado. l nemigo 9SUS quiere que los hombres piensen tambi(n en el )uturo, pero s&lo en la medida en que sea necesario para planear ahora los actos de "usticia o caridad que ser'n probablemente su deber ma!ana. l deber de planear el traba"o del día siguiente es el deber de hoy, aunque su material est' tomado prestado prestado del )uturo, el deber, como todos los deberes, est' en el presente. presente. 6l no quiere que los hombres le den al )uturo sus corazones, ni que pongan en (l su tesoro. -osotros, sí. Su ideal es un hombre que, despu(s de haber traba"ado todo el día por el bien de la posteridad, lava su mente de todo el tema, encomienda el resultado al 0ielo y vuelve al instante a la paciencia o gratitud que e$ige el momento que est' atravesando.
ero nosotros queremos un hombre atormentado por el )uturo, hechizado por visiones de d e un 0ielo o un In)ierno inminente en la tierra, dispuesto a violar los mandamientos del nemigo DIOS en el presente si le hacemos creer que, haci(ndolo, puede alcanzar el 0ielo o evitar el In)ierno, que dependen para su )e del ($ito o )racaso de planes cuyo )in no vivir' para ver. s me"or que tu paciente est( lleno de inquietud o de esperanza, acerca de esta guerra que el que viva en el presente. ero la )rase vivir en el presente, es ambigua. uede describir un proceder que, en realidad, est' tan pendiente del )uturo como la ansiedad misma, misma, tu hombre puede no preocuparse preocuparse por el )uturo no porque le importe el presente, sino porque se ha autoconvencido de que el )utu )uturo ro va a ser ser agra agrada dabl ble, e, y mien mientr tras as sea sea (sta (sta la verd verdad ader eraa caus causaa de su tranquilidad, tal tranquilidad nos ser' propicia, pues no har' otra cosa que amontonar m's decepciones, y por tanto m's impaciencia, cuando sus in)unda4 das esperanzas se desvanezcan. Sí, por el contrario, es consciente de que le pueden esperar cosas horribles, y reza para pedir las virtudes necesarias para en)rentarse con tales horrores, y entretanto se ocupa el presente, porque en (ste, y s&lo en (ste, residen todos los deberes, toda la gracia, toda la sabiduría y todo el placer, su estado es enormemente indeseable y debe ser atacado al instante, as logramos que pierda las virtudes y se condene con nuestro padre de las tinieblas. 1ambi(n aquí ha hecho un buen traba"o nuestra rma 7ilol&gica, prueba a utilizar con (l la palabra complacencia. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Decimosexta carta Mi querido Orugario, demonio humano. n tu +ltima carta, mencionabas de pasada que el paciente ha seguido yendo a una una igle iglesi sia, a, y s&lo s&lo a una, una, desd desdee su conve conversi& rsi&n, n, y que no est' est' tota totalm lmen ente te satis)echo de ella. #uedo preguntarte qu( es lo que haces% #1e das cuenta de que, a menos que sea por indi)erencia, esto es muy malo% 8as razones de esto son obvias. n primer lugar, la organizaci&n parroquial siempre debe ser atacada, porque, al ser una unidad del lugar, y no de gustos, agrupa a personas de di)erentes clases y psicologías en el tipo de uni&n que el nemigo desea. l principio de la congregaci&n, en cambio, hace de cada iglesia una especie de club. n segundo lugar, la b+squeda de una iglesia conveniente hace del hombre un crítico, cuando el nemigo 9SUS quiere que sea un discípulo. 8o que l quiere del laico en la iglesia es una actitud que puede, de hecho, ser crítica, en tanto que puede rechazar lo que sea )also o in+til, pero que es totalmente acrítica en tanto que no valora. :7í"ate lo rastrero, antiespiritual e incorregiblemente vulgar que es el nemigo> sta actitud, sobre todo durante los sermones, da lugar a una disposici&n disposici&n e$tremadament e$tremadamentee hostil a toda nuestra política en que los t&picos calan realmente en el alma humana. penas hay un
serm&n, o un libro, que no pueda ser peligroso para nosotros, si se recibe en este estado de 'nimo, así que, por )avor, mu(vete, y manda a ese tonto an)ibio humano a hacer la ronda de las iglesias vecinas, tan pronto como sea posible. 1u e$pediente no nos ha dado hasta ahora mucha satis)acci&n. 5e mirado en el archivo las dos iglesias que le caen m's cerca. 8as dos tienen ciertas venta"as. n la primera de ellas, el vicario es un hombre que lleva tanto tiempo dedicado a aguar la )e, para hac(rsela m's asequible a una congregaci&n supuestamente incr(dula y testaruda, que es (l quien ahora escandaliza a los parroquianos con su )alta de )e, y no al rev(s, ha minado el cristianismo de muchas almas. Su )orma de llevar los servicios es tambi(n admirable para noso nosotr tros os y para para Sa Sata tan' n's, s, con con el )in )in de ahor ahorra rarl rles es a los los laic laicos os toda todass las las di)icultades, ha abandonado tanto el leccionario como los salmos )i"ados para cada ocasi&n. sí estamos a salvo del peligro de que pueda llegarle de las scrituras cualquier verdad que no le resulte ya )amiliar tanto a (l como a su reba!o. n la otra tenemos al padre Spi"e. los humanos les cuesta traba"o, con )recuencia, comprender la variedad de sus opiniones, un día es casi comunista, y al día siguiente est' casi dispuesto a negar por completo la raz&n humana, un día est' inmerso en la política. or supuesto, nosotros sí vemos el hilo que lo conecta todo, que es el odio. ero estas dos iglesias tienen en com+n un buen punto, ambas son iglesias de partid partido. o. 0on respect respectoo a (stas (stas doctri doctrinas nas de la Iglesia, Iglesia, cuanto cuanto m's tibio tibio sea, sea, me"or. * no son las doctrinas en lo que nos basamos principalmente para producir divisiones, lo realmente divertido es hacer que se odien aquellos que dicen misa y los que dicen santa comuni&n, 5emos hecho que los hombres olviden por completo lo que aquel individuo apes apesto toso so,, a abl blo, o, solí solíaa ense ense!a !arr acer acerca ca de las las comi comida dass y otra otrass cosa cosass sin sin importancia. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Decimo Dec imosép séptim tima a carta
Mi querido Orugario, demonio humano. l tono despectivo en que te re)ieres, en tu +ltima carta, a la gula, como medio de capturar almas, no revela sino tu ignorancia. Uno de los grandes logros de los +ltimos cien a!os ha sido amortiguar la conciencia humana en lo re)erente a esa cuesti&n, de tal )orma que di)ícilmente podr's encontrar ahora un serm&n pronunciado en contra de ella, o una conciencia preocupada por ella, a todo lo anch anchoo y larg largoo de uro uropa. pa. sto sto se ha llev llevad adoo a e)ec e)ecto to,, en gra gran part parte, e, concentrand concentrandoo nuestras nuestras )uerzas en la promoci&n promoci&n de la gula por e$quisitez, e$quisitez, no en la gula del e$ceso. 8a madre de tu paciente, paciente, seg+n s( por el dossier y t+ podrías saber por /luboso, es un buen e"emplo. Se quedaría perple"a, si supiese que toda su vida ha estado esclavizada por este tipo de sensualidad, que le resulta per)ectamente imperceptible por el hecho de que las cantidades en cuesti&n son
