VITAL AZA
í
m í^OLIDADES VERSOS Y PROSA Ilustraciones de B. Gili y
Roig
BARCELONA. HEREDEROS DE JUAN GILÍ, EDITORES Cortes, 581 z-__„i-^.z^:,^:z:-::":^
1909
ES PUOPIKDAD
TIPOGRAFÍA DK
I.OS
KDITOUES, RARCRLo'a
A
Soy
lo
guisa de proemio
que
soy,
Ni yo soy una
me me
ni ni
creo
y de engañar no
trato.
gloria del proscenio,
un eximio
literato,
tengo, á Dios gracias, por
un
genio,
(aunque, sin esas raras perfecciones,
tenga también mi genio en ocasiones.)
Autor cómico soy y no dramático, de cómico es mucho más simpático.)
(lo
Yo jamás me metí en ni
rompí moldes,
de
los
ni
psicologías,
amargué
los días
pobres oyentes ó lectores,
contándoles angustias y dolores...
Yo con mi pluma alegre y me inclino á lo jovial, nunca
retozona á lo serio.
VITAL AZA
b
No
es
mi Musa
Musa que
la
tristona
soledad del cementerio
busca
la
y
reniega de su triste suerte,
allí
y lacrimosas elegías canta,
y
al
hablarnos de horrores y de muerte
nos mete
Yo no
el
corazón en
canto
canta sólo
el
el
la garganta.
Dolor.
Placer y
La Musa mía
la Alegría;
y aunque mi alma, á veces, vierta
me
lo sufro
yo á solas y
me
llanto,
aguanto.
Jamás exteriorizo mis pesares. ¿A qué amargar á nadie con mis penas?
Y
en humildes comedias y cantares
derramo
la alegría
Y me juzgo si
logro,
feliz
con mi
y
á
manos
muy
Musa
haceros olvidar por un las
llenas.
contento
divertida,
momento
negras amarguras de
la vida...
^^-^m
Aguas minerales
—Desengáñese Todo
usted,
don Emeterio.
eso de las aguas sulfurosas,
arsenicales, cloruradas, calcicas,
azoóticas, litínicas
j
sódicas,
son pamplinas que inventan los doctores
de acuerdo con
los
dueños de
las
fondas.
VITAL AZA
8
— ¡Hombre, no, mi querido don Nicasio! Xo me haga Bueno que
usted reir con esas cosas.
el
vulgo diga esas simplezas;
¡pero usted!... ¡por Dios santo!
Una persona
de ilustración, no debe en modo alguno verter esas especies injuriosas.
Las aguas minerales, don Nicasio, por reacciones químicas que asombran,
responden á un principio terapéutico.
— Bueno,
bien.
Xo diré que no respondan;
pero yo no las llamo, amigo mío,
porque no creo en aguas milagrosas.
No
diré
pero
que no haya aguas excelentes;
otras...
¡vamos hombre!,
no sirven para nada. Mucho gran
confort... restaurant...
lo
que es otras
lujo,
mesa redonda...
jardines á la inglesa... lagos... bosques... conciertos... musiquita á todas horas.
Pero
¿las
aguas? ¡Música!
no hay quien
me
Y
que de esto
apee.
— Bien;
si
se le antoja,
siga usted á caballo en su manía.
— No es manía, es verdad como una loma. Comprendo que á
los ricos les receten
esas temporaditas deliciosas,
pero lo que
y
me
me
irrita
saca de quicio y
me exaspera me encocora,
y
FRIVOLIDADES
que á mí, que hace un año estoy cesante
es
y tengo una familia numerosa,
me haya lo
dicho un doctor, ayer en casa,
que usted mismo va á saber ahora:
— ¿Qué ha — Pues que sido?
aguas á toda
A
el
hombre ha recetado
la familia, ¡á toda!
Pepita, las aguas de Betelu;
á Manuela, los baños de
La
Toja,
á Enriquín, Carratraca; á Luis, Alceda; á la niña menor, baños de ola;
á
mi yerno, Sobrón. (¡Muy bien mandado!
porque en casa es
A
el
único que sobra.)
mi hermano, Hervideros de Fuensanta;
á
mi hermana,
á
Ramón, Mondariz;
las
aguas de Cestona; á Pepe, Trillo;
y á mi querida y respetable esposa, porque tiene en el cuello unos diviesos, ¡la
manda á Paracuellos de Giloca! ¿Y á usted qué le ha mandado?
—
— ¿A mí? ¡Fortuna! Supongo yo que
lo diría
en broma.
— ¿Y qué piensa usté hacer? —¿Cómo qué pienso? Pues hoy
lo discutí
con mi señora,
y una resolución hemos tomado irrevocable, decisiva, heroica... 2
10
Pues
VITAL AZ\ la salud exige
un
sacrificio,
este verano, por seguir la moda,
nos bañaremos todos... en tinajas,
y beberemos... agua de Lozoya.
Gramófono
El
¡Aborrezco
Pues yo
el
Gramófono! ¿Por qué?
te lo diré.
Precisamente encima de mi alcoba colocó
mi vecino empecatado
un aparato de el
sueño y
la
esos que
me
roba
salud por de contado.
Yo que dormir
diez horas necesito
VITAL AZA
12
me
acuesto casi siempre tempranito;
pero ¿de qué si
me
sirve el acostarme
ha de venir alguno á fastidiarme?
Cuando, rendido, de dormirme da cuerda mi
vecino
trato,
al aparato,
me tapo y en dormir me empeño, No hay manera de coger el sueño!
y aunque ¡quiá!
3-*rimero oigo
un tenor lanzando
gritos;
luego una tiple haciendo gorgoritos,
y después
¡y esto sí
rae sueltan
que ya
una banda
es faltar!
militar...
¡Yáversihayquienseduerma
ni
un instante
oyendo un trompeteo semejante! Cierto que es el
Gramófono
excelente,
admirable, sublime, sorprendente...
No negaré que sea ese aparato muy bueno, muy bonito y muy Pero yo, por le
las
barato...
causas que te digo,
aborrezco, le odio ¡y le maldigo!
Burro
El Caballo y el (No
es fábula, pero podría serlo)
Cerca del abrevadero de la fuente del Otero, dialogaban, hace un mes, el
caballo del
T
el
-¡Qué gordo y lucido estás! (dijo
con sorna
-Me engorda
el
el
Marqués
burro del molinero»
jumento).
aburrimiento.
VITAL AZA
i4
—Me choca. — ¡Pues ahí —¿Trabajas poco? —Muy
verás!
poco.
Llevo ya esta temporada
una
siu
sola enganchada.
— ¿Y eso Me el
te aburre? ¡Estás loco!
explicara esa mohína
exceso de trabajo,
corriendo arriba y abajo
amarrado á
la berlina.
Pero por no trabajar aburrirse, ¡no lo creo!
— Me disgusto porque veo que me van á
licenciar.
Ya ni me miran y el cochero me
mis amos abandona.
¡Como han comprado en Bayona
un automóvil!
— ¡Ah, vamos! —Te explicarás mi temor. — Ya pagarán su manía. Verás cómo
el
mejor día
«e revienta tu señor.
—Ya y
la
En
se
ha dislocado un brazo
marquesa
se
ha herido.
dos meses han sufrido
FRIVOLIDADES
y un topetazo.
tres vuelcos
Pero
¡quiá! si
son de acero
y no se arredran por nada!
— ¿Y en toda esta temporada qué
se hace
— Pues
el
Antonio
cochero?
el
pobre ¿qué ha de hacer?
Viste de hule todo
el día,
y en vez de Antonio García hoy
es
Antnán
le
chofer.
—¡Chifladura más completa! ¿Quién conoce á monsiú Antuári^. ¡Claro!
¡Como siempre van
disfrazados con careta!
¡Cuánto más bonita es la librea,
qué demonio!
— Pues van con máscara Antonio, la
marquesa y
el
marqués.
Sólo hablan ya del Panar, (creo que se llama
Y andan
así).
de aquí para
allí
escapados sin cesar.
La peor ¡Si
es la señora.
corren que es un horror!
Ayer, según
el señor,
en poco más de una hora, fueron de aquí al Sardinero.
¡Doce leguas!
15-
VITAL AZA
16
— Que el
¡Quiá! ¡No cuela!
se lo cuente á su abuela
grandísimo embustero.
—Como
Panar
el
tiene al fin
diez caballos.
—¿Estás Yo
¿Los has visto?
loco?
tampoco.
¿Diez caballos? ¡Ni un rocín!
Lo que
tiene ese Panar,
según yo
un vapor
vi, es
que despide un mal olor que no se puede aguantar.
Y en
cuanto á fuerza
á luchar con
me
atrevo
él.
—Sí, eh? ¡Qué burro
eres!
—Ya No me
Y
lo
dices
nada nuevo.
que tú no sabrás
es que
un
día,
cuesta arriba,
hasta la marquesa iba
empujando por
detrás.
— ¡Vamos! no seas burlón. Yo me
resigno y
pues respeto de ¡Es
el
me
aguanto,
adelanto
la civilización.
un gran invento!
lo sé.
FRIVOLIDADES
17
-¿Sí? Pues ayer, á media noche, vine yo arrastrando el coche
ó automóvil hasta aquí.
— ¿Qué me cuentas? Se rompió no
Yo andaba y
sé
por
—
señor!
allí
cerca
les hice ese favor.
— Con que
tú?...
—Lo que ¡Bien lloraba tu señora!
A
ver
de
lo
Si
no es un pobre pollino
si
me
hablas ahora
que vale ese invento.
á la intemperie se hospedan ¡y
Sí,
que tuerca.
con su Panar se quedan
á dormir en el camino!
te cuento.
El
Bacalao
ARTÍCULO... DE
— ¿Cuál más
es el pez
CUARESMA
que tiene
distante de la cola?
—
le
la
cabeza
preguntaron
á uno.
— El bacalao — contestó, —porque
tiene
VITAL AZA
20
en Paspan a y la cabeza en Escocia. Indudablemente los bacalaos son los se-
la cola
res
más desdichados de
la tierra, es decir,
del mar.
No contento Jmsta dejarlus
el
hombre con maltratarlos arranca
secos, les
los decapita, los prensa,
lengua,
la
y como
esto
si
no
fuera bastante, los expone luego á la pública vergüenza, colgándolos de los escapa-
rates de las tiendas de ultramarinos.
¿Y qué más? ¡Hasta hay quien
se los co-
me!
No
es posible ser
más
cruel con
un pez
tan inofensivo.
Por fortuna, no siempre quedan impunes estos crímenes, y
venga de
los
el
pez ofendido se
hombres haciéndoles purgar
gran parte de sus culpas. « * *
Según
los zoólogos, el bacalao
(llamado
también, y por mal nombre, abadejo), pertenece á la familia de los Gádidos.
¡Hay familias
En fanos:
muy
desgraciadas!
ésta todos los individuc.s son
no tienen cabeza de familia.
huér-
FRIVOLIDADES
21
* *
Dice un autor que
abadejos sólo se
los
conservan bien cuando están curados.
Desde que
sé esto, ya
Para mí, todos
me
no
fío.
los bacalaos están
conva-
lecientes.
* * *
Y
ahora se
me
ocurre una pregunta:
¿Si se curarán
los
abadejos con aceite
de hígado de bacalao? ¡Quién sabe!
La
anterior pregunta
me
sugiere
esta
otra:
Si el bacalao es el
abadejo momificado,
¿de qué hígado extraerán ese aceite?
Francamente,
mia me parece le
puede caer á
el
sacar jugo de
una mo-
momio más grande que un boticario.
el
* * *
Según decir,
el naturalista Sr.
Mr. Valenciennes,
Valencianas, es
el
bacalao es
un
pez de una voracidad y una glotonería extraordinarias.
VITAL AZA
22
¿Quién había de decirlo? ¡Y, á pesar
de comer tanto, están tan
flacuchos!
Ahora me explico padecen
enfermedad que
la
los bacalaos.
Tendrán
la solitaria.
* *
*
El mismo Mr. Valenciennes afirma que en
el
vientre de los abadejos, y en prueba
de su voracidad, se encuentran hierro, maderas, guijarros
de
tes
trozos de
y hasta los guan-
los pescadores.
¡Hasta los guantes de los pescadoies!
No se puede
pescar de una manera
más
Jiña.
Sin embargo, tengo para mí que los peces agradecerían ellos
menos
que
se
etiqueta...
empleara
con
y menos anzuelos.
* * *
En de
el
comercio se conocen varias clases
bacalaos.
El más preciado es
el
de Escocia.
Las patronas prefieren siempre el que en los
mercados se conoce con
bacalao de pupilo.
el
nombre de
miVOLIDADES
23
Este se distingue de las demás clases en lo
ínfimo de su precio, y en que no es
¡ni
bacalao!
* * *
Los abadejos se pescan principalmente
en
los
mares del Norte; pero donde abun-
dan de una manera extraordinaria
es alre-
dedor del banco deTerranova. Sin duda, son accionistas escamados.
Xo
es el de
que abundan
Terranova los peces.
el
único banco en
Cuestión personal
Hablaban en
la
mesa de un
café
Don Eamón, don Vicente j don José. DonEamón, que es un hombre muy vehe[mente,
Decía á don José y á don Vicente: 4
VITAL AZA
26
—Desengáñense ustedes.
No
es creíble
Que España en su atonía como fué un día,
Sea,
Potente y vigorosa. ¡Es imposible!
Las razas degeneran.
— ¡Qué manía!
—No
un hecho conocido.
es manía, es
Aquí necesitamos sangre nueva.
¿Hay alguien que
A
se atreva
sostener que España no ha perdido
Toda
la savia
¿Qué
es necesario hacer? ¡Esta es la mía!
que en su sangre había?
Hay que cruzar la sangre. Eso conviene. Hay que darle la savia que no tiene. Las razas se desgastan, empeoran,
Y
hay que cruzarlas, pues
Una Es
así
mejoran.
verdad tan grande como un templo
ésta
La raza
que
les digo.
caballar es
un ejemplo.
— ¡Hombre, por Dios! —¡No comparar, amigo! —El cruce necesario, y aunque sea es
Ofensivo
Yo
el
ejemplo presentado
sostengo mi idea.
Pueblo sin cruce, está degenerado.
En mí mismo
se ven claras, patentes.
Las pruebas de esta nueva teoría
—— FRIVOLIDADES
Que hoy
sostienen autores eminentes.
Yo debo mi
A
27
mi energía
salud y
mezcla de sangres diferentes.
la
— ¿Qué mezcla? —Lo diré Para que usted
Mi madre
Y
sin
rodeos,
lo sepa.
era francesa: de Burdeos;
mi padre español de pura
— Ya sospechaba — Que
más
era usted
un
dijo
cepa.
don Vicente
genízaro.
— Eeplicó don
Eamón
— Pero, por Dios, — Esa palabra...
si
¡Insolente!
enfurecido.
yo no
le
he ofendido.
— La sostengo. — ¡Basta!
— Oiga usted, don Eamón...
— Muy
¡Se
ha concluido!
pronto sabrá usted cómo las gasta
Quien tiene sangre como yo
la pido.
II
Estaba en su despacho don Vicente
Y
ya
se iba á acostar tranquilamente.
Cuando
el
ama de
llaves,
doña Eita,
.
VITAL AZA
28
Le anunció uua
—¿Quién
visita.
es?
—Dos
caballeros.
— (¡Dios clemente!)
—No
los
he visto nunca. Son
muy
finos.
Dicen que traen un asunto urgente.
—(Lo que me sospechaba. Los padrinos. ¡Qué bruto es don
—¿Qué
Kamón y qué
ignorante!)
les digo?
— Que pasen adelante. * *
— Caballero... — Señores...
— Yo lamento... —Yo también, caballero, siento mucho... — Pueden ustedes... —¿Qué.?
—Tomar —Mil — No hay de qué. Ya escucho. — El señor don Ramón nos ha encargado.
asiento.
gracias.
les
.
¿Se ríe usted?
—¡Pues claro que me ¡Si el
pobre don
— El asunto
es
Ramón está obcecado! muy serio, señor mío,
río!
FRIVOLIDADES
Y
no es para que usted
Ha
lo
habido ofensa grave, y
tome á
reparación
Que
deje en buen lugar á don él
en
risa.
es precisa
Una
Discutiendo con
2^
Eamón.
el café,
Delante de su amigo don José,
Usted
Una
le dirigió
con mal talante
palabra fea y mal sonante.
—Perdone usted, amigo. Yo
le
llamé genízaro.
—¡Pues
digo!
¿Le parece á usted poco? ¡A mí bastante?
— Pues, verdad, á mí me —La palabreja dura. —Es algo más que dura. ¡Es insultante! —Pero ¿ustedes también?... — O retracta se
la
figura...
es
se
De
la
ofensa inferida,
Firmándonos un acta
En que
O
le
dé satisfacción cumplida,
va usted
al terreno.
— Bueno, bueno. No hay más que hablar.
¡Iremos
al
terreno!
¿Batirse es necesario?
— — Pues
Batirse, el
sí,
señor. ¡Esa es la frase!
duelo ha de ser extraordinario.
Para vengar ofensas de esa clase
.
30
VITAL AZA
No hay más que uu
arma.
—¿Cuál?
— El Diccionario! I
— ¿Se burla usted? — No es burla;
es
que deseo
Sacarles del error en que les veo.
