EMA A 4 DEL L SISTEMA DIGESTIVO ANEXO AL TEM 43. 3. ANATOMOFISIOLOGÍA DE A.1. Generalidade Generalidades: s: anatomía y fisiología del sistema digestivo.
A.1.
GENERALIDADES: ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA FISIOLOGÍA DEL SISTEMA SISTEMA DIGESTIVO
El aparato digestivo está formado por un largo tubo, llamado tubo digestivo, y por las glándulas asociadas a este tubo o glándulas anejas. La función del aparato digestivo es la transformación de las complejas moléculas de los alimentos en sustancias simples y fácilmente utilizables por el organismo. Estos compuestos nutritivos simples son absorbidos por las vellosidades intestinales, intestinales, que tapizan el intestino delgado. Así pues, pasan a la sangre y nutren todas y cada una de las células del organismo.
Desde la boca hasta el ano, el tubo digestivo tiene aproximadamente unos 11 m de longitud. En la boca ya empieza propiamente la digestión. Los dientes trituran los alimentos y las secreciones de las glándulas salivales los humedecen e inician su descomposición química. Luego, en la deglución, el bolo alimenticio cruza la faringe, sigue por el esófago y llega al estómago, una bolsa muscular de 1,5 l de capacidad, cuya mucosa secreta el potente jugo gástrico, en el estómago, el alimento es agitado hasta convertirse en una papilla llamada quimo. A la salida del estómago, el tubo digestivo se prolonga con el intestino delgado, de unos 7 m de largo, aunque muy replegado sobre sí mismo. En su primera porción o duodeno recibe secreciones de las glándulas intestinales, la bilis y los jugos del páncreas. Todas estas secreciones contienen una gran cantidad de enzimas que degradan los alimentos y los transforman en sustancias solubles simples. El tubo digestivo continúa por el intestino grueso, de algo más de metro y medio de longitud. Su porción final es el recto, que termina en el ano, por donde se evacuan al exterior los restos indigeribles de los alimentos. Histológicamente, el tubo digestivo está formado por cuatro capas concéntricas que son de dentro hacia afuera las siguientes: Capa interna o mucosa: donde pueden encontrarse glándulas secretoras de moco, ácido clorhídrico, vasos linfáticos, algunos nódulos linfoides y la lámina propia. Incluye una capa muscular interna o muscularis muco sae. Sus funciones son las de protección, absorción y sae. secreción. Capa submucosa: compuesta de tejido conjuntivo laxo. La capa submucosa contiene el llamado plexo submucoso de Meissner, que es un componente del sistema nervioso entérico formado por células amielínicas y ganglionares. Los plexos submucoso y mientérico constituyen el sistema nervioso entérico que se distribuye a lo largo de todo el tubo digestivo, desde el esófago hasta el ano. Capa muscular: constutuida por una capa de músculo liso (excepto en el esófago, donde hay músculo estriado). En su interior se encuentra otro componente del sistema nervioso entérico, el plexo mientérico de Auerbach. La función de esta capa es la peristalsis. Capa serosa o adventicia: se denomina según la región del tubo digestivo que reviste, como serosa si es intraperitoneal o adventicia si es retroperitoneal. La adventicia está conformada por un tejido conjuntivo laxo. La serosa •
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aparato digestivo Figura 1. Anatomía del aparato
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MANUAL CTO OPOSICIONES DE ENFERMERÍA es atravesada por los vasos sanguíneos, linfáticos y nerviosos. Los plexos submucoso y mientérico constituyen el sistema nervioso entérico que se distribuye a lo largo de todo el tubo digestivo, desde el esófago hasta el ano. Por debajo del diafragma, existe una cuarta capa llamada serosa, formada por el peritoneo.
sivos) y masticados con las piezas posteriores (molares). La digestión comienza cuando la saliva que procede de las glándulas salivales recubre estas partículas con enzimas digestivas. Entre las comidas, el flujo de saliva elimina las bacterias que pueden dañar los dientes y causar otros trastornos; la saliva también contiene anticuerpos y enzimas, como la lisozima, que fraccionan las proteínas y atacan directamente las bacterias. La deglución se inicia voluntariamente y se continúa de modo automático. Para impedir que la comida pueda pasar a la tráquea y alcanzar los pulmones, una pequeña lengüeta muscular (epiglotis) se cierra al mismo tiempo que la zona posterior del techo de la boca (paladar blando) se eleva para evitar que la comida suba a la nariz. Así el bolo pasa al esófago que es un tubo muscular de paredes finas, recubierto interiormente de una membrana mucosa, que conecta la garganta con el estómago.
