Análisis de la crítica marxista de la religión Hiatoria de la Filosofía
La crítica sociológica, psicológica y dialéctica. Por: Antonio Orozco Delclós | !ente: ar"o.net
Que el marxismo se disuelve es evidente, por más que los viejos intelectuales marxistas de Occidente se nieguen a cualquier autocrítica y guarden sepulcral silencio. No obstante, quizá hayan de pasar dcadas antes de poder decir! "#arx ha muerto$. %orque #arx es portador no s&lo de un mensaje 'rustrado, 'rustrado, sino de una mentalidad compartida en buena parte por el "capitali "capitalismo smo salvaje$ y por cualquier materialismo materialismo militante. #arx recogi& y recubri& con aspecto cientí(co )aunque muy poco resistente a la crítica* la ret&rica del ateísmo de siempre. %or ello me ha parecido +til sacar de nuevo a la luz unos pocos 'olios que escribí hace bastantes aos -/ despus de estudiar la crítica marxista de la religi&n. No quise escribir más * aunque por aquel entonces el marxismo parecía, incluso a muchos cristianos, el tren de la historia que no debía perderse *, por una raz&n que conocen mis amigos! el error me aburre. 0oy en los programas de 0istoria de 1iloso'ía de 2achiller 2achillerato, ato, en 3spaa, uno de los siete u ocho autores de obligado estudio es 4arl #arx. 3n algunas comunidades )no todas*, no aparece ning+n autor cristiano. No está de más pues, una aproximaci&n crítica a la crítica marxista de la religi&n. 3xpondr, breve y sencillamente!
En coherencia con los postulados rigurosamente materialistas de Karl Marx, su sistema ideológico rechaza necesariamente cualquier valor que trascienda la dimensión espacio temporal en que ha de situarse el ser humano. Pero -más allá de Feuerach- Marx no considera la religión como un mero !error teórico", sino como tremenda !ena#enación" del homre, consecuencia de la situación de miseria en que se encuentra $ que le hace uscar en un !más allá %antástico la esperanza del remedio de sus males" &por supuesto, no ser'an otros que los de orden material $, en el %ondo, económicos(. !)a religión -dice Marx en su 1iloso'ía del 5erecho* es el suspiro de la criatura oprimida, la conciencia de un mundo sin corazón, as' como ella misma es el esp'ritu de una situación sin esp'ritu. Es el opio del puelo* es decir, algo as' como una droga, una evasión de la realidad, un re%ugio del sentimiento que, por otra parte, seg+n Marx, impide al homre lanzarse a la conquista del ien temporal de la sociedad, mediante la lucha con las %uerzas opresoras que no ser'an otras que las del capitalismo. )a lucha a muerte con el capitalismo para instaurar la soada sociedad comunista &!+ltimo n" marxista( es el motor de la praxis marxista, su %uerza de arrastre, su mensa#e
mesiánico.
La religión en el entorno del joven Marx Pero antes de proceder a una cr'tica a la cr'tica marxista de la religión, quizá no sea superuo re%erirnos a la vivencia de Karl Marx tuvo de la religión en su in%ancia $ #uventud. Marx nace en una %amilia de rancio aolengo #ud'o &su auelo ha'a sido raino en /r0veris(, convertida al luteranismo más que por convicción por la %uerza de las circunstancias. )as discriminaciones $ persecuciones de las le$es antisemitas que ten'an lugar en la Europa de entonces, hicieron que su padre -de uena posición social, aogado $ miemro del triunal de apelación de /r0veris- se ale#ara de la sinagoga $ acaara por alistarse a una religión vinculada al poder civil. 1o es de maravillar que la religión se presente a los o#os del #oven Marx como un expediente social $ %uerza opresora. 2uando Marx era $a p+licamente ateo $ revolucionario comunista, quiso casarse $ tuvo que hacerlo !por la iglesia", deido esta vez a las presiones %amiliares de la novia. 3e le negará más tarde una cátedra en la universidad de 4onn por su pro%esión de ate'smo. El escaso vigor meta%'sico de Marx le imped'a analizar con #usteza su propia situación $ entorno $ vio siempre la religión como indisolule del trono, de la monarqu'a, del Estado* es decir, unida a sus enemigos. 3i 0l, se encuentra al lado de acá, pone la religión al lado de allá, en la acera de en%rente. 5e modo que si Marx es comunista $ su enemigo el capitalismo, la religión hará de ser por %uerza capitalista* si 0l se considera progresista, la. religión será reaccionaria. 2omo veremos, sus cr'ticas a la religión proceden de simplicaciones casi inauditas. 6a en su tesis de doctorado sore la loso%'a de la naturaleza en 5emócrito $ Epicuro, presenta la religión como alienación del homre $ una loso%'a -la su$a- que no se esconde para decirlo7 asume la pro%esión de Prometeo* !en una palara 8tengo odio a todos los dioses9". 6 Marx, en su loso%'a, será el a este principio tan poco losóco que es la visceralidad, el sentimiento* la voluntad, en denitiva, pasará por encima de la razón $ le impondrá a 0sta postulados que no resisten ni la cr'tica del sentido com+n ni la de una loso%'a rigurosamente %undada en la realidad de las cosas $ de la historia. 3e hallan en Marx tres argumentos %undamentales con los que pretende haer arruinado los cimientos racionales del %enómeno religioso, calicados respectivamente de !cr'tica psicológica", !cr'tica sociológica", $ !cr'tica dial0ctica".