Si á don
Ramón
geuízaro llamé,
Fué con razón sobrada.
— ¿Cómo? —¿Qué?
— ¿Su padre era español? — Zaragozano.
— ¿Y su madre de Francia? —¡Bordelesa! — Pues fuera toda discusión en vano. Aquí
está el Diccionario en esta mesa.
Genizaro se llama en castellano
Al
hijo
— ¡Pues
de español y de francesa. es verdad!
— ¡Pues tiene usted razón! — ;Qué bruto — No es
es nuestro
amigo don Ramón!
él solo.
— Pedimos mil perdones. que yo — Crea usted, don — Hemos hecho una plancha. — ¡De ríñones! — Para hacer objeciones V^icente,
siento.
.
FRIVOLIDADES
3t
Es preciso tener entendimiento.
—Es — Díganle á
natural.
Si
no
La palabreja
es rara.
ese pedazo de jumento,
se conformara,
Que ya que
él
tanto pide
Si insiste más, le cruzaré.
el .
.
cruzamiento, la cara.
Soné-
A Ya que
Eduakdo
tienes
mi nombre con
G.
Gekeda
empeño en que
el
tuyo en
aunque conozca mi valer
figú-
la portá,-
escá-
con gran placer á tu mandato acú.-
Mi al
aplauso más sincero aquí tribu-
médico y notable
que en
los
literá-
Tipos de clínica ha probá-
su fina observación, su ingenio agú.5
VITAL AZA
34
Como conozco al público, ¡oh Geré!me atrevo á asegurarte que estos Tlte
han de proporcionar mucho
Prepara otra edición de este pues hay en
él
diné.librí-,
tantísimo salé-
que ha de venderse como pan
beudí.-
y.*'
..lt*
Rosina
la
de Pravia
«Penosina de
la
peña,
rosa de la mió quintana; la la
de de
les rises la
melgueres,
voz regalada... »
(Caveda).
¡Válganme
y
la
si es
y
si
el
Señor San Pedro
Virgen Soberana verdad cuanto aquí digo,
miento no
me
valgan!
Desde Gijón á Pajares
y de Colombres á Navia,
VITAL AZA
3G
uo hay una moza más
lista,
más gayaspera y más guapa que Kosina
la
de Antona,
que Eosina
la
de Piavia,
la de les rises melgueres. la de la voz regalada.
Apenas rompiendo
Auroia
la bella el
broche de
])lata,
ilumina con luz tenue las
cumbres de
las
ahuyentando de
montañas,
los ríos
á las misteriosas Xanas,
que
se ocultan temerosas
con su madejas doradas...
Apenas
O
el
rubio Febo...
dicho en menos palabras:
en cuanto amanece sale
Kosina de
el día,
casa,
cantando como
la
que saluda á
mañana,
la
alondra
átrabajar, que el trabajo ni le asusta, ni le cansa.
Fuerte, sanota y robusta,
de alto seno y ancha espalda, de piernas como pegollos
PRIVOLIDA.DES
39
y de manos que son garras, nadie compite con ella
en andechas y
esfo¡/azas,
ni en sallar
unos maíces,
ni en uncir
un par de
Bien
los
mozos
la
vacas...
conocen;
bien la envidian las muchachas,
y ellos y ellas aseguran que nunca hubo en la comarca
moza más honrada y buena que Eosina
la
de Pravia,
la de les rises melgue-res, la de la voz regalada.
Cuando
el día
de
la
Virgen
todo
el
pueblo se engalana
y en
el
campo de
anuncia
la iglesia
el baile la gaita,
saca Eosina su traje
que está en
el
fondo del arca,
saturado del perfume
de membrillos y manzanas,
y
allá
va á
la
romería
con su dengue y con su falda, sus tres ó cuatro refajos
que
las caderas
ensanchan,
VITAL AZA
40
SU pañuelo á
la cabeza,
su camisa de mediana, su jubón adamascado,
su collar en
la
garganta,
sus zapatos de becerro
y sus calcetas de lana. Su voz es la que domina en
los cantos
de
danza,
la
y al bailar el xiringüelu nunca pareja le falta; pues nadie en baila mejor ni se
romería
la
que
ella baila,
mueve con más
ni conoce
Cuando
al
garbo,
más mudanzas. empezar
la
noche
se vuelve sola á su casa,
ningún mozo del concejo se decide á acompañarla.
Todos saben que Rosina tiene á su novio en la
Habana,
que
le
quiero con delirio,
que
le
adora con
Y
si
el
alma.
acaso algún valiente
se le acerca y se propasa, le
sucederá
lo
que á Manolín
mismo el
de Pacha,
que por querer darla un beso
.
FRIVOLIDADES recibió tal bofetada,
que se pasó quince días con las narices hinchadas
Por eso todos respetan á Eosina la de Pravia, la
de
les rises
melgueres,
la de la voz regalada
.
,
.
41
.
Don Juan
Era Don Juan un galán gallardo, audaz, calavera.
AMOR POR AMOR, tal era de Don Juan.
la divisa
Sólo por sólo en
amor luchaba;
amor
sólo para
se encendía;
amar
y por amor
vivía,
se mataba...
.
VITAL AZA
44
Mas los tiempos han mundo se moderniza
El
y hoy Doña Inés
cambiado.
se cotiza
como
el
papel del Estado.
Ya
el
amor
es cosa rara.
Tales los tiempos están
que no
por un ojo de
Hoy que
un Don Juan
se encuentra
el
Don
la cara.
Jiian es un ser
vicio y codicia forman.
Hoy Don Juan
un
es
que usa gorra de
s-portsman
chauj^eur.
Si tras la novicia
va
en aventura amorosa, sólo piensa en
en
una
cosa:
las reutas del papá.
Luchará con ardimiento si
su Inés es chica
pero
si
rica;
es pobre la chica
se pudrirá en el convento.
Mas y con en
la
dice
si
el
logra lo que trama
negocio da,
escena del sofá
Don Juan
«¿No
á su dama:
es verdad, ángel de amor,
>que en este mundo embustero ateniendo
mucho
dinero
FRIVOLIDADES »se vive
»¿No
mucho mejor? es verdad, gacela mía,
»que nos amaremos más
»cuando falten tus papas »y heredemos á
la tía?...»
Con cinismo extraordinario así el
buen Don Juan
se expresa.
Descanse, pues, en su huesa el
Tenorio legendario!
Pues hoy,
la
gente avispada
ve que en estos tiempos brilla,
más que el
el
Don Jtmn de Zorrilla
Don Juan de
Parellada.
Consulta médica
—Le llamo á si
me puede
V., doctor,
para que vea
aliviar de cualquier
modo
este catarro agudo... ó lo que sea.
— ¿Y qué ha tomado V.? — ¡Tomé de todo! Estoy ya hasta
los topes
de menjurges, pastillas y jaropes.
.
VITAL AZA
48
—¿Probó V. — Probé de todo
la helenina'?
Y advierto
lo
que acaba en
ina.
á V. doctor, que ya no
gastarme en
la botica
más
quiero
dinero.
— Es V. mi querido D. Macario, un enfermo
especial, extraordinario.
.
— Mándeme V. tomar cualquiera cosa que no haya que pedir en
la farmacia.
— Mi misión, por desgracia, resulta ciertamente poco airosa;
mas ya que
recetarle
me ha vedado
y V. curarse pronto necesita,
tome
V., en ayunas,
y arropado,
leche de burra, á ver
si
se le quita
esa tos pertinaz, que es de cuidado.
— ¿Leche de burra, dice V.? ¡Me —¿Se
río!
ríe V.?
— Pues
¡claro!
Me
hace gracia,
porque hay una razón, amigo mío, para que yo no crea en su
eficacia.
— ¿Una razón? (¡Enfermo
más
— Se Y
cargante!)
la diré al instante.
crea V. que es cierto lo que digo.
— Será verdad. Bien cabe en — Yo propio
lo posible.
fui testigo
de un caso
muy
notable, indiscutible,
que demuestra de un modo terminante
FRIVOLIDADES
49
que esa leche de burra tan nombrada no sirve en
los catarros
para nada.
— Respeto su opinión. En mis
clientes
he visto resultados excelentes.
— ¿Excelentes? Lo dudo. Óigame V.
el
caso á que yo aludo:
Tenía mi cuñado en Valdespina
una hermosa
pollina,
gorda, rolliza, de
pulmón potente,
que cuando rebuznaba se estremecía de terror la gente
y
el
Tuvo
pueblo en sus cinaientos retemblaba. esta burra
un
hijo,
alegre, juguetón, fino, gracioso...
Nunca
nació, de
fijo,
más hermoso. una mañana
un buche más robusto y Pero
¡ay,
amigo mío!
se lo encontró
mi hermana,
no alegre y juguetón como otros
días,
sino mustio, caído, tembloroso, la piel ardiente, las orejas frías,
y respirando
Vino
triste
el albéitar, le
y angustioso.
mandó un
y unas friegas con vino
muy
jarabe
caliente;
pero la enfermedad era tan grave
que á
los tres días se
murió
el paciente.
¿Y sabe V. amigo, qué dolencia 7
VITAL AZA
50
cortó del pobre buche la existencia?
— Xo
lo sé,
mi querido D. Macario.
Soy médico, no soy veterinario.
— Pues se
el
murió
pobre animal
¡de
un catarro pulmonal!
El caso, amigo mío, se
me antoja
que es de esos que no tienen vuelta de hoja.
Esa leche que V, no cura
me ha recetado
los catarros. ¡Es
Dudar de su
eficacia
porque ¡calcule V.
si
probado!
me permito; habría tomado
leche de burra el pobre animalito!
— Repito á V. que en todos mis clientes he visto resultados excelentes. Pero, en
fin, la
lección está bien dada.
¿Leche de burra á V.? ¡Qué desvarío! Si
en
los
burros no sirve para nada,
no debe V. tomarla, amigo mío.
Pensamientos
científicos...
(hasta cierto punto)
El oro es
el equivalente del
gumento más reactivo
amor;
el
sólido para los suegros
que neutraliza
las
y
arel
cualidades ne-
gativas.
* * *
El corazón es la retorta de las pasiones.
VITAL AZA
52
*
* *
Una morena alegre es un cuerpo rente: Una rubia sosa es un cuerpo
comluindife-
rente.
* * *
El matrimonio es
Cuando
la
sintesis
del
comhiiiación; mientras el efectuado
interés es
una
amor.
amor produce una
se realiza por
por
el
que algunas veces
fíuzcla
resulta detonante. * * *
Los precipitados que dan ciertos cuerpos en química son de gran importancia.
En
la
química social
la
mujer
da
infiel
siempre un 2}^ecipitado: su marido.
Cuando
éste se sulfura, suele haber
una
explosiÓ7i.
« * »
La
regla
matrimonio
que por
lo
general rige en
el
es la reg/a de interés.
» « » Si el novio es rico, los suegros
á la chica la regla de aligación. * « «
proponen
FRIVOLIDADES
Cuando
la
desposada dá á luz
resuelve la regla de
hijo, se
53 el
primer
tres.
*
* *
Más
adelante se convierte en regla de
compañía. * * *
La operación fundamental
del
matrimo-
nio es la de multiplicar.
* * *
Todos
los
viudos tienen
el
exponente me-
nos uno.
* * *
Las mujeres que no se casan es porque
no han tenido proporción. * * *
Cuando teme que
novio huye
el le
dividan por
el
bulto es que
el eje.
* * *
Para convencer á algunas mujeres no siempre bastan razones.
Los hombres los,
en
rectos,
se dividen
agudos y
como
obtusos.
los
ángu-
i 54
VITAL AZA
* *
La dote de
la
novia es con frecuencia
una cantidad imaginaria. * *
Una mujer
celosa trata siempre de des-
pejar la incógnita. * * *
Una
chica sin dote, en los tiempos que
corremos, es un cero á la izquierda.
Presbicia
Se casó don Lucas con doña Torcuata
y y, el
se separaron al
segundo mes,
como disculpa que
le justifique,
zumbón don Lucas
dice
muy
cortés:
— Quiero á mi Torcuata con amor sincero Para separarnos hubo una razón.
No
es cuestión de
Fué cuestión de
Yo no
afecto,
¡pobrecita míal
vista la separación.
gasto gafas y cuando está lejos
detalladamente veo á mi mujer,
porque ya
y
si
está á
la vista
mi
tengo
muy
cansada
lado ¡no la puedo ver!
La competencia
Al
llegar las
Navidades
siempre había en Valdeotero
gran repuesto de turrones,
que á D. Pepe, le
mandaban
el confitero,
recién hechos
de Jijona y de Alicante,
y
él
vendía casi
al
doble
que cobraba
el fabricante.
Y —¡está claro! — sucedía
— VITAL AZA
58
que uo había uua persona
que á su casa
se llevara
medio
ponía
maldito confitero
el
que
kilo de Jijona,
tal precio le
pues
las gentes, asustadas,
se
guardaban su dinero.
— Es preciso que esto acabe, dijo
el
y
si
un
día el boticario.
llegan estas Pascuas
Cuando
turrón es necesario,
Pepe, que es un zote,
no comprende su negocio, voy á ver
pues
si le
me
y si el
convenzo
acepta como socio;
hombre por su empeño
á las gentes perjudica,
yo no debo tolerarlo por
el
bien de
mi
Dicho y hecho. Fuese á y
le dijo:
Te aconsejo que por
Todo
el
el
botica.
verle,
— Esto no pasa. te
enmiendes,
nombre de
tu casa.
pueblo está que trina,
y
le
sobran
las razones,
pues aquí monopolizas el
negocio de turrones
— — — FRIVOLIDADES
59
y es pieciso que no abuses
y
lo
vendas más barato;
porque caro no
'
comen
lo
y yo entonces pago el pato. ¿Xo comprendes que sin venta surtido se te enrancia?
el
Yo me
asocio, si tú quieres,
y
te ofrezco
Te aseguro un
una ganancia.
diez por ciento
—
si lo
y ya creo que es bantante, vendes á los precios
que
— Mire
te
usted,
pone
fabricante.
el
amigo mío
contestóle el contítero,
yo soy dueño de mi
casa.
Nadie manda en mi dinero.
No me
importan
Quien
los quiera
ni
que
el
las hablillas,
público se queje.
que
los
compre;
quien no quiera que los deje.
— ¿Luego
insistes?
— ¡Ya
lo creo!
— ¡Lo lamento! — Pues ¡paciencia!
— Ya que quieres
qiie
haya lucha,
voy á hacerte competencia.
— ¿En jarabes?
— VITAL AZA
€0
— turrones! — ¿Es de veras? ¡Me hace ¡Jín
—Ya
verás
si te
de mi farmacia.
el portal
Y
mismo que
lo
cumplió
gracia!
hace sombra
lo dijo
el
hombre su promesa.
Le mandaron de Alicante de turrones gran remesa.
En
carteles dijo al pueblo
que
él
lucrarse no quería;
surtido de turrones
que
el
que
el servir
por su precio
vendía;
lo
á sus vecinos
era sólo su deseo...
¡Y
el
portal de la farmacia fué
un constante
Los señores, los
y
los criados,
más grandes,
los seglares los
jubileo!
y
los
más chicos,
los curas,
pobres y los
ricos,
fueron todos á surtirse,
viendo clara ¡y
la ventaja,
en dos días no dejaron
para muestra ni una
caja!
¡Casi á pasto lo comían!
¡Qué alegría! ¡Qué atracones!
¡Medio pueblo cayó enfermo
— FRIVOLIDADES del
empacho de
61
turrones!
Orgulloso el boticario
reembolsaba su dinero,
y furioso en su derrota, se decía el confitero:
—No comprendo... No me Es un caso
Yo me
arruino y
explico...
extraordinario...
no
él
gana...
¡Qué animal de boticario!
Y
una
vieja
que
le oía,
dijo al punto:
¿que no gana ¡Si
— ¡Pobre
Pepe!:
el boticario?
ese sabe
Nada gana en
más que Lepe!
los turrones,
pero gana
el
muy
ladino
en magnesia, y en ruibarbo
y en aceite de
ricino.
VITAL A7A
Mis propósitos
A
Xo saber
y
al
UN CURIOSO
creo yo que al público le importe si
yo
me
he muerto ó
si
estoy vivo
dar á luz las obras que concibo
viables
pueden
ser ó las aborte.
Curado ya con mi excursión vuelvo á
la lucha;
y llevando en á fin de
mes
mi faena
la alforja lo
al
Norte
activo,
que escribo
regresaré á la corte.
Basta que algún curioso
me lo mande
VITAL AZA
64
para que yo conteste con franqueza, sin que, al decirlo, con misterios ande,
que en
la
campaña
teatral
que empieza
diez obras pienso dar... [Lástima grande qiLC
no sea verdad tanta
belleza!
La perla de San Carlos
Así llamábamos todos
al
sabio y vene-
maestro D. Eafael Martínez Mo-
rable lina.
Lo que seguramente ignorarán cuantos fueron admiradores
de su ciencia es que
D. Kafael era un excelente cómico.
— ¿Cómico aquel señor tan j — dirán algunos con asombro. serio
formal? 9
tan
VITAL AZA
66
¡Pues
SÍ,
señor! Cómico, y
según verá
el
que
muy
cómico,
leyere.
