Apuntes, Historia Política y Social Contemporánea de España (LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA) Historia Política y Social Contemporánea de España (UNED)
LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA. EL REINADO DE FERNANDO VII Desde 1788 reinaba en España Carlos IV, hijo de Carlos III. Las reformas Ilustradas llevadas a cabo durante el reinado de su padre no habían solucionado los Problemas del país y quedaron en suspenso al estallar la Revolución Francesa en 1789. Tradicionalmente España era aliada de Francia, pero esta situación cambio a partir de 1793 en que fue ejecutado Luis XVI. Manuel Godoy, valido de Carlos IV, dirigía la política Nacional y era partidario de esta ruptura. España se alió con las potencias europeas que Luchaban contra la Francia revolucionaria, pero tras ser derrotadas las fuerzas de esta Primera coalición y firmarse la Paz de Basilea (1795), nuestro país paso de nuevo a ser Aliado de Francia. Poco después luchaba con el ejército de Napoleón contra Portugal y en 1805 contra los ingleses en la batalla naval de Trafalgar, que fue desastrosa para España Por quedar totalmente destruida su armada. Como consecuencia se redujo el comercio con Las colonias americanas, produciéndose un grave quebranto para la Real Hacienda. Dentro del país la situación era compleja. El favorito, Manuel Godoy, había Sido encumbrado por el apoyo de la Reina, pasando en cuatro años de cadete del cuerpo De la Guardia Real a Consejero de Estado, y siendo nombrado Príncipe de la Paz. El Pueblo odiaba a este advenedizo que había logrado una inmensa fortuna y una influencia Tan grande sobre los reyes. El Príncipe de Asturias, Fernando, era su acérrimo enemigo. Los sectores más reaccionarios del país se agrupaban en torno a Fernando, que Conspiraba contra su padre. Como la situación económica era grave, Godoy decreto una desamortización De los bienes eclesiásticos para equilibrar la deuda pública, pero se ganó la animadversión Del clero. El clima general era de descontento y se achacaban al favorito todos los males Que estaba sufriendo España. LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA
Entre 1808 y 1814 se van a producir acontecimientos decisivos para la historia De España: el levantamiento de la población en contra de la invasión francesa y, al mismo Tiempo, una revolución que altero el orden político y social vigente desde hacía muchos anos. Napoleón se había apoderado de casi toda Europa cuando decidió conquistar Portugal para desde allí establecer el bloqueo continental de Inglaterra. En 1807 firmo con Godoy el Tratado de Fontainebleau , por el cual las tropas españolas y francesas Conquistarían Portugal. Los franceses invadieron España sin encontrar resistencia de los Españoles, que aún no suponían las verdaderas intenciones del Emperador de los franceses. 19 En marzo de 1808 se desencadeno una revuelta popular, el Motín de Aranjuez, que provoco la caída del Gobierno. Carlos IV se vio obligado a ceder la Corona a su heredero Fernando, pero dos días más tarde pidió ayuda a Napoleón. Este, aprovechando las disensiones de la familia real, convoco a padre e hijo en Bayona (Francia) y les forzó a abdicar proclamando Rey de España a su hermano José Bonaparte. Luego mando redactar la Constitución de Bayona para el nuevo gobierno de España. La
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nueva Constitución era semejante a la francesa, modernizaba la administración española, el sistema judicial y fiscal y protegía los derechos individuales. Contenía elementos de una reforma política y social tendentes a disminuir el poder de la nobleza y potenciar a la burguesía. Podía haber representado un primer paso en la modernización y liberalización de España pero no llego a aplicarse. El 2 de mayo de 1808. Las Juntas