LA CRÍTICA SOCIOLÓGICA Examinemos en primer lugar la cr'tica más ecaz en las reuniones p+licas -la más d0il tami0n a la reexión- que consiste en determinar el papel social de la religión. 6a Feuerach ha'a sostenido que la idea de 5ios es una pro$ección %antástica que el homre hace de su propia esencia, esto es, una alienación mental del individuo humano por la cual atriuir'a a un ilusorio 3er supremo lo que de !divino" e !innito" tiene en s' mismo. Marx re%renda, pero tami0n corrige la explicación de Feuerach a quien reprocha el re%erir la religión al individuo, cuando en rigor ser'a un !producto social", ree#o del estado de una sociedad $ no de un individuo &como acontec'a en Feuerach(. 3eg+n Marx, la religión al prometer el para'so en la otra vida $ predicar la paciencia $ la resignación en este mundo, aparta al homre del es%uerzo por me#orar su suerte en la tierra. Por eso, dice, !la verdadera %elicidad del puelo exige la supresión de la religión en cuanto %elicidad ilusoria del puelo"* !ilusoria" por cuanto no camiar'a nada la
situación del homre. 5e ah' que se tilde al cre$ente de desertor de esta tierra $ a la religión de !reaccionaria", !conservadora", !opuesta al progreso de la humanidad". :na vez puestas tales ases, Marx se lanza a desprestigiar toda religión, aunque sus armaciones tengan que chocar %rontalmente con los datos históricos más vericales. !)os principios sociales del cristianismo -arma en 6a sagrada 'amilia , con toda gratuidad- han #usticado la esclavitud antigua, gloricando la servidumre medieval, $ cuando llega la ocasión, actualmente, saen #usticar el proletariado, aunque con un aire aparentemente contrito. )os principios sociales del cristianismo predican la necesidad de una clase dominante $ de una clase dominada... )os principios sociales del cristianismo trasladan al cielo la compensación de todas las in%amias, $ de este modo #ustican la perpetuación de estas in%amias sore la /ierra... como #usto castigo del pecado original... &como( triulaciones impuestas por el 3eor. )os principios sociales del cristianismo predican la coard'a, el desprecio de s' mismo, la humillación, la sumisión, la humildad7 es decir, las cualidades de la canalla. El proletariado que se niega a de#arse tratar como canalla -contin+a Marx- necesita todo su cora#e, de la propia estimación, de su orgullo, $ de su gusto por la independencia más que de su pan. )os principios sociales del cristianismo son cautelosos* el proletariado es revolucionario &K. Marx, 6a 7ainte 1amille, trad. Molitor, ;euv. phil. 2ostes, t. lll, pp. <=<>(. 2uando se leen párra%os como 0ste, uno se pregunta si vale la pena seguir ocupándose del marxismo. 3in emargo se siente oligado a ello cuando piensa que el !duende" marxiano sigue su$ugando a tantos que todo lo someten a cr'tica excepto los dogmas materialistas $ anticristianos. ?+n, ahora, despu0s de la irreversile disolución del marxismo, quedan en el aire acusaciones seme#antes &1ietzsche, si cae, las aumentó(. 1inguna armación de las que acaamos de transcriir es sostenile si no es la de que el cristianismo predica la humildad @que, por cierto, en cristiano, se dene como !andar en verdad"- $ la prudencia. ?l cristianismo le deemos precisamente la condena de la esclavitud $ la progresiva lieración de los esclavos en ;ccidente. Es en el cristianismo -$ no en el marxismo- donde se ha-pro%undizado en el concepto de liertad personal, individual, de la persona concreta de carne $ hueso* $ se ha reconocido el valor de la persona &singular( %rente a los materialismos -tami0n el marxista- que la presentan como un mero producto de la materia, no más que como un ilustre simio sometido a las necesidades de la especie. En ning+n documento cristiano se encontrará la armación de que dean existir clases dominadas $ dominantes ni #usticación alguna de las in%amias. )o que ensea el cristianismo es que el hecho de sorellevarlas sin odio, por amor a 5ios $ al pró#imo, hallará recompensa en el cielo. El cristianismo ensea que el 3eor tolera las in%amias que se ineren a los uenos, porque en su omnipotencia sará sacar de ellas ienes para 0stos* ni las quiere 5ios ni manda permanecer con los razos cruzados7 lo que s' hace es prohiir aquellos medios intr'nsecamente malos $ que, por consiguiente, no pueden #usticarse aunque se pusieran para conseguir un uen excelente. El cristianismo exige la valent'a de dar la vida -si %uera menester- con%esando la verdadera %e. El cristiano no desprecia más que el pecado* ni se desprecia a s' mismo ni puede despreciar a pecador alguno... Pero a Marx no le parece importar la verdad, sino su verdad. ; tal vez no se ha preocupado de mirar un poco más allá de una perspectiva dom0stica o !provinciana". Marx se desentiende de si la religión se #ustica racionalmente o no, o de la posiilidad de que ha$a alguna religión revelada por el mismo 5ios. Marx ha decretado que 5ios no existe* por lo tanto ha de uscarlas ra'ces del universal'simo %enómeno religioso en las +nicas condiciones que reconoce, esto es, en las condiciones materiales de existencia $, más concretamente* en las condiciones económicas. )o primero que cae o#etar a Marx es, por consiguiente, que su argumentación tiene
