Juan García Contreras
Análisis del libro “
” de S. B. Nuland Juan García Contreras 10HM1 IPN
Juan García Contreras
I. UN INCIDENTE EN EL METRO Hay cambios drásticos, rotundos, terribles incluso, que llegan y se hacen notar, no dejan lugar a la duda y nos hacen ver que la vida nunca será igual, pero la vejez no es así, la vejez llega sin avisar, sin escándalo ni grandes cambios, es paulatina, ineludible y casi amenazante pero sutil y discreta. Ahora bien, una vez asentada la vejez es claro que las cosas son diferentes, física, económica, intelectual y socialmente. Como todo, ser viejo conlleva tanto ventajas como las desventajas del y por medio de estos argumentos es posible tratar de entender la posición que tiene un adulto mayor en la vida, algo que comúnmente está confundido, tanto por la persona como por la sociedad en general. Si bien es cierto que con la edad se van menguando algunas capacidades, y por ello se llegan a confundir y malinterpretar los roles que tienen los ancianos en la sociedad, es precisamente este devenir, un reto a superar, más que un muro infranqueable. El autor explica en este capítulo que las personas deben de comenzar a procurarse y cuidarse desde jóvenes para poder llevar a cabo un “envejecimiento activo”, sin embargo, un estado de salud aceptable no significa que desaparezcan entonces las limitaciones propias de la edad. Así como la vejez no es un deterioro total de la existencia humana, tampoco poder ser ingenuos y creer que se tienen ventajas, sobre todo físicas de las aquellos los más jóvenes. Es la capacidad física donde más puede llegar a verse problemática de la realidad de la ancianidad, ya que la mayoría de los adultos mayores se ven a sí mismos en los extremos de la percepción. Algunos se ven demasiado viejos para realizar actividad física alguna y otros se ven con una falsa percepción de juventud. El autor señala en este sentido, que para que uno viva esta etapa de la vida de manera plena se debe de tener una plena conciencia y aceptación de la situación por la que se está atravesando. Existen sin embargo algunas ventajas que experimentan las personas una vez alcanzada la mayoría de edad, como es la capacidad de apreciación de las cosas; esto quizás se debe a que, ante una sensación de urgencia y de falta de tiempo, el ser humano comienza a valorar lo cotidiano, lo que hacía siempre y que cada vez le es más difícil de llevar a cabo; situaciones comola convivencia con la familia, la observación de fenómenos naturales o el mismo pasar del tiempo. La vejez no debe de ser vista como una etapa de “mirar hacia abajo” es decir, vivir en las glorias del pasado y añorando años pretéritos; pero tampoco debe de ser vista como un total “mirar hacia arriba”, señalando
que aunque se debe de seguir viendo esta etapa como una de crecimiento, no se pueden pasar por alto las limitaciones propias de la edad. En síntesis, para vivir la vejez en plenitud se debe de encontrar un equilibrio entre la superación y desarrollo personales en base al conocimiento y aceptación de las propias limitaciones.