Corría el raes de Julio de 1875. Yo, que
pasaba
los
veranos al lado de mis padres,
en Gijón, regresaba de saludar á mis parientes de Pola de
Lena cuando, en
dén de
de Oviedo,
tré
la estación
agradablemente
an-
el
me
encon-
sorprendido con la
mi queridísimo maestro
presencia de
el
doctor Martínez Molina, á quien acompa-
ñaba su discípulo predilecto, mi compañero de estudios
y
brillante
y hoy reputadísimo médico
escritor
Manuel Tolosa La-
tour.
— ¿Ustedes
por aquí?
—
abrazando
dije
con respeto á don Rafael y más efusiva-
mente á Manolo.
—
Sí;
pondió
aquí nos tienes el
maestro.
desde ayer
—
res-
— He venido á ver á uu
enfermo y Manolito ha tenido
la
bondad
de acompañarme. Hijo mío, estoy encantado de tu país. ¡Esto es precioso!
—¿Verdad que —exclamé con sí?
el or-
gullo de buen asturiano.
—
¡Precioso,
chico,
precioso!
— añadía
Tolosa.
— Pues ya
lo irán
ustedes conociendo.
FRIVOLIDADES
67
— No. Desgraciadamente tengo que
re-
gresar en seguida á Madrid.
— ¡Qué lástima! ¿A
dónde van ustedes
ahora?
— A Gijón. — Me
alegro.
tedes á
mento
Y
Iremos juntos. Suban us-
mi departamento. Voy completasolo.
dicho y hecho. Subimos
nó la voz de «¡Viajeros al
al
vagón, so-
tren!»,
y éste
empezó pausadamente su marcha.
—Ya verán ustedes qué
población tan
bonita y tan industriosa es Gijón. Eeco-
rreremos todas
las
fábricas.
primer orden. ¿Pues y
la
rededores? Son un encanto.
do
el
litoral
Las hay de
playa?
No hay
los al-
en
un puerto más hermoso
una playa más espléndida. Ya des;
¿Y
to-
ni
verán uste-
ya verán ustedes.
— No, hijo mío, no deseo al
ir
te
entusiasmes.
Mi
á Gijón, no es conocer su playa
ni sus industrias.
Mi
viaje sólo tiene uti
objeto.
— ¿Cuál? — El de dar un abrazo á un amigo
del
alma; á un amigo á quien no veo hace
tremta y ocho años.
VITAL AZA
68
— Quizás
tú le
conozcas
— añadió
To-
losa.
— ¿De quién — De un médico. De mi antiguo se trata?
condi-
cípulo Joaquín Escalera.
— ¡Ya quín es
lo el
creo que le conozco!
Don
Joa-
médico de mi familia y amigo
entrañable de mi padre.
— ¿Y qué ¿Cómo está Joaquinito? —¡Tan famoso! — Visitará mucho, ¿verdad? — ¡Ya Siempre —¡Qué buen estudiante tal?
lo creo!
era!
tan formalito, tan aplicado...
Nos
mos mucho. Hicimos juntos toda
quería-
la
carre-
ra y siempre nos reuníamos á estudiar cuando se acercaban los exámenes. Pero
terminada
la
esta provincia
licenciatura, él se retiró
á
y yo me quedé luchando en
la corte.
— ¿Y
no han vuelto ustedes
á
verse
desde entonces?
— ¡Nunca! Nos frecuencia; pero ni
drid ni yo he
bendita
tierra.
escribimos él
con alguna
ha vuelto por Ma-
venido hasta ahora á esta
Pero no
nunca, nunca, de
me
mi querido
he olvidado Escalerilla.
FRIVOLIDADES
Yo
le
llamaba siempre Escalerilla, y
daba mucha
Y un
69 le
rabia...
al decir esto
D. Kafael, se reía como
chiquillo.
—Buena sorpresa
le
va usted á dar.
— Eso quisiera sorprenderle. — Oiga usted, don Eafael: se me yo,
una
ocurre
idea.
—¿Cuál?
— Vamos á hacer una
cosa.
En
cuanto
lleguemos á Gijón y se instalen ustedes en la fonda,
pasamos recado á don Joaquín
para que acuda inmediatamente á ver á
un enfermo que acaba de llegar de Madrid.
— ¡Hombre, muy — —Yo seré enfermo — Tolosa. —No. De ningún modo. El enfermo ré yo — replicó D. Eafael, restregándose doy á manos. — Ya veréis como se bien!
¡Eso, eso!
dijo
el
se-
la
las
Escalerilla. ¡Es
una gran
idea!
¡Qué demo-
nio de larguirucho! ¡Qué cosas se rren!
¡Cómo
se conoce
le
ocu-
que andas entre có-
micos!
Y riéndonos y gozando con la idea de engañar á D, Joaquín, llegamos á Gijón.
VITAL AZA
70
Tomamos
ómnibus del Hotel
el
y mientras D. Rafael y Manolo
Iberia,
se
insta-
laban cómodamente en una habitación del piso
segundo que daba sobre
bajé al comptoir y escribí en
poco más ó menos,
lo
que
el
muelle, yo
una
tarjeta,
sigue:
«Querido D. Joaquín: Venga usted
in-
Un
se-
mediatamente ñor,
Hotel
Iberia.
amigo mío de Madrid, que acaba de
llegar, está
ted le vea.
En
al
ella le
muy enfermo y Ocupa
la
quiero que us-
habitación uúm.
S8.
esperamos á usted con verdade-
ra impaciencia.
— Suyo,
Vital.)}
yo subí á
Salió el criado con la carta y
ver á los viajeros.
El sol poniente de un
hermoso día de
verano, antes de ocultarse detrás del cabo
de Torres, dirigía sobre Gijón sus últimos rayos,
mero
—
inundando de
luz la habitación nú-
38.
Ya. está avisado el
médico
—
^dije al
en-
trar.
— ¡Magnífico! Pero oye: aquí hay demasiada claridad.
Me
va á conocer en
se-
guida.
— ¿Qué
le
ha de conocer á usted después
de tantos años?
FRIVOLIDADES
—Hombre, no nos hemos he mandado mi
maderas de
los
dulce sombra taré
allí,
la luz.
visto; pero le
retrato. Mira:
me
entorna esas
balcones...
¡Ajajá!
Esta
favorece...
Yo me
sen-
en aquella butaca, de
espaldas á
Oye, Manolo: procura poner
la ca-
ra triste, no vaya á conocer la broma.
—Descuide
usted,
don
Eafael.
Hasta
lloraré si usted quiere.
—No,
hijo,
bán y deslía
no tanto.
la
A ver; dame ese ga-
manta. ¡Perfectamente! Tú,
Vital, vete al pasillo y avisa
— la
¡Allí viene! Allí viene,
Trinidad
por
el
—
dije
llegue.
la calle
de
mirando cautelosamente
entreabierto balcón.
—A —Viene
cuando por
—Véale
usted.
ver, á ver...
á escape. ¡Claro!
Lo urgente
del recado.
— ¿Pero cuál —Aquel que pasa ahora es?
la sombrerería.
— ¿Pero está!
me mo
¿No
le
por delante de
reconoce usted?
es aquél? ¡Pobrecito!
¡Qué viejo
El nunca ha sido buen mozo; pero
parece corre!
más
chiquitín que antes. ¡Y có-
Está más ágil que yo, y eso que
somos de una edad. Cierra, á vernos. ;Ea! ¡A la butaca!
cierra,
no vaya
— VITAL AZA
72
Y
D. Rafael, encasquetándose hasta
orejas su cuello del
manta de
el
gabán y envolviéndose en
la
retrepó en la
viaje, se
disponiéndose á empezar
Yo
las
de seda, subiéndose
gorrilla
salí al pasillo
la
butaca,
comedia.
á recibir
al
esperado
don Joaquín. Era éste un ojos pequeños
viejecito
y
muy
simpático, de
vivos, de nariz afilada, so-
bre la que descansaban unas enormes gafas de oro, labios finos, patillitas cortas
y
bigote á lo Espartero.
A
los
pocos minutos llegaba
el
pobre
señor, jadeante, al piso segundo del hotel,
que era
tercero de la casa.
el
— — ¿Qué
Pase usted, pase usted, don
hombre, qué ocurre?
es eso,
respirando con dificultad.
dijo,
— Entre
Aquí
usted.
Y
penetramos en
—
¡Ay!, ¡ay!, ¡ay!
mero
está ese caballero.
la habitación.
— decía con
tono
lasti-
el fingido paciente.
— Buenas
— Pase rrando
la
tardes.
usted, doctor
—
dijo Tolosa ce-
puerta para que los demás hués-
pedes no oyeran fael.
Joaquín.
los quejidos
de don
Rfl,-
— FRIVOLIDADES
73
— ¡Caramba! ¡Qué obscuro está
esto!
No
veo nada.
— Hemos entornado
los balcones
porque
queja de fotofobia — — ¡Ah! Pero trata de algo de — don Joaquín acercándose á
repliqué yo.
el señor se
la vis-
¿se
dijo
ta?
tien-
tas á la butaca.
—No, señor. No
se
trata de la vista
suspiró con voz doliente don Eafael.
Siéntese usted.
— Gracias. — — ¡Yamos, hombre, vamos! Tenga ¡Ay!, ¡ay!
calma. ¿Qué
le
usted
pasa á usted?
— ¡Ay, doctor! ¡Yo estoy muy malo! ¡Muy malo! ,Ay!
— ¿Qué duele á usted? — ¡Todo cuerpo! — ¡Caramba, hombre! A ver le
el
No, fiebre
el
pulso...
no hay. Algo nerviosillo nada
más.
— ¡Mucho, doctor' ¡Estoy muy nervioso! Y
al decir esto dio
con
los brazos,
bar
al
una fuerte sacudida
estando á punto de derri-
suelo al pobre D. Joaquín.
Tolosa y yo nos mordíamos los labios
para contener 10
la risa.
VITAL AZA
74
—Vamos á empezado
ver,
vamos á
ver.
¿Cómo
Yo
hace mu-
— Pues verá usted.
¡Ay!
chos años que no estoy bueno; pero dico
que me
muy
señor.
mí
— ¿Qué médico
mé-
bruto!
—¡Hombre, por Dios! Todos dicen que — cho; pero para
el
en Madrid no compren-
asiste
de mi enfermedad. ¡Es
Sí,
lia
esto?
es
sabe mu-
un animal.
es?
--Don Rafael Martínez Molina.
— ¡Ave fael!
María Purísima! ¡Animal Ra-
Pues
si
es
uno de
los
médicos más
notables de Madrid. ¡Como que la Perla de
San
—¡No está mala tor,
le
llaman
Carlos! perla!
Es un bruto, doc-
créame usted. ¡Ay! ¡Ay!
— Vaya, vaya. Tranquilícese usted. Y
don Joaquín
las gafas
me
miró por encima de
como diciéndome:
Este señor no está bueno de
—¡Ay
doctor!
¡Yo
me
la
cabeza.
muero! ¡Tengo
unos dolores horribles!
— ¿Dónde? —Aquí... En — A ver esa lengua.
el vientre.
Don Joaquín
encendió un fósforo y don
FRIVOLIDADES
77
Rafael frunció exageradamente los músculos de la cara y enseñó la lengua,
con gesto de burla que para que nara
el
la
lengua está húmeda y limpia.
¿Qué ha comido usted en
el viaje?
— Casi nada. Cené en Madrid tenía
exami-
médico.
— No; salir,
la
más
antes de
y luego en Venta de Baños, como mucha sed, me tomé dos vasos de
leche y una ensalada de pepinos.
— ¡Qué barbaridad! — Me gustan mucho pepinos, doctor. — Pues ya está todo explicado. — No, señor. Los pepinos me han sentalos
do el
muy
Ijien.
Lo que me ha hecho daño
es
almuerzo de León.
— ¿Pues qué ha almorzado usted? — Casi nada. Unas truchas en escabeche y una carne en salsa con esas cosas...
que dicen que son venenosas.
— ¿Con setas? — señor! ¡Me comí ¡Eso,
sí,
muchas
se-
tas!
— Pues no hablemos
más. Se trata de
una intoxicación.
— ¿De qué? —De nada. Hay que purgarse inmedia-
VITAL AZA
78
tamente. Le dispondré á usted una limonada.
— Le advierto á usted que en Oviedo ya he tomado limón y no
me ha hecho
nada.
— ¿Qué ha tomado usted limón? — señor. Dos vasos de món helado. — ¡Pero hombre! ¿Y cómo ha dejado usted tomar eso? — D. Joaquín, Sí,
le
dijo
diri-
giéndose severamente á Tolosa,
— Yo soy muy caprichoso, doctor. — Ya Hay que purgarse lo veo, ya.
en
seguida, pero en seguida.
—Tengo muchos — ¡Ya — ¡Y sudores! — Naturalmente. —Y me duele mucho aquí —¿En ríñones? — ¿Dónde están ríñones? —En lomos. — lomos. Me duelen escalofríos.
lo creo!
atrás.
los
los
los
Sí, señor.
—¿Y
los pies?
los
¿Qué
tal?
— Los pies no me duelen nada. arregló el pedicuro antes de salir
Me de
los
Ma-
drid.
— ¿Digo fríos?
que
si
tiene usted
los
pies
FRIVOLIDADES
—
Tengo
señor!
¡Sí,
los píes
fríos
y
la
cabeza caliente.
— Como
el
negro del sermón
poder contener
losa, sin
—
dijo
To-
la risa.
— ¡Oiga usted, joven! — contestó
malhu-
morado D. Joaquín.
—No el
se
incomode usted, doctor. Es que
chico opina
—¿Qué? Que es
—
como
yo.
usted tan animal
como Mar-
tínez Molina.
— ¡Caballero! ¡Esto no puedo
—
¡Ea,
de
basta
comedia!
abriendo de par en par
— —
una burla que yo
es
tolerar!
—
dije
yo,
los balcones.
¡Eh! ¡Sí,
hombre,
sí!
¡Eres
un mameluco
Escalerilla!
— ¿Cómo?... ¿Luego
¿Qué?
..
¿Luego
usted?...
tú?...
¡Mírame! — — — ¡Joaquinito! ¡Sí, hijo, sí!
¡Eafael!
Y
los dos viejos se
abrazaron estrecha-
mente, sellando con sus lágrimas aquella
amistad de cuarenta años.
A Tolosa
y á mí se nos humedecieron
80 los ojos.
VITAL AZA
Y, enjugándose los suyos, decía
hiposamente D. Joaquín: ¡Bien béis dado! ¡Carape!
me
la ha-
¿Cómo había yo de
pechar?... ¡Y decía el
muy
pillo
sabía dónde estaban los ríñones!...
sos-
que no
^^^"^^
Carta abierta
Desde Solares
Querido Juan: Te escribo desde Solares; desde este delicioso quita pesares.
Desde de
la
este Balneario
Montaña,
que es
el
más pintoresco
que hay en España. 11
VITAL AZA
82
El paisaje es hermoso; dulce
el
ambiente,
y pasamos
la
vida
tan ricamente.
Yo
aquí estoy en la gloria,
fresco y tranquilo,
mientras que tú en sudas
la
Corte
el quilo.
¡Cuánto te compadezco!
Ven
al instante,
que Madrid en agosto no hay quien
Es
lo aguante.
la acción
de estas aguas
maravillosa;
para calmar los nervios
no hay mejor
Aquí
llega
cosa.
un
sujeto
loco perdido,
y está á
los
pocos días
desconocido.
Las aguas son sedantes de
tal
manera,
que aquí nadie
se irrita,
nadie se altera.
No hay nunca
discusiones
acaloradas, pues, á
más de
ser gentes
FRIVOLIDADES
83
bien educadas,
calma
y
agua
el
los nervios
esto se explica:
carácter
el
más
agrio
se dulcifica.
¿Que alguien que no
es agüista
busca cuestiones?
Le
das, sin alterarte,
dos bofetones.
Y
como están
tus nervios
equilibrados,
resultan los cachetes justificados.
¿Padeces de dispepsias?
¿A qué
Ven
te apuras?
aquí dos semanas
y aquí
te curas.
Las aguas de Solares son digestivas, y,
como según
dicen,
son radio-activas, activan de tal
modo
las secreciones,
que aquí no hay nunca atascos, ni indigestiones.
¿Qué hay aquí inapetencias? ¡De ningún modo!
VITAL AZA
84
Aquí
más enfermos
los
comeu de
Y que,
todo.
hasta hay inapetentes
aunque
se quejan,
se
comen
¡si
se lo dejan!
al
fondista
Quien padezca de insomnio venga á estos baños
y hará acopio de sueño para unos años.
Y de
verá cuando goce
tal acopio,
que estas aguas son aguas que dan
el opio.
Aquí dormimos todos como benditos; unos acompañados
y otros
solitos.
Hay igual
y
quien duerme nueve horas
que un leño
se pasa la tarde
muerto de sueño.
Y que
conozco á un bañista el
inocente
duerme
diez ó doce horas
únicamente,
y no despierta
el
pobre
FRIVOLIDADES
85.
¡quien lo dijera! sino le da la
un
pellizco
camarera.
Con
que, Juan, ya lo sabes,
deja la Corte;
que ese calor no hay cuerpo que
lo soporte.
Ven ven á
á este
hermoso
sitio;
Solares,
que este
es
un verdadero
quita pesares...