peque!as. ero, #qu( importan las cantidades con tal de que podamos servirnos del del est& est&ma mago go y del del pala palada darr huma humano no para para provoc provocar ar impaci impacien encia cia,, dure dureza za y egocentrismo% /luboso tiene bien atrapada a esta anciana. sta se!ora es una verdadera pesadilla para las an)itrionas y los criados. Siempre est' rechazando lo que le han o)recido, diciendo, con un suspiro y una sonrisa coqueta, Oh, por )avor, por )avor. todo lo que quiero es una tacita de t(, )lo"o pero no demasiado, y un pedacito chiquitín de pan tostado verdaderamente cru"iente. #1e das cuenta% uesto que lo que quiere es m's peque!o y menos caro que lo que le han puesto delante, nunca reconoce como gula su a)'n de conseguir lo que quiere, por molesto que pueda resultarles a los dem's. l tiempo que satis)ace su apetito, cree estar practicando la templanza. n un restaurante lleno de gente, da un gritito ante el plato que una camarera agobiada de traba"o le acaba de servir, y dice, :Oh, eso es mucho, demasiado> 8l(veselo, y tr'igame algo así como la cuarta parte. Si se le pidiese una e$plicaci&n, diría que lo hace para no desperdiciar, en realidad, lo hace porque el tipo particular de e$quisitez a la que la hemos esclavizado no soporta la visi&n de m's comida que la que en ese momento le apetece. l aut(ntico valor del traba"o callado y disimulado que /luboso ha llevado a cabo, durante a!os, con esta vie"a, puede medirse por la )uerza con que su est&mago domina ahora toda su vida. lla se encuentra en un estado de 'nimo que puede representarse por la )rase, todo lo que quiero. Todo lo que quiere es una tacita de t( hecho como es debido, o un huevo correctamente pasado por agua, o una rebanada de pan adecuadamente tostada, pero nunca encuentra ning+n criado ni amigo que pueda hacer estas cosas tan sencillas, Si alguna vez el nemigo 9SUS, introduce en su mente la m's leve sospecha de que pueda estar demasiado interesada por la comida, /luboso el demonio que se ocupa de esa anciana asquerosa, la contrarresta susurr'ndole que a ella no le importa lo que ella misma come, pero que le gusta que sus hi"os coman cosas agradables. agradables. Su avaricia )ue una de las causas principale principaless de lo poco a gusto que su hi"o se ha sentido en casa durante muchos a!os. 1u paciente, como es un hombre, no resulta tan )'cil atraparle con el camu)la"e camu)la"e del Todo lo que quiero, como me"or se hace hace que los hombres pequen de gula es apoy'ndose en su vanidad. 5ay que hacer que se crean muy entendidos en cuestiones culinarias, para agui"onearles a decir que han descubierto el +nico resta restaura urant ntee de la ciuda ciudad d dond dondee los los )ile )iletes tes est' est'n n de verd verdad ad corre correcta ctame ment ntee gui guisad sados. os. 8o que empi mpieza como como van vanidad puede convertir tirse luego, paulatinamente, en costumbre. lo bueno es llevarle a ese estado de 'nimo en que la negaci&n de cualquier satis)acci&n satis)acci&n,, champagne champagne o t(, cigarrillos, cigarrillos, le irrita, porque entonces entonces su caridad, caridad, su "usticia y su obediencia estar'n totalmente a tu merced. l mero e$ceso de comida es mucho menos valioso que la e$quisitez. s +til, a modo de preparaci&n artillera antes de lanzar ataques contra la castidad. n esta materia, como en cualquier otra, debes mantener a tu hombre en un estado de )alsa espiritualidad, nunca le de"es darse cuenta. Si ha de pensar en el aspecto m(dico de la castidad, su(ltale la gran mentira que hemos hemos hech hechoo que se trag trague uen n los los huma humano noss ingl inglese eses, s, que que el e"er e"erci cicio cio )ísi )ísico co e$cesivo, y la consecuente )atiga, son especialmente )avorables para esta virtud. odría muy bien preguntarse uno, en vista de la notoria lubricidad de los marineros y de los soldados, c&mo es posible que se lo crean. ero nos servimos
de los maestros de escuela para di)undir este camelo, hombres a quienes de verdad la castidad s&lo les interesaba como e$cusa para )omentar la pr'ctica de los deportes, y que, por tanto, recomendaban tales "uegos como ayuda a la castidad. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Decimoc Dec imoctava tava
carta
Mi querido Orugario, demonio humano. 5asta con el demonio ;abalapo tienes que haber aprendido en la escuela la t(cnica rutinaria de la tentaci&n se$ual, y ya que para nosotros los espíritus todo este asunto es considerablemente tedioso aunque necesario como parte de nuestro entrenamiento, lo pasar( de largo. ero en las cuestiones m's amplias implicadas en este asunto creo que tienes mucho que aprender. 8o que el nemigo 9SUS e$ige de los humanos adopta la )orma de un dilema, completa ta abstin abstinenc encia ia o monogamia sin paliativos. Desde la primera gran o comple victoria de -uestro adre Satanas, les hemos hecho muy di)ícil la primera. * llevamos unos cuantos siglos cerrando la segunda como vía de escape. la +nica base respetable es para el matrimonio, de que el matrimonio puede, y debe, hacer permanente permanente este entusiasmo, entusiasmo, y de que un matrimonio matrimonio que no lo consigue consigue de"a de ser vinculante. sta idea es una parodia de una idea procedente del nemigo DIOS. 1oda la )iloso)ía del In)ierno descansa en la admisi&n del a$ioma de que una cosa no es otra cosa y, en especial, de que un ser no es otro ser. Mi bien es mi bien, y tu bien es el tuyo. 8o que gana uno, otro lo pierde. 8a succi&n de la voluntad y la libertad de d e un ser m's d(bil por p or uno m's )uerte. Ser, significa, ser compitiendo. 8a )iloso)ía del nemigo nemigo 9SUS no es m's ni menos que un continuo intento de eludir esta verdad evidente. Su meta es una contradicci&n. esta imposibilidad l le llama Amor, y esta misma mon&tona panacea puede detectarse ba"o todo lo que l hace e incluso todo lo que 6l es o pretende ser. De este modo, l no est' satis)echo, satis)echo, ni siquiera 6l mismo, con ser una mera unidad aritm(tica, aritm(tica, pretende ser tres al mismo tiempo que uno, con el )in de que esta tontería del mor pueda encontrar un punto de apoyo en Su propia naturaleza. l otro e$tremo de la escala, 6l introduce en la materia ese indecente invento que es el organismo, organismo, en el que las partes se ven pervertidas de su natural destino, la competencia y se ven obligadas a cooperar. Su aut(ntica motivaci&n para elegir el se$o como m(todo de reproducci&n de los humanos est' clarísima, en vista del uso que ha hecho de (l. l se$o podría haber sido, desde nuestro punto de vista, completamente inocente. odría haber sido meramente una )orma m's en la que un ser m's )uerte se alimentaba de otro m's d(bil, como sucede, de hecho, entre las ara!as, que culminan sus nupcias con la novia comi(ndose al novio.