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II. COMO ENVEJECEMOS: CUERPO Y MENTE. Muchos de nosotros imaginamos que esto constituye la norma y el sobrio panorama que nos espera: un agotamiento rayando en la apatía, un decaimiento rayando en la en la enfermedad, una sensibilidad rayando en la demencia, a veces, según el autor esto es lo que creemos norma, sin embargo no siempre es verdad y no sólo son estos aspectos los que nos deben preocupar. Es interesante resaltar que la perdida psicológica se considera encuadrada en la categoría que podamos denominar “atrofia por desuso”, un concepto claramente definido por Oliver Wendell Holmes, " los hombres no dejan de jugar porque se hacenn viejos, se hacen viejos por que dejan de jugar", si bien no todos pueden ser encuadrados en esta idea, muchos tendrían una mejor calidad de vida si permanecieran más activos aún en la vejez. En los siglos XVII y XVIII se consideraban al cuerpo como una maquinaria a la que hay que darle uso para no echarla a perder y el que también necesita un mantenimiento. Entonces, podemos inferir que la vejez no es una enfermedad, sin duda constituye un factor de riesgo para muchas de ellas, pero eso no significa que por si misma la vejez sea un mal, por otro lado es una etapa de la vida en la que ya no podemos depender de la eficacia natural a la hora de reparar las irregularidades celulares y preservar el equilibrio fisiológico, el paciente debe valerse del autocuidado. Uno de los descubrimientos más sorprendentes, relativa al envejecimiento de los diversos sistemas orgánicos del cuerpo es la de la extrema variabilidad entre individuos, gran parte de esta diferencia se debe a una capacidad heredada para recuperarse de la acumulación de daños causados a la integridad genética: pero otra parte obedece a la forma en que un individuo ha vivido, al entorno y a la atención que le ha prestado a un estilo de vida saludable. Es por eso que muchos viejos son capaces de desarrollar una respuesta inmunitaria casi tan eficaz como las personas mucho más jóvenes, pero hay que mantenerse en buena forma física para que el propio cuerpo tenga los recursos para su conservación en la salud. Es cierto que el cerebro envejece, pero la mente continúa creciendo. Un cerebro envejecido puede convertirse en un cerebro más útil y con frecuencia, más sabio. A cierta edad el cerebro pierde masa y si se ralentiza el flujo sanguíneo cerebral, habrá una reducción en el metabolismo del oxígeno y la glucosa, lo cual afecta importantemente el metabolismo cerebral. Es posible que el cerebro envejecido vea disminuido el número de sinapsis en algunas áreas, pero compensa esto con la plasticidad neuronal. Con el envejecimiento no solo la rapidez intelectual se ve deteriorada por la edad, sino también en el tiempo de la reacción, por consiguiente será muy diferente a la de un joven, reflejándose más frecuentemente en perdida de la memoria. Los corredores, los lectores, pensadores y practicantes de toda suerte de actividades están influyendo en el proceso y sano funcionamiento del cerebro, gracias a la activación de factores neurotróficos. Aunque existen muchas cosas en relación a nuestro cuerpo y nuestra vulnerabilidad a la enfermedad que nunca seremos capaces d controlar, la influencia que podemos ejercer sobre algunos de estos procesos es mucho mayor de lo que hasta hace poco podíamos imaginar. No utilizar esta influencia equivale a permitirse sucumbir a una resignación injustificada, no utilizar dicha influencia equivale a abrir las puertas a la debilidad, la enfermedad y la muerte.
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III. CAMINO DEL SIGLO: MICHAEL DEBAKEY Son pocos los hombres y mujeres que han conseguido superar la edad promedio de esperanza de vida de la humanidad y además sacarle provecho a esos años, son motivo de admiración y envidia al llegar a tal edad y de forma satisfactoria. Uno de los más grandes ejemplos de estas personas en Michael DeBakey, el más importante cirujano cardiovascular del mundo, dentro de sus hazañas se encuentran la invención de una bomba de rodillo para propulsar sangre, primordio para desarrollar la maquina cardiopulmonar utilizada hoy en día, fue director de la división quirúrgica de la dirección general de salud pública durante la segunda guerra mundial, cuyos informes y educación, desarrollaron los hospitales militares móviles y la fundación de la biblioteca nacional de medicina, el Hospital para veteranos,sus aportaciones sirvieron para la introducción de la arteria artificial de Dacron, fue pionero en cirugía de aneurismas de tórax y abdomen, así como de EVC, realizó el primer bypass coronario, se le atribuyen más de 1600 artículos, es el estadista medico más influyente del siglo 21, tuvo más de 60,000 pacientes operados con un 95% de ellos con seguimiento a largo plazo, fue Espíritu guardián y principal recaudador de fondos del centro Médico Bbaylor, además de donante de varios cientos de millones de dólares, se retiró de la cirugía a los 90 años y pasó a continuar con su investigación en laboratorio, para desarrollar un aparato de asistencia cardiaca, y continuar con sus viajes.: Es sin duda un ejemplo de una vida plena de autorrealización al