Al pie de la letra
Mi amigo Melchor
Balboa,
recién llegado de Andía, fué á caballo el otro día
De
paseo á la Moncloa.
Llegó
al pinar,
y
al
entrar
vio este letrero Melchor:
Se prohibe
el paso
por
las calles de este pinar.
La orden,
dijo, es
muy
chocante^
VITAL AZA
mas
Y
cumplo, sin embargo
la
se metió á trote largo
por
el
pinar adelante.
Pero un guarda diciéndole:
¿No ha
—
le
paró
¡Caballero!
visto V. el letrero?
jEstá V, multado!
-¿Yo? Hombre, no sea que yo
el
V
.
zote,
mandato cumplí.
¿Se prohibe
el 'pasol
—¡Sí!
—Pues por
eso voy al
trote.
Instantáneas
—¿Qué
le
ha pasado á Menchaca,
que es fotógrafo
muy
ducho,
retratando ayer á Paca?
— Pues que
le
dio
y no impresionó
un arrechucho
la placa,
¡pero él se impresionó 12
mucho!
VITAL
90
AZA.
II
A
revelar se encerraron
Pepe y Luz, según dijeron, y ni una placa obtuvieron, pues todas se
les velaron.
Y al
saberlo,
dijo,
echándose á
Paco Cruz reir:
—¿Cómo habían de
salir
yendo á revelar con Luz? III
—¿Qué
tal?
preguntó un
—á un aficionado
profesional.
¿Cuántas placas has tirado?
Y
él
contestó
—Pues todas porque
me
muy las
formal:
que he tomado,
salieron mal.
IV
A
la
hija do le
hace
dado á
Hoy
hermosa Kosalía,
un el
viejo ricacho,
amor un muchacho
la fotografía.
fué á su casa, atrevido,
J
FRIVOLIDADES
91
sin permiso del papá,
j
éste al verle, claro está,
quedó
se
— ¿Qué le dijo
muy
le trae
sorprendido.
por aquí?
en tono zumbón.
— Pues... cosas de mi Que pasaba por y me
afición...
ahí,
voy á ver
dije:
si
á la hermosa Eosalía
le
hago una fotografía
como
las
que yo
sé hacer.
— ¡Caramba! — Pues, Es
sí,
sólo cuestión de
señor,
un
rato.
¡Ya verá usted qué retrato le
hago á
la chica!
Es mi máquina
¡Un primor!
especial,
y saldrá perfectamente.
Mi
objetivo es excelente.
Me
ha costado un
dineral.
¡Qué objetivo! ¡No concibo
nada igual para un
retrato!
— Pues guárdese
aparato
y
el
guárdese el objetivo.
—¿Qué?
—
¡ISTada!
Todo
se explica.
¿Con que su objetivo, eh?
VITAL AZA
92
¡El objetivo de usté
es la dote de la chica!
Mil pesetas pagó Don Timoteo, por retratar á
la
famosa Cleo,
y el hombre, cual reliquia bien pagada, guarda la negativa codiciada.
La cosa
es estupenda
¡Dios mío!
y nunca vista.
(me pregunto con
¿Qué valdrá un
sí
espanto).
de la sin par artista
cuando una negativa vale tanto?
Prólogo
de
los
Cuentos de mi tierra, de
Narciso-
Díaz de Escovar
Si te lleva, lector, tu
alguna vez á Málaga
buena
estrella
la bella,
en cuanto llegues vete á visitar á D. Narciso Díaz de Escovar.
¿Qué ya sabes quién ¡Pues
si
es
es?
¡Y quién
más conocido que
lo
duda?
la ruda!
VITAL AZA
94
Mas
tú conoces sólo
y no
le tratas
que el
si
como
es
al literato,
como yo
le trato;
escritor de lo mejor,
hombre vale más que
el escritor.
Procura su amistad, que es conveniente tener un cicerone inteligente.
El te hará ver de Málaga
la bella
cuanto hay de raro y de curioso en
Y no que
De
ella
habrá callejuela ni rincón
se
quede sin una tradición.
Hostégesis sabrás cosas curiosas;
te dirá de
Yahía muchas
cosas;
Hammuditas
conocerás de algunos
hechos que ignoran gentes eruditas,
y de Hamet
el
Zegrí sabrás un raro
suceso acaecido en Gibralfaro: suceso que á Escovar contó un gualí
que era primo segundo jTodo
lo
se lo sabe Narciso de
Vete á
verle, lector,
(Zorrilla, 2)
y
del Zegrí.
que fué Málaga en
allí le
muy
Historia
la
memoria!
en su casita
cuca y
muy
bonita,
encontrarás en su despacho,
dándose de lectura algún empacho,
tomando
notas,
comentando
leyes.
FRIVOLIDADES
95
Ó hablando de arte con Arturo Reyes, ó escribiendo cantares amorosos,
ó revolviendo libros
muy
pues guarda palimpsestos
y
tiene
curiosos,
muy
notables
una fortuna en incunables.
Allí le encontrarás seguramente
¡que es
un trabajador impenitente!
Bibliófilo,
de igual
poeta y abogado,
modo
defiende á un acusado,
que á una cómica antigua y olvidada la saca
con sus citas de
ó con placer
la nada,
macabro desentierra
á algún notable artista de su tierra...
No
le
hables de comedias, porque en eso^
como Narciso
suelte la sin hueso,
puedes tomar asiento y retreparte, pues no hallarás manera de marcharte.
No que
De
se él
ha escrito comedia en castellano no tenga en un plúteo siempre amano.
los autores
que del Siglo de Oro
nos legaron en letras un tesoro, sabe lo que pensaron, los líos
lo
que hicieron,
amorosos que tuvieron,
y habla de Tirso y Lope, sin jactancia,
como de sus amigos de
la infancia
VITAL AZA
96
Vete á dale
verle, lector,
y
al presentarte
muchos recuerdos de mi parte,
que le quiere y que su amigo y compañero
y
dile
le
abraza
Vital Aza.
»
ÍX^
La sequía
Con
tristeza el alcalde repetía:
— «Xunca
se vio tan pertinaz sequía.
¡Tres meses en Asturias sin
que llueva!
¡Esto es atroz! Si Dios no nos envía,
de su bondad en prueba, oelio días 13
de lluvia bienhechora
'
VITAL AZA
98
y sigue
queda
el sol
el
quemando como manzana y
sin yerba, sin
Y
ahora,
pueblo infeliz
tenía razón
para temer del
sin maíz.»
más que sobrada
hambre
los rigores.
Los pobres labradores veían la cosecha malograda;
en otro tiempo caudaloso,
el río,
dejaba todo el
el
cauce
al descubierto;
monte, antes verdoso,
era un terruño requemado, muerto;
no encontraba
el
pasto ninguno en
y se al
afligía
ganado el
sediento prado,
con razón
la
gente
ver secarse la copiosa fuente...
En
esto, al
se le ocurrió
más anciano de una
la
aldea
idea.
— ¡Fuera temores!, —
dijo.
— ¡Cese
el llanto!
Yo conozco el remedio en las sequías. Hay que sacar en procesión al Santo...
— ¿A qué Santo? —
¡Al patrono! ¡A
más milagroso no Hace unos cuarenta años,
¡Santo
San
Elias!
es posible! lo recuerdo,
— FRIVOLIDADES
hubo en el
y
99
pueblo una sequía horrible;
el
párroco de entonces no era lerdo, al
ver llorar á la angustiada gente
sacó al patrono en procesión, y en cuanto salió del
templo
encapotóse
el
el cielo
milagroso Santo,
de repente
y comenzó á llover de
que hubo,
al fin,
manera,
tal
que pedir que no
lloviera.
Viendo todos su dicha ya segura, fueron sin dilación á ver
que era un santo varón,
al cura, listo
y discreto,
y á quien todos trataban con respeto.
— Señor cura —
dijeron,
sacar en procesión á
que
es
—
es forzoso
San
Elias,
un Santo muy bueno y milagroso
y remedio seguro en
— ¿Procesiones
las sequías.
decís?
—
¡Sí!
Deseamos
sacar al Santo en procesión mañana;
que
si él
no hace un milagro, nos quedamos
sin yerba, sin
—Poco á
maíz y sin manzana.
poco, hijos míos
—
dijo el cura
con marcada dulzura.
Comprendo que
es
muy justa vuestra queja;
rezad, pedid á Dios que nos proteja
VITAL AZA
100
y nos conceda el bien apetecido. Para eso no hacen falta procesiones.
Yo también
en mis santas oraciones
con fervor se pues
lo pido,
mal que presiento
el
más que
tanto ó
vosotros lo lamento.
— ¡Queremos procesión! —¡No hay procesiones!
—¿Por qué razón? —Yo tengo mis
razones.
bondad divina;
Pedid amparo á
la
pero dejadme
Santo en su hornacina.
al
Aquella negativa contundente produjo gran disgusto entre la gente,
y no faltó un menguado
que
le
fuera con quejas
al prelado.
Llamó
el
obispo al cura, y diligente
acudió
el
señor cura puntualmente,
y le
al oir la
razón de ser llamado
contestó al obispo lo siguiente:
— «Tengo, señor, tranquila mi Si
me han
pero no
vi,
juzgado mal, yo
los
conciencia.
perdono;
señor, la conveniencia
de pedirle milagros
al
— ¿No tienen
el
fe
en
patrono.
Santo?
FRIVOLIDADES
— Por eso mismo, por
101
¡Sí!
íMuchísima!
que tienen
la fe
Creo que ciertos actos no convienen.
—No
lo
comprendo.
— Escuche su Ilustrísima. Le
diré la razón
para negarles
Implorando en
el
que yo he tenido
que
me han
pedido.
la lluvia el otro día
pueblo inmediato,
sacaron de y,
lo
según
la iglesia
á San Torcuato;
me asegura
mi amigo y compañero al ver
que continuaba
perdió
el
pueblo la
fe
el
la
señor cura,
sequía
que antes tenía
y no falta algún necio que hable de San Torcuato con desprecio.
Yo no
quiero, señor,
que en mi curato
donde
las gentes son
muy
religiosas,
mañana un mentecato diga de San Elias esas cosas
que en
el
pueblo inmediato
dicen hoy del bendito San Torcuato.
Tengo, señor, observaciones mías.
La
lluvia
ha de tardar. ¡Es evidente!
— Pero ¿en qué funda usted sus profecías? — En que tengo un barómetro excelenteque está subiendo mucho hace ocho día
VITAL AZA
102
jMis creencias, señor, no son impías!
No
quiero que á
y mientras
el
mi Santo
se le ultraje,
barómetro no baje
no saco en procesión á San Elias!»
Julio
Julio,
según dice Tulio,
lleva este
de César
nombre en honor
el
Dictador
que se llamaba Don
A Júpiter
Julio.
consagrado,
cuando Eómulo imperaba á este
mes
se le
llamaba
Quintilis el deseado.
(Ya
sé
que esta introducción
VITAL AZA
104
tú, lector, criticarás;
pero nunca está de más
un poco de
erudición).
Este mes de hermosos días
y en
el
mes
es el
y
el
cual Sol entra en Leo, del veraneo
mes de
En
romerías.
las
este dichoso
mes
el bañista se arregosta,
y hay quien
lo
pasa en la costa
á costa de algún
En
él
Cármenes,
las
inglés.
celebran sus días los
Abdones,
los Santiagos, los Trifones,
Anas y los Elias. Y hay, como debes
las
tres santos
saber,
que en Julio están
en boga: San Sebastián
y San-turce y San-tander.
Revista de salones
La soirée de los señores de Gutiérrez
¿Quién no conoce á rrez? Sólo hace veinte
Madrid, y sus amigos.
es
los Sres.
años que viven en
ya incontable
Por
la
de Gutié-
el
número de
bondad de su carácter,
la finura de sus maneras y por la elevada posición que ocupan (pues viven en
por
un cuarto cuarto con de las
la
Madera
Alta),
entresuelo, en la calle
han sabido captarse
simpatías de todos los vecinos de la
casa. 14
VITAL AZA
106
Los esposos Gutiérrez están orgullosos
de sus muchas relaciones, ¡Ojalá
que puíiieran decir otro tanto de
las de su niña!
Pero, desgraciadamente, la encantadora
Paquita hace ya nueve años que tiene
rela-
ciones con un alférez de reemplazo...
El Sr. de Gutiérrez es uno de nuestros
primeros profesores de lengua francesa.
Los discípulos se hacen lenguas de
la
ha-
bilidad de su maestro.
— mar
—suele exclade Gutiérrez. — ¡Tener que
¡Triste destino el mío!
á solas
ganarme
la
el Sr.
vida enseñando esta lengua á
tanto animalucho! * * *
Anoche, y con motivo de haber sido agraciada la señora de Gutiérrez con una
aproximación en
el
último sorteo, invitó á
sus numerosos amigos á una
en
celebración
de tan
'petite
fausto
soirée,
aconteci-
miento.
— ¡Esta
es
la
única vez que he visto
agraciada á mi esposa!
— decía
el
satisfecho
marido.
—¡Lo creemos! — exclamaban algunos
in-
FRIVOLIDADES
107
mirando con sorna á
vitados,
la
señora
la casa.
* * *
y
A
las diez
el
mezquino gabinete de losSres. de Gu-
tiérrez,
de
la
noche, la reducida sala
— brillantemente
iluminados
por
dos bujías y un quinqué de porcelana con pantalla de ñores artiñciales
— estaban ma-
terialmente atestados de una tan elegante
como escogida concurrencia.
— ¡Asseyez
vous! ¡Asseyez vous!
con afectada galantería
el
— decía
dueño de
la cttsa
muchos que, en vano, buscaban don-
á los
de sentarse.
—Siéntesen traduciendo
Vds.,
— exclamaba
al castellano la
señora
la
afrancesada
in-
vitación de su esposo.
Pero.
.
.
¡imposible! El
currentes era
por al
muy
los con-
superior al délas
sillas,
que algunos decidieron trasladarse
lo
oscuro pasillo, y á
cocina, bía
número de
la
no menos oscura
donde una robusta alcarreña
con estrepitosas carcajadas
las
reci-
cuchu-
y pellizcos de sus amantes conter-
fletas tulios.
A
las diez
y media
el
Sr.
de Gutiérrez
VITAL AZA
108
Y
dio la voz de ¡música! ¡música!
se abrió
el piano.
Un
piano de
mo que
cola.
(¡De
mucha
cola! ¡Co-
está lleno de piezas encoladas!)
La señorita de Rodríguez, que
lucía
un
elegante vestido de lana de color de paja
molida con adornos de yerba cuatro manos con decir,
con
la hija
la hija
de
lla,
que mereció
los
la
casa, es
de Gutiérrez,
los Sres.
una preciosa habanera,
seca, tocó á
de
titulada
honores de
La
cebo-
la repeti-
ción.
No
pasaremos adelante sin decir que
la
bellísima Paquita vestía, con su proverbial
elegancia y distinción,
una airosa bata de
percal á cuadros con ribetes azules amarillos, ostentando sobre su
y lazos enmaraña-
da cabeza una brillante diadema de acero bruñido salpicada de gruesos brillantes,
que deben de ser americanos, puesto que la alhaja es regalo
de un
tío
que tiene en
América.
La señorita de Pérez, que desde que han dejado cesante á su señor padre, distingui-
do escribiente de Fomento, viste
el
del Nazareno, cantó después con gusto,
según dijo
ella
cuando
hábito vuicho
la invitaron,
,u
FRIVOLIDADES
una preciosa romanza con
letra bastardilla,
titulada Ayes y suspiros de gida, original de
111
una
tórtola ajii-
un músico de regimiento,
con quien dicen que está para casarse tan distinguida aficionada.
El notable
violinista,
artista premiado...
Sr.
de González,
en una de
las
últimas
extracciones de la Lotería Xacional, tocó,
entre nutridos aplausos, una preciosa fantasía ^ohvG motivos fundados.
Y
en esto terminó
el
concierto y dio
principio el baile, que se prolongó hasta las el
doce de
la
noche, hora en que se abrió
comedor... que volvió á cerrarse tan
pronto como
los
invitados recogieron los
sombreros y abrigos que en revuelto desorden estaban colocados sobre
que suelen comer
los Sres.
la
mesa en
de Gutiérrez.
Los invitados han salido satisfechos de la esplendidez
de
y galantería de
los
señores
la casa.
Ha
sido,
época en
En
en verdad, una
la calle
ella
de
la
soirée
Madera
Alta.
estaban representadas
la elegancia, la distinción
y
que hará
la belleza,
la sobriedad,
por las señoras y señoritas de Eodríguez, González, García, Pérez,
Gómez y
otras
VITAL AZA
112
muchas, de cuyos apellidos no podemos acordarnos.
El sexo feo tuvo también un brillante contingente. Allí estaban, por ejemplo, dig-
namente representadas tras,
las artes
y
las le-
por los señores Ortiz y Peláez, distin-
guidos pintores de rótulos; la alta banca,
por los Sres.
Gómez y
escribientes del lítica,
por
los señores
infatigables
Pérez, dignísinios
Banco de España; y
la po-
García y González,
y consecuentes meritorios del
Ministerio de la Gobernación. * * *
A
última hora hemos sabido que
los se-
ñores de Gutiérrez se proponen obsequiar
á sus numerosos amigos con una nueva soirée,
tan pronto
como regresen
del viaje
que tienen proyectado á Carabanchel de Arriba.