ero en los humanos, el nemigo DIOS ha asociado gratuitamente el a)ecto con el deseo se$ual. 1ambi(n ha hecho que su descendencia descendencia sea dependiente dependiente de los padres, y ha impulsado a los padres a mantenerla, dando lugar así a la )amilia, que es como el organismo, s&lo que peor, porque sus miembros est'n m's separados, pero tambi(n unidos de una )orma m's consciente y responsable. 1odo ello resulta ser, de hecho, un artilugio m's para meter el mor. hora viene lo bueno del asunto. l nemigo describi& a la pare"a casada como una sola carne. -o di"o, una pare"a )elizmente casada, ni, una pare"a que se cas& porque estaba enamorada, pero se puede conseguir que los humanos no tengan eso en cuenta. 1ambi(n 1ambi(n se les puede hacer olvidar olvidar que el hombre al que llaman ablo no lo limit& a las pare"as casadas. ara (l, la mera copulaci&n da lugar a, una sola carne. el a)ecto y la )amilia, se puede hacer que los humanos in)ieran la )alsa creencia de que la mezcla de a)ecto, a)ecto, temor y deseo que llaman, llaman, estar estar enamorados, enamorados, es lo +nico que hace )eliz o santo el matrimonio. l error es )'cil de provocar, porque enamorarse es algo que con mucha )recuencia, en uropa occidental, precede matrimonios contraídos en obediencia a los prop&sitos del nemigo, esto es, con la intenci&n de la )idelidad, la )ertilidad y la buena voluntad, al igual que la emoci&n religiosa muy a menudo, pero no siempre, acompa!a a la conversi&n. n primer lugar, a los humanos que no tienen el don de la continencia se les puede disuadir de buscar en el matrimonio una soluci&n, porque no se sienten enamorados y, gracias a nosotros, la idea de casarse por cualquier otro motivo les parece vil y cínica. cínica. -o olvides olvides hacer que tu hombre hombre piense que la ceremonia nupcia nupciall es muy o)ensi o)ensiva. va. n segund segundoo lugar, lugar, cualqu cualquier ier in)atu in)atuaci aci&n &n se$ual se$ual,, mientras se proponga el matrimonio como )in, ser' considerada amor, y el amor ser' usado para e$cusar al hombre de toda culpa, y para protegerl pro tegerlee de todas las consecuencias de casarse con una pagana, una idiota o una libertina. ero ya seguir( en mi pr&$ima carta. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO Decimon Dec imonoven ovena a carta
Mi querido Orugario, demonio humano. #
al nemi emigo que que pusi pusies esee Sus Sus cart cartas as sobr sobree la mesa mesa,, y 8e dio dio toda todass las las oportunidades posibles. dmiti& que tenía verdadera necesidad de conocer el secreto, el nemigo le replic&, 5emos probado hip&tesis tras hip&tesis, y todavía no hemos podido descubrirlo. Si se trata de un hombre emotivo, cr(dulo, alim(ntale de poetas menores y de novelistas novelistas de quinta )ila, )ila, de la vie"a escuela, hasta que le hayas hayas hecho creer que el mor es irresistible y adem's, de alg+n modo, intrínsecamente meritorio. sta creencia no es de mucha utilidad, te lo garantizo, para provocar )altas casu casual ales es de cast castid idad ad,, pero pero es una una rece receta ta inco incomp mpar arab able le para para cons conseg egui uirr prolongados adulterios nobles, rom'nticos y tr'gicos, que terminan, si todo marcha bien, en asesinatos y suicidios. Si )alla eso, se puede utilizar para empu"ar al paciente a un matrimonio +til. orque el matrimonio, aunque sea un invento del nemigo, tiene sus usos. Debe haber varias mu"eres "&venes en el barrio de tu paciente que harían e$tremadamente di)ícil para (l la vida cristiana, si tan s&lo lograses persuadirle de que se casase con una de ellas. or )avor, envíame un in)orme sobre esto la pr&$ima vez que me escribas. Mientras tanto, enamorami amient ento o no es, en sí, que que te qued quedee bien bien clar claroo que que este este esta estado do de enamor nece necesa sari riam amen ente te )avo )avora rabl blee ni para para noso nosotr tros os ni para para el otro otro ba band ndo. o. s, s, simplemente, una ocasi&n que tanto nosotros como el nemigo tratamos de e$plotar. 0omo la mayor parte de las cosas que e$citan a los humanos, tales como la salud y la en)ermedad, la ve"ez ve"ez y la "uventud, "uventud, o la guerra y la paz, desde el punto de vista de la vida espiritual es, sobre todo, materia prima. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO 20 carta
Mi querido Orugario, demonio humano. 3eo con gran disgusto que el nemigo 9US ha puesto )in )orzoso, por el momento, a tus ataques directos a la castidad del paciente. Debieras haber sabido que, al )inal, siempre lo hace, y haber parado antes de llegar a ese punto. orque, tal como est'n las cosas, ahora tu hombre ha descubierto la peligrosa verdad de que estos ataques no duran para siempre, en consecuencia, conse cuencia, no puedes volver a usar la que, despu(s de todo, todo , es nuestra me"or arma, la creencia de los humanos ignorantes de que no hay esperanza de librarse de nosotros, e$cepto rindi(ndose. 1odavía no he recibido un in)orme tuyo acerca de las mu"eres "&venes de la vecindad. 8o querría de inmediato, porque si no podemos servirnos de su se$ualidad se$ualidad para hacerle licencioso, licencioso, debemos tratar de usarla para promover un matrimonio conveniente. Mientras tanto, me gustaría darte algunas ideas acerca del del tipo tipo de mu"e mu"err me re)i re)ier eroo al tipo tipo )ísi )ísico co del del que que debe debemo moss inci incita tarl rlee a enamorarse, si un enamoramiento es lo m's que podemos conseguir.
sta cuesti&n la deciden por nosotros espíritus que est'n mucho m's aba"o en la ;a"o"erarquía que t+ y yo, y por supuesto de una )orma provisional. s traba"o de estos grandes maestros el producir en cada (poca una desviaci&n general de lo que pudier pudieraa llamar llamarse se el gusto se$ual. sto lo consiguen traba"ando con el peque!o peque!o círculo de artistas populares, populares, modistas, actrices y anunciadores anunciadores que determinan el tipo que se considera, de moda. Su prop&sito es apartar a cada se$o de los miembros del otro con quienes serían m's probables matrimonios fértil iles es.. sí, hemos triun)ado ya durante espiri espiritua tualme lmente nte +tiles +tiles,, )elice )elicess y fért naturaleza, a, hasta el punto de hacer desagradable muchos siglos sobre la naturalez desagradabless para casi todas las mu"eres ciertas características secundarias del var&n, como la barba. época, a, selecc n otra époc seleccion ionamo amoss un tipo tipo e$agera e$ageradamen damente te )emeni )emenino, no, pálido y l 'nguido, 'nguido, de )orma que la locura y la cobarda, y toda la )alsedad y estrechez mental general que las acompa!an, estuviesen muy solicitadas. ctualmente va4 mos en direcci&n contraria. 8a era del !azz ha sucedido a la era del vals, y ahora ense!amos a los hombres a que les gusten mu"eres cuyos cuerpos apenas se pueden pueden distingu distinguir ir de los de los muchacho muchachos. s. 0omo (ste es un tipo de belleza mayor ra, a, as as acentuamos el cr&nico horror a todav todavía ía m's pasa"e pasa"ero ro que la mayo enve"ecer de la mu"er con muchos e$celentes resultados, y la hacemos menos deseosa y capaz de tener ni!os. ero, al mismo tiempo, se le ense!a al mundo moderno a creer que es muy sano, y que est' volviendo volviendo a la naturaleza. corazón de cualquier humano, que Descubrir's, si e$aminas cuidadosamente el corazón est' obsesionado por, al menos, dos mu"eres imaginarias, una 3enus terrenal, y otra in)ernal, y que su deseo varía cualitativamente de acuerdo con su ob"eto. 5ay un tipo por el cual su deseo es naturalmente sumiso al nemigo, )'cilmente mezclable con la caridad, obediente al matrimonio, totalmente coloreado por esa luz dorada de respeto y naturalidad que detestamos, hay otro tipo que desea brutalmente, tendería a tratar t ratar como a una esclava, un ídolo o una c&mplice. Su amor por el primer tipo podría tener algo de lo que el nemigo llama maldad, pero s&lo accidentalmente, el hombre desearía que ella no )uese la mu"er de otro, y lamentaría no poder amarla lícitamente. 8a verdadera utilidad de la 3enus in)ernal es, sin duda, como prostituta o amante. ero si tu hombre es un cristiano, y si le han ense!ado bien las tonterías sobre el mor, irresistible y que lo "usti)ica todo, a menudo se le puede inducir a que se case con ella. * eso es algo que vale la pena conseguir. 5abr's )racasado con respecto a la )ornicaci&n y a los vicios solitarios, pero hay otros, y m's indirectos, medios de servirse de la se$ualidad de un hombre para lograr su perdici&n. *, no s&lo son e)icaces, sino deliciosos, la in)elicidad que producen es de una clase muy duradera y e$quisita. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO 21 carta
Mi querido Orugario, demonio humano.
