Narciso Pizarra
siglo veintiuno de españa editores sa
Análisis estructural de la novela
Primera edición, 1970 SIGLO X X I D E
ESPAÑA
© Emilio Rubín, 7 — Narciso Pizarro, 1970
E D I T O R E S , S.
A.
Madrid-16
D E R E C H O S RESERVADOS CONFORME Impreso y hecho en E s p a ñ a Prlnted and made in Spain Depósito Legal: B I - 2281 - X970 Impreso en GRÁFICAS ELLACURIA Buenos Aires, 13. Bilbao
A LA L E Y
Í N D I C E
ADVERTENCIA
IX
INTRODUCCIÓN
1 Frimera
LA «SOCIOLOGÍA
Parte DE LA
NOVELA»
CAPITULO I: Los fundamentos de la sociología de la literatura de Luden Goldmann
11
CAPITULO 11: La sociología de la novela y la noción de estructura
33
Segunda
Parte
ESTRUCTURALISMOS Y TEORÍAS LA IDEOLOGÍA
DE
CAPITULO IIÍ: Lingüística y análisis estructural de los relatos CAPITULO IV: guaje CAPITULO V:
67
Las teorías de la ideología en el len 107 La estructura de la novela
139
Advertencia
Este trabajo es un ensayo, es decir, la redacción provisional y sumaria de las conclusiones parciales de una investigación en curso. IM división en dos partes corresponde a dos etapas de la investigación: la primera, un examen de la sociología de la novela de L. Goldmann, corresponde a lo que fue el origen de una reflexión "sociológica" sobre las producciones culturales. La segunda parte de este trabajo es el testimonio de lo que la semiología y otras disciplinas producen como efecto en la reflexión sociológica: una forma distinta de plantear problemas distintos. Creo que, continuando el trabajo empírico y teórico sobre estos temas, llegaremos, mis colegas y yo, a modificar sustancialmente muchos de los planteamientos y de las conclusiones aquí expuestas. Actualmente, las investigaciones sobre la lingüística del enunciado así como las nuevas tendencias de la semiología francesa están aportando contribuciones con las que hay que contar. Cuando este libro sea publicado ya estará, en muchos aspectos, sobrepasado... Tengo que agradecer aquí la ayuda de mis colegas y amigos de las Universidades de Québec {Campus de Montreal) y de Montreal, señora Nicole Frenette, señores De Ipola, Bourque y Van-Schendel, sin cuyas críticas este trabajo seria peor, así como las de los señores Marcel Chouinard y Gaetan St.-Pierre, asistentes de investigación y amigos, que han vereficado empírica-
mente muchas hipótesis y sin cuyas pacientes críticas e interesantes sugestiones hubiera dejado de lado muchas cuestiones importantes. Finalmente, agradezco a la señora M , " Lourdes Ortiz su traducción de las partes de este texto escritas, originalmente, en francés. N. Montreal,
abril 1 9 7 0 .
FIZARRO.
Introducción
L a literatura ha sido durante m u c h o tiempo el do minio " sacralizado" de la actividad humana, debido a la existencia de una mitología de la "creación" que la sustraía precisamente del dominio de la ciencia. Sólo desde hace escaso tiempo se aplican métodos científi-' eos para el estudio de la hteratura. ^ L a aplicación de estos métodos ha despertado entre el público y los crí ticos literarios tradicionales las mismas reacciones que provocaron las primeras tentativas de elaboración de una ciencia de la naturaleza. Pero como los especialis tas de la literatura poseen un profundo sentido de lo sagrado, han exigido el respeto de la especificidad del hecho literario: los sociólogos han tenido que tranqui lizarles afirmando que su tentativa no iba a producir una "reducción" de la especificidad, sino que pretendía ante todo su explicación y su comprensión. Pierre Macherey ha realizado una extensa crítica de los críticos ^ y ha enunciado con claridad la necesi dad de construir una teoría de la producción literaria: su obra plantearía los primeros jalones. Sin embargo, en Para una teoría de la producción literaria sólo conseguía delimitar el lugar que debería ocupar una teoría de 1 L a expresión "aplicar métodos científicos" implica una división que en realidad no existe entre un método pre-existente y su aplica ción a objetos concretos. L a empleamos aquí no sólo porque se halla consagrada por el uso, sino además porque describe el camino seguido en los comienzos del estudio científico de la literatura. 2 Fierre M A C H E R E Y , Four une. théorie de la production littéraire, París, Maspero, 1966, p. 332.
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INTRODUCCIÓN
este tipo, sin llegar a hacer la conceptualización preli- , minar a toda tentativa de construcción de una teoría de carácter general. E n la elaboración de las teorías, la conceptualiza ción es una etapa fundamental, cuya importancia se debe resaltar en todo momento. L a formación d e los conceptos científicos es una tarea que choca con nume rosos obstáculos como ha demostrado Bachelard a lo largo de su obra sobre la génesis de los conceptos en la historia de las ciencias de la naturaleza. E n una pri mera aproximación, el investigador sólo dispone para aprehender su objeto de estudio de las palabras del lenguaje vulgar, de los conceptos del conocimiento co mún. E n su primera tentativa de categorización, el investigador se ve sometido a las imágenes, a analogías que le conducen a generalizar sus primeras observacio nes y "se generalizan las primeras observaciones cuando sólo un momento antes no se observaba nada"^. E l estudio de las relaciones, el enunciado de las leyes empíricas, la construcción de teorías, sólo son posibles cuando se dispone de categorías adecuadas. P e r o estas categorías no nos son dadas por la observa ción. E s necesario construirlas, porque, como dice B a chelard, " e l primer obstáculo es la experiencia primera, la experiencia situada antes y por encima de la crí t i c a . . . " . * Situado ante sus propias observaciones, sin recurrir a una conceptualidad rigurosa, coherente y bien fundada, uno se ve forzado a titubear, sometido a sus prejuicios que toman forma de pre-conceptos. E n t o n c e s se empieza a comparar y toda comparación al ser "ger men de mitologías tiende a explicar mediante las falsas luces del conocimiento común, aquello que debía ser esclarecido discursivamente".* P o r muy honesta que 3 Gastón BACHELARD, La jormaüon rí», Vrln, 1947, p. 20.
p.
4 G. BACHELARD, op. cit., p. 23. 5 o, BACHEL.4RD, Le materialisme 21).
de
l'esprit
rationnel,
scientifigue,
París,
Pa
PDT, 1953,
INTEODUCCION
3
sea la observación n o garantiza la objetividad de las descripciones que de ella se hacen, porque se aplican a los objetos, categorías que, aunque n o son siempre "imágenes generalizadas", provienen con frecuencia de otros campos del conocimiento y no son adecuadas para el o b j e t o estudiado. L a adecuación de los conceptos a los' objetos espe cíficos a que deben ser aplicados, n o es el fruto de un camino rectilíneo con un sentido único, sino que es el resultado de un doble trayecto que va de l o real a lo racional y de la racional a lo real, en un ir y venir incesante. Como dice Bachelard: " . . . l a s revelaciones de lo real son siempre recu rrentes. L o real nunca es " l o que se podía creer", sino que es siempre lo que se hubiera debido pensar. E l pen samiento empírico es claro, después, cuando el instru m e n t o de las razones ha sido puesto a p u n t o " . ^
,
E n t r e los dos polos de este ir y venir, lo racional y lo real, no es posible elegir uno en provecho del otro y llegar a construir conceptos científicos. E n sociología de la literatura, donde l o real es la obra literaria que es preciso describir en primer lugar para, inmediata mente después explicarla, lo real es de un tipo especial mente peligroso que se corre el riesgo de describir con sus propias palabras y n o con las de la ciencia. Al hacer esto, la crítica literaria, que es una reflexión que versa sobre la obra, n o se convierte en una ciencia de la literatura. L a "seducción de la observación particular y coloreada",'' cuyos estragos denuncia Bachelard en la historia de los conceptos de las ciencias naturales, es en nuestro campo un obstáculo cuyo poder lo muestra la historia de la crítica literaria. Macherey hace un aná lisis profundo de las particularidades de e s t e tipo de discurso sobre las obras, que sigue siendo un arte por-
lA'6
G. BACHELARD, op. c i t . , p . 13.
7
G. BACHELARD,
op.
cit., p. 20.
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INTRODUCCIÓN
que no ha sabido hallar la " discursividad característica del verdadero saber". ^ P e r o Macherey, demasiado preocupado por "reconocer en la obra el tipo de nececidad que la determina, y que n o se reduce indudablemente a un sentido", ^ olvida también, a su vez, esta etapa necesaria del trabajo teórico cuya necesidad, sin embargo, reconoce: la construcción de conceptos rigurosos. Admitimos con Macherey que "la obra debe ser elaborada, tratada, ya que sin ello nunca sería un hecho teórico, el objeto de un conocimiento; pero también que debe dejársela tal cual es, ya que si no, se elaboraría un juicio de valor sobre ella y n o un juicio teórico". P e r o n o basta con enunciar la necesidad de elaboración y de tratamiento de la obra; es preciso definir los métodos y las técnicas de esta elaboración, de este tratamiento. Aquí es donde fracasa la tentativa de Macherey y por ello es necesario que tomemos como punto de partida de nuestro análisis las tentativas de conceptualización que él critica (sin mencionarlas explícitamente) como las del Goldmann, a pesar de que Para una teoría de la producción literaria sea una advertencia contra los peligros de "la interpretación" que
8
P. M A C H E R E Y , op. cit., p. 15.
9 P. M A C H E R E Y , op. cit., p. 96. 10 P. M A C H E R E Y , op. cit., p. 96. Macherey considera a la novela corao lo daña que es necesario explicar, y en este sentido su atirmación es contradictoria con su voluntad explícita de definir lo que existe de especííicamente literario en la novela. E n efecto, el objeto puro, tal y como es presentado por la teoría del objeto, no existe. E n las novelas se pueden encontrar —y se encuentran— elementos de un discurso que no son específicamente literarios, sino ideológicos, elementos que se pueden hallar en los textos filosóficos además de en la novela. E l libro que tenemos ante nosotros es una novela, pero no solamente una novela; intercalados en el discurso novelesco do la novela se hallan otros discursos que hay que distinguir del primero, sin que esta distinción sea en modo alguno "un juicio de valor y no un juicio teórico". E n este sentido no estamos de acuerdo con esta connotación de la expresión de Macherey cuando afirma que es pracslao "dejar la novela tal cual es".
INTRODUCCIÓN
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él identifica con la búsqueda de un sentido en la obra. " C o m o ha dicho Bachelard, "la dialéctica de lo racio nal y de lo experimental provoca constantes inversiones que hacen que sean totalmente vanas las descripciones de las primeras averiguaciones, totalmente inestables las primeras construcciones de conceptos". •'^ E s t a ines tabilidad es inevitable y fecunda, a pesar de que el primer sistema de conceptos sea falso: " t i e n e al menos la utilidad de desligar al pensamiento, alejándole de la experiencia sensible; el primer sistema moviliza al pen samiento". Y esta movilización del pensamiento per mite un retorno a la experiencia con preguntas nuevas y más precisas que modifican el sistema conceptual y permiten que recomience la dialéctica de la racionali dad y de lo empírico. P o r eso, en este trabajo vamos a hacer un estudio de la sociología de la novela de Lucien Goldmann, cuyo esfuerzo teórico es una ten tativa de construcción de una conceptualidad científica en literatura; a no ser que se adopte una actitud ente ramente empirista, el estudio científico de la novela no puede hacerse sin un análisis crítico de las teorías que versan sobre él. E l fin de nuestro trabajo es la construcción de un 11 P. M A C H E R E Y , op. cit., p. 94. E s t e "sentido" que Macherey no distingue del concepto goldmanniano de "estructura significativa", (iltiere a veces del "sentido de la obra" que Ma<;herey critica con razón. 12 Gastón BACHELARD, L'activité de la psysique contemporaine, París, P U F , 1951, p. 2. 13 G. BACHELARD, La formation de l'esprit scientifigue, París, Vrin, 1947, p. 20. 14 Lucien GOLDMANN, Pour une sociologie du Román, París, fiallimard ( I d e e s ) , 1964, p . 372. ( H a y edición castellana, P a r a una so ciología de la novela, trad. de Jaime Ballesteros y Gregorio Ortiz, Madrid, E d i t . Ciencia Nueva, 1967, p. 240. Damos las citas según esta Iraducción). Si el punto de partida de este t r a b a j o es la obra de Goldmann no es porque yo c r e a que la perspectiva goldmanniana es privilegiada p o r su "cientiíicidad", sino porque, en t a n t o que soció logo, he empezado a estudiar el problema como los sociólogos lo es tudian. Quiero decir con esto que las exclusiones de otras perspecti vas son frutos de la especialización más que de u n a voluntad de ex clusión explícita.
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método de análisis estructural de la novela. L a estruc tura de la novela como toda estructura, es estruc• turante con relación a las obras que ella expresa, y estructurada por otra estructura. E s t a última sólo puede ser una estructura ideológica. E n efecto, aunque se puede concebir que un sistema de referencia al nivel de las "conciencias individuales" de los autores puede ex presar algunas características específicas de novelas par ticulares, no puede en cambio explicar las estructuras de la novela de una sociedad y de una época dadas, ni tampoco de la novela como género. '^^ Planteado de este modo, el problema de la defini ción de la estructura de la novela se halla Hgado con la problemática de las estructuras ideológicas, y a pesar de que el estudio de esta última problemática sobre pasa los límites de este trabajo, era indispensable dis cutirlo, al menos de forma somera. E n el curso de la investigación me he dado cuenta de la posibilidad existente de construir un esquema axiomático de la estructura de la novela. Si h e cedido a la tentación de esbozar ese esquema se debe a que estoy de acuerdo con Piaget acerca del papel de los esquemas axiomáticos en la génesis de las ciencias; " E s evidente que un esquema axiomático' o que un "modelo abstracto" en economía o en sociolo gía, y no menos en la química (cristalografía e t c . ) o en la física nunca puede suplantar a la obser vación o a la experiencia. P e r o lo es también que en modo alguno pretende hacerlo. Su único papel es modelar nuevos instrumentos de análisis y de 15 E s t a concepción de la estructura, simultáneamente estructurante y estructurada, es la de Jean Piaget, Le structuralisme, P U F , 1968, pp. 6-7 ( t r a d . castellana E d . Proteo, Buenos Aires, 1968). Implica que .su conciben las estructuras como sistema de transformación. E n el capítulo II discutimos sobre este problema. 16 L a oposición "estructura biológica"—"conciencia individual" en (il contexto de esta introducción tiene un carácter indicativo. E n el liirciir capitulo discutimos sobre estos términos, de fundamental im portancia teórica.
INTRODUCCIÓN
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comparación y a este respecto todas las axiomá ticas coherentes han sido útiles" E n esta perspectiva e l capítulo p r i m e r o del presente trabajo está dedicado al estudio d e algunos conceptos que fundamentan la sociología de la novela de Gold mann. E l segundo capítulo trata de la noción de "es tructura de la novela" en Goldmann. E n el tercero se hace un análisis de los fimdamentos teóricos de la pers pectiva estructuralista, y en el cuarto, un examen de las teorías de la ideología. Finalmente, en e l quinto y último capítulo propongo un modelo de análisis de las novelas asentado en una teoría explícita sobre los me canismos de producción de objetos significantes.
17 J e a n p. 102.
PIAGET,
Recherches
sociologigjies,
Genéve,
Droz, 1965,
PRIMERA
PARTE
L a "Sociología de la novela"
CAITTtrLO
I
Los Fundamentos de la Sociología de la Literatura de Luden Goldmann
Después de haber precisado que la finalidad de este trabajo es definir un conjunto de conceptos que permitan establecer métodos de análisis estructurales de las obras novelescas, y habiendo seleccionado Fara una sociología de la novela de Goldmann ^, es necesario intentar esclarecer el sentido de los conceptos que en la obra se encuentran, y para realizar esta labor hay que (icudir a la totalidad de los escritos de Goldmann y más roncretamente a sus textos teóricos y metodológicos. H e intentado limitarme a establecer los lazos existentes entre los conceptos que nos sirven c o m o instrumentos e n el trabajo crítico y los diferentes aspectos de la sociología de Goldmann que contribuyen a dar un sentido a la sociología de la literatura. Pero' las implicaciones de las cuestiones estudiadas en este primer capítulo son muy amplias y su examen sería, por sí solo, el objeto de un trabajo más importante que éste. L a sociología de Goldmann está organizada por el concepto de estructura. P e r o su sentido sufre una pequeña variación que intentamos mostrar en el segundo capítulo y que pone e n evidencia la existencia de un nuevo problema. H e pretendido plantearlo de forma 1 Lucien GOLDMANN, Le sujet de la création culturelle, ino et la Société", 6 ( o c t „ Nov., Déc. 1967), pp. 3-15.
[11]
"L'hom-
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DE
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explícita y por eso he realizado una tentativa de enfo que del mismo en el tercer capítulo. La variación de sentido de un concepto cuya im portancia está suficientemente demostrada en las cien cias humanas, era índice de la aparición de una pro blemática nueva, es decir, de la aparición de una serie de cuestiones que los conceptos desarrollados en las obras anteriores no podían tratar de una forma satis factoria y coherente. Pero, al estudiar este problema, mucho más general que el que constituía el fin de mi trabajo, corría el riesgo de alejarme considerablemente del asunto tratado y, sin embargo, era hacerlo una pre misa indispensable para la continuación de la investi gación. Debido a la ruptura teórica mencionada antes, el examen de Para una sociología de la novela es llevado al capítulo siguiente. EL ESTRUCTURALISMO GENÉTICO E n un reciente artículo, Goldmann caracteriza su método de análisis de los fenómenos culturales como estructuralismo genético. E l estructuralismo genético es una teoría que en primer lugar considera que las ciencias humanas tienen como objeto los comportamientos humanos. Según esta teoría, los comportamientos humanos, los hechos socia les, son significativos^ y la significación de los hechos es dada por la integración del objeto estudiado en una totalidad relativa más amplia ^. Estas " totalidades rela tivas" — l a s estructuras— " n o son invariables y permanentes, sino que cons tituyen el resultado de una génesis; además, sólo se puede comprender el carácter significativo de 2
L.
3
IWd., p. 4.
GOLDMAN,
art.
cit.,
p.
4.
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L . GOLDMANN
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una estructura a partir de un c o n j u n t o de situa ciones actuales, en el interior del cual nacen, dadas las tentativas del sujeto ya estructurado a su vez por su devenir anterior, para modificar antiguas estructuras, para responder a los problemas plan teados por esas situaciones" *. E s t a cita nos proporciona, en resumen, los princi pios que fundamentan el método goldmanniano de aná lisis de los hechos sociales, y concretamente, de las producciones culturales. P e r o para captar la naturaleza de las diferencias que existen entre la sociología de Goldmann y los otros estructuralismos de origen marxista, conviene precisar su pensamiento en relación con el problema del sujeto, c o n la noción de significación y con la de estructura y conciencia colectiva. PROBLEMA DEL SUJETO' T o d o s los estructuralismos tienen en común el re chazo de la perspectiva historicista y antropológica de la primacía de la praxis, una de cuyas obras más repre sentativas es la Crítica de la razón dialéctica de Sartre ^. V.n esta perspectiva, el comportamiento individual conslituye la praxis del único sujeto posible: el individuo. \'.\ estructuralismo afirma el carácter determinante de las estructura sobre los comportamientos de los indivi duos e intenta situar las prácticas al nivel de las "formas de existencia" de las estructuras, cuya naturaleza es en muchos casos difícil de conocer. Rechaza, por tanto, las 4 ídem. .5 L a s notas que van a continuacidn sólo buscan enunciar los tér minos y las opciones fundamentales de un debate, cuya importancia (Itibe ser considerada como decisiva p a r a el porvenir de las "ciencias lluml^nas". P o r tanto no pretenden agotar la problemática que subyace II listo debate, y deben ser consideradas tan precarias c o m o indispenBiiblus con respecto a nuestro proyecto específico: la elaboración de un método de análisis estructural. (i J e a n Paul S A E T E E , Critique de la raison dialectique, París, lUmard, 1960 (trad. castellana E d . Losada, Buenos Aires).
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teorías sociológicas cuyo objeto es el comportamiento de los sujetos. E n un trabajo reciente sobre la obra de Lévi-Strauss, E . D e I p o l a d e s t a c a que la polémica entre Sartre y LéviStrauss se desarrolla en el terreno común de su común aceptación de la dicotomía praxis-estructuras. L a po sición de Goldmaim tiene además el interés de situarse justamente fuera de esta dicotomía. Para Goldmann " e l conocimiento de la vida histó rica y social es una toma de conciencia del sujeto de la comunidad humana. ^ A diferencia de las ciencias de la naturaleza que estudian "un conjunto de hechos exte riores a los hombres, de un mundo sobre el que recae su acción", ^ las ciencias humanas son "el estudio de esta acción en sí misma, de su estructura". Además el estudio de la acción es a su vez un hecho social, lo que supone para las ciencias humanas "una identidad parcial entre el sujeto y el o b j e t o del conocimiento". Vemos que lo mismo para Goldmann que para los teóricos historicistas, el objeto de la sociología está cons tituido p o r las acciones, los comportamientos humanos. P e r o Goldmann, a diferencia de los historicistas, con sidera que el sujeto de la acción no es el individuo; se comprende este rechazo de la perspectiva del sujeto individual, porque su aceptación nos llevaría inevita blemente a encerrarnos en una explicación que sería, en último término, psicologista. Las acciones poseen una estructura, pero n o en el sentido de los estructuralistas, q u e conciben la estruc tura como distinta de los objetos estructurados. L a to7 Emilio De IPOLA, Le structuralisme ou l'histoire en exil, tesis no publicada, París, 1969. « Lucien GOLDMANN, Sciences humaines et Philosophie, París, Gonthlor (Meditations), 1966, p. 89. ( E d . castellana Las ciencias hu manas y la filosofía, Galatea, Nueva Visión, Buenos Aires, 1958. Trad, por Josefina Martínez Alinari). n Ibld., p. 33. 10 Ídem.
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L . GOLDMANN
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laudad de las acciones de un grupo social dado conslituye la estructura determinante de una acción particular de ese grupo. L a noción de sujeto plural es la contrapartida necesaria de esta concepción de la estructura, de las acciones. E n efecto, para Goldmaim, el verdadero sujeto de la acción no es el individuo, sino el grupo, y la caracicrística fundamental de la vida social es la acción colectiva; acción colectiva que no es pensada como una adición pura y simple de las acciones individuales que tienden al mismo fin, sino colectiva por su misma naturaleza. Cuando dos individuos levantan una mesa, no es cada uno de ellos quien la levanta, porque siendo lo bastante pesada ninguno de los dos por sí solo es capaz !unos problemas que Goldmann aborda en el artículo citado. Uno de los más importantes para nuestro propósito es el de las producciones culturales. Las producciones culturales han sido pensadas c o m o acciones individuales y se han ligado a las conciencias individuales. 11 E s t o s breves comentarlos no pretenden resolver el problema de In naturaleza exacta —pslcologista o no— del m o d o de explicación (¡oldmanniano. Las estructuras, concebidads c o m o las totalidades estructuradas de las prácticas del sujeto plural, no nos garantizan necesariamonte la salida del subjetivismo. E n efecto, es interesante ver cómo las concepciones teóricas de Goldmann le impiden plantear el problema de las clases sociales fuera de la problemática lukacsiana de la conciencia de clases, y cómo la noción de "máximo de conciencia posible' hace converger la explicahacia el concepto que Alain Touraine emplea en sus últimas (La société post-industrielle y Le Communisme utopigue), el ímo de acción posible". 2 L . GOLDMANN, Le sujet de la création culturelle, ed. cit., p. 4.
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Goldmann considera que los fenómenos de conciencia dependen de las prácticas del sujeto plural; las con ciencias individuales participan en una menor o mayor medida de las estructuras de la conciencia colectiva del sujeto plural, estructuras que se forman, igual que las de los comportamientos materiales, en las acciones co lectivas del grupo. Las conciencias individuales están en relaciones intrasubjetivas por la existencia de comu nicaciones inter-individuales en el seno de la acción co lectiva del grupo-sujeto LA NOCIÓN DE «ESTRUCTURA SIGNIFICATIVA» Hemos visto que para Goldmann el comportamiento es significativo. Pero es importante comprender la no ción de significación en Goldmann en sus relaciones con la noción de sujeto plural estructurado ( y estruc turante ) . La significación de un hecho —comportamiento o conjunto de comportamientos— no puede pensarse fuera del sujeto estructurado, del grupo-sujeto. L a no l i Ibid., p. 4. E s t e párrafo no pretende más que exponer las Ideas de Goldmann respecto a este t e m a . E l "problema del sujeto" no está resuelto en sociología, y eso a pesar de las indicaciones que se pueden extraer de la obra de Marx sobre el modo de construcción de una teoría del sistema social que no esté fundada sobre los valores y las orientaciones de los individuos y de los grupos. Que aceptemos o rechacemos la interpretación de Althusser de la teoría y del método marxiano no es un obstáculo: la interpretación de Althusser es proba blemente ideológica en la medida en que es estructuralista, pero El Capital es un ejemplo del modo en el que se puede pensar la cons trucción de una teoría del sistema social en la que los "sujetos" de saparecen. L a s relaciones "intrasubjetivas" de las conciencias en el "grupo sujeto" son procesos de intercambio: lo importante es compren der cómo esos procesos están estructurados. Y una vez definidas las estructuras de las diferentes formas de intercambio es posible pensar, ron los seraiólogos de la escuela de la revista Tel Quel, que no neceBltiinios p a r a nada una noción idealista c o m o la de "conciencia colec tiva". Si conservo la expresión "conciencia colectiva" es p a r a simpliIlciir: tendría que decir "las estructuras que rigen los intercambios del grupo en sus relaciones con los otros grupos de una formación social riada". Serla demasiado largo... pero m á s correcto. Hubiera podido emplear también la noción de estructuras semióticas de segundo orden. Pero asta terminología me hubiera alejado considerablemente del cam po oonoeplual de la sociología de la literatura —lo cual es quizá mejor—, pero tendría que volver a escribir este Ubro.
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S L . GOLDMANN
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ion de significación está ligada a la estructura global, en el seno de la cual se insertan los hechos; la inserción en una estructura más amplia define la significación objetiva del hecho. E s la noción d e "estructura significativa" que constituye el concepto-director del método goldmanniano de análisis de los hechos sociales. Goldmarm escribe: " E l concepto de estructura significativa constituye el principal instrumento de investigación y de comprensión de la mayoría de los hechos humanos, pasados y presentes."
La noción de estructura significativa nos sitúa en •leño centro de nuestra problemática, y para analizarla es preciso captar con qué sentido emplea Goldmann la palabra "estructura". E n la misma obra el autor ilefine la noción de estructura, citando, e n una nota a pie de página, una definición de Piaget: "Diremos en primer lugar que hay una estructura ( e n su aspecto más general) cuando los elementos están reunidos en una totalidad que presenta determinadas propiedades en tanto que totalidad y siempre que las propiedades de los elementos dependen, entera o parcialmente, de estos caracteres de la totalidad." ( E t u d e s d'épistémologie génétique. T. II, J e a n Piaget, " L o g i q u e et equil i b r e " , p. 3 4 . ) Goldmann
añade:
"Piaget piensa que las "estructuras" pueden ser interpretadas c o m o el producto o el resultado de un proceso autónomo de equilibración." " E n el fondo, estamos totalmente de
acuerdo
16 Lucien GOLDMANN, Recherches dialectiques, P a r í s , Gallimard, tB9, p. 115. (Hay ed. oast., Invesiigaciones dialécticas, U. C. V., CaraU , 1962, p. 265. Trad. por E d u a r d o Vázquez). I 10 Ibid., p 105, ed. cast.
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con él. Pero nos parece, sin embargo, que es limi tar el sentido de la palabra estructura a su aspecto estático, mientras que los "procesos autónomos de equilibración" son a su vez estructuras dinámicas, cuya naturaleza específica debe desprenderla el investigador en cada investigación particular." ^'^ Esta larga cita es importante porque resume, de forma especialmente clara, el sentido que concede Gold mann a la noción de estructura en las obras anteriores a Para una sociología de la novela. E n efecto, Gold mann emplea la noción de estructura tal y como Piaget la define en el texto citado, es decir, en el sentido de una totalidad cuyas propiedades determinan las de los elementos que la componen. P e r o esta totalidad, que es fruto de un "proceso autónomo de equilibración", y este mismo proceso, son para Goldmann realidades di námicas. L a insistencia del autor sobre la concepción de los procesos de equilibración como "estructuras di námicas" se explica fácilmente si se percibe la relación que existe entre los comportamientos y las estructuras, relación que hemos estudiado en el párrafo precedente. H e m o s visto que Goldmann concibe la existencia de un sujeto colectivo, es decir, que concibe las prácticas como los comportamientos estructurados del sujeto colectivo, y de este modo rompe la dicotomía praxisestructuras. E l carácter dinámico de los "procesos autónomos de equilibración", el hecho de ser pensados como estructuras dinámicas, se comprende en la me dida en que las estructuras son para Goldmann totali dades de comportamientos de sujetos colectivos. Más adelante veremos de qué modo la noción de estructura ha evolucionado en Piaget, tal y c o m o la presenta en su última obra y las diferencias existentes 17 Ibld., 105. la T.n ruptura de la dicotomía es, quizá, más nominal que real... II) Capítulo 2.
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GOLDMANN
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n la que Goldmann emplea. Pero lo esencia de la noción de estructura en Piaget — e l hecho de pensar las estructuras como resultado de procesos autónomos de equilibración— se encuentra también en la noción de Goldmann. E l adjetivo "significativa" que añade éste a la palabra estructura se justifica fácilmente; las estructuras son significativas porque son totalidades, cuyas propiedades determinan las de los elementos que las componen, y también porque sus propiedades están determinadas por las de las totalidades más amplias que las engloban. Goldmann concibe de otro modo el concepto de "significación"; emplea la noción de "finalidad interna" ^ (a la que también llama "finalidad o b j e t i v a " ) de los hechos ( c o m p o r t a m i e n t o s ) . Ea finalidad de un hecho (de un comportamiento) no depende de la conciencia del sujeto; adquiere su significación en la totalidad de comportamientos en la que es incluido. Si un gato corre para atrapar a un ratón decimos que la finaUdad de la carrera del gato es atrapar al ratón, y esto, con independencia de que el gato tenga o no tenga conciencia del porqué de su caza. E a noción de finaUdad interna de los comportamienios y la de significación reenvía una vez más a la noión de estructura, en el sentido en que Goldmann l o rmplea. L a significación de un elemento nos es dada por el conocimiento de la estructura de que forma parte; del mismo modo la significación del hecho complejo ue la estructura explicita, se alcanza mediante el conoimiento de una totalidad englobante más amplia.
1
La noción de estructura — l o mismo ión del objeto de la sociología que lleva ica una serie de problemas teóricos y necesario tener en cuenta: de modo 20
L . GOLDMANN, Investigaciones
dialécticas,
que la definiconsigo— imprácticos que general, el de
p . 105.
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LITERATURA
las relaciones entre las estructuras de comportamientos de distinta naturaleza y, concretamente, el de las rela ciones del arte, de la filosofía y las demás formas de expresión con los comportamientos económicos. Antes de pasar al examen de este problema, vamos a exponer lo que Goldmann llama las grandes leyes de estructura que clarifican considerablemente el estado de la cuestión. LAS «GRANDES LEYES DE ESTRUCTURA» Las leyes de estructura son, según Goldmann, el determinismo económico, la función histórica de las clases sociales y la conciencia posible. E l determinismo económico proviene, para Gold mann, del hecho de la importancia de la actividad eco nómica en la vida de los hombres, importancia que depende de la existencia de necesidades materiales y de una situación en la que estas necesidades no son inme diatamente satisfechas; estas exigencias obligan al hom bre a una actividad económica que ocupa una gran parte de su vida y que, dada la unidad de la personalidad, organiza su conciencia. E l determinismo económico con cebido de este modo no rechaza la influencia de los fenómenos ideológicos, sino solamente la posibilidad de una explicación inmanente de los fenómenos ideológicos, mientras la "sociedad de la abundancia" no sea una realidad. La noción de clase social está ligada con la de deter minismo económico. A pesar de que la actividad eco nómica es esencial para todos los hombres, los medios no son idénticos para todos. D a d o que la producción
cit.,
21 L . G O L D M A N N , p. 68. 22
L.
CTOLDMANN,
23 L , G O L D M A N N , olt. (1658).
has
ciencias
humanas
y la filosofía,
ed,
cast.
i o s ciencias
humanas
y la filosofía,
ea.
cast
ibld.
1^ L.
GOLDMANN
21
de los bienes materiales es la actividad económica fun damental, la organización de la sociedad depende de las relaciones de los hombres con la producción material, i,as clases sociales son grupos definidos, en primer lu gar, por su posición en relación con la producción, des pués por las relaciones que mantienen e n t r e sí, y, por último, en tanto que son "las infraestructuras de las vi siones del mundo". Las clases sociales son "los únicos grupos cuyas escalas de valor son específicas porque cada una de ellas tiende a un ideal diferente de orga nización social de c o n j u n t o . . . " ^ * A partir de esta afir mación se puede concluir que Goldmann asocia a la clase social una visión del mundo, y que esta visión del mundo lleva consigo una escala de valor específica, lo iiue tiene una importancia determinante para el desarro llo de nuestro modelo de la estructura de la novela.
L a noción de conciencia posible de un grupo expresa, para Goldmann, "posibiUdades en el plano del pensa miento y de la acción en una estructura social dada" r,a conciencia real de un grupo es " e l conjunto de con ciencias individuales y de sus tendencias, tal y como resultan de la influencia mutua de unos hombres sobre los otros y de sus acciones sobre la naturaleza". La conciencia real de un grupo no alcanza, p o r lo general, HpJ máximo de conciencia posible en su situación, en la CNtructura social de que forma parte. P e r o en cambio Kuccde que algunos individuos aislados pueden alcanla; son los creadores de obras importantes en filosfía, en literatura y en arte. Sus obras son importantes precisamente porque expresan, bajo una forma concepj o ] , literaria o plástica, el máximo de conciencia posillc del grupo a que el autor pertenece. Dada la finalidad de este trabajo, no se puede exal a r con detalle cada una de estas leyes de estructura. 24. Ibid., p. ES. 28 Ibid., p. 100. 26 Ibid., p. 100.
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porque un examen de ese tipo desbordaría los límites que se han fijado. Sin embargo, es necesario indicar su mariamente la forma en que Goldmann piensa las rela ciones entre las estmcturas de la producción económica y las de la conciencia colectiva. Para Goldmann, las estructuras económicas son es tructuras de comportamientos económicos. Considera lo económico como "la manera de procurarse los ingresos mediante el trabajo, la fuerza, la explotación, el disfrute de ciertos privilegios, e t c . " L o s comportamientos eco nómicos son, por tanto, determinantes de " l a manera de pensar" de los hombres, debido a su importancia cuantitativa en relación con la totalidad de los compor tamientos humanos. Esta importancia proviene de la necesidad tanto para el pueblo como para las clases do minantes. E s c r i b e : "Indudablemente, existen excepciones indivi duales, pero son extremadamente raras y, a menos que se introduzca el milagro en la explicación de la historia, hay que reconocer que para la enorme mayoría del género humano, la actividad econó mica ha tenido siempre una importancia capital para la manera de sentir y de pensar. Quedan las clases dominantes; pero, también éstas han consagrado siempre una gran parte de su tiempo y de su actividad a organizar su vida económica y a defender sus privilegios."^^ Por tanto, lo determinante de las formas de sentir y de pensar es el hecho de actuar económicamente, por que las acciones de carácter económico, dada su impor tancia, organizan al resto de los comportamientos. Gold mann considera que, " c o m o no hay en la conciencia del individuo —sal vo raras excepciones— compartimentos estancos J7 28
Ibld., p. 72. Ibld., p. 71.
