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ESCUELA DE FORMACIÓN MINISTERIAL “EL MAESTRO”
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ÍNDICE CAPITULO I CONCEPTOS GENERALES DE ALABANZA ……………………………. …………………………….
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1. Definición……………………………………………………………………………………….. Definición……………………………………………………………………………………….. 2. Objeto y Bases de la Alabanza Al abanza…………………………………………………………… …………………………………………………………… 3 ¿Por qué debemos alabar a Dios?.................................................. Dios?............................................................ .......... 4. ¿Cómo ¿Cómo lo alabamos a Dios ?.................................................. ?.................................................................. ................ 5. ¿Quién deberá alabar al señor? ………………………………………………………..
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CAPITULO II CONCEPTOS GENERALES DE LA ADORACION…………………… ADORACION…………………… 10 1. Definición……………………………………………………………………………………… Definición……………………………………………………………………………………… 2. Objeto y Bases de la Adoración……………………………………………………….. Adoración ……………………………………………………….. 3. Razones por las cuales los creyentes debemos adorar………………………… adorar………………………… 4. Las Maneras de la Adoración…………………………………………………………… Adoración …………………………………………………………… 5. El Deber de Adorar………………………………………………………………………… Adorar …………………………………………………………………………
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CAPITULO III EL ESTADO DE ÁNIMO EN LA ALABANZA Y ADORACIÓN… ADORACIÓN… 14 1. El Estado de Ánimo en en la Alabanza Alabanza………………………….………………………. ………………………….………………………. 14 2. Los Estados de Ánimo en la Adoración……………………………………………… Adoración……………………………………………… 15 CAPITULO IV LA MÚSICA DE LA ALABANZA Y LA ADORACIÓN………….…… ADORACIÓN………….…… 19 1. Relación entre talento y unción para la música mús ica…………………………………… …………………………………… 19 2. Relación entre la música y las palabras……………………………………………… palabras……………………………………………… 20 CAPITULO V REQUERIMIENTOS DE LOS LÍDERES DE ALABANZA Y ADORACIÓN……………….…………………………………………………………………………… ADORACIÓN……………….…………………………………………………………………………… 21 1. El llamado de Dios………………………………………………………………………….. Dios ………………………………………………………………………….. 21 2. Los dones de Dios …………………………………………………………………………… 23 3. El entrenamiento de Dios………………………………………….……………………… 25 CAPITULO VI ORIENTACIONES PARA LA PRÁCTICA DE LA ADORACIÓN CONTEMPORÁNEA …………………………………………………………………………………. 26 CAPITULO VII EL CULTO CRISTIANO………………………………………………………. CRISTIANO………………………………………………………. 29 1. Definición……………………………………………………………………………………….. Definición……………………………………………………………………………………….. 2. Propósito del culto…………………………………………………………………………… culto …………………………………………………………………………… 2. Elementos fundamentales del culto cristiano….………………………………… cristiano….………………………………… 3. El ambiente ambiente del del culto………………………………………………………………………. culto………………………………………………………………………. 4. Tipos Tipos de cultos especiales………….……………………………………………………… especiales………….………………………………………………………
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CAPITULO I CONCEPTOS GENERALES DE ALABANZA 1. Definición. “La alabanza es una expresión de gratitud
sincera y acción de gracias a Dios por todo lo que Él ha hecho por nosotros. Es una expresión física y vocal de nuestro sincero aprecio por Dios debido a todas las maravillosas bendiciones que nos ha dado”.
También se puede decir que la alabanza es una expresión de aprecio, aprobación o admiración, de gratitud y devoción por las bendiciones recibidas. La alabanza a Dios es el reconocimiento de sus perfecciones, obras y beneficios. El licenciado Luis Gómez define también la adoración de la siguiente manera: La palabra alabanza es elogiar a Dios para que otras personas le conozcan. Tiene dos sentidos la alabanza: 1) Alabanza como palabras cantadas acompañadas de música. Es alabanza cuando se refiere a cantos, salmos, himnos, cánticos espirituales dedicados a Dios. 2) Alabanza como la actitud de respeto para alguien superior, a quien se brinda honor, servicio y se le promete alabanza cantada 1. En un sentido amplio, también se puede decir que la alabanza es la forma de expresión de los cristianos para darle la gloria y la honra al Señor. A través del cuerpo se alaba a Dios danzando, remolineando, gritando de júbilo, saltando, aplaudiendo, cantando, etc. 2. Objeto y Bases de la Alabanza2 Aunque todo lo que tenga valor eterno tiene que ver con Dios, la alabanza tiene por objeto el mérito de las obras de Dios. Alabamos a Dios por las obras gloriosas que Él ha hecho por el mundo, su pueblo, y finalmente por nosotros. 1 Luis
Gómez. La adoración de la iglesia en la Biblia. P.12
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Centro de Capacitación Ministerial. Alabanza y Adoración. P. 7 4
Cuando alabamos a Dios expresamos, verbalmente y en otras maneras (danzar, levantar las manos, palmear, etc.) nuestro reconocimiento por sus obras maravillosas. La palabra de Dios dice: “ Aleluya. Alabad a Dios en su santuario; alabadle en la magnificencia de su firmamento. Alabadle por sus proezas; alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza” (Salmo 150: 1,2). De igual
manera el salmista expresa en júbilo diciendo: “ Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, seremos como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenará de risa, y nuestra lengua de alabanza; entonces dirán entre las naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos. Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres” (Salmo 126:1-3).
3 ¿Por qué debemos alabar a Dios? 3.1. Lo primero y más importante es porque la Biblia ordena que debemos alabarlo. Alabad a Dios en su santuario; Alabadle en la magnificencia de su firmamento. Alabadle por sus proezas; Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. Alabadle a son de bocina; Alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo. Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya (Salmos 150: 1-6).
3.2. La segunda razón para alabar a Dios es porque hay poder en la alabanza. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron (Hechos 16:25,26).
3.3. La tercera razón para alabar a Dios es porque Él es digno de nuestra alabanza. Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado (Salmos 48:1). Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas
(Apocalipsis 4:11).
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Porque Él es un Dios eterno y nunca cambia, debemos adorarle todo el tiempo y para siempre. 3.4. Una cuarta razón para alabar a Dios es porque fuimos creados para adorarlo. El fin de cada hombre es glorificar a Dios y disfrutar de su presencia para siempre. “ Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1Pedro 2:9). Fuimos creados y escogidos por Dios,
con el propósito de declarar su poder y lo maravilloso que Él es. “ Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará” (Isaías 43:21).
3.5. Otra de las razones para alabar a Dios es porque Él ama nuestras alabanzas y le encanta estar rodeado de personas que le adoran. Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel (Salmos 22:3).
4. ¿Cómo lo alabamos a Dios a Dios? 4.1. Levantando nuestras manos. “Entonces Esdras bendijo al Señor, el gran Dios. Y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: « ¡Amén y amén!». Luego adoraron al Señor, inclinándose hasta tocar el suelo con la frente” (Nehemías 8:6) Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda (1Timoteo 2:8).
Levantar nuestras manos puede tener el significado de un niño que levanta sus manos buscando ayuda en los brazos protectores de su Padre, también nos ayuda a enfocarnos en la alabanza a Dios. Además levantar nuestras manos puede tener el significado de rendirnos a Dios y reconocer que estamos abriendo nuestro corazón y vida a la dirección del Espíritu Santo.
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4.2. Aplaudiendo. Aplaudan, pueblos todos; aclamen a Dios con gritos de alegría (Salmos 47:1). Es importante que cuando batimos nuestras manos lo hagamos con el
corazón, de otro modo será como címbalo que resuena, simplemente sonido. Debemos ser cuidadosos de que nuestra alabanza llegue más allá que solo un sonido. Que no es hacer una acción solamente sino que viene de un corazón de alabanza. 4.3. Tocando instrumentos musicales. Dios demanda que le alabemos con todo tipo de instrumentos (ver salmo 150 arriba) de igual manera que aplaudir, debemos tener cuidado en no depender demasiado de los instrumentos para alabar. Nuestras alabanzas deben subir a Dios desde nuestros corazones aún cuando no hay música. 4.4. Alabamos a Dios poniéndonos de pie. y los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán, y los de Jedutún, juntamente con sus hijos y sus hermanos, vestidos de lino fino, estaban con címbalos y salterios y arpas al oriente del altar; y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas (2Cronicas 5:12).