un mal comienzo7 el de presuponer -a priori, sin previa indagación- que 5ios no existe, sin atender tampoco a los argumentos en %avor de la existencia de 5ios tal como han sido desarrollados por los más destacados pensadores a lo largo de más de veinte siglos &como veremos más adelante, Marx aludirá a ellos, pero desgurándolos previamente(. En segundo lugar, car'a sealar que el criterio que gu'a a Marx en su cr'tica a la religión es el de la utilidad social . En rigor, Marx no se pregunta si ha$ 5ios, sino si es +til o per#udicial que los homres crean en 5ios* $ responde con la segunda alternativa7 Marx comete pues varios errores7 reduce la religión a un %enómeno social $ arma que es per#udicial para la sociedad. Pero aun tomando como criterio de certeza el de la utilidad, no es leg'timo negársela a la religión $ mucho menos a la religión católica. 2ualquier historiador imparcial sae del enorme inu#o del cristianismo en el orden de los más preciados valores que ho$ son estimados en la civilización occidental. 3in emargo, insisto, la cuestión primera no es si la religión es +til o no, sino más ien si es verdad o no que ha$ 5ios personal al que el homre dea corresponder con amorosa adoración. ?l estar ien proado que esto es as' queda además claro que la religión no puede reducirse a una %orma social, puesto que, ante todo, impone una relación personal entre el homre $ 5ios. Aeconocerse criatura @en dependencia esencial al 2reador-, no es humillación alienante, de esclavo que renuncia a su dignidad de persona, sino reconocimiento agradecido de una dignidad incomparale, mu$ superior a la que tendr'a si se tratara solamente de un simio evolucionado. El cristiano sae, además, que ha sido creado a imagen y semejanza de 5ios, de modo que su trato con el 2reador no es el de un siervo, sino el de un hi#o amad'simo, aierto a una !amistad" entraale con el ?mor innito que es Bl. Esta relación de liación gozos'sima, le permite comprender, con una pro%undidad insospechada para el incr0dulo, que es en verdad $ con %undamento inquerantalehermano de todos los homres, hi#os de un mismo Padre. ?s', toda persona merece un respeto que se dir'a innito, aunque se trate de un enemigo, incluso si se llama Karl Marx. Bste, por lo demás, es el +nico %undamento capaz de crear la conciencia de una verdadera %raternidad universal &la existencia de un Padre com+n(, mani%estada en el empeo por la consecución de un orden social en el que impere no sólo la estricta #usticia, sino lo que va más allá de todo lo estrictamente deido7 el amor !con oras $ de verdad". :n cristiano puede de#ar incumplidas las exigencias de su %e, pero este hecho no autoriza a negar la !utilidad" de la verdadera religión, su esp'ritu potenciador del progreso hacia %ormas sociales cada vez más #ustas $ dignas de la persona. ?un desde este parcial punto de vista, deiera entenderse que si se pretende un #usto orden social, le#os de comatir la religión, el me#or camino comienza con la invitación a los cristianos a ser cada d'a más consecuentes con su %e. 3ólo puede acusarse a la religión de !reaccionaria" cuando se pretende que el progreso social no puede lograrse más que por la revolución violenta $ a#o la %orma del comunismo materialista. El cristianismo - %rente al comunismo- deende la propiedad privada por mu$ sólidas razones que se %undan precisamente en algo que desconoce el materialismo dial0ctico7 la dignidad de cada persona humana en singular &no $a del !homre gen0rico"( $ su derecho a disponer en propiedad &no como un pr0stamo del Estado o de la comunidad pol'tica( algo más que su cepillo de dientes7 aquellos ienes convenientes para llevar -con los su$os-, una vida con%orme a la dignidad que le es propia. )a Cglesia no es !conservadora" ni !progresista"* trasciende estas categor'as, porque su n esencial es sorenatural7 la salvación eterna de los homres, sin desentenderse, al contrario, de su modo de existir en el mundo. 2umpliendo elmente su n hará indirectamente la más ecaz laor en el orden social, despertará la responsailidad de
los eles con vistas al servicio que han de prestar -desde mu$ diversas opciones temporales- a sus hermanos del mundo entero.
LA CRÍTICA PSICOLÓGICA )os !clásicos" del marxismo &Marx, Engels, )enin( han uscado tami0n el modo de desprestigiar la religión asándose en argumentos de tipo psicológico. Pretenden haer hallado el origen de la idea de 5ios en determinados condicionamientos sociales. Engels se explica de la siguiente manera7 !/oda religión no es más que el ree#o %antástico en el cerero de los homres de las potencias externas que dominan su existencia cotidiana, ree#o en el que las potencias terrestres adoptan la %orma de potencia supraterrestres. ?l comienzo de la historia son primeramente las potencias de la naturaleza las que están su#etas a ese ree#o $ las que, al continuarse el desarrollo, adquieren en los di%erentes puelos las personicaciones más diversas $ variadas..7 Pero ocurre que, enseguida, #unto a las potencias naturales, entran en acción asimismo las potencias sociales, potencias que se alzan %rente a los homres $ que les son igualmente extraas $, al principio, igualmente inexplicales, dominándoles con la misma apariencia de necesidad natural que las %uerzas de la naturaleza.,. En una %ase más avanzada de la evolución, el con#unto de los atriutos naturales $ sociales de los numerosos dioses se deposita en un solo 5ios todopoderoso $ que no es en s' una vez más, otra cosa que el ree#o del homre astracto. ?s' es como nació el monote'smo que, en la historia, %ue el +ltimo producto de la loso%'a griega vulgar $ $a en su ocaso $ que halló su encarnación, $a de antes preparada, en el 5ios nacional exclusivo de los #ud'os, 6av0. 