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sustraídos a las influencias del resto de su personalidad. Precisamente por eso el individuo constituirá siempre una unidad más o menos coherente. P^sto basta para explicar y confirmar el privilegio de la acción de los factores económicos en la historia pasada y contemporánea. P o r q u e los hombres están constituidos de modo que para amar, pensar o crear deben vivir, nutrirse y vestirse" E s t e modo de considerar las relaciones entre las estructuras de la conciencia y las estructuras de los comportamientos económicos lleva consigo el problema de la determinación, o de los procesos de génesis, de las estructuras de la conciencia. ¿ C ó m o se efectúa la transiormación de la estructura de los comportamientos económicos de los diferentes grupos de una sociedad dada, en estructuras de su conciencia colectiva? E s t a cuestión es una cuestión teórica. D e hecho, debemos plantearla de forma más concreta, más precisa. Debemos precisar los diferentes niveles de la conciencia colectiva, y para ello apelar a las otras dos leyes de tructura. L a noción de clase social en el pensamiento marsta y en la obra de Goldmann desempeña un papel primordial. Goldmann piensa que las clases sociales son nriipos definidos en primer lugar por "su función en la producción y después por las relaciones sociales con M | p s demás clases".^" E s t o s dos factores son completados por un tercero: "las clases sociales constituyen las infraestructuras de las visiones del mundo". Las visiones del mundo son estructuras de la conncia colectiva de un grupo y además, para Goldmann,
^H¡
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" e l máximo de conciencia posible de una clase social constituye siempre una visión psicológicamente |i!H. Cit. SO. 81.
L . GOLDMANN, Las p á e . 70-71. Ibid, p. 85. Ibid, p. 85.
ciencias
humanas
y
la filosofía,
ed. cit.
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coherente del mundo que se puede expresar en el plano religioso, filosófico, literario o artístico" LA CONCIENCIA Y LAS PRODUCCIONES CULTURALES: LAS VISIONES DEL MUNDO Acabamos de ver cómo se establece la relación, en el pensamiento de Goldmann, entre los comportamien tos económicos, los grupos sociales y la conciencia co lectiva. Pero antes de poder pasar al estudio de las estructuras específicas de la producción novelesca, debe mos precisar algunos aspectos del método d e Gold mann. H e m o s visto que el máximo de conciencia colec tiva de una clase social constituye una visión del mundo, que comporta una escala de valores específicos y que las visiones del mundo pueden expresarse en los dife rentes dominios de las producciones culturales. Nos queda por examinar las relaciones que existen entre el máximo de conciencia posible de una clase, las escalas de valores específicos de esta clase y su visión del mundo. Sin entrar en una discusión de la concep ción goldmanniana de las ideologías y las visiones del mundo, se hará constar solamente la relación que él establece entre las escalas de valores y las clases socia les, cuyo máximo de conciencia posible constituye una visión del mundo. Por una parte, la noción de visión del mundo es el nombre que adquieren las estructuras significativas de las producciones culturales de un grupo dado. E n sus estudios empíricos como Le Dieu caché, Goldmann nos muestra c ó m o construye una estructura significativa, la "visión trágica", que caracteriza a una 32. L . GOLDMANN, Las ciencias humanas y la filosofia, ed. cit. p. 86-86. 33. L . GOLDMANN, Le Dieu Caché, París, Gallimard, 1955. Trad. cast, con ol título El hombre y lo absoluto. Trad. por Juan R a m ó n Cajpella, 1.» ed. Península (Barcelona) 1968, 530 págs.
t
i,,
GOLDMANN
25
se social a partir del análisis de las obras producidas
por los autores de un grupo determinado. P e r o , además, lii visión
del mundo
está ligada a las estructuras econó-
micas, ya que es el máximo de conciencia posible de lina clase. Es evidente que es necesario conocer lo que constituye la conciencia colectiva, real o posible, de los gru|H)s sociales antes de poder precisar mejor la noción de visión del mundo. P e r o es difícil fijar con exactitud los lítnites de esta noción en Goldmann. Croldmann considera a la conciencia colectiva como una realidad compuesta: por una parte, sus elementos Hon conciencias individuales, pero la conciencia colectiva no es reductible a la suma de las conciencias individuales; por otra, en el seno de un grupo real, las i'onciencias individuales están en relaciones intrasubjetivas (porque el grupo constituye el sujeto de la acción N(K'ial). Se puede decir que la conciencia colectiva es la estructura de los elementos simbólicos necesarios para ta comunicación entre los individuos en el seno de las acciones colectivas del grupo-sujeto. Una estructura particular es la que Goldmann llama isión del mundo" y que coincide con la conciencia lectiva de las clases sociales. L a coherencia de una visión del mundo está unida al hecho de que es el mar í t i m o de conciencia posible de esta clase. P o r q u e el má^Plmo de conciencia posible de un grupo, de una formación social, está determinado por las formas de comporlumiento — s o b r e todo económicas— de este grupo, y
t
I
C 34. E s precisamente esta interpretación de la noción de conciencia loloctiva la que nos permite pensar una síntesis entre los métodos esEnicturaüstas y la sociología de la novela. De una cierta forma, es una liitdrprclación marxiana de un pensamiento "marxista". T o m o a Marx Ul pie de la letra cuando escribe (en La Ideología Alentaría): "la con"a es el lenguaje". E s t a orientación se ha desarrolado en Francia ite los últimos años de f o r m a considerable. L o s trabajos de De("De la Grammatologle") y de Julia Kristeva ("Essais de sémalyse") llegan, por caminos diferentes, a conclusiones —o parten de
itulados— semejantes.
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por las relaciones que mantienen con las de los demás grupos. E l tipo de razonamiento que nos permite el uso de la noción de "conciencia posible" es un razonamiento límite, que no describe mecanismos o procesos, sino es tados de una realidad dada en función de un determi nado número de variables que la afectan. Se puede com parar fácilmente el modo de razonamiento, o razona miento termodinámico, desarrollado por Carnot para ex presar la transformación del calor en energía mecánica, y oponerlo a los métodos de la teoría cinética de los gases que describen procesos. Se trata de dos formas de razonamiento distintas y compatibles. E l uso de la noción de conciencia posible permite establecer los lími tes en el interior de los cuales se forma una configu ración determinada de la conciencia real. E l estudio de los procesos mediante los cuales se forman las configu raciones de la conciencia real de los grupos depende de la explicación psicológica. Goldmann, al comprender la importancia de una psicología genética y estructural para su sociología de la cultura, apela a los resultados de la psicología de Piaget.
PSICOLOGÍA GENÉTICA Y EXPLICACIÓN DE LOS HECHOS CULTURALES La psicología genética de J e a n Piaget constituye para Goldmann una de las teorías más importantes de las ciencias humanas contemporáneas. Para Piaget, la gé nesis de la inteligencia y de los valores (juicio m o r a l ) se explica mediante procesos de coordinación de las ac ciones, en el curso de los cuales, los conceptos, al mismo tiempo que los valores, se organizan en totalidades y, al hacerlo, se constituyen; porque no hay concepto sin 35
Ver Investigaciones
36
Ibid., pp.
dialécticas,
105 a 144.
ed. cast. cit. p. 117 a 144.
un; I,, GOLDMANN
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s i s K ' i n a de conceptos, ni valor moral fuera de un sisii-ina de juicio moral, de una escala de valores. E l estado de equilibrio de los sistemas conceptuales sucesivos es lii inteligencia adulta, del mismo m o d o que el de los sistemas de valores es el "sano juicio m o r a l " U n o de los fundamentos de la sociología de la cultura de Goldmann reposa sobre la idea marxista de que es la vida quien determina la conciencia y n o la conciencia quien determina la vida. L a teoría de Piaget, Ilindada sobre investigaciones empíricas, garantizadas l'or el rigor del método experimental, confirma el carácr genéticamente primero de la acción como' fundamento de la conciencia, indicando el m o d o en que las uleas y los valores del individuo son e l resultado de un liroceso de equilibración, en el que las acciones se coordinan, s e organizan y se constituyen en sistemas. P o r iiinto, esta teoría es fundamental para la sociología de lii cultura. Estos sistemas evolucionan hacia estados de i-i|ii¡Iibrio en los q u e no sólo intervienen las acciones individuales, sino además las estructuras sociales, las M-laciones entre los individuos y entre los individuos y I inundo, en la medida en que las estructuras sociales I. k-iminan las modalidades de las acciones posibles. ' .i)lc!mann considera a la psicología de Piaget como la i'.icología coherente con el materialismo histórico ( l a iK-Jología m a r x i s t a ) , y a la epistemología genética de l'ingct como una especie de reescritura, fundada en investigaciones experimentales, de la epistemología marista y el materialismo dialéctico.
' 87 Jean PIAGET, Psyckologte de l'intelligence, París, Armand Un, 1963. _3li Jean PIAGET, Le jugement moral chez l'enfant, París, P U F , Trad. castellana El juicio moral en el niño, E d . Francisco ptritn, Madrid, 1935, 405 págs. Trad. Juan L o m a s . 31) Jean PIAGET, Introduction a l'cpistémologie génétigue, 3 vols. PUF, 1950. ' 40 L . GOLDMANN, Investigaciones dialécticas, ed. cast. cit. p. 119.
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EL ANÁLISIS DE LOS HECHOS CULTURALES: SOCIOLOGÍA DE LA LITERATURA E s >precisaniente en la perspectiva histórica que acabamos de describir donde se sitúa el análisis goldmanniano de los hechos culturales y concretamente de las obras literarias. Dos trabajos de Goldman — L a comunidad humana y el universo en Kant y El hombre y lo absoluto— nos permiten ver cómo estos principios teóricos generales permiten un método de análisis. E l camino seguido tanto en El hombre y lo absoluto como en La comunidad humana y el universo en Kant consiste en: 1. Análisis de la obra ( o de las obras) para despejar su estructura significativa: es decir, el conjunto de relaciones entre elementos significativos. 2. Análisis de estas estructuras comparándolas con las relaciones sociales del grupo a que pertenecen los autores de las obras estudiadas ( l a burguesía alemana en La comunidad humana y el universo en Kant y la nobleza de toga en El hombre y lo absoluto) con los otros grupos en una formación social determinada. 3. Constitución de una estructura significativa que engloba la estructura de cada una de las obras del autor estudiado. E s t a estructura corresponde a la visión del mundo del grupo. Esta visión del mundo explica la estructura, significativa de las obras y constituye el máximo de conciencia posible del grupo. En este camino es necesario señalar el papel de la noción de "conciencia posible". C o m o hemos hecho constar más arriba, la conciencia posible de un grupo en una formación social determinada es pensada por C.roldmann como una estructura que limita y condiciona 41 ídem, PUF, 1848.
la
communauté
humaine
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Kant,
París,
VV:
I,.
GOLDMANN
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Itt percepción de la realidad social a este grupo. ¿Pero qiii' es lo' que nos permite conocer a esta estructura, la wnciencia posible? Según Goldmann, la conciencia posible se estudia considerando las relaciones económicas, políticas y cultiiritics del grupo estudiado con los demás, grupos de la misma formación social, lo mismo que su evolución. Como la conciencia colectiva es una estructura que forma parte de las estructuras de la formación social y l i c i i c una función de coordinación de los comportamientos reales y posibles del grupo en el interior de la misma formación social, es posible trazar los límites de la conciencia si se conocen estas relaciones. D e este modo en El hombre y lo absoluto la conciencia posible df la nobleza de toga se define por la evolución de las i'c'l liciones concretas de este grupo con los demás grupos di" la sociedad francesa, concretamente con el poder real, el papado y la nobleza cortesana. Estas relaciones se cHi-acterizan por la contradicción entre e l abandono de los jansenistas por la Iglesia —^fundamento ideológico de- sus reivindicaciones— y su función social concreta i | i i c se halla ligada a las estructuras del Estado nacional V centralizado, que desarrolla una nobleza cortesana. I'lsta posición de los jansenistas, que deben afirmar la \'i*rdad de los valores de la Iglesia para justificar sus u'ivindicaciones y al m i s m o tiempo tienen que aceptar c | i i e esa misma Iglesia, con la Bula de Alejandro V i l i | i i c condena el Augustinus ( 1 6 5 7 ) , apoye al poder real V « la nobleza cortesana, oponiéndose de este modo a • lis intereses, lleva consigo, en el nivel de la conciencia ' 1 >lcctiva de la nobleza de toga, la afirmación de la verdad de los contrarios, del primado de la ética y de la Insuficiencia de todo conocimiento humano, elementos <'i)nstitutivos de la visión trágica. P e r o la visión trágica no es definida sólo a partir de las relaciones sociales i i i i r c los grupos; se define también mediante el estudio
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de las obras de Pascal y de Racine. Goldmann compara las relaciones sociales con las relaciones entre los ele mentos significativos —las estructuras significativas— de las obras literarias del grupo, y esta comparación es la que permite la definición de la visión del mundo. E s t e recorrido, el mismo que sigue en su análisis del pensamiento de Kant, se caracteriza, por tanto, por el establecimiento de una relación entre una estructura social y una visión del mundo. Procede mediante el estu dio de los casos concretos, estableciendo correlaciones entre las dos estructuras, "correlaciones análogas que, en este caso, eran en muy gran parte subconscientes e involuntarias". Y las correlaciones no explican nada y sólo sirven para describir un hecho que hay que expli car. Salvo si se acepta la teoría de la "conciencia-refle j o " , que escamotea la cuestión del modo específico de determinación de las estructuras particulares de la con ciencia por la infraestructura, puede decirse que este problema no ha sido resuelto por Goldmann y, además, que en ninguna parte lo ha formulado explícitamente. CONCLUSIÓN En la obra de Goldmann anterior a Vara una socio logía de la novela se encuentra una teoría sociológica, que para explicar las producciones culturales, emplea los conceptos "estructura significativa", "sujeto colec tivo", "visión del mundo" y "conciencia posible", que hemos intentado definir más arriba. Esta teoría y los métodos de análisis de las obras literarias que de ella se desprenden, escamotean el problema del modo de determinación de las estructu ras de la "conciencia colectiva" por las estructuras so ciales en el sentido amplio, así como el de la función específica de estos procesos. P e r o si se acepta que las correlaciones descritas por Goldman entre la "visión trágica" y las obras de Pascal y de Racine son reales,
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L . GOLDMANN
31
tonces son "correlaciones" entre estructuras, es decir, entre totalidades que tienen una naturaleza de objetos de pensamiento, incluso cuando los objetos reales ''^ que ellos expresan son sus formas d e existencia. El problema que el m é t o d o de análisis goldmanniano no iborda, y que según nuestro parecer es, el problema central de la sociología de las producciones culturales, es el de la definición del sistema de las transformacionCN específicas de las estructuras de los comportamientos en estructuras de la "conciencia colectiva", y Un de ésta, en estructuras significativas d e obras cultunilcs y en particular de las obras literarias. Si este problema no se formula y resuelve, la explicación socioló| i c a de las obras culturales tiene que reducirse a la tcoiía del reflejo o disolverse en el psicologismo, las utlo-explicaciones mediante la creatividad o la influeno a una sagaz mezcla entre ambas, l'.n Para una sociología de la novela, Goldmann se rnfrcnta a este problema —veremos de qué m o d o — a ; pesar de que lo formula de forma confusa; en efecto, en esta última obra el autor formula la cuestión de la ¥Ktructura del género literario, que podría aproximarse H Iii cuestión de la definición de un modo específico de l'ansformación de las estructuras de la "conciencia cot i v a " , en las de las obras literarias. P e r o c o m o la cuestión de los modos de transforma'fí específicos de las estructuras de la conciencia cotí va en obras literarias específicas ( l a n o v e l a ) no es ipMcitamente formulada — c o m o intentamos demosr en el capítulo I I — en Para una sociología de la 43 E s t a distinción entre objeto de pensamiento y objeto real h a desarrollada especialmente p o r Louis Althusser en Lire le capital, I, París, Maspero, 1966. T r a d . cast. Para leer el Capital, Siglo Itluno, ed. México, 2^ ed., 1969. Trad. de M a r t a Harnecker, pp. K 77. Althusser cita a Spinoza y a Marx, en los que se encuentra eitu distinción. 48 E n el capítulo I I veremos el lazo existente entre "estructura" t"lllitoma de transformaciones".
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novela, Goldmann reduce el problema del modo de transformación a la definición — p o c o afortunada— de una "homología de estructuras" que, al no poder si tuarse en el nivel de las estructuras de la conciencia co lectiva, es desplazada hacia las estructuras del inter cambio en la economía mercantil. P o r tanto, entonces es inevitable recurrir a la vez a la teoría del reflejo y a la explicación psicologista ( s e n t i m i e n t o s ) . E n el capítulo siguiente voy a tratar de establecer, criticando la teoría goldmanniana de Para una sociología de la novela, las condiciones que permiten una formu lación más precisa del problema de los sistemas de trans formaciones específicas de las visiones del mundo en estructuras de obras literarias.
(lAIMTIJLO I I
1.(1 sociología de la novela y la noción de estructura
\A\ sociología de la novela de Goldmann quiere esuna relación entre la forma novelesca (la "esi i ' i K i u r a del género" novelado) y la estructura social, en lii i i i i e tienen de común con las sociedades y las épocas han producido las novelas. P o r otra parte, intenta explicar obras novelescas concretas en términos socioli'igicos, no sólo porque esto ayuda a comprender mejor liiN obras, sino, además, porque el conocimiento de la ( i l i i M puede permitirnos definir mejor la sociedad que la hililc-cer
lili
^ f
producido.
Ion sus estudios precedentes, Goldmann analiza las iiiigcdias de Racine o los Pensamientos de Pascal, en i i i i i i l o a su contenido, mostrando los lazos existentes s'lili'c la visión del mundo que ellos expresan y la coniicia posible del grupo, visión determinada por las iones de este grupo con los demás grupos de la sod IPiliid n de la época. Pero los aspectos formales de las rus estudiadas no quedaban suficientemente explicaI, L a Sociología de la novela se diferencia de los de is estudios de Goldmann por esta preocupación por VXplicar la forma novelesca y no sólo las novelas conItfls, Se podrían, por tanto, distinguir dos cuestiones: explicación sociológica de la forma novelesca y la dc" Iiis novelas concretas en lo que tienen de específico. [33]
34
SOCIOLOGÍA
DE
LA
NOVELA
L a explicación de las novelas concretas se realiza en términos familiares a los lectores de Goldmann, porque e l método de análisis es esencialmente el mismo que en El hombre y lo ahsoluto o en sus estudios sobre K a n t , que hemos descrito en las páginas precedentes. L a única diferencia importante es el uso de la noción del " h é r o e problemático", de la de los valores auténti cos y d e la de los valores del mundo; todas ellas nocio nes definidas en el estudio de las estructuras del gé nero novelesco. P o r tanto, importa subrayar el estudio d e la "forma novelesca" en sus dos aspectos de com prehensión, es decir, en la descripción de las estructu ras del género novelesco y en la explicación de estas estructuras englobándolas en estructuras más amplias: las del intercambio en la sociedad capitalista. P o r con siguiente, hay dos aspectos distintos en la sociología del género novelesco: la estructura del género y la ex plicación sociológica de esta estructura. Goldmann abor d a finalmente otro problema que es planteado por su tratamiento de los dos precedentes: la evolución del género novelesco. E s t e capítulo estudia y critica el sentido de la no ción de estructura en la sociología de la novela, con la ayuda de dos recientes trabajos sobre la noción de es tructura. Para hacerlo, expongo en primer lugar el con tenido de Para una sociología de la novela, e inmediata mente después, intento precisar el sentido del concepto d e "estructura de la novela", para, al final, después de una exposición crítica de dos análisis de la noción de estructura, formular algunas conclusiones sobre las con diciones que debe cumplir todo método de análisis es tructural de las novelas.
Jf NOCIÓN D E ESTRUCTUBA
t
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SOCIOLOGÍA DE LA NOVELA ESTRUCTURA DEL GENERO NOVELESCO
I H [ Goldmann describe la estructura del género nove^ H c s c o basándose, sobre todo, en los análisjs lukacsiatíos ^ de la forma novelesca, que completa con algunos I É É j o n c e p t o s tomados de G i r a r d ^ . E s c r i b e : " " L a forma de novela que estudia Lukács es la c a fflclerizada por la existencia de un héroe (definido en frosc feliz), con la expresión de héroe problemático. La novela no es otra cosa que la historia de una biísqueda degradada ( q u e Lukács denomina "demonía c a " ) , búsqueda de valores auténticos en un mundo tam bién degradado, pero a nivel más avanzado y de modo> distinto." ^ Esta definición de la estructura novelesca caracteriM , según Goldmann, si no "la forma de la novela en (tcncral, al menos uno de sus aspectos más importantes: (y probablemente desde el punto de vista de la génesis, ej primordial)." *. Los valores auténticos son aquellos que "sin hallarse manifiestamente presentes en la novela constituyen, d e niDilo implícito, la base de la estructuración del con|nii(o de su universo" ^. E s t o s valores son específicos fir cada novela, y varían de una novela a otra. Veto fndii novela está organizada, de modo implícito, por un tlciiTminado conjunto de valores. Los valores auténticos son buscados por el h é r o e fl'oWcmático y organizan el mundo. E l héroe es llama do problemático porque la búsqueda de valores auténI Georg LUKÁCS, La teoría de la novela. París, GontMer ( M e diHllims), 1963, Trad. cast. Siglo X X . Buenos Aires. a Pené GIRARD, Mensonge romantígue et verité romanesgue,. N r l « , Brasset, 1961. II L. GOLDMANN, Para una sociología de la novela, ed. cast. cit.. p. 16. «I L. GOLDMANN, Para una sociología..,, ed. cast. cit. p. 16. I. Ibld., pág. 16.
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SOCIOLOGÍA
DE
LA
NOVELA
ticos es una búsqueda degradada, inauténtica. También el mundo está degradado. Pero lo que caracteriza a la novela y convierte al género novelesco en una forma d e naturaleza dialéctica, es la diferencia de naturaleza entre las dos degradaciones: la del héroe y la del mun do. Si n o existe esta diferencia de naturaleza, la comu nidad del héroe y del mundo es total y la ausencia de ruptura conduce a la epopeya o al cuento. Si la ruptura es total, estamos ante una tragedia o una forma de poe sía lírica®. L a forma dialéctica de la novela nace de la existencia simultánea de una oposición constitutiva, debido a la diferente naturaleza de sus degradaciones respectivas, y de una comunidad suficiente, "que es consecuencia del hecho de que ambos se encuentran degradados respecto a los auténticos valores" E l contenido de la novela es la historia de la bús queda degradada de auténticos valores en el mundo degradado. L a oposición constitutiva y la comunidad suficiente entre el héroe y el mundo son las característi cas fundamentales de sus relaciones. L o s análisis de Girard aportan a Goldmann un con cepto determinante en la evolución de su teoría: el de mediación. La forma de degradación más importante, la "forma primera desde el punto de vista de la géne sis, la que hace nacer el género literario de la novela", es para Girard y para Goldmann, la mediatización, "la reducción de valores auténticos al nivel implícito, y su desaparición como realidades manifiestas" *.
LAS TIPOLOGÍAS DE LA NOVELA Lukács distingue tres tipos de novelas, a las que llama respectivamente "del idealismo abstracto", del 6 7 8
Ibid., p. 17. Ibid., páR. 17. L . GOLDMANN,
Para
una
sociología...,
ed. cast.
cit., p. 23.
Y NOCIÓN D E ESTRUCTURA
37
"romanticismo de la desilusión" y " l a novela de educa ción". Al final de su o b r a ' Lukács esboza la descripción de una cuarta categoría, a la que pertenecerían las no velas de T o l s t o i , que marca los comienzos de una supe ración hacia la epopeya y que, según Goldmann, " e x i ^ c i r í a un tipo de análisis diferente". • P La novela del idealismo abstracto se caracteriza por la conciencia del héroe, demasiado estrecha c o n relación al mundo y a la actividad del héroe. E l segundo tipo, la novela psicológica, se caracteriza por la pasividad del héroe y "su conciencia demasiado amplia para sentirse satisfecho de lo que el mundo convencional en que vi ve puede proporcionarle..."^^. P o r último, el tercer tipo, la novela educativa, se caracteriza por la autoeliminación del héroe, que abandona la búsqueda problemá tica sin renunciar por ello a los auténticos valores. Lu kács califica este abandono de "madurez viril". L a tipología de Girard se funda sobre dos tipos de mediación, que diferencia: la mediación exterior y la mediación interior, según que el agente mediador pericnezca o no al mundo de la novela. Una idea funda mental de G i r a r d es la del progreso de la degradación como característica del relato novelesco. MSTETICA Y ETICA Tanto para Lukács como para Girard, el novelista debe rebasar la conciencia de sus héroes. Lukács llama "ironía" a este transcender, mientras que Girard habla ffíie "humor". P e r o mientras que Lukács limita la trans cendencia a la conciencia del héroe, Girard la extiende R la degradación. Para Lukács, con el que está de acuerGoldmann, la transcendencia de la conciencia del 9 G. LUKÁCS, La teoría de la novela. 10 L . GOLDMANN, Para una sociología..., 11 Ibld., p. 17-18. 12 Ibid., p . 17-18.
ed. cast. cit. pág. 22.
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SOCIOLOGÍA
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LA
NOVELA
héroe por el escritor es una transcendencia degradada, y por tanto "la historia de la búsqueda degradada, de moníaca o idólatra es, en todo caso, la única posibilidad de expresar realidades esenciales" Porque los valores auténticos que organizan la obra, y de los que se trata en todo momento, "no existen más que bajo una forma abstracta y conceptual en la conciencia del novelista, en la que comportan un carácter ético". ^* Las ideas abstractas, que no pueden encarnarse en personajes conscientes o en realidades concretas, son pre sentadas bajo una forma degradada, "a modo de una ausencia n o tematizada" y constituyen un elemento estéticamente constitutivo de la obra. Lukács considera que "la novela es el único género literario en que la ética del novelista se transforma en un problema esté tico de la o b r a " . ^® E s t a descripción del género novelesco es l o que cons tituye para Goldmann la estructura del género noveles co, estructura que es necesario explicar integrándola en estructuras más amplias.
LA EXPLICACIÓN PSICOLÓGICA DE LA ESTRUCTURA DE LA NOVELA L a sociología de la novela de Goldmann se funda menta en dos hipótesis esenciales: la primera s e aferra a la homología entre la estructura del intercambio en la economía liberal y la del género novelesco; la segunda postula la existencia de determinados paralelismos en su evolución ulterior.
13 14 15 16
L . GOLDMANN, Ibid., p. 22. Ibid., p. 22. Ibid., p. 22.
Para
una
sociología...,
ed.
cit.
cast.
p. 21.
Y
NOCIÓN DE ESTRUCTURA
39
LA PRIAÍERA HIPÓTESIS Goldmann constata que los análisis marxistas sobre la novela versaban sobre la relación entre el contenido de las novelas y la realidad social que ellas reflejan. Sin embargo, según él, el primer problema que debe abordar una sociología de la novela es el de la relación entre la jornia novelesca y la estructura del medio social en el interior del cual ha sido producida. L o que caracteriza a la forma novelesca es, esencial mente, la degradación, que, en cuanto al héroe, se ma nifiesta por la mediatización, "la reducción de los va lores auténticos al nivel implícito y su desaparición co m o realidades manifiestas" Esta compleja estructura es, según Goldmann, homologa de la del intercambio en una economía que produce para el mercado. E n las sociedades individualistas nacidas de la producción para el mercado, los valores de uso de los productos, que son los valores auténticos, están mediatizados por el valor de cambio de esos productos, y de este modo reducidos a lo implícito, eliminados de la conciencia de los hom bres, l o mismo que los valores auténticos en la estruc tura del género novelesco. L a importancia de la actividad económica en la vi da cotidiana de los hombres, al hallarse los valores auténtcos (valores de u s o ) en esta actividad económica, reducidos a lo implícito, y al ser el valor de cambio, la mediación necesaria para realizarla, hace que los hom bres vivan la problemática de la degradación y se con viertan, de este modo, en individuos problemáticos, en tanto que consumidores. L a estructura de las relaciones económicas y la de la novela son homologas, precisa mente en la medida en que, los hombres que viven en sociedades que producen para el mercado, no pueden
17
L . GOLDMANN, Para
una 'sociología...,
ed. cast. cit. p. 23.
40
SOCIOLOGÍA
DE
LA
NOVELA
alcanzar los valores de uso (valores auténticos) si n o es con la mediación del valor de cambio. E s t a homología entre las estructuras es tan rigurosa para Goldmann, "que podría hablarse de una única estructura que se manifiesta en dos planos diferentes". EL PROCESO GENERADOR DE LA HOMOLOGÍA E l problema que Goldmann se plantea es el siguiente: ¿ C ó m o pueden ser homologas la estructura de intercambios de las sociedades que producen para el mercado y la de la forma novelesca? L a explicación habitual, que utiliza la noción de conciencia colectiva no es aplicable, porque, según Goldmann, no se puede descubrir ninguna estructura análoga a la de la novela en la conciencia colectiva; y si no se pasa por el intermediario de la conciencia colectiva, no se puede, ni en sociología marxista ni en la n o marxista, establecer relaciones significativas entre estructuras. La estructura de la novela, tal y como la analizan Lukács y Girard y la describe Goldmann, "no parece ser de ninguna manera la transposición imaginaria de las estructuras conscientes de tal o cual grupo en particular, sino que, por el contrario, parece expresar ( y quizá sea éste el caso de una parte muy extensa del arte moderno en gener a l ) una búsqueda de valores que ningún grupo social defiende efectivamente y que la vida económica tiende a convertir en implícitos para todos los miembros de la sociedad" 1 8 Ibid., p. 2 6 . 1 9 L . G O L D M A N N , Para una sociología..., ed. cast. cit. p. 2 8 . E s curiosa la identificacldn que Goldmann hace entre estructuras conscientes y las "estructuras de la conciencia". Se puede decir que los valores explícitamente declarados pertenecen a las estructuras de la conciencia... Una vez más encontramos una concepción subjeiivist'j. de las estructuras del "sujeto colectivo" y un Índice m á s del carácter nominal de la "ruptura" de la dicotomía prácticas-estructuras que Goldmann "efectúa".
.Y
NOCIÓN DE ESTRUCTURA
41
E n esta cita hay una diferencia fundamental con los láHsis concretos que Goldmann realiza, y concretaI m e n t e con los análisis de las novelas de Malraux, que ¡ s o n explicadas en función de los contenidos de la conl ciencia colectiva de los intelectuales europeos entre las Idos guerras^". P e r o esta incoherencia sólo se debe a la [distinción entre análisis de la forma novelesca como es(tructura de un contenido, que a su vez, es analizado en [términos de conciencia colectiva. M á s adelante podreImos ver cómo se puede resolver esta aparente contraIdicción y las consecuencias que ello adquiere en el plano | d e la explicación de la forma novelesca. P e r o , una vez que Goldmann rechaza la explica'ción de la estructura novelesca mediante e l eslabón de la conciencia colectiva, es preciso buscar en otra parte. La homología de las dos estructuras se convierte para Goldmann en una "transposición directa de la vida económica a la vida literaria" que intenta comprender recurriendo al análisis marxista del fetichismo de la mercancía ( o de la reificación), cuya parte esencial consiste para Goldmann, en la transformación de la conciencia colectiva en un "simple reflejo de la vida económica". LA ACCIÓN CONVERGENTE DE CUATRO FACTORES DISTINTOS L a teoría de la reificación y la teoría de la "conciencia-reflejo" son más bien una justificación que una explicación de la homología entre las estructuras económicas y las estructuras novelescas. 20 Ibid., pp. 37-187. Goldmann construye la visión del mundo de los intelectuales europeos a partir del estudio de sus temas y su problemática en la filosofía europea, de Heidegger a Sartre. Define esencialmente un sistema de pensamiento en donde la existencia de valores humanos de c a r á c t e r universal es puesta en entredicho en una filosofía de la angustia, cuyos temas esenciales son la acción y la m u e r t e . 21 L . GOLDMANN, Para una sociología..,, ed. cast. cit., pág. 29. 22 Ibid., p. 29. 23 Ibid., Investigaciones dialécticas, ed. cast. cit. p . 61-103.
42
SOCIOLOGÍA
DE
LA
NOVELA
Goldmann formula la hipótesis de la existencia de cuatro factores, cuya acción convergente podría explicar el proceso de ligazón entre las dos estructuras. E l prim.er factor es el nacimiento de "la categoría de la mediación como forma fundamental y cada vez más desarrollada del pensamiento... con la tendencia implícita a pensar el acceso a todos los valores bajo el ángulo de la mediación..." E l segundo factor es la subsistencia de individuos problemáticos, que perma necen determinados por valores cualitativos tanto en su comportamiento como en sus pensamientos, pero que, sin embargo, no pueden sustraerse a la influencia de la mediación. E n tercer lugar, Goldmann admite la hipótesis de "un descontento afectivo no conceptualizado" ya sea en el conjunto de la sociedad o en las capas medias, a las que por lo general pertenecen los novelistas. E s t e descontento se expresaría en la novela. Goldmann menciona como cuarto factor, la existencia, en las sociedades individualistas que producen para el mercado, de valores que, sin ser universales, tienen una "validez general". Eran los valores del individualismo liberal, ligados a la existencia del mercado, a partir de los cuales se había constituido la categoría de la biogra fía individual, elemento constitutivo de la novela que to ma la forma de una biografía del individuo problemáti co, a causa de la acción del segundo factor (existencia de individuos problemáticos que tienden a valores cua litativos) y también debido a la contradicción existente entre los valores individualistas de la sociedad liberal y las limitaciones que esta misma sociedad impone a su realización.
24 L . G O L D M A N N , Para « n a sociología..., 25 Ibid., p. 31. E l carácter subjetivista cación no requiere más comentarios...
ed. cast. c i t . , p . 30. de este tipo de expli
y
NOCIÓN DE ESTRUCTURA
43
LA SEGUNDA HIPÓTESIS El paralelismo
de las evoluciones
posteriores
Cuando la sociedad que producía para el mercado evoluciona y se pasa del régimen de libre concurrencia al capitalismo moderno, que se caracteriza por la concen tración de capital y la formación de monopolios, los va lores individualistas, que estaban ligados al mercado concurrencial, desaparecen. Paralelamente en la evolu ción de la forma novelesca se constata una evolución que se caracteriza p o r el paso de la novela de héroe individual problemático a la desaparición del héroe. E n este proceso, que no ha terminado todavía, se pueden distinguir, según Goldmann, dos etapas: La
etapa
de
transición
—Caracterizada por la tentativa de reemplazar los valores individualistas por otros de ideologías diferen tes, concretamente de origen socialista, y reemplazar la biografía individual por las ideas de la comunidad. ')esde
Kafka
al
presente
— L e segunda etapa comienza poco más o menos Icón Kafka y se extiende hasta " l e Nouveau R o m á n " |contemporáneo. E s t a etapa, que todavía n o ha terminai d o , se caracteriza por " e l abandono de todo intento de éustituir el héroe problemático y la biografía individual j p o r otra realidad, y por el esfuerzo por elaborar la noIvela de la ausencia del tema, de la no existencia de I t o d a búsqueda que progresa"
2S
L . GOLDMANN, Para
una sociología...,
ed. cast. cit. pp. 32-33.
44
SOCIOLOGÍA
DE
LA
NOVELA
LA NOVELA Y LA BURGUESÍA Goldmann piensa que la novela es una forma oposicional en el desarrollo de la sociedad burguesa. E s una forma literaria ligada al desarrollo de la burguesía, pero "que no es la expresión de la conciencia real o posible de esta clase" E s t o plantea el problema de la existencia de obras que expresarían los valores conscientes de la burguesía. Según Goldmann, el único gran novelista burgués sería Balzac. E n la obra de Balzac el universo está estructu rado por los valores burgueses individualistas, que triunfan sobre los antiguos valores feudales. L a posibilidad de que exista un universo novelesco estruc turado por los valores individualistas, podría deberse, según Goldmann, a la existencia de una burguesía que estaba a punto de construir una nueva sociedad, en la cumbre de su eficiencia histórica, cuya expresión sería ' la obra de Balzac. P o r otra parte, el carácter individualista y antihistó-;, rico del pensamiento burgués, y e l hecho de ser al mis m o tiempo un pensamiento profano que niega todo lo sagrado, celeste o inmanente, le convierte en "la prime ra forma de conciencia realmente aestética" For mas novelescas secundarias, c o m o las novelas del tipo que comienzan en Delly y termina con Dumas o S y é , constituyen una "literatura paralela" que narra la h i s - ; toria individual de un héroe positivo, cuya existencia está permitida por el carácter conceptualizado de l o s ' valores temáticos de la conciencia burguesa.
