U.D. 3. Habilidades sociales. 3.1. ¿Qué son las habilidades sociales? De acuerdo con V. E. Caballo, entendemos las habilidades sociales como un “conjunto “ conjunto de conductas emitidas por un individuo, en un contexto interpersonal, que expresa los sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos de ese individuo de un modo adecuado a la situación, respetando esas conductas en los demás y que, generalmente, resuelve los problemas inmediatos de la situación mientras minimiza la probabilidad de futuros problemas.” problemas.” Los diferentes elementos que configuran las habilidades sociales son:
Un contexto interpersonal. Las habilidades sociales se desarrollan en situaciones en que hay varias personas, éntrelas cuales debe haber interacción.
expresan de manera adecuada sus sentimientos, actitudes, deseos, opiniones o derechos, lo que comporta Las personas socialmente habilidosas respetar los de los demás.
Resuelve o minimiza los problemas. Hace referencia a los objetivos de la conducta habilidosa (hacer amistades, integrarse en un grupo, participar en clase, obtener empleo…).
En resumen, podemos decir que las habilidades sociales son el conjunto de hábitos de que disponemos para relacionarnos con los demás.
3.2. Componentes de las habilidades sociales. Las habilidades sociales son un conjunto de cualidades que facilitan la interacción social. Podemos diferenciar entre entr e cuatro tipos componentes: conductuales, emocionales, cognitivos y de la personalidad.
3.2.1. Componentes conductua c onductuales. les. La conducta es la manera particular que tiene una persona de comportarse, actuar o dar una respuesta en una situación determinada. determinada. La conducta es producto de la interacción de unos factores internos (como la personalidad, la inteligencia o las creencias) y unos factores externos o ambientales. En relación con las habilidades sociales podemos diferenciar entre conductas asertivas y no asertivas. asertivas. También incluiremos como componentes conductuales el proceso comunicativo y ciertas reacciones fisiológicas.
Asertividad. Uno de los componentes fundamentales de las habilidades sociales es la asertividad o tener una conducta asertiva. R. E. Albert y M. L. Emmons, la definen como: “ la conducta que permite a una persona actuar con base a sus intereses más importantes,
defenderse sin ansiedad, expresar cómodamente sentimientos honestos o ejercer los derechos personales, sin negar los derechos de los otros.” Así, una persona asertiva es aquella que está segura de sí misma y se comporta y expresa como tal, siempre respetando a los demás. Existen formas de relacionarse o conductas, contrarias a la asertividad, que obstaculizan la correcta comunicación con los demás tanto a nivel personal como profesional. Las más representativas son la conducta pasiva y conducta agresiva. ▪
▪
La conducta pasiva supone la trasgresión de los propios derechos al no ser capaz de expresar abiertamente sentimientos, pensamientos y opiniones o el expresarlos de una manera auto derrotista, con disculpas o con falta de confianza. La conducta agresiva va de la mano con el atropello y la violación de los derechos personales y expresa pensamientos y opiniones de manera inapropiada o imponiéndose. Aunque la agresividad no equivale a violencia, puede llegar a convertirse en ella. La agresión verbal puede manifestarse de manera directa (insultos, amenazas…) o indirecta (sarcasmo, ironía…).
Existen creencias falsas sobre las conductas agresivas:
No es cierto que para reducir su agresividad las personas deban manifestarla externamente.
No es cierto que el comportamiento agresivo ayude a conseguir lo que se desea, más bien todo lo contrario.
No es cierto que los acontecimientos sean la causa del comportamiento agresivo. Son las interpretaciones y los pensamientos distorsionados lo que lo producen.
La comunicación. Podríamos definir la comunicación como la transmisión de una determinada información. Pero el concepto de comunicación es mucho más complejo. Una definición más rica de la palabra comunicar podría ser, el poner en común o compartir con los demás. Para que exista cualquier tipo de comunicación han de existir al menos los elementos siguientes: un emisor que transmite la información, un receptor que la recibe, un mensaje o contenido, un código o lenguaje y un canal por donde transcurre. Toda comunicación de desarrolla en un contexto determinado. (Esquema de Jakobson) Para que la comunicación se complete es necesario que este mensaje no deje indiferente a la persona receptora, sino que la predisponga a una respuesta. Al propiciar esta respuesta estaremos hablando de uno de lo procesos esenciales de la comunicación: el feedback o retroalimentación, es decir, la comunicación en dos direcciones.