El ponerse de pie sirve para dos funciones. En primer lugar es una muestra de respeto a Dios. Cuando el presidente, o un juez de una corte entran en un cuarto la gente se pone de pie, en honor a su posición. ¿Entonces cuando nos reunimos a celebrar la presencia del REY de REYES porque nos quedamos sentados? En las adoraciones celestiales descritas en Apocalipsis, vemos escenas que todos estaban de pie frente al trono. Él se sienta y nosotros nos ponemos de pié. Estar de pie nos ayuda a estar alerta y a concentrarnos en el objetivo de nuestra alabanza para no dormirnos en estas sillas suavecitas. Al enemigo le encanta distraernos cuando estamos tratando de alabar a Dios.
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4.5. Cantando. Probablemente la manera más común de alabar a Dios es cantando. A menudo la Biblia nos dice, canta alabanzas a Dios para así alabar a Dios con nuestra voz. La alabanza que no se escucha o se ve, no es alabanza. La alabanza se puede ver, hablar o expresar con nuestro cuerpo. 4.6. La Biblia habla de la danza a Dios, una forma de alabanza. María la hermana de Moisés y Aarón danzaron después de cruzar el mar rojo (Éxodo 15:20) y David danzó en la presencia de Dios en varias ocasiones. 4.7. Gritar es también una forma de alabar a Dios. … aclamen a Dios con gritos de alegría (Salmos 47:1). Cantad alegres a Jehová, toda la tierra; Levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos (Salmos 98:4).
La palabra aleluya quiere decir gritar con fuerza. Cuando los Israelitas levantaban sus voces los enemigos temblaban de miedo. Ellos sabían que sus gritos representaban victorias. En el séptimo día que Dios dio la orden para que marchasen alrededor de Jericó, las paredes se derrumbaron con solo sus gritos. 4.8. Agacharse y posarse sobre las rodillas. Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor (Salmos 95:6).
A través de toda la Biblia y en Apocalipsis 4. Se puede ver que arrodillarse y postrarse con la cara hacia abajo ante Dios son maneras de adoración. Aunque esto le pareciera un poco raro cuando lo hacemos en la Iglesia, son maneras que a Dios le agrada que lo hagamos. Arrodillarse no es algo que hacemos para Dios como para ganar su favor o sacrificios por nuestros pecados, sino que demuestra una actitud de humillación y respeto, rendir mi voluntad y vida ante el Dios todopoderoso el cual es digno de mi alabanza. Si estamos cantando un canto que dice levantemos las manos ¿Porque no levantar nuestras manos? y si estamos cantando un canto que nos invita arrodillarnos, ¿Por qué no nos arrodillamos? 8
5. ¿Quién deberá alabar al señor? 3 a) Todos Los Hombres De Todas Las Partes Del Mundo (Sal 148:11-13) b) Toda Carne (Sal 145 :21) c) Todo Lo Que Respira (SaI 150:6) d) El Pueblo De Dios (Sal 79:13) e) Los Justos (Sal 140:13) f) Los Santos (Sal 145:10) g) Los Redimidos (Sal 107:1, 2) h) Los Que Temen A Dios (Sal 22:23) i) Aquellos Que Conocen Y Creen La Verdad (1 Ti 4:3) j) Los Siervos De Dios (Sal 113:1; 134:1; 135:1) k) Todos Sus Ángeles (Sal 148:2). l) Toda La Naturaleza (Sal 148:3-10).
3 Estudio bíblico para obreros cristianos. Alabanza y Adoración. Presentado por Grupo
Amor. P.1 9
CAPITULO II CONCEPTOS GENERALES DE LA ADORACION 1. Definición “La adoración es el acto de expresar reverencia y respeto a Dios”. Es rendir un culto sagrado, reverenciar con sumo honor a Dios. Es postrarse, inclinarse, reverenciar, servir y obedecer. La Adoración es expresar nuestra aclamación y admiración a Dios por su persona, carácter, atributo y perfección por lo que él es y por lo que él ha hecho por nosotros.
La Adoración es la respuesta personal y corporal a Dios, tanto por lo que Él hace como por lo que Él representa y es expresada por medio de las cosas que hacemos, decimos y de la manera en que vivimos. Adoración es un verbo que requiere acción. La adoración es algo que Ud. hace con todo su corazón y no algo que ve hacer a otros como un espectador. La adoración es nuestra respuesta a Dios de algo que Él comenzó y no de algo que se inicia en nosotros. El diccionario Nelson define la adoración de la siguiente manera: Culto o reverencia que se rinde a Dios por sus obras (Sal 92:1 –5) y por ser quien es (Sal 100:1–4). Se expresa mediante la Oración (Gn 12:8; Neh 9), Sacrificio (Gn 8:20), Ofrenda (Gn 4:3, 4; 1 S 1:3; Dt 26:10; 1 Cr 16:29); Alabanza (2 Cr 7:3; Sal 29:1, 2; 86:9; 138:1, 2), Canto (Sal 66:4), ritos (Éx 12:26, 27), meditación (Sal 63:5, 6), TEMOR (Sal 96:9), Ayuno (Neh 9:1–3; Lc 2:37), Fiesta y Acción de gracias (2 Cr 30:21, 22), y sobre todo inclinación (Sal 95:6; 1 Cr 29:20) y servicio (Dt 11:13; Jos 22:27) 4. La adoración es también: Una conversación entre Dios que debería ser continua en la vida de cada creyente. La adoración es de Dios, para Dios y dirigida a Él. Adoración es dar a Dios todo, incluyendo nuestras vidas y todo nuestro ser con una actitud de sumisión y conocimiento de su supremacía. Adoración es magnificar a Dios con nuestro cuerpo, alma y espíritu. Adoración es amor extravagante expresado y en extrema obediencia.
4 Nelson, Wilton M. ; Mayo, Juan
Rojas: Nelson Nuevo Diccionario Ilustrado De La Biblia. electronic ed. Nashville : Editorial Caribe, 2000, c1998 10
2. Objeto y Bases de la Adoración Nacimos para adorar. Dios hizo al hombre con la necesidad y capacidad de adorar. Cuando pensamos en la adoración, debemos ir más allá del ritual y concentrarnos en el corazón. Para adorar, debemos primero tener un objeto de adoración. Sin un objeto no puede haber adoración. El objeto de la adoración cristiana es Dios revelado en Cristo Jesús, y manifestado a nosotros por el Espíritu Santo. La adoración es la respuesta del corazón a qué y quién es Dios. La alabanza es la respuesta a lo que Dios hizo. La adoración se concentra en la persona de Dios. 3. Razones por las cuales los creyentes debemos adorar5. Hay por lo menos cuatro razones por las cuales los creyentes debemos adorar al Dios revelado en Jesucristo. 3.1. Primero, debemos adorar a Dios porque él lo manda (Ap. 22: 9) y por lo tanto es el deber de todo ser humano. 3.2. Segundo, debemos adorar a Dios porque él lo merece. Por ser nuestro Creador, dueño, Salvador, proveedor y protector, él merece nuestro reconocimiento y gratitud que expresamos en la adoración. 3.3. Tercero, la adoración tiene un efecto correctivo y edificante para nuestra vida espiritual. Recién cuando nos encontramos en la presencia del Dios tres veces santo, el Espíritu Santo nos muestra nuestros grandes defectos y necesidades. Vemos la perfección de Dios y nuestra imperfección. El Espíritu despierta en nosotros un vivo anhelo de ser semejantes a Cristo. En ese proceso, que se llama la santificación, el creyente es edificado en la gracia de Dios. 3.4. Cuarto, en la adoración los creyentes cumplen los requisitos de Dios para recibir la plenitud del Espíritu Santo, asegurando la vitalidad dinámica para todas las funciones de las iglesias. 5
James W. Bartley. La adoración que agrada al altísimo. Editorial Mundo Hispano 2003. 11
4. Las Maneras de la Adoración. a. La adoración comienza con Dios, en el corazón. Cuando nos damos cuenta de la presencia de Dios, nuestro corazón comienza a responder a Su presencia. Nuestras emociones serán conmovidas y nuestra alma y espíritu se llenarán con la inmensidad de Su persona. No hay palabras que puedan expresar adecuadamente lo que uno siente cuando se da cuenta de la presencia de Dios. Notemos la conexión entre el corazón y la adoración. Uno afecta al otro. Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y os inclinéis a ellos. Deuteronomio 11:16. Lo oculto del corazón se hace manifiesto; y así, postrándose sobre el rostro, adorará a Dios, declarando que verdaderamente Dios está entre vosotros. 1 Corintios 14:25.