4a#o esta %orma cómoda -contin+a Engels-, mane#ale $ susceptile de adaptarse a todo, la religión puede susistir como %orma inmediata, es decir, sentimental, de la actitud de los homres respecto a las potencias extraas, naturales $ sociales que les dominan, mientras los homres están a#o la dominación de estas potencias" &Engels, en 8nti 59hring, pp. D>>-D>( . Engels incurre en el error extendido en su tiempo, de admitir sin cr'tica la hipótesis que estalece el polite'smo como anterior o previo al monote'smo. :na hipótesis que nunca ha sido proada, antes ien parece denitivamente desmentida por las investigaciones iniciadas por el etnólogo $ lingista Gilhelm 3chmidt &H<=-HI>=( que han puesto de maniesto la existencia de un monote'smo primordial en el conocimiento $ veneración de un 3er supremo, %ácil de hallar en numerosos puelos primitivos. Pero la cr'tica radical que merece la hipótesis sostenida por Engels la haremos un poco más adelante. Jeamos antes los matices $ las intenciones que cora el argumento en los textos marxistas. 2uando la mente humana cae en la trampa del materialismo, se ciega para toda realidad de rango superior a la materia $ todo hará de explicarlo a partir de realidades materiales, aun lo irreductile a ellas, como la mente, que el marxismo considera como una mera secreción del cerero. /oda realidad superior hará de ser negada a priori, pero al mismo tiempo se pretende presentar esa negación como !cient'ca", aunque para ello ha$a que %orzar las experiencias más claras e inmediatas. Es claro que el conocimiento más o menos razonado -seg+n los tiempos $ los puelos- de la existencia de un 3er supremo, de una le$ natural, de una dignidad inherente a la persona humana, etc0tera, son cosas todas ellas sin sentido en una concepción materialista del universo &$ por lo tanto, en el marxismo(. )a religión entonces -sore todo si contiene la plenitud de la Jerdad- se presenta como principal enemigo. )a religión, por el mero hecho de armar el respeto deido a la persona en s' -$, en consecuencia, por e#emplo, la de%ensa de la vida del inocente por encima de la utilidad social, la de%ensa del derecho a la propiedad privada $ la condenación del odio negador de tal dignidad-
hará de ser necesariamente comatida* hará que luchar ante todo por arrer de la conciencia de los homres la idea de 5ios, de la %raternidad universal &sustitu$0ndola por la idea de una camarader'a vinculante tan sólo con los miemros del Partido(, la idea de un más allá de la historia temporal $ la vida eterna. /odas estas cosas deen ser negadas -no ha$ alternativa- si se quiere poner en marcha una revolución que signica lucha de clases -odio a muerte a ciertos homres-* oediencia incondicional al Partido que, para ser ecaz en la práctica -la utilidad es el +nico criterio de verdad $ ondad-, ha de tener en su poder la posiilidad de disponer de la vida de las personas. Puesto que 0ste es el camino oligado $ proclamado en el marxismo, es tami0n oligado comatir la religión. Esta oligación no es accidental sino sustancial a esa doctrina, aunque astantes cre$entes -ingenuamente- estuvieron persuadidos de que se pod'a aprovechar !lo positivo" del marxismo $ unirse a 0l para conseguir una sociedad más #usta. ?hora ien, la doctrina $ la praxis marxista, lo que ha conseguido @ tami0n cuando se ha unido a cristianos- ha sido la progresiva desaparición del sentido religioso* ha %avorecido siempre la lucha contra la religión* ha introducido donde no la ha'a la lucha de clases, emporeciendo a todos &salvo unos pocos de la clase marxista dominante(, impidiendo el desarrollo de los puelos, anulando el sentido de responsailidad personal &consecuencia inevitale del colectivismo(, eliminando el sentido positivo del traa#o &tratado tami0n como !alineación(, en n, arrasando los valores más preciados de la cultura occidental7 el valor de la verdad $ @solidario- el valor de la liertad. )a ca'da del muro de 4erl'n en HI
por tanto, hace que el homre piense, act+e, cree su realidad, como un homre desengaado, dueo de su razón, con el n de que se mueva a su alrededor, alrededor de s' mismo, su verdadero sol" &en :rítica a la 1iloso'ía del 5erecho (. )a actitud ante la religión en el mundo marxista es inequ'voca, inalterale en la teor'a $ de hecho inalterada7 !El marxismo es el materialismo, dice )enin. Por este mismo t'tulo, es implacalemente hostil a la religión, como lo era el materialismo de los enciclopedistas del siglo LJCCC o el materialismo de Feuerach... Pero el materialismo dial0ctico va más le#os que los enciclopedistas o que Feuerach... 