Bruno Bauer
Bruno Bauer (1809-1882), filósofo, historiador y teólogo. Su carrera se divide en dos fases principales, divididas por las revoluciones de 1848. En la década de 1840, el período conocido como la Vormärz o el preludio de la revolución alemana de marzo de 1848, Bauer fue un líder del movimiento de la izquierda hegeliana, el desarrollo de una interpretación republicana de Hegel, que combina motivos éticos y estéticos. Su teoría de la infinita conciencia de sí mismo, derivado de la cuenta del espíritu de Hegel subjetiva, hizo hincapié en la autonomía racional y el progreso histórico. La investigación de las fuentes textuales de la cristiandad, Bauer describió la religión como una forma de alienación, que, debido a las deficiencias de la vida terrenal, proyecta poder irracional y trascendente sobre el yo, mientras que la sanción particulares intereses sectarios y materiales. Criticó el Estado de la Restauración, su base social y jurídica, y su ideología religiosa ortodoxa. Analizar el surgimiento de la sociedad de masas moderna, rechazó el liberalismo por su oposición inconsecuente con el orden existente, y para la ecuación de la libertad con la propiedad, pero acusó el socialismo de una inadecuada apreciación de la autonomía individual. Después de las derrotas de 1848, Bauer rechazó Hegel. Predijo una crisis general de la civilización europea, provocada por el agotamiento de la filosofía y el fracaso de la política liberal y revolucionario. Nuevas perspectivas de la liberación que, a su juicio, tema de la crisis. Sus escritos finales de examinar el surgimiento de Rusia como potencia mundial, abriendo una era de imperialismo mundial y la guerra. Estos escritos influido en el pensamiento de Nietzsche sobre la renovación cultural. Friedrich Engels y Karl Kautsky afirmó la crítica religiosa de Bauer para el movimiento socialista, socialista, mientras que el conservadurismo tradicionalista tradicionalista y anti-semitismo de sus últimas obras lo vinculan a la derecha revolucionaria en el siglo XX.
1. Carrera
En 1815, la familia de Bauer se mudó a Berlín a partir de Eisenberg, en Turingia, en el sur-este de Alemania. En la Universidad de Berlín (1828-1834), estudió con Hegel, Schleiermacher, y el Hotho hegelianos y Marheineke. Por recomendación de Hegel, 1829 Bauer ensayo sobre la estética de Kant ganó el premio real de Prusia en la filosofía. De 1834 a 1839, fue profesor de teología y los textos bíblicos en Berlín. Fue trasladado a la facultad de teología en Bonn después de la publicación de un ataque a su colega y ex profesor de Hengstenberg. Él enseñó en Bonn desde 1839 hasta la primavera de 1842, cuando fue despedido por la heterodoxia de sus escritos en el Nuevo Testamento. El despido después de una consulta por el Ministerio de Educación con las facultades de teología de las seis universidades de Prusia, pero no llegó a un consenso a partir de la investigación académica. El orden de despido de Bauer llegó directamente desde el rey de Prusia, Federico Guillermo IV, que había
decretado la suspensión de empleo del estado de los participantes en un banquete en honor a la del sur de Alemania liberal Karl Welcker, celebrada en Berlín en 1841. En esa ocasión, Bauer había propuesto un brindis a la concepción hegeliana del Estado. Desde 1842 a 1849, Bauer estuvo activo en el periodismo político y la investigación histórica sobre la Ilustración y la Revolución Francesa. Él se opuso a la emancipación de los Judios de Prusia en 1842-43, al ver esta propuesta como una legitimación política de determinados intereses religiosos. Fue objeto de ataques polémicos por Marx y Engels en La Sagrada Familia (1844) y La ideología alemana (escrita en 1.845 a 46). Con su hermano Edgar, Bauer fundó la Sociedad Democrática de Charlottenburg, en 1848, y se quedó sin éxito a las elecciones a la Asamblea Nacional prusiana en una plataforma de la soberanía popular. Restantes en Prusia tras las derrotas de 1848-1849, Bauer continuó produciendo el trabajo de la crítica bíblica y el análisis político. Él escribió en la década de 1850 a mediados de Die Zeit, un periódico patrocinado por el gobierno, en la que su anti-liberalismo dio un giro conservador. Él contribuyó artículos sobre asuntos europeos a otros periódicos, tales como Die Post, el Diario Kleines, y el New York Daily Tribune. De 1859-1866 colaboró con FWH Wagener en su conservadora Staats-und Gesellschafts-Lexikon, edición de casi todos los 23 volúmenes, y escrito numerosos artículos, varios temas antisemitas. En 1865 adquirió una pequeña granja en Rixdorf, en las afueras de Berlín. Murió en abril de 1882. 2. Escritos de Bauer, 1829-1850
