I.E.P “JUAN XXIII” PROFESORA: JUSTINA CUBAs CACERES AREA: ARTE TEMA: ARTE RUPESTRE RUPESTRE GRADO:3ro SECCION: “E”
INTEGRANTES: ALVAREZ LUIS, MARIA SEMINARIO VALERA, VALERA, MARISOL MARISOL PORTAL JAMBO, CARLA GARAY JULCAMORO, JULISSA QUISPE QUIROZ VALERIA VILLAR SANCHEZ NICOLL
ARTE RUPESTRE ¿Qué es el arte rupestre? El arte rupestre es todo aquel dibujo prehistórico que se halle en rocas y cavernas. Esta manifestación artística está considerada como una de las más antiguas de las que se tiene constancia, ya que existen testimonios que se remontan realmente muy lejos en el tiempo, 40 mil años, o sea, tras la última glaciación.
Historia Aunque por arte rupestre deberíamos entender toda aquella manifestación artística hecha sobre una roca, razonamos de manera generalizada que el arte rupestre engloba las manifestaciones artesanales o artísticas propias de la prehistoria, y en especial las representaciones pictóricas del hombre prehistórico. Queda abierto un debate en torno al término arte y se plantean dudas sobre si es el más adecuado para hablar de las representaciones pictóricas milenarias. Ciertamente es difícil llevar la estética prehistórica a términos de discusión artística, pues faltan muchos elementos de juicio y valoración y su análisis pertenece más a otras ciencias que a la historia del arte, pero tampoco es baladí hablar de arte prehistórico o rupestre pues son las primeras representaciones estéticas conocidas del ser humano y hablamos de unas manifestaciones visibles en distintos puntos del planeta. Efectivamente, no hay continente, y casi no hay país, donde no se hayan encontrado pinturas rupestres obra de las sociedades prehistóricas locales. En el caso español, el descubrimiento de las cuevas de Altamira en 1879 es considerado como el primer y gran hallazgo del arte rupestre en España y Europa. La arqueología y la antropología han sido las disciplinas que han tratado de descifrar las incógnitas que emergen tras las pinturas rupestres. Se ha de responder no solo a las dudas sobre la cronología de los hallazgos sino también, y es lo más complicado, al significado de las representaciones. En muchos casos es la ciencia antropológica la que, a través del estudio de sociedades primitivas
aún vigentes, ha intentado dar luz a la interpretación de las escenas halladas en cuevas y abrigos.
EL ARTE RUPESTRE EN EL PERÚ LAURICOCHA Augusto Cardich, investigador de la paleohistoria sudamericana, nacido en La Unión (Huánuco) en 1923, realizó estudios en las regiones altas de Huánuco en las décadas de los 60′s y 70′s y encontró no solo importantes restos líticos sino también esqueletos
humanos de niños y adultos con mas de 7,000 años de antigüedad. Estos descubrimientos hicieron posible establecer una secuencia cultural para las primeras ocupaciones altoandinas. Las cuevas de Lauricocha, se ubican sobre un antiguo valle glaciar, entre los 3,900 y 4,200 m.s.n.m., y al parecer albergaron a un importante grupo de cazadores y recolectores que por miles de años utilizaron las cuevas como refugio natural. La secuencia cultural, realizada a partir de los restos encontrados, posibilitó la periodificación de tres fases. La primera fase Lauricocha I (10,000 – 8,000 a.C.) se caracterizó por el predominio de puntas foliáceas (forma hoja de árbol) y cuchillos bifaciales, la segunda fase, Lauricocha II (8,000 – 5,000 a.C.) por la presencia de puntas “hojas de sauce” y otras de forma triangular y base rect a y la tercera fase, denominada Lauricocha III (5,000 – 4,000 a.C.) se caracterizó por la utilización de utensilios pequeños (puntas) y herramientas de hueso, aunque hay menos evidencia pues se encontró poca cantidad de artefactos líticos. La dieta del hombre de Lauricocha, a partir del estudio de los huesos animales encontrados en los diferentes estratos de las cuevas, se basó en el consumo de cérvidos, principalmente tarucas para las primeras fases y camélidos en menor proporción para la última fase. Esta diferencia en la alimentación hace pensar que hubo cambios culturales entre los grupos humanos lauricochienses que permitieron el perfeccionamiento en las estrategias de caza llegando inclusive en sus época más tardía, a la domesticación de animales.
