Wreathed by coral clouds, The mountains stand out vaguely. Still clad in mortal frame, He lingers on the blue-gz..!en slopes Of his solitary valley, Veiled in white mist Where none dis…Full description
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Descripción: Mantras
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Descripción: manual de mantras
A very good collection of rare mantras of Nava shaktis
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JOHN BLOFELD
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Índice Prefacio del autor 1. El bos bosqu quee de de los los recl reclus usos os 2. La tradi tradici ción ón perd perdid ida. a. 3. El comi comienz enzoo de la comp compren rensió sión. n. 4. La deid deidad ad que que mora mora en nosotr nosotros os.. 5. Aluno Alunoss mantra mantrass !ó !óuic uicos. os. ". Pala Palabr bras as de pod poder er.. #. $%A&'A $%A&'A(( el sonido sonido sarad sarado. o. A Lu )*uan+!, -/arles Lu)0 a quien tanto debe el mundo occidental por sus ecelentes traducciones de obras c/inas llenas de tesoros de la sabidura budista ! taosta. Prefacio del autor 'e qu forma tan etraa ocurren las cosas6 7no( tropieza una ! otra 8ez con una palabra o pensamiento del que no se acordaba desde /aca muc/o tiempo( ! descubre que su eco se repite /asta dos ! tres 8eces en el plazo de unos pocos das. %ace alunos aos( acarici ! finalmente descart la idea de escribir un libro sobre el tema de los mantras. Pens que era preferible no /acerla para no eponer los temas sarados a posibles burlas( tirando as por la borda las medidas de protección con las que a lo laro de 8arios silos se /aba sal8auardado el conocimiento m9ntrico de la profanación. :o obstante( en los ;ltimos aos las circunstancias /an 8ariado muc/o. El inters por la sabidura oriental que actualmente muestran miles ! miles de <ó8enes occidentales es autntico ! lleno de re8erencia= a diferencia de sus padres ! abuelos( no ridiculizan lo misterioso por el simple /ec/o de que no est de acuerdo con las cateoras del pensamiento cientfico occidental. Este cambio de actitud merece ! /a recibido una c9lida respuesta= /o! en da /asta los defensores m9s tradicionalistas de las costumbres orientales se inclinan por aflo?uan+!u -/arles Lu)0( en la que me instaba a ponerme a escribir ?uan+!u en la que me deca m9s o menos lo mismo que en la anterior. Bras refleionar seriamente sobre sus suerencias( me decid a /acerle caso( pero con una limitación libremente eleidaC comprometerme a /ablar ;nicamente de los mantras que( por /aber aparecido !a en letra impresa( deben ser ciertamente conocidos -! quiz9 mal interpretados0 por los no iniciados. Esperaba e8itar as re8elaciones poco aconse
Índice Prefacio del autor 1. El bos bosqu quee de de los los recl reclus usos os 2. La tradi tradici ción ón perd perdid ida. a. 3. El comi comienz enzoo de la comp compren rensió sión. n. 4. La deid deidad ad que que mora mora en nosotr nosotros os.. 5. Aluno Alunoss mantra mantrass !ó !óuic uicos. os. ". Pala Palabr bras as de pod poder er.. #. $%A&'A $%A&'A(( el sonido sonido sarad sarado. o. A Lu )*uan+!, -/arles Lu)0 a quien tanto debe el mundo occidental por sus ecelentes traducciones de obras c/inas llenas de tesoros de la sabidura budista ! taosta. Prefacio del autor 'e qu forma tan etraa ocurren las cosas6 7no( tropieza una ! otra 8ez con una palabra o pensamiento del que no se acordaba desde /aca muc/o tiempo( ! descubre que su eco se repite /asta dos ! tres 8eces en el plazo de unos pocos das. %ace alunos aos( acarici ! finalmente descart la idea de escribir un libro sobre el tema de los mantras. Pens que era preferible no /acerla para no eponer los temas sarados a posibles burlas( tirando as por la borda las medidas de protección con las que a lo laro de 8arios silos se /aba sal8auardado el conocimiento m9ntrico de la profanación. :o obstante( en los ;ltimos aos las circunstancias /an 8ariado muc/o. El inters por la sabidura oriental que actualmente muestran miles ! miles de <ó8enes occidentales es autntico ! lleno de re8erencia= a diferencia de sus padres ! abuelos( no ridiculizan lo misterioso por el simple /ec/o de que no est de acuerdo con las cateoras del pensamiento cientfico occidental. Este cambio de actitud merece ! /a recibido una c9lida respuesta= /o! en da /asta los defensores m9s tradicionalistas de las costumbres orientales se inclinan por aflo?uan+!u -/arles Lu)0( en la que me instaba a ponerme a escribir ?uan+!u en la que me deca m9s o menos lo mismo que en la anterior. Bras refleionar seriamente sobre sus suerencias( me decid a /acerle caso( pero con una limitación libremente eleidaC comprometerme a /ablar ;nicamente de los mantras que( por /aber aparecido !a en letra impresa( deben ser ciertamente conocidos -! quiz9 mal interpretados0 por los no iniciados. Esperaba e8itar as re8elaciones poco aconse
sabidura de mis amios c/inos me impidió bloquearme mentalmente contra lo que me pareca una tontera( a pesar de que ellos no lo consideraban como tal. Espero ser capaz de ir prendiendo en el lector el sentido de re8erencia /acia las artes m9ntricas( ! la creencia en su 8alidez( del mismo modo en que me fueron imbuidas a m= esto es( paso a paso. @e ustara poner de relie8e que me encontr con los mantras de manera casual en luar de deliberada. Aunque( una 8ez despertado( mi inters por ellos era 8erdaderamente sincero( no realic la menor b;squeda de conocimientos m9ntricos( ! los que fui adquiriendo lo fueron en el transcurso de una profunda entrea a las pr9cticas !óuicas que permiten alcanzar la Luz ! de las que los mantras son solo parte. Bu8e la enorme suerte de encontrar entre los c/inos ! tibetanos /ombres caracterizados por la sabidura ! la autntica santidad( muc/os de ellos mu! 8ersados en el tema m9ntrico( pero disto a;n muc/o de /aber alcanzado un 8erdadero dominio del mismo. El que me /a!a decidido a escribir acerca de l se debe no a que !o sepa muc/o( sino a la suposición de que( por carecer de mis mismas oportunidades( /a! muc/os que saben menos. omo el lector descubrir9 cuando est terminando el libro( aun /o! da /a! numerosos aspectos de los mantras que me siuen siuen pareciendo pareciendo tan misterioso misteriososs como siempre. siempre. En mi propia mente( di8ido los mantras en tres cateoras( ! me considero capacitado para /ablar con cierta dosis de autoridad solo sobre la primera de ellasC l. Los mantras utilizados en la contemplación !óuica( que son mara8illosos( pero no milarosos. 2. Los mantras de efectos aparentemente milarosos. 3. Los mantras que( si es cierto lo que se dice de ellos( deben considerarse pro8isionalmente como de efectos milarosos( al menos /asta llear a comprender a fondo cómo funcionan. La ma!ora de lo que siue a los dos o tres captulos introductorios se refiere a la contemplación !óuica. Aunque puede considerarse como el aspecto menos espectacular de los mantras( tiene en ;ltimo etremo una importancia trascendental. Le esto! mu! aradecido a Lu >?uan+!, por su acicate= al lama Anaari)a Fo8inda por una carta que( unida a sus escritos publicados( contribu!ó a resol8er 8arios de los problemas que tena planteados= a mi buen amio( Ferald Gor)e( por sus informaciones acerca de la teora /ind; sobre el poder m9ntrico( as como en relación con di8ersas pr9cticas occidentales similares al uso de mantras= ! a 'on $!l8ester %oudard( de la Abada Prin)nas/( por sus 8oluminosos apuntes( de los que etra
I El «Bosque de los Reclusos»
7E como un sueo. En el interior de la amplia c9mara( a tra8s de las luces de las 8elas refle
