Metodología catequística para niños Cómo dar catequesis hoy Luis M. Benavides
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Metodología catequística para niños Cómo dar catequesis hoy Luis M. Benavides
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A todos los niños que me mostraron Nada obsta a la Fe y Moral católicas para su publicación.
cómo es el Reino de Dios.
Sr. Pbro. CRISTIAN JOSÉ RAMÍREZ, Censor
Puede imprimirse. S. E. R. Mons. JOAQUÍN MARIANO SUCUNZA
Vicario General del Arzobispado de Buenos Aires
...Y a todos aquellos adultos que, sin querer, me enseñaron a complicarlo
un poco.
Buenos Aires, 6 de diciembre de 2004
A Liliana, mi esposa e inseparable
compañera;
sin su apoyo, paciencia y ternura, esta obra no hubiera sido posible. Edición: Herminio Otero Revisión y adaptación: Alipio Rozas Diseño: Estudio SM Pablo Núñez
© Luis M. Benavides © 2005, PPC, Editorial y Distribuidora, SA Impresores, 15 Urbanización Prado del Espino 28660 Boadilla del Monte (Madrid)
[email protected] www.ppc-editorial.com
ISBN 84-288-1943-2 Depósito legal: M-17605-2005 Fabricado en España / Made in Spain Imprenta SM Queda prohibida, salvo excepción prevista en la Ley, cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública y transformación de esta obra sin contar con la autorización de los titulares de su propiedad intelectual. La infracción de los derechos de difusión de la obra puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual (arts. 270 y ss. del Código Penal). El Centro Español de Derechos Reprográficos vela por el respeto de los citados derechos.
PRÓLOGO
CONTENIDO
Metodología catequística para niños Una experiencia reflexionada 1. Jesús catequista: hacia una espiritualidad catequística 2. El método catequístico 3. La catequesis de niños 4. Programación y planificación anual de la catequesis 5. Planificación y preparación de cada encuentro catequístico 6. La iniciación al silencio y a la oración 7. La iniciación litúrgica de los niños 8. Los niños y la palabra de Dios 9. Psicología evolutiva y religiosa del niño Una catequesis viva para contagiar la fe Bibliografía La catequesis en Internet
Metodología catequística para niños Es una alegría presentar una obra tan necesaria y esperada por todos los que trabajan en la catequesis y pastoral con niños. El texto es muy completo y resultará muy enriquecedor para la formación y la tarea diaria del catequista de niños. El título de un libro tiene una gran importancia. Es lo primero que se lee, es el rostro de la obra, es el carné de identidad que posibilita el primer contacto con el autor. Creo que a Luis Benavides lo que más le ha costado es encontrar el título para su escrito. Porque tiene un título que esconde más de lo que dice, pero que, quizás, es el más apropiado. Puesto que la intención del autor, es compartir con el lector toda su larga y fecunda trayectoria como catequista y formador de catequistas. Y en este sentido, estamos ante un verdadero tratado de Metodología catequística para niños. Metodología con mayúscula, que supera largamente una didáctica de la catequesis, evitando en todo momento caer en la tentación facilista de las de recetas y fórmulas salvadoras, pero que, al mismo tiempo, posee una gran utilidad práctica tanto para quienes se inician en el arte de la catequesis de niños como para quienes desean sistematizar los conocimientos y experiencias obtenidos a lo largo del tiempo. Hay en esta Metodología catequística para niños una profunda reflexión sobre la pedagogía de la fe, que evoca y presupone las grandes cuestiones de la catequética contemporánea. Hay en esta Metodología catequística una permanente alusión a la psicología evolutiva, a la sociología religiosa, que permite inculturar en estos tiempos nuevos el arte -siempre d i f í c i l - de comunicar un "acontecimiento y una doctrina de vida". Pero si hay algo que hace original a la obra es la inseparabilidad que la misma tiene con su autor. No es ciertamente un libro testimonial. Sin embargo el texto está preñado de la vida e historia personal. Luis 7
Benavides escribe lo vivido, y su vida se hace libro. Y se nota que esta obra sobre Metodología catequística para niños está compuesta por un apasionado maestro-catequista. • Maestro, porque Luis Benavides nació para el aula y en ella vive, se apasiona, experimenta y reflexiona. • Maestro también porque ya tiene en su vida mucho rodaje en el arte de acompañar la formación de otros catequistas. • Maestro porque la experiencia de lo vivido, le permite liberarse de falsas dialécticas y discusiones trasnochadas, para ofrecernos con la sencillez y la síntesis de los sabios, aquellas certezas e intuiciones que permiten a la catequesis ser arte y ciencia. Estoy seguro que esta obra será de gran utilidad para una verdadera iniciación en el arte de acompañar la fe, de quienes se descubren llamados a uno de los ministerios más antiguos de la Iglesia: el de la catequesis de niños. Pbro. ALEJANDRO JOSÉ PUIGGARI Secretario de la Comisión Episcopal de Catequesis y Director Nacional de Catequesis de Argentina
INTRODUCCIÓN Una experiencia reflexionada Queridos catequistas y agentes de pastoral: Cierta vez, en un encuentro de catequesis, Juan Alberto, un niño de siete años, me preguntó: —Amén, ¿es el "apellido" del Espíritu Santo? Todos los que de alguna manera u otra trabajamos con niños, nos hemos encontrado con situaciones como la anterior o parecidas y, no nos queda otra cosa que sonreír y admirarnos ante el misterio de la vida, envuelto en pañales de inocencia. • Una experiencia reflexionada No podemos dejar de dar gracias a Dios Padre por permitirnos compartir este tesoro inapreciable que son los niños. Somos privilegiados porque estamos en contacto con la vida misma, en una de sus manifestaciones más hermosas: los niños. Precisamente, son ellos quienes rescatan en nosotros los adultos, las ganas de jugar, las canciones, las dudas, la sencillez, la alegría; en síntesis: el gusto por la vida. Creo con sinceridad que existen pocas experiencias tan hermosas y enriquecedoras como el hecho de guiar y acompañar a los niños durante su despertar a la vida; y, mucho más, cuando se trata de iniciarlos en la fe, en la misma vida de Dios. • La catequesis, un ministerio La catequesis de niños no es una tarea menor; es un ministerio que tiene un carácter propio. La tarea catequística exige amor y profundo respeto al niño, el cual tiene derecho a una presentación sencilla y auténtica de la fe cristiana. Ser catequista de niños es un don, una llamada y un regalo del Padre. Los niños exigen total donación de sí, una entrega generosa y una permanente atención; pero como contrapartida, quienes tenemos la dicha de trabajar con niños sabemos que todos estos esfuerzos se ven, a la larga, ampliamente recompensados.
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CAPÍTULO I
• Este libro: reflexión más experiencia El presente libro es el fruto de muchos años de reflexión y dedicación a la catequesis de niños. De alguna manera, este libro es el resultado del trabajo en conjunto de muchos otros catequistas y agentes de pastoral, con los que el buen Dios me ha dado la oportunidad de compartir esta maravillosa tarea, a lo largo de mi vida. A ellos va también mi reconocimiento.
JESÚS CATEQUISTA: HACIA UNA ESPIRITUALIDAD CATEQUÍSTICA
Mi idea ha sido recoger en este libro parte de la problemática catequística infantil. He tratado de ser lo más exhaustivo posible, sobre todo en lo que respecta a los aspectos metodológicos, pedagógicos y organizativos de la catequesis.
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• Para vosotros, catequistas
Dios se hace presente en medio de nosotros, de manera plena y definitiva, a través de su Hijo Jesús. (Le 2,10-11; jn 1,1-18; Hch 2,22-36; 13,16-41; 1 Jn 1,1-14).
El libro está pensado básicamente para los catequistas. Por eso, utilizo un lenguaje sencillo y llano; ofrezco recursos asequibles a todos aquellos que ejercen, de alguna manera u otra, el ministerio de la catequesis de niños. Mi intención es que esta obra sirva de apoyo, consulta y orientación para todos los catequistas, que día a día, trabajan por extender el Reino de Dios entre los más pequeños. También, ofrezco con este texto un instrumento que ayude a pensar y a organizar mejor la catequesis. Espero que sea útil. Este libro no aspira a ser un tratado de catequética para teólogos y pastoralistas, sino más bien una pequeña aportación a la tarea evangélica y diaria de la Iglesia. De todos modos, queda planteada la necesidad de seguir profundizando en la reflexión teológica y pastoral aplicada a la catequesis de niños. Asimismo, quiero alentar y agradecer en nombre de Dios y de la Iglesia, todo lo que se hace por extender su Reino, especialmente entre los más pequeños. Finalmente, espero que todas estas reflexiones ayuden a todos los que acompañamos a los niños en su caminar hacia Dios y que, día a día, testimoniemos con alegría a Aquel que nos amó y nos eligió para ser sus discípulos a lo largo y a lo ancho de todo el mundo... Luis M. BENAVIOES
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Existe un hecho maravilloso: Dios interviene en la vida y hace irrupción en la historia de los hombres para establecer su Reino. Dios actúa y salva al mundo por Jesucristo.
Jesucristo es el centro vital del universo. Por Él somos, nos movemos y existimos, según reza san Pabío. Jesús mismo es el mensaje de salvación, la Palabra eterna hecha carne. Él revela y transmite su Palabra, es decir, él mismo se entrega a nosotros por amor. Jesús es el primer y único catequista, es el catequista. Nadie mejor que Él para enseñarnos a transmitir su propia Palabra. Por esto, dirigiremos la mirada atenta a la forma en que Él proclamaba y anunciaba su Palabra o, dicho de otra manera, a la forma en que Jesús catequizaba. Nada mejor que analizar cómo actuaba Jesús en su predicación, para darnos una idea de cómo hacerlo nosotros. Él es el modelo, el prototipo, el perfil ideal de todo catequista, y en Él debemos apoyarnos para que nuestra labor dé sus frutos.
H JESÚS Y !AiAMARJTANA____^ Entre todos los textos tan ricos que la Palabra de Dios nos ofrece, existe un pasaje evangélico que siempre me ha emocionado y conmovido: es el encuentro de Jesús con la samaritana. Fascina seguir de cerca el proceso que realiza jesús al ayudar a la samaritana a encontrarse consigo misma, con Él y con sus hermanos. 11
Tomamos este texto como punto de partida para la reflexión y el análisis de la actuación catequética de Jesús. • El relato El episodio de la samaritana es narrado solo por Juan (Jn 4,1-30 y 39-42). Contiene una riqueza, una profundidad y un conocimiento de la realidad humana como solo Jesús podía tenerlo. Sugiero que realicen una lectura pausada y atenta del texto. Imagínense la situación, los movimientos, la ubicación geográfica, el tono de voz, la cadencia; pero sobre todo, centren la atención en las acciones de Jesús, en su modo de encarar una situación tan delicada. • El texto Los fariseos se enteraron de que Jesús bautizaba y atraía más discípulos que Juan. El Señor, al saberlo, decidió abandonar la región de Judea y volvió a Galilea. Para eso, tenía que pasar por el país de Samaría. Llegó a un pueblo llamado Sicar, en la tierra que el patriarca Jacob había dado a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, cansado de la caminata, se sentó sin más, al borde del pozo. Era cerca del mediodía. Una mujer samaritana llegó para sacar agua, y jesús le dijo: —Dame de beber. En ese momento se habían ido sus discípulos al pueblo a hacer compras. La samaritana le dijo: —¿Cómo tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana? (Hay que saber que los judíos no se comunican con los samaritanos.) Jesús le contestó: —Si conocieras lo que Dios te quiere dar, y quién es el que te pide de beber, tú misma me pedirías a mí. Y yo te daría agua viva. Ella le dijo: —Señor, no tienes con qué sacar agua y este pozo es profundo, ¿dónde vas a conseguir esa agua viva? ¿Eres, acaso, más poderoso que nuestro antepasado Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebió él, su familia y sus antepasados? 12
Jesús le contestó: —El que bebe de esta agua, vuelve a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed. Porque el agua que yo le daré, se hará en él manantial de agua que brotará para la vida eterna. La mujer le dijo: —Señor, dame de esa agua para que no sufra más sed, ni tenga que volver aquí a sacarla. Jesús le dijo: —Anda a buscar a tu marido y vuelve acá. La mujer le contestó: —No tengo marido. Jesús le dijo: —Es verdad lo que dices, que no tienes marido, has tenido cinco maridos, y el que ahora tienes tampoco es tu marido. —Señor, contestó la mujer, veo que eres un profeta. Nuestros padres siempre vinieron a este cerro para adorar a Dios y ustedes los judíos ¿no dicen que hay que adorar en Jerusalén? Jesús le dijo: —Créeme, mujer, que llega la hora en que ni en este cerro, ni tampoco en Jerusalén, adorarán al Padre. Vosotros, los samaritanos, adoráis lo que no conocéis, mientras que nosotros los judíos conocemos lo que adoramos porque la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora, y ya estamos en ella, en la que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en Espíritu y en Verdad. Porque ésos son los adoradores que busca el Padre. Dios es Espíritu y los que lo adoran deben adorarlo en Espíritu y en Verdad. La mujer contestó: —Yo sé que el Cristo está por venir. Cuando él venga nos aclarará todo, jesús le dijo: —Ese soy yo, el que te está hablando. En ese preciso momento llegaron los discípulos y se admiraron al verlo hablar con una samaritana. Pero ninguno le preguntó para qué ni por qué hablaba con ella. La mujer dejó allí el cántaro y corrió al pueblo a decirle a la gente: —Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. 13
¿Acaso será este el Cristo? Salieron entonces del pueblo y fueron a verlo.
LA SAMARITANA
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En este pueblo, muchos samaritanos creyeron en Él por las palabras de la mujer que decía: "Él me descubrió todo lo que yo había hecho". Vinieron donde él y le pidieron que se quedara con ellos. Y se estuvo allí dos días. Y en el pueblo mucha más gente creyó en él al oír su palabra. Y le decían a la mujer:
— ...Si conocieras el don de Dios y quién es el que dice: "Dame de beber", tú misma se lo hubieras pedido y él te habría dado agua viva.
—Señor, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más poderoso que nuestro padre Jacob?...
—Ya no creemos por lo que tú contaste. Nosotros mismos lo hemos oído y estamos convencidos de que este es verdaderamente el Salvador del mundo. (Jn 4,5-30)
—El que bebe de esta agua vuelve a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá jamás a tener sed.
—Dame de esa agua para que no sufra más sed, ni tenga que volver aquí a sacarla.
• La estructura Para entender mejor el proceso catequístico seguido por Jesús vamos a desmenuzar y analizar detenidamente el diálogo entre Jesús y la samaritana. Jesús se encuentra fatigado y cansado en el pozo de Jacob, con la mujer. El encuentro junto a los pozos y manantiales, en la Biblia, es un símbolo de la vida que Dios da, especialmente en los tiempos mesiánicos. (Gen 24,10ss; Ex 2,15ss; Gen 26,19-22; Is 2,3; Jer 2,13). Por otra parte, los pozos en aquella época, solían quedar a unos kilómetros del pueblo. La gente (por lo general, las mujeres) tenía que llegarse a los pozos varias veces al día llevando el agua en cántaros grandes y, por lo tanto, de gran peso. En esa situación, se encuentran Jesús y la samaritana. Comienza un "diálogo de sordos" en el que Jesús va paulatinamente entrando en contacto con la mujer hasta poder comunicarle su palabra. Nos detendremos en ese diálogo para analizar el contenido del mismo: LA SAMARITANA —Dame de beber.
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I —¿Cómo tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?...
-Ve y llama a tu marido.
—No tengo marido...
Jesús continuó: —Es verdad lo que dices, que no tienes marido, has tenido cinco y el que tienes ahora tampoco es tu marido.
—Señor, veo que eres un profeta... Pero ¿dónde adorar a Dios, aquí o en Jerusalén?
—...ni aquí ni en Jerusalén... Los verdaderos adoradores, adorarán al Padre en Espíritu y en Verdad.
—Yo sé que el Cristo está por venir. Cuando él venga nos aclarará todo.
—¡Ese soy yo, el que habla contigo!
La mujer dejó su cántaro y corrió a la ciudad y dijo a la gente: —¡Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho! ¿No será el Mesías?
Salieron entonces de la ciudad y fueron a su encuentro... Muchos samaritanos creyeron en él por las palabras de la mujer... Muchos más creyeron en él a causa de su palabra y decían a la mujer: —Ya no creemos por lo que has dicho, nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es verdaderamente el Salvador del mundo. 15
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EL PROCESO METODOLÓGICO DE JESÚS
1 Respetar _a la p e r s j o n a _ _ _ _ _ ^ ^ Es fascinante ver cuál fue el proceso que utilizó Jesús para llegar al corazón de la samaritana. *• La samaritana tenía su historia, sus creencias, su manera de relacionarse con los otros, su propia forma de vida. Pero era una mujer bloqueada, vivía en la inseguridad de no contar con nadie, ni siquiera con ella misma. *• Ella no sabía ni podía crecer como persona. Estaba totalmente alienada ante sí misma, ante los demás y ante el Dios-viviente. Se había transformado en un lugar de paso, para los hombres; de odio para las mujeres y en un motivo de escándalo para la comunidad. Era una mujer adúltera.
H Jesús parte de una realidad: la s i t u a c i ó n existencial de la samaritana • Jesús ama y conoce profundamente la realidad de la samaritana. »• Lentamente, y de acuerdo con el ritmo que ella misma impone, la va enfrentado con su propia realidad. • Si de entrada, Jesús se hubiera presentado como el Mesías, lo más probable es que la mujer le hubiese partido el cántaro en la cabeza... 2 Jesús anuncia su palabra: "Yo soy el C r i s t o " *• Esta Palabra es transformadora, viviente, operante. Genera un cambio de vida, un cambio en el corazón. Jesús mismo es la Palabra hecha carne (Jn 1,1-18), esperada desde todos los tiempos y proclamada por los profetas.
• Jesús no se escandaliza ante tal realidad. Muy por el contrario, la respeta y ama profundamente, hasta tal punto que decide ayudar a la mujer a reencontrarse con su historia. En una palabra: la hace crecer como persona, porque la ama y quiere su felicidad.
• Esta Palabra opera la salvación y la redención en los humanos con una fuerza extraordinaria. Por eso mismo, operó un cambio fundamental en la samaritana.
*- Por eso, él toma la iniciativa, da el primer paso y luego procede delicada y respetuosamente. Sin apremios, pero con marcada insistencia; sin cesar de llevarla por los caminos del amor y las exigencias de una vida mejor.
3 Se p r o d u c e un c a m b i o de vida o respuesta v i t a l
La primera lección que da Jesús a los catequistas es la de amar y respetar profundamente la realidad de los catequizandos, en nuestro caso, los niños, no imponiéndoles nada, sino acercándolos al amor de Dios. 2 Proceso c a t e q u é t i c o Evidentemente Jesús no habla, en los Evangelios, de un método catequístico, pero sí podemos percibir una manera de obrar, una "pedagogía", una "metodología" que le es propia y que la utiliza con frecuencia. En el encuentro con la samaritana, el proceso utilizado por Jesús podría resumirse así (cfr. el gráfico del diálogo con la samaritana): 16
• La mujer sacudida por el amor de Dios, tocada y sanada por la Palabra de Dios, se encuentra y acepta a sí misma. Esto le permite descubrirse, abrirse a los demás y al Otro (el Dios-viviente). Hasta tal punto cambia su vida, después del encuentro con jesús, que ya no le importa su pasado, sino que se lanza definitivamente hacia la vida plena. • La samaritana no solo vuelve corriendo a su pueblo -dejando el cántaro y con él, su vida anterior- sino que irrumpe llena de vida en la realidad cotidiana de su gente. • De tal forma que se ve transformada: pasa de ser una mujer bloqueada a una mujer liberada de su carga, capaz de amar y de ser amada y, quizás, por primera vez en su vida, escuchada. • La samaritana pasa de ser discípula (seguidora) de Jesús a convertirse en apóstol (testigo o anunciadora) de la Buena Noticia, es decir, se transforma en catequista: lleva sus hermanos hasta Jesús. 17
*• De esa manera, se convierte en el puente para que sus hermanos conozcan a jesús y, luego, ellos mismos lo reconozcan como el Salvador, transformándose, a su vez, en discípulos del Maestro y nuevos apóstoles de su mensaje.
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APLICACIONES A LA CATEQUESIS
JDinámiea del catequista Así se conforma, lo que podríamos llamar la dinámica del discípuloapóstol, es decir, la dinámica del catequista, que podríamos resumir de la siguiente manera:
Jesús
La experiencia catequética^ Y esta es la experiencia que se viene transmitiendo de persona a persona, de corazón a corazón, de padres a hijos, de catequistas a catequizandos, desde hace dos mil años en el seno de la Iglesia y hasta llegar a todos los confines de la tierra.
La transmisión de la fe cristiana es ante todo el anuncio de Jesucristo para llegar a una fe personal en Él. Desde el principio, los primeros discípulos ardieron en deseos de anunciar a Cristo: "No podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído" (Hch 4,20). Y ellos mismos invitan a los hombres de todos los tiempos, a entrar la alegría de su comunión con Cristo: Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos acerca de la Palabra de vida -pues la Vida se manifestó, y nosotros la hemos visto y damos testimonio y os anunciamos la vida eterna, que estaba con el Padre y se nos manifestó-, lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos, para que también vosotros estéis en comunión con nosotros. Y nosotros estamos en comunión con el Padre y con su Hijo, Jesucristo. Os escribimos esto para que vuestro gozo sea completo... 1 Juan 1,1-4 18
(discípula) LA SAMARITANA (apóstol)
(discípulos) SUS HERMANOS SAMARITANOS (apóstoles)
(discípulos) A OTROS (apóstoles)
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M Estructura básica de la catequesis El actuar catequístico de Jesús podría expresarse, entonces, en tres momentos, que de alguna manera van a marcar la estructura básica de la catequesis:
¡Qué interesante sería realizar un relectura de los evangelios desde la óptica de Jesús catequista! Un análisis de este tipo descubre las actitudes que toma Jesús, cómo anuncia su palabra, su manera de catequizar, en una palabra, su forma de proceder como educador de la fe. Seguramente, esta relectura nos ayudaría muchísimo a reubicarnos como pregoneros de su vida y de sus palabras.
jesús en el centro
E | OTROS TEXTOS EVANGÉLICOS
"En el centro de la catequesis encontramos esencialmente una Persona, la de Jesús de Nazaret, Unigénito del Padre, que ha sufrido y ha muerto por nosotros y que ahora, resucitado, vive para siempre con nosotros... Catequizar es... descubrir en la Persona de Cristo el designio eterno de Dios... Se trata de procurar comprender el significado de los gestos y de las palabras de Cristo, los signos realizados por Él mismo." El fin de la catequesis es "conducir a la comunión con Jesucristo: solo Él puede conducirnos al amor del Padre en el Espíritu y hacernos partícipes de la vida de la Santísima Trinidad". Catecismo de la Iglesia Católica, 426
Estos tres momentos utilizados por Jesús aparecen de una manera u otra jalonados en el Nuevo Testamento en diversos pasajes. Si analizamos los textos, podemos comprobar que dicha estructura (situación de vida - proclamación de la palabra - respuesta) se presenta con frecuencia en los evangelios. He aquí algunos textos bíblicos que demuestran el camino seguido por Jesús catequista: -
Jesús y Zaqueo: Le 19,1-10 Curación del sordomudo: Me 7,31-37 Curación del paralítico: J n 5,1-14 Curación de los leprosos: Le 7,11-19 Elección de los apóstoles Me 3,13-18 La mujer adúltera: Jn 8,1 -11 Jesús y el ciego de nacimiento: jn 9,1 -41 Los apóstoles en Pentecostés: Hch 2,13-41
Para saber más - CASIELLO, Beatriz, Metodología catequística, Guadalupe, Buenos Aires, 1986. - CATEQUISTAS DEL IPA, Camina en mi presencia, Cuadernos Catequísticos, n.° 2, Stella, Buenos Aires, 1985. -Jesús, el Señor, Stella, Buenos Aires, 1983, p. 25. - SAGRADA CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio General para la Catequesis,
1997, cap. II. - MURÚA, Marcelo, Espiritualidad del catequista. - Catecismo de la Iglesia Católica, 425-426 y 429. **^_
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CAPITULO II EL MÉTODO CATEQUÍSTICO H J A METODOLOGÍA CATEQUÍSTICA "Primero vivimos, después reflexionamos sobre la vida. El aprendizaje del amor de pareja, la educación de los hijos, la tarea de la evangelización, la espiritualidad y tantos otros asuntos vitales para el hombre son, en primer lugar, vividos y luego, sistematizados." P. Francisco De Vos § | Características ^ Hablar de método, muchas veces significa reducir o encuadrar la realidad y mucho más, cuando se trata de realidades que se refieren a la interioridad del hombre y su proyección hacia los demás o hacia Dios. Sin embargo, la persona humana, gracias a su capacidad de análisis y reflexión, puede encontrar las grandes constantes que favorecen la vida o la entorpecen. Estas experiencias y reflexiones son comunicables, ayudan a vivir y a evitar accidentes innecesarios y facilitan la acción. Por esto, podemos hablar de método como un camino para llegar hacia algo... y como forma de transmitirlo también a otros, con la condición de mantener el respeto por la vida, que es siempre nueva y nunca se agota. Cuando se trata de metodología catequística, los límites de los métodos aparecen más a la vista. Evidentemente, la adhesión de los catequizandos a la fe, a Dios -que es fruto de la gracia y de la libertadno depende, en última instancia, del catequista sino de la acción de Dios y de la respuesta libre del hombre. Para que un método pueda ser aplicado a la catequesis, ha de ser coherente con los criterios evangélicos y con la finalidad de comunicar la verdad revelada. 23
El catequista, como la samaritana, es un simple "cable" entre Dios y los niños; un "puente", un instrumento del amor de Dios. Una sólida espiritualidad y el testimonio de vida cristiana en el catequista constituyen el alma de todo método. "Los niños leen más en el catequista que en el libro, se impregnan más de su conducta que de sus palabras, se les graba más con los ojos que con los oídos. Son como la esponja: absorben todo lo que ven." Juan Pablo I Solo teniendo en cuenta estos aspectos podemos hablar propiamente de metodología catequística. 2 Trabajo_e^C(omumójn_^ __
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La Iglesia ha ido perfeccionando a lo largo de los siglos, la mejor manera de transmitir la buena noticia; esa experiencia en la educación de la fe se ha ido adaptando y sistematizando, con el paso de los siglos, de acuerdo con las necesidades y los signos de los tiempos. "En la transmisión de la fe, la Iglesia no tiene de por sí un método propio ni único, sino que, a la luz de la pedagogía de Dios, discierne los métodos de cada época, asume con libertad de espíritu 'todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio' (Flp 4,8)... De este modo, la variedad en los métodos es un signo de vida y una riqueza, y a la vez una muestra de respeto a los destinatarios..." Directorio General para la Catequesis, 148 Evidentemente, no existe ningún método totalmente original y nuevo. El conjunto de un método será siempre el resultado de una síntesis. A lo largo de su historia, la Iglesia muestra, con mayor o menor vehemencia, determinados aspectos del método catequístico. De ahí se deduce la gran importancia de trabajar en comunidad. En todo momento, es indispensable el intercambio de ideas, de experiencias, de puntos de vista. Necesitamos de los otros para educar en la 24
fe, para ser auténticos apóstoles ya que, fundamentalmente, catequizamos en comunidad. Las grandes líneas de la metodología catequística, las experiencias nuevas, las propuestas distintas, la formación de los catequistas..., todo debe y tiene que ser aprendido en Iglesia. No podemos "navegar" solos. Nuestra tarea es un trabajo en comunión y participación: en comunión con la Doctrina Social de la Iglesia (expresada en la variedad de documentos oficiales) y en participación con nuestros hermanos, miembros del Pueblo de Dios, guiados por nuestros pastores, los obispos.
•fj; Originajtá^ Cada ser humano es único e irrepetible y por esto, implanta un matiz original al método catequístico. Cada persona con sus potencialidades, con sus capacidades, con su historia, con su formación es un elemento al que el método debe adaptarse. El catequista es el que pone en práctica el método, porque se proyecta en lo que hace. Esto no significa que cada catequista tenga su método; pero sí, que el método como instrumento, sea utilizado de una manera personal. El catequista es intrínsicamente un mediador que facilita la comunicación entre las personas y el misterio de Dios, entre la comunidad eclesial y sus miembros, entre los catequizandos y su Creador. El catequista reconoce que el método está al servicio de la Revelación y de la conversión y por eso ha de servirse de él, con absoluta fidelidad a Dios y al hombre. El documento La catequesis en nuestro tiempo expresa en su número 11: En toda catequesis íntegra hay que unir siempre, de modo inseparable: • El conocimiento de la Palabra de Dios. • La celebración de la fe, en los sacramentos • La confesión de la fe, en la vida cotidiana. La pedagogía de la fe tiene, pues, un carácter específico: • El encuentro con la persona de Cristo. • La conversión del corazón. • La experiencia del Espíritu en comunión con la Iglesia.
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31 Lajren ovación c a t e q u é t ¡ c a _ _ _ _ _ _ _ _ _ ___ Desde el Concilio Vaticano II se ha insistido en la renovación catequística y en sus métodos. Presento aquí el resultado de la maduración catequística de los últimos treinta años. Este método, con las debidas adaptaciones, es válido para cualquier tipo de acción catequística (niños, adolescentes, jóvenes, discapacitados, encarcelados, adultos, etc.) ya que, precisamente, está basado en el estilo de jesús, como hemos visto anteriormente. A partir de estas consideraciones, podemos entrar directamente en el método catequístico para niños, tal como se ejerce hoy en muchos ámbitos eclesiales. Q
EL MÉTODO CATJEQUJSTICO^JLOS^
PASOS
El Directorio General para la Catequesis habla en la tercera parte de la pedagogía de la fe. En el capítulo II (152-153), nos dice sobre los elementos de metodología: "La experiencia humana en la catequesis hace que nazcan en el hombre intereses, interrogantes, esperanzas e inquietudes, reflexiones y juicios, que confluyen con un cierto deseo de transformar la existencia... La catequesis deberá procurar que las personas estén atentas a sus experiencias más importantes, ayudar a juzgar a luz del Evangelio las preguntas y necesidades que de estas experiencias brotan, a educar al hombre, a vivir la vida de un modo nuevo... La experiencia ayuda a hacer inteligible el mensaje cristiano... La experiencia asumida por la fe viene a ser, en cierto modo, ámbito en el que se manifiesta y realiza la salvación... La iluminación y la interpretación de la experiencia a la luz de la fe se convierten en una tarea permanente de la pedagogía catequética... haciendo posible una correlación entre las experiencias humanas profundas y el mensaje revelado..." Retomando la reflexión que hacíamos sobre el encuentro entre Jesús y la samaritana y las reflexiones que emanan del Directorio General para la Catequesis, podemos vislumbrar en el actuar catequístico de Jesús tres momentos bien definidos, que forman la estructura básica de la catequesis: 26
Todo encuentro catequístico incluye estos tres pasos que, con las correspondientes adaptaciones, van a jalonar el itinerario permanente de la catequesis. 1 Situación vital y experiencia del catequizando • Partir de la vida Importa partir de la vida real y concreta, de la experiencia personal y humana del catequizando o de la experiencia del grupo que recibe la catequesis. Hay que interesarse por la vida concreta que vive el niño y que tiene cierta importancia; es decir, que le afecta, que le impacta. No se trata, por tanto, de la experiencia personal del catequista. • Mirar la vida Se trata de mirar la vida, de bucear en la realidad existencial, única y original. Partimos de la experiencia humana, de lo que le pasa o acontece al catequizando en su vida personal y grupal. Esto implica atender a la dimensión antropológica del catequizando. Este proceso implica conocer al niño para poderlo amar. Conocer el aquí y el ahora del grupo de catequizandos. Es decir, conocer sus valores, sus normas, su psicología, sus manifestaciones, su historia, su contexto familiar y social, su sexualidad, su religiosidad, sus forma de expresarse, su lenguaje propio, sus preocupaciones fundamentales; en una palabra, sus interrogantes vitales. 27
Es preciso tener en cuenta el mayor o menor sentido de Dios, el grado de evangelización recibida, la sensibilidad por los valores humanos en la familia y en el ambiente, la autenticidad de la experiencia religiosa vivida, etc. El catequista debe conocer los grandes interrogantes que inquietan al niño y lo colocan en tensión hacia lo absoluto, lo empujan a una búsqueda que lo lleva a cuestionarse a sí mismo y a todo lo que le rodea; búsqueda que se transforma en condición indispensable para poder esperar algo de Dios. • Ayudar a profundizar El catequista debe ayudar al catequizando a que profundice su propia situación, la relacione con lo que también les pasa a los otros y que se lance a la búsqueda en común. Por lo general, uno de los grandes fallos en que incurren algunos catequistas suele darse en este primer momento de la catequesis; fallo que tiene sus consecuencias imprevisibles y que se arrastra en los pasos posteriores. En vez de partir de la situación real y concreta de los catequizandos se parte del punto de vista del catequista, de una realidad idealizada, del programa preestablecido, de supuestos gratuitos que no se fundamentan en la realidad, etc. Cuando esto sucede, todo el proceso se desmorona rápidamente y pierde eficacia. No es extraño, por ejemplo, que a un adolescente se le esté hablando de los problemas y consecuencias de la masturbación, cuando quizá ya mantiene relaciones sexuales completas; también estaría fuera de contexto resaltar la importancia de atender y concentrarse en la celebración eucarística, cuando hace meses o años que no asiste a misa. • Actuar con tacto ante los niños Esta falta de tacto y de sensibilidad frente a lo que están viviendo los catequizandos se complica más cuando estamos frente a los niños. Es probable, que por adhesión o respeto al catequista, los niños no se animen a expresar verbalmente su descontento o desinterés; pero, a buen seguro que, lo manifestarán de alguna otra manera; ya sea por la distracción, ya por la falta de participación en el tema. 28
De igual manera, sería muy difícil pretender explicar a un niño las funciones de los obispos y sacerdotes, cuando éste está totalmente absorbido por el problema de su perro enfermo. O, por poner otro ejemplo, intentar conversar con un grupo de niños sobre el templo como la casa de Dios, cuando están totalmente motivados por la fiesta de cumpleaños que van a celebrar en la hora siguiente de la catequesis. • Diálogo y escucha Por eso insisto: es indispensable tener un diálogo sincero y profundo con el grupo de catequizandos sobre cuáles son realmente sus problemas, preocupaciones y aspiraciones esenciales. En el caso de los más pequeños, habrá que reemplazar el diálogo por la intuición y observación personal o la escucha indirecta familiar de su problemática existencial. Debemos prestar mucha atención a la situación vital, al aquí y ahora en que se encuentran los niños con los cuales se trabaja en catequesis. Para esto, tendremos presente los siguientes aspectos: - Los rasgos psicológicos propios de la edad. - Su situación afectiva, la integración familiar y grupal. - Las capacidades intelectuales, psicomotrices y socioafectivas. - Los intereses y expectativas que más los influyen. - Las experiencias históricas de estos niños concretos: situación y ambiente familiar, el contexto de barrio o social en que viven. - La cultura familiar, grupal y social en que se mueven. - Los programas de televisión que más ven, los modelos culturales o deportivos, las letras de las canciones que escuchan, los grupos musicales preferidos, los juegos del ordenador y en red que más los atrapan, etcétera, - El bagaje y la formación religiosa que traen de sus casas. - El nivel de pertenencia a la Iglesia o de relación con ella, etc. En resumidas cuentas, se ha de estar al día de todo aquello que pueda ayudar a conocerlos mejor, para así quererlos más y, de esta manera, anunciarles a jesús. 29
ir El anuncio o proclamación de la Palabra de Dios
• Encuentro con el Dios vivo
La situación vital y la experiencia del catequizando es vista a la luz de la Palabra de Dios. Esta Palabra ayuda al catequizando o al grupo de catequizandos a iluminar su vida con el Evangelio.
Se trata de llevar al catequizando al encuentro con el Dios vivo. Él descubrirá la presencia o la ausencia de Dios en su propia experiencia. Un Dios que quiere encontrarlo en su propia vida: que lo ha creado, lo ama, lo llama, lo juzga y lo salva.
Sin Palabra de Dios, no hay catequesis, ya que ella es el eje de la educación de la fe.
El catequista, como jesús en el caso de la samaritana, tiene que provocar en los niños el encuentro personal y comunitario con Dios. Para que el "mensaje sea vida" hay que relacionarlo siempre con la experiencia vivida por el catequizando.
La Palabra de Dios da verdadero sentido a la vida. Ella es la "fuente viva" de la catequesis.
Esto supone, y a la vez exige, que el mismo catequista tenga un contacto asiduo y directo con la Palabra de Dios mediante la oración.
La Palabra de Dios es, por sí misma, el contenido esencial de la catequesis, ya que "la Palabra se hizo carne y plantó su tienda entre nosotros" (Jn 1,14).
El catequista que no lee, reflexiona, estudia ni ora la Palabra de Dios, pronto no hará más que anunciarse a sí mismo. ¡Sería una pena!...
• Dimensión cristocéntrica de la catequesis
El catequista debe estar a la escucha de la Palabra de Dios, ya que es el portador de un mensaje, que él mismo recibió a su vez; por esto, debe releer la Palabra de Dios de continuo para mantener su mensaje vivo en su corazón y poderlo comunicar a los demás.
• La Palabra de Dios es el núcleo fundamental, el centro de toda catequesis
Es decir, la Palabra de Dios se hizo persona humana en Jesucristo y es anunciada por y en su Iglesia. Por esto, decimos y hablamos de la dimensión cristocéntrica de la catequesis. jesús es fuente, contenido y mediador de la Palabra, él mismo es el contenido fundamental de toda catequesis. Solo por Cristo y en Cristo tenemos acceso al Padre; solo por Él podemos conocer la verdad y llegar a la plenitud. He aquí un esquema sencillo de las dimensiones y situaciones donde se encuentra, se explica o se celebra la Palabra de Dios, centro y núcleo de la catequesis. La Palabra de Dios | «• ESCRITA • CELEBRADA
•> LA BIBLIA - LA LITURGIA
U EXPLICITADA
• EL MAGISTERIO
U VIVIDA
• V I D A DE LA IGLESIA
MANIFESTADA
30
• SIGNO DE LOS TIEMPOS
• Escucha de la Palabra
> La respuesta personal o cambio de vida frente a la experiencia de la fe • Respuesta personal y libre La Palabra de Dios se dirige al hombre para que escuche su invitación y responda a su amor. El tercer paso de todo proceso catequístico, es la respuesta personal. El encuentro con el Dios viviente, con su Palabra que provoca, pide y exige una respuesta personal. La fe en la Palabra de Dios exige una conversión del corazón. Esta es, en primera instancia, una conversión inicial; pero tiene que acompañar al crecimiento de la fe como una conversión continua. Dios siempre apela a la libertad del hombre. La respuesta debe ser personal y libre; debe conducir al hombre a una libertad cada vez mayor. Para lograr esta adhesión a la Palabra de Dios, es necesario dejar siempre suficiente margen a la iniciativa propia del grupo y de cada individuo. 31
• Cambio de vida El hombre responde a la llamada amorosa de Dios por medio de un cambio de vida. Generalmente, no se trata de un cambio mágico y espectacular sino de una conversión diaria a la voluntad de Dios en nuestras vidas. • Dimensión eclesial Este cambio, esta respuesta, se manifiesta especialmente en comunidad. Sin comunidad no hay catequesis. De hecho, la fe se vive y desarrolla en comunidad porque el ser humano es eminentemente un ser social. El anuncio del Evangelio no es individual, antes por el contrario, es un anuncio comunitario. De ahí que se pueda hablar de la dimensión eclesial de la catequesis. Nos encontramos con el Dios que nos salva y esto, rebasa nuestra capacidad interior y se vuelca hacia fuera. Por este motivo, el cambio o respuesta se expresa, manifiesta y celebra también exteriormente. Cuando uno se ha encontrado con Dios, no tiene otro remedio, otro camino que mostrarlo a los demás y darlo a conocer.
Cada vez que un individuo o grupo crea, pone algo de sí mismo en esa obra y se compromete con lo que ella representa. Las actividades son tan amplias como la creatividad humana. Pueden ir desde el dibujo, la memorización, la dramatización, el mimo, la música, la expresión sonora..., hasta los medios más modernos y tecnológicos de la comunicación audiovisual. Lo importante de estas actividades es que mantengan relación con la situación de vida y con la Palabra de Dios, que se ha planteado anteriormente. 2. Las celebraciones
comunitarias
Estas actividades consisten en celebrar en grupo la experiencia de la fe. Una experiencia positiva debe ser comunicada y celebrada en comunidad. Hasta las experiencias dolorosas y profundas, como la enfermedad, un fracaso y la misma muerte son dignas y plausibles de ser "celebradas" y compartidas desde la fe. Esta necesidad de celebrar la fe en comunidad es tan vital e inherente a la naturaleza humana que ya se encuentra presente en los grupos más antiguos y primitivos.
En la catequesis, esta manifestación incluso externa de la fe se da a través de:
La celebración de la fe puede realizarse a través de múltiples formas y expresiones. En el fondo de la cuestión, se trata de decir, proclamar y expresar la fe, eso que se quiere vivir.
1. Actividades
La celebración comunitaria de la fe es la base de la iniciación litúrgica y constituye una de las manifestaciones privilegiadas de la catequesis infantil.
de expresión
de la fe
Estas actividades pueden ser personales y comunitarias. Entendemos por actividades, en general, a aquellas acciones que el mismo niño pone en juego toda su persona; es decir, que él mismo es protagonista. Entonces es cuando todo su ser se pone en acción para expresar sus vivencias. El niño solo asume en forma personal aquello que llega a vivir y a expresar. Esta expresión, en cada ser humano, es única y original. Las actividades en las que se expresa la fe son algo más que un recurso metodológico para trabajar con los niños. La experiencia de fe y la expresión de fe están en íntima relación. Todas las actividades que se elijan deberán encaminarse hacia la creación, relación, profundización y comunicación de esta experiencia y expresión de la fe personal y comunitaria. 32
3. Los
compromisos
La vida de fe se manifiesta exteriormente en un modo de vida, en un comportamiento nuevo, en conductas renovadas. Como dice el apóstol Santiago: "... la fe se demuestra con obras." (Sant 2,14-25; Jn 10,25.37-38; 1Jn 3,18; Mt 5,16) El catequizando se compromete, según su edad, su capacidad, su nivel de maduración en la fe, a vivir de acuerdo con el Evangelio. En los niños, estos compromisos o intentos de cambio deben ser: • Concretos: bien definidos. El niño no puede comprometerse a "ser más bueno o mejor"; sino a ayudar a mamá, a ordenar sus ju33
guetes, a compartir una galleta en el recreo con su vecino o compañero, etc. • Evaluables: el niño y el catequista tienen que saber si los compromisos los cumplieron o no. • Internos: tienen que brotar de los mismos niños. • Cortos: es decir, por poco período de tiempo. Cuanto menores son los niños, los compromisos serán más inmediatos. De todos modos, el compromiso de vida será más auténtico en años posteriores a medida que el chico madura en la fe cristiana. 1' Nueva situación de vida Después de estos tres pasos, regresamos de nuevo al primero. Por otra parte, los tres pasos anteriores se repiten continuamente, ya que tanto el individuo como el grupo evolucionan o cambian aspectos de su existencia. Esta nueva situación de vida necesita, de nuevo, ser iluminada con la Palabra de Dios para producir un nuevo cambio y así, sucesivamente. Por supuesto que, al tratarse de seres humanos, todo este proceso puede interrumpirse, trabarse, adelantarse y modificarse una y otra vez. Por esto, la catequesis siempre tendrá que renovarse, como la propia vida. Q
TAREAS FUNDAMENTALES DE LA CATEQUESIS
Entre las tareas fundamentales que la catequesis debe llevar adelante, el Directorio General para la Catequesis destaca la de ayudar a conocer, celebrar, vivir y contemplar el misterio de Cristo. (Cfr. DGC 85-87). Según esto, las tareas fundamentales de la catequesis son: • Propiciar el conocimiento de la fe. • La iniciación y educación litúrgica. • La formación moral. • Enseñar a orar. • La iniciación y educación para la vida comunitaria. • La iniciación para la misión. 34
§1 Propiciar el £onqcim|en El que se ha encontrado con Cristo desea conocerle lo más pos¡~ ble y conocer el designio del Padre que Él reveló. El conocimiento de los contenidos de la fe viene pedido por la adhesión a la fe. Ya en el orden humano, el amor a una persona lleva a conocerla cada vez más. La catequesis debe conducir, por tanto, a la comprensión paulatina de toda la verdad del designio divino, introduciendo a los discípulos de Jesucristo en el conocimiento de la Tradición y de la Escritura. (Flp 3,8). Esta profundización en el conocimiento de la fe ilumina cristianamente la existencia humana, alimenta la vida de fe y capacita también para dar razón de ella en el mundo. • Los conocimientos son básicos e importantes, aunque por sí solos incompletos; complementan la experiencia de fe. • Sin conocimientos nuevos o profundización de los ya adquiridos no hay catequesis ni crecimiento en la fe. • Los conocimientos deben ser ciertos, seguros y adaptados a la edad de los niños. 2 La iniciación .yjedjucaciójn^ Cristo está siempre presente en su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica. La comunión con Jesucristo conduce a celebrar su presencia salvífica en los sacramentos y, particularmente, en la Eucaristía. La Iglesia desea ardientemente que se lleve a todos los fieles cristianos (entre ellos a los niños) a aquella participación plena, consciente y activa que exige la naturaleza de la liturgia misma y la dignidad de su sacerdocio bautismal. Para ello, la catequesis, además de propiciar el conocimiento del sig. nificado de la liturgia y de los sacramentos, ha de educar a ios diseÑ pulos de Jesucristo para la oración, la acción de gracias, la penitencia, la plegaria confiada, el sentido comunitario, la captación recta del sig_ nificado de los símbolos...", ya que todo ello es necesario para que exi s . ta una verdadera vida litúrgica. En este campo, las Celebraciones de la Palabra constituyen un ámv bito privilegiado de iniciación litúrgica.
• La conversión a Jesucristo implica caminar en su seguimiento
La decadencia de la catequesis sobrevino cuando se redujo a la transmisión de unos resúmenes doctrinales, sin contacto con la vida. Si no hay conexión con la vida del catequizando, la catequesis pierde su sentido.
La catequesis debe, por tanto, inculcar en los discípulos las actitudes propias del Maestro.
Hf Enseñar a orar
^J^3j[9Ln}§,9Í9!D.,M9I^Í.—
Los discípulos emprenden, así, un camino de transformación interior en el que, participando del misterio pascual del Señor, pasan del hombre viejo al hombre nuevo en Cristo. El sermón del Monte, en el que Jesús, asumiendo el decálogo, le imprime el espíritu de las bienaventuranzas, es una referencia indispensable en esta formación moral, hoy tan necesaria. La evangelización, que comporta el anuncio y la propuesta moral, difunde toda su fuerza interpeladora cuando, junto a la palabra anunciada, sabe ofrecer también la palabra vivida. Este testimonio moral, al que prepara la catequesis, ha de saber mostrar las consecuencias sociales de las exigencias evangélicas.
• Asumir el carácter orante de Jesús La comunión con Jesucristo lleva a los discípulos a asumir el carácter orante y contemplativo que tuvo el Maestro. Aprender a orar con jesús es orar con los mismos sentimientos con que se dirigía al Padre: adoración, alabanza, acción de gracias, confianza filial, súplica, admiración por su gloria. Estos sentimientos quedan reflejados en el Padre Nuestro, la oración que jesús enseñó a sus discípulos y que es modelo de toda oración cristiana. • Doble dimensión
• El compromiso es la respuesta libre que se espera de los catequizandos
Cuando la catequesis está penetrada por un clima de oración, el aprendizaje de la vida cristiana cobra toda su profundidad.
De alguna manera los compromisos ponen las condiciones para que cada uno se una cada vez más a Cristo. Una buena catequesis va transformando a las personas y a las situaciones. Generando una respuesta de amor y un compromiso por construir un mundo cada día mejor. (Cfr. Jn 3,17; 4,42; Mt 5,13).
La oración se manifiesta en dos dimensiones: personal y comunitaria.