Un período de tentaci&n se$ual es un e$celente momento para llevar a cabo un ataque secundario a la impaciencia del paciente. ero aquí, como en todo lo dem's, debes preparar el camino para tu ataque moral nublando su inteligencia. 5abr's observado que nada le en)urece tan )'cilmente como encontrarse con que un rato que contaba con tener a su disposici&n, le ha sido arrebatado de imprevisto. 8o que le saca del quicio es el visitante inesperado, o la mu"er habladora habladora de un amigo. 8e irritan porque considera su tiempo como propiedad suya, y siente que se lo est'n robando. Debes, por tanto, conservar celosamente en su cabeza la curiosa suposici&n, suposici&n, Mi tiempo es mío. D("ale D("ale tener la sensaci&n de que empieza cada día como el legítimo due!o de veinticuatro horas. l hombre no puede ni hacer ni retener un instante de tiempo todo el tiempo es un puro regalo, con el mismo motivo podría considerar el sol y la luna como enseres suyos. n teoría, tambi(n est' comprometido totalmente al servicio del nemigo 9SUS, y si el nemigo se le apareciese en )orma corp&rea y le e$igiese ese servicio total, incluso por un solo día, no se negaría. Se sentiría muy aliviado si ese +nico día no supusiese nada m's di)ícil que escuchar la conversaci&n de una mu"er tonta, envu(lvela en penumbra, y en el centro de esa oscuridad de"a que que su sent sentim imie ient ntoo de prop propie ieda dad d del del tiem tiempo po perm perman anez ezca ca call callad ada, a, sin sin inspeccionar, y activa. 8os humanos siempre est'n reclamando propiedades que resultan igualmente ridículas en el 0ielo y en el In)ierno, y debemos conseguir que lo sigan haciendo. /ran parte de la resistencia moderna a la castidad procede de la creencia de que los hombres son propietarios de sus cuerpos, es como si un in)ante a quien su padre ha colocado, por cari!o, como gobernador titular de una gran provincia, ba"o el aut(ntico mando de sabios conse"eros, llegase a imaginarse que real4 real 4 mente son suyas las ciudades. ciudades. Damos lugar a este sentimiento sentimiento de propiedad no s&lo por medio del orgullo, sino tambi(n por medio de la con)usi&n. 8es ense!amos a no notar los di)erentes sentidos del pronombre posesivo, las di)erencias minuciosamente graduadas que van desde mis botas, pasando por mi perro, mi criado, mi esposa, mi padre y mi se!or, hasta mi Dios. Se les puede ense!ar a reducir a mí de propiedad. Incluso en el "ardín de in)ancia, se le puede ense!ar a un ni!o a re)erirse, por mi osito. *, al otro e$tremo de la escala, hemos ense!ado a los hombres a decir mi Dios en un sentido realmente no muy di)erente del de mis botas, signi)icando el Dios a quien tengo algo que e$igir a cambio de mis distinguidos servicios y a quien e$ploto desde el pulpito, el Dios en el que me hecho un rinc&n. *a descubrir'n al )inal, no temas, a qui(n pertenecen pertenec en realmente su tiempo, sus almas y sus cuerpos, desde luego, no a ellos, pase lo que pase. n la actualidad, el nemigo dice mío acerca de todo, con la pedante e$cusa legalista de que 6l lo hizo. -uestro -uestro adre espera decir mío de todo al )inal, con la base m's realista y din'mica de haberlo conquistado. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO 22 carta
Mi querido Orugario, demonio humano.
:3aya> 1u hombre se ha enamorado, y de la peor manera posible, :y de una chica que ni siquiera )igura en el in)orme que me enviaste> agar's por eso, igual que por tus restantes equivocaciones. Mientras tanto, te envío un )olleto, reci(n aparecido sobre el nuevo 0orreccional de 1entadores Incompetentes. 5e mirado el e$pediente de esa chica y estoy aterrado de lo que me encuentro. -o s&lo una cristiana, sino vaya cristiana, :una se!orita vil, escurridiza, boba, recatada, ratonil, acuosa, insigni)icante, virginal, prosaica> :l animalillo> Me hace vomitar. pesta y abrasa incluso a trav(s de las mismas p'ginas del e$pe e$pedi dien ente te.. Me enlo enloqu quec ecee que que pueda pueda pued puedan an hacer hacer "unt "untos os la volun volunta tad d de nuestro enemigo 9SU. Una tramposa en todos los sentidos. arece una mos4 quita muerta, y sin embargo tiene ingenio satírico. l tipo de criatura que me encontraría DI321IDO :a mí> squerosa, insípida, pacata, y sin embargo disp dispue uesta sta a caer caer en los los braz brazos os de este este bobo bobo,, como como cual cualqu quie ierr otro otro anim animal al reproductor. #or qu( el nemigo no la )ulmina por eso, si 6l est' tan loco por la virginidad, en lugar de contemplarla sonriente% n el )ondo, es un hedonista. 1odos esos ayunos, y vigilias, y hogueras, y cruces, son tan s&lo una )achada. 5ay cosas que los humanos pueden hacer todo el día, sin que a l le importe lo m's mínimo= dormir, lavarse, comer, beber, hacer el amor amor,, "uga "ugar, r, reza rezar, r, trab traba" a"ar ar.. 8uch 8ucham amos os en crue cruell desv desven enta ta"a "a== nada nada est' est' ti. *a arreglar( natura naturalme lmente nte de nuestr nuestraa parte. parte. -o es que eso te disculp disculpee a ti. cuentas contigo. Siempre me has odiado y has sido insolente conmigo cuando te has atrevido. 8uego, claro, tu paciente llega a conocer a la )amilia y a todo el círculo de esta mu"er. #-o podías haberte dado cuenta de que la misma casa en que ella vive es una casa en la que (l nunca debía haber entrado% 1odo el lugar apesta a ese mortí)ero aroma. l mismo "ardinero, aunque s&lo lleva allí cinco a!os, est' empezando a adquirirlo. 5asta los hu(spedes, tras una visita de un )in de semana, se llevan consigo un poco de este olor. l perro y el gato tambi(n lo han tomado. /uardan tan celosamente como el nemigo mismo el secreto de lo que hay detr's de esta pretensi&n de amor desinteresado. 1oda la casa y el "ardín son una vasta indecencia.
n mi )orma actual, me siento a+n m's impaciente por verte, para unirte a mí en un abrazo indisoluble. %irmado, demonio angélico SO1U;O. SO1U;O. &or orden, Su bismal Sublimidad Subsecretario.