A.1.2. Estómago
Figura 2. Capas del tubo digestivo
A.1.1. Boca, garganta y esófago La boca (también llamada cavidad oral) es el sitio de entrada de dos sistemas: el digestivo y el respiratorio, y cuyo interior está recubierto de una membrana mucosa. Los conductos procedentes de las glándulas salivales, tanto en las mejillas como debajo de la lengua y de la mandíbula, acaban en la boca. En el suelo de la cavidad oral se encuentra la lengua, que se utiliza para saborear y mezclar los alimentos. Por detrás de la lengua, se encuentra la garganta (faringe). El gusto es detectado por las papilas gustativas situadas en la super ficie de la lengua. Los aromas lo son por los receptores olfatorios situados en la parte superior de la nariz. El sentido del gusto es relativamente simple; distingue solamente lo dulce, lo agrio, lo salado y lo amargo. El sentido del olfato es mucho más complejo; distingue muchas variaciones sutiles. Los alimentos se dividen en partículas más fácilmente digeribles al ser cortados con los dientes delanteros (inci-
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El estómago es un órgano muscular grande, hueco y con forma de judía, que está organizado en tres regiones: el cardias, el cuerpo (fundus) y el antro. Los alimentos llegan al estómago desde el esófago y pasan a través de un músculo con forma de anillo (esfínter), que se abre y se cierra. Normalmente el esfínter impide que el contenido gástrico vuelva al esófago. El estómago sirve como área de almacenamiento para los alimentos, contrayéndose rítmicamente y mezclándolos con las enzimas. Las células que recubren la super ficie gástrica secretan tres sustancias importantes: moco, ácido clorhídrico y el precursor de la pepsina (una enzima que fracciona las proteínas): El moco recubre las células del revestimiento del estómago para protegerlas del daño que les podría causar el ácido clorhídrico y las enzimas. Cualquier alteración de esta capa de moco, debida a una infección por la bacteria Helicobacter pylori, por ejemplo, o al daño provocado por el ácido acetil salicílico, puede causar lesiones como la úlcera de estómago. El ácido clorhídrico provee el ambiente fuertemente ácido necesario para que la pepsina fraccione las proteínas. La elevada acidez del estómago también actúa como una barrera contra la infección pues elimina la mayor parte de las bacterias. Los impulsos nerviosos que llegan al estómago estimulan la secreción ácida, la hormona gastrina (secretada por el estómago) y la histamina (sustancia que también libera el estómago). •
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A.1.3. Intestino delgado El estómago libera su contenido al duodeno, primer segmento del intestino delgado. El alimento entra en el duodeno a través del esfínter pilórico en unas cantidades que el intestino delgado pueda digerir. Cuando éste se llena, el duodeno indica al estómago que detenga el vaciamiento. El duodeno recibe enzimas procedentes del páncreas y bilis del hígado. Estos líquidos llegan al duodeno a través del esfínter de Oddi y contribuyen de forma importante a los procesos de digestión y de absorción. El peristaltismo también ayuda a la digestión y a la absorción al revolver los alimentos y mezclarlos con las secreciones intestinales.
secreta enzimas digestivas al duodeno y hormonas al flujo sanguíneo. Las enzimas digestivas son liberadas desde las células de los ácinos y llegan al conducto pancreático a través de varios canales. El conducto pancreático principal se une al conducto biliar a nivel del esfínter de Oddi, a través del cual ambos se vacían al duodeno. Las enzimas secretadas por el páncreas digieren las proteínas, los hidratos de carbono y las grasas. Las enzimas proteolíticas rompen las proteínas en partes que puedan ser utilizadas por el organismo y son secretadas en forma inactiva. Solamente son activadas cuando llegan al tracto gastrointestinal. El páncreas también secreta grandes cantidades de bicarbonato de sodio, que protege el duodeno al neutralizar el ácido procedente del estómago.
Los primeros centímetros del revestimiento duodenal son lisos, pero el resto del mismo presenta pliegues, pequeñas proyecciones (vellosidades) e, incluso, proyecciones aún más pequeñas (microvellosidades). Estas vellosidades y microvellosidades incrementan el área de la super ficie del revestimiento del duodeno, permitiendo con ello una mayor absorción de nutrientes. El yeyuno y el íleon forman el resto del intestino delgado, localizado a continuación del duodeno (partes del intestino que son las principales responsables de la absorción de grasas y de otros nutrientes). La absorción se incrementa en gran medida por la vasta super ficie hecha de pliegues, vellosidades y microvellosidades. La pared intestinal está ricamente abastecida de vasos sanguíneos que conducen los nutrientes absorbidos hacia el hígado, a través de la vena porta. La pared intestinal libera moco y agua, que lubrican y disuelven el contenido intestinal, ayudando a disolver los fragmentos digeridos. También se liberan pequeñas cantidades de enzimas que digieren las proteínas, los azúcares y las grasas. La consistencia del contenido intestinal cambia gradualmente conforme avanza a través del intestino delgado. En el duodeno se secreta agua rápidamente para diluir la acidez del contenido digestivo procedente del estómago. Según avanza el citado contenido, o bolo digestivo, hacia la porción inferior del intestino delga do, se hace más líquido a medida que van añadiéndose agua, moco, bilis y enzimas pancreáticas.