Se trata de transmitir la experiencia del Amor de Dios, que Jesucristo reveló y de la cual la Iglesia da testimonio. La catequesis no puede limitarse a la transmisión seca de una ciencia o cultura religiosa. El catequista es un educador de la vida: de su orientación última según Dios, de sus actitudes fundamentales. • La catequesis es esencialmente la transmisión de una experiencia vivencial Y esta experiencia solo se alcanza, viviéndola. Sin experiencias de fe no hay catequesis. (Cfr. Jn 15,4-17; Jn17,6-8.18-26; 1 jn 1,1-14; Evcrngelii Nuntiandi, 46). 36
• La oración personal es el contacto íntimo, individual, único con Dios. Es un diálogo amoroso entre Creador y la criatura. • La oración comunitaria es la oración de la comunidad creyente que celebra las maravillas que Dios ha obrado. Se expresa y nutre en la Liturgia, cumbre de la actividad de la Iglesia. • La oración es la meta culminante de la catequesis Sin oración no hay catequesis. Si no se da el encuentro personal con Dios, todo nuestro accionar pierde sentido. Es indispensable hablar "con" Dios además de hablar "de" Dios. Poner a los niños en el contacto existencial con el Dios viviente. El papel de la catequesis es llevar al encuentro con Dios Padre, con Dios Hijo y con Dios Espíritu. 37
§§JLaMejdhyjc»c^ • Actitudes para el aprendizaje La vida cristiana en comunidad no se improvisa y hay que educarla con cuidado. Para este aprendizaje, la enseñanza de Jesús sobre la vida comunitaria, recogida en el evangelio de Mateo, reclama algunas actitudes que la catequesis deberá fomentar: • El espíritu de sencillez y humildad: "Si no os hacéis como niños..." (Mt 18,3). • La solicitud por los más pequeños: "El que escandalice a uno de estos pequeños..." (Mt 18,16). • La atención preferente a los que se han alejado: "Ir en busca de la oveja perdida..." (Mt 18,12). • La corrección fraterna: "Amonéstale a solas tú con él..." (Mt 18,15). • La oración en común: "Si dos se ponen de acuerdo para pedir a)go..." (Mt 18,19); el perdón mutuo: "hasta setenta veces siete..." (Mt 18,22). • El amor fraterno aglutina todas estas actitudes: "Amaos unos a otros como yo os he amado" (jn 13,34). • Participación de los niños Los niños tienen que sentirse partícipes de la Iglesia, desde sus primeros pasos en la catequesis. Es esta actitud de acogida, de pertenencia, de adhesión a la comunidad la que posibilitará en el futuro hacerlos sentir miembros activos de la Iglesia. En la educación de este sentido comunitario, la catequesis cuidará también la dimensión ecuménica y estimulará actitudes fraternales hacia los miembros de otras iglesias y comunidades eclesiales. La catequesis tendrá una dimensión ecuménica en la medida en que sepa suscitar y alimentar el verdadero deseo de unidad. 6 La iniciación para la misión • Dinamismo misionero La catequesis está abierta, igualmente, al dinamismo misionero. Se trata de capacitar a los discípulos de Jesucristo para estar presentes, en cuan38
to cristianos, en la sociedad, en la vida profesional, cultural y social. Este compromiso de evangelizar brota, para los fieles laicos, de los sacramentos de la iniciación cristiana y del carácter secular de su vocación. En ese sentido, hay que preparar a los niños para dar testimonio con alegría a otros niños y adultos de su fe. En esta línea cobran sentido todas las acciones que llevan a una auténtica y coherente infancia misionera. • Alimentar actitudes evangélicas Las actitudes evangélicas que Jesús sugirió a sus discípulos, cuando les inició en la misión, son las que la catequesis debe alimentar: • Buscar la oveja perdida, anunciar y sanar al mismo tiempo. • Presentarse pobres, sin oro ni alforja. • Saber asumir el rechazo y la persecución. • Poner la confianza en el padre y en el apoyo del espíritu santo. • No esperar otro premio que la dicha de trabajar por el Reino. En la educación de este sentido misionero, la catequesis preparará para el diálogo interreligioso que capacite a los fieles para una comunicación fecunda con hombres y mujeres de otras religiones. ¡§§Aspectos fundamentales de las tareasjde la catequesis Las tareas de la catequesis constituyen, en consecuencia, un conjunto rico y variado de aspectos. Interesa en gran manera que la catequesis conserve esta riqueza de aspectos diversos, con tal de que un aspecto no se separe de los demás, con detrimento de otros. Sobre este conjunto conviene hacer varias consideraciones: • Todas las tareas son necesarias. Así como para la vitalidad de un organismo humano es necesario que funcionen todos sus órganos, para la maduración de la vida cristiana hay que cultivar todas sus dimensiones: el conocimiento de la fe, la vida litúrgica, la formación moral, la oración, la pertenencia comunitaria, el espíritu misionero. Si la catequesis descuidara alguna de ellas, la fe cristiana no alcanzaría todo su crecimiento. • Cada una de estas tareas realiza, a su modo, la finalidad de la catequesis. 39
*- Las tareas se implican mutuamente y se desarrollan conjuntamente. Una tarea llama a la otra: el conocimiento de la fe capacita para la misión; la vida sacramental da fuerzas para la transformación moral.
CAPÍTULO III
• Para realizar sus tareas, la catequesis se vale de dos grandes medios: la transmisión del mensaje evangélico y la experiencia de la vida cristiana. La educación litúrgica, por ejemplo, necesita explicar qué es la liturgia cristiana y qué son los sacramentos, pero también debe hacer experimentar los diferentes tipos de celebración, descubrir y hacer amar los símbolos, el sentido de los gestos corporales, etc. *• Las diferentes dimensiones de la fe son objeto de educación tanto en su aspecto de "don" como en su aspecto de "compromiso". El conocimiento de la fe, la vida litúrgica, el seguimiento de Cristo son, cada uno de ellos, un don del Espíritu que se acoge en la oración y, al mismo tiempo, un compromiso de estudio, espiritual, moral, testimonial. Ambas facetas deben ser cultivadas. • Cada dimensión de la fe, como la fe en su conjunto, debe ser enraizada en la experiencia humana, sin que permanezca en la persona como un añadido o un aparte. El conocimiento de la fe es significativo, ilumina toda la existencia y dialoga con la cultura, en la liturgia, toda la vida personal es ofrenda espiritual; la moral evangélica asume y eleva los valores humanos; la oración está abierta a todos los problemas personales y sociales. ¿£ Para saber más -
>
CASIELLO, Beatriz, Metodología catequística, Guadalupe, Buenos Aires, 1986. CATEQUISTAS DEL IPA, Metodología catequística, Stella, Buenos Aires, 1983. DE Vos, Francisco, Metodología catequística, Don Bosco, Buenos Aires, 1981. GARCÍA AHUMADA, Enrique, Comunicación audiovisual para evangelizar, Tíberíades, Santiago de Chile, 2004.
- JUAN PABLO II, Catechesi Tradendae, 1979.
- MORACHO, Félix, Curso básico para la formación de catequistas, Paulinas, Buenos Aires, 1984. - QUINTO SÍNODO DE OBISPOS, La catequesis en nuestro tiempo, Don Bosco/Clare-
tiana, Buenos Aires, 1977. - SAGRADA CONGREGACIÓN DEL CLERO, Directorio Catequístico General, 1971. - SAGRADA CONGREGACIÓN DEL CLERO, Directorio General para la Catequesis, 1997, cap. II.
V- Catecismo de la Iglesia Católica, Parte II. 40
,
LA CATEQUESIS DE NIÑOS H
FUNDAMENTACIÓri DE LA...CATEQUESIS_DE_NIÑOS
Considero importante iniciar este capítulo siguiendo las reflexiones que nos dejaran los directorios catequísticos generales de 1971 y de 1997 sobre la catequesis de niños: Directorio Catequístico General (1971) y Directorio General para la Catequesis (1997). Estos documentos valiosísimos son de consulta obligatoria para todos los que nos dedicamos a la catequesis. A continuación, realizaré una síntesis de las principales ideas sobre la catequesis infantil, que encontramos en los números 78 al 81 y 177 al 180, respectivamente. 1 La catequesis de laJnfancia y de la nijñez Estas etapas de la vida se caracteriza por tener la gracia de una vida que comienza, de la que brotan admirables posibilidades para la Iglesia y la sociedad. El niño, hijo de Dios por el don del Bautismo, es considerado por Cristo miembro privilegiado del Reino de Dios: "Dejad que los niños vengan a mí y no se lo impidáis porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos." (Me 10,14) En efecto, quienes les han dado la vida enriqueciéndola con el don del Bautismo, tienen el deber de seguir alimentándola continuamente. El Bautismo de los niños asume todo su significado cuando la vida cristiana de los padres - d e la madre en modo particular pero no exclusivo- ofrece a la gracia bautismal la posibilidad de dar su fruto. La disposición a la fe se apoya inicialmente sobre la relación amorosa que el niño tiene con sus padres. De esta disposición inicial, depende, en parte, la evolución normal de las virtudes teologales. Desde el amanecer de la vida humana, pueden darse ya las condiciones para una personalidad cristiana. El niño necesita pleno respeto y ayuda para su crecimiento humano y espiritual. 41
1 1 Características de la catequesis infantil La catequesis de los pequeños está necesariamente ligada a su situación y condición de vida y es fruto de la intervención de distintos educadores, entre sí complementarios. He ahí algunas características de especial importancia en la catequesis de niños: •• La infancia y la niñez, comprendidas y tratadas ambas según sus rasgos peculiares, representan el tiempo de la llamada primera socialización. La educación humana y cristiana en la familia, en la escuela y en la comunidad cristiana tienen un papel capital, y por eso hay que considerarlas como factores decisivos para el futuro de la fe. • Inicio con el Bautismo. De acuerdo con una tradición ya consolidada, es en esta etapa, de ordinario, en la que tiene lugar la iniciación cristiana comenzada con el Bautismo. Con la recepción de los sacramentos, se inicia la primera formación orgánica de la fe del niño y su incorporación en la vida de la Iglesia. • La educación a la oración y la iniciación a la Sagrada Escritura son aspectos centrales de la formación cristiana de los niños. Según las Bases para catequesis de iniciación de niños, de la Conferencia Episcopal de Argentina, es preciso facilitar la colaboración entre los responsables de la Catequesis, adoptando un lenguaje común para educar a los niños en la fe, pero sabiendo distinguir la adaptación del lenguaje de lo que podría ser una "infantilización" de los valores religiosos. *• Proceso educativo. Por eso, el proceso catequístico durante la infancia será eminentemente educativo. Se estará atento a desarrollar las capacidades y aptitudes humanas, base antropológica de la vida de fe, como el sentido de la confianza, de la gratitud, del don de sí, de la invocación, de la gozosa participación... • Totalidad de la vida del niño. La integridad del mensaje cristiano no está formada solo por una lista de verdades que comunicar, sino también de una modalidad y de una apertura original que asegura el encuentro con la totalidad de la vida del niño. 42
•• Familia y escuela. Hay que tener en cuenta la importancia de dos ámbitos educativos: la familia y la escuela. La catequesis familiar es, en cierto modo, insustituible, sobre todo, por el ambiente positivo y acogedor, por el ejemplo de los adultos, por la primera y explícita sensibilización de la fe y por la práctica de la misma. *• El ingreso en la escuela significa para el niño entrar a formar parte de una sociedad más amplia que la familia. El niño en la escuela tiene la posibilidad de desarrollar mucho más sus capacidades intelectuales, afectivas y de comportamiento. *• El ámbito de la escuela. La alegría de hacer y de hacer bien, la cooperación con los otros, el sentido de la disciplina clara y razonable..., deben considerarse como otras tantas experiencias útiles no solo para la integración en la sociedad, sino también para la participación en la vida activa de la Iglesia. La escuela se transforma en un ámbito privilegiado de cultura y de formación religiosa. Todo esto requiere que los catequistas lleven a cabo una colaboración constante con los padres y también con los maestros, de acuerdo con las posibilidades de cada lugar. Toda acción catequística con los niños está profundamente condicionada por la vivencia concreta de los adultos que los rodean. (Cfr. las Bases para catequesis de iniciación de niños, de la Conferencia Episcopal de Argentina). Recuerden los pastores que, cuando ayudan a padres y a educadores a cumplir bien su misión, se está edificando la Iglesia. Este trabajo con los niños, por otra parte, ofrece una gran oportunidad para la catequesis de adultos. Siguiendo estos criterios, la catequesis, sea cual sea el método que se siga, procurará suscitar la actividad del niño. Si esto no se logra, la catequesis no realizaría su tarea de enseñar al creyente a responder de una manera más personal a la Palabra y al don de Dios. Esta pedagogía activa no se limitará a expresiones puramente exteriores, por útiles que estas sean, sino que procurará suscitar la respuesta interior y el gusto por la oración. 43
• Catequesis de niños sin apoyo religioso familiar (ZLjXjque^^
• Lo que "no debe ser" y lo que "debe ser" LI1.a.catequesisdeniños
Existen también, y en no pequeña medida, niños con graves carencias religiosas. Les falta el apoyo religioso familiar adecuado, o por no tener una verdadera familia, o por no frecuentar la escuela, o por condiciones de inestabilidad social o de inadaptación, o por otras causas ambientales. Muchos no están ni siquiera bautizados; otros no realizan el camino de iniciación a la fe.
• Lo que no debe ser la catequesis de niños
Corresponde a la comunidad cristiana suplir, con generosidad, competencia y de modo realista estas carencias. Se trata de dialogar con las familias, proponiendo formas apropiadas de educación escolar y llevando a cabo una catequesis proporcionada a las posibilidades y necesidades concretas de esos niños. Necesidad de una catequesis sistemática "En su discurso de clausura de la IV Asamblea general del Sínodo, el Papa Pablo VI se felicitaba al advertir que todos han señalado la gran necesidad de una catequesis orgánica y bien ordenada, ya que esa reflexión vital sobre el misterio mismo de Cristo es lo que principalmente distingue a la catequesis de todas las demás formas de presentar la Palabra de Dios. Hay que subrayar algunas características de esta enseñanza: • Debe ser una enseñanza orgánica y sistemática, no improvisada, siguiendo un programa que le permita llegar a un fin preciso. • Una enseñanza elemental que no pretenda abordar todas las cuestiones disputadas ni transformarse en investigación teológica o en exégesis científica. • Una enseñanza, no obstante, bastante completa, que no se detenga en el primer anuncio del misterio cristiano, cual lo tenemos en el kerigma. • Esta catequesis inicial, mas no fragmentaria, deberá revelar, si bien de manera elemental, todos los principales misterios de la fe. • Una iniciación cristiana integral, abierta a todas las esferas de la vida cristiana". Catechesi Tradendae, 21 44
Para definir o aproximarse conceptualmente a un tema, a veces conviene comenzar por la vía negativa. Es decir, ponerse de acuerdo sobre lo que la cosa en cuestión "no es o no debe ser". Precisamente vamos a intentar describir lo que no debe ser la catequesis de niños. Algunos conceptos ya los adelantamos, pero aquí aparecen juntos: • No es meramente instrucción o información religiosas. • No consiste solamente en explicarle religión ni en imponer conceptos abstractos. • Dados los rasgos psicológicos de los niños, no puede ser monótona, estática, aburrida, triste. • No debe basarse en el castigo o en el temor. No ha de presentarse a un Dios lejano, caprichoso, castigador de los niños y sus acciones. • La catequesis de niños no puede realizarse simplemente con la "buena voluntad" de los catequistas, basada en la improvisación o mera intuición. • Tampoco puede convertirse en algo abstracto, inasible, puramente racional. • No puede faltarle vida. Jamás la catequesis de niños debe ser algo "muerto", frío y sin entusiasmo vital. • No consiste en arraigar preceptos morales a la fuerza, a través del temor o la imposición. • No puede ser una catequesis pasiva, sin que participen de los niños. • Lo que debe ser la catequesis de niños Ahora, ya nos imaginamos cómo tiene que ser la catequesis de niños. • Fundamentalmente, como la catequesis de Jesús: una catequesis de y en el amor. 45
• El niño debe vivir un encuentro personal, espontáneo y directo con Dios. • Se trata de una catequesis eminentemente vivencial. El niño tiene que vivir primero la experiencia de Dios y de sus hermanos, y luego interiorizarla en su corazón. • Los conocimientos de las verdades de fe deben afirmarse en las experiencias de fe que realizan los niños, especialmente a través de la iniciación en la oración y en la liturgia. • La catequesis debe ser vivida en un clima de encuentro, de alegría, de espontaneidad, de fiesta, de admiración gozosa de las maravillas que Dios regala. • Debe presentar a un Dios cercano, que quiere nuestro bien, que nos ama, que está siempre con nosotros, nos cuida y protege en toda ocasión. • Debe reinar un ambiente de gozo, de libertad, de confianza; en el que el niño pueda expresarse y disfrutar de la vida. • La catequesis de niños debe ser dinámica, alegre, celebrada en comunidad, expresada con todo el cuerpo y manifestada a través de todos los sentidos. El niño debe oler, palpar, ver, oír, sentir; en una palabra, vivenciar a Dios presente en su vida. • Es importante que la catequesis de niños sea cuidadosamente preparada, pensada, planificada por los catequistas pero, sobre todo, tiene que ser dialogada con Dios en la oración. • Esto implica que la catequesis sea continua, sistemática y gradual. • Asimismo, no debe descuidarse la catequesis ocasional que responda a las necesidades, interrogantes vitales e inquietudes que presentan los niños. • El clima catequístico debe ser vivido y testimoniado por padres y educadores. Esencialmente se catequiza con la vida, con el testimonio personal. Si el catequista no vive con fuerza lo que predica, pierde credibilidad frente a los niños. • En la catequesis, se debe hablar de Dios, de la familia, del cuerpo, de la sexualidad, de las relaciones con sus padres, del mundo que rodea al niño; en síntesis, de todos los temas fundamentales en la vida de ellos.
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Esta extensa enumeración de lo que debe ser la catequesis solo pretende perfilar un estilo catequístico, una manera especial de enfocar el trabajo con los niños. CARACTERÍSTICAS DE LA CATEQUESIS DE NIÑOS : LO QUE NO ES O NO DEBE SER
LO QUE ES O DEBE SER
• No consiste en explicarle religión ni en imponerle conceptos abstractos. • Mera instrucción o enseñanza religiosa, centrada solo en los aspectos cognitivos.
• El niño debe vivir un encuentro personal, espontáneo y directo con el Dios vivo. • Debe procurar una formación o educación religiosa completa, donde lo vivencial se apoye en los conocimientos.
• No puede ser una catequesis parcial.
• Debe ser una catequesis integral que abarque todos los aspectos de la persona. • Debe ser alegre, dinámica, divertida, en un clima de fiesta, de encuentro, de admiración gozosa de las maravillas de Dios. • Tiene que basarse en la confianza, el encuentro y en el amor a Dios. • Debe presentar a un Dios cercano, cariñoso, que quiere nuestro bien, que nos ama, que está siempre con nosotros y nos cuida.
• No debe ser monótona, aburrida, triste, en un clima rígido e individualista.
• No tiene que estar basada en el castigo, miedo o temor a Dios. • No ha de presentar a un Dios lejano, caprichoso, vengativo y perseguidor de niños y mayores. • No puede faltarle vida. Jamás ha de ser algo "muerto" o frío, sin entusiasmo vital; en un ambiente aburrido.
• Debe ser celebrada y manifestada con todo nuestro ser y a través de los sentidos. El niño debe disfrutar de cada encuentro. Por ello, debe iniciar a los niños en la oración y en la liturgia. 47
. LO QUE ES O DÉftftfE
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• Individualista, de corte personalista, sin proyección hacia el hermano.
• Comunitaria, vivida en y para la comunidad. Debe ser celebrada comunitariamente. Por esta razón también debe ser misionera.
• Improvisada, basada en la buena voluntad del catequista.
• Pensada, programada. Esto implica que la catequesis sea continua, planificada, sistemática y ocasional.
• Pasiva, rígida, estática, sin la participación de los niños.
• Totalmente activa, donde los niños participen con toda su persona mediante el desarrollo de actitudes. • Dialogada con Dios en la oración.
• No debe servir para el provecho personal ni para el engrandecimiento del catequista. • Sin la presencia ni participación de la familia.
• Debe contar con la participación y la presencia de los padres y familiares; en un acompañamiento permanente.
CATEQUESIS DE NIÑOS E INICIACIÓN CRISTIANA Para afrontar este punto, recomiendo leer los números 19 y 20 36-37 de la Catechesi Tradendae. Ahí se puede ver cómo la peculiaridad de la catequesis, distinta del anuncio primero del evangelio que ha suscitado la conversión, persigue el doble objetivo de madurar la fe inicial y de educar al verdadero cristiano. Este llegará, por medio de la catequesis, a un conocimiento más profundo y sistemático de la persona y del mensaje de Nuestro Señor Jesucristo. Pero en la práctica, este orden ejemplar no se tiene en cuenta por la simple razón de que, a veces, la primera evangelización no ha tenido lugar. 48
Mj?!L?P??ÍO?...g ene ^ • La catequesis de niños, muchas veces, se transforma en un camino privilegiado de iniciación cristiana Cierto número de niños bautizados en su infancia llega a la catequesis parroquial o escolar sin haber recibido ninguna iniciación en la fe, y sin tener todavía adhesión explícita y personal a Jesucristo. Solo tienen la capacidad de creer dada en ellos por el bautismo y la presencia del Espíritu Santo. A esto, se añaden los prejuicios de un ambiente familiar poco cristiano o el espíritu laico o anticristiano de la educación recibida en algunos ambientes escolares o sociales, que presentan reticencias al mensaje de fe. Asimismo, es necesario tener en cuenta a otros niños, no bautizados, para quienes sus padres, por motivos personales, no aceptan sino tardíamente la educación religiosa, hasta que estos están en edad de decidir por sí mismos. • Suscitar la fe La finalidad específica de la catequesis no consiste únicamente en desarrollar, con la ayuda de Dios, una fe aún inicial, sino en promover en plenitud y alimentar diariamente la vida cristiana de los fieles de todas las edades. Se trata, en efecto, de hacer crecer, a nivel de conocimiento y de vida, el germen de la fe sembrado por el Espíritu Santo con el primer anuncio y transmitido eficazmente a través del bautismo. Es decir, que la catequesis debe a menudo preocuparse no solo de alimentar y enseñar la fe, sino de suscitarla continuamente con la ayuda de la gracia, de abrir el corazón, de convertir, de preparar una adhesión global a Jesucristo en aquellos que están aún en el umbral de la fe. La iniciación cristiana busca introducir al niño, de manera orgánica, en la vida de la Iglesia, y también una preparación inmediata a la celebración de los sacramentos. Esta catequesis de iniciación se encaminará a dar testimonio de la fe. Si bien es una catequesis inicial, no deberá ser fragmentaria, puesto que contendrá de manera elemental, todos los principales misterios de la fe y su repercusión en la vida del niño. 49
• Tarea colectiva La catequesis de iniciación cristiana de los niños es una de las tareas que exige mayor reflexión, atención y dedicación de padres, catequistas, docentes y de la Iglesia en su conjunto. Esta catequesis da sentido a los sacramentos, pero a la vez recibe de los sacramentos vividos una dimensión vital que le impide quedarse en lo meramente doctrinal y que comunica al niño la alegría de ser testigo de Cristo en su vida. La tarea catequística exige amor y profundo respeto al niño, el cual tiene derecho a una presentación sencilla y verdadera de la fe cristiana. 2 La inic^^^ Además de la familia, entiendo que la escuela y la parroquia, entre otros, por ser lugares de maduración humana, constituyen también un ambiente propicio para el despertar religioso y, más concretamente, para la iniciación en la fe de los niños. La apertura a la trascendencia, desde las primeras etapas evolutivas, animará la educación global del niño. • La Iglesia nos dice que todo bautizado posee la vida de Dios. La gracia divina lo capacita para tener actitudes filiales, para vivir con Dios, para hablarle a su manera, mucho antes de haber recibido una enseñanza explícita. La formación religiosa en la escuela tiene, necesariamente, un carácter complementario de la catequesis realizada en el seno de la familia y de la comunidad parroquial. La familia es la primera educadora de la fe y no debe descargar sobre la escuela cristiana toda la responsabilidad que supone la educación religiosa del niño. • La educación o formación religiosa es una dimensión de la educación integral; no una añadidura artificial a la educación humana. La educación religiosa es inseparable de la educación humana. Ofrece desde los primeros años de vida, una interpretación de la existencia, un concepto del hombre y una visión del mundo de acuerdo a una cosmovisión cristiana. • Toda educación auténtica es una educación para y en la libertad. El sentido religioso de la educación es una condición indispensable 50
para una opción religiosa libre. Es errónea y ofensiva para la libertad del niño la actitud de aquellos que, "por respetar esa misma libertad", intentan suprimir todo sentido religioso en la educación infantil, alegando que así el niño, cuando crezca y sea capaz de optar, podrá elegir más libremente. Frente a esta postura, creo necesario tener en cuenta los siguientes aspectos: • No existe libertad absoluta. Nos vamos haciendo libres a partir de unos valores biológicos, psicológicos, sociales y ambientales que se nos dan y, desde los cuales, hay que conquistar la libertad. Esta conquista se inicia desde la primera infancia. • Si los niños no tienen posibilidad de una orientación religiosa, sus vidas quedarán marcadas por esta ausencia; lo cual incluirá la falta de elementos y criterios fundamentales a la hora de optar o discernir. • Además, los niños son un reflejo de la sociedad en que viven. Los adultos, de una manera u otra, les imponen las costumbres, la lengua, las influencias, las opciones políticas, los valores de la cultura en que están inmersos. Pretender una educación neutra es absurdo e irreal. Lo que se pretende es procurar, al menos, que estos valores les lleguen con autenticidad, espíritu crítico y siempre en vistas a una opción libre. • Visto desde el plano de la fe, cuando uno se ha encontrado con el Dios viviente y ha sido cautivado o seducido por Él, no queda otro camino que comunicárselo a los demás, para que ellos también se encuentren con el Señor de la Vida. Con mayor razón cuando se trata de los seres que más queremos: a los niños se les brinda lo mejor y ¡qué mejor para ofrecerles que al mismo Jesucristo!
H | Las etapas de la catequesis de niños
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1 La catequesis de los niños más pequeños: Despertar religioso o catequesis de preiniciación (4 a 7 años) Durante los primeros años de la infancia (4 a 7 años), el énfasis catequístico se centra en la formación de la vivencia religiosa. En esta 51
etapa, es necesario atender antes a lo vivencial que a lo intelectual. El saber conceptual no representa sino un aspecto de la educación religiosa. Antes de saber quién es Dios, el niño puede y debe situarse en una relación de amor con Él. Así como hablamos la lengua antes de estudiar la gramática, los niños deberán vivir su fe antes de aprender la doctrina. Esto quiere decir que la educación en la fe, que se ofrece en la etapa del nivel inicial o preescolar, también conocida como catequesis de preiniciación o despertar religioso, sintoniza más con la llamada formación religiosa que con la enseñanza religiosa, catequesis propia de edades posteriores, más sistematizada, cognitiva y de profundización. • Formación de la vivencia religiosa La catequesis de preiniciación o catequesis del nivel preescolar debiera entenderse como un camino interior, un itinerario espiritual, como el descubrimiento de una presencia que transforma la vida. En este sentido, podríamos hablar de precatequesis o catequesis inicial. El hecho de hablar de precatequesis no significa que, en esta etapa, no se ofrezca al niño una auténtica educación en la fe. Por el contrario, esta iniciación cristiana se realiza de forma embrionaria y va a sentar las bases, las raíces, los cimientos de la catequesis en los años posteriores. Es la "edad de oro" del interés del niño por el mundo religioso; el mejor momento para iniciarlo en la fe. El niño siente fascinación y respeto frente a lo sagrado, está en una continua actitud contemplativa y mantiene un trato cordial y de confianza con Dios, como pocas veces en la vida. El niño, en esta etapa, capta y recibe la Buena Noticia de manera global y totalizadora. Esta precatequesis parte de una rica experiencia en valores humanos, para ir descubriendo lentamente la dimensión trascendente de la vida, a la luz del Evangelio. Durante esta etapa, la imagen de Dios Padre es la que mejor complementa y se adapta a los niños pequeños. Dios Padre, bueno, creador, todopoderoso, omnipotente es el complemento del niño: pequeño, desprotegido, necesitado, dependiente. La niñez es uno de los 52
momentos de la vida humana en que la criatura encuentra naturalmente al Otro, el Creador. Por este motivo, la catequesis sobre la creación debe ocupar un lugar central durante esta etapa. • Catequesis ambiental La catequesis en estos años es, fundamentalmente, ambiental. Los niños perciben, como por osmosis, las actitudes religiosas adultas. Es importante, crear un clima en el que se perciba la presencia de Dios. Las palabras y los gestos de los padres, el clima familiar, preparan el despertar en la fe. El elemento decisivo de la formación religiosa de estos niños, radica en las actitudes que los padres y educadores mantienen con respecto a Dios y a los demás; no, en el conocimiento acabado de las verdades cristianas ni en el sentimentalismo religioso. Las tareas de los niños "Un niño es la alegría no solo de sus padres, sino también de la Iglesia y de toda la sociedad. ¡Qué importante es el niño para Jesús! En el niño hay algo que nunca puede faltar a quien quiere entrar en el Reino de los cielos. Al cielo van los que son sencillos como los niños, los que como ellos están llenos de entrega confiada y son ricos de bondad y puros. Solo estos pueden encontrar en Dios un Padre y llegar a ser, a su vez, gracias a Jesús, hijos de Dios. Es propiamente así: Jesús y su Madre eligen con frecuencia a los niños para confiarles tareas de gran importancia para la vida de la Iglesia y de la humanidad." Juan Pablo II Carta a los Niños, diciembre de 1994 2 La catequesis de iniciación (8 a 10 años) A partir de los 8-9 años, comienza lo que conocemos con el nombre de catequesis de iniciación. Suele abarcar el período de la preparación para los sacramentos de la Reconciliación y de la Primera Comunión. 53
• Conciencia del mensaje cristiano En esta etapa, los niños comienzan a tomar conciencia paulatina del mensaje cristiano. Este es el momento para introducirles gradualmente en las verdades de la fe. A partir de los 9-10 años en adelante, el niño empieza a adentrarse en el pensamiento lógico y se va conectando con el mundo de la cultura, dando lugar a lo que conocemos como enseñanza o instrucción religiosa, • Experiencia vivencial Esto no quiere decir, para nada, que la experiencia vivencial se deje de lado. Muy al contrario, todo nuevo conocimiento en la fe deberá estar cimentado en la experiencia profunda del encuentro personal con el Dios vivo. Es decir, que solo podrá explicitarse todo aquello que ya tiene raíces profundas en el niño y que ha experimentado por sí mismo. • Crecimiento en la fe y crecimiento humano Este proceso de crecimiento en la fe sentará sus bases en el crecimiento humano, acorde con las características propias de su edad. Las últimas investigaciones de las ciencias de la conducta hablan de inteligencias múltiples, es decir, que todos tenemos capacidades en una o más de estas áreas: lingüística, lógico-matemática, musical, plástica-espacial, dinámica, naturalista, interpersonal. El niño desarrolla gradualmente sus capacidades motrices, intelectuales, emocionales, sociales y espirituales. Por tanto, la catequesis debe tener en cuenta este progreso y adaptarse a él. • Imagen de Dios y figura de Jesús Durante esta etapa, la imagen de Dios Hijo es la que penetra profundamente en el sentir del corazón de los niños. Toda la catequesis gira en torno del anuncio de los hechos de Jesús y sus apóstoles. Jesús se hace presente, como hermano y amigo, dándose plenamente en la misa o Eucaristía, transformándose en centro vital de todo lo creado. 54
3 La catequesis de profundización (11 a 12 años) Con la llegada de la pubertad, comienza la etapa de la profundización. Los chicos progresan decididamente en el pensamiento lógico-abstracto. Al mismo tiempo, toman conciencia gradual de la sociedad en que viven, se incorporan al deseo de construir un mundo mejor, erradicando las injusticias sociales. • Contenidos de la fe Esta etapa es propicia para profundizar en los contenidos de la fe. Estamos en la etapa que corresponde con la edad adulta de la infancia. La toma de conciencia de que los chicos son ya miembros activos de la Iglesia debe ser correspondida más con hechos que con palabras. • Catequesis orientada a la acción La catequesis en esta edad tiene que estar más bien orientada a la acción. Los contenidos catequísticos se transmitirán por medio de actividades pastorales grupales, especialmente aquellas que tengan relación con la asistencia y ayuda al otro, y las que buscan el encuentro personal con Dios, a través de la vivencia grupal. El sentido de pertenencia no deberá expresar otra cosa que la búsqueda de la comunidad, grupo que centrado en Jesús se manifiesta como gran comunidad: la Iglesia. • Imagen de Dios Espíritu Durante esta etapa, la imagen de Dios Espíritu es la que les ayudará a caminar en la maduración de la fe. Estos niños-adultos deben sentir que forman parte activa en la construcción de la Iglesia. El Espíritu es quien los irá guiando para anunciar al mundo la alegría de haber sido salvados por Jesús. • Confirmación En algunas diócesis, en escuelas y parroquias, los chicos de estas edades reciben el sacramento de la Confirmación. Este acontecimiento debiera ser vivido por los hijos y sus familias como un auténtico proceso de crecimiento y reafirmación de la fe, recibida en el Bautismo. 55
• Por una parte, la catequesis es la que prepara a recibir los sacramentos. Todo sacramento es signo y expresión de la fe. De acuerdo con lo presentado más arriba, ofrecemos un esquema orientativo sobre el itinerario sacramental en la catequesis de niños y de chicos. Todo lo referente a la Iniciación Litúrgica de los niños lo desarrollaremos en un capítulo aparte, poco después... 56
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La catequesis está intrínsecamente unida a toda la acción litúrgica y sacramental porque es en los sacramentos, y sobre todo en la Eucaristía, donde Jesucristo actúa en plenitud para transformar las personas.
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La catequesis de niños no consiste solamente en explicarles religión sino en presentarles, en un clima de admiración contemplativa, las verdades esenciales de la fe, permitiéndoles entrar en relación amorosa con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, entendiéndose todo el proceso como un camino interior, un itinerario espiritual, como el descubrimiento de una presencia, la de Jesús, que transforma la vida.
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En resumen
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La comunidad eclesial, en todos los niveles (en especial, las parroquias y las escuelas católicas), es doblemente responsable respecto de la catequesis. Tiene el deber de atender a la formación de sus miembros, pero también la responsabilidad de acogerlos en un ambiente donde puedan vivir, con la mayor plenitud posible, lo que han aprendido.
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Personalmente, considero más apropiado que la Confirmación se reciba alrededor de los 16 años, como culminación del período de profundización o perseverancia. De este modo, se aprovecha mejor la maduración alcanzada por los jóvenes en este proceso y se facilita un compromiso y una adhesión más conciente y personal a la fe.
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PARTICIPACIÓN DEJ^JFAM1UA_EN LA CATEQUESIS
"... En efecto, la catequesis familiar precede, acompaña y enriquece toda otra forma de catequesis." Directorio General para la Catequesis, 226 Nota: Para el tema de la familia y la catequesis, cfr. DCC 226, 227 y 255. , j | Los padres de familia, primeros educadores en la fe d e.iui..,liljj3s_.__^__»... , _ . _ . . . _ _ . _ „ „..
incluso, a medida que los hijos crecen, el intercambio y el enriquecimiento es mutuo y se da un diálogo abierto en el que cada uno recibe y da lo mejor de sí. • Atención de la comunidad cristiana Por esto, es preciso que la comunidad cristiana preste atención especial a los padres, mediante contactos personales, encuentros, cursos e, incluso, mediante una catequesis de adultos dirigida a los padres. La parroquia y la escuela católica han de ayudar a los padres a asumir la tarea, hoy especialmente delicada, de educar en la fe a sus hijos.
• Primera experiencia cristiana
• La familia como lugar de catequesis
El testimonio de vida cristiana, ofrecido por los padres en el seno de la familia, llega a los niños envuelto en el cariño y el respeto materno y paterno. Los hijos perciben y viven gozosamente la cercanía de Dios y de jesús a través del amor que los padres les manifiestan.
La familia es un ámbito o medio privilegiado de crecimiento en la fe. La comunidad cristiana familiar es "lugar" de catequesis. En efecto, la familia como "lugar" de catequesis tiene un carácter único: transmite el Evangelio enraizándolo en el contexto de profundos valores humanos.
Esta primera experiencia cristiana deja, frecuentemente, en ellos una huella decisiva que dura toda la vida. El despertar religioso infantil en el ambiente familiar tiene, por esto, un carácter insustituible.
Sobre esta base humana es más honda la iniciación en la vida cristiana: el despertar al sentido de Dios, los primeros pasos en la oración, la educación de la conciencia moral y la formación en el sentido cristiano del amor humano, concebido como reflejo del amor de Dios, Creador y Padre.
• Consolidación y profundización de esta experiencia Esta primera iniciación se consolida cuando, con ocasión de ciertos acontecimientos familiares o en fiestas señaladas, se procura explicitar en familia el contenido cristiano o religioso de esos acontecimientos. Esta iniciación se ahonda aún más si los padres comentan y ayudan a interiorizar la catequesis que sus hijos reciben en la comunidad cristiana. • Itinerario de fe de la vida familiar Los padres reciben en el sacramento del matrimonio, la gracia y la responsabilidad de la educación cristiana de sus hijos. Esta consiste en testificar y transmitir, a la vez, los valores humanos y religiosos. Si esto es así, la misma vida de familia se hace itinerario de fe y escuela de vida cristiana. Esta acción educativa es un verdadero "ministerio". La familia transmite e irradia el Evangelio hasta el punto de que 58
• La familia cristiana o "iglesia doméstica" La familia cristiana es la "iglesia doméstica", como la llama Juan Pablo II en su exhortación apostólica Familiaris Consortio. Constituye el núcleo fundamental de la sociedad y de la Iglesia, el núcleo donde nace y crece la fe. Esto significa que, en cada familia cristiana, deben reflejarse los diversos aspectos o funciones de la vida de la Iglesia entera: misión, catequesis, testimonio, oración. De este modo, la familia se transforma en un espacio donde el Evangelio es transmitido y desde donde éste se irradia. Ella es la que vela por el crecimiento en la fe, educa en los valores esenciales de la vida humana y se constituye en la primera evangelizadora de los hijos. No hay educación de valores si no hay plena participación de los padres en la misma. Es más, los padres son los primeros "maestros de 59
la vida" y quienes tienen el derecho de elegir qué tipo de valores quieren para sus hijos. Mucho más, cuando se refiere a la educación de la fe. Se trata, en suma, de una educación cristiana más testimonial que instructiva; más ocasional que sistemática; más permanente y cotidiana que estructurada en el tiempo. Los primeros rudimentos de la catequesis que el hijo recibe de sus padres y del ambiente familiar serán un momento destacado en la Revelación de Dios que es Padre, bueno y providente. Las pequeñas oraciones que el niño aprende en casa serán el principio de un diálogo cariñoso con ese Dios oculto, cuya Palabra escuchará después. • Educación en valores Hoy, más que nunca, la familia ha adquirido gran preponderancia en los ámbitos educativos. Durante mucho tiempo, se creyó que trabajar solo con los niños era la mejor manera de educar. El planteamiento podría sostenerse, con ciertos reparos, tratándose de ciencias exactas o en un tipo de educación conceptual. Cuando se trata de la pedagogía de los valores, es decir, de educar en las actitudes, la cosa cambia radicalmente. La presencia de las familias en la catequesis de los niños es de vital importancia. • Participación de la familia La colaboración entre los catequistas y los padres (intercambio de ideas acerca del programa, los métodos, las dificultades, etc.) es necesaria para que la educación de los niños tenga un proceso adecuado. Esta colaboración es útil tanto a los catequistas como a los padres, en el sentido de que ayuda al ejercicio de sus responsabilidades específicas. En todo momento, se deberá pensar en actividades que integren la familia a la catequesis: • Celebraciones con la presencia de los padres, los abuelos, los hermanos. • Trabajos hechos en conjunto por toda la familia. • Reuniones de reflexión para padres. • Grupos de oración. 60
• Actividades catequísticas para compartir en familia después de cada encuentro. • Visita de la imagen de la virgen maría a las casas. • Reuniones familiares; bendición de la mesa antes de las comidas... Esta presencia de las familias en la catequesis resulta necesaria; también es importante la aportación o papel de los abuelos. Su gran disponibilidad, su sabiduría y su sentido religioso, son muchas veces decisivos para crear o favorecer un clima verdaderamente cristiano. La implicación de la familia en la catequesis se hace cada vez más necesaria. Los catequistas tienen que contar en su catequesis con la participación de la familia; de lo contrario, la catequesis corre el riesgo de desmoronarse. Lo que se busca es lograr cada día mayor adhesión y presencia de la familia en la educación de la fe de sus hijos. Sin la participación de la familia no hay catequesis posible. í' La catequesis familiar No hay que confundir la participación de la familia en la catequesis con lo que llamamos "catequesis familiar". La catequesis familiar es un método catequístico que implica la participación directa de las familias en la catequesis de sus hijos. La catequesis familiar es una metodología extendida y utilizada en muchas diócesis de América Latina. Consiste en la reunión periódica de los padres de varias familias con un catequista-guía para reflexionar juntos sobre la fe y la vida cristiana, con ocasión de la primera comunión de sus hijos. Estas reuniones pueden durar dos años: en ellas los padres aprenden también a educar en la fe a sus hijos y los preparan así a la recepción de la Eucaristía. Los niños, a su vez, se reúnen semanalmente con un catequista o monitor, para prepararse a la primera comunión. A su vez, se realizan encuentros periódicos entre padres, hijos y catequistas para compartir lo aprendido y celebrar la fe. Una variante más sencilla es el método llamado de las "Mamas catequistas". • Una madre de familia, preparada para ello, y con unas fichas como guía, reúne semanalmente en su casa a varios niños de las fami61
A nosotros
lias vecinas y los catequiza junto con sus propios hijos con vistas a la primera comunión. • Periódicamente hay encuentros entre las madres y catequistas.
"Ven y sigúeme" (Mt 19,21).
Nos ofrece su presencia y amistad y nos pide que nos unamos a Él y nos transformemos en Él.
"Id y enseñad a todas las gentes" (Mt 28,19).
Se nos presenta como modelo, como camino y como guía.
"Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fm del mundo"
Nos indica que Él nos ofrece una orientación, una misión y una compañía. Él nos pide que vayamos como "enviados" suyos a servir a nuestros hermanos.
• De vez en cuando, se realizan reuniones con todos los padres, con un único propósito: crecer en la fe. Q
LA INFANCIA MISIONERA
La catequesis de niños está abierta igualmente al dinamismo misionero. La idea es que los mismos niños ayuden a otros a encontrarse con jesús. De este modo, se promueve un movimiento de solidaridad cristiana y de testimonio misionero. También, los niños toman conciencia del importante papel que ellos representan en la Iglesia y en el mundo. Los niños son considerados como un grupo especial entre los miembros del Pueblo de Dios. Estos son educados y formados para que descubran la riqueza de la fe y del amor que el mensaje evangélico les ofrece en solidaridad con sus iguales. Esta es la gran visión que da significado a la Obra Pontificia de la Infancia Misionera. Toda catequesis es misionera "Toda catequesis es misionera porque impulsa a preocuparse de otras comunidades de ambientes distintos y, abriendo los espíritus al bien de la Iglesia universal... Pero además, lo es porque inclina a actitudes de respeto hacia los hombres y estimula a dar ante todos ellos un testimonio auténticamente cristiano, partiendo siempre de la edificación cada día más sólida de la propia comunidad eclesial..." La catequesis en nuestro tiempo, 5.0 Sínodo de Obispos, 1977, 17
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(Mt 8,20b).
En síntesis, Jesús nos ofrece "vida nueva" para que la compartamos con los demás. Ante todo, jesús amó a los Apóstoles y los llamó a dos cosas: a estar con Él y a realizar una misión en favor de los demás. Poco a poco, en la escuela de amor, los Apóstoles aprendieron a vivir con Él y conforme a su progreso, jesús les enseña lo demás. En esta escuela de amor, los cristianos aprendemos progresivamente a ser sus testigos. Los niños no están excluidos de este mandato de jesús ni de seguir sus pasos.
2 La e s c u d a El niño realizará un proceso cíclico que lo configura como verdadero misionero. Este proceso se resume en cuatro pasos: Se comienza "escuchando" la Palabra; luego, hay que "vivirla" personalmente; después se expresa en el "servicio misionero" correspondiente y, finalmente, se refuerza la "comunión para la misión".
__..
Jesús llamó a los Apóstoles y les expresó lo que les ofrecía y lo que esperaba de ellos. A nosotros, como a ellos, nos plantea io mismo: 62
i\
1
Parte de este material está extractado del apunte: En la escuela con jesús, un camino y cuatro pasos. Infancia Adolescencia Misionera (IAM), de las Obras Misionales Pontificias (OMP) de Argentina.
63
• 1. e r paso: Catequesis misionera
Los niños misioneros realizan diversas actividades como estas:
El primer paso, en esta escuela con Jesús, es "escuchar la Palabra" para comprender la misión; por eso, la llamamos catequesis misionera.
- El anuncio del Evangelio a otras personas. - Animación misionera a otros niños. - Servicios a grupos.
Esta propone que los niños conozcan a Jesús y en Él comprendan su misión universal.
- Servicios misioneros en la propia familia.
Los contenidos que se toman para los encuentros de la catequesis misionera comprenden los aspectos básicos de la misión de Jesús, la misión de la Iglesia y la misión de los cristianos en el mundo.
- Oración y celebraciones misioneras.
• 2.° paso: Espiritualidad misionera
- Campamentos-misión.
Los encuentros de espiritualidad misionera se proponen renovar la mente, el corazón y la vida, mediante la profundización de nuestra experiencia con Jesús, la celebración de su presencia amigable y la colaboración en la obra que realiza en nosotros mismos.
- Actividades en favor de los niños necesitados.
Este segundo paso consiste en "vivir" la Palabra, renovando la vida, el corazón, los sentimientos, las actitudes y las opciones misioneras. • 3.
er
paso: Proyección misionera
Aquí se ayuda a los niños para que den el paso de "ser" discípulos a "hacer" discípulos para Jesús, enseñando a otros lo que han aprendido de Él. Hacen amigos para Jesús y, en su nombre, comparten con ellos su pan, especialmente la fe, para ayudarlos en sus necesidades. Por esto, la proyección misionera de estos niños consiste en evangelizar y hacer animación misionera hacia todas las personas, especialmente hacia otros niños. Les enseñarán lo que han aprendido de Él, a través del testimonio y el anuncio del Evangelio.
- Servicios misioneros en la propia escuela. - Comunicación y apoyo a los misioneros que están en otros países o continentes.
- Elaboración de materiales para la animación misionera. - Visitas a enfermos, ancianos, presos... Los niños necesitan una formación integral. La espiritualidad misionera no es un añadido, es la vida cristiana en toda su plenitud. Los niños deben transformarse en animadores misioneros en su propia comunidad y para el mundo entero. Por esto, asumen con mayor fuerza la universalidad del compromiso misionero (cooperación espiritual y material). H
EL CATEQUISTA DE NIÑOS
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No quisiera terminar ia reflexión sobre la catequesis de niños sin dedicar unas palabras a quienes tienen que llevar adelante tan hermosa e importante misión. 1 Ministerio con carácter^propio
Busca afianzar los lazos de amistad entre los miembros del grupo, crear vínculos de amistad, fraternidad y ayuda mutua.
El ministerio catequístico tiene, en el conjunto de los ministerios y servicios eclesiales, un carácter propio, que deriva de la especificidad de la acción catequística dentro del proceso de evangelización.
Su objetivo es el de fortalecerles como grupo: comunidad eclesial viva, dinámica y misionera. Por eso, la llamamos vida de grupo, o comunión misionera.
La tarea del catequista de niños, como educador de la fe, difiere de la de otros agentes de la pastoral (litúrgica, caritativa, social...) aunque, obviamente, ha de actuar en coordinación con ellos. Esta tarea
• 4.° paso: Comunidad misionera
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se hace hoy aún más imperiosa, sobre todo, cuando muchos niños no reciben en sus hogares una formación religiosa conveniente. • Catequista de niños: un don
El catequista de niños - Un cristiano auténtico, miembro activo de la comunidad escolar y/o parroquial, inserto en la pastoral diocesana.
Ser catequista de niños es un don, una llamada y un regalo del Padre.
- Con madurez y equilibrio emocional para trabajar con niños.
Los niños exigen total donación de sí, una entrega generosa y una permanente atención; pero como contrapartida, quienes tenemos la dicha de trabajar con niños, sabemos que todos estos esfuerzos se ven ampliamente recompensados.
- Con sólida formación catequística, metodológica y teológica.
Los niños nos conectan con la vida, con el futuro, con la sencillez y espontaneidad y con la alegría de vivir. Y el buen Dios, a través de los niños, nos devuelve con creces, todo lo que hacemos por ellos. Jesús mismo nos invita a ser como niños para entrar en su Reino. • Catequista de niños: una vocación La catequesis de niños exige mucha dedicación, preparación, disponibilidad y gran ductilidad. Ser catequista de niños es una vocación particular, entre la gran variedad de vocaciones suscitadas como respuestas a la llamada de Dios, sirviéndolo en su Iglesia. No todos están llamados a trabajar con niños, así como no todos tenemos predisposición para trabajar con ancianos, enfermos, encarcelados u otras áreas pastorales. • Catequista de niños: preparación específica Toda tarea catequística es importante para la Iglesia. Esto no quiere decir que todos los catequistas podemos hacer de todo. La catequesis infantil no es algo de menor cuantía, por el hecho de estar dirigida a los niños. Como es lógico, cualquier catequesis especializada demanda una preparación específica. 9^ Perfil del catequista de nijríos Si tenemos en cuenta lo anterior, podemos establecer, de modo orientativo, un perfil del catequista de niños. Por supuesto, que este perfil no pretende ser taxativo, sino simplemente intenta esbozar algunos rasgos que debería tener un catequista de niños. 66
- En lo posible, con título de catequista o estudios similares. - Con conocimientos de didáctica, pedagogía y psicología evolutiva. - Con capacidad para la comunicación y la animación de grupos. - Con empatia hacia los niños, es decir que tenga cualidades de relación y comunicación con ellos. Entre otras, se destacan: la capacidad de jugar y disfrutar con los niños, la capacidad de admirarse, de improvisar, hasta de hacer el ridículo... - Que posea una actitud serena, cálida y acogedora, un lenguaje sencillo y una cierta dosis de paciencia, alegría y serenidad. - Que sea humilde y sepa ganarse la confianza de los demás. - Que manifieste gusto por la oración y disponibilidad ante las cosas de Dios, de manera que el ascendiente espiritual que ejerce sobre los niños sea fruto de su transparencia religiosa. Hay que tener en cuenta que este perfil no define edad, título o condición social. Por supuesto que todas estas cualidades no se exigen desde el comienzo. Algunos de estos rasgos forman parte de la personalidad del catequista. La mayoría de estas cualidades se puede ir adquiriendo a través de un proceso gradual: primero comenzando como ayudante de catequistas, para, poco a poco, completar y madurar los procesos de formación. Conviene tener en cuenta que para el niño la relación con su maestro y con su catequista es muy importante. Lo mismo podemos decir de cualquier otra persona adulta que le dé la seguridad que afectivamente necesita. Siendo características de esta relación, por parte del niño, escuchar, imitar, aprender, es factible que la figura de Jesús Maestro sea captada y cree posibilidades muy valiosas para la educación de la fe. 67
El catequista debe conocer la situación de vida de los niños. Esto le será fácil si convive con sus necesidades, con su problemática actual, con su "aquí y ahora"... Esta relación estrecha y amigable solo es comparable a la de los padres y seres queridos del niño. Su presencia frente a los niños le exige una clara opción de fe, expresada con el testimonio de su vida. Todo esto supone y requiere una preparación cuidadosa, planificada y bien pensada de la catequesis, junto con una sólida formación personal y actualización permanente. Está claro, que la catequesis no puede depender solo de la buena voluntad y disponibilidad de los catequistas. Es muy importante contar con un Plan de Formación de Catequistas; para esto, se han de aprovechar las múltiples ofertas que suele haber al respecto en cada diócesis. De todos modos, como decíamos antes, la vocación catequística es un don, una llamada del Padre. Por lo tanto, tenemos que confiar en Él. Si Dios nos llamó, nos dará las fuerzas, el entusiasmo, la palabra oportuna para anunciar y vivir con alegría su Evangelio.