Esquema de Jak obson. CANAL RECEPTOR
EMISOR
MENSAJE Ideas Percepciones Experiencias
Codificación
Descodificación
Interpretación
Representaciones simbólicas de:
…
Hechos Ideas Cosas Sentimientos Conocimientos …
Retroalimentación
Comunicación verbal y no verbal. La comunicación se compone de dos tipos de mensaje o dos partes en que se puede dividir el proceso comunicativo: ▫
▫
El mensaje emitido a través de las palabras, es decir, lenguaje verbal. La ejecución de acciones, conscientes o inconscientes, a través de lo que se conoce como lenguaje no verbal.
El mensaje completo o final estará compuesto, de manera sincrónica e inextricable, por ambos tipos de lenguaje.
Los componentes fisiológicos. En algunas situaciones sociales las personas activamos, de manera inconsciente y difícilmente controlable, unas reacciones fisiológicas que denotan la falta de habilidades sociales. La aparición de sonrojo, temblores, sudoración, aceleración de la frecuencia cardiaca o respiratoria, angustia en el estómago, etc… Estas reacciones se consideran también componentes conductuales de las habilidades sociales.
3.2.2. Componentes emocionales. La emoción se puede definir como un impulso involuntario, originado como respuesta a los estímulos del ambiente, que induce sentimientos y que desencadena conductas de reacción automática. El estado emocional varía en función de los acontecimientos o pensamientos. La mayoría de teorías coinciden en que existen seis emociones básicas o primarias: cólera, ira, alegría, tristeza, miedo, aversión y sorpresa. Emoción
Causas
Función
Mantener las distancias indicándoles los límites.
con
los
demás
Cólera / Ira
Frustración, injusticia, agresión…
Miedo
Peligro o situación desconocida.
Alegría
Logro de algún objetivo.
Estimulación / Motivación.
Tristeza
Desánimo, melancolía, etc.
Adaptación, desactiva al organismo en situaciones difíciles para posterior recuperación.
Aversión Sorpresa
Reacción fisiológica
Protección, huida o ataque. Evitación o enfrentamiento.
Rechazo
Genera respuestas de evitación ante situaciones desagradables o perjudiciales.
Reacción ante algo nuevo.
Focaliza la atención y exploración.
Estímulos y manifestación de las emociones. Los estímulos que provocan las emociones pueden ser externos e internos. ▪
▪
Estímulos externos. Provienen del ambiente o del mundo exterior. Estímulos internos. Se producen en el plano cognitivo.
Los procesos cognitivos determinan las emociones en función de lo que cada estímulo signifique o se crea que significa para cada persona. Estas diferencias se deben a que, gracias a las emociones, el organismo sabe consciente o inconscientemente si una situación es más o menos favorable para su supervivencia. Las emociones no se pueden controlar, ya que surgen sin más, ante la presencia de los estímulos. Lo que sí puede controlar es la manife stación externa de estas emociones. En cada cultura se promueve o castiga la manifestación de ciertas emociones (por ejemplo: llorar es cosa de niñas). Aunque si bien en algunas ocasiones la manifestación de las emociones es normal, inevitable y beneficiosas, en otras es conveniente controlarlas para mostrar un comportamiento más adaptativo y adecuado a las circunstancias. La educación, los conocimientos y la inteligencia emocional nos ayudarán a delimitar nuestras acciones y regular nuestra conducta.
La inteligencia emocional. Este término fue acuñado por los psicólogos norteamericanos Peter Salovey y John Mayer, en 1990. La inteligencia emocional, se define como la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar bien las emociones, en nosotros mismos y en nuestras relaciones. Esta habilidad está relacionada con la capacidad de percibir las emociones, entender y asimilar los sentimientos a través de la información que estas emociones producen en nosotros y poder manejarlas y utilizarlas.