LOS ESTUDIOS CONCRETOS E n los estudios sobre las novelas de Malraux o so bre la obra de Genet, Goldmann intenta despejar la es tructura interna de las novelas, y explicarla después, por 27
L . GOLDMANN,
28
Ibid., p. 35.
Para una sociología...,
ed. cast. cit. p. 33.
Y
NOCIÓN DE E S T E C C T ' J R A
45
la situación de la sociedad capitalista en un momento determinado de su historia. E s necesario señalar aquí, que en el estudio sobre las novelas de Malraux, Goldmann recurre a las categorías "visión del mundo" y "conciencia colectiva", a las del héroe problemático, y también a otras del tipo "relaciones entre -tal y tal personaje", actitudes de u n personaje con relación a otro y a los valores de los personajes
LA NOCIÓN DE ESTRUCTURA EN LA SOCIOLOGÍA DE LA NOVELA
II
L a palabra estructura aparece, a lo largo de la obra de Goldmann, en contextos diferentes y a niveles de abstracción y de análisis distintos. H a b l a de "estructura interna de la o b r a " , de "estructura del género novelesco", de "estructuras sociales", "estructuras significativas" (los hechos h u m a n o s ) , "estructuras" de las visiones del mundo y de "infra-estructuras de las visiones del mundo" (las clases sociales). Después de haber comprobado la importancia del concepto de estructura en la sociología de la novela de Goldmann, su carácter "comprehensivo" y "explicativ o " en la teoría, vamos a intentar ahora delimitar su sentido en los diferentes contextos en donde aparece. Después lo compararemos con las definiciones formales de Barbut, Boudon y Piaget, e intentaremos mostrar que, un análisis riguroso del concepto de estructura, permite plantear algunos problemas de la sociología de la nov^i, en una perspectiva metodológica coherente.
EL SENTIDO DE LA PALABRA «ESTRUCTURA» EN LA SOCIOLOGÍA DE LA NOVELA Para conocer el sentido de la palabra estructura en los escritos de Goldmann, podemos, o bien buscar 29
Ibid.,
p.
4(i
SOCIOLOGÍA
DE
LA
NOVELA
una definición formal dada por el autor, o bien estudiar las palabras con que el autor la asocia en los escritos y el contexto en el que la em_plea. E n los estudios sobre K a n t , Pasral o Racine, Goldmann emplea la palabra estructura en contextos que la asocian a la noción de sistema, de totalidad organizada, de conjunto de relaciones entre los elementos de un todo, cuyas propiedades, en tanto que se trata de un todo, determinan las relaciones entre los elementos. E s decir, que, por lo general, es empleada con un sentido muy próximo al de la definición explícita que citamos en el capítulo precedente. Pero en la sociología de la novela es utilizado de otra forma. Si debiéramos basarnos exclusivamente en las "asociaciones sinonímicas" de la palabra estructura en esta obra, nos sería difícil precisar su sentido; esto nos impediría ver la función teórica del concepto de estructura en la sociología de la novela, que es diferente de la que corresponde a la definición citada. L a forma mejor de proceder para determinar su función teórica es seguir el método de Boudon, es decir, estudiarla no en el contexto limitado de sus asociaciones con sus atributos, sino en el más amplio contexto de la teoría o del método de análisis en la que se inserta. V a m o s a estudiar su sentido con esta perspectiva, ciñéndonos a las expresiones "estructura del género novelesco" y "estructura interna de la obra", y a su papel en la teoría de la novela. La noción estructura del género novelesco es equivalente, en la sociología de la novela de Goldmann, de la noción "forma novelesca" e implica, siempre que es empleada, la connotación de una oposición forma-contenido. Los materiales teóricos que constituyen la "estructura del género novelesco", que Goldmann quiere explicar, proceden de La teoría de la novela, obra que escribió Lukács, en su juventud, con una perspectiva
NOCIÓN DE ESTRUCTURA
47
Idealista, con una perspectiva de evolución de las foraas, consideradas como esencias. E n el prólogo del auor a la edición de 196,3 de La teoría de la novela^, Lukács describe la perspectiva teórica en que esta obra abía sido publicada en el curso de la primera guerra tiundial. Afirma que: " L a teoría de la novela es la primera obra, en tre las que dependen de las ciencias del espíritu, que ha aplicado concretamente los resultados de la filosofía hegeliana a problemas estéticos.""^. Y más adelante: " E l autor de la Teoría de la novela no va tan lejos. Intenta establecer una dialéctica de los géne ros, fundada históricamente sobre la esencia de las formas literarias y donde se da una ligazón más interna que en H e g e l , entre categoría e historia; intenta concebir mediante el pensamiento un ele m e n t o fijo en el c a m b i o . . . " Las modificaciones de detalle que la lectura de G i rd sugiere a Goldmann, y concretamente la identifica5n d e "degradación" y "mediatización", n o cambian carácter abstracto y esencial de la "estructura del géero novelesco" que describe — y que intenta expliar— Para una sociología de la novela. L a noción de b t r u c t u r a implica, c o m o veremos más adelante, la nofión de "sistema de transformaciones de un conjunto relaciones" y si se da que una estructura es cerrada, decir, si las transformaciones se realizan dentro de un ampo de posibilidades de realización, que ella implica, tsta "cerrazón" no es el "elemento fijo en el cambio" de que habla Lukács, esta "esencia de la forma" que itenta delimitar.
30 31 32
G. LUKÁCS, ed Ibid., p. 10. I b i d , p. 11.
francesa, cit.
48
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LA
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La "estructura del género novelesco" que Gold mann intenta definir utilizando los análisis del joven Lukács no puede escapar a las limitaciones que implica el modo de su definición. E s t a estructura es sólo una "idea de la forma", una esencia, y no un concepto cien tífico construido en un proceso de "abstracción reflexi v a " ; una teoría científica de la novela sólo puede cons truirse a partir de una conceptualización bien definida al nivel del análisis del sistema de relaciones existen tes en las novelas concretas. Una manifestación interesante de las dificultades que arrastra el modo de definir la "estructura del géne ro novelesco" es la necesidad de hablar de su evolución. E n efecto, si la estructura que Goldmann describe, es realmente la estructura del género novelesco, n o se ve por qué es preciso modificar la estructura para explicar diferentes tipos de novelas. P o r ejemplo, la noción de "héroe problemático" no puede aplicarse a los héroes de las novelas de Malraux, y Goldmann en el análisis que hace de ellas se ve obligado a definir la categoría "personaje problemático colectivo" ^' para explicar "la condición humana" y la de " h o m b r e de acción" para referirse a los personajes de La Vía Real y Los conquistadores, que no entran tampoco en la categoría de los "héroes problemáticos", a pesar del carácter am biguo de la definición del concepto del "héroe proble mático". D e l mismo modo que el concepto héroe pro blemático no explica los héroes de Malraux, el de "bús queda degradada", que es también un elemento de la "estructura del género", no puede explicar la sucesión de acontecimientos que constituyen las historias de es tos héroes. L a oposición forma-contenido que lleva consigo la noción de estructura del género novelesco se manifiesta 33
G. LUKÁCS, La teoría
34
Ibid.,
p.
87.
de
la novela,
p. 159.
I
NOCIÓN DE ESTRUCTURA
49
en sus relaciones con la noción de "estructura interna de la o b r a " , que el autor emplea en los análisis concre tos. E n el contexto en que se empla esta categoría, su significación sería la de "estructura del contenido de la novela". Fácil de descubrir, porque Goldmann no va cila en ponerle en relación con las "estructuras intelec tuales..., de la época" lo que excluye en cambio cuando se trata de las "estructuras del g é n e r o " , cuya liomología con las estructuras económicas n o se realiza n través del eslabón de la conciencia colectiva. Los dos mecanismos explicativos, e l que pasa por el eslabón de la conciencia colectiva para explicar la "estructura in terna de la obra", y el que no pasa por él, cuando se trata de "la estructura del género", muestran perfecta mente cómo la sociología d e la novela se propone ex|->licar dos cosas: la " f o r m a " y el " c o n t e n i d o " . Estas "dos cosas" son distintas en la medida en que la teoría de la novela no implica una teoría de los lazos existen tes entre ambas. L o s únicos lazos mencionados, se ha llan en los análisis concretos ( c o m o el de las novelas de M a l r a u x ) y consisten en expresiones del tipo "héroe problemático", "degradación" y "valores auténticos", más bien en la descripción de la estructura interna, que en su construcción. E l empleo de estas expresiones se hn hecho posible porque ha habido un deslizamiento del «cntido de estos conceptos. Al plantear el problema de la forma de la novela, (ioldmann lo hace de manera idealista, aceptando la oposición forma-contenido, lo que le impide pensar el pi-oblema de las estructuras del género a partir de las estructuras de obras concretas, analizadas con la concep tualidad que había empleado en El hombre y lo abwltUo y que había descrito en has ciencias humanas \ la filosofia. E s t o crea el problema de la explicación, fuera del camino que va de las infraestructuras econó36
G. LÜKACS, La teoría
de
la
novela,
pp. 61-62.
50
SOCIOLOGÍA
DE
LA
NOVELA
micas hasta la estructura del hecho cultural, pasando sucesivamente por la conciencia posible, la conciencia real y la visión del mundo, y de la homología que él constata entre esta esencia del género a la que llama estructura y la estructura del intercambio, considerada casi como una esencia. E l lazo entre la estructura interna y las estructuras del género novelesco, lazo que falta en la teoría de la novela de Goldmann, impide por otro lado, la definición de la estructura interna en términos rigurosos. Los análisis concretos emplean un conjunto de conceptos, cuya utilidad es incierta y su formulación nula e impiden por ello la definición de protocolos de observación. E l papel de la teoría del género novelesco sería proporcionar, a través de las configuraciones de las conjeturas novelescas posibles, un conjunto de conceptos que permitieran el análisis de la estructura interna en términos rigurosos. DEFINICIONES FORMALES DE LA NOCIÓN DE ESTRUCTURA Desde que la búsqueda d e estructuras aparece como un método de análisis de los hechos sociales que permit e un tipo de explicación y descripción de los objetos de un rigor muy grande ( o un aparente r i g o r . . . ) numerosas obras y numerosos artículos han intentado definir el sentido del concepto "estructura". E n t r e esta montaña de documentos, he elegido una monografía de Raymond Boudon un artículo de Marc Barbut aparecido en el número de " T e m p s Modernes", dedicado a los "problemas de estructuralismo" y a un librito de 36 Rayniond BOUDON, A quoi sert la notion de structure?, París, Gallimard, 1968, 235 p. 37 Marc B A B B Ü T , Le sens du mot "structure" en mathemátigues, L E S TEI^IPS MODERNES; 246 (noviembre 1966), pp. 791-814. Incluido en Problemas del estructuralismo, Siglo X X I , México, 1967, pp. 94-119.
NOCIÓN D E ESTRUCTURA
51
J e a n Piaget, de reciente aparición Las obras de Pia get y de Boudon, al haber sido escritas c o n diferentes perspectivas, permiten, a mi parecer, establecer impor tantes distinciones que contribuyen a la definición del método estructuralista en sociología. E l artículo de Bar but, que trata de la noción de estructura en matemáti cas, aporta, en su perspectiva, precisiones en cuanto a las relaciones entre la noción del isomorfismo y la de estructura. • , •• •• ' •• * < . LA TENTATIVA DE DEFINICIÓN DE BOUDON Boudon rechaza la posibilidad de definir la noción de estructura de forma inductiva, a partir d e las dife rentes definiciones que pueden encontrarse en la bi bliografía sociológica. E l único resultado que se obten dría de este modo sería elegir el denominador común de estas diferentes definiciones y lo que se conseguiría se ría una noción muy p o b r e . Partiendo del estudio de la noción de estructura en los trabajos en que es empleada, Boudon llega a dis tinguir dos tipos de contextos diferentes. E n el primero, ^ M a palabra estructura es empleada cuando se trata de ^ B e s i g n a r el carácter sistemático de un objeto —para in^ H i c a r , en otros términos, que se está ante un conjunto ^ p b caracteres interdependientes— o cuando se quiere subrayar que un método tiene como efecto describir un objeto c o m o un sistema" Cuando la palabra estrucse emplea en este tipo de contexto, Boudon dice le se da una definición intencional, que él diferencia la definición efectiva de la palabra estructura, que irresponde al segundo tipo de contextos, es decir, cuanla palabra estructura es empleada en el marco de teoría de sistemas. 38
J . PIAGET, El
39
R . BOUDON, Op., cit., p. 35.
estructuralismo,
cit.
52
SOCIOLOGÍA
DE
LA
NOVELA
D e hecho, la distinción de Boudon, a pesar de que resulta útil para explicar el uso de la palabra estructu ra en los textos sociológicos, es un poco artificial, por que la definición efectiva de la palabra estructura, que corresponde a la teoría de un sistema, implica que en primer lugar se debe definir el sistema cuya teoría va a hacerse a continuación, teoría que se llamará estruc tura. Todas las estructuras efectivas no son del mismo tipo: Boudon distingue cuatro tipos, que se obtienen por la combinación de dos características de las estruc turas eficaces; la "verificabilidad" de la teoría del siste ma y la "definición" del sistema sobre el que versa la teoría. Las estructuras efectivas del tipo I son, por tanto, teorías verificables de un sistema-objeto bien de finido, y las del tipo I I , teorías verificables de un ob jeto-sistema mal definido; las estructuras del tipo I I I , teorías n o verificables de un objeto-sistema bien defini do, y las del tipo I V , teorías no verificables de un ob jeto-sistema mal definido. E n t r e las estructuras del ti po I , Boudon clasifica a las de Lévi-Strauss {Las es tructuras elementales del parentesco) y las de Chomsky y Miller, en su análisis de la acentuación del inglés. E n t r e las del tipo I V , menciona a las "estructuras so ciales" de Parsons. Está claro que, para Boudon, las "verdaderas" es tructuras científicas son las del tipo I , es decir, las teo rías verificables de sistemas-objetos bien definidos. Pe ro, y esto es importante para distinguir la concepción de Boudon de la de Piaget, el autor considera que los que determinan "la eficacia de lo que se puede llamar, en términos genéricos, los "métodos estructuralistas", depende de las características del objeto considerado" Las "características del o b j e t o " que menciona, consisten en su grado de definición en tanto que sistema (obje40
R. BOUDON,
Op. cit., p. 102.
NOCIÓN DE ESTRUCTURA
53
to-sistema definido o n o ) . E s t o quiere decir, simple mente que Boudon piensa que el hecho de que un ob jeto esté bien definido en tanto que sistema es una pro piedad del objeto. Su noción de objeto-sistema bien definido se hace perfectamente clara cuando se la compara con su con cepto de teoría científica. Boudon piensa que ima teoría científica es un sistema hipotético-deductivo verificable. Entiende como teoría verificable o científica, el modo le construcción de las teorías (sistemas hipotéticos deluctivos) que permite que "pueda demostrarse su fal sedad" E s t e criterio, que reduce el carácter cientí fico de una teoría a la posibilidad de demostrar que es falsa es el mismo de Popper^^, que B o u d o n acepta completamente, con una sola puntualización: es nece sario distinguir niveles de falsificación, " n o se puede hacer una dicotomía". P o r tanto, Boudon cree que una teoría es imicamente un sistema hipotético-deductivo. F.s científica, si es "falseable". Pero la teoría — e l sislema hipotético-deductivo—, en tanto que tal, no tiene otros lazos con el objeto real que el de la posibilidad que sea demostrada o no su falsedad. E s c r i b e : " L a noción de estructura tiene una significa ción simple que puede resumirse fácilmente dicien do que: una estructura es siempre el producto de una teoría a príori destinada a explicar un objetosistema en tanto que sistema" Boudon piensa que la teoría debe ser a príori, por que tiene una concepción empirista del o b j e t o . E n efeclo, se siente "profundamente refractario ante una poíción de tipo realista que postulara la existencia —en
41 Ibid., p. 191. 42 K a r l R . POPPER, The logic of scientific discovery, Nueva York, lie B o o k s , 1939. Hay trad. cast. La lógica de la investigación cienT r a d . de Víctor Sánchez de Zavala. Madrid. Tecnos 1962. 43 Ibid., p. 189.
54
las c o s a s — de brir"
SOCIOLOGÍA
"estructuras"
que
DE
habría
LA
que
NOVELA
descu
Y o pienso, igual que Boudon, que las " c o s a s " no tienen estructura. Pero los objetos no son, para noso tros, cosas; están construidos por las "estructuras inten cionales", por su descripción en tanto que sistema. El empirismo y el idealismo son complementarios: preci samente porque Boudon piensa que los objetos son cosas, las teorías sólo pueden existir a priori. Y tam bién por ello, la estructura intencional no es otra más que intencional, porque los objetos no tienen estructu ra y por eso la teoría "a priori" del objeto-sistema es la estructura efectiva (efectiva significa, la única verificable, la única p o s i b l e ) . P o r tanto, se puede conside rar que para Boudon, la estructura es un sistema hipotético-deductivo (formal) cuyas hipótesis son "a prio ri". Esta estructura es verificable (o no), y su eficacia depende de las propiedades objetivas del objeto' expli cado por la estructura. I.o que vuelve, decir una vez más, que sólo se pueden explicar los objetos si son ex plicables ( s i son "objetos-sistemas" bien definidos), y que no hay método estructural sino solamente " l a bús queda de teorías aplicables a los sistemas concebidos en 44 Ibid., p. 189. E s fácil ver en la noción de "estructura" de Boudon las consecuencias de la posición de Popper. E n efecto, Popper en su libro identifica el carácter científico de ima teoría con su posibilidad de falsificación, no con su capacidad para expresar la realidad. Porque en el descubrimiento científico, según este autor, sólo hay lógca en el proceso de verificación ("falslfioacidn", porque, según él, no -se puede demostrar la verdad sino sólo la no-falsedad), ya que las hipótesis que sustentan la teoría son arbitrarias. E s fácil darse cuenta del carácter idealista de la epistemología de Popper, y a que las teorías científicas se convierten, bajo su óptica, en sistemas deductivos fundados sobre hipótesis a priori, cuyo único criterio de validez es la no-contradicción de las conclusiones con la experiencia. L a ciencia no es un conocimiento de la realidad, lo real no existe, sólo hay experiencias que niegan ( o no niegan) las conclusiones ex traídas de nuestras ideas a priori. De este modo Boudon se ve obligado a considerar que el sistema que la teoría expresa es una propiedad del objeto. Y que la estruc t u r a es solamente una intención de descubrir que el objeto tiene la propiedad de ser un sistema, o bien una teoría, necesariamente a priori, que no hay procesos de conocimiento sino sólo técnicas de verificación ( v e r las líotas en la página siguiente).
y
NOCIÓN
DE
ESTRUCTURA
55
tanto que sistemas", "teorías cuya especificidad reside en su tentativa de manifestar el carácter sistemático de los objetos que consideran" LA NOCIÓN DE ESTRUCTURA EN PIAGET . Piaget piensa que existe un método estructuralista. Este método implica dos etapas, la primera de las cuales consiste en descubrir, en nuestro campo de estudio, un objeto estructurado mediante la construcción de un sistema de transformación que posee las características de totalidad y autorregulación. L a estructura del objeto es "un sistema de transformaciones, que implica leyes en tanto que sistema ( p o r oposición a las propiedades de !os e l e m e n t o s ) y que se conserva o se enriquece por el mismo juego de sus transformaciones, sin que éstas lleguen más allá de sus fronteras o recurran a elementos exteriores. E n una palabra, una estructura comprende de ese modo los tres caracteres, de totalidad, transformaciones y autorregulación" La segunda etapa del método estructuralista, después del "descubrimiento de la estructura" es la l'ormalización. Piaget añade: "sólo es necesario com.jirender que esa formalización es obra del teórico, en tanto que la estructura es independiente de é l " La lormalización no es única: existen diferentes niveles posibles de formalización " q u e dependen de las decisioss de teórico, en tanto que el hecho de existencia de la iictura que éste descubre debe ser precisado en cadominio particular de investigaciones" A l afirmar la necesidad de precisar el modo de exissncia de la estructura, Piaget insiste, una vez más, so4.5 46 47 48 49
R. P O P P E R , Op. cit. p. 189. J . PIAGET, El estructuralismo. Ibid., p. 11. I b i d , p. 11. Ibid., p. 11.
ed. cast. cit. p. 10.
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bre el hecho de que las estructuras son siempre estruc turantes, lo que recalca que la noción de estructuras y la de transformaciones están ligadas. Cada una de las posibles transformaciones tiene un modo de existencia, definido por las propiedades de la estructura. E l con junto de transformaciones posibles tiene, también él, sus propiedades, es decir, que constituye un sistema, una totalidad, por las relaciones o leyes de composición que unen unas transformaciones con otras. E l carácter de totalidad del sistema de transformaciones que ca racterizan a una estructura ( p o r q u e las transformacio nes son estructuras) hacen de ella un objeto estructu rado. E n t o n c e s es posible comprender el sentido de la afirmación de Piaget: " S i lo propio de las totalidades estructuradas deriva de sus leyes de composición, son, pues, es tructurantes por naturaleza, y esa constante dua lidad, o más precisamente bipolaridad de propie dades, de ser siempre a la vez estructurantes y es tructuradas, explica el éxito de la noción q u e . . . asegura su inteligibilidad por su mismo ejercicio. Ahora bien, una actividad estructurante sólo pue de consistir en un sistema de transformaciones." ^ . Sin la noción de transformación, la abstracción, la constitución de sistemas hipotético-deductivos, n o es creadora de estructuras sino de formas. Sin la noción de transformación, el descubrimiento de una o de las totalidades estructuradas no conduce a la definición de una estructura, sino a la definición de una forma, de una esencia. Se podría decir que las formas son siste mas abstractos estructurantes que n o son estructurados. Y por eso, los formalismos que n o son estructuralismos no pueden expresar nada de la génesis de las formas, porque los sistemas hipotético-deductivos sólo pueden 50
J . PIAGET,
El
estructuralismo,
ed. cast. cit. p. 14.
Y
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tener dos posibles orígenes, " o el de una predestinación eterna o el de un constructivismo" I Wk P o r tanto, Piaget opina que el m é t o d o estructura" lista, en el sentido propio, no se puede disociar de una solución constructivista del problema de la génesis de las estructuras. Porque si los "sistemas hipotético-deductivos verificables" del conjunto de relaciones empíricas constatadas ( o "sistemas-objetos, para continuar empleando la terminología de B o u d o n ) , que constituyen, todavía con el sentido de Boudon, la estructura efectiva, estructurante, no son a su vez también estructurados ( l o que implica la concepción de la estructura c o m o sistema de transformaciones), n o se puede explicar su origen sino es mediante el " a priori" de Boudon, o por la "predestinación eterna" de que habla Piaget. Y si las estructuras son a la vez estructurantes y estructuradas, esto implica que, c o m o señala Piaget, "la investigación de las estructuras sólo puede desembocar en coordinaciones interdisciplinarias" porque " s i se quiere hablar de estructuras en un dominio artificialmente restringido, c o m o lo es siempre una ciencia particular, se llega muy pronto a no saber dónde situar el " s e r " de la estructura" P o r tanto, la perspectiva de Piaget es la siguiente; o bien las estructuras son seres construidos por una construcción abstracta o genética, lo que implica que sean sistemas de transformaciones —estructurantes y estructuradas— o son solamente estructurantes, y entonces la única solución para el problema de su génesis es la predestinación eterna. E n los dos casos son totalidades; en los dos casos pueden ser cerradas. P e r o si no se las define como un sistema de transformaciones, uno se ve conducido a un "estructuralismo" que "recubriría 51 52 53
Ibid., p. 121. J . PIAGET, El estructuralismo, Ibid., p. 118.
ed. cast. cit. p . 118.
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en rigor todas las teorías filosóficas no estrictamente empiristas que recurren a formas o esencias, desde Pla tón hasta Husserl, pasando sobre todo por Kant, y aun ciertas variedades de empirismo como el "positivismo l ó g i c o " que utiliza formas sintácticas y semánticas para explicar la l ó g i c a . . . " ^ . E l artículo de M a r c Barbut sobre El sentido de la palabra estructura en matemáticas^^, coincide con la posición de Piaget. E n efecto, las dos aproximaciones sucesivas que realiza con la noción de estructura en ma temáticas, la que emplea los términos isomorfismo y representación y la más general, construida sobre con ceptos de homomorfismo y correspondencia, se inscri ben ambas en la noción de sistema de transformaciones. I^as propiedades del sistema de transformaciones en tan to que sistema, de que habla Piaget, en el caso concreto de las estructuras descritas por B a r b u t son el isomorfis m o de las representaciones y el homomorfismo de las correspondencias. Las representaciones y las correspon dencias son transformaciones. E s indudable que el tipo d e transformaciones que componen el sistema y las pro piedades del mismo en tanto que tal, se hallan ligadas. COMPARACIÓN DE LAS DEFINICIONES PRECEDENTES . . . A la luz del análisis de Piaget, está claro que la definición que da Boudon de la estructura como teoría de un sistema (siendo el sistema el conjunto de rela ciones empíricas que constituye una totalidad) que de ja a un lado la noción de transformación, sólo puede aceptarse si se acepta al mismo tiempo el recurrir a los " a priori" para explicar el origen de las estructuras de finidas de este modo, cosa que sólo puede hacerse en e l contexto de una filosofía idealista o lógico-positiva. 54
Ibld., p. 11.
55
M. B A R B U T , op. cit.
Y
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H e m o s demostrado más arriba que la aceptación de una perspectiva de este tipo lleva consigo que sólo pue de hacerse la teoría de aquellos objetos q u e tienen la propiedad de ser sistematizables, y que, c o m o las cate gorías que definen los objetos no están construidas sis temáticamente, es preciso tomarlas allí donde se las en cuentra, y se acaba por encontrarlas en el mismo lugar que muchas categorías esenciales: en una ideología, que es, c o n mucha frecuencia, la ideología dominante... Por que la única razón válida para no construir e l objeto de tal forma que se le pueda explicar, que se pueda despe jar su estructura, es la de no querer hacerlo.
LAS ESTRUCTURAS NOVELESCAS DE GOLDMANN A LA LUZ DE LA NOCIÓN DE ESTRUCTURA H e m o s visto que una estructura se define por un sistema de transformaciones ( y que es cerrado). Pero un sistema de transformaciones no es más que un pro ceso de conceptualización. E l más sencillo de estos pro cesos de categorización, de estos sistemas de transforma ciones, es eí isomorfismo de las representaciones, cuyo ejemplo concreto es la traducción de un lenguaje A a un lenguaje B , en el caso de que los dos lenguajes ten gan la misma sintaxis ( i s o m o r f o s ) y que exista un dic cionario [conjunto de correspondencias bi-unívocas en tre las palabras ( c e m e n t o s de lenguaje) de A y de B ] . Los dos lenguajes de este ejemplo, A y B , son dos trans formaciones que pertenecen al mismo sistema de trans formaciones, a la misma estructura.
LA «ESTRUCTURA» DEL GENERO NOVELESCO Y LA ESTRUCTURA INTERNA Según Goldmann, y siempre que se entienda que un género novelesco es "el conjunto de características co munes a todas las novelas", existe una estructura del
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género novelesco. Hemos visto antes, que la noción de estructura del género novelesco tenía una connotación formal, por su oposición efectiva a las "estrucuras inter n a s " como "estructuras de contenido", y también por su origen. E s fácil darse cuenta de que la definición que da Goldmann de la "estructura del género" no es la de una estructura, y esto sin fijarnos ahora en cómo la define; basta con constatar que para explicar los diferentes conjuntos de novelas, aparecidos en un momento dado, en una sociedad dada, el autor tiene que recurrir a la noción de evolución de la estructura. E n efecto, su de finición n o define a un sistema de transformaciones (ni las transformaciones que le componen, ni las relaciones entre e l l a s ) , que sirva para explicar los conjuntos de relaciones que él quiere describir. D e hecho, el punto de partida de la "estructura del género novelesco" n o es la tentativa de construcción de un conjunto de ca tegorías coherentes que permitan la descripción de las novelas concretas, como conjuntos de relaciones entre ellas, conjuntos de relaciones que podrían, inmediata mente, ser analizados como transformaciones que cons tituyen un sistema de propiedades definidas con la ayu da de categorías que precisen el modo de existencia de las transformaciones, sino que es, por el contrario, el intento de abstracción de una " f o r m a " común a las diversas novelas, presente en todas, y que definiría al género novelesco. Goldmann aplica la noción de estructura interna a los resultados del análisis de una novela concreta. Sus análisis de las novelas concretas (los de las novelas de M a l r a u x ) , establecen conjuntos de relaciones entre los elementos de la novela ( y ponen en relación estas rela ciones con la sociedad que ha producido la novela, aun que esto es ya otro p r o b l e m a ) .
I NOCIÓN D E ESTRUCTURA
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Antes de plantear la cuestión de saber si estos con juntos de relaciones definen una estructura, es preciso ver de q u é forma son descritos. Porque su descripción está hecha de manera n o formal: Goldmann n o define en ningún sitio las categorías que permiten aislar los elementos, ni tampoco las categorías de relación; y me nos aún aquellas que describen las propiedades del con junto de relaciones, en tanto que conjunto. Evidente mente, es posible comprender lo que un discurso quie re decir, incluso cuando las palabras empleadas en él no están definidas formalmente. Pero en c a m b i o n o es fá cil (quizá es imposible) extraer las propiedades del conjunto de relaciones q u e enuncia este discurso, que se sitúa a varios niveles de abstracción simultáneamente, que salta de uno a o t r o , l o que, si se empleara la terminología de Boudon, equivaldría a decir q u e ese dis curso constituye un "sistema-objeto" indefinido o mal definido. E s t o no quiere decir que las categorías em pleadas para aislar el o b j e t o o para el enunciado de las relaciones no sean adecuadas; el problema es que no es posible saberlo... i E l anáhsis de la "estructura interna" de las novelas de Malraux ^ es un t e x t o de 1 5 0 páginas. L o s análisis de símbolos, el estudio de temas, la definición de las for mas de relación entre los personajes, de los personajes con el mundo, las descripciones de las "aspiraciones" de los personajes, el estudio de las relaciones entre los temas y las citas de las novelas estudiadas, constituyen una parte de los asuntos que Goldmann aborda en su análisis. Las relaciones entre las categorías empleadas y entre estas categorías y las de la conclusión son poco claras. N o contienen ninguna descripción, ni de las téc nicas de análisis (protocolos de o b s e r v a c i ó n ) , ni de las 66 L . GOLDMANN, Para una cit. p. 37-187. E l texto no lleva parágrafos, ni por temas.
sociología de la novela, ed. cast. divisiones, ni en capítulos, ni en
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categorías analíticas, ni de los tipos de razonamiento empleados. E s evidente que n o constituyen una descrip ción ni de una estructura, ni de u n sistema de relacio nes. E s un t e x t o que es necesario interpretar. CONCLUSIÓN
o . ,
^ •
E n el capítulo primero, había indicado que en los escritos de Goldmann se producía un deslizamiento en el sentido de la palabra estructura. E n efecto, en las obras que preceden a Para una sociología de la novela el sentido que Goldmann da a la palabra estructura, lo mismo que su función en la teoría, aproximan su de finición a la de Piaget, que el autor cita, y que está cer cana a las concepciones actuales del autor de Bl es tructuralismo. E n cambio en Para una sociología dé la novela, la palabra "estructura" tiene un sentido diferen te, e l sentido de una forma, y la posición central que ocupa en la teoría, la convierte en un híbrido de una "teoría del reflejo" y de un mecanismo de explicación psicológica d e las formas. Pero por otra parte. Para una sociología de la novela tiene el mérito de enfrentarse a n t e un problema nuevo: el de la sociología de un género literario. P e r o , c o m o Goldmann da una interpretación formalista del género — q u e se manifiesta por la dicotomía forma-contenido— y la palabra "estructura" desliza su sentido y pasa a ser un concepto idealista, el problema nuevo de la socio logía de un género no es abordado de forma explícita y no nos lleva al estudio de un sistema de transformacio nes específicas de las estructuras, cuya forma de exis tencia son las novelas, es decir, a l estudio de las estruc turas novelescas. Sin embargo, y a pesar de que Para una sociología de la novela defina su objeto de manera formalista, se pueden encontrar en ella conceptos que en el c o n t e x t o de un análisis estructural en el sentido adecuado, pue-
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den resultar útiles. Además, precisamente debido a que Goldmann se ve obligado a cambiar el sentido de la palabra estructura para tratar el género novelesco identificado con la forma, hemos podido definir mejor nuestro o b j e t o , como el estudio sociológico del género penItoado c o m o un sistema específico de transformaciones " d e las ideologías, cuyas formas de existencia son las novelas E l resultado de nuestro análisis puede resumirse así: para dar una explicación psicológica de las obras literarias es preciso intentar definir, no una " estructura forma, no aquello que las obras tienen en común, sino más bien una estructura en el sentido propio, es decir, un sistema de transformaciones específicas, que es estructurante, es decir que puede exiplicar las novelas conj j r e t a s , como formas de existencia de la estructura, y áue él mismo, a su vez, es estructurado.
67 E n el momento de publicar este texto, dos a ñ o s después de redacción, m e doy cuenta de las dificultades del vocabulario empleado. Cuando digo "género pensado como sistema específico de trans'Ormaciones" hubiera debido decir, empleando la nomenclatura de Kristeva, "sistema modulante secundarlo" (cf. Semeiotike, "Re¡rches pour une semanalyse P a r í s , Seuil, 1969, p. 4 4 ) . Pensar el e r o c o m o sistema de transformaciones es no pensar en términos género... Pero en 1967 la supralingüistica que se está desarrollando la Unión Soviética y en F r a n c i a estaba confinada en las publicartones especializadas de los lingüistas. Hoy, tanto los lingüistas como 3 sociólogos sabemos que las "superestructuras" y la problemática de semántica cubren el mismo t e r r e n o . •
ÍÜNDA
PARTE
Estructuralismos y teorías de la ideología
CAPITULO
III
Lingüistica y análisis estructural de los relatos
ORÍGENES Y PRESUPUESTOS
;:
,
L a distinción saussuriana entre la lengua y el habla constituye Ja lingüística c o m o disciplina autónoma y ofrece, paralelamente, el modelo sobre el que habrán de basarse los procedimientos teóricos de las diversas escuelas estructuralistas. E n efecto — c o m o se verá más adelante— la dicotomía "lengua-habla" será interpreta da como un caso particular ( y sin duda ejemplar) de la dicotomía fundadora del estructuralismo, a saber: es tructura vs. acontecimiento. Antes de adentrarnos en la discusión de las implica ciones teóricas y epistemológicas de esta distinción, es preciso analizar la manera en que Saussure la concibe. La lengua —según Saussure— es "un objeto bien defi nido e n el conjunto heteróclito de los hechos del len guaje. S e la puede localizar en la porción determinada del circuito donde una imagen acústica viene a asociar se con un concepto. L a lengua es la parte social del len guaje, exterior al individuo, que por sí solo no puede ni crearla ni modificarla; n o existe más que en virtud de una especie de contrato entre los miembros de la comurúdad" ^. 1 Ferdinand de SAUSSURE, Curso de Lingüistica General, E d i t o rial Losada S. A., Buenos Aires 1945. 4.'» ed., 1961. Traducción, pró logo y notas de Amado Alonso. P á g . 58. Y o subrayo.