5eemos comatir la religión. Esto es el aec0 de todo materialismo* por tanto, del marxismo. Pero el marxismo va más le#os. 5ice7 es necesario saer luchar contra la religión, $ para esto es necesario explicar, en el sentido materialista, las %uentes de la %e $ de la religión de las masas". )a actitud está clara, la intención tami0n* $ los m0todos, para el que conozca la moral marxista son mu$ previsiles. )enin insiste en hacer cr'tica de la religión apo$ándose en razones de tipo psicológico7 !)a religión es un aspecto de la opresión espiritual que siempre $ en cualquier parte pesa sore las masas agoiadas por el traa#o perpetuo en provecho de los demás, por la miseria $ la soledad. )a %e en una vida me#or en el más allá nace asimismo de la impotencia de las clases explotadas en lucha contra los explotadores $ tan inevitalemente como -de la impotencia del salva#e en lucha contra la naturaleza, nace la creencia en las divinidades, en los dialos, en los milagros, etc. ;lvidar que la opresión religiosa de la humanidad sólo es ree#o de la opresión económica en el seno de la sociedad ser'a dar pruea de mediocridad urguesa" &Lenin, 5e la religi&n (. Podr'a replicarse7 $ qu0 pruea esa calicación -mediocridad urguesa- sore la verdad o %alsedad del discurso precedenteN En resumen, seg+n el marxismo, la idea de 5ios es la pro$ección en un ser %antástico de las %uerzas %'sicas $ sociales que dominan al homre, de modo que la idea desaparecerá en el momento en que se llegue a un dominio tal de la naturaleza - la ensoada sociedad comunista - que $a sea in+til la idea de 5ios. )a primera oservación que cae hacer a esta hipótesis indemostrale es que el origen psicol&gico de una idea no permite emitir el menor juicio sobre su objetividad , es decir, sore su correspondencia a la realidad que pretende representar. El origen $ la o#etividad de una idea constitu$en dos prolemas di%erentes $ deen tratarse por separado. 2uando en la mente surge una idea, poco importa saer cómo se %ormó para calicarla de verdadera o %alsa. 3ólo ha$ una especie de ideas cu$o origen tiene valor de comproación* son las ideas puramente emp'ricas, es decir, las que se otienen directamente de la experiencia sensile. ?l reexionar sore lo que se ha perciido, la experiencia es simultáneamente %uente $ garant'a de la autenticidad de la idea. En los demás casos no ha$ relación necesaria entre su g0nesis $ su verdad. Por tanto, el origen de la idea de 5ios -3er que no se encuentra en el ámito de nuestra experiencia sensile- no es un dato relevante en vistas a proar su o#etividad. 5e hecho se sae que la idea de 5ios se halla en homres de todo tiempo, de toda cultura, de toda condición social, económica, etc. ? unos les llega por tradición, a otros por intuición, a otros, por v'a de rigurosa demostración racional. 2ierto que puede inuir en la g0nesis de la idea de 5ios el sentimiento de dependencia $ tami0n el miedo. En rigor todo !lo que es" puede ser punto de partida para concluir en la existencia del 2reador de todas las cosas. /ami0n, por supuesto, la experiencia del amor $ de la ondad, el espectáculo de la naturaleza* tami0n la materia, con su evidente insuciencia para %undar toda la realidad conocida. Pero lo decisivo, insistimos, no es escudriar las ra'ces vitales de la idea de 5ios, sino averiguar si esta idea puede $ dee ser admitida en el orden de la razón $ servir al #uicio armativo !5ios es".
Por otra parte cae sura$ar -como hace ;cáriz- que !es universalmente experimentale que la religión no es sólo ni principalmente un OconsueloO ante las miserias terrenas* hasta el punto que, por delidad a la religión, millones de homres han aceptado liremente muchas OmiseriasO, incluida la muerte, que se har'an ahorrado con sólo renunciar a la religión" &;cáriz, F, #arxismo , ed. Palara, p. ><( . 6 tampoco %altan aundantes e#emplos de !v'ctimas de la opresión capitalista" que le#os de uscar re%ugio en la religión como consuelo de sus desdichas, se ale#an de ella tristemente. El marxismo, con Marx, violenta las experiencias más claras con tal de que cuadren en sus postulados materialistas $ revolucionarios. Finalmente, aste re%erirnos al hecho, históricamente comproale, de que el cristiano tiene su origen en una Persona, esucristo, que proó con milagros sin cuento que verdaderamente era el Qi#o de 5ios. 2on su Jida, Pasión, Muerte $ Aesurrección ha venido a ser %undamento inconmovile de la %e en el +nico 5ios. 5igamos en descargo de Marx que no conoció de hecho más que supercialmente el %enómeno religioso, a trav0s de las de%ormaciones que presentaa la sociedad luterana de la ?lemania del siglo LCL. Qegel se consideró a s' mismo el momento culminante de la Filoso%'a, su acaamiento. En Qegel, 5ios era más un mito que otra cosa* lo que 0l llamaa ?soluto era algo en continuo devenir, que conten'a en s' el ser $ la nada, la eternidad $ el tiempo. El ?soluto de Qegel no ten'a nada que ver con el 5ios cristiano @a pesar de algunas apariencias- $ $a es lugar com+n que el !secreto" del sistema hegeliano es el ate'smo. Marx cometió la enorme equivocación de pensar que haciendo la cr'tica de la religión lutero-hegeliana criticaa la religión en s'. 5esconoc'a toda la cultura religiosa anterior a Qegel $ su ignorancia del tema explica la puerilidad de sus argumentaciones antirreligiosas. !5escurir que el 5ios de Qegel es una pro$ección %antástica del ser humano, no es en asoluto una cr'tica al verdadero 5ios, al que puede llegar la razón humana ien empleada, precisamente a partir de la realidad del mundo, $ conocido más per%ectamente por la %e sorenatural" &;cáriz, F., 3l marxismo, p. >(. 3us alusiones a los argumentos tradicionales demostrativos de la existencia de 5ios, muestran que ni siquiera roza el %ondo de la cuestión, al mismo tiempo que maniesta la ignorancia $ errores cient'cos di%undidos en su tiempo. Marx piensa, por e#emplo, que !un duro golpe ha sido dado a la creación por la geognosia, es decir, por la ciencia que ha presentado la %ormación de la tierra, el devenir de la tierra como un %enómeno de generación espontánea. )a generación espontánea es @dice - la +nica re%utación práctica de la teor'a de la creación". 