Inteligencia emocional
Apreciación y expresión de la emoción
En uno mismo
Regulación de la emoción
En los demás
En uno mismo
En los demás
Utilización de la emoción
Plan flexible
Pensamiento creativo
Atención remitida
Motivación
Verbal
No verbal
Verbal
No verbal
3.2.3. Componentes cognitivos. Los componentes cognitivos son aquellos relacionados con los procesos mentales de las personas y a la forma en que intervienen en el desarrollo de las habilidades sociales. Las capacidades cognitivas son necesarias para aprender habilidades sociales, como se recoge en la teoría del aprendizaje social de Walter Mishel. El proceso por el que ciertos pensamientos o creencias erróneas pueden entorpecer que aquéllas se desarrollen adecuadamente se recoge en el modelo cognitivo de Ellis y Beck.
La teoría del aprendizaje social de Walter Mishel. La teoría que mejor explica la influencia de los aspectos cognitivos en el aprendizaje de las habilidades sociales es la teoría del aprendizaje social de Walter Mishel. Según esta teoría existen 5 variables o componentes: competencias, estrategias de codificación, expectativas, valoración subjetiva de la situación y mecanismos autorreguladores y planes.
Competencia. Supone la capacidad para construir o generar estrategias cognitivas y
Potencialidad de conducta
conductuales de naturaleza social. Incluye el conocimiento de las habilidades sociales adecuadas, saber qué y cómo se debe hacer en cada momento y reconocer las señales de nuestros interlocutores sociales. Estrategias de codificación y categorización. Se refieren básicamente a la forma en
que la persona percibe, piensa e interpreta el mundo que le rodea. Para ello se requiere una adecuada percepción social. Expectativas. Se refieren a lo que la persona prevé sobre las posibles consecuencias
de su conducta, es decir, de los resultados que puede lograr en cada situación. Ejecución de la conducta
Valoración subjetiva de la situación. Se refiere al valor que la persona da a las
consecuencias de su conducta y a la estimulación. Mecanismos autorreguladores y planes. Consisten en la elaboración, por parte del
individuo, de una serie de reglas que guían su conducta cuando no existen presiones externas significativas.
El modelo cognitivo de Ellis y Beck. A. Ellis y A. Beck desarrollaron el modelo cognitivo que postula que las emociones y conductas de las personas están influidas por su percepción de los eventos y, por lo tanto, no es una situación en y por sí misma la que determina lo que una persona siente, sino más bien la forma en que interpreta la situación. El problema surge cuando el pensamiento distorsiona la interpretación de estos acontecimientos dando lugar a pensamientos irracionales que pueden llegar a ser obsesivos. Podemos definir las distorsiones cognitivas o pensamientos irracionales como aquellos esquemas equivocados en la interpretación de los hechos, que dan lugar a una visión simplista o negativa, que influye en el comportamiento de la persona. Existe una gran variedad de distorsiones cognitivas:
Inferencia arbitraria. Sacar conclusiones de una situación que no están respaldadas por la experiencia.
Abstracción selectiva. Seleccionar sólo los detalles negativos de una situación e ignorar el resto.
Interpretación del pensamiento. La tendencia a interpretar sin base alguna los sentimientos e intenciones de los demás.
Sobregeneralización. Consiste en extraer conclusiones generales a partir de un hecho aislado que no tiene relación directa con aquéllas.
Personalización. Atribuirse la culpa, sin evidencia, de ciertos acontecimientos.
Pensamiento del todo o nada. Considerar como fracaso cualquier logro que no responda a las expectativas máximas previstas.
Descalificación de lo positivo. Quitar importancia a los aspectos positivos y buscar la lectura negativa.
Estas distorsiones llevan a la persona a una percepción inadecuada de ella misma, de los demás y del entorno.
3.2.4. La personalidad. W. Allport define la personalidad como la organización dinámica de los sistemas psicofísicos que determina una forma de pensar y de actuar, única en cada persona en su proceso de adaptación al medio. Se considera que la personalidad es producto de la herencia y del medio ambiente. Se puede decir que la personalidad es algo único e irrepetible que depende de factores bio-psico-sociales.