[^7]
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LINGÜISTICA Y
Así, pues, la lengua constituye un objeto susceptib l e de ser estudiado independientemente del lenguaje ^; mientras que el lenguaje es heterogéneo, la lengua es "de naturaleza homogénea: un sistema de signos en el que lo único esencial es la unión del sentido y de la imagen acústica, y en la que las dos partes del signo son igualmente psíquicas" ^. Dicho de otro modo, la lengua es "un objeto de naturaleza concreta: una "institución social"*, un "siste ma de signos que expresa ideas" ^. L a lingüística, cuyo objeto es la lengua, forma parte de la "semiología" — o ciencia general de los signos—, la cual, a su vez, constituye un sector de la psicología social y, por tanto, de la psicología general^. E l habla es, inversamente, "un acto individual de voluntad y de inteligencia en el que conviene distinguir: 1 ) las combinaciones por las que el sujeto hablan2 Ibid. Pág. 58. Todos los subrayados son míos. E s t a larga cita, a la que me referiré más adelante, indica bien las relaciones entre el modo de definición de lengua "objeto bien definido" y sus condiciones de posibilidad: la imposición social-índividual (social-contrato) y todos los temas ideológicos del liberalismo... 3 F . de SAUSSURE, Ciírso de Lingüistica General, ed. cit. p . 58-59. 4 F . de SAUSSURE, Curso de Lingüistica General, ed. cit. p. 60. 5 F . de SAUSSURE, Curso de Lingüistica General, ed. cit. p. 60. E s t a cita es particularmente importante, como se verá después, en la discusión de la pertinencia de los conceptos de Saussure: parece manifiesta la concepción idealista de la significación propia a la noción de signo como expresión de la idea... Sin embargo, y c o m o se repetirá después, el razonamiento de Saussure es complejo y el signo tiene, además de un significado, un valor. Los saussurianos, salvo excepciones, tienden a desconocer en general esta segunda dimensión del signo, 6 La definición de la lingüística c o m o parte de la psicología no es un error; es perfectamente coherente con la definición, p o r una parte de los signos como "esencialmente físicos" (cfr. P. de Saussure, Curso de Linüística General, p. 5 9 ) , y por o t r a , del sistema de signos c o m o una institución social, "una especie de cont r a t o entre los miembros de la comunidad". L a lengua, c o m o objeto de estudio, se define así en el contexto de una sociedad pensada c o m o fundamentalmente contractual, cuyos miembros son individuos-sujetos... E l proyecto semlológlco de Saussure, proyecto que ha sido el fundamento del trabajo de Lévi-Strauss, se sitúa, inevitablemente, en este contexto, compartiendo sus méritos y encerrándose en sus limites. E n tal sentido, cabe señalar que la explicación que Lévi-Strauss d a de las estructuras es también, en última instancia, psico-física: las estructuras, en efecto, pueden ser definidas, según Lévi-Strauss, c o m o "un conjunto de imposiciones de naturaleza psicológica y lógica, que
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ESTRUCTURAL
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te Utiliza el código de la lengua con miras a expresar su pensamiento personal; 2 ) el mecanismo psico-físico que le permita exteriorizar esas combinaciones" Se ve claramente que la distinción lengua-habla está fundada en la oposición social-individual, y en una concepción expresiva del habla como exteriorización del pensamiento individual por el uso de la lengua como código-instrumento. C o m o nota Paul Ricoeur, esta distinción permite poner entre paréntesis un hecho importante: que lo propio del lenguaje no es sólo que el sujeto que habla combine "signos", sino que los combine de forma específica en un discurso significante*. Examinaremos más adelante las implicaciones de esta "puesta entre paréntesis" del discurso. U n a vez hecha la distinción entre la lengua y el habla, la lengua se define c o m o "un sistema que no conoce más que su orden propio y peculiar" ^: un sistema de signos, cuyas leyes constituyen el cuerpo de la lingüística. E s t e objeto — l a lengua— está definido por el método de Saussure: se trata de analizarlo c o m o conjunto cerrado (autónomo con respecto a las otras cienc i a s ) ; de explicar lingüísticamente los fenómenos lingüísticos. Sin embargo, la noción de fenómeno no aparece c o m o tal. La noción de signo es inseparable de la de lengua: lengua es un sistema de signos. ¿ Q u é es un signo? f o r m a a nuestro pensamiento y que se encuentran, sustancialmente nticas, en todo espíritu h u m a n o , occidental o exótico, primitivo civilizado. L a existencia universal de estas imposiciones plantea, rldentemente, el problema de su naturaleza. E n mi opinión, la hipóm á s verosímil, al menos a título provisional, es que ellas se exdirectamente en la vida mental, que ellas en cierta manera ;tan en ésta determinados aspectos de la estructura de la coriza cerebral y de su modo de funcionamiento" (Oír. Lévl-Strauss, | X a AntropoIog(a hoy", una entrevista a Claude Lévi-Strauss —por TCliseo Veron— en "Cuestiones de Filosofía", Buenos Aires, 1962. nos. , p. 1 6 1 ) . 7 F . de SAUSSURE, Curso de Lingüistica General, ed. cit. p. 57. 8 Paul R I C O E U E , La structure, le mot, l'évenement, en Esprit, If.» 360, m a y o 1967, pp. 801-821. Se publicó en trad. castellana en Pensaento Critico. L a Habana. 9 P . de SAUSSURE, Curso de Lingüística General, ed. cit. p. 70.
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LINGÜÍSTICA Y
Problema fundamental que da lugar a un extenso aná lisis de Saussure. P o r una parte, el signo es una entidad psicológica, la unión del significante y del significado. P o r otra el signo es un elemento de un sistema de signos. L a forma en que Saussure define y estudia esta "entidad" merece un análisis detallado. P o r otra parte, Saussure declara que: "los signos lingüísticos, no por ser esencialmente psíquicos son abstracciones; las asociaciones ratificadas por el con senso colectivo, y cuyo conjunto constituye la lengua, son realidades que tienen su asiento en el cerebro" P o r otra parte, l o que "el signo lingüístico une n o es una cosa y un nombre sino un concepto y una imagen acústica. L a imagen acústica n o es el sonido mate rial, cosa puramente física, sino su huella psíquica, la representación que de él nos da el testimonio de nues tros s e n t i d o s " S a u s s u r e propone luego remplazar "concepto e imagen acústica respectivamente, con signi ficado y significante" Con lo cual se llega a la defi nición del signo como unión del significante y del sig nificado, "entidad psíquica con dos caras". La palabra signo se refiere, pues, a la totalidad del significante y del significado. Así definido, el signo posee, según Saussure, dos características principales: primeramente, el signo, to talidad en la que se unen significante y significado, es arbitrario y esta arbitrariedad consiste en la contingen1 0 P. de SAUSSURE, Curso de Lingüística General, ed. cit. p. 59. L a s estructuras de Lévi-Strauss tienen tarnbíén sede en el cerebro ( c f r . nota 127). 11 F . de SAUSSURE, Curso de Lingüistica. General, ed. cit. p. 128. Y o subrayo. 12 P. de SAUSSURE, CMr.so de Lingüística General, ed. cit. p. 129. E s t e reemplazamiento es importante: gracias a él se puede dejar de lado el problema de la distinción entre el "concepto" (significado) y la huella psíquica de la imagen acústica (significante), asi c o m o se puede fundar después la distinción entre "valor" y "significado" del signo y... olvidar, después de Saussure, la noción de valor tal c o m o Saussure la funda.
ANÁLISIS
ESTRUCTURAL
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cia de la relación de la idea y la imagen acústica y no en la libertad del sujeto que habla. E s una "arbitrariedad" q u e depende del carácter convencional del signo: de su carácter de elemento de la lengua, institución social ( c o n t r a c t u a l ) . E l segundo es el carácter lineal del significante: puesto q u e el significante es de "naturaleza auditiva, se desenvuelve únicamente en el tiempo y tiene los caracteres que toma del tiempo: a ) representa una extensión; b ) esta extensión es mensurable en una sola dimensión; es una l í n e a " L o menos que se puede decir de la definición del signo es que se presta a confusión. L o interesante es ver c ó m o se intenta utilizar la noción de lengua como sistema de signos, y el método "estructural" de la lingüística saussuriana fuera de los presupuestos que constituyen sus condiciones de posibilidad. P e r o antes de ocuparse de este problema, hay que ver c ó m o Saussure piensa la lengua como o b j e t o formal ( y no sustancial), hecho de oposiciones y de diferencias, que se estudia como una combinatoria. E l problema, tal c o m o lo ve Saussure, es el siguiente: "la lengua presenta, pues, el extraño y sorprendente carácter de no ofrecer entidades perceptibles a primera vista, sin que p o r eso se pueda dudar de que existan y de que el juego de ellas es l o que la constituís Ibid. P . 130. L a lectura atenta de las páginas 100 y 101 es fundamental si se quiere comprender cómo la noción de lengua y la (inseparable) de signo se definen en el contexto de una concepción liberal de la sociedad c o m o conjunto de individuos en relación por múltiples "contratos" y "convenciones". Benvenlste discute la arbitrariedad del signo (Problemes de linguistigue genérale, pp. 49-55. De próxima publicación en Siglo X X I ) y lo atribuye a la confusión de las diferencias entre los significantes del mismo significado (la cosa) y diferencias en el modo de unión necesaria del concepto y la palabra en las diferentes lenguas: "Lo arbitrario no existe aquí m á s que con respecto al fenómeno o al objeto material y no interviene en la constitución propia del signo ( p . 5 3 ) . Pienso que Benvenlste tiene razón cuando dice esto, pero que no s a c a las conclusiones necesarias de su afirmación: la negación de la pertinencia de la distinción entre significante y significado, y el rechazo de la noción de signo como concepto científico. 14 P . de SAUSSURE, Obra citada, 3." édition, p. 133.
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LINGÜÍSTICA Y
ye" E s decir, los signos ( u n i d a d e s ) , se constituyen por sus oposiciones, y por sus identidades o, en los términos de Saussure mismo: " E l mecanismo lingüístico gira todo él enteramente sobre identidades y diferencias, siendo éstas la contrapar tida de aquéllas. E l problema de las identidades, pues, se vuelve a encontrar en todos los sitios, pero, también, se confunde parcialmente con el de las entidades y de las unidades, del cual no es más que una complicación, por lo demás, fecunda" L a problemática que estas citas designan es la de la noción de estructura — o , mejor, la de la noción de sistema— tal como aparece, indisolublemente ligada, al modo de definición de la lengua. Y esto porque si los signos son los elementos del sistema de la lengua, sólo el estudio de las relaciones entre ellos permite la definición de los signos mismos Sin entrar aquí en la discusión detallada del problema indicado, se puede subrayar que el planteamiento en términos de elementos — y sistemas de relaciones entre ellos ( q u e definen los e l e m e n t o s ) — presenta dificultades sobre todo a nivel semántico y semiológico, pero que parece suficiente para tratar los niveles fonológico y morfológico. Y que, pre cisamente, el modo de definición de los elementos del lenguaje constituye un problema, el "problema de los niveles" en lingüística, del que trataré después, y cuya solución exige una concepción más elaborada de la no ción de estructura como sistema de transformaciones 15 F . de SAUSSURE, p. 184. 16 P de S A U S S U R E , p. 186. 17 P . de SAUSSURE, obra citada, p. 138. E s t o nos lleva al pro blema —de una gran dificultad— de la diferencia entre las estructuras y la estructuración pensada como proceso. Ricoeur escribe que "para interpretar correctamente este trabajo del lenguaje, es preciso apren der de nuevo a pensar, como Humboldt, en términos de proceso m á s que de sistema, de estructuración m á s que de estructura". Paul Ri coeur, Le structure, le mot, l'évenement, en Esprit, n." 360, m a y o 1967, pág. 819. E s t e aspecto se discute m á s adelante. 13 Ver el capitulo V, la concepción de la estructura de Piaget.
SALISIS
ÍTALOR
ESTRUCTCRAL
y
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SIGNIFICADO
DEL
SIGNO
E l problema es el siguiente: ¿ C ó m o definir los eleentos cuyo conjunto estudiamos c o m o sistema? aussure advierte que las relaciones definen los "elelentos". E s decir, que los signos se definen estudiando as relaciones del sistema de signos. E l signo es significante y significado: e l significanes significante porque existe un significado. Saussure i i c e que la idea delimita el sonido que la representa al JÉismo tiempo que el sonido (imagen acústica) de la a l a b r a define (delimita) la idea. Así, la idea, el conato, es el significado de la palabra (del s i g n o ) . Este tipo de relaciones son las relaciones "verticales" significante-significado. P e r o por otra parte, existen relaciones horizontales, en las que el significante se delimita con respecto a los demás significantes y e l . significado con respecto a los otros significados. E s t a s relaciones se vinculan a lo que Saussure llama valor del signo. Saussure afirma, por una parte, que el significado y e l valor de un signo son realidades distintas. P o r otra parte, que el valor define el significado. E l fundamento de la distinción se encuentra en otra distinción: la del concepto y su "imagen acústica" ^ . V a m o s a ver cómo. Saussure escribe: "Ahora se ve la interpretación real del esquema del signo. A s í , Significado "juzgar" Significante "juzgar"
19 E s t u d i a r como sistema es, para Saussure, buscar la explicación del hecho en el conjunto de hechos en el que el primero se sitúa: nntonces la lengua es sistema porque no conoce m á s que su orden propio y la lingüística es una ciencia autónoma de las otras... 20 No hay que olvidar que la "imagen acústica" no es el sonido, idoflnido físicamente, sino la huella o traza en el psiquismo.
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LINGÜÍSTICA
Y
quiere decir que en español un concepto "juzgar" está unido a la imagen acústica "juzgar"; en una palabra ( m o t ) él simboliza la significación; pero bien entendido que ese concepto nada tiene de inicial, que no es más que un valor determinado por sus relaciones con los otros valores similares, y que sin ellos, la significación n o existiría" Se advierte aquí claramente que no hay, para Saussure, significado del signo sin valor del signo, y que el valor depende de las relaciones con otros valores. L a distinción saussuriana entre valor y significado es frágil: la mayoría de sus seguidores la borran y n o conservan más que la noción de significado. LA NOCIÓN DE SISTEMA (O DE ESTRUCTURA) Percibir, a través de la obra de Saussure, todos los aspectos de la noción de sistema, es un trabajo arduo. P o r ello, sólo se ha efectuado en contadas ocasiones. E s indudable que el término "sistema" tal como Saussure lo emplea, es un sinónimo del término "estructura". Sinónimo, no porque sepamos lo que los dos quieren decir, sino porque se sitúan en la misma problemática: en una problemática elemento-relación, sincroníadiacronía, sociedad-individuo, forma-sustancia, identidad-diferencia... E s decir, en una problemática constiuida por una serie de oposiciones categoriales. Para ilustrar esta perspectiva, son ejemplares unas cuantas citas de Saussure.- la lengua es una forma y no una sustancia" " E n la lengua n o hay más que diferencias" " L a lengua es un sistema de puros valores que nada determina fuera del estado momentáneo de sus términos." 21 22 23 24
F. F. F. P
de SAUSSURE, Curso..., de SAUSSURE, p. 206. de SAUSSURE, p. 203. de SAUSSURE, p. 148.
p. 199.
ANÁLISIS
ESTRUCTURAL
75
E n resumen: las distinciones lengua-palabra y sincrónico-diacrónicc, son dos distinciones complementarias y constitutivas de la noción estructura, tal c o m o los estructuralismos la piensan, porque delimitan una totalidad, totalidad cerrada — e s decir, que no se "sale de ella para explicarla"—, y a-histórica. E n efecto, "todo cuanto es diacrónico en la lengua, solamente lo es por el habla. E n el habla es donde se halla el germen de todos los c a m b i o s " Lengua y sincronía mo modo que habla y Sincronía Sociedad Forma
son, pues, paralelas, del misdiacronía. — — —
Diacronía Individuo Sustancia
Todas éstas son, pues, distinciones paralelas. La noción de sistema — e n la que se estudia la lenj a — las implica todas, además de la noción de orden propio, que funda la autonomía de la lingüística y la finición de su objeto. semiología Fundada en su definición del signo y en el método ¡jde análisis de los sistemas de signos, Saussure concibe l u n a ciencia nueva, la ciencia de los signos o semiología, | d e la que la lingüística n o sería más que una sección, ista ciencia de los signos constituiría una parte de la psicología social, puesto que el signo — t o d o signo— J e s una entidad psicológica^^. L a lengua es "solamente el más importante de esos I sistemas" (los s i g n o s ) , dice Saussure L a posición |,de la semiología, que estudiaría las leyes generales de los signos, sería determinada por el psicólogo. 25 26 27
F . de SAUSSURE, p. 172. F . de SAUSSURE, Curso de Ibid., p. 60.
Lingüistica
General,
p. 60.
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LINGÜISTICA Y
D e todas formas, Saussure precisa que "al considerar los ritos, las costumbres, etc., como signos, estos hechos aparecerán bajo otra luz, y se sentirá la necesidad de agruparlos en la semiología y de explicarlos por las leyes de esta ciencia"^*. E s t a profecía define un método, tm proyecto cuya importancia en la historia de las ciencias es decisiva. LOS ANÁLISIS «ESTRUCTURALISTAS» L a tentativa de realización del proyecto semiológico de Saussure toma forma en los últimos veinte años en Francia. Pero en lugar de definir una ciencia, funda una escuela: los resultados de la aplicación del " m é t o do de la lingüística" a distintos hechos sociales son discutibles, y eso, incluso aunque sean interesantes. L a "semiología" no alcanza el rigor de la fonética. Fascinados por las pretensiones de rigor del proyect o semiológico, son numerosos los investigadores que intentan analizar hechos sociales de tipo diverso c o m o "sistemas de signos". Sin embargo, los resultados de la tentativa no aparecen concluyentes, en particular los que conciernen directamente a los relatos. Lévi-Strauss es el primero — y el más serio— de los representantes de esta escuela. Desde L'Anthropologie Structurale a sus obras más recientes, el trabajo de L é vi-Strauss se define como una tentativa de análisis estructural de los relatos míticos. D e s d e Le Cru et le Cuit hasta L'origine des manieres de table, la serie de Mitológicos se extiende progresivamente, con una constancia considerable en la metodología. Sin entrar en un análisis detallado de los trabajos de Lévi-Strauss, se puede indicar que lo que este autor intenta hacer es constituir una meta —"lengua m í t i c a " , 28
Ibid., p. 62.
(ÍALISIS
ESTRUCTURAL
77
sistema de signos que sea autónomo, que n o requie ra consideraciones exteriores en su explicación de los hechos comprobados por el sistema ( y eso, aun cuando Lévi-Strauss apela, para dilucidar el significado de cier tos mitos, a las relaciones de parentesco, a la prepara ción de alimentos, e t c . ) . Las unidades del sistema son los mitemas, "gruesas imidades de significación" que se definen c o m o rela ciones y que agrupan en ellas los " semantemas" ( o " s e m e m a s " , como los llama G r e i m a s ) , de la misma ma nera que estos últimos están compuestos por los morfe mas, y los morfemas, a su vez, por los fonemas. E l mé todo de análisis consiste en descomponer todo mito en una serie de mitemas, y estudiar las articulaciones de estos mitemas en el discurso mismo. S e trata luego de considerar el mito como un elemento de un conjunto más amplio: una mitología. E l mito particular es estu diado entonces como una de las variaciones posibles sobre un mismo tema; de u n o a otro de los temas de una mitología, se pasa por transformación. Las relaciones que Lévi-Strauss estudia son de dos tipos: relaciones entre actores en el mito, y relaciones entre los comportamientos de los actores. C o m o ejem plo se puede mencionar el célebre estudio de los mitos pororó, tupi y ge, en el q u e Lévi-Strauss prueba que es sible definir una serie de transformaciones (reversii) que permiten el pasaje de mitos tupí a un mito \ororo y recíprocamente. ti TUPI
tí > GE
>• BORORO
Claude LEVI-STRAÜSS, L'Anthropologie Structurale, ver siguiente (Hay trad. cast. Paidós. Buenos Aires 1969).
cita
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LINGÜISTICA Y
Los mitos tupí, gé y bororo pueden entonces con siderarse como un grupo cerrado de transformaciones Actualmente Lévi-Strauss prosigue el análisis de conjimtos de mitos cada vez más amplios, con el proyecto de definir la estructura del pensamiento mítico, es de cir, el sistema ( c e r r a d o ) de transformaciones de todos los mitos. Sin entrar en más detalles respecto al método de Lévi-Strauss, hay que mencionar que, como el autor mis m o lo reconoce, el tipo de análisis que emplea es posible porque el relato mítico —^literatura o r a l — se caracteri za por el hecho de encontrarse entre la lengua y e l ha bla (curioso sentido para una meta-lengua) entre la sin cronía y la diacronía^^. E n efecto, si el mito pertenecie ra solamente al orden del habla — e n el sentido riguro samente saussuriano del t é r m i n o — tendría sólo una or ganización sintagmática, y no se podría estudiar un con junto de mitos como sistema. P e r o "dado" que se sitúa a medio camino entre ambos registros, el mito posee además una organización paradigmática que determina su construcción y que permite la elaboración de la mito logía como objeto sistemático, c o m o meta-lengua. Y tam bién, porque el mito es un tipo de discurso en el que, un anáUsis exclusivamente semántico, que deja de lado la configuración fonética, fonológica, sintáctica y morfoló gica del relato mítico, es posible y legítimo. Al menos tal es la opinión de Lévi-Strauss: " S e podría definir el mito como un modo del discurso en el que el valor de la fórmula traduttoretraditore tiende prácticamente a c e r o . . . L a sustan cia del mito no se encuentra ni en el estilo, ni en el 30 Ver: Claude LEVI-STRAUSS, Le Crü et le Cuit, París, Plon, 1964. Trad. castellana: "Lo crudo y lo cocido", F . C . E . , y también J e a n PANILLON, "L'Analyse des mythes", L'homme, vol. V I , eneromarzo 1966, págs. 100-105. 31. C. LEVI-STRAUSS, L'Anthropologie Structurale, p. 231.
UALISIS
ESTEUCTDEAL
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modo de narración, ni en la sintaxis, sino en la historia narrada." L a posibilidad del análisis se debe, entonces, a una j^ropiedad del objeto analizado: el análisis del mito como historia, la forma de constitución de los mitemas como traducción, en una proposición simple, de los aconteci mientos narrados en el m i t o , es posible, porque en los mitos sólo importa el contenido E s e contenido, que se encuentra en la historia narra da por el mito —pero que no es esta historia— es conce bido c o m o una serie de oposiciones constitutivas del universo semántico, condición de posibilidad de la his toria mítica. Los mitemas establecen —manifiestan o expresan— las relaciones entre las categorías del uni verso mental que estructura los relatos míticos. E s importante comprender, en el método de LéviStrauss, que las unidades del relato mítico, los mitemas, aunque aislados carezcan de significación la tienenen el momento en que se definen c o m o manifestando las oposiciones constitutivas de la "arquitectura del es píritu" (oposiciones como lo crudo y lo cocido, lo puro y lo impuro, lo animal y lo vegetal) y que, entonces, el método de Lévi-Strauss está inseparablemente ligado a la existencia, independiente de los relatos estudiados, de una estructura de los significados, q u e los relatos ex presan, y de los que es la condición de posibilidad. Por eso los " m i t e m a s " se identifican a los signos: unen un significante, el acontecimiento de la historia q u e el mito relata, y un significado, que es una articulación de se mantemas, de categorías sémicas. E s esto precisamente l o que permite a Lévi-Strauss concebir la mitología como meta-lengua, y la meta-len,32 C. LEVI-STHAUSS, L'Anthropologie Structurale, p. 232. 33 C. LEVI-STBAUSS, L'Anthropologie Structurale, p. 233. 34 L o cual es discutido p o r B . y L . Makarius en "Des Jaguars des Hommes", L'Homme et la Société, n.» 7, 1968, pág. 231.
et
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LINGÜÍSTICA y
gua como situada entre la lengua y el habla: el mitema, aunque sea, en realidad una frase, define para LéviStrauss, un signo. (Lévi-Strauss ignora completamente el problema de los niveles que menciona B e n v e n i s t e . ) Si la frase ( m i t e m a ) es signo, entonces hay articulacio nes de los significantes que permiten el acceso a las ar ticulaciones del significado. Y estas "articulaciones del significado" son la estructura del relato mítico, en la medida en que, por transformación de las relaciones en tre significantes, la misma estructura del significado se encuentra detrás de mitos distintos.
Encontramos en la metodología de Greimas los mis mos presupuestos que en la de Lévi-Strauss: ima con cepción del signo c o m o recipiente de un contenido cuya "estructura" está hecha de oposiciones y, en consecuen cia, un análisis esencialmente formalista del relato. Se puede discutir detalladamente la teoría del relato mítico de Greimas: será más fácil compararla con la de Lévi-Strauss y ver ulteriormente la teoría general de la significación de Greimas, su "semántica estructural" co m o generalización y sistematización de los postulados de Lévi-Strauss. Greimas considera, basándose en Lévi-Strauss, que hay tres elementos fundamentales a tener en cuenta en la descripción del relato mítico: a ) el armazón ("armat u r e " ) ; b ) el mensaje; c ) el código. P o r armazón Greimas entiende "la lengua del rela t o " , es decir, " e l conjunto de propiedades estructurales comunes de todos los mitos-relatos" conjunto que, según él, implica dos planos: S5
Lévi-Strauss
construye
el
mitema
como
traducción en
Irase simple, del acontecimiento narrado en el mito.
<
una
36 A. J. GBEIMAS, "Elements pour une théorie de l'interprétation du récit mithique", Communications, n.» 8, Seuil, p. 29.
ANÁLISIS
ESTRUCTURAL
a) El plano discursivo: "el mito considerado co mo unidad discursiva transfrásica" . b) El plano estructural: "la estructura del conte nido que se manifiesta por medio de la narración" Según Greimas, la lingüística se limita al estudio de la frase. Y el análisis estructural de los relatos no puede considerar al discurso c o m o una pura adición de frases, sino que, al contrario, lo debe considerar c o m o "un to do de significación". E l plano discursivo del relato (ho rizontal) es concebido como "una sucesión de enuncia dos cuyas funciones-predicados simulan lingüísticamente un conjunto de comportamientos que tienen una finali dad" E l plano discursivo posee una dimensión tempo ral. E n cambio, el plano estructural, la estructura del contenido, es la articulación de "estructuras elementales del contenido" —las "categorías s é m i c a s " — oposiciones de " s e m a s " . E l mensaje es, para G r e i m a s , la significación parti cular de cada mito, significación que se sitúa en los dos planos, discursivo y estructural. E n el plano discursivo, el relato es una sucesión de acontecimientos implicando actores L a descripción del relato en el plano discursi vo se hace mediante una serie de categorías actanciales: los actantes son individuales o colectivos, y dentro de esta clasificación, héroes-sujetos u objetos-valores*^, des tinatarios o destinadores, oponentes-traidores o ayudanles-fuerzas benéficasPero los actores o los aconteci37 Ibid., p . 29. 38 Ibid., p. 29. 39 Ibid., p. 29. 40 Se verá después cómo "el plano discursivo" ha sido bastante lilen descrito por Greimas. No p a s a lo mismo con el plano estruc tural y , p o r lo tanto, con sus relaciones. 41 E s t a discusión es inoperante. Veremos c ó m o los actores son •irnultáneamente sujetos y objetos. Ver capítulo siguiente. 42 Ver en A. J . Greimas, Langue et Langage, Larousse, París 1966, ni capítulo Béflexions sur les modeles actentiels, pp. 172-189, más Ki'neral. Usamos el artículo citado porque es m á s reciente y más «Imple.
32
LINGÜISTICA Y
mientas son para Greimas lexemas (significantes) "organizados por las relaciones sintáxicas, en enunciados unívocos" A estos lexemas corresponden, en el "plano estructural" ciertos "rasgos pertinentes" de significación, ciertos semas ( o unidades de significación) que constituyen propiedades "antropomórficas" de esos significantes-actores y significantes-acontecimientos. E l código es la estructura formal de las unidades narrativas, es decir, de los significantes y de los "rasgos pertinentes de significación" que corresponden a esos significantes Sin entrar en más detalles vemos ya que, para Greimas, como para Lévi-Strauss, la estructura del relato mítico ( y del relato en general) *^ es la estructura del significado concebida como articulación de oposiciones d e "unidades de significado", los semas, dentro de categorías sémicas ( S — negación de S ) . E l análisis del discurso es, para Greimas, el análisis d e la manifestación de la estructura del universo de la inmanencia. Se puede resumir la "semántica estructural" de Greimas con sus propias palabras: " E l centro de toda nuestra reflexión teórica reside en la hipótesis ingenua de que, partiendo de la unidad mínima de significación, se puede llegar a describir y a organizar los conjuntos de significación más amplios. Esta unidad mínima, sin embargo, que hemos llamado sema, no tiene existencia propia y no puede ser imaginada y descrita más que en relación con algo que no es ella y en la medida 43 A. J . GREIMAS, Elements pour une théorie de interpretatiov recit mythigue, p. 30. 44 ¿Por qué "rasgos pertinentes"? Porque la atribución de una unidad de significado es una operación arbitraria. 45 Ver A. J . Greimas, Sémantique Structurale, París, Larousse 1966, pp. 172-189.
du
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ESIRUCTURAL
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en que forma parte de una estructura de significa ción" E l análisis del relato conduce a una estructura que es la articulación de los semas que el relató manifiesta a través del código. Mensaje — (código) — estructura de la significa ción = articulación de categorías sémicas. H a y que notar que la concepción del código es inse parable de un análisis formalista, y de la idea ( y nociónideologema burgués) de l o social como contractual. Greimas emplea en su análisis de los relatos la tipo logía que Propp elabora para el análisis de los cuentos rusos Describiré rápidamente esta tipología de los actores y de las funciones porque ha sido empleada por Greimas, y también por B r e m o n d — q u e la modifica li geramente, introduciendo la noción de deseo— y porque inspira los análisis más complejos de R. Barthes. L o esencial del análisis de Propp es que para com parar los cuentos ( r e l a t o s ) hace falta una unidad de me dida invariable. D e esta manera se podrán considerar los cuentos como transformaciones regidas por ciertas leyes de composición. Los invariables de los cuentos son las funciones de los personajes: " S e puede observar que los personajes de los cuentos fantásticos, permaneciendo diferentes en apariencia, edad, sexo, tipo de preocupación, esta do civil y otros rasgos estéticos y atributivos, ejecu tan, en el curso de la acción, los mismos actos. E s to determina la relación de las constantes con las 46 A. J . GREIMAS, p. 103. E s t r u c t u r a de significación —categoría mimica—, oposición de un sema y su negación. P o r ejemplo, fuerte diSbil. S — N{S). 47 Ver Todorov, Théorie de la littérature, París, Seuil, 1965, y fl artículo de V. Propp, "Les transformations des contes fantastiques", pp. 234-262.
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LINGÜISTICA Y
variables. Las funciones de los personajes represen tan las constantes, el resto puede variar." A partir de esta comprobación, Propp encuentra treinta y una funciones distintas Las funciones, únicas constantes del relato, permiten la clasificación de los ac tores en siete clases de actantes, cada clase agrupando un cierto número de las treinta y una funciones. C o m o se h a dicho, Greimas hace suya esta clasificación y la em plea en el plano discursivo del análisis del mensaje, pla n o discursivo que constituye la forma específicamente narrativa de la estructura del contenido. Claude Bremond toma también la función como uni dad de base para el análisis de los relatos. La función es, según Bremond, el "átomo narrativo" de las "acciones y acontecimientos que reunidos en series, engendran un r e l a t o " ^o. Las series elementales, combinadas entre ellas, for man las series complejas que poseen "configuraciones variables". Las configuraciones típicas son: el encadena miento, la inclusión de un proceso en otro, la articula ción de dos series elementales en un mismo aconteci miento con funciones diferentes para dos agentes dife rentes. Bremond emplea tres nociones que definen los ele mentos de todo relato: la sucesión, la noción de unidad y el "proyecto humano" de los agentes. Estos tres ele mentos se definen, según Bremond, en relación con la unidad básica, la función, y no pueden definirse más que en relación con ella, y entre ellos. Los conceptos de Bremond son importantes. A pesar del uso de la noción de función, ligada a una concep ción formalista del relato (categoría morfológica), Bre48 V. PROPP, p. 235. 49 GREIMAS, Sémantique Structurale. 50 Claude BREMOND, "La logique des possibles narratifs", munications, n." 8, Seuil, 1966, pp. 60 y 76.
Com-
I
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mond se interesa por las sucesiones de acontecimientos, sus articulaciones y el proyecto humano del "personaje". Se verá después cómo, fuera del contexto idealista del que B r e m o n d no llega a separarse, las nociones de suce sión de acontecimientos, sucesiones elementales y "pro ceso virtual" respecto a "proceso real" constituyen con ceptos fundamentales para el análisis de los relatos. Brelond escribe: " T o d o relato consiste en un discurso integran do una sucesión de acontecimientos de interés hu mano en la unidad de una misma acción. Donde n o hay sucesión no hay relato, sino, por ejemplo, descripción (si los objetos del discurso están rela cionados por contigüidad espacial), deducción (si se implican uno a o t r o ) , efusión lírica ( s i se evo can por metáfora o m e t o n i m i a ) , etc. D o n d e no hay integración en la unidad de una acción n o hay tam poco relato, sino solamente cronología, enunciado de una sucesión de hechos desordenados. Donde, finalmente, no hay implicación de interés humano [cuando los acontecimientos descritos n o son ni producidos por agentes ni sufridos (experimenta d o s ) por pacientes antropomórficos] n o puede haber relato, porque solamente en relación con un proyecto humano tienen sentido los acontecimien tos si se organizan en serie temporal estructurada" E s t a larga cita resume lo que Bremond aporta de 'evo al análisis de los relatos. Veremos después cómo pueden emplear estos conceptos sin la noción de fun!ón y sin una concepción idealista del signo; en un iinálisis estructural del relato que se sitúa al margen de los supuestos — i d e o l ó g i c o s — del estructuralismo y de la sociología de la novela. Bl C. B R E M O N D , "La loglque des possibles narratiís", • ntions, n." 8, Seuil, 1966, pp. 60 a 76.
Communi-
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Antes de continuar este breve inventario de los aná lisis propuestos, hay que mencionar dos casos particular mente interesantes, aunque por razones distintas. P o r una parte, la teoría de Edwin Muir, expuesta en el li b r o The Strucíure of the Novel ( " L a estructura de la n o v e l a " ) , que, publicado en 1 9 2 8 , en Londres, y reedita do más de ocho veces desde esa fecha, es desconocido en Francia, o, al menos, nunca citado por los estructuralistas. Y eso a pesar de lo cerca que se sitúa de B r e m o n d , en muchos aspectos. Si hay que mencionarlo aquí, n o es porque se sitúe en la continuación de Saussure, sino por e l tema de su trabajo y la convergencia de sus posicio nes teóricas con las que se desarrollan aquí. E n la obra de Edwin Muir, The Structure of the Novel, aparecen la noción de acontecimiento y la de orden. E n las novelas, escribe Muir, "se producen cosas en un determinado orden, y en cada novela deben producirse cosas e n un determinado orden. Como tienen que producirse necesariamente, es el orden el que distingue un ti po de intriga de otro. L o s acontecimientos siguen una línea en La isla del tesoro y otra en La feria de las vanidades. E s t e volumen será entonces un estudio de al gunas de las líneas seguidas por los acontecimien tos en las novelas, en otras palabras, un estudio de algunas de las principales intrigas, cada una de ellas con su principio interior que la novela ha utilizado." P o r tanto. M u i r se plantea el problema tructura de las novelas en términos que dos elementos esenciales, que ya habíamos en otro lugar: los acontecimientos y su orden. 52 E d w MUIR, The Structure of the garth Press, 1928 (8.» ed. 1960), pp. 16-17.
Novel,
de la es contienen encontrado P e r o si se
London, The
Ho-
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ESTEUCTÜRAL
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le compara con la concepción de Bremond, me parece que la aportación de M u i r consiste, ante todo, en la idea que se halla en el párrafo que acabamos de citar, según la cual, es el orden de los acontecimientos, más que su naturaleza, lo que diferencia las diversas intri gas de las novelas. M u i r se preocupa por otra parte de las relaciones entre los acontecimientos y los personajes novelescos. Diferentes tipos de relaciones entre el orden de los acontecimientos y las personalidades caracterizan a los tipos de novela que distingue. D e este modo en la novela de acción, el orden de los acontecimientos, la acción es la que determina el carácter de los personajes. " A l estar los personajes levemente caracteri zados, los acontecimientos arrastran sus respues tas de tal forma que éstas complican la acción. Pe ro la acción es lo más importante, ya que la res puesta de los caracteres es accidental y siempre para ayudar a la intriga. Los actores tienen por lo general los caracteres y el carácter que la acción exige." P o r el contrario, en las novelas de caracteres, son ístos los que determinan el orden de los acontecimien tos: " E n la novela d e acción los caracteres estaban dibujados para que concordaran con la intriga; aquí la intriga es improvisada para elucidar los ca racteres." 5*. E l tercer tipo de novela es la novela dramática. En ella, la relación entre los caracteres y el orden de los acontecimientos es doble: _ 63 E . MUIR, The I'ross, 1960, pp. 20-21. 64
Sstructure
E . MUIR, The Structure
of
the
Novel,
of the Novel,
London, The Hogart
p. 27.
