4.2 SIMBOLOGÍA Y TRABAJOS GEOLÓGICOS.
Dentro de esta sección se hallaran los principales símbolos geológicos, así como
su
aplicación
dentro
de
las
obras
en
Ingeniería
Civil.
Los símbolos geológicos son la representación gráfica del relieve a través de iconos que describen y permiten identificar sobre un plano, las diferentes variaciones del suelo. El criterio para la elección de símbolos litológico tendrá que basarse con un cierto grado de experiencia. Dentro de éstos símbolos se encuentran los determinados (exclusivamente) por un tipo de rocas. Tomando en cuenta que puede existir la variación en el tamaño de los símbolos, de tal forma que el entendimiento se logre con éxito. Éste tipo de símbolos son empleados generalmente en mapas geológicos; mapa
topográfico
en
el
que
se
han
dibujado
y
especificado:
-Tipos de rocas de la superficie terrestres -Tipos de contacto entre ellas
-Estructuras geológicas -Elementos geomorfológicos Los símbolos empleados en el mapa se ven reflejados en la leyenda, así como
su
significado
-Colores o tramas -Líneas de contactos -Símbolos estructurales -Símbolos geomorfológicos -Cronología
de
cada
uno,
tales
como:
A continuación se presentan algunos ejemplos de los símbolos geológicos que existen, así como su tipo de clasificación.
Los estudios geológicos deben proporcionar al proyectista, en cada una de
las
fases
del
proyecto,
información suficiente sobre las características geológicas del terreno afectado por la carretera, distinguiendo entre el terreno como cimiento de la vía y sus estructuras y el terreno
como
material
a
emplear en la construcción de la carretera, así como información sobre las condiciones hidrológicas y de drenaje.
Estos estudios tienen una gran importancia en la fase de proyecto ya que reducen la incertidumbre que siempre existe en la construcción. Los estudios
geológicos (y geotécnicos) son la base de un buen proyecto y evitan problemas posteriores durante la ejecución. Las características geológicas se estudian y evalúan junto a las características geotécnicas, presentándose generalmente la información en un mismo documento. Fases
Los estudios geológicos serán distintos dependiendo de la fase de la redacción de proyecto en la que se realicen, ya que deberán responder a las necesidades de cada una de estas fases. En los estudios previos o informativos, los estudios geológicos deberán aportar la información necesaria para la correcta evaluación económica de la obra, así como para la comprobación de la viabilidad de la misma y la discusión de las distintas alternativas posibles. En los estudios previos se debe aportar la información geológica de la zona (morfología, estratigrafía y litología, tectónica, hidrología y drenaje) en fotoplanos, en los que se delimitan las zonas y se adjunta la información geológica sobre fotografías aéreas; cortes geológicos que den una idea general; y mapas litológicos, en los que se hayan delimitado las zonas con problemas. Además toda esta información se recogerá en una memoria que incluye tanto la descripción geológica general y de los grupos litológicos presentes en la zona, como la localización y características de estos. En esta fase, se trabaja con datos del Instituto Geominero, fotografías aéreas, etc., a escalas con poco grado de detalle que suele ser 1/200.000.
En anteproyectos, estos estudios se centrarán más en zonas con problemas, haciéndose necesario el estudio de terrenos peligrosos por ser blandos, erosionables, solubles, inestables, etc.; y del terreno donde se localicen obras importantes como grandes desmontes o terraplenes, túneles, cimentaciones, etc. De esta forma, se debe completar la información recogida
en
la
mediante geológicos
anterior
etapa
reconocimientos con
sondeos
de
prospección y ensayos de campo y laboratorio, en una franja de unos 2 km de anchura centrada en la traza. Esta información debe recogerse en una memoria que incluya de forma precisa las particularidades geológicas e hidrogeológicas, así como la naturaleza y características de los diferentes terrenos afectados por la carretera, particularizando para las zonas singulares. En estas zonas se
deben indicar las precauciones a tomar durante la construcción. La memoria irá acompañada de planos y mapas geológicos de la planta y perfil longitudinal del trazado, incluyendo los cortes necesarios, a escala con un grado de detalle superior al de la anterior fase, que suele ir de 1/10.000, en los planos de detalle, a 1/50.000, en los planos del Instituto Geominero y las fotografías aéreas. En proyectos, la información geológica debe tener el suficiente detalle para permitir la completa definición del mismo, centrando los estudios anteriores en el trazado elegido, con la intensidad que requiera la heterogeneidad del terreno. La información debe recogerse en una memoria y en planos, mapas y cortes de detalle. La memoria debe incluir el reconocimiento geológico detallado,
basado
en
los
estudios
anteriores
y
en
los
trabajos
complementarios de campo y laboratorio necesarios, así como un estudio hidrológico de detalle, con definición del nivel freático y de las medidas de drenaje que hay que tomar. Todo esto se completará con la información
geotécnica, la relación de estudios especiales a realizar durante la ejecución, el plan de control de calidad, el plan de seguridad e higiene del personal y un plan de medidas de protección y correctoras del medio ambiente. En esta fase las escalas deben tener un buen grado de detalle, por lo que se usan escalas de 1/1.000 a 1/2.000.
