ESCUELA DE FILOSOFÍA SEMINARIO DE FILOSOFÍA MEDIEVAL: MEDIEVAL: SAN AGUSTÍN: LAS CONFESIONES RAFAEL ANGARITA AUTOR: YEINER ALECXIS ALARCÓN RAMÍREZ INTRODUCCIÓN
para comenzar, San Agustín, como señala en la introducción Alfredo Encuentra Ortega, nos legó una de las autobiografías más extensas y minuciosas, que expresa una gran riqueza espiritual y literaria. Agustín, nacido en Cartago, proveniente de una familia de segunda clase, nos cautiva con las confesiones ; obra en la que el obispo de Hipona nos cuenta la historia de su vida, llena de aventuras cultos y reflexiones, además, nos cuenta también las experiencias más íntimas de su vida espiritual. En San Agustín encontramos una reflexión profunda del existir mismo del hombre, también se evidencia en el obispo una interiorización en lo profundo del ser mismo. Ahora bien, el volumen autobiográfico de las Confesiones está constituida por 13 libros, en los cuales, San Agustín desarrolla temáticas d iferentes que se relacionan íntimamente con su vida. En el libro primero, Agustín, desarrolla la idea del pecado original, ya presente en el génesis, desde su misma vivencia. En este primer libro San Agustín reflexiona entorno a la época en que era un niño bajo el dominio de sus padres y expone como desde el nacimiento el ser humano está impregnado de pecado. El obispo de Hipona, como buen cristiano que era, defendía la existencia del pecado original. En relación con lo anterior, para tener una mejor noción de cómo Agustín entiende el pecado original debemos remitirnos a un análisis del libro uno de las Confesiones que trata este tema. COMO CONCIBE SAN AGUSTÍN EL PECADO ORIGINAL Agustín, reconoce la omnipotencia de Dios, esto se evidencia con ciertos interrogantes que se plantea; por ejemplo, ¿hay algo en mí que te abarque o es que te abarcan el cielo y la tierra, que has hecho y en los que me has hecho?, ¿A dónde te invoco siendo que estoy en ti?, ¿te abarcan el cielo y la tierra porque Tú los llenas?, ¿o las llenas y sobran porque no te abarcan?, ¿o es que por todas partes eres todo y ninguna cosa te abarca por entero? Ahora bien, San Agustín reconoce como este Dios todo poderoso ha a ctuado en el trascurso de su vida, pues, como é l mismo arguye:” me reconfortaron, bien es cierto, los consuelos de la leche humana, pero ni mi madre ni las nodrizas se llenaban solas sus pechos, sino que Tú, a través de ellas, dabas el alimento de mi niñez según tu disposición y tus riquezas repartidas hasta el fondo de las cosas” (Agustín, Confesiones )
Pues bien, Agustín reconoce a Dios como el que influye en su vida y la trasforma. Ahora bien, pese a que el obispo de Hipona reconoce la influencia total de Dios en la vida humana, también admite la existencia de un pecado original que mancha en la existencia humana. En su reflexión Agustín admite la presencia de este pecado en su vida, pues, él, lo afirma cuando dice “¿quién me hace recordar el pecado de mi infancia? Porque nadie está limpio de pecado frente a ti”, el obispo de Hipona reconoce que este
pecado le es propio a todos los seres humanos. En relación con lo anterior, una vez Agustín reconoce la existencia de ese pecado original se pregunta cómo pecaba él en su infancia. San Agustín indica que” es inocente la debilidad de los miembros infantiles, no el espíritu de los niños” (Agustín, confesiones) dado lo anterior, Agustín dice:” he visto y experimentado los celos de un pequeñín: todavía no hablaba y contemplaba pálido, con amarga mirada a un hermano de leche”, para San Agustín ejemplos como estos corroboran la existencia
del pecado original. Ahora bien, para Agustín el pecado original es un asunto que el ser humano puede solucionar a medida que se desarrolla, pues el señala, “que cosas tales se
consienten con cariño no porque sean nulas o pequeñas, sino porque han de desaparecer con el cambio de edad” (Agustín, Confesiones .) esta anterior distinción el obispo de Hipona lo aprueba para los niños mas no para los adultos, lo cual, quiere decir, que a medida que el ser humano se desarrolla debe dejar estas costumbres infantiles a un lado. En Agustín se evidencia una arrepentimiento total y profundo, también se percibe en la confesión de Agustín, en el primer libro, como intenta de manera hacer una conversión rigurosa y completa.