Bauer fue un escritor prolífico, la publicación de una docena de libros importantes y más de 60 artículos entre 1838 y 1848 solamente, pero no existe ninguna edición crítica de estas obras. Que incluyeron análisis de Hegel, las teologías de la Biblia, moderna, la Ilustración y la Revolución Francesa y sus consecuencias. La interpretación de la obra de Bauer es problemático por varias razones. Debido a la publicación anónima, bajo seudónimo, y en colaboración, algunas atribuciones están en disputa, y las divergencias existentes entre los textos publicados Bauer y la correspondencia privada. En la trompeta anónima del Juicio Final (1841) y la doctrina hegeliana de la religión y el arte (1842), Bauer no habla con su propia voz, pero bajo la forma irónica de un crítico conservador de Hegel, que atribuye a Hegel sus puntos de vista revolucionarios. Tres líneas de interpretación de Bauer se pueden distinguir. Éstos se centran en sus primeros trabajos, sus últimos escritos han atraído la atención de la crítica poco. La primera ve Bauer como un subjetivista radical, cuyas condiciones sociales y religiosas críticas estaba más cerca de racionalismo de la Ilustración que a Hegel (Sass, 1978; Brudney, 1998). El segundo, en gran medida influenciado por Marx, insiste en el abandono de Bauer de la izquierda hegeliana a partir de 1843 (Rossi, 1974; Pepperle, 1978). La tercera hace hincapié en la continuidad a lo largo de la Vormärz del pensamiento de Bauer y de su republicanismo, con base en la idea hegeliana de la unidad de pensamiento y el ser (Moggach, 2003, 2006). Manuscrito Bauer premio de 1829, De pulchri principiis, presentó la unidad de concepto y la objetividad como la idea central del idealismo de Hegel. Se examinó esta unidad tal como se expresa en el arte, la comparación de la teoría estética de Hegel a la tercera crítica de Kant. El manuscrito complementa las críticas de Kant de Berlín Estética de Hegel conferencias con el análisis lógico de las categorías establecidas por la Enciclopedia de 1827 de las ciencias filosóficas. Bauer argumenta que mientras que la Crítica del juicio intentado cerrar la brecha entre pensamiento y ser, por lo que abrió el camino a Hegel, que reproduce las características antinomias de las dos primeras críticas. Síntesis de Kant no, ya que siguió para definir el concepto como meramente subjetivo, y el objeto como la cosa en sí incognoscible, más allá de la potencia cognoscitiva. Conciencia de sí mismo, o el tema de la unidad trascendental de la apercepción, fue igualmente impermeables a la cognición desde la perspectiva kantiana. En Hegel, los silogismos de la idea, la objetividad alcanzada forma racional, mientras que el concepto adquiere una existencia explícito, material. La belleza, la vida, y la idea momentos en el proceso que constituye la realidad de la razón. A medida que la unidad inmediata del pensamiento y la objetividad, el arte se muestra la inagotable fecundidad de la idea filosófica. El manuscrito subrayado la oposición entre fe y razón en su crítica de las concepciones religiosas de la unidad de pensamiento y ser. La fe fue llevado al ser contrarios a la libre investigación, que es el elemento de la razón. A lo largo de la década de 1830, sin embargo, Bauer trató de conciliar pensamiento y del ser a través de la idea de la fe racional. En Zeitschrift für Theologie spekulative, que editó entre 1836 y 1838, y en Jahrbücher für
wissenschaftliche Kritik, ofreció un relato especulativo de las doctrinas cristianas como ejemplificaciones de las categorías lógicas. En 1838 la religión del Antiguo Testamento, Bauer describe la experiencia religiosa como un
producto de la auto-conciencia. Propuso tanto una cuenta trascendental, haciendo hincapié en las condiciones de posibilidad de las experiencias religiosas, y una secuencia fenomenológica de sus formas: una subordinación legalista a una deidad autoritaria en los primeros libros del Antiguo Testamento, expresa una relación puramente exterior entre Dios y el hombre, mientras que la conciencia mesiánica de los libros más tarde anunció una forma más elevada, la inmanencia de lo universal en la comunidad, pero esta conciencia sólo podría señalar la inadecuación de la ley, aún no proponer la efectiva superación de la enajenación. Los textos de la década de 1830 encuentra la estructura lógica que, por Bauer, que se define la conciencia religiosa: la identidad inmediata entre la particularidad, ya sea de un sujeto o una comunidad, y el universal abstracto, una unidad lograda sin la auto-transformación. En 1839, Bauer deducir las implicaciones políticas de este punto de vista: la conciencia religiosa afirmó esta identidad inmediata como un reclamo monopólico, sectaria, con exclusión de otros detalles de importancia equivalente. La esencia de la religión de Bauer era ahora un particularismo arrogante, que también confiere un estatus trascendente en lo universal, como un ámbito separado de las relaciones sociales concretas. Esta posición recibió su exposición más completa en el cristianismo Bauer Revelada (1843). Ya este argumento esbozado en el señor Dr. Hengstenberg, de 1839, romper públicamente con las versiones ortodoxas y conservadoras del cristianismo, y haciendo hincapié en la discontinuidad entre el cristianismo y el judaísmo. Por 1840-41, Bauer se presente la emancipación filosófica conciencia de sí mismo en oposición a todas las formas de representación religiosa. Su radicalismo político y el republicanismo se consolidó por su reconocimiento de la identidad estructural entre los intereses privados promovida por la orden de restauración, y la conciencia religiosa monopólicas. Radicalización política y teórica de Bauer se pone de manifiesto en sus estudios bíblicos. La serie se compone de la Crítica del Evangelio de Juan (1840), y la Crítica en tres volúmenes, de los evangelios sinópticos (1840 - 42). Junto con su estudio de 1838 del Antiguo Testamento, estos volúmenes las etapas críticas de la religión revelada, y las formas de espíritu de auto-alienado de la historia. La crítica de Bauer del evangelio de Juan demostró que la oposición entre la libre auto-conciencia y el espíritu religioso. Su propósito declarado era para restaurar el principio cristiano de su fuente creativa de la conciencia de sí, que todavía no se oponen abiertamente al principio en sí, sino que trató de diferenciar, como una idea racional, desde el dogmatismo eclesiástico. La positividad del cristianismo deriva de la comprensión abstracta, más que de la razón especulativa, que llevó la experiencia religiosa a sus raíces subjetivas. El núcleo racional del cristianismo era la identidad de Dios y el hombre, pero la teología había construido un insostenible sistema doctrinal sobre esta base. La especulación puesto en peligro el dogma, no fue confirmada por él, como a mediados de 1830, Bauer artículos tenían. En su correspondencia, aunque no en este mismo texto, Bauer indicó que la restauración del principio cristiano fue también su caída, como la unidad del universal y lo particular ahora podría ser captado en forma más tangible y terrenal. El cristianismo fue una etapa necesaria, pero trascendió hoy en el desarrollo del espíritu humano, para ser suplantado por nuevas expresiones de la autonomía propia conciencia. En su crítica de los sinópticos, objeto de Bauer fue más abierto para negar el cristianismo dogmático, se movilizaron en defensa del orden absolutista. Los hechos descritos en los evangelios fueron producto de la conciencia religiosa, en lugar de informes de los hechos. La crítica de Bauer, de John lo convenció de que la narración del Evangelio es un producto puramente literario, y ahora argumenta que los sinópticos también contenía ningún material históricamente auténtico. Bauer trató de establecer la prioridad histórica de la marca, y las elaboraciones específicas realizadas de forma secuencial por Lucas y Mateo. Describió los milagros como falazmente que muestra la causalidad inmediata de lo universal en la naturaleza, y criticó las explicaciones naturalistas favorecido por el racionalismo teológico. El tercer volumen de la serie de negar la historicidad de Cristo. La idea cristiana de que Dios y los hombres comparten la misma esencia que apareció como la representación religiosa de un solo individuo empírico que asumió el poder universal del espíritu. Al igual que sus contemporáneos DF Strauss y Ludwig Feuerbach, Bauer entiende esta síntesis en lugar de como un proyecto inmanente en la historia humana. Como los escritos políticos de Bauer de este periodo muestran, propuso que la asunción de la universalidad y la trascendencia del interés particular, fueron tareas históricas, realizadas por el Estado y la ciudadanía republicana. En los textos sinópticos, Bauer equipara explícitamente el cristianismo y el feudalismo, y defendió la libertad y la igualdad de la autoconciencia. La religión y el estado absolutista se sostienen mutuamente, compartir los rasgos esenciales de la alienación y la represión. El cristianismo representa la culminación de la conciencia religiosa en la abstracción pura, y la disolución de todos los bonos éticos genuinos. Bauer sostuvo que el judaísmo presupone la subordinación de la naturaleza de los intereses religiosos, pero aún se mantienen los lazos naturales de parentesco y la etnicidad. El cristianismo eliminó esta
Sittlichkeit limitadas a favor del auto puramente abstracto, por lo tanto el perfeccionamiento de la alienación y
que requieren su resolución definitiva. La aplicación política de la doctrina de la auto-conciencia puede ser rastreada a través de dos textos sobre el estado, también de 1840-41. En la Iglesia Evangélica del Estado de Prusia y la ciencia, Bauer se describe la esencia del Estado como libre desarrollo. El Estado es el organismo dialéctica del progreso histórico y de la universalidad de la voluntad, que se manifiesta la capacidad de abstracción de cualquier contenido que se da y se expresa en formas siempre nuevas. Mientras que la señalización tendencias empíricas que podrían limitar la función progresiva del estado (la importancia de los intereses religiosos, y la vacilación ante la cuestión social, el surgimiento de nuevas formas de pobreza urbana y la exclusión), Bauer afirmó que el verdadero Estado, como la expresión de la libertad, fue en constante transformación. Su afirmación de la superficie fue que el Estado prusiano es una institución, a pesar de su correspondencia contemporánea desmiente este punto de vista. Él defendió la unión 1817 de las iglesias luteranas y reformadas en Prusia como la política de superación de las oposiciones religiosas, cuya base había sido erosionada por la Ilustración. A través de su (todavía abstractas) comprensión del concepto universal del hombre, contra la particularidad religiosa, la Ilustración había transformado la conciencia religiosa en la conciencia de sí. (Este proceso formó uno de los grandes temas del cristianismo Bauer revelado, junto con una crítica del materialismo francés por su