H
EL COORDINADOR DE LA CATEQUESIS DE NIÑOS
Toda institución tiene que alcanzar permanentemente los fines para los cuales fue creada. Para ello, destinará los mejores recursos humanos y los materiales oportunos con el fin de alcanzar la misión por la que fue fundada. Las parroquias, las escuelas católicas y otros centros pastorales tienen, como fin último y principal de toda su tarea el anuncio de Jesucristo; de ahí que, la catequesis constituye el corazón de las mismas. Todos sus esfuerzos deberán orientarse en tal sentido. Por esta razón, las comunidades católicas destinarán a los más capaces e idóneos para coordinar y animar la catequesis, especialmente la de niños. A menudo, se confunden los términos: "responsable de la catequesis" y "coordinador de la catequesis". 68
B Responsables de la catequesis • Primer responsable: el obispo El primer responsable de toda la actividad catequística en su diócesis es el Obispo, sin lugar a duda. Él es el catequista por "excelencia", si concibe la catequesis como una de las tareas básicas de su ministerio. Todos los demás agentes pastorales son corresponsales en distintos grados y formas. El Obispo velará por el crecimiento y desarrollo de la catequesis en su diócesis; cuidará de manera especial a sus catequistas y dedicará particulares esfuerzos en acompañar y animar la catequesis de niños. (Cfr. Directorio General para la Catequesis, 222-230). • Toda la comunidad cristiana Consecuentemente y de alguna manera, toda la comunidad cristiana es responsable de la marcha de la catequesis infantil. En la Diócesis, la catequesis es un servicio único, realizado de modo conjunto por presbíteros, diáconos, religiosos y laicos, en comunión con el obispo. Sin embargo, cada comunidad cuenta con responsables específicos: - El Obispo. - Los encargados o coordinadores diocesanos, j u n t o con sus equipos. - Los párrocos, los sacerdotes, los religiosos y las religiosas, los laicos. - Los propietarios: sean congregaciones religiosas, parroquias, instituciones o fundaciones. - Los representantes o apoderados legales; directivos y docentes (en el caso de las escuelas católicas). - Los coordinadores de catequesis y pastoral. - Los catequistas. - Los padres de familia. - Todos los demás miembros de la comunidad.
69
I I Coordinador de catequesis Para que todo grupo humano funcione con eficacia, apertura y creatividad -aunque la responsabilidad es de todos y de cada uno de los miembros- es necesario que alguien (una persona o un equipo) asuma la coordinación y animación de las tareas. Cuando hablamos de coordinar, hablamos de conducir, orientar, guiar, promover, asesorar, animar, pero esencialmente de estar al servicio del grupo de catequistas y de los niños. El coordinador de catequesis es uno de los responsables específicos de la marcha de la misma, cuya misión es establecer lazos entre los demás responsables y dedicarse a la organización de la catequesis. • ¿Qué tiene que "ser" este coordinador? - Un cristiano auténtico. - Miembro activo de la comunidad escolar y/o parroquial. - Con formación catequística doctrinal y metodológica. - En lo posible, docente o con formación y experiencia en la docencia. - Con capacidad de animación y conducción. - Que sea humilde y sepa ganarse la confianza de los demás. - Que tenga facilidad de relacionarse y comunicarse con los demás, en especial con los niños. • ¿Cuáles son sus funciones? Entre las muchas tareas que lleva adelante un coordinador de catequesis de niños destaco las siguientes: - Coordinar, animar y supervisar la tarea catequística en su sector. - Convocar y elegir a los catequistas, consultando con otros responsables al respecto. - Ocuparse por ampliar su propia formación y la de su equipo de catequistas. - Velar por el crecimiento del grupo de catequistas a su cargo, promover el trabajo en equipo y cuidar la formación de una comunidad de catequistas. 70
- Acompañar y velar por el crecimiento en la fe de los niños y de sus familias. - Iniciar a los niños en el silencio y en la oración. - Orientar y acompañar la iniciación litúrgica de los niños y realizar con ellos periódicamente celebraciones de la Palabra. - Guiar y promover la educación sexual y afectiva, integrando un equipo multidisciplinario para tal fin. - Lograr que los padres participen y acompañen en la educación de la fe a sus hijos. - Programar, supervisar y evaluar las actividades propias de la catequesis. - Planificar, junto con los catequistas, las tareas de acuerdo con las líneas del Episcopado, de la parroquia, de las congregaciones y demás instituciones. - Mantenerse informado e informar sobre la pastoral de conjunto, participando en las actividades pertinentes. - Armonizar y coordinar la tarea catequística con otros responsables de la comunidad, acompañándolos y asesorándolos sobre los problemas y necesidades de la catequesis de niños. - Disponer de lugares físicos, armarios, material didáctico-catequístico, y otros recursos destinados a la catequesis de niños. - Elegir, junto a los catequistas, los textos adecuados y orientar su uso. - Reservar, con el párroco, el representante legal o los directivos, un fondo en el presupuesto general para los gastos de catequesis, en especial, para la formación de los catequistas. - Crear una biblioteca especializada en catequesis de niños; procurando tener todo el material didáctico posible y a disposición de los catequistas. - Seleccionar y elegir las canciones que utilizarán los niños en la catequesis y procurar los medios para que puedan ser aprendidas con facilidad. Evidentemente existen muchas otras funciones que no están expresadas en esta apretada síntesis, pero mi intento ha sido esbozar una 71
aproximación a las tareas que generalmente debe desarrollar el coordinador de catequesis de niños. Lo importante es que el coordinador se ponga al servicio de la comunidad y, sobre todo, del mismo Dios. 0
HACIA UNA C p M U N j y D ^ ^ _ C A T E Q U I S T A S
Todo el que se ha adherido a Jesucristo por la fe y se esfuerza por consolidarla mediante la catequesis, tiene necesidad de vivirla en comunión con aquellos que han dado el mismo paso. La catequesis corre el riesgo de esterilizarse, sin una comunidad de fe y de vida cristiana. Nadie puede dar testimonio de la fe en solitario. • Educamos y catequizamos en comunidad. Desde los albores del cristianismo, la comunidad se constituyó en fuente de vida para sus miembros. Nuestra catequesis no debiera ser el fruto de una acción solitaria o meramente personal. Necesitamos de los otros catequistas para expresar y vivir la fe, para complementarnos, para caminar juntos en la educación de la fe, para corregirnos fraternalmente y para apoyarnos unos a otros. • El mejor testimonio que daremos a nuestros catequizandos es el de una comunidad que vive lo que proclama. Justamente, en el seno de una comunidad cristiana, era donde los catecúmenos aprendían a vivir su fe, como entrega generosa, como testimonio y confirmación de que el Resucitado está vivo en medio de los que le aman.
CAPITULO IV PROGRAMACIÓN Y PLANIFICACIÓN ANUAL DE LA CATEQUESIS "Nunca existen vientos favorables para quien no sabe adonde va." Proverbio fenicio
| | ¿QUÉ ES PLANIFICAR? • Organizarse y a n t i c i p a r el f u t u r o Planificar es organizarse, es anticipar el futuro, es prever lo que va a pasar y adelantarse a ello. Planificar es ganar tiempo, evitar la improvisación y asegurar mayor eficacia en la tarea. ¡Qué lejos están estos renglones que acabo de escribir de las mentes de los docentes cuando oyen la palabra planificación! Lamentablemente, en muchos ambientes escolares "planificación" equivale a trabajo pesado y engorroso, a palabras difíciles que nadie entiende, a verbos y objetivos especialmente elegidos para "torturar" a las mentes más sagaces. • Plan de t r a b a j o Planificar es, simplemente, hacer un plan de trabajo, un anteproyecto de lo que se va a realizar. La planificación didáctica ordena, de manera previa y reflexiva, la acción catequística que se va a desarrollar con un grupo determinado.
£¿ Para sabeTmás
"\
- BENÍTEZ, Marta, ¡Y alcanzamos la luz!, Bonum, Buenos Aires, 1974. - CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, Programación de la catequesis para los cole-
gios católicos, 1983. - DEL BUENO, Lidia, Creciendo con Dios, Bonum, Buenos Aires, 1992. - SAGRADA CONGREGACIÓN PARA EL CLERO, Directorio General para la Catequesis,
1971 y 1997, n.os 78 al 81 y 177 al 180, respectivamente. V _ _____ _ _ _ ____ 72
_____
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Mi intención aquí no es realizar un tratado sobre planificación y programación. Sencillamente quiero transmitirles algunos elementos que, durante los años que llevo trabajando, me han ayudado a pensar y a programar la catequesis. • I m p r o n t a personal Por supuesto que la planificación, como todo hecho humano, tiene una impronta única y personal. Cada uno planifica de acuerdo con 73
su propio estilo. Es cierto que hay directrices del Episcopado y de la institución a la que se pertenece. Hay que tenerlas en cuenta.
te realizar un sondeo previo para analizar en qué nivel se encuentran los niños antes de planificar el año catequístico.
También es cierto que cada uno adapta todo este proceso, de acuerdo con las necesidades de los educandos y de las formas de trabajo. Lo importante es que la planificación sirva y llegue a buen término.
Esta etapa se la conoce como diagnóstico catequístico inicial y pretende detectar los conocimientos catequísticos previos y la situación vital de los niños.
Muchos de los elementos que veremos, seguramente, ya son conocidos por los catequistas docentes, pues tienen experiencia en programar otras áreas curriculares. En catequesis, habrá que hacer las adaptaciones propias y correspondientes.
*• Personal y personalizada: Cada planificación debe ser diferente porque los catequistas y los grupos de niños son distintos.
Q
CARACTERÍSTICAS DE LA PLANIFICACIÓN EN CATEQUESIS
Toda planificación, en especial la de catequesis, se caracteriza por las siguientes notas: • Cristocéntrica: Jesucristo es el centro de toda la catequesis. A Él debe referirse todo, y todo debe girar en torno a Él. Es muy importante presentar la verdad sobre Jesucristo de forma íntegra, y de acuerdo con el Magisterio de la Iglesia. Al ser la catequesis cristocéntrica, la referencia a la Palabra de Dios debe ser constante y permanente. • Inculturada: Es decir, que debe dar respuesta a los intereses, necesidades y expectativas de las personas y de los grupos culturales a que estos pertenecen. En este caso, la catequesis responderá a las necesidades de los niños y su entorno, si encarna el evangelio en los valores subyacentes de la comunidad a la que pertenece. •• Realista: Es decir, tiene que ser factible, realizable, evaluable, adecuada a la realidad. Estamos cansados de ver planificaciones que solo sirven para poner en un hermoso cuadro y que nada tienen que ver con el contexto que viven los niños. • Adaptada a los niños: La planificación debe ser pensada para y desde los niños concretos a quienes va dirigida. Por esto, es importan74
La planificación tiene que ser como un reflejo de la persona que la realiza. En ella, el catequista debe expresarse con libertad. Asimismo, la catequesis debe adaptarse a las características concretas del grupo al que va dirigido. • Vital: Es decir, pensada para la vida. La planificación debe reflejar el ritmo vital, los interrogantes existenciales de los niños a los que se dirige. Básicamente, la catequesis trabaja para el cambio de actitudes, para la conversión dei corazón. »• Útil: Esto parece una obviedad pero no lo es. Si una planificación no ayuda a trabajar mejor, es evidente que no sirve para nada. »- Ágil y dinámica: La planificación no es algo estático, está en continuo movimiento; es decir, se adapta a las situaciones nuevas y busca respuestas vitales a los cambios. »• Flexible: Esto quiere decir que puede y debe modificarse a lo largo del año. Una planificación que, al terminar el curso, no tiene ninguna corrección, no está ajada por el uso, carece de enmiendas y de añadidos, puede ser señal de que sirvió de poco. B Q C Ó ' M O PLAN I Fl C A M O S ? _ _ _ _ _ _ _ _ De acuerdo con mi experiencia, creo que en catequesis hay que realizar una planificación anual por unidades o núcleos catequísticos. Luego, programar semanalmente cada encuentro de catequesis. Si se trabaja bien la planificación anual, no considero necesario realizar ningún tipo de planificación mensual o bimestral. 75
En este capítulo, vamos a desarrollar solo la planificación anual. En el capítulo siguiente, nos detendremos en la planificación de cada encuentro o sesión de catequesis. H
LA PLANIfiCACIÓN
Al hacer la planificación anual, todos estos elementos deberán tenerse en cuenta. Para ello, vamos a partir del siguiente gráfico que, posteriormente, iremos desarrollando y completando hasta llegar al esquema definitivo.
^ CORREC-
Evidentemente, muchos elementos de planificación son utilizados ya en la tarea docente y los maestros que, a la vez son catequistas, ya conocen. En muchos casos, solo habrá que realizar la adaptación correspondiente. Como decía antes, io que mejor resultado me ha dado y he visto aplicar en distintos lugares, es la planificación tipo "sábana" o "parrilla". Es decir, un cuadro de doble entrada, donde verticalmente se ubican los distintos núcleos catequísticos y, horizontalmente, los objetivos, los contenidos, las actividades, las celebraciones de la Palabra, etc. Y esto sirve para todo un año de trabajo. En esta "parrilla" vemos toda la planificación en su conjunto y se tiene una idea global de lo que se va a realizar. (Lo ideal es pegar dos hojas cuadriculadas doble-oficio, una debajo de la otra, o hacerlo en una hoja DIN A3). Cada vez que uno planifica algo, siempre debe tener claros los siguientes elementos: ^^H^^^^^^^S
Planificación
Por qué y para qué planificar, qué se quiere lograr
Los objetivos
Qué se quiere transmitir
Los contenidos
Cómo hacer para alcanzar los objetivos propuestos
Las actividades que realizar
Cuándo y dónde se van a realizar dichas acciones
El tiempo y lugar
Con qué materiales se va a contar
Los recursos necesarios
Cómo controlar si se alcanzaron o no los objetivos propuestos
La evaluación
76
IDEA CENTRAL
POR QUE
0
0
QUE
CUÁNDO
CÓMO
CÓMO
CIONES
CONTROLO
O RECTIFI-
iCLOBALIZADORA PARA QUÉ
CACIONES
t 3
5
NÚCLEO
ACTIVIDADES
O
DE
UNIDAD CATEQUÍSTICA
¡OBJETIVOS CONTENIDOS
EXPRESIÓN DE LA FE
CELEBRACIONES DÉLA PALABRA
PRESUPUESTO DE
OBSEREVALUACIÓN
VACIONES
TIEMPO
1 El núcleo catequístico o unidad catequística El núcleo catequístico o unidad catequística agrupa una serie de objetivos, contenidos y actividades de gran cohesión y relación entre ellos. Es el eje globalizador que reúne, naturalmente, un conjunto de contenidos específicos. Es lo que en Pedagogía se conoce con el nombre de unidad didáctica. Generalmente, este núcleo se expresa a través de una idea-eje, corta, simple y globalizadora, que resume en una sola frase todo el contenido de esa unidad catequística. Por ejemplo: "La familia de jesús", "Dios creó las plantas", "Gracias Dios, por mi cuerpo", "Vivimos la Navidad" o, simplemente, "La Virgen María". Lo que importa es que esa idea-fuerza defina y delimite con claridad el contenido de ese núcleo catequístico. 77
La elección y ubicación de estos núcleos catequísticos, a lo largo del año, es una tarea que se ha de realizar a conciencia, según veremos cuando hablemos de los contenidos. 2 Los objetivos El objetivo es una meta, un logro que deben conseguir los catequizandos. No basta con que los educadores los conozcan y los tengan presentes en cada catequesis; quienes deben lograrlos y conseguirlos son los niños. Es el propósito principal de cada catequesis. En general, es conveniente que el educando sepa lo que se pretende. Es muy importante mencionar de qué actividad se trata, ya que el aprendizaje se obtiene solo a través de experiencias, que abarcan a toda la persona. • Formulación La forma práctica de formular un objetivo consiste en completar una frase como: "Que el niño sea capaz de...", "Lograr que el niño..." o "Que al finalizar la actividad los niños sean capaces de...". No se trata de plantear metas amplias y vagas, como "ser mejores" o "amar más a los demás". Eso es bueno, pero no se puede medir. Los objetivos deben ser precisos, concretos y evaluables. El catequista y los niños deben poder evaluar si alcanzaron o no los objetivos propuestos. • Tipos de objetivos En catequesis, los objetivos apuntan especialmente al cambio de actitud, a la interiorización de los valores, al ámbito socioafectivo, a la disposición del corazón. En otras palabras, al cambio de vida, a la conversión. Por esta razón, los objetivos en catequesis se aglutinan en torno a tres dimensiones: de actitudes testimoniales, de iniciación litúrgica y de conocimiento de la Palabra de Dios y del mensaje cristiano. 1. De actitudes
testimoniales
Las actitudes religiosas de toda persona no son ajenas a sus experiencias y valores humanos; más aún, experiencias y valores mera78
mente humanos son condiciones pre-religiosas indispensables, es decir, presupuestos psicológicos para que toda persona y, por tanto, también el niño, pueda iniciarse en el universo religioso, en el contacto con Dios. Por esto, la primera tarea de todo educador consiste en cultivar actitudes humanas esenciales, que entrañan unos valores, sin los cuales no sería posible ni el desarrollo armónico de su personalidad ni de sus capacidades religiosas. Estas actitudes constituyen disposiciones, tanto de la inteligencia y de la voluntad como de la afectividad. Configuran un valor ordenador de la interioridad de los catequizandos y se traducen también en actos externos. La base firme de una auténtica educación en la fe de los niños, es educar en los valores humanos fundamentales. Se ha de desarrollar la afectividad con el cultivo responsable de los talentos y valores, en sintonía con el mensaje evangélico. Sobre la base de los valores humanos se apoyan y construyen los valores religiosos. La misión del educador creyente es acompañar a los niños en su proceso de personalización y de apertura a la trascendencia. 2. De iniciación
litúrgica
El catequista procurará llevar a los niños por el camino de la iniciación litúrgica, que no busca otra cosa que el crecimiento espiritual de la persona y su encuentro íntimo con el Dios de la vida, celebrado en comunidad. Los elementos centrales que configuran este objetivo litúrgico son: - La iniciación en la oración personal y comunitaria. - La celebración de la fe. - La participación en la vida litúrgica de la Iglesia. La catequesis da sentido a los sacramentos, pero a la vez recibe de los sacramentos vividos una dimensión vital. Esta le impide quedarse en lo meramente doctrinal y comunica al niño la alegría de ser testigo de Cristo en su ambiente o entorno. 79
3. De conocimiento
de la Palabra
de Dios y del
mensaje
No existe crecimiento en la fe si no hay profundización de los contenidos del mensaje cristiano. Esta profundización se hará teniendo en cuenta la edad, la evolución del pensamiento y las características personales y grupales de los niños o chicos.
Señalo aquí algunos objetivos específicos, a modo de ejemplo:
Objetivos específicos "Que el niño..." LA CREACIÓN
La sistematización de los contenidos de la fe debe hacerse teniendo presente la integridad de los mismos. En catequesis, se tratarán -si bien de manera elemental- todos los principales misterios de la fe y su repercusión en la vida moral y religiosa del niño, según lo señala el documento Catechesi Tradendae en su n.° 37. • Objetivos generales
- Vivencie la grandeza de Dios en las maravillas de la naturaleza. - Agradezca a Dios que nos dio el universo porque nos ama. - Alabe a Dios por toda la creación. LA PASCUA
Al hablar de objetivos, recordemos que en la portada de la planificación anual se colocarán los objetivos generales que nos proponemos conseguir con los niños a lo largo de todo el año catequístico. Al elaborar los objetivos generales, se tendrán en cuenta los objetivos generales del Episcopado, los objetivos diocesanos y los objetivos institucionales. Debemos tener presente que, todos los objetivos generales quedan afectados por la palabra "despertar". Se trata de actitudes y valores humanos que se inician en el niño y se abren en un sentido religiosocristiano elemental.
- Descubra a Dios como a su Padre y Creador.
- Descubra la grandeza y la bondad de Jesús al dar su vida por nosotros. - Se acerque al misterio de la Pasión y Resurrección de Jesús. - Comprenda que Jesús resucitó para estar siempre con nosotros. - Viva la Pascua en familia.
JESÚS, NUESTRO AMIGO
- Descubra, en el cariño que recibe de sus amigos, la presencia de Dios. - Reconozca a Jesús como amigo suyo. - Alabe a Jesús porque, con su ejemplo, nos enseña a amar y perdonar.
No se puede obviar que, en esta edad, la educación es un proceso de crecimiento en el que nunca se puede exigir el logro perfecto de los objetivos, ya que siempre habrá posibilidad de una maduración cristiana posterior.
- Rece y agradezca a Jesús porque le ama.
• Objetivos específicos
3 Los contenidos
En la segunda columna de la planificación, colocaremos, en forma sucesiva, los objetivos específicos del núcleo o unidad catequística en cuestión. Se presta especial cuidado para que cada objetivo se corresponda horizontalmente con los contenidos y las actividades seleccionadas.
• Elementos fundamentales de la fe
En el enunciado de los objetivos no es necesario utilizar verbos y palabras complejas; cuanto más simple, sencilla y específica es la expresión, mejor. 80
Los contenidos responden al "qué" de la catequesis. Enuncian aquellos elementos fundamentales del contenido de la fe y de la formación litúrgica que nos proponemos enseñar a los niños. • Los grandes temas Para seleccionar y distribuir los contenidos durante el año es necesario tener en cuenta que debemos agruparlos en unidades lógicas de 81
aprendizaje catequístico o, como ya hemos dicho, en núcleos catequísticos. Los grandes temas de la catequesis de niños los extraemos de: - Las programaciones y orientaciones para la catequesis del Episcopado. - Los programas curriculares para la catequesis en las escuelas católicas, de las respectivas Conferencias Episcopales. - Los programas y orientaciones diocesanos. - Las programaciones y orientaciones de las congregaciones, parroquias o instituciones. - La situación vital de los niños: sus necesidades, inquietudes, interrogantes y experiencias vitales. - La experiencia propia y personal de cada catequista. - Los diferentes libros de texto de catequesis para niños. - Los tiempos litúrgicos y actividades institucionales. - Pueden aparecer temas móviles, que no necesariamente tienen que darse en un momento determinado, sino que se situarán de acuerdo con las necesidades y conveniencias del grupo. % Actividades de expresión de la fe • El niño, protagonista Llamamos actividades en general, a aquellas acciones que el mismo niño pone en juego, es decir, que él mismo es protagonista. Toda su persona se pone en acción para expresar sus vivencias. Todo su ser se moviliza, para expresar lo que está viviendo-aprendiendo; y, a su vez, por medio de la actividad, él interioriza: aprehende lo que conoce, vive o celebra. • Expresar para interiorizar El niño solo asume en forma personal aquello que llega a expresar. Al expresarlo se aclara y profundiza lo que acaba de vivir. Mientras realiza la actividad de expresión, revive, tal vez de manera inconsciente, la experiencia que ha tenido. 82
Esta expresión en cada ser humano es única y original. Por ello, no podemos pretender un solo tipo de actividades ni exigir uniformidad en las mismas. Cada niño es único y distinto; debemos alentar y respetar sus formas de expresión. • Actividades para suscitar la experiencia Las actividades en la educación religiosa son algo más que un recurso metodológico, un hacer que el niño se mantenga "ocupado" en la catequesis. Muy por el contrario, las actividades pertenecen a la entraña misma de la catequesis, son el medio privilegiado para suscitar e interiorizar la experiencia de la presencia y acción de Dios en su vida. La experiencia de fe y la expresión de la fe están en íntima relación. Todas las actividades que elijamos van encaminadas hacia la creación, profundización y comunicación de esta experiencia de fe personal y comunitaria. El niño reconduce, pues, todos sus conocimientos a las situaciones singulares y concretas. Por tal motivo, aprende más haciendo que escuchando. Disociar experiencia y conocimiento equivale a no respetar la unidad personal de su manera específica de apropiarse de la realidad y, por tanto, subvalorar el factor tiempo, al que está ligado su desarrollo. • Selección de las actividades Al pensar y seleccionar las actividades debemos poner especial énfasis en lograr que, las mismas, sean la expresión de fe de lo que el niño acaba de vivenciar. La palabra clave en este momento de la planificación es "selección". Seleccionar es elegir, entre todas las posibilidades que se ofrecen, la que mejor se adecúa para alcanzar los objetivos propuestos. De la infinidad de actividades de expresión de la fe, debemos seleccionar aquellas que mejor se adaptan para lograr los objetivos catequísticos deseados. En esta selección, si queremos ser coherentes, se impone la precisión, el "aquí y el ahora" de la actividad elegida. No hay que caer en la vaguedad. 83
• Concreción de las actividades
é Presupuesto de tiempo
La actividad debe ser concreta, elegida de acuerdo con ciertos objetivos y contenidos precisos. Por ejemplo: una actividad no puede enunciarse simplemente como: "dramatizaciones", "lectura de los Evangelios" o "canciones".
Al programar la tarea catequística, tendremos en cuenta con qué tiempo disponemos y cómo lo organizamos. Habrá que determinar previamente:
Habrá que concretar y precisar más. Por ejemplo: "Dramatizar la parábola de la semilla", "Leer la visita de María a su prima Isabel" (Le 1,39-45) o "Cantar la canción: Yo tengo un amigo que me ama", etc. Entonces, en esta columna de actividades, se colocarán aquellas ya seleccionadas y que mejor se adapten a los objetivos y contenidos de ese núcleo catequístico. Luego, en la planificación semanal, se concretará más aún.
• El número de encuentros o sesiones de catequesis a la semana. • La cantidad de semanas "útiles" que dispondremos durante el año, es decir, con calendario en mano, contar los encuentros reales. (Se suele descontar entre un 10 y un 20 por ciento de la cantidad total para imprevistos.) • La cantidad de encuentros que asignamos a cada núcleo o tema catequético. • Las fiestas religiosas, litúrgicas y patronales.
5 Celebraciones de la palabra • Planificación En esta columna habrá que situar la celebración de la Palabra que corresponda con el núcleo catequístico, los objetivos, los contenidos y las actividades de expresión de la fe. Por supuesto que puede realizarse más de una celebración de la Palabra por unidad catequística. Con todo, debemos asegurar por lo menos una al finalizar cada núcleo o unidad. Por ser una de las actividades más completas y especiales de la catcquesis, las celebraciones de la Palabra se planifican en columna aparte.
• El calendario escolar y el religioso. Una vez determinado el número de encuentros por núcleo (no más de 5 ó 6, incluyendo la celebración de la Palabra), los anotaremos en la columna correspondiente. Es preciso colocar la fecha aproximada de tales encuentros. Ejemplo: 1
6
Núcleo catequístico
Presupuesto de tiempo
Mi cuerpo, regalo de Dios
4 ó 5 encuentros 2.a semana de abril a 3.a semana de mayo
• Relación con los temas La celebración debe constituir uno de los momentos culminantes del núcleo catequístico. Todos los encuentros catequísticos de la unidad deben coronarse con la celebración de la Palabra. Por esto, el tema, los cantos, la Palabra de Dios, los gestos que se hacen en la celebración... deben tener relación con los temas tratados previamente en catcquesis.
Manejemos con realismo el calendario de tal manera que no llegue, como suele ocurrir, al final del programa con la mitad de las cosas por hacer.
Debido a la gran importancia de las celebraciones, les dedicamos un apartado especialmente en el capítulo VI sobre "La iniciación litúrgica de los niños".
• Tipos de evaluación
84
7 Evaluación Al hacer la programación tendremos que prever la forma de evaluar. Es decir, poder verificar a lo largo de la marcha de la misma, si los ob85
jetivos propuestos se van alcanzando o no. Claro que si la planificación está bien hecha, la evaluación resulta mucho más fácil. En la catequesis se privilegia la evaluación inicial y la formativa, sobre la evaluación sumativa. Sin embargo, la evaluación en catequesis es distinta que en otras áreas. Como dijimos anteriormente, la educación religiosa busca permanentemente el cambio de actitudes, la conversión del corazón. Muchas veces, nuestra tarea catequística estará destinada solo por la siembra. Solamente Dios hace crecer las semillas. Los frutos de nuestra tarea no siempre se ven. Además, cada niño y cada grupo tienen un ritmo propio y personal, que habrá que respetar.
- ¿Ha habido permanente referencia a la Palabra de Dios? ¿Se ha hecho oración personal y comunitaria? ¿En qué momentos? - ¿Los niños han logrado los objetivos propuestos?¿Qué aspectos fallaron o hay que mejorar? ¿Qué actividades resultaron más apropiadas? - ¿Hay relación entre los objetivos, los contenidos, las actividades y la celebración de la Palabra? - ¿Han participado los padres y familiares en la catequesis? - ¿Me siento exigido por los niños en mi propia vida de fe? - Desde que doy catequesis, ¿he incrementado mi vida de oración y de encuentro con Dios?
Con todo, no debemos descuidar la evaluación. Se puede realizar sin invadir la intimidad del niño, respetando su libertad ante la fe y entendiéndola también como autoevaluación del educador sobre sus propios objetivos.
8 Observaciones
Muchas veces, la evaluación se hará a través de la observación directa del docente. En algunos casos, podremos consultar a los propios padres. De esta manera, obtendremos una evaluación global de la situación catequística.
En esta columna colocaremos todas las variaciones que se van produciendo con respecto a la planificación.
• Guía para la evaluación
La columna 8 es un espacio vacío para ser llenado y utilizado durante el año.
Anotaremos también las actividades que resultaron positivas, las mejores experiencias, los aspectos mejorables para el próximo año, las correcciones y adaptaciones que se introdujeron sobre la marcha, etc.
Propongo aquí una pequeña guía de evaluación para nuestra tarea catequística, a modo de sencillo cuestionario.
Este espacio vacío está para ser utilizado. Q
Guía de evaluación -
¿Son, los niños, los verdaderos protagonistas de la catequesis? ¿Participan en los encuentros? ¿Dónde y cuándo lo noto? ¿Se logra el encuentro personal con Dios? ¿En qué momento? ¿Tiene, la catequesis, la prioridad que esta se merece? ¿Se expresa esta prioridad en los horarios, cantidad de horas y recursos que se destina? - ¿La catequesis se da en un marco de alegría, de participación, de fiesta? ¿Cómo y cuándo se expresa mejor? - ¿Afloran situaciones de vida? ¿En qué lo noto?
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EJEMPLOS DE^PLANIFICACIÓN A N U A L _ _ _
Ya hemos realizado un análisis de los distintos elementos que componen la planificación anual de la catequesis y cómo esos elementos se van ordenando en la misma. En las páginas siguientes aparecen algunos núcleos catequísticos completos, con la sola finalidad de clarificar la metodología de modo que se entienda mejor la forma de trabajo propuesta.
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NÚCLEO
DIOS ME REGALÓ MI CUERPO
LA CASA DE DIOS
OBJETIVOS Que el niño: - Descubra que Dios nos da la vida porque nos ama. - Reconozca todo lo que podemos hacer con el cuerpo que Dios nos dio. - Agradezca a Dios por el regalo del cuerpo y la vida que nos dio. - Alabe a Dios y se exprese por medio de su cuerpo.
- Vivencie el templo como un lugar privilegiado para el encuentro con Dios. - Adquiera una actitud espontánea de recogimiento, oración y alabanza dentro de la casa de Dios. - Conozca las parte y elementos del templo y se familiarice con él.
ACTIVIDADES DE EXPRESIÓN DE LA FE
CONTENIDOS Dios nos regala algo hermoso: la vida. Dios nos hace vivir y crecer. Nos regala el cuerpo. Los sentidos: todo lo que podemos hacer con ellos. Mis manos, mis ojos, mi boca, mis oídos: todo para alabar a Dios. Los ojos y las manos: espejos del alma... Dios hizo al hombre como un ser distinto: capaz de amar y de pensar.
- Buscar fotos de personas, en especial de ñiños y bebés, donde surja la vida que Dios nos regala. - Experiencias directas de utilización de los sentidos: oír, tocar, oler, gustar, etc. - Dactilopinturas que expresen nuestro agradecimiento a Dios por el cuerpo. - Cantos: Pon tus manos, Yo tengo un Dios muy grande... - Oración con gestos...
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Todos tenemos una casa. La casa de Dios: la iglesia o templo. La casa de Dios es la casa de todos. Partes de un templo: el altar, la pila bautismal, las imágenes. El sagrario: lo más importante. Modos de estar en la iglesia. Signos sagrados que se utilizan en el templo.
- Visitar la capilla o templo. - Realizar trabajos de expresión en los distintos lugares de la iglesia. - Construir con la ayuda de papá y mamá una iglesia con una caja de zapatos y material descartable. - Tener experiencias de oración en el templo o capilla. - Canto: La casa u otro apropiado.
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OTRO
ETCÉTERA
ETCÉTERA
ETCÉTERA
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CELEBRACIÓN DE LA PALABRA
PRESUPUESTO DE TIEMPO
¡DAMOS GRACIAS A DIOS 4 a 5 encuentros POR NUESTRO CUERPO! (una por semana) DIOS ME REGALÓ MI CUERPO
LA CASA DE DIOS
oo
OTRO
a Cantos: Vienen con alegría; i. semana de junio a 2.a semana de julio Pon tus manos en. (Hemisferio sur). Lectura: Géneses 2,7-8. Signo: ofrecimiento de las dactilopinturas alrededor de una imagen, en el templo.
3 a 4 encuentros. ¡LA CASA DE DIOS, 2a y 3a semanas NUESTRA CASA! de agosto. Cantos: La casa; To tengo un amigo; Juntos como Iglesia. Lectura: Jn 11,14-17. Signo: presentar por familia la pequeña iglesia realizada en las casas. Catequesis sobre las partes del templo. ETCÉTERA
ETCÉTERA
EVALUACIÓN Observación directa. Conversación con los niños.
OBSERVACIONES Buscar más cantos apropiados. Utilizar lo más posible los sentidos.
Tener en cuenta Observación de los hábitos los horarios en que de los niños en el templo está disponible. el templo: al entrar, durante y al despedirse.
ETCÉTERA
ETCÉTERA
^ C O H E R E N C I A EN L ^ L A N I F I C A C I Ó N ^
CAPITULO V
_ _
No quiero terminar este capítulo sobre la planificación anual sin insistir en un tema que, muchas veces, pasamos por alto. En toda planificación deber existir coherencia, tanto "vertical" como "horizontal". 1 Coherencia vertical _ _ _ _
_
___
La "coherencia vertical" viene dada por la sucesión lógica de los núcleos catequísticos (con sus respectivos objetivos, contenidos, actividades, etc.). Dado que el niño aprende de manera global y deductiva (de lo general a lo particular), tenemos que poner especial énfasis al elegir los núcleos catequísticos y su ubicación en el año lectivo. Por ejemplo: • No puedo hablar de Jesús si primero no he hablado de Dios Padre. • No conviene hablar del cuerpo que Dios nos dio, si previamente no presentamos a Dios como creador del mundo. 2 Coherencia horizontal Asimismo, la "coherencia horizontal" debe ser cuidadosamente tenida en cuenta al planificar. Esto quiere decir que los objetivos, los contenidos, las actividades de expresión de la fe, las celebraciones de la Palabra, los cantos, las lecturas de la Palabra de Dios, etc. Todo debe corresponderse y tener unidad dentro del núcleo catequístico en cuestión. Por ejemplo: • Si el núcleo catequístico es la Navidad, no puedo incluir un contenido que no se corresponda, como sería la Biblia. Siempre conviene, después de acabada la planificación, verificar la coherencia vertical y, sobre todo, la horizontal, para no caer en errores frecuentes o en elementos repetidos. ¿_ Para „sjber_más
~~~~~~~~-\
- CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, Bases para la catequesis de iniciación, Don
Bosco, Buenos Aires, 1981. - Programación de la catequesis para ¡os colegios católicos, 1982. - DEL BUENO, Lidia, Creciendo con Dios, págs. 65-72. - GARCÍA, Enrique, Catequesis audiovisual. - CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, Programaciones curriculares para la catequesis
y en la escuela.
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PLANIFICACIÓN Y PREPARACIÓN DE CADA ENCUENTRO CATEQUÍSTICO
^J
|Q HACIA UNA CATEQUESIS BIEN HECHA En el capítulo anterior veíamos cómo planificar nuestra tarea anualmente. En el presente, intentaremos analizar cómo se prepara y planifica cada encuentro catequístico. Claro está que, si la planificación anual fue cuidadosamente realizada, la planificación de cada catequesis resultará mucho más fácil. No obstante, creo que es en este momento del proceso cuando el catequista pondrá la mayor aplicación y el mejor empeño en preparar su catequesis. Es precisamente ahora cuando deberá esforzarse en escuchar el "aquí y el ahora" de los niños y en seleccionar cuáles serán las mejores actividades y recursos para alcanzar los objetivos propuestos. Como esta preparación debe contar con la realidad, que está en continuo proceso de transformación y cambio, entiendo que la planificación deberá realizarse cada semana. Es decir, que cada catequista tendrá que prever y preparar semanalmente su catequesis. Una vez determinados los encuentros sistemáticos que tendremos por semana, es importante preparar la tarea de manera concreta. Esto no responde solo a una cuestión práctica de organización sino que también, pretende adaptarse mejor al ritmo de asimilación de los niños. Muchas veces, será necesario repetir una experiencia de fe para que los niños la interioricen bien. Esta distribución de sesiones catequísticas coincide con el ritmo de la semana escolar, tiempo adecuado y consustancial con la vida de los niños y sus familias. 91
BTPASÓS DEUN^ ENCUENTRA CATEQUÍSTICO Existen muchas maneras de preparar un encuentro catequístico. Todo dependerá del lugar, del tiempo que disponemos, de la peculiaridad y disponibilidad de los catequizandos, del estilo del catequista... Aquí solo presento un esquema básico, adaptado a la realidad escolar que, en mi experiencia, ha ayudado a muchos catequistas a preparar sus encuentros semanales. Por supuesto que cada uno podrá realizar todas las modificaciones que considere convenientes. Si tenemos en cuenta la estructura básica de la catequesis (ver Capítulo II) y las exigencias pedagógicas de la realidad escolar, hemos desarrollado, con la aportación de otros catequistas, una adaptación metodológica que puede resultar de gran utilidad en la catequesis escolar y, especialmente, en la catequesis parroquial.
PRESENTACIÓN^ DEL TEMA J JEQUÍSTICO > # CATEQUÍSTICO
t OBJETIVOS
Estructura básica de la catequesis
4ACTIVIDADES PARA COMPARTIR EN FAMILIA
pistribuciór^ j t e j y j e j m | ^
J f Momentosjdel e n c u e n ^ Propongo dividir u organizar el encuentro catequístico en los siguientes pasos o momentos: 92
La duración de cada paso dependerá de la edad de los catequizandos. En nuestro caso, nunca se extenderá, en su totalidad, más allá de los 40 a 50 minutos; incluso, puede ser menos. La oración siempre se hará en el momento de mayor disponibilidad y atención de los niños, es decir en el climax del encuentro. Teniendo presente los períodos cortos de atención en los niños, la primera parte del encuentro (hasta la oración, inclusive) no podrá superar los 15 a 20 minutos. Habrá variantes según las edades. La segunda parte comienza cuando los niños realizan las actividades de expresión de la fe, cuya duración dependerá de las técnicas elegidas. Dado que la "hora clase" oscila entre los 40 y 60 minutos, se sugiere la siguiente distribución del tiempo para cada una de las etapas ya mencionadas: 93
Nunca valoraremos suficientemente la importancia de una buena motivación para el desarrollo del aprendizaje catequístico. Muchas veces una motivación adecuada es la clave que nos permite abrir o predisponer el corazón del niño para recibir mejor el mensaje del Evangelio. • Finalidades de la motivación La motivación tiene tres finalidades específicas: 1. Conectar con la vida Esta es la principal finalidad de toda motivación. En catequesis, la motivación no busca otra cosa que hacer que la vida surja y se manifieste tal cual es. La situación de vida de los niños debe aparecer o aflorar con naturalidad. Hay motivación siempre que los niños sintonicen con lo que están viviendo, con lo que les está pasando en esta etapa de sus vidas, es decir, con el crecimiento y descubrimiento de todo lo que les rodea. En este sentido, la ambientación y preparación física del lugar juegan un papel importante. El catequista siempre procurará ambientar previamente el salón, los objetos, la disposición de las cosas para que todo predisponga positivamente a los niños. El catequista y los niños deben saber, deben vivenciar que el encuentro u "hora" de catequesis es importante. Por esto, la ambientación previa del lugar y la preparación de los niños son imprescindibles.
Vamos a analizar detenidamente cada paso o momento, sin perder de vista que cada uno de ellos forma parte de un todo "indiviso" que es cada sesión o encuentro catequístico. I Primer momento: la motivación o incentivación La incentivación o motivación consiste en despertar el interés del niño por cada tema. Incentivación y motivación son dos caras de una misma realidad. La incentivación es el proceso externo mediante el cual se logra que el niño se motive. Consiste en desarrollar, despertar el interés o movilización interior. La motivación es interna a la persona. 94
Detectar cuál es la situación vital de los niños en ese momento para trabajarla en la catequesis, implica una actitud de búsqueda y de oración constantes por parte de los catequistas. 2. Despertar el interés Cuando alguien tiene interés en algo o por algo, coloca su persona en tensión hacia ello y sus energías se orientan a alcanzarlo. Un niño motivado adecuadamente, no solo se interesará por el tema en cuestión, sino que participará plenamente de la catequesis y, por lo tanto, tendrá una experiencia nueva. 3. Evitar la dispersión
y la falta
de
atención
Todas las personas necesitan estar motivadas cuando hacen algo, mucho más los niños. Es evidente que resulta muy difícil cambiar de ae95
tividad así como si nada. Los niños, los adultos también, necesitan olvidarse de la actividad anterior, desconectarse de lo que venían haciendo y ambientarse a la nueva situación. Esto es verdad aún más, cuando se trata de entrar en un clima de encuentro con Dios y con demás. La motivación se transforma en ambientación previa, en predisponer los corazones para dejar actuar a Dios. De ahí, su gran importancia en la catequesis. Toda motivación debe ser pensada en función de los objetivos y del tema propuesto; y no al revés. Por lo general, no se puede prolongar más allá de cinco minutos. • Formas de motivación o incentivación Conviene aclarar que este es un campo tan inmenso como la creatividad humana. Desde el acontecimiento o situación más insignificante hasta un gran despliegue de medios, todo puede servir para motivar en catequesis.
• • • • • • • •
Un simple hecho de vida, bien trabajado, o una pregunta acertada pueden ser más útiles que el más complejo audiovisual. Todo es cuestión de desarrollar la creatividad y de estar atentos a lo que el Espíritu Santo inspire.
• • •
He aquí una lista de posibles técnicas de motivación. Muchas de ellas se emplean a menudo, también en la tarea escolar.
•
Con un poco de imaginación, se las puede adaptar fácilmente a la pedagogía de la fe. Son solo sugerencias sacadas de la propia reflexión y derivadas de la práctica catequística. Técnicas de motivación • Preparación física del lugar y ambientación previa: Colocar todo en función de lo que se va a realizar. • Partir de un hecho de vida: Real, inventado o adaptado. Consiste en partir de un hecho o situación de vida que toque muy de cerca a los niños y, reflexionar sobre ello. (Por ejemplo: cumplir años, una fiesta, una anécdota, una observación de la vida diaria, etc.) • Cuentos, historias, parábolas: En la catequesis de niños (y no tan niños...) son muy útiles y adecuados. Lo importante es que tengan un 96
• • • •
contenido catequístico profundo, distinguiendo siempre fantasía de realidad. Las historias no solo hay que contarlas, sino que a los niños les encanta que las dramaticemos con todos los sentidos. Narraciones bíblicas: Deben presentarse como hechos reales y bien diferenciados de los cuentos y leyendas. Dramatizaciones de hechos, historias o parábolas. Preguntas dirigidas. Visitas a la capilla o dar la catequesis en un lugar distinto del habitual. Láminas, pósters, dibujos, imágenes, murales, afiches, cliparts.... Papelógrafo, rotafolio, franelógrafo. Fotorrelato o fotolenguaje. Fotopalabra. Títeres o marionetas: Hay que tener especial cuidado en lograr que los niños no queden "enganchados" solo con los títeres; lo importante viene después, con la explicación del mensaje evangélico. Canción: cantarla con los niños, para luego analizarla. Diapositivas, filminas, videos, montajes audiovisuales. Música, guiones de radio, grabaciones: No hay que descuidar la comunicación sonora. Experiencias sensoriales de todo tipo: Partiendo de cualquiera de los sentidos. Por ejemplo: descubrir el signo de la luz y tinieblas a partir de experiencias directas de luces y penumbras. juegos dirigidos y libres. Dinámicas especiales. Poesías, narraciones, relatos, cuentos. El factor sorpresa: Cambiar algo de lugar, ocultar algo; el cambio, salir de lo común. Por ejemplo: tapar una lámina de Jesús y descubrirla en el momento oportuno.
Estas y muchas actividades más pueden servirnos para despertar el interés de los niños. ¡Ojo!, no debemos perder de vista que la motivación tiene como principal finalidad predisponer a los niños a recibir el mensaje evangélico. Se puede correr el riesgo de que la motivación supere técnicamente al mensaje y los niños se queden más pendientes de ella que del tema ca97
tequístico. Por ejemplo: si a los niños les hacemos traer videojuegos de bolsillo para que vivencien todo lo que pueden hacer con las manos, es muy probable que la actividad los atrape de tal manera que no quieran desprenderse de los juegos electrónicos. La motivación siempre debe subordinarse &\ mensaje y no al revés.
periencia del encuentro con Dios, por no decir, la transmisión testimonial de la persona, se expresa de manera plena cuando se la comunicamos vitalmente a otros con nuestros propios gestos y palabras, jesús mismo eligió la palabra como un medio privilegiado para su acción evangelizadora.
| Segundo momento: presentación del tema
3 Tercer momento: la oración
Después de la motivación, es evidente que viene enseguida la presentación del tema. Este es el momento de la profundización e iluminación del tema o mensaje catequístico. Es aquí cuando se presenta y explícita el contenido de fe correspondiente al tema.
La oración personal y comunitaria constituye el momento central del encuentro catequístico. Tiene que ser el climax o momento culminante de la catequesis.
*• Ideas esenciales: Se han de dar pocas ideas, que sean centrales, claras, simples y bien explicadas y que abarquen los contenidos esenciales de la fe con respecto al tema en cuestión.
• Momento apropiado Si bien puede realizarse la oración en cualquier momento, siempre aconsejo que se haga justo después de la presentación del tema, por varias razones:
*• Fidelidad al mensaje: Siempre hay que procurar gran fidelidad al mensaje evangélico, presentándolo sin miedos ni exageraciones, pero con realismo, sencillez y exactitud.
• Después de la motivación y la presentación del tema catequístico, los niños se encuentran ambientados, ya están en sintonía con las cosas de Dios y predispuestos para escuchar su Palabra.
• Lo esencial: Debido a los cortos períodos de atención de los niños (no olvidemos que ya utilizamos de 3 a 5 minutos para la motivación), este período no podrá extenderse más allá de otros 5 minutos. Por esto, el catequista deberá limitarse a transmitir lo esencial del mensaje.
• Si la atención de los niños puede extenderse a un máximo de 15 a 20 minutos, es precisamente a los 15 minutos, cuando se encuentra en su mayor rendimiento y concentración.
• Fuerza testimonial: Se evitarán las explicaciones grandilocuentes y complicadas. Lo importante aquí no es la cantidad de contenidos sino la fuerza testimonial con que se transmite. Por lo general, estos contenidos catequísticos tienen que concentrarse o resumirse en pocas frases. • Palabra y gesto del catequista: En algunos casos, se podrá directamente trabajar sobre narraciones bíblicas o parábolas, pero, en la mayoría, la explicación del mensaje se dará a través de las palabras y gestos del catequista. • Transmisión por la palabra: No perdamos de vista la importancia que tiene la palabra en la catequesis. La transmisión oral de la ex-
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• Si se tiene la oración al comenzar el encuentro, es muy probable que la dispersión y desconcentración que traen los niños hagan casi imposible la misma. Lo propio sucedería si se realiza al finalizar el encuentro, estarán cansados y sin ganas de rezar. • Lugar central de la oración La oración debe ocupar el lugar central de la catequesis. Todo lleva a los niños para que la vivan con la mayor intensidad posible. La actitud del catequista es fundamental al respecto. Para los niños y para el catequista tiene que ser algo muy importante y distinto. La postura, los gestos, el ambiente..., todo debe llevar a la oración. Para jerarquizar la oración y valorarla como corresponde, es imprescindible respetar y educar el sentido del gesto y la actitud religiosa.
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Los niños tienen que diferenciar perfectamente el momento de la oración de los otros momentos. • Papel del catequista El rol del catequista es irreemplazable para lograr este clima de oración. Él es el primero que debe entrar en oración junto con sus niños. Es necesario jerarquizar este momento con los gestos propios, realizados lenta y ceremoniosamente, la voz pausada, suave y serena, la posición corporal, los cantos...; todo lo que se haga en este momento debe irradiar serenidad y paz. • Otros elementos • Nunca hay que forzar a los niños a rezar sino que se ha de respetar su ritmo y contagiarles el gusto por la oración. • Antes de orar, hay que hacer que el niño tome conciencia de lo que se va a realizar. Procuremos que estén bien sentados, derechos, relajados, cómodos y sin molestarse; que todo el cuerpo y la mente estén orientados hacia lo que van a realizar. • No pueden faltar ni la oración silenciosa ni la oración comunitaria. (Ver capítulo sobre Iniciación a la oración). • La oración no debe prolongarse más allá de 5 minutos. A medida que los niños la asimilen, podrán dedicar algunos minutos más. • Ritmo básico para la oración Si bien no existe un esquema para rezar y cada grupo lo hará a su manera, convendría respetar un ritmo básico, para que los niños vayan interiorizando la oración. Su estructura podría ser la siguiente: Esquema para la oración • Sentarse bien, relajados y cómodos. Hacer silencio con "todo el cuerpo". • Realizar la señal de la cruz, lenta y ceremoniosamente. • Cantar alguna canción apropiada. • Proclamación de la Palabra de Dios, breve y con gran respeto. • Breve reflexión del catequista. 100
• Oración interior y silenciosa. • • • •
Intenciones libres, peticiones, agradecimientos... Algún gesto comunitario... Canto de finalización. Señal de la cruz.