servicio de los demás. En una entrevista del autor de este libro con el Dr. De Bakey, el autor le pregunta sobre su vitalidad, afirmando que debe haber algo más que solo una predisposición genética, a lo que su esposa respondió, algo que simplemente no se esperaba, ella respondió que ese “algo más”, no era más que amor, de su esposa, su familia, de sus pacientes. Sigmund Freud bien dijo que amar y trabajar son las dos claves que dan significado a la vida. Paralelo a su trabajo DeBakey, fue adquiriendo conciencia de lo que se puede conseguir, a medida que se aproxima la vejez, de modo que alcanzó cierta serenidad, sin mencionar su fe religiosa totalmente personal, no estructurada, que le acentúa esta serenidad mientras más viejo se hace, a estos factores se le podría atribuir su longevidad. “La gratificación reside en la sensación de haber hecho algo importante para la gente”. Este hecho de una existencia que sea provechosa para los demás se ve inmiscuido en una fuerza que va más allá de los rígidos moralismos en los que suele envolverse. Se describe que los pacientes hacen más por los médicos, que los médicos por ellos, ya que al mejorar su vida, curándolos, o de cualquier otra forma, esa satisfacción de haberlo hecho, de recibir la gratitud del paciente, nos deja una satisfacción tal que se considera una nutrida recompensa, mas felicidad hay en dar que en recibir. Esta satisfacción se ve reflejada en el ámbito emocional y psicológico. Sin importar la edad, hay que seguir con nuestras actividades, ya que solo son cifras, aunque hay que hacerlo consientes de nuestras limitaciones físicas en la vejez, cuando somos jóvenes tenemos más opciones para culminar nuestras metas, en la vejez esta flexibilidad se disminuye, al grado de que para sacar provecho de nuestras limitaciones, hacemos más bien, uso de la sabiduría, comprendiendo y aprendiendo de nuestras limitaciones.
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IV. TOMA DE DECISIONES. Ante las interrogantes ¿Qué determina la respuesta concreta de cada individuo, ante la adversidad durante el envejecimiento y cuáles son sus ingredientes? ¿Cuáles podrían ser los factores determinantes en el hecho de que haber estado gravemente enfermo se traduzca en un efecto positivo, negativo o neutro sobre la capacidad de enfrentarse correctamente al proceso del envejecimiento? ¿Cuál es el papel de la religión? ¿Cómo les gustaría ser recordados después de pasar por estas experiencias difíciles; siguieron adelante y alcanzaron una vejez satisfactoria? El autor descubre que algunas de las personas que lo habían logrado lo habían hecho a costa de alterar significativamente sus percepciones de la vida y sus valores a consecuencia de la enfermedad, mientras que otros habían sido capaces de mantenerse felizmente intactos ante ella. Lo que compartían todos era el lograr vencer estos problemas al no permitir que su determinación se doblegara Miriam en 2005, llevaba sólo 3 semanas después de que murió su esposo, quien padecía Alzheimer. Con un diagnóstico tardío, la progresión fue insidiosa al inicio, luego de progresión rápida. Miriam lo cuidaba pero “fue un periodo de inmensa tristeza” porque era el amor de su vida y lo estaba perdiendo. Esta mujer reflejaba una inteligencia reflexiva y sobria que trascendía la voluntad de sobrellevar la muerte de su marido y su propia enfermedad. Miriam utiliza la experiencia de la adversidad como fuente de sabiduría para seguir sosteniendo su vida, con la que es feliz. Ella tiene un meticuloso control de su dieta, la cocina es una actividad creativa que le produce placer y los alimentos que prepara la mantienen fuerte y bien nutrida. Otra actividad importante en su vida es la escritura, lo cual le ha ayudado a expresar todo cuanto ha querido decir, ella es una portavoz sensible de aquello que tiene significado para los mayores y que algunos podrían ridiculizar como los aburridos detalles de su quehacer diario: tejer, cocinar, comprar, solucionar problemas, es una luchadora, a quien padecer cáncer de ovario le permitió tener una perspectiva de valoración del tiempo y las personas. Miriam cree que la fe en un poder superior supone una enorme ayuda. Pete, otro anciano, cree que todo está en la mente, se trata de una actitud frente a la vida. A pesar que Miriam y Pete son tan diferentes y sus posiciones en el espectro de confianza en unas fuerzas superiores son tan notables ambos están viviendo una vejez igual de satisfactoria, ninguno permite que el miedo a la enfermedad afecte sus vidas. El aforismo “vivir todos los días en todos los sentidos” adquiere un significado especial en las ultimas décadas de la vida, ellos viven cada dia como si constituyera una bendición en si mismo y hasta cuando alguien se enfrenta con la adversidad sigue habiendo posibilidad de elección. No es la adversidad en si misma la que determina el futuro, sino nuestra respuesta ante dicha adversidad. La verdadera lección de la vejez o cualquier otra etapa de la vida es que por grandes que sean las dificultades, debemos penetrar en el complejo de los impulsos e instintos que interactúan y compiten entre sí con el fin de elegir aquellos que prometan años futuros de satisfacción y utilidad para los demás.