comprensión inadecuada de la libertad). Las iglesias estaban impotentes para perpetuar su propia existencia sin el apoyo del Estado. En la lucha contra los historiadores conservadores como FJ Stahl, quien defendió la independencia de las iglesias, de Bauer "El Estado cristiano y nuestro tiempo", de 1841, volvió a señalar al Estado como el foco de la vida ética. Stahl posición implicaba una derogación de la espiritualidad del Estado, presentándola como una agencia de restricción externa, la defensa del orden ortodoxo eclesiásticas y políticas contra el flujo de la historia, y la defensa de un orden social regido por los privilegios e inmunidades irracional. Bauer denunció no sólo el Estado cristiano de Federico Guillermo IV, pero también el Rechtsstaat formal, o el constitucionalismo liberal. Para Bauer, estas dos posiciones se definen la libertad como los intereses privado, religioso o económico, sino como particularidad, estas actitudes tuvieron que ser purgados en el nombre de un nuevo orden político. Bauer sostuvo que la opinión de Hegel de la libertad como la universalidad fue mucho antes de ideas liberales, aun cuando la Filosofía del Derecho era inconsistente o incompleta. Esta fue la afirmación provocadora de Bauer en el banquete Welcker de 1841, lo que ocasionó su despido de la universidad. La eliminación del atomismo egoísta por autoconciencia moral es el requisito previo para la República, o el estado libre. La trompeta anónima del Juicio Final, o Posaune (noviembre de 1841), y su secuela, la doctrina de Hegel de la Religión y el Arte (1842), interpreta a Hegel como suena una llamada a la revolución, para que este estado a la existencia. Bauer afirmó que las consecuencias del sistema de Hegel fueron el derrocamiento de la Iglesia y el Estado, y que los críticos conservadores de Hegel tenían razón para verlo como el adversario más peligroso de la Restauración. Escrito irónicamente como denuncias pietista, dos de Bauer textos atribuidos a Hegel una teoría de la infinita conciencia de sí mismo, en la que el concepto de sustancia y un absoluto trascendente eran necesarias, pero sí anular-las ilusiones. Recapitulando el tema de su propia voz en 1845, Bauer identifica una tensión en el pensamiento de Hegel entre Spinoza y Fichte, entre la sustancia inerte, indiferenciada y forma creativa. El Posaune, sin embargo, argumentó que en el momento de Spinoza, aunque necesario para la dialéctica de Hegel, fue asimilado por completo a la infinita conciencia de sí mismo. En el espíritu absoluto, bien entendida, todas las pretensiones religiosas disipado, mientras que el absoluto se disolvió en las actividades críticas de la conciencia de cada materia. Nada de lo trascendente se mantuvo. Sin embargo, el Posaune reconocido, Hegel también hizo hincapié en el concepto de sustancia. Su papel había de tenerse en cuenta. En su trascendencia aparente, sustancia disciplina del yo inmediato, en particular. Esto era necesario porque, c omo decía Hegel argumenta, la particularidad no puede ser el criterio de la razón teórica o práctica, sino que un individuo debe asimilar la sustancia, como un principio de universalidad, como una etapa para llegar a infinita conciencia de sí mismo. Lo indiferenciado, pura universal de la sustancia subsumida toda particularidad, incluyendo la propia. Este momento inicial, Spinoza creó una apariencia de panteísmo en Hegel, que inducen a error, como intérpretes DF Strauss. En representación de Bauer, sin embargo, Hegel procedió a disolver la sustancialidad como un poder independiente de la conciencia. Esta resolución dialéctica no es equivalente a renunciar a la objetividad, sino que significa que la sustancia, una vez que se había demostrado que la conciencia particular la necesidad de trascenderse a sí misma, no puede reclamar una validez inmediata tampoco. Disciplinar a sus propios intereses inmediatos, los individuos podrían ser los órganos a través del cual lo universal forma consciente alcanzado. La ilusión dialéctica de la sustancia era una etapa necesaria, porque en la unidad del concepto y la objetividad primero se vislumbraba, pero esa ilusión había que superar en el desarrollo histórico y teórico. El sujeto debe aparecer como potencialmente universal, y el objetivo debe
mostrarse como una orden intencional, respondiendo a la del sujeto lucha por la libertad racional. Este desarrollo implica la transformación de la sustancia en el registro de los actos del espíritu consciente, una relación interior de la auto-conciencia de sí mismo. Por lo tanto la subjetividad asimilado el principio de universalidad, que ahora figura como su carácter propio y no como algo ajeno a ella. Pero esta relación no se limita a una experiencia interna, ya que, como Hegel mantiene, la razón tiene que realizar en el mundo. La externalización de la razón produce una secuencia histórica, incluyendo las formas de la vida alienada. Las etapas de esta secuencia podrían ser comprendido como momentos en la unidad de desarrollo de pensamiento y ser. Bauer describe la auto-conciencia, concebida como una universalidad inmanente y subjetiva, como la fuerza motriz de la historia, la generación de contenido histórico por el acceso y la transformación de lo