Véase un esquema aplicado a cada edad desde los 6 a los 12 años en los seis Manuales de oración para niños (PPC, 2004). Han pasado de 15 a 20 minutos y los niños ya está "pidiendo" un cambio de actividad, un cambio de lugar. Necesitan expresar lo que acaban de vivir de una manera diferente. 4 Cuarto momento: las actividades de expresión de la fe • Sentido de las actividades En el capítulo sobre Planificación anual, desarrollamos el concepto de actividades de expresión de la fe. Allí veíamos la importancia que tiene para los niños la identificación experiencia de fe - expresión de fe. Para los niños y chicos, las actividades de expresión de la fe son una forma de revivir lo que acaban de celebrar en la catequesis. Convendría releerlo nuevamente. En este capítulo, realizamos una clasificación y descripción de las diferentes formas de actividades de expresión religiosa. Es muy importante tener presente que el objetivo de estas actividades en la formación religiosa no es la realización técnicamente perfecta de la actividad. Lo que se pretende es que el niño exprese sus vivencias, tome conciencia de aquellas realidades religiosas que está viviendo y lo manifieste desde la fe, en su relación con Dios, con los demás y con el mundo que lo rodea. Debemos cuidar que el niño integre las técnicas de expresión y los materiales que se han introducidos en su tarea escolar; de este modo, se encuentra familiarizado con dichas técnicas y no se dispersa. Muchas de estas actividades exigen preparación previa de los materiales y recursos. Esta preparación siempre se realizará antes de las sesiones catequísticas. 101
Algunas de las actividades que aquí se indican son para que las desarrolle el catequista con la participación de los niños; la mayoría de ellas están para que las realicen los niños directamente.
• El mural o póster: Realizado entre todos los niños o por grupos. Puede hacerse con la aportación de dibujos o recortes de cada niño; a partir de un tema común y distribuyendo tareas entre ellos.
• Clasificación de las actividades de expresión de la fe
• El modelado: Con cualquier material: plastilina, pasta de sal, caucho, etc.
Siempre es difícil realizar una categorización ya que, por lo general, la realidad se empobrece con la misma. Sin embargo esbozamos una clasificación o, mejor dicho, una enumeración de las actividades que más se adaptan a la expresión de la fe, agrupándolas en actividades de:
• El trabajo con material desechable: Corchos, palillos, telas, fibras o cualquier tipo de material de desecho.
• • • •
Comunicación Comunicación Comunicación Comunicación
visual o expresión plástica. o expresión sonora. o expresión corporal. audiovisual o expresión dinámica.
• Las láminas e imágenes: Bíblicas, clásicas, modernas...
Las actividades de comunicación audiovisual o expresión dinámica potencian el lenguaje total en los niños. En ellas se expresa y se manifiesta toda la persona. Son las más completas para utilizar en la catcquesis. Esta enumeración de actividades posibles no pretende ser exhaustiva, hay muchas más. Solo quiero que se tenga una pequeña idea de todo lo que se puede hacer en catequesis además de "un simple dibujo". Es necesario recordar que la palabra clave, cuando se habla de actividades, es seleccionar. Es decir, elegir aquella actividad que mejor ayuda a los niños a expresar la fe que están viviendo. 1. Actividades
de comunicación
visual o expresión
plástica
• El dibujo con cualquier tipo de material y/o técnica. Según el tema tratado en el encuentro, algunas veces será libre; otras, ligeramente orientado. Nunca un dibujo copiado, estereotipado o excesivamente dirigido. Por supuesto que siempre responderá al tema de la catequesis. Es importante que los niños se incluyan dentro del mismo. • La pintura con pincel u otras variantes. • La dáctilo-pintura o pintura con las manos. • La impresión: Con diversos materiales como patatas, hojas de plantas, corchos, etc. • El collage: Con cualquier tipo de material. 102
• El plegado y otros trabajos con papel, como por ejemplo: recortar figuras con los dedos, papel de diario; arrugado o hecho en bollos, que consiste en hacer bollitos pequeños con papel crepé de distintos colores; picado, con papel glasé y punzón, etc. • Diapositivas, filminas: San Pablo y Ediciones Paulinas, Ediciones Don Bosco y CCS (salesianos), de La Salle... • Rotafolio o papelógrafo: Colección portátil de varios carteles de idéntico tamaño, unidos por argollas o hilos, con sucesión lógica. Cada rotafolio se hace para un solo tema. • Los libros o álbumes ilustrados: Posibilidad de contar los relatos mientras todos contemplan las imágenes y trabajo posterior con técnicas de animación a la lectura. • El franelógrafo: Es un cuadrado grande de franela, fácil de colgar y enrollar. Se confeccionan figuras en papel o tela y se coloca detrás de cada una de ellas papel de lija o velero. De esta manera las figuras son de "quita y pon". El resultado de las historias o composiciones puede ser interesante. • Las carteleras: Se colocan en lugares visibles. Para no perder su sentido, deben renovarse periódicamente. • El fotolenguaje o fotopalabra: Colecciones de fotos de la vida. • Montajes y vídeos: Hoy en día, hay un mercado muy amplio de este material. 2. Actividades
de comunicación
o
expresión sonora
• El silencio: Efecto esencial q ue va dando ritmo y profundidac a la expresión y a la celebración. • Las oraciones memorizadas o repetitivas: Forman parte de a transmisión oral de la memoria de la Iglesia y son fórmulas de carácter 103
universal, que los niños tienen que ir incorporando poco a poco. Se trata de oraciones tradicionales, litúrgicas y bíblicas como el padrenuestro, avemaria, gloria de la misa, credo... • El uso de la palabra: La exposición y explicación de un tema, la conversación con los niños, la transmisión de una vivencia personal son de gran valor en la catequesis. Muchas veces, una palabra sincera, justa y acertada vale más que la mejor de las técnicas. • Las narraciones: De hechos bíblicos, de historias relacionadas con la catequesis, de acontecimientos de la vida diaria, etc. • Los cuentos con contenido catequístico: Los niños se sienten muy interesados por ellos. Lo importante es no quedarse en el cuento mismo sino, adentrarnos en el contenido catequístico. Se pueden crear cuentos con los mismos niños. • Las grabaciones: Muchos de estos cuentos, relatos, narraciones podrán ser grabados previamente en un cásete con música de fondo o adquirir grabaciones ya hechas. Siempre resulta novedoso. • El teatro leído: Sacado de relatos bíblicos o de pequeñas obras actuales. • La música en todas sus formas: Es un recurso muy valioso y poco utilizado, por desgracia, en catequesis. • Las canciones: De contenido religioso, catequístico o con valores humanos. En todas las sesiones de catequesis se ha de cantar. • La lectura expresiva de textos actuales, poemas escogidos, etc. • La narración de experiencias por los mismos niños. • Poemas y poesías: De gran valor en la búsqueda de la belleza, sobre todo las de contenido catequístico. 3. Actividades • • • •
de comunicación
o
expresión corporal
Los gestos: tienen un valor irreemplazable en la catequesis infantil. Aplausos, ademanes y otros gestos expresivos. La postura corporal: Múltiples posibilidades de expresión con e cuerpo. La expresión facial: tomada como expresión de la persona al servicio de la comunicación. • El mimo: teatro mudo en el que se combinan 1a postura corporal, la expresión facial y la mímica para transmitir un mensaje.
104
• Las "estatuas" o grupos escultóricos inmóviles: Realización de representaciones inmóviles con grupos de niños, haciendo como si fueran estatuas y expresando un mensaje determinado. • Los desplazamientos y juegos rítmicos al son de la música. • Los cuentos o relatos con mímica. 4. Actividades'de o expresión
comunicación dinámica
audiovisual
• La oración personal y comunitaria. • Las celebraciones de la Palabra. (Ver el apartado especial en el capítulo Vil sobre Iniciación litúrgica.) • Las dramatizaciones: Son pequeñas representaciones que realizan los niños, de gran ayuda para la catequesis. Si ellos mismos las crean, con la orientación de los catequistas, mejor. • Los audiovisuales: Son de gran utilidad. En muchas casas y librerías especializadas hay gran variedad en alquiler; abarcan distintos temas catequísticos. Asimismo, hay que destacar la creación de audiovisuales por los niños, sobre todo, los de i o años en adelante. Emplear diferentes técnicas: sacar fotos de los dibujos de los niños y compaginarlos posteriormente, trabajar sobre papel vegetal, celofán, hasta con radiografías "lavadas" con lavandina o lejía, etc. • La carpeta de actividades o cuaderno de encuentros de catequesis de los niños: Es muy importante que el niño pueda tener su propia carpeta o cuaderno de actividades de catequesis. Dicha carpeta tiene que ser una de las más valoradas por el catequista, por el significado que encierra para el niño. Considero muy acertado tener una carpeta o cuaderno especial, solo dedicado a la catequesis, donde el niño vaya guardando todos sus encuentros y trabajos de catequesis. • Imaginar hechos evangélicos: Jesús y los niños, el joven rico, el buen samaritano... (Véase J. M. GARCÍA DE DIOS, Rezo con el evangelio cada día, PPC, 2004.) • Los cantos con gestos: Constituyen una de las expresiones más apreciadas por los niños, que involucran a toda la persona. Es fácil inventarlos. Conviene cuidar que los gestos no repitan exactamente lo que dicen las palabras, que tengan su autonomía. 105
• El teatro de títeres o marionetas: Los niños participan con entusiasmo inusitado en estas representaciones. Elegir un títere que siempre nos hable de las cosas de Dios puede ayudarnos mucho. Es importante no "gastarlo" por el uso exagerado que se hace de él. • Los vídeos de temas catequísticos: Al igual que con los audiovisuales todavía no hay suficientes, pero siempre se puede, con creatividad y responsabilidad, obtener realizaciones aceptables; en especial, si trabajan y participan los mismos niños. • El fotorrelato, fotolenguaje o fotopalabra: Consiste en mostrar una historia o acontecimiento significativo para la catequesis, a través de fotos hilvanadas por un relato, acompañadas de la palabra. • Historietas y dibujos animados: Los dibujos animados tienen una gran capacidad de atracción sobre los niños. Si bien los que se relacionan con la catequesis son muy escasos, habría que iniciarlos a través de historietas relatadas por los catequistas, con pocas viñetas y de gran tamaño. • Teatro de sombras y representaciones: Realizadas por los adultos para los niños, con temas catequísticos. • La danza y el baile: En muchos lugares, el baile religioso constituye un medio privilegiado de expresión popular. • "Pequeña plástica": Es la construcción de objetos en tres dimensiones utilizando todo tipo de material (material de desecho, elementos de la naturaleza, cartulinas marcadores, etc.). Por ej.: armar un pesebre, representar la creación de los animales... • Padrinazgos: Chicos o niños mayores que hablan de Dios a los más pequeños y los acompañan en algunas experiencias religiosas. • Experiencias directas: Mirar, ver, oír, contemplar, gustar, tocar, meterse dentro, buscar, plantar, cuidar, etc. Son importantísimas para que los niños puedan vivir y aprender desde la fe. • Jornadas, salidas, convivencias: Con la presencia de padres y familiares. Visitas a la capilla, a una gruta o ermita de la Virgen, etc. • Campamentos: Es quizás una de las experiencias más integradoras y motivadoras para los niños y sus padres. El campamento tiene que ser una experiencia vital del encuentro con Dios, con los demás, con la naturaleza y con uno mismo. 106
5 Quinto momento: actividades para compartir en familia Toda catequesis con niños tiene que tener su prolongación en el hogar. En realidad, tendría que ser a la inversa: la catequesis parroquial, una prolongación de la catequesis familiar. Lamentablemente no siempre es así y, muchas veces, será a través de los niños como renovaremos la fe de los padres. Por otra parte, si se tiene en cuenta el ritmo de asimilación de los niños, siempre será conveniente que compartan con sus padres lo vivido en los encuentros de catequesis. Al elegir las actividades procuraremos que den pie y se transformen en auténticas ocasiones para que los padres, los abuelos, los hermanos y otros familiares puedan compartir sus propias experiencias de fe con los niños. En este sentido, hay que evitar ser pesados eligiendo actividades engorrosas o muy complicadas. Pequeños gestos como: compartir una canción, una oración, visitar una iglesia y llevar una flor a la Virgen o una simple conversación puede servir muy bien a nuestro propósito. Sería muy aconsejable que entreguemos material a las familias para que acompañen este proceso: hojas con las canciones que utilizaremos durante el año, oraciones, los temas catequísticos desarrollados brevemente y una lista de libros que consideremos importantes. No olvidemos que si a nosotros nos cuesta, a las familias, mucho más, y es nuestro deber invitarles a esta tarea. Proponemos, a modo de ejemplo, algunas actividades para compartir en familia. Actividades para la familia • Buscar en casa, con padres, una foto del grupo familiar donde estemos todos contentos. Colocar la foto en un marco, adornarla y llevarla a la catequesis para el tema Todos tenemos una familia. • Después de tener la letra, cantar juntos, en familia, la siguiente canción u otra similar: "Te doy gracias, Señor, por tu amor, no abandones la obra de tus manos. ¡Aleluya! ¡Aleluya!" (Salmo 137) 107
• Esta noche, antes de acostarnos, rezar juntos la siguiente oración u otra apropiada: "Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía. Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía. Jesús, José y María, con vos descanse en paz el alma mía." • Esta noche, antes de acostarnos, rezaremos con mamá o con papá especialmente por algún compañero que está necesitando de nuestras oraciones. • Buscar en casa y llevarlo a la catequesis, junto con los padres, un juguete o libro, para regalarlo a otros niños que lo necesitan. Junto al juguete preparamos una nota con un dibujo, dirigida al niño que lo va a recibir, donde le contamos lo contentos que estamos de compartir la amistad de Jesús. • Compartir con los padres la alegría de ser amigos de Jesús, cantando con ellos: Yo tengo un amigo que me ama, su nombre es Jesús. • Buscar con mis hermanos, primos o amigos (y con la ayuda de mamá) fotos de revistas de las cosas hermosas creadas por Dios y llevarlas el próximo encuentro. • Conversar con los abuelos sobre la Virgen María. Juntar con ellos unas hermosas flores para llevárselas a la Virgen de cualquier capilla o templo del barrio... • Buscar con los padres un lugar especial, dentro de la propia casa, para colocar la imagen de Jesús que pintamos en la catequesis. Podemos agregar alguna vela o una flor. Cuando el rincón de oración esté listo, rezamos todos en familia un avemaria u otras oraciones, sin olvidar agregar nuestras intenciones particulares. • Ver fotos del propio bautismo con los padres. Conversar con ellos sobre ese momento: quiénes son los padrinos, por qué los eligieron, qué significó para ellos ese momento, etc. Realizar juntos una oración agradeciendo a Dios la fe. • Confeccionar alguna pieza del belén o pesebre con material desechable. La presentaremos a Dios, el día a las horas, en la celebración de la Palabra a la que estamos todos invitados. El catequista indicará qué pieza presentará cada familia, por ejemplo oveja, pastor, etc. 108
Como ven, se pueden realizar múltiples y variadas actividades para comprometer a la familia con la catequesis, aparte de las reuniones periódicas de padres. Las reuniones de padres son un momento privilegiado para formar y ayudar a toda la familia a renovar su fe cristiana. Estas reuniones deben ser cuidadosamente preparadas. Por tanto, deben ser pensadas como una oportunidad u ocasión propicia para hacer, de alguna manera, catequesis de adultos. Para el desarrollo de las reuniones, es necesario tener en cuenta: el horario, las invitaciones (con hora de inicio y de cierre), la puntualidad, la duración, el espacio físico apropiado y la ambientación. Pero sobre todo, tiene que haber un espacio para la oración personal y comunitaria, así como momentos bien definidos para la profundización de la fe. Es conveniente que todo lo relacionado con cuestiones secundarias ocupe poco tiempo de la reunión y se entregue por escrito, preferentemente al concluir la reunión, para así dedicar mayor tiempo a lo esencial. F § LA EVALUACIÓN _DE C A D ^ ^ C U E N T R O _ _ Al finalizar cada catequesis, es importante que el catequista evalúe si los niños han alcanzado los objetivos propuestos o no. La mayoría de las veces, esta evaluación se realiza por la simple observación directa. No obstante, el catequista podrá seguir la guía propuesta en el capítulo anterior para la evaluación de la catequesis. A pesar del método, que ayuda, lo más importante sigue siendo la transmisión de la experiencia testimonial del catequista. Cada encuentro debe ser necesariamente "rumiado" en la oración previa ante el Señor, para que abra los corazones de los niños e ilumine los nuestros, de manera que su presencia salvadora siga actuando por medio de nosotros. 0
EL CUADERNO O CARPETA DEL CATEQUISTA
Un instrumento que ha resultado de muchísima utilidad a todos los catequistas y docentes catequistas con los que he trabajado es el cuaderno o carpeta de encuentros catequísticos. 109
Este cuaderno viene a ser algo así como la carpeta didáctico-pedagógica, que se utiliza en las áreas de aprendizaje escolar. En mi experiencia, es mejor usar un cuaderno de tamaño grande que una carpeta, aunque cada uno elegirá lo que mejor se adapte a su forma de trabajo. Este cuaderno catequístico unifica toda la preparación de la tarea catequística en un solo lugar. De alguna manera, al terminar cada año la labor, uno podrá tener su "propio libro" o "guía catequística".
Portada Objetivos generales del episcopado Objetivos institucionales Objetivos generales de la catequesis para el presente año Planificación anual Desarrollo de los núcleos catequísticos *• Núcleo r a t p n n k t i r n n ° v Tpma
1 Contenido del cuaderno En este cuaderno colocaremos todo lo que concierne a nuestra tarea catequística: los cantos, los recursos, las oraciones, las planificaciones de objetivos, contenidos, actividades, celebraciones... y mil aspectos más. El cuaderno es un medio de expresión personal del catequista y cada cuaderno debería mostrar las "huellas" de quien lo ha elaborado.
Primer encuentro
Contenido del cuaderno de catequesis
Segundo encuentro
Tema
• Objetivos: En primer lugar, luego de la portada, colocaremos los objetivos generales para la catequesis de niños del Episcopado, los objetivos institucionales (si los hubiere) y los objetivos generales del año para nuestra catequesis.
Tercer encuentro
• Planificación anual: A continuación, ubicaremos la planificación anual desarrollándola tal y como vimos en el capítulo IV. • Núcleos y sesiones: Después de la planificación anual, iremos situando los núcleos catequísticos, con sus respectivos encuentros o sesiones catequísticas desarrolladas semanalmente.
Quinto encuentro
• Celebración: Al finalizar cada serie de encuentros, se colocará la celebración de la Palabra correspondiente a tal núcleo. Claro está que estos encuentros se irán planificando semana a semana, de acuerdo con el orden preestablecido en la planificación anual. De esta manera, el cuaderno se completará paulatinamente a lo largo del año, permitiendo realizar las correcciones y adaptaciones que se consideren pertinentes. Convendría respetar siempre un esquema fijo a lo largo del cuaderno, que bien podría ser el siguiente: 110
Motivación
Presentación del tema
Actividades Oración
Expresión de la fe
En familia
Cuarto encuentro Celebración de la Palabra
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Y así sucesivamente hasta ir completando, semana a semana, todos los encuentros del año...
3£ Algunos ejemplos No quisiera terminar este capítulo sin mostrar algunos ejemplos de planificación semanal. Desarrollaré aquí tres modelos de preparación de un encuentro catequístico. Estos tres núcleos son un ejemplo de cómo se puede trabajar. No olvidemos que al finalizar cada núcleo hay que realizar la celebración de la Palabra correspondiente. 111
• NÚCLEO CATEQUÍSTICO: MI CUERPO, UN REGALO DE DIOS • Destinatarios: Niños de 4 a 6 años.
• NÚCLEO CATEQUÍSTICO: LOS SIGNOS Y EL BAUTISMO *• Destinatarios: Niños de 8 a 9 años.
Primer encuentro
Dios nos da la vida y nos hace crecer porque nos ama.
Primer encuentro
Dios me quiere y me regala un nombre.
Segundo encuentro
Gracias, Dios, porque nos diste los sentidos!
Segundo encuentro
El agua nos hace pensar en Dios.
Tercer encuentro
Las manos son un regalo de Dios.
Tercer encuentro
El Bautismo, elementos constitutivos.
Cuarto encuentro
Soy capaz de amar, pensar, sentir y crear.
Cuarto encuentro
Por el Bautismo nos hacemos hijos de Dios.
Celebración
Damos gracias a Dios por nuestro cuerpo.
Celebración
¡Gracias, Señor, porque nos hiciste hijos tuyos!
*• Desarrollaremos el segundo encuentro: ¡Gracias, Dios, porque nos diste los sentidos! Motivación A través de juegos, el catequista podrá iniciar a ios niños en el descubrimiento de los sentidos: buscar una fuente sonora, reproducir sonidos conocidos, tocar elementos de diferentes texturas, probar alimentos, ver láminas, oler; etc.
Presentación del tema Conversar con el grupo poniendo énfasis en: • Los cinco sentidos son un hermoso regalo de Dios. •Nos
permiten relacionarlos con el mundo externo y con los demás. • La utilidad, belleza e importancia de cada uno de los sentidos. • Por y con los sentidos podemos alabar a Dios.
112
Oración
Actividades Expresión En familia de la fe
Realizar Los niños se sentarán bien, un collage relajados y en silencio. Lenta con material y ceremoniosamente se realizará de desecho, la señal de la cruz; luego, se escuchará la lectura donde de la Palabra de Dios, alabemos y que proclamará el catequista: agradezcamos "Lo revistió de una fuerza semejante a Dios por a la suya y lo hizo según su propiaregalarnos los sentidos; imagen. o realizar con Le dio lengua, ojos y oídos; la técnica de el poder de discernir y de pensar dáctilo-pintura y un corazón para amar. un regalo El colmó a los hombres para Dios, de saber, de entendimiento en acción de y les mostró el bien y el mal." gracias por (Eclesiástico 7,3.6-7) los sentidos Se hará un breve momento de que nos silencio interior y cada uno pensará ha dado. cómo agradecer a Dios porque puede oír, gustar, oler y tocar. Luego expresarán verbalmente lo que se ha reflexionado diciendo: "¡Gracias, Dios, porque puedo...!" Finalizado este momento, todos tomados de las manos, mostraremos alegría cantando: Yo tengo un Dios muy grande, Pon tus manos en las manos del Señor de Galilea, u otro canto apropiado.
En casa, con toda mi familia cantamos la canción, expresada con gestos, Pon tus manos en las manos del Señor de Galilea, y le pedimos a mamá y papá que nos expliquen el significado de la canción. (Asegurarse de que los papas tengan la letra y la conozcan.)
*• Desarrollaremos el tercer encuentro: El Bautismo, elementos constitutivos. Motivación Visitar el templo y ubicarse en torno a la pila bautismal. Conversar con los niños sobre lo que saben de sus bautismos o de otros bautismos que hayan participado.
Presentación del tema
Oración
Actividades Expresión En familia de la fe
Ubicar a los niños sentados en De vuelta al semicírculo alrededor de la pila salón, entre bautismal. Una vez en silencio, todos haremos realizar todos juntos la señal un resumen de la cruz. A continuación se de lo más leerá la Palabra de Dios: importante "Id y haced que todos los que estuvimos pueblos sean mis discípulos. conversando. • El ritual del Bautizadlos, en el nombre del Realizaremos Bautismo Padre, del Hijos y del Espíritu | un dibujo, de niños. Santo y enseñadlos a cumplir ¡con las partes Partes todo lo que yo os he ¡centrales del centrales. encomendado. Yo estaré con ¡Bautismo y •La vosotros hasta el fin del mundo." sus nombres. participación (Mt. 28,20) de padres y padrinos. Al concluir la lectura se mantendrá al grupo en silencio • Las para alabar y agradecer a Dios promesas por habernos elegido como bautismales. hijos suyos. Realizaremos todos juntos una señal de la cruz lenta y ceremoniosa con el agua bendita de la pila bautismal (explicar previamente el sentido del sacramental). Finalizaremos acompañando con gestos la canción Hay un río de vida, Una nueva vida u otra similar. El Bautismo. La pila bautismal. Signos: el agua, la luz y el nombre.
Vemos en familia las fotos o vídeo de nuestro Bautismo. Conversar con padres cómo fue nuestro Bautismo. ¿Qué sintieron en ese momento? ¿Cómo eligieron a nuestros padrinos? Y otras preguntas que surjan naturalmente. Concluimos rezando en familia una oración de acción de gracias por nuestro Bautismo y por la fe que nos dieron nuestros padres y padrinos. Nos comunicamos con nuestros padrinos para contarles lo que hicimos. 113
• NÚCLEO CATEQUÍSTICO: ¡SOMOS MIEMBROS DE LA IGLESIA! Primer encuentro
Jesús reúne a sus amigos.
Para saber más t-
• Destinatarios: Niños de 11 a 12 años. Segundo encuentro
La Iglesia es el Pueblo de Dios. La organización de la Iglesia.
Cuarto encuentro
Todos formamos parte de la Iglesia.
Celebración
¡Juntos, construimos la Iglesia!
-
Conversar con La Iglesia, los niños sobre Pueblo los distintos de Dios. miembros de la Los obispos, Iglesia que sucesores de ellos conocen: los apóstoles. el Papa, El Papa. algún obispo, La organización sacerdote de la Iglesia. o religioso. Las diócesis. A partir de la Las parroquias. conversación, realizar Todos preguntas formamos sobre los parte conocimientos de la Iglesia. que tienen de la • Distintos organización movimientos de la Iglesia. de Iglesia en que podemos participar.
114
_
\
_
Stella, Buenos
C O M I S I Ó N EPISCOPAL DE ENSEÑANZA y CATEQUESIS DE ESPAÑA, Formación
religio-
sa preescolar, EDICE, M a d r i d , 1981. - CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, Lineamientos en la escuela, Buenos Aires, 1997. - CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, Programación
Desarrollaremos el tercer encuentro: La organización de la Iglesia. Motivación
_
- BECHARA, Araceli, y otros, Dios está conmigo. Guía catequística, Aires, 1988.
Tercer encuentro
Presentación del tema
-•
Actividades Expresión En familia
Oración
gios primarios l
currículares para la catequesis de la catequesis áe los cole-
y secundarios, Paulinas, Buenos Aires, 1983.
- GARCÍA, Enrique, Comunicación des, Santiago, 1978.
audiovisual
para evangelizar, Editorial Tibería,
de la fe
Hacemos la señal de la cruz. Cantamos la canción Juntos como hermanos u otra similar. Volvemos a cantarla, reflexionando sobre el contenido de su letra. Hacemos un gran silencio para escuchar la Palabra de Dios:
Elaboración en grupos de un afiche que sintetice lo conversado en el encuentro. Exposición de los trabajos.
"La asamblea de los fieles tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba como suyo lo que poseía, sino que todo lo tenían en común. Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho poder y Dios les daba su gracia abundantemente..." (Hch 4,32-35)
Compartir en casa el texto de la canción Juntos como hermanos y el texto de los Hechos, sobre la primera comunidad. Compartir con nuestros padres las veces que nos sentimos miembros de la Iglesia en nuestras
vidas.
Los niños comparten entre ellos la reflexión que este texto les suscita. Rezan por las intenciones del Papa y concluyen cantando de nuevo la canción del principio. Señal de la cruz.
115
CAPITULO VI LA INICIACIÓN AL SILENCIO Y A LA ORACIÓN "La aparición de estas actitudes debe ir acompañada de la educación para la oración. El niño debe aprender a invocar a Dios que nos ama y nos conserva; a Jesús Hijo de Dios y hermano nuestro que nos conduce al Padre; al Espíritu Santo que habita en nosotros y a María, Madre de Jesús y Madre nuestra. Esta educación de la interioridad se hace hoy más difícil, pero más necesaria por la índole de la actual civilización que favorece la dispersión..." Directorio Catequístico General (1971), 78
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La oración es, quizás, la máxima expresión del amor entre la criatura y su Creador. El Bautismo establece una relación de amor de Dios al niño y crea en él el poder de responder a ese amor. Favorecer el crecimiento espiritual del niño significa, pues, ayudarlo a entrar libremente en la reciprocidad de esta relación de amor con Dios. H Desperta L?Ii£M. s J°...P°í.. I
1
Para quienes deseen profundizar más este capítulo, pueden consultar mi obra La iniciación al silencio y a la oración en los niños (Editorial Bonum, Buenos Aires, 2001). Véanse también los seis Manuales de oración para niños (PPC, 2004). 117
La iniciación en la oración no consiste tanto en hablar de Dios, sino en hablar con Dios. Es necesario tomar conciencia para que el proceso catequístico se convierta en una verdadera escuela de oración. De esta manera, se redescubrirá la oración en la propia vida y en la catequesis. Para iniciar en la oración no hay fórmulas escritas o preestablecidas. A rezar se aprende rezando. Es bien evidente que el ejemplo de los adultos será para los niños la mejor iniciación en la oración. El gusto por la oración se contagia, se transmite y se muestra a los demás mediante la alegría que da el vivir en la presencia de Dios. El niño hará de la oración con su Padre Dios un estilo de vida. Cualquier momento, acto u ocasión, todo, puede ser motivo de alabanza y objeto de oración. Desde pequeño, el niño debe interiorizar la presencia de Dios como algo definitivo en su vida. La oración es uno de los mejores momentos que el ser humano posee para vivir con espontaneidad su relación con Dios. Claro está que, en la oración, es el Dios vivo, Padre eterno, que sale al encuentro de sus hijos; por lo tanto, Él tiene siempre la última palabra. La oración es un don y como don debemos pedirle que nos enseñe a orar. "El fin de la catequesis es hacer que el niño se encuentre con alguien: con Dios Padre, que lo ama. Es necesario establecer un contacto personal, que culmine en la confianza y amor filiales..." Bases para la catequesis de iniciación de niños (4.4) Conferencia Episcopal Argentina
y progresiva, de su relación con Dios se va interiorizando en la medida que el niño vive experiencias profundas de encuentro con su Padre Dios. • La grandeza de Dios. Dios es su creador El primer rasgo que descubrirá y vivenciará el niño a través de la oración es la grandeza de Dios. Dios se le revela grande, todopoderoso, creador de todo lo que existe, fuente de toda energía, fuerte (triunfa siempre), omnipresente (está en todas partes). Dios es Señor del cosmos, de la vida y la muerte, de la historia, el único y distinto (Santo), el trascendente. Dios es lo más grande de todo y le llama personalmente a hacerse pequeño, a agradecerle filialmente su creación, a adorarlo. • El amor de Dios. Dios es su Padre La grandeza de Dios está indisolublemente unida a la bondad de Dios. Bondad y grandeza, amor y omnipotencia, no son términos contrapuestos, sino ideas que se refuerzan y complementan. Habrá que asociar con Dios todo lo que para el niño sea fuente de alegría, belleza, luz y gozo. La necesidad de amor del niño tendrá que verse colmada por un Dios que lo quiere, lo ama, lo cuida, lo hace vivir, lo protege y acompaña siempre. La seguridad de saber que Dios está siempre a nuestro lado, aun en los momentos difíciles, es una de las convicciones que más necesitamos en nuestro caminar por este mundo. ¡Ojalá nos acompañe de por vida! • La necesidad de lo absoluto. Dios es "su" Dios
f¡¡ La relación deJos niños con Dios El niño crecerá en la fe con tres certezas adquiridas y vividas desde pequeño: la grandeza de Dios, el amor de Dios y la necesidad de absoluto que tiene el ser humano2. Esta toma de conciencia, paulatina
La necesidad que la persona tiene de admirar lo absoluto, arranca de su afán de grandeza, de su necesidad sobrenatural de Dios, de su deseo de trascendencia. Dios aparece entonces como la plenitud de la criatura, como un ser que responde a las necesidades últimas de su naturaleza y de su vida. De este modo, Dios no será algo impersonal o abstracto. Dios será su Dios, que lo creó, lo eligió y lo ama personalmente.
2
El niño ante Dios, X. LEFEBVRE y L. PERIN, Desclée de Brower (DDB), págs. 107-115.
118
119
El niño se admirará y contemplará a su Creador, a su amigo, a su todo; con su vida le rendirá homenaje de amor y de respeto. La oración no será otra cosa que el diálogo amoroso entre Dios y el niño, entre dos personas que se aman. "Nos hiciste, Señor, para ti y nuestro corazón no descansará hasta hallarse en ti." San Agustín La toma de conciencia de la relación con su Dios marca la necesidad de oración. Si no se despierta en los niños el deseo de orar, la catcquesis pierde sentido. Si la catequesis no llega a una auténtica oración no hay auténtica catequesis. Insisto, la catequesis no se trata tanto de hablar de Dios sino de hablar con Dios. B l LAS DIFERENTES FORMAS DE ORACIÓN Todo cristiano, o mejor, toda persona que sinceramente desea comunicarse con el Señor, experimenta diferentes formas de oración a lo largo de su vida. Las resumimos o agrupamos en torno a tres elementos: • Los momentos reservados a la oración personal. • Una actitud de fe que informa e inspira sus actos diarios.
Aunque existen diversas maneras de hacer oración, podríamos hablar de dos formas básicas: la oración personal o silenciosa y la oración comunitaria. Es decir, la oración individual que cada ser humano realiza con su Dios y la oración compartida con los hermanos en torno a un mismo Padre. 1 La oración personado silenciosa
______
Los niños tienen que acostumbrarse lentamente a lograr espacios de silencio interior. Es decir, tener momentos de comunicación profunda con Dios nuestro Padre. La oración personal y silenciosa es quizás, como dijimos antes, la máxima expresión del amor entre la criatura y su Creador. Sin espacios de oración personal, de oración silenciosa, no hay oración ni auténtica catequesis. El mismo Jesús necesitaba, de vez en cuando, retirarse para estar a solas con su Padre. Lo mismo le sucede a todo cristiano: incorporará a su vida la actitud del orante, de disponibilidad y acogida ante la grandeza de Dios. En este campo, como veremos más adelante, la iniciación al silencio juega un papel insoslayable. El niño, como el adulto, se pondrá delante de Dios, para presentarle sus inquietudes, sus temores y esperanzas, sus peticiones, sus alabanzas, sus acciones de gracias. En todo tiempo, el niño sabe que Dios es su Padre y que nunca lo abandona, aun en los momentos difíciles.
• La celebración comunitaria de esa fe. También el niño tendrá que ir experimentando, desde pequeño, las diferentes formas de oración que han surgido en la historia del Pueblo de Dios. Para cada edad, el niño o el chico conocerá y vivirá una forma nueva de oración. Así, conocerá: - La alabanza por todo lo bello y hermoso que Dios nos da. - La oración de súplica. - La de acción de gracias. - La oración a través del canto, del gesto, del dibujo. - Las oraciones de carácter repetitivo. - Los textos breves de la Palabra de Dios. - La oración personal, etc. 120
§ | La oración c o m u n i t a r i a _ . _ _ _ _ _ _ „ . . „ . _ _ _ . . Los niños necesitan realizar sus primeras experiencias de oración comunitaria, desde pequeños. Ellos se darán cuenta que la comunidad, la familia, los amigos, los demás también están para rezar con uno, para compartir alegrías y dolores, para orar juntos por una intención personal. Un niño, por ejemplo, que pide a sus amigos que recen por su gatito enfermo actualiza un acto salvador del amor de Dios. Los padres tienen la posibilidad y el deber, como cristianos, de iniciar en la oración a sus hijos. La vida de oración de los adultos ¡mpacta a los niños que, enseguida, comienzan a imitar y repetir los gestos y fórmulas de sus mayores. De esta manera, surgen expresiones comunitarias de fe, es decir, momentos de oración junto con otras personas, junto con los demás. 121
Estos momentos de encuentro interpersonal no hacen más que intensificar la certeza de que los otros están a mi lado, compartiendo la misma fe. Así, por medio de la oración comunitaria, el niño conoce: • La oración de alabanza por todo lo bello y hermoso que Dios da y regala constantemente a los hombres a través de la Creación. • La oración de súplica y petición: que no solo presenta ante Dios todas nuestras necesidades, angustias y miedos sino que nos solidariza con el resto de los hombres, especialmente con todos aquellos a quienes tenemos presentes en nuestras oraciones. • La oración de acción de gracias: expresa nuestro continuo agradecimiento por todo lo que Dios nos regala y realiza cada día y en cada momento por nosotros. Se lo agradecemos porque su Amor no tiene fin. De esta manera, por las experiencias de oración junto con los demás, sobre todo, en las celebraciones de la Palabra, los niños toman conciencia, poco a poco, de la gran oración comunitaria de la Iglesia: la litúrgica, que alcanza su expresión máxima en la Eucaristía o Santa Misa. Es también importante que los niños puedan hacer oración y expresar en voz alta sus propias preocupaciones, sus propias intenciones. Estas oraciones espontáneas, de petición, de alabanza y de agradecimiento, muy gratas a los niños y, estoy convencido, que a Dios también, despiertan el sentido comunitario de la oración. Es lamentable que, a medida que pasan los años, algunos creyentes se distancian de la oración comunitaria o la descuidan bastante. H
¿LAS ORACIONES DE MEMORIA O LA MEMORIA EN LAS ORACIONES?
"Recitar una oración de memoria es la manera más universal de rezar... Para mucha gente es la única manera de tratar con Dios... El rezo de una oración resulta fácil y es muy pedagógico porque un niño no sabe como dirigirse a Dios, da sus primeros pasos con las oraciones aprendidas ya que las mismas ponen en su boca lo que le conviene decir..." Francisco Jálics, Aprendiendo a orar 122
Existe una costumbre muy antigua de enseñar a los niños oraciones y jaculatorias, de memoria. Algunos niños ya han memorizado algunas fórmulas, cuyo contenido a menudo desconocen. La memoria las ha registrado, pero sin haberlas comprendido. El análisis de los contenidos que conoce no resulta tarea simple, pero también puede ser un punto de partida que habría que valorar expresamente (Bases para la catequesis de iniciación de niños, c. 9). Es importante procurar que las oraciones que vayan aprendiendo los niños de memoria tengan sentido aún en la vida adulta. 1 Oraciones para la vida cristiana En este sentido hay oraciones, que forman parte de la vida cristiana y de la memoria viva de la Iglesia, que se tendrían que aprender de memoria, sin forzar a los niños y rescatando su sentido permanente. • En el caso de los niños más pequeños • Podemos enseñar oraciones breves y jaculatorias. Prestemos atención a que dichas oraciones no sean infantiles, estén privadas de belleza o carezcan de sentido para la vida posterior. *• Siempre convendría enseñarles frases del Evangelio u oraciones con profundo sentido religioso como: -
¡Gloria a Dios! ¡Aleluya! ¡Sí, Señor! ¡Aquí estoy, Señor! ¡Amén!
-
¡Gracias, Señor! ¡Perdón, Señor! ¡Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío! ¡Viva Jesús en nuestros corazones: por siempre! ¡Jesús, José y María os doy el corazón y el alma mía...!
• Considero que la señal de la cruz, el padrenuestro, el avemaria y el gloria al Padre deben ser enseñados desde pequeños. Lo único que habría que tener en cuenta es no insistir demasiado en la memorización, sino en la actitud interior de oración. 123
• A partir de los ocho o nueve años *• Los niños ya comienzan a lograr algunas abstracciones. Desde ese momento, pueden ir incorporando paulatinamente las demás oraciones de la vida cristiana. Como por ejemplo: la salve, el Yo confieso, el gloria (largo), el credo, etc. •Algunas frases del Evangelio o de los santos, como: - ¡Señor, Jesucristo, Hijo de David, ten piedad de mí que soy un pecador! - "En el atardecer de la vida, te examinarán del amor" (San Juan de la Cruz).
bles, para que sus palabras no se conviertan en recitado rutinario. Si estas oraciones se recitan con convicción interior y recogimiento, adquieren un profundo sentido de vida. Muy pocas veces se hace oración en familia. ¡Y qué bueno sería alentarla desde la catequesis! En ella participa a menudo la familia entera y transmite a los niños formas y gestos de oración y de relación con lo trascendente. También habrá que dar el correspondiente lugar a las expresiones de piedad popular: - Las promesas.
- ¡Alabado sea Jesucristo, por siempre sea alabado!
- Las peregrinaciones a santuarios.
- ¡Recordemos que estamos en la santa presencia de Dios: te adoramos, Señor!
- La veneración a la Cruz.
- ¡Que viva Jesús en nuestros corazones: Por siempre!
- Los santos.
- La Virgen.
• Versículos de salmos y otras oraciones litánicas.
- Las medallas, estampas e imágenes.
•* En esta etapa, es recomendable introducir el rezo del rosario con los niños, de manera sencilla y simple, haciendo que ellos participen gustosos y no que el rezo del mismo sea una imposición aburrida y sin- sentido 3 . Basta, como ejemplo, pensar en cuántas personas han hecho del rosario un estilo de vida y comunicación con Dios, a través de la presencia siempre orante de la Virgen María.
- Las ermitas. - El culto a los difuntos. Bases para la catequesis de iniciación de niños, c. 9 ¡Ü Errores pedagógicos _____
._,.
En todo este proceso, hay que evitar ciertos errores pedagógicos bastante frecuentes:
¡Ü El sentido de estas oraciones La Iglesia siempre ha valorado el hábito de la oración vocal y la memorización de las fórmulas consagradas por esa oración. El sentido de la memoria en las oraciones es ayudar a ponerse en la Presencia de Dios, a predisponer el corazón y la mente para entrar en contacto con Dios nuestro Padre. Es importante que rescatemos el sentido profundo de las oraciones, que nos detengamos en rezarlas con la mayor serenidad y pausa posi-
' Para mayor profundización consultar El rosario con niños de Luis M. BENAVIDES y María Emilia PANDOLFI (Bonum, Buenos Aires, 2003).
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• Reducir la oración al simple aprendizaje de memoria de ciertas plegarias preestablecidas. La memorización de oraciones debe ser complementada con una reflexión de su sentido profundo y con una actitud orante y participativa. *• Deformar el sentido de la oración en el niño, presentándole exclusivamente o con demasiada insistencia, como la oración de petición. La experiencia nos demuestra que a los niños les gusta más la oración de alabanza y de acción de gracias. • Las oraciones infantiles resultan inadecuadas e igualmente problemáticas si solo parecen acomodarse al niño mientras que un adulto no podría recitarlas como cosa suya. A una oración infantil hay que exigirle que sea veraz y bella. Las oraciones infantiles que solo 125
sean "verdaderas por cierto tiempo" resultan, a la larga, inoportunas. • Obligar a rezar a los niños cuando no están predispuestos a ello. No se puede forzar a nadie a rezar, solo se lo puede invitar. Habrá, pues, que respetar el ritmo propio del niño. • Pretender que los chicos recen al "estilo adulto"; esto es, de manera rígida y estructurada. Todo lo contrario, la oración de los niños es espontánea, alegre, sin estructuras previas. • Creer que la iniciación a la oración es tarea de mujeres y reducirla solo al momento de acostarse. La iniciación en la oración es deber de todos los cristianos y en todos los momentos del día. Toda la familia debe participar en la misma. *• Finalmente, esta observación es muy práctica y se puede aplicar a ciertas plegarias demasiado prosaicas y sensibleras: "No se debiera enseñar a los niños ninguna oración que, cuando sean adultos se avergüencen de rezarla". Tal sería el caso de "Cuatro esquinitas tiene mi cama".
BJLÁINICIACIÓN AL_SILENCIO_^___ ¡§j El mundojsjjn silencio^
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El mundo actual, sobre todo el de las grandes ciudades, parece haber declarado "enemigo público" número uno al silencio. Los sonidos y ruidos nos invaden hasta tal punto que es difícil encontrar lugares donde reine el silencio. Los hogares, las plazas, los caminos, las calles y hasta las zonas despobladas, se inundan de ruidos molestos. La radio, la televisión, los diarios, el cine, los ordenadores, todo nos llena de ruidos, música, imágenes y palabras. Es la "cultura del ruido" que está, hasta tal punto metida en el hombre que, muchas veces somos incapaces de apartarnos de su influjo. ¡Cuántas personas hay que no pueden estar solos en sus casas y en silencio! Enseguida necesitan encender la radio o conectar la televisión para "sentirse acompañados", aunque no estén mirando o escuchando el programa. Toda esta realidad o "cultura del ruido" no hace más que encubrir o tapar otras realidades mucho más profundas y preocupantes. 126
- ¿Es signo y señal de falta de interioridad o acaso domina en la vida la superficialidad? - ¿Existe miedo a enfrentarse con uno mismo? - ¿Se nota la ausencia del sentido trascendente de la vida? - ¿Acaso se niega a Dios? La lista de interrogantes sería muy extensa... Solamente subrayamos y constatamos que el hombre necesita del silencio. El hombre se encuentra con la soledad y, en vez de aprender a caminar con ella, hace como si no existiera. 2 El si|encio y el misterio de Dios Iniciarse en el silencio es un camino, un proceso que se adquiere gradualmente a lo largo de la toda la vida. Se transforma en un ejercicio permanente para acercarnos a nosotros mismos, a los hermanos y a Dios. El silencio es una liberación interior. Hacer silencio en la vida equivale a desarrollar la interioridad, a "crecer hacia dentro", a predisponerse interiormente para el encuentro con el Absoluto. El silencio espiritual es una intuición de Dios. Para muchos, el silencio expresa una cierta intuición del misterio. El silencio espiritual y la oración personal son casi sinónimos. La oración personal no es otra cosa que una escucha atenta, una actitud receptiva, un auscultar en silencio la presencia de Dios. Estar en silencio es colocar los sentidos en tensión hacia el Otro. 3 El silencio en la Biblia En la Biblia, el silencio tiene dos acepciones o connotaciones distintas: el silencio de Dios y el de los hombres. • El silencio de Dios »• En el Antiguo Testamento, Dios aparece como el santo, el distinto, el inasible. Por eso, su presencia aunque permanente, es fugaz, y por tanto casi incognoscible. Dios mantiene un prolongado silencio. En este sentido podemos leer: Job 30,20; Is 42,14; 57,11; 64,11; Sal 28,1; Jer 15,18; Hab 1,13. 127
• En el Nuevo Testamento, Dios rompe definitivamente su silencio haciéndose hombre en su Hijo Jesús. Él es la Palabra de Dios hecha carne, es el Verbo Encarnado.
• En el Nuevo Testamento - María escucha el anuncio del ángel en silencio (Le 1,26-38). - Jesús busca el silencio y la soledad de la noche, para hablar con su Padre (Le 5,16; 6,12; 9,18; 11,1; Mt 14,23; Me 1,35).
El hombre debe, entonces, prepararse a escuchar y encarnar la Palabra en su vida. (Rom 16,25).
- Jesús se transfigura en presencia de su Padre (Le 9,28-29; Mt 17,1-9; Me 9,2-10).
• El silencio del hombre
- Jesús ora en la soledad del monte de los olivos (Le 22,39-45).
Este silencio del hombre se transforma en oración. En la Biblia, el silencio está cargado de connotaciones vitales que no siempre se captan hoy. Hablar de silencio en la Biblia es hablar de disponibilidad, receptividad y acogida4.
- Jesús nos enseña a dialogar a solas con Dios (Mt 6,6; Le 2,19 y 51).
El silencio espiritual no es otra cosa que el diálogo amoroso de la criatura con su Creador, del hijo con su Padre. Este diálogo dura toda la vida, comprometiendo cada vez más a la persona, hasta transformarla en un hombre nuevo. El silencio se transforma en presencia atenta ante la Palabra, ante el Verbo.
¡Ü Tipos de silencio
En este sentido se orientan los textos bíblicos. Algunos hacen referencia explícita al silencio, otros se refieren a él de modo implícito. La actitud básica del creyente es la misma: la disponibilidad.
• El silencio pasivo, físico o externo
He aquí algunos textos sobre el silencio que pueden servir tanto para la catequesis de los niños, como para la reflexión personal: *• En el Antiguo Testamento - Dios habla a Moisés (Ex 3,1-5). - Moisés habla en el tabernáculo con Dios como un amigo (Ex 33,7-11). - La llamada de Dios a Samuel (1 Sm 3,1-10). - El profeta Elias se encuentra con Dios (1 Re 19,9-14). - Sab 18,14-16. - Os 2,16. - Ecles 3,29. - Sal 118,11 y 159.
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LARRAÑAGA, Ignacio, El silencio de María, Paulinas, Buenos Aires, 1985, cap. 3.
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Antes de analizar las diferentes técnicas de iniciación al silencio es conveniente que realicemos una distinción entre dos tipos de silencio: el pasivo y el activo 5 .
El silencio pasivo consiste en la ausencia de vibración audible. La sola ausencia de ruidos o sonidos basta para alcanzarlo. Este silencio es externo, sin participación del niño. El silencio pasivo lo puede lograr cualquiera que imponga por la fuerza orden o disciplina exterior. Externamente hay silencio, pero no necesariamente en el interior de los niños. La prueba de esto, está en el caso que mantengamos obligados, a un grupo de niños en silencio, amenazándolos con represalias si no se quedan callados y quietos. Cuando hayamos logrado que no se oiga ninguna voz, ni un ruido, salgamos del salón, dejándolos solos. Automáticamente cederá la presión y el silencio desaparecerá de inmediato. Es un silencio impuesto donde no hay participación de los niños. El silencio pasivo suena a "vacío que debe llenarse". El silencio externo en la iniciación al mundo interior de los niños no basta, no sirve. Hay que llegar al silencio interno. 5
GARCÍA MORRO, Néstor, Catequesis renovada,
Edic. Búsqueda, Buenos Aires, 1965.
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• El silencio activo, interno o silencio espiritual
• Respetar el ritmo del niño
El silencio activo consiste en desarrollar una presencia atenta. Se logra con la participación personal y espontánea de los niños. No es un vacío sino que, por el contrario, es algo que llena y enriquece; que busca colocar todos los sentidos en actitud receptiva, de escucha.
Es muy importante respetar el ritmo del niño. No imponerle silencio sino hacerle crear o lograr por él mismo su propio silencio.
El silencio activo es interno y se alcanza con la plena participación del catequizando. Para eso, es necesario llevar a los niños, a través de los sentidos y la imaginación, a observar e interesarse por las personas y las cosas que les rodean. En la medida en que se los educa en la práctica del silencio activo, los niños se abren hacia otra realidad. Luego, con el paso de los años, descubren que al experimentar el silencio activo, pasan de la atención y disponibilidad a lo concreto y cercano que pueden palpar, hacia la disponibilidad ante lo absoluto, ante Dios, a quien no se ve.
Cada catequista debe saber descubrir y dosificar los elementos que permitan al niño encontrarse con su interioridad. El catequista y los niños deben adaptarse al método. • Camino de iniciación a la oración Cuando el niño calla activamente, sus sentidos se aquietan. La ausencia de ruido y la inmovilidad son para él un estado de vida fuera de lo común, que lo prepara para percibir el más allá, algo distinto de todo lo demás: la misteriosa presencia de Dios. Todo acto de vida religiosa requiere un recogimiento especial. La oración debe ir precedida de concentración, de calma, de una especie de vestíbulo de silencio.