Autoconcepto y autoestima. Un aspecto determinante de la personalidad de una persona es la percepción que tiene de sí misma, su autoconcepto . La valoración de este autoconcepto es lo que llamamos autoestima, y ésta va a ser muy importante en el desarrollo y el futuro de cualquier persona. Es importante disponer de una buena percepción de uno mismo y que además mantenga un equilibrio entre aquello que se cree que es y lo que se quiere ser. También es importante mantener un equilibrio entre el autoconcepto y la realidad. Cuando una persona se minusvalora de manera excesiva decimos que tiene un bajo nivel de autoestima. Debemos tener en cuenta que una autoestima adecuada contribuirá al desarrollo adecuado de las habilidades personales y sociales y aumentará el nivel de seguridad personal. Una autoestima baja predispondrá negativamente a la relación interpersonal y será un obstáculo muy importante para el desarrollo de la competencia social.
La teoría de los rasgos de personalidad. Una de las teorías más utilizadas en la determinación de la personalidad es la teoría de los rasgos de personalidad. Se centra en la medición de la personalidad de los individuos a partir de los rasgos que muestras. Los rasgos son unos elementos o características perceptibles y constantes en una persona que la hacen diferente de otras. Estos rasgos se combinan de manera diferente en cada persona dando lugar a diferentes tipos o modelos de personalidad. Por esta razón, generalmente se presentan como factores opuestos como pueden ser:
Extraversión – Introversión Emotividad – Falta de emotividad Autosuficiencia – Dependencia Actividad – Inactividad Egocentrismo – Alocentrismo Dominio – Sumisión Impulsividad – Serenidad El nivel que integre cada uno de estos rasgos hará la personalidad única e irrepetible. Uno de los principales artífices de la teoría de rasgos, R. Catell, elaboró uno de los cuestionarios de personalidad más utilizados en la selección de profesionales y directivos, el 16PF. Su nombre deriva de la medición que realiza sobre los 16 factores opuestos o rasgos de la personalidad siguientes: Dimensiones de Rasgos Factor
A B C E F G H I L M M O Q1 Q2 Q3 Q4
Descripción (grado alto)
Comunicativo, afectuoso Inteligente, pensamiento abstracto Emocionalmente estable, realista Necio, agresivo, terco Descuidado, impulsivo, vivaz Concienzudo, perseverante Atrevido, socialmente audaz Flexible Suspicaz, engreído Imaginativo Astuto, calculador Aprensivo, se censura a sí mismo Experimentador, liberal Autosuficiente Controlado, socialmente preciso Tenso, frustrado
Descripción (grado bajo)
Reservado, desprendido, crítico Poco inteligente, pensativo, concreto Se transforma fácilmente, sentimental Humilde, suave, adaptable Sombrío, prudente, serio Expeditivo, no le importan las reglas Vergonzoso, retraído, tímido Inflexible, confiado en sí mismo Confiado, aceptable Práctico, cuidadoso Franco, natural Seguro de sí, confiable Conservador Dependiente del grupo Indisciplinado, autoconflictivo Suave, tranquilo
Mecanismos de adaptación. Tienen como finalidad la búsqueda de estrategias adaptativas ante los acontecimientos estresantes. Algunos de los más habituales son los siguientes: ▪
▪
Afiliación. La persona busca ayuda y apoyo en los demás. Altruismo. Consiste en enfrentarse a conflictos emocionales dedicándose a satisfacer las necesidades de los demás.
▪
Anticipación. Prever las consecuencias de ciertas amenazas y anticipar soluciones alternativas.
▪
Sublimación. La persona canaliza sentimientos o impulsos potencialmente desadaptativos hacia comportamientos socialmente aceptables.
▪
Sentido del humor. Se basa en afrontar la situación haciendo hincapié en los aspectos divertidos e irónicos de las situaciones estresantes.
▪
Supresión. Consiste en evitar intencionadamente pensar en los problemas o sentimientos que producen malestar.
Mecanismos de evitación o negación. Las situaciones estresantes se afrontan desde la inhibición de la situación, es decir, evitándolas para que no causen malestar. ▪
Negación. Negarse a reconocer la realidad o el problema, lo que supone rechazar aquellos aspectos desagradables o inaceptables.