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V. TRES QUE LO CONSIGUIERON El impulso y la determinación para perseverar y salir de la adversidad proviene de una fuente interior y de otra exterior, puede ser la desesperación quien desencadene la búsqueda de una esperanza, otras veces consiste en la convicción de que después de todo, vivimos para los demás, de que es de ellos para quienes tenemos que buscar algo mejor. El futuro de los seres amados se ve disminuido sin la contribución de cada miembro de la familia o del grupo social, en ocasiones es necesario que los seres queridos, no se limiten a llevar de la mano, sino más bien con energía, de modo que el anciano se vea obligado a responder a la presión. Se convierten en los sargentos de instrucción, saben lo que se necesita. Uno de esos sargentos fue Roald Dahl cuyo blanco era su esposa la actriz Patricia Neal quien sufrió un derrame cerebral masivo embarazada de su 5to hijo y después de ser intervenida, su esposo Roald Dahl estuvo junto a su cama, haciéndose cargo de todo, la obligaba a hacer esfuerzos físicos y mentales, llegando a exasperarle hasta el punto que ni ella misma habría imaginado. Logró recuperarse y ella menciona que no lo habría conseguido sin él. La señora Neal perdió su fe e incluso estaba enojada con Dios, pero pasado el tiempo escribo un libro As I Am en el cual transmite una pertinaz necesidad de alimentar el espíritu y la profunda convicción de que Dios es nuestro guía, a ella no le importa en absoluto morirse, puesto que ha vivido su vida de verdad y ahora es feliz a sus 80 años. Le preguntaron por qué le gustaría ser recordada y menciona que por sus agallas y que se niega a darse por vencida. El señor Coleman nunca le había prestado mucha atención a su hipertensión y sufrió un derrame cerebral que le causo hemiplejia y afasia. Cuando volvió a casa, lo hizo con la determinación de reincorporarse al trabajo después de 4 meses del accidente. Después de 15 años de este suceso, aún recuerda lo atónito que dejo a todo el mundo por su pronta recuperación, por lo cual estaba muy satisfecho, salvo su esposa que, a pesar del diagnóstico y actitud negativa que le dieron los médicos, estaba segura de que sobreviviría y no pasaría mucho tiempo para que recuperara su vida normal. La familia fue siempre un factor determinante. Mientras para algunos pacientes pasar por esta situación se ha convertido en una nueva fuente de fuerza, otros la ven como un bache en el camino, y a otros que representa una llamada de atención para cuidarse más a si mismos. Por último da algunos consejos a los pacientes para superar la enfermedad, que se pueden resumir en uno solo: “Mantén la fe pero mantente alerta”. Art Galston, sufrió a los 61 un derrame cerebral y 11 años mas tarde un paro cardiaco, seguido por una intensa terapia física como tratamiento de su recuperación. Una mañana de 1992 mientras conducía a su laboratorio se sintió mal y se dirigió a un hospital donde perdió el conocimiento, le encontraron sin pulso y en fibrilación ventricular; lo desfibrilaron y le practicaron un triple bypass. Cuando le ocurrió el derrame, creyó que su carrera había terminado, hasta que un dia empezó a pensar en todo lo que perdería si lo permitía. Se hizo consciente de que esta maquinaria que se nos ha dado se desgasta, y esto lo llevó a realizar algunos cambios importantes; lo que sabía es que no podría soportar una vida de inactividad. Elegir lo correcto vale la pena, la fortaleza vale la pena, el trabajo duro es una inversión, la superación el triunfo y loas años de bienestar y retribución “los años de cosecha” eso es la verdadera recompensa.