El silencio es una de las expresiones privilegiadas del amor. ¿Acaso la comunión entre dos seres no se expresa por un movimiento en el cual se alternan rítmicamente, silencios y palabras?
La iniciación al silencio es un camino de iniciación a la oración. Está claro que, el silencio por sí solo no basta si no lleva al encuentro con Dios.
El silencio es una liberación. Hacer silencio es volverse libres para estar disponibles al Señor y a los demás. Hacer silencio es caminar hacia el encuentro con el Absoluto, con Dios.
Toda iniciación al silencio debe acabar, más tarde o más temprano, en un encuentro personal con Dios; es decir, en oración. Si no se logra esto, todo el esfuerzo catequístico es vano y nos encontraríamos con simples ejercicios de relajación y concentración mental.
5 La i n i c i a r o n a[ silencio en los niños • Proceso gradual Iniciarse en el silencio es un camino, un proceso que se alcanza gradualmente a lo largo de la vida. Es una tarea que forma parte de la catcquesis permanente. Ayudar al niño a "hacer silencio" implica no ser su guía desde fuera, sino lograrlo el catequista con él 6 . Es posible que, al principio, este proceso resulte difícil. En parte puede ser, porque nosotros mismos no estamos acostumbrados al silencio activo. No nos extrañemos que los comienzos sean desalentadores. La clave está en la perseverancia y la gradualidad.
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BENÍTEZ CRUZ, Marta, ...Y alcanzamos la luz, Edit. Bonum, Buenos Aires, 1974.
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Este proceso no tiene otro fin que acercar a los niños a Dios, que experimenten en sus vidas el gusto por la oración y que vivencien paulatinamente la posibilidad del encuentro amoroso con el Padre, a través de la oración. Sin silencio no hay oración, pero sin oración no tiene sentido el silencio. H Consideraciones prácticas para lograrjun_cj[i_ma é^jecuado_ En la iniciación al silencio es muy importante lograr un clima apropiado. Para ello es conveniente tener en cuenta lo siguiente: • Contar con un lugar adecuado, es decir, con una sala o lugar cálido, acogedor; en lo posible, alejado de fuentes ruidosas; conve131
nientemente preparado con alfombras, almohadones, no muy luminoso, etc. • Tener en cuenta el tiempo y el momento oportunos: no solo hay que considerar la realidad del niño, por ej.: que la iniciación al silencio no se realice después de un tiempo de gran excitación, sino también hay que cuidad la realidad externa de la sala; si coinciden con otros cursos, el recreo, los demás movimientos de grupos parroquiales o escolares, etc. • La voz, los gestos, la postura, el cuerpo todo del catequista, juegan un papel privilegiado. Debemos cuidar esmeradamente el tono y el volumen de la voz, el gesto, el rostro, la compostura... El catequista será el primero en guardar silencio. • Al ser gradual, la iniciación al silencio, no se limitará a los primeros encuentros, sino que tiene que intercalarse a lo largo de todo el año. • El silencio y la paz de las iglesias están preñados de sentido para el niño. No obstante, convendría tener presente lo siguiente: • Los niños ya estén familiarizados con el templo. • Si el templo es muy grande, sería mejor reunir a los niños en el lugar más apropiado para el recogimiento (se pueden disponer de almohadones frente a la capilla del Sagrario o en otro lugar). • Con todo, no siempre el templo es el lugar ideal para la iniciación al silencio, debido a la posible dispersión (muchas imágenes, movimiento de gente, gran espacio, etc.). • No se trata de mantenerlos siempre en silencio sino de promover una actitud interior que se traduzca oportunamente en el exterior. Hf Propuestas p a r a i n i c i a r a los niños al silencio Propongo aquí una serie de posibilidades, surgidas de la experiencia, para la iniciación al silencio. No pretenden ser todas, ni mucho menos. Las he tomado de los cursos impartidos, de la experiencia de otros catequistas, de libros, de otras partes... 132
Cada catequista podría cambiar, agregar o crear iniciativas nuevas y originales. Están ahí para ser leídas, adaptadas, "dadas la vuelta"; en síntesis, para ser usadas. Estas propuestas están ordenadas por edades y grados de complejidad, aunque el orden es solo una orientación. Pueden ser utilizarlas en diferentes momentos del año. Algunas están pensadas para los niños más pequeños, otras se pueden utilizar para edades posteriores, adecuándolas siempre a la edad y profundidad de los chicos. Una aclaración: las iniciativas elegidas no tienen necesariamente un contenido catequístico, muchas de ellas solo tienen un carácter lúdico, que pueden utilizarse como pasos previos a técnicas más profundas. Propuestas para la iniciación al silencio • Entrar en la sala de "puntillas", con "zapatos de algodón" y sentarse sin hacer ningún ruido. Lo mismo, como si fuera "un astronauta en el espacio", una "filmación en cámara lenta" o un "buzo en las profundidades del océano". • Realizar un "viaje" por el espacio exterior. Cerrar los ojos, colocarse el traje espacial, subir a la nave, encender los motores, etc. Todo en absoluto silencio. • Realizar un "grito de silencio", es decir: gesticular y gritar "con todo", pero sin emitir sonidos ni ruidos. Es como hacer la mímica de un gran grito. • Colocar una "campana de silencio" en el lugar donde estamos y realizar todo en silencio. • Hacer entrar al "señor silencio". Se abre la puerta o una ventana y se llama al "señor silencio". Cuando éste llega solo puede entrar en la sala si hay silencio. Cualquier ruido o sonido "lo espanta". Se repite el juego las veces que sea necesario, hasta que el "señor silencio" se instale en el salón. • Yo soy el "rey de mi cuerpo". Doy órdenes a mi cuerpo y éste me obedece siempre. También se pueden dar órdenes al cuerpo de otro rey y éste obedece a distancia. •Juego del "rey del silencio". El docente presenta el juego a media voz; los niños se sientan en círculo. 133
«Soy el rey del silencio. Mis subditos no hacen nunca ruido. Para convertirse en uno de mis príncipes o princesas hay que ser capaz de levantarse y trasladarse sin hacer ningún ruido. Cuando hagamos hecho un gran silencio, haré señas a uno de vosotros, que se levantará, sin hacer ruido, y caminará hacia mí. Si os parece que lo ha hecho bien, me lo diréis por señas, realizando una inclinación con t o d o el cuerpo. Entonces, puede convertirse en "príncipe". Si ha hecho ruido, levantaremos los codos hacia arriba y deberá volver a su sitio.» El juego se va completando a medida que todos hayan intercambiado sus lugares. Pueden darse distintas órdenes: caminar hacia atrás, saltar con un pie, etc. • Observar en silencio: Sale un niño del salón, los demás observan. El catequista cambia algo de lugar o algo en su vestimenta. El niño debe entrar y observar en silencio hasta que descubre el cambio producido. • Reconocer sonidos: De espaldas o con los ojos vendados, reconocer distintos ruidos o sonidos producidos por la catequista o un compañero, con distintos tipos de instrumentos. • Dar palmadas sobre el banco, yendo de lo más fuerte y estrepitoso, hasta lo más débil e inaudible, hasta tal punto que no se oiga ningún ruido. • Ver desde el interior: Cerrar los ojos y encender la "televisión interior", i m a g i n a n d o cosas sucesivas sugeridas por la catequista o maestra. • Visualizar situaciones: Se pueden visualizar t o d o tipo de historias y situaciones. Es importante dar lugar a la imaginación de los niños o chicos y aumentar cada vez más los espacios con la mente en blanco. • Concentrar la atención en algún ejercicio corporal, rítmico y sencillo. Por ej.: gimnasia rítmica, hacer "equilibrio" sobre un banco u otro objeto, sortear diferentes obstáculos, en silencio o con una música suave. • Marchar sobre una línea, sin que se oigan pasos. Se pueden agregar otras destrezas: con los brazos cruzados, un pie delante de otro, un brazo extendido y el otro en el hombro del compañero, etc. 134
• Aplausos rítmicos: Realizar diferentes aplausos rítmicos para terminar siempre con un prolongado silencio. •Tomar conciencia del propio cuerpo tocándolo, mirándolo, acariciándolo, comparando partes, sintiéndolo... • Narrar hechos con mímica. Un niño narra un hecho solo con mímica y los demás tratan de interpretarlo. Luego se cambian los roles. • Realizar mimos: Realizar, j u n t o con los niños o chicos, diferentes tipos de m i m o y luego ellos deben repetirlo "en paralelo" y en silencio. • Ver mimos: Participar con los niños en cualquier tipo de experiencia de espectáculo de m i m o , sea en directo o en vídeo. • Relajación: Colocar una música suave y acostar a los niños. Luego, ir relajando todas las partes del cuerpo, con voz muy suave, hasta llegar a un silencio profundo (al final, apagar la música o que quede casi imperceptible). • Al ritmo de la música: Trabajar en silencio al ritmo de una música tranquila y suave. Dibujar al ritmo de la música. Es aconsejable utilizar música instrumental, sin grandes altibajos. (Recomiendo la m ú sica del período barroco, la música instrumental andina y toda la gama de la música electroacústica.) • Canción que se pierde: Entonar una canción apropiada y concluir la última estrofa, repitiendo la melodía final, hasta que la canción se haga inaudible, siguiéndola solo con los labios y en silencio. • Cantar para adentro una canción, con los ojos cerrados y cuando se termina, los niños levantan las manos, así varias veces hasta que todos terminen al m i s m o t i e m p o . • Escuchar sonidos: Realizar o expresar ruidos de lejos y de cerca. Este ejercicio es conveniente realizarlo varias veces y gradualmente. • Primer paso: Se invita a los niños a realizar un paseo por el patio, por la vereda, por la terraza de la escuela o parroquia... Durante el breve paseo, los niños tratarán, en silencio, de escuchar y recordar la mayor cantidad de sonidos y ruidos posibles. De nuevo en el salón o aula, se pide a los niños que comenten los ruidos escuchados durante el paseo. Si están cansados es aconsejable relajarse con algún canto, con palmadas o dejar el segundo paso para otra sesión (en tal caso, se recordará lo realizado en este encuentro).
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• Segundo paso: Se pide a los niños que se sienten bien, con los brazos cruzados sobre el banco o mesa, la cabeza apoyada sobre ellos y los ojos cerrados. Se los invita a olvidarse de los ruidos que provienen del exterior de la clase. Seguidamente, se les indica a los niños que se concentren solo en los ruidos que hay dentro del salón o aula. Conviene ser tolerantes y respetar su t i e m p o . Luego nos cuentan lo que han oído y recordado. Se intercala otro canto y/o aplauso.
• Reconstruir una escena bíblica: Cada uno trata de reconstruir la escena bíblica c o m o mejor le parezca. Incluso, en algún m o m e n t o , podemos recrear o imaginar un diálogo con Jesús, sus palabras, mi respuesta... Y así se puede ir a r m a n d o un encuentro imaginario con jesús. Lo i m p o r t a n t e es no perder el clima de oración y tener siempre presente que lo que estamos viviendo es una situación ficticia, que solo pretende ayudarnos a ponernos en la presencia de Dios.
• Tercer paso: Si no están cansados, se pide a los niños que se coloquen en la posición anterior. Les decimos: "Nos olvidamos de los ruidos de fuera del aula; de los ruidos de adentro y concentramos todos los esfuerzos para escuchar los ruidos y sonidos que hay dentro de nuestro propio cuerpo.
• Orar en silencio: Recurrir en todo m o m e n t o a la oración personal y silenciosa; sea para agradecer, para pedir, para alabar o pedir perdón.
Este debe ser el momento de mayor silencio. Si no se logra hay que tener paciencia e intentarlo en otra catequesis.
• Ejercicios por la noche: Recordar y guiar a los niños para que, antes de rezar por la noche o en cualquier otro m o m e n t o , realicen algún ejercicio de silencio.
• Respetar los momentos de silencio e interioridad que el niño pida o manifieste espontáneamente.
Es asombroso constatar que los niños puedan expresar cosas como: "escuché mi sangre", "sentí el corazón", "escuché mis venas o la respiración", etc.
• En familia, antes de la bendición de la mesa, sería muy útil reservar un m o m e n t o para la oración silenciosa de todo el grupo familiar.
• Hacer silencio por otros. Por ejemplo: caminar hacia el la tienda o hacia el colegio haciendo silencio por alguien que quieren. • Contemplar la naturaleza: Aprovechar los momentos que la naturaleza nos brinda para quedarnos contemplándola absortos, en silencio (la puesta del sol, la cima de una montaña, el mar amplio, etc.). En tales momentos, realizar deliberadamente un largo silencio contemplativo. • Silencio en las iglesias: No descuidar las visitas a la iglesia, capilla u otros lugares sagrados e invitar a los niños para que hagan oración con nosotros, en silencio. • Silencio interior: En todo m o m e n t o de oración, incluir siempre un espacio de silencio interior, un espacio para la oración personal y silenciosa, sin apremios, sin prisas ni apuros. • Utilizar la imaginación c o m o forma de oración. Este es un recurso muy eficaz. Se puede tomar alguna escena bíblica. Después de sentarse, cerrar los ojos, hacer silencio y relajarse, se lee por ejemplo alguna parábola. Se guía a los niños para que imaginen el lugar, la disposición de las cosas, la ubicación de la gente, los colores, los sabores, los olores... 136
• Respirar en silencio: No hay que descuidar el hecho de enseñar a los niños a respirar rítmica y pausadamente, haciendo de la respiración una forma de oración. Al respecto, recomiendo leer el libro Relatos de un peregrino ruso, síntesis del pensamiento de la oración del nombre de Jesús.
Creo que, con estos ejercicios, podemos tener una idea de cómo caminar en la iniciación al silencio de los niños. Es cuestión de mucha imaginación y c r e a t i v i d a d . De esta manera, con estas sencillas técnicas, avanzaremos a nuestros catequizandos por el camino del silencio y de la o r a c i ó n . Oración, que es, fundamentalmente, f r u t o de la gracia y del amor que Dios nos tiene. Estas técnicas serían vanas si Dios no nos amara c o m o nos ama y si el Espíritu Santo no nos acompañara en nuestro caminar hacia el Padre. 0
EL " R I N C Ó N D E ^ O R T ^ I Ó N " O " R I N C Ó N DE JESÚS"
En muchas escuelas, sobre t o d o en las guarderías o jardines de i n fancia, y también ahora en algunas parroquias, nos encontraremos con 137
salas que disponen de lugares especiales llamados "departamentos", "talleres", "sectores" o, simplemente, "rincones". Así, nos topamos con el rincón de la cocina, el de la carpintería, el rincón de las muñecas, la sala de música, el salón de la parroquia, etc.
En el mejor lugar de la sala, se ha de colocar una imagen de Jesús, una mesita con un mantel blanco, la Biblia, el Cirio Pascual y unas flores. Es decir, una especie de salón-catequístico-capilla donde con solo entrar se sienta un clima diferente.
Por medio de los rincones o sectores especialmente destinados para un uso determinado, el niño logra ordenar su cuerpo y su mente. Los hábitos y costumbres de cada rincón o sector ayudan a descubrir que existe un orden, un hábito, una conducta determinada de acuerdo con el lugar o momento en que uno se encuentra. Los rincones ayudan a afianzar la dimensión espacio-temporal.
Sé que la idea de contar con un salón exclusivo para la catequesis es muy ambiciosa y que no siempre es posible disponer de él. Por esto, nace la alternativa del "rincón de oración" dentro de la misma sala. Por otra parte, los rincones del salón permiten el trabajo simultáneo de los catequistas y, además, supone una gran ventaja el hecho de no cambiar de local a cada momento.
Así como hay un rincón para el trabajo, para el juego, para el descanso, etc., es importante que exista un lugar específico para la oración. ¿Acaso las iglesias no son, en nuestras grandes ciudades, un "pequeño rincón" de calma y tranquilidad, donde rezar?
Asimismo, sería bueno que cada familia pudiera disponer de un lugar o rincón destinado a la oración, como antaño lo hacían nuestros mayores.
La cuestión que nos interesa es encontrar el lugar y el momento adecuados para que los niños puedan sentirse más motivados para rezar y estar en contacto con Dios. 1 El rineón de oración
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El lugar po'r excelencia para la oración es la capilla o iglesia. La mayoría de los templos están construidos con el fin de acercar la gente a Dios. El ambiente de silencio y recogimiento, la luz tenue, las imágenes religiosas, sobre todo si se está en presencia de Jesús Sacramentado, en el sagrario, llevan al creyente a sumergirse en una atmósfera de oración y de contemplación. Con todo, también es cierto que muchas veces la capilla o iglesia, por su tamaño, su lejanía o su incesante uso, no es el lugar adecuado para iniciar a los niños en la oración. Al menos que se cuente con una pequeña capilla, algo apartada, y disponible para tal fin. En mi experiencia, lo ideal sería contar con una sala especialmente dedicada a este fin y próxima a los locales de la catequesis. Esta sala debería ser un lugar privilegiado de la escuela o parroquia. La sala tiene que ser cálida, con poca visión hacia el exterior (se pueden disimular los vidrios con papel de celofán), con una alfombra para que los niños puedan sentarse en el suelo. 138
2 Características del rincón de oración Debemos respetar ciertas condiciones para que el rincón de oración o rincón de Jesús vaya "entrando" progresivamente en la vida de los niños y se transforme paulatinamente en algo sagrado, es decir, en algo separado especialmente para Dios. Para montar el rincón de Jesús habrá que tener presente las siguientes consideraciones: • El lugar • De honor: diferente, limpio, siempre en orden. • De poco tránsito y fácil acceso. • Distinto: no utilizarlo para otra cosa; alegre y luminoso. • Las imágenes La experiencia indica que es muy importante la elección de las imágenes. - Tiene que ser una imagen de Jesús (ya que él es el centro de la catequesis). - En alguna ocasión, se la podrá reemplazar por una imagen de la Virgen María o algún santo. (Cuando hablo de imagen estoy hablando indistintamente de una lámina, pintura o escultura.) 139
• Lo importante es que la imagen elegida sea del agrado de los niños y apropiada para la catequesis. Es decir: imágenes naturales, sobrias, sencillas y simples; en las cuales se privilegie más el gesto y la expresión de los rostros que la imagen en sí misma. • Es preferible que sean imágenes de un solo color, sin demasiados elementos fantásticos o que no correspondan exactamente a las narraciones evangélicas. Evitemos todos esos elementos accesorios que distraen o asustan a los niños; por ejemplo: - Imágenes del Niño Jesús con el pecho abierto o el Sagrado Corazón de Jesús lleno de espadas. - Imágenes con espinas y sangre. - Representaciones de la Virgen rodeada de ángeles o dominando a demonios, etc. •-Una cosa que debe quedar muy claro es que las imágenes son representaciones hechas por los hombres y que Dios es mucho más que todas ellas. Incluso conviene explicar a los niños cómo están hechas las imágenes y que no sucede nada en el caso de que se rompan, salvo la pérdida material. • También debe quedar muy clara la idea de que los cristianos no adoramos ninguna imagen. Las representaciones de Dios sirven para acercarnos más a Él. Siempre será mejor colocar una imagen de Jesús Resucitado que una, crucificado. La imagen del Buen Pastor también sirve. Busquemos que la expresión del rostro sea dulce y varonil, a la vez. • Elementos Los elementos que integran el "rincón de Jesús" serán seleccionados con cuidado y siempre buscaremos la sobriedad, el buen gusto y la renovación constante de lo que es perecedero. Pueden ser los siguientes: • Una mesita o repisa. Con un mantel blanco, que se encuentre a la altura normal cuando los niños sentados. Es preferible correr el riesgo de la cercanía (aproximadamente a un metro de altura) que no lo contrario. 140
• Una Biblia. • Una imagen de Jesús. • Un florero: las flores las traerán los niños. • Una pequeña vela. • Una alfombra y algunos almohadones. • Su uso Al principio del año se rezará con los niños simplemente recogiéndose en el mismo lugar donde se tiene la catequesis. Después de haberlos iniciado en el silencio y la oración, es conveniente introducir y montar el rincón de oración. • Los niños colaborarán en el montaje y elección de los elementos. Los padres participarán en la celebración de inauguración del local. • Lo que va a dar valor al rincón de oración va a ser su uso. Si los catequistas, los docentes y los padres no están convencidos de su utilidad y no lo usan para rezar, los niños lo utilizarán mucho menos. • Del rincón de oración, tomaremos la Biblia para leer la Palabra de Dios en las sesiones de catequesis. • También, lo utilizaremos para hacer la oración de cada día, para rezar juntos o en grupos, para ofrecer trabajitos, regalos, etc. Los niños podrán ir a rezar libremente al rincón de Jesús ya sea al llegar o al salir; antes, durante o después de los recreos, sin pedir permiso; durante las actividades, pero pidiendo permiso... • Cuando los niños estén libremente en el rincón, no hay que controlar la oración que ellos hacen. Si quieren arrodillarse, hacer gestos, besar la Biblia, cantar o simplemente rezar una plegaria..., es necesario que se sientan en libertad de expresarse y orar como el Espíritu les indique. Lo que importa es que se familiaricen con las cosas de Dios. • Puede añadirse al rincón de oración una caja o pequeña urna para que los niños libremente coloquen o depositen sus intenciones personales cuando rezan. De vez en cuando, cada mes, por ejemplo, 141
habrá que buscar la mejor forma de retirar las intenciones antiguas. Pueden llevarse en un sobre y ofrecerlas a los pies de alguna imagen de la iglesia o simplemente quemarlas, como signo de que van hacia Dios... Por supuesto, el mero hecho de tener un rincón para orar, no significa que los niños recen más. La oración es un don de Dios y tiene que trasformarse en una actitud de vida. El rincón de Jesús puede ser un elemento más que nos ayude en este largo y hermoso camino de iniciar a los niños en la oración.
CAPÍTULO Vil LA INICIACIÓN LITÚRGICA DE LOS NIÑOS
"La Liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia. Al mismo tiempo, es la fuente de donde mana toda su fuerza..." Sacrosanctum Concilium, l O
En el capítulo anterior se ha visto cómo la oración es la meta culminante de la catequesis. En la vida de la Iglesia, cuando esta oración se hace comunitaria, se transforma en liturgia; es decir, la oración de la comunidad creyente que celebra públicamente la obra salvadora de Dios a través de su Hijo Único. Dios nos da su Palabra o un gesto salvador (sacramento) y la comunidad creyente responde con un compromiso de adhesión y difusión del mismo. Para saber más - BENAVIDES, Luis M., La iniciación al silencio y a la oración en los niños, Editorial Bonum. - BENAVIDES, Luis M., La iniciación al silencio y a la oración en los niños, Editorial Bonum. - BENAVIDES, Luis M. y PANDOLFI, María Emilia, El rosario con niños Bonum. - BENÍTEZ CRUZ, Marta, ...Y alcanzamos la luz, Bonum, Segunda parte. - BRAUN DE PEÑA, Clara, Dejen que se acerquen, Paulinas, pág. 27. - CABALLERO, Nicolás, Dentro, tú eres silencio, Editorial Claretiana, Buenos Aires, 1999. - CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA, Bases para la catequesis de iniciación, cap. IX.
- GARCIA MORRO, Néstor, Catequesis renovada, Edic. Búsqueda, Buenos Aires, 1965, pág. 106. - LARRAÑAGA, Ignacio, El silencio de María, Edic. Paulinas, cap. III. - LEEEBVRE y PERIN, El niño ante Dios, págs. 29 ss. - OFICIO CATEQUÍSTICO PROVINCIAL DE TORONTO, Ven hacia el Padre, págs. 53 ss.
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La palabra liturgia viene del griego: leitos, del pueblo, y ergon, acción. La liturgia busca establecer un contacto comunitario con Dios. La liturgia es la cumbre a la que tiende la actividad de la Iglesia. Iniciar a los niños en la liturgia es una de las más hermosas tareas que se pueden realizar en la catequesis. Por la iniciación litúrgica, los niños se integran a la oración comunitaria de toda la Iglesia, que celebra la vida de Dios desde que Jesús la fundó. De ahí, su importancia 1 . Por esta razón, la iniciación litúrgica de los niños debe comenzar desde los primeros años de catequesis. Un camino privilegiado para la iniciación litúrgica de los niños es a través de las celebraciones de la Palabra. La iniciación litúrgica de los niños estará signada, jalonada por las celebraciones de la Palabra. Las fiestas litúrgicas importantes (Pascua, Pentecostés y Navidad) pueden ser vividas de una manera alegre y profunda a través de las mismas.
' En tal sentido, recomiendo leer la Constitución Sacrosanctum Concilium, del Concilio Vaticano II y el Directorio La misa con participación de los niños, de la Sagrada Congregación para el Culto Divino, 1.° de noviembre de 1973. 143
Las celebraciones de la Palabra constituyen uno de los momentos privilegiados y más encantadores de la catequesis. En los últimos tiempos, estas celebraciones han adquirido un lugar importantísimo en la iniciación litúrgica de grandes y pequeños. De hecho, son verdaderos encuentros de oración, donde los niños pueden sentir y expresar su fe, comunitariamente.
Es la propia fe la que permite hablar de celebración aún en los momentos difíciles, en las situaciones penosas de la vida. Asumir con profunda serenidad una situación límite, conlleva una celebración en la esperanza de que Dios nunca nos deja solos y que algún día todo va a ser diferente en la otra vida.
Las celebraciones de la Palabra nos llevarán poco a poco a la gran celebración de la Iglesia: la Eucaristía. La Eucaristía supone el punto culminante de la liturgia de la Iglesia. Los niños participarán, junto a sus familias, en la Eucaristía de los domingos. Resulta ineludible prepararlos a conciencia desde pequeños para que así puedan expresar y celebrar la propia fe.
2 Qué se celebra
En este capítulo, analizaremos fundamentalmente la dinámica de las celebraciones de la Palabra, la preparación de Eucaristías con niños y dos elementos que están muy asociados a ellas: el canto y el gesto. De ahí que el capítulo se dividirá en esos cuatro apartados. { 1 LAS C E L E B R A C I O N E S ^ ^ fl- Qué^esjcejlebrar
Se celebra lo que se comparte con otros: el proyecto común, con sus logros y aciertos, pero también con sus temores y sombras. En síntesis, se celebra la vida misma, lo vivido y por vivir. Una auténtica celebración cristiana tiene que ser siempre un signo eficaz de la vida, una forma de hacer visible, comunitaria y festivamente, la salvación que recibimos del Señor. (Cfr. Bases para la catequesis de iniciación de niños, pág. 136). Toda celebración supone: Un hecho o acontecimiento motivante.
MOTIVO
Un grupo de amigos, una comunidad.
ASAMBLEA
Un lugar apropiado, un momento especial, una situación diferente: preparación, vestimenta, adorno, comida, invitaciones, música....
CLIMA FESTIVO
Un gesto extraordinario y específico: un brindis, cortar la torta, entregar un diploma, soplar las velas, una corona de laureles, etc.
UN GESTO RITUAL
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"Celebrar es reunimos para recordar y festejar algo. Celebrar es encontrarnos para compartir nuestra vida y darle una nueva dimensión. Celebrar es revivir juntos una experiencia, un acontecimiento. Celebrar es actualizar una vivencia y compartirla..." Catequistas del IPA, Metodología catequística, pág. 30 Toda celebración tiene un carácter festivo, al menos de esperanza. Celebrar es agradecer por la vida misma, es gozar y disfrutar por la historia compartida. La celebración es una fiesta, pero no entendida como distracción o evasión, sino como afirmación de un pasado que se asume en el presente para proyectarlo a un futuro que compromete. Por eso, para que haya fiesta es fundamental que la persona se sienta libre, solidaria y que sea capaz de amar, de acoger, de participar, de compartir con el otro. 144
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§¡f Las ceIe b ra ei o n e s d e la Pa I a b ra "Gran importancia en la formación litúrgica de los niños y en su preparación para la vida litúrgica de la Iglesia pueden tener también las diversas celebraciones de la Palabra... Más aún creciendo su capacidad espiritual ténganse frecuentemente con ellos sagradas celebraciones propiamente dichas de la Palabra de Dios principalmente en los tiempos de Adviento y Cuaresma. Las cuales grandemente pueden favorecer en los niños la estimación por la Palabra de Dios..." Directorio litúrgico para las misas con participación de niños, 13 y 14
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d e j a Palabra
Existen algunos elementos que considero indispensables y que forman parte integrante de toda celebración de la Palabra: 1 La Palabra de Dios 2 La comunidad o asamblea 3 Un motivo o tema 4 El gesto sacramental 5 El clima festivo 6 La oración 7
El compromiso personal y comunitario
Como su nombre indica, las celebraciones de la Palabra son una fiesta en torno a la Palabra de Dios.
1 La palabra de Dios
Ya, en el Antiguo Testamento, celebrar la vida era celebrar la fe. Dios mismo quiere que las alegrías del pueblo sean su alegría, sean su fiesta. (Ex 23,14-16; Dt 16,1-16)
• Toda celebración supone un encuentro comunitario en torno a la Palabra de Dios, para expresar juntos la fe y para celebrar la vida, también algo que ha sucedido o se ha aprendido en catequesis.
Las celebraciones de la Palabra son actividades privilegiadas del encuentro con Dios. Son momentos de intenso contacto con Él. Se entroncan eri la vida litúrgica de la Iglesia. Constituyen una auténtica iniciación litúrgica y preparan para la gran celebración de acción de gracias: la Eucaristía.
•• No es un mero teatro o representación sino que es un verdadero encuentro: Dios se hace presente, se revela a los hombres a través de su Palabra (jn 1,1-14). Las Sagradas Escrituras dan fe de la actuación de Dios en la vida de los hombres. Dios actuó en favor de su pueblo y se introdujo en su historia. La Biblia es el principal modo como la Iglesia ha interpretado, reconocido y conservado la Revelación de Dios.
Desde el punto de vista de la fe, las celebraciones de la Palabra se distinguen, al igual que los sacramentos, de las celebraciones profanas por su eficacia. Las celebraciones profanas o comunes se limitan a recordar hechos pasados y dar gracias por ellos. En cambio, las celebraciones religiosas no solo reviven, de una manera siempre nueva, lo que se celebra sino que también realizan lo que están significan. Dios realmente se hace presente y actúa en cada celebración del pueblo reunido en su amor. Las celebraciones de la Palabra tienen como objetivo establecer un contacto personal y comunitario con Dios. Por eso no deben perder el sentido de fiesta, de encuentro, de lo sagrado, de memoria viva (anamnesis). 146
• Por todo lo expuesto, una celebración donde falte la Palabra de Dios carece totalmente de sentido. En nuestro caso, por tratarse de niños, el texto de la Palabra de Dios debe ser breve y elocuente, pero nunca estará ausente. 2 La comunidad o asamblea • Otro elemento importante que hay que tener en cuenta en una celebración es la asamblea o comunidad, la gente que quiere celebrar algo. En nuestro caso, los niños son los verdaderos protagonistas. Si no logramos que participen plenamente, se transformarán en meros espectadores. 147
• Los niños deben sentirse convocados, invitados, llamados en nombre del Señor a participar con todos sus sentidos en lo que van a realizar y celebrar.
mos, ya que la rutina puede transformar un gesto valioso en una práctica ritual y sin sentido. H El clima festivo
H I Motivo o tema • Siempre existe un motivo para celebrar, cualquier tema puede ser celebrado: un hecho ocurrido, por el que queremos dar gracias a Dios, un acontecimiento, una experiencia que hayamos vivido o un tema aprendido en la catequesis... Lo importante es que la celebración tenga que ver con lo que el niño vive y aprende. ••Todos los temas de la catequesis pueden ser celebrados. Al concluir cada eje o núcleo catequístico convendría realizar una celebración. Las fiestas litúrgicas como la Pascua, Pentecostés, Navidad, la Epifanía, el Santo patrono..., son ocasiones privilegiadas para tener una celebración especial. • Al tratarse de niños, todo debe girar en torno a una sola idea, clara, concisa y sencilla. Cada celebración debe presentar un solo tema. Hay que evitar esa tendencia a desarrollar varios temas en una sola celebración, cosa que confunde a los niños y los dispersa. 4 El gesto sacramental • El gesto sacramental es un signo actuante y eficaz de la acción salvífica de Dios. No es un rito mágico ni supersticioso. Solo produce su efecto si la persona está bien dispuesta y preparada para recibirlo.
• Una celebración es algo muy diferente de una ceremonia aburrida y pesada. ¡Cuánto más si los que participan son niños! La celebración para el niño significa siempre fiesta y alegría. Incluso para los adultos, una fiesta implica algo extraordinario; todo el ambiente luce distinto: el aseo y la limpieza, la decoración, la música, los cantos, la vestimenta, etc. • Para lograr ese clima festivo es importante cuidar que el marco co sea digno y diferente. Todo el ambiente debe hablar de algo tinto. Se pueden disponer de almohadones, láminas, alfombras, res, velas, guirnaldas, alguna imagen religiosa, música de fondo,
físidisfloetc.
• En cada celebración se usarán símbolos distintos y variados, pero buscando no poner demasiados signos por celebración, ya que puede dispersar a los niños. • El lugar para una celebración con niños debe elegirse cuidadosamente, de acuerdo a lo que se celebra. Preparar el lugar para la celebración, puede ser una hermosa ocasión para un trabajo en conjunto con niños y padres. • Evidentemente, lo más importante de un clima festivo es la disposición interior de los niños (que en esta edad, se logra a través de gestos, cantos, aplausos, etc.), y no solamente con objetos externos. #• La oración
• Todo encuentro con Dios se expresa por y a través de gestos rituales o gestos sagrados (hacer la señal de la cruz, saludar, encender un cirio, arrodillarse, darse la paz, extender los brazos, besar una imagen, rociar con agua bendita, etc.). • Las celebraciones de los niños tendrán gran variedad y gestos. Es imprescindible que los niños conozcan bien el de los gestos que realizarán durante la celebración. De cuando será necesario volver a profundizar el significado 148
riqueza de significado cuando en de los mis-
• Toda celebración deberá conducir al encuentro con Dios, que será personal y comunitario. • En cualquier celebración que hagamos con los niños, debe existir un espacio, aunque sea breve, para la oración personal, para la oración silenciosa. • Los niños tienen que acostumbrarse poco a poco, a lograr espacios de silencio interior; y del mismo modo, deben tener sus primeras ex149
periencias de oración comunitaria. Los niños saben que la comunidad, la familia, los amigos, los demás también están para rezar con uno, para compartir alegrías y dolores, para rezar juntos por una intención personal. Un niño, por ejemplo, que pide a sus amigos que recen por su gatito enfermo está generando un acto salvífico del amor de Dios. • Es muy importante que los niños puedan hacer oración y expresar en voz alta sus propias preocupaciones, sus propias intenciones. Estas oraciones espontáneas de petición, de alabanza y de agradecimiento, muy queridas por los niños y, estoy convencido, que por Dios también, van a ir despertando el sentido comunitario de la oración. Es de lamentable constatar que a medida que pasan los años, más nos vamos alejando de la oración comunitaria, compartida desde la vida. 7 El compromiso personal y comunitario • El compromiso personal y comunitario es el fruto normal de la celebración, que se ha de dar en cada niño. A veces, será propuesto por el catequista, pero respetando la forma de expresión de cada uno.• Este compromiso debe ser muy concreto. Por ejemplo: compartir una golosina con mi compañero en la próxima merienda, ayudar a mamá a ordenar mis juguetes, etc.; evaluable, es decir que el niño y el catequista puedan saber si se cumplió o no; cercano, o sea, no muy lejano en el tiempo. • Muchas veces, en los niños, el compromiso se manifiesta a través de expresiones corporales como acompañar los cantos con todo el cuerpo, dibujar el compromiso o exteriorizarlo con una dramatización, un signo, una postura, un póster o un gesto comunitario. ^ J ^ ^ p r e p a r a d ó n j d e j a celepración___ f ,_ Para que una celebración tenga posibilidades de llegar a buen término es necesario tomarse un tiempo importante para pensarla, para prepararla bien. 150
Podemos hablar de dos momentos: la preparación remota y la preparación inmediata. • La preparación anterior o remota El éxito de una celebración depende muchas veces de una buena preparación. No puede ser resultado del azar o de la improvisación. Hay que escribirla, pensarla con tiempo; y lo más importante, hay que rezarla delante de Dios. Habrá que determinar los siguientes puntos: • ¿Qué objetivo me propongo con la misma? ¿Cuándo y en qué lugar se va a realizar y si está disponible en ese momento? • ¿Es necesario distribuir funciones? ¿Qué cantos se van a elegir? ¿Cuál será la Palabra de Dios? ¿Qué materiales serán necesarios? • ¿Qué van a hacer los niños antes y durante la celebración? ¿Cómo se ubicarán? ¿Cuál va a ser el gesto por destacar? ¿Tienen que llevar algo preparado? ¿Van a participar otras personas? ¿Hay que invitarlas? ¿Cómo? ¿Qué papel desempeñarán? •¿Qué elementos pueden jugar en contra? ¿Están previstas posibles dificultades? En síntesis, hay que prever el qué, quién, cuándo, dónde, cómo y porqué de la celebración. • Preparación previa o inmediata El mismo día de la celebración, en algún momento previo, siempre es importante preparar todo cuidadosamente. Habrá que prever: • Explicarle a los niños qué van a hacer, ensayar las canciones, las dramatizaciones, etc. *• Fijarse si están todos los elementos dispuestos y adecuado el lugar, por ejemplo: almohadones, Biblia, velas, fósforos o encendedores, floreros, etc. • Probar todos los materiales por utilizar: proyector, pantalla, grabador, "casetes"o reproductores de CD, alargadores, etc. No es la primera ni la última vez, que una celebración no se puede realizar por culpa de un enchufe o adaptador. 151
6 Esquema bás[£o deja[jcelebración de la Palabra Cualquier esquema puede ser útil para una celebración. Aquí sugiero uno que, en mi experiencia, ha resultado apropiado y puede adaptarse con facilidad a cualquier tipo de celebración. • Ambientación: se ubica a los niños y participantes y se les da la bienvenida. Se les recuerda lo que se va a celebrar y con qué fin están reunidos. Si los niños entran en procesión habrá que esperar a que estén colocados. • Canto de entrada: relacionado con el contenido de lo que se celebra.
na parecida: "Que a todos nos bendiga Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén". • Canto de salida. La canción final conviene que tenga aires de fiesta y marcado ritmo. §§f Evaluación de la celebración _ Después de cada celebración, es conveniente que los catequistas hagan su propia evaluación de la misma, siguiendo esta guía u otra similar: - ¿Se ha cumplido el objetivo de la celebración? - ¿Qué ha sido lo mejor? ¿Qué ha fallado?
• Ritos iniciales: señal de la cruz, pedir perdón por las faltas cometidas, etc. • Proclamación de la Palabra de Dios: de manera digna y clara se proclama la Palabra. Se debe elegir una sola lectura, breve; no necesariamente del Evangelio. Si lo es, previamente se canta el aleluya. Los niños pueden permanecer sentados respetuosamente. • Explicación de la palabra: muy breve, sencilla y adaptada al nivel de los niños. • Tiempo para la oración personal: es el momento de rezar, de hacer silencio y recogerse interiormente para hablar con Dios. • Signos, gestos, símbolos, posturas, ritos... En este momento los niños realizarán el signo o gesto elegido: ofrenda de regalos preparados para Dios, entrega de flores a la Virgen, escenificar un pasaje evangélico, besar una imagen procesionalmente, bailar en torno a una imagen, etc. Mientras tanto, se puede acompañar el signo con una canción relacionada con lo que está sucediendo. • Compromiso personal y grupal: muchas veces va incluido en el paso anterior; otras se puede expresar en voz alta, comprometiéndose delante de la comunidad. • Ritos finales o de despedida: saludo, bendición final (aunque seamos simples laicos, sin rango de ministros, podemos invitar a la asamblea a acoger la bendición de Dios con la siguiente fórmula o algu152
- ¿Se ha destacado la Palabra de Dios como parte fundamental? - ¿Ha habido clima de oración? - ¿Han participaron los niños? ¿En qué se ha notado? - ¿Se ha logrado el clima de fiesta? ¿El ambiente y los materiales han sido los apropiados? - ¿Se ha dado unidad entre la Palabra de Dios, los cantos, los gestos, las oraciones y el compromiso? | § Otras consideraciones para las celebraciones Dadas las características de los niños, es imprescindible tener en cuenta algunas apreciaciones particulares. • Ante todo las celebraciones deben ser breves, simples, con ritmo, alegres y vividas intensamente. • Conviene cuidar mucho los cantos dramatizados con todo el cuerpo, los gestos vividos, los cortos y profundos momentos de oración, la proclamación solemne de la Palabra de Dios, la participación de los padres y familiares y el aire de fiesta propio de toda celebración catequética. • Se ha de procurar una gran ilación entre los cantos, los gestos, la Palabra de Dios, el compromiso; es decir, la celebración debe girar en torno a un solo tema, claro y concreto. No es cuestión de recargar la celebración con gestos complicados ni con extensas expli153
caciones. Los niños son simples y sencillos. No les compliquemos las cosas. *• Es muy importante respetar el propio ritmo de los niños. No hay que desanimarse. No siempre las cosas salen como uno quisiera, porque en el fondo los niños son los verdaderos protagonistas y eso vale mucho en la celebración catequística. Lo que importa es que los niños vivan la fiesta porque Dios los ama. Qué la celebración sea para ellos la fiesta del encuentro con sus amigos y con Dios. En resumen, qué la celebración sea una forma de vivir y de expresar la propia fe. H
LOS SIGNOS Y . G E S T O S _ _ _ _ _ _ _
1 El gesto en [a comunicación humana El gesto es el lenguaje humano y religioso más primitivo y universal. Desde tiempos remotos, el gesto ha servido de instrumento de comunicación antes que la palabra. Aún hoy en día, cuando dos personas no hablan el mismo idioma, se comunican a través de gestos y signos. • Los gestos impresionan más que las palabras. La comunicación gestual muchas veces es más completa y efectiva que la comunicación verbal: una mirada cómplice, un levantar las cejas o una palmada de aliento en el hombro, expresan más que la sola palabra. Todo nuestro cuerpo tiene un lenguaje específico cuyo valor a veces desestimamos. Una persona podría estar diciéndonos oralmente algo, pero si no apoya o acompaña lo que dice con el lenguaje gestual-corporal, en ocasiones dudamos de ella o nos ponemos en guardia. •• Por otra parte, el gesto permite expresarse más concretamente. El lenguaje oral suele ser una expresión más abstracta que el gesto. El gesto es más concreto, tangible. La vida afectiva, los estados de ánimo se expresan más y mejor a través de gestos que de palabras: una sonrisa, una caricia, un abrazo, un beso, una lágrima, etc. *• El gesto también puede ayudar a modificar el estado interior. El solo hecho de hacer un gesto va a crear o intensificar el sentimiento 154
expresado en él, sobre todo si ese gesto es comunitario. Por ejemplo: el hecho de que dos personas distanciadas se reconcilien se reforzará más en un abrazo de perdón, y este abrazo a su vez ayudará a la paz interior. Toda la vida está hasta tal punto llena de gestos que muchas de las acciones carecerían totalmente de sentido si tales gestos no existieran. j | Jesús, el gran gesto de Dios Dios mismo se fue revelando a los hombres por medio de gestos salvíficos. *• La Historia de la Salvación está llena de gestos de Dios hacía los hombres y de éstos hacia Dios. Todo lo ha hecho Dios Padre para preparar la venida de su Hijo único, Jesús, el gran gesto del amor de Dios. • Jesucristo en su encarnación llenó su vida de gestos salvadores: imponer las manos, poner saliva en los ojos, multiplicar los panes, levantar al lisiado y muchísimos gestos más. (En este sentido, es interesante leer el Evangelio de Juan desde esta perspectiva: generalmente a cada gran signo o gesto que realiza jesús le corresponde una catcquesis posterior. (Multiplicación de los panes —• "Yo soy el Pan de Vida..." La resurrección de Lázaro —• "Yo soy la resurrección y la vida...", etc.) •• Un día antes de morir, tuvo su gran gesto con aquellos que amaba: les dejó su cuerpo y su sangre en memoria suya, en forma de pan y vino, de Eucaristía viva. • Jesús, minutos antes de expirar, hizo el gesto de entregarnos lo único que le quedaba en este mundo: su madre, la Virgen María. *• Jesús legó a sus apóstoles, a su Iglesia, una serie de gestos salvíficos a través de los cuales Dios continuará haciéndose presente en medio de los hombres: los sacramentos. Los sacramentos son, en este sentido, los signos o gestos mediante los cuales Jesucristo actúa eficazmente hoy en la Iglesia. Cada uno de ellos tiene un significado específico, de manera que la Gracia de Dios se siga derramando a todos los hombres, de todos los tiempos y hasta el fin de los siglos. 155
La Iglesia ha mantenido y retomado los gestos de Jesús, de manera muy especial, a través de la Liturgia. En este caso, los gestos sagrados han sido "sacraiizados" ai ser asumidos por Dios. Es decir, que tienen un sentido religioso propio.
fundamente lo que hacen. Una cosa es decir que estamos contentos porque Jesús nos ama y otra, muy distinta, es bailar una ronda en torno a una imagen de Jesús cantándole con todo nuestro ser la canción: "Yo tengo un amigo que me ama".
El Pueblo de Dios ha expresado su amor filial a través de muchos gestos de gran contenido espiritual. La tarea propia del catequista será acompañar a los niños para que vivan esos gestos, descubran su honda significación espiritual y así se comuniquen mejor con Dios.
• Los niños, a partir de la valoración de sus gestos naturales, comienzan a descubrir -guiados por nosotros- el sentido religioso de los gestos que les enseñemos. Debemos procurar que los niños vivan los gestos religiosos que realizan. Es importantísimo que nosotros primero conozcamos el sentido de dichos gestos y los hagamos con detenimiento; luego, se los transmitiremos lentamente y con gran dignidad. Nosotros debemos siempre hacer y vivir los gestos con los niños. De este modo, se desata una corriente de contagio que es muy beneficiosa para el crecimiento en la fe.
3 IirygjortamciaMdh^^ "Contrariamente a lo que pasa con el adulto, el gesto no es, para el niño, la proyección de una idea o de un sentimiento que tiende a la exteriorización; es el medio por el cual la idea o sentimiento penetra en la conciencia." Lubienska de Le n va I, La educación del sentido religioso
*- El gesto es, para el niño, un medio mucho más significativo que la palabra. Además, el gesto permite al niño expresar lo que no puede decir con palabras o dar más fuerza al sentido de las mismas. Los niños captan mucho más aquello que les queremos transmitir cuando son capaces de expresarlo a través de un gesto o signo; reafirman el conocimiento intelectual, y unen así la memoria intelectual con la memoria afectiva. Por ejemplo: un niño expresará mucho más profundamente su sentimiento de alabanza si hace un gran saludo a Dios con los brazos para acompañar las palabras: "yo te alabo, Dios mío" que si pronuncia solo el texto. • Los niños, sobre todo los pequeños, necesitan mucho más del gesto para expresarse. Da la impresión de que si no interviene todo el cuerpo o algunas partes del mismo, la comunicación parece estar incompleta. El niño se expresa con todo su cuerpo, vibra cuando está en movimiento. Todo lo que afecta a sus sentidos le afecta a él. Los niños no solo disfrutan más cuando todo el cuerpo expresa lo que sienten sino que esta expresión hace que sientan más pro156
• Debemos exigirnos y exigir a los niños gran autenticidad y sinceridad, de modo que no realicemos gestos que no respondan a actitudes interiores. Recuerdo a una maestra Jardín de Infancia que estaba más preocupada porque sus alumnos realizaban la señal de la cruz con la mano izquierda, que por si realmente se ponían en presencia de Dios al hacerla. • Es muy importante buscar y explicar el significado de los gestos que realizamos. En este sentido los gestos, la valorización, el cuidado y la oportunidad de los mismos son un vehículo privilegiado para la celebración de la fe. El niño entra en el mundo de la liturgia cargado de signos. La catequesis debe cargar de contenido al gesto para que no resulte vacío. Desafortunadamente, la rutina o la falta de conocimiento terminan por anular el sentido de los gestos que, en otros tiempos fueron muy valiosos. Con los niños, continuamente hay que detenerse en los gestos sagrados que utilizamos. Nos tomaremos el tiempo que sea necesario para que los interioricen y, si es necesario, los recreen permanentemente. Muchas veces, podrán inventarse gestos junto con los niños; lo importante es que les ayuden a expresar mejor la fe y, por tanto, el amor de Dios.
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4\ Los signos sagrados A continuación propongo una lista con una breve explicación de los gestos sagrados que utilizamos comúnmente en nuestra liturgia 2 . Signos sagrados • Señal de la cruz: Es el signo de la Salvación ya que en la cruz Jesús nos redimió. La Cruz resume toda la teología sobre Dios, sobre el misterio de la salvación en Cristo, sobre la vida cristiana. Es un gesto sencillo pero lleno de significado. Es el signo de Cristo. Esta señal de la Cruz es una verdadera confesión de fe: Dios nos ha salvado en la Cruz de Cristo. Se hace lenta, ampliamente y con esmero. Al realizarla nos ponemos en la presencia de Dios, ante cualquier situación de nuestra vida. • Señal de la cruz (larga): Se realizan tres cruces, lenta y ceremoniosamente. Primero, sobre la frente; luego, sobre los labios y finalmente, sobre el pecho. Al mismo tiempo se dice: "Purifica, Señor, mi mente; purifica, Señor, mis labios; purifica mi corazón para escuchar y anunciar tu Palabra." Esta señal de la cruz se emplea antes de la lectura de los Evangelios, remplazando a la anterior (corta); por lo tanto, debe realizarse solo aquella. • Estar de pie: Cuando algo o alguien importante está por venir, el estar de pie para recibirlo significa estar dispuesto y activamente preparado para atenderlo. Es la postura más usada en la misa. Indica "prontitud", estar disponible, preparado para la acción. Por tanto, indica decisión y voluntad para seguir al Señor. Desde el comienzo fue la actitud general de los cristianos: orar de pie, con los brazos extendidos o levantados y mirando hacia el oriente, a la salida del sol. • Arrodillarse: Ante la grandeza y la santidad de Dios, la persona se arrodilla para expresar su pequenez, su humildad, su alabanza al Dios que le ama y le ha dado la vida. El hecho de arrodillarse indica que el corazón se inclina con profundo respeto ante Dios. El cristiano se arrodilla ante Dios precisamente porque Él es el único Señor del universo. Es un signo de adoración que da a la oración un acento muy particular. 2
En este sentido, recomiendo leer Los signos sagrados, de Romano GUARDINI; LOS signos sacramentales, de Marcelino MIANI, y Signos y símbolos, de José ALDAZÁBAL.