Reconocimiento geológico
El reconocimiento geológico se debe hacer tras el estudio de toda la información previa disponible y de una visita general de la zona que permita identificar el estado y el comportamiento de obras lineales existentes y examinar los cortes que existan en el terreno como zanjas, trincheras, excavaciones, pozos, etc. El estudio estereoscópico de las fotografías aéreas permite la
localización formaciones
de
las
distintas
geológicas
y,
muchas veces, identificar los tipos de suelos presentes. Esta interpretación geológica de las fotografías aéreas (fotogeología) es muy útil en los estudios previos, ya que se consigue una visión general de la zona y se pueden reducir los trabajos geológicos de campo a la realización de comprobaciones y análisis de zonas dudosas mediante prospecciones. Por este motivo, es necesario, completar el estudio
fotogeológico
con
un
reconocimiento de campo, que complete las
conclusiones
alcanzadas,
y
una
programación de sondeos, ensayos de laboratorio y de campo que variará según
la importancia de la obra y de la información requerida en cada fase del proyecto. Los reconocimientos subterráneos son indispensables a partir de la fase de anteproyecto, y permiten mediante prospecciones geofísicas, sondeos mecánicos y ensayos in situ, completar la información anterior y ser útil en la correspondiente fase del proyecto. Cabe destacar la importancia de las prospecciones geofísicas, que permiten una auscultación de la zona y reducen considerablemente el número de sondeos mecánicos en las zonas más homogéneas. Las más comunes son la prospección eléctrica y la prospección sísmica, que utilizan técnicas distintas y, por tanto, ventajas diferentes. La prospección eléctrica, que se basa en la medida de la resistividad del suelo, está más indicada para la detección de capas alteradas o monteras en zonas rocosas y estratos arcillosos o húmedos en zonas de materiales sueltos. Para obtener el espesor y la homogeneidad de las capas en un punto
del terreno, sólo es necesario un sondeo, y una serie de estos permiti rá una valoración media del terreno y la detección de anomalías. La prospección sísmica, que se basa en el estudio comparativo de las velocidades de propagación de ondas sísmicas, es más adecuada para la determinación de grados de diaclasamiento en rocas y espesores de materiales sueltos sobre lechos rocosos, diferenciando correctamente las capas de densidades distintas. Al igual que las prospecciones eléctricas, permiten establecer zonas homogéneas, anomalías, espesor de estratos y la profundidad del lecho rocoso. Estudios hidrogeológicos
En la fase de proyecto es fundamental conocer el régimen de las aguas superficiales y subterráneas, sobre todo para el diseño del desagüe superficial y del drenaje subterráneo, así como para la resolución de problemas geotécnicos, ya que el agua influye en gran medida en las propiedades de los suelos. La red natural de desagüe se puede fijar mediante un análisis fotogeológico, y un reconocimiento
de
campo
permitirá
identificar las zonas con problemas hidrológicos. El análisis del régimen de aguas subterráneas debe contener un estudio de las capas freáticas, pozos, y manantiales, por lo que se necesita un estudio geológico detallado de la localización de materiales permeables e impermeables, completado con una serie de observaciones, durante un ciclo
climático completo, con medición de niveles freáticos y caudales de pozos y manantiales, y el estudio de la pluviometría, escorrentía, evapotranspiración y balance hídrico.