^^'m
La sidra
Como no
soy en sidra competente,
pues no bebo más que agua de
me
dirigí á
filósofo
el
el
de Miyares,
y sidrero impenitente
que se pasa
y
Pepin
la
vida en los lagares,
gran Pepín
me
dijo lo siguiente:
«No hay bebida más sana que el zumo embriagador de 15
la fuente,
la
manzana»
— VITAL AZA.
114
Y
como
por
el
fué tan codiciado fruto
que Dios lanzó del paraíso
á Eva y á Adán, y estamos
los
mortales
— por culpa de esa tonta y ese bruto sufriendo los castigos terrenales, Dios, que es
muy bueno, consolarnos quiso,
y
un día á
así le dijo
— Tú vas á
ser,
la
porque
manzana:
me da
la fjana,
mi fruto predilecto. ¡Huye, serpiente! jNo más á la mujer ni al hombre acoses y déjalos vivir tranquilamente! El zumo de manzana es excelente, j La sidra será
el
néctar de los dioses!
¡Bien sabía el Señor lo que se dijo!
Y
no es
la sidra dulce,
achampañada,
(propia de damisela remilgada), la
Es
que
los dioses beberán,
la pura, la
de
fijo.
limpia y transparente,
cuyo grato amargor nos enajena; la ¡la
que busca
el
sidrero inteligente:
sidra de tonel! ¡Esa es la buena!
Hay
quien suele decir que es irritante:
que hay que beber muy ¡Si
no se sube nunca á
poca. ¡Qué simpleza! la cabeza!
Se bebe y se desbebe en un instante.
^Que emborracha decís? ¡Qué poca lacha! La sidra alegra, pero no emborracha.
FRIVOLIDADES
115»
por ejemplo, en noche tenebrosa,
Si,
un hombre que ha bebido unos va á su casa y á la señora
que
es,
le
culetes
pega unos cachetes
madre de su
esposa,
según dicen todos, una arpía,
eso no es borrachera,
Quédese
el
¡es alegría!
pernicioso alcoholismo
para esos bebedores imprudentes
que marchan de cabeza hacia
el
abismo
y abusan de los vinos y aguardientes, que son unas bebidas indecentes.
Gente
incivil,
de espíritu bellaco.
¡Así la sociedad se desmorona!
¡Esos son los discípulos de Baco!
¡Nosotros los amantes de Pomona!
La
sidra es panacea;
Bálsamo que
al espíritu
recrea
y da fuerza y vigor al organismo. Y conste que esta idea no
es mía, es de
Me
la dijo
un doctor muy
afamado..
ayer mismo
bebiendo en un lugar
muy retirado
y comiendo en mi amable compañía, el centollo
más grande que
allí
había.
El buen doctor decía entusiasmado:
—Yo no he sido jamás un temulento. "Veo en la sidra
un gran medicamento.
— VITAL AZA
116
Esta bebida es tónica, sedante, fibrifuga, diurética y laxante.
No hay
agua de Vichy ni de Vittel
comparable á
y contra en
la sidra
los atascos
de tonel;
de la
bilis
la sidro-terapia está el busilis.
Esto dijo
Vayan
el doctor,
al diablo
más
Sidra no
y yo
lo
apruebo.
vinos y licores.
á todas horas bebo
y tengo una salud de
las mejores.
jY no cambio un copino de manzanas por todas
Como de
lo
las
bodegas jerezanas!
en esto no tengo opinión propia,
que habló Fepín con pico de
os transcribo, lectores, esta copia,
y me
retiio
humilde por
el foro.
oro,
Cosas del
«Guerra»
Pasé con Guerra,
el torero,
unos días en Cestona,
y Eafael, que
es persona
de muchísimo salero,
con su ingenio peregrino
encantados nos tenía, pues con todos discutía de
lo humano y lo divino. Estando un día sentados
á la hora del café,
— VITAL AZA
118
nos hablaba de no sé
qué lances
muy
apurados,
cuando con ruido espantoso llegó al Establecimiento,
imponente y polvoriento un automóvil precioso.
— Jozú, qué chizme tan feo dijo el Guerra.
— Eso
es lo
¡Tonterías!
que tú debías
tener para tu recreo.
— ¿Yo, automóvil?... —¡Claro está
—¿Yo á fogonero metió? ¡Si ¡Si
no jasen más que
ruío!
eso no sirve pa na!
— Este es un Dion Boutón, de fuerza, como conviene.
— ¿Cuántos cabayitos —Treinta y — ¡Pus ya —Anda, y gástate dinero tiene?
cinco.
son!
el
y hazte chauj^eur.
— ¡No en mis — Con un coche podías
días!
así
dar la vuelta
al
mundo
entero.
—¿Er Guerra automovilista?
FRIVOLIDADES
119
Gaye ozté por Dios, compare; porque
de mi mare
el hijo
no se mete á maquinista. Quiero cabayos enteros; jacas de sangre y valor;
no esas jacas de vapor que inventan
los extranjeros.
Cuando me voy
á la sierra
guiando mi faetón con sinco jacas que son lo
mejó que hay en mi
tierra,
voy tranquilo, como ahora, porque en
manos
las
me
y yo con eyas
á desir: Yego á
una
Si á se
le
las
yevo
atrevo
tal hora.
da un torosón
muere de repente,
y ayudao de
la
gente
que yevo en er faetón, retiramos la jaca
y con
al
que ha
instante fallesío,
las cuatro ¡al avío!
¡Arreo y ando palante!
¡Y yego! ¿No he de yegar?
Pero ¿me quié osté desir si
ese chaufer puede ir
adonde piensa
al
marchar?
VITAL AZA
120
¡Que no! Porque á
lo
mejor
por cualquier lause importuno le
da uu torosón á uno
de esos jacos de vapor, y aunque treinta y sinco yeva
con uno que enferme basta
pa renegar de su casta sin
que
Y
demonio
el
ayí estará el
lo
mueva.
Don Botón
arrimao á una cuneta
esperando á una carreta
como única
solusión.
¿Qué sirven, vamos á treinta
ver,
y sinco jacos de esos
que cuestan miles de pesos
y no
se
pueden mover?
¡Treinta y sinco! ¡Qué farsantes!
¿Que uno
se estropea? ¡Bah!
¡Pues ya no sirven pa na los treinta
y cuatro restantes!
nm
Mandato
—Haga usted un soneto á una dice Francos, autor de M
corista-
Señorito,
y yo en estos renglones me permito probar que su candor salta á la vista.
A una
chica del coro,
amable y
lista,
y que tenga además un buen palmito, 16
VITAL AZA
122
yo
le
haría con gusto
un papelito
para halagar su presunción de
Le haría un buen ó una caricia,
artista.
regalo por hermosa,
si ella la prefiere;
quieras que no, le haría la forzosa; le
haría hasta el amor.
le haría,
en
fin,
.
,
ó lo
que fuere;
¡quién sabe! Cualquier cosa.
¿Pero un soneto?... ¿Para qué
mm
^
lo quiere.?
Lengua trufada
Mi amada
Restituta:
la respetuosa carta
Aquí
que á tu
te tío
y tutor don Urbano le dirijo
pidiéndole tu mano.
Como
un académico cargante
es
envío
VITAL AZA
124
que no admite una broma y se pone furioso en el instante que uno ataca los fueros del idioma, en culto
le dirijo la misiva,
ya que quiere que en culto
Todo
el
se
le
escriba.
año pasado
no cesó de llamarme mal hablado
¿Y por qué? ¿No te acuerdas, Kestituta? Pues porque un día le llamé viruta. ¡Qué nervioso
le
está el pobre
¡Si
«¡Es usted un
puso esa palabra!
más
que una cabra!
loco
es<(í¿¿í?o,
un
nesciente!...'^
me dijo, y yo se lo aguanté prudente. Hoy que empieza año nuevo, vida nueva. Voy
á darle
una prueba don Urbano
á tu apreciable
tío
de que como
domino
Él,
que
la
él
el
castellano.
da de sabio y eiudito,
descifrará lo escrito.
Por algo es académico... y pedante. (De acá no tiene nada el pobrecito; pero demico tiene
Ahí va
la carta.
y sabes que
lo bastante.)
Dásela
al instante,
te quiere tu Pepito."^
«Respetable don Urbano,
de
los sabios
non
¡Jl^'s
ultra,
FRIVOLIDADES
no
125
es este pliego ima^j/tca,
es solamente
Y pues
una
súplica.
á usted nuestra lengua
aderezada
le gusta,
la trufaré
con vocablos,
que harán
las veces
Pávido á usted
me
y murrio, porque
de trufas.
dirijo
es la
murria
dolencia de los amantes, si
hay en
No me
el
amor
dé con la
yactura.
ele
rengo
y haya luego una repulpa, que mi corazón no es sáxeo y mi obauración
es
mucha.
Tiene usted una sobrina
que
es
una joven
ojizarca,
y
venusta,
me enamora
su hermosa nariz adunca.
Por
ella
paso la vida
ruando, pues ¿quién no rúa
y barzonea, si es ella mujer que cual sol alumbra?
Goce yo de sus
destellos
y no me deje en la umbra, me venga usted con vayas
ni
ó cantaletas ó zumbas.
Yo, de sus encantos prono.
VITAL AZA
126
no vivo sin Restituta,
y con un ¡no! truculento será mi occisión segura.
Del amor en
la
pendiente
estoy en la varga brusca,
y perecear no quiero maguer me mate la angustia.
Aunque á veces soy vilordo como quien su mal remusga, mi amor, y no temo
noto es lo
que diga un
¡Vaya
al
otacusta.
diablo el sicofante
que hadomias B.h\x\ta.,
y en pecinal trocar quiere las honras más impolutas!
No me
llame usted ribaldo
ó nefario, (jue
jamás
me
me
añusca;
he dado á la briba,
ni ando á la gandaya nunca.
Ninguno podrá gazmiarse de faltas de mi conducta,
que soy honrado y no dejo jamás las chuecas inultas. Sea usted, pues, del
el costrivo
que exultaciones busca,
y no haya zuiza y acalle á un triste pecho que ulula.
FRIVOLIDADES
127
Sea por usted agible el
nexo de mi coyunda,
y á quien es amante mego no mande usted á
la dula.j>
«Querido Pepe: ¡Vaya un capricho!
Al pobre
tío
vas á matar,
pues no comprende
y está
Con
que
has dicho,
le
ha de
estar!
diccionarios y textos anda
buscando
No
lo
furioso; ¡no lo
á
es
frases... ¡Pobre señor!
dula donde te manda.
la
Es... á otro sitio
toma
«/Jfe
mucho
el 'pelol'%
peor.
un
¡Esto es
hulol'^
dice ya el tío... ¡Pobre de mí! ¡Si
hasta prefiere que hables en chulo
á que
le escribas cartas así!
¡Por Dios, Pepito! ¡Yo te lo ruego!
Mi mano
pides,
Pero habla
Que
No
lo
y se acabó.
claro;
no hables en griego.
entendamos mi
hagas que
tío
y
¡Que mis angustias lleguen Sabes,
mi
yo.
el tío se desespere.
vida,
al fin!
cuánto te quiere
tu Restituía.
¡Adiós, monín!»
— VITAL hZk.
130 ciertas
memorias
escritas
por un empresario
viejo.
Ellas, si lo necesitas,
te servirán de consejo.
«Con una compañía muy
malita,
gané en Villaconejos mucha guita.
Por gratitud volví
al
con una compañía
muy
pues
creía,
como era
que iba á ganar con Pero y
allí
¡ay!
que
la
año siguiente decente;
natural, ella
un
fortuna es
dineral.
muy
veleta
perdí hasta la última peseta.
¡Oh amigos empresarios!
no hagáis para
el
negocio calendarios;
que en cuestión de
teatros, el
nunca puede contar con
«Hay en
toda población
tres familias
— ¡oh baldón!
que aunque nos bailen
el
agua
serán nuestra perdición: las
y
de Momio,
los chicos
más
las
de Gvagv/i
de Gorrón.'^
listo
lo imprevisto.^
FRIVOLIDADES
131
«Si una tiple honrada y bella
algún disgusto te da,
no exacerbes pues
la querella,
ella se calmará;
pero tiembla
si
con
viaja siempre ¡su
«No
ella
mamá!»
pierdas ¡oh empresario! los estribos
y guarda tu honradez como un tesoro. ¡Huye de los encantos sugestivos de
las
niñas del coro!
Que hay
corista tan lista,
que con habilidad extraordinaria, empieza humildemente de corista y acaba muchas veces de empresaria.»
«El público te ha de dar la
norma que has de
seguir;
su consejo has de escuchar,
pues con
En
has de
vivir.
la teatral refriega
tan sólo
que
él
el
al
público halaga,
público es
pero es también
el
el
que pega, que paga.»
VITAL AZA
132
Estos los consejos son.
Guárdalos en tu memoria por
si
llega la ocasión,
y aquí paz y después
y
gloria
¡abur! ¡Y arriba el telón!
m
.
A un empresario nuevo (En
la
inauguración del teatro Geho, de Oviedo)
El aprieto es regular, ¡Con qué pregunta
¿Qué consejos
te
me
.
sales!
he de dar?
¿Quién se atreve á aconsejar
en asuntos teatrales?
Aquí copiadas 17
te dejo
P de T
El domingo en á la
que
fui
la corrida,
por mi mal,
un empleado me estuvo molestando sin
Le
sufrí
cesar.
con calma un rato,
pero ya no pude más,
y
les,
¿Me
dije:
— Caracol •
es!
quieres dejar en paz?
VITAL AZA
134
— Señorito, yo
lo siento,
pero debo acomodar á la gente.
— ¿Acomodarla? ¡Incomodarla
Siempre
y
así
te
dirás!
tengo delante
no puedo mirar.
—¿Qué quiere Vd. que
le
haga?
La empresa
lo
La empresa
dice en tu gorra
manda.
—
¡Quiá!
cual es tu destino.
—¿Cuál?
— ¡Pues hombre, no seas bruto! P de
T. ¡Bien claro está!
— ¿P de TI ¡Plaza de
— No
Toros!
señor. ¡Ponte de Tras!
mm
Propio y ajeno EPÍSTOLA ^4
Hoy me plomizo;
Rafael Goello.
siento filósofo. El cielo denso
el aire
tibio
que
vés de las persianas de
mi
balcón; el
nótono orbajo que humedece haciendo gotear á
las hojas
y
tamiza á tra-
se
la
de
mo-
atmósfera los árboles
VITAL AZA
136
lágrimas de agradecimiento;
amo-
piar
el
roso de las golondrinas que anidan bajo el
mi
alero de
tejado; el lejano chirrido de la
carreta campesina; el penetrante silbido
de
la
locomotora minera que, como
el
an-
tiguo ixiixú, es el grito de guerra de los
modernos
numerosos vol ame-
astures; los
nes que, en alineados plúteos,
me
brindan
pródigos su sana lectura y desinteresados
Todo parece llevarme á
consejos...
la
re-
concentración del pensamiento.
Leo y medito, y mi espíritu vacilante se acobarda
al
reconocer su propia pequenez;
pero pronto se ensancha, se ilumina, ba-
ñándose en de
la
las oleadas
de luz que brotan
sabiduría ajena...
La lectura me embriaga...
Admiro la
al
que
furtivamente
Balmes fábrica;
lo
crea,
no
al
que se asimi-
que otros han pensado.
lo
ha dicho:
un erudito
es
«Un
genio es una
un almacén.»
Para vivir en este mundo no basta
macenar
lecturas,
trabajo á la la razón.
si
éstas sólo
han de dar
memoria dejando descansar á
«No
se vive de lo
sino de lo que se digiere,» siólogo.
al-
que se come,
ha dicho
el
fi-
FRIVOLIDADES
La práctica de el
la
conocimiento de
humanas;
la
137
vida exige algo más que los libros.
Las pasiones
prosa de la existencia, no se
estudian en las bibliotecas, sino en la eter-
na lucha consigo mismo y con
En
conocer esto estriba
duría.
Ya
cemos
los libros
lo
ha dicho
el
la
los
demás.
verdadera sabi-
pensador: «Cono-
más que
las cosas,
y
el ser
sabio consiste en conocer cosas y no libros.»
Perdona hoy, al
¡oh, tú,
sentirme
mi amigo filósofo,
del alma!
me
que
permita
el
atrevimiento de darte consejos.
La edad me
autoriza.
Tú
estás,
por tu
ventura, en la divisoria de la vida; yo desciendo, bien á pesar mío, por la rápida
barga que lleva al ocaso...
He
dicho hien á pesar mío, y este
mismo
pensar acelera mi vejez, pues como decía el
Barón de Feuchtersleben: «Nada hay
que haga envejecer tanto como
el
miedo
continuo de volverse viejo.» Cierto
es
también que, como asegura
Chateaubriand:
«Un
viejo es dos veces ni-
ño.»
