ASOCIACIONISMO Las teorías asociacionistas consideran que un fenómeno puede ser explicado a partir de la asociación entre elementos más básicos que el propio fenómeno, asociación que el sujeto ha vivido con anterioridad. Se supone que existen fuerzas que conectan dichos elementos y que deben ser descubiertas por la investigación psicológica para comprender bien los procesos psicológicos o el comportamiento. El empirismo filosófico (así principalmente Hume), mantendrá que los procesos mentales son simple expresión de la asociación de vivencias (ideas dicen ellos); en el mundo de la mente encontramos fuerzas semejantes a las presentes en el mundo físico (las leyes o principios de la asociación). En psicología encontramos explicaciones de este tipo en muchas escuelas: las leyes de la asociación de ideas en la psicología mentalista de corte empirista, como las primeras psicologías científicas (Wundt y el estructuralismo de Titchener); el psicoanálisis y su referencia a la libre asociación de ideas como método terapéutico; el conductismo en su defensa del condicionamiento como asociación entre estímulos y estímulos y respuestas; e incluso en la última psicología cognitiva, el conexionismo, en donde la asociación de los distintos elementos (o neuronas) en redes neurales permite explicar los procesos mentales y la conducta. ASOCIACIONISMO El Asociacionismo es un principio psicológico .El principio de las asociaciones deriva de problemas problem as epistemológicos planteados en la filosofía. Los conceptos asociacionistas han servido para reemplazar teorías más detalladas del aprendizaje. Entre los que contribuyen a este aspecto del movimiento asociacionistas, sobresalen tres hombres Hermann Ebbinghaus, comenzó estudiando la formación de las asociaciones; y le fue posible controlar las condiciones bajo las cuales se formaban y hacer un estudio científico del aprendizaje. A I.P. Pavlov, le corresponde una responsabilidad primordial en otro cambio: el de estudiar la asociación no ya en términos de ideas sino n términos de conexiones E-R (estímulo-respuesta). Sus estudios sobre los reflejos condicionados contribuyeron a hacer objetiva la psicología. E.L. Thorndike desarrolló una extensa exposición de los fenómeno fenómenoss psicológicos desde una perspectiva asociacionistas. El asociacionismo, como sistema desarrollada a partir del empirismo (los empiristas ingleses utilizaban los mismo principios de asociación que había sugerido Aristóteles siglos atrás: los ítems similares opuestos o contiguos tienden a asociarse entre sí), fue fundado en el siglo XVIII por un médico erudito, David Hartley (1705-1757). Retomó el capítulo de Locke, la asociación asociació n de ideas , e hizo de él su tesis. Hartley desarrolló su psicología en torno de las asociaciones, convirtiendo así el asociacionismo en una doctrina formal con su nombre. Postulaba la existencia de acciones vibratoriass en el sistema nervioso, que corresponder vibratoria corresponderían ían a las ideas e imágenes, las vibraciones más intensas serían las sensaciones, y las intensas las ideas, puso el énfasis en la contigûidad, como principio de asociación y utilizó principios asociacionistas para explicar la percepción de la profundidad visual.