CUEVAS DE TOQUEPALA
Las Cuevas de Toquepala están ubicadas en el distrito de Ilabaya, provincia de Jorge Basadre, departamento de Tacna, en el sur del Perú. En sus paredes se han encontrado pinturas rupestres, con diversas escenas de cacería o chaco , en las que se representa a cazadores acorralando y matando a un grupo de guanacos. Ubicación Están ubicadas en las cercanías del asiento minero de Toquepala, en el flanco noroeste de la quebrada Cimarrona, a la altura del kilómetro 103 del ferrocarril de ilo a Moquegua. Zona enclavada en la Cordillera Occidental de los Andes peruanos a una altitud de 2.700 msnm. Dista 15Pinturas de Altamira
Después de Altamira todo es decadencia Introducción
Cuando pensamos en la Prehistoria no podemos evitar que se nos vengan a la mente imágenes de animales pintados en las paredes de una caverna, de hecho, la mayor parte de las veces son las representaciones de las mundialmente famosas Cuevas de Altamira las que encarnan ese arquetipo. Y la razón es muy lógica, de los escasos restos que nos han llegado de aquella remota época, los de las cuevas cántabras son uno de los ejemplos más bellos e ilustrativos de lo que debió ser la manera de vivir y pensar de nuestros antepasados. No en vano se les ha concedido el apelativo de "Capilla Sixtina del Arte Cuaternario". Réplica del techo de la cueva de Altamira Descubrimiento de las pinturas de la Cueva de Altamira Altamira se encuentra en el municipio de Santillana del Mar, a unos 30 kilómetros al oeste de Santander, y su descubrimiento fue realizado por casualidad en 1868 por
Modesto Cubillas mientras cazaba con su perro. Este aparcero le comunicó el hallazgo a Don Marcelino Sanz de Sautuola, para quien trabajaba, quien poco después publicaría un artículo titulado Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander donde defendía que se trataba de escenas prehistóricas. La polémica que originó este estudio llegó al límite de ser acusado por otros investigadores de haber falsificado las pinturas. Les parecía poco probable que los colores se hubieran conservado con tanta nitidez, por no mencionar que se consideraba imposible que el hombre primitivo fuera capaz de llevar a cabo un trabajo tan excepcional. Altamira De manera que Santuola y los colegas que apoyaron su tesis fueron objeto de un despiadado ataque por parte de científicos franceses y españoles. Pero con el paso de el tiempo otras cuevas similares fueron descubiertas en el sur de Francia, cuevas cuyas pinturas empezarían a poner en tela de juicio el supuesto fraude de Santuola. Las pinturas de Altamira no serían finalmente aceptadas como antiguas hasta principios de la centuria siguiente (en gran medida gracias al Abate Breuil) y el reconocimiento sólo le llegaría a Marcelino después de su muerte. Características de las pinturas de la Cueva de Altamira Gracias a modernos métodos como el del carbono 14, los investigadores han datado la antigüedad de las imágenes de Altamira en unos 12.000 ó 15.000 años, situándolas por tanto en el periodo conocido como Magdaleniense. Por aquel entonces, artistas anónimos debieron decorar el interior de la gruta por motivos que aún hoy son un misterio. Más tarde un desprendimiento de rocas sepultó la entrada de la cueva, que quedó aislada y olvidada durante miles de años. La cueva de Altamira mide unos 270 metros de longitud y se encuentra dividida en tres zonas, un vestíbulo cerca de la salida, una gran sala decorada (de 18 metros de largo) donde se han encontrado las pinturas más espectaculares, y otras pequeñas ramificaciones. Las imágenes se encuentran grababas o dibujadas en las paredes y techo con pigmentos minerales ocres, marrones, amarillentos o negros, mezclados con aglutinantes como la grasa animal. Se aplicaron con los dedos, con algún utensilio a modo de pincel y en ocasiones soplando la pintura a modo de aerógrafo. También se usó el carbón vegetal para perfilar los bordes. Lo primero que llama la atención es el asombroso realismo de las imágenes, las más bellas realizadas en la cúpula de la galería central. El bisonte es el animal que más veces aparece representado, aunque también hay caballos, ciervos, jabalís, mamuts, renos (animales propios de climas muy fríos que en la actualidad están extinguidos en Europa) figuras antropomorfas y diversos símbolos. Aparecen representados de manera independiente, no formando escenas y ocasiones se han aprovechado los abultamientos de la roca para conferir volumen a las formas. Tal es el caso del bisonte encogido, una de las imágenes más
conocidas, que fue concebido en esa postura para coincidir con un resalte rocoso y que destaca por su enorme verosimilitud. Los elementos representados pertenecen a diversas épocas. Se cree que las pinturas más antiguas son las rojas, sobre las que se añadieron otras negras. Más tarde se pintarían las polícromas rodeadas nuevamente de imágenes negras. Arte Paleolítico: Cueva de Altamira