El 2 mayo, cuando parte de la familia real abandonaba el Palacio Real para dirigirse a Bayona, los madrileños que contemplaban los preparativos intentaron impedirlo y se levantaron contra las tropas francesas. Estas cargaron contra la multitud y la lucha se generalizo por toda la capital, participando en ella todas las clases sociales. La fecha del 2 de mayo se convirtió en el símbolo de la insurrección popular contra Napoleón y el ejemplo de Madrid se generalizo en toda España. Al hacerse públicas las abdicaciones de Bayona, el pueblo, ante el vacío de poder, recurrió a las Juntas Provinciales ya establecidas, como la Junta General del Principado de Asturias, la Diputación del Reino de Galicia, las Cortes de Aragón y otras que se fueron creando. Estas asumieron el poder e incitaron al pueblo a defender a la Patria. Más adelante todas ellas delegaron en una Junta Central Gubernativa del Reino , establecida primero en Aranjuez, después en Sevilla y finalmente en Cádiz e integrada por nobles y burgueses. De esta Junta Central saldría una comisión que convoco Cortes para elaborar una constitución. Sus objetivos fueron organizar la lucha contra los franceses para expulsarlos del territorio nacional. La Junta pidió ayuda a los británicos, que aportaron armas y dinero. Más tarde también colaboraron enviando tropas que desembarcaron en Portugal para ayudar al precario ejercito español. En 1810 la Junta Central cedió su autoridad a una Regencia, quedando limitadas sus atribuciones a dirigir la guerra. Etapas de la Guerra
1a) Primeros enfrentamientos. En el mes de junio de 1808 se instaló en Madrid José I. Las tropas francesas situadas en el noroeste de la península se desplegaron por todo el territorio español. Napoleón creía que los 150.000 hombres que había introducido en España con el pretexto de conquistar Portugal serían suficientes para reprimir cualquier resistencia. Pero durante el verano el ejército español logro detener el avance francés en Valencia, Zaragoza y Gerona. El 20 de julio los españoles, al mando del general Castaños, hicieron capitular a los franceses en Bailen (Jaén) y un mes más tarde el ejército británico consiguió una victoria en Cintra (cerca de Lisboa) sobre los franceses, que estaban al mando del general Junot. Apenas un mes después de llegar a España, José I tuvo que replegarse más allá del Ebro. 20 2a) La intervención de Napoleón y la acción de las guerrillas. Antes de terminar el año 1808 Napoleón entro en España al frente de un gran ejército. Por otra parte, Gran Bretaña envió a La Coruña tropas al mando del general Wellesley para ayudar a los
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españoles. A finales de 1808 Napoleón había conquistado Madrid y repuesto en el trono a su hermano José I. Desde la capital Napoleón dirigió una gran ofensiva, expulso a los ingleses de Galicia mientras que otro ejercito avanzaba hacia el sur ocupando Andalucía, y un tercero conquistaba el valle del Ebro y Levante. La Junta Central tuvo que huir e instalarse en Sevilla. Las tropas españolas, muy mermadas, se defendieron heroicamente. En el año 1810 solo quedaban en la península sin ocupar por los franceses las ciudades de Cádiz y Lisboa. La acción de las guerrillas fue de singular importancia para los españoles en la Guerra de la Independencia y significaba la participación popular en la contienda como expresión de la lucha contra el invasor. Las guerrillas eran partidas de entre cincuenta y cien hombres, formadas por aventureros, bandoleros, patriotas y desertores del ejército. Sus acciones representaban un gran perjuicio contra los franceses ya que contaban con un buen conocimiento del terreno, la complicidad de la población civil, podían desplegar una gran movilidad y rompieron el concepto de guerra convencional regida por unas normas. Los guerrilleros preparaban emboscadas, impedían el abastecimiento de las tropas, cortaban los caminos y sorprendían a los soldados en los lugares mas inesperados. Muchos de sus líderes fueron héroes anónimos, a otros se les conoce por sus apodos y sabemos el nombre de algunos como Juan Martin Diez “El Empecinado”, Jeronimo Merino “El Cura Merino” o Espoz y Mina.
