ca de los tiempos históricos, Paidós, Barcelona, 1993, pp. 41-66. Para este capítulo resulta es

Reinhart Koselleck HISTORIA MAGISTRA VITAE Sobre la disoluci\u00f3n del topos en el horizonte de la agitada historia moder

[Nota: el siguiente texto esta extra\u00eddo de Reinhart K oselleck, Futuro pasado. Para una sem ca de los tiempos hist\u00f3ricos, Paid\u00f3s, Barcelona, 1993, pp. 41-66. Para este cap\u00edtulo result pecialmente pertinente la advertencia que hace el traductor, Norberto Smilg, al comienzo de bro (pp. 22-23 nota), y que aqu\u00ed reproduzco: \u201cEn alem\u00e1n existen dos palabr \u00abGeschichte\u00bb, cuya traducci\u00f3n al espa\u00f1ol s\u00f3lo tiene un equivalent nificado no es el mismo. Para resolver este problema de traducci\u00f3n de forma que se difi m\u00ednimo la fluidez de la lectura se ha adoptado el criterio de dejar en el alem\u00e1n o no \u00abHistorie\u00bb y traducir por \u00abhistoria\u00bb la palabra \u00abGeschichte\u necesario, para una mayor diferenciaci\u00f3n, se han a\u00f1adido los t\u00e9rminos alem tes. Los adjetivos \u00abhistorisch\u00bb y \u00abgeschichtlich\u00bb se han traducido siem

There is a history in all men's lives Figuring the nature of the times deceased; The which observed, a man may prophesy, With a near aim, of the main chance of things As yet not come to life, which in their seeds And weak beginnings lie intreasured. Shakespeare

Friedrich von Raumer, conocido como historiador de la dinast\u00eda de los H henstaufen, nos informa en 1811, siendo a\u00fan secretario de Hardenberg, de guiente episodio: En una reuni\u00f3n de consejo celebrada en Charlottenburg, d fend\u00eda en\u00e9rgicamente Oelssen [jefe de secci\u00f3n del Ministerio bramiento de muchos billetes para poder pagar las deudas. Una vez que no produjeron efecto las razones en contra, dije yo (conociendo a mi hombre) con un atrevimiento desmesurado: \u00abSe\u00f1or consejero, usted recordar\u00 ta Tuc\u00eddides qu\u00e9 grandes males se originaron porque Atenas hab\u0 demasiados billetes\u00bb. \u00abEsta experiencia \u2014repuso con aprobaci\ duda de la mayor importancia\u00bb, y as\u00ed se dej\u00f3 convencer para m riencia de erudici\u00f3n.1 En el acalorado debate sobre la amortizaci\u00f3n de la deuda prusiana Ra se busc\u00f3 una mentira, pues \u00e9l sab\u00eda que en la antig\u00fced billetes. Pero arriesg\u00f3 su mentira porque \u2014apelando a la formaci\u de su oponente\u2014 hab\u00eda calculado su efecto. Ese efecto no se basa cosa que en la fuerza de la autoridad del antiguo topos de que la Historie es l maestra de la vida. Esta f\u00f3rmula, no un argumento objetivo, dobleg\u00 sejero. Historia magistra vitae. En lo que no podemos llegar a saber por nosotros mismos, tenemos que seguir la experiencia de otros, se dice en el gran diccionario universal de Zedler en 1735;2 la Historie ser\u00eda una especie de recept\u00e1culo de m\u00falti cias ajenas de las que podemos apropiarnos estudi\u00e1ndolas; o, por decir Friedrich von Raumer: Erinnerungen, Leipzig, 1861, I, p\u00e1g. 118. Johann Heinrich Zedler: Grosses Vollst\u00e4ndiges Universal-Lexikon aller Wissenschaften K\u00fcnste, Halle y Leipzig, vol. 13, p\u00e1g. 281 sigs.