Toma, pues, mis
consejos,
no como cho-
checes de anciano, sino como jugueteos de chiquillo. 18
VITAL AZA
138
— ¿Por qué —
tú
dirás
— no me
en
el cultivo
de
la literatura
«Tres cosas hay
difíciles
dice Chilón: guardar
un
justifica
dramática?
en
el
mundo, con
secreto, sufrir
paciencia y emplear bien
Esto último
dejo de
mi vagar
gárrulas filosofías y no empleo
el
tiempo.»
mi conducta. El
conocimiento de mis propias fuerzas asusta ante lo
en
lo
difícil del propósito.
me
Pienso
que debo hacer, pero vacilo y tiem-
blo.
Te hablo con
sinceridad.
No
es este
un
alarde de exagerada modestia. Pienso con
Chenier que
el
«exceso de modestiar es un
exceso de orgullo,» y creo
gran
Bellini:
morir á el
los
lo
el
cuarenta años. Desde esa edad
genio se atenúa y se
pierde la gloria
que deben recoger y recogen Bien sabe Dios que ni yo genio, ni
que dice
«El que vive del Arte debe
los
demás.»
me
creo
un
mucho menos tengo ganas de mo-
rirme.
Mis temores están que cos.
me Ya
arredre sé que,
el
justificados.
vapuleo de
como
decía
No
es
los aristar-
muy
bien
el in-
signe Boileau: «La crítica es fácil y el arte difícil.»
Y
como afirma
el
mismo
autor:
FRIVOLIDADES
«Un
139
tonto encuentra siempre
mayor que poco,
Y por
admire.»
le
San Jerónimo
decía:
si
un tonto esto fuera
«Por imbécil
que sea un autor, siempre encuentra un que se
lector
No
parezca.»
le
busco iguales míos. Lo que temo
la indiferencia
de
es
demás. Siento ho-
los
rror al vacío.
Conde
Fr. Sebastián
decía:
contra
él se escriba, le
«Libro que
censura, sin que
corre sin apología, sin
tengo lástima; por-
que, ó no tiene novedad en la invención, ó es libro de
que están llenos
los libros.»
Sé que tú te reirás de mí.
No
Xo
importa.
he de preguntarte por qué. «Cuando
se ríe
mi amigo
— dice
Desmay,
—á
él
le
toca manifestarme la causa de su alegría;
pero cuando
yo soy quien debe des-
llora,
cubrir la causa de su tristeza.»
Ríete en buena hora, que la alegría es el rocío del
Ya
alma.
en su Ensayo sobre
mico fuera de mano.
Hay
lo
lo
ha dicho Bergeon
la risa:
«Nada hay
quien define
al
hombre
do que es un animal que sabe se diría
có-
que es propiamente hu-
reir.
que es un animal que hace
Eíete, pues, de
dicien-
Mejor reir.»
mí y búrlate de mi
ig-
VITAL AZA
140
«Yo
norancia.
Con Sócrates
que
que no sé nada; pero sé más que
sé es
otros que creen saber
digo:
lo
lo
único
que en realidad
ignoran.»
No
olvides
ignorancia:
nunca que hay
«No
tres clases
de
saber nada, saber mal lo
que se sabe y saber una cosa distinta de que debe saberse.»
la
Sé parco y prudente en tus aspiraciones, pues,
bre
el
como
«No
dice el adagio:
que tiene poco, sino
el
es po-
que desea
mucho.» Kesígnate con tu suerte y piensa, con San Pablo, que «bien puede llamarse rico
que se contenta con su suerte,» y que Cleanto decía que «el mejor modo de ser
el
rico es ser pobre de deseos.»
si
Sé firme y tenaz en tus propósitos, pero te convencen de tu error, no prosigas.
«La terquedad
más que
No
— dice
Descuret,
busques muchas veces
las cosas. Sería tarea inútil.
dicho:
— no
es
la energía de los necios.»
«La verdad está en
la
verdad de
Demócrito ha el
fondo de un
pozo.»
Trata siempre con dulzura á tus inferiores, sin
que
éstos, al servirte, necesiten
FRIVOLIDADES
141
humillarse. «La verdadera grandeza, según
Darú, es
la
que no necesita de
la
humilla-
ción de los demás.» Si alguna inobediencia te contraría, te enojes,
enojas,
no
no castigues, que>
y según Montaigne: «El que estando enojasi te
do impone un castigo, no corrige; se venga.» Si te
hacen algún beneficio, no
des: agradécelo; pues,
como
«El agradecimiento es
la
lo
olvi-
decía Massica:
memoria
del co-
razón.»
por tu desgracia, te domina un mal
Si,
pensamiento, no échalo,
lo dejes
germinar y des-
que «un mal pensamiento, es
pri-
mero un transeúnte; después, un huésped; luego,
un amo.»
Antes de hablar, piensa en decir.
algo,
«No
hables
lo
que vas á
nunca sino para decir
jamás para que
se diga
que has ha-
blado,» dice Cormenin. Si te asalta
alguna duda, reflexiona, pe-
ro no hables. «Si dudas, calla,»
Zoroastro;
— y piensa que
Xenócrates:
—ha dicho
por algo decía
«Yo me he arrepentido mu-
chas veces de haber hablado, jamás de haber callado.»
VITAL AZA
142
Es
fácil creer;
Volney
saber dudar.
lo difícil es
ha dicho: «El saber dudar
lo
es el
principio de la sabiduría.»
La ligro.
originalidad es
No
demás. Vive entre
Ya
lo aconseja el
do pases por
un
muchas veces un pe-
pretendas diferenciarte de los ellos
y sé como
ellos.
proverbio árabe: «Cuan-
el país
de
los tuertos, cierra
ojo.»
Si te injurian, perdona.
No
te
vengues
jamág. «El único medio de borrar una
in-
juria
se-
es olvidarla,»
decía
gún Metastasio: «Usar de
la
Solón;
y,
venganza con
«1 superior, es locura; con el igual, es peli-
groso; con el inferior, es vileza.»
una discusión quieres vencer, píde-
Si en le á
Dios que se
te ocurra
ima agudeza,
pues como afirma Lordat: «Todos
gumentos
se
embotan en
el
los
ar-
escudo de un
buen epigrama.» Sé siempre cortés y respetuoso, pero no te humilles
jamás ante
los
que tú creas
grandes y poderosos; pues como dice Lustaneau: «Los grandes nos parecen grandes
porque
los
miramos de
rodillas:
levanté-
monos!» Trabaja sin fatiga, pero trabaja. El ocio
— HX
FRIVOLIDADES
mal compañero, «La ociosidad camina
es
con tanta lentitud
que todos
— ha
dicho Franklin,
los vicios la alcanzan.»
Lee y distráete, pero no leas nunca la que pueda fatigar tu espíritu. «Una lectura amena, según Kant, es
salud que
No
el ejercicio
más
para la
útil
corporal.»
dudes nunca del valor de
es hijo de la cobardía.
demás,
los
pero piensa que, en muchos casos,
el
valor
El impulso nerviosa
suele sobreponerse al impulso de la voluntad. Galiani lo
veces no es
dísimo miedo.»
un fenómeno
No
más humilde
En
el
un gran-
efecto de
valor
este caso, el
es-
reflejo.
trates á
tro respeto
ha dicho: «El valor muchas
más que
nadie con
desprecio.
é insignificante
merece nues-
y consideración. «El
para todos,» dice
el adagio,
El
sol sale
y «por humil-
de que sea una cabana, afirma Pitágoras, el sol la
ve y esparce sobre
ella
uno de sus
rayos.» Si gele;
algún enemigo necesita de
ti,
que Lockman ha dicho «que
el
proté-
hom-
bre que perdona á su enemigo haciéndole-
un
beneficio, se parece al incienso
balsama
el
fuego que
le
consume.»
que em-
VITAL
144
Ama mucho
AZA.
á tus hijos y adora á tu
madre. «La madre
— dice
Legouvé,
—
es el
Tínico Dios sin ateos en la tierra.»
que tu
Si estás enfermo, pídele al Señor
médico no sea polifármaco, pues alguien
ha dicho que
«las recetas son letras de
cambio contra
el
enfermo á favor del
boti-
cario.»
Cuando un murmurador desee
confiarte
malas acciones de un compañero, no
las
le
escuches: pues, según el proverbio pei'sa:
«El que
te
cuenta
cura averiguar Si alguno,
las
faltas de otro, pro-
las tuyas.»
como
yo, abusa de tu
bondad
obligándote á leer sus impertinencias, ár-
mate de paciencia y de
resignación,
que
la
resignación es virtud cristiana y «la pa-
según
ciencia,
el
proverbio árabe, es
la
llave de la felicidad.»
Que mi
tu cariño y tu amistad disculpen
falta.
«Vivir sin amigos, no es vivir,»
•decía Cicerón,
¡Quiera Dios te resulte vacía
— digo
Piave, el gran latas
yo
— que
físico,
asegura que las
cuando están vacias
menos
pesadas.
esta lata
de sentido!
es
cuando son
En
el
— ¡Qué hermoso está Vamos
el Eetiro!
Ven, hija mía.
por esta senda que está sombría.
La verdad, ¡Si
Retiro
¿no te encanta tanta hermosura?
ensancha
los
pulmones esta frescura!
Mira á aquel matrimonio. ¡Qué bien pensado'
En
aquel rinconcito tan retirado,
lejos
de
los paseos
y de
la gente,
están los dos juntitos tan ricamente,
y en su amor 19
se recrean, grande, infinito,
VITAL AZA
146
mieutras sus niños juegan con
El marido es
muy
guapo;
la
el perrito.
esposa es bella;
entre sus manos las manos de
él tiene
ella...
¡Mira como se miran! ¡Qué amartelados! ¡Esa
sí
que
es la dicha de los casados!
¡Quiera Dios,
—¡Ay,
si te
casas,
que tu
mamá! ¡Me parece que
muy
Esos dos, de seguro, son
te
marido...
has caído'
felices,
pero no están casados.
—¿Por qué Porque reparo — Pues ¿por qué he de lo dices?
decirlo?
en que
él viste
— Anda,
de luto y
ella
sigue, hija mía, sigue adelante.
Ella es cualquiera cosa, y
— ¿No
de claro.
él
un tunante.
hablabas de frescura?
— ¡Se necesita tener
Y
es
mucha
frescura para esa cita!
que ciertas señoras, vistas de
parecen golondrinas
¡y
lejos,
son vencejos!
El
cuento del abuelo
PERSONAJES
El Abuelo Ventura Manolo
....
Setenta años
Trece
»
Doce
»
JuANiTO
Seis
)>
Pepito
Cinco
>>
ESCENA ÚNICA Abuelo.
¡Vamos á
ver! ¿Tenéis sueño?
.
VITAL AZA.
148
JUANITO.
¡Quiá!
¡No, señor!
Pepito.
Manolo.
¡Qué tontuna! Si es
Ventura.
muy
temprano, abuelito.
¡Tempiauísimo! Calcula
Que hasta Abuelo.
Manolo. Ventura.
las
once
lo menos...
¿Tanto trasnocháis? ¿Lo dudas? ¡Es claro, á los lugareños
El trasnochar os asusta!
Abuelo.
Ya te irás acostumbrando. No lo creo. En Villaturbia
Manolo.
¡Jesús!
¡Qué cosa tan
Ventura.
¡Cómo
te
Abuelo.
¿Qué
Manolo.
Me
acuesto con las gallinas.
pondrás
el cuerpo!.
¡Lleno de plumas! Chiquillos,
No
si lo
es eso. ¡Cosa
Digo que
me
Entre dos
que digo
más
chusca!
acuesto siempre
luces.
Yo
Ventura.
á olíscuras.
Abuelo.
Vaya, no nos entendemos.
JUANITO.
Si es
que á esos tontos les gusta
Andar siempre con Abuelo.
.
dices?
Ventura. Abuelo.
sucia!
pullitas.
Bien, pues dejaos de pullas,
Y
vamos á
divertirnos.
FRIVOLIDADES
Mientras que
149
mamá
En prepararme
Y
la
se
ocupa
alcoba
papá se va áesa junta,
Vamos
nosotros los cinco
A formar nuestra
tertulia.
¿A qué queréis que juguemos? JUANITO.
¡Al toro!
Abuelo.
Manolo.
Eso es de gentuza. ¡A
la pelota!
JUANITO.
Abuelo.
¡Eso! ¡Eso!
No ¿A
estáis buenos.
en
la pelota
¡Qué locura!
la sala?
Se armaría buena bulla!
Manolo.
Qué Que
dirían los vecinos! se aguanten!
Ventura. Abuelo.
¡Que
lo sufran!
¡Pero, niños!
Ventura.
¡Sí,
¿No
señor!
está esa chica feúcha
Machacando en Desde
las
el
nueve á
piano la
una?
Abuelo.
Esas cosas no se dicen.
Ventura.
Pero...
Abuelo.
¡Calla!
¡Malas pulgas!
¡A ver! Sentarse á mi
lado.
iSilencio! ¡Pepito, aupa!
Tú
aquí, sobre mis rodillas...
VITAL AZA
150
Hijo, por Dios, que
La
me arrugas
pechera... Quietecitos...
¡Atención y compostura!
Os voy á contar un cuento. JUANITO.
Sí, sí, abuelito.
Ventura. JUANITO.
¿Es de brujas?
De
lo
que quiera.
De
Ventura.
fijo
Será alguna paparrucha.
Abuelo.
No, señor; va á ser un cuento
Muy La
Ó
bonito. Se titula:
Princesita cristiana
el
moro de
la laguna.
Ventura.
¡Anda! .Vaya un
Pepito.
¡Calla tonto!
No
JUANITO.
Abuelo.
titulito!
interrumpas.
Pues, señor, esto pasó
Hace muchos
años.
Ventura.
¡Nunca!
Porque
Y
si
es cuento es
Abuelo.
Mira, niño, tú te
Ventura.
Pero...
Manolo.
mentira
no pasó en fecha alguna. callas.
Dice bien Ventura.
Abuelo.
Y
JUANITO.
Se dan tono porque estudian.
Pepito.
Si son los
tú también, mequetrefe.
más
fastidiosos...
FRIVOLIDADES
Abuelo.
151
Pues, Señor, hubo en Asturias
En tiempo de Don Pelayo, Una princesita rubia Que cantaba como un ángel. Con muchísima dulzura,
Y Ventura.
que tocaba
el piano...
;Qué barbaridad:
Manolo.
¡Mayúscula!
Ventura.
¿Piano en aquella época?
Abuelo.
Bueno,
O
lo
Que
la lira ó la guzla,
que
fuere.
sabía
Manolo.
¡Sí!
Ventura.
¡Es claro!
Es
lo cierto
mucha música.
¡Tendría institutriz!
O
sería
alumna
Del Conservatorio.
Abuelo.
¡Niños!
¡A
callar!
Ventura. Abuelo.
¡Soy una tumba! ¿Sigo ó no sigo?
Manolo.
Sí,
abuelo.
Ventura.
Sigue, nadie te importuna.
Abuelo.
Pues, señor, á
Que
la
princesa,
era sobrina segunda
De Don Pelayo, por parte De su esposa Doña Obdulia... Ventuea.
¡Abuelito, eso no pasa!
Manolo.
Eso
es falta
de cultura.
VITAL AZA
152
Ventura.
Has dicho una
atrocidad
Espantosa.
¡Tremebunda!
^Ianolo.
Ventüka.
La esposa de Don
Pe.layo
Fué Gaudiosa. Esa es
Manolo.
la
única
Que tuvo. Lo que es de Historia Andáis mal en Villaturbia.
Abuelo.
¡Vaya! Pues que
Don Pelayo y
me perdonen
la difunta,
Pues no he querido ofenderlos.
Y Ventura.
bien merezco disculpa.
Sigue.
Abuelo.
Pues, señor, decía
Que aquella niña tan pura La requería de amores
Un
morito de alta alcurnia,
Que Con
6U jaique y su capucha
A
escuchar los dulces cánticos
De
Y
todas las noches iba
la prinrcsita rubia.
sucedió que una noche
Se vio á
Que
el
la luz
de
morito y
la luna.
la princesa
Se abrazaban con ternura.
Supo eso
Y
el
rey
Don Pelayo
se puso hecho una
furia,
I
153
FRIVOLIDADES
Y ocultándose una noche De
en
la torre
Apenas empezó
A
penumbra.
la
moro
el
trepar por las columnas.
Agarróle por las piernas Diciéndole:
Y
Un
— ¡So granuja!
pegó con
le
ímpetu
tal
puñetazo en la nuca.
Que
el raorito
fué rodando
Al fondo de una laguna.
La princesa lanzó un
grito
Presa de terrible angustia,
Y cayó
muerta.
Manolo.
¡Caramba!
me
Ventuka.
¡Esas cosas
Aeüelo.
Desde aquella horrible fecha Cuentan que en
En
el
espeluznan!
la
noche oscura
fondo del barranco
Se oyen gemidos que asustan.
Y si alguien
se acerca
«¿Qué hayl, en
Un
/ay.^
La voz
prolongado y
del
moro
Manolo.
Abuelito, eso es
Ventura.
Un
Abuelo.
Lo
fenómeno de será,
Que 20
y
las rocas
pero es
grita:
retumb
triste...
sin duda. el eco.
acústica. el
caso
sobre la sepultura
VITAL
154
AZA.
—
De la princesa donde hoy Hay un cementerio, muchas,
—
Pero muchísimas noches,
Según
la
gente asegura,
Se ve una luz misteriosa
Que en
el aire se
columpia...