b. Cuando uno se da cuenta de la presencia de Dios, el corazón comienza a buscar expresión. Puede expresarse a través de palabras, sea en oración o con música en forma de canción. Muchas veces lágrimas fluyen de los ojos, lágrimas de amor y entrega, lágrimas que expresan más que cualquier palabra pudiera decir. Cuando el corazón se inclina ante la majestad de Dios, el cuerpo a menudo responde haciendo lo mismo. Podemos postrarnos ante la presencia del Dios invisible, pero presente, en una actitud de adoración. 5. El Deber de Adorar. La adoración es un deber sólo en el sentido de que debemos nuestro corazón a Aquel que lo conquistó con su amor. Aunque hay muchos pasajes de las Escrituras que nos ordenan adorar a Dios, la adoración sólo puede ser real si nuestros corazones están involucrados en ella. La biblia dice: “Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; adorad a Jehová en la hermosura de la santidad” (Salmo 29:2). “Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás” (Mateo 4:10). “ Y deseará el rey tu hermosura; e inclínate a él, porque él es tu Señor” (Salmo 45:11).
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A diferencia de la alabanza, la adoración sólo es posible cuando tenemos conciencia de la presencia de Dios. Cuando nos damos cuenta que Dios está presente, nuestra voluntad toma participación y adora. Fuera de la presencia de Dios, podemos realizar actos de adoración, pero no tendrán sentido.
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CAPITULO III EL ESTADO DE ÁNIMO EN LA ALABANZA Y ADORACIÓN 1. El Estado de Ánimo en la Alabanza 1.1. Gozo Gozo es uno de los estados de ánimo de la alabanza. No podemos evitar comenzar a regocijarnos cuando vemos la grandeza de Dios y sus misericordias para con los hijos de los hombres. Nuestros corazones se llenan con el gozo del Señor y su fuerza. “... porque el gozo de Jehová es nuestra fuerza” (Nehemías 8:10). 1.2. Declaración y Proclamación. Cuando la alabanza a Dios es comunicada a otros, se transforma en declaración. Declarar significa “hacer una marca para llevar la cuenta, anotar, inscribir, enumerar, recontar o celebrar”. Cuando yo expreso la grandeza de Dios a otros, sea en la congregación de los santos o entre los paganos, estoy anunciando, estoy declarando las alabanzas de Dios para que ellos también puedan conocer que Dios es bueno. Estoy celebrando las obras y el poder de Dios. “ Cantad entre las gentes su gloria, y en todos los pueblos sus maravillas. Porque grande es Jehová, y digno de suprema alabanza, y de ser temido sobre todos los dioses” ( 1 Crónicas 16:24 y 25). Cuando la alabanza a Dios está dirigida a una persona en particular, se vuelve proclamación. Proclamar significa “llamar intensamente a alguien para que venga”. Estas dos palabras son usadas de manera intercambiable en toda la Biblia. 1.3. Guerra Espiritual La guerra espiritual puede ser otra disposición de ánimo de la alabanza. La exaltación a Dios se dirige en contra de un enemigo. Cuando alabamos a Dios, le reconocemos como Dios y al mismo tiempo advertimos al enemigo que en esta contienda hay sólo un ganador. “Exalten a Dios con sus gargantas, y espadas de dos filos en sus manos, para ejecutar venganza entre las naciones, y castigo entre los pueblos; para aprisionar a sus reyes con grillos, y a sus nobles con cadenas de 14
hierro; para ejecutar en ellos el juicio decretado; gloria será esto para todos sus santos” (Salmo 149: 6-9). 1.4. Profecía La profecía puede ser un modo de alabanza. También puede fluir en un tiempo de adoración. Cuando alabamos, le abrimos la puerta al Espíritu Santo para que nos comunique lo que Dios va a hacer, los planes de Dios. “ Alaben su nombre con danza; con pandero y arpa a él canten. Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo; hermoseará a los humildes con la salvación” (Salmo 149:3 y 4). Vemos aquí al salmista David exhortar a los hijos de Sion a alabar al Señor, y mientras ellos le alaban, los planes de Dios para ellos son manifestados: “Él hermoseará a los humildes con la salvación”. 2. Los Estados de Ánimo en la Adoración Cuando estamos en la presencia de Dios, y su Persona es revelada a nuestros corazones, cuando contemplamos la hermosura del Señor y ponemos nuestra mirada en su Persona, nuestros corazones (e incluso nuestros cuerpos) se inclinan y le adoran. La adoración siempre nos humillará, no en el sentido negativo de la destrucción de nuestros espíritus, sino en la humilde entrega a su majestad y amor. En este momento, nuestras emociones tendrán bastante participación en lo que estamos haciendo, y tendremos el deseo de caer a sus pies. “Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa. Entonces una mujer de la ciudad, que era pecadora, al saber que Jesús estaba a la mesa en casa del fariseo, trajo un frasco de alabastro con perfume; y estando detrás de él a sus pies, llorando, comenzó a regar con lágrimas sus pies, y los enjugaba con sus cabellos; y besaba sus pies, y los ungía con el perfume” ( Lucas 7: 36-38). 2.1. Amor Adoración es una respuesta al amor. Cuando el amor captura mi corazón, quiero volverme su esclavo, quiero rendir mi voluntad y toda mi vida a Él. “ Y si el 15
siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre” (Éxodo 21:5, 6). 2.2. Rendición Éste también es un modo de adorar. Cuando mi corazón es capturado por el amor de Dios, no puedo correr más de Él. Debo rendirme a su voluntad. “Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? Y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas. De cierto, de cierto de digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme” (Juan 21:17 -19) El amor había capturado el corazón de Pedro, y su voluntad estaba rendida al Señor hasta el punto de aceptar la muerte. 2.3. Consagración Una vez que hemos rendido nuestra voluntad al Maestro, nos apartamos para su servicio. Ya no pertenecemos más a nosotros mismos. El amor (Cristo) ha capturado nuestros corazones y ya no queremos abandonarlo más. “ Y si el siervo dijere: Yo amo a mi señor, a mi mujer y a mis hijos, no saldré libre; entonces su amo lo llevará ante los jueces, y le hará estar junto a la puerta o al poste; y su amo le horadará la oreja con lesna, y será su siervo para siempre” (Éxodo 21:5,6). El apóstol Pablo fue capturado por Jesús en el camino a Damasco, y desde ese momento vino a ser su siervo (consagrado). “Pablo, siervo (doulos) de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios” ( Romanos 1:1). “Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos” (Filipenses 1:1). “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor a Cristo. Y 16
ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3: 7,8). 2.4. Confesión y Arrepentimiento Cuando pecamos, el amor hace que sintamos el dolor que hemos causado a nuestro Señor. Hay un dolor en nuestros corazones que nos lleva a confesar nuestros pecados a Él y arrepentirnos. “ Ahora me gozo, no porque hayáis sido contristados, sino porque fuisteis contristados para arrepentimiento; porque habéis sido contristados según Dios, para que ninguna pérdida padecieseis por nuestra parte. Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte. Porque he aquí, esto mismo de que hayáis sido contristados según Dios, ¡qué solicitud produjo en vosotros, qué defensa, qué indignación, qué temor, qué ardiente afecto, qué celo, y qué vindicación! En todo os habéis mostrado limpios en el asunto” ( 2 Corintios 7:9-11). 2.5. Anhelo. Cuando no bebemos tenemos sed, y nuestros cuerpos responden produciendo un deseo que aumenta en intensidad hasta que bebemos otra vez. Cuando nos alejamos del amor, nuestros corazones se enfrían. Cuando eso sucede, el Espíritu Santo comienza a llamarnos a retornar a nuestro primer amor. Él despierta en nosotros un anhelo y un profundo deseo por Él. Ese deseo se intensifica hasta que volvemos a la fuente de su amor, o lo sustituimos por otros amores. “Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario” (Salmo 63:1-2). 2.6. Petición Cuando nos damos cuenta de la presencia de Dios en nuestros corazones y en medio nuestro, podemos con toda libertad pedirle lo que necesitamos, e incluso lo que deseamos. La adoración nos pondrá de acuerdo con la voluntad de Dios, de 17
tal modo que nuestras peticiones serán hechas de acuerdo con su voluntad. El amor nunca nos permitirá que pidamos aquello que es desatinado. El amor nunca pedirá lo que viola la voluntad o personalidad del prójimo. “Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye. Y si sabemos que él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho” (1Juan 5: 14-15) 2.7. Acción de gracias Un corazón amante nunca recibirá algo sin expresar gratitud por ello. El corazón del adorador es un corazón agradecido. Aunque la acción de gracias puede ser una expresión de alabanza por el gozo de recibir algo de parte del Señor, también va un poco más allá y abre las compuertas del amor para que la gratitud fluya a Dios. Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos, y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. Respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? ¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado (Lucas 17: 12-19) Hay muchos otros “estados de ánimo” de los que podemos hablar, pero estos son suficientes para darnos una idea general del tema.