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LINGÜISTICA
Y
" L o s caracteres no forman parte del mecanism o de la intriga; la intriga n o es un simple marco •que envuelve a los caracteres. P o r el contrario, ambos, intriga y caracteres, se hallan inseparablemente tejidos en un conjunto. L o s datos de los caracteres determinan la acción y la acción a su vez cambia progresivamente los caracteres, y entonces todo impulsa hacia un fin." Muir considera estos géneros como "tipos ideal e s " . E n todas las novelas se encuentran más o menos aislados estos tipos ideales. Añade, sin embargo, que se puede ver con toda claridad cuál de los tres domina en cada novela. L a obra de Muir, corta, pero muy densa, analiza también la relación entre los tipos y el tiempo y el espacio, como dimensiones privilegiadas de la organización de las novelas dramáticas y las de caracteres, respectivamente. P o r dimensión privilegiada, el autor entiende la variable, en torno a la que se organizan los acontecimientos en la novela dramática: " E l espacio está más o menos dado, y la acción está construida en el tiempo." ^ . E n las novelas de caracteres, la acción es una estructura estática construida en el espacio en un tiempo inmóvil 5''. P e r o , si los caracteres están determinados en la última, es porque la inmovilidad del tiempo lo exige: la significación de los acontecimientos se halla en la afirmación de los caracteres, de donde Muir deduc e que los valores de ese tipo de novelas deben ser sociales. E n la novela dramática, por el contrario, los valores son "individuales o universales, según como se elija mirarles" ^ . 55 E . MUIR, The Structure 56 E . MUIR, The Structure 57 Ibid., p. 63. 68 E . MXriR, The Structure
of the Novel, p. 41. of the Novel, p. 63. of
the
Novel,
p. 63.
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M u i r considera estos dos tipos de novela como: " N i opuestos, ni en un sentido importante, complementarios; son dos formas diferentes de ver la vida: en el tiempo, individualmente y en el es pacio, socialmente." E n la crónica ^ , o t r o tipo de novela que Muir dis tingue, las relaciones del tiempo y del espacio son más complejas que en los dos tipos anteriores. L a acción se despliega en el tiempo, y solamente en el tiempo, ya que el espacio, los lugares de la acción, n o sólo son múltiples, sino que, además, cambian también ellos, en el tiempo. L a crónica es más bien un proceso que una historia: el sujeto de la crónica es el cambio. E n la cró nica: " L a acción es accidental, -pero después encon traremos que todos los acontecimientos se han rea lizado en el interior de un marco perfectamente rígido. Un marco rígido y una progresión arbitra ria e indiferente; ambos son necesarios para la crdnica c o m o forma estética, como probaremos más adelante." P o r último, Muir considera las novelas del tipo "novelas de período". L a s novelas de período son re latos de acontecimientos que ya se han producido (por el contrario, en los tipos precedentes, los acontecimien tos se producen en el p r e s e n t e ) . E n tanto que relato, en la "novela de período", los acontecimientos están organizados no de acuerdo con su propio orden, sino con el orden causal de la exposición conceptual. E l au tor considera este tipo de novelas como una novela que se aproxima a la construcción de un modelo de socie5fl Ibid., p. 163. BO Ibid., pp. 88-114. 61 Ibid., p. 97.
90
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dad que solamente el historiador tiene el derecho de emprender Como vemos, M u i r emplea los mismos conceptos que Bremond. E incluso especifica mucho más que este último las modalidades del análisis del relato. S e verá después cómo se puede utilizar este trabajo. Queda por analizar el trabajo de Roland B a r t h e s , situado ya en una perspectiva que cabría llamar neosaussuriana, pues utiliza la noción de signo y de lengua con las restricciones que los análisis de E . Benvenis te ®^ han introducido en cuanto a la forma de aplicación de la noción de sistema, y acercándose a la noción de estructura generadora de Chomsky Barthes considera los relatos c o m o hechos de habla y busca un modelo que describa la "lengua" de la que salen esas "hablas" " y a partir de la cual se les puede engendrar" Esta definición del modelo es interesante. P e r o , más adelante, la definición de la estructura que da Berthes es contradictoria y demasiado pobre: para él, una estructura es "un sistema implícito de unidades y de reglas" E a pobreza de su noción de estructura impi de a Barthes el empleo coherente de la distinción de Benveniste de niveles de análisis lingüístico, y esO' a pe sar de que escriba: " Y , sin embargo, es evidente que el discurso mismo ( c o m o conjunto de frases) está organizado y gracias a esta organización aparece como el men saje de otra lengua, superior a la lengua de los lingüistas: el discurso tiene sus unidades, sus re62 Ibid., pp. 88-114. 63 E . B E N V E N I S T E , ProUbmes de linguistigue Genérale, Galli m a r d , 1966. 64 N. CHOMSKY, Syntactic Structures ( L a Haya, Mouton, 3.» ed., 1963) y Cartesian Linguistics, Nueva Y o r k , H a r p e r and Row, 1966; t r a d . cast. de Enrique Wulff, Lingüística cartesiana, Madrid, Credos, 1969. 65 B A K T H E S , op. cit. p. 1. 66 Ibid., p. 2.
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glas, su "gramática": más allá de la frase, y a pesar de estar compuesto únicamente de frases." Y , en el mismo t e x t o , Barthes dice que la lengua no puede definirse más que mediante "dos procesos fundamentales": a ) " l a articulación que produce unidades ( e s la forma, según B e n v e n l s t e ) " y b ) la integración: que agrupa esas unidades en unidades de rango superior ( e l s e n t i d o ) " Estas consideraciones, acompañadas de la idea de Benvenlste, según la cual "ningún nivel puede, por sí mismo, producir un sentido" y la idea d e la fragmentación del significado entre muchos significantes, "distantes unos de otros y que n o pueden ser comprendidos si los tomamos separadamente" impiden a Barthes el construir una teoría correcta del relato. Y eso porque aplica mal al discurso la teoría de los niveles de Benvenlste: en lugar de analizar el discurso •—y ese tipo de discurso que se llama r e l a t o — como un nivel especifico con sus particularidades estructurales, Barthes intenta distinguir tres niveles en el relato: un nivel d e las unidades narrativas, un nivel de las acciones y un nivel de la narración. La "unidad narrativa" es para Barthes una "unidad de contenido", y " e s o quiere decir un enunciado que la constituye en unidad funcional" Luego distingue dos lipos de relaciones entre esas unidades: relaciones que corresponden "a una funcionalidad del h a c e r " : las funciones. Y relaciones integrativas, verticales, que corresponden a "una funcionalidad del ser": los índices. Las funciones están, por su parte, divididas en dos tipos: liis que son nudos del relato, las funciones cardinales. (!7 Ibid., p. (iS Ibid:, p. 23. (ii) Ibid., p. 23. 71) B A R T H E S , op. cit., p. 5. 71 Pág. 23. 72 Pág. 7.
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y las que sirven para llenar el espacio narrativo entre los nudos: las catálisis. Las funciones-nudos son conjuntos finitos de térmi nos poco numerosos que constituyen la armazón del re lato. Estos nudos son elementos de sucesiones. Vemos que se acerca al uso corriente d e la noción de función. E n cuanto a la noción de personaje, Barthes indica que mientras que en el relato burgués el personaje es una esencia, en su teoría es un agente (inmanente y no trascendente), sometido a la noción de acción. P e r o su crítica es, c o m o veremos, insuficiente. Sin entrar más en detalles respecto a la tentativa de Barthes — m á s adelante veremos en qué consideracio nes se inspira—, concluiremos esta descripción rápida de las tentativas de análisis estructural del relato, cons tatando la variedad de tratamientos, y el carácter fun damental de la problemática del signo en todas ellas. P o r eso, antes de acabar este capítulo, es importante ver cuáles son las críticas de que han sido objeto las impli caciones teóricas y epistemológicas de su uso, así como las nuevas perspectivas para la construcción de una teo ría científica del lenguaje que tenga en cuenta tales críticas. INTRODUCCIÓN A LA CRITICA DEL SIGNO Hemos visto que la noción de sistema se encuentra en la base de la lingüística a partir de Saussure. L a no ción de sistema-articulación de diferencias basta para resolver los problemas fonológicos. Pero la lengua no comprende solamente fonemas (aunque sea también siempre f o n e m á t i c a ) . P o r encima del fonema hay mor femas, y si podemos analizarlos también como articula ción, de fonemas — d e la misma manera que el fonema es una articulación de rasgos distintivos— importa pre cisar cómo se articulan estos dos niveles de la lengua.
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E l problema de los niveles de la lengua —merismático, fonemático, morfológico, ,sintáxico— conduce a B e n v e n i s t e a introducir nuevamente la noción de sentido c o m o instrumento indispensable del análisis lingüístico. Las relaciones horizontales (de las unidades de un mismo nivel entre ellas) se pueden estudiar gracias a la existencia de relaciones verticales, que definen las unidades de un nivel c o m o componentes de los de un nivel superior. Benvenlste llama forma a las relaciones horizontales y sentido a las relaciones verticales Así, pues, si una palabra es una unidad en relación horizontal — f o r m a l — con otras palabras, la definición de la palabra como "unidad" lexical no sólo puede hacerse en íunción de su integración como elemento de una unidad significante del nivel superior, sino también como elemento de la frase. E s t a distinción entre forma y sentido tiene consecuencias importantes, ya que el sentido define las unidades de arriba para abajo y no al contrario. Las frases definen las palabras como unidades significantes, es decir, distintivas, y las palabras definen los fonemas y estos últimos los rasgos. Ahora bien, ¿qué define, a su vez, In frase como "unidad" significante? Benveniste ofrece dos respuestas contradictorias: la frase es la unidad de significación dada, autónoma. Y , ilice también Benveniste, la frase es la unidad del discurso, definida como componente del discurso. Su argumento es el siguiente: la frase es "unidad" del discurso pero es unidad de un tipo particular, distinto de los de niveles inferiores. L a diferencia estriba en el hecho siguiente: no se pueden inventariar todas las frases de una lengua. Y si no hay inventario, no hay relaciones horizontales y, por tanto, n o hay descripción T'Ktructural posible al nivel de la frase. E s por eso por 7;) 74
E . BENVENISTE. E . BENVENISTE,
op.
cit.
| j I .1
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lo que Benveniste se ve obligado a atribuir a la frase una especificidad respecto a los otros niveles, especi ficidad que sin duda posee, pero que por sí misma no explica nada: esta especificidad — l a de ser una propo sición—- pensada como explicación sólo se justifica so bre la base de una perspectiva netamente sustancialista ^5. E l hecho que Benveniste constata, a saber, la im posibilidad de definir un conjunto finito de frases, no implica que no haya posibilidad de un análisis estructu ral de la frase. Sólo implica que este estudio estructural no puede hacerse si la estructura es concebida c o m o una combinatoria de elementos de un conjunto finito. P e r o se la puede pensar de otra manera, y Chomsky indica el camino de una lingüística estructural de la frase; en efecto, las estructuras de Chomsky son generadoras, y este término posee, en la lingüística chomskyana, un sentido preciso: estructura generadora es el conjunto finito de reglas que definen un conjunto infinito de fra ses del lenguaje''®. Sin aceptar por ello los postulados filosóficos de la lingüística de Chomsky, y comprendiendo el término estructura generadora en el sentido apuntado, es inne gable que los trabajos de Chomsky indican el camino por el que se puede desarrollar un análisis del nivel de la frase. Y es innegable también que estas indicaciones ponen en evidencia la fragilidad de la distinción saus suriana entre la lengua y el habla: la noción de "estruc tura generadora" no necesita recurrir a tal distinción. Como lo indica Benveniste, si un estudio "estruc tural" de un nivel lingüístico dado (lexicológico, fono lógico) es posible, ello se debe al hecho de que las 75 Ver G. Bachelard, La formation de l'esprit respecto del obstáculo sustancialista. 76 Ver Chomsky, Cartesian Linguistics, cit.
scientifique,
cit.
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"unidades" del nivel superior permiten la definición de las del nivel inferior. E s t a comprobación plantea el problema de la pertinencia de la distinción lengua-habla. Para Saussure, si el nivel de la frase es necesario para definir las palabras, la infinita variedad de frases crea dificultades: la lengua funciona sobre identidades y diferencias. Pero las frases son casi todas diferentes: " S i nos figuramos el conjunto de oraciones capaces de ser pronunciadas, su carácter más sorprendente es el de no asemejarse absolutamente entre s í " P o r eso Saussure n o considera la frase como unidad lingüística de un nivel específico: porque las identidades y las diferencias son esenciales para poder hablar de un nivel y de una unidad. Q u e la noción de identidad es fundamental en el pensamiento estructuralista no presenta la menor duda: reproduzco el texto anteriormente citado, que aclara la posición «kl autor: " E l mecanismo lingüístico gira todo él sobre identidades y diferencias, siendo éstas la contraparte de aquéllas. E l problema de las identidades, pues, se vuelve a encontrar en todas partes; pero también se confunde parcialmente con el de las entidades y de las unidades, del cual n o es más que una complicación, por lo demás, fecunda" La identidad define la entidad; pero esto plantea un problema lógico, que Saussure enuncia en los términos siguientes: ¿cómo se puede decir que " t a l " tren e s el mismo tren si los vagones no son los mismos? O, en fin, la vieja historia del cuchillo de Juan, que nula año cambia de mango y cada dos años la h o j a . . . Ahora bien, la noción de signo resuelve, ideológiiiimente, este problema. E n efecto, la consideración 77
F . de SAUSSURE, Curso
de...,
p. 183.
78
F . de SAUSSURE, Curso
de...,
p. 186.
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del signo como la unión de un significante y un signi ficado supone cerrar la lengua — e n su definición saus suriana— c o m o sistema autónomo. Si la palabra tiene un significado en sí, desde la palabra hacia abajo, se pueden definir los niveles inferiores de la lengua. T a l es la función teórica de la noción de signo en la lingüística saussuriana: sin ella habría que definir los lexemas como unidades en función de la frase, pero dado que el conjunto de frases es infinito, habría que considerar la significación como variable, y estudiar sus condiciones de existencia y sus mecanismos de varia ción. L a lingüística n o sería una ciencia autónoma, sino un sector de la Sociología general... Benveniste sitúa la significación inmanente al nivel d e la frase, y desplaza la frontera entre la lengua y la palabra hacia arriba. Pero esta solución tampoco es satisfactoria: si la frase es una predicación, el pro blema lógico de la predicación queda en pie. Russell constata que se puede considerar la significación de un término —de una palabra— como igual a la suma de sus propiedades, con lo que el significado de la frase depende de las de sus componentes. Esa afirmación es el punto de partida de la lógica formal moderna, tanto de la de Russell como de la de T a r s k i o Carnap''^. Ahora bien, a pesar del progreso indudable que constituye esta lógica, hay que recono cer que no ha logrado fundar entera y rigurosamente las matemáticas, y que los teoremas célebres de Godel y de Lówenheim-Skolem indican, el primero, una in compatibilidad entre las propiedades "completo" y "ce-
79 E n el célebre Tractatus Logico-Philosophicus, Wittgensteln es cribe: "3.203.—El nombre significa el objeto. E l objeto es su signifi cado ("A" es el m i s m o signo que "A"), 3.22.—El nombre representa en la proposición al objeto" y "3.23.—El postulado de la posibilidad de los signos simples es el postulado de la determinidad del sentido". ( T r a d . de E . Tierno Galván, Madrid, E d . Revista de Occidente, 1957).
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ESTRUCTURAL
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rrado" para un modelo, y el otro la dificultad de los lenguajes formales de trabajar con conjuntos infinitos^. P o r otra parte, Ramsey distingue las paradojas lógicas — q u e se resuelven con la teoría de los tipos lógicos lie Russell o con la teoría de las categorías semánticas (le las paradojas semánticas. D e la necesidad de resolver los problemas de las paradojas semánticas, ha resullado una teoría de la jerarquía de los lenguajes y la noción de meta-lenguaje. El desarrollo de la lógica formal en esta dirección —la teoría de la jerarquía de los lenguajes— implica, como lo demuestra A . Schaff^^, resolver el problema de la significación en una perspectiva convencionalista. I'J principio de tolerancia de Carnap, en el plano sintáxieo, se acompaña de una solución convencionalista de los problemas semánticos^. La solución convencionalista del origen de la signilieación tiene una larga historia, y n o solamente en la lingüística: la lógica, que se ocupa de problemas similares desde otra perspectiva, la emplea también. CoI liendo el riesgo de simplificar excesivamente, se puede decir que el postulado común que crea esta problemáI ica es el del signo c o m o unión de significante y de sig•:ificado, postulado que es inseparable del "estudio de LIS reglas de formación de esas expresiones a partir de i^nos más elementales" ^ . C o m o se va a ver, el convencionalismo y la teoría lie la significación inmanente son complementarios. L a 111) L a dificultad de Saussure o de Benveniste cuando hablan del "iunnlto" del conjunto de frases posibles está emparentada con los poNtulados que comparte con la lógica formal. Ver Jean Ladvicre, "Le théorepreda..." Cahlers Pour l'analyse, númoro 10, L a Formalissation. E s t e tema merece un t r a t a m i e n t o mucho m á s extenso y detallado, jnclono aqui un cierto número de conclusiones que definen un estado la cuestión, pero de forma indicativa; trato únicamente de señalar variedad de terrenos en los que el problema se plantea. 81 Adam SCHAFF, Introducción a la semántica, ed. castellana, j í ' . C . E . , México 1966. Trad. de Florentino M. T o m e i . 82 R, CARNAP, Introducción a la Semántica, pp. 13-28. 83 A. SCHAFF, Introducción a la Semántica,^ p. 56.
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"Semántica estructural" de Greimas presenta los dos caracteres. Considera que, " c o m o señala R u s s e l l " , si esto es "ojo es una proposición que asigna una calidad a una substancia, y si una substancia n o se define por la suma de sus predicados, es posible entonces que esto y aquello tengan exactamente los mismos predicados sin que sean idénticos. " E l principio de identidad sería puesto en entredicho" Aceptando el principio de identidad, Greimas postula que "las cualidades definen las cosas, es decir, que e l sema S es uno de los elementos que constituyen el término-objeto A y que éste, al final de un análisis exhaustivo, se define como la colección de semas Si, S2, S' etcétera" E s t e t e x t o demuestra que el punto de partida de la lingüística estructural y de la lógica formal es el mismo: veremos cuáles son sus implicaciones. Las relaciones entre la concepción "estructuralista" de la estructura y el problema de la significación se aclaran considerablemente si se tiene en cuenta el papel de la noción de "identidad" como fundamento de la "entidad" —unidad constituida por las "relaciones estructurales". E n efecto, cuando se deja de lado la concepción de la estructura como sistema de transformaciones, simultáneamente estructurante y estructurada, y se la considera como una combinatoria, más o menos compleja, de "unidades" cuyas relaciones forman un sistema, hay que llegar a admitir que esas "unidades" se definen "a priori" y que el significado depende de las relaciones entre "unidades de significación" — l o s semas de G r e i m a s — cuya existencia se postula más allá de sus manifestaciones. D e hecho, Greimas lleva las contradicciones del pensamiento saussuriano a su conclusión, conclusión que 84
GREIMAS, op, cit. p. 27.
85
Ibid., p. 27.
ANÁLISIS
ESTRUCTURAL
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excluye las alternativas que D e Saussure presentía. Grei mas considera que la significación de las palabras — t é r niinos objeto— e s el resultado de la articulación de unidades elementales de significación, los semas. Esta nrticulación el lexema ( o término o b j e t o ) , s e mani fiesta e n las relaciones del término o b j e t o con otros lérminos-objeto, con otros lexemas. P e r o , y esto e s lo iinportante, si la relación e s posible e s porque s e puede postular la existencia de una identidad entre los tér minos objetos puestos e n relación: esta identidad, que (ii'cimas llama continuidad, es el resultado d e la exis tencia de una categoría sémica, de u n eje semántico: los Iorminos chico y chica s e ponen e n relación en la conti nuidad dada por la categoría sémica "sexualidad", dentro de las que s e oponen por la presencia de semas opuestos, masculinidad ( s ) y "feminidad" (no s). Las categorías sémicas son, para Greimas, las estruc turas elementales de la significación: la categoría sémica e s la discontinuidad, la oposición de dos semas ( S y / S ) , '•n la continuidad de un mismo " e j e semántico". Así, y utilizando s u notación, si A y B son dos términos objeto (chico y chica, por e j e m p l o ) : A /
r(S) / B
i ' ( S ) designa el " e j e semántico" ( e n \> esta "ecuación" s e analiza como:
el ejemplo,
sexo)
A(sOr B ( S 2 ) NI = masculinidad y S 2 == feminidad = no si = / S i In c | u e conduce a la definición de la categoría sémica ".sexo" c o m o dada por: s i (respecto a ) r s 2 . E s t e modo de análisis implica que se postula la existencia de unidades de significación, definidas " a priori", cuya forma de existencia es la relación entre los tí'rminos. Y este postulado implica la existencia de un
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lugar de la articulación sémica^^, de un " s i t i o " en donde los semas existen antes de articularse en lexemas. Adelantándome a una crítica que se puede hacer de este análisis, contesto de antemano a un argumento cuya fuerza me parece indudable; Greimas — o los que piensan como é l — podrían decir que los semas y las estructuras elementales de la significación no son, como yo afirmo, ideas puras, sino simplemente "procedimien tos de análisis", que sirven para explicar la significa ción de los términos en los discursos existentes. E s t o es tanto más fácil de afirmar cuanto que Greimas habla de "inmanencia" y "manifestación" para evitar, justa mente, el tipo de lectura que yo he hecho. P e r o una simple declaración no basta; lo que hay que discutir es el estatuto epistemológico de la noción de procedi miento de análisis, y esta discusión, llevada a sus últi mos límites, no entra en el ámbito de este libro. Para mí, y ésta es la respuesta a la crítica que puede hacerse de mi discusión de la semántica estruc turalista, apelar a la noción de "procedimiento de aná lisis" es una excusa poco satisfactoria; las "unidades elementales de significación" y las "estructuras elemen tales" ocupan una posición clave en la teoría greimasiana y son más que puras hipótesis operacionales; todo pasa como si, a pesar de las declaraciones de Greimas, los "átomos de significado" fueran "procedimientos" sustancializados, cosificados, es decir, conceptos que se refieren a algo más que un mero procedimiento ana lítico. L o que plantea un problema difícil de resolver es que, efectivamente, la significación de los términos del discurso está cosificada; el efecto de la ideología es la cosificación de la significación, cosificación del mismo tipo que la del valor de las mercancías. Y que hay que 86 A, J , GREIMAS, Sémantique structurale, y particularmente las páginas 102-104.
París, Larousse, 1966,
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IQl
Lcner en cuenta esta cosificación que transforma la signilicación producida en el discurso en significado aparen temente inmanente de los términos de la lengua. Pero itMier en cuenta esta cristalización de la significación, no iinjilica que haya que utilizar la noción de "unidad ele mental de significado" y de "estructura elemental" como conceptos científicos. E s t a exigencia implica que hay tille explicar el proceso de fijación de la significación loportada por los términos, así como el de sus transfor maciones: y eso no puede hacerse más que en el conirxto de una teoría de la producción de los productos Rignificantes. Si no, los mecanismos de producción y de cambio de los productos significantes aparecen como .iiiiónomos respecto al todo complejo de la estructura social, y los estructuralismos radicales — c o m o el de Michel Foucault en " L e s mots et les c h o s e s " — que reilucen la historia de las representaciones a mutaciones lie "epistemés", se ven justificados. Cuando Greimas discute el problema de la "signifi1 iiei(ín poética", es decir, el del sentido contextual de las palabras, lo resuelve de forma igualmente idealista, 'lotla palabra en un relato se analiza, piensa Greimas, (le la forma siguiente: la palabra término-objeto tiene un significado que se puede dividir en un núcleo sémico, i (impuesto por la articulación de los semas que la com ponen en la lengua, y por los semas clasemáticos, que dependen del contexto en que la palabra se usa en el leliito. E l análisis del relato es, entonces, el estudio de las oposiciones e identidades de los semas clasemáticos, de los semas contextúales... E s t a concepción coincide con lii de Lévi-Strauss: ya hemos indicado que Greimas for mula en términos más generales el método Lévi-Straus•.laiio de análisis de los relatos míticos. Y este método :,e puede resumir con una cita de Greimas que pone en
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evidencia el postulado estructuralismo:
común
de la lógica formal y del
" E l centro de toda nuestra reflexión teórica es triba en la hipótesis ingenua según la cual, par tiendo de la unidad mínima de significación, pode mos llegar a describir y organizar los conjuntos cada vez más amplios de significación. N o obstante, esta unidad mínima que hemos llamado sema no posee existencia propia y sólo puede ser imaginada y descrita en relación con algo distinto' de ella, en cuanto forme parte de una estructura de signifi cación" Así, pues, es evidente que la distinción entre lengua y habla implica el presupuesto de la existencia de "uni dades" de significado, es decir, de ideas puras que apa recen al nivel de la lengua: esta hipótesis es necesaria para explicar el funcionamiento de la lengua c o m o sis tema autónomo. Si la distinción entre lengua y habla crea dificulta des, cabe interrogarse respecto a la pertenencia de tal distinción; en las páginas precedentes se ha visto cómo, según Saussure, la distinción se funda en una serie de dicotomías: la lengua es "institución social", mientras que el habla es "individual", la lengua es "sistema", el habla acto ("individual") de voluntad y de inteligencia, la lengua es el resultado de un contrato y el habla libre albedrío... N o es necesario volver a insistir sobre el carácter ideológico de esta distinción, sobre el contexto en que se sitúan estas dicotomías: la ideología burguesa, que reduce al " c o n t r a t o " las formas de existencia con creta de las relaciones de producción. E l signo es como el valor de la mercancía, representado como una "enti dad de c a m b i o " , representación que enmascara la pro ducción del producto. Y la lengua, como la economía. 87
GREIMAS,
Sémantique
Structurale,
p. 103.
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ESTEUCTÜEAL
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un sistema de relaciones contractuales, en que las voluntades individuales se pliegan a leyes abstractas y convencionales que favorecen el cambio. L a función de la distinción entre la lengua y el habla es la d e enmascarar la imposibilidad de resolver el problema de la significación en un contexto liagüístico. E l i-Icctuar la distinción supone que se acepta la existencia tic una esfera de la significación en si, que obra, después, en el lenguaje, aunque su acción existe a nivel de la Irase o de la palabra. Ahora bien, admitir la existencia de una substancia de la significación equivale en última Instancia a suprimir su carácter social, su carácter de ¡iroducto social. Si se rechaza la distinción de la lengua y el habla ciue funda la lingüística saussuriana y e l "estructural i s m o " — hay entonces que pensar el lenguaje como una ¡tráctica, es decir, c o m o una producción social — y un ¡iilercambio de productos, lo que está ligado con toda pioducción— regida por ciertas leyes que aseguran la rlicacia de los productos de esa producción. Y esto porque rechazar esa distinción implica negar la existenI iii, fuera del conjunto de discursos, de unidades de significación de los productos sociales que son todas las variedades de discurso. P e r o rechazar la distinción fund i \ d o r a de la lingüística saussuriana supone negar Iii existencia de una solución científica al problema de !u significación en la lengua, y considerar e l lenguaje, iii'liculación de las hablas, no como un sistema autónomo, condición de posibilidad del habla, sino como la estructura de la práctica lingüística, la estructura de los discursos. l'.sta perspectiva, que se esboza e intenta precisarse i-n los trabajos de investigación contemporáneos, rompe la dicotomía significante-significado, disuelve la noción (¡c signo y plantea el problema de la significación en el nivel de las relaciones entre los procesos de producción
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LINGÜISTICA Y
y de cambio y los agentes, que constituyen los soportes de dichos procesos. L a noción de práctica significante, que se sitúa en el contexto de una definición de la es tructura como estructura de la práctica y, por lo tanto, como radicalmente fuera de la dualidad (ideológica) de la estructura y del acontecimiento, se sitúa entonces al margen de la polémica entre "historicismo" y "estruc turalismo": las prácticas significantes, como todas las prácticas, son procesos de producción integrados a los de cambio, estructuradas y estructurantes, que se des pliegan en el tiempo: tanto la constancia como el cambio son prcxresos "dinámicos", es decir, fenómenos que pue den ser estudiados en una perspectiva unificada Estas consideraciones justifican, según creo, la nece sidad, que constituye el punto de partida de este tra bajo, de buscar una solución al problema de los produc tos "literarios" fuera del estructuraHsmo. Pero si las razones mencionadas no fueran suficientes, queda el hecho, incontestable, de la esterilidad científica del es tructuraHsmo; la "explicación" estructural impide la formulación de nuevas preguntas, al expulsar del campo de la "cientificidad" la cuestión del "por q u é " y del " c ó m o " de las "estructuras" descubiertas. La respuesta estructuralista es siempre la misma: existen un cierto número de significados, que se articulan de manera espe cífica, y cuyas combinaciones se manifiestan en los fenó menos estudiados; postular la existencia de "unidades de significado" es recurrir — c o m o la publicidad mo derna y la medicina antigua— a la explicación de la propiedad por la substancia a la expHcación del fenó meno ( " e l opio hace d o r m i r " ) por la característica subs88 L a historia de las ciencias naturales indica que los conflictos entre las "estáticas" y las "dinámicas" se resuelven siempre en la explicación dinámica del equilibrio... 89 Greimas define los ejes semánticos como "unidad de sustancia del contenido" (subrayo y o ) . Cfr. Sémantique structurale, edición ci tada, pág. 27. E n todos los estructuralistas, desde Saussure, la forma (opuesta a la sustancia) es la manifestación del contenido signi ficante.
ANÁLISIS
ESTRUCTURAL
-JOS
tancial de la substancia ("virtud dormitiva" del opio o "principio blanqueador" del detergente). E s t e tipo de explicación, radicalmente anti-científico, que Bachelard llama substancialismo, ha sido siempre perfectamente compatible con la noción de combinación... Antes de concluir esta crítica —sumaria y provisio nal— del estructuralismo, hay que indicar que, a pesar
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LINGÜISTICA
y
L a búsqueda de una teoría de las prácticas signifi cantes supone: 1 ) que se considera la significación del discurso' c o m o el producto de un proceso de trabajo, definido por sus materias primas, instrumentos de tra bajo y por un trabajo productivo, es decir, por la apli cación, según ciertas reglas, de los instrumentos a las materias primas; 2 ) que la significación de las palabras es una variable, y la de las frases también; 3 ) que la constancia de ciertas significaciones, tanto como su va riabilidad, tiene ( y puede) que explicarse como un efecto de la estructura de las prácticas significantes.
CAPÍTULO
IJÜS
IV
teorías de la ideología en el lenguaje
I N T R O D U C C I Ó N
E n los dos primeros capítulos he presentado una descripción y una crítica en los términos propios de la s(vcioIogía de la novela c o m o una perspectiva de aná lisis de la producción literaria. E n el tercer capítulo he descrito y criticado la perspectiva lingüística, crítica liccha también desde el interior. i.as dos problemáticas son inseparables: hemos visto la explicación lingüística tiene límites y que los líniiics son, justamente, la explicación del fenómeno de la significación, sobre todo a nivel de la frase y de las Mi'ticulaciones de las frases en el discurso y en el texto. Y que al no reconocer estos límites, la semiología es una morfología, "teoría de las formas", un formalismo estéril. Por otra parte, la sociología de la novela, en los térniinos en los que planteaba sus problemas, también lle^nha a un formalismo. P e r o no he analizado los confppios fundamentales de la sociología literaria de forma etílica. M e he contentado, en el primer capítulo, con r)(|)i)ncr su problemática y sus nociones. iHit;
I'ara constituir una teoría de la novela ( y , quizá, del relato) hay que efectuar la síntesis de las dos prolilemálicas, lo cual implica transformar sus conceptos. primera etapa es situar el problema de la significalión ilcl disnirso, el problema de la estructura de las [ 107 1
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LA IDEOLOGÍA
EN
prácticas significantes en la perspectiva teórica de Gold mann y en la de Piaget, que es más elaborada. Para ello, es preciso analizar, en primer lugar, la manera en que Piaget y Goldmann plantean el problema de la conciencia colectiva, de los valores y de la ideología. Veremos después el contexto en el que se sitúan las diversas nociones de ideología y cómo se puede elabo rar una teoría de las prácticas significantes y de la ideo logía en esta perspectiva, que tiene también c o m o ori gen los escritos de Marx. «VISION DEL MUNDO» E IDEOLOGÍA; GOLDMAN Y PIAGET Criticar la perspectiva de Goldmann sin referirse a Piaget es fácil y poco útil; Goldmann —cfr. Recher ches Dialectiques (Investigaciones D i a l é c t i c a s ) — consi dera que la psicología genética de Piaget es la psicolo gía que corresponde a la sociología marxista, también genética, y que la epistemología genética de Piaget es una formulación actualizada del materialismo dialéctico, de la epistemología marxista. T a m b i é n Piaget hace suyo e s t e punto de vista E l carácter "genético" del pensamiento marxista puede ponerse en duda; Althusser lo ha hecho, y de forma decisiva 2. Así, no se trata aquí de repetir sus argumentos, sino de ocuparse detalladamente de un cierto número de conceptos de Piaget ( y de G o l d m a n n ) que se han utilizado, sin crítica, en los dos primeros capítulos de este trabajo. Sin crítica, en efecto, ya que antes de examinar en el capítulo I I I la teoría del len guaje y, sobre todo, la noción de signo, no se disponía de los instrumentos necesarios para efectuar un examen 1 J . PIAGET, Etudes Sociologiques, Genéve, Droz, 1961, p. 27. 2 L . ALTHUSSER, Pour Marx y Lire le Capital, Maspero, 1965, 1967 (Trads. casts. de Marta Harnecker, La Revolución teórica de Marx y Para leer el capital, México, Siglo X X I , 1967, 1969).
KL
LENGUAJE
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crítico de los conceptos de ideología y de "visión del mundo", examen absolutamente indispensable como preámbulo para una teoría de la novela. Antes de adentrarse en la discusión de la "sociolofífa" de Piaget ( y , al mismo tiempo, de G o ld m a n n) i'onviene aclarar que genético y diacrónico no significan lo mismo, y que el término "genético" es empleado por Piaget en dos sentidos: el primero — e l criticado por A k h u s s e r — significa que se explica un estado dado de un sistema ( p o r ejemplo, la inteligencia adulta) bus cando sus orígenes y sus reglas de desarrollo. E l otro, (|ne Piaget emplea también — y , particularmente, en Estructuralismo—, define la génesis c o m o el paso de una estructura a otra, l o que supone conocer las dos rsitucturas y pensar en el paso como transformación. Aunque las dos definiciones pueden parecer casi Idénticas, hay una diferencia importante: mientras que lii segunda implica el conocimiento de dos estructuras, lii primera no exige ninguna. l'.l ejemplo siguiente, de Piaget, ilustra bien en qué Hrniido la perspectiva genética es peligrosa: Piaget afirnui que el carácter simbólico de los signos "es tanto imís frecuente en las sociedades que son "primitivas" cuyas representaciones colectivas son menos abstractas, TN decir, menos profundamente socializadas" ^. Sabemos, NÍn embargo, que en las sociedades "primitivas" las "re presentaciones" no son menos "abstractas": son sola mente' distintas. P e r o la hipótesis de una "mentalidad pielógica" es necesaria para explicar "genéticamente" Irl li'vgira como fruto de l a "socialización". L a hipótesis del salvaje no socializado, individuo aislado, es indispeUNiihle como fundamento de una explicación contrac tual de todos los hechos sociales. Piaget reencuentra «qiií n Lévy-Bruhl: el Robinson —^personaje fundamenIrtl de- la mitología burguesa— aparece insidiosamente ,1 drucin.') en gran parte a los análisis
de Lévi-Strauss.