▪
Proyección. La persona atribuye incorrectamente a la los demás sentimientos o pensamientos propios que le resultan inaceptables.
▪
Racionalización. Consiste en buscar explicaciones tranquilizadoras pero encubiertas para encubrir la realidad.
▪
Desatención relativa. Se basa en borrar de la experiencia aquellos elementos que pueden resultar inquietantes si se llegara a tomar conciencia de ellos.
Mecanismos de distorsión de la realidad. Consisten en distorsionar la realidad para adecuarla a una situación tolerable. Algunos de estos mecanismos son: ▪
Idealización. Consiste en atribuir cualidades exageradamente positivas a los demás.
▪
▪
Devaluación. Se atribuyen cualidades exageradamente negativas a los demás. Omnipotencia. La persona actúa ante el conflicto como si fuera superior a los demás.
▪
Fantasía. La persona se enfrenta a la situación estresante mediante la creación de fantasías que sustituyen la resolución del problema.
3.3. Déficit en habilidades sociales. Las personas con déficit en habilidades sociales mostrarán cierto temor en sus relaciones sociales y vivirán con gran estrés aquellas situaciones que supongan el contacto con personas nuevas o la incorporación a nuevos grupos. Esta dificultad no termina en el mero proceso comunicativo, sino que va más allá y repercute en la vida de la persona en todas sus facetas. Muchas situaciones de aislamiento, timidez, baja autoestima, ansiedad, depresión e incluso de conductas delictivas pueden tener su origen en una falta de habilidades sociales.
3.3.1. Causas del déficit en habilidades sociales.
Hay unos factores innatos y otros que son consecuencia del proceso educativo y de socialización. El código genético determina algunas capacidades que facilitarán o dificultarán la adquisición de habilidades sociales. Por otra parte, la adquisición en mayor o menor grado de algunas de estas características vendrá modelada por el propio proceso de socialización.
La falta de aprendizajes o la incapacidad de ponerlos en práctica. Desde otra perspectiva, para sintetizar los mecanismos que contribuyen la falta de habilidades sociales nos centraremos con dos aspectos: la falta de aprendizajes y la dificultad de ponerlo de práctica.
La falta de aprendizajes. Las habilidades sociales se van aprendiendo mediante procesos de imitación y refuerzo, a través de los modelos de comportamiento de las figuras de referencia. Cuando se crece en un ambiente pobre en este tipo de estímulos, con ausencia de modelos válidos y falta de refuerzos, su repertorio de conductas y habilidades será muy limitado. La dificultad de ponerlos en práctica. En otras situaciones la persona sabe cuál es la conducta apropiada y dispone en su repertorio de determinadas habilidades, sin embargo, no las pone en práctica porque algunos factores conductuales condicionan su ejecución.
3.3.2. Manifestaciones del déficit en habilidades sociales. Las dificultades para interrelacionarse de manera adecuada se ponen de manifiesto a través de unas conductas que evidencian esta dificultad. Las más habituales son: ▪
Timidez. Sensación que predispone a sentir inseguridad o vergüenza ante situaciones sociales. Conlleva un exagerado nerviosismo y una preocupación desmesurada a la evaluación social. Algunos de los temores subyacentes de la timidez son: ▫
Temor a dar una respuesta inapropiada.
▫
Temor a ser criticados.
▫
Temor al rechazo.
▫
Temor a revelar sentimientos o convicciones íntimas.
La timidez está relacionada con la baja autoestíma y es una de las principales causas de ansiedad social y aislamiento. ▪
Bloqueo. Es una especie de manifestación de la timidez o del estrés en la comunicación, caracterizada por la imposibilidad de hablar o expresarse en una situación que vive como estresante. El bloqueo también se puede presentar en el lenguaje escrito.
▪
Sobreadaptación. Es un recurso de las personas con conductas pasivas y baja autoestima que consiste en actuar atendiendo a los deseos de las otras personas y no a los propios. Supone una renuncia a la actuación y pensamiento propios y diferentes.
▪
Agresividad. Supone actuar de manera autoritaria, sin tener en cuenta las necesidades de los demás, para dejar clara la posición de superioridad o poder. Los insultos, portazos o el tono de voz ilustran la incapacidad de estas personas para defender sus ideas desde un plano de igualdad.