23 carta
Mi querido Orugario, demonio humano.
trav(s de esta chica y de su repugnante )amilia, el paciente pacient e est' conociendo ahora cada día a m's cristianos, cristianos, y adem's adem's cristianos cristianos muy inteligent inteligentes. es. Durante e'tirpar ar la espiritualidad de su vida. Muy mucho mucho tiempo va a ser imposib imposible le e'tirp bien, entonces, debemos corromperla. Sin duda, habr's practicado a menudo el trans)ormarte en un 'ngel de la luz, como e"ercicio de pista. hora es el momento de hacerlo delante del nemigo. l Mundo y la 0arne nos han )allado, queda un tercer oder. * este tercer tipo de ($ito es el m's glorioso de todos. Desc Descub ubri rir' r'ss que que much muchos os escr escrit itor ores es polí políti tico coss cris cristi tian anos os pien piensa san n que que el cristianismo empez& a deteriorarse, y a apartarse de la doctrina de su 7undador, muy temprano. Debemos usar esta idea para estimular una vez m's la idea de un 9es+s hist&rico, que puede encontrarse apartando posteriores ?a!adidos y perversiones@, y que debe luego compararse con toda la tradici&n cristiana. rimero hacemos a 6l tan s&lo un maestro, y luego ocultamos la muy sustancial concordancia e$istente entre Sus ense!anzas y las de todos los dem's grandes maestros morales. orque a los humanos no se les debe permitir notar que todos los grandes moralistas son enviados por el nemigo 9SUS, no para in)ormar a los hombres, sino para recordarles, para rea)irmar contra nuestra contin+a ocultaci&n las primigenias vulgaridades morales. -osotros creamos a los so)istas, 6l cre& un S&crates para responderles. -uestro tercer ob"etivo es, destruir la vida devocional. -osotros sustituimos la presencia real del nemigo, que de otro modo los hombres e$perimentan en la oraci&n y en los sacramentos, por una )igura meramente probable, remota, sombría y grosera, que hablaba un e$tra!o lengua"e y que muri& hace mucho tiempo. los hombres se les ha privado del material necesario para una biogra)ía completa. 8os vangelios vienen despu(s, y )ueron escritos, no para hacer cristianos, sino para p ara edi)icar a los cristianos ya hechos. 0on respecto a la cone$i&n general entre el cristianismo y la política, nuestra posici&n es m's delicada. or supuesto, no queremos que los hombres de"en que su cristianismo in)luya en su vida política, porque el establecimiento de algo parecido a una sociedad verdaderamente "usta sería una cat'stro)e de primera magn magnit itud ud.. 8o que que hay hay que que hace hacerr es cons conseg egui uirr que que un homb hombre re valo valore re,, al principio, la "usticia social como algo que el nemigo e$ige, y luego conducirle a una etapa en la que valore el cristianismo porque puede dar lugar a la "usticia social. orque el nemigo no se de"a usar como un instrumento. 8os hombres o las naciones que creen que pueden reavivar la )e con el )in de hacer una buena sociedad podrían, para eso, pensar que pueden usar las escaleras del 0ielo como un ata"o a la )armacia m's pr&$ima. or )ortuna, es bastante )'cil convencer a los humanos de que hagan eso. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO 24 carta
Mi querido Orugario, demonio humano. Me he estado escribiendo con Suburbiano, que tiene a su cargo a la "oven de tu paciente, y empiezo a ver su punto d(bil. s un peque!o vicio que no llama la atenci&n y que comparte con casi todas las mu"eres que se han criado en un
círculo inteligente inteligente y unido por una creencia creencia claramente claramente de)inida, de)inida, consiste en la suposici&n, completamente inconsciente, de que los e$tra!os que no comparten esta creencia son realmente demasiado est+pidos y ridículos. 1u paciente es un novicio en este nuevo círculo. st' allí a diario, encontrando una calidad de vida cristiana que nunca antes imagin&, y vi(ndolo todo a trav(s de un cristal encantado, porque est' enamorado. st' impaciente de hecho, el nemigo se lo ordena por imitar esta cualidad. uedes conseguir que imite este de)ecto de su amada, y que lo e$agere hasta que lo que era venial en ella resulte, en (l, el m's poderoso y el m's bello de los vicios, el Orgullo spiritual. 6sta es tu ocasi&n. Mientras que el nemigo, por medio del amor se$ual y de unas personas muy simp'ticas y muy adelantadas en su servicio, est' tirando del "oven b'rbaro hasta niveles que de otro modo nunca podría haber alcanzado. -uestro ($ito en esto se basa en con)undirle. Si tratas de hacerle e$plícita y recono reconocid cidame amente nte orgullo orgulloso so de ser cristia cristiano, no, probabl probableme emente nte )racas )racasar' ar's, s, las advertencias del nemigo 9SUS son demasiado conocidas. ns(!ale, usando la in)luencia de esta chica en sus momentos m's tontos, a adoptar un aire de di(ersión ante las cosas que dicen los no creyentes. lgunas teorías que puede oír en los modernos círculos cristianos pueden resultar +tiles, lo que importar es hacer del cristianismo una religi&n misteriosa, en la que (l se sienta uno de los iniciados. 1e ruego que no llenes tus cartas de basura sobre esta guerra europea. -o me interesa lo m's mínimo saber cu'ntas personas han sido muertas por las bom4 bas en Inglaterra. uedo enterarme del estado de 'nimo en que murieron mu rieron por la o)icina destinada a ese )in.
1u tío, demonio ang(lico S02U1OO 25 carta
Mi querido Orugario, demonio humano. l verdadero inconveniente del grupo en el que vive tu paciente es que es meramente cristiano. 1odos tienen intereses individuales, claro, pero su lazo de uni&n sigue siendo el mero cristianismo. 8o que nos conviene, si es que los hombres se hacen cristianos, es mantenerles en el estado de 'nimo que yo llamo el cristianismo y la 0risis, el cristianismo y la -ueva sicología, el cristianismo y la 7e 0uradora, el cristianismo y la Investigaci&n síquica, el cristianismo y el 3egetarianismo. Si han de ser cristianos, que al menos sean cristianos con una di)e di)ere renc ncia ia.. Sust Sustit itui uirr la )e mism mismaa por por algun algunaa moda moda de tona tonali lida dad d cris cristi tian ana. a. 1raba"ar sobre su horror a 8o Mismo de Siempre. l horror a 8o Mismo de Siempre es una de las pasiones m's valiosas que hemos producido en el coraz&n humano, una )uente sin )in de here"ías en lo reli religi gioso oso,, de locur locuras as en los los cons conse" e"os os,, de in)i in)ide deli lida dad d en el matr matrim imon onio io,, de inconstancia en la amistad. 8os humanos viven en el tiempo y e$perimentan la realidad sucesivamente. Deben e$perimentar el cambio. * ya que necesitan el