¡Y aquella luz es
el
alma
De la princesita rubia! Manolo. No digas eso, abuelito. Ventura. No digas cosas absurdas. Manolo.
Lo que ven son fuegos
Ventura.
Son emanaciones pútridas.
Manolo.
Descomposiciones químicas.
Ventura.
Componentes que
Manolo.
¡Hidrógeno fosforado!
Abuelo.
¡Basta ya, que
Tanta
me
fatuos.
se juntan...
aturrulla
ciencia! Si á vosotros
Estos cuentos os disgustan.
En
cambio, estos dos pequeños
Con gran atención me
e.scuchan
Mas ¿qué veo? ¡Están dormidos! ¡Ea! ¡Basta
de tertulia!
(¡Me he lucido!)
Manolo. Abuelo.
Ventura.
Manolo.
Pero, abuelo...
¡A
la
cama! ¿Te enfurruñas?
¿Habrá otro cuento mañana?
I
FRIVOLIDADES
Abuelo.
¿Más cuentos? ¡Que os
los
155
¡No, criatura!
cuente la abuelita!
Yo me vuelvo á Villaturbia, Que allí los nietos que tengo De mis cuentos no se burlan. ..
Cantares marinos
Puedes decirle á tu madre, si
es
que
me fone
la.
proa,
que yo no viro en redondo sin soltar la escandalosa.
Conozco yo dos marinas
que valen más que
la inglesa:
una marina de Abades
j
la
Marina de
Cuando ¡adiós
salto á tierra,
mis ahorros!
Pues á mí,
me
Arrieta.
lo
limpian
mismito que
los fondos.
al barco^
Bagatelas idiomáticas
¿Dices que sin
rumbo
Juan
fijo,
se pasea
al azar?
Pues di que Juan barzonea,
y así logrará expresar una palabra tu idea.
Nimio llama Don Vicente á lo escaso, y creo yo
que es un error evidente.
VITAL AZA
160
porque nimio es todo
lo
contrario precisamente.
Si
un pobre
se emborracha, sin
dice la gente al verle:
—
empacho
¡Qué borracho!
¡Qué pítima! ¡Qué curda! ¡Es un beodo!
Pero
si
se
sólo dicen
emborracha un opulento que estaba temulento,
¡que por algo hay palabras para todo!
¿Repórter llamas á
que es
Urbano
un simple noticiero?
Llámale paradislero
y hablarás en
castellano.
Intimidades del teatro
Mi rrjMERA lectura Lo que voy á día: el
referir ocurrió... el otro
año de 1874.
Cursaba yo
el tercero
de Medicina. Ha-
bía publicado ya varias poesías en El Gargracias á la benevolencia de
hanzo,
mi
in-
olvidable amigo Ensebio Blasco, el cual tu-
vo que advertir á 21
los
lectores
que Vital
VITAL AZA
162
Aza no
era
un seudónimo: que Vital era
nombre y Aza
el
el
apellido de
un joven
estudiante.
Hay
quien todavía no se ha convencido.
Algunos me llaman señor
Vital,
como
po-
drían decir señor José ó señor Paco, y no
hace dos meses una señorita cubana, que
me
pedía una postal,
en esta forma:
me
dirigía el sobre
«Sr. D. Alberto Vitalaza.»
¿De dónde habrá sacado esa señorita que
me
yo
blar de
llamo Alberto? Sin duda oyó ha-
mi
me
estatura, y
confundió con
Aguilera.
Mis poesías de ^l Garbanzo me habían proporcionado cierta popularidad entre
alumnos de San Carlos; pero para te
la
los
gen-
de teatro era completamente descono-
cido.
Escribí por entonces
mi primera
Ba^ta de matemáticas. Se rido
la leí
obra:
á mi que-
amigo Ramos Carrión, que era ya
un autor muy aplaudido y respetado, y Miguel, aquella misma noche, con un interés y cariño la
sarios «lía
que no he olvidado nunca,
recomendó pernonalmente á
los
empre-
de Variedades. Acordaron que
siguiente iría yo á leer
al
mi comedia á
FRIVOLIDADES
163
Juan José Lujan, que había de
ser el pro-
tagonista.
Y
aquí de mis apuros.
como
la lectura
de todas Llegó
azora tanto la
las siguientes. el día
A
señalado. Era el 9 de Ene-
Hay
ro de 1874.
nunca.
Nada
de la primera obra... y
fechas que no se olvidan
hora convenida,
la
las
dos de la
Va-
tarde, llegué á la puerta del teatro de
riedades con mi manuscrito, con la tarjeta
de Ramos cabía en
el
y...
con un miedo que no
me
cuerpo. Entré en el portal; atra-
vesé un patio; subí una escalerilla; crucé
un
pasillo
largo y obscuro, y luego otro
más obscuro y más
me al
largo,
encontrones contra
y por
fin,
dándo-
las paredes, llegué
fondo del escenario, término de mi
fati-
gosa jornada. Los cómicos que entraban y salían me miraban con extrañeza, y alguno dijo:
— ¿Qué traerá por aquí ese Yo, á pesar del da;
tío
sudaba
mi corazón palpitaba con
traordinaria, lo
frío,
tan largo?
la gota gor-
violencia ex-
y tentado estuve de desandar
andado, de salir á
la calle
y de abando-
nar para siempre mis tentativas teatrales...
Envuelto en
la
sombra y arrimado á
— VITAL AZA.
164
un
bastidor,
permanecí inmóvil yo no sé
cuánto tiempo. Al
fin se
un empleado
para, y
se
abrió una
me
mamme
acercó y
dijo:
—¿Qué desea usted? — ¿El señor Lujan? — pregunté
con
ti-
midez.
—
Sí,
señor; ahí está en el saluncillo. Pa-
se usted.
Y el
pasé al saloncillo.
Allí estaba Lujan,
popularísimo Lujan, sentado en un
llón,
si-
enfrente de una mesa, en la que se
veían restos (no muchos) de un copioso
al-
muerzo. Lujan era gastrónomo. Tenía un plato predilecto: la longaniza frita; la com-
praba por varas.
La presencia de aquel tanto admiraba, y
el
actor, á quien
yo
temor de que mi obra
no fuera de su agrado, me tenían en un
es-
tado de perplejidad que yo no podía dominar.
— Pase usted adelante y tome asiento me
dijo
Y me
Juan
José, notando
mi turbación.
senté cerca de la puerta.
— ¿Usted gusta? — No, señor; muchas almorzar.
gracias; acabo
de
FRIVOLIDADES
me
Mentira. Aquel día sólo
ayunado, temiendo que ciera
daño con
la
165-
había des-
almuerzo
el
impresión de
me hi-
la lectura.
— Usted —Soy recomendado del señor Eamos dirá...
el
Carrión...
— ¡Ah,
Ayer me habló Ramitos. (En-
sí!
tonces le llamaban Ramitos; hoy le llaman
don Miguel.) ¿Trae usted
—
señor
Sí,
la obra?
— contesté
desenvolviendo
equivocadamente unos apuntes de Terapéutica que llevaba en
el bolsillo.
—Mucho abulta — usted dispense. eso...
Estos son unos
¡Ay!,
apuntes.
Yo
La comedia
En un
soy estudiante, ¿sabe usted? es esta.
Un
juguete cómico.
acto nada más, ¿sabe usted? Se
tula Basta de matemáticas.
que escribo para
—Ya
ya
sé,
el teatro,
sé.
Es
ti-
primero
¿sabe usted?
Pero acerqúese más y
siéntese ahí enfrente, en esa
—Sentiré
lo
molestarle...
silla.
Veo que ven-
Ya volveré otro día. Ya he concluido de al-
go en mala ocasión...
— ¿Para
qué?
morzar. Mientras tomo
el
café
puede us-
ted leerme la obra. ¿Estará en verso, ch?
—No,
señor, en prosa.
VITAL AZA
166
— Lo — usted quiere —No, no hace siento.
Si
la versificaré.
falta.
Déjela usted en
prosa. Pero al público le gusta
más el
ver-
suena mejor, y se aprende con más
so,
Los saínetes de Kicardo de
cilidad.
me
ga (
gustan por
— Por
eso...
cuarenta duros
fa-
Ve-
la
eso.
y porque
te
los
vendo á
— diría seguramente
el ilus-
tre sainetero).
— Empiece usted. — Con su permiso beberé un poquito de agua.
Tengo
la
boca seca. Debe de ser
el
calor.
— ¿El calor en este tiempo? —Es verdad, señor. Está sí,
el día
muy
frío.
Y me más que
callé,
porque no se
me
ocurrían
tonterías.
— Vamos, joven: empiece usted, que
ya
escucho.
Con voz mencé ble!
débil y
la lectura.
manos temblorosas
co-
¡Qué angustia tan horri-
Ningún examen de asignatura me ha-
bía producido efecto semejante. Leía atro-
pelladamente, equivocándome á cada cuatro palabras...
Cuando llegaba
lo
que yo
FRIVOLIDADES creía
que era un
miendo que no
169
chiste, bajaba la voz,
le hiciera
efecto...
no sor-
atrevía á mirarle á la cara, para
Y
prender su disgusto...
leía
y
te-
No me sin
leía,
separar la vista del manuscrito, y ya iba á llegar á la que yo juzgaba la mejor situa-
un fuerte
ción cómica de la obra, cuando
me
ronquido
hizo levantar la cabeza.
¡Lujan, el pletórico Lujan, se había que-
dado profundamente dormido y roncaba
como un
Y
allí
bendito!
de mis dudas. ¿Qué hacer? ¿Seguir
leyendo ó marcharme á
Me
la calle?
deci-
dí por el término medio. Cerré el ejemplar
y resolví esperar á que mi oyente se despertara.
Pasaban veinte minutos, media
hora y nada. El sueño era cada vez más profundo, y los ronquidos más
estrepito-
sos.
Por
fin la
servilleta al
Providencia, con
delantal
El mozo de café entró á recoger vicio,
y
al
y
hombro, vino en mi ayuda. el
ser-
ruido de los platos y de las ban-
dejas se despertó
Juan
José.
Eestregóse los congestionados
ojos
y,
desahogándose con un prolongado bostezo,
me
dijo, 22
levantándose:
VITAL AZA
170
— Está
bien.
Déjeme usted
la obra.
Ha-
brá que hacer algunos cortes.
Á rrió
mí, en aquel
más que un
me ocume atreví
momento, no
corte; pero
se
no
á hacerlo. Salí á la calle desesperanzado
do de
la
felicidad!, á los
para
y dudan-
inñuencia de Ramitos; pero,
ensayos, y al
los
¡oh,
pocos días recibí citación
mes
siguiente, el 7
de Febrero, se estrenaba Basta de matemáticas, con dinario...
y
al final
pático
A
un la
éxito grandísimo, extraor-
mitad de
la
representación
de un monólogo, que dijo
Euesga como
el
sim-
propios ángeles,
los
sonó un aplauso cerrado, nutrido, estrepitoso...
Euesga corrió á
ayudado de rae
los
de bastidores, y que estaban conmigo, y que la caja
empujaron como un
fardo,
me
escena á recibir personalmente
la
sacó á
primera
ovación de mi vida... ¡Qué aplausos aquellos!
Parecía que se hundía
Debo
advertir
el teatro!
ingenuamente, y como
explicación de aquel
éxito,
estaba lleno de estudiantes
que
el
teatro
de Medicina,
y ya se sabe lo que son los alumnos de San Carlos cuando se trata de jalear á un
I
— FRIVOLIDADES
compañero. Dígalo
si
no
la
171
ovación que
me
gunos meses más tarde
al-
hicieron en el
estreno de Aprobados y suspensos. ¡Dios
bendiga á aquellos jóvenes de entonces, ahora respetables padres de familia, y de los cuales
gloria
muchos, por fortuna, son hoy
y orgullo de
la
Medicina espa-
ñola!
La obra
se
representó doce noches se-
guidas. Alcanzar la doce representación en
aquella época significaba un gran
Hoy
éxito.
hubiera parecido un fracaso.
El final de aquel maravilloso monólogo sólo se aplaudió en la ción.
primera representa-
Mis compañeros de San Carlos no
habían vuelto por
el teatro.
Al mes y medio de
este estreno le dije
un día á Lujan:
— Oiga usted, Juan
José (ya
con confianza): mañana
le
le traeré
trataba á
usted
otra obrita.
— ¿Otra? Vamos, duerme usted sobre
—No, señor; Y
el
pollo:
veo que no se
los laureles.
que se duerme
Lujan, tragando saliva
es usted.
cómicamente
y abriendo aquellos ojazos edematosos síntoma de la enfermedad que le ocasionó
VITAL AZA
172 la
muerte,
— me
replicó, riéndose
á carca-
jadas:
— Es
la longaniza.
Cuando
se
come
lon-
ganiza no se puede oir la lectura de ningu-
na
obra.
Y
desde entonces, cuando voy á leerle
una comedia á algún si
actor,
me
entero de
ha comido longaniza, porque como
haya comido,
¡no se la leo!
la
El perro fiel
Tenía don Facundo Borrajera, vecino de San Juan de la Eivera,
un perro perdiguero, que era su El perro
le
linico
como quieren
Y
amigo y compañero.
quería los perros:
ciegamente.
afirmaba la gente
que
si el
buen don Facundo
se moría^
— VITAL AZA
174
no tendría de
otro heredero
fijo
que su perro Leal
perdiguero.
el
Por causas que ninguno se ha expHcado,
andaba don Facundo algo (aunque más que un
Y
un
chijiado
un demente).
chiflado, era
día en su paseo acostumbrado,
siempre de su Leal acompañado,
en
mitad del puente
la
—que
por
y elevado era
lo esbelto
orgullo de San
Juan de
llegando de su mal
al
la
Kivera,
paroxismo,
saltó el pretil y se arrojó al abismo.
El perro que saltó tras él
llegando al
el
lo vio,
y
nada rehacio,
se lanzó al espacio,
pobrecillo
fondo del barranco hecho un
Murió
del batacazo
y quedó
Un
el
ovillo.
don Facundo,
pobre perro moribundo.
pastor que
el
rebaño apacentaba,
y que mudo de espanto y de
tristeza
aquel doble suicidio presenciaba, repuesto ya del susto, con presteza corrió al pueblo á decir lo
Y
al sitio del
todo
el
que pasaba.
suceso acudió al punto
pueblo, y
el
cura á la cabeza,
«1 cual, por los vecinos coreado,
FRIVOLIDADES
175.
rezó con gran fervor ante el difunto
responso obligado,
el
exclamando después emocionado:
—
¡Infeliz! ¡se arrojó
¡Pobre señor! ¡Dios
Le mató su
Tan
sólo el
desde esa altura!
le
haya perdonado!
dolencia, su locura.
que está loco á Dios no acata,
pues en plena razón, nadie se mata.
Mas ved
aquí, hijos míos,
un notable
ejemplo de cariño inimitable.
¡Ved del pobre Leal
la triste suerte!
¡Él fué su
compañero inseparable!
¡Fiel á su
amo,
(Y
—
le siguió
dijo al fin, llorando
en
la
muerte!
como un
niño):
¡Eso es fidelidad! ¡eso es cariño!
¡Bien dicen que hay algunos animales
mejores que los seres racionales!...
El perro que
le oía,
tristemente,
abrió los ojos, y mirando al cura,
rompió á hablar, con asombro de
la gente,^
diciendo con hondísima amargura:
— Muchas gracias, señor. Yo sus frases
le
agradezco
de bondad, que no merezco.
mi amo le quería, más que mi amo, era mi amigo.
Cierto que yo á
pues
Mas que
él,
le el
aseguro á usted que no sabía
pobre estaba loco de remate.
VITAL AZA
J76
Oréame que
es
verdad
lo
Si yo sé que está loco, no
4N0 fué
Yo y Si
fidelidad;
cuerdo
le
¡Qué disparate!
pues
llego á saber
¿qué he de
le digo.
le sigo.
juzgaba,
salté sin temor,
yo
que
saltar?
él saltaba.
que hay esa altura, ¡No
salto,
señor cura!
J.
K.
Estas dos letrims son las
que saben pronunciar
con más alma en Aragón; la /ote
para cantar
y ¡Ca! para contestar al que intente una invasión.
23
Postales
A
una señorita argentina
Seas
muy
bien venida,
niña hechicera,
que en Buenos Aires la luz
primera.
viste
VITAL AZA
180
¡Bendiga Dios tus gracias
y tus primores y bendiga
la tierra
que da esas
llores!
Es tu acento argentino dulce y suave
como
los
amorosos
trinos del ave,
y hay en tus ojos negros fascinadores,
toda la poesía
de
los
¡Feliz el
se
y
amores.
que
al
mire en
amarte ellos
reciba el influjo
de sus destellos!
No
vuelvas á tu patria,
niña querida.
FRIVOLIDADES
que tus
ojos son soles
que dan
Y el
181
la vida.
día que nos dejes sin esos soles,
nos quedamos á oscuras los españoles.
A Soledad Lejos del
L.
mundo exclamaba
un cenobita que oraba con gran unción
— ¡Aquí
lo
religiosa:
mundano
acaba!
¡Qué soledad tan hermosa!
Yo,
y
al
digo
al
mirarte tan bonita
conocer tu bondad,
como
el cenobita:
— ¡Sea mil veces bendita esta
hermosa Soledad!