3i esto %uera as', podr'amos estar ien tranquilos los cre$entes. Marx no sa'a seguramente que insignes pensadores cristianos ha'an considerado, muchos siglos atrás, la posiilidad de que la hipótesis de la generación espontánea -creencia antigua de la Cndia, 4ailonia $ Egipto- %uera cierta. 6 sin emargo, no vieron en ella una dicultad para admitir $ demostrar la existencia de 5ios, pues ien huiera podido ser que la generación espontánea %uera un querer divino. Marx, Engels, $ en general los que no han estudiado el tema, piensan que las prueas tradicionales de la existencia de 5ios se asan en la presunta necesidad de explicar el comienzo del universo* que el punto de partida de la demostración está en el !comienzo" del universo, como si el dilema %uera7 !ha sido creado el mundo por 5ios o existe desde la eternidadN". 3in emargo, /omás de ?quino, el que @en la l'nea de la me#or tradición de los clásicos- ha mostrado con ma$or rigor los caminos para llegar a la demostración racional de la existencia de 5ios, no tuvo inconveniente en armar que racionalmente no se puede demostrar que el mundo no sea eterno. Para 3anto /omás, saemos que el universo no es eterno sólo por la %e, no por la loso%'a racional. 3in
emargo, el santo de ?quino, demuestra rigurosamente la existencia de 5ios partiendo de la insuciencia actual del mundo para #usticar su propia existencia, prescindiendo del tema del comienzo. Es decir, la pruea remonta directamente a las causas que actualmente se requieren -no a las que en el comienzo %ueron requeridas- para %undar su existencia. Porque no $a el comienzo del universo, sino el comienzo $ la conservación de cada uno de los entes, por insignicante que sea, postulan la existencia de una 2ausa primera, trascendente al mundo, omnipotente, creadora $ conservadora de todas las cosas que de alg+n modo son. El marxismo, se declara antimeta%'sico* hu$e, en consecuencia, del uso de la razón para continuar con un discurso riguroso la experiencia sensile, se ciega a s' mismo para comprender tales cosas, $ al tiempo se desautoriza para una cr'tica válida de lo que acr'ticamente -a priori- ha querido negar.
LA CRÍTICA DIALÉCTICA A LA RELIGIÓ Finalmente, veamos una tercera v'a que recorre el marxismo para concluir en la negación de 5ios $ de la religión* se ha denominado !cr'tica dial0ctica", quizá la más necesaria para el marxista desde el punto de vista lógico, dados los presupuestos ideológicos de los que parte en la construcción de su sistema. El marxismo cree que la religión dee ser suprimida atendiendo a la naturaleza misma de la religión, que viene calicada de !alienación". Palara amigua, ciertamente, en los diversos textos $ contextos marxistas, pero, para lo que hace al caso, quiere signicar lo opuesto a autonom'a, liertad, independencia. 3e presume que el homre religioso renuncia al dominio de los propios actos $ pone en manos de un ser !otro", a#eno, extrao, el dominio asoluto de la propia vida. En otras palaras, la !alienación religiosa" consiste -seg+n Marx- en poner en 5ios -un ser !%antástico $ extrao" %or#ado por el homre- el %undamento $ la razón de la propia vida. 5e esta manera -entiende el marxismo- el homre pierde su independencia, porque !un ser no se considera independiente más que cuando es su propio amo $ no es su propio amo más que cuando a s' mismo dee su existencia. :n homre que vive por la gracia de otro se considera dependiente Rnada más cierto $ ovio, podr'amos aadirS. Pero $o vivo -contin+a el marxista- completamente por la gracia de otro cuando no solamente le deo el sostenimiento de mi vida sino que, además, es 0l quien ha creado mi vida, quien es la %uente de mi vida $ mi vida tiene necesariamente una razón %uera de ella $a que no es mi propia creación". ? todo esto aade Engels7 !)a religión es el acto por el cual el homre se vac'a a s' mismo* por esencia, la religión vac'a al homre $ a la naturaleza de todo su contenido, transere este contenido al %antasma de un 5ios en el más allá...". Esta es la armación más grave del marxismo, la que presenta ma$or alcance* es la cr'tica a la esencia misma de la religión, presentada como negadora de la esencia humana. )a negación de 5ios es, en el marxismo condición necesaria de la armación del homre Rcoincidencia plena con el existencialismo de . P. 3artreS. :na vez más vemos hasta qu0 punto llega la oposición marxismo-cristianismo. El marxismo se presenta como un !humanismo" &en el %ondo, como una m'stica de salvación(, con un s' incondicional al homre. Es preciso recordar ahora que el !homre" que cuenta en el mundo marxista no es el homre singular, sino !el homre gen0rico", es decir, en n de cuentas, ese ente tan di%'cil de sealar con el dedo que es la !colectividad", a la que el homre singular ha de someter $ sacricar su vida hasta el holocusto. El marxismo -no se olvide-- no viene a armarme a m' al otro, ni a 0ste ni a aquel !proletario" en concreto, sino, en rigor, a una astracción, al homre en general &que poco tiene que ver con el de carne $ hueso(, puesto que el homre soado por el marxismo es un homre sin alma &sin alma inmortal $ estrictamente