cambio, el nemigo, ha hecho que el cambio les resulte agradable, al igual que ha hecho que comer sea agradable. hora bien, al igual que aislamos y e$ageramos el placer de comer para producir la glot gloton oner ería ía,, aisl aislam amos os y e$ag e$ager eram amos os el natu natura rall plac placer er del del camb cambio io y lo distorsionamos hasta una e$igencia de absoluta novedad. sta e$igencia es enteramente enteramente producto de nuestra e)iciencia. e)iciencia. S&lo gracias a nuestros nuestros incesantes incesantes es)uerzos se mantiene la e$igencia de cambios in)initos, o arrítmicos. Una novedad continua cuesta dinero, de )orma que su deseo implica avaricia o in)elicida in)elicidad, d, o ambas cosas. * adem's, cuanto m's ansioso ansioso sea este deseo, antes debe engullir todas las )uentes inocentes de placer y pasar a aquellas que el nemigo prohíbe. sí, e$acerbando el horror a 8o Mismo de Siempre, pues ahora tanto los artistas se ven empu"ados por igual a cometer nuevos e$cesos de lascivia, crueldad y orgullo. or +ltimo, el a)'n de novedad es indispensable para producir modas. 8a utilidad de las modas en el pensamiento es distraer la atenci&n de los hombres de sus aut(nticos peligros. l "uego consiste en hacerles correr de un lado lado a otro otro con con e$ti e$tint ntore oress de ince incend ndio ioss cuand cuandoo hay hay una una inun inunda daci ci&n &n.. sí, sí, ponemos de moda denunciar los peligros del entusiasmo en el momento preciso en que todos se est'n haciendo mundanos e indi)erentes, un siglo despu(s, cuando estamos realmente haciendo a todos ebrios de emoci&n. ero el mayor triun)o de todos es elevar este horror a 8o Mismo de Siempre a una )iloso)ía, de )orma que el sinsentido en el intelecto pueda re)orzar la corrupci&n de la voluntad. cerca de un plan de acci&n propuesto, l quiere que los hombres, hasta donde alcanzo a ver, se hagan preguntas muy simples, #s "usto% #s prudente% 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO 26 carta
Mi querido Orugario, demonio humano. Sí, el noviazgo es el momento de sembrar esas semillas que engendrar'n, diez a!os despu(s, el odio dom(stico. l encantamiento del deseo insaciado produce resultados que se puede hacer que los humanos con)undan con los resultados de la caridad. Observa, una vez m's, el admirable traba"o de la 2ama 7ilol&gica al sustituir por el negativo desinter(s la positiva caridad del nemigo. /racias a ello, puedes desde el principio ense!ar a un hombre a renunciar a bene)icios no para que otros puedan gozar de tenerlos, tenerlos, sino para poder ser desinteresad desinteresadoo renunciando renunciando a ellos. 6ste es un gran punto ganado. n consecuencia, una mu"er muy entregada al servicio del nemigo se convertir' en una molestia mucho mayor que cualquier hombre, e$cepto aquellos a los que -uestro adre ha dominado por completo sí, mientras que la mu"er piensa en hacer buenas obras y el hombre en respetar los derechos de los dem's, cada se$o, sin ninguna )alta de raz&n evidente, puede considerar y considera al otro radicalmente egoísta. 0on )recuencia, es imposible averiguar cu'les son los aut(nticos deseos de cualquiera de las parte, con suerte, acaban haciendo algo que ninguno quiere,
mientras que cada uno siente una agradable sensaci&n de virtuosidad y abriga una secreta e$igencia de trato pre)erencial por el desinter(s de que ha dado prueba y un secreto motivo de rencor hacia el otro por la )acilidad con que ha aceptado su sacri)icio. Se propone algo completamente trivial, como tomar el t( en el "ardín. Un miembro de la )amilia se cuida de de"ar bien claro que pre)eriría no hacerlo, est' dispuesto a hacerlo, por desinter(s. Insiste en hacer lo que los otros quieren. llos insisten en hacer lo que (l quiere. 8os 'nimos se caldean. ronto alguien est' diciendo, :Muy bien, pues entonces no tomaremos t( en ning+n sitio>, a lo que sigue una verdadera discusi&n, con amargo resentimiento por ambos lados. #3es c&mo se consigue% toda la amargura que realmente )luye de la virtuosidad y la obstinaci&n )rustradas y de los motivos de rencor acumulados en los + ltimos diez a!os, queda ocultada por el desinter(s o)icial de lo que est'n haciendo. 0ierto grado de )alsedad mutua, cierta sorpresa de que la chica no siempre note lo desinteresado que est' siendo, se pueden meter de contrabando ya. 0uida mucho estas cosas, y, sobre todo, no de"es que los tontos "&venes se den cuenta de ellas. Si las notan, estar'n en camino de descubrir que el ?amor@ no es bastante, que se necesita caridad y a+n no la han alcanzado, y que ninguna ley e$terna puede suplir su )unci&n. Me gustaría que Suburbiano pudiera hacer algo para minar el sentido del ridículo de esa "oven. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO 27 carta
Mi querido Orugario, demonio humano. 8a utilidad de su amor para distraer su pensamiento del nemigo es, por supuesto, obvia, pero revelas el pobre uso que est's haciendo de (l cuando dices que la cuesti&n de la distracci&n y del pensamiento errante se han convertido ahora en uno de los temas principales de sus oraciones. so signi)ica que has )racasado en gran medida. 0uando esta o cualquier otra distracci&n cruce su mente, deberías animarle a apartarla por pura )uerza de voluntad y a tratar de proseguir su oraci&n normal como si no hubiese pasado nada, una vez que acepta la distracci&n como su problema actual y e$pone eso ante el nemigo y lo hace el tema principal de sus oraciones y de sus es)uerzos, entonces, le"os de hacer bien, has hecho da!o. 0ualquier cosa, incluso un pecado, que tenga el e)ecto )inal de acercarle al nemigo, nos per"udica a la larga. Un curso de acci&n prometedor prometedor es el siguiente, ahora que est' enamorado, una nueva idea de la )elicidad terrena ha nacido en su menteA y de ahí una nueva urgen urgenci ciaa en sus orac oracion iones es de peti petici& ci&n, n, sobr sobree esta esta guerr guerraa y otros otros asunt asuntos os seme"antes. l nemigo, les ha dicho claramente que recen por el pan de cada día y por la curaci&n de sus en)ermos. *a que tu paciente ha contraído el terrible h'bito de la obediencia, probablemente seguir' rezando oraciones tan vulgares hagas lo que hagas. ero puedes preocuparle con la obsesionante sospecha de que tal pr'ctica es absurda y no puede pu ede tener resultados res ultados ob"etivos. Si no ocurre oc urre lo que (l pide, entonces eso es una prueba m's de que las oraciones de petici&n no sirven.
Si tratase de e$plicarle que las oraciones de los hombres de hoy son una de las incontables coordenadas con las que el nemigo armoniza el tiempo que har' ma!ana, te replicaría que entonces el nemigo siempre supo que los hombres iban a rezar esas oraciones, y, por tanto, que no rezaron libremente, sino que estaban predestinados a hacerlo.