dado. En 1829 el manuscrito de Bauer también había declarado, en juego no era sólo la realización subjetiva del concepto, pero el destino de la idea, la unidad de pensamiento y ser, y esto requiere que la objetividad del proceso histórico igualmente enfatizó. Este idealismo histórico y crítico, que atribuye a la Posaune Hegel, era políticamente revolucionario: defendía los derechos de la libre conciencia en contra de cualquier institución positiva, que no pudo justificar su existencia ante el pensamiento racional, contra el Estado, la religión, y la jerarquía social. Bauer utilizó su concepto central de la infinita conciencia de sí mismo, un término tomado de la teoría hegeliana del espíritu subjetivo, para reconfigurar el absoluto de Hegel, con lo que el arte y la filosofía en las proximidades, y excluir a la religión como una forma de la razón alienada, sin dejar de reconocer su pasado histórico necesidad. Bauer insistió en la inmanencia de lo universal en la historia, como el registro de las luchas por la liberación, y de la alienación, lo cual era necesario para descubrir el significado de la autonomía racional. Idealismo ético Bauer se asemeja a una doctrina que Kant llama perfeccionismo, o Vollkommenheit, una forma de heteronomía racional, uno de cuyos significados es que la acción es validada por su contribución al progreso histórico. Bauer equipara el perfeccionismo y la autonomía, como un compromiso incondicional con la remodelación de las relaciones políticas y sociales y las instituciones. Temas adquirido autonomía por liberarse de los intereses particulares, y mediante el repudio de los universales trascendentes, instituciones religiosas y políticas, que pretendía ser inderivable de la auto-conciencia, y estarán exentos de la historia. Bauer denunció el antiguo régimen y de sus sustitutos como la restauración de un sistema feudal de la tutela y privilegios irracionales. Arrogarse la universalidad a la misma, el Estado autoritario que se presentó sobre estos detalles exclusivos frustró la actividad propia de su pueblo, y oculta la fuente de su autoridad tras un velo de santidad religiosa. Bauer sostuvo que el estado, y no la religión, fue el principal adversario. Contra esta orden del espíritu alienado, insistió en que la cuestión política decisiva fue la fuente de la autoridad del Estado, ya sea en la tradición y la sanción religiosa, o en la voluntad popular. Esta cuestión se resolvería sin compromiso. Bauer afirmó que su objetivo no era sólo político, sino la emancipación social. La cuestión social, la polarización y la crisis de la sociedad civil a la que Hegel había estado alerta, no se pudo resolver por apelación directa a los intereses particulares de una clase, sino por una lucha común contra el republicano privilegio multiforme. El resultado de este combate sería el logro de la justicia en todas las esferas de la vida social. Dos textos, que datan de finales de 1842 y 1843 temprano, la cuestión judía, y "la capacidad de la actual Judios y los cristianos a ser libres", la crítica elaborada de Bauer de la conciencia religiosa y del reformismo político. La consecuencia de su publicación, sin embargo, fue que Bauer perdió su posición de liderazgo en el movimiento de oposición, como él desafió a uno de sus principales demandas. La pregunta era si el Estado explícitamente cristiano de Prusia podría eliminar las restricciones a la participación judía en las instituciones civiles. Mientras que los liberales y los republicanos defendió la emancipación, los opositores conservadores defendieron el Estado confesional lealtad exclusiva. Intervenciones de Bauer atacado el estado para la defensa de los privilegios, y afirmó que usaron la religión como una máscara para sus intereses en el mantenimiento de relaciones de subordinación, pero también criticó a Judios y sus partidarios para reclamar la libertad sobre la base de una identidad religiosa particular. La libertad política y social que requiere la renuncia de todos los vínculos específicos con el pasado, por lo que, como condición previa para la igualdad jurídica, Judios debe renunciar a su pertenencia religiosa, al igual que los cristianos. El cristianismo ha demostrado un grado superior de conciencia histórica, ya que se canceló la externalidad de la deidad. Pero esto no fue un progreso unilateral sobre el judaísmo, el cristianismo, el protestantismo y, sobre todo, la alienación generalizada para abarcar todos los aspectos de la vida. La superioridad del cristianismo consistía en su negatividad radical, lo que hace necesaria una transición a una forma nueva y más elevada de la vida ética. Exacerbando las contradicciones entre la auto-determinación y auto-humillación, el camino estaba despejado para una resolución de la época. Estas intervenciones fueron censuradas por Marx, y por los principales voceros liberales. Bauer mantuvo firme