▪
Ansiedad social. Consiste en el miedo o temor que surge en una persona en situaciones de interacción. La ansiedad es uno de los factores más importantes en la falta de competencia social. Puede mostrar un amplio abanico de comportamientos, desde una interrelación más o menos correcta en afrontamiento de situaciones, hasta la emisión de respuestas inoperantes o nulas. En el segundo caso se puede convertir en un trastorno altamente perturbador. La ansiedad se refleja en la activación de unos componentes fisiológicos característicos muy difíciles de controlar: tartamudeo, sonrojo, sudoración, movimientos estereotipados, incremento del pulso, dolor de estómago, etc.
▪
Fobia social. Se considera como tal cuando el nivel de ansiedad es tan elevado que pasa a interferir seriamente en la vida cotidiana de la persona. Las personas con fobia social tienden a evitar las relaciones sociales. Sus características son similares a las de la ansiedad pero mucho más acusadas: nerviosismo al hablar, agudización de los componentes fisiológicos (sonrojo, sudoración…), miedo a hacer el ridículo, a ser objeto de atención, etc.
▪
Aislamiento. La dificultad para relacionarse y la ansiedad generan que la persona se inhiba de las relaciones sociales y las evite activamente. Esta evitación repercute en una disminución de experiencias que podrían ser altamente gratificantes, desde el punto de vista social, y activa la realimentación del ciclo de aislamiento:
Evitación
Falta de experiencias sociales
Aislamiento
Evitación
3.4. Evaluación de la competencia social. Las técnicas empleadas para evaluar la competencia social son las mismas que en cualquier otro proceso evaluativo en investigación social, es decir, la entrevista, la observación en sus diferentes modalidades y los test o cuestionarios para evaluar componentes o aspectos específicos.
3.4.1. La entrevista. La entrevista sirve para recoger información de primera mano sobre las relaciones interpersonales de la propia persona y para obtener indicadores sobre su forma de interactuar. Proporciona información relativa a:
Historia de sus relaciones interpersonales.
Situaciones de interacción social que más problemas le causen.
Valoración de su propio comportamiento social.
Motivación que tiene para mejorar su nivel de habilidades sociales.
Expectativas sobre el entrenamiento y los objetivos que le gustaría alcanzar.
3.4.2. La observación. Mediante la observación se podrá examinar y registrar el comportamiento y las habilidades sociales de las personas observadas.
Modalidades de observación . La observación incorpora un amplio abanico de procedimientos y modalidades. Para evaluar la competencia social deberemos tener en cuenta dos aspectos:
a) Observación en entornos naturales o simulados. Los datos deberán ser tomados, en la medida de lo posible, en situaciones naturales, pues concurren la espontaneidad y las variables ambientales. Sin embargo, esta práctica conlleva inconvenientes muy importantes como la dificultad para fijar comportamientos clave. Por eso, la observación en entornos simulados es un procedimiento especialmente útil.
b) Observación por parte de los demás o autoobservación. En el ámbito de las habilidades sociales, muchas de las informaciones necesarias para proceder a la valoración forman parte del universo más íntimo de la persona y, por lo tanto, debe ser ésta la que, a través de registros específicos, la proporcione. Es el propio sujeto quien autorregistra sus emociones, pensamientos y sentimientos. La autoobservación en habilidades sociales implica dos procesos separados: 1. Discriminar la presencia o ausencia de la conducta objetivo. La respuesta puede ser fisiológica, cognitiva o motora. 2. Registras la emisión de la conducta en hojas de registro, cuestiones o escalas creadas para esta finalidad. Ej empl o de hoj a de registr o de autoobservaci ón. La elaboró A. Ellis para el autoregistro de los pensamientos distorsionados. Mediante esta hoja, las personas usuarias detectan el momento en que se ven afectadas por creencias irracionales.