VITAL AZA
182
A
No la
Victoria
H
envidio de Eoldanes y de Cides
inmarcesible gloria.
Tan
sólo envidio al
que en amantes
lides
alcance esta Victoria.
¿Un pensamiento pides? Voy al momento: ¡Dichoso aquel que ocupe tu pensamiento!
A
la
señora de G...
Permita Vd., señora, que no lo
que siempre decimos en
le
diga
las postales:
cuatro frases vacías, cuatro lisonjas, tonterías rimadas ó necedades.
A
Vd.
y de
le
fijo
basta sólo con un piropo
no hay otro que más
le
agrade:
«¡Tiene Vd. dos chiquillos encantadores!]^
¿Dónde hay mejor piropo para una madre?
FRIVOLIDADES
A
183
Matilde de R.
Matilde, pídele humilde
á Dios, que,
no
halle en
que
al unirte ti
á
un hombre,
nunca más
tilde
de tu nombre.
la tilde
A
Carmen
S...
Carmen, por tu hermoso nombre, te complaceré al instante;
que
y
así se
así se
llama mi hija
llamó mi madre.
A
Rosa
P...
¡Dichoso, Eosa preciosa, el
que en amantes empeños,
pensando en
ti
tenga sueños.,
sueños de color de rosa.
A
María
A
¿Mi firma tener quieres?
VITAL AZA
184
Voy á estamparla. Más haces tú en pedirla que yo en negarla.
A
Aurora C.
¡Que seas en tu tan
feliz,
por
A Al
la
lo
ocaso, bella
Aurora,
menos, como ahora!
niña Pepita M...
verte, Pepita hermosa,
todos dicen por ahí:
— Cuando
el ca^ndlo es así,
¿qué será luego la rosa?
A
No
Petra A... (sordo-niiula)
sientas por no hablar, penas y enojos,
que Dios, en cambio, de que,
al
enmude3er
te otorgó el talento
tus labios rojos,
nos puedas expresar tu pensamiento
con
el
dulce lenguaje de tus
ojos.
i
FRIVOLIDADES
A Para
la hija del
poeta Arturo Reyes
Carmen, cualquiera
decirte,
que yo no
185
te conozca
lo
mismo
da;
cosa,
pues
siendo tú quien eres, serás hermosa, como todas las obras de tu papá. Dedicarte unos versos, fuera osadía. bo.
¡Cómo ha de
En
ser!
prosa
vil te escri-
Anidando en tu casa
debo, ante sus umbrales,
la poesía,
decer.
A
una señorita cubana
¡Dichosas estas líneas
que van á verte! ¡Quién pudiera
ir
con ellas
á conocerte!
A
la
notable arpista Gloria Keller
Tu padrino bien supo qué
No Él
al bautizarte
nombre
darte.
fué su idea ilusoria. dijo:
«¡Llámese Gloria!»
¡Y hoy eres gloria del Arte! 24
enmu-
— VITAL AZA
186
A la insigne
escritora Blanca de los Ríos
¿Pero es posible ¡oh Blanca de los Ríos!
que Vd., una escritora tan notable, sufra la tarjetüis infecciosa
de
la
invasora enfermedad reinante?
¿También Vd, insigne
Cayó en
la tentación
novelista,
de
las postales?
¡Dios la saque con bien de su dolencia
y
le
perdone
el
daño que nos hace!
Cuando una niña cursi,
—y hoy abundan
pide versitos, la respuesta es
pero
irle
á Vd. con versos,
fácil;
mandar fuera
hierro á Bilbao y mantequilla á Flandes.
# #
El autor dramático responsable de sus
En
la clase
Bl Profesor.
es
el
único hombre
actos.
de Historia:
— Diga Vd.,
Sr. Pérez.
(Pérez es un estudiante que se pasa la vida en los
billares).
— Mándeme Vd. — ¿Cuántas carabelas
llevó Colón en su
primer viaje á América?
—Varias. —Perfectamente. ¿Y
qué nombres
te-
nían?
— Pues una se llamaba Pinta, —Muy — Otra Blanca. — ¡Y otra Mingo! Usted ha la
bien.
la
¡Sí!
el
fundido las carabelas con
las
con-
carambolas.
VITAL AZA
188
— Hijo, Hoy
¡por Dios!
se escribe con
Ten más ortografía
H.
— ¿Y cómo escribe ayer? — Sin —Pues no por qué ha de haber se
¿Sí?
ella.
SL'
diferencia de
un día á
— ¿Llaman? De
otro.
fijo
es
alguna
que viene á pedirte cuentas.
— ¿A pedirlas? ¡No, señor! ¡Si
acaso vendrá á traerla
Amantes que siempre sean él
constante y ella
fiel,
no son cosas que se vean con frecuencia
¡ni
en Teruel!
esa
Brindis
£n
el
banquete celebrado en Hieres, en honor del
in-
signe Altamira, con motivo de su viaje á América, y de los sabios catedráticos
de
la
Universidad de Oviedo
ñores Canella y Sela.
Sabios que aquí
maestros de
que con
tal
me
escucháis,
la elocuencia,
ardor lucháis
y de pueblo en pueblo
vais
difundiendo vuestra ciencia; viajantes de la cultura.
que á
las gentes ofrecéis
se-
190
vn-Ai, .\z\
vuestra mercancía pura,
—
¡infelices!
me
—
lo
que hacéis
parece uua locura.
Trabajando sin cesar os dedicáis á enseñar.
¿Mas eso qué
os vale? ¡Nada!
Pues ¡buen pelo vais á echar al final
de
la
jornada!
El mundo con su cinismo se ríe de vuestro altruismo,..
No
os hagáis ilusiones,
y bajad de
las regiones
de vuestro loco idealismo.
Pues
si
en vosotros pensáis
y algo práctico buscáis, dejad Si
la
Ciencia y
el
Arte,
no politiqueáis
no vais á ninguna parte.
Aquí para hacer carrera sólo el la
Parlamento es
más segura
trinchera.
Primero, un acta, y después... ¡que venga lo que Dios quiera! ¿El aula solo? ¡Jamás!
Acabaréis como todos.
Que enseñando
á los
Solo enseñaréis.,
demás
los codos,
FKIVuLlDADES
191
no enseñáis algo más!
¡si
Hablando en
serio, os diré
que este pueblo bien merece vuestro aliento y vuestra
y
aquí,
lo
en este acto, se ve
mucho que
Y tú,
fe,
os lo agradece.
sabio profesor,
que vas con tu ciencia sola á América, sin temor,
que eres digno portador de
la
cultura española,
lleva á esa tierra querida el
abrazo amante y puro
de esta madre dolorida,
que viendo su
fin
seguro,
busca ansiosa nueva vida.
Y si
en tiempos anteriores
mandamos conquistadores que
y
los
supieron vencer,
allí se
hicieron señores
por su fuerza y su poder,
hoy mandamos,
sin
temor
de lucha ni de violencia,
un nuevo conquistador, sin
más armas que
la ciencia,
sin
más fuerza que
el
amor.
ÍNDICE píos.
A
guisa de proemio.
Aguas minerales.
.
El Gramófono.
El Caballo y El Bacalao.
el
5 7 11
Burro.
13 19
.
Cuestión personal.
25
Soné-.
33
Rosina
.
de Pravia.
la
Don Juan.
Consulta médica.
Pensamientos
35 43
.
.
científicos.
Presbicia.
47 51
55
La competencia.
.
Mis propósitos.
La perla de San
57
63 Carlos.
65
Carta abierta.
81
Al pie de
87
la letra..
Instantáneas.
89
Prólogo.
93
La
sequía.
Julio.
97
103
.
Revista de salones.
105
La
113
sidra.
Cosas del «Guerra».
117
Mandato.
121
Lengua trufada.
A
.
un empresario nuevo. 25
123 129
.
ÍNDICE
194
pIgs.
PdeT Propic y ajeno
En
el
Retiro
El cuento del abuelo.
Cantares marinos Bagatelas idiomáticas.
Intimidades del teatro. El perro J.
.
133
.
135
.
145 147
.
.
•
.
»
Brindis.
159 161 173
fiel
K
Postales
157
177 .
179
.
187
.
189
ESTA OBRA SE ACABÓ DE IMPRIMIR EN BARCELONA EN
LA TIPOGRAFÍA DE LOS EDITORES 5 DE AGOSTO DE 1909
EL DÍA
Herederos de Juan
Editores
Gilí,
Cortes, 5S1, Barcelona
EXTRACTO DEL CATÁLOGO SECCIÓN LITERARIA
ELOIS Y MORLOCKS Novela de
lo
por venir
—
Narración del P. Zacarías M. Blondel. Publicada en español por el Dr. Lázaro Clendábims. Con un prólogo de Modesto H. Villaescusa. Ilustraciones de B. Gili y Roig y R. Opisso. Dos hermosos volúmenes en 8.°
—
—
—
—
La novela contemporánea ha invadido el terreno reservado en todo tiempo á la más elevada ciencia humana. Ya no se contenta con pintar, con mayor 6 menor exactitud y acierto, las costumbres, para, segtín canon tradicional de la literatura, hacer amable la virtud y aborrecible el vicio. La historia, en la que tan legítimos triunfos cosechó, es ya un campo insuficiente á su ambición. Aspira nada menos que á convertirse en la tínica maestra de la vida. Tesis trascendentales, síntesis universalísimas, los problemas que más apasionan á los
hombres pensadores, y aun á las grandes muchedumbres constituyen hoy en día el fondo predilecto de este género literario. De poco tiempo á esta parte han visto la luz pública un sinnúmero de obras de esta especie. Los destinos todos de la humanidad han sido investigados, analizados, disecados por ese nuevo y terrible escalpelo literario, que ha monopolizado la forma estética más atractiva y seductora para cautivar los espíritus y dominar despóticamente el corazón de las multitudes. Entre todos los autores contemporáneos que, con sin igual decisión y arrojo, hacen uso del arma formidable de la novela trascendental, ninguno ha ido tan lejos como H. G. Wells. Nadie como él ha escudriñado tan profundamente ni por modo tan fantástico el porvenir humano. Partiendo del más crudo principio materialista, sigue á la humanidad paso á paso y llega á la horrible conclusión de que los hombres se dividirán definitivamente en dos razas, Elois y Morlocks, corderos y lobos, y que aquéllos no tendrán otro fin que el de ser-
— EXTRACTO DEL CATÁLOGO
2
de alimento á éstos. Así desaparecerá el hombre de la superficie de la tierra. He aquí lo (jue ha dado pie al incógnito autor de Elois y Morlocks para tejer su preciosísima novela.
vir
Como se ve, la novela Elois y Morlocks es una verdadera concepción genial. Apoyándose en los sólidos fundamentes de la naturaleza humana, pónese vigorosamente de relieve en ella el verdadero porvenir de la humanidad. No hay hipótesis materialista que pueda resistirá! ímpetu arrollador de la naturaleza puesta en presencia de su legítimo destino. Esta sencilla regeneración humana presta singular encanto á la novela, repleta toda ella de asombrosas revelaciones, de incidentes originalísimos, de inventos prodigiosos, y sobre todo, de ese dificilísimo sentido de la realidad que le da un valor incalculable y un interés siempre en aumento, hasta el felicísimo y consolador desenlace. En
con preciosa cubierta á tres tintas y
rústica,
bujo alegórico
En
tela inglesa superior,
di-
Ptas.
6.
T»
8.
con plancha en
colores
Á TRAVÉS DEL ISTMO DE PANAMÁ.
Esce-
nas é impresiones de viaje, con la descripción ¡lustrada del nuevo proyecto y obras del GRAN CANAL
INTEROCEÁNICO,
p«.r 1'. .1. Mateos, ihistradü con hermosos grabados y un niai>a quo contieno el perfil longitudinal y vistas panorámicas de la zona istmefia.
Un tomo
en
S.o
Serie de cuadros que, á manera de proyecciones de cinematógrafo, dan la visión animada y pintoresca de la región donde en la actualidad se lleva á cabo la apertura de la nueva vía marítima destinada á establecer la comunicación entre los dos grandes Océanos.
En
rústica,
con elegante y artística cubierta en colo-
res
Ptas.
LEYENDAS,
por
el P.
Tomás
3.—
Arguelles, S. J. Con-
—
tiene: Angela 6 la heroína de TzintzunUán. De marino á obispo. La fe de una madre. Clotilde de Monianer.
—
— Un tomo en 8."
—
Estas leyendas, con fondo histórico toda« ellas, pero embellecidas con las galas y ornamentos de rica fantaexcitan poderosamente el interés y ofrecen prove-chosa lección moral acompañada de honda y duradera sía,
emoción
En
estética.
Ptas.
tela inglesa
2.—
SEMBLANZAS POLÍTICAS DEL SIGLO XIX,
por Alfredo Opisso.
— L"n volumen en
b.'
de
1544
— — EXTRACTO DEL CATALOGO
3
—
Comprende este volumen las semblanzas sipáginas. guientes: Espartero, Narváez, O' Donnell, Olózaga, Donoso Cortés, Pastor Díaz, Bravo Murillo, Él Bienio, Dulce, Ríos Rosas, Posada Herrera, Rivero, Aparisi y Guijarro, Nocedal, El ministerio Miraflores, Calvo Asensio, González Brabo, Prim, Figueras, Manterola, Valera, Campoamor y Castelar. Precio de la obra: En rústica Ricamente encuadernada en tela.
LA TÓRTOLA HERIDA-Novela, Hernández
En
Villaescusa.
Pesetas 3
...
»
4
por Modesto
— Un volumen en S."
Ptas.
2.
»
3.
—
rústica
Encuadernado
LAS TRES VÍRGENES NEGRAS,
por
Fl.
—
Bon-
hours, traducción y adiciones del R. P. Julián Rodrigo, Director del Colegio de PP. Agustinos de Ronda (Málaga). Un tomo en 8.°, de cerca de 300 páginas.
—
En En
Ptas. l'50
rústica tela inglesa
;)
LA NOVELA DE UN JESUÍTA, Beugny d'Agerue, na y
—
por G. de
versión de D.
Manuel G. Barzanalla-
rústica cubierta en colores
Ptas. 2'SO
Saligité.
En
2.
— Magnífico tomo en 8.° mayor.
Encuadernado en
tela inglesa, plancha
en colores
»
3*50
QUO
VADIS, por Enriqíie Sienkiewicz; traducción de Bartolomé Amengual, precedida de una Carta-prólogo del Emmo. Sr. Cardenal Sjñnola, Arzobispo que fué de Sevilla, y adornado con un grabado. Un tomo en 8.°
—
En
rústica
Encuadernado en
Ptas.
2.
»
3,
—
tela inglesa, plancha
en oro
Quedan unos pocos ejemplares de demación en tela, cortes dorados.
lujo, .
.
.
y rica encuaPtas. 5.
PEDRO JUAN Y JUAN ANTONIO-Novela social,
men En
por Modesto Hernández Villaescasa. en S.°
— Un
volu-
rústica
Ptas.
I.
Encuadernado
»
2.
— —
ESTÉTICA Y CRÍTICA MUSICAL, por Fray Eustaquio de Uriarte, Agustino del Real Monasterio del Escorial. Con la biografía del autor por el P. Fr. Luis
— EXTRACTO DEL CATÁLOGO
4 Villalba,
en
de
misma Orden.
la
— Un
volaminoso tomo
4."
En En
Ptas. S'SO
riística
tela inglesa, cubierta
en color y oro.
»
7.
ROSA DEL
VALLE-Novela, por Modesto Hernández V'illaescusa. — Un volumen en 8.°, de abundantísima lectura.
En
Ptas, 2.
riística
Encuadernado
»
ESTUDIOS LITERARIOS,
por
el
—
3.
Restituto
P.
del Valle Ruíz, Agustino del Real Monasterio del Escorial. Prólogo de D. Juan Alcover. Magnífico tomo en 8.°
mayor.
En
JURAR EN dez Villaescusa.
En
Ptas.
3,—
Ptas.
4.
riística
Encuadernado en
tela inglesa, rótulos
en
oro
VANO-Novela,
por Modesto Hernán-
— Un volumen en 8.°
Ptas. 2.
riística
Encuadernado
»
—
3.
DE
HISTORIA ESPAÑA, por Rafael Altamira y Crevea, Catedrático de la Universidad de Oviedo, R. de la Historia, de la Sociedad GeográfiA. C. de la ca de Lisboa y del Instituto de Coimbra. Obra que consta de 4 magníficos volúmenes en 8." mayor, ilustrados con infinidad de interesantes fotograbados é impresos con extrema pulcritud. Cada tomo en riística Encuadernado en tela
inglesa
Ptas.
6.
»
7-
LA VENGANZA DE UN ÁNGEL-Novela, Modesto Hernández Villaescusa.
—
por
— Un volumen en 8.0
Encuadernado
Ptas. 3.
DE LA BIBLIOTECA DE Manuales enciclopédicos Gilí ELEMENTOS DE LITERATURA PRECEPTIVA,
precedidos de unas nociones de Estética, (4.» obra declarada de texto un víirios Institiitdsy Colegios do España y América, por el Dr. D. Manuel Perefía y Puente, abogado del ilustre Colegio de Lérida. Ptas. l'50 Un volumen de 140 páginas. Cartoné..
C'HciÓn).
—
.
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Sniversíty of Toronto
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