en que su posición era la correcta postura progresista. En sus estudios sobre la Revolución Francesa y su impacto en Alemania, Bauer trazado el surgimiento de la sociedad de masas, sobre la base de la conformidad y el particularismo incipiente. La disolución de los señoríos por la Revolución produjo una sociedad puramente atomista, que se caracteriza por la afirmación del derecho de propiedad individual. El apego a los intereses económicos privados hizo imposible una oposición concertada a los privilegios y el orden existente, y había provocado la última derrota de las revoluciones que lo había engendrado. El jacobinismo de la Revolución Francesa, que Bauer en muchos sentidos aprobado, se habían dirigido en contra de esta actitud, pero no había que superar, y este particularismo propiedad ahora amenaza el movimiento republicano de la Vormärz. Las masas, que abarca tanto el proletariado y la burguesía, representan la inercia y el estancamiento, y formaron el baluarte del orden existente. Su oposición a esta orden fue sólo aparente. El liberalismo inconscientemente expresó este desarrollo de la sociedad de masas, que define la libertad como la adquisición. Bauer criticó el constitucionalismo liberal como un vacilante, la actitud de comprometer con el régimen feudal. Incluso en su forma más avanzada, que respaldado por Hegel, el constitucionalismo se yuxtaponen dos principios diametralmente opuestos de la soberanía popular y los príncipes, y fue incapaz de resolver la disputa entre ellos. El socialismo incipiente compartir el mismo terreno que el liberalismo, la defensa de los intereses privados, pero las soluciones propuestas inconsecuente e inaceptable para las condiciones que el liberalismo se limitaban a corroborar. Para Bauer, el socialismo era irremediablemente heterónomo. El movimiento socialista, según él, trató de organizar a los trabajadores en su existencia inmediata, en particular, y no para transformarlas. Vio en la particularidad proletariado puro, y, a diferencia de Marx, negó que esta particularidad pudiera transformarse en un verdadero universal, a menos que primero renunció a sus propios intereses sectoriales. Bauer también se prevén los efectos negativos de una organización socialista de la mano de obra. Mientras critica al capitalismo por sus formas competitivas irracionales, defendió el principio de la competencia a sí misma como una condición necesaria para el progreso, la independencia de las personas, y la posibilidad de la conciencia, la libre determinación. Antes de 1848 Bauer trabajo revivido los temas clásicos de la oposición republicana del comercio y la virtud, pero les dio una nueva forma, de acuerdo con su hegelianismo. En 1842-43, Bauer predecir con seguridad el triunfo de los principios republicanos y de las instituciones, a pesar de esta confianza se desvaneció como la crisis política más profunda. En sus dos direcciones electoral de 1848-1849, que defendió la soberanía popular y el derecho a la revolución, exigiendo que la nueva constitución se promulgó como un acto de voluntad revolucionaria, y no recibió una concesión del rey. 3. El trabajo tardío de Bauer, 1850-1882
Mientras que él continuó para proclamar la continuidad de su pensamiento, obra tardía de Bauer se caracterizó por el abandono definitivo de su republicanismo Vormärz. El fracaso de 1848, según él, demuestra la quiebra de la tradición filosófica europea. En lugar del triunfo de las repúblicas, Bauer ya previó una era de imperialismo global. La cuestión decisiva política después de 1848 fue el surgimiento de Rusia. Bauer predijo que la presión de Rusia promover una unión paneuropea, como una etapa en un movimiento hacia un absolutismo global. Los revolucionarios de 1848 todavía presuponen, sin crítica, que los estados eran unidades independientes. El período histórico siguiente iba a iniciar una verdadera crisis continental. Anticipándose a Nietzsche, Bauer afirmó que el inminente colapso de la civilización europea haría posible un nuevo comienzo, una liberación de las formas tradicionales y valores, así como sus sanciones metafísicas y religiosas. La oposición permanente de Bauer al liberalismo ya le indujo a colaborar en causas conservadoras, pero su conservadurismo era poco convencional. Al igual que Nietzsche, continuó para repudiar la tradición y la religión. A causa de su antisemitismo, Bauer se afirmó como un precursor de algunos autores Nacional-Socialista, aunque Ernst Barnikol, por ejemplo, las disputas de una conexión directa (Barnikol 1972, pp 350-53). Para Bauer, las revoluciones de 1848 fueron tan estrechamente vinculadas con la Ilustración, Kant, de Hegel y los proyectos que su fracaso sonado el toque de difuntos de la filosofía y sus pretensiones de autonomía del individuo racional. La crítica a finales de Bauer asimilado Hegel con Spinoza y la metafísica de la sustancia, entendida como la negación de la forma y la subjetividad. A diferencia de su posición Vormärz, afirmó en los textos de 1852 y 1853, que Hegel había cedido a la influencia de Spinoza, la individualidad modesta, y sumergirse en las categorías particulares concretos ilusoria lógica abstracta. Bauer describe ahora la idea hegeliana de ser ella misma una ilusión trascendental. Su incapacidad para admitir particulares concretos derivados de la sustancialidad del propio sistema. El resultado fue que Hegel había descontado la individualidad