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• Estar sentados: Es la actitud del que está disponible para escuchar atentamente al otro o a la Palabra de Dios. • El inclinar la cabeza: Indica reverencia o saludo ante Dios. Se emplea al pasar delante del altar. • Inclinación del cuerpo: Al igual que el anterior, indica adoración y respeto ante la presencia de Dios. • Genuflexión: La rodilla derecha en tierra, la izquierda flexionada y la cabeza inclinada. Indica saludo y adoración, especialmente delante de Jesús Sacramentado, en el sagrario. • Postración: El hecho de tirarse al suelo delante de Dios expresa la pequenez y la entrega total de una vida consagrada a Dios (por ej.: en las ordenaciones sacerdotales los noveles sacerdotes realizan este gesto). • Golpearse el pecho: Es un signo penitencial y de humildad. El arrepentimiento se manifiesta a través de un golpe en el pecho con el puño cerrado y con vehemencia. Debe golpear las puertas de nuestro mundo interior y hacernos vibrar para que veamos a Dios y volvamos a Él. • De pie y con los brazos abiertos: El alma se abre totalmente delante de Dios en señal de alegría, alabanza, júbilo y acción de gracias. • El sacerdote besa el libro de los Evangelios. Al hacerlo el sacerdote dice en voz baja: "Las palabras del Evangelio borren nuestros pecados". Esta frase expresa el deseo de que la Palabra evangélica ejerza su fuerza salvadora perdonando nuestros pecados. Besar el Evangelio es un gesto de fe en la presencia de Cristo que se nos comunica como la Palabra verdadera. • El Saludo de la Paz. El saludo y el don del Señor que se comunica a los suyos en la Eucaristía. No una paz que conquistemos nosotros con nuestro esfuerzo, sino que nos concede el Señor. Se trata de la paz de Cristo. Es un gesto de fraternidad cristiana y eucarística, que nos hacemos unos a otros antes de atrevernos a acudir a la comunión. Darnos la paz es un gesto profundamente religioso, además de humano. Está motivado por la fe más que por la amistad: reconocemos a Cristo en el hermano al igual que lo reconocemos en el pan y el vino. • Las manos: En modo particular, el rostro y las manos son instrumentos y espejo del alma. Después del rostro, las manos son la parte más expresiva del cuerpo. Con ellas podemos tomar distintas posturas que revelan significados diferentes: 159
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Manos juntas: Expresan la unión total de la persona, en dirección a lo alto, a Dios. - Manos entrecruzadas: Ante una situación tensa o una aflicción profunda, las manos entrecruzadas expresan la necesidad de unidad y fortaleza interior para pedir auxilio a Dios. - Manos abiertas y extendidas hacia arriba: Expresan la actitud de pedir y recibir algo, de recibirlo de Dios. - Tomarse las manos: Es señal de unidad y de corriente interna y afectuosa que circula entre quienes realizan el gesto, para alabar a Dios. - Imposición de las manos: Las manos extendidas hacia abajo sobre la cabeza de los otros significan la transmisión del poder y de la fuerza del Espíritu. Manifiesta la bendición que uno transmite a otro, invocando sobre él la benevolencia de Dios. • Aplaudir para Dios: Expresa aprobación y alegría por todo lo recibido. Para los niños es como decir: ¡Viva Dios! • Bendición: Solo Dios puede bendecir. Su amor todopoderoso se dirige al corazón de sus criaturas. De la mano de Dios fluye la fuerza santa y buena que hace crecer. Dios se da a sí mismo. Solo se pueden bendecir a las personas. Cuando se bendicen objetos, se está bendiciendo a las personas que los van a utilizar. • Entrada procesional: Expresa la marcha del Pueblo de Dios; un peregrinar todos juntos, como pueblo, hacia el Padre. • Tomar gracia: Es decir, acercarse a una imagen, tocarla y hacer la señal de la cruz. Significa implorar la intercesión de ese santo para que Dios derrame su gracia sobre quien lo implora. • Besar la imagen o tirar besos: Son formas de expresar cariño y reverencia. Es importante aclarar a los niños el valor relativo que tienen las imágenes. • Llevar flores o regalos: Expresan cariño, recuerdo y pensar en el otro; especialmente cuando se trata de la Virgen María. • Las velas: El sentido más profundo de la vida es consumirse en verdad y en amor por Dios y los demás. La vela encendida representa la presencia de Cristo Resucitado sobre todo en el Cirio Pascual. • El agua bendita: Plena de misterio es el agua. Clara, simple, purificadora, confortante y poderosa a la vez. De ella fluye la vida. Al hacer la señal de la cruz, mojando los dedos en agua bendita, con la debida disposición interior se perdonan los pecados veniales o leves. 160
H EL .^ANTO "Cantar es propio del que ama." "Quien canta, dos veces ora." San Agustín La facultad de cantar es una de las grandes maravillas que el hombre ha recibido de Dios. Desde tiempos muy remotos, el canto ha estado ligado a las manifestaciones humanas y religiosas del hombre. 1" La i m porta neja d e Lean to *• El canto es una forma intensa de expresión verbal, poética y musical a la vez. Es una de las maneras más completas de la expresión humana y, quizás, uno de los mejores medios para alabar a Dios. • No hay que perder de vista que el canto en la catequesis tiene un neto sentido religioso: es decir, "religa" a la criatura con su Creador; hace del canto religioso una oración (personal o comunitaria), una forma de comunicarse con Dios. El canto es esencialmente comunitario, por eso se presta para orar en conjunto, haciendo que el grupo tenga un mismo sentir. El canto sirve también para orar a solas con nuestro Padre Dios. Cantar es expresar juntos la fe y, también es una respuesta unánime a la Palabra de Dios. *- El canto ocupa un lugar destacadísimo en la catequesis infantil. Junto al gesto es uno de los medios de expresión que más gusta y atrae a los niños. El canto penetra de tal modo en el corazón de los pequeños que muchas canciones aprendidas en la infancia se recuerdan de por vida. • El canto religioso es un recurso educativo-recreativo-pastoral importantísimo. En la catequesis de niños el canto debe ser un elemento cotidiano y permanente. Se los recomiendo vivamente. Es más, creo que la incorporación del canto en la catequesis infantil es una opción metodológica ya que, en la práctica, muchas veces se trata de una "catequesis cantada". 161
• Cántico y gesto: Una catequesis infantil sin cantos es una catcquesis "muerta" antes de empezar. En cualquier catequesis que se gloría de buena desbordan de canciones compartidas; sobre todo, cuando unimos cantos con gestos. Esta fusión "mágica" del canto y gesto genera en los pequeños una respuesta que ni siquiera imaginamos. El potencial educativo que tiene la música es inmenso. Quienes ya han hecho la experiencia saben que pocas cosas les gustan más a los niños que "cantar con todo el cuerpo", es decir, hacer una sola cosa del gesto y la canción. Un catequista creativo podrá crear junto a los niños y elegir los gestos que mejor se identifiquen con las canciones preferidas por ellos y que mejor ayuden a comunicarse con Dios. • Un canto no se improvisa, es el resultado de un trabajo catequístico. Con frecuencia se descuida el canto. Se canta como se puede y cada uno hace su propia música. Hay que aprender a cantar y a cantar bien. • Una canción que sirve para orar es una poesía, porque además de las verdades de fe que dice, expresa también los sentimientos del corazón. La música, si es buena, subraya y hace resaltar los sentimientos: el ritmo y la melodía ayudan a expresar la alegría, la tristeza... Esto resulta importante hacérselo notar y sentir al grupo de niños. La música ayuda también a la memoria; de hecho, las emociones se adhieren al ritmo y a la melodía. 1 1 . Indica dones .pa rauÉLS^.n * 9L^!9J1J1'.Q!Q!5___ El canto con niños • Hay que poner especial cuidado en el contenido de los cantos, debido a la huella que imprimen en el corazón del niño. No debemos caer en cursilerías, simplificaciones tontas, carentes de toda poesía o sentido teológico. El contenido debe ser simple, profundo y debe estar al alcance del entendimiento del niño. Es muy importante explicar siempre la letra, previamente. • El texto y la música deben expresar belleza y poesía, como forma de acercarse a Dios. 162
• El canto dirigido al Señor debe diferenciarse de otro canto común por la forma y disposición con que se canta. • La melodía debe ser afín a la edad; es decir, debe ser, alegre, ágil, corta, rítmica, sencilla, repetitiva y fácil de recordar. • Los cantos pueden ser acompañados con gestos que refuercen el contenido, sin caer en gestos ridículos por demasiado simplones. Es decir, los gestos tienen su autonomía; no deben repetir lo que dice la letra. • La letra y la melodía deben estar en sintonía con el contexto litúrgico que se vive o con el tema catequístico en cuestión. • Hay que recurrir a la creatividad, al ingenio y al incentivo para lograr que los niños "vivan" los cantos dedicados a Dios. • Los niños están más pendientes de la canción en sí que de la forma en que ésta es cantada por el catequista; no son un jurado exigente sino más bien un público deseoso de cantar y aprender la nueva canción. Por lo tanto, podemos movernos y cantar con cierta tranquilidad, aunque nos equivoquemos. • En la medida que se pueda, es conveniente acompañar los cantos con instrumentos musicales, más aún cuando son los mismos niños que los ejecutan. • Es muy importante el ensayo previo de las canciones. Los niños llegarán a las celebraciones conociendo el texto y la música de antemano. No solo habrá que explicar el significado de los textos sino que los niños deberán memorizar la melodía previamente. • Un buen momento para memorizar los cantos son los momentos previos a las celebraciones, antes de iniciar la catequesis, y también en los minutos anteriores a la reunión general de los grupos. • Es conveniente al principio, disponer de un cancionero para ir acostumbrándose a las canciones, aunque es recomendable aprenderlas de memoria. • Si uno no se siente capacitado para cantar, puede solicitar ayuda a otros catequistas o podría ayudarse con un radio-cassette o grabador. • A muchos padres les interesa tener en sus casas copias (texto y música) de las canciones para cantarlas con sus hijos. Habrá que prever la forma de hacer llegar las canciones a las familias. 163
• Hagamos uso pero no abuso de la canción en catequesis. Muchas canciones hermosas se terminan "gastando" porque las repetimos interminablemente en toda ocasión. • No es recomendable utilizar melodías de canciones conocidas, a las que se les ha cambiado la letra, ya que los niños y los grandes instintivamente se remiten a la canción preexistente. Hay que esforzarse en conseguir la mayor cantidad y calidad de canciones litúrgicas y catequísticas. Gracias a Dios y a la tarea de muchos catequistas, músicos y poetas están apareciendo nuevos cancioneros religiosos, especialmente compuestos para niños. Hay que saber buscar y quedarse con lo mejor. Estas indicaciones que acabo de darles pretendieron ser, solamente, una guía para la utilización del canto religioso en la catequesis. Está claro que la única manera de aprender a cantar canciones con los niños es cantando con ellos. Solo quien ha pasado por tal hermosa experiencia puede darse cuenta del inmenso papel que tiene el canto en la catequesis.
I I LA ÉUCARISTÍA^CON_NI_ÑOS__ Todo lo que venimos reflexionando en este capítulo acerca de las celebraciones de la Palabra, los signos y gestos y el canto se aplica de manera especial a las Eucaristías con niños. Por esto, en este cuarto apartado profundizaremos los aspectos que directamente tienen que ver con la misa con niños, integrando todo lo expuesto hasta ahora 3 . "La Eucaristía es el corazón y la cumbre de toda la Iglesia." Catecismo de la Iglesia Católica, 1407 La participación en la Eucaristía nos une al corazón de Jesús, nos da fuerzas para amar, nos hace desear la vida eterna y nos une a la Iglesia del cielo, a la Santísima Virgen María y a todos los santos. Todos ' Para profundizar el tema, recomiendo leer Gloría a ti, Señor, porque nos amas, del P. Eduardo GARCÍA.
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los cristianos, incluidos los niños, somos depositarios de este sagrado don, que nos dejara Jesús, en memoria suya. A través de la Eucaristía, los niños se enriquecen interiormente, es decir, se abren para recibir la gracia de Dios. Lo que celebramos en la Eucaristía debería transformarse en la cumbre y la fuente de toda la espiritualidad personal, matrimonial, familiar y comunitaria. La celebración cristiana tiene un motivo fundamental. Los creyentes se reúnen como familia, como Iglesia, para celebrar no algo sino a Alguien: al Padre y por Jesucristo, en el Espíritu. Todo creyente puede y debe sumarse a la fe de la Iglesia. Por eso, los niños tienen su parte activa. Si la Eucaristía es la fuente y el centro de la existencia humana y de la vida de la Iglesia, la celebración eucarística con niños es una ocasión propicia, a través de la cual los niños expresan su fe y aportan al resto del pueblo de Dios su propia riqueza. La fe se hace vida cuando se celebra, dado que la celebración compromete a toda la persona: corporeidad, inteligencia, afectividad y voluntad. Celebrar la Eucarística con niños no es ofrecer una celebración para cristianos en miniatura, sino que es celebrar desde y con los niños la acción de gracias a nuestro Señor que se entregó por nuestra salvación. Es celebrar la acción de gracias, permitiendo que los niños entren en una experiencia espiritual, acorde con su edad, psicología, realidad e intereses. Es tan importante adaptar la celebración a los niños como adaptar los niños a la celebración. fjjf Lacatequesis eucarística "Tal vez sea el momento de tomar conciencia de la importancia de los niños en la Nueva Evangelización, por ser ellos, quienes con su frescura y espontaneidad, pueden hablarnos de Jesús a los mayores..." Mons. Eduardo García, Vicaría Episcopal de Niños, Buenos Aires La celebración eucarística no es una amalgama de ritos, sino una acción de Dios y una acción de gracias del hombre, realizada mediante un conjunto de signos, gestos, palabras, lugares, objetos. Todos ellos son importantes en tanto y en cuanto nos conducen a Dios. 165
Por una parte, para que un signo sea válido, los niños deben ser protagonistas (es decir que el signo debe insertase en su mundo) y, por otra, el signo no tiene significado por sí mismo, sino en situación. La catequesis eucarística cultivará los valores humanos, de manera que los niños (gradualmente de acuerdo a su edad y condiciones psicológicas y sociales) abran su ánimo a la percepción de los valores cristianos y a los misterios de Cristo. Una comunidad cristiana que da testimonio del Evangelio, que vive en fraterna caridad, que celebra los misterios de Cristo activamente, es una escuela óptima de educación cristiana y litúrgica para los niños que en ella viven. Aunque la liturgia en sí misma ejerce también en los niños su propia fuerza de enseñanza, es muy importante dentro de la catequesis de niños, dedicar un tiempo a la catequesis de la misa, para que así el niño la viva y participe plenamente en ella. Tomar en serio a la niñez, no solo como un paso a la adultez, sino como un tiempo de la vida con características propias, equivale a tener en cuenta y valorar al niño en su forma de ser, de expresarse, de pensar, de percibir la realidad, de amar, de relacionarse con los demás, con las cosas y con Dios. No podemos pensar en la fe de los niños como una fe diminuta o incompleta. El niño tiene una profunda capacidad de conocer y entablar una relación de amistad con Dios y que debemos favorecer y cultivar. La catequesis eucarística o catequesis de la misa tiene que centrarse en la explicación permanente y renovada de los elementos que intervienen en la liturgia: los tiempos litúrgicos, las partes y momentos de la misa, la vestimenta del sacerdote, los colores, etc. 2 Elementos y signos litúrgicos Agrego aquí algunas ideas sobre los principales elementos y signos que intervienen en la Liturgia y que creo conveniente conocer y dar a conocer, progresivamente, a los niños en las catequesis de la misa. Elementos litúrgicos • El altar: mesa rectangular sobre la cual se colocan las ofrendas y se realiza la consagración. Es la mesa del banquete y representa a la persona de Jesús. Por eso cada vez que pasamos frente al altar hacemos una reverencia inclinando la cabeza. 166
*• Cáliz: vaso consagrado para contener el vino que se convertirá en la sangre de Jesús. • Patena: plato donde se coloca la hostia que el sacerdote consagra durante la misa y come en la comunión. • Copón: copa grande con tapa, destinada a la conservación de las hostias consagradas. *• Velas: habitualmente se usan dos, y representan la presencia de Jesús resucitado que es nuestra luz. »• Libros: el misal contiene las oraciones propias de la misa y el leccionario, las lecturas bíblicas de cada día del año. • Vinajeras: dos recipientes que contienen el vino y el agua para el ofertorio y la purificación de las manos del sacerdote. *• Mantel: recubre el altar, es blanco y simboliza la fiesta y la pureza. • Corporal: lienzo blanco que se coloca encima del mantel, sobre el cual el sacerdote realiza la consagración. *• Crucifijo: preside la celebración y es el símbolo de lo que festejamos: la muerte y resurrección de Jesús, ¡su misterio pascual! »• Flores: simbolizan nuestra fiesta y alegría de celebrar.
Si la ta la
Vestiduras litúrgicas bien todos celebramos la Eucaristía, el sacerdote es el que preside celebración, en nombre de Jesús. En la misa, el sacerdote represena Cristo sacerdote. Estas son las vestiduras que el sacerdote usa para celebración:
•Alba: es una túnica blanca que llega hasta los pies; simboliza la pureza y la alegría de los que somos santificados por Cristo. *• Estola: es una delgada tira de género que se coloca alrededor del cuello, con forma similar a una bufanda larga. Es símbolo del poder sacerdotal y el sacerdote la usa para la celebración de los sacramentos. *• Cíngulo: es un cordón que el sacerdote lleva alrededor de la cintura; simboliza la actitud de servicio a jesús. •• Casulla: es un manto de color, un vestido de fiesta, tomado de las vestimentas romanas. 167
Los colores litúrgicos • El color. Es uno de los elementos visuales más sencillo y eficaces, quiere ayudarnos a celebrar mejor nuestra fe. Su lenguaje simbólico nos ayuda a penetrar mejor en los misterios celebrados expresando el sentido progresivo de la vida cristiana a lo largo del año litúrgico. El color está determinado por el tiempo litúrgico y la fiesta que celebramos. *• El blanco es el color privilegiado de la fiesta cristiana y el color más adecuado para celebrar: la Navidad y la Epifanía; la Pascua; las fiestas de Cristo y de la Virgen, a no ser que por su cercanía al misterio de la Cruz se indique el uso del rojo; fiestas de ángeles y santos que no sean mártires; ritual de la Unción de los enfermos.
»• El incienso. Indica la actitud de oración y elevación de la mente hacia Dios. El incienso crea una atmósfera agradable y festiva en torno a lo que se inciensa, a la vez que crea un aire entre misterioso y sagrado por la sutil impalpabilidad de su perfume y de su h u m o . Expresa elegantemente el respeto y la reverencia hacia una persona o hacia algún símbolo de Cristo. El incienso es símbolo, sobre todo, de la actitud de ofrenda y sacrificio de los creyentes hacia Dios, uniendo de algún m o d o a las personas con el altar, con sus dones y sobre todo con Cristo jesús que se ofrece en sacrificio.
*• El verde como color de paz, serenidad, esperanza se utiliza para celebrar el Tiempo Ordinario del Año Litúrgico.
• Las campanas. Es muy antiguo el uso de objetos metálicos para señalar con su sonido la fiesta o la convocatoria de la comunidad.
• El morado remite a la discreción, penitencia y a veces, dolor; es con el que se distingue la celebración del Adviento y la Cuaresma; las celebraciones penitenciales y las exequias cristianas.
Desde la antigüedad las campanas y las campanillas se han utilizado expresivamente en la vida social y especialmente en el culto. Las campanas se incorporaron rápidamente como un elemento muy expresivo para señalar las fiestas y los ritmos de la celebración cristiana.
• El rojo nos recuerda al fuego, a la sangre en referencia simbólica al martirio. Es el color elegido para: la celebración del Domingo de Pasión (Ramos) y el Viernes Santo; en la Fiesta de Pentecostés, porque el Espíritu es fuego y vida; las fiestas de los Apóstoles, Evangelistas y Mártires, por su cercanía ejemplar y testimonial a la Pascua de Cristo.
Signos litúrgicos *• El fuego. En nuestras celebraciones aparece en forma de lámparas y cirios encendidos durante la celebración o delante del sagrario. Aparte del simbolismo de la luz entra aquí también esa misteriosa realidad que se llama fuego: la llama que se va consumiendo lentamente mientras alumbra, embellece, calienta, dando sentido familiar a la celebración. La Vigilia de Pascua es la celebración que queda enriquecida de modo más explícito con el simbolismo del fuego. La hoguera que arde fuera de la Iglesia y de la que se va a encender el cirio pascual remite intensamente al triunfo de la luz sobre la tiniebla, del calor sobre el frío, de la vida sobre la muerte. 168
Las campanas del campanario convocan a la c o m u n i d a d cristiana, señalan las horas de la celebración, de oración, diversos m o m e n t o s de dolor o de alegría y sobre todo con su repique gozoso anuncian las fiestas. Y así se convierten en un "signo hecho sonido" de la identidad de la comunidad cristiana, como también el m i s m o campanario, con su silueta estilizada, se convierte en símbolo de la dirección trascendente que debería tener nuestra vida. • La ceniza. La ceniza, del latín "cinis", es producto de la combustión de algo por el fuego. Muy fácilmente adquirió un sentido simbólico de muerte, caducidad, y en sentido trasladado, de humildad y penitencia. El Miércoles de Ceniza realizamos el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente (fruto de la cremación de las palmas del año pasado). La Cuaresma empieza con ceniza y termina con el fuego, el agua y la luz de la Vigilia Pascual. Algo debe quemarse y destruirse en nosotros - e l hombre v i e j o - para dar lugar a la novedad de la vida pascual de Cristo. Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio" (Me 1,15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (Cn 3,19). 169
y Lajrye^arajcjón de la Eucaristía con niños
El niño vivirá la celebración eucarística como algo propio porque:
Debemos ayudar a los niños a vivir los valores cristianos, a través de una liturgia adecuada a ellos y adaptada a su psicología.
• Está destinada para él.
La preparación de la celebración eucarística con niños debe tener como base aquellos elementos que conforman el mundo infantil y su manera de expresarse: La música, el lenguaje, los gestos, las oraciones tienen que responder a lo que exige su naturaleza y ser vehículo para que alabe a Dios.
• Él la necesita para crecer en la fe.
Como en una fiesta, es necesario que los niños se sientan bien recibidos, que se les esperen, que les acompañen hasta sus lugares, que les ensayen las canciones que se utilizarán en la celebración. El niño debe experimentar la compañía y la asistencia de los catequistas y del celebrante. Todo material que se vaya a utilizar durante la celebración debe estar previamente preparado y dispuesto. He aquí algunos elementos que habrá que tener en cuenta cuando se realiza una Eucaristía con niños:
• Dios quiere manifestarse y hablarle. • Tiene que ser un espacio para el encuentro entre Dios y los niños, y de los niños entre sí. Por esta razón, es conveniente que los niños y niñas no solo participen en la preparación sino también en las distintas acciones de la misa. Éstas podrían ser: • Ambientar el lugar. • Preparar los ornamentos y el altar. • Cantar en el coro y tocar instrumentos musicales. • Proclamar las lecturas. • Responder en la homilía, de diversas formas. • Inventar y recitar las plegarias de los fieles. • Llevar las ofrendas al altar.
• La participación activa de los niños "Los principios de una activa y consciente participación tienen también valor aun cuando la misa se celebre con niños. De ahí que deba cuidarse en que todas las cosas se realicen para aumentar dicha participación y que se torne así mucho más eficaz..." Directorio Litúrgico para las misas con participación de niños, 22
Un elemento muy importante que se ha de tener en cuenta para que la celebración no sea una representación teatral es la participación activa de los niños, de manera que se sientan auténticos protagonistas de aquello que se está llevando a cabo. No hay que confundir el protagonismo de los niños con el activismo y exhibicionismo, pues tienen el peligro de caer en él por falta de interiorización de lo que se celebra. Esta participación auténtica es lo que les permitirá crear el vínculo entre la celebración de fe y a la vida misma. 170
• Participar cantando en la Plegaria Eucarística y en todas las partes donde se requiere cantar. • Ayudar en la misa haciendo de acólitos o monaguillos, etc. Es importante - y muy valorado por los niños- formar con ellos equipos de liturgia, donde los niños y niñas puedan ir tomando contacto con las cosas sagradas y la preparación de la misa. Sería algo así como una escuela de monaguillos, lectores, guías, etc. En todas estas cosas, conviene tener presente que las acciones externas permanecerán sin fruto; más aún, serán nocivas si no sirven para estimular la participación interna de los niños. Por este motivo, conviene que los niños no hagan cosas porque sí, sino que cada acción que realicen tenga una pequeña catequesis previa, mostrándoles el sentido e importancia de dicha actividad dentro de la celebración misma. Hay que tener en cuenta que cualquier forma de participación tiene su momento culminante; este es la comunión eucarística, ya que en ella se recibe el Cuerpo y la Sangre de Cristo como alimento espiritual. 171
• La música
• El mural o cartel
En las misas con niños, la música y el canto tienen un papel muy destacado. Los niños muestran una especial afinidad por la música y se sienten satisfechos cantando. La música instrumental presta un gran servicio, especialmente si es ejecutada por ellos mismos.
El cartel es un medio de comunicación visual. E| cartel es un "grito pegado a la pared". Está hecho para decir algo, para ser entendido a través de la vista. Por lo tanto, el cartel será llamativo y bien visible, debe grabarse en la memoria con facilidad, pero, sobre todo, debe ser formativo catequísticamente hablando. El texto será claro, preciso, expresivo y corto. El tipo de letra ha de ser legible, sencilla y clara.
Hay que prestar especial cuidado para que la música no predomine sobre el canto o sirva para distraerse y no para lograr una plena participación interior y comunitaria. No se trata de asistir a un concierto en medio de la misa, sino a una misa con cantos. Resulta muy apropiado y a la vez comprometedor, formar un coro de niños, con acompañamiento de instrumentos musicales ejecutados por ellos mimos. El objetivo del coro en las misas no es el lucimiento, sino lograr la mayor animación y participación posibles de toda la comunidad. Hay que tener en cuenta que, tanto la letra como la música deben responder al momento de la celebración en el cual se incorpora. Las canciones se ensayarán previamente con los niños hasta aprenderlas bien. • Elementos visuales El uso de lo visual en las misas con niños responde a la misma naturaleza de la liturgia. Por esto, los elementos audiovisuales deber ser utilizados armoniosamente y teniendo en cuenta: la claridad, la oportunidad, la belleza y el servicio que los mismos prestan a la celebración eucarística. Estos recursos son solo para vivenciar mejor los momentos centrales de la misa. Hay que tener especial cuidado de no saturar con audiovisuales una celebración. Es preferible utilizar pocos elementos, pero con fuerza, y en conexión con el momento y el sentido celebrativo que se está viviendo. Los elementos visuales de posible utilización en las misas con niños pueden ser: diapositivas, pancartas, representaciones, fragmentos de películas, pizarra, teatro de sombras, títeres, luces..., entre otros. Estos elementos cobran mayor sentido cuando son preparados por los mismos niños, teniendo en cuenta que en ningún momento, acapararen la celebración. Su finalidad es facilitar la comunicación visual, es decir, que se perciben por los ojos, la mente y el corazón de todos los presentes. 172
Si se tiene en cuenta que los colores afectan los sentidos de diferentes maneras, hay que utilizarlos ex profeso. En la experiencia de muchos, las mejores combinaciones para un cartel son: rojo sobre azul, rojo sobre gris, rojo sobre amarillo verdoso, rojo sobre amarillos anaranjados. La composición del cartel tiene que ver con la organización, la distribución de imágenes, palabras o textos y el color sobre la superficie del cartel. • Hay que tener en cuenta la proporción entre imagen, letra y color y los espacios en blanco. • Vale la pena armar y desarmar el cartel antes de hacerlo definitivamente. Los carteles hay que renovarlos periódicamente; si no es posible para cada Eucaristía, sí para las grandes fiestas litúrgicas.
• El guión El guión es lo que da unidad a la celebración eucarística. La idea central de la celebración eucarística se repetirá a lo largo de la intervención del animador. A través del mismo, se centrará la atención de los niños, por medio del diálogo con ellos, buscando siempre la manera de hacerles participar más y mejor. El monitor o guía de la Eucaristía será elegido cuidadosamente y deberá prepararse con esmero para tan delicada tarea. Marca el ritmo de la celebración y, junto al sacerdote, ayuda a crear el clima del encuentro. No se trata de una predicación más, sino que su función principal es realzar lo esencial, clarificar los signos con intervenciones cortas, simples y oportunas. En todo momento, intervendrá para que los niños atiendan y participen mejor de la celebración eucarística. 173
La celebración de eucaristías con niños no implica que se realice algún rito totalmente especial, sino más bien adaptar, abreviar u omitir algunos elementos y elegir algunos textos más aptos; a fin de que no aparezca una gran diferencia entre las misas con niños y las misas con adultos. Tales celebraciones eucarísticas conducirán a los niños hacía las misas de adultos; aunque muchos principios que se aplican a la misa de niños tendría que servir de base para la renovación de las eucaristías con adultos. Es un hecho constatado que, una buena celebración con niños, no solo le sirve a éstos, sino que muchas veces ayuda a renovar la fe de los adultos presentes en la misma. De esta manera, hemos recorrido el camino de la iniciación litúrgica de los niños. Si este se realiza a conciencia, con dedicación y entusiasmo, nos conducirá al encuentro del Dios vivo, presente en cada Eucaristía.
A Para saber más
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N,
- ALDAZÁBAL, José, Gestos y simbolos, Dossiers CPL 40, Centro de Pastoral Litúrgica de Barcelona, Barcelona, 1990. - CASIELLO, Beatriz, Metodología catequística, págs. 211 ss. - CATEQUISTAS'DEL IPA, Dios está conmigo. Guía áel catequista, p. 16. - CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA. Bases para la catequesis de iniciación. Edic. Don Bosco, Buenos Aires, 1981, Introducción. - GARCIA, Mons. Eduardo, Gloría a ti, Señor, porque nos amas. Sugerencias para la celebración de la Eucaristía con niños, Paulinas, Buenos Aires, 1996. - GARCÍA AHUMADA, Enrique, Catequesis audiovisual, ONAC, Santiago, 1978. - Comunicación audiovisual para evangelizar, Editorial Tiberíades, Santiago de Chile, 1999. - GARCÍA MORRO, Néstor, Catequesis renovada, Búsqueda, Buenos Aires, 1965. - GIBSON, Cristóbal, Celebraciones para la iniciación cristiana de los niños, Claretiana, Buenos Aires, 1979. - GUARDINI, Romano, Los signos sagrados, Librería Emanuel, Buenos Aires, 1983. - LUBIENSKA DE LENVAL, La educación del sentido religioso, Herder, Barcelona, 1963. - MIANNI, Marcelino, Los signos sacramentales, Claretiana, Buenos Aires, 1980. - ORDÓÑEZ DE LANÚS, Inés, Celebrando la eucaristía, Ediciones Paulinas, Buel nos Aires, 1994. J 174
CAPÍTULO VIH LOS NIÑOS Y LA PALABRA DE DIOS H I X B I B U A E N L A CATEQUESIS DE NIÑOS La Sagrada Escritura es el mejor medio para llegar al conocimiento de Jesucristo. San Jerónimo afirma vigorosamente: "Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo". Si queremos llevar al niño a Cristo, debemos familiarizarlo con los escritos sagrados, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, ya que todo en la Escritura apunta a Cristo. La Palabra de Dios es un elemento central e insustituible en la catequesis. Sin Palabra de Dios no hay catequesis posible. La Palabra de Dios entra en la catequesis desde el momento que se comienza a hablar de Dios o de Jesucristo. En ese sentido, el mismo Espíritu Santo da testimonio de la utilidad y actualidad de la Escritura en la Catequesis. "Toda la Escritura es divinamente inspirada y útil para enseñar, para argüir, para corregir, para educar en la justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y consumado en toda obra buena..." 2 Timoteo 3,16 ¡í La Bibiiaj, indispensable
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*• Derecho a escuchar la Palabra de Dios. Las palabras de la Sagrada Escritura tienen un calor, una luz y una unción que no poseen las palabras humanas, "porque la Palabra de Dios es viva, eficaz y tajante más que una espada de dos filos" (Hb 4,12). Solo la Biblia goza de la prerrogativa de ser Palabra de Dios. En cuanto tal, el niño tiene el derecho de oírla y no podemos privarle de este privilegio. • Adaptación, no sustitución. La Palabra de Dios supone en los niños una capacidad de escuchar con el corazón, que va más allá del solo 175
entender y prestar atención. Se trata de abrirse interiormente para recibir lo que Dios enseña y, sobre todo, al mismo Dios, que se revela y espera una respuesta (cfr. Bases para la catequesis de iniciación de niños, pág. 67). • Iniciación progresiva.,Evidentemente el uso y proclamación de la Biblia debe adaptarse a la edad, al lenguaje y a la psicología de los niños, pero en ningún momento puede faltar o sustituírsela por otra cosa. Lo que interesa no es el aspecto cuantitativo de la Palabra, si no lo que se lee y lo que ella propone. Quizá haya niños que conozcan los episodios bíblicos, sin que por esto se hayan encontrado con la Palabra de Dios y, por tanto, sin haber comenzado un camino de conversión. Es importante que los niños se familiaricen con la Biblia desde pequeños y que se refieran a ella con respeto y naturalidad. La iniciación a la lectura de la Biblia será progresiva. Primero, se leerán los textos más simples y sencillos, porque son fáciles de comprender y están al alcance de todos. • Presencia de la Biblia. En todas y cada uno de las sesiones catequísticas estará presente la Palabra de Dios. En este sentido, creo firmemente que "el pan de la Palabra" está hecho también para los pequeños, aunque solo podamos darles "migajas" que realmente nutrirán su fe: "Mis palabras son espíritu y vida...", afirma San Juan (Jn 6,63). Creo que esta Palabra actúa como una semilla y que si enseñamos a los niños a "guardarla en su corazón", el Espíritu Santo la fecundará poco a poco. • Lo esencial, con equilibrio e integridad. Al citar la Biblia es necesario limitarse a lo esencial, cuidando el equilibrio y la integridad del mensaje. Lo importante es que los textos y narraciones resulten claros. No hay que desfigurar los hechos, ya que la Palabra de Dios es eterna y universal, por tanto, se dirige también a los pequeños: 176
"El que pone atención en la Palabra halla la felicidad; es feliz el que confía en Dios..." (Prov 16,20). • Un libro santo. Es indispensable que la Palabra de Dios sea percibida por los niños como una realidad significativa. Necesita, en efecto, una prioridad no simplemente cronológica, sino valorativa. El niño se acerca a la Palabra de Dios con una actitud interrogante, en espera de una respuesta y del descubrimiento de un significado vital. Solo para quien ha aprendido a preguntar y para quien ha aprendido a buscar, la Biblia es Palabra viva de Dios y respuesta liberadora. Nuestra forma de tratar la Biblia en las catequesis debe evidenciar esta verdad: es un libro santo. La Biblia es esencialmente un libro religioso que contiene todo lo que Dios quiso revelar a los hombres para su salvación. La Biblia, de alguna manera, contiene las propias palabras dirigidas por Dios a la humanidad. Es la "carta de amor" de Dios a sus hijos. La fuente donde la catequesis toma su mensaje es la misma Palabra de Dios. Siempre que utilicemos la Biblia en catequesis, debemos dar relevancia al Plan de Salvación de Dios, cuyo centro y culminación es el mismo Jesús.
La Biblia, elemento indispensable "Desde el momento que el niño se inicia en la formación y crecimiento en la fe, a través de la catequesis, la Palabra de Dios pasa a ser un elemento indispensable en su vida cristiana. Para que los niños la sientan así desde el primer momento, es conveniente que: • Se dedique uno de los primeros encuentros a la catequesis de la Palabra de Dios. • Se realice con los niños una celebración litúrgica donde se entronice la Sagrada Biblia, de manera que quede de manifiesto el lugar preponderante que ocupará en adelante. 177
• En todos los encuentros la Palabra de Dios ocupe un lugar importante. • Al menos algunas veces aparezca en las celebraciones o los encuentros la riqueza de los testimonios dejados por los Padres de la Iglesia. • Los niños puedan palpar que el catequista está al servicio de la Palabra de Dios, y no a la inversa." Bases para la catequesis de iniciación de niños, Conferencia Episcopal Argentina, pág. 83 Ü l Líneas interpretativas de la Palabra de Dios con los niños
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Existen varias traducciones de la Biblia. Utilicemos aquellas que más se adapten al lenguaje infantil. Hay que tener cuidado al elegir la Biblia, ya que existen en circulación versiones de la misma que no cuentan con la debida aprobación eclesiástica y, por lo tanto, no tenemos garantía de la calidad y fidelidad de los textos. Todas las Biblias católicas poseen en las primeras páginas las inscripciones "Nihil obstat" (Nada obsta a la fe) e "Imprimatur" (Puede imprimirse), firmadas por un Obispo o censor eclesiástico. Recomendamos manejar los textos bíblicos de las siguientes ediciones (la segunda y tercera son de Argentina; la cuarta, de México):
El género literario de la Biblia es muy variado. En el trabajo con niños (cfr. Gatti, 165), se concede cierta preferencia a los hechos, a los personajes y a las normas de vida.
• La Biblia latinoamericana, de San Pablo y EVD.
A tal propósito es indispensable observar algunos principios para mejor favorecer una lectura catequística.
• El libro de la Nueva Alianza, de la Fundación Palabra de Vida.
• Los hechos exigen ser presentados como experiencias vividas, significativas y motivadoras.
• El libro del Pueblo de Dios, de la Fundación Palabra de Vida. • La Biblia del niño, por Jacob Ecker, de Guadalupe. • La Biblia, de La Casa de la Biblia (PPC, Sigúeme, EVD).
• Los personajes. Es necesario que los protagonistas se conviertan en interlocutores actuales y convincentes.
• Biblia de América, de La Casa de la Biblia (PPC, Sigúeme, EVD).
• Las normas de conducta. Muchas expresiones bíblicas son anunciadas bajo la forma de normas. Es importante que más allá de ellas aparezca siempre el mensaje de Dios, la libertad de adhesión y el carácter dialogal de la conducta cristiana, que se resuelve en la aceptación de la persona de Jesucristo.
• La Biblia cultural, de SM-PPC.
Existe un uso abusivo de la Biblia en las llamadas "Historias Sagradas". Por lo general, estas obras desfiguran el Plan de Dios y no lo presentan como tal, sino como una sucesión de acontecimientos inconexos. En esas obras, se da una relevancia desproporcionada a hechos que, aunque en sí mismos se encuentran en la Biblia, no pasan de tener un valor secundario en el conjunto. Por ejemplo: Sansón derribando las columnas del templo o los acontecimientos de David y Goliat. Lo esencial, en la selección de los textos bíblicos que compartimos con los niños, vendrá dado por el mensaje de fe que se transmite. 178
• La Biblia de Jerusalén, de DDB (con versión americana también). • La Biblia didáctica, de SM-PPC. • La Nueva Biblia Española, de Cristiandad. • La Biblia del Peregrino, de EGA. • Biblia para la iniciación cristiana, Secretariado Nacional de Catequesis de la Conferencia Episcopal Española. Debido a la poca capacidad de atención de los niños, se elegirán textos breves y de gran contenido, que expresen el mensaje central del tema propuesto. Muchas veces, un versículo de algún salmo, la parte central de un texto, lo esencial de un pasaje evangélico... son más que suficientes para que el niño capte lo fundamental. En la selección de textos siempre hay que ser fiel a la totalidad e integridad del mensaje de salvación. 179
Cuando se trate de textos bíblicos más largos (por ejemplo: la vocación de Samuel, las parábolas de Jesús, etc.) conviene realizar una lectura narrada o lectura expresiva. La forma de narración bíblica en la catequesis es el método más sencillo para iniciar a los niños en los misterios de la fe. De hecho, ese era el método de la Iglesia primitiva. En el caso de las narraciones, hay que aclarar al niño que estas historias son reales y no cuentos de fantasía. En la mente del niño habrá una diferencia muy clara entre lo ficticio y lo real, aunque piense en lo real a través de lo imaginario. Es importante que la historia de Jesús no se desarrolle al mismo nivel que la de Pulgarcito, Los Power Rangers, Pokemón o cualquier otro héroe de fantasía. ••Por eso, en las narraciones bíblicas evitemos los giros utilizados en la narración de cuentos infantiles, generalmente sin matizar el tiempo ni espacio, como por ejemplo: "Había una vez, en un país lejano..." o "Colorín colorado este cuento se ha acabado...". • Por el contrario, situemos a los niños en un lugar real y concreto; por ejemplo: "En Jerusalén vivía un niño llamado Samuel. El estaba al servicio de Dios y vivía junto a Eli, en la casa de Dios. Un día oyó...".
Por esto, es aconsejable guardar la Palabra de Dios en un lugar de honor; por ejemplo, en el rincón de oración, y tratarla con cuidado y respeto, hojeándola delicadamente, abriéndola y cerrándola con calma... Mientras se lee un pasaje de la Sagrada Escritura, un niño con una vela encendida en la mano, puede estar junto al lector; también la vela encendida se puede poner al lado del libro sobre la mesa donde se hace la lectura. Después de leer la Biblia, se besará reverentemente la página abierta para expresar el amor y la gratitud para con la Palabra de Dios. Cada vez que se lea un texto bíblico, es conveniente observar que los niños se encuentren correctamente sentados (el hacerlos poner de pie los dispersa), cambiar el tono de voz, leer pausadamente, con entonación y fervor, sin caer en exageraciones. Es preferible utilizar una Biblia grande, bien encuadernada, para que los niños observen y sepan que se trata de un libro muy especial. Doy un consejo pedagógico: cuando háganlo siempre previamente, y que la útil transcribirlos en una hoja pequeña e go leer directamente de la hoja y evitar B
U
U n t r a t o respetuoso y solemne
Nuestra forma de tratar la Biblia evidenciará esta verdad: es un libro santo.
1
se tenga que seleccionar textos, cita esté a la vista. Resulta muy introducirla en la Biblia, para luedistracciones o desorientaciones.
EPISODIOS DE LA BIBLIA MÁS ADECUADOS PARA T R A B A J A B _ C Q N J Ü Ñ Q S _ _ •. ADÜSÜSLJJÉ5Í a ..n^einto. Episodios del
Antig no Testamento
En cuanto al manejo de la Biblia, recomiendo que el catequista la utilice dándole un trato familiar, respetuoso y, en cierta manera, solemne. En este aspecto, cobra vital importancia la valoración que tiene el adulto con respecto a la Palabra de Dios.
- La creación del mundo: Gn i, 1-25. - Dios crea a hombre: Cn i y 2.
El niño valorará la Biblia basándose en el tratamiento que le da el adulto; no se trata de un libro cualquiera. El catequista contará la historia o leerá el pasaje de la Biblia con toda la fe, amor y reverencia de alguien que cree en ella y la ama sinceramente. No olvidemos que la delicadeza está próxima a la bondad.
- Caín y Abel Gn 4. - Dios envía el diluvio. Noé y e 1 arca:Gn 6-9. - La torre de Babel: Gn n .
180
- Los primeros hombres pecan Caín y Abel: Gn 3. - Adán y Eva son castigados: G n 3,16-24.
181
- Dios llama a Abraham: Gn 12,1-8.
- Dios habla a Elias en la brisa suave: 1 Re 19,9-14.
- Melquisedec sacrifica pan y vino: Gn 14.
- El profeta Elíseo: 2 Re 4-5.
- Sodoma y Gomorra. Abraham y Sodoma: Gn 18-19.
- El llamado del profeta Isaías: Is 6.
- El sacrificio de Isaac: Gn 22,1-10. - Nacimiento de Esaú y Jacob: Gn 25.
- La profecía de Isaías sobre la Virgen: Is 7 15- El llamado del profeta Jeremías: Jr 1,4-14.
- José, odiado por sus hermanos: Gn 37,1-11.
- jeremías en la casa del Alfarero: Jr 18,1-8.
- José es vendido por sus hermanos: Gn 37,12-35. - José es llevado a la cárcel: Gn 39,1-20. - José adivina sueños: Gn 40. - José es nombrado gobernador de Egipto: Gn 41 - Los hermanos de José van a Egipto. Gn 42 y 43. - José prueba sus hermanos: Gn 44. - José se da a conocer: Gn 45. - Jacob marcha a Egipto: Gn 45-50. - Moisés, salvado de la muerte: Ex 1-2. - Dios elige a Moisés. La zarza ardiendo: Ex 3,1-15.
- De Egipto llamé a mi hijo: Os n , i . - Dios promete su Espíritu: Jl 3. - Daniel interpreta los sueños de Nabucodonosor: Dn 2. - Daniel es arrojado al foso de los leones: Dn 6. - El santo Job: Jb i . - Desgracias de Job: Job 2-3. - Dios premia a Job: Job 42,10-17. - Tobías y el ángel Rafael: Tob 4-5. - Dios manda a Jonás a Nínive: Jon 1,1-3.
- Las plagas de Egipto: Ex 7-11.
- Jonás en el vientre de la ballena: Jon 2.
- La pascua judía. La fiesta de los ácimos: Ex 12.
- Conversión de Nínive y perdón de Dios a los hombres:
- La muerte de los primogénitos: Ex 12.
- Jon 3-4.
- Moisés saca de Egipto a los israelitas. Paso del mar Rojo: Ex 13-14. - Dios provee de comida (el maná) y bebida en el desierto: Ex 16-17. - Dios promulga los diez Mandamientos. El becerro de oro: Ex 19-20.
¿K N u e v o T e s t a m e n t o
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- Dios habla a Moisés en la tienda: Ex 25-27.
• V i d a , m i l a g r o s y e n s e ñ a n z a d e Jesús
- Dios instituye sacerdotes: Ex 29. - Dios elige a Gedeón: Jue 6,1-18. - La historia de Sansón: Jue 13-14. - Dios llama al profeta Samuel cuando era niño: 1 Sm 3. - David vence al gigante Goliat i Sm 17. - El rey David cuida del culto a Dios 2 Sm 5-7. - El juicio de Salomón. Las dos madres: Gn 3 16-28. - El rey Salomón manda construir el templo: i Re 6. - El profeta Elias. La viuda de Sarepta: i Re 17. 182
LA V I D A DE JESÚS - La anunciación, nacimiento e infancia de Jesús: M t 1,2 y Le i ,2. - Jesús es presentadc) en el Templo: Le 2,21-40. - El joven Jesús: Le 2 .41-52. - Bautismo de Jesús: Mt 3; Me i , i - n ; Le 3,21-22. - Tentación de Jesús: Mt 4 , i - n ; Me 1,12-13; Le 4,1- 13- Jesús llama a sus p r i m e r o s d i s c í p u l o s : M t 4 ,18- 2 2 ; Me i 16 2 0 ; Le 5, i - n .
183
- Jesús escoge a los doce apóstoles: Mt 10,1-4; Me 3,13-19; Le 6,12-16. - La transfiguración de Jesús: Mt 17,1-13; Me 9,2-13. - La entrada triunfal en Jerusalén: Mt 21,1-11; Me n , i - n ; Le 19,29-44; Jn 12,12-19. - La última cena de Jesús: Mt 26,17-35; Me 14,12-26; Le 22,1-38. - Jesús ora en Cetsemaní: Mt 26,36-46; Me 14,32-42; Le 22,39-46. - Juicio y crucifixión de Jesús: Mt 26,47-27,66; Me 14,43-15,47; Le 22, 47-23,56; Jn 18; 19. - La resurrección de Jesús: Mt 28,1-10; Me 16; Le 24,1-12; Jn 20.
-
Jesús nos enseña a orar: Le n , i ; Mt 6,9:7,7. Jesús, la luz del mundo: Jn 8,12. Jesús, el Buen Pastor: Jn 10,1-30. Jesús, el Pan de Vida: Jn 6,30-59. Las llaves del reino: Mt 16.13-20. Las bienaventuranzas: Mt 5,1-18; Le 6,17-26. La sal y luz de la tierra: Mt 5,13-16; Me 4,21; Le 14,34; 8,16. La viga y la mota en el ojo: Mt 7,1-6; Le 6,37. El impuesto al cesar: Mt 22,15-22; Me 12,13; Le 20,20.
- Jesús nos hace sus discípulos: Mt 28,16-20. - La ascensión de Jesús: Le 24,50-53; Hch 1,1-12.
MILAGROS DE JESÚS - Las bodas de Cana (Jesús convierte el agua en vino): Jn 2.1-11. - La multiplicación de los panes: Mt 14,13-21; 15,32-39; Me 6,30-44; 8,1-10; Le 9,10-17; Jn 6,1-15.
• Las parábolas de Jesús "Todo esto lo dijo Jesús en parábolas, o sea, por medio de comparaciones, y no predicaba sin usar comparaciones. Así se cumplía lo que dijo el Profeta: Hablaré con parábolas; daré a conocer cosas que estaban ocultas desde la creación del mundo..." Mt 13,34-35
- Jesús calma la tempestad: Mt 8,23-27; Me 4,35-41; Le 8,22-25. - La pesca milagrosa: Mt 4,18; Me i,i6Lc 5,1-11. - Jesús anda sobre el mar: Mt 14,22-33; Me 6,45-52; Jn 6,16-21.
EPISODIOS Y ENSEÑANZAS - Nacimiento de Juan Bautista: Le 1,57-66. - Muerte de Juan Bautista: Mt 14,1-12; Me 6,14-29. - Jesús y el joven rico: Mt 19,16-24; Me 10,17; Le 18,18. - Jesús y Nicodemo: Jn 3,1-15. - Jesús y Zaqueo: Le 19,10. - Jesús y la samaritana: Jn 4,1-33 y 39-45. - Jesús y la mujer adúltera: Jn 8,i-n. - Jesús y los niños: Mt 19,13; Me 10,13; Le 18,15. 184
Una parábola es una comparación o ejemplo que suele tener la forma de un relato corto. Su propósito es comunicar un mensaje al oyente o lector, a quien se le invita a tomar una decisión personal, jesús las utilizó con mucha frecuencia, muchas de ellas se refieren al Reino de Dios. A partir de los 8 años, los niños están mejor predispuestos para escuchar los hechos que se narran en los evangelios, particularmente, algunos episodios y enseñanzas de la vida de Jesús. Las parábolas resuenan profundamente en el corazón de los niños y, por qué no decirlo, también en los grandes. Las parábolas son muy queridas por todos los niños. Lo mismo sucede con la narración de los hechos históricos de la vida de Jesús, especialmente aquellos pasajes donde se manifiesta el poder de Dios. Estos episodios cargados de vida, como los milagros y las curaciones interesan de modo particular a los pequeños. 185
• La vida de la Iglesia primitiva PARÁBOLAS LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES
- Parábola de la casa edificada sobre la roca y la arena: Le 6,47. c
- Parábola de la fiesta de bodas: Mt 22,1-14; l- 14,15-24. - Parábola de la higuera sin fruto: Le 13,6-9. - Parábola de la levadura: Mt 13,33. - Parábola de la moneda perdida: Le 15,8-10. - Parábola de la oveja perdida: Mt 18,12-14; Le 15,3-7. - Parábola de la semilla que crece: Me 4,26-29. - Parábola de la viuda y el juez injusto: Le 18,1-8. - Parábola de las diez vírgenes: Mt 25,1-13. - Parábola de Lázaro y el rico epulón: Le 16,19-31. - Parábola de los dos hijos: Mt 21,28-32. - Parábola de los labradores malvados: Mt 21,33-46; Me i 2 , i - n ; Le 20,9- 8. - Parábola de los siervos y el dinero: Mt 25,14-30; Lci9,Ti- 27- Parábola de los trabajadores de la viña: Mt 20,1-16. - Parábola del amigo inoportuno: Le 11,5. - Parábola del buen pastor: Jn 10,1-21.