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un antiguo, la Historie nos libera de repetir las consecuencias del pasado en

Aplicando el topos a nuestro ejemplo, \u00bfqu\u00e9 ense\u00f1a el episod

rie como maestra de la vida pero, tambi\u00e9n, lo cuestionable que hab\u00eda llegado a ser ese papel. Antes de aclarar la cuesti\u00f3n de en qu\u00e9 medida se ha disuelto el pos en la agitada historia moderna, es precisa una ojeada retrospectiva a su durabilidad. Perdur\u00f3 casi ininterrumpidamente hasta el siglo XVIII. Has

magistra vitae, dado que lo que se quiere decir con ella al menos ha guiado durante los siglos la autocomprensi\u00f3n de los historiadores, cuando no su p

topos es en s\u00ed misma suficientemente interesante. En primer lugar, se basa en su elasticidad, que permite los m\u00e1s variados argumentos. Indicaremos c

torien como ejemplos para la vida. La aplicaci\u00f3n es, pues, formal; como dice una cita: De la historia puede deducirse todo. 5 Sea cual sea la doctrina que guarde relaci\u00f3n con nuestra f\u00f3rmul

1883

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La expresi\u00f3n historia magistra vitae fue acu\u00f1ada por Cicer\u00f3

vero testis temporum, lux veritatis, vita memoriae, magistra vitae, nuntia vetustatis, qua voce alia nisi oratoris immortalitati commendatur? 7 La tarea rectora que Cicer\u00f3n adjudica al arte de la historia est\u00e1 presuntamente ori

El influjo de Cicer\u00f3n se extendi\u00f3 tambi\u00e9n en la experiencia

tra. En su compendio etimol\u00f3gico, ampliamente difundido, Isidoro de Sevilla ha apreciado repetidamente el escrito De oratore de Cicer\u00f3n, pero ha supri

Polibio: Historiai XII, c. 25 b; I, c. 35 passim. Sobre esto, Matthias Gelzer: Kleine Schriften, Wiesbaden, 1963, III, 115, 175 sigs. y Arnold Toynbee: Greek Historical Thought, Nueva York, 1952. Cicer\u00f3n: De orat. II, c. 9, 36 y c. 12, 51. Cicer\u00f3n: De div. I, 50. Sobre esto, Karl Keuck: Historia, Geschichte des Wortes und seine Bedeutungen in der Antike und in den romanischen Sprachen, tesis doctoral, M\u00fcnster, 1934. Manitius: Gesch. d. Lit. des lat. Mittelalters, Munich 1911, 478 sigs.; Zielinski: Cicero im Wan del der Jahrhunderte, Leipzig-Berl\u00edn, 1908; Philippson: Cicero (Pauly-Wissowa, RE VII A 1). Jacques Fontaine: Isidore de Seville et la culture classique dans l'Espagne wisigothique, Par\u00eds, 1959, I, p\u00e1g. 174 sigs. Isidoro de Sevilla: Etymologiarium sive originum, libri XX (comp. W. M. Lindsay, Oxford, 195 2 vols.) I, 43: \u00abHistoriae gentium non inpediunt legentibus in his quae utilia dixerunt. Mult

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gran influencia, a que haya conservado su lugar de forma continua, aunque su-

También Melanchton utiliza la duplicación de que tanto las His torien bíblic

Con la sublimación de las esperanzas sobre los últimos tiempos volvió a

Historie, porque había unido el pensamiento ejemplar y el empírico en una nueva unidad. Bodin puso en el frente de su «Methodus ad facilem historiarum c

rorum magistra temporum19 hasta las serenas prescripciones de imitación, nuestro topos se encuentra de diversas formas en las Historien y en los historiadores.

esse cognoverit, accenditur». Véase, H. Beumann: «Widukind von Korvey als Geschichtsschre ber», y Herbert Grundmann: «Eigenart mittelalterlicher Geschichtsanschauung», en Geschich tsdenken und Geschichtsbild im Mittelalter, Darmstadt 1961, 143 sigs. y 430 sigs. Véanse los ejemplos en Adalbert Klempt: Die Säkularisierung der universal-historischen Auffassung, Gottinga, 1960, pág. 21 sigs., pág. 142. Para Lutero véase H. Zahnrt: Luther deutet Geschichte, Munich, 1952, pág. 16 sigs., con muchos ejemplos. Niccolò Machiavelli: Discorsi, comp. por Giuliano Procacci, Milán, 1960, Libro primo, Proemi pág. 123 sigs. Jean Bodin: La methode de l'Histoire, trad. franc. de Pierre Mesnard, París, 1941, XXXVIII, 14, 30, 139 passim. Véase el Lexicón Juridicum de J. Kahl publicado en múltiples ediciones: «Historia propria earum rerum, quibus gerendis interfuit is, qui enarrat... Historias autem rerum gestarum ab in