Además de la acción de las guerrillas, el ejército francés, que se desenvolvía con mucha eficacia en el campo de batalla, encontró una gran resistencia a la hora de conquistar ciudades. Fueron famosos por su resistencia, los sitios de Gerona, Zaragoza y Cádiz. Las dos primeras ciudades finalmente sucumbieron, mientras que Cádiz, que contaba con fortificaciones excepcionales que habían sido construidas para defenderse de los ingleses, resistió el asedio apoyada esta vez por barcos ingleses. 3a) Última fase: el final de la guerra. El ejército de Napoleón no podía vencer a los españoles con los mismos procedimientos que había utilizado en otras guerras, ya que la guerrilla impedía que pudieran obtener una victoria decisiva. Los franceses no eran capaces de aniquilar la resistencia, ni los españoles podían expulsar a los franceses. La ayuda del cuerpo expedicionario dirigido por el Duque de Wellington fue fundamental para dar un nuevo giro a la guerra. La reconquista se inició desde Portugal, de suroeste a nordeste entre 1812 y los primeros meses de 1814. Fueron muy importantes las victorias de Los Arapiles, Vitoria y San Marcial . Las divisiones de Suchet, que ocupaban la parte oriental de España se retiraron y en la primavera de 1814 las tropas anglo-españolas entraban en el sur de Francia. Napoleón tuvo que reconocer la independencia de España por el tratado de Valenca y dejar en libertad a Fernando VII. La derrota en España fue el principio del fin del Emperador de los franceses, que poco después tendría que reconocer su derrota ante la presión de las fuerzas aliadas. 21 LAS CORTES DE CADIZ Y SU OBRA: LA CONSTITUCION DE 1812
Al mismo tiempo que se desarrollaban las actividades bélicas, la Regencia convocaba Cortes en junio de 1810 en Cádiz, el único lugar del país que escapaba del control de los franceses. En septiembre de 1810 tuvo lugar la primera sesión, que conto
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con la presencia de 95 diputados. El mismo día se proclamó la soberanía nacional representada por las Cortes. Los diputados reunidos en Cádiz respondían a varias tendencias: Absolutistas , partidarios de la soberanía real y de la vuelta al orden político, social y económico del Antiguo Régimen; Liberales, contrarios al mantenimiento de la sociedad estamental, eran partidarios de la libertad, la igualdad y el derecho a la propiedad. Defendían la soberanía nacional y la Monarquía dentro de un marco constitucional. Por último, Ilustrados que representaban una posición intermedia entre los dos grupo anteriores, pensaban que era suficiente con renovar las antiguas leyes y costumbres. Su representante más destacado fue Melchor Gaspar de Jovellanos. La Constitución de 1812 fue de gran trascendencia por ser el primer texto constitucional español y por el cambio político que suponía la aceptación de que el poder real no debía ser absoluto, sino limitado, respondiendo a la voluntad general de la nación. Se proclamó la Soberanía Nacional, la independencia de poderes –legislativo, ejecutivo y judicial- y la igualdad de todos los ciudadanos ante la Ley. La potestad legislativa residía en las Cortes con el rey, la ejecutiva en el rey y la judicial en los tribunales. Las Cortes (con una sola Cámara) fueron la institución central del Nuevo Régimen, ya que representaban a la voluntad nacional. Se regulo la función de los ministros, estableciendo la necesidad de refrendo para todas las decisiones del rey. El Consejo de Estado paso a ser el órgano consultivo del rey (se eliminaban así “las camarillas palaciegas”) y la administración de justicia era competencia exclusiva de los tribunales. Las Cortes de Cádiz lograron realizar un proyecto realmente liberal. Desde el punto de vista social, se declaró la igualdad de todos los hombres ante la ley. Se abolieron las instituciones del Antiguo Régimen, suprimiéndose todos los privilegios señoriales. La supresión de la Inquisición y del diezmo (impuesto que tradicionalmente cobraba la iglesia sobre la tierra) provocaron la ruptura diplomática con la Santa Sede. Desde el punto de vista económico, se logró regularizar y centralizar la Hacienda y liberalizar la economía, suprimiendo los antiguos privilegios corporativos. Se abolieron la Mesta, las aduanas y los gremios. Se liberalizaron el comercio y los precios, sentando las bases de una economía de libre mercado. La obra de las Cortes de Cádiz fue verdaderamente revolucionaria. Pero a la hora de llevarla a la práctica se pondrían de manifiesto las distorsiones existentes entre la fórmula legal y la realidad nacional. La Constitución de 1812 fue un modelo a seguir por otros muchos movimientos liberales extranjeros, como el portugués, el griego, el piamontés o el napolitano y varios latinoamericanos. Para los españoles fue un símbolo liberal, que parecía representar la solución a todos los problemas. EL REINADO DE FERNANDO VII (1814-1833)
