Teoría y función del Arte
Ernst H. Gombrich Historia del Arte ©
El arte y los artistas No existe existe realmente realmente el el Arte. Arte.
Tan sólo sólo
hay artistas. La palabra arte puede significar muchas cosas distintas, en épocas y lugares diversos. Tenemos que advertir que el Arte, escrito con mayúscula, no existe, pues el Arte con mayúscula sólo es un fantasma y un ídolo.
cuadros o esculturas en los que queda algo por descubrir. Los que se acercan por primera vez al arte frecuentemente tropiezan con otra dificultad. Quieren admirar la destreza del artista al representar los objetos, y lo que más les gusta son cuadros en los que algo parece “como si fuera de verdad”. 4
Todos nosotros, cuando vemos un cuadro, nos ponemos a recordar mil cosas que influyen sobre nuestros gustos y aversiones. 1
No sólo es el abocetamiento lo que molesta a los que prefieren que los cuadros parezcan “de verdad” . Aún sienten mayor aversión por obras que consideran dibujadas incorrectamente, Varían mucho los gustos y criterios en especial si pertenecen a época mucho 2 acerca de la belleza . más cercana a Hay causas equivocadas de que no nos Y lo mismo que guste una obra de arte. nosotros, en las que decimos de la belleza La hermosura de un cuadro no reside el artista “estaba obligado a saber hay que decir de la realmente en la belleza de su asunto. más”. expresión. En efecto, a Pensemos menudo es la expresión de un personaje como queramos de los artistas modernos, en el cuadro lo que hace que este nos pero podemos estar seguros de que 3 guste o nos disguste. poseen conocimientos suficientes para No debemos desdeñar obras cuya dibujar con corrección. 5 expresión acaso no resulte tan fácil de comprender. Hay quien quien se apasiona por Hay dos cosas que debemos preguntarnos a nosotros mismos siempre 1 que encontremos una falta de corrección Rubens — Retrato de su hijo Nicolás (hacia 1620) Durero — Retrato de su madre (1514) en un cuadro. cuadro. Una, si el artista artista no tuvo tuvo Murillo — Niños jugando a los dados (hacia 1670) Pieter de Hooch — Interior (1663) 2 Meloso da Forli — Ángel (detalle de un fresco, hacia 1480) Hans Memling — Detalle de un altar (hacia 1490) 3 Guido Reni — Cabeza de Cristo (detalle, hacia 1640) Maestro toscano — Cabeza de Cristo (detalle de un crucifijo, hacia 1270)
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Durero — Liebre (1502) Rembrandt — Elefante (1637) 5 Picasso — Gallina con pollitos (1942) Picasso — Gallo (1938) 1
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motivos para alterar la apariencia de lo que vio. Otra, que: Nunca debemos condenar una obra por estar incorrectamente dibujada, a menos que estemos completamente seguros de que el que está equivocado es el pintor y no nosotros.
A veces propendemos a aceptar colores o formas convencionales como si fueran exactos. 6 Los pintores, ahora, quieren ver el mundo con un nuevo mirar, soslayando todo prejuicio e idea previa acerca de si la carne es rosada y las manzanas verdes o rojas. rojas. No es es fácil fácil desembarazarse de esas ideas preconcebidas, pero los artistas que mejor lo consiguen producen con frecuencia las obras más interesantes. No existe mayor obstáculo para gozar de las grandes obras de arte que nuestra repugnancia a despojarnos de costumbres y prejuicios.
Cuanto más frecuentemente hemos visto aparecer un tema en arte, tanto más seguros estamos de que tiene que representarse siempre de manera análoga. Hay perjuicios que pueden ocasionar quienes desprecian y censuran obras de arte por motivos erróneos. La idea más importante con la que tenemos que familiarizarnos es que lo que nosotros llamamos “obras de arte” no constituyen el resultado de alguna misteriosa actividad, sino que son objetos realizados por y para seres humanos. 6
Géricault — Carrera de caballos en Epsom (hacia 1821) Eadweard Muybridge — Movimiento de un caballo a galope (1872)
Caravaggio — San Mateo y el ángel. Versión rechazada
(hacia 1598: destruido).
Muchos cuadros y esculturas que cuelgan ahora a lo largo de las paredes de nuestros museos y galerías, no se concibieron para ser gozados artísticamente, sino que se ejecutaron para una determinada ocasión y con un
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propósito definido, que estuvieron en la mente del artista cuando éste se puso a trabajar en ellos.
vez diría que lo que le preocupa es si ha “acertado”. Cuando se trata de reunir formas o colocar colores, un artista debe ser siempre “exagerado” o, más aún, quisquilloso en extremo. El puede ver diferencias en formas y matices que nosotros apenas advertiríamos. advertiríamos. Pero cuando ha vencido todas las dificultades sentimos que ha logrado algo en lo que nada puede ser añadido, algo que se verá verdaderamente acertado, un ejemplo de perfección de nuestro muy imperfecto mundo.
Caravaggio — San Mateo y el ángel. Versión aceptada
(hacia 1600).
Los artistas son, por lo general, gente callada, hombres que considerarían embarazoso emplear palabras grandilocuentes como “Belleza”. Se juzgarían presuntuosos si hablaran de “expresar sus emociones” y otras frases teatrales por estilo. estilo. Tales cosas las dan dan por supuestas y consideran inútil hablar de ellas. Lo que le preocupa a un artista cuando proyecta un cuadro, realiza apuntes o titubea acerca de cuándo ha de dar por concluida su obra, es algo mucho más difícil de expresar con palabras. Él tal
Rafael — La virgen del Prado (1600).
Los artistas mediocres no consiguen nada cuando no siguen las reglas, mientras que los grandes maestros prescinden de ellas y, sin embargo, logran una nueva armonía como nadie imaginó anteriormente.
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Teoría y función del Arte “Sobre gustos no hay nada escrito” puede ser verdad, pero no debe negarse el hecho
comprobado de que el gusto puede desarrollarse.
Nunca se acaba de aprender en lo que al arte se refiere. refiere. Siempre existen cosas nuevas nuevas por descubrir. Las grandes obras de arte arte parecen distintas cada vez que se las las contempla. Parecen tan inagotables inagotables e imprevisibles imprevisibles como como los seres humanos. Es un emocionante emocionante mundo en sí mismo con sus particulares y extrañas leyes, con sus aventuras propias. Nadie debe creer creer que lo sabe sabe todo de él, porque nadie ha podido conseguir conseguir tal cosa. cosa. Nada, sin embargo, más importante que esto precisamente; para gozar de esas obras debemos tener una mente limpia, capaz de percibir cualquier indicio y hacerse eco de cualquier armonía oculta; un espíritu capaz de elevarse por encima de todo, no enturbiado con palabras altisonantes y frases hechas. Es infinitamente mejor no saber nada acerca del arte, que poseer esa especie de semiconocimiento semiconocim iento del snobismo. snobismo. El peligro es muy frecuente. frecuente. Hablar diestramente acerca del arte no es muy difícil, porque las palabras que emplean los críticos han sido sido usadas en tantos sentidos sentidos que ya han perdido toda precisión. precisión. Pero mirar un cuadro con ojos limpios y aventurarse en un viaje de descubrimiento, es una tarea mucho más difícil, difícil, pero también, mucho mucho mejor recompensada. recompensada. Es difícil precisar precisar cuánto podemos traer con nosotros al regreso. ξ ©
Gombrich, Ernst H. Historia del Arte . Alianza Editorial, S.A., 1ª Edición 1972 (15ª Edición 1989), Madrid, España, pp.547 (Traducción: Rafael Santos Torroella) 4