'
no
LA
IDEOLOGÍA
E N
en todas las teorías ideológicas de todos los hechos sociales, de la lengua hasta el estado. Cuando el signo ( o el estado, o los valores de c a m b i o ) es contractual, hay que inventar al "hombre antes del contrato": mudo, solitario, ilógico, puro, principio del proceso "gené t i c o " que explica el lenguaje, la sociedad, la lógica, los vicios... L a "sociología" de Piaget — y la de G o l d m a n n — son fundamentalmente idealistas. E s t o se descubre sin dificultades cuando se analiza su concepción del "hecho social". L o s hechos sociales son interacciones, caracte rizadas por tres aspectos, que se pueden distinguir y que están siempre presentes en diversos grados: "re glas, valores de cambio y signos, constituyen por tanto los tres aspectos constitutivos de los hechos sociales, ya que todo comportamiento efectuado en común se traduce necesariamente en la constitución de normas, de valores y significantes convencionales" Vemos que el hecho social es "comportamiento efec tuado en común", que se "traduce" en normas, valores y signos. Y las reglas ( o n o r m a s ) "se aplican al todo y estructuran incluso a los mismos signos (reglas gra maticales) tanto como a los valores (reglas morales y jurídicas) y a los conceptos y representaciones colec tivas en general ( l ó g i c a ) " 5. L o s valores de cambio "constituyen el hecho nuevo que consolida socialmente a los valores y los transforma haciéndoles dependientes, no sólo ya de la relación entre un sujeto y los objetos, 4 J . PIAGET, Etudes Sociologiques, Droz, Genéve, 1965, p. 34. 5 Ibid., p. 31. Aunque no hay lugar, en este trabajo, p a r a des arrollar una crítica de la noción de acción y de las teorías ("socio lógicas';) de la acción, cabe indicar cuáles son los supuestos en los que se sitúa p a r a justificar someramente el rechazo de las perspec tivas teóricas que definen a los actos c o m o el objeto de las ciencias sociales. L a noción de acío. que casi nadie se preocupa de definir, supone, c o m o lo indica Parsons en Toward a General Theory of Action, la existencia de un sujeto, es decir, de un agente que eUge libremente los objetivos y los medios empleados en... la acción, en una situación dada, situación que informa la acción en la medida en la que existe
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LENGUAJE
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1 lino incluso del sistema total de relaciones entre dos o más sujetos, por una parte y por otra, los o b j e t o s " ^ . F.n efecto, los valores individuales "siguen siendo varia bles y fluidos mientras no dan lugar a intercambios" y eso a pesar de que están sistematizados por las reguIneiones afectivas, cuyo estado de equilibrio es la volimliii!. L o s valores pueden estar más o menos regulados. " L a función esencial de la regla es conservar los valor c i , y el único medio social de conservarlos es conver tirlos en obligados u obligatorios" ^. L o s signos son "el medio de expresión que sirve para la transmisión de reglas y valores". Son arbitrarios y suponen una con vención. Pero un gran número de signos tienen además un carácter simbólico, " y el hecho es tanto más frefucnie en las sociedades que son más "primitivas", cuyas representaciones colectivas son menos abstractas, es decir, menos profundamente socializadas"^. Vemos entonces que la teoría del signo de Piaget ftiincide con la que se ha criticado en el capítulo antei r l o r ; el signo es convención, y el significante, expresión Convencional de las ideas que existen fuera de él. Que e l sujeto es una categoría fundamental de esta sociolo(ifa, y que el signo ( y n o sólo el significante) es medio \ée expresión de reglas y valores, los cuales existen enI t o n c c s como "contenidos" de las conciencias de los mtliltillvumünte, es decir, en c u a n t o aparece en la conciencia del suJclii lili lii acción... No hay una teoría de la acción sin una teoría de las orientaciones Bliniiiillvus que lundan la elección de una alternativa p o r el sujeto. AhiMii Ilion, y dado que las alternativas no son tales, en la medida • I I lililí liis orientaciones que guían la elección están, "interiorizadas" imiiKi iiormiLs, para los teóricos de la acción, la elección acaba conVllllt'iKlosu en tma elección inconsciente, lo cual se parece mucho a M » ilnliirmlnlsrao que la teoría de la acción ( y del s u j e t o ) empieza (iiir itirliiwar. Más adelante, en este texto veremos c ó m o la noción rtn Bi'i'lón está relacionada" con i m a teoría idealista del signo, ya que ÍHM "iirlnntuciones" son significados... II ,1. r i A G E T , Eludes sociologiques, ed. cit. p. 39. 7 Ibld., p. 39. II Ibld., p. 34. No hay que insistir sobre el c a r á c t e r arbitrario iIb I«1 utirmación... II llild., p. 34.
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LA IDEOLOGÍA
EN
sujetos, como ideas puras que el sujeto comiene y el signo expresa, y al expresar, valoriza. E n esta perspectiva, la noción de "conciencia colec t i v a " de Piaget y la de "visión del mundo" de G o l d man, se articulan claramente con la concepción de la ideología que conllevan. Según Piaget, "la diferencia fundamental existente entre las representaciones colec tivas y las representaciones individuales es, que el " n o s o t r o s " se encuentra constantemente sustituido por e l " y o " y la cooperación por las operaciones simples L o mismo que en el caso del desarrollo de los conte nidos de la conciencia individual, el desarrollo de los contenidos de la conciencia colectiva está sometido a un idéntico proceso de equilibración, que resulta de la acomodación a la experiencia y que asegura su estabi lidad. Pero el equilibrio implica, como se ha indicado, la reversibilidad de las operaciones agrupadas que cons tituyen un sistema y la reversibilidad se logra en la cooperación. P o r q u e la acomodación a lo real, la obje tividad, al igual que en el caso de las representaciones individuales, está sometida a una presión fundamental: la descentración. E n el individuo, la cooperación hace pasar las representaciones del egocentrismo a la racio nalidad. D e la misma forma la sociedad es también la que hace pasar las representaciones colectivas de los grupos (clases sociales), del "sociocentrismo" del grupo a la "racionalidad". Las representaciones sociocéntricas son las ideolo gías. Estas últimas son "la expresión conceptual de los valores en los que cree un conjunto de individuos, y c o m o tal, cumple una función a la vez positiva y muy diferente de la ciencia: la ideología traduce una toma de posición que defiende e intenta justificar, mientras que la ciencia constata y explica 10
Ibid., p. 31.
11
J . PIAGET, Etudes
sociologiques,
p. 80.
LENGUAJE
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La ciencia implica por tanto la cooperación entre grupos. Pero la cooperación solamente es posible l | P P b intercambios equilibrados. Y el equilibrio de los iiilcrcambios depende de tres condiciones fundamenta-
•
Ics: la existencia de una escala de valores común, la [|ualdad fundamental de los valores que entran en luego en los intercambios y la reversibilidad. Piaget CHcribe: " E l estado de equilibrio, tal y c o m o es definido por las tres condiciones precedentes, está también subordinado a una situación social de cooperación autónoma, fundada sobre la igualdad y la reciprocidad de los "partenaires" y que se desprende simultáneamente de la anomía característica de la coacción" más adelante añade: " P e r o es im-portante precisar que la cooperación, como la acabamos de definir por sus leyes de equilibrio, oponiéndola al doble desequilibrio del egocentrismo y la coacción, difiere esencialmente del simple cambio espontáneo, es decir, del "dejar-hacer", tal y c o m o lo concebía el liberalismo clásico. Está bastante claro, en efecto, que sin una disciplina que asegure la coordinación de los puntos de vista mediante una regla de reciprocidad, e l "libre c a m b i o " está continuamente dificultado, o bien por el egocentrismo (individual, nacional o resultante de la polarización de la sociedad en clases sociales) o bien por las presiones (debidas H las luchas entre tales clases, e t c . ) L a ideología es así concebida como la expresión con^tual de los valores de una representación colectiva p l o - c é n t r i c a , expresión que se traduce en una toma Ibld, p. 96. J . r i A G E T , Eludes
sociologiques,
p. 96.
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LA
IDEOLOGÍA
EN
de posición, la defiende y la justifica. Pero, la existen cia de estos valores específicos del grupo implica la existencia de un desequilibrio en los intercambios entre los grupos, la no-reciprocidad de los "partenaires", la desigualdad. Y también que sólo el egocentrismo y las coacciones permiten intercambios de valor desigual. L a ideología es expresión conceptual de valores que existen en las conciencias individuales (socializadas por la interacción) en la afectividad de los sujetos. Si la ideología no es ciencia es porque el egocentrismo y la coacción impiden intercambios iguales, y por l o tanto, escalas de valores iguales. Mientras que la visión del mundo es estructura de los contenidos de la conciencia colectiva, la ideología es expresión conceptual. L a distinción entre visión del mundo e ideología es paralela a la de idea-expresión. E s una distinción idealista, y sólo posible gracias a una concepción formalista del signo: en efecto, los signos son para Piaget totalidades que unen significante y sig nificado de forma convencional (mientras que el sím bolo es una representación menos socializada, menos convencional) y constituyen uno de los aspectos del hecho social. E s t a concepción, suficientemente analizada en el capítulo tercero, no necesita más discusión: ya hemos visto cómo está ligada a una concepción idea lista de las representaciones —ideas puras que existen fuera de su manifestación en el signo. L a importancia de esta concepción del signo es que los valores son significados robinsonianos, y los valores de cambio sig nificados homogeneizados por la interacción. Evidentemente, esta concepción de los valores y de los signos es inseparable de la de las reglas: pero para Piaget las reglas son valores fijados, invariables, que "regulan" las interacciones: ideas que determinan los procesos reales. Sin continuar este análisis —^ya demasiado largo^
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podemos preguntarnos: ¿cuál es la forma de existencia de la conciencia colectiva, de esas representaciones s(K'i al izadas? E s decir, empleando la terminología de Althusser, ¿cuáles son los objetos reales, concretos y ningulares de los que el concepto de conciencia colecliva (conjunto de presentaciones organizadas) es el "objeto de conocimiento"? E s t a pregunta no es formuliidn claramente ni por Goldmann ni por Piaget. Y es i | i i c los dos tienen una concepción expresiva del disiursü. paralela de la concepción idealista del signo como dignificante-significado. I.A NOCIÓN DE VISION DEL MUNDO: UNA LECTURA PARCIAL DE MARX Qud el título de este párrafo se refiera a una lectura l>urcial de Marx, no es, c o m o veremos, fortuito. E n efecto, aunque M a r x escribe en la Ideología Alemana: "No es la conciencia la que determina la vida sino la vidii la que determina la conciencia" y aunque emplea el concepto de formas de conciencia que corresponde a "la moral, la religión, la metafísica y cualquier ii(rii ideología" Piaget funda en esta frase su creencia en In convergencia de la psicología genética y el marllwtno c o m o sociología del comportamiento dejando lado la concepción clara (aunque poco desarrollada) M a r x tiene de la conciencia. E n el mismo texto, íarx escribe: " Y es ahora solamente, después de haber ya examinado cuatro momentos, cuatro aspectos de las relaciones históricas originales, cuando encontramos que el h o m b r e tiene también "conciencia". P e r o no se trata de una conciencia que sea de golpe MAKX y E N G E L S , La Ideología Alemana, E d . Revolucionaria,. 1.111 na, 1966, p. 26. Y o subrayo. Ibld. Ver J . PIAGET, Eludes Sociologiques, Genéve, Droz, 1966, p. 27. Ann comparte esta opinión de Piaget. V e r Goldmann, InvestigaDialécticas, ed. cit.
116
LA IDE0LCX3IA
EN
conciencia "pura". Desde el principio, una maldi ción pesa sobre el "espíritu", la de estar "man chado" de una materia que se presenta aquí bajo la forma de capas de aire agitadas, de sonidos, en una palabra, bajo la forma del lenguaje. E l len guaje es tan viejo como la conciencia — e l lenguaje es la conciencia real, práctica, que existe también para los otros hombres, existiendo entonces tam bién solamente para mí m i s m o . . . " E n este texto decisivo, a pesar de la dificultad que manifiesta al pensar un concepto nuevo con las cate gorías idealistas de "conciencia", "espíritu", materia" y sin una teoría del lenguaje, M a r x enuncia la concep ción que funda los desarrollos actuales del nuevo semanálisis el lenguaje es la conciencia real, práctica; la forma de existencia de la "conciencia" es el lenguaje. P e r o este enunciado de M a r x no podía ser desarro llado en su época: las investigaciones lingüísticas no habían avanzado suficientemente como para servir de instrumento a una teoría del lenguaje como práctica social. Como hemos visto, pensar en el lenguaje como producción en lugar de producto es cosa nueva, que sólo se esboza en las investigaciones más recientes, apenas al margen del "estructuralismo", cuya crítica su ponen investigaciones que definen un dominio nuevo y necesario: interacción de la lingüística, la sociología, la lógica matemática y la epistemología. Sin insistir por el momento en el planteamiento de la problemática en la que sitúa la teoría de la novela, hay que indicar cómo esta concepción de la "concien cia", noción que cubre la problemática del lenguaje c o m o práctica, invierte el planteamiento del problema 17 MARX y E N G E L S , L'Ideologie Allemande, edición francesa ci t a d a , p. 43. Cf. ed. cast. cit., p. 30. Subrayado mío. 18 Ver Julia Kristeva, Semeiotike. Recherches pour une séjnanalyse. París, Seuil, 1969. Texto de gran importancia que desarrolla por otros caminos mucho de lo que este libro contiene.
I
WL L E N G U A J E
l]-J
del sujeto, colectivo o individual: el habla n o es "expresión" de la "conciencia" del individuo-sujeto, sino c|uc es " s u j e t o " el individuo al hablar. Y hay que indicar también que — e n los textos de M a r x — la noción de ideología no es explícita: a veces aparece como expresión, c o m o reflejo del modo de vida. Por otra parte, en el Capital (primera sección, libro I ) , aparece como una realidad ambigua: la substancia del valor, la forma del valor, son categorías q u e clarifican poco el carácter del concepto tal c o m o M a r x lo empica U n a lectura idealista de Marx es posible porque I o n textos de Marx son, en ciertos aspectos, ambiguos. J.a ambigüedad es, ¡por otra parte, del mismo tipo que la de Saussure: conceptos nuevos todavía mezclados con viejas nociones ideológicas, pensadas en contextos que non, radicalmente diferentes, de la novedad que producen. I I , CONCEPTO DE IDEOLOGÍA: IFUNCIONALISMO Y MARXISMO Que
el concepto de ideología es un instrumento determinante, nadie lo duda. P e r o en el pensan i i i ' i i i í i sociológico, desde M a r x hasta Parsons, desde A l i l i i i s s c r hasta Piaget, este concepto está definido amItl^iimínente, es decir, que sus relaciones con los demás h J r i c o
IM s i n embargo, cabría pensar que la crítica de M a r x a Ricardo plli'n (111 Kcneral la crítica de toda hermenéutica de los procesos In BiKiiirtmlcos. Ricardo, en efecto, ha sabido leer, bajo la apariencia liitiifcumblo, la sustancia del valor y su medida: "El valor es tra. I'iiro, incapaz de producir el concepto de fuerza de trabajo i1lHtlii«ulr el do6¡e c a r á c t e r del trabajo cristalizado en la mer»|i|ii, MI análisis desemboca en un "impasse" desde el que se t r a t a miiili'/Jir oso objeto enigmático que ofrece a Ricardo su principio «itiini: el trabajo mismo. ¿Cuál es el "valor del trabajo"? E s t a Ulltn coincide con la que se plantea la hermenéutica: ¿cuál es el Í I I drt sentido: el "significado del significado"? Pregunta IdeolóH\ Miirx evita esta cuestión, no es por casualidad: des-constru1(1 In unción ideológica de trabajo cumple, en su nivel, la misma (ili'iii nun le semiología actual: des-construir la noción (ideológica) plgiiiriiuido.
118
LA
conceptos fundamentales gún los contextos.
IDEOLOGÍA
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de la sociología cambian se-
E l carácter fundamental del concepto de ideología es debido a la posición que ocupa en una ciencia de la sociedad. Posición delicada en la intersección de la estructura de los procesos reales con la experiencia humana del proceso: voy a examinar someramente las concepciones más importantes y frecuentes de esta cuestión: A)
La posición
marxista
simplista.
E l punto de partida es la frase de M a r x : " A partir de sus procesos de vida real se representa también el desarrollo de los reflejos y de los ecos ideológicos de ese proceso vital" ( I . A . 8 pág. .36) y su continuación "la moral, la religión, la metafísica y todo el resto de la ideología, así como las formas de conciencia que les corresponden pierden inmediatamente toda apariencia de autonomía" ( I . A . 3 6 ) . Estas dos citadas fundan la concepción que se puede llamar del "reflejo": la ideología es un conjunto de representaciones que son el reflejo de los "procesos de vida real". M a r x , en la sección del Capital sobre el Fetichismo de la mercancía, introduce un refinamiento ( a menudo olvidado por los partidarios de la teoría del r e f l e j o ) : la ideología refleja los procesos reales, pero se trata de un reflejo invertido como en la "cámara oscura". Y precisa que esta inversión tiene una función respecto al modo de producción. Esta concepción de la ideología se acompaña de una ambigüedad fundamental: M a r x habla de " l a moral, la religión, la metafísica y todo el resto de la ideología". E n sus ejemplos, la ideología aparece siempre como discurso. Y este discurso es expresión del sistema de
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idoas: al menos, si en M a r x esta afirmación está contradicha por su identificación de la conciencia al lenguaje, los defensores de la teoría de la ideología c o m o reflejo lii interpretan así. E n el análisis de Por una sociología de la novela, (en el capítulo I I ) , hemos visto el tipo de análisis al que esta concepción de la ideología conduce en el campo de sus relaciones c o n la literatura. P e r o este ejemplo no agota el campo de las dificultades de las teorías de! reflejo; la dificultad fundamental consiste, precisamente, en impedir la comprensión de la eficacia especí'a de la ideología en las formaciones sociales. Hay que analizar más detalladamente e l contexto teórico en el que se sitúa la teoría del reflejo, e insistir íolire todo, en la concepción implícita de la estructura del modo de producción que la acompaña. S e puede remiinir en la afirmación siguiente: la teoría del reflejo es complementaria de una definición exclusivamente ecolu'iinicu del modo de producción como estructura de las liirmnciones sociales concretas. L a ideología es "supere»iructura", y la superestructura es expresión ( a veces hii'crtida) de las relaciones de producción y de cambio. lis Las consideraciones permiten el paso a la concepl'lóii exactamente opuesta: la concepción histórico-fun«'Inimlista. l\)
La concepción
histórico-funciondista
(ion la crítica de la noción de visión del mundo se irilii ya la concepción historicista de la ideología. Pe(iiildmann y Piaget son autores intermediarios y paFIT dflimiiar claramente las posiciones lo mejor es coní h l m i r las posiciones extremas. P o r eso me refiero iji|Hi ,1 'lalcott Parsons, cuya influencia en el pensaiiiii i i i i i .sociológico es determinante. I'',ii resumen, la posición de Parsons es la siguiente: es un sistema de acción, es decir, un sistema
1(1 i t i l i i i i - n
120
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IDEOLOGÍA
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de valores. Pero al contrario de la personalidad o del sistema social (también sistemas de acción), la cultura sólo existe en cuanto que está interiorizada en la per- | sonalidad o institucionalizada en el sistema social
¿ Q u é son los valores, según Parsons? Los valores son "elementos de sistemas simbólicos compartidos" es decir, de un sistema de signos, que "sirven de criterio o standard para elegir entre las alternativas de orientación (de las acciones) que están intrínsecamente abier- | tas en una situación" L a significación del valor es la elección de una alternativa de acción por el sujeto. L a existencia de los sistemas sociales está determinada por la del sistema de valores comunes cuya institucionalización constituye el mecanismo de regulación de las acciones que asegura el equilibrio del sistema y, por lo tanto, y según Parsons su existencia como sistema. E l equilibrio de la personalidad está garantizado también por la cultura interiorizada. Si en las concepciones estudiadas antes de la ideología como reflejo, la ideología aparece como puro sistema de representaciones determinadas rigurosamente por la estructura, en la concepción de Parsons ( y en la de su predecesor M a x W e b e r ) la estructura social está determinada por la cultura, que es también un sistema de representaciones. Dejando de lado por el momento la concepción idealista de las representaciones, común a las dos posiciones, se pueden comparar al menos en lo que concierne a la función de la ideología: el mérito de la concepción de Parsons es el considerar la ideolo20 A este respecto ver Talcott Parsons, Toward a General Tfieory of Action y The Social System, N. Y . , Free Press, paperbook édition, 1964. 21 PARSONS, The Social System, p. 12. 22 L a noción de equilibrio y la de sistema están identificadas. Ver Talcott Parsons, Toward a General Theory of Action, p. 120. 23 Ver en Talcott Parsons, The Structure of the Social Action, Vol. I I , la importancia que Parsons mismo da al pensamiento de Weber respecto al papel de los valores en la vida social.
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LENGUAJE
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jtía ( l a "cultura") como un mecanismo no como representación
expresiva,
de regulación verdadera o
y
falsa,
de los procesos reales. L a ideología, en la concepción de Parsons, asegura el equilibrio y es una condición
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de la
existencia del sistema social como sistema. Está claro para todo lector atento de Parsons, que el subjetivismo manifiesto del análisis del hecho social reducido a "acción del sujeto" y, finalmente, a "orientación normativa" de esta acción, hace que la sociedad no Hca más que la forma de existencia de la ideología, la realización de las ideas. Y que esto implica que no se pueda explicar ni la historia, ni las formas de existencin de las diferentes formaciones sociales concretas. Sin embargo, y respecto al marxismo primario de la teoría del reflejo, también idealista, aunque de otra manera, Im teoría de Parsons tiene al menos el mérito de tener en cuenta la función política y económica de la ideología c o m o mecanismo de equilibrio, lo que n o es independiente de su popularidad como justificación "a posi c r i o r i " de las técnicas modernas de control s o c i a l ^ . Cximo hemos visto, la concepción de la ideología de I'iiif^ct como sistema de representaciones colectivas socio céntrico, acompañado de una escala de valores coini'in, es similar a la concepción de la cultura (ideoloyíii) lie Parsons, con la diferencia de que Piaget introdim- la noción de coacción (opuesto de cooperación) piiiii explicar las escalas de valores distintos, de grupos nociiilcs distintos, que resultan de intercambios de valoi T d ilcsiguales, lo que otorga un poco más de "realisMid" ni análisis. Sin embargo, y al igual que Parsons, l'iiii'ci concibe la ideología como estructura de la con' 1.1 del grupo-sujeto. L a diferencia principal entre •1 i,iL (trltica de Parsons aquí esbozada es, necesariamente, soiM.iM Vtn Max Black, The Social Theory of Talcott Parsons, y w Mii.'kliiy, Sociology and Modern Systems Theory, así c o m o ' nimil. iii.i "Li's «roupes marginaiui: ideologie et réalité", S o c . n.» 19 Miiiiliniil iiinn.
1¿2
LA
IDEOLOGÍA
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los dos conceptos es que la "cultura" de Parsons es un sistema de representaciones común a la sociedad entera, mientras que la ideología de Piaget es un sistema de representaciones de un "grupo". HACIA UNA TEORÍA DE LA IDEOLOGÍA Como hemos visto, Parsons considera la "cultura" (la ideología) como un sistema simbólico, el cual interiorizado, constituye la conciencia del sujeto de la acción e, institucionalizado, define el sistema social. E s t a concepción, que adolece de un coeficiente considerable de idealismo, tiene al menos la virtud de indicar —ideológicamente— la función social de la ideología: la de aparato regulador que mantiene el equilibrio del sistema. Respecto al pensamiento " m a r x i s t a " que considera la ideología como reflejo, esta concepción supone, pues, un neto progreso. Pero, como se ha indicado, M a r x había comprendido que la conciencia es el lenguaje y que la ideología es una instancia de la estructura: únicamente los marxistas economicistas, la "desviación" economicista del marxismo, ha interpretado la teoría marxista —incompleta—• de la ideología como una teoría del "reflejo". Y en el pensamiento marxista contemporáneo se encuentran numerosas tentativas de volver a los orígenes y de elaborar una teoría de la ideología más coherente, y no idealista. U n o de los méritos indudables de Althusser es el haber planteado seriamente estas cuestiones, obligando así a discutirlas como problemas. Sin embargo, su teoría de la ideología es, en sus escritos de 1 9 6 0 - 1 9 6 5 , ambigua. P o r una parte Althusser considera la ideología como una instancia del modo de producción, es decir, como una estructura regional. P o r otra, sus definiciones de la estructura, aunque insisten sobre el carácter de la
EL
LENGUAJK
ideología como sistema regulador, caen a menudo en ima concepción idealista-expresiva^^. Así, p o r ejemplo, Althusser escribe: "En to,
la ideología, los hombres expresan,
en efec
n o sus relaciones con sus condiciones de exis
tencia, sino la manera
en la que viven sus relacio
nes con sus condiciones de existencia: l o que su pone a la vez una relación real y una relación "vi vida", "imaginaria". L a ideología es, p o r l o tanto, la expresión
de la relación
de los hombres con su
mundo, es decir, la unidad (sobredeterminada)
de
su relación real y de su relación imaginaria con sus condiciones de existencia reales." E s t a concepción es coherente con la ausencia en los textos de Althusser de una teoría del lenguaje. Pero en ellos se encuentran los elementos que permiten la eliilioración de una teoría de la ideología, y eso a pesar
A pesar de que en o t r o s textos Althusser condena vigorosa(Hcha concepción. Wl A r . T H U S S E R , Fom Marx, p . 240 ( Y o subrayo) ( p p . 193-194 de I n I i m i I . castellana c i t . ) . Aunque, claro e s t á , n o en el "sentido tradicional" de l a noción rin c i i i i M i . P o r e s o la escuela de Althusser se h a preocupado t a n t o flí IH lliiiniida "causalidad estructural", que se quiere diferenciar de In "iiiiiimilldiid" en las ciencias de la naturaleza... eligiendo ejemplos É|i mU\<í últimas que resisten m a l la crítica del especialista. Se h a fíirlndii 1111 (concepto, el de "explicación nomológica deductiva" para (jm'iiii|rrl/.iir lii causalidad en las ciencias físicas y distinguirla de la iMPtiln
WilnMlliluil
cMlructural.
f(l iliiuno, la distinción de la "causalidad estructural" de la Mlltinlldail c u las ciencias físicas n o parece lo bastante fundada como pm-H m r . l s l l r i i n análisis serio: la mayoría de las diferencias se deben ( liilrriiri'liiclcmes pre-newtonianas de leyes físicas elementales, tan i f l i H i i i K l i i l c ' i i l i ! ; q u e b a s t a apelar a los conocimientos corrientes de ((•l.m i " i m mostrar su c a r á c t e r especioso. P o r e s o , rechazando al iiii'iM. 1111IVIslonalmente . — h a s t a que se pruebe lo contrario— esta miliiri ,1:1 ( i i r i T o n c i a , me parece justo afirmar que Althusser concibe Ihh i > . n i i i i r i i i i i i s como causas, c o n las connotaciones metafísicas que mil
1IM|illrii.
I i i r l i i i i de causalidad estructural" me parece entonces que, en In UmmIii rtd Althusser, constituye una solución nominatista de un prolllmilil iniU.
124
LA
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E n efecto, para Althusser la ideología es una estruc tura regional, una instancia del modo de producción. E s t e último es una estructura compleja, articulación de instancias, entre las cuales hay una instancia domi nante, siendo en todos los casos la instancia económica la que determina, en última instancia, sobre cuál de las instancias del modo de producción recae el rol dominan te. Con esta concepción, la ideología se inserta en el modo de producción como una sub-estructura, articula da con la economía y la política. L o que no está claro en la concepción de Althusser es el modo de funcionamiento de la ideología como ins tancia del modo de producción. E s decir, una vez que sabemos que la ideología está estructurada, queda por definir qué es lo que esta instancia estructura. Dada la concepción estática y causal que de las estructuras tiene Althusser, esta cuestión no está formulada. Pero vere mos cómo puede plantearse utilizando algunos concep tos de este autor en relación con los resultados de la crítica del signo. Si se considera que un proceso de producción — q u e Althusser llama "práctica"— es: "todo proceso de trans formación de una materia prima dada en un producto determinado, transformación efectuada por un trabajo humano determinado, utilizando medios de producción determinados" E s t a definición nos permite resolver las dificultades que se encuentran en la definición althusseriana de la ideología: se puede definir la ideología como la estructura ( e l sistema de las transformaciones) de los procesos de producción de discursos no-científi cos. E s t a definición provisional se puede precisar más, estudiando los diferentes elementos que entran en un proceso de producción: las materias primas, los instru mentos, el trabajo que aplica a las materias primas los instrumentos, según ciertas reglas, y los productos. 28
L. A L T H U S S E R ,
Four
Marx,
pp.
161-224.
Trad.
cit., p
136.
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125
Respecto a los productos, se puede intentar delimijtar el sentido de la expresión "discursos ideológicos": los discursos ideológicos son productos que producen un efecto de significación específico: confieren signifi cado a unos términos que se llaman por eso significan tes, que se refieren a la posición del agente en los pro cesos de producción (aspecto técnico y relaciones socia les de producción), y el "efecto de significación" "es lo que constituye la "conciencia" de los soportes-agen tes: los "valores" y las "representaciones". Llamaremos tinciones —siguiendo así la distinción de Althusser— l o s significados fijados p o r el discurso ideológico. La distinción entre "valores" y "representaciones" e s la paralela ideológica de la distinción fundamental cutre el discurso sobre los procesos por una parte, y * u articulación como discurso del agente ( q u e lo cons tituye en "sujeto" y ese discurso en " c o n c i e n c i a " ) , y la rcliición entre el " s u j e t o " y " s u " discurso sobre los proc e N o s , en valores. U n ejemplo aclarará esta distinción: i i n u frase del tipo " Y o ( c r e o q u e ) ( A es B ) " contiene: 1) 2) 3)
Una proposición que concierne lo exterior al sujeto: " e l sol es un astro" = ( A es B ) . E l pronombre personal " Y o " : la instancia del sujeto: lo que habla. "Creo q u e " : relación entre ( Y o ) y ( A es B ) == índice de valor (lógico en este caso) de verdad: significa ( A es B ) es verdad, atribu ye un valor a la proposición.
Q u e existe una estrecha relación entre representatlotics y valores ( l ó g i c o s ) no ofrece la menor duda: en l i n a teoría científica se pretende que todas las proposiics sean verdaderas... E n el discurso en general exis t i r liivtbicn una relación entre "representaciones" y "vad i i f n " ; pero la relación en cuestión n o es siempre de mi N i n a naturaleza. L a relación entre el sujeto y la pro-
126
LA IDEOLOGÍA E N
posición no es solamente del tipo "creo que", " m e parece que", "pienso que", sino también, y, sobre todo, del tipo: " m e gusta que", "tenemos q u e " . . . E s t e tipo de conexiones entre el sujeto ( l o que habla) y la proposición son indicaciones de lo deseado: valores morales (sociales, p o l í t i c o s . . . ) , y no solamente lógicos. L o que importa por el m o m e n t o es constatar que el discurso produce un efecto de significación que consiste en:
tos
1)
Delimitar un "significado" para las nociones (los términos)
2)
Atribuir el significado al soporte, constituyendo la instancia del sujeto ( l o que h a b l a ) al definir el significado ( l o que dice, lo que significa ) como significado del signo
3)
Poner en relación la instancia del sujeto la proposición.
con
Estas indicaciones sirven para caracterizar los producdel proceso de producción de los discursos ideoló-
29 E n un libro reciente, P. Bourdieu y J . C. Passeron resumen sus investigaciones empíricas en sociología de la educación y elabor a n una teoría del sistema de enseñanza. Una de las proposiciones, la proposición 0.—, que constituye el postulado fundamental de su teoría, se lee así: "O.— Todo poder de violencia simbólica, es decir, todo poder que llega a imponer significaciones y a imponerlas c o m o legítimas disimulando las relaciones de fuerza ("rapports de forcé") que son el fundamento de su fuerza, a ñ a d e su fuerza propia a esas relaciones de fuerza". ( P . Bourdieu y J . C. Passeron, La Beproduction, París, Minuit, 1970, p . 18). L a acción pedagógica, que es una "violencia simbólica", opera mediante selecciones, exclusiones e imposiciones de significaciones, y reproduce la estructura social y los "rapports de forcé" en los que estas operaciones se efectúan (c£. Ibid., pp. 22-23). E s t a concepción, resultado de estudios diferentes de los míos, confirma, desde otra perspectiva, el planteamiento aquí elegido del problema de las relaciones entre ideología y lenguaje. Las academias de la lengua son también instituciones del sistema de enseñanza, mecanismo de reproducción de la estructura social, y la g r a m á t i c a , "ciencia normativa", tiene una función reproductora —y reguladora— al igual que el derecho civil. 30 E s t a s consideraciones coinciden con las de J . Lacan (quien se inspira en la lingüística). Ver Ecrits, París, Seuil, 1966, y el prefacio de una nueva edición Ecrits (colección Points), Seuil 1970 ( P r ó x i m a publicación en Siglo X X I , México).
I
KL L E N G U A J E
Igicos. P e r o no es más que una caracterización sional. •
127
provisio-
Las materias primas del proceso de producción de discursos son otros discursos. Los instrumentos, las estructuras sintcicticas. L o s procedimientos de aplicación tic los instrumentos a las materias primas: los modelos ideológicos; se les ha llameado a veces, sistemas modelantes secundarios y son variantes (transformaciones) « l e l a ideología. ¿ P o r qué llamamos "no-científicos" un cierto tipo tic discursos? L a distinción de Althusser entre "efecto ( l e conocimiento" (del discurso científico) y "efecto (Ir reconocimiento" ( d e l discurso ideológico) sirve par a efectuar la distinción entre ciencia e ideología. ¿ E n i p i é consisten los efectos de conocimiento y de reconoilmicnto? Antes de responder a esta pregunta hay que exacuál es la función social de los productos signiílcwntcs en general. L a ciencia es un discurso que se i l c r c a las prácticas, caracterizado ipor la objetividad, M decir, por la "adecuación" al objeto. S e "refiere a I*»" de una forma específica: el método experimental g H i t i n l i z a —en las ciencias naturales— la correspon« I r n c i u entre una serie de proposiciones (un discurso) y III) c o n j u n t o de operaciones bien delimitado. P e r o esta Ciilirspondencia no es un modelo — e n el sentido de " r c p i ' o i l u c c i ó n " de la " e s e n c i a " de la realidad— sino un thtiina de transformaciones por el que se pasa de las rnc'iones a una serie de conceptos, que no son imagen ! t ) i | i K ' conceptualizan, sino reglas de operación. La i t i i u c | > c i ó n actual del átomo no es rma imagen como j i o i l l u s e r l o el modelo de B o h r : las ecuaciones de onda t i l * Siliodinger o las matrices de Dirac, no son una "re| i l o i l i H c i ó n " de la realidad, no nos permiten "imaginar" Ktiil.i i n . i ' . cjue a ellos mismos. Las teorías científicas |. i i i . r . permiten comprender que el discurso cientíItiliuir
ir
128
LA
IDEOLOGÍA
E N
fico no reproduce la realidad como imagen, sino coordina un cierto número de operaciones. Sin detenerse más en estas consideraciones cuyo carácter indicativo es indudable, se puede ver en qué consiste la diferencia entre el efecto de conocimiento y el de reconocimiento, entre el discurso científico y el discurso ideológico: el primero coordina las operaciones reales de los agentes en las prácticas, mientras que el segundo produce una imagen de esas prácticas que los reproduce como "modelo". Los modelos econométricos son discursos que reproducen en sus articulaciones las de los procesos económicos a los que se refieren. E l enunciado vulgar " e ! capitalista da trabajo" y "hace vivir al obrero" es también "imagen", un modelo del proceso social al que se refiere. Pero impide la comprensión de ese mismo proceso en sus relaciones con la totalidad de los procesos sociales ¿ C ó m o se producen esos discursos? ¿Cómo producen su efecto? Las materias primas son nociones: "capitalista", " o b r e r o " , "industrial", " h o m b r e " . . . Estas palabras se articulan en un discurso, producto significante. L a forma de articulación es la significación, lo que produce el efecto de conocimiento o de reconocimiento. ¿ Q u é articula el discurso? ¿Cuáles son los instrumentos de ese trabajo específico, cuáles son las reglas de aplicación de los instrumentos a la materia prima? Para tratar de este problema, la distinción entre ideología teórica e ideología práctica es útil, aunque insuficiente ^^: lo importante es constatar que las prácticas sociales reales (pagar el trabajo de diez personas y ser pagado por los productos de ese trabajo es un 31 Ver A. BADION, Le Concept de Modele, París, Maspero, 1969, 16 (en preparación trad. castellana Siglo X X I , México). 32 L . ALTHUSSER, Cours de Philosophie pour Sclenti¡iques. París, Maspero, 1970. p.