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CAPITULO IV LA MÚSICA DE LA ALABANZA Y LA ADORACIÓN 1. Relación entre talento y unción para la música. Una de las cosas que el líder de alabanza debe entender es la relación que existe entre la música y la expresión del corazón delante de Dios. La música va a afectar directamente nuestras emociones. La música existió en el cielo antes de la creación del mundo. La música era parte de la adoración a Dios antes que el tiempo existiera. La música apareció en el cielo cuando Lucifer fue creado. En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisolito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación. Tú querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. Ezequiel 28:13-15 Notemos la conexión entre música y unción. Cuando Dios creó a Lucifer, le dio el talento de la música. Dios le dio creatividad para la música, y también le dio la unción para usarla. Las dos cosas deben ir juntas. Nosotros, como líderes de alabanza y adoración, debemos entender cómo esos dos elementos se conectan. La música sin la unción puede ser buena, quizás muy buena, pero nunca nos llevará a la presencia de Dios. Recordemos que cuando los sacerdotes entraban en el Tabernáculo, toda la luz externa era bloqueada. Todo contacto con el exterior era cortado. Aún más, cuando el Sumo Sacerdote entraba en el Lugar Santísimo, toda luz terrenal cesaba. En algún momento de nuestro culto, la habilidad debe unirse a la unción. La unción es lo que nos llevará a la presencia de Dios. Cuando la unción del Espíritu Santo se une a nuestra habilidad, la música alcanza un nivel más alto de expresión. Los instrumentos parecen sonar de una mejor manera; los sonidos que surgen son más exquisitos. En el momento en que nuestra habilidad se une al Espíritu Santo, la música toma un timbre celestial. Si tratas luego de imitar ese sonido de los 19
instrumentos, encuentras que es imposible. No podemos copiar lo que Dios hace. Siempre es original. 2. Relación entre la música y las palabras Tan importante como la unción son las palabras que acompañan la música en una canción. El Espíritu y el Verbo están en armonía. El espíritu de una canción (el ambiente que sugiere) su música y sus palabras deben armonizar. “ Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno” (1Juan5:7). La música tiene muchos estilos, pero en todos ellos las palabras deben concordar con la música e incluso con el ambiente. Lo que decimos con nuestras bocas debe estar de acuerdo con lo que decimos con la música y con el ambiente que esta crea. Sería muy difícil cantar a alguien una canción de amor con la música de una marcha militar. El espíritu y las palabras no concuerdan. En un culto, debemos estar al tanto de lo que está sucediendo. No debemos permitirnos distraernos, especialmente cuando comenzamos a sentir la dulce influencia del Espíritu Santo. Si el Espíritu está moviendo en amor, debemos ajustar nuestra música y palabras al amor. Si el Espíritu está moviendo con arrepentimiento, nuestras palabras y música deben reflejarlo. En otras palabras, debemos ser sensibles al Espíritu Santo para descubrir lo que Él está haciendo, y poder unirnos a Él.
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CAPITULO V REQUERIMIENTOS DE LOS LÍDERES DE ALABANZA Y ADORACIÓN. Hay tres cosas que se requieren en un líder de alabanza y adoración. Ellas son: el Llamado del Señor, el Don de Dios, y el Entrenamiento de Dios. Estas tres cosas son los requerimientos mínimos. La ausencia de cualquiera de ellos es una seria deficiencia, y resultará en el fracaso en guiar al pueblo a la presencia de Dios. Estos tres elementos deben existir en perfecta armonía. “ Y si alguno prevaleciere contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se rompe pronto” (Eclesiastés 4:12). Estos tres elementos son los pilares de un ministerio exitoso. 1. El llamado de Dios 1.1. Es esencial El verdadero ministerio es motivado por el llamado de Dios. El genuino ministerio comienza y termina en Dios. Su llamado en nuestras vidas nos hace vivir, y movernos, y ser (Hechos 17:28). El peregrinaje de Abraham comenzó con el llamado de Dios, que luego se extendió a sus descendientes. El ministerio de Pablo comenzó en el camino a Damasco con el llamado de Dios. Cada uno de los doce discípulos recibió un llamado personal de Jesús. Cada cosa que tiene valor eterno tiene su origen en Dios. El ministerio es idea de Dios y no del hombre. “ Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y echar fuera demonios” (Marcos 3:13-15). Hay mucha gente en el ministerio que nunca deberían haber comenzado. Su motivación proviene de su propio ego o de la ignorancia. Quizás tuvieron algún tipo de preparación e incluso algunos dones, pero sin el sello de la aprobación de Dios, sin el llamado de Dios, tarde o temprano se cansan del trabajo, abandonan, o quizás se fatigan tratando de hacer algo para lo cual Dios nunca los llamó. Saulo de 21
Tarso había sido entrenado, y era un hombre de muchos dones, pero no tenía el llamado de Dios. De hecho, era un enemigo de Dios. Su entrenamiento y sus dones eran terrenales y sólo hacían que él patease más recio en contra de Dios. Cuando Dios llamó a Pablo, también lo entrenó. Él pasó unos cuantos años solo con Dios en el desierto de Arabia. Y Dios también le dio dones. El destino de Pablo cambió a partir de ese día. 1.2. Es personal Antes que los discípulos salieran a predicar, recibieron el llamado del Señor, y sólo aquellos que Él llamó vinieron a Él. Nadie puede producir ese llamado. Es el llamado de Dios. Ningún ministro puede darte ese llamado, porque proviene de Dios mismo. Alguna gente se ofendió conmigo porque no los promoví en la iglesia como ellos pensaban que merecían ser promovidos. No podían entender que yo sólo puedo promover aquellos a quienes Dios promueve. “ Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia” (2Pedro 1:3). “Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos” (2Timoteo 1:9). “Entre las cuales estáis también vosotros, llamados a ser de Jesucristo” (Romanos 1:6). “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente” (Gálatas 1:6). “Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir” (Pedro 1:15) Es triste ver gente en el ministerio simplemente para agradar a sus padres o al pastor.
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1.3. Es irrevocable Siendo que Dios te ha llamado, ningún hombre puede quitar el llamado de tu vida, o cambiarlo. Si tu llamado proviene de un hombre, ese hombre puede revocarlo o cambiarlo. Otro error común es creer que uno puede perder el llamado. Tú puedes alejarte del llamado de Dios (por ignorancia, pecado o desánimo) Puedes ignorarlo, pero nunca puedes perderlo. “Porque irrevocables son los dones, y el llamamiento de Dios” (Romanos 11:29).