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VI. UNA AMISTAD POR CORRESPONDENCIA Las relaciones epistolares son siempre interesantes y este capítulo aborda una de ellas, entre una anciana y el escritor. Esta relación amistosa comenzó a través de una carta que envió la anciana al escritor, con el fin de que la orientara acerca de cuándo uno ha tenido una vida plena, con experiencias tanto felices como tristes, y siente que la capacidad de disfrutar de ella va disminuyendo debido a la vejez, y si sería una buena idea terminar con la vida, creyendo que ese sería un final feliz. Ante esta situación el escritor se encontraba preocupado, ya que trataba de encontrar la mejor manera de transmitirle el interés de él por ella, así como el mensaje de que su vida tenía valor por más que su determinación le impidiera verlo así; sin embargo la anciana no era tan fácil de convencer. Ella insistía en la idea de que el estado en el que ella se encontraba era difícil brindar algún beneficio a cualquier persona. Planteaba la idea de por qué no buscar la muerte en un momento de inefable felicidad a fin de que, de algún modo, dicho instante entrara a formar parte para siempre de la existencia eterna de una persona. Acerca de esa idea el escritor sostuvo que nunca debemos tomar decisiones basándonos en el impulso de un momento, ni siquiera cuando dicho impulso nace de la evidencia de una belleza trascendental. Las decisiones sobre hechos irrevocables como la muerte deben tomarse después de mucha concentración, reflexión y meditación filosófica. Luego de esto, en un viaje a África, fue donde la perspectiva de su deterioro la hacía pensar que sería un estorbo, sin embargo se dio la libertad de disfrutar el viaje y a su familia y lo más importante se dio confianza a misma. Esta relación llego a tal punto que la misma vida del doctor se vio comprometida, incluso su esposa Sahara que conocía todo el tema le sugirió que no se encontraran, y en sí la esencia misma de la amistad había sido la distancia geográfica por lo que decidió aplazar su encuentro a pesar de haberle expresado su deseo de conocerse. Pasaron dos meses y la anciana amiga estaba en la misma calle del cirujano viviendo con su hijo y el aplazamiento de su encuentro parecía mermar sus deseos entusiastas de vivir, pues empezó a concretarse de nuevo en la muerte. Fue esta actitud y signo de alarma que alerto al Doctor a decidirse a conocerla. Este encuentro desató sensaciones en el médico sobre recuerdos de su juventud y su experiencia e imaginación le hicieron malinterpretar sus intenciones, sin embargo, al llegar al día en que al fin se conocieron ella era algo más de lo que se había descrito, la expresión de ambos era de sorpresa y parecían abrumados por tantos pensamientos. La relación de esta amistad fue algo parecido a un mentor con su alumna, aunque el papel dominante parece erróneo. Aquí resalta la importancia de las relaciones o vínculos que forma una persona a través de su vida y como lo explica en Dr. Leonard Cooney, se debe aportar tanto como se recibe, sea cual sea la forma que adopte la entrega. La depresión que sufren los adultos de la tercera edad quedo demostrado en este capítulo puede superarse con la valoración misma de la persona y darse cuenta que la vida no es solo nuestra sino que la compartimos con aquellos a quienes amamos.