1u tío, demonio ang(lico S02U1OO 28 carta
Mi querido Orugario, demonio humano. Me cuentas con alegría que hay motivos para esperar intensos ataques a(reos sobre la ciudad donde vive el paciente. 6ste es un e"emplo atroz de algo acerca de lo que ya me he lamentado= la )acilidad con que olvidas la )inalidad principal de tu goce inmediato del su)rimiento humano. #-o sabes que las bombas matan hombres% hombres% #O no te das cuenta de que la muerte del paciente, paciente, en este momento, momento, es precisamente precisamente lo que queremos evitar% evitar% 5a escapado escapado de los amigos mundanos mundanos con los que intentaste liarle, se ha enamorado de una mu"er muy cristiana y de momento es inmune a tus ataques contra su castidad, y los di)erentes m(todos de corromper su vida espiritual que hemos probado hasta ahora no han tenido ($ito. s casi seguro que le perderemos si muere esta noche. sto es tan evid eviden ente te que que me da verg vergBen Benza za escr escrib ibir irlo lo.. Si muere muere ahora ahora,, lo pier pierde des. s. Si sobrevive a la guerra, siempre hay esperanza. l nemigo le ha protegido de ti durante la primera gran oleada de tentaciones. ero, s&lo con que se le pueda mant manten ener er vivo vivo,, tend tendr' r'ss al tiem tiempo po mism mismoo como como alia aliado do tuyo tuyo.. 8os 8os larg largos os,, aburridos y mon&tonos a!os de prosperidad en la edad madura o de adversidad en la misma edad son un e$celente tiempo de combate. Si su edad madura resulta pr&spera, nuestra posici&n es a+n m's s&lida. 8a prosperidad une a un hombre al Mundo. Siente que est' encontrando su lugar en (l, cuando en realidad el mundo est' encontrando su lugar en (l. Su creciente prestigio, su cada vez m's amplio círculo de conocidos, la creciente presi&n de un traba"o absorbente y agradable, construyen en su interior una sensaci&n de estar realmente a gusto en la 1ierra, que es precisamente lo que nos conviene. -otar's que los "&venes suelen generalmente resistirse menos a morir que los maduros y los vie"os. 8o cierto es que el nemigo, tras haber e$tra!amente destinado a estos meros animales a la vida en Su propio mundo eterno, les ha protegido bastante e)icazmente del peligro de sentirse a gusto en cualquier otro sitio. or eso debemos con )recuencia desear una larga vida a nuestros pacientes, en setenta a!os no sobra un día para la di)ícil tarea de desenmara!ar sus almas del 0ielo y edi)icar una )irme atadura a la 1ierra. uede calcularse calcularse lo inapreciable inapreciable que es el tiempo para nosotros por el hecho de que el nemigo nos conceda tan poco. 8a mayor parte de la raza humana muere en la in)ancia, de los supervivientes, muchos mueren en la "uventud. s obvio que para 6l el nacimiento humano es importante sobre todo como )orma de hacer posible la muerte humana, y la muerte s&lo como p&rtico a esa otra clase
de vida. Se nos permite traba"ar +nicamente sobre una minoría selecta de la raza. l parecer, l quiere que algunos Cpero s&lo muy pocosC de los animales huma humano noss con con que que est' est' pobl poblan ando do el 0iel 0ieloo haya hayan n tenido tenido la e$pe e$peri rien enci ciaa de resistirnos resistirnos a lo largo de una vida terrenal de sesenta o setenta setenta a!os. ;ueno, (sa es nuestra oportunidad. 0uanto menor sea, me"or hemos de aprovecharla. 5agas lo que hagas, mant(n a tu paciente tan a salvo como te sea posible. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO 29 carta
Mi querido Orugario, demonio humano. l odio podemos conseguirlo. 8a tensi&n de los nervios humanos en medio del ruido, el peligro y la )atiga les hace propensos a cualquier emoci&n violenta, y s&lo es cuesti&n de guiar esta susceptibilidad por los conductos adecuados. Si su conciencia se resiste, at+rdele. D("ale decir que siente odio no por (l, sino en nombre de las mu"eres y los ni!os, y que a un cristiano le dicen que perdone a sus propios enemigos, no a los de otras personas. 5emos hecho que los hombres se enorgullezcan de la mayor parte de los vicios, pero no de la cobardía. 0ada vez que hemos estado a punto de lograrlo, el nemigo permite una guerra o un terremoto o cualquier otra calamidad, y al instante el valor resulta tan obviamente encantador e importante, incluso a los o"os de los humanos, que toda nuestra labor es arruinada, y todavía queda un vicio del que sienten aut(ntica vergBenza. l peligro de inculcar la cobardía a nues nuestr tros os paci pacien ente tes, s, por por tant tanto, o, estr estrib ibaa en que que prov provoc ocam amos os verd verdad ader eroo conocimiento de sí mismos y verdadero autodesprecio, con el arrepentimiento y la humildad consiguientes. *, de hecho, durante la +ltima guerra, miles de humanos, al descubrir su cobardía, descubrieron la moral por primera vez. 6sta es, de hecho, probablemente, una de las razones del nemigo para crear un mundo peligroso, un mundo en el que las cuestiones morales se plantean a )ond )ondo. o. l ve tan bien bien como t+ que que el valor valor no es simp simple leme ment ntee una de las virtudes, sino la )orma de todas las virtudes en su punto de prueba, lo que signi)ica en el punto de m'$ima realidad. Una castidad o una honradez o una piedad que cede ante el peligro ser' casta u honrada o piadosa s&lo con condiciones. ílalos )ue piadoso hasta que result& arriesgado. Demostraría que había creído en el perd&n de sus otros pecados por el nemigo, y que lo había aceptado, s&lo porque (l mismo no sentía completamente su pecaminosidad, que con respecto al +nico vicio cuya completa pro)undidad de deshonra comprende no puede buscar el erd&n, ni con)iar en (l. ero me temo que le has de"ado avanzar demasiado en la escuela del nemigo, y que sabe que la desesperaci&n es un pecado m's grave que cualquiera de los que la producen. 8a cuesti&n es hacer que no de"e de tener la sensaci&n de que, aparte del recurrir, de nemigo nemigo y del valor que el nemigo le in)unde, tiene algo a lo que recurrir, )orma que lo que había de ser una entrega total al deber, se vea totalmente mina minado do por por pequ peque! e!as as rese reserva rvass incon inconsci scien ente tes. s. 8uego 8uego,, en el mome moment ntoo de verdadero terror, m(teselo en los nervios y en los m+sculos, y puedes conseguir que cometa el acto )atal antes de que sepa qu( te propones. orque, recu(rdalo,
el acto de cobardía es lo +nico que importa, la emoci&n del miedo no es, en sí, un pecado, y, aunque dis)rutamos de ella, no nos sirve para nada. 1u tío, demonio ang(lico S02U1OO 30 carta
Mi querido Orugario, demonio humano. l comportamiento comportamiento del paciente durante durante el primer ataque a(reo ha sido el peor posible. stuvo muy asustado y se cree un gran cobarde, y por tanto no siente ning+n orgullo, pero ha hecho todo lo que su deber le e$igía y tal vez un poco m's. 7rente a este desastre, todo lo que puedes mostrar en tu haber es un arranque de mal genio contra un perro que le hizo tropezar, un n+mero algo e$cesivo de cigarrillos )umados, y haber olvidado una oraci&n. n cualquier caso, pronto ver's que la "usticia del In)ierno es puramente realista, y que s&lo le interesan los resultados. 1r'enos alimento, o s( t+ mismo alimento. -o es simplemente la )atiga como tal la que produce la irritaci&n, sino las e$igencias inesperadas a un hombre ya cansado. Sea lo que sea lo que esperen, los hombres pronto llegan a pensar que tienen derecho a ello= el sentimiento de decepci&n puede ser convertido, con muy poca habilidad de nuestra parte, en un sentimiento de agravio. ara conseguir los me"ores resultados posibles de la )atiga )atiga del paciente, paciente, por tanto, debes alimentarle alimentarle con )alsas esperanzas. esperanzas. 5az que se recon)orte pensando cu'nto dis)rutar' de la cama la pr&$ima noche. $agera el cansancio, haci(ndole creer que pronto habr' pasado, porque los hombres suelen sentir sentir que no habrían podido soportar soportar por m's tiempo un es)uerzo en el mome moment ntoo prec precis isoo en que que se est' est' acab acaban ando do,, o cuan cuando do cree creen n que que se est' est' acabando. n los ataques contra la paciencia, la castigad y la )ortaleza, lo divertido es hacer que el hombre se rinda "usto cuando el alivio estaba casi a la vista. -o s( si es probable o no que se vea con la chica en situaciones de apuro. Si la ve, utiliza a )ondo el hecho de que, hasta cierto punto, la )atiga hace que las mu"eres hablen m's y que los hombres hablen menos. De ahí puede suscitarse mucho resentimiento secreto, hasta entre enamorados. 8a odiosidad de una persona odiada es real, en el odio se ve a los hombres tal como son, se est' desilusionando, pero el encanto de una persona amada es meramente una neblina sub"etiva que oculta un )ondo real de apetencia se$ual o de asociaci&n econ&mica. 8as guerras y la pobreza son realmente horribles, la paz y la abundancia son meros hechos )ísicos acerca de los cuales resulta que los hombres tienen ciertos sentimientos. 8as criaturas siempre est'n acus'ndose mutuamente mutuamente de querer comerse el pastel y tenerlo, tenerlo, pero gracias gracias a nuestra labor est'n m's a menudo en la di)ícil situaci&n de pagar el pastel y no com(rselo. 1u paci pacien ente te,, adecu adecuad adam amen ente te mani manipul pulad ado, o, no tend tendr' r' ning ningun unaa di)i di)icul culta tad d en considerar su emoci&n ante el espect'culo de unas entra!as humanas como una revelaci&n de la realidad y su emoci&n ante la visi&n de unos ni!os )elices o de un día radiante como mero sentimiento.