Situación
Fecha y hora
(Situación o acontecimiento que ha motivado la emoción desagradable)
Emoción desagradable
(Como culpabilidad, ansiedad, tristeza, rabia, rencor, vergüenza o confusión)
Pensamientos automáticos
Grado de creencia
(que preceden a la emoción desagradable)
(de los pensamientos automáticos [0-100])
Respuesta racional
(que se da a los pensamientos automáticos anteriores)
Reevaluación del grado de creencia
Elaboración de hojas de registro. Se utilizarán registros más estructurados si lo que se quiere medir es la presencia, la influencia o la intensidad del pensamiento, emoción o conducta. Si lo que se quiere registrar es más cualitativo (descripción de un sentimiento o emoción) deberá ser más abierto. En muchos casos se trabaja con registros mixtos que incorporan informaciones de ambos tipos. Teniendo en cuenta estas consideraciones, para elaborar una hoja de registro debemos: 1. Definir la conducta u otros aspectos que queremos observar. 2. Determinar la variable de estos aspectos que queremos medir: presencia,
frecuencia, intensidad, valoración subjetiva… 3. Elegir los instrumentos y establecer los parámetros de medida. 4. Elaborar la hoja de registro en base a lo anterior. 5. Decidir el entorno en el que se realizará la observación.
3.4.3. Test o cuestionarios. Los cuestionarios o test son escalas estandarizadas que han sido probadas en una población con distribución normal para la característica que se va a estudiar. Existen diferentes escalas. I nventari o de aserti vidad de Gambri ll y Richey (AI ) Es un cuestionario formado por 40 ítems con dos puntuaciones.
La primera nos indicará el nivel de malestar de una persona ante las situaciones indicadas. Los criterios para su valoración son: 1, nada; 2, un poco; 3, regular; 4, mucho; 5, demasiado. La segunda nos indicará la probabilidad de responder de manera asertiva en cada una de estas situaciones. Los criterios son: 1, siempre lo haría; 2, generalmente lo haría; 3, lo haría la mitad de las veces; 4, rara vez lo haría; 5, nunca lo haría.
Se pedirá a la persona que lea una vez el cuestionario y responda en primer lugar la columna izquierda (grado de incomodidad) y que, después, vuelva a leerlo para contestar la columna de la derecha. Es conveniente tapar con un papel las puntuaciones de la columna izquierda. La puntuación de este cuestionario proporcionará el nivel de asertividad de la persona. A grandes rasgos se podrán diferenciar cuatro tipologías que representamos en el diagrama siguiente:
Alta probabilidad de respuesta
Personas asertivas Bajo grado de malestar
Personas despreocupadas
Personas ejecutoras Personas no asertivas
Alto grado de malestar
Baja probabilidad de respuesta
I nventari o de asertividad de Rathus (RAS) Es un cuestionario de 30 ítems que la persona tiene que valorar con base al criterio de hasta qué punto la describen o caracterizan. Las puntuaciones van de -3 a +3, según los criterios siguientes: ▫
+3 Muy característico de mí, extremadamente descriptivo.
▫
+2 Bastante característico de mí, bastante descriptivo.
▫
+1 Algo característico de mí, ligeramente descriptivo.
▫
-1 Algo no característico de mí, ligeramente no descriptivo.
▫
-2 Bastante poco característico de mí, no descriptivo.
▫
-3 Muy poco característico de mí, extremadamente no descriptivo.
Se obtendrá una puntuación en un rango entre: ▫
-90 (mínima asertividad).
▫
+90 (máxima asertividad).
Escala M ul tidimension al de Expresión Social ( EM ES) de V. Caball o. Está formada por dos cuestionarios, uno que valora los componentes cognitivos y otro los conductuales, y pueden administrarse de manera separada. En ambos aparecen un listado de situaciones que la persona usuaria deberá contestar en una escala de 0 a 4 según los siguientes criterios: 0, nunca o muy raramente; 1 raramente; 2, de vez en cuando; 3, habitualmente o a menudo; 4, siempre o muy a menudo. ▪
La EMES-C. Valora los componentes cognitivos en un cuestionario de 44 ítems. Proporciona información acerca de los temores y la ansiedad. Cuánto más altas las puntuaciones obtenidas mayor será la incidencia de pensamientos negativos.
▪
La EMES-M. En este caso se valoran los aspectos conductuales. El cuestionario cuneta con 64 ítems y cuanto más bajas sean las puntuaciones menor será el nivel de habilidades sociales.