Nunca debemos dudar del llamado de Dios. El diablo va a tratar siempre de traer dudas a nuestro corazón, especialmente en tiempos de dificultad. Pero la seguridad del llamado hará que nuestros corazones se mantengan fieles. La fe para el ministerio proviene del llamamiento de Dios. “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba” (Hebreos 11:8). 1.4. Es evidente Si has recibido el llamamiento de Dios para tu vida, lo vas a saber. No habrá duda en tu corazón acerca del llamado de Dios. Si no estás seguro si has sido llamado por Dios, es probable que no. El llamado de Dios es como el fuego. Cuando estás en contacto con él, lo sabes. Quizás no puedas explicar lo que sientes, o entender el alcance del llamado. Sin embargo, una cosa sabrás de seguro: Dios te ha llamado. 2. Los dones de Dios Esta área de ministerio causa mucha tensión en la vida de la gente. Hay mucha gente que trata de hacer cosas para las cuales no han sido equipadas. En nuestro ministerio seremos desafiados a salir fuera de nuestra zona confortable. Hay áreas en las que no podremos ministrar sin los dones de Dios. Dios tiene que proveernos de dones supernaturales para hacer obras supernaturales. “Después 23
subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios” ( Marcos 3:13-15). Cuando el Señor llamó a sus discípulos, también les proveyó de dones importantes para llevar a cabo la comisión encomendada. Y mientras ellos operasen en la esfera de su llamado, tendrían éxito. Debemos operar dentro del área de nuestro llamado y unción. Muchas veces nos sentiremos tentados a imitar a un ministro o al otro. Y mientras sepamos que estamos imitando (y no lo tomamos en serio, realmente) todo estará bien. Pero en el momento que queremos “ser” como otro ministro, entraremos a caminar en un terreno peligroso, e inevitablemente terminaremos sobrecargados. Dios nos da nuestro llamado y nuestros dones personales para el trabajo que quiere que hagamos. Él llama y habilita a otros para el trabajo que Él quiere que hagan. Debemos resistir la tentación de envidiar y desear las comisiones de otro. Si Dios quisiera darme los dones de otro, ya lo hubiera hecho. Él tiene una tarea específica para cada uno a quien llama. Y para cada trabajo Él provee las herramientas (los dones) adecuadas. El día en que entendí este principio, un gran peso se levantó de mis hombros. Me di cuenta que yo sólo era responsable por lo que Dios me había dado, y nada más. Si yo sólo he recibido un talento, yo soy responsable por ése talento. No necesito preocuparme por el talento de otro (Mateo 25:14-30) ¿Sientes el llamado de Dios sobre tu vida? Estoy hablando del llamado al ministerio, y no el llamado general de Dios para cada cristiano. Entonces busca los dones de Dios para tu vida. Ningún soldado sale a la batalla sin las armas apropiadas. Y sin embargo mucha gente sale al ministerio sin los dones apropiados. A mí no me preocupa hacer algo, siempre y cuando tenga los recursos apropiados para hacerlo. El momento en que me salgo del área de mis dones, estoy 24
invitando la tensión a mi vida, y abro la puerta para el desánimo e incluso la incredulidad. 3. El entrenamiento de Dios Tan importante como el llamado y los dones de Dios es el entrenamiento de Dios. “Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios” ( Marcos 3:13-15). En el monte los discípulos recibieron el llamado y los dones. Pero todavía necesitaban estar con el Señor por más de tres años. Necesitaban instrucción. Necesitaban sabiduría. Necesitaban entrenamiento. El Señor Jesús pasó bastante tiempo enseñando a sus discípulos. De hecho, cada cosa que Jesús hizo fue una lección para ellos. Cada palabra que Jesús habló fue para su educación. Debemos ser entrenados. Nunca debemos creer que porque hayamos recibido el llamado y los dones de Dios no necesitamos aprender más. Muchos ministros viven en la mediocridad porque son muy arrogantes o perezosos para aprender y mejorar. Hay cosas que Dios nos dará sobrenaturalmente, y hay cosa que Dios nos dará naturalmente. Una es tan importante como la otra. Cuando los discípulos recibieron el bautismo en el Espíritu Santo, recibieron poder, pero todavía tenían que aprender muchas cosas, especialmente aquellas relativas a la iglesia. Que Dios nos dé un espíritu humilde para poder ser enseñados. Amén.
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CAPITULO VI ORIENTACIONES PARA LA PRÁCTICA DE LA ADORACIÓN CONTEMPORÁNEA 6 Varios importantes fundamentos y conclusiones para orientación de la iglesia se pueden sacar de este estudio. Lo siguiente de ningún modo es exhaustivo: 1. La verdadera adoración se centra en el Dios Trino —Padre, Hijo, y Espíritu Santo—cuando su pueblo lo alaba y glorifica. En primer lugar la adoración tiene que ver con el reconocimiento de Dios por quién Él es y por lo que Él hace. En segundo término, compren de los adoradores. 2. La verdadera adoración de Dios produce una dinámica participación del Espíritu Santo que resulta en la edificación del creyente como individuo y de la iglesia en su totalidad. 3. La verdadera adoración tiene que ver con el corazón, en que cada creyente desarrolla un estilo de vida que confiesa y honra a Dios en palabra y obra en dondequiera que vaya. 4. La verdadera adoración conecta dinámicamente a los creyentes por medio del Espíritu unos con otros y con la misión de Dios de redimir a la humanidad. 5. Se debe dar la debida atención y libertad a la obra del Espíritu en todos los aspectos de la adoración: oraciones, música y cantos, ofrendas, predicación y enseñanza, llamados al arrepentimiento, operación de los dones espirituales, y otros. 6. Al planear la adoración se debe tener presente la naturaleza espontánea de la operación de los dones espirituales. Es necesario dar a la congregación la debida enseñanza bíblica, con instrucción firme y amorosa, y con claras explicaciones. Las estrategias de crecimiento que impiden la operación de 6 LA
ADORACIÓN EN LA BIBLIA. Esta declaración oficial sobre la adoración en la Biblia fue aprobada por el Presbiterio General de las Asambleas de Dios el 13 de agosto de 2008.
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ciertos dones espirituales en la adoración y la vida misionera de la iglesia no concuerdan con la esencial dinámica del Espíritu en la fe cristiana. 7. La adoración incluye cada parte del culto, desde la invocación hasta la bendición final. Las gozosas alabanzas de música y cantos son poderosos dones que facilitan la adoración del pueblo de Dios, como es muy aparente en los Salmos. Sin embargo, no deben ser considerados “la adoración” al punto de excluir otros elementos del culto. Además, la música y los cantos, y otros puntos del programa antes de la predicación, no son “preámbulos”. Cada parte del programa debe ofrecer alabanza y gloria a Dios. 8. Aun que la persona que dirige la música y los cantos puede haber sido designada como “director de adoración”, el título podría ser engañoso. Un mejor título sería “ministro de música” o algo similar. Cada persona que participa en la dirección pública de las varias partes del culto es, en términos estrictos, un director de adoración. 9. Como cada parte del culto de adoración debe centrarse en glorificar a Dios y presentar su Palabra para edificación de la iglesia, todo el servicio debe ser planeado e integrado, para que en teoría y práctica dé lugar a la obra espontánea del Espíritu. 10. De igual manera, para ofrecer diligente instrucción en la Palabra de Dios, los planes para la adoración deben hacerse a largo plazo y de manera integral, de modo que cada elemento sea de edificación para el creyente, y para que se celebren y expliquen las fechas conmemorativas y las principales doctrinas de la iglesia cristiana. 11. Aunque la iglesia primitiva tuvo poderosos predicadores tales como Pablo que, en ocasiones, cautivaba por horas a la congregación (Hechos 20:7), como regla general la congregación participaba mediante la operación de dones espirituales, oraciones, cantos, ofrendas, y otros. 12.En la adoración cristiana se debe aprovechar lo mejor en conocimientos técnicos, ofrecidos por personas dotadas por el Espíritu, siempre con el fin de glorificar a Dios. La búsqueda de excelencia debe también estar arraigada en humilde oración y dependencia del Espíritu, cuyo propósito es fortalecer y guiar a todo el cuerpo en adoración. 27
13.Es obvio que los directores de adoración deben tomar en cuenta las formas de adoración y las preferencias musicales de quienes al presente sirven. Pero deben también considerar en oración los gustos de aquellos a quienes tratan de alcanzar. No hay norma musical, Sea tradicional, contemporánea, o una combinación de ambas, que por orden divina alcance a todas las personas, todas las veces, y en todo lugar. La adoración dirigida por el Espíritu será creativa en su misión, pero respetará el imperativo de “guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz” (Efesios 4:3).