espiritual $ por lo tanto portadora de valores eternos, de derechos inalienales(. En su cr'tica dial0ctica, Marx $ Engels son deudores de los materialistas de su 0poca. !)a cuestión de saer si ha$ o no un 5ios -ha'a escrito ?. )0v$, traduciendo 0l pensamiento de Feuerach-, la oposición entre el de'smo $ el ate'smo, pertenecen al siglo LJCCC $ LJCC no al LCL". 3e niega por tanto el mismo planteamiento de la cuestión* se rechaza la misma pregunta. Marx asegurará, por su parte, que, en e%ecto, en el soado mundo comunista las condiciones &socio-económicas( serán tales que ni siquiera se planteará la cuestión de la existencia de 5ios. 5e ah', seguramente, el poco inter0s que tuvieron 0l $ los materialistas de su tiempo, en examinar las prueas que han ido surgiendo a lo largo de la historia sore la existencia de 5ios. 1o las pudieron entender porque no les prestaron atención alguna* no las tomaron en serio. !1iego a 5ios -continuaa ?. )0v$- quiere decir para m'7 niego la negación del homre* a la posición %antástica, ilusoria del homre, sustitu$e la posición sensile, real, cu$a consecuencia oligada es la posición pol'tica $ social del homre. )a cuestión de la existencia o de la no-existencia de 5ios es precisamente en m' la cuestión de la noexistencia o de la existencia del homre". /ami0n el contemporáneo de Marx -sociólogo %ranc0s- P. . Proudhon, se expresa en t0rminos seme#antes7 !$o digo7 el primer deer del homre inteligente $ lire consiste en expulsar constantemente de su esp'ritu $ de su conciencia la idea de 5ios. 6a que 5ios, si existe, es esencialmente hostil a nuestra naturaleza... ?lcanzaremos la ciencia a pesar su$o* la sociedad, a pesar su$o7 cada progreso nuestro es una victoria en la que aplastamos a la divinidad". Marx concluirá que la %e en 5ios priva al homre de la conciencia de su grandeza $ le esclaviza* que la lieración exige la muerte de 5ios. 5ios o el homre, he aqu' el dilema que pone tami0n el existencialismo ateo* ha$ que escoger entre los dos. !El ate'smo -dice Marx- es la negación de 5ios $, mediante esta negación de 5ios, plantea la existencia del homre". 6 as' Marx $a puede decir que el homre es para s' mismo !el verdadero sol", $ hacerse eco de la tremenda armación de Feuerach7 !homo homini 5eus", el homre es 5ios para el homre* el homre es el 3er supremo. 1o es di%'cil descurir la deilidad de la más !pro%unda" de las cr'ticas marxistas a la religión. El ate'smo marxista ha sido construido sore la ase de considerar resuelto el prolema de entrada. El marxismo cree que no ha$ 5ios. El cristiano, en camio, puede encontrarse pose$endo la %e como un don, pero luego se preguntará7 es posile demostrar racionalmente la existencia de 5iosN 6 comproará que s'. El marxismo, en camio, partirá de que !5ios no existe" $, cuando pretenda convencer a los demás de la hipótesis construirá una caricatura de la religión $ dirá7 eso que veis ah' no puede ser verdad. /oda la %uerza psicológica del argumento dial0ctico está en presentar un %also dilema7 o 5ios o el homre, sore la ase de una caricatura de 5ios en la que resulta de todo punto irreconocile7 un 5ios hostil, negador del homre, nunca armado, al menos en la tradición #udeo-cristiana. Es evidente que si 5ios existe el homre depende enteramente de 5ios $ le dee su vida entera. El marxismo supone que la condición creatural atenta a la dignidad, liertad $ autonom'a humanas* son origen de inevitale alienación o ena#enamiento. Mucho car'a oponer a esa cr'tica que se nos o%rece de la religión. En primer lugar car'a decir que ning+n homre de %e cristiana se siente ena#enado cuando se dirige a 5ios. Jivir en 5ios $ para 5ios no es vivir !%uera de s'", en o para un ser extrao que trata de anularme. 5ios es #ustamente el 3er que me permite ser, que me hace ser, que crea $ conserva @por tanto 8deende9- mi personalidad $ mi liertad* es el 3er que me es más cercano, el que me es !más 'ntimo a m' que $o mismo". Quir de 0l ser'a -entonces s'- huir de m' mismo, puesto que si 5ios no es $o, es en e%ecto %undamento $ !%uente" de mi ser. 6 si Bl me ha creado, Bl es el primer interesado -el primero, antes
que $o mismo- en mi realización, en que $o alcance la plenitud de mis posiilidades humanas, el primer de%ensor de mis derechos irrenunciales ante los demás. /odas estas certezas están incluidas en la noción de homre como criatura de 5ios. )a 3agrada Escritura se goza armando el respeto con que 5ios trata a la criatura7 "cum magna reverencia disponis nos$ &3a., HT, H<(, 5ios nos goierna con un respeto innito. 2ierto que 5ios ha de !#uzgar" a todos los homres, premiar a los uenos, castigar a los malos. Pero no ser'a !#usto" #uzgar a 5ios como si no tuviera derecho a ser Bl mismo innitamente !#usto", cuando se está halando en el contexto, de instaurar en la tierra la ! #usticia" social. )o que sucede, sin emargo, es que en el !sistema" marxista la virtud no tiene caida. En consecuencia tampoco se contempla la #usticia como necesaria virtud per%ectiva de la persona singular, sino como andera. El gran dilema marxista @5ios o $o- sólo tendr'a sentido en la asurda hipótesis del !homo homini 5eus", que el homre huiera de ser 5ios para el homre. Pero si al margen del !homre gen0rico" o clectivo, atendemos al homre singular $ concreto, a qu0 homre divinizamosN ? 20sar, a Qitler, a 3talin...N a todosN El prolema se emrolla solo, nos encontrar'amos en una pluralidad inconmensurale de dioses. 3er'an demasiados. ?