Brené Brown: El poder de la vulnerabilidad *Pertenencia refiera a integración social* desenmarañar la conexión, vegüenza Vergüenza: Temor a la desconexión. "Hay algo de mí que, si la gente lo sabe o lo ve, n o voy a ser digno de entrar en contacto". Es universal, todos lo tenemos. Las pe rsonas que no sienten vergüenza, no tienen capacidad de empatía o conexión humana. "Na die quiere hablar de eso y cuanto menos uno habla de eso, más se lo padece. Es ese tan conocido "No soy lo suficientemente bueno en esto". *Por lo general está acom pañada de miedo* Resulta que las personas que tienen realmente una sensación de dignidad sienten pr ofundo amor y pertenencia. Y quienes luchan con eso -las personas que siempre se preguntan si son lo suficientemente buenas. Había una única variable que las dividía en dos esos dos grupos. Las separaban un sentimiento profundo de amor y pertenencia de las personas que realmente luchan con eso. Y era que la gente que tiene un sentimiento profundo d e amor y pertenencia cree que es digna de amor y pertenencia. "Es todo. Creen qu e lo merecen." Algo que evita que nos conectemos es nuestro temor a no merecer la conexión. ¿Qué tienen en común las personas que poseen dignidad, que viven de ese modo? Se trata de personas de todo corazón que viven un profundo sentido de dignidad. De Todo Corazón Cosas que tienen en común: Coraje, Compasión y Conexión. Coraje: Estas personas tuvieron el coraje de ser imperfectos. Compasión: Tuvieron la compasión de ser amables con ellos primero y luego con los ot ros porque resulta ser que no podemos practicar la compasión con otras personas si no podemos tratarnos con amabilidad. Conexión: Tenían la conexión, y esta es la parte difícil, como resultado de la autentici dad; estaban dispuestos a dejar de lado lo que pensaban que deberían ser para ser quienes eran. Algo absolutamente necesario para lograr la conexión. Lo otro que tenían en común era la Vulnerabilidad, aceptaban plenamente la vulnerabi lidad. Ellos creían que lo que las hacían vulnerables las hacía hermosas. No hablaban de la v ulnerabilidad como algo cómodo ni tampoco decían que fuera algo insoportable. -como había oído antes en las entrevistas de vergüenza. Secillamente decían que era algo neces ario. Hablaban de la la disposición de decir primero "te "te amo", de la disposición de decir al go sin garantías, de la disposición de seguir respirando a la espera de la llamada d el doctor después de la mamografía. Estaban dispuestas a invertir en una relación que podría o no funcionar. Pensaban qu e era algo fundamental. Vivimos en un mundo vulnerable. Y para enfrentarlo adormecemos la vulnerabilidad . El problema es que uno no puede adormecer selectivamente la emoción sin adormece r los afectos, las emociones. Si los adormecemos, lo hacemos también con la dicha, con la gratitud, con la felicidad. Y entonces somos miserables, y vamos en busc a de propósito y significado, y luego nos sentimos vulnerables. Lo que se conviert e en un ciclo peligroso. Tenemos que pensar en por qué y cómo adormecer. Y no tienen por qué ser adicciones.
Otra cosa que hacemos es hacer de todo lo incierto algo cierto. La religión a pasa do de ser una creencia en la fe y el misterio a ser una certeza. "Tengo razón, tú es tás equivocado. ¡Cállate!". Es todo. Sólo certezas. Cuanto más miedo tenemos más vulnerable somos y más miedo tenemos. Así se ve la política hoy en día. Ya no hay discurso ni conve rsación. Solo hay culpas. Las cuales se describen en la investigación como un modo d e descargar dolor e incomodidad. Prefeccionamos, "Si hay alguién que quiere que su vida se vea así esa soy yo". Pero no funciona. "Porque nos quitamos grasa del trasero para agregársela a las mejilla s". Perfeccionamos, y esto es más peligroso, a nuestros hijos. Cuando nacen están pr eparados para luchar. Cuando sostenemos a esos bebes en nuestros brazos nuestra tarea no es decir: "Mírala, es perfecta". [...] Nuestra tarea es mirar y decir: "¿Sa bes qué? Eres imperfecta, naciste para luchar pero eres digna de amor y pertenenci a". Esa es nuestra tarea. Una generación educada así y se acabaría la mayoría de problem as de hoy en día. Fingimos que lo que hacemos no tiene un efecto sobre las personas. Lo hacemos en nuestras propias vidas. Lo hacemos en las empresas, ya sea un rescate financier o o un derrame de petroleo. Necesitamos que sean auténticos y reales y digan "Lo s entimos, vamos a reparlo". Permitamos que nos vean en profundidad, con nuestra vulnerablildad; amemos con t odo el corazón aunque no haya garantías; parcticar la gratitud y la dicha en momento s de terror en los que nos preguntamos: ¿Puedo amarte tanto? * ¿Nos enseñan a ser pasi vos? ¿A aumentar nuestras emociones para así no razonar nuestros actos?* ¿Puedo pensar en esto con tanta pasión? ¿Puedo ser tan feviente en esto?" Sólo sean capaces de para y, en vez de pensar que va a suceder una catástrofe digan: "Estoy agradecida porque sentirme tan vulnerable implica que estoy viva". *Nunc a lo entendí, y no es que no le tenga miedo a la muerte, es que el miedo me hizo p ensar mucho en eso.* Es muy importante creer que somos capaces. Porque cuando trabajamos desde un lug ar del "soy capaz", entonces dejamos de gritar y empezamos a escuchar; somos más c onsiderados y amables con la gente que nos rodea. Somos más considerados y amables con nosotros mismos.