Luego de Hartley, el siguiente desarrollo importante en el asociacionismo ocurre en Escocia. Thomas Brown (1778-1820) reformuló los principios de Hartley como principios de la sugestión, para superar la objeción de la escuela escocesa ortodoxa al asociacionismo y sus tendencias analíticas. James Mill (1773-1836) presentó una de las posiciones asociacionistas. Su Analysis of the phenomea of the human mind (1829) publicado tras 7 años de escribir en las vacaciones, presenta la mecánica mental de Mill. Este sostenía que la ley de asociación podría dar razón de la experiencia mental más completa. El asociacionismo inglés dejo un legado de máximo significado a la psicología, nueva ciencia experimental en desarrollo. Un aspecto fundamental de ese significado reside en el punto de vista metodológico que el asociacionismo desarrolló y refirió. Gran parte del contenido histórico del asociacionismo aparece absorbido, de una manera más o menos directa, en los supuestos y preconceptos de los primeros psicólogos. Hermann Ebbinghaus le corresponde el mérito de haber sido el primer psicólogo que realizó un estudio cabalmente empírico de la asociación o aprendizaje. Estaba interesado en controlar el tipo de aprendizaje cuya retención quería investigar, ideo la sílaba sin sentido en un esfuerzó por reducir al mínimo las asociaciones previas. Ivan P. Pavlov fue un distinguido fisiólogo ruso, director del laboratorio de fisiología del Instituto de Medicina Experimental desde 1890 hasta su muerte. Pavlov había desarrollado un aparato que permitía recoger y medir la cantidad de saliva segregada por un perro bajo diferentes condiciones de alimentación. En escencia se trataba de un tubo de vidrio calibrado, insertado a través de una fístula en el carrillo del animal. El descubrimiento de Pavlov consistió en percatarse de la ocurrencia persistente de un flujo salival anticipatorio. La tercera figura importante en el tránsito asociacionista de las ideas a la conducta es Vladimir M. Bechterev. Su contribución más significativa fue la respuesta condicionada motriz. La mayor parte de los asociacionistas tienen un punto de vista más restringido de los funcionalistas que los funcionalistas, e intentan explicar la conducta mediante un conjunto de variables más limitadas. Los asociacionistas más antiguos intentaban explicar el pensamiento y la conducta, complejos como nada más que una as ociación de ideas. En la actualidad el asociacionismo como herramienta metodológica ya que no como posición sistemática, se ha incorporado al cuerpo de la psicología; la asociación de variables es reconocida generalmente como una tarea fundamental de la ciencia. EMPIRISMO Del término griego "empeiría" (experiencia). En un sentido amplio, es empirista toda teoría para la cual la experiencia, entendida como percepción, es el origen y límite del conocimiento: conocemos a partir de lo que percibimos y nada que no sea perceptible puede ser conocido. A lo largo de la historia se han dado muchas teorías empiristas, más o menos radicales; así, se puede hablar de la filosofía aristotélica como más empirista que la de Platón, o la de los
filósofos atomistas más empirista que la de los pitagóricos. También en psicología encontramos corrientes con una clara vocación empirista, siendo seguramente el conductismo la más destacada de todas. En efecto, este paradigma de psicología muestra la huella del empirismo en, al menos, las siguientes tesis: la psicología como ciencia debe apoyarse por completo en la experiencia, y más exactamente en la percepción, lo que trae consigo, primero, la reivindicación del llamado "conductismo metodológico" y la crítica a la introspección, y, segundo, la consideración de que el objeto de la psicología debe ser algo dado también a la experiencia (ni la mente, ni mucho menos el alma): la conducta;lo que el sujeto es depende más de la influencia de algo exterior a él que de estructuras y de un dinamismo interno de carácter innato, tesis que le llevará al conductismo a subrayar la importancia de la experiencia, del aprendizaje y de la influencia del medio en la aparición de las habilidades, rasgos y comportamientos de los organismos, incluido el ser humano. En un sentido estricto llamamos "Empirismo" o "empirismo clásico", al que se desarrolla en las Islas Británicas en la Edad Moderna (fundamentalmente en el siglo