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VII. La vejez, como compañera ineludible del ser humano, y a sabiendas de que nuestros días y años tienen un límite natural por pertenecer esta especie, aunado con el hecho de que somos los únicos animales conscientes, cargamos sobre nosotros el temor a morir, a envejecer, toda nuestra estructura biológica y psicología lucha por no ceder a la muerte. La humanidad siempre ha estado obsesionada con la extensión de la vida incluso a la eternidad, por lo que se fundamenta en teorías religiosas para alcanzar la supervivencia. Desde las antiguas civilizaciones hay evidencia de las diversas formas que pretendían prolongar la vida, los antepasados recurrían a su tecnología y conocimiento para generar métodos con este fin. En 1953 con el descubrimiento del DNA, resultaba posible alterar la predisposición genética del envejecimiento, iniciando con una investigación del gen que controlaba dicho proceso con el fin de modificar su estructura. La potencialidad telomérica, que en cada división celular disminuye su longitud, puede invertirse o detenerse con la acción de la enzima telomerasa, lo que permite que la célula se siga dividiendo y aunque no se tiene evidencia de la aplicación de esta tecnología sobre la longevidad humana, sigue siendo una posibilidad en ese sentido. Otra de las posibilidades es la restricción dietética comprobada en ratas en 1935 y en habitantes de Okinawa en los cuales se observó una mayor esperanza de vida la cual se relacionó a su dieta ya que ingieren cantidades de calorías menores a las ingeridas en la dieta occidental y sus energías proceden de las grasas almacenadas. La restricción calórica no solo aumenta la esperanza de vida también relentiza los cambios musculares, óseos, nerviosos, endocrinos por el envejecimiento. La explicación a esto podría suponer una disminución en la producción de radicales libres. Aubrey De Gray, científico que busca encontrar el fundamento molecular del envejecimiento, trata de reformular las respuestas de nuestro cuerpo, tanto biológica como genéticamente, a fin de invertir el proceso del envejecimiento. De Gray, en el 2002, fue capaz de explicar al envejecimiento como conjunto de cambios moleculares y celulares acumulados, patogénicos, pero susceptibles a ser reparados. De Grey definió en el proceso de envejecimiento siete los componentes: a. Pérdida y atrofia, o degeneración, de las células. b. Acumulación de células no deseadas. c. Mutaciones cromosómicas. d. Mutaciones en las mitocondrias. e. Acumulación de “basura” dentro de la célula. f. Acumulación de basura “fuera” de la célula. g. Enlaces en las proteínas externas a la célula y su consecuente pérdida de elasticidad en tejidos. De Grey argumenta que las personas tienen derecho a vivir el mayor tiempo que puedan, y el deber de permitir a la gente la oportunidad de vivir tanto como quieran. Me hizo recordar el principio de “vida eterna” y de “no muerte” con que se rigen las células neoplásicas, no vayamos a convertirnos, nosotros mismos, la raza humana en un cáncer de la naturaleza.
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VIII. BEBER DE LA FUENTE DE LA JUVENTUD Brown-Séquard, informó que había descubierto un tratamiento para ciertos estragos de la vejez, trituraba testículos de animales y se los inoculaba, con lo cual su carrera se vino a abajo. La razón de recordarlo es una plática que tuvo el autor del libro con un ex compañero de la facultad que deseaba realizarse un implante de pene, como una especie de lucha contra la vejez, lucha válida, aunque no siempre lleva a bien fin. Existen nuevas teorías genéticas llevaron a pensar que las investigaciones acerca de los telómeros eran la clave para prolongar al máximo la expectativa de vida, sin embargo fueron pocos los que cuestionaron los daños que se pudieran provocar al tener personas bicentenarios en el mundo, sus cuidados, su cálida de vida. La vejez no es una enfermedad, y debería asustarnos el hecho de que exista una gran campaña medica-genética en contra de la vejez. Aunque la expectativa de vida aumente, no significa que así lo hará la calidad de vida. El coste de vivir tanto puede resultar excesivo. Uno de los primeros pasos consiste en darse cuenta de que la fragilidad física es el factor más importante a la hora de determinar que una persona anciana pueda cuidar de sí misma. En los ancianos de mayor edad la perdidas de la musculatura constituye el factor restrictivo de las oportunidades de un individuo de llevar una vida independiente hasta el momento de la muerte. Diversos estudios demostraron que la debilidad de los ancianos no solo puede prevenirse, sino que con un programa adecuado de ejercicios puede incluso remontarse. Lo ideal sería un mundo en el que todas las personas mayores pudieran seguir cuidando