-
Q
El Espíritu Santo llega en Pentecostés: Hch 2. Esteban, el primer mártir: Hch 6,5-15; 7,54-60. Felipe bautiza al funcionario etíope: Hch 8,26-39. La conversión de Pablo: Hch 9,1-31. Pedro y Cornelio: Hch 10. Pedro en la prisión: Hch 12,1-19. El bautismo de Lidia: Hch 16,11-15. Pablo en la prisión: Hch 16,16-40. Alboroto en Éfeso: Hch 19,23-41. El viaje de Pablo a Roma: Hch 27-28.
LA ENTREGA DE LA PALABRA DE DIOS A LOS NIÑOS
Entre los hechos importantes que jalonan el itinerario de la catequesis de niños, se encuentra la entrega de la Palabra de Dios a los niños, con la presencia de toda la familia. Este acontecimiento se hará en medio de una celebración de la Palabra.
- Parábola del buen samaritano: Le 10,25-37. - Parábola del fariseo y el publicano: Le 18,9-14. - Parábola del grano de mostaza: Mt 13, 31-32; Me 4,30-32; Le 13,18-19. - Parábola del hijo pródigo: Le 15,11-32. - Parábola del mayordomo infiel: Le 16,1-13. - Parábola del rico y los graneros: Le 12,16-21. - Parábola del sembrador: Mt 13,1-23; Me 4,1-20; Le 8,4-15 - Parábola del siervo que no quiso perdonar: Mt 18,23-35. - Parábola del siervo vigilante: Le 12,35-48. - Parábola del tesoro, la perla y la red: Mt 13,44-50. - Parábola del trigo y la hierba mala: Mt 13, 24-30. - Parábola sobre el juicio de las naciones: Mt 25,31-46. 186
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Un acontecimiento trascendental
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La entrega de la Palabra de Dios es un acontecimiento trascendental y un motivo de alegría para los niños y de participación para todos sus familiares. Puede convertirse en una de las celebraciones más importantes de dicho año catequístico, donde se manifiesta la importancia de la Palabra de Dios. No es un acontecimiento aislado, sino que al contrario, debiera constituirse en la coronación de toda una etapa catequística inicial y en el comienzo de la preparación remota para recibir la Eucaristía o Primera Comunión. Una preocupación que tendrán todos los responsables de la catcquesis de niños es la de acercar, de alguna manera, la Palabra de Dios a las familias. Para esto, se procurará que en todos los hogares exista una versión de la Biblia actualizada y aprobada por la Iglesia 187
Católica. Sería conveniente y bueno que cada niño tenga su propio ejemplar. En mi experiencia, avalada por los años, y teniendo en cuanta diversas situaciones, dicha celebración de la entrega de la Palabra de Dios podría realizarse alrededor de los 8 a 9 años; es decir, al finalizar el tercer año del primer ciclo de la Educación Primaria Para esta ocasión, considero más apropiado realizar la entrega del Nuevo Testamento o Nueva Alianza; y dejar para el tiempo de la Educación Secundaria, antes de recibir la Confirmación, la entrega de la Biblia completa.
Si la ocasión se presta, las familias podrán compartir, al finalizar la celebración, un pequeño ágape o encuentro festivo y fraternal con las aportaciones de todos los presentes. Este es un estilo de celebración. Por supuesto, cada comunidad elegirá el que más le sirva. Lo importante es que los niños y sus familias capten el papel central y trascendente que tiene la Palabra de Dios en sus vidas.
Para este evento, es muy importante la preparación previa de los niños. Sería aconsejable trabajar y profundizar con ellos el tema de la Palabra; de modo que finalizara todo el núcleo catequístico con la celebración de la entrega de la Palabra. Para dicha celebración, se invitará con tiempo a toda la familia. No necesariamente tiene que ser dentro de una misa. En la celebración, se hace entrega de la Palabra de Dios a todos los niños personalmente, por medio de sus propios padres, padrinos u otros familiares presentes. Evidentemente, la celebración, con sus cantos y oraciones girará en torno de la Palabra. El sacerdote o ministro que preside, bendice la Biblia o el Nuevo Testamento en el medio de la celebración. Las familias harán entrega personalizada a cada niño, y al mismo tiempo, realizarán una señal de la cruz en la frente, en los labios y en el pecho de sus hijos, diciendo: "Qué el Señor abra tu mente, tus labios y tu corazón para escuchar y anunciar su Palabra", u otra fórmula parecida. Cada niño recibirá su "propio" Nuevo Testamento, que le acompañará durante toda su educación escolar; y quién sabe, si durante toda su vida. En ese sentido, es conveniente saber que existen versiones muy económicas de la Palabra de Dios, auspiciadas por las Conferencia Episcopales o Fundaciones católicas que hacen accesible la Biblia a todos los cristianos. 188
•_ Para saber más - GATTI, Gaetano, Lo catequesis de niños, Cuadernos de Pedagogía Catequística C-3, Central Catequística Salesiana, Madrid, 1976. Capítulo cuarto. - ECKER, Jacob, La biblia del niño, Guadalupe, Buenos Aires, 1975. - CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA. Bases para la catequesis de iniciación. Edic. Don Bosco, Buenos Aires, 1981. 189
CAPITULO IX PSICOLOGÍA EVOLUTIVA Y RELIGIOSA DE LOS NIÑOS DE 3 A 12 AÑOS En este capítulo, reflexionaremos sobre las características psicológicas y religiosas de los niños. Es importante conocer a fondo al sujeto de la catequesis: su manera de pensar y sus formas de actuar y obrar, para que la educación en la fe no se presente como algo desencarnado o lejano de la realidad. El conocimiento profundo de cómo el niño piensa, siente y vive nos dará las pautas para orientar la catequesis infantil y adecuarla a su forma de ser. El niño tiene una religiosidad innata, siente la necesidad de Dios. Lo manifiesta por intuición y por experiencia al descubrirse a sí mismo, a quienes le aman y al mundo que lo rodea. Cuando cae en la cuenta de esta religiosidad, empieza para el niño una nueva manera de entender la vida. Sin embargo, ésta puede crecer, cambiar, acelerarse o atrofiarse; todo depende de la educación que reciba. El educador estará atento a los signos del despertar religioso del niño para aprovechar todas las oportunidades, preparar el camino de la fe y crear hábitos que den cauce a su expresión religiosa. • En la primera parte de este capítulo, abordaremos las características psicológicas de los niños. Esta tarea no pretende ser un tratado de psicología evolutiva; antes por el contrario, se trata de presentar un resumen de las características psicológicas-evolutivas. Quienes deseen profundizar más, podrán remitirse a la gran variedad de autores y obras sobre el tema. • Luego, reflexionaremos sobre la psicología religiosa; es decir, sobre las características del pensamiento religioso en las diferentes etapas por las cuales atraviesa el niño en su relación con Dios, su idea de Dios, sus sentimientos religiosos ante lo absoluto y el desarrollo de la moral. • Por último, esbozaremos algunas orientaciones generales para tratar con acierto algunos "temas difíciles con los niños" como el su191
frimiento y la muerte, el sentido del bien y el mal, el diablo y los ángeles, etc. Todos estos temas no pretenden, en absoluto, ser exhaustivos o definitivos; simplemente, buscan abrir líneas de análisis y pistas para la reflexión. Aún hay mucho camino por realizar. | | PSICOLOGÍA EVOLUTIVA Y RELIGIOSA La psicología1 recalca, muchas veces, que el pasado vive en el presente de la existencia humana y que los acontecimientos de la niñez están incluidos dentro de la personalidad del adulto. Este descubrimiento de las ciencias antropológicas es una realidad concreta para Dios, a cuya mirada del pasado, el presente y el futuro se sitúan en la única dirección. Las opciones responsables que realiza el hombre trascienden el tiempo, para inscribirse en la eternidad, en la que conservan un valor permanente. "Se sigue de ello que la totalidad de la existencia, llegada a su cumplimiento y embebida en la gracia de la salvación; en otros términos, la eternidad hacia la que encamina el hombre su vida temporal, no es período subsiguiente, un añadido a su vida, una especie de prolongación lineal hasta el infinito; es el valor permanente que toma a los ojos de Dios la existencia libremente forjada. Sí, la eternidad del hombre es el fruto que queda, el puro y definitivo desencerrarse de su tiempo, de su tiempo todo entero... El punto final de la existencia no marca una ruptura; es una condensación de lo que el hombre ha realizado en las diversas fases de su vida y que introduce en su eternidad, la cual no es otra cosa que su tiempo recogido y llegado a su plenitud. Su magnífico florecimiento es ya fruto; tiene otra razón de existir, además de preparar los frutos del mañana, y la gracia de la infancia es algo más que una simple prenda de la vejez. El sello de lo imperecedero y de lo eterno marca la infancia hasta en su insustituible especificidad." Karl Rahner, Para una teología de la infancia 1 Muchas de las ideas de este apartado están inspiradas en la obra del P. Eduardo LEVY: Psicología evolutiva, de la Editorial Lumen y del artículo: "¿A quién vas a catequizar?", de CAP, del sitio http//es.catholic.net.
192
De esto se deriva que la niñez con sus experiencias humanas, sus conquistas, su esfuerzo de obrar el bien y liberarse de los límites del mal, queda en la eternidad como momento de la propia realización personal. La religiosidad del niño no puede compararse sin más a la del adulto. El niño no es un adulto pequeño cuyas facultades se diferencian de las de un verdadero adulto solo por ser más limitadas. La verdadera distinción entre la piedad de un adulto y la de un niño no consiste en un "más" o en un "menos" cuantitativamente entendidos, sino en una modalidad cualitativamente diversa. Un buen catequista se preocupa de conocer: • La capacidad intelectual de sus alumnos para adaptarse a sus posibilidades reales. • El momento afectivo que viven los niños, su temperamento, sus ilusiones, sus motivaciones, lo que les gusta y disgusta... • Su desarrollo moral para saber si son capaces de distinguir el bien del mal, lo correcto de lo incorrecto y según eso, preparar las exposiciones y los ejemplos. • Su desarrollo social que pueda facilitar o dificultar la catequesis de acuerdo a su capacidad de diálogo, de respeto, de preocupación hacia las necesidades de los demás. • Su desarrollo físico, que se tomará en cuenta para decidir acerca de la simplicidad o complejidad de las actividades y dinámicas que se lleven a cabo en la clase y en la catequesis. Vamos a tener en cuenta estas reflexiones en cada uno de los grupos o etapas de desarrollo del niño en que hemos dividido este trabajo. Los grupos de edades no son precisos sino aproximados. f[' El niño de 3 a m a ñ o s • Características generales - Son inquietos, activos, creativos, exploradores y fantasiosos. - Viven inmersos en el presente. - Son entusiastas, dóciles, despiertos, alegres, curiosos y egocéntricos. 193
- Son afectuosos, necesitan afecto y contacto corporal. - Su vida es juego y fantasía; inquietos e impredecibles, manejados por sus impulsos. - Se despierta un mayor interés por las palabras y un mayor gozo en usarlas y conectarlas; hablan, cuentan, preguntan y juegan con ellas, sin un significado definitivo. - Muestran deseos de independencia, a veces con violencia. • Hay que favorecer su independencia, enseñándoles poco a poco a decidir por sí mismos y respetando, en la medida de lo posible, sus decisiones. - Toman conciencia de poseer y gobernar su propio cuerpo. En esta etapa progresa y culmina el esquema corporal, el control de esfínteres y el sentido de la intimidad. • El pensamiento
- Conviene que conozcan las partes de su cuerpo con aprecio, admiración y gratitud hacia Dios. - Con naturalidad, se les debe decir también los nombres de sus órganos sexuales. - Hacerles pensar que lo sexual es algo malo, feo o sucio es un error. Adquirir placer no es nada malo, la capacidad para el placer sexual es un elevado valor humano. - No tienen inhibiciones y menos aún son morbosos. - Los niños y niñas juegan juntos. - Conviene enseñarles a respetarse, ir siempre limpios y cuidarse. - A esta edad, tienden a identificarse con los adultos del mismo sexo. - La toma de conciencia de la propia sexualidad busca al otro como complemento afectivo.
• El juego
- La inteligencia de estos niños se ejercita en el presente, en lo que viven aquí y ahora.
- Lo que más les gusta a los niños es jugar y a lo que más tiempo y energía dedican.
- Tienen una organización mental prelógica; por ello, su pensamiento es simbólico, sin una gran consistencia.
- Les encanta jugar solos y, a veces, están ensimismados en sus propios juegos.
- Son cambiantes mental y afectivamente. - Su mente es incapaz de formar ideas y menos de conectarlas para que tomen fuerza.
- Les fascinan los juegos de imitación, remedar a los grandes, hablar solos, cantar y correr. Se ven felices en sus juegos y son muy inquietos.
- Están en la edad de los porqués.
- Los juegos suelen ser cortos.
- Aún no poseen memoria intelectual, por lo que son reiterativos y repetitivos.
- Se dispersan con facilidad.
- Son animistas: en sus fantasías gustan de dar vida a los objetos y hablar con ellos. - Su mente confunde realidad y fantasía; por esto no son mentirosos o exagerados, sino que mezclan realidad e imaginación. • La sexualidad - Ellos quieren saber quiénes son y de dónde vienen. - Se interesan por su cuerpo, y les gusta descubrir y jugar candidamente con todas las partes de su cuerpo. 194
- Les gusta realizar todo tipo de actividades plásticas, en especial el dibujo y el modelado, con muchos colores. - Les encanta la música y cantar con sus seres queridos. - Jugar es para ellos una forma de vida. • Relación con sus compañeros - Ya son capaces de mayor relación con sus amigos, son más sociales. - Juegan en pequeños grupos, pero de manera autónoma. - Sienten necesidad de sobresalir, llamar la atención. 195
- El niño de cuatro años ya es capaz de reconocer muchos de sus errores y entender sugerencias. - Su conciencia moral está en ciernes y son incapaces de ver por qué un acto es bueno o malo; sin embargo ya captan que ciertos actos son buenos y merecen aprobación y ciertos actos son malos y merecen una llamada de atención o reprensión. • Relación con sus padres y maestros - El equilibrio emocional y el sano desarrollo del niño, en gran parte, dependen del modo de ser de sus padres y docentes y de la relación que el niño tenga con ellos. - El niño tiene conciencia de que sus padres y maestros lo quieren mucho y siempre lo ayudan. - Los padres acogedores, humanos, afectuosos, cercanos, respetuosos de la persona, que dan razón de sus órdenes y son constantes en sus puntos de vista, favorecen la personalidad de sus hijos. Esto requiere gran paciencia y continuidad por parte de padres y educadores. - Se ha de evitar dos fallos igualmente no educativos: el desinterés y la sobreprotección. • Aspecto moral - Los niños empiezan a tener una somera ¡dea de lo que está bien y de lo que está mal. - Su criterio moral es la autoridad. Para ellos, lo que está bien o mal es lo que padres y maestros opinan al respecto.
- Son fácilmente contemplativos y se admiran por todas las cosas. - Comprenden que Dios es bueno porque les dio su cuerpo y también a sus padres. - Dios, en cierta medida, es una prolongación de sus padres. La imagen que mejor se complementa con la de los niños pequeños es la de Dios Padre, creador, todopoderoso, bueno, que los cuida y los ama. - Despierta en el niño un sentimiento de admiración de Dios infinitamente grande, hermoso, amante y Señor; junto con un sentimiento de confianza en Aquél que nos ama con ternura y nos protege con su fuerza. Por esto, disfrutan mucho de la catequesis de la creación y gustan que se les repitan estos hechos. Técnicas didácticas • Las técnicas más adecuadas para utilizar en la catequesis de esta edad son: - El juego. - Dibujar historietas. - El canto con gestos.
- Lectura de la historia sagrada.
- El dibujo.
- Escuchar relatos, narraciones.
- El franelógrafo.
- Trabajos manuales.
- Las actuaciones, representar situaciones bíblicas.
- Títeres y marionetas, _ Mímica...
- Moldear plastilina o arcilla. 1 El niño de 5 a 6 años
- La moral es heterónoma (impuesta desde fuera). •El catequista les enseñará a distinguir lo que está bien de lo que está mal, a reconocer la buena o mala intención de las acciones y, poco a poco, a tomar conciencia del daño que se puede producir a los demás. • Relación con Dios - Todavía no comprenden cómo es Dios. Sí captan que es alguien, muy especial, que hizo el mundo y a nosotros. 196
Características generales - A esta edad, los niños ya conocen qué es una persona. Quieren que los consideren y los traten como tal. - Comienzan a dominar sus impulsos y son capaces de ir tomando responsabilidades que exigen pequeños sacrificios. - Están en actividad casi constante. Están en todas partes, trepando o arrastrándose, explorando y midiendo permanentemente todo lo que los rodea. 197
- Son inquietos, les gusta que se les cambie de actividad y que haya movimiento en dichas actividades. Están en permanente actividad: jugar, dibujar, recortar, pegar... - Se encuentran más adaptados, saben mejor lo que les gusta o no. - Son egocéntricos, es decir que, todo el mundo gira en torno a ellos y es a partir de ellos como observan el mundo (esto no quiere decir que sean egoístas; son centro de su propio universo). - La fantasía y la realidad se mezclan en su mundo interno, llegando a veces a no distinguir la una de la otra. - Son dados a inventar historias para llamar la atención. - Tienen una gran imaginación. • El catequista aprovechará estas habilidades utilizando algún ejercicio físico cuando el grupo se encuentre distraído o inquieto. • Evitará tenerlos sentados toda la clase; variará las actividades y pondrá mucho entusiasmo en cada una de ellas: cambiando el tono de voz, gesticulando, haciendo mímica, cantando, organizando dinámicas, representaciones y juegos. • El catequista hará las sesiones de catequesis muy participativas, intercalando preguntas, anécdotas y objetos visuales que llamen la atención de los niños y que los involucren en el tema. - Son niños intuitivos y creativos. Todo les interesa y el deseo de conocer cosas nuevas los motiva permanentemente. - Su poder de concentración y atención es escaso, de ahí su necesidad de variar continuamente de actividad. - Son variables de un día a otro y aún dentro del mismo día; así, los cambios van desde el niño dulce y bueno, hasta el malhumorado y lloroso; quiere y necesita ser el primero, ei más querido, el más elogiado. - Reconocen sus errores y son capaces de asumir pequeñas responsabilidades. - A esta edad, les encanta imitar a los demás, especialmente a los adultos. 198
- El niño necesita todo un ambiente de afecto, seguridad, tolerancia y reconocimiento. - Están centrados y gobernados por sus sentimientos; la razón no tiene gran influencia en sus actos. - Tienen un corazón lleno de cariño, entusiasmo y alegría. - Se conmueven fácilmente con los que sufren. - Desean ayudar. »• Se les puede explicar lo tristes que se sienten los demás cuando nos portamos mal con ellos, lo feliz que se pone Dios cuando nos portamos bien. Eso lo entienden mejor que si se les habla de deberes y mandamientos. • El pensamiento - Su pensamiento está en un nivel preoperatorio-operatorio concreto, a partir de los seis años. Su inteligencia es representativa. - Serían felices si la vida fuese solo una larga serie de comienzos. - Gustan del trabajo oral-colectivo, ya que son conversadores incesantes. - No solo están adquiriendo conciencia de sí mismos sino también de los demás. - Piensan con gestos. - Reconocen su cuerpo. - Se interesan por todos los temas, preguntan por la muerte, el cielo, el nacimiento de los bebés y otros temas; a veces, son desconcertantes. • La sexualidad - Sienten gran curiosidad por las cosas relacionadas con las partes del cuerpo, con las diferencias sexuales externas y el origen de sus vidas, pero sin intencionalidad sexual. - A veces, pueden llegar a mostrarse o tocarse entre ellos por curiosidad. Es muy importante hacer ver lo valioso de su cuerpo y de sus respectivos sexos, lo hermoso que es ser hombre o ser mujer. 199
- Son más pudorosos para manifestar su cuerpo desnudo y hablar de él. Es un momento propicio para educar en la higiene y cuidados corporales. - Se interesan mucho por la maternidad y preguntan cómo sale el bebé. Hay que hablarles con naturalidad y sencillez al respecto. - Algunos niños dicen que tal niña es su "novia" o viceversa, con o sin acuerdo de la otra parte. - A veces "persiguen" a los del otro sexo, para darse besos, cosa que por lo general no es bien recibida. No hay que fomentar estas actitudes; basta con restarles importancia.
• El juego - Jugar es lo que más les gusta y a lo que más tiempo y energía dedican. - Les encanta jugar solos o en pequeños grupos. - juegan a imitar a los grandes, hablan solos, imaginan y conversan. Se ven felices en sus juegos y muy inquietos. - Prefieren jugar con los del mismo sexo. - Se pelean cuando las cosas no salen como ellos quieren. - No saben cuándo detenerse, quieren ser siempre los primeros. - Su independencia no es lo suficiente robusta como para permitirles juegos que requieran un alto grado de cooperación. - Les gusta realizar todo tipo de actividades plásticas, en especial el dibujo y el modelado. - Los niños necesitan aprender y gozar jugando. • Relación con sus compañeros
- A veces participan en brotes de peleas, ya que sienten deseo de ser siempre los primeros. - Los niños y las niñas en general, se separan y tratan de jugar por separado. Los niños gozan jugando con sus compañeros. - Su sensibilidad frente a las actitudes de los demás aumenta constantemente; también son compasivos con los sufrimientos de los pobres y enfermos. • Aspecto moral - No distinguen claramente entre el bien y el mal. - Piensan y repiten lo que les dicen sus padres y maestros. - Distinguen lo propio de lo ajeno. - Su sentido de justicia se limita a la reciprocidad: "Tú me das y yo te doy". • El educador fomentará el respeto hacia los demás y hacia sus cosas; les formará en la generosidad enseñándoles por qué es importante compartir aunque aparentemente no reciban nada a cambio. - La moral sigue siendo heterónoma. • El catequista ayudará a los niños a tomar mayor conciencia de las propias acciones y del daño que pueden causar a los demás. *• Es importante que aprendan a pedir disculpas y a perdonar. Este aprendizaje solo se logra con el ejemplo vivo de los adultos que lo rodean. • Relación con sus padres y maestros
- Si bien son egocéntricos, poco a poco van entendiendo que son personas en relación con otras.
- Los padres y luego la catequista o maestra, constituyen el mundo para los niños de esta edad.
- Salen de sí mismos, y son capaces de comenzar algunas amistades fuera del núcleo familiar.
- Confían plenamente en los adultos que los rodean. La madre y la maestra tienen gran influencia en los niños, de ahí su gran responsabilidad.
- Empiezan a seleccionar amigos un poco más estables; aunque la mayoría de sus amigos son elegidos por sus padres. - Les cuesta más pedir perdón que perdonar. 200
- En general, los niños son muy cariñosos y graciosos con los adultos. 201
- Son susceptibles al elogio y la aprobación y muy sensibles a la desaprobación hasta el punto de llorar fácilmente.
• El catequista les ayudará a descubrir a Dios en su bondad, en su amor infinito.
- Se encariñan mucho con el docente: hablan con él, les agrada estar cerca, tocarlo y establecer una relación personal.
• Dios es el Padre amoroso que ayuda al niño a hacerse mayor y lo protege con su poder, pero que también le exige un esfuerzo generoso.
- Necesitan la ayuda de la catequista, quien debe estar siempre pronta para suministrar la ayuda requerida, con entusiasmo, alegría y bondad. • Relación con Dios
• Técnicas didácticas Las técnicas más adecuadas para utilizar en la catequesis de esta edad son las mismas o parecidas a las de la etapa anterior, es decir:
- Los niños a esta edad, se relacionan con Dios fácilmente, sobre todo en el ámbito de los sentimientos.
- Juego.
- Hacer pósters.
- Canto con gestos.
- Láminas.
- Consideran a Dios como el que hizo todo (Creador), todopoderoso y bueno.
- Dibujo.
- Lectura de la Historia Sagrada.
- Colorear.
- Escuchar relatos.
- Franelógrafo.
- Narraciones.
- Para ellos, es más fácil ver a Dios como a un gran Padre que nos da la vida y nos ama y que nos envió a su Hijo, Jesús, por amor.
- Actuaciones.
- Escenificar.
- Pegar y recortar.
- Hacer trabajos manuales.
- Es fácil para ellos creer.
- Pintura dactilar.
- No necesitan grandes explicaciones para entender que Dios da la vida por medio de los padres.
- Seguir líneas punteadas. - Moldear con plastilina o con arcilla.
- Trabajar con material desechable.
- Están convencidos de que Dios nos quiere, nos ama y nos protege siempre.
- Se relacionan con Dios a nivel de sentimientos y según se lo indican sus mayores. •Conviene recordarles siempre lo bueno que es Dios y lo mucho que nos quiere. • Poco a poco, el catequista deberá enseñarles a diferenciar lo real de lo imaginario y que entiendan que Dios no puede ser igual a los personajes "todopoderosos" de las caricaturas. - En esta etapa se da un tipo de oración contemplativa, de mucha unión con Dios a partir de las maravillas del mundo y del sentido de que Dios es omnipotente. - Su experiencia religiosa es muy fuerte. - Para los niños de esta edad, Dios tienen tres connotaciones vitales: Dios es todopoderoso, Dios es bueno y Dios es su padre. 202
- Dibujos con naturaleza muerta.
- Col I ages. - Títeres y marionetas. - Mímica...
El niño de 7 a 8 años Características generales - El proceso evolutivo se nota con claridad; marca el fin de una etapa y el comienzo de otra. - Los niños a esta edad son simpáticos y despreocupados, alegres y espontáneos. - Tienen cada vez más conciencia de sí mismos; se saben distintos de los demás. - Es la edad de desarrollar la conciencia y confianza en sí mismos, a la vez, manifiestan un mejor dominio de su cuerpo. 203
- Su yo es el eje de su psiquismo; todo lo ven en función del yo y de sus intereses. - Son el centro de sus pensamientos y conversaciones. - Entran en la edad de la razón.
- Les gusta cantar, organizar juegos y dinámicas para profundizar el tema. - Les cuesta mucho seguir razonamientos y hacer síntesis. - Pueden realizar operaciones relacionadas con los objetos tangibles.
- Les gusta no solo oír ideas, sino gritarlas, cantarlas, actuarlas.
- Tienen ya ideas propias y principios sencillos, a partir de lo concreto.
- Les encanta el dibujo, la lectura y la música; también las colecciones.
- El pensamiento se torna menos animista.
- Siempre quieren ganar, ser los primeros.
- Comprenden los razonamientos y les gusta que les expliquen el porqué de cada cosa.
- Les gusta llamar la atención y sorprender. - Su sensibilidad se agudiza y no les agrada que les digan directamente lo que deben hacer. - Reconocen el abismo que existe entre el mundo del adulto y su propio mundo; se adaptan a él cuando escuchan con atención las conversaciones de los adultos. - Son más realistas que los niños pequeños. - También son tremendamente inquietos y curiosos. - Les encanta dar y recibir cariño, pues son muy afectuosos; en cambio, les choca mucho que los critiquen, que los traten con burla o con desprecio. •- El catequista y el educador en general, debe respetar siempre a los niños de estas edades, ya que les gusta y encanta que se les respete pero también debe educarles para que ellos respeten a los demás. • El pensamiento - Nivel operatorio concreto. - Les cuesta mantener la atención por períodos prolongados; de ahí que es conveniente que los trabajos no supongan demasiado esfuerzo. Han de ser divertidos. - Les gusta cambiar de actividad con frecuencia. »• El catequista variará las actividades que se hacen en catequesis y pondrá mucho entusiasmo en cada una de ellas. 204
- Piden repetición de las instrucciones, aunque aparentemente las comprenden. - Se interesan por la historia pasada de la humanidad, los conocimientos sobre la tierra, la vida y los procesos vitales de animales y plantas. - Tienen mucha imaginación. Entienden y sienten imaginando. • El catequista utilizará su imaginación para profundizar los temas del libro: que se imaginen cómo era Jerusalén, cómo fue la Última Cena, cómo vivían los apóstoles, etc. • La sexualidad - Esta etapa es conocida como el período de latencia. - La curiosidad por lo sexual disminuye notablemente. - Les gusta estar y jugar con los del mismo sexo, salvo que se los organice desde fuera. - Se interesan por saber cómo y por dónde salen los bebés. *- Es conveniente aclararles con naturalidad, que nacen por el mismo lugar que el papá colocó la semilla en el vientre de la madre, la vagina; esta posee la cualidad de dilatarse y que una vez que nace el hijo vuelve el cuerpo a su forma normal. - También suelen hacer preguntas sobre el embarazo y la lactancia. • Es necesario conversar sobre el cuidado y la higiene del cuerpo, las diferencias de comportamiento y de trato entre los sexos. 205
• El juego - A estos niños les gustan mucho las competiciones, pero son malos perdedores, ya que les gusta ganar siempre. - A los 8 años se prefiere jugar con los compañeros de su mismo sexo. Les atrae el cambio. - Hay un comienzo de actividad colectiva, pero no comprenden aún reglas complejas. - Los juegos dependen a menudo, de reglas improvisadas en el momento. • Relación con sus compañeros
- Tendrá cuidado de felicitar a todos por igual: a algunos por sus éxitos y a otros por su avance o su esfuerzo. - Necesitan constantemente, frases de aliento. - Conviene destacar sus cualidades, no sus defectos. Para eso, será preciso conocer las cualidades y capacidades de cada uno de ellos. - Les agrada que les den pequeñas responsabilidades dentro de la catequesis. - Demuestran una gran admiración por sus padres y exigen no solamente la presencia física sino una comunión más íntima.
- Tienen un fuerte sentido de reciprocidad: si tú me das, yo te doy; si me pegas, yo te pego...
- Cuestionan ya a los adultos en general. Se acercan más a sus maestros y catequistas.
- Tienen clara tendencia a la imitación; si uno dice o hace una cosa, todos quieren hacer o decir lo mismo.
- De manera permanente, buscan estima, aprobación, confianza, cariño y apoyo.
- En general, no tienen en cuenta los sentimientos de los demás.
- Los adultos son para ellos fuente de seguridad, dirección y afecto.
- Prefieren juntarse con los del mismo sexo, pero no con la actitud de rechazo de edades posteriores.
- Son obedientes y confían en los mayores.
- No muestran interés por lo sexual. • Relación con sus padres y maestros - Tienen una sensibilidad muy viva.
- Los niños captan lo que sus padres y maestros piensan y sienten por ellos. • Aspecto moral
- Por lo general son cariñosos y alegres.
- A partir de estas edades, distinguen con claridad lo bueno y lo malo en ejemplos concretos; saben, entre otras cosas, que es malo robar, desobedecer y mentir.
- Necesitan adquirir confianza en sí mismos.
- Ya son capaces de valorar actitudes.
- Necesitan expresarse y gozan haciéndolo.
- Temen el fracaso. - Tienen ganas de agradar y de triunfar en sus tareas.
- Aprecian la virtud de la verdad.
- Tienen ganas de ayudar y hacen con gusto todo lo que le piden.
• Si algún niño hace algo malo y los demás lo acusan, el catequista dejará claro que la acción no es buena pero que la persona sigue valiendo mucho porque Dios nos ama a pesar de que, a veces, hagamos cosas que no sean buenas.
- El catequista les dará cariño y comprensión; solo de ese modo, se sentirán apreciados y aceptados.
- No les gusta que los critiquen ni que los traten con desprecio, burla o con bromas.
- Mostrará su apoyo a todos los alumnos, en especial, a los más necesitados.
- Aceptan los castigos si están justificados, pero se rebelan si se consideran inocentes.
- Les gusta ser admirados. - Del egoísmo pasan al altruismo.
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• El catequista será muy prudente y, sobre todo, muy justo al imponer castigos y sanciones. Intentará por encima de todo no cometer ninguna injusticia. • Si ha de hablar con alguno de ellos por cualquier problema, lo hará de forma personal y en privado. • El catequista les educará en cómo expresar su amor a los demás. Es algo que hacen con gusto y de manera espontánea; se puede potenciar si les hablamos de los detalles, de compartir, de no pelear, perdonar, obedecer, ayudar... • Relación con Dios - Los niños tienen una fe espontánea, pues perciben que hay un ser superior a ellos; se inclinan fácilmente a creer y a gustar de su relación con Dios. - Forman su imagen interna de Dios y gustan de su relación con Él. - La oración expresa esa relación y tiene un contenido en función de las cosas concretas que viven, por lo que aparece la oración de petición o de acción de gracias. - Les gusta asistir a los encuentros de catequesis. - Dios es captado por ellos como el que les ama y les da todo. - Dios es creador, sabio, bueno, todopoderoso, que los ama muchísimo e hizo todo pensando en ellos. Hay que corresponderle siendo buenos. - Su religiosidad está más en el ámbito de la imaginación que de la realidad; es, todavía, antropomórfica, animista, mágica y ritualista.
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- Les gusta repetir las palabras y los gestos de los ritos religiosos, aunque no le encuentren sentido ni los entiendan. - Por esto, es un buen momento para enseñarles el sentido de participar con la comunidad de la Iglesia, el significado de los sacramentos, de los tiempos litúrgicos, de las ceremonias religiosas y de los ornamentos utilizados en ellas. - Les agrada que les cuenten detalles sobre las historias de la Biblia, en especial de jesús; también representarlas y dibujarlas. • Se fomentará en ellos la confianza y devoción hacia la Virgen María. • Técnicas didácticas Las técnicas más adecuadas para utilizar en la catequesis de esta edad son: - El dibujo. - El modelado con plastilinia o con arcilla. - El mimo. - La dramatización. - Sencillas entrevistas. - Trabajos de recortar y pegar. - Lecturas sencillas de vidas ejemplares.
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Escuchar relatos. Narraciones, escenificaciones, Trabajos manuales. Loterías y dóminos sobre un tema. - Juego del maratón de temas del libro...
4 El niño de 9 a 10 años Características generales
• Es un error atemorizar a los niños con Dios. El catequista les presentará más bien la imagen de Dios Padre bueno que quiere muchísimo a sus hijos y que siempre está dispuesto a ayudarles en lo que ellos necesiten.
- Los niños de esta edad son espontáneos, cercanos, cariñosos y receptivos.
• Dios ya puede ser, no solo el que nos ama y nos da, sino el que nos invita a darle y amarlo.
- Se perciben con más claridad las capacidades de atención, juicio y decisión.
• La figura de Dios Hijo, de Jesús, aparece ya con más fuerza en sus vidas.
- Aumenta en ellos notoriamente el interés por todo lo nuevo que les ofrece el mundo exterior e interior.
- Son más extrovertidos, capaces de hablar, opinar y relacionarse.
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- Son curiosos por naturaleza. Les interesan las historias reales, quieren comprender lo que pasa con las personas que están a su lado. - Manifiestan una inquietud por conocer, averiguar, curiosear todo lo que les rodea. - Sus estados afectivos no son muy duraderos, quieren hacer, vivir, actuar...; se alegran por lo que descubren, por el esfuerzo eficaz; se apenan por el fracaso. - Tienen mayor conciencia de sí mismos. •Se les educará para que valoren la conciencia, que se ha ido formando en años anteriores, como guía de su conducta.
• El pensamiento - Están al final del pensamiento o pe rato rio-concreto, para pasar al pensamiento operatorio-formal. - Operan objetos tangibles. - El pensamiento se orienta a la acción y ya es más realista. - Han dejado el puro activismo para obrar según la razón. - Su memoria es ágil y fiel. - Atienden y entienden lo que se les enseña. - Se concentran en el tema y retienen las ideas si les parecen interesantes y valiosas.
- Tienden más a la acción que a la imaginación.
- Tienen una imaginación viva y más real, no tan de fantasía.
- Ya hay cierto equilibrio entre sus pensamientos y sentimientos.
- Manifiestan buena capacidad expresiva, adquirida principalmente por el desarrollo del lenguaje.
- Son capaces de reflexionar sobre lo que sienten y lo expresan; también de atender y entender, de dar hondura a los valores y las actitudes.
- El niño agudiza su capacidad para el análisis de situaciones concretas y objetivas.
- Esta es una etapa clave en la formación de la conciencia.
- Tienen hábitos de orden, pero necesitan afianzarlos.
- Empiezan a valorar la conciencia como guía de la propia conducta.
- Si bien tienen interés por conocer, descubrir y aprender cosas, carecen de una metodología apropiada para hacerlo.
- Conciben la moral como reglas o normas externas a la persona (moral heterónoma). - Tienden a salir del subjetivismo propio y se orientan hacia la conciencia moral. - Se dan cuenta de la intencionalidad y del sentido de culpabilidad. - Son capaces de volver sobre sus propios actos para juzgarse a sí mismo y a los demás, incluyendo a los adultos. - Tienen que conocer la razón de por qué se les pide u ordena algo; no les gusta que se le indique qué tienen que hacer.
• Tanto la escuela como la catequesis les ayudarán en ese sentido. • La sexualidad - A esta edad, les inquietan los cambios que se producen en su cuerpo y en su manera de ser. - Les interesa conocer más sobre su propio sexo, sobre todo, sus órganos genitales. - Se afianza el sentido del pudor.
- Algunos niños presentan ya cambios físicos y emocionales en su persona.
- A la mayoría de los niños y las niñas no les gusta estar juntos; son más concientes de sus diferencias sexuales.
- Pierden la espontaneidad y se convierten en personas, muchas veces, introvertidas y conflictivas.
- Los niños tienden a molestar y pegar a las niñas. Las niñas suelen despreciar y rechazar a los varones.
• El catequista detectará estos casos, que serán pocos, para atenderlos de tal manera que eviten el aislarse del grupo.
•Esta conducta deber ser tratada con inteligencia, tacto y decisión. Hay niños que se turban frente al otro sexo.
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- En esta edad, hay una vida emocional más consciente, junto a una mayor capacidad de expresarla.
- La amistad, la ayuda mutua, el compañerismo y el trabajo en equipo se transforman en ejes importantes.
- Los niños necesitan de los educadores que les formen en el amor, amándolos.
- Se sienten seguros de pertenecer a un grupo de amigos y les gusta pasárselo bien con ellos.
- A esta edad, los chicos están más en el terreno de la convivencia que en el del amor.
*• El catequista observará lo que sucede en cada grupito de amigos para detectar a los líderes y el ambiente que viven dentro de ellos.
- Les cuesta salir del ámbito del propio yo para pensar en los demás. • Hay que hablarles de lo bello y lo bueno de la sexualidad, del amor entre el hombre y la mujer, pero siempre con sumo respeto hacia el don de la vida.
• El juego - Tiene un papel preponderante, ya que es una actividad libre, comunitaria, voluntaria, atractiva y creativa. - En el juego, el niño puede fingir, simular situaciones, tanto en su propio mundo como en el de los demás. - En esta etapa del niño dicta sus propias reglas para los juegos, las cumple y las hace cumplir; pide justicia para quienes las transgreden. - Son capaces de grandes juegos grupales, con reglas externas. - La competencia les fascina, pero no hay que estimularla demasiado. - Es preferible sentir el placer de jugar por jugar y no por competir. - Lo interesante es que todos disfruten y se integren en el juego. • Relación con sus compañeros - Es la edad de la "pandilla" por excelencia. - El grupo forma parte imprescindible de su vida. - Se reúnen en pandillas homogéneas según sus necesidades.
- Las niñas presentan con frecuencia un deseo de exclusividad en la amistad: "Mi amiga para mí...". - Los niños pueden ser crueles con algunos de sus compañeros si no se saben defender. • El catequista estará atento a estas situaciones para enseñarles el valor del respeto y cariño que todos merecen y del daño que se hace al ofender a los demás. - Los líderes del grupo son los que tienen más iniciativa y simpatía. • El catequista detectará quiénes son y cómo piensan para saber qué valores están transmitiendo al grupo. Si logramos convencer al líder del grupo, los demás lo seguirán. *• El catequista resolverá los conflictos cuando surjan y encauzará a los chicos hacia las actitudes de respeto a las personas y la defensa de la verdad. Es un buen momento para hablarles del daño que puede causar la maledicencia y la crítica. - Al mismo tiempo, los chicos de estas edades tienen auténticas actitudes solidarias y participan plenamente de la actividad colectiva. - Son muy sensibles a la ayuda del prójimo, sobre todo cuando lo encuentran desvalido. - Son extremadamente sensibles a la injusticia y reclaman, enseguida, ante cualquier caso que los afecte. • Relación con sus padres y maestros
- Tienen su núcleo de relaciones y pasan gran tiempo con su pandilla o grupito de amigos.
- El apego y la necesidad de sus padres es cada vez menor porque los niños empiezan a bastarse por sí mismos.
- Suelen ser extrovertidos y sociables, gustan y necesitan de la compañía de otros chicos, generalmente de su misma edad y sexo.
- En general, se inicia un lento proceso de desprendimiento de la familia y de tratar de caminar solos.
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- Se sitúan más en el mundo de su colegio y de sus amigos. - Depositan absoluta confianza en el docente; por esto, manifiestan abiertamente sus opiniones; y también por esta razón, hay que tomarlos en serio y escucharlos siempre. - Estos chicos a dan suma valor a la obediencia; los padres y maestros serán concientes de que es muy importante la disciplina para saber mandar y hacerse obedecer en su justo punto. • No hay que atarlos corto sino animarles a volar, previniéndolos de los peligros y acompañándolos siempre. - No les gusta ser regañados frente a otras personas. • El catequista tendrá un trato muy personal a cada uno de los alumnos, y si necesita hablar con alguno acerca de un mal comportamiento, lo hará en privado, buscando el momento oportuno. • Aspecto moral - Se dan perfecta cuenta de lo verdadero y lo falso, lo justo e injusto, lo bueno y lo malo. - Tienen conciencia de lo correcto e incorrecto y de la doble tendencia hacia el bien y el mal de los hombres. ••Todo esto, lo aplican a su vida y a la de otros. El catequista les ayudará a escuchar su conciencia para que se convierta en la guía de su conducta. Obrar de acuerdo con la conciencia es obrar de acuerdo con los planes de Dios. - Juzgar no solo las buenas o malas acciones, sino las buenas o malas intenciones.
- Gustan de normas prácticas, claras, y breves. • El catequista evitará los "sermones" cuando hay una falta. Los niños son conscientes de sus fallos y de las razones que hay para portarse bien. • Hay que limitarse a recordar las reglas y aplicar las consecuencias, al tiempo que se fomenta la responsabilidad, la sinceridad y la generosidad. - Quieren ser honestos, caritativos, respetuosos, sinceros, obedientes y se dan cuenta de que muchas veces no lo son. - Captan mejor lo que es el mal que lo que es el bien. Si actúan mal, sienten necesidad de confesar sus faltas. • Es un buen momento para insistir en la gran oportunidad que nos da Dios con el sacramento de la Penitencia para perdonarnos y empezar de nuevo para ser mejores día a día. • Es educativo hacer ver a los chicos la importancia de reconocer sus faltas y pedir disculpa cuando se haya hecho daño a alguien. - Son sensibles a los valores vividos y dispuestos a identificarse con personas valiosas. • Es bueno que el catequista aproveche ciertos momentos para presentar ejemplos de personas virtuosas con los que el niño se pueda identificar. • Relación con Dios - Continúan formando su imagen interna de Dios.
• El catequista los motivará para que al hacer estos juicios adquieran el hábito de ver lo positivo antes que lo negativo.
• El catequista les dirá lo que piensa Dios de ellos, lo mucho que los quiere y que Él sabe lo que es mejor para nosotros.
• Se ha de proporcionar las bases correctas para el criterio de los alumnos: a Jesús le agradaría esto, cómo reaccionaría Jesús ante este hecho, etc.
- Crecen física y espiritualmente, se dan cuenta de que pueden ayudar y ser útiles a los demás.
• Que aprendan a juzgar los hechos y no a las personas.
- Su mente, más concreta y realista, lleva a captar a Dios como el Creador sabio, bueno y poderoso que ha hecho todas las cosas porque nos ama y nos envió a su Hijo, jesús.
• Antes, lo bueno y lo malo era lo que decían sus papas; ahora ya saben descubrir el porqué.
- Su religiosidad empieza a ser verdaderamente personal.
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- La imagen de Dios Hijo, Jesús, es el ejemplo que imitar. Es el hermano mayor que nos muestra, él primero con su vida, el camino. - Es la etapa en que viven la Eucaristía y participan de la misma con gran intensidad.
• Características generales Técnicas didácticas Las técnicas más adecuadas para utilizar en la catequesis de esta edad son:
- La vida y palabras de Jesús y sus amigos los atrapan y cautivan.
- De las siguientes respuestas, ¿cuál es la correcta?
- Lluvia de ideas.
- La oración aparece como un dialogo más personal y privado con Dios.
- Buscar citas y comentar textos de la sagrada escritura.
- Periódico mural.
- Comienzan a aparecer elementos de la realidad que hacen que su oración sea más solidaria.
- Redactar con sus palabras.
- Escribir en el cuaderno.
- Escribir sus propias oraciones.
- La oración se hace más íntima, con una carga de mayor afectividad y más espontánea, normalmente más ligada a las circunstancias negativas de la vida en las que se necesita la ayuda de Dios.
- Investigar en el libro de catequesis.
- Describe lo que significa para t i .
- Ya comprenden, viven y gozan los símbolos religiosos. Les gustan las oraciones comunitarias y las misas participativas.
- luego de preguntas y respuestas.
*• El catequista preparará el corazón de los niños para que tengan una ilusión enorme de recibir a Jesús, y comprendan y valoren lo que están haciendo. • Después de recibir la Primera Comunión, les recordará lo Importante que es la vida de gracia, para lo cual es necesario acudir al sacramento de la Penitencia. - Captan que lo que Dios quiere de ellos se manifiesta en su conciencia. Su conciencia es la voz de Dios que vive en ellos y quiere iluminar su mente y su corazón, para que vivan como Él quiere. • Se puede aprovechar para motivarlos hacia el espíritu de oración, como el mejor medio para mantenerse en contacto con Dios. • El catequista debe proporcionarles oportunidades para tener experiencias de fe en la oración, en la liturgia y en las sesiones de catequesis. 216
- Dramatización y escenificación.
- Hacer encuestas.
- Localizar en un mapa. - Presentar lista de...
- Rompecabezas. - Loterías y dóminos de los temas del libro. - Juego de preguntas y respuestas con los temas del libro.
El niño de 11 a 12 años Características generales - Comienza una nueva etapa de cambios profundos: la preadolescencla o pubertad. - Esta etapa es esencialmente desarmonizada, conflictiva y generadora de sufrimientos. - Los cambios corporales que se inician son impresionantes, generan una transformación total de la persona. - Cambia su modo de ser y de comportarse. - El nuevo ropaje es más bien feo; es la suma y sigue de conflictos, insensatez, inquietud, desorden, pereza, malhumor, rebeldía, falta de respeto y cerrazón que les permite aceptar todo esto. - De pronto, son niños que se desajustaron, se sienten a sí mismos extraños, agitados, medio rebeldes. 217
- No se dan cuenta muy bien de lo que les pasa. - Aunque el cambio los hace sufrir, todo está orientado a su crecimiento. - Atraviesan una etapa caracterizada por la inquietud biológica. - Su cuerpo cambia y se nota distinto. - Los cambios que experimentan y que, a la vez sufren, los confunden. No comprenden claramente lo que quieren. - Experimentan temor e inseguridad, sentimientos que se traducen en sus conductas tan típicas: la crítica y la rebeldía.
• El pensamiento - Tienen un pensamiento operatorio formal. Razonan sobre proposiciones que son hipotético-deductivas; son capaces de deducir conclusiones que hay que sacar de puras hipótesis y no solo de una observación real. - Trascienden el mundo de lo real, lo cuestionan, lo critican para entenderlo más profundamente. - Su pensamiento es más sistemático, capaz de organizar teorías, ya que tienen en cuenta no solo el contenido de las proposiciones sino también la forma en que se relacionan.
- A esta edad, los chicos pasan por una serie de cambios físicos y emocionales.
- Piensan más por sí mismos.
- Comienza una etapa conflictiva que genera sufrimientos.
- Tienen una mayor capacidad de concentración si el tema les interesa.
- Se termina la edad de la tranquilidad, de la estabilidad. - Muchos presentan cambios en su cuerpo; con el crecimiento acelerado, generalmente están cansados y sin ganas de hacer nada. - Los cambios físicos y emocionales provocan sentimientos nuevos, dolorosos e inexplicables, por lo que, a veces, presentan un comportamiento insensato y agitado. - Empiezan francamente con los cambios físicos y psíquicos propios de la preadolescencia. • El catequista comprenderá que sus estados de ánimo son variables, pero debe enseñarles a controlarlos, mostrándoles que solo se es verdaderamente libre cuando uno es capaz de dominarse a sí mismo. - Cuando están inquietos, tienen una energía desbordante, sobre todo los varones a quienes les gustan los juegos duros y de competición. - Les gusta el deporte al aire libre y todo aquello donde haya movimiento. •El catequista aprovechará esta energía para organizar con ellos actividades o misiones de ayuda a los pobres y enfermos. 218
- Necesitan afirmar su personalidad.