LENGUAJE
129
proceso real) artictilan discursos de tal manera que los discursos reproduzcan las prácticas: el efecto de reconocimiento es un efecto de reproducción. Se comprende así por qué el discurso ideológico se repite: es que las condiciones de reproducción de un proceso dado son limitadas. P o r el contrario, el dis1 lirso científico produce un efecto de reproducción. E l discurso ideológico interviene en la reproducción lio los procesos sociales porque se constituye en "conIruido" de la "conciencia" de los agentes de dichos procrsos; es el tipo de " c o n t e n i d o " de la "conciencia" exiK¡ilo por la situación de los agentes en el proceso. Mieniriis que el discurso científico es un discurso que inter^vicnc en el proceso como agente, el discurso ideológico sm sobre los soportes del proceso, reproduciendo las íUcicmes sociales de producción que son su condición existencia, pero n o es directamente agente del pro110. F'/l papel de la ideología es entonces crear la insfuria del sujeto, constituir su conciencia c o m o un conj n l o de discursos pronunciados en la instancia del yo [((le! nosotros) exigidos por la reproducción de las relalii)ncs sociales de producción. LA ideología es pues, en esta perspectiva la estruc•ii del proceso de producción de discursos cuyo efecto (|ircílico es una regulación de las prácticas. E s , por lo Irtniíi, v\ concepto que se refiere a las reglas de producI' ' un tipo de productos que, c o m o todos los proILN .ocíales, intervienen en el conjunto de todos los N O S de producción. P e r o lo que es importante consIR es c|uc los productos ideológicos intervienen sobre tígentcs, constituyendo la "conciencia" que es exip o r s u s posiciones específicas en los procesos de « i n i i i ó n que se reproducen. No hay ijue olvidar el mencionar que los significaos i p i r constituyen el sujeto, es decir, las articulado-
130
LA IDEOLOGÍA
EN
nes de los significantes producidos por la ideología, se sitúan en lo que podemos llamar dos niveles: el primero, del que ya se ha hablado, es el nivel de la "conciencia", es decir, el de la articulación del discurso regido por la ideología, enunciado en la instancia del yo, con las relaciones sociales de producción y de cambio. E l segundo es el nivel del inconsciente frettdiano, que J a c q u e s Lacan ha estudiado en una perspectiva similar. C o m o escribe Lacan, "el inconsciente es el discurso del Otro"^^, articulación de los significantes (establecidos p o r la ideología) que constituye una articulación excluida de las variaciones de articulaciones significantes determinadas por la estructura de la ideología. E l "refoulement" es el resultado, precisamente, de esta exclusión de las articulaciones del significante que son incompatibles con la función reproductora de las estructuras sociales, de los discursos que ellas producen. E s t a articulación excluida existe como efecto de las variaciones que la acción pedagógica^* de la autoridad familiar produce respecto a la de las demás instituciones reproductoras de las significaciones La ideología n o es, por lo tanto, una imagen o un reflejo de la realidad, no es un conjunto de representaciones: es la estructura generadora de un conjunto de discursos — y de sus variaciones— que interviene en la totalidad de los procesos sociales constituyendo la "conciencia" de los agentes — e s decir, los discursos de esos mismos agentes— como coordinación de sus intervenciones en los procesos^®. La ideología define, elige y fija la significación de los términos empleados en el conjunto de discursos: los constituye así en signos, transfiriendo la significación de la práctica social discursiva a la inmanencia del signi33 J . LACAN, 34 Ver en P. definición de este 35 ¿No es ese
Ecrits I, Seuil, 1870, p. 24. Bourdieu y J . C. Passeron, La reproduction, concepto como "violencia simbólica". el efecto del conocimiento científico?
la
EL
LENGQAJE
jicado sujeto.
del signo, constituyendo
131 así la conciencia
y eí
L o s discursos que se refieren a los agentes, a la posición de los agentes en los procesos sociales de proilucción, atribuyen a los términos un "significado" que 8C presenta en el discurso c o m o valores. L o s valores son así significaciones, fijadas en significados, de los térmi nos que relacionan los agentes a los procesos: en la conlinuación del texto se hablará de los valores como de "representaciones"; pero no hay que olvidar en qué gcnddo se emplea el término, cuáles son sus límites. I.iis "representaciones" —nociones, conceptos o valo res— n o existen más que en el discurso, y denotan las lirticulaciones discursivas con los referentes del dis curso Estos referentes pertenecen al dominio de las prácticas sociales, y es importante notarlo, pues sólo UNÍ se disipa el falso problema de "la cosa en s í " como "referente".
TlíORIA DE LOS VALORES Uno de los méritos de la teoría de los valores de l'iiiget es el insistir sobre el hecho del carácter ordenado de los conjuntos de valores^''. Según Piaget, los valores lornian escalas de valores, es decir, conjuntos ordefhidos i'.sta indicación, extremadamente importante en el (Dnic.vto de la definición del valor que este autor da, l i o se articula claramente con el problema sociológico lie la significación, ni con una teoría de la ideología, y .'.o porque su definición implica una concepción ideaMi P o r lo demás, lexemas, clasemas, e t c . , no existen m á s que en pero están en la lengua, al rnenos según Greimas. E s t o i'iiiwlM.iiyo una diíerencia que m e parece fundamental. :IV Vor en J . Piaget, Etudes Sociologiques, op. cit. el artículo • V'ninriis cualitativos en Sociología". •11 Una relación de orden es íranstíiua y antisimétrica.
Kl
dlHcurso;
Ii2
LA
IDEOLOGÍA
E N
lista del valor, acompañada de una concepción subjetivista del individuo en lo social. E n la perspectiva con la que se trata aquí el problema de la definición del concepto de valor, la indicación de Piaget respecto al carácter ordenado de los conjuntos de valores es de una extrema importancia, pues permite la relación de la noción de valor con la de ideología y con el problema general de la significación social conferida a la práctica, constitutiva de la "conciencia" y del "sujeto". D e estos problemas, de una dificultad sobre la que no hace falta insistir, sólo se da aquí un tratamiento indicativo, un b o c e t o del modo de inserción de una teoría de la novela en una sociología general que aún n o existe. El planteamiento del problema es el siguiente: dada la definición del valor como representación del modo de inserción del soporte en los diferentes procesos sociales, la connotación normativa que la noción de valor ha tenido siempre desaparece, así como el contexto ético ( o económico: economía = ética de la producción material: reglas del intercambio material) en el que estaba dada L a introducción, en primer lugar, de la noción de conjunto de valores y después la de conjunto ordenado de valores, permite un planteamiento de esta problemática de las relaciones de los soportes (individuos-agentes ) , con los procesos sociales en los que intervienen, bajo la forma de la representación de esas relaciones, en la perspectiva del soporte. Poulantzas escrib e ( 2 2 3 : " L a s ideologías fijan en un universo relativamente coherente n o solamente una relación "real, sino también una relación imaginaria, una relación real de los hombres con sus condiciones de existencia invertida en una relación imaginaria. L o que quiere decir que S9
Parsons define
los
valores c o m o
símbolos
de lo
deseable...
LENGUAJE
133
Bs ideologías se refieren, en último análisis, a lo vivido bumano, sin reducirse por ello a una problemática del jjeto-conciencia" E s t e texto precisa b i e n el sentido en el que se articulan las nociones de valor y de ideología la ideo¡logía puede pensarse c o m o un conjunto de valores, conjnto ordenado, articulación de las representaciones de l a s relaciones reales y potenciales de los agentes-soportes los procesos sociales de producción y de cambio. D e esta definición se deduce un planteamiento coherente de Jo "deseado" como existencia de la representación de un fiotlo de relación del agente con los procesos sociales definidos como posibles y cuya relación, en el soporte definidor del conjunto de valores, con los otros valores genera la "significación", relación de orden, normativa, drl " b i e n " y del "mejor q u e " . , , • '; Antes de considerar algunas de las implicaciones de rsiii concepción de los sistemas de valores, hay que delimitar la relación con la noción lukacsiana de concepción "visión) del mundo; la problemática de la ideología nnu) falsa conciencia y la noción de representación ¡oino sinónimo de concepto dificultan este trabajo. Arriesgándome a un esquematismo reductor, diré juc el término representación denota nociones, concepcategorías y valores. Ninguno de estos cuatro téri n o s indica ideas puras ni "significados", sino modos pe* ulribución específica de la significación, a los difee n t c ' s términos en el discurso. P o r lo tanto, la definide valor y de ideología dada anteriormente no reilirlvc el problema del status de los valores respecto a iHN ilcinás representaciones. Nicos POULANTZAS, Pauvoir politigue et classes sociales de rdiMalislc. París, Maspero, 1968, p. 223 (Trad. castellana. Siglo U, Mrtxico 1969). 41 L a concepción de la ideología de Poulantzas se inscribe en riinlmzo categórico de la perspectiva historicista y subjetivista diillno la Ideología como l a conciencia falsa de u n sujeto colee-
lililí
134
LA
IDEOLOGÍA
EN
E s t e problema está casi enteramente por resolver; se puede decir, empero, que la representación del modo de intervención del soporte en el proceso (valor), es inseparable de la representación general (nocional o conceptual) del proceso mismo. Y esta afirmación im plica que si se puede pensar la ideología como sistema de valores (conjunto ordenado), hay entonces que pen sarla también como representación nocional y concep tual del conjunto de procesos sociales y naturales de producción y de cambio, lo que implica que el término "concepción del mundo" ( o la "visión del mundo", de G o l d m a n n ) no es completamente inadecuado y, que si hay que rechazarlo, es por sus relaciones con una con cepción del " s u j e t o " histórico. L a definición de la ideo logía aquí empleada no implica la noción de sujeto*^: es la definición de la estructura general de las prácticas significantes, de la estructura generadora del conjunuto de discursos. • • ; , • Para estudiar el modo de articulación de nociones y valores como significación del discurso, hay que ape lar al estudio de la práctica de la lengua en el discurso: los sistemas significantes secundarios se articulan con la lengua y esta articulación es la forma de existencia práctica de la articulación de los sistemas de valores y de los de nociones en la ideología. Notas
sobre
los sistemas
de
valores
Voy a intentar dar una expresión formal al con cepto de conjunto ordenado de valores; para ello utili zaré algunos conceptos de la teoría de los conjuntos ordenados. Un conjunto ordenado es un conjunto sobre el que se ha definido una relación de orden. Una relación de 42 E s decir, le implica producio de la ideología.
solamente
en
cnanto
el
sujeto
es
un
MI.
LENGUAJE
135
orden es una relación binaria que se indica (provisioiinlmente) por 6 y que e s : 1)
Reflexiva
a Q a, Y a z E
2)
Transitiva
a 0 b y b ti c
> a 6 c
3)
Antisimétrica
a Q b y b f) a
> a = b
l.a notación ^ ( m e n o r o igual que) será usada como la irlación de orden. a y b e E Dos elementos entre los cuales hay: »c llaman comparables. Definición:
Relación de orden decir
a ^
b ó b ^ a
estricto:
1)
a < b quiere
a ^- b y a ^ b.
2)
E n un conjunto ordenado, la negación de a < b es pues: b ~ a o bien a y b son no comparables, lo que se escribe a\\b.
Si para cada dos elementos a y b ^E se tiene a ~ b I I /' — a, E es un conjunto totalmente ordenado. Definición:
Sistema
de
valores.
U n sistema de valores es un conjunto r = \Fi , V2, l\\ nrcialmente ordenado (no totalmente o r d e n a d o ) , lo ¡|lic implica que dados dos elementos Vi, Vj £ V, pueíi\ estar en las relaciones siguientes: 1 F i ^ F , = > V,< 1)
comparables'
{
no-comparables
= Fj
o bien
( Vj ^ 2)
Fj6
Fi || V^ =>
F,.
< Vio Vi
Vt < Fj y V,
o lo que es igual: Fj < / ' ¡ y Nota: Dado un sistema de valores V, finir un número n de subsistemas V* de V V ' i s un subconjunto totalmente ordenado .1. I I , un conjunto V* = | VI, Vj, Vk
-
Fi })
:^ T,
se puede tales que de V, es \ tal que
| M i , Vi, V, e V* o bien Vj ^ Vi o bien Vi ^ Vj
136
LA
IDEOLOGÍA
E N
Los subsistemas V* totalmente ordenados tienen un elemento mínimo Vm y rm elemento máximo V M-' — mínimo: n o hay ningún Vi s. V* estrictamente inferior ( < ) a Vm — máximo: n o hay ningún V ¡ s V* estrictamente superior ( > ) a VM. E s posible concebir que los sistemas de valores tengan más propiedades que las aquí definidas: por ejemplo, quizá fuera más justo describirlos con el concepto ( d e la teoría de los grafos) de arborescencia, es decir, de un grajo sin circuito con un elemento único al que no llega ningún arco, y con todos los demás elementos a los que llega un único arco. Una definición de este tipo implicaría caso en que dos valores son equivalentes Vj — V i ) , se concibe la igualdad c o m o la de uno de los términos: es decir, que si suprime o bien Vi o bien V¡ del conjunto, no se pueden diferenciar.
que, en el (Vi — V,- y desaparición Vi^Vj, se puesto que
Dado el estado actual de los análisis concretos, no creo que se puedan emplear más propiedades, aunque, probablemente, fueran adecuadas.
CONCLUSIÓN L o que acabo de decir respecto a la ideología es, por supuesto, incompleto y provisional. Una teoría de la ideología se sitúa siempre e n una teoría del conocimiento, o, al menos, se define respecto a ella, y aunque haya mencionado este problema, n o lo he tratado ni siquiera de forma indicativa. L a distinción entre el efecto de conocimiento y el de reconocimiento n o son suficientes, como tampoco lo es la concepción del efecto de reconocimiento c o m o un regulador del sistema social, regulador que contribuye a la reproducción de los procesos de producción manteniendo fijas las posiciones de
líL
LENGUAJE
137
k)s agentes, y eso, a pesar de que estas distinciones me parecen pertinentes. L o importante para la teoría de la novela es com prender que la ideología no es un "conjunto de ideas" puras que se expresan en los discursos, sino el sistema de transformaciones de los procesos de producción de discursos. Y también que los procesos de producción de los discursos producen el "sujeto", los "valores" y las "rcjiresentaciones" en general como " c o n t e n i d o s " de la "conciencia" del " s u j e t o " ; es decir, que si el sujeto, los valores y la conciencia existen, existen solamente en lanto que "modelos" ideológicos, en tanto q u e produc tos de la ideología. Y que no son, por l o tanto, concep|i)s científicos. Ahora bien, en el estudio del discurso novelesco hay que utilizar esas nociones ideológicas. H a y que hacerlo portiue el modo de producción de ese discurso lo exige: PNto plantea el problema del que se trata e n el próximo capítulo. E n él veremos c ó m o se establecen las relacio nes entre la novela y la ideología, y en qué sentido el tipo de discurso que llamamos novela está determinado por la ideología.
CAl'tTULO
V
] f
La estructura de la novela
Si se rechaza el postulado de la naturaleza lingüíslica de la significación y si, por tanto, no se plantea este problema al nivel de la lengua, tenemos entonces que aceptar que hay un orden del discurso, pensando Cuera de la doble dicotomía lengua ( s o c i a l ) - palabra (individual); es decir, tenemos que construir como objeto de la semántica la instancia de las prácticas signi¡¡cantes, y pensar la noción de práctica fuera de la prol>lcmática idealista de la acción y del sujeto. Y pensar rl concepto de práctica significante es pensarlo en su tu'iiculación con el conjunto de las diversas prácticas soi'liilcs, prácticas de la estructura social, y, por tanto, iiiiiuí del dominio de la sociología. lin este contexto, una teoría de la novela es po•iiblc, y el pensar la producción novelesca como una l'iiíctica significante, son posibles si, y s ó l o si, se puede ililinir un conjunto de mecanismos — o reglas generales di- producción de los productos de esa práctica signifiCMiitc específica: las novelas. Las reglas generales de ese ÍU'ni-cso de producción son entonces, también, los funclsmciilos de la explicación del efecto de significación dt*l Icxlo, premisas indispensables de una sociología del voiiüiiimo de los productos de esa práctica. Así, se piensa 1n estructura de la novela como la estructura de una jjnlciicii significante, es decir, como un sistema que se •tmllzii c-omo conjunto de reglas de producción de una «iBtiHicación. [139 ]
140
LA ESTHUCTÜRA
DE
PREMISAS DE LA TEORÍA DE LA NOVELA Si pensamos la novela como el producto de una práctica significante específica, y si la teoría de la no vela es posible, entonces la teoría de la novela es la estructura de esa práctica. P o r otra parte, pensar la estructura de una práctica significante, fuera de la pro blemática del signo, implica el abandono de la tentativa de la definición de "unidades de significación". Con estas dos premisas se delimita el problema que hay que intentar resolver: la definición de un sistema de transformaciones de un conjunto de relaciones significadoras, sistema que define simultáneamente las relaciones y los elementos que entran en relación. U n sistema de pensar en esos términos supone la definición simultcmea de "significantes" y "significa dos"; es decir, de un sistema de correspondencias entre dos sistemas de relaciones entre "elementos" definidos por las relaciones mismas. Las "reglas" de producción definen las transformaciones de las relaciones compati bles con la significación del texto-producto. Antes de precisar más la definición de la estructura de la novela examinemos las nociones empleadas por Goldmann, Muir, Lévi-Strauss, descritas ya en las pági nas precedentes. Las teorías de la novela estudiadas consideran todos los valores como lo que estructura en última instancia el relato novelesco, el texto. L a significación (estruc tura significativa de G o l d m a n n ) está en relación con esos valores estructurantes. P o r otra parte, tanto para Goldmann como para M u i r o Bremond, la relación entre personajes y valores se da en la proposición siguiente: los valores son los valores de los personajes. Finalmente, los acontecimientos en los que los per sonajes están implicados, están en un cierto orden en el texto, y ese orden está en relación con los "valores" de
I.A
NOVELA
141
los "personajes". Así G o l d m a n n describe la novela "búsi|ueda degradada de valores auténticos por el héroe problemático", y Muir establece una tipología de las novelas, en función del modo de relación de los personajes con el orden de los acontecimientos. L a ausencia de una teoría explícita de las relaciones entre valores e ideologías, así como la falta de una con<'c|-)ción realista de estas últimas es uno de los aspectos de los obstáculos teóricos y metodológicos que estas Icniativas de explicación de la novela han encontrado. l,o que es curioso — a u n q u e se pueda explicar— es <'óino el uso de la noción de valor está en relación con il de la noción de personaje, en la ausencia de una descripción clara de los protocolos de observación, que (iinsiituyen esas dos nociones en instrumentos con un cierto valor heurístico. L a noción de acontecimiento, no tli'finida, permite a menudo el pasar al lado de estos problemas.
ANÁLISIS DE LA NOVELA
-
I'J texto es lo dado. P e r o ese dato no hay que interpi'c'iurlo, hay que explicarlo, y hay que hacerlo sin modiliciirlo. Se trata en primer lugar de determinar lo que hay ./iir explicar.- no se debe, efectivamente, confundir nuesi M kviura — e s decir, el efecto de significación que pro• I ' " ' - en el lector— con el texto. E l texto es una suceMiiii de frases. L o que importa por el momento es caracii'ii.'ui' la novela, el t e x t o novelesco, respecto al con| n n i o lie los textos novelescos y no novelescos. I'l K'xto novelesco se caracteriza por el modo especii el que los distintos tipos de frases que vamos I LI .|in/.',ii¡r se articulan. E l análisis de la frase presenta I-I"Mrnias que la lingüística no ha resuelto. Sin em1"','1. la única manera de estudiar la novela —^un
' i l i ' ' >
142
LA E S T E U C T U E A
DE
t e x t o — es pasar por este nivel de análisis. P o r eso hay que arriesgarse a elaborar una tipología de las frases, tipología con fundamentos teóricos pertinentes. L a distinción de Chomsky ^ entre estructura manifiesta ( o de superficie) y estructura latente ( o profunda) puede ser utilizada aquí con provecho: la gramática generativa demuestra que se puede concebir una estructura latente que, mediante un sistema de transformaciones, genera un cierto número de estructuras manifiestas distintas. E l anáhsis de las estructuras latentes depende, según Chomsky, de un "nivel" más semántico que sintáctico. Pero este nivel no ha sido detalladamente estudiado. L a hipótesis que funda el presente análisis es la siguiente: se puede admitir con Benveniste que toda frase es una proposición; pero las proposiciones, como l o ha probado Russell, tienen que distinguirse en tipos. según que los objetos de la predicación sean objeto-i particulares, clases de objetos particulares, clases de clases, etc. Tendremos entonces que admitir que hay tantos tipos de frases, al menos, como hay tipos de proposiciones. P o r otra parte, si bien se puede admitir que la frase contiene necesariamente una proposición, es importante comprender que no se puede reducir la frase a la proposición. Benveniste mismo indica que en las frases existen indicadores de subjetividad, términos cuya función no está en la proposición enunciada, sino en la atribución del enunciado a un sujeto-persona. ¿ P o r qué una tipología de la frase? ¿ Y qué de tipología, en función de qué criterios?
1 Noam World, 1968.
CHOMSKY,
Language
and
Mind,
Hareourt,
Brace
tipo
and
LA NOVELA
I
143
E. Benveniste, en e l capítulo X X I de su libro Prohlt-mes de linguistique genérale'^, analizando los pronombres personales concluye que la función de estos \ términos es la de indicadores de subjetividad: así el lujeto no es más que lo que habla, el soporte de un enunciado. Los verbos c o m o pensar, creer, en las formas reflexivas, sirven de vínculo entre el indicador de subjetividad ( e l soporte) y el enunciado, seguidos de la conjunción que. ,,:.. ,, • y,. Ivl hecho de la existencia de pronombres personales y lie los nombres propios con función de sujeto en el iliscurso nos permite una clasificación de las frases en <|os tipos: con soporte o sin soporte. A l primer tipo pci'ienecen las frases c o m o : "Nada, dijo él, pero no soy tu novio" ^, o " ¿ C ó m o te llamas?, dijo bruscamente"*. AI segundo tipo pertenecen frases c o m o " L a luna es un rnifro" o "Los hombres son mortales". E s t a primera distinción no es suficiente: permite tínicamente descomponer las frases en un enunciado, un sopor/e y un vínculo entre los dos ^. Y n o es suficlptue porque hay frases que, perteneciendo al segundo tipo (sin soparte) están contextualmente soportadas. IJnu frase anterior puede indicar un soporte para el •nunciado siguiente, separado por un punto en el texto. A n í , a veces hasta una descripción de un lugar puede t m r r un soporte contextual. Por ejemplo, y en la misma novela:
I
" S e puso a mirar atentamente su habitación. D e l lecho bajo y musgoso descendía un cable eléctri^ CO" (pág. 2 7 ) . ¡ f r a s e que comienza con " D e l t e c h o " no tiene soporte. R
l'ttrlR, GaUimaid, 1966 ( d e inmediata publicación en Siglo X X I .
K * II y •I
Himhmir d'occasion, p. 162. Ihlií., p. 10. Ii¡n lii obra teatral el soporte es indicado por el nombre proBl vinculo un signo ortográfico como el punto y guión, Pero fttunciado, el soporte se enuncia como sujeto...
144
LA ESTRUCTUBA
DE
P e r o está contextualmente relacionada con una subje tividad: la del "personaje" J e a n Levesque que " s e puso a mirar atentamente su habitación". Por otra parte, y además de esta distinción, se pue den distinguir las frases según el tipo lógico de la pro posición: distinguiremos entre la proposición universal ( V x , P ( X ) ) y la proposición particular g a s X : P ( a ) . E n las novelas las descripciones son generalmente pro posiciones particulares. P o r ejemplo, en la misma no vela: " L a cama estaba en desorden; algunos libros repo saban en la almohada" (pág. 2 7 ) . Estas dos frases, separadas por el punto y coma, son proposiciones particulares que se refieren a los libros, la almohada y la cama de la habitación de J e a n Leves que y no a todas las camas o a la cama en general. Estas distinciones son fundamentales: la especificidad de lo novelesco estriba en la forma de articulación de las frases de los distintos tipos en el texto, articulación productora de la significación del discurso novelesco. L o importante por el m o m e n t o es ver cuál es la función teórica de estas distinciones: en un texto mate mático no hay frases con soporte (salvo en un prólogo, e n ejemplos o p r o b l e m a s . . . ) . E n el otro extremo — e n una obra teatral— todas las proposiciones están sopor tadas por el actor (salvo las descripciones que presen tan los soportes y los lugares de la a c c i ó n . . . ) . La novela es el texto en el que se encuentran articu ladas las frases con proposición soportada y las frasesproposición, articuladas en una combinación de suce siones cuyo principio de orden n o es, como en el dis curso científico, las reglas de la deducción o de la induc ción, sino el ideologema del individuo sujeto. L o que quiero decir con esto es que el orden de las frases está determinado por la estructura latente de los valores, es
I
NOVELA
145
lecir, de las relaciones de los soportes los procesos de relación o de cambio.
individuales con
Antes de avanzar más en este análisis, conviene sin^ • e t i z a r l a t i p o l o g í a de las frases que se ha expuesto. Con individual _^l'toposiciones particulares universales
Sv P ( a ) Sv P Í A )
soporte
Sin
soporte
colectivo
Ev P ( a ) Ev P ( A )
P(a) P(A)
Esta clasificación puede, evidentemente, hacerse más. linuciosa. P o r ejemplo, las proposiciones particulares ín de dos tipos, según que el predicado se aplique a un o b j e t o particular o a un grupo particular de objel o N ( " l a habitación de J e a n Levesque" ( u n o b j e t o ) o "algunos libros sobre la a l m o h a d a " ) . Y las frases con n D f i o r t e son también de dos tipos, según que el soporte (lo que habla, piensa, v e . . . la conciencia del sujeto romo recipiente del enunciado) s e presente e n la frase en el contexto. A partir de estas distinciones sumarias, se pueden BÍinir los conceptos que permiten explicar la produc(li^n de textos novelescos ^. \.S NOCIONES TRADICIONALES u) El personaje: S e ha hablado siempre de los [personajes" novelescos. U n a parte considerable de la FÍlii'ii literaria ha centrado su atención en la "psicoloI I h " de esos "personajes" y en las relaciones de esa. litología" con la "reaHdad". Incluso la crítica "marha empleado la noción de personaje — G o l d m a n n I
de aparecer el n u m e r o 17 de la revista Langages, conal problema de los enunciados, que contiene interesantes (lo E , Benveniste y Tzvetan Todorov, que ha dirigido el _ » r i ) , uní como de Ch. J . P i l m o r e . Habrá que tener en cuentatportaülrtn de esas investigaciones en una redacción ulterior d e ' trabujo (marzo 1970). A c a b a
Wdo
loillnn
146
LA E S T E U C T U E A D E
nos dice que la novela es la historia de una búsqueda degradada de valores auténticos por un héroe proble m á t i c o — y los estructuralistas, con la noción de actor. no se alejan demasiado de esta noción. Si se elige una perspectiva de análisis, centrada so bre el texto, como producto resultante de un proceso de producción de significación, cuyas transformaciones constituyen la estructura, hay que plantearse el pro blema de qué es el actor o personaje en el texto mismo: es decir, cuál es la función del actor o personaje en la articulación del discurso. E s fácil confundir el problema de la función: significadora del personaje con el de la significación; ahora bien, hay que considerar que el personaje tiene una función precisa en el texto mismo: es el soporte de enunciados, es decir, soporte de discursos. E s t a es su primera función en la novela: e l narrador dice que P dice X — t a l es la formulación de la fundón de P . Por otra parte, P es soporte de atributos: esos atri butos constituyen el personaje; se puede escribir una novela diciendo: " P está loco", y no solamente " P (dice que) P (está loco)". . • •. L o que es importante comprender es que, en la novela — e n el t e x t o — , el personaje es sujeto y que, como lo indica B e n v e n i s t e e l sujeto es la instancia del discurso. D i c h o de otra manera: el "sujeto" es "lo que habla" y, como lo indica Benveniste, la única prueba de la existencia de la "subjetividad" es el discurso pro nunciado en la instancia del "yo". Estas consideraciones son fundamentales para el análisis del discurso: la difi cultad de reducir la frase a la proposición es justamente que la proposición no necesita un sujeto. E n la novela el personaje es, pues, "sujeto": soporte de discursos y objeto en el discurso. E s un punto nodal 7 "De la subjectivité dans le langage", en Problemes tique genérale. E d . cit.
de
linguis
NOVELA
147
t\v la articulación significante del texto novelesco. Pero antes de continuar este análisis, hay que examinar la noción de acontecimiento.
I,A NOCIÓN DE ACONTECIMIENTO La noción de acontecimiento —definida c o m o des(lipción de un proceso de producción o de cambio en li que interviene al menos un personaje— es un con •. -pto fundamental del método de análisis aquí pro puesto. Está claro que los conceptos "proceso de produco i i n " o "proceso de c a m b i o " no están definidos explíI iiimiente. La noción de producción encuentra en Althusser una .Icfinición que podemos t o m a r como: transformación de I I l i a materia prima en producto, efectuada p o r la apli• .irión de un trabajo del soporte-agente y del uso, por I I soporte-agente, de instrumentos diversos: conocimienluM (conceptos, series de operaciones t é c n i c a s ) y obje/i)y materiales (productos de otros procesos de pro ducción). La noción de cambio es más ambigua: se puede rel'iodiar a Althusser el n o haber articulado el concepto d r producción y el de cambio, que aparece como evidi'titc — n o definido*. Su ambigüedad es tanto mayor ' luinto está relacionada c o n la noción de consumo, que tiipoco tiene una definición explícita en la teoría marsalvo en lo que concierne al "consumo produc(ciclo A - M ) . Si se quieren clasificar las ideas cto a la relación cambio-consumo-producción, está que, el cambio es el paso del producto-resultado proceso de producción a su intervención como te en otro proceso de producción: esta perspectiva Vtir, sin embargo, Balibar, Lire 217 a 335.
le Capital,
tomo I I y trad. oast.
-J48
LA ESTRUCTURA
DE
implica una concepción implícita del tiempo y de la noción de reproducción y de producción de la existencia q u e hay que explicitar. L a definición propuesta de cambio implica que el consumo es la forma de intervención de los productos e n la producción de la existencia social de los individuos-soportes. L o que implica una relación entre la noción de producto y una temporalidad específica. E l consumo de alimentos es la intervención del alimento-producto en la producción de la existencia del soporte-consumidor: existencia en el tiempo. Estas consideraciones no presentan demasiadas dificultades cuando se aplican a los productos materiales (olvidando, evidentemente, el aspecto significativo del producto m a t e r i a l ) . Pero cuando se trata de producción de significación, aunque toda significación tenga un soporte material, las nociones de producción y de cambio presentan dificultades que hay que indicar e intentar resolver. E n efecto, si se quiere elaborar un concepto de acontecimiento como representación de un proceso de producción o de cambio, no se puede olvidar que este proceso que el acontecimiento representa en el discurso es, generalmente, un proceso de producción o de cam b i o de productos significantes en el que un personaje está implicado: es decir, que el acontecimiento es la representación de la producción o del cambio de una significación (comunicación) por un personaje. ¿ Q u é quiere decir esta última frase? Quiere decir que en el acontecimiento la significación producida por ( o comunicada a ) el personaje se presenta como real: se dirá entonces que el acontecimiento realiza el valor del producto implicado en el proceso. L a importancia de estas distinciones aparecerá más claramente con un ejemplo. E n una novela, por ejemplo, un acontecimiento A i es: X se casó con Y. A n a
LA NOVELA
149
Iizado c o m o acontecimiento para X {en el discurso de X), A i representa la producción de una significación por el intercambio con Y . E n la misma novela, y en un elemento de discurso precedente, sabemos que para X ( X soporte de ese elemento de discurso) el matrimonio con Y (potencial todavía) representa la realización del valor "interés económico". A i es entonces, para X , la realización del valor interés económico (en el proceso AO^. E l esquema ( 1 ) indica las distinciones efectuadas. Estas distinciones no presentan demasiadas dificultades. L o que sí es difícil es la representación de los valores realizados — o n o — en cada acontecimiento. E n efecto,
Esquema Acontecimiento Ai: " X {se casa
(1) con)
Y"
representación de un proceso de intercambio entre X e Y : intercambio d e información significante ("si quiero"). representación de la realización de un valor para X (en el discurso de X ) y de otro ( q u e puede ser el m i s m o ) valor para Y ( e n el discurso de Y ) , es decir, efectuación de la inserción del ( d e l o s ) so|>orte(s) en un proceso (social) de producción o de cambio. u (¡muido digo "el matrimonio con Y representa...", hay que liroiidor que el "representa" quiere decir que en el texto mismo «II uiiciidntra una proposición soportada por X que enuncia lo que ilinitica oso matrimonio: y esto sin interpretación, sin "análisis"...
150
LA ESTRUCTURA
E l acontecimiento se analiza X,
como
RCVz)
para
entonces
como
R(Vi)
para
Y.
Para X casarse con Y . = > realización del interés nómico
=
DE
eco
R(Vi)
A l para X
=
R(V,)
A , para Y
=
RíVz)
LA NOCIÓN DE VALOR
'
'
^; '
:
H e m o s visto que la noción de valor aparece, en las teorías del relato novelesco, c o m o un elemento funda mental de la estructura. Sin plantearnos el problema —^que no nos concierne aquí— de la realidad social de los valores, podemos ocuparnos de la función en el t e x t o novelesco y plan tearnos el problema de las relaciones de los valores con la ideología. Se puede decir, para resumir, que el valor es la relación del enunciado al soporte, relación constituti va de la "conciencia" al construir sus contenidos. Y po demos precisar más diciendo que, los valores sociales son las relaciones de los enunciados que se refieren a procesos de producción y de cambio de productos (mate riales e informacionales) sociales con e l soporte de esos enunciados. Entonces está claro que los valores son siempre los valores de los personajes... E n la novela los valores y los acontecimientos no se distinguen más qué en dos aspectos: primeramente, respecto al tipo de frase: " P i (piensa q u e ) | ( P i ca sarse con P j ) = bien j" es una frase que enuncia un valor, mientras que " P , se casó con P j un domingo de e n e r o " es un enunciado que se refiere a un proceso de cambio. L a significación novelesca de este último enun ciado —del acontecimiento— está dada por los valores de P i y de P j , respectivamente. E s decir: la significación
LA
NOVELA
151
del acontecimiento no existe en sí. U n acontecimiento, ¡en la novela, tiene la significación que le es conferida por los elementos de discurso soportados por los soportes agentes. Los valores son, pues, las significaciones "subjetivas" de los procesos d e producción y de cambio: pertenecen al dominio de las relaciones imaginarias y en la novela aparecen como discursos soportados sobre lo posible. E l segundo aspecto de la distinción entre valores y acontecimientos es el de l o posible respecto a lo real: el acontecimiento es la realización de la relación imaginaria del soporte y del proceso que llamaremos valor.
.
Con estas distinciones se puede abordar el problema de la descripción de las reglas de producción del texto novelesco. P e r o antes de formularlas hay que dar un rodeo para evitar confusiones.