1u tío, demonio ang(lico S02U1OO 31 carta
Mi querido Orugario, demonio humano. :l contrario> > 5ubo 5ubo un repe repent ntin inoo acla aclara rami mien ento to de sus o"os o"os #no #no es verda verdad% d% cuando te vio por vez primera, se dio cuenta de la parte que habías tenido de (l, y supo que ya no la tenías. iensa s&lo s &lo y que sea el principio de tu agonía lo que sinti& en ese momento= como si se le hubiese caído una costra de una antigua herida, herida, como si estuviese estuviese saliendo de una erupci&n erupci&n espantosa, y parecida parecida a una concha, como si se despo"ase de una vez para todas de una prenda sucia, mo"ada y pega"osa. :or el In)ierno, ya es bastante desgracia verles en sus días de mortales quit'ndose ropas sucias e inc&modas y chapoteando en agua caliente y dando peque!os resoplidos de gusto, estirando sus miembros rela"ados> # Sin recelos graduales, sin sentencia del m(dico, sin sanatorio, sin quir&)ano, sin )alsas esperanzas de vida, la pura e instant'nea liberaci&n. Un momento pareci& que era todo nuestro mundo, el estr(pito de las bombas, el hundimiento de las casas, el hedor y el sabor de e$plosivos de gran potencia en los labios y en los pulmones, los pies ardiendo de cansancio, el coraz&n helado por el horror, el cerebro dando vueltas, las piernas doliendo, el momento siguiente todo esto se había acabado, es)umado como un mal sue!o, para no volver nunca a servir de nada. :st+pido derrotado, superado> #-otaste con qu( naturalidad como si hubiese nacido para ella el gusano nacido en la 1ierra entr& en su nueva vida% #0&mo todas sus dudas se hicieron, en un abrir y cerrar de o"os, ridículas% :*o s( lo que la criatura se decía>, Sí. 0laro. Siempre ha sido así. 1odos los horrores han seguido la misma trayectoria, trayectoria, empeorando y empeorando empeorando y empu"'ndole empu"'ndole a uno a un embotellamiento hasta que, en el instante preciso en el que uno pensaba que iba a ser aplastado, :)í"ate>, habías salido de las apreturas y de pronto todo iba bien. 8a e$tracci&n dolía cada vez m's, y de pronto la muela estaba sacada. l sue!o se convertía en una pesadilla, y de pronto uno se despertaba. Uno muere y muere, y de pronto se est' m's all' de la muerte. #0&mo pude dudarlo alguna vez%
l verte a ti, tambi(n 8es vio a llos. S( c&mo )ue. 2etrocediste haciendo eses, mareado y cegado, m's herido por llos que lo que (l lo )ue nunca por las bombas. : que esta cosa de tierra y barro pueda mantenerse erguida y conversar con unos espíritus ante los cuales t+, un espíritu, s&lo podí podías as enco encoge gert rtee de mied miedo. o. :y, ay, que el conocimiento, algo tan odioso y empalagoso en sí mismo, sea, sin embargo, necesario para el oder> veces casi me desespera. 1odo lo que me mantiene es la convicci&n de que nuestro 2ealismo, nuestro rechazo )rente a todas las tentaciones de todos los bobos desatinos y de la )aramalla, deben triun)ar al )inal. ntretanto, te tengo a ti para saciarme. Muy sinceramente )irmo como 1u creciente y vorazmente cari!oso tío, S02U1OO (AR)A! $EL $IA*LO A !U !O*RI"O
l libro se compone de E misivas que scrutopo, demonio tentador con rango de secretario, escribe a su ine$perto sobrino Orugario, quien tiene como misi&n conseguir la condenaci&n eterna de su paciente, un "oven ingl(s residente en 8ondres, durante la rimera /uerra Mundial. trav(s de la mente perversa de scrutopo, vamos descubriendo las t'cticas de Orugario para corromper a su víctima. l tentador conoce ($itos y )racasos y el libro mantiene el suspense, porque hasta la pen+ltima carta no se resuelve la suerte del persona"e. -unca llega hasta nosotros una carta respuesta de Orugario, el demonio principiante. S&lo conocemos su actuaci&n a trav(s de los comentarios de su tío. 1ambi(n a trav(s de scrutopo, nos acercamos a otros humanos= el FpacienteG, su quisquillosa madre, sus amigos, la novia. st' de m's decir que entre tío y sobrino no e$iste ning+n a)ecto, ya que (ste no podría darse en el in)ierno. 5ay una relaci&n de odio vinculanteG, el reglamento establece que si Orugario no consigue su presa, ser' devorado por su cari!oso tío. ara el diablo vie"o, el me"or bocado sería un alma humana, pero en su de)ecto est' dispuesto a engullirse al sobrino. sta insistencia por comerse unos a otros obedece a un planteamiento de )ondo del autor. 8eHis concibe como el sumo mal la voluntad de un ser de absorber al m's d(bil, priv'ndolo de su identidad. l in)ierno sería una continua lucha por la absorci&n mutua, un deseo nunca saciado de causarse el mayor da!o posible. 0aracterístico es el lengua"e in)ernal. scrutopo se re)iere a las autoridades con títulos que evocan un mundo al rev(s. (l lo llaman FSu bismal SublimidadG, Satan's en persona es el padre de las pro)undidades, los demonios m's importantes son parte de la ba"o"erarquía. l hombre es un híbrido, puesto que tiene cuerpo y alma. 8a ncarnaci&n es un episodio deshonroso. Dios es Fel nemigoG y 8uci)er no )ue arro"ado del cielo, se march& disgustado por ese sentimiento mezquino con que el nemigo busca a esos FgusanillosG creados por 6l. Disparatados son los nombres de los diablos= 1ripabis, Sapotubo, ;abalapo, /luboso, Suburbano... 8a versi&n castellana no traduce al pie de la letra, m's bien procura seguir la intenci&n original de 8eHis, que pretendía solamente inventar nombres )eos que sugirieran asociaciones desagradables. 8as cartas mantienen el suspense, y presentan a los persona"es como en una novela, pero tambi(n tienen rasgos del ensayo. scrutopo analiza sagazmente al paciente de Orugario y, a trav(s de (l, a toda la humanidad. Muchas son las conclusiones que saca de su estudioA pero hay una en la que insiste con )recuencia= lo natural, lo sencillo estorba a los planes in)ernales. l demonio le ayuda todo lo que sea rebuscado y arti)icialA en cambio, algo tan simple como un paseo por el campo puede inspirar en el hombre el deseo de pensar m's pro)undamente y sustraerlo así del in)lu"o diab&lico.