en favor de la conformidad. Mientras que antes de 1848 Bauer proclamó que Hegel había enseñado a "la república y la revolución", ahora denunciado las tendencias absolutistas del sistema de Hegel, cuya opresiva unidad paralela a la tendencia histórica hacia un despotismo político que todo lo abarca. Bauer acusado filosofía de contribuir a un inexorable proceso de nivelación y uniformidad en el estado post-revolucionario (Bauer, Russland und das Germanenthum, I, pp 40-54). Estas críticas anticipado polémica Rudolph Haym en Hegel und seine Zeit (1857). Al igual que muchos intelectuales post-1848, el abandono de Bauer de la metafísica lo llevó a una nueva concepción de la crítica como una ciencia positiva, o la investigación empírica. Bauer ya no sostenía que la historia representa una dialéctica desarrollo de la autoconciencia. Crítica fue para permitir que el observador para examinar los fenómenos históricos sin distorsión ni acepción de personas, y sin una preocupación a priori del sistema. Bauer sostuvo que la investigación científica debe ser independiente de la tutela eclesiástica y política. Su objetivo fue determinar la relación de la naturaleza de los derechos y la libertad de la voluntad (conceptos que el fallecido mantuvo Bauer, al tiempo que rechaza los fundamentos metafísicos), pero la crítica no les haya ordenado la intervención práctica en los asuntos políticos. La postura correcta es ahora la contemplación desinteresada de los procesos inevitables de la decadencia cultural y la regeneración, y un intento de salvar la propia independencia propia de los escombros en general de los sistemas filosóficos y la vida política. La conclusión de esta nueva crítica fue que el futuro no pertenecía a los republicanos, o para separar a los estados nacionales, sino a un imperialismo transnacional, involucrando a la confrontación de dos programas absolutista. En uno de estos, el absolutismo europeo occidental, política surgió en la sociedad moderna de masas como su complemento necesario. Bauer había criticado a principios de esta configuración como una forma anticuada de Estado, para ser suplantado por la República, que ahora se describe como el resultado de un desarrollo incompleto política, que debía emitir en una pelea por dominar el mundo. Dentro de la forma de Europa occidental, Bauer distingue dos variantes: el socialismo de Bismarck Estado, imitando el siglo XVIII el militarismo prusiano, trató de producción sujeto económico con el control político, la innovación supresión y la independencia personal, mientras que el imperialismo romántico de Disraeli trató de nivel y de la sociedad Inglés subordinado ante un monarquía paternalista. En oposición al oeste, la segunda forma absolutista importante fue la de Rusia, una potencia importante con escasos distinciones internas. Su cohesión derivada de la fusión del poder político y eclesiástico, y la ausencia de la idea moderna de la subjetividad. Bauer señaló que Hegel había descontado por error esta zona de la historia mundial. Al igual que el anarquista Bakunin Michael, Bauer afirmó que Rusia debe su formación estado original a Alemania, pero Rusia había sido de otra manera impermeable a la influencia filosófica occidental, adoptando sólo lo que sirvió de sus fines inmediatos y concretos. Animados por el odio y la vergüenza de su insignificancia pasado, Rusia también era ambivalente. No proporciona directamente la solución a la crisis política contemporánea, pero provocó una lucha decisiva contra el oeste. El vigor de un adversario extranjero obligaría a Europa a transformarse, y ofreció las perspectivas único que queda de una renovación cultural. Anteriores a cualquier renovación sería la extensión del imperialismo en todo el continente y el mundo, y el choque de sus rivales por el dominio dentro del nuevo imperio. Bauer llegó a la conclusión de que la guerra mundial era inevitable. Bauer pronóstico anticipa aspectos de 1915 Karl Kautsky teoría del ultraimperialismo, aunque sin el optimismo de este último que esta tendencia se anunció una reducción de los conflictos entre los contendientes por la hegemonía. El imperialismo, por otra parte, no ha estimulado, pero obstaculizado el crecimiento económico, ya que la inseguridad y la movilización militar permanente socavado la actividad productiva. La función histórica del proceso de globalización fue para eliminar las identidades nacionales, sentando las bases para un renacimiento eventual cosmopolita. Bauer vio el nacionalismo como una fuerza disipada. El nuevo orden mundial no fue enmarcado por la defensa de los intereses nacionales, sino por una lucha por la supremacía entre las élites transnacionales, sin lealtades locales. La creciente centralización del poder político fue inducido por las fuerzas de la nivelación del movimiento socialista, con sus pretensiones internacionalistas propia. Esta tendencia también subyace lo que Bauer llama pauperismo política, una descalificación generalizada de los individuos de la participación en la actividad política. La conclusión de este proceso sería la sociedad de masas perfecta, que Bauer había analizado desde la década de 1840. El principio de la sustancia, no-diferenciación, y la conformidad llegaría a su extensión máxima, y entonces podría ser derrocado. El imperialismo mundial sería cuestión de una catástrofe global, el fin apocalíptico de la antigua, cristiano-germánico orden. Sólo entonces surgen nuevas posibilidades culturales. Aunque estos no se puede predecir en detalle, que implicaría el