de ellas mismas disfrutando de su entorno, apoyando a sus seres queridos en lugar de lo contrario y continuar así hasta antes de su muerte. La fuerza muscular puede llegar incluso a duplicarse en seis a ocho semanas, con solo seguir un régimen supervisado de entrenamiento intensivo en resistencia y levantamiento de pesas. Los ejercicios físicos aerobicos como la caminadora, montar la bicicleta estática y otros similares pueden obrar maravillas para el corazón y los pulmones , sin embargo, para prevenir la debilidad no hay nada mas efectivo que el entrenamiento en resistencia de pesas, este supone además otra ventaja sobre cualquier ejercicio aerobico por si solo, consume más calorías que las actividades como caminar, correr o nadar. Estudios recientes han concluido que el ejercicio aeróbico en personas de edad avanzada reducen la pérdida del tejido del cerebro y mejoran su funcionamiento, mediante la elevación de los niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro, este aumenta las sinapsis, la angiogénesis cerebral y la liberación de antioxidantes. Además de del bienestar físico, también es importante la estimulación intelectual continua para evitar los estragos de la demencia y la apatía. La depresión psicológica disminuye en frecuencia y grado mediante el ejercicio vigoroso y además la aparición de la mayoría de los tipos de cáncer. Las limitaciones físicas cognitiva y sensoriales de aquellos que mantiene una actividad física vigorosa empiezan a disminuir. Es cada vez más numeroso contingente de ancianos tiene mucho que ofrecer a la sociedad tan solo con que seamos capaces de ayudarles a mantener la vitalidad suficiente para que puedan apoyarnos al resto de nosotros con potenciales beneficios. Lo importante es hacer conciencia y que la gente entienda esos principios relativamente sencillos que ayuden a prevenir las discapacidades a la vez que aumentan la calidad de vida y probablemente también su cantidad.
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IX. SABIDURÍA, ECUANIMIDAD, AMOR. UNOS PRINCIPIOS PARA TODAS LAS EDADES. Al igual que sucede con el envejecimiento, la adquisición de la sabiduría constituye una etapa en continuo desarrollo que depende de todas las demás etapas que la han precedido. La sabiduría es el resultado de la reflexión, según envejecemos, valoramos más el juicio mesurado y ponderación de las consecuencias a largo plazo. De los conocimientos en los que se basa la sabiduría, el principal es el conocimiento de uno mismo reconociendo y admitiendo inseguridades, inclinaciones, miedos, ambiciones, competitividad y esperanzas. Jimmy Mignone fue uno de los peores médicos clínicos del Estado, pero su fuerte era el autoconocimiento, conocía sus límites y se servía de ese conocimiento para ayudar a la gente que se ponía en sus manos dejando a otros médicos más expertos aquello que no estaba dentro de sus capacidades; por eso era un gran médico, conocía sus límites y ofrecía a sus pacientes una buena atención médica. La intuición en los sabios constituye una síntesis de una larga trayectoria de experiencias y capacidad de organizarlas en un sistema de coherencia y prioridades. El sabio renuncia al autoengaño y ve las cosas tal como son, lo que requiere un cierto grado de objetividad y distanciamiento, pero nunca indiferencia. Es pues, el amor, lo que surge de un sentimiento interior de vinculación con la humanidad. San Pablo afirmaba que el agápe, el amor caritativo, es mayor que la fe y esperanza. Un joven sabio, Percy Shelley, en “Defensa de la Poesía” afirmó: salir de nuestra propia naturaleza, es amor, ponerse en el lugar de otro. Hoy lo llamamos empatía. Sin dudarlo, la ecuanimidad parece ir resultando más fácil con los años, en los jóvenes su ira, impaciencia, amargura y negatividad hace que se enfrenten a problemas de una actitud muy equilibrada. Decía Nietzsche: el aumento de la sabiduría se mide por la disminución del mal humor. Aumentan la resistencia a la persuasión sensata. Abraham Joshua Heschel, en “Man Is Not Alone” afirma que el hombre debe sentirse satisfecho con lo que tiene, pero no con lo que es. La sabiduría es algo incompleto, hay que seguir buscando siempre. Alguna vez Pirke Avoth dijo “el día es corto, y la tarea mucha, los trabajadores lentos, el salario abundante y el dueño exigente, no es necesario que completes el trabajo, pero tampoco lo abandones”. Entonces, no debemos abandonar el
trabajo de buscar la felicidad. La sabiduría es una filosofía personal abierta al cambio,; se debe confiar en el criterio propio, conocerse a sí mismo, sin perder la imparcialidad y objetividad, trascender, ser reflexivo, prever consecuencias, aceptar cambios, buscar lo mejor de los demás, ser humilde (la humildad es infinita). Una vida de introspección es la clave para comprender el mundo exterior.