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CAPITULO VII EL CULTO CRISTIANO. 1. Definición. El culto es el acto comunitario de servicio y ofrenda a Dios en acción voluntaria, en respuesta agradecida a lo que Él ya hizo por nosotros. Culto se entiende como un homenaje que se tributa a Dios. Podemos definir el culto cristiano como un servicio, un homenaje, una ofrenda de adoración y acción de gracias que encierra en sí misma un triple testimonio: honrar a Dios con la adoración, bendecir a la iglesia con la edificación, y testificar al mundo con la proclamación. El culto a Dios, es una de las primeras actividades humanas mencionada en la Biblia (Gn. 4:3-4), asimismo es lo primero que hacen Noé y su familia después del diluvio bajo la nueva creación (Gn. 8:20), y será la última y única actividad de los redimidos cuando estemos en el cielo (Ap. 4:4). 2. Propósito del culto. El propósito y el objetivo principal del culto cristiano, es la adoración. Adoración al único que la merece, el Dios creador y sustentador de todas las cosas. Dicha adoración debe cumplir asimismo un doble propósito: glorificar a Dios y edificar a su iglesia. Si la adoración es la vocación suprema del hombre, y el culto es el trabajo más noble al que el hombre puede aspirar, el culto se convierte en el canal más digno, para que tributemos a Dios la adoración que sólo Él se merece. En el relato de la tentación, Jesús dejó establecido que solamente a Dios se le ofrece adoración y servicio. “al Señor tu Dios adoraras, y a él sólo servirás” (Mt. 4:10; Lc. 4:8). Con estas palabras, queda sentado una verdad: Dios es el centro del culto. Es decir, todos los elementos cúlticos (alabanza, adoración, servicio, canticos, ofrendas, etc.) son para Dios. Dentro de esta perspectiva, los adoradores deben asistir al culto con la invariable disposición de dar todo a Dios. En este sentido, vamos al culto para adorar y alabar a Dios. Para reconocer que es Creador y Señor (Hch. 4:24). Para alabarle a través de los himnos y coros (Sal. 146:1; Ef. 5:17-20). Para adorarle con 29
los diezmos y ofrendas (2Co. 9:6,7). Si el creyente ha logrado realizar todo esto, entonces habrá cumplido con el objeto central del culto. 2. Elementos fundamentales del culto cristiano. 2.1. La presencia dinámica del Espíritu Santo. En todo servicio cúltico, hay un elemento personal entre Dios y su pueblo. Este privilegio que tiene la iglesia para acercarse al trono celestial se le debemos al ministerio de intercesión de Jesucristo (Heb. 7:25). Una de las cosas más importantes del culto cristiano, es dejar que el Espíritu Santo se mueva libremente, entre los creyentes. Que exista una manifestación abierta a los dones espirituales, si caer en extremismos. Por ello, es necesario tener presente la recomendación del apóstol Pablo, que todo se haga “decentemente y con orden" (1Cor. 14:40). La libertad en el obrar del Espíritu Santo en nuestras vidas y en el servicio cúltico es trascendental, por las siguientes razones:
El Espíritu Santo nos auxilia e intercede por nosotros cuando oramos. El perfecciona nuestros ruegos y lo hace conforme a la voluntad de Dios (Rom. 8:26-27).
La predicación debe estar a cargo de hombres llenos del Espíritu Santo (1Ped. 1:12).
Porque el Espíritu Santo es quien reparte los dones “como él quiere” (1Cor. 12:11).
Las señales, milagros y acciones sobrenaturales son realizados por el poder del Espíritu Santo (Heb. 2:4).
La permanencia del Espíritu Santo en nosotros tiene como objetivo
perfeccionar el carácter del cristianos (1Cor. 3:16; Gál. 5:22-26; 1Tes. 1:6). 2.2. La adoración. Tanto en el Antiguo como en el nuevo Testamento, la adoración está relacionada con la acción de postrarse ante Dios (Gn. 2:26; Ex. 33:9-34:8; 1Co.
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14:25; Ap. 7:11). En este sentido, adorar significa reconocer la grandeza, santidad y majestuosidad de Dios, postrándose ante su presencia (Ap. 4.10; 5:14). La adoración del creyente debe tener las siguientes condiciones:
Acercarse a Dios, con fe y santidad (Is. 6:5-57; Heb. 10:22).
Venir con acción de gracias
y con la disposición de ofrecerle todo:
ministerio, dones, tiempo, ofrendas y diezmos (Dt. 16:16,17; Rom. 12:1; Mal. 3:10; 1Co 16:1).
Mantener una vida de servicio y obediencia a Dios (1Sam. 15:22,23; Stg. 1:27).
Practicar la justicia (Sal. 15:1-5; Am. 5:21-26).
Estar en paz y comunión con todos los hermanos (Mt. 5:23,24; Heb. 12:14).
Presentarse ante Dios con una postura de humildad y pesar por haber ofendido con nuestras transgresiones (Sal. 51:16-19).
2.3. La lectura bíblica. La lectura de las escrituras ocupa un lugar importante en el culto congregacional. Es el único momento en que los congregantes son confrontados con la revelación escrita. Su trascendencia radica en que mediante la lectura Dios habla a su pueblo. Por su significación, se recomienda la siguiente:
Informar con anticipación a la persona indicada, para que se prepare debidamente.
Su preparación consistente en buscar la dirección de Dios (oración).
Realizar la lectura de la biblia, en la versión que la congregación está acostumbrada a usar.
Leer la porción escritural correctamente. Esto significa que no puede haber defectos en la pronunciación, en la entonación, en los énfasis o en las pausas.
2.4. La predicación de la palabra. La predicación de las escrituras es un elemento vital en el culto que la iglesia no debe descuidar. 31
La eficacia de la predicación descansa, por lo menos, en tres puntos importantes: primero, en la poderosa obra del Espíritu Santo (1Co. 2:4; 1Ts. 1:5). Segundo, el mensaje debe ser Cristocéntrico. La predicación se centra en la promesa de Cristo y no en las experiencias del predicador (2Cor. 4:5). Y tercero, el predicador debe ser consecuente con lo que predica (Hch. 1:1). No es posible exponer una verdad bíblica si antes la aplicamos a nuestras vidas ( 1Co 11:1). 2.5. La oración. La oración practicada a nivel personal o congregacional, tiene lugar especial en el culto cristiano (Hch. 16:25; 20:36). No podemos asistir y participar en el culto, sin estar preparados espiritualmente (1Co. 14:23-25). Por esta razón, es fundamental practicar la devocional personal para estar en permanente comunión con Dios. Y solo de esta manera, el culto en comunidad tendrá una significación espiritual mayor de los que esperamos. Es oportuno que las oraciones sean dirigidas por el pastor u otra persona idónea. Las oraciones deben brotar de un corazón sincero, expresadas con naturalidad y mucha reverencia. Su contenido estará basado en la santidad de Dios, sus obras, sus promesas, su fidelidad, su misericordia, su justicia, en la persona y obra redentora de Cristo, etc. 2.6. La alabanza. La alabanza se centra en la persona de Dios, con el propósito de exaltarle y bendecirle con música, danza y manifestaciones externas de gozo (2Cron. 7:6; Sal. 28:7; 30:11-12; 103:20-22). La alabanza es un distintivo propio de la iglesia del Señor (1Pe. 2:9; Ef. 1:13-14; Fil 1:11). La alabanza es una función que el pueblo de Dios lo ejercerá para siempre (Sal. 30:12; 79:13). No olvidemos que la alabanza que ofrece el pueblo de Dios es un reflejo de la alabanza celestial (Sal. 24:1-10; 136:1; Ap. 4:11; 5:9-14). La iglesia alaba al Señor por lo que es él (Sal. 104:1; Is. 6:3). Lo expresa con canticos, himnos, salmos como lo hacía la iglesia del primer siglo (Col. 3:16; Fil. 2: 6-11). La iglesia puede utilizar una diversidad de instrumentos musicales, de acuerdo al contexto cultural en que se encuentra (Sal. 150:3-5). 32
2.7. La acción de gracias. Es el sentimiento de gratitud que expresa la iglesia a Dios, por los favores recibidos. Puede ser practicado en el plano personal o comunal (1Cron. 33:30; Neh. 12:16; Dn. 6:10). A la luz del nuevo testamento, Dios ha establecido que sus hijos manifiesten sus agradecimientos por todo, en el nombre del Señor Jesucristo (Ef. 5:4, 20; 1Ts. 5:18). En consecuencia, la acción de gracias es un elemento importante en el culto cristiano que no puede ser omitido. Hacerlo, significa caer en la negligencia y en el pecado (Lc. 17:16; Rom. 1:21; Stg. 4:17). Por lo tanto, la iglesia tiene el deber de presentar acción de gracias a Dios, permanentemente (1Co. 1.4; 4:2). No interesa las circunstancias en que se encuentra, lo hará en el nombre de Jesucristo (Fil. 4:6; Col. 3:17). La gratitud a Dios, está orientada por varias razones, por ejemplo:
La provisión de alimentos (Jn. 6:11, 23; Ro. 14:6).