Fernando VII volvió de su exilio en el castillo de Valencay en marzo de 1814. Después de todas las penalidades que había sufrido el país con la invasión francesa, el 22 Monarca fue acogido por los españoles con un gran entusiasmo. Su regreso era considerado como una vuelta a la normalidad después de una época de conflictos. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Nada más llegar a España, Fernando VII firmo un Real Decreto por el que se
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consideraban “nulos y sin ningún valor” todas las reformas de las Cortes de Cádiz, incluida
la Constitución; disolvió las Cortes y termino con todas las reformas liberales. Con la aprobación de posteriores decretos que anulaban las disposiciones liberales, España volvió al Antiguo Régimen. Se iniciaba el Sexenio Absolutista, primera etapa del reinado del Monarca en que la represión política a los liberales, la crisis económica y los pronunciamientos militares fueron las características más destacadas. Uno de los problemas más graves que encontró Fernando VII a su regreso a España fue la situación económica del país, que era desoladora. La Guerra de la Independencia significo la ruina de la agricultura y l a destrucción de la incipiente industria nacional. En las ciudades, José I había realizado algunas obras urbanísticas, pero los pueblos habían quedado totalmente destrozados. Las exigencias de avituallar al ejército francés, sobre todo con la mala cosecha de 1810, supusieron la muerte por inanición de numerosas personas. En 1812 la capital sufrió una terrible hambruna, al no poder recibir cereales y otros alimentos por estar los caminos intervenidos por los invasores. Los franceses se apoderaron de objetos de arte y joyas tanto de iglesias y conventos como de palacios de los nobles y del mismo Patrimonio Real. Por otra parte, las luchas independentistas de las colonias americanas representaron la pérdida de mercado para muchos productos españoles que eran fuente de ingresos fundamental para la Real Hacienda. Desde su llegada Fernando VII gobernó como monarca absoluto. Muchos de los liberales que habían contribuido a la redacción y promulgación de la Constitución de 1812 y también los que habían apoyado al invasor huyeron del país, instalándose en Francia e Inglaterra, desde donde fueron fraguando distintas conspiraciones. El Rey persiguió a los que se quedaron en España, acusándolos de “afrancesados” (colaboracionistas con el régimen de José I). Algunos de ellos fueron encarcelados con penas que oscilaban entre uno y diez años. Los liberales se sentían defraudados porque toda su obra se había venido abajo y desde el mismo año 1814 intentaron hacer caer el régimen establecido organizando pronunciamientos (golpes contra el poder para cambiar el régimen político con medios militares). En estos pronunciamientos participaban también aquellos sectores que se sentían perjudicados por el régimen absolutista, como la burguesía de negocios, que estaba convencida de que con el liberalismo se facilitaría la recuperación económica y los militares, descontentos por la falta de pagas. Los liberales eran los ideólogos de los pronunciamientos y trazaban los planes; la burguesía de negocios aportaba fondos y los militares llevaban a cabo la acción. Las sociedades secretas y las logias masónicas proporcionaban un ambiente muy favorable a las conspiraciones, previas a estos pronunciamientos. A pesar de que durante el sexenio absolutista hubo casi todos los anos algún pronunciamiento, fueron fracasando sucesivamente por imprevisión o por falta de apoyo popular. 23 El Trienio Liberal (1820-1823)
En 1820 el ejército reunido en Cabezas de San Juan (Sevilla) al mando del comandante Riego, a punto de embarcar para sofocar los movimientos independentistas de las colonias, se levantó y consiguió el respaldo nacional. El Monarca tuvo que jurar la
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Constitución de 1812 y acatar el gobierno de los liberales, que pusieron en marcha una política con la que pretendían modernizar el país recuperando la obra de las Cortes de Cádiz. Pero los hombres que habían redactado la Constitución de 1812 no eran ya los mismos en 1820 y pronto se vieron divididos en dos tendencias: los liberales moderados, que pretendían reformar la Constitución de Cádiz en sentido conservador y los exaltados, que querían aplicarla como estaba. La revolución de 1820 fue llevada a cabo por los exaltados, pero los moderados se mantuvieron en el poder durante los dos primeros anos sufriendo la coacción y critica constante de los exaltados. En esta primera etapa los liberales continuaron poniendo en práctica las reformas iniciadas por las Cortes de Cádiz. En materia religiosa, suprimieron la Compañía de Jesús y otras órdenes religiosas y se puso en marcha una política desamortizadora que afectaba a los bienes de las compañías extintas y los de la Inquisición. La segunda etapa se inicia con levantamientos en distintos puntos de España. Sus autores eran liberales exaltados insatisfechos porque las reformas eran insuficientes y no se habían cumplido sus proyectos. En esta “contrarrevolución” participaron los masones, los comuneros (facción exaltada de los masones), las sociedades patrióticas (clubes