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X.
UN EPILOGO SOBRE EL ENVEJECIMIENTO
Es verdad que no existe la fuente de la eterna juventud, pero sí otros manantiales que enriquecen la vida que desemboca en la vejez. El envejecimiento es continuación de etapas anteriores, donde la seguridad en uno mismo, el optimismo, la productividad, la caritas por los demás, el orgullo son filosofías que mejoran la vida. Estas cualidades van adquiriendo trascendencia con el paso del tiempo, por eso hay que cultivarlas desde la juventud. Nunca es demasiado tarde para encontrar manantiales que aporten dinamismo a nuestras vidas y la recompensa a la perseverancia es abundante. Henry Wadsworth Longfellow, al volver al Bodowdoin College escribióun poema titulado “ Morituri Salutamus que expresan la confianza de quien no deja de buscar las fuentes que puedan surgir al final de la vida. “ Pues la vejez representa una oportunidad tan buena como la juventud misma…y cuando empieza a desaparecer la luz del crepúsculo, el cielo se llena de estrellas que resultan invisibles de día”.
He observado a las personas mayores y he llegado a la conclusión de que existe una triada de factores esenciales de las bendiciones esenciales de las últimas décadas de nuestras vidas 1. El sentimiento de amor y conección mutua con los demás 2. El mantenimiento de la capacidad física de nuestro cuerpo 3. La creatividad René La Forestrie introdujo la creatividad en una residencia pública de mayores y demostró que la creatividad es la clave para la vitalidad que reaviva la llama de la vida de las personas mayores, proporcionando recompensas inimaginables. La Forestrie estaba convencido de que estas personas necesitaban una vía de escape para decir lo que tenían que decir aún sin conciencia de que querían hacerlo. El impulso a la creatividad fue reconocido en casi todos los casos, principalmente por los ancianos, quienes descubrieron esta nueva emoción en su interior. La Forestrie define la vejez como L´age de créer “la edad de la creatividad. Las fuentes de la creatividad están en todas partes, esperando ser descubiertas. Hay que aprovechar los momentos, los “compartimentos estancos” de los días como dice William Osler, tomar lo que está a la mano sin centrarse lo que vagamente vislumbramos a la distancia, aprovechar el ahora, “el futuro es hoy”. Osler entendía que el compromiso conlleva un objetivo y con am bos se accede a la satisfacción que emana de la creatividad. No se trata de qué hacemos, sino la gracia, dignidad y determinación con que se hace. Si se quiere disfrutar una vejez productiva y satisfactoria es necesario planoficarla con antelación; a su manera envejecer es una forma de arte y creatividad, que consiste en la comprensión, preparación y aplicación de los ajustes que darán lugar a una vejez armónica y buena. Según Robert Butler, la nueva generación, la del baby boom será transformacional y de ella depende contribuir a cambiar la vejez. La vejez es una liberación, donde todo lo aprendido en la vida alcanza su cenit(punto más alto) y es entonces cuando se dan las recompensas de individualidad y sabiduría según se hayan aprovechado los años. Da Vinci alguna vez dijo “si eres consciente de que la sabiduría sustenta la vejez, te esforzarás en tu juventud, para que en la vejez no carezcas de sustento”.