I nventar io de Situacion es y Respuestas de An siedad (I SRA) de J. M . Tobal y A. Cano. Consta de 224 ítems y evalúa los componentes cognitivos, fisiológicos y conductuales de la ansiedad por separado. Se han diseñado, a partir de él, la Escala Reducida de Ansiedad, para que su aplicación sea más sencilla, especialmente en aquellos casos en que el nivel cultural de la persona o el tiempo que supone su aplicación puedan dificultar su cumplimentación. Se presentas unos síntomas cuya frecuencia de aparición deberá evaluar la persona en función de los criterios: 0, casi nunca; 1, pocas veces; 2, unas veces sí y otras veces no; 3 muchas veces; 4 casi siempre.
La Escala de Habilidades Sociales de E. Gismero. Es un instrumento muy fácil y breve de administrar. Está formada por 33 ítems con los que se miden las habilidades sociales y permiten identificar con precisión los déficits en las diferentes áreas. La evaluación se realiza a partir de 6 factores: Factor 1. Autoexpresión en situaciones sociales. expresarse sin ansiedad y de manera espontánea.
La propia capacidad de
Factor 2. Defensa de los propios derechos como consumidor. Valora la expresión de conductas asertivas y defensa de los propios valores frente a personas desconocidas en situaciones de consumo. Factor 3. Expresión de enfado o disconformidad. Muestra la facilidad o dificultad para expresar discrepancias o desacuerdos. Factor 4. Decir no y cortar interacciones. La habilidad para negarse a continuar una interacción o una relación o, simplemente, saber decir no. Factor 5. Hacer peticiones. Muestra la facilidad o dificultad que se tiene para pedir a otras personas algo que se desea. F actor 6. Iniciar interacciones positivas con el sexo opuesto. Mide la habilidad para iniciar interacciones de manera espontanea con personas del sexo opuesto. La obtención de una mayor puntuación indica que la persona tiene más habilidades sociales y más capacidad de aserción en distintos contextos.
3.4.4. La ventana de Johari. Se puede considerar como un modelo o herramienta útil para explicar y representar la dinámica de las comunicaciones.
La ventana de Johari consiste en una matriz que muestra de manera gráfica los procesos de comunicación e interacción de un grupo. Par lo cual establece dos dimensiones (el yo y el grupo) cada una con dos variables: lo conocido y lo desconocido, que combinadas ofrecen 8 áreas fácilmente representadas en un diagrama. ×
Área abierta. Incluye todo aquello que conozco de mí mismo y que los demás también conocen (como las cosas que son evidentes: edad, sexo, raza…). También todo aquello que comunicamos.
×
Área oculta. Incluye todo aquello que yo conozco de mí pero los demás ignoran.
×
Área ciega. Incluye todo aquello que yo ignoro en mí mismo pero que los demás sí ven o conocen.
×
Área desconocida. Incluye todo aquello que ignoro y también ignoran los demás. En esta zona estará el mundo del inconsciente psicoanalítico.
Esta ventana es algo dinámico, cambia permanentemente a través de las relaciones interpersonales y la vida en grupo. El área abierta aumenta de tamaño a medida que aumenta la confianza y la interrelación entre los participantes, siendo uno de los cambios más significativos y buscados en las dinámicas grupales. Por otra parte cuanto más pequeño sea el primer cuadrante más pobre será la comunicación y la interrelación. Yo Conozco
Desconozco
El grupo
Conoce de mí
Área abierta
Área ciega
(los demás)
Desconocen de mí
Área oculta
Área desconocida
Referencias bibliográficas: CABALLERO, V. E. (1987) Teoría, evaluación y entretenimiento de las habilidades sociales. Valencia, Promolibro. ALBERT, R. E.; EMOONS, M. L. (1978) Your perfect right: a guide to assertive behavior. San Luis Obispo (California), Impact. SMITH, M. J. (1988) Sí, puedo decir no. Enseñe a sus hijos a ser asertivos. Barcelona, Grijalbo. GISMERO, E. 2000 Escala de habilidades sociales. Madrid, TEA Ediciones.