- Comprenden explicaciones elaboradas y razonamientos profundos. - Retienen en su memoria gran cantidad de material. - Su mente está inclinada no a la teoría sino a la práctica. - El catequista deberá hacer atractiva la catequesis para que la encuentren interesante, motivadora y la lleven a la vida. - Es el momento adecuado para que memoricen los contenidos básicos y esenciales de la doctrina con sus causas y consecuencias. •El catequista introducirá el tema con alguna anécdota y utilizará numerosos ejemplos de cómo vivir lo que están aprendiendo para así encontrar sentido a la teoría. • Interesa, primero, hablarles de la vida diaria de los santos y luego de lo que es la santidad. - Viven en la incoherencia entre el pensar y el actuar. - Saben que es buena la sinceridad y, sin embargo, dicen mentiras; saben que es bueno obedecer, pero desobedecen; saben que es mejor ser pacientes, pero se pelean. - El catequista les hablará acerca de la importancia de la autenticidad y de cómo conseguirla venciendo las dificultades que se les presenten. 219
- Tienen capacidad para responder preguntas que les hagan pensar. - No les gustan las explicaciones largas y confusas. *• El catequista preparará con anticipación las preguntas que les hará durante la catequesis, de modo que la forma de plantearlas los lleve a pensar y a hacer suyo el aprendizaje. • Evitará los largos discursos y presentará los temas con esquemas claros y concisos. - Para ellos "saber", significa entender y recordar. - Necesitan saber si lo que se les va a enseñar es valioso; esto suscita interés por la materia. • El catequista utilizará un lenguaje claro y les aclarará todos los conceptos. • Relacionará con ejemplos todo lo que se aprenda. Evaluará constantemente. • La sexualidad - Esta etapa conocida como pubertad o preadolescencia es una etapa de crecimiento compleja porque son numerosos los cambios que experimentan y que afectan a todos los sistemas vitales del organismo. • - El instinto y la inquietud sexual se despiertan de manera abrupta y desordenada. - El crecimiento es veloz e intenso. - Tratan de definirse como varón o mujer y lo afirman con su conducta, a menudo agresiva y burlona. - Las mujeres maduran antes que los varones. Estos hablan de las mujeres con desprecio.
- En algunos adolescentes, ya se nota morbosidad al hablar de sexo, especialmente los varones. - El despertar sexual se ve reflejado en la aparición de actividades nuevas como la curiosidad y el deseo sexual, las fantasías sexuales, la masturbación, la menstruación, la erección y eyaculación nocturna, entre otras. - Esta es la etapa de la diferenciación sexual, tanto de los caracteres primarios como secundarios, acompañada de cambios físicos, hormonales, psicológicos y emocionales. - Las transformaciones del cuerpo van acompañadas y se viven junto con las modificaciones de la personalidad y del carácter; por esto, el período de la pubertad afecta a toda la persona.
• El juego - Son increíblemente inquietos y necesitan permanentemente del movimiento. - En sus juegos, son totalmente independientes. - Quieren ser líderes de grupo, los que ordenan los juegos. - Si se les organiza un juego o se les propone, reclaman su participación en la decisión y evalúan los resultados de las competiciones según sus patrones de justicia. - Poseen un gran deseo de divertirse y pasarlo bien. - Hacerlo todo en grupo es su máximo deseo. • Relación con sus compañeros - Descubren al otro entre sus pares.
*• La tendencia a cierto "enfrentamiento de sexos" será orientada por los educadores con el fin de superarla.
- Con los compañeros suelen tener peleas, pues ha brotado en ellos una actitud de falta de respeto que a muchos les hace sentirse muy mal.
- Los chicos prefieren jugar a fútbol y a juegos bruscos, en los que las chicas no pueden competir.
- Poseen tendencia al trabajo grupal pero lo desarrollan en forma competitiva.
- Algunas chicas se inquietan ante el otro sexo y hablan de que les gustan los chicos de cursos superiores; rechazan, por lo general, a los compañeros que tienen su misma edad.
- No son solidarios, solo cuando quieren y con quien quieren.
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- Para las chicas, las relaciones con sus amigas son más afectivas y complicadas. 221
• El catequista será consciente de que surgirán conflictos y estará preparado para escuchar, orientar y sanar heridas sentimentales.
Ellos ven a los adultos con una nueva capacidad crítica. Eso, sumado a sus explosivas reacciones, provoca a veces conflictos que, si son serios o frecuentes, exigen especial atención.
- Se reúnen con los amigos para estar juntos, para pasarlo mejor y divertirse.
Les gusta andar solos por la calle, organizar sus propias diversiones y hasta inventan su propio lenguaje.
- Quieren relacionarse y temen hacerlo; existe el deseo de compañerismo y amistad, de pertenencia, pero al mismo tiempo, sienten miedo de ser rechazados y se aislan.
No entienden muy bien la frontera entre lo que quieren hacer y lo que deben hacer.
• El catequista estará atento a las amistades y los grupos que se forman; cuidará especialmente a los más débiles y a los que se aislan de los demás, para darles atención especial, de modo que adquieran confianza y seguridad en sí mismos. - Son buenos compañeros. - Los pleitos se resuelven más fácilmente entre ellos que entre ellas. • El catequista fomentará el compañerismo y evitará tomar partido en los problemas y pleitos de los preadolescentes, dejando que ellos los resuelvan incluso de manera cristiana.
Por ello, reclaman límites muy específicos, bien marcados y con consignas no contradictorias para ordenarse interiormente; ellos mismos, en su confusión, manifiestan espíritu contradictorio. Necesitan afianzar su sentido de justicia y por esto exigen permanentemente coherencia en las consignas que se le imparten. A pesar de su rudeza exterior, necesitan de los adultos, son capaces de notable entrega, son receptivos y requieren de los adultos coherencia en las normas y entrega incondicional. Tienden al desorden, a la irresponsabilidad, a copiar y hacer trampa en los exámenes escolares.
• Es bueno, preguntarles cómo actuaría Cristo en su lugar, ante este o aquel problema.
• El catequista deberá exigirles orden en sus trabajos y tareas, pues su tendencia se debe más que nada a la pereza.
- Tienden a identificarse según sus intereses con personajes comunes de la música, del deporte, de la televisión.
Comienzan a ser rebeldes, irritables y agresivos, pero al mismo tiempo, se arrepienten con sinceridad, se proponen ser mejores y algunos son muy generosos.
- Es el personaje amigo-héroe-ídolo. - Los amigos, los líderes, los grupos y los medios de comunicación social les influyen mucho a esta edad. • Relación con sus padres y catequistas
• El catequista dejará bien claras las reglas de disciplina desde el primer día de catequesis para que las conozcan y sepan cuáles son las consecuencias. •Corregirá cuando haya que corregir y se mantendrá firme en el cumplimiento de las reglas de juego.
- A esta edad hay un cambio en la relación con sus padres, maestros y catequistas.
• Aprovechará la sinceridad de su arrepentimiento para que se acerquen al sacramento de la Penitencia.
- Los chicos necesitan afirmar su personalidad comprendiéndose a sí mismos y en relación con los otros.
No les gusta que les critiquen ni que se burlen de ellos.
- Esta afirmación la realizan por medio de la oposición y la rebeldía.
• El catequista propiciará un clima de respeto entre los alumnos y evitará las críticas negativas.
- Los padres los ven raros: tienen comportamientos y relaciones fluctuantes.
• También estará atento a los alumnos que son criticados o molestados por el resto del grupo, para ofrecerles atención especial
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y enseñarles la manera de evitar, contrarrestar, ignorar o suprimir dichas críticas. - Tienen actitudes negativas: afán de contradecir, pelearse, criticar y molestar. • El catequista aprovechará esta tendencia para organizarles debates, mesas redondas, discusiones ordenadas, críticas a los contravalores de la sociedad, etc. - Comienzan a desarrollar su independencia y a tomar sus decisiones. • El catequista les orientará en el uso de su libertad, mostrándoles los peligros que existen y enseñándoles a aceptar las consecuencias derivadas de sus decisiones y actos. - No se dejan dominar por sus sentimientos delante de otros. - Les gusta, si se presenta la ocasión, que se les pregunte por sus sentimientos con seriedad y respeto. • El catequista tratará individualmente a cada alumno para conocerlos en profundidad y para saber cuáles son sus verdaderos sentimientos. - Hay que valorar y respetar el aspecto sentimental de la vida de los chicosy evitar preguntarles por sus sentimientos en público. - Son poco sensibles a los sentimientos de otros. • El catequista les enseñará a pensar en los demás, a ponerse en el lugar del otro para percibir sus sentimientos. - Quieren ser libres y todavía dependen de los adultos. - Necesitan decidir y organizar ciertas cosas, pero precisan también de un guía para que todo funcione bien. • El catequista delegará en ellos ciertas responsabilidades, demostrando la confianza que les tiene. • Les orientará para que las decisiones que tomen, sean siempre de acuerdo con lo que Dios quiere de ellos. • El catequista puede y debe organizar actividades fuera de la catcquesis, en lugares controlados, y en los que los chicos tengan la oportunidad de divertirse con otros muchachos manteniéndolos ocupados en actividades sanas y productivas.
• El catequista aprovechará también para presentarles a Jesucristo como amigo, pues entienden y valoran bien lo que es la amistad. - Reciben influencia no solo de sus padres sino que también influyen es ellos sus maestros, amigos, compañeros, líderes de moda y los medios de comunicación social. • Conviene que el catequista conozca el medio en el que viven los chicos: películas, conciertos, diversiones, paseos, deportes... y presentarles modelos de vida superiores a los que puedan imitar. • Es muy recomendable hacer un análisis de los programas, películas y canciones de moda para enseñarles a verlos con un espíritu crítico y a no creer ciegamente lo que les dicen los medios de comunicación. • El catequista deberá saber qué les gusta hacer a los chavales, en qué se distraen, cómo se divierten, etc. y les dará ideas para encauzar su amistad hacia el bien. • Aspecto moral - Tienen un vivo sentimiento del bien y del mal. - La moral es autónoma. - Pueden dar juicios de valor al juzgar actitudes humanas y casos de moral sencillos. - Saben que las causas del bien y del mal están en el corazón del hombre, y que el remedio al egoísmo es el amor. - Son capaces de sacrificio y esfuerzo para superarse. - A este fin, el catequista les invitará a que superen la mediocridad; también les presentará ejemplos de vidas valiosas para reflexionar sobre ellas. - También les propondrá grandes ideales para que los muevan al sacrificio y al esfuerzo. - Los preadolescentes se desalientan cuando caen en la cuenta de sus fallos o limitaciones. 225
*• El catequista les animará a seguir adelante en la vida, a pesar de sus limitaciones; también a reflexionar sobre los valores y los contravalores. •El catequista aprovechará para analizar casos de la vida real en donde los chicos perciban claramente la mejor manera de actuar. - Les resulta difícil obedecer por el desarrollo de la libertad, pero al mismo tiempo, les atrae seguir por caminos de la virtud y el heroísmo. *• El catequista les propondrá testimonios de personas valiosas para que les sirvan de ejemplos. Interesa que no sientan que se les está obligando, sino que por el contrario, estos modelos sean tan atractivos que los escojan libremente. • Es bueno y oportuno aprovechar su espíritu de rebeldía para que se animen a rebelarse en contra de los contravalores que se viven en la sociedad y se atrevan a ser diferentes. • También se han de aprovechar sus deseos de libertad para demostrarles que solo serán libres si son capaces de dominarse a sí mismos. • Conviene ponerles ejemplos de personas que han perdido su libertad al quedar atrapados por la droga, el alcohol, el vicio y por dejarse llevar por sus antojos.
Nos muestra su amor con todo lo que nos ha dado, y nos habla de continuo a través de su Palabra y de nuestra conciencia. • El catequista deberá presentarles la santidad como algo atractivo, que es posible y lo es para todos los cristianos. Se interesan por las historias bíblicas, el origen del hombre y la relación de todo lo científico con Dios. Les gusta y se interesan por la Historia de la Salvación y los primeros tiempos de la Iglesia. A estos chicos les gusta participar en la liturgia: leer, intervenir, ayudar a misa, preparar las plegarias de los fieles, cantar... • No se recomienda obligarlos a participar y ayudar en las celebraciones. • No conveniente llevarlos a celebraciones largas, pues su cuerpo y su mente no están en la situación adecuada para mantenerse atentos. Si se los convoca a participar en grupos de Iglesia, de acuerdo con su edad y con proyección solidaria, se sienten cómodos y a gusto. Si son bien recibidos, tratados como mayores y acompañados, participan con entusiasmo en las propuestas que les hacen los adultos. Les gustan las salidas, las convivencias y, sobre todo, los campamentos.
- Son sensibles frente a las injusticias.
Son capaces de concentrarse para orar y están abiertos a las necesidades del mundo exterior.
- Empiezan a ver el valor de los principios morales.
Debieran asociar amor a Dios y amor al que sufre, para ayudarlo.
- Descubren el sentido de una moral autónoma.
Dios cobra sentido para ellos, si lo ven como un Dios cercano, capaz de entenderlos y perdonarlos, que no les falla y les quiere siempre. Necesitan estar cerca de Jesús por medio de la frecuente recepción de los sacramentos y por medio de celebraciones que les motiven y les refuercen la vivencia de la fe cristiana.
• Relación con Dios - Su relación con Dios también cambia. - Admiran a Cristo. Les llama especialmente la atención: sus milagros, su amor, su entrega, su generosidad, su libertad y su sacrificio. - Jesús se transforma su modelo para imitar; vale la pena seguirle. - No solo saben que Dios es bueno, sabio y poderoso, sino que Dios quiere que seamos santos. 226
En este ambiente, brota la devoción a la Virgen María con naturalidad. *• El catequista deberá explicarles que la verdadera devoción a la Virgen, consiste en la veneración e imitación de sus virtudes. Es bueno introducir a los chicos en el rezo del Rosario. 227
- En algunos casos, se pueden presentar dudas de fe. • El catequista resolverá estas dudas de la manera más clara posible, en el momento que se presenten, pero cuidando siempre que no estén haciendo preguntas solo para distraer la atención de todo el grupo. - Se entusiasman por el camino que les presenta el sacerdote o el catequista. • Este aprovechará esta posición de liderazgo, para presentar a los adolescentes grandes ideales de vida. • Es bueno mostrarles con el ejemplo, la alegría y la paz que genera el cumplimiento de la voluntad de Dios en la fidelidad al matrimonio, en el trabajo, en la familia y en las diversiones. • En fin, es bueno hablarles de la maravilla que es la amistad de Jesucristo.
Q LA CULTURAJ!^ANJJMQyYE^^L^MERGENTE Al hablar de cultura podemos decir que se da en distintos sentidos, uno de los cuales es la "cultura infantil". ¿Por qué? Porque es un aspecto fundamental sociológico en la vida de los pueblos. En algunos a diferencia de otros, la población infantil tiene una gran importancia para la sociedad; ya sea con respecto a la educación desde la cual se proyectan como sociedad, ya por la mirada interesada, sobre todo en las grandes ciudades, desde la que se ve al niño como agente y objeto de consumo. Para evangelizar esta cultura infantil, se requiere fundamentalmente conocerla, escucharla con atención, respetarla y amarla para así intervenir en ella. En la cultura infantil distinguimos: • Una cultura académica, cuyo reflejo es la escuela. • Una cultura social que se genera en su medio.
Técnicas didácticas • Las técnicas más adecuadas para utilizar en la catequesis de esta edad: 228
Murales. Pósters. Audiovisuales. Fotopalabras. Comentar pasajes del Evangelio. Comparación de textos. Grabar encuestas en cásete o vídeo. Dramatizaciones y escenificaciones. Teatro leído y teatro de sombras... Investigaciones en enciclopedias o libros.
- juegos organizados: dóminos, loterías... - Búsqueda del tesoro con preguntas. - Maratón. - Dígalo con mímica. - Ahorcado. - Dominó de los temas del libro. - Concursos por equipos. - Líneas de tiempo. - Historietas con la Historia de Salvación u otras escenas bíblicas. - Elaboración de audiovisuales sencillos...
• Una cultura de relacional y de experiencia; son las distintas formas y modos propios de vida. Todo proceso pedagógico o catequístico tiene que tener en cuenta este último aspecto para que los aprendizajes de los niños sean realmente significativos. Es cierto, los niños disfrutan de las experiencias que conforman la cultura de su comunidad aunque de manera desigual. Con todo, hay elementos comunes, que les son particularmente propios y que hay que tener en cuenta para hacer relevantes los aprendizajes. La comprensión de esta cultura infantil significa elaborar activamente los propios significados y comportamientos de los niños, utilizando críticamente la misma riqueza que ella ofrece. Es necesario basarse en los contenidos de la cultura infantil, como instrumentos valiosos para comprender los saberes y actitudes que queremos incorporar. Se hace cada vez más necesario reflexionar sobre la influencia posmodernidad sobre la cultura infantil actual, sobre todo en las des ciudades. En ese sentido distinguimos algunas características posmodernidad que influyen en la cultura infantil y juvenil, en cial, en los grandes centros urbanos:
de la grande la espe229
• El lenguaje se basa en el sentir. Gran intensidad sensorial.
Q
• Intimismo e individualidad.
No quisiera terminar este capítulo sin reflexionar sobre el tratamiento de algunos "temas difíciles" que nos presentan los niños y chicos en la catequesis. Para quienes quieran profundizar este tema, pueden consultar el libro Temas difíciles con niños, que escribe y desarrolla ampliamente algunos temas difíciles como el sufrimiento y la muerte; el sentido del bien y del mal; el cielo y el infierno; los ángeles y el diablo; la Navidad, Papá Noel o Santa Claus; los Reyes Magos; la Pascua, el huevo de pascua; ausencias de padre o madre; familias incompletas; padres separados; discapacidades y deficiencias y las enfermedades... Véase también la obra ¿Y quién es Dios? (Bayard Ediciones jóvenes, Madrid, 2001, que contiene preguntas de niños y respuestas de especialistas.
• Nuevo narcisismo. Culto al cuerpo y a la "eterna juventud" en detrimento del espíritu. • Aparición de "tribus culturales" de agrupamientos espontáneos y momentáneos, por ejemplo: "tribus juveniles", "tribus de fans", etc. • Autonomía e individualismo. Emergencia pública de lo individual. • Consumismo exacerbado. • Ausencia de la gratuidad. • Satisfacción inmediata. La fluidez. • Vivir el momento, el presente. No se valora lo histórico.
LOS TEMAS DIFÍCILES
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• Pragmatismo, ausencia de ideales. Pensamiento débil. • Relativismo cultural. • Domina la "cultura de la imagen" en detrimento de la "cultura del texto": el "zapping", el "videojuego", el "clip", los juegos en red y los cibercafés. • Preeminencia de la simulación virtual sobre la realidad. • Predominio del lenguaje hipertextual sobre el textual. • Lógica hipertextual e hipermedia. Actualidad de la "cultura tecno", de lo eléctrico a lo electrónico. Sonido e imagen digital. • Se introduce la cibernética en la vida doméstica.
1 Afronta r Jos J e mias_d i fícj_l_es Considero necesario encarar la realidad de los temas difíciles para dar respuesta o, al menos, dar alguna orientación a cuestiones que hasta los adultos nos hemos hecho, a lo largo y ancho de nuestra existencia. ¿Cómo es el diablo? ¿Por qué, murió la abuela? ¿Dónde vive Dios? ¿Por qué Dios se llevó a mi perrito? "Yo no quiero operarme..." "La culpa la tiene Dios..." ¿Dónde está el cielo? ¿Por qué mis papas ya no están juntos? "Dios no me quiere..."
• Tiempos de globalización y de mercado. • Paradigma de la eficacia: el éxito, lo práctico y lo útil es lo único que vale. Cuando hablamos de lenguaje, nos referimos a los diferentes modos de acercarse al niño, sabiendo que debe prevalecer lo afectivo sobre lo abstracto. Con estas reflexiones, he pretendido realizar una somera síntesis de los elementos que hay que tener en cuenta cuando se trabajar en la catequesis infantil. En la medida que conozcamos a los catequizandos, mejor realizaremos el anuncio del Evangelio, encarnado en la realidad humana que viven y, de esa manera, nos transformaremos en testigos creíbles del resucitado. 230
Estas frases y muchas otras las escuchamos a nuestros niños con frecuencia y, más de una vez, no sabemos qué contestar. Muchos padres y educadores se sienten sorprendidos y, quizás hasta desbordados por las preguntas de los niños, sobre todo si son pequeños. Algunos adultos prefieren ante estos "temas difíciles" el silencio, la "mentira piadosa" o, simplemente, la evasión. Otros, quizás más concientes, intentan reflexionar y buscar la manera de afrontar estos temas y los hablan con sus hijos. Evidentemente, temas como el dolor y la muerte, son tan reales y tan problemáticos que no solo involucran al niño sino que también inquietan a los adultos. 231
En la formación cristiana de los niños y en la educación de la fe de la "Vida plena para siempre", es de primordial importancia el contacto vital de ellos con personas que realmente creen que han de vivir para siempre, porque creen en Jesús y lo siguen con coherencia. (Cfr. Bases para la catequesis de iniciación de niños, cap. 13.) Nuestro deber como responsables (padres, familiares, docentes, catequistas) frente a los niños, no es evadirnos sino que, por el contrario, sepamos reflexionar y buscar una respuesta adecuada a sus preguntas. Muchos de estos temas no tienen, ni siquiera en nosotros mismos, una respuesta lógica ni definitiva. Lo único que podremos ofrecer, a veces, será la presencia atenta y serena, el diálogo sincero y el compartir junto a los niños desde la fe, las angustias y miedos, los temores y esperanzas. De hecho, no existen recetas para todos los casos ni mucho menos respuestas estereotipadas. Cada niño vive de manera única y distinta los acontecimientos importantes de su vida y, en cada caso, la respuesta a sus interrogantes vitales debe ser diferente, única y totalmente personalizada. 1, O r i e n t a j c u ^ Aquí no pretendo, ni mucho menos, desarrollar un tratado acabado sobre algunos temas difíciles. He buscado simplificar el lenguaje, no los conceptos. Los contenidos que se tratan en este apartado son profundos y antiguos. La humanidad se ha planteado desde siempre estos interrogantes cuyas respuestas pertenecen al campo de la filosofía y la teología. Mi pretensión ha sido exclusivamente esbozar algunas orientaciones generales que proporcionen pistas sobre cómo actuar en tales casos. Estas orientaciones generales son el fruto de reflexiones compartidas entre sacerdotes, catequistas, religiosas, docentes, maestras, padres y, fundamentalmente, los propios niños. Mi intención es abrir caminos para la reflexión posterior, compartir líneas de trabajo en situaciones y temas que aun nosotros no tenemos claramente definidos. La mayoría de los temas están pensados en función de los niños más pequeños, es decir, los de cuatro a siete años; ya que es el momento 232
en que estos interrogantes se dan de manera más frecuente y espontánea. Por otra parte, es a esta edad cuando más se necesita hablar de estos temas. También estos principios son aplicables a los mayores si se profundizan y ahondan las ¡deas aquí enunciadas. Analizaremos algunas orientaciones generales que pueden ayudarnos en el tratamiento de los temas difíciles. Son consideraciones que creemos importante tenerlas presentes cuando los niños nos bombardeen con sus preguntas. Nos harán preguntas difíciles e inquietantes, sin lugar a duda, alguna vez No hay recetas ni sabemos todas las respuestas. Solo propongo algunos principios pedagógicos que orientan las respuestas a las preguntas de los niños.
Principios pedagógicos ante los temas difíciles • No pretendamos aclarar o resolver problemas que los adultos no tenemos total y absolutamente resueltos. • La verdad, la verdad y siempre la verdad. No fantasear ni distorsionar la verdad. Tampoco es necesario abundar en detalles. No siempre es conveniente decir toda la verdad. Lo que no hay que hacer es mentir. La veracidad y sinceridad frente al niño, siempre unidas a la caridad, generan confianza. Ejemplo: El abuelito se murió. No va a volver más. No lo esperes... • Ser honestos. No dar respuestas imposibles de aceptar o de creer. Como por ejemplo: "El abuelito está en una nube; te está mirando..." "La tía Susana es esa estrellita que te protege durante las noches..." • Saber aceptar cualquier pregunta. Todo interrogante planteado con honestidad merece una respuesta seria. • Conviene dar respuestas afectivas más que efectivas, en las que expresemos nuestro testimonio personal. •• No esperar a que se desencadene un hecho doloroso o crítico para hablar de él; por ejemplo, la muerte. Conviene conversar con los niños sobre temas como: el sufrimiento, la enfermedad y la muerte con simplicidad y naturalidad, siempre que lo pidan los niños y las circunstancias. 233
»• Ser directos. Tratar de responder del modo más sible. Luego, detenernos y ver si el niño desea no la solicita, es que para él ha sido suficiente, mento. Dar respuestas inmediatas, es decir en que los niños preguntan.
simple y realista pomás información; si al menos por el moel m i s m o m o m e n t o
do de la vida, participan plenamente de la experiencia humana, con toda su intensidad: sufren, lloran, se alegran, tienen conciencia de sí mismos, expresan sus sentimientos, se comunican, se enojan, sufren decepciones, etc. Merecen ser respetados y tenidos en cuenta como el resto de las personas.
*• Ser breves. No dar disertaciones engorrosas y extensas, que terminan complicándose cada vez más. Los niños precisan respuestas escuetas y simples.
»• Hablar con naturalidad, sencillez, serenidad y confianza en Dios. Confiar en Dios, nuestro Padre. No nos abandona nunca. Nos prometió su asistencia en los m o m e n t o s en que no tengamos claro qué decir.
• Decir no sé, cuando sea necesario. Existen muchas realidades para las cuales el ser h u m a n o no tiene respuesta. Por lo general, no hay que dar respuestas más allá de las que dio Jesús en los evangelios. • Permitir a los niños expresar sus sentimientos. La tristeza, el enojo, el desconcierto, la depresión, son sentimientos normales frente a situaciones límites. • Compartir nuestros sentimientos con los niños. No debemos ocultar nuestras emociones ni hacer teatro " c o m o si no pasara nada". Aceptar el dolor y la muerte como humanos. • No dar a las preguntas de los niños más importancia de la que realmente tienen. A veces, nos preocupamos en exceso, mientras que el niño olvidará la pregunta enseguida. Sobre todo, cuando la pregunta no vuelve a repetirse o escucharse otra vez. •• Crear un clima de acogida y de confianza, ya que el niño completa con fantasías más terribles que la realidad, lo que no entiende ni comprende. • No ocultar ni minimizar la problemática que los niños nos presentan. Cuando un niño está angustiado por algo, aunque para nosotros, sea una nimiedad, hay que darle la importancia y atención debidas. Para ellos, son temas importantes, sin lugar a duda. • Hay que diferenciar muy bien los temas que deben ser tratados en forma personal de aquellos que merecen un trato grupal. El adulto deberá discernir cuáles son los temas que responden a una problemática individual y cuáles al grupo de niños. Hay que dar a cada uno las respuestas precisas según sus necesidades. • Todo niño es una persona en su totalidad. Los niños, por ser niños, no dejan de ser humanos. Si bien se encuentran en el primer perío234
Querámoslo o no, el niño hace paulatinamente un acopio de experiencias que, de modo cada vez más ineludible, lo e n f r e n t a n con el hecho f u n d a m e n t a l de la existencia en el m u n d o : la vida del ser humano es una vida f i n i t a y limitada. "Al m i s m o tiempo que el niño pequeño comienza a decir 'yo' cuando habla de sí m i s m o , va paulatinamente haciendo experiencias cada vez más claras de la más importante condición fundamental de la vida humana, la de que nuestro ser es limitado y finito, ligado a un tiempo determinado y a un espacio concreto. Por primera vez emergen en forma infantil las preguntas y los miedos que mueven a los hombres cuando se ven abocados a la finitud de su vida y a la amenaza que perciben de ella. Y con ellos comienza un debate interno que continuará como tema de fondo a lo largo de la vida del hombre adulto hasta su último suspiro: el debate de la aceptación de la muerte y de la finitud de nuestra vida. También los niños experimentan ese miedo y en sus preguntas y fantasías sobre la vida y la muerte buscan el coraje de una fe que les haga posible afirmar la vida en plenitud." Reinmar Tschirch, Dios para niños, 78
Silenciar y evitar respuestas a las preguntas de los niños son dos actitudes que no les hacen bien. En algún m o m e n t o se e n c o n t r a r á n con esos acontecimientos "desagradables", con esa "seriedad" de la vida y lo harán sin la preparación y reflexión necesarias. No olvidemos que los niños, por ser niños, no dejan de ser humanos.
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Como decíamos antes, todo niño es una persona en su totalidad y, por lo tanto, participa de la experiencia humana plenamente, con toda su intensidad, esto es: • Lleva en sí el pecado original, redimido por la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, a través del Bautismo (no son "angelitos").
Para saber más - BENAVIDES, Luis M., Temas difíciles con niños, Bonum, Buenos Aires, 2002, 2.a edición. - CAMPBELL, J. y KNOPP, P., ¿Cómo enseñar a los niños a distinguir el bien y el mal?, Folletos Don Bosco n,° 33, Buenos Aires, 1986.
• Participa del sentido del bien y del mal en su persona.
- CARO, Liliana, ¿Cómo hablarle de dios a mi hijo?, Folletos Don Bosco, n.° 53, Buenos Aires, 1987.
• Tiene planteamientos no resueltos e inquietantes como el dolor, el sufrimiento y la muerte.
- CLÍNICO, Marcos y PADOVANI, Alejandro, Descubriendo la sexualidad, 1, 2 y 3, Ciudad Nueva, Buenos Aires, 1995.
• Frente a estos problemas, cada hombre y también cada niño, buscará y elaborará su propia y única respuesta. • Tiene miedo y desconocimiento ante el sentido de la muerte. Necesita trascender, pero conoce el dolor y el sufrimiento. El niño intuye claramente cuál es la actitud de los padres, de los maestros, del catequista..., en general, de los adultos frente a los temas difíciles. Muchas de las preguntas sobre estos temas nos pueden coger desprevenidos y, quizás por dar una respuesta rápida, inventemos cualquier respuesta "para salir del paso".
- LEVY, Eduardo, S.J., Psicología evolutiva, Lumen, Buenos Aires, 1993. - MUÑOZ, H. e ISACUIRRE, R., La muerte y el más allá, Edic. Paulinas, Buenos Aires, 1983. - PIAGET, Jean, Seis estudios de psicología, Barral, Barcelona, 1978. - POMME D'API, El despertar religioso de los niños, Claret, Barcelona, 1981. - SECRETARIADO DE CATEQUESIS DE QUEBEC, Día a día con vuestro hijo, SM,
Madrid, 1981. - TSCHIRCH, Reinmar, Dios para niños, Sal Terrae, Santander, 1981.
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Lo cierto es que, para muchas de esas preguntas, no tenemos respuesta. Solo hay una respuesta verdadera: "no lo sé"; pero Dios sí sabe lo que hace y como Él es amor no puede querer nada malo para nosotros. Los niños necesitan más de nuestra actitud de acogida que de nuestras palabras. Será nuestra actitud la que tranquilizará al niño y lo acompañará en su caminar y en asumir la realidad, aunque sea dura y penosa. Es más, creo que, muchas veces, serán ellos mismos quiénes nos enseñarán el camino y nos motivarán para seguir avanzando, en una auténtica esperanza cristiana. Por último, confiemos siempre en que el Espíritu Santo iluminará nuestros corazones y nuestro entendimiento en el momento preciso en que lo necesitemos, tal como Jesús lo prometió (Jn 14, 26; 16,12-15).
236
237
CONCLUSIÓN
Una catequesis viva para contagiar la fe *• Una catequesis vital: Los niños merecen una catequesis cada vez más vital, alegre, profunda y adecuada a sus situaciones de vida e intereses. Ellos, también, están sedientos de Dios. Asimismo, nuestra querida Iglesia necesita, cada vez más, catequistas que testimonien la presencia de Jesús resucitado y vivo entre nosotros, con métodos renovados y adaptados a las necesidades de los pequeños. • Hacernos niños: Los niños nos conectan con la vida, con el futuro, con la espontaneidad y la alegría de vivir. Y el buen Dios, a través de los niños, nos devuelve, con creces, todo lo que hagamos por ellos, en su nombre. Jesús mismo, nos invita a hacernos niños para ser merecedores del Reino. '*• Punto de partida: Espero que el libro resulte orientador y permita esbozar las líneas pastorales de acción y reflexión sobre la catequesis de niños. Asimismo, quisiera que este libro, fuera el punto de partida para que todos los que trabajan en la catequesis de niños, se animen a sistematizar sus experiencias y, de esa manera, las compartan con los demás. ••Suscitar la fe: Lo único que anhelo es que todas estas orientaciones sirvan para aclarar los aspectos esenciales de este apasionante mundo y maravilloso itinerario que es la catequesis de niños. Es decir, que la catequesis debe, a menudo, preocuparse no solo de alimentar y enseñar la fe, sino de suscitarla con la ayuda de la Gracia. Desearía, de alguna manera, con este libro, abrir el corazón, convertir y preparar una adhesión global a Jesucristo en aquellos que están aún en el umbral de la fe. • Formación y actualización: Esto exige un gran esfuerzo y dedicación por parte de los catequistas; nuestra obligación es formarnos y actualizarnos siempre. Tenemos que estar en continuo crecimiento, especialmente compartiendo en comunidad todas nuestras esperanzas y temores. Todo lo que hagamos en este sentido nunca será suficiente. 239
• Contagiar la f e : Al mismo t i e m p o , no hay que olvidarse que, en t o d o este proceso, la fe es un d o n de Dios. Y solo Él es quien se regala y se brinda a sus hijos. Los catequistas somos simples "canales" de su gracia. Los educadores de la fe somos concientes de que un día fuimos cautivados p o r Jesús y es esa experiencia v i t a l que t r a tamos de contagiar a los niños. Lo que vale es el testimonio personal de cada u n o y la acción del Señor, que sale al encuentro. Jesús mismo nos p r o m e t i ó la asistencia del Espíritu... Sabemos que Él es fiel y así lo hará. LUIS
PD: Si tienes alguna aportación o comentario y deseas intercambiar experiencias o contactar conmigo para realizar un curso sobre alguno de los temas planteados, no dudes en escribir a las siguientes direcciones electrónicas: lmbenavides@)arnet.com.ar Imbenavides® flashmail.com
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245
- CATEQUESIS ZONA NORTE. Portal de la Catequesis de la Diócesis de Sevilla. Recursos, dinámicas, reflexiones, foro de catequistas, espiritualidad, biblioteca catequística. Muy completa. España. www.catequesis.net
• FUNDACIÓN RAMÓN PANE. Institución al Servicio de la Catequesis y de los Catequistas de la Iglesia en América Latina atendiendo necesidades del Departamento de Catequesis del CELAM. Notas de Espiritualidad catequística. http://www.fundacionpane.org
• CATEQUÉTICA FUNDAMENTAL. Reflexiones sobre Catequética Fundamental de jesús López Sáez .Asociación Comunidad de Ayala. España. http://www.comayala.es/Libros/catefunda/catefunda.htm
• FUNDACIÓN TIBERÍADES. Reflexiones, Cursos y Publicaciones. Arzobispado de Santiago de Chile. http://www.iglesia.cl/tiberiades/
• CENTRO CATEQUÍSTICO DIOCESANO. Biblioteca; Material Audiovisual; Talleres y Charlas; Programa de Televisión para Niños; Material para Catequesis; Estudios Bíblicos. Diócesis de Ponce. España. http://www.redcatolica.com/ponce.htm/centro2.htm *• CENTRO DE PASTORAL LITÚRGICA DE BARCELONA. Material y reflexiones sobre la liturgia. Signos y elementos litúrgicos. España. http://www.cpl.es *• CENTRO SANTA MARÍA. Página del Centro de Espiritualidad Santa María. Presentación del Centro y de la Escuela de Catequesis. Argentina. www.cesm.org.ar •• CONFIRMACIÓN. Software de Gestión de grupos de catequesis de Confirmación. http://www.ctv.es/USERS/iboronat/confir.html *• CYBER CATEQUISTAS EN LA RED. Página diseñada por un grupo de catequistas para conectarse y compartir recursos y experiencias. http://members.xoom.com/Cybercateq/ • DEPARTAMENTO DE CATEQUESIS CELAM (DECAT). Información básica y servicios; Miembros del departamento. Conferencia Episcopal Latinomericana. http://www.celam.org/decat • DIRECTORIO CATEQUÍSTICO GENERAL. (532 Kb documento para bajar en rtf) http://www.archimadrid.es/princi/princip/docum/ftp/magigle/otros/direc.rtf • ECO DE BUENOS AIRES. Boletín informativo de la junta de Catequesis Arquidiocesana de Buenos Aires. Argentina. Suscripción: catequista(5)fibertel.com.ar • ESCUELA PARROQUIAL DE CATEQUESIS. Portal del Secretariado de Catequesis. Recursos, reflexiones catequísticas, espiritualidad, etc Colombia. www.espac-colombia.org • FUNDACIÓN EDITORIAL AL SERVICIO DE LA CATEQUESIS Y FORMACIÓN CRISTIANA. Guía para los catequistas. Documento de orientación vocacional, de formación y de promoción del Catequista en los territorios de misión que dependen de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Congregación para la evangelización de los pueblos. http://www.multimedios.org/bec/etexts/ctquioi.htm
246
• INFANCIA MISIONERA EN VENEZUELA. Página de la Infancia Misionera en Venezuela. Pueden acceder directamente niños. Cómics. Historias. Pasatiempos. Dibujos catequísticos para colorear. Recursos para la catequesis dominical. Venezuela. http://www.infancia-misionera.com • INSTITUTO DE CATEQUESIS. Arquidiócesis de Santiago de Chile. Cursos; Publicaciones; Servicios. Chile. http://www.iglesia.cl/santiago/catequesis/index.html • INSTITUTO SUPERIOR DE CATEQUESIS ARGENTINO (ISCA). Instituto para la formación superior de catequistas. Curso Virtual de Catequética fundamental. Especialización en Catequesis. Argentina. www.isca.org.ar • LA WEB CATEQUÍSTICA. Sitio de la Junta Catequística Diocesana de Lomas de Zamora catequesis especial para personas con discapacidad. Presentación; novedades; contenido; servicios; áreas; agenda; subsidios. Argentina. http://www.webcatequistica.org.ar/ *• LUMEN VITAE. Instituto Internacional de Catequesis y Pastoral. Presentación. Estudios de nivel superior universitario; Diplomas y certificados; Editorial y revista internacional Lumen Vitae. Orden de los Jesuítas. Bélgica. http://www.catho.be/lumen/international_es.html *• MERCABA. Página muy completa sobre documentos eclesiales, Padres de la Iglesia, autores católicos y recursos pastorales y catequísticos. http://www.mercaba.org/ • MISIONEROS DEL SAGRADO CORAZÓN DEL PERÚ (MCs). Catequética y catequesis católicas. Teología, Magisterio de la Iglesia Católica. Documentos del Concilio Vaticano II. Perú. http://www.catholic-church.org/mscperu/teologia »• NOTAS DE ESPIRITUALIDAD CATEQUÉTICA. Aporte de Julieta Bolaños, Secretaria Ejecutiva, Comisión Nacional de Catequesis de Costa Rica. http://webs.satlink.eom/usuarios/r/rgrzona/notas.htm 247
•• OBISPADO DE CUALECUAYCHU. Cuentos y recursos para la actividad catequística y pastoral. Diócesis de Gualeguaychú. Argentina. http://www.obispadogchu.org.ar/caminante/cuentos.htm
• YO CREO. Portal católico con recursos, documentos de la Iglesia, dinámicas, dibujos, reflexiones para catequistas, etcétera. Argentina. www.yocreo.com http://www.catequesis.yocreo.com/
• OFICIO NACIONAL DE CATEQUESIS DE URUGUAY. http://www.catequesiseneluruguay.com/
2. Directorios de sitios y enlaces católicos
• PARA CATEQUISTAS. Portal para agentes de pastoral y catequesis. Recursos, dinámicas, reflexiones, catequesis especializadas, cursos, documentos, dibujos, etc. Gran variedad de recursos. Argentina. www.paracatequistas.com *• PERIÓDICO DIÁLOGO. Publicación mensual, gratuita. En su páginas encontramos recursos para la catequesis, guías de profundización bíblica, cuentos, espiritualidad del catequista, reseñas de libros. Argentina http://www.buenasnuevas.com/dialogo.html • PUBLICACIONES DEL DEPARTAMENTO DE CATEQUESIS DEL CELAM. http://www.celam.Org/decat/decat_programa.htm#Cuarto - RECURSOS PARA CATEQUESIS. Chile. http://www.catequesis.go.ee/ »- REVISTA CATEQUÉTICA - SAN PABLO. La revista para los niños. http://www.sanpablo-ssp.es/ninos.htm *• REVISTA DIDASCALIA. Revista para la Catequesis. Versión digital. Institución Salesiana. Argentina. www.citynet.com.ar/didascalia • SECRETARIADO DE CATEQUESIS DE COMPOSTELA. Portal de la Arquidiócesis de Santiago de Compostela. Material catequístico a la venta. España. http://www.catequeses.com/ • SECRETARIADO DE PASTORAL CATEQUÍSTICA DE MONTERREY (SEPAC). Información general. Cursos. Talleres. Formación de catequistas. Esquemas de documentos eclesiales en Power Point Diócesis de Monterrey. México. http://www.sepacmty.org/central.htm • SEMANARIO, HOJAS DEL DOMINGO. Un folleto catequético litúrgico para ser utilizado en las celebraciones dominicales de las comunidades cristianas; y en la casa, con la intención de que la familia comparta la palabra de Dios. San Pablo. Chile. http://www.san-pablo.cl/semanario.html
• AGENCIA IGLESIA CATÓLICA ARGENTINA (AICA). Agencia de noticias de la informativa católica argentina. Enlaces con otras direcciones religiosas. http://www.aica.org/ »• CATÓLICA WEB. http://www.catolicaweb.com/ • CATÓLICOS DE EUROPA. Enlaces y sitios católicos. http://catequesis.catolicos.deeuropa.net/ *• CATHOLIC NET. http://www.catholic.net - DIRECTORIO DE INFORMACIÓN CRISTIANA. Facilita además las mejores direcciones de contenido cristiano en la red. http://www.cristiandad.org •• EL ARCA DE NOÉ. Enlaces y sitios católicos recomendados, muy completa y en varios idiomas. http://www.elarcadenoe.org/catequesis.htm •• EL FORO DE LA IGLESIA. Noticias y enlaces de mayor relevancia, foro para expresar ideas sobre temas religiosos, información y foros sobre la familia, acontecimientos, consultas, arte religioso, servidos desde México. http://www.churchforum.org.mx • ESGLESIA. Uno de los directorios más completos sobre sitios y enlaces católicos en la web. http://www.esglesia.com •• IGLESIA. Lecturas. Artículos. Liturgia. Oraciones. Directorio, etc. http://www.iglesia.org/ - L'OSSERVATORE ROMANO EN CASTELLANO. Edición semanal del periódico del Vaticano. http://www.acu-adsum.org/losservatore.romano.html »• PAGINA OFICIAL DEL VATICANO. Documentos del Vaticano II, mensaje Urbi et orbi, biografías de los últimos Papas, L'Osservatore Romano... Roma. Vaticano. http://www.vatican.va • SERVIDOR DE LA IGLESIA EN ARGENTINA. htpp://www.iglesia.org *• SERVIDOR DE LA IGLESIA EN ESPAÑA. htpp://www.planalfa.es
+ SUBDELEGACIÓN DE CATEQUESIS DEL ARZOBISPADO DE TOLEDO. Sitio de la catequesis del Arzobispado de Toledo. España. http://www.architoledo.org/Sub_Catequesis/index.html 248
249
ÍNDICE Prólogo: Metodología catequística para niños
7
Introducción: Una experiencia reflexionada
9
CAPÍTULO I: JESÚS CATEQUISTA: HACIA UNA ESPIRITUALIDAD CATEQUÍSTICA
n
i. Jesús, el mejor catequista
n
2. Jesús y la samaritana 3. El proceso metodológico de Jesús 1. Respetara la persona 2. Proceso catequético 4. Aplicaciones a la catequesis 1. La experiencia catequética 2. Dinámica del catequista 3. Estructura básica de la catequesis 5. Otros textos evangélicos
n 16 16 16 18 18 19 20 20
CAPÍTULO II: EL MÉTODO CATEQUÍSTICO
23
i. La metodología catequística 1. Características de los métodos 2. Trabajo en comunión 3. Originalidad de la pedagogía de la fe 4. La renovación catequética 2. El método catequístico: los tres grandes pasos i Situación vital y experiencia del catequizando 2 El anuncio o proclamación de la Palabra de Dios
23 23 24 25 26 26 27 30
3 La respuesta personal o cambio de vida frente a la experiencia de fe .... 31 i ' La nueva situación de vida 34 3. Tareas fundamentales de la catequesis 1. Propiciar el conocimiento de la fe 2. La iniciación y educación litúrgica 3. La formación moral 4. Enseñar a orar 5. La educación para la vida comunitaria 6. La iniciación para la misión 7. Aspectos fundamentales de las tareas de la catequesis
34 35 35 36 37 38 38 39 251
CAPÍTULO III: LA CATEQUESIS DE NIÑOS i. Fundamentación de la catequesis de niños i. La catequesis de la infancia y de la niñez 2. Características de la catequesis infantil 3. Catequesis de niños sin apoyo religioso familiar 4. Lo que "no debe ser" y lo que "debe ser" la catequesis de niños 2. Catequesis de niños e iniciación cristiana 1. Aspectos generales 2. La iniciación cristiana de los niños 3. Las etapas de la catequesis de niños i La catequesis de niños más pequeños ( 4 3 7 años)
3
41 41 42 44 45 48 49 50 51 51
4 Actividades de expresión de la fe
82
5 Celebraciones de la Palabra
84
6 Presupuesto de tiempo
85
7
85
2 La catequesis de iniciación (8 a 10 años)
53
3
55
La catequesis de profundización (11 a 12 años)
3. Catequesis y sacramentos 4. La participación de la familia en la catequesis 1. Los padres de familia, primeros educadores en la fe de sus hijos 2. La catequesis familiar 5. La infancia misionera i. Seguir a Jesús 2. La escuela con Jesús: una propuesta de Jesús 6. El catequista de niños 1. Ministerio con carácter propio 2. Perfil del catequista de niños 7. El coordinador de la catequesis de niños 1. Responsables de la catequesis 2. Coordinador de la catequesis 8. Hacia una comunidad de catequistas CAPÍTULO IV: PROGRAMACIÓN Y PLANIFICACIÓN ANUAL DE LA CATEQUESIS
56 58 58 61 62 62 63 65 65 66 68 69 70 72
73
i. ¿Qué es planificar?
73
2. Características de la planificación en catequesis
74
3. ¿Cómo planificamos?
75
4. La planificación anual de la catequesis
76
i
El núcleo catequístico o unidad catequística
2 Los objetivos 252
&"1
41
77 78
Los contenidos
Evaluación
8 Observaciones
87
5. Ejemplos de planificación anual
87
6. Coherencia en la planificación
9o
1. Coherencia vertical
9o
2. Coherencia horizontal
9o
CAPÍTULO V: PLANIFICACIÓN Y PREPARACIÓN DE CADA ENCUENTRO CATEQUÍSTICO
91
1. Hacia una catequesis bien hecha
91
2. Pasos de un encuentro catequístico
92
1. Momentos del encuentro catequístico
92
2. Distribución del tiempo
93
i
Primer momento: la motivación o incentivación
94
• Finalidades de la motivación
95
• Formas de motivación o incentivación
96
2 Segundo momento: presentación del tema
9&
3 Tercer momento: la oración
99
4 Cuarto momento: las actividades de expresión de la fe
101
5 Quinto momento: actividades para compartir en familia
107
3. La evaluación de cada encuentro
109
4. El cuaderno o carpeta del catequista
109
1. Contenido del cuaderno
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2. Algunos ejemplos
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CAPÍTULO VI: LA INICIACIÓN AL SILENCIO Y A LA ORACIÓN i. Los niños y la oración i. Despertar el gusto por la oración 2. La relación de los niños con Dios 2. Las diferentes formas de oración i. La oración personal o silenciosa 2. La oración comunitaria
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3. ¿Las oraciones de memoria o la memoria en las oraciones? i. Oraciones para la vida cristiana 2. El sentido de esas oraciones 3. Errores pedagógicos 4. La iniciación al silencio i. El mundo sin silencio 2. El silencio y el misterio de Dios 3. El silencio en la Biblia 4. Tipos de silencio: pasivo y activo 5. La iniciación al silencio en los niños 6. Consideraciones prácticas para lograr un clima adecuado 7. Propuestas para iniciar a los niños al silencio 5. El "rincón de oración" o "rincón de Jesús" 1. El rincón de oración 2. Características del rincón de oración CAPÍTULO Vil: LA INICIACIÓN LITÚRGICA DE LOS NIÑOS i. Las celebraciones de la Palabra 1. Qué es celebrar 2. Qué se celebra 3. Las celebraciones de la Palabra 4. Elementos de una celebración de la Palabra 5. La preparación de la celebración 6. Esquema básico de una celebración de la Palabra 7. Evaluación de la celebración 8. Otras consideraciones para las celebraciones 2. Los signos y gestos 1. El gesto en la comunicación humana 2. Jesús, el gran gesto de Dios 3. Importancia del gesto para los niños 4. Los signos sagrados 3. El canto i. La importancia del canto 2. Indicaciones para el canto con niños 4. La Eucaristía con niños 1. La catequesis eucarística 2. Elementos y signos litúrgicos 3. La preparación de la Eucaristía con niños
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CAPÍTULO VIII: LOS NIÑOS Y LA PALABRA DE DIOS i. La Biblia en la catequesis de niños
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i. La Biblia, indispensable
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2. Líneas interpretativas de la Palabra de Dios con los niños
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3. La Biblia y el lenguaje infantil
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4. Un trato respetuoso y solemne
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2. Episodios de la Biblia más adecuados para trabajar con niños
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1. Antiguo Testamento
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2. Nuevo Testamento
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3. La entrega de la Palabra de Dios a los niños
187
i. Un acontecimiento trascendental
187
2. La celebración de la entrega de la Palabra
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CAPÍTULO IX: PSICOLOGÍA EVOLUTIVA Y RELIGIOSA DE LOS NIÑOS DE 3 A 12 AÑOS i. Psicología evolutiva y religiosa
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i. El niño de 3 a 4 años
193
2. El niño de 5 a 6 años
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3. El niño de 7 a 8 años
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4. El niño de 9 a 10 años
209
5. El niño de n a 12 años
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2. La cultura infantil y juvenil emergente
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3. Los temas difíciles
231
i. Afrontar los temas difíciles
231
2. Orientaciones generales
232
Conclusión: Una catequesis viva para contagiar la fe
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Bibliografía
241
Catequesis en Internet
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1. Páginas en español
245
2. Directorios de sitios y enlaces católicos
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