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scribenda Historia, Antwerpen, 1569: Es tarea del historiador «res gestas narrare, quae sint agendarum exempla». J. H. Alsted: Scientiarum omnium Encyclopaediae, vol. IV, libro 32, exhibens Historicam (Lugduni 1649). «Historica est disciplina composita de bono practico obtinendo ex historia... Histori

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Así, escribe Lengnich, un historiógrafo de Danzig, que la historia nos hace

actuales; y su conocimiento es en su mayor parte superfluo, siendo en cambio

educación de su hijo, es tan significativo porque en él coinciden de nuevo las expectativas pedagógicas de un tiempo ilustrado con la tarea usual de la Histo rie. Sin perjuicio de la autocrítica historiográfica, no es poco el valor que debe

rie es la escuela del soberano, comenzando por Tucídides hasta Commynes, el cardenal Retz o Colbert. Mediante una comparación continua entre casos ante-

Ciertamente, la autoironía y la resignación estaban mezcladas cuando el

Cit. por Theodor Schieder en Deutscher Geist und ständische Freiheit, Königsberg, 1940, pág. 149. Cit. por Hans Haussherr: Hardenberg, eine polit. Biographie, parte I, (comp. por K. E. Born), Colonia y Graz 1963, pág. 30 sig. Abraham de Wicquefort, cuya obra L'Ambassadeur et ses fonctions fue publicada muchas ces, exigía «la principale estude de ceux, qui pretendent se faire employer aux A mbassades,

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tus’ Historien, Stuttgart, 1959, trad. alemana VII s. J. Ch. de Folard tradujo (París, 1727 sigs.) la «Histoire de Polybe» y le añadió un comentario de carácter científico-militar para su propio









se, incluso, una secularización del pensamiento figurativo —con seguridad, la

Naturalmente, había objeciones contra la máxima de que se puede apren-

una propiedad del espíritu humano el que los ejemplos no mejoren a nadie. Las

Ciertamente, la actitud escéptica fundamental de la que se alimentaban ta

lo determinado o la diferencia que, sea del modo que sea y de donde sea, se establece como fijo e inmodificable.30 La contracorriente escéptica que aún se pudo articular en la Ilustración, bajo la presuposición de lo siempre igual, no

Testaments, 1707, pág. 165: «En el mundo se representa siempre una misma comedia o tragedia, sólo que siempre son personas distintas las que están en ella». Federico sacó pronto la

Ibíd. Oeuvr. IX, pág. 166. El pronóstico se realizó en 1770 como consecuencia del Système de la Nature de Holbach. Francesco Guiccardini: Ricordi, comp. por R. Palmarocchi, Bari, 1935, II, págs. 58, 110, 11 frente a esto I, pág. 114; citado aquí según la edición de E. Grassi, Berna, 1946, pág. 34 sigs Véase también Polibio: Hist. V, 75, 2 y XV, 27, 5. Baltasar Gracián: Criticón, trad. alem. de H. Studniczka, Hamburgo 1957, pág 179 sigs. Frédéric le Grand: Oeuvr. V, pág. 233, «Histoire de la Guerre de sept ans», cap. 17: «Car c'est là le propre de l'esprit humain, que les exemples ne corrigent personne; les sottises des

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va el pasado y el futuro. Finalmente, era la «historia misma» la que comenzaba

Ahora hay que investigar estos antecedentes de la transformación de nues tro topos en sus lugares sintomáticos. 2

Para caracterizar el suceso de un tiempo nuevo que despunta anticipemos

el futuro, el espíritu humano anda errante en las tinieblas .31 La frase de Tocqueville indica una reprobación de la experiencia cotidiana y se oculta tras un pro-