LK@A>7 $I%ILIA HIPI>IA :A: $ALA&A BABAFEABA :A:. A:F &ILAHI &ILAHI @A>A$A FEGALA $ABA $ABA $AMABN $AMABN BALAGI BALAGI &I'A@A:I $A:%A:HIA:I BALA@A%I $I'A FMIGA BALA:F $K%A6 Entonces me di cuenta de que( aunque sus mentes respondan sin fallas al encantamiento( ninuno de los de8otos conoca el sinificado de aquellas slabas cu!o sonido resultaba m9s lleno de inspiración que el del m9s solemne /imno. El idioma no era su cantons nati8o ni( a pesar de /aber sido transmitido a su @aestro en el Hapón( tena nada que 8er con el on. All las circunstancias me obliaron a quedarme un ao o m9s( culti8ando la amistad de un rupo de c/inos de mentalidad tradicionalista que se aferraban intensamente a la antiua sabidura ! a las 8ieon. :uestra amistad( que se reforzara aos despus con un 8oto de /ermandad( floreció como m9icamente desde el primer da que nos 8imos. En otro libro( La rueda de la vida( /e descrito con ma!or detalle cómo( postrado por unas fiebres intermitentes( en8i a mi sir8iente cantons de doce aos a buscar un mdico ! cómo( al no conocer las preferencias de un etran
encontrado con un occidental deseoso de aprender de los c/inos en luar de decidido a imponerles costumbres ! formas de pensar occidentales. Ban pronto como estu8e otra 8ez bien( mi nue8o amio me lle8ó a una reunión en una casa que( tal como proclamaba un tablero /orizontal lacado que /aba sobre la entrada( se conoca por el curioso nombre de D&osque de los Meclusos. $e trataba de /ec/o de un templo pri8ado perteneciente a una asociación de selares budistas. $e me informó de que pr9cticamente todas las ciudades c/inas contaban con su D&osque de los Meclusos( pero que aquel templo se sala de lo normal( pues todos sus miembros practicaban una 8ariante del budismo que( tras etinuirse en /ina /aca m9s de mil aos( /aba lorado sobre8i8ir en Hapón con el nombre de $ecta $/inon. Bras pasar 8arios aos de retiro ! aislamiento en el monte >o!a( no leioto( el maestro o profesor que lo diria( Lai a+s/i/ -'/arma+@aestro Lai0( /aba 8uelto del Hapón para transmitir a sus conciudadanos lo que quedaba de la antiua sabidura que /aba pre8alecido entre sus antecesores en los tiempos en los que a;n floreca la $ecta Esotrica -@i Bsun0. Al iual que su equi8alente tibetano( el aon de aquella poca= pero en el piso superior estaba la /ermosa c9mara que describ anteriormente( siempre perfumada por el aroma del s9ndalo ! el incienso. 'etr9s del altar( adornado por barrocos utensilios de plata( /aba 8arios paneles pintados( ! el central representaba a nue8e D&udas ! &od/isatt8as meditando( sentados sobre los ptalos de un loto. Banto estas como las fiuras de los paneles laterales /aban sido pintadas con brillantes e intensos colores ! tenan un estilo mu! parecido al de los equisitos frescos que se puede contemplar en los muros de los antiuos templos+cue8as budistas de /ina( India ! eil9n. La seme
manto blanco con anc/as manas en forma de alas. Al cabo de un mes( o alo m9s( decid llear a la casa lle8ando !a ropas c/inas( aunque( en aquella poca( /aca falta tener bastante 8alor para ponerse un Dtra
las sesiones durante un plazo de tiempo suficiente como para alcanzar un rado de comprensión intuiti8a de lo que pasaba en ellas= ! aunque mis amios se esforzaron lo m9s que pudieron por eplicarme el teto de la lituria( mis conocimientos del c/ino -o m9s bien del dialecto cantons que se /abla en %on >on0 eran demasiado rudimentarios( ! no pude a8anzar ran cosa. El Quinto Bo ! los dem9s mostraron una ran paciencia e intentaron ensearme en su sua8e ! aradable inls( pero el tema era bastante difcil( ! muc/as de las cosas que loraron imbuirme las /e ol8idado /ace muc/o tiempo( debido a mi posterior preocupación por modalidades m9s puramente c/inas -! lueo tibetanas0 del budismo. El principal obon de leer en
tibetano ! en $AA>A en Oantun( aluien que no saba nada del pasado del Bo suirió que nos entretu8isemos tomando un poco de opio. Apareció de inmediato una bande
m9s terrible que la eperimentada por un alco/ólico reformado que tu8iese que ser8ir en la barra de un bar ! sin nadie para controlarlo o decirlo no. uando( secretamente a8eronzados de /aberlo sometido a una prueba as( le epresamos nuestra admiración( nos contestó riendo que su propio santuario interior /aba sido la meon( siuió eplic9ndome que el empleo de palabras con sentido en cualquier tipo de pr9ctica reliiosa resulta totalmente in;til( pues estimulan un pensamiento de tipo V