Pero quizá lo más sorprendente de las pinturas sea su expresividad, conseguida no tanto por una imitación exacta del modelo como por una extraordinaria habilidad para utilizar las manchas de color y las líneas, consiguiendo dotar a las figuras de una fuerza y un naturalismo que aún hoy nos resultan difíciles de mejorar. Los artistas (porque no se puede calificar de otro modo a los artífices de semejante maravilla) que las llevaron a cabo supieron hacer uso de los juegos de sombras y de la perspectiva, como se puede comprobar en la imagen de la cierva, modelada con un magistral cromatismo. Otra de las representaciones más emblemáticas es la del caballo, como el resto de los animales, dibujado con un gran detallismo anatómico. También se han encontrado signos de diferentes formas geométricas (rectángulos, conos, escaleras, etc.), muy abundantes en las galerías centrales y en la parte de la cueva conocida como "Cola de Caballo", donde también hay animales pintados o grabados en color negro. Sobre el significado de estas escenas o las posibles intenciones de los hombres que las concibieron existen muchas interpretaciones. Pudiera haberse tratado de un santuario religioso, o de la representación de una batalla simbólica entre dos clanes, encarnados por la cierva y el bisonte. Acaso sean los ritos de fertilidad lo que se plasmó en las paredes y techo de la cueva, o ceremonias para propiciar la caza (se pintarían los animales que más tarde serían cazados). Incluso se ha manejado la hipótesis del "arte por el arte", que abogaría por una utilidad meramente estética.
Pero sea cual fuere el propósito de nuestros antepasados al decorar así el interior de las Cuevas de Altamira, lo que es seguro es que no contaban con suscitar una admiración semejante a la que nosotros sentimos hoy día al contemplar la vida palpitante de esas figuras magníficas. En la actualidad el acceso a las cuevas de Altamira ha sido drásticamente limitado para evitar que el microclima generado por la presencia de los visitantes en el interior afecte a la conservación de las pinturas. Para poder hacerse una idea del original se puede visitar la llamada Neocueva, réplica exacta que se ha construida en el exterior. Otra reproducción puede disfrutarse en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid4 km en línea recta a la ciudad de Tacna. Historia Altamira fue fundada el 30 de junio de 1577 por Juan Andrés Varela. Es conocida por Plaza Francia, una plaza pública que incluye un obelisco y una fuente. Esta plaza y la mayoría de Altamira actual fueron construidas por Luis Roche, quien era el dueño de gran parte de esta zona caraqueña para el año de 1943. En 1944, Roche ordenó la construcción de muchas avenidas y de la plaza. Roche quería que el obelisco de la plaza fuera "más alto que la Catedral de Caracas". La plaza fue culminada por Martín Hermanos, Co. el 11 de agosto de 1945 y originalmente fue llamada "Plaza Altamira". El 17 de enero de 1967 el gobierno venezolano y el gobierno francés acordaron renombrar a la plaza Altamira como "la plaza Francia de Altamira", nombre con el cual se le conoce actualmente. En gratificación el gobierno francés construyó una Plaza Venezuela en su país en 1975. El Obelisco de la Plaza Francia, es iluminado honrando a los fallecidos por los atentados de Paris Vista Nocturna del Obelisco de Plaza Francia. En 1948, Luis Roche comenzó a explorar la posibilidad de construir un túnel entre Altamira y el Mar Caribe. Para ello entró en contacto con las personas que estaban a cargo de la construcción de los Túneles del río Hudson, en la ciudad de Nueva York. Más tarde este proyecto fue desestimado debido al alto costo como requería la construcción de no solo uno, sino de tres túneles, dos de ellos que serían utilizados exclusivamente para la ventilación del túnel central. Si hubiera sido construido, el túnel habría embarcado cerca de ocho kilómetros de largo. Las características de esas pinturas son: Son representables realistas de animales aislado de gran tamaño (ciervos, toros, jabalíes, mamuts, caballos, bisontes). Las figuras humanas son muy escasas. Se representan tambien figuras esquematicas y simbólicas. Usan (en algunos casos) la policromía (varios colores) obtenidos de elementos naturales (carbón o tierras) mezclados con jugos vegetales, yema de huevo, grasa o pelo para que pegasen. Resulta dificil conocer la intención, pero parece que se usaban
en primer lugar para la caza. En algunos casos están localizadas en las partes escondidas de las cuevas. Otras manifestaciones artisticas son las tallas, entre las que destacan las llamadas venus prehistoricas. En ellas se marcan mucho los atrivutos femeninos (como pecho, vientre o genitales), descuidado las extremidades o la cara, por lo que se piensa que se relacionaban con la fecundidad o con la fertilidad.