La historia del concepto, como se intenta aquí, nos sirve como entrada para

En primer lugar se realizó en el ámbito lingüístico alemán, por empezar co

Historie y el giro hacia historia se realizó, desde, aproximadamente 1750, con una vehemencia medible estadísticamente.32 Ahora bien, historia significa en









sofía de la historia del Idealismo. La «historia» como conexión de acciones se

Obviamente, la historia como acontecimiento único o como conexión univerHistorie y moral, y el uso de la palabra alemana historia alcanzó, de esta manera, nuevos modos de experiencia para la antigua fórmula. Así, para Luden el pia historia la que hable realmente ahí... Utilizar sus enseñanzas o desatenderlas queda a cargo de cada uno.35 La historia adquirió una nueva dimensión que se sustraía a la capacidad de informar del informe y que no se captaba en to-

sólo puede aprenderse historia, como formuló Radowitz sarcásticamente36 — volviendo contra Hegel su propia expresión—. Esta conclusión verbal no era

verdadera maestra es la historia misma, no la escrita.37 Así pues, la historia sólo instruye renunciando a la Historie. Las tres variantes jalonaron un nuevo

J. G. Droysen: Historik, comp. por R. Hübner, Munich-Berlín, 1943, pág. 325 (impresión del manuscrito de 1858), pág. 357 (párr. 83). Heinrich Luden: Handbuch der Saatsweisheit oder der Politik, Jena, 1811, VII sigs. La expresión «la historia misma» impide equiparar la locución de Luden con el antiguo topos de que el

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in der deutschen und französischen Aufklärung, Heidelberg, 1966.) Esta autocomprensión del historiador queda comprometida con aquella ingenua teoría del conocimiento según la cual s









espacio de experiencia en el que la antigua Historie tuvo que renunciar a su

Esto nos conduce a un segundo punto de vista. De repente, hemos hablado

está la historia.38 Esta concentración lingüística en un concepto, llevada a cabo desde 1770

las Artes y las Ciencias de Jablonski—,39un espejo de las virtudes y los vicios,

mos escuchado la definición convencional y esto es lo característico: que está

Así pues, en el ámbito de la lengua alemana estaban, en primer lugar, la









toria», carente de cualquier significado narrativo y ejemplar: La palabra de moda «historia» es un verdadero uso impropio de la lengua, porque en la obra (de Flögel) sólo aparecen narraciones como máximo en los ejemplos. Esta historia, realzada en cierto modo, que deja tras de sí toda ejemplarida

Los hechos pasados sólo podrían traducirse a la realidad histórica en el

necidos.45 En la medida en la que se exigía de la Historie un mayor arte expositivo de cómo investigar los motivos ocultos —en vez de las series cronológica

Fénélon: «La principale perfection de l'histoire consiste dans l'ordre et dans l'arrangement. Pour parvenir à ce bel ordre, l'historien doit embrasser et posséder toute son histoire; il doit

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Phantasien, Hamburgo, 1954, IV, pág. 130 sigs.: habría que darle el «desarrollo y la fuerza de la epopeya. Pero mientras no alcancemos la unidad... en el plan de nuestra historia se parecerá

Para esto, Meta Scheele: Wissen und Glauben in der Geschichtswissenschaft (Betr. z. Phil. H. 13), Heidelberg, 1930. J. M. Chladenius: Einleitung zur richtigen Auslegung vernünftiger Reden und Schrifften, Leipzig, 1742. Chladenius distingue ya una Geschichte en sí, que no se puede conocer por en-

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modo, se entrecruzaban las pretensiones de la histórica y la poética, influyén dose mutuamente para sacar a la luz el sentido inmanente de la «historia». Leibniz, que aún entendía la historia y la poesía como artes instructivas m

todo, la unidad épica.50 Concebir la historia sobre todo como sistema posibilita una unidad épica que deja al descubierto y funda la conexión interna. Humboldt resolvió finalmente la disputa secular entre la histórica y la poética

toriador que sea digno de este nombre debe exponer cada acontecimiento

tación al baremo de la exposición épica y lo tradujo a una categoría de lo hist rico. El singular colectivo aún posibilitó un paso ulterior. Permitió que la historia

volution. Y respecto a Francia se puede añadir que la posición central que de-











sempeñó en el pensamiento occidental la gran revolución en su unicidad la r cibió la historia en el ámbito lingüístico alemán. Fue la Revolución Francesa la que hizo evidente el concepto de historia de

historia lo que hay que hacer en casos particulares (las circunstancias lo cambian todo, finalmente) sino el resultado general de los tiempos y las naciones. Todo tiene su tiempo y su lugar en el mundo, y se deberían cumplir con acier las tareas que el destino ordena.52 El joven Ranke reflexionó sobre el desplazamiento del significado que pudo