XVIII), que se opone al racionalismo continental o racionalismo clásico, y que tiene como representantes más importantes a Locke (1632-1704, filósofo inglés), Hume (1711-1776, filósofo escocés) y Berkeley (1685-1753, filósofo irlandés). Este empirismo rechaza las tesis apriorísticas del racionalismo (las ideas innatas) al considerar que la mente es como un papel en blanco en el que va escribiendo la experiencia, rechaza la intuición intelectual de a lgo que no sea la propia mente, y acepta sólo la percepción como fundamento del conocimiento. A diferencia del empirismo del siglo XX, el empirismo clásico considera legítima tanto la percepción interna como la percepción externa. Frente al método deductivo propuesto por los racionalistas, los empiristas prefieren el método inductivo, y frente a la admiración racionalista por la matemática, los empiristas van a preferir las ciencias empíricas o ciencias naturales. En su versión más radical, la de Hume, defiende el fenomenismo: únicamente podemos conocer los fenómenos (fenómeno: la realidad en tanto que se presenta a los sentidos), pero no la realidad tal y como pueda ser en sí misma e independiente de nuestro psiquismo. Locke, uno de los iniciadores del empirismo moderno, es el primero en poner en cuestión el concepto de sustancia (la supuesta realidad que subyace o en la que descansan los fenómenos); no niega las sustancias, pero considera que de ellas no cabe tener una experiencia directa; las sustancias (incluso Dios) pueden conocerse por inferencias racionales. Por su parte, Hume establece como criterio para decidir la legitimidad de una idea que tenga como soporte la impresión (o sensación): el único ámbito del que cabe el conocimiento y la ciencia es el que se ofrece a la percepción, considerando que todo lo que podemos conocer se limita a la aparición de fenómenos, o la sucesión de un fenómeno tras otro, y nada más: ni la supuesta realidad que subyace en los fenómenos, ni las supuestas realidades trascendentes como el alma o Dios, ni tampoco los vínculos causales reales existentes entre las cosas. La filosofía de Hume tiene también gran relevancia en el estudio del psiquismo pues considerará este filósofo que la ciencia de la naturaleza humana es la ciencia más importante y debe desarrollarse antes que cualquier otra, por ser en cierto sentido la ciencia de las ciencias. Esta ciencia de la naturaleza humana no debe partir de principios a priori sino de la experiencia y la observación.
En breve resumen, y por su importancia para el desarrollo de la psicología científica, vamos a destacar las siguientes tesis empiristas: La cuestión fundamental en la polémica racionalismo/empirismo se concentra en la pregunta ¿cómo se origina el conocimiento? El racionalismo considerará que gracias a las ideas innatas y a la intuición, siendo, por tanto, lo importante lo que la conciencia pone o incorpora. Por su parte, para el empirismo todo el conocimiento proviene de los sentidos, puesto que la mente es como "un papel en blanco" y no existen las ideas innatas, siendo lo más importante lo que la conciencia recibe. Asociacionismo. Los empiristas entenderán que los procesos mentales son consecuencia de la asociación de vivencias: creerán que en el mundo de la mente encontramos fuerzas semejantes a las presentes en el mundo físico, trasladando el mecanicismo y determinismo que Descartes propuso únicamente para el mundo físico al mundo de la mente. Los sentidos nos ofrecen sensaciones y éstas se transforman en ideas; por su parte las ideas se combinan y suceden siguiendo los llamados principios de la asociación (similitud, contigüidad y contraste); por ejemplo, por el principio o ley de la contigüidad, si varias ocurren frecuentemente juntas, una sola puede producir el recuerdo de las restantes. El asociacionismo estará presente después en varios modelos o movimientos psicológicos, como la primeras psicologías científicas (Wundt), Freud, Pavlov y principalmente en el conductismo, en éste caso en términos fisicalistas puesto que para este modelo lo que se asocia no son contenidos mentales sino estímulos y respuestas. Mecanicismo. Los empiristas tienden a dar explicaciones mecanicistas del ser humano, explicaciones que incluyen las siguientes tesis fundamentales: la mente y la conducta del hombre son un fenómeno natural más, por lo que pueden ser explicadas