surgimiento de una individualidad creativa sin precedentes, liberado de las ilusiones religiosas y metafísicas. Bauer comparó la crisis actual hasta el final del mundo clásico en el imperialismo romano. Sus estudios en la década de 1850 encuentran los orígenes del cristianismo en el siglo II dC, la conclusión de que el primer evangelio fue escrito en tiempos de Adriano (117-138 dC), aunque ligeramente precedido por algunas de las epístolas paulinas. Bauer seguido la evolución de las ideas cristianas del helenismo y el estoicismo, que derivan de la doctrina del Logos del Evangelio de Juan de fuentes de Filón y neo-platónico-. Al igual que en Herr Dr. Hengstenberg, negó que el cristianismo había surgido directamente del judaísmo. Más que en sus primeros trabajos, sin embargo, hizo hincapié en que ahora el poder revolucionario de la religión cristiana, como fuente de liberación de los elementos excluidos y empobrecidos del Imperio Romano. Su último libro se describe al cristianismo como la culminación socialista de la historia griega y romana. En respuesta a este argumento en su obituario muy positiva de Bauer, Friedrich Engels reconoció la importancia del trabajo a finales de Bauer de la crítica socialista de la religión (Sozialdemokrat, 1882). En 1908, el libro de Karl Kautsky, los orígenes del cristianismo, aplica la tesis de Bauer. Los últimos escritos de Bauer identifican el sentimiento y la sensación de la certeza pietista, en lugar de la razón autónoma, como la principal fuerza en la conformación de la subjetividad moderna. Sus estudios de los cuáqueros y de pietismo descrito interioridad pasiva y el sentimiento como las características dominantes de la Ilustración alemana. La razón práctica de Kant y Fichte simplemente traducir la voz interior de la conciencia pietista en un lenguaje racionalista. Bauer también se describe el pietismo, como el fin del cristianismo, ya que destruye el dogma a favor de la iluminación interior y la rectitud moral personal. De acuerdo con su fe cristiana revelada, Bauer continuó definiendo las religiones positivas o legales por sus dogmas y los símbolos exclusivos, y seguía viendo el curso general de la historia como disipar estos dogmas, como meras ilusiones. Se descartó el potencial de movilización de la religión en la moderna orden imperial. En el Posaune, que había denunciado los esfuerzos de Schleiermacher para restaurar el cristianismo dogmático a través de una apelación a los sentimientos de dependencia. Ahora afirma que la fuerza del sentimiento, al contrario de la suposición de Schleiermacher, fue disolver la religión dogmática en la convicción personal. El nuevo imperio mundial terminaría con la erosión interna de las creencias religiosas. No la especulación racional, pero el sentimiento, sería efectuar esta transformación. A rigurosas contra el nacionalismo y un marcado antisemitismo caracteriza Bauer el pensamiento posterior. Defendió la cultura alemana en contra de la apropiación política de los prusianos y los regímenes de Austria, pero criticó las insuficiencias, de Goethe, por ejemplo, que se quedó fascinado con la tradición metafísica. Bauer destacó que Alemania no era una unidad racial, sino un artefacto histórico y cultural, reforzada por la mezcla racial, y no por la pureza racial (Barnikol 1972, p. 393). Es claro, sin embargo, que algunos elementos fueron excluidos de la mezcla: a diferencia de su tratamiento antes de la cuestión judía como histórico, cultural y religiosa, que ahora afirma que la distinción natural de la raza creada una división infranqueable entre los Judios y los europeos (Bauer, "la posición actual de los Judios", 1852). Su afirmación de que la significación política de los Judios en todo el espectro político fue un testimonio de la debilidad de la cultura europea y la crisis que se avecina fue recibida por el Nacional-Socialista de los autores. Trabajar hasta tarde Bauer contiene observaciones clarividentes sobre la globalización y la guerra mundial, y tiene afinidad con una variedad de siglo XX, las formas ideológicas, del socialismo contra el imperialismo y el antisemitismo. Por el contrario, sus primeras obras revela un original hegeliana del republicanismo, y ofrece un análisis convincente del pensamiento político de restauración y el surgimiento de la sociedad de masas. Su legado intelectual es complejo y polémico. En septiembre de 2009, con motivo del bicentenario de Bauer, una conferencia internacional de tres días se celebró en la Universidad Friedrich-Schiller-Universität Jena, y en la cuna cerca de Bauer de Eisenberg. Las cuestiones litigiosas que participan el contenido, continuidad, y teniendo político de antes de 1848 las obras de Bauer, sus relaciones con Karl Marx, Max Stirner, y otros contemporáneos, la cuestión de su antisemitismo y su actitud hacia el imperialismo a partir de 1848. Las Actas de la conferencia será publicada bajo el título de Bruno Bauer: 'des partidistas Weltgeistes "Ein, ed?. Klaus-M. Kodalle y Tilman Reitz, Königshausen und Neumann, Würzburg.
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