abiertos a las discusiones políticas, similares a los que se crearon en la Francia de la Revolución) y la Milicia Nacional (fuerzas cívico militares, fundadas en la Constitución de Cádiz de 1812). La situación se resolvió tras largas negociaciones en las que los exaltados consiguieron nombramientos de importancia. En la última etapa, los exaltados alcanzaron el poder tras un intento de sublevación de la Guardia Real . Para mantener el orden procedieron con gran moderación, por primera vez convocaron reuniones de todos los ministros con el Rey – Consejo de Ministros- intentando un entendimiento con el Monarca que no habían tenido sus antecesores. Pero fue en vano, los liberales estaban más divididos que nunca y las insurrecciones realistas surgían por todas partes. Durante todo el Trienio, Fernando VII conspiro contra los gabinetes liberales y apoyo a las fuerzas absolutistas, que tuvieron un gran arraigo en el norte de España e incluso intentaron formar un nuevo Estado en Cataluña, la Regencia de Urgel en 1822. El Monarca solicito al Congreso de Verona la intervención de las tropas de la Santa Alianza, defensoras del absolutismo de acuerdo con los principios de la Restauración que imperaba en Europa desde las guerras napoleónicas. En 1823 entraban en nuestro país los Cien mil hijos de San Luis , ejército francés al mando del Duque de Angulema. Con muy poca resistencia repusieron en el trono a Fernando VII. Terminaba así la segunda experiencia de los liberales en España. La Década Absolutista (1823-1833)
24 La vuelta de Fernando VII como monarca absoluto trajo graves represalias y persecución para los liberales , mucho más crueles que en 1814. A partir de 1825 se inició un nuevo panorama económico y se llevaron a cabo reformas, algunas de ellas propuestas por los liberales moderados como la puesta en práctica de los Presupuestos Generales del Estado; la reforma del Banco de San Carlos, que paso a denominarse Banco de San Fernando, antecedentes del Banco de España; se
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promulgo la Ley de Bolsa, que comenzó a funcionar en Madrid y se estableció el Ministerio de Fomento. Pero la sociedad española estaba claramente dividida y las disensiones internas eran cada vez más fuertes. Fueron años de desórdenes, levantamientos y malestar. Al final del reinado se iniciaron los primeros intentos de industrialización. Se fundaron los altos hornos de Marbella y una factoría textil cerca de Barcelona. Poco a poco España salió de la grave crisis producida por la Guerra de la Independencia y por la perdida de las colonias. No se conservaron más que las Antillas, que fueron explotadas de manera intensiva, de tal forma que Cuba, en los últimos anos del reinado de Fernando VII, enviaba a España la misma cantidad de azúcar que todas las colonias americanas antes de su independencia. A la muerte del monarca, la población española se había recuperado de las grandes pérdidas de la guerra y contaba con 13,7 millones de habitantes. El problema sucesorio
En 1829 Fernando VII contrajo matrimonio con María Cristina de Nápoles. Hasta esos momentos el Monarca, que había estado casado anteriormente, no había tenido descendencia y su hermano, el Infante D. Carlos, era su sucesor. Poco tiempo después de la boda se anunció el embarazo de María Cristina y en marzo de 1830 se hizo publica la Pragmática Sanción, que anulaba la Ley Sálica. Dicha Ley había sido promulgada por Felipe V y excluía a las mujeres del trono. Una vez promulgada la Pragmática el hijo de Fernando y María Cristina, tanto si era varón como si nacía una niña, le sucedería en el trono. En octubre de ese mismo año nació la futura Isabel II. El Infante Carlos protesto, no acepto la Pragmática y fue expulsado de España. Poco después del nacimiento de su segunda hija, la Princesa Luisa Fernanda, el monarca enfermo gravemente. El problema sucesorio no estaba resuelto. D. Carlos no había renunciado a sus derechos y sus partidarios estaban dispuestos a defenderlos, aun a riesgo de que estallara la guerra civil. La Reina, viendo que el conflicto podía terminar en un baño de sangre acepto los consejos de quienes le decían que derogara la Pragmática, pero no la publicara y así podía esperar una mejor ocasión. De nuevo D. Carlos tenía la ocasión de ser es sucesor de su hermano. En estos momentos de incertidumbre los liberales ofrecieron una alianza a María Cristina, asegurándole que si contaban con su apoyo, le garantizarían que su hija Isabel seria la futura Reina de España. La Independencia de las Colonias Americanas
Los graves problemas de España en los primeros años del XIX, sobre todo tras la derrota de Trafalgar en 1805, en que la armada española quedo destrozada, alejaron a 25 las colonias de la metrópoli, alentando el intercambio comercial entre las distintas regiones americanas. Las ideas de la Ilustración habían penetrado en las colonias, además la Revolución Francesa y la Independencia de los Estados Unidos fueron un ejemplo para el resto del continente americano que veía también factibles sus propósitos de emancipación.