según las leyes naturales; determinismo: no existe el libre albedrío, por lo que la mente y la conducta se someten a leyes deterministas, ocurriendo de este modo que la conducta podrá predecirse por completo cuando se descubran las leyes que la rigen (como en el siglo XX afirmará de forma rotunda el conductismo); materialismo: toda la realidad es material, por lo que, de nuevo, la conducta humana es un fenómeno natural, y está determinada por las mismas fuerzas y leyes físicas que valen para el resto de la naturaleza; el representante más destacado del mecanicismo materialista fue Hobbes (1588-1679, filósofo inglés). Para este autor, los contenidos de la mente se rigen por las mismas leyes físicas que los movimientos físicos. Finalmente, cabe destacar también lo que algunos autores han llamado llamado hedonismo psicológico: de todas las acciones que puede realizar, el hombre escoge aquellas que tengan consecuencias más placenteras o menos dolorosas; esta tesis viene a ser expresión del característico sensualismo que recorre toda la filosofía empirista y expresa una visión
ciertamente pesimista de la naturaleza humana al señalar que, en último término, toda acción humana busca el provecho propio (entendido como placer o satisfacción) siendo el hombre, por lo tanto, consustancialmente egoísta. Estas mismas ideas se pueden encontrar también en gran parte de la psicología científica en sus explicaciones de la motivación (el psicoanálisis con la referencia al principio del placer, el conductismo y las tesis de Skinner sobre los refuerzos y castigos como principios rectores del aprendizaje). Esta corriente psicológica subraya el papel de la asociación en la vida psíquica y reduce todas las elaboraciones de experiencia a la acción de la asociación. Los partidarios de este punto de vista suponen que la sensación, la reproducción (memoria) y la asociación son los únicos procesos psíquicos, y reducen a ellos todos los datos (s imples y complejos) de la experiencia. El asociacionismo como principio psicológico nos responde a la pregunta: ¿Cómo conocemos?, por medio de los sentidos, de aquí surge la pregunta siguiente. Entonces, ¿de dónde vienen las ideas complejas que no son directamente sentidas? La respuesta a esta segunda pregunta nos proporciona el primer principio de la asociación: "Las ideas complejas provienen de la asociación de otras más simples". El asociacionismo puede considerarse la doctrina básica de una escuela filosófica dominante en Inglaterra en el siglo XVIII y gran parte del siglo XIX, a la que acabó por darle su nombre. Sus principales representantes, fueron D. Hertley, Th. Brown, James Mill, y A. Bain. Los filósofos empiristas ingleses sobre todo J. Locke y Hume son reconocidos como sus precursores inmediatos. Dabid Hartley. Retomó el título de un capítulo de la obra de Locke "La asociación de ideas" e hizo de él su tesis. Hartley desarrolló su psicología en torno a las asociaciones, convirtiendo así al asociacionismo en una doctrina formal. T. Brown. Le interesaba el problema de la selección: ¿Cómo se seleccionaba, en una serie de asociaciones, la acción que ocurría realmente, cuando había varias que podrían ocurrir? Con esto estaba interesado el problema de mejorar la predicción. De igual manera se interesó también en el número de veces que se había asociado con el contenido mental precedente. James Mill. Presentó una de las posiciones asociacionistas más extremas en su "Análisis de los fenómenos de la humanidad" sostenía que la ley de asociación podía dar cuenta de la experiencia mental más complicada. La idea de "todas las cosas". Suponía que las ideas simples se unían para formar las más completas, las cuales con el uso se consolidarían hasta el punto de aparecer una idea única. A. Bain. Propuso una serie bien desarrollada de leyes de la asociación. Había dos principios para la formación de asociaciones: la contigüidad (inmediación de una cosa a otra) y la similitud. Además, había una especie de efecto de suma, por el cual las asociaciones que individualmente son demasiado débiles para hacer revivir una idea pasada, pueden tener éxito en la acción conjunta. No podemos dejar de mencionar a otros pensadores del asociacionismo como: John Stuart Mill, John Locke, D. Hume, Heberi Spencer, E. L. Thorndike que de alguna manera han consolidado esta corriente psicológica.