A.1.4. Páncreas El páncreas es un órgano que contiene básicamente dos tipos de tejidos: los ácinos que producen las enzimas digestivas y los islotes que secretan hormonas. El páncreas
Figura 3. Conductos del páncreas
A.1.5. Hígado
El hígado es un órgano de gran tamaño, con múltiples funciones, sólo algunas de las cuales están relacionadas con la digestión. Los nutrientes que proceden de los alimentos son absorbidos por la pared intestinal, provista de gran cantidad de pequeños vasos sanguíneos (capilares). Estos capilares llegan hasta las venas, que a su vez se unen a venas mayores y, finalmente, penetran en el hígado a través de la vena 3
MANUAL CTO OPOSICIONES DE ENFERMERÍA porta. Esta vena se divide, dentro del hígado, en diminutos vasos, donde se procesa la sangre que les llega, lo que se lleva a cabo de dos formas distintas: Por una parte, se eliminan las bacterias y otras partículas extrañas absorbidas desde el intestino. Por otra, muchos de los nutrientes absorbidos son fraccionados de tal manera que puedan ser utilizados por el organismo. El hígado realiza este proceso a gran velocidad y pasa la sangre cargada de nutrientes a la circulación general. •
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El hígado produce aproximadamente la mitad del colesterol del cuerpo; el resto proviene de los alimentos. Alrededor del 80% del colesterol producido por el hígado se utiliza para la formación de la bilis. El hígado también secreta la bilis, que se almacena en la vesícula biliar hasta que se necesite.
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Los fármacos y otros productos de desecho se excretan por la bilis y más tarde se eliminan del organismo.
Las sales biliares se reabsorben en el intestino delgado, son captadas por el hígado y nuevamente secretadas por la bilis. Esta recirculación de las sales biliares es conocida como circulación enterohepática. Todas las sales biliares del organismo recirculan unas 10 o 12 veces al día. En cada paso, una pequeña cantidad de éstas alcanza el colon, donde las bacterias las dividen en varios de sus componentes. Algunos de estos componentes son reabsorbidos; el resto son excretados con las heces.
A.1.6. Vesícula biliar y vías La bilis fluye fuera del hígado a través de los conductos hepáticos derecho e izquierdo, que con fluyen para formar el conducto hepático común. Este conducto se une después de otro proveniente de la vesícula biliar, llamado conducto cístico, para constituir el conducto biliar común. El conducto pancreático se une al conducto biliar común justamente cuando éste se vacía en el duodeno. Entre las comidas, las sales biliares son concentradas en la vesícula biliar y solamente una pequeña cantidad de bilis fluye desde el hígado. Al penetrar los alimentos en el duodeno se desencadenan una serie de señales nerviosas y hormonales que provocan la contracción de la vesícula. Como resultado, la bilis llega al duodeno y se mezcla con el contenido alimentario. La bilis tiene dos funciones importantes: ayudar a la digestión y a la absorción de las grasas y ser responsable de la eliminación de ciertos productos de desecho del cuerpo (particularmente la hemoglobina de los glóbulos rojos destruidos y el exceso de colesterol). Especí ficamente, la bilis es responsable de las siguientes acciones: Las sales biliares incrementan la solubilidad del colesterol, las grasas y las vitaminas liposolubles para ayudar a que sean absorbidas. Las sales biliares estimulan la secreción de agua por el intestino grueso para ayudar a que avance el contenido intestinal. Por la bilis se excretan varias proteínas que desempeñan un papel importante en la función biliar. La bilirrubina (el pigmento principal de la bilis) se excreta en la bilis como producto de desecho de los glóbulos rojos destruidos. •
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Figura 4. El sistema biliar
A.1.7. Intestino grueso El intestino grueso comprende el colon ascendente (derecho), el colon transverso, el colon descendente (izquierdo) y el colon sigmoide, que a su vez se encuentra conectado al recto. El apéndice es un pequeño segmento con forma de dedo que sale del colon ascendente cerca del punto donde éste se une al intestino delgado (ciego). El intestino grueso secreta moco y es el responsable principal de la absorción del agua y los electrolitos de las heces. El contenido intestinal cuando alcanza el intestino grueso es líquido, pero normalmente se solidi fica a medida que alcanza el recto en forma de heces.
La gran variedad de bacterias que viven en el intestino grueso pueden, además, digerir algunas materias, lo que ayuda a la absorción de nutrientes por el organismo. Las bacterias del intestino grueso también fabrican algunas sustancias importantes, como la vitamina K. Estas bacterias son necesarias para la f unción normal del intestino. Algunas enfermedades y antibióticos pueden alterar el equilibrio entre los diferentes tipos de bacterias en el intestino grueso, cuyo resultado es una irritación que conduce a la secreción de moco y agua, causando diarrea.
A.1.8. Recto y ano El recto es una cámara que comienza al final del intestino grueso, inmediatamente a continuación del colon sigmoide, acabando en el ano. Generalmente, el recto está vacío porque las heces se almacenan más arriba, en el colon descendente. Cuando el colon descendente se llena, las heces pasan al recto estimulando la defecación. El ano es la abertura que existe al final del tracto gastrointestinal, por la cual los materiales de desecho abandonan el organismo. El ano está formado en parte por las capas superficiales del organismo, incluyendo la piel y, en parte, por el intestino. Está recubierto por una capa formada por la continuación de la piel. Un anillo muscular (esfínter anal) mantiene el ano cerrado.
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