NOVELA E IDEOLOGÍA
"^'^
L a novela —^y la literatura en general — e s t á en reI lación con la ideología. E s t a relación ha sido mal comI prendida porque la noción de ideología es poco clara. Asf, se ha concebido la novela como el "reflejo ideológico" de la realidad... y se ha llegado a la aberración crítica del "realismo socialista" como criterio estético. iVIacherey, como A. Badiou, se ocupa de este problema. E l último lo hace en u n interesante artículo titulado " L a autonomía del proceso estético" indicando qiic la literatura no refleja imaginariamente la realidad íiiio que, al contrario, realiza el reflejo. Abandonando In terminología de Badiou, se pueden resumir sus conclu_«iones diciendo que en la novela, la ideología ( l o imagi" ¡ i s r l o , el reflejo) se realiza, se presentifica. E n sus proi n A . BADIOU, "L'autonomle du processus lf(irxl»(i\\ Lfninisíes, nn. 2-13, 1966, p p . T7-89.
esthétique",
Cahiers
152
LA ESTRUCTURA D E
pios términos, " e l efecto estético produce al contrario la ideología como realidad imaginaria" Badiou aporta, y es importante, una concepción de la significación novelesca que se sitúa fuera de la pro blemática de los " e f e c t o s " ideológicos o "estéticos" en la novela. Su noción de retorno "significa que el proceso (estético, N. P . ) produce un efecto de significación de la presencia que es ella misma un efecto del proceso. P o r eso el modo de producción del retorno está doble mente articulado: el efecto de significación es produci do como lo es el efecto de presencia". La presencia a la que Badiou se refiere es la presen cia en el texto de los enunciados que lo componen y el efecto de significación de esos enunciados. D e c i r que el proceso estético produce significación y presencia en una doble articulación es decir que la relación del relato novelesco con la ideología es doble: por una parte, la novela produce la ideología como realidad imaginaria, es decir, como contenido de la subjetividad novelesca ( d e la "conciencia" del " p e r s o n a j e " ) . P o r otra, el modo de producción de la ideología c o m o realidad imaginaria es, el mismo, ideológico: el "operador" de transforma ción que produce el efecto de presencia de los enuncia dos novelescos, es el ideologema del personaje. Y la ar ticulación de los "elementos transformados por el lu gar que los operadores les prescriben" produce el efecto de significación. Esta concepción de Badiou m e parece que constituye una de las contribuciones más importantes a la teoría de los productos significantes; va a servir para precisar la noción de estructura de la novela.
11
Ibld.
LA
NOVELA
153
LA ESTRUCTURA DE LA NOVELA C o m o he indicado al principio, la estructura es el conjunto de reglas de producción de la significación no velesca. Esas reglas suponen la distinción de la realidad histórica y de la ideología del proceso de produc ción de significación. L a subjetividad es el operador fundamental del mo do de producción de la novela: dicho de o t r o modo, no hay texto novelesco si los enunciados no están soporta dos por una subjetividad. P e r o no es el único operador. Lo específico de la novela es la articulación de enuncia dos del tipo P (a) con los enunciados del tipo Sv P(A) o SvY' (a). E n la discusión precedente sobre las nocio nes de valor y de acontecimiento se encuentran los ele mentos necesarios para analizar esta articu'ación de for ma detallada. Antes de emplearlos, me parece importante subra yar que los enunciados del tipo P(A), es decir, pro posiciones universales no soportadas no pertenecen al relato novelesco y que aunque se encuentran a veces, pertenecen a otro tipo de textos: los textos filosóficos. De la misma manera que una substancia pura es un producto de laboratorio, un texto novelesco puro es raro: las novelas concretas poseen proposiciones universales no soportadas, aunque sean poco numerosas en las "obras maestras" E n la novela, pues, encontramos una serie de enun ciados que 1 ) o están soportados por una subjetividad V se presentan en tanto que enunciados de Pi, 2) o son proposiciones particulares. D a d o que la novela es un Ipxio finito se puede hacer un inventario de los obietos pitrticnlares que componen el universo de la novela: el VI BADIOU I!l Ver op. tiltil iMp/ro hace Nfilrt noiicoptual,
los llama "enimciados ideológicos separables". cit. No conservo la terminología porque el adjetivo referencia a u n a teoría de la ideología como EXPREque se ha excluido.
154
LA ESTRUCTURA D E
conjunto de objetos de las proposiciones particulares (soportadas y n o soportadas) se llamará el universo novelesco. L o s personajes son elementos del universo novelesco que soportan enunciados, además de ser objetos de proposición. La novela es, pues, una sucesión de enunciados de diversos tipos: el efecto de significación de esos enunciados resulta de su articulación específica en el texto. Para estudiar los mecanismos por los que el efecto de presencia y el efecto de significación se producen, como resultado de una doble articulación, podemos emplear el protocolo de observación siguiente: L
Identificar los personajes, es decir, los soportes de enunciados: lista de Pi = Pi, Pi.Ps--. Pn.
2.
Para cada P j , establecer una lista de los acontecimientos en los que Pi interviene: enunciados en los que | P j i es objeto agente y que representan un proceso ( y no un atributo) de producción o de cambio. Elaboración de una lista \ Aj j i.
3.
Determinar, para cada P i , la articulación de los A j con los enunciados soportados por P i que determinan la significación subjetiva del A j . L a significación subjetiva es la relación del soporte con el enunciado: es decir, los valores. E l conjunto de valores del personaje P ¡ se indica por I V j j i.
Se elabora así una lista de significaciones subjetivas de los acontecimientos, una lista de valores. Conviene ilustrar con ejemplos lo que esto implica. E n la novela estudiada, Jean Levesque es soporte de enunciados y objeto de proposiciones. Una serie de enunciados establecen las relaciones del soporte con los
LA NOVELA
155
acontecimientos ( y sobre todo, con el abandono de Flor e n t i n a ) . Estos enunciados son del tipo: J . L . (piensa q u e ) [éxito = b u e n o ] J . L . (piensa q u e ) [ é x í V o - » - t r a b a j o ] J . L . (piensa q u e ) [ t r a b a j o = / o c i o ] J . L . (piensa q u e ) [ é x i t o = alejarse de la miseria] J . L . (piensa q u e ) [ F l o r e n t i n a = ( m i s e r i a ) U (feminidad, juventud) ] J . L . (piensa q u e ) [amarras con miseria = obstáculos para é x i t o ] L a decisión de J . L . de dejar a Florentina (acontecimiento Ai) es para J.L. la realización del valor éxito social y económico y la no-realización del valor solidaridad. L a notación del acontecimiento Ai de la sucesión de J . L . como R(Vj). /R(V2) está entonces determinada jjpor el texto mismo. L o s símbolos Vi y Vi representan vedares: ahora bien, los V ¡ no indican ion enunciado único, sino conjun• tos de enunciados soportados por el m i s m o personaje y relacionados lógicamente en el discurso. Así, por ejemplo. Vi es el conjunto de significaciones: É x i t o individual = bueno. É x i t o = modo de vida caracterizado p o r consumo de bienes materiales e intelectuales. É x i t o = dinero A adecuación A posición social. É x i t o = interés individual. É x i t o ••= adaptación a las exigencias de la sociedad moderna. E s t a lista no es exhaustiva y no necesita serlo a esi t r nivel del análisis. E n efecto, las definiciones de los |V( no pueden completarse más que estudiando las relaIcloncs entre ellos^. Y estas relaciones aunque estén a veICCH explícitamente enunciadas bajo la forma SV(ARB), .siempre están necesariamente presentes bajo esa forDu, Únicamente la continuación del anáhsis del texto
156
LA ESTRUCTURA
DE
permite delimitar el efecto de significación. L a próxima etapa es fundamental, ^. Una vez elaboradas las listas de j A¡ \; correspondientes a cada Pi, se pueden analizar por el procedimiento siguiente: a)
Primeramente se define el conjunto de valores
\Vi\i
implicados
en
la
sucesión
de
acontecimientos
j /ly I ¿ del personaje P¡. h) nes
En
segundo
lugar se constituyen
suh-sucesio-
de Ai, cada una de ellas constituida por todos los
Aj s j ^4/1 i tales que impliquen dos valores Vi, Vi z\Vi \ Dado que hay n valores en el conjunto I Vj \ ¡, ^ „ n (n — 1 ) n^ — n . , , c — C„" = == sera el numero 2 2 de sub-sucesiones de j Ai\¡. c) Cada una de estas subsucesiones de Ai constituida suprimiendo
en la sucesión
\A\\í
todos los A^
que no implican los dos valores que definen la
sub-
sucesión, será considerada como definidora
rela-
ción
de la
en que se encuentran los dos valores que la defi-
nen. Las sub-sucesiones así formadas se llamarán siones:
suce-
elementales.
Siguiendo este protocolo, una novela dada aparecerá entonces cada
como
un
de
los
uno
conjunto cuales
acontecimientos
¡ Pi \n de
corresponde
I Ai i i,
de
valores
•—o significaciones subjetivas
y un
personajes, una
a
sucesión
conjunto | V,-!; de (del
personaje)
de esos acontecimientos— cuyos elementos están cialmente definidos. E l cuadro siguiente indica los datos:
par-
LA
157
NOVELA
Cuadro Personóle
Sucesión de a c o n t e cimientos
1 Valores
Sucesiones elementales
1 Aj \ vivz P;
\ Ai \ \ Ai
vm
\ V2V3
\ Ai \ vzvs
Pn
U/U
1 Ai
i V2V7
i Ai
\ V5V7
\ Ai \
V1V7
\ Ai
VJV6
Ai
1 VÓVT
1:1. ANÁLISIS DEL SISTEMA DE VALORES L a novela es la realidad del reflejo imaginario: la nuvL'la realiza las estructuraciones del discurso que com|ioiien la ideología, presentificándolas en un discurso uriiculado por ellas mismas. E s por esto por lo que la construcción de una teoría de la novela ha presentado N J c m p r e dificultades sin cuento: porque no basta deiiiosirar que la subjetividad del soporte constituido en personaje es el ideologema articulador del texto noveles co, sino que hay que demostrar la articulación de los iilcologemas presentificados en la estructuración de los enunciados que componen el texto. lil cuadro número 1 pone de relieve las articulacio nes de las subjetividades y de los acontecimientos: la iluvela ha sido descompuesta en un conjunto de sucesio«cv elementales de acontecimientos. Estas sucesiones
LA ESTRUCTURA
160
Vi >
V.
R(VO
R(Vi)
/R(V,)
/R(Vi)
R(VO
/R(V,:
/R(V,)
R(V,)
R(Vi)
R(Vi)
/R(Vi)
/R(V,)
V,
^
Vi >
Vi
-»
R(Vj) Vi
DE
^
/R(VO
Vi R(VO
/R(Vi)
L a flecha ">•" indica la sucesión inmediata de dos acontecimientos en la sucesión elemental. Vemos que las ocho sucesiones inmediatas son todas las combinaciones posibles de las realizaciones o no-realizaciones de los dos valores considerados. L a correspondencia se efectúa entre la relación " »" y las relaciones ^ y ^ . Ahora bien, si queremos establecer una correspondencia entre el orden de los acontecimientos y el sistema de valores según lo definen las cuatro relaciones posibles entre los valores tomados 2 a 2 , es decir, Vi > V¡, V,- > Vi, Vi - V¡ o Vi II Vj se necesitan al menos dos sucesiones inmediatas de acontecimientos: el cuadro siguiente indica la correspondencia: = > ( V i > V,)
A
(Vi
^Vi)
= > ( V j > Vi)
A
(V,
^Vj)
Vi >
Vi
Vi =
V,
= > ( V i > V i )
A
Vj
= > ( V i > Vi)
A
Vi
II
( V j > V O (Vi
^Vi)
LA
NOVELA
iDl
Si se combinan las dos correspondencias es posible definir el conjunto de sucesiones elementales compati bles con cada una de las cuatro relaciones posibles entre los dos valores Y i y Yj. P a r a mayor claridad es fácil realizar una tabla que parte de las sucesiones inmediatas y que indica las relaciones entre los valores implicados compatibles con ellas. Relaciones posibles N.° Sucesiones inmediatas R(V.)-
R(Vj)
R(Vi)-
*/R(Vi)
/R(V,)-
R(Vi)
/R(V,)-
^/R(Vi)
R(Vi)-
R(Vi)
R(V,)-
»/R(VO
/R(Vi)
> R(V,)
/R(Vi)-
>/R(VO
Vi>Vj
Vi>v. I Vil! Vi V . = V j
o
1
o
o indica: incompatible con esa relación de orden; / indica: compatible c o n ella. LILILÍ sucesión elemental se compone entonces de las LULIO sucesiones inmediatas. E s evidente que si la sucei i l i M i elemental comienza por la sucesión inmediata N.° 1, LII sucesión inmediata siguiente tendrá que ser, o bien LII N." 5 o bien la N.° 6, y q u e si empieza p o r la N.° 2 d. .pues estará la N.'' 7 o la N.° 8; siempre y cuando luluiita que un acontecimiento no puede ser inmediiiimncnte seguido por o t r o acontecimiento d e idéntica "i)IIULilación subjetiva ni por un acontecimiento de sig-
LA ESTRUCTURA
162 nificación
subjetiva
inversa.
E s t e postulado,
implícito
en la enumeración de las sucesiones inmediatas, p o n e la exclusión de 8 sucesiones 1* 2* 3* 4* 5* 6* 7*
R(V,)R(V¡)R(Vi)R(Vi)/R(V¡)/R(V,)/R(Vi)/R(V,)-
DE
presu-
inmediatas. > R(VO •>/R{V,) » R(V,) */R(Vi) */R(V,) » R(VO »/R(VJ) * R(Vi)
L a justificación de esta exclusión es doble: en el caso d e 1*, 3 * , 5 * y 7* si se excluyen es porque, o bien los acontecimientos son claramente distintos, y entonces es una redundancia,
o bien lo que se ha considerado c o m o
dos acontecimientos n o es más que un mismo acontecimiento. E n el caso de las sucesiones 2 * , 4 * , 6 * y 8 * esta exclusión es debida a las necesidades de coherencia de la subjetividad novelesca: u n hecho y su contrario pueden seguirse únicamente si, entre los dos, o t r o acontecimiento modifica
la organización de la conciencia del
personaje. L a justificación de estas exclusiones, como la del postulado fundamental de correspondencia, tiene, evidentemente, que someterse a la prueba de la experiencia. Los textos analizados hasta ahora confirman con una frecuencia suficiente su adecuación. A partir de estas consideraciones, es posible construir las sucesiones
elementales,
compatibles con cada
una de las relaciones de orden entre los valores Vi y Vj. Para Vi > Vj, las sucesiones inmediatas
componen-
tes son los números 1, 4 , 6 y 7 y las sucesiones elementales posibles son:
LA
NOVELA
163
SI471 =
R(Vi)!^/R(V,) -i/R(V,)^iR{V,)-^R(Vj)
S I 4 7
= R(Vi)
>/R(VO-^/R{Vi)-
SÍ4
= RíVi)-
•/R(VO-—•/R(Vi)
R(V,)
comenzando por la N.° 6 , y
Si716 comenzando por la N.° 4
S I 7 I
y
S7164 S 7 I 6
comenzando por la N.° 7
Sn y
S l 6 4 7
Sl64
comenzando por la
N° 1
•^16
Las reglas son claras, y es fácil ver que sólo hay cuatro ( 4 ) sucesiones elementales distintas: R(Vi)-
>/R(V,)-
*/R(Vi)
/R(Vi)-
> R(V¡)-
> R(Vi)
R(V.)-
> R(V,)-
>/R(Vi)
/R(V,)-
VR(Vi)-
* R(V,)
S I 4
47
que los de longitud superior son repeticiones. E n e l caso de Vj > Vi, las sucesiones itmiediatas l a s número 2 , 3 , 5 y 8 . Se componen de la misma n a n e r a .
S i Vi = Vj, l a s sucesiones inmediatas componentes Bfi l a s números 1 , 4 , 5 y 8 , y finalmente, si V i II V,> número 2 , 3 , 6 y 7 . L a s sucesiones elementales se 3i'iimti tie la misma manera.
•]54
B)
LA ESTRUCTURA
La sucesión orden de
de acontecimientos valores
DE
y el
La sucesión de acontecimientos correspondiente a un , n^ — n personaje P,-, i A j ; se ha descompuesto en c = ^ sucesiones elementales. E l análisis de estas sucesiones nos da el orden del conjunto de valores 1 Vj \ i, ya que nos da la relación entre los valores dos a dos. Si se encuentran contradicciones ( p o r ejemplo, V / > V J , V i = Y2, V 2 > V3) hay q u e volver al t e x t o y examinar los enunciados soportados por P ¡ que hemos reunido bajo los símbolos Vi, Vz y V 3 . Se encontrará, normalmente, que se han cometido errores en la constitución de los conjuntos de significados, o en la notación de los acontecimientos. Si se repiten las mismas operaciones con las sucesiones de acontecimientos de todos los personajes, se llega a constituir un sistema de valores compatible con el orden de los acontecimientos y con los enunciados soportados por todos los personajes del texto, sistema c o m o el definido en el capítulo precedente.
SINTAXIS Y ACONTECIMIENTOS Hasta aquí hemos analizado los acontecimientos en función de un personaje. Ahora bien, en las novelas se encuentran acontecimientos en los que más de un personaje está implicado. Dada la definición del acontecimiento como enunciado referente a un proceso de producción o de cambio en el que al menos un P i es agente, este tipo de acontecimientos es el más importante, si no el más frecuente. Los acontecimientos del tipo " F se casa con E " han sido atribuidos a la sucesión de acontecimientos de " F " y a la de " E " . L o que hay que examinar aquí es otro
LA NOVELA
I
165
aspecto de la estructura d e los textos novelescos: en efecto, los acontecimientos de ese tipo — c a m b i o de X entre dos personajes— s e anotan como R(Vi) o /R(Vi) para uno de los personajes, y como R ( V j ) o /R(Vj) para el otro. Pero esas notaciones no son independientes: el sistema de valores no define solamente el orden de sucesión de acontecimientos arbitrarios, sino que define también el tipo de acontecimientos posibles. V o y a indicar, de forma somera y provisional, los mecanismos de construcción de los acontecimientos del tipo " A (cambia X por Y c o n ) B " . U n acontecimiento para A, R{Vi) ó R(Vi) entonces.
A, AA A3
A, A, A. A, A,
de ese tipo puede significar ó /R(Vi) ó /R(Vi). Se tendrá
Personaje 1
Personaje 2
R(VO R(VO /R(V,) /R(V,) R(V.) R(VA) /R(V.)
R(V.) /R(V.) R(V.) /R(V,) R(V,) /R(V.) R(V,) /R(V,)
/R(V2)
Si se considera que el mismo valor puede aparecer p«ra los dos personajes en el mismo acontecimiento, hay (|uc añadir las combinaciones siguientes: R(V,) /R(VO R(V,) /R(VI)
R(V,) R(V,) /R(V.) /R(V.)
Ahora bien, si el acontecimiento es un cambio de | X ) r Y , la realización por los dos personajes del mismo valor en el mismo Aj implica que ese valor es de un
166
LA ESTRUCTURA D E
tipo particular: del tipo en el que "dar" y " r e c i b i r " son reversibles, o bien, lo que es más frecuente, que hay en la "conciencia" de los personajes — e s decir, en el discurso soportado por e l l o s — una subordinación de! tipo medios-fines que autoriza la "pérdida" ( d a r sin recibir) como inversión en la ganancia posible. E s t a se gunda posibiUdad, en los términos en los que está aquí expuesta, es inseparable de la categoría del " h o m o oeconomicus". Este tipo de articulación de la estructura del acontecimiento con la de la sucesión elemental y la ar ticulación medios-fines del discurso soportado por el personaje son entonces complementarios: esta doble articulación es uno de los mecanismos de producción del efecto de significación, y constituye un ejemplo particu larmente claro de la forma de acción de la ideología en la novela: presente en el discurso del personaje, la ideología estructura los acontecimientos. E l efecto de presencia y el efecto de significación no son indepen dientes. E l estudio de este tipo de articulación es importante, pues, en la medida en que pone en evidencia c ó m o el ideologema medios-fines, inversión (gasto presente) c o m o medio para obtener una ganancia, posible y futura, presente e n el discurso de los personajes y en la articu lación de los acontecimientos, obra en la estructuración del texto novelesco. Dado que este ideologema del " h o m o oeconomicus" es un ideologema burgués, se ve entonces en qué sentido se puede decir que la novela es un producto cultural que aparece con el capitalismo mercantil. L a intuición de Lukács y las afirmaciones de Goldmann respecto a la relación entre la novela y la burguesía aparecen entonces como aceptables: una vez más vemos cómo un examen crítico que demuestra el carácter ideológico de una teoría no nos autoriza a re chazar en bloque todas las proposiciones que la com ponen.
LA NOVELA
167
CONCLUSIÓN L o que he expuesto hasta aquí constituye el esbozo de una teoría de la novela. L a validez de este esbozo tiene que establecerse, según creo, de dos formas dis tintas: por una parte, se puede analizar la coherencia y el modo de definición d e los conceptos. P o r otra, hay que ver en qué medida este esbozo provisional de la teoría de la novela es adecuado a su o b j e t o ; para ello hay que analizar un cierto número de novelas detalla damente. E n la Universidad de Quebec, en Montreal, hemos comenzado, mis estudiantes y yo, un trabajo de este tipo. Actualmente se analizan una serie de novelas de dos autores, Gabrielle R o y y Marie Claire Blais. Pero, dado que teníamos que trabajar simultáneamente los problemas teóricos y las novelas particulares, el análisis no está acabado. L o único que puedo presentar es un ejemplo, excesivamente limitado, de una parte del estuI' dio de Bonheur d'Occasion ("Felicidad de o c a s i ó n " ) , de Gabrielle R o y .
«BONHEUR D'OCCASION»!: EJEMPLO DE APLICACIÓN DEL MÉTODO Bonheur d'occasion, de Gabrielle R o y , publicada en Montreal en 1 9 4 6 por la Société des Editions Pascal, obtuvo el Premio Fémina en 1 9 4 7 y desde entonces ha sido una de las novelas franco-canadienses más leídas en (.)iiebec. E n 1 9 6 6 , Beauchemin la ha reeditado en Montreal. Bonheur d'occasion es una novela de varios perso najes, que hace una descripción de la vida de los cana dienses-franceses de Montreal durante la Segunda Gue1
Gabrielle
ROY,
Bonheur
d'occasion,
Montreal,
Beauchemin,
1^
LA ESTRUCTDEA D E
rra Mundial. E s una novela muy larga (en la primera edición de 1 9 4 6 , 5 3 2 páginas en dos volúmenes) y en ella se encuentran varias historias convergentes o paralelas, descripciones geográficas y una variedad muy grande de caracteres. Si se le analiza de la forma tradicional, se puede, como lo hace Monique Genuist, considerar a esta novela — y al resto de la obra de Gabrielle R o y — como "un testimonio sobre los canadienses-franceses", como "un buen documento sobre la condición del obrero canadiense, en particular durante los años 1 9 3 0 , en el momento de la gran depresión económica que sacudió a América del N o r t e " 2. Monique Genuist se aplica en su análisis a clasificar las diferentes partes de la obra de Gabrielle Roy, de acuerdo con conceptos que desgraciadamente no pueden dar cuenta de la estructura de las obras estudiadas. A pesar de que se encuentran puntos comunes entre su estudio y el m í o , la insistencia en el estudio de los temas (la mujer, los personajes novelescos pensados como imágenes de lo real, como los sacerdotes, los médicos, los obreros, e t c . ) y la separación entre la forma ( d e las obras en general) y el contenido, hacen de este trabajo un ejemplo típico de esos discursos sobre la literatura que, para emplear l a expresión de Macherey, no alcanzan la "discursividad característica del verdadero saber".
SOMERA DESCRIPCIÓN DE LA INTRIGA 3 Bonheur d'occasion narra la historia de numerosos personajes, entre los que he estudiado once, elegidos según un criterio sencillo: los personajes que no llegan a hacerse, que no tienen historia en la novela, son excluidos provisionalmente. L o s once personajes que he 2 Monique GENUIST, La créatión romanesque ches Gabrielle Roy, Montreal, Cercle áa Livre de Prance, 1966, p. 73. 3 Las citas entre paréntesis están sacadas de la edicidn de Beauchemin de 1966.
.,I-iiiifiiiiiiiliÉ'ilirÉi«ii
LA NOVELA
169
elegido son los siguientes: Florentine, Azarius, RosaAnna, Daniel, Ivonne y Eugéne Lacasse, J e a n Levesque, Emmanuel, Alphonse, Boisvert y Pitou. Florentine, hija mayor de la familia Lacasse, trabaja en un restaurante popular del barrio St.-Henri; da el dinero que gana a su familia, muy pobre desde que la depresión económica ha hecho perder el trabajo de ebanista a su padre y el de costurera a su madre Rosa-Anna Su hermano Eugéne es obrero en paro, y Daniel e Ivonne son niños. E n el restaurante en que trabaja encuentra a J e a n Levesque, muchacho serio, que estudia matemáticas ( c a p . I ) , trabaja c o m o electricista en una fábrica y que desea hacerse ingeniero, poniendo los medios necesarios para conseguirlo. J e a n Levesque es para FlorenI tine la imagen de la ciudad moderna y rica, del lujo, de los productos de consumo, y es también el medio mediante el cual podrá alcanzar el confort y el lujo con que sueña (cap. I ) . I n t e n t a casarse c o n J e a n Levesque y está dispuesta a emplear todos los medios necesarios para conseguirlo. Pero J e a n Levesque ve en ella un obstáculo para sus ambiciones, para sus proyectos, una traba a su triunfo, y a pesar de que siente curiosidad y piedad por ella, por ella que es "mitad miseria, mitad primavera", después de algunos encuentros y de haber hecho el amor con ella, la abandona y sigue su camino sin obstáculos. Florentine, embarazada, no se confía a su familia y arregla su problema casándose con Emmanuel, amigo de Jean Levesque, que se lo había presenIndo casi intencionadamente. Emmanuel da a Florentine ncjíuridad, un poco de dinero, amor... Pero Emmanuel, iil contrario de Jean Levesque, se interesa más por la N U c r t c de la comunidad que por la suya propia, se enrola rn el ejército y parte para la guerra, una guerra que IIC-1H: terminar con la guerra, en vez de enseñarle a iiiuirsc para cambiar la sociedad, como pensaba antes (Ir su partida.
170
LA ESTRUCTURA D E
La historia de los demás personajes es simple: E u géne, hermano de Florentine, parte para la guerra des pués de haber arrebatado a su madre el poco dinero que la quedaba, para divertirse antes de su partida. Daniel, el más joven, sensible, inteligente, muere en un hospital de W e s t m o u n t , barrio rico e inglés de Montreal, lejos de los suyos. Y v o n n e , que no puede soportar la reali dad de Ja vida de su familia, de la vida del pueblo, busca en un convento el medio de escapar mediante la plegaria. Los tres obreros parados, Alphonse, Boisvert y Pitou, siguen distintas suertes. Boisvert encuentra un empleo, se casa y olvida a sus amigos en paro. Alphonse, demasiado consciente ante una realidad que no puede transformar y en la que no puede integrarse •—es recha zado incluso por el ejército—, inventa mundos imagi narios de aspecto muy real; en una sociedad que vive de los desechos de la sociedad de consumo, s e evade en la bebida y el amor. Pitou, solidario de E m m a n u e l , encuentra su primer empleo en el ejército. Azarius, el padre de Florentine, después de muchos fracasos en sus tentativas de trabajar en el oficio que l e gusta, se enrola también en el ejército y parte para la guerra, consolado con la idea de una guerra que, según él, es justa y desinteresada. Rosa-Anna, después de haber contemplado cómo partían todos sus hijos, encuentra en el salario que el ejército l e paga a su marido el dinero que tanto necesitaba pero del que hubiera preferido prescindir.
RESUMEN DEL ANÁLISIS Vamos a considerar con más detalle las sucesiones de acontecimientos de tres personajes, Florentine, J e a n Levesque y Emmanuel, y en seguida demostraremos c ó m o a partir de este análisis se pueden interpretar los de los demás personajes.
LA NOVELA
17 [
Florentine
., '
D o s clases de valores aparecen en el discurso de Florentine: unos, los valores económicos de la sociedad capitalista. La otra clase de valores está compuesta por los de la sociedad tradicional: el amor romántico, la solidaridad en el seno de la comunidad, los lazos fami liares. Para simplificar el análisis vamos a relacionar los valores con estas dos clases a las que vamos a repre sentar por V i y V2, respectivamente. La sucesión de acontecimientos de Florentine puede representarse con el esquema siguiente, en el que la primera línea formula la significación real y la segunda la significación potencial o condicional de los aconteci mientos para Florentine: i; 1."
2.»
3."
4.»
5°
R(VO
i>/R(V,)
^/R(V:)
> R(V,)
>R{Y2)
/R(V,)
R(V.)
»R(V.)
>/R(V.)
-»R(V,) I
E l primer acontecimiento es la realización de los valores de solidaridad: Florentine da dinero a su ma dre, dinero que no le sobra. E n el segundo momento, Morentine acepta, en sus relaciones con J e a n Levesque, lio realizar su interés (económico, social, biológico) pura que J , Levesque la ame: el acontecimiento princi|)al es que Florentine recibe a J . Levesque en su casa i'iiiindo sus padres no están, que le da de cenar y se ileja hacer el amor: / R ( V i ) . Y esto para que J e a n Le vesque se case con ella [ R ( V 2 ) ] . P e r o , y es el tercer tii-oniccimiento, J e a n Levesque se va sin dejar su direc ción a Florentine, que está encinta [ / R ( V 2 ] y / R ( V i ) y que rompe sus lazos con la familia ( n o habla con su (iiiulrc, se va de su c a s a ) . I',n el cuarto momento, Florentine vuelve a ver a líiiiiiiannuel y se casa con él, con lo cual resuelve el
172
LA ESTRUCTURA
DE
problema de sus medios de vida tanto sociales (madre casada) como económicos [R(Vi)] y eso a pesar de que no ama a Emmannuel [/R(V2)], aunque cfee q u e puede amarle. L a novela acaba para Florentine, con la realización de Vi y V2: su vida económica ha mejorado ( s e viste, va de compras) y ha llegado a amar a Emmannuel... Reducir la historia de Florentine a cinco acontecimientos sólo puede hacerse dejando a un lado acontecimientos, cuya escritura en términos de valores corresponde a la de los seis más importantes. Por ejemplo, e l encuentro con Emmannuel, el baile en su casa, son acontecimientos que, desde el punto de vista de la estructura, no se diferencian del acontecimiento' - / 2 . , cuya escritura es /R(Vi) . RCVi), porque Florentine, en estos intercambios, no realiza su interés personal (Vi) — e c o n ó m i c o — para realizar su amor hacia J e a n Levesque (V2). Procedemos de la misma manera con lo que sigue, porque al reemplazar un grupo de valores equivalentes y el grupo de acontecimientos correspondiente, por una clase de valores equivalentes y un acontecimiento principal, no se modifica la estructura de orden. Solamente se la simplifica.
Jean
Levesque
Los valores atribuidos a J e a n Levesque (cap. I I ) son V¡ (dinero, é x i t o ) , Vi (solidaridad), V3, una nueva clase de valores, los del progreso colectivo, que se anotará V j . Ei: no sale con Florentine y la acecha R(Vi)
-
...í,i,
/R(VO E2: lleva a Florentine al R(V.) R(Va)
, . •
restaurante
LA
NOVELA
173
Er. después de cenar en casa de Florentine, hace el amor con ella. R(V,) /R(V.) E4:
se aleja de Florentine R(V,)
/R(V2) . R(V3)
I
E s interesante señalar que el valor V3, el progreso colectivo aparece en su realización como una potencialidad para los individuos y no como una realización en el sentido propio. L a realización de V3 es colectiva: se afirma RÍVs) cuando la comunidad, cuando cada uno de los personajes realiza Vi. Por tanto, se trata de una interpretación particular del sentido de V3, pero es ésta que implícitamente propone la novela. Emmannuel Los valores atribuidos son los mismos que los de Jean Levesque. P e r o en Emmannuel el interés económico queda relegado tras la solidaridad-amor y tras el progreso económico. E , : deja el colegio y trabaja /R(V2)
R(V3) Ej: se enrola en el ejército , ......
R(V3) '
,
/R(Vi)
E',: se casa con Florentine m,) /R(V.) ! ;.- parte para la
guerra R(V ) /RÍVí)
... ;„; ,
,., ^ ^
174
LA ESTRUCTURA D E
También en Emmannuel la realización o no realiza ción de los Vs son potenciales, porque al ser V3 un valor, cuya realización implica a la comunidad, la realización en el individuo sólo puede reducirse en la novela a afir maciones atributivas en cuanto a la posibilidad de su realización, siendo dada la acción a un personaje. E l estudio de estas sucesiones, empleando el método anteriormente descrito, conduce a establecer las relacio nes siguientes entre las clases de valores;
Sería demasiado largo describir el análisis de las sucesiones de acontecimientos que corresponden a los demás personajes, y, además, los resultados son los mis mos en el nivel de las relaciones entre las tres clases de valores. Gráficamente hacemos representar estas relaciones:
A v„
V3
••••
'
•
Ningún personaje de la novela puede realizar V2 y Vi antes de realizar Vi. Ningún personaje de la novela puede realizar V3 y Vi antes de realizar Vi. Nin gún personaje de la novela puede realizar Vz y V3. Esta estructura es sociológicamente significativa. Si se considera que es una subestructura ideológica, los elementos de esta ideología se expresan así: Los valores tradicionales (amor, solidaridad, familia) sólo pueden realizarse si se realizan pri mero los valores económicos (interés privado, indi vidual) egoístas.
LA
NOVELA
175
E l valor progreso colectivo sólo puede realizarse si se realizan primero los intereses económicos individuales. L a realización de los valores tradicionales y la de los del progreso colectivo son incompatibles. P o r q u e en la novela, la comunidad, son los canadienses-franceses (pobres, campesinos, c a t ó l i c o s ) , y los valores de la comunidad son la solidaridad, el amor, la vida en común, los valores de uso. E l interés individual es, en la novela, el dinero, e l éxito, la industria (incluso la industria de guerra que es descrita de m o d o que beneficia sólo a algunos en detrimento de t o d o s ) . E l progreso de la colectividad es la mejora del nivel de vida, la cultura, el acceso al lujo, a la vida moderna. E n fin, la novela afirma que el progreso de la comunidad canadiense-francesa sólo es posible rechazando los valores de la comunidad y realizando los valores individualistas de cada uno, lo que quiere decir, mediante la integración al mundo canadiense-inglés y norteamericano, el mundo del beneficio, de la industria moderna, de la técnica. Las tres opciones de valores presentadas c o m o posibles corresponden perfectamente a las tres ideologías, descritas por Marcel R i o u x *, de la sociedad de Quebec. La ideología tradicional corresponde a la configuración (V1V2), la ideología de oposición y de desquite, a (VI V3), y la ideología del desarrollo y la participación I (V2V3). Bonheur d'occasion es una novela escrita dentro de la perspectiva de impugnación y de desquite, porque presenta a (Vi V2) como valores que excluyen el progreso de la colectividad y a (V2 V3) c o m o irrealiiínble. E s la perspectiva de la pequeña burguesía liberal (que está bien representada por la revista Cité Libre),
4 Marcel BIOUX, "Sur l'evolution des idéologies en Quebec", '•tmr de L'instituí de Sociologie, Université Libre de Bruxelles, n.» 8, IW», pp. 95-124.
176
^
ESTEUCTüRA
DE
Y la autora Gabrielle Roy, educada en las " P r a i r i e s " ( P r a d e r a s ) , es una canadiense-francesa que sólo puede concebir que la integración al Canadá inglés es inevitable y que el éxito individual es el instrumento de progreso ( d e desquite) para los canadienses-franceses. E l resumen de las conclusiones del análisis de Bonheur d'occasion plantea de una forma más concreta el problema de las relaciones entre las estructuras de las novelas y la sociedad en que son producidas.
I
I libro se terminó de imprimir en LTICAS ELLACURIA, calle de no* Atres, 13, BUbao, el dia 21 1 d* «eptlembre de 1970. M U cubierta Carlos Fernández r Moreno.
H»
llniíon
3.000
ejemplares.