La respuesta de Dios a la oración (Jn. 11:41).
La participación en la Santa Cena (1Co. 11:24).
Por los dones recibidos (1Co. 14:18).
Porque la fe cristiana se propaga en todo lugar (Ro. 1:8; 1Ts. 1:2-10).
Por la generosidad en las ofrendas (2Co. 9:11).
Por sanidad divina (Lc. 17:15-16).
Porque el Señor nos libra de los peligros (Hch. 27:23-35, 35:28:15).
2.8. La música. La presencia y continuidad de la música en la cultura hebrea es sobresaliente. La música siempre está presente en los diferentes aspectos socioreligiosos del pueblo hebreo. Israel cantó con panderos y danzas, después de cruzar el Mar Rojo (Ex. 15:20). En los servicios religiosos (Lv. 33:24; 1Cro. 33:5). En las victorias militares (2Crón 20:27-28). En la fiesta de la vendimia (Is. 16:10). En la celebración matrimonial (Jr. 7:34). Los reyes tenían músicos calificados (2Crón. 35:25). La música ayudaba al ministerio profético a alcanzar el éxtasis (1S. 10:510). 33
En el nuevo Testamento, también existen algunas referencias a la música. Como el conocido cántico de María (Lc. 1:46-55). El cantico del sacerdote Zacarías (Lc. 1:6769). El canto de los ángeles (Lc. 2:13,14). Y finalmente el cantico de Simeón (Lc. 2:29-32). Posiblemente estos cuatro himnos fueron introducidos en la iglesia primitiva. La historia señala que la música ha permanecido siempre en las iglesias cristianas. En todas las generaciones, hasta el presente, la música ha sido el elemento vehicular para expresar su amor, adoración y gozo al Altísimo. En nuestros días, prevalecen los cultos de corte pentecostal-carismático. Donde se hace uso de diversos instrumentos musicales modernos como guitarras eléctricas, baterías, sintetizadores, etc. En algunas de ellas, la música altisonante ha opacado o disminuido la importancia de la exposición de las Escrituras. Aquí debemos ser prudentes y sabios, estamos en un contexto globalizado y posmoderno que nos empuja a hacer cambios. Pero, no podemos hacer cambios a la ligera, sin hacer una seria reflexión desde una perspectiva bíblica. No se puede sobredimensionar un elemento cultico en prejuicio de otro (u otros). Si observamos las escrituras, la iglesia apostólica mantuvo un culto equilibrado (entre lo formal y espontaneo). Es conveniente, aplicar el principio del equilibrio en la música cristiana. Primeramente, no debe prevalecer un solo estilo de alabar. En segundo lugar, monopolizar ciertos instrumentos musicales en la liturgia cristiana. Según Salmo 150:3-5, podemos alabar a Dios con cualquier instrumento musical, sea vernacular o moderno. Frente a estos hechos, podemos combinar (sin caer en excesos), himnos tradicionales y canticos contemporáneos). 2.9. Dones y ministerios especiales. Dios ha provisto su iglesia su iglesia con cinco ministerios y una diversidad de dones espirituales (Ro. 12:6-8; 1Cor. 12:1-30; 14:1; Ef. 4:11,12). Los dones son repartidos, por el Espíritu Santo, soberanamente (1Co. 12:4,11). Estos dones y ministerios son dados para ser ejercidos dentro del cuerpo de Cristo, con el propósito de edificar y servir a los santos (Ef. 4:11). 34
Al igual que en la iglesia de Corinto, en muchas iglesias contemporáneas existe una manifestación libre de dones espirituales. Los más frecuentes son profecía, lengua e interpretación de lenguas, sanidades, discernimiento de espíritus. Probablemente en algunas congregaciones exista una manifestación más amplia de los carismas. Si es así, no olvidemos las recomendaciones del apóstol Pablo que todo sea hecho “decentemente y con orden” (1Co. 14:31). Algunas iglesias contemporáneas han organizado a las personas encargadas de dirigir el canto, con el nombre de “ministerio de alabanza”. 2.10. Bendición. El vocablo bendición y bendecir, tiene dos aplicaciones diferentes. Que se proyectan en dos dimensiones. Cuando el Señor bendice a su iglesia, y el momento en que la iglesia bendice a su Señor (Ef. 1:3). En el Antiguo Testamento, Aarón y sus hijos eran los encargados de bendecir al pueblo en el nombre de Dios (Nm. 6: 22-27). Un pasaje en el Nuevo Testamento es la bendición apostólica de 2Co. 13:14). El culto cristiano termina cuando el ministro pronuncia la bendición de Dios sobre la congregación. La bendición tiene un significado más profundo que una simple despedida. Implica confianza y seguridad que al retirarnos del templo, Dios nos acompañará y protegerá en todo instante. 3. El ambiente del culto. 3.1. Temor de Dios Es muy importante el respeto y reverencia de los que participan en el culto (He 12.28-29). Cuando la iglesia se reúne para dar culto no debe olvidar que está en la presencia de Dios. Este respeto y reverencia se debe mostrar mediante una actitud de atención y silencio (Sal 37.7), cuando la palabra se expone es que Dios tiene algo que decir a los suyos. 3.2. Gozo Este es una de la consecuencias de la salvación: “os doy nuevas de gran gozo” (Lc. 2.10). Pero el gozo cristiano no se debe confundir con la alegría y actitud 35
bulliciosa mundana basada en las cosas temporales y perecederas. La Biblia dice que “los que ríen como si no rieran” (Lc. 6.25). 3.3. Fe Esto nos habla de tener la mirada puesta en el Señor (Col 3.1). Cuando venimos a la casa del Señor venimos a encontrarnos con él. Esto significa que debemos venir con predisposición de creer y obedecer. Todo lo que se diga es para mí. Puede serlo también para otros, seguro, pero sobre todo y en primer lugar es en primer lugar para mí. 3.4. Santidad. Al culto debemos venir en santidad en busca de más santidad. Esta santidad debe ser en una conducta exterior avalada por una santidad interior. La santidad exterior sin la interior es teatro, y la santidad interior sin la exterior es hipocresía. 4. Tipos de cultos especiales 4.1. Culto dominical. Es conveniente que antes de comenzar, el culto el pastor pase un tiempo en oración, preparándose para ser canal de la bendición de Dios para la iglesia y orando por el buen desarrollo del culto y por la asistencia de los hermanos. Es aconsejable que el culto no sea monopolizado por el pastor y se pueda dar lugar a la participación de los hermanos mediante lecturas, oraciones, recogiendo la ofrenda, etc. 4.2. Culto de santa cena. A pesar de que la santa cena es uno de los elementos básicos del culto, no es celebrada todos los domingos en muchas nuestras denominaciones cristianas o congregaciones locales, quedando sujeta su celebración al criterio de cada iglesia. Un culto de Santa Cena, puede oficiarse de esta manera:
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La mesa ha de estar preparada de antemano, preferiblemente ocupando un lugar central en el altar o al pie del mismo, es conveniente que esté cubierta por un mantel blanco, rojo o ambos. Sobre la mesa estarán colocados los elementos del pan y el vino. Es aconsejable que el pan esté dispuesto de dos maneras, por un lado un panecillo completo que nos permita partirlo momentos antes de la eucaristía y de ser administrado (siguiendo así el ejemplo bíblico de 1Co. 11:24), y por otro las propias fracciones que serán repartidas a los comulgantes. El vino puede servirse asimismo de dos maneras distintas; en la copa o cáliz en el momento de la acción de gracias, y al ser compartido se puede alterar con los vasitos personales más prácticos e higiénicos pero menos llenos de simbolismo comunitario. El pastor, anciano, o hermano autorizado para presidir la Cena del Señor puede proceder a la lectura de 1Corintios 11:23-26, y si lo considera oportuno extender la lectura a los versos 27 al 29, donde la Palabra exhorta a participar con limpia conciencia. Es aconsejable una oración de gracias. Después se puede invitar a los comulgantes a que pasen frente al altar para recibir allí los elementos, o bien que se haga pasar estos por las bancas. 4.3. Culto de Ceremonia de boda. El matrimonio es una institución civil y religiosa, y por lo tanto sujeta a reglamentos jurídicos. El mismo debe familiarizarse con las leyes del estado o de la nación donde vaya a celebrarse esta ceremonia, para estar seguro de que cumple con los requisitos de la ley. Además debe llevar un registro en el que hará constar los matrimonios con todos los datos necesarios, y la firma de los contrayentes, los testigos y el ministro. La ceremonia puede llevarse en el templo o en una casa particular, pero debe hacerse siempre ante testigos. Conviene que el ministro y los contrayentes ensayen de antemano el orden del programa de la ceremonia para evitar confusiones. El ministro debe enseñar y hacer practicar la manera de entrar y salir en una ceremonia nupcial. 4.4. Culto de bautismo.
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El bautismo es una de las ceremonias que, junto con la Cena del Señor constituyen los dos sacramentos que Jesús nos dejó establecidos en su palabra. Los candidatos son aquellos hermanos que han aceptado al Señor en sus vidas y pasado por un tiempo de discipulado, siendo el bautismo en muchas denominaciones condición indispensable para la membresía en la iglesia local. Se puede hacer la ceremonia en un rio, en la playa o en el propio templo de la iglesia, si éste posee bautisterio. Si se tiene un culto específico para bautismos debemos darle un enfoque evangelístico, pues es un testimonio de fe muy simbólico e impactante. 4.5. Culto de presentación de niños. Este culto tiene el propósito de que los padres presenten a su hijo delante del Señor y de su iglesia, para reconocer que todo lo que tenemos le pertenece a Él, dedicarle al hijo que Dios le confía y pedir la bendición de Dios sobre su vida, asumiendo asimismo los padres y la iglesia la responsabilidad de educarlos en los valores cristianos. Es un acto público de dedicación, acción de gracias y petición de bendición divina. Su referente bíblico más sobresaliente es la propia presentación en el Templo del Señor Jesús (Lc. 2:22). 4.6. Culto fúnebre. Los cultos fúnebres proveen una excelente oportunidad para hablar de la vida eterna y de la esperanza, son ocasiones únicas donde se puede predicar a Cristo en un contexto solemne que convoca a muchas personas a las que de otra manera no tendríamos oportunidad de llegar. Desde luego hemos de tener en cuenta que no estamos en una campaña evangelística sino en un funeral, por tanto ha de respetarse la memoria del fallecido y la sensibilidad de la familia. El dolor estará presente pero también lo ha de estar la esperanza y la victoria sobre la muerte que tenemos en Cristo. el mensaje predicado ha de ser breve y atenerse a dos objetivos principales: consolar a los familiares y afligidos y llevar a todos los asistentes a reflexionar sobre la fragilidad de la vida, el encuentro con Dios y la esperanza cristiana. 38
4.7. Culto de ceremonia de ordenación pastoral. La ceremonia de ordenación pastoral es un acto solemne donde se reconoce la preparación y el llamado del que ha sido consagrado por Dios para el ministerio pastoral. Normalmente se exige que el candidato posea una preparación teológica adecuada y haya demostrado su llamado y capacidad en un tiempo de prácticas como pastor o copastor. Por lo general suele ser la iglesia local donde sirve el candidato la que solicita la ordenación del mismo, respaldando a si su ministerio y reconociéndolo como de parte de Dios. Una vez que las autoridades nacionales (presidente o superintendente) aprueban la ordenación, se fijará una fecha, siendo el propio presidente u obispo nacional la persona más adecuada, junto con otros líderes locales, para ordenar al candidato al ministerio pastoral. Es conveniente que al acto se inviten a los pastores locales de otras iglesias y se extienda invitación a todos los pastores de la denominación. Como se da por hecho que será un culto concurrido y con asistencia de hermanos desplazados de otros lugares, es de consideración invitar a los presentes a un ágape al finalizar el culto. 4.8. El culto personal. La práctica habitual del culto personal trae muchas bendiciones en la vida cristiana. Mejora nuestra comunión con Dios. Fortalece nuestra fe y nos ayuda a enfrentar adversidades y tentaciones. Además, engrandece el culto congregacional, dándoles mayor riqueza espiritual, vivacidad y gozo. Existen muchas referencias bíblicas e históricas que sustentan la práctica del culto personal. Por toda la biblia encontramos el testimonio de los grandes personajes bíblicos, que nos muestran la forma en que adoraron y alabaron a Dios. Consideraremos algunos de ellos: Abel, Isaías, Job, Jesús. 4.9. Culto familiar. Existen suficientes evidencias bíblicas para fundamentar y restaurar el culto familiar en nuestros hogares. Su práctica y sus beneficios están registrados desde la antigüedad. En la época de los patriarcas, el padre era el responsable de organizar 39
el culto familiar. En este sentido, el jefe de familia tenía una función sacerdotal, “ofrecía holocaustos… todos los días” (Job 1:5). Otra faceta del padre en el culto familiar era la de pedagogo. Tenía la responsabilidad de instruir a los hijos (Dt. 32:7; Pr. 23:22). Estaba obligado a enseñar y explicar los mandamientos de Dios (Dt. 6:4-9:20). Asimismo, hacer inteligible el significado de la pascua y el hecho histórico de la liberación de Egipto (Ex. 12:26; 13:14). En el nuevo testamento, el padre continua siendo el responsable de la formación espiritual de los hijos (1Ts. 2:11; Ef. 6:1,4). Bajo esta perspectiva urge restaurar el culto familiar en nuestros hogares. Con el propósito de que nuestros seres queridos estén fortalecidos espiritualmente y permanezcan en constante comunión con Dios.
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CUESTIONARIO APELLIDOS Y NOMBRES: _______________________________________________________ FECHA ________________________________________________________________________ LUGAR________________________________________________________________________ 1. ¿Qué es la Adoración? ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ 2. ¿Cuál es el objeto y bases de la alabanza? ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ 3. ¿cuál es la razón por la cual los creyentes debemos adorar a Dios? ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ 4. ¿Quién deberá alabar al señor ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ 5. Que es la Adoración ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ 6. ¿cuál es el objeto y bases de la Adoración? ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ 7. Razones por las cuales los creyentes debemos adorar ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ 8. ¿Cuál es la manera de Adorar a Dios? ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ 9. ¿Cuál debe ser El Estado de Ánimo en la Alabanza? ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ 10. ¿Cuál debe ser el Estado de Ánimo en la Adoración?
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