und germanischen Völker y añadió expresamente que él consideraba sólo historias [Geschichten], no la historia [die Geschichte]. Pero la historia, en su correspondiente unicidad, siguió siendo incuestionable para él. Si el suceder se

juzgar el pasado, de instruir al mundo para el aprovechamiento de los años fu-

salía transitoriamente de esa referencia como redactor de la revista históric









ria.56 Es la época en la que proliferaron las historias conjeturales, las hipotéti

como se podría creer fácilmente a primera vista. Pues, en la medida en que se

son conceptos complementarios, que hacen imposible emprender un filosofar de la historia; concepción que desapareció por completo en el siglo XIX.59 La uniformidad y repetibilidad potenciales de las historias vinculadas a la

Voltaire: Philosophie de l'Histoire, Amsterdam, 1765, pseudónimo Abbé Bazin; comp. crit. J. H. Brumfitt, Ginebra, 1963 = Studies on Voltaire and the 18th Cent., vol. 28, comp. por Th.

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sophie der Geschichte des verstorbenen Abtes Bazin..., Leipzig, 1768. Al respecto, R. V. Sampson: Progress in the Age of Reason, Londres, 1956, pág. 70 sigs. y M. G. Köster: Über die Philosophie der Historie, Giessen, 1775. H. M. G. Köster: (= sigla 1), Art. Historie, Philosophie der Historie in der Teutschen Enzyk-

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estas décadas la antigua sección de la historia naturalis fue expulsada de la es-

Detrás de esta separación aparentemente sólo histórico-científica y prepara-

cronología según la historia sino, a la inversa, la historia según la cronología. 61 El descubrimiento de un tiempo determinado sólo por la historia fue la obr

biernos no han aprendido nunca nada de la historia y nunca han actuado des-









de la perspectiva temporal. Bien tiene usted razón, mi estimado amigo, en lo que dice acerca de la experiencia. Para los individuos llega siempre demasiado

rantizados, no sólo porque los sucesos que ocurren no se puedan repetir, sino

El tiempo histórico no es el pasado, sino el futuro que hace diferente lo simiAsí llegamos a otra variante de nuestro topos que se transforma en la mis-

tribunal intègre et terrible.65 Casi ocultamente, la historiografía que juzgaba desde la antigüedad se convirtió en una Historie que ejecuta por ella misma las mundo es el juicio del mundo. Estas palabras de Schiller, que se difundieron rápidamente desde el año 1784 careciendo de cualquier rastro historiográfico,









que sucede por lo que ya ha sucedido, proseguía Sieyès,69 quiere decir, a mi parecer, juzgar lo conocido por lo desconocido. No se debiera perder el ánimo ni buscar nada en la historia que nos pudiera convenir.70 Y en seguida indicar

Estado como el nuestro, fundado sobre la victoria, no hay pasado. Es una crea-

así afirmó categóricamente un sátrapa de Napoleón—.72 Con esto se cumplía que había previsto Kant, cuando preguntaba provocativamente: ¿Cómo es posible la historia a priori? Respuesta: cuando el adivino efectúa y organiza los acontecimientos que ha anunciado por adelantado.73 La prepotencia de la his

Un acontecimiento derivado de esta revolución histórica fue que, en adela











experiencia pareció enseñar, más bien, lo contrario. Para este estado de cosas dos los partidos se harían más equitativos y más inteligentes gracias a la histo-

de posibilidades de expresión de nuestro topos, su completa inversión. Ya no

Y esto nos conduce a nuestro último punto de vista que contiene una pre-









histórica, editó treinta años más tarde su ensayo revisado —sin modificarlo,

Desde 1789 se formó un nuevo espacio de expectativas con puntos de fuga

cuente de inicios fracasados perfeccionaría las vías de la revolución. 80 Desde entonces penetran de nuevo en la vida política las enseñanzas históricas —por

Sobre el trasfondo de la aceleración se hace también comprensible por qu









bras: el historismo se separa de una historia que al mismo tiempo suspende l

Henry Adams fue el primero que intentó aislar metódicamente este dilema

ca de los tiempos históricos, Paidós, Barcelona, 1993, pp. 41-66. Para este capítulo resulta es

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