%ortunadamente sólo cae -por denición- un !3er supremo". Uui0n va a ser el su#eto de esa soeran'aN Es %ácil decir !el proletariado". Pero qui0n es el !proletariado"N, tiene nomre $ apellidosN, tiene concienciaN, tiene saidur'a innitaN, tiene el arte de la #usticia per%ectaN Muchos otros interrogantes --innitos interrogantes- se arir'an en tal hipótesis. Por lo demás, si el homre no es criatura de 5ios, de qui0n es criaturaN El marxismo responde7 el homre se crea a s' mismo mediante el traa#o. Pero ah' ha$ un c'rculo vicioso evidente. 1adie da lo que no tiene. :n !ser" que todav'a !no es" no puede !darse el ser". 3ólo cae acudir a una serie indenida de padres hasta llegar al simio o cosa parecida. Este ser'a el %undamento de la !dignidad" humana. Frente a la dignidad de los hi#os de 5ios se pretende alzar la dignidad de los hi#os de la materia. Pero a qu0 puede oligar tal dignidadN El respeto que puede merecer la persona humana no es mucho ma$or que el respeto que merece un simio, en el supuesto materialista. )a +nica %unción del simio es servir a la especie* carece de valor $ dignidad singulares* sólo puede valer en %unción de la especie. Exactamente es lo que ha acontecido $ acontece en el mundo comunista. )a persona singular, en rigor, no cuenta* por ello puede ser torturada, eliminada o enclaustrada en un hospital psiquiátrico para disidentes, por inocente que sea, en enecio del !homre gen0rico", es decir, de la colectividad que, en la sociedad comunista, no tendr'a otra misión que satis%acer sus necesidades materiales &vivir, pues, como per%ectos urgueses( $ perpetuarse en la historia. Eso es todo, en la soada sociedad comunista. 1o convence el comunista cuando hala de !dignidad" para decretar que 5ios no dee existir. 2omo tampoco ha de conced0rsele el derecho de invocar la !liertad", cuando pro%esa una %e ciega en el !materialismo dial0ctico", que inclu$e la %e en el determinismo universal, es decir, la negación de la liertad tanto en el sentido llano como en el losóco de la palara. En resumen, las interpretaciones que el marxismo nos o%rece de la religión -esta es la venta#a $ la deilidad de las mismas- permiten sosla$ar el valor de las prueas de la existencia de 5ios, es decir, de los argumentos $ testimonios aducidos por los cre$entes, a los cuales el marxismo desacredita por adelantado $, por as' decir, le anula deni0ndole pe$orativamente como !reaccionario". )enin se expresa de este modo7 !Aeligión, iglesias modernas, organizaciones religiosas de todas clases, el marxismo las considera como órganos de la reacción urguesa al servicio de la explotación $ del emrutecimiento de la clase orera... 2ualquier de%ensa, aun la más renada, la de me#or intención, toda #usticación de la idea de 5ios, se reduce a #usticar la reacción. Es signicativo lo que dice Aoger Jerneaux, despu0s de estudiar las cr'ticas a la religión %ormuladas por el marxismo7 !;servemos solamente que en
ning+n sitio se ve en los escritores ateos el más m'nimo estudio sore el sentido del Evangelio ni la menor cr'tica del testimonio &del verdadero testimonio cristiano(. 2omo consecuencia, estimamos que las ases de nuestra %e no están ni mucho menos querantadas, puesto que ni siquiera han sido atacadas" &A. Jerneaux 6ecciones sobre ateismo contemporáneo, Vredos, Madrid, HIWH, p. H(.
E!"logo El marxismo @triutario de Qegel, su !Czquierda hegeliana"- se ha presentado con las atriuciones de un mesianismo pro%0tico. Bste ha sido uno de sus grandes errores $ causa de su disolución como ideolog'a omnicomprensiva. Qegel cre$ó que su sistema losóco era tan per%ecto que con 0l ha'a llegado el n de la Qistoria. 3u prestigio era inmenso* %ue un genio de la 0poca romántica. !? veces se reun'an trescientas personas venidas de toda ?lemania para escuchar sus improvisadas respuestas. 3us disc'pulos le preguntaan7 !Maestro, $ despu0s de usted, qu0N". !5espu0s de m' @sentenció el maestro- 8la locura9". En Qegel la modernidad llegó a su cumre, pero a la vez comenzó su crisis. El hegelismo como tal, pronto se disolvió. 3ucede que la historia no está escrita, nunca estará realmente escrita, cerrada, porque existe un %actor de novedad imprevisile7 la liertad, con el que no puede contar ning+n determinismo, sea idealista de la 5erecha, sea de la Czquierda &materialista( hegeliana, como Karl Marx. )a vida sigue $ la verdad como la liertad no se de#an apresar por sistema alguno, por ninguna ideolog'a. )a liertad $ la verdad @estrechamente solidarias- no son una producción del homre sino el gran don del 2reador $ -más tarde o más temprano-, la mente humana se da cuenta de que todo lo valioso que posee o puede poseer tiene su origen en un don que no puede haerse dado a s' mismo. Por lo mismo se ha dicho que el homre no es que !tenga" religión, sino que !es" religión. 6 siendo as', sucede como cuando se aplasta con el pie una cámara de aire o se aprieta un gloo con la mano7 la cuierta puede ceder en un punto más o menos grueso, pero la cámara se ensancha por otro lado. 3e puede aplastar la religión en la :nión 3ovi0tica. Parece que se ha terminado, no se o$e su clamor. 3e cae el muro $ el sentido religioso resurge de %orma insospechada. Europa se descristianiza &aunque vive a expensas de los valores cristianos(, $ a la vez pa'ses de X%rica, de ?m0rica, de ?s'a, de ;cean'a, maniestan una vitalidad religiosa inesperada. :n Papa achacoso, cu$a voz apenas es audile con un gran mega%on'a, cu$o pulso tiemla de ParYinson $ con la cadera machacada, es el l'der mundial con ma$or capacidad de convocatoria entre la gente #oven...