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La población criolla (descendiente de los antiguos colonos españoles) estaba descontenta del trato discriminatorio que sufría al ser postergada sistemáticamente de los altos cargos, que eran desempeñados siempre por españoles peninsulares. En el plano comercial los terratenientes locales se oponían al monopolio ejercido por España, que había c reado sociedades comerciales para la explotación de la agricultura en algunas regiones. La reforma del ejército, que integro en un solo cuerpo a los profesionales de la península con las milicias locales, permitió un entrenamiento de las tropas que luego se enfrentarían con las españolas. Las etapas de la independencia
De 1808 a 1815. El vacío de poder que se creó en España con las abdicaciones de Bayona y la invasión francesa en 1808 no permitió a los españoles ocuparse de los asuntos de las colonias. En principio también en estas se formaron Juntas leales a Fernando VII, pero enseguida los criollos empezaron a actuar con independencia de los virreyes, en un primer paso hacia la autonomía. Se iniciaron los enfrentamientos entre independentistas y sectores que continuaban siendo fieles al Monarca. La Junta de Buenos Aires lucho contra los realistas de Montevideo y del Alto Perú. La Junta de Caracas, en Nueva Granada se enfrentó contra las de los territorios del interior. En esta primera etapa vencieron las tropas realistas pero Bolívar se sublevo en Venezuela e Hidalgo en México. Pronto los independentistas se levantaron en Chile, Rio de la Plata y Nueva Granada, triunfando solamente el levantamiento de Argentina, que proclamo su independencia en el Congreso de Tucumán de 1816. De 1816 a 1824. Con la vuelta al poder de Fernando VII en 1814, el ejercito español combatió contra los independentistas. Entre estos últimos destacan dos figuras de gran importancia: el general San Martin, que partiendo de Buenos Aires libero Argentina, Perú y Chile, y Simón Bolívar, que logro con la ayuda de Inglaterra y de Norteamérica liberar Venezuela, Bogotá y Quito. El triunfo decisivo se consiguió en la batalla de Ayacucho en 1824. La independencia de México se inició con una revuelta social, en la que finalmente se unieron criollos y peninsulares. En 1821 se estableció una monarquía constitucional, que mantenía el catolicismo y la propiedad privada (Plan de Iguala) y que fue aceptada por España. El régimen político de los nuevos estados fue objeto de controversias. San Martin era partidario de la monarquía pero en general triunfo la opinión de Bolívar que prefería la república. También hubo proyectos de unidad continental o virreinal que fracasaron. No fue posible llegar al establecimiento de regímenes basados en ideas democráticas y constitucionales, como había sucedido con las colonias norteamericanas. Las luchas internas y las disputas fronterizas hicieron fracasar estos proyectos antes de que fueran llevados a la práctica. Entre 1810 y 1824 quedo terminado el proceso independentista de las colonias españolas en América. Al iniciarse el reinado de Isabel II, España solo conservaba